Sumario Edita - Tribuna

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Sumario Edita
La lucha contra las violencias machistas, una tarea
cotidiana para FSC-CCOO • Javier Jiménez FSC-CCOO • p.2
Las cosas por su nombre: asesinato • Ana Sánchez FSC-CCOO • p.3
La importancia de la concienciación de la juventud • Antonio Muñoz AUGC • p.4
Yo denuncio y, después, ¿quién me protege? • María Lina González Diez SUP • p.5
Micromachismos y otras hierbas • Pilar Villacorta AUGC • p.7
Órganos y servicios judiciales con competencias en
violencia de género • Jacinta Amez Navas FSC-CCOO • p.8
Una vez al año… • Marta Barcenilla FSC-CCOO • p.9
Tratamiento sindical de la violencia de género • Mª Mar Vicent FSC-CCOO • p.10
La necesidad de mejora de los servicios sociales en su contribución contra
la violencia de género • Rosana Costa Navarro FSC-CCOO • p.12
#7N: manifiesto del Movimiento Feminista • p.14
Federación de
Servicios a la Ciudadanía de CCOO
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Octubre 2015
§2
Javier Jiménez. Secretario general de FSC-CCOO
La lucha contra
las violencias
machistas, una
tarea cotidiana
para FSC-CCOO
La violencia de género es un grave problema social por el que, solo en lo que
llevamos de año, han sido asesinadas alrededor de 40 mujeres y ocho menores a
manos de sus parejas, padres o parejas de sus madres. Por ello, se hace necesario
un pronunciamiento público y que se visibilicen las violencias machistas en todo su
alcance para que sea posible identificarlas y erradicarlas.
Las violencias
machistas
suponen la
manifestación
más violenta
de la
desigualdad
de género
En este sentido, FSC-CCOO exige a
los partidos políticos que concurren a
las próximas elecciones generales el
cumplimiento de la Ley de Medidas de
Protección Integral contra la Violencia de
Género, la dotación de cuantos medios
humanos y materiales sean necesarios
para ello, la recuperación de los servicios
públicos de atención a las víctimas y a sus
hijas e hijos, y todas aquellas medidas que
puedan aplicarse a favor de garantizar
derechos fundamentales de las mujeres y
de la infancia.
Asimismo, FSC-CCOO anima a participar
en todos los actos convocados contra la
violencia de género, como la Marcha contra
las Violencias Machistas convocada el 7 de
noviembre en Madrid por el Movimiento
Feminista y que es apoyada por el
sindicato, o los actos que se organicen
para el 25 de noviembre, día internacional
contra la violencia de género.
Con ambas convocatorias se quiere
denunciar que las violencias machistas
suponen la manifestación más violenta de
la desigualdad de género y la más grave
violación de los derechos humanos de las
mujeres que padece nuestra sociedad.
3§
Ana Sánchez. Secretaria de Mujer y Estudios de FSC-CCOO
Las cosas por
su nombre:
asesinato
Cada mes hay nuevos casos de asesinatos por violencia de género. En cada nuevo
caso, los medios de comunicación hablan del suceso como si la mujer hubiese
muerto por no se sabe qué circunstancia extraña… El objetivo parece no ser otro que
el de evitar llamar a las cosas por su nombre: ASESINATO.
Año tras año los datos nos estremecen,
pero tenemos la sensación de que la
sociedad se ha acostumbrado a las cifras
y las interioriza porque solo son números.
Este año van 41, el año pasado fueron 56 y
el anterior 63… ¡pero no tienen cara!
Cada vez que esto sucede, vemos como
las y los representantes de los diferentes
partidos políticos hacen declaraciones
de condolencia y denuncia o pidiendo
pactos de Estado contra la violencia de
género en los medios de comunicación o
manifestando que la violencia de género
sigue siendo una prioridad del Gobierno
(como si alguna vez lo hubiera sido).
Este verano, al igual que en años
anteriores, las cifras han aumentado en
un corto espacio de tiempo. Dicen las
personas expertas que esto sucede como
consecuencia de la mayor convivencia
durante las vacaciones. Sea por la razón
que sea, lo cierto es que en verano las
matan a ellas y a sus hijas o hijos, o solo a
las criaturas, porque su objetivo es acabar
con ellas aunque sea en vida.
