Sumario Edita La lucha contra las violencias machistas, una tarea cotidiana para FSC-CCOO • Javier Jiménez FSC-CCOO • p.2 Las cosas por su nombre: asesinato • Ana Sánchez FSC-CCOO • p.3 La importancia de la concienciación de la juventud • Antonio Muñoz AUGC • p.4 Yo denuncio y, después, ¿quién me protege? • María Lina González Diez SUP • p.5 Micromachismos y otras hierbas • Pilar Villacorta AUGC • p.7 Órganos y servicios judiciales con competencias en violencia de género • Jacinta Amez Navas FSC-CCOO • p.8 Una vez al año… • Marta Barcenilla FSC-CCOO • p.9 Tratamiento sindical de la violencia de género • Mª Mar Vicent FSC-CCOO • p.10 La necesidad de mejora de los servicios sociales en su contribución contra la violencia de género • Rosana Costa Navarro FSC-CCOO • p.12 #7N: manifiesto del Movimiento Feminista • p.14 Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO C/ Fernández de la Hoz, 21, 1ª planta Teléfono: 91 757 22 99 Fax: 91 548 16 13 28010 Madrid fsc@fsc.ccoo.es www.fsc.ccoo.es Octubre 2015 §2 Javier Jiménez. Secretario general de FSC-CCOO La lucha contra las violencias machistas, una tarea cotidiana para FSC-CCOO La violencia de género es un grave problema social por el que, solo en lo que llevamos de año, han sido asesinadas alrededor de 40 mujeres y ocho menores a manos de sus parejas, padres o parejas de sus madres. Por ello, se hace necesario un pronunciamiento público y que se visibilicen las violencias machistas en todo su alcance para que sea posible identificarlas y erradicarlas. Las violencias machistas suponen la manifestación más violenta de la desigualdad de género En este sentido, FSC-CCOO exige a los partidos políticos que concurren a las próximas elecciones generales el cumplimiento de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, la dotación de cuantos medios humanos y materiales sean necesarios para ello, la recuperación de los servicios públicos de atención a las víctimas y a sus hijas e hijos, y todas aquellas medidas que puedan aplicarse a favor de garantizar derechos fundamentales de las mujeres y de la infancia. Asimismo, FSC-CCOO anima a participar en todos los actos convocados contra la violencia de género, como la Marcha contra las Violencias Machistas convocada el 7 de noviembre en Madrid por el Movimiento Feminista y que es apoyada por el sindicato, o los actos que se organicen para el 25 de noviembre, día internacional contra la violencia de género. Con ambas convocatorias se quiere denunciar que las violencias machistas suponen la manifestación más violenta de la desigualdad de género y la más grave violación de los derechos humanos de las mujeres que padece nuestra sociedad. 3§ Ana Sánchez. Secretaria de Mujer y Estudios de FSC-CCOO Las cosas por su nombre: asesinato Cada mes hay nuevos casos de asesinatos por violencia de género. En cada nuevo caso, los medios de comunicación hablan del suceso como si la mujer hubiese muerto por no se sabe qué circunstancia extraña… El objetivo parece no ser otro que el de evitar llamar a las cosas por su nombre: ASESINATO. Año tras año los datos nos estremecen, pero tenemos la sensación de que la sociedad se ha acostumbrado a las cifras y las interioriza porque solo son números. Este año van 41, el año pasado fueron 56 y el anterior 63… ¡pero no tienen cara! Cada vez que esto sucede, vemos como las y los representantes de los diferentes partidos políticos hacen declaraciones de condolencia y denuncia o pidiendo pactos de Estado contra la violencia de género en los medios de comunicación o manifestando que la violencia de género sigue siendo una prioridad del Gobierno (como si alguna vez lo hubiera sido). Este verano, al igual que en años anteriores, las cifras han aumentado en un corto espacio de tiempo. Dicen las personas expertas que esto sucede como consecuencia de la mayor convivencia durante las vacaciones. Sea por la razón que sea, lo cierto es que en verano las matan a ellas y a sus hijas o hijos, o solo a las criaturas, porque su objetivo es acabar con ellas aunque sea en vida. Algo debe estar fallando cuando el número de asesinadas sigue creciendo. Y por esta razón y ante esta situación, después del verano la Secretaría de la