Algo debe estar fallando cuando el número
de asesinadas sigue creciendo. Y por esta
razón y ante esta situación, después del
verano la Secretaría de la Mujer de FSCCCOO propuso a la Comisión Ejecutiva
la creación de un grupo de trabajo
sobre violencia de género. En la FSC se
integran sectores como los de Justicia,
Administración Local o Autonómica
y colaboramos con asociaciones de
los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad
del Estado, por lo que disponemos de
personas que pueden y tienen mucho
que decir sobre deficiencias o carencias
del proceso de atención de una mujer
o menores víctimas de violencia. Nadie
mejor que quien está día a día viendo estas
situaciones para hacer propuestas que
mejoren actuaciones, procedimientos, o
incluso que propongan modificaciones
legislativas en aquellas disposiciones que
consideren oportunas.
El objetivo de este grupo de trabajo es
la elaboración de un documento con
propuestas de mejora del procedimiento
de atención a las mujeres víctimas y a sus
hijas e hijos. Propuestas de personas que
viven la situación día a día, propuestas
objetivas y reales, no supeditadas a un
periodo electoral en el que todo vale.
Algo debe
estar fallando
cuando el
número de
asesinadas
sigue
creciendo
§4
Antonio Muñoz. Secretario de Formación de AUGC - Cádiz
La importancia
de la
concienciación
de la juventud
En el marco del “Plan de sensibilización y prevención de la violencia de género” de
la Asociación Unificada de la Guardia Civil, se propone como objetivo principal el
concienciar y sensibilizar a la población juvenil en torno a la violencia de género.
La Fiscalía
de Menores
alerta de que
aumentan
las causas
judiciales
por razones
de violencia
de género en
adolescentes
de entre 15 y
17 años
Entre los datos recabados, destaca
que la tasa de mujeres maltratadas
“bate récord” en la franja de menores
de 34 años, y, entre los grupos de edad,
sobresale el importante aumento del
número de víctimas de violencia de
género en las menores de 18 años. Sin
embargo, la Asociación Unificada de
la Guardia Civil (AUGC) detecta que “la
población adolescente no se identifica
cuando se habla de violencia de género,
considerándolo algo lejano, que sucede
en relaciones y parejas adultas”, aunque
los datos son alarmantes.
El porcentaje de mujeres que ha
sufrido maltrato alguna vez en su vida
representó el 10,7% de la muestra de la
Macroencuesta de 2011, donde además
son las mujeres de entre 25 y 29 años y
las de 40-44 años las que declaran haber
sufrido maltrato con más frecuencia.
Por otra parte, el informe ”Igualdad y
prevención de la violencia de género
en adolescentes”, presentado en 2011
por la Universidad Complutense y el
Ministerio de Sanidad, Política Social
e Igualdad, ponía de manifiesto la
perpetuación
de
comportamientos
violentos en las relaciones de pareja entre
los adolescentes. Una de cada diez chicas
dijo haber vivido situaciones de maltrato
y un 13% de los chicos reconoció haber
ejercido dichos comportamientos con las
chicas. A ello se añade que una de cada
diez universitarias reconoce haberse
sentido obligada a conductas de tipo
sexual en las que no quería participar o
han visto difundidos mensajes, insultos o
imágenes por internet sin su permiso. El
ciberacoso es una nueva forma de ejercer
violencia y ante ello las jóvenes son las
más vulnerables. La Fiscalía de Menores
alerta de que aumentan las causas
judiciales por razones de violencia de
género en adolescentes de entre 15 y 17
años. Y sin embargo, ¿qué se hace frente a
esta realidad? Se suprime la asignatura de
educación para la ciudadanía y se aprueba
una ley tan regresiva como la Ley Wert.
Por ello, AUGC propone acercar a las y
los agentes de la autoridad a la juventud
—para ganarse su confianza— mediante
reuniones, charlas y ponencias en los
centros escolares y juveniles, potenciando
el ya existente Plan director para la
convivencia y mejora de la seguridad en
los centros educativos y sus entornos, ya
que existe rechazo por parte de la juventud
5§
a acercarse a las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad del Estado, además del
desconocimiento y falta de información
del procedimiento policial y sus derechos,
así como las medidas y recursos a
disposición de las víctimas de violencia de
género. Con estas actividades se podrán
percibir los indicadores de detección del
maltrato, sus mitos y falsas creencias que
pesan sobre las mujeres adolescentes, y
hacer hincapié y analizar profundamente
el maltrato en las redes sociales y el
control mediante el abuso de las nuevas
tecnologías, que son cada vez más visibles
en las últimas denuncias presentadas por
las jóvenes.
María Lina González Diez. Responsable del Área de Igualdad y Conciliación del SUP
Yo denuncio y,
después, ¿quién
me protege?
Desde el Área de Igualdad y Conciliación del Sindicato Unificado de Policía (SUP)
queremos hacer una breve exposición del método de trabajo del Cuerpo Nacional de
Policía en lo que respecta a la violencia de género.
En la actualidad, dentro del organigrama
de la Dirección General de la Policía existe
la Unidad Familia Mujer (UFAM), como
una unidad incardinada en la Comisaría
General de Policía Judicial, que tiene
su reflejo a nivel periférico dentro de las
Brigadas Provinciales de Policía Judicial.
La misión de estas unidades se diversifica
en funciones de recogida de denuncias
y desarrollo operativo derivado de esa
primera
actuación
(declaraciones,
detención del autor, valoración de riesgo
de la víctima, solicitud de orden de
protección, entre otras). Posteriormente,
del seguimiento y protección de la víctima.
víctimas fuera del horario de las UFAM.
•La valoración de riesgo, dada la gran
trascendencia que tiene, debería ser
realizada por un equipo multidisciplinar,
puesto que hay aspectos que no se
detectan, ya que la batería de preguntas
con los ítems que se utilizan no refleja
verazmente la gravedad o no de la
situación. Creemos que no deberían ser
los policías los actores principales de su
confección.
Desde el SUP consideramos que existen
puntos vulnerables en este sistema de
trabajo, como:
•La falta de recursos, humanos y técnicos,
para adjuntar a la denuncia avalando lo
que en ella se recoge (reportaje fotográfico
del lugar donde se produce el episodio de
violencia y la inspección técnico policial
por policía científica), de esencial valor en
la sede judicial.
•No existe un servicio permanente
especializado, supliendo esa labor las
Oficinas de Denuncias que atienden a las
•Además, sería conveniente acompañar
el atestado de los informes vecinales que
en muchos casos no se adjuntan a las
Si la
violencia no
se aborda
desde un
equipo multidisciplinar, el
fracaso está
asegurado
§6
primeras diligencias, la falta de informes
forenses en los casos de violencia psíquica,
etc.
Centrándonos en el ámbito de la
protección, podemos hablar de que
existen funcionarias y funcionarios a los
que, sin medios (vehículos, teléfonos,
dependencias adecuadas para entrevistar
y hacer seguimiento de las víctimas, etc. ),
se les asignan muchos más casos de los
que se consideran óptimos para poder
cumplir con su labor de manera eficaz.
Desde el SUP proponemos la posibilidad
de externalizar las UFAM, creando lugares
donde físicamente se agrupen el resto
de operadores; espacios integrales y
multidisciplinares. También apostamos
por una medida preventiva y que hasta
ahora no se ha contemplado, como es que
estas unidades realicen un seguimiento
reglado al agresor.
Desde este sindicato hemos abordado
otros aspectos en la lucha contra la
violencia de género, con el fin de que se
respeten los derechos de las víctimas,
como son los traslados a otras ciudades,
la protección de sus datos, etc.
Otro aspecto a valorar es el tratamiento
que los medios de información hacen de la
víctima y el agresor.
Podremos elaborar un buen proyecto,
estructurar los objetivos, diseñar los
cometidos, contar con profesionales
adecuadamente formados, pero si nos
faltan medios humanos y materiales
nuestro trabajo no llegará a tener buenos
resultados. Ahora mismo el éxito de
las UFAM pasa por una modificación y
adecuación del catálogo de puestos de
trabajo.
La lucha contra la violencia de género
supone la implicación de múltiples
estamentos interrelacionados y con un
protagonismo significativo dentro de
este fenómeno. Hasta que no se tome
conciencia de que se trata de un asunto
que debe ser abordado desde un equipo
multidisciplinar, el fracaso está asegurado.
Un fracaso que se materializará en el
incremento de muertes, o en el aumento
del sufrimiento de todas aquellas mujeres
y menores que carezcan del soporte y
asesoramiento necesario para salir de ese
profundo abismo.
A nosotras y nosotros, la violencia de
género sí nos importa.