Mujer de FSCCCOO propuso a la Comisión Ejecutiva la creación de un grupo de trabajo sobre violencia de género. En la FSC se integran sectores como los de Justicia, Administración Local o Autonómica y colaboramos con asociaciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, por lo que disponemos de personas que pueden y tienen mucho que decir sobre deficiencias o carencias del proceso de atención de una mujer o menores víctimas de violencia. Nadie mejor que quien está día a día viendo estas situaciones para hacer propuestas que mejoren actuaciones, procedimientos, o incluso que propongan modificaciones legislativas en aquellas disposiciones que consideren oportunas. El objetivo de este grupo de trabajo es la elaboración de un documento con propuestas de mejora del procedimiento de atención a las mujeres víctimas y a sus hijas e hijos. Propuestas de personas que viven la situación día a día, propuestas objetivas y reales, no supeditadas a un periodo electoral en el que todo vale. Algo debe estar fallando cuando el número de asesinadas sigue creciendo §4 Antonio Muñoz. Secretario de Formación de AUGC - Cádiz La importancia de la concienciación de la juventud En el marco del “Plan de sensibilización y prevención de la violencia de género” de la Asociación Unificada de la Guardia Civil, se propone como objetivo principal el concienciar y sensibilizar a la población juvenil en torno a la violencia de género. La Fiscalía de Menores alerta de que aumentan las causas judiciales por razones de violencia de género en adolescentes de entre 15 y 17 años Entre los datos recabados, destaca que la tasa de mujeres maltratadas “bate récord” en la franja de menores de 34 años, y, entre los grupos de edad, sobresale el importante aumento del número de víctimas de violencia de género en las menores de 18 años. Sin embargo, la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) detecta que “la población adolescente no se identifica cuando se habla de violencia de género, considerándolo algo lejano, que sucede en relaciones y parejas adultas”, aunque los datos son alarmantes. El porcentaje de mujeres que ha sufrido maltrato alguna vez en su vida representó el 10,7% de la muestra de la Macroencuesta de 2011, donde además son las mujeres de entre 25 y 29 años y las de 40-44 años las que declaran haber sufrido maltrato con más frecuencia. Por otra parte, el informe ”Igualdad y prevención de la violencia de género en adolescentes”, presentado en 2011 por la Universidad Complutense y el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, ponía de manifiesto la perpetuación de comportamientos violentos en las relaciones de pareja entre los adolescentes. Una de cada diez chicas dijo haber vivido situaciones de maltrato y un 13% de los chicos reconoció haber ejercido dichos comportamientos con las chicas. A ello se añade que una de cada diez universitarias reconoce haberse sentido obligada a conductas de tipo sexual en las que no quería participar o han visto difundidos mensajes, insultos o imágenes por internet sin su permiso. El ciberacoso es una nueva forma de ejercer violencia y ante ello las jóvenes son las más vulnerables. La Fiscalía de Menores alerta de que aumentan las causas judiciales por razones de violencia de género en adolescentes de entre 15 y 17 años. Y sin embargo, ¿qué se hace frente a esta realidad? Se suprime la asignatura de educación para la ciudadanía y se aprueba una ley tan regresiva como la Ley Wert. Por ello, AUGC propone acercar a las y los agentes de la autoridad a la juventud —para ganarse su confianza— mediante reuniones, charlas y ponencias en los centros escolares y juveniles, potenciando el ya existente Plan director para la convivencia y mejora de la seguridad en los centros educativos y sus entornos, ya que existe rechazo por parte de la juventud 5§ a acercarse a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, además del desconocimiento y falta de información del procedimiento policial y sus derechos, así como las medidas y recursos a disposición de las víctimas de violencia de género. Con estas actividades se podrán percibir los indicadores de detección del maltrato, sus mitos y falsas creencias