7§
Pilar Villacorta. Secretaría de Mujer y Coordinación sectorial de AUGC
Micromachismos
y otras hierbas
Los denominados micromachismos son unas prácticas escandalosamente
generalizadas que perpetúan de forma normalizada una conducta social. Es esa
continuidad del uso de los micromachismos lo que comporta su verdadero peligro.
De entrada, la propia denominación
micromachismos está edulcorada bajo
el prefijo de “micro”, lo que sin duda de
antemano parece minimizar la cuestión,
como si se quisiera quitarle relativa
importancia a algo que comporta una
cotidianeidad social.
Además de la formación general, un modo
de acabar con ello consiste en actuar
individualmente y aportar tu grano de arena
para la erradicación de estas conductas
micromachistas. Es entonces cuando te
critican sin más: “exagerada”, “radical”,
“feminista”, “borde”, “sin gracia”, “sosa”...
La sociedad los acepta como algo que
forma parte de nuestra cultura y eso
son palabras mayores. Sólo cuando
los sacamos del contexto diario y lo
analizamos individualmente es cuando
tomamos conciencia de su existencia y
cómo se han instalado en nuestras vidas
y no por casualidad, sino como parte de
una idiosincrasia del patrimonio histórico
del sistema del patriarcado que abarca al
ámbito público y privado.
Comienzas una lucha personal no
carente de riesgos que desemboca en
una “cuestión de Estado”. El ejemplo
más claro pudieran ser los denominados
piropos, que parece que debemos aceptar
como un apéndice de nuestra geografía
y el ADN de una nación. No tardarán en
protegerlos para considerarlos en peligro
de extinción. ¡Yo digo no al machismo!
También se han denominado a los
micromachismos “pequeñas tiranías”,
volviendoadarleesadimensióndepequeñas
cosas cotidianas. Así volvemos a minimizar
el problema cuando precisamente en
minimizarlo reside el inconveniente.
Estamos ante un problema de
comportamiento social y como tal se debería
atajar, y más si tenemos en cuenta que estos
son el origen de la violencia de género.
Además, aquí nos encontramos con
otra clave de estos comportamientos
consentidos y perpetuados por la sociedad
y sobre los que hay carencia de formación
e información, ya que se trabaja poco sobre
género e igualdad cuando esta formación
debería formar parte de los programas de
las aulas desde temprana edad.
Sólo cuando
sacamos los
micromachismos del
contexto
diario y los
analizamos individualmente
es cuando
tomamos
conciencia de
su existencia
§8
Jacinta Amez Navas. Secretaria de Mujer del Sector de Justicia de FSC-CCOO
Órganos y
servicios judiciales
con competencias
en violencia
de género
En el ámbito de la Administración de Justicia, los órganos que tramitan la instrucción
de los delitos de violencia machista y cuestiones civiles relacionadas con los mismos
son los juzgados de violencia sobre la mujer.
La principal
deficiencia
de la
Adminitración
de Justicia es
la falta de
especiaización
del personal
Estos pueden ser exclusivos o de
competencias compartidas. Además
para juzgar existen también juzgados
especializados, así como secciones de las
audiencias provinciales.
La oficina de atención a las víctimas
también se ocupa de atender a las
víctimas de la violencia de género, aunque
esta oficina no puede considerarse en
todas partes un servicio judicial, puesto
que en algunas comunidades autónomas
está privatizada.
En este ámbito se aprecian varias
deficiencias. Para comenzar explicamos
la situación de la plantilla. Referirse a la
plantilla de forma específica es un error,
puesto que realmente se trata de órganos
que se ocupan con carácter exclusivo
de los delitos de violencia machista,
pero no tienen plantilla de personal
especializado, ni reúnen ninguna otra
característica relevante que los convierta
en especializados. Por supuesto, la
denominación de exclusivos, son
simplemente eso, pero no especializados y
los que tienen competencias compartidas,
realizan funciones en materia de violencia
de género, como cualquiera otra de las
que tienen asignadas.
Consecuentemente,
la
falta
de
especialización del personal es la primera
deficiencia que hay que denunciar, así
como la escasez de dicho personal y
la ausencia de formación adecuada y
permanente.
Otra deficiencia son los programas
informáticos. Por lo general no están
diseñados
convenientemente
para
cumplir con toda la normativa sobre
violencia de género (ley integral,
protocolos, leyes procesales, etc.) y no se
actualizan adecuadamente cuando se
producen cambios legislativos.
Las sedes judiciales no están preparadas
para dar cumplimiento a los derechos
de intimidad y protección de la víctima,
puesto que son compartidas con otras
personas usuarias del mismo servicio,
con profesionales, etc. Ni siquiera existen
medios suficientes para poder ofrecer
9§
agua o una tisana con recursos de la
Administración, sino que es el propio
personal el que asume esos gastos.
Estas situaciones son francamente
mejorables, empezando por las medidas
aplicables a las plantillas. Habría que
mejorar la especialización y la formación
del personal en su totalidad, sin distinción
de cuerpos profesionales.
Los espacios judiciales nuevos deberían
diseñarse conforme a los requisitos que
exigen la protección de las víctimas y, en
los ya existentes, dotarlos de los medios
necesarios que garanticen la privacidad de
las víctimas garantizando en todo caso la
entrevista de forma privada con su letrado
y no en presencia de las demás víctimas,
como ocurre actualmente.
Tambiénhabríaquemejorarlosprogramas
informáticos y actualizarlos para
conformarlos a las reformas normativas
y recuperar para la Administración
de Justicia la totalidad de las oficinas
de atención a las víctimas y dotarlas
de plantilla suficiente, especializada y
adecuadamente formada.
Para un funcionamiento adecuado se
habría de garantizar una asistencia jurídica
gratuita. Generalmente, los colegios
profesionales ofrecen una asistencia
deficiente porque los recursos económicos
que pone a su disposición la Administración
son claramente insuficientes. Por tanto, es
absolutamente necesario dotar a la justicia
gratuita de los recursos económicos
necesarios para que las mujeres víctimas
de la violencia de género sean asistidas
por profesionales con especialización y
dedicación suficiente.
Marta Barcenilla. Responsable de Organización del Sector de Medios de Comunicación, Artes, Cultura y
Deporte de FSC-CCOO
Una vez
al año…
El 7 y el 25 de noviembre la lucha contra la violencia machista volverá a ser noticia,
a llenar todos los informativos del país, las plazas de las grandes y pequeñas
ciudades. Una vez al año…
El resto de los días tendremos que volver
a conformarnos con contar víctimas,
con oír y leer en los informativos y los
periódicos que “presuntamente, murieron
a manos de sus parejas”, con no saber si
los asesinos de esas mujeres e incluso
de sus propias hijas o hijos, sí asesinos
sin más, han sido condenados y están
pagando por cometer el crimen más
terrible que se pueda pasar por la cabeza,
el de la persona o personas a las que
supuestamente aman… ‘Mía o de nadie’,
¡qué horror!
Los medios de comunicación cuentan
con parsimonia el número de víctimas y
ofrecen unos pocos planos de respetuosos
minutos de silencio y después… nada.
¿Dónde están los juicios contra los
asesinos del más de un centenar de
mujeres que son víctimas de la violencia
machista cada año? ¿Por qué después de
cada asesinato no se vuelve a saber qué fue
de ellos, cuál fue su condena o si pagaron
por lo que hicieron? ¿A qué se debe tanta
connivencia con burdos asesinos a los
que se les respeta el anonimato y una
privacidad a pesar de que no les tembló
la mano al asesinar a sus seres queridos?
Este país
necesita una
política de
comunicación
que no
difumine el
problema
§ 10
Así, pasan los días y los años y los medios
de comunicación siguen sin darle a la
violencia machista la importancia que
debiera tener, sin informar de las salidas
que tienen las mujeres y los menores
que sufren este tipo de maltrato, sin ser
capaces, en cualquier ámbito y soporte,
de reforzar el mensaje de que hay luz al
final del túnel, de que el sistema castiga
con dureza al que no respeta una vida y
más si no respeta la de aquellos a los que
supuestamente aman.
Este país, como otros muchos de los que
nos rodean y a los que nos atrevemos
a llamar desarrollados, necesita una
política de comunicación que no difumine
el problema para evitar que se extienda,
sino que refuerce el mensaje de que hay
salida; necesita que en todos los rincones
cualquier mujer sepa qué puede hacer si
es víctima de la violencia machista, que
tenga la seguridad absoluta de que habrá
un camino seguro después de la denuncia,
de que nadie te pega porque te quiere, de
que nadie te controla por amor, de que
“quién bien te quiere, te quiere libre”, como
dice la canción.