que pesan sobre las mujeres adolescentes, y hacer hincapié y analizar profundamente el maltrato en las redes sociales y el control mediante el abuso de las nuevas tecnologías, que son cada vez más visibles en las últimas denuncias presentadas por las jóvenes. María Lina González Diez. Responsable del Área de Igualdad y Conciliación del SUP Yo denuncio y, después, ¿quién me protege? Desde el Área de Igualdad y Conciliación del Sindicato Unificado de Policía (SUP) queremos hacer una breve exposición del método de trabajo del Cuerpo Nacional de Policía en lo que respecta a la violencia de género. En la actualidad, dentro del organigrama de la Dirección General de la Policía existe la Unidad Familia Mujer (UFAM), como una unidad incardinada en la Comisaría General de Policía Judicial, que tiene su reflejo a nivel periférico dentro de las Brigadas Provinciales de Policía Judicial. La misión de estas unidades se diversifica en funciones de recogida de denuncias y desarrollo operativo derivado de esa primera actuación (declaraciones, detención del autor, valoración de riesgo de la víctima, solicitud de orden de protección, entre otras). Posteriormente, del seguimiento y protección de la víctima. víctimas fuera del horario de las UFAM. •La valoración de riesgo, dada la gran trascendencia que tiene, debería ser realizada por un equipo multidisciplinar, puesto que hay aspectos que no se detectan, ya que la batería de preguntas con los ítems que se utilizan no refleja verazmente la gravedad o no de la situación. Creemos que no deberían ser los policías los actores principales de su confección. Desde el SUP consideramos que existen puntos vulnerables en este sistema de trabajo, como: •La falta de recursos, humanos y técnicos, para adjuntar a la denuncia avalando lo que en ella se recoge (reportaje fotográfico del lugar donde se produce el episodio de violencia y la inspección técnico policial por policía científica), de esencial valor en la sede judicial. •No existe un servicio permanente especializado, supliendo esa labor las Oficinas de Denuncias que atienden a las •Además, sería conveniente acompañar el atestado de los informes vecinales que en muchos casos no se adjuntan a las Si la violencia no se aborda desde un equipo multidisciplinar, el fracaso está asegurado §6 primeras diligencias, la falta de informes forenses en los casos de violencia psíquica, etc. Centrándonos en el ámbito de la protección, podemos hablar de que existen funcionarias y funcionarios a los que, sin medios (vehículos, teléfonos, dependencias adecuadas para entrevistar y hacer seguimiento de las víctimas, etc. ), se les asignan muchos más casos de los que se consideran óptimos para poder cumplir con su labor de manera eficaz. Desde el SUP proponemos la posibilidad de externalizar las UFAM, creando lugares donde físicamente se agrupen el resto de operadores; espacios integrales y multidisciplinares. También apostamos por una medida preventiva y que hasta ahora no se ha contemplado, como es que estas unidades realicen un seguimiento reglado al agresor. Desde este sindicato hemos abordado otros aspectos en la lucha contra la violencia de género, con el fin de que se respeten los derechos de las víctimas, como son los traslados a otras ciudades, la protección de sus datos, etc. Otro aspecto a valorar es el tratamiento que los medios de información hacen de la víctima y el agresor. Podremos elaborar un buen proyecto, estructurar los objetivos, diseñar los cometidos, contar con profesionales adecuadamente formados, pero si nos faltan medios humanos y materiales nuestro trabajo no llegará a tener buenos resultados. Ahora mismo el éxito de las UFAM pasa por una modificación y adecuación del catálogo de puestos de trabajo. La lucha contra la violencia de género supone la implicación de múltiples estamentos interrelacionados y con un protagonismo significativo dentro de este fenómeno. Hasta que no se tome conciencia de que se trata de un asunto que debe ser abordado desde un equipo multidisciplinar, el fracaso está asegurado. Un fracaso que se materializará en el incremento de muertes, o en el aumento del sufrimiento de todas aquellas mujeres y menores que carezcan