Llegan estas fechas, 7 y 25 de noviembre,
y volveremos a hacer visible la lacra que
supone la violencia machista… A ver si esta
vez dura, a ver si no vuelve a desaparecer
hasta el próximo año.
María del Mar Vicent. Secretaria de Mujer de FSC-CCOO País Valencià
Tratamiento
sindical de la
violencia de
género
Un sindicato de clase ocupado y preocupado en la defensa de los derechos de las
trabajadoras y trabajadores no es ajeno de ninguna forma a un problema como la
violencia sobre las mujeres, que afecta a un derecho básico de las personas como es
el derecho a la vida. Por otra parte, el sustento ideológico que
alimenta la violencia de género exige
la respuesta coordinada integral de los
poderes públicos, las organizaciones
políticas y sociales y la sociedad en
su conjunto, sin que haya fisuras ni
reticencias para conseguir ese cambio
en la conciencia colectiva que frene la
violencia machista.
Eventualmente, las agresiones pueden
producirse en el entorno laboral, lo que
impone la existencia de protocolos de
protección hacia las mujeres que estén
amenazadas, así como de la necesaria
sensibilización que permita la reacción
necesaria.
La acción sindical debe caminar en dos
direcciones: en principio, lo más urgente
es que ha de garantizar el ejercicio de los
derechos reconocidos en la Ley Orgánica
1/2004 de Medidas de Protección Integral
contra la Violencia de Género (LOMPIVG)
11 §
El sustento
ideológico que
alimenta la
violencia de
género exige
la respuesta
coordinada
integral de los
poderes públicos, las organizaciones políticas y sociales,
y la sociedad
en su conjunto
en el ámbito laboral. Para ello el primer
requisito es la identificación de ésta. Y sin
embargo, la ocultación de su situación por
muchas mujeres que no quieren verse
señaladas hace difícil el ejercicio de estos
derechos. La falta de acreditación, tal y
como se determina en el artículo 23 de
la LOMPIVG, impide que se pongan en
marcha los mecanismos de protección
previstos. Tanto en el ámbito privado
como en el público, un gran número de
los casos que puedan producirse quedan
enmascarados en otras circunstancias,
para evitar el efecto señalador que una
correcta identificación supondría.
Por otra parte, algunas de las medidas
previstas en la misma ley, como
la reducción de jornada, implican
reducciones salariales que no son
asumibles en la frágil situación económica
de estas mujeres. Otras, como el cambio
de puesto de trabajo, sólo son posibles en
el caso de empresas con varios centros de
trabajo.
Otro empeño sindical como factor
imprescindible que permite superar
situaciones personales y familiares
peligrosas sería facilitar el acceso al
mundo laboral de las mujeres que quieren
escapar de situaciones de violencia. Esto
debería ser tenido en cuenta sindicalmente
a la hora de optar a un puesto de trabajo.
Por último, la violencia sobre las
mujeres no se manifiesta sólo en el
ámbito doméstico por parte de parejas o
exparejas, sino que a veces, en un sentido
más amplio del que la ley define, también
se produce en entornos laborales. Es
el acoso sexual o por razón de sexo,
que aunque está definido con claridad
y penalizado convenientemente, sigue
ofreciendo enormes dificultades para su
identificación, denuncia y erradicación.
§ 12
Rosana Costa Navarro. Responsable del Sector de Intervención Social de FSC-CCOO
La necesidad de
mejora de los
servicios sociales
en su contribución
contra la violencia
de género
La Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia
de Género pone de relieve la especial importancia que tienen las funciones de
prevención, sensibilización, detección e intervención precoz en la lucha contra la
violencia ejercida sobre las mujeres. Por ello dedica el Título I a desarrollar estas
cuestiones.
En efecto, esta ley establece, mediante
tres capítulos diferenciados, la obligación
de adoptar diversas medidas de
prevención, sensibilización y detección
de situaciones de violencia de género,
tanto en el campo de la publicidad, como
en los ámbitos educativo y sanitario
respectivamente.
Sin embargo, la ley no hace referencia
expresa a los servicios sociales como
sistemas públicos con entidad técnica
y jurídica propia, así regulados a nivel
autonómico. Esto constituye, en nuestra
opinión, un importante déficit que
condiciona la aplicación plena de los
principios de responsabilidad pública,
integralidad y transversalidad en el
conjunto de las actuaciones encaminadas
a la erradicación de la violencia de género
y limita la efectividad de las mismas.
Mientras la Administración educativa y
la sanitaria tienen establecidas por ley
obligaciones y responsabilidades dirigidas a
la erradicación de la violencia que sufren las
mujeres y tienen que desarrollar medidas
en el seno de sus propios sistemas, el
título I de la ley estatal no hace referencia
a los sistemas públicos de servicios
sociales como tales, ni a las obligaciones,
funciones, responsabilidades y cometidos
que desde las administraciones sectoriales
concernidas deberán desarrollarse en
el seno de estos sistemas de protección
social.
13 §
Son
numerosas
las mujeres
que expresan
sufrir
problemas
de violencia
de género en
el ámbito de
los servicios
sociales
municipales
Pese a este vacío legislativo en cuestiones
como la asignación de funciones y
garantías de formación y reciclaje de los
profesionales de servicios sociales, así
como en la asignación de cometidos de
evaluación, planificación y seguimiento
a los propios órganos de gobierno
y participación de este sistema de
protección social, la realidad es que los
servicios sociales municipales o de primer
nivel, por su propia naturaleza y objeto
social, constituyen un entorno clave para
actuar en pro de la prevención y detección
de situaciones de maltrato y/o violencia
contra las mujeres.
De hecho, son numerosas las mujeres
que en primera instancia expresan
sufrir problemas de violencia de género
en el ámbito de los servicios sociales
municipales. No siempre es el motivo
explícito por el que las mujeres acuden
a estos servicios y la demanda puede
presentarse con mayor o menor grado de
precisión.
Estos procesos iniciales comportan una
actuación profesional de información,
asesoramiento y acompañamiento que
precisan de una adecuada cualificación,
dado que en este contexto se produce la
primera toma de decisiones por parte
de las mujeres víctimas de violencia
encaminadas, en el mejor de los casos, a
la superación de esta situación y pueden
transitar, si procede, hacia servicios y/o
apoyos especializados.
Este vacío que presenta la ley 1/2004
puede explicarse en parte —que no
justificarse— por la carencia de una ley
estatal de servicios sociales.
Aunque todas las leyes autonómicas
de servicios sociales contemplan como
propias las funciones de sensibilización,
prevención, detección y promoción social
ante esta naturaleza de problemas, el vacío
y ambigüedad legislativa a nivel estatal ha
repercutido en el contenido final de las
diferentes leyes integrales autonómicas
contra la violencia de género.
Si bien todas hacen referencia a los
sistemas de servicios sociales, existe
gran disparidad entre ellas en cuanto
a las funciones y responsabilidades
específicas que se les asignan, así como
disparidad en cuanto a la tipología, calidad,
suficiencia e intensidad de cobertura de
las prestaciones, servicios, programas y
medidas que deben disponer.
Ante esta indefinición y ambigüedad
de responsabilidades en materia de
servicios sociales, en no pocas ocasiones
las Administraciones privatizan y
precarizan el total de la actividad con
una argumentación sesgada que induce
a concebir la privatización como hecho
indisociable de una oferta de atención
especifica y especializada a la mujer. De
igual modo, se confunde la promoción
de la participación de los movimientos y
organizaciones sociales con la inhibición
por parte de las Administraciones del
ejercicio de las responsabilidades y
potestades que les son propias.
Los derechos que la ley Integral 1/2004
reconoce a las mujeres no podrán ser
plenamente ejercidos si estos, a su vez,
no tienen adecuado traslado y reflejo
en los distintos sistemas de bienestar
implicados. En ese sentido, el papel de
los servicios sociales de responsabilidad
pública en el desarrollo de la Ley de
Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Genero debe ser analizado y
mejorado.
§ 14
#7N: manifiesto
del Movimiento
Feminista
El movimiento feminista DENUNCIA que las violencias machistas suponen la
manifestación más violenta de LA DESIGUALDAD DE GÉNERO Y SUPONEN la más
grave violación de los DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES que padece nuestra
sociedad.
Marcha
Estatal
Contra las
Violencias
Machistas
El movimiento feminista DENUNCIA
que las violencias machistas suponen
la manifestación más violenta de LA
DESIGUALDAD DE GENERO Y SUPONEN
la más grave violación de los DERECHOS
HUMANOS DE LAS MUJERES que padece
nuestra sociedad.
Desde el año 1995, 1.378 mujeres han
sido asesinadas por el terrorismo
machista. En lo que llevamos de año se
han contabilizado 70 feminicidios y otros
asesinatos de mujeres cometidos por
hombres: solo en el verano de 2015 han
sido asesinadas 37 mujeres y 8 menores
a manos de sus parejas, padres o
parejas de sus madres. Mujeres y
menores sufren violencia patriarcal en
múltiples formas. Y esto sólo es la punta
del iceberg.
En los últimos años hemos padecido los
recortes sistemáticos en los recursos
públicos generales, en los derechos
sexuales y los derechos reproductivos,
recortes en la interrupción voluntaria
del embarazo de las menores de entre
16 y 17 años y recortes en los recursos
especializados contra las violencias
machistas. La cultura patriarcal nos
culpabiliza sin que la sociedad, los
medios de masas y los poderes públicos
se enfrenten a los mitos misóginos y anti
feministas.
El movimiento feminista considera que
las violencias, que vivimos en distintos
ámbitos, suceden en una sociedad que
tolera la desigualdad, y resta credibilidad
y autoridad a las mujeres. El machismo
alimenta nuestra desvalorización, la
cosificación de nuestros cuerpos y la
falta de respeto a nuestras decisiones.
Igualmente, estas agresiones son
inseparables de las que sufren las
personas que no responden a la
masculinidad hegemónica.
Por todo ello, el movimiento feminista
convoca la Marcha contra las violencias
machistas el 7N para:
EXIGIR:
•Que la lucha contra el terrorismo
machista sea una cuestión de estado.
•Que se desarrolle e implemente el
Convenio de Estambul y el cumplimiento
de las recomendaciones de la CEDAW, y
se reforme la ley 1/2004 para que estén
reflejadas todas las formas de violencia
contra las mujeres.
•Que toda la sociedad y sus organizaciones
e instituciones se comprometan en esta
lucha.
•Que la lucha y los recursos incluyan
tanto la violencia que ejerce la pareja o ex
pareja como las agresiones sexuales, el
acoso sexual en el ámbito laboral, la trata
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con fines de explotación sexual/laboral
de mujeres y niñas y todas las violencias
machistas.
•Que todas las instancias de gobierno se
comprometan realmente en la prevención
y erradicación de las violencias machistas,
así como en la asistencia y reparación de
todas las mujeres en situación de violencia,
independientemente de la situación
administrativa en que se encuentren las
mujeres.
•Que el acento se ponga en la protección
de las afectadas, facilitando diferentes
salidas que impliquen una verdadera
recuperación vital, económica y social de
ellas así como de sus hijos e hijas.
•Que la prevención sea una política
prioritaria, que incluya un sistema
coeducativo en todos los ciclos, la
formación específica para todo el
personal profesional que interviene en los
procesos, los medios de comunicación, la
producción cultural y la sociedad civil en la
lucha contra las violencias machistas.
•Que los medios de comunicación se
comprometan a hacer tratamiento
adecuado de las diferentes de violencias
machistas, visibilizándolas, evitando
el sensacionalismo morboso en su
tratamiento y utilizando un lenguaje y
unas imágenes no sexistas.
•La eliminación de la custodia compartida
impuesta y el régimen de visitas a
los menores de los maltratadores
condenados. La retirada y no cesión de la
patria potestad a los maltratadores.
Tomemos conciencia de una vez que
el Machismo Mata y hace imposible la
convivencia exigible en una democracia.
Estamos aquí presentes para hacer un
llamamiento a cada persona, a cada
institución, a cada partido político, a cada
gobierno para no ser cómplices de esta
barbarie.
La mitad de la humanidad tiene que
seguir viviendo, no podemos permitir ni
un asesinato más.
Por ello os esperamos el próximo 7 de
Noviembre en Madrid, donde realizaremos
una Marcha que saldrá desde el Ministerio
de Sanidad en el Paseo del Prado, a las 12
h, hasta Plaza de España.
¡¡¡NOS QUEREMOS VIVAS!!! ¡¡¡BASTA YA!!!
Web: marcha7nmadrid.org
Twitter: @Marcha7Nmadrid
Facebook: Marcha #7N contra las
Violencias Machistas
Federación de
Servicios a la Ciudadanía de CCOO
C/ Fernández de la Hoz, 21, 1ª planta
Teléfono: 91 757 22 99
Fax: 91 548 16 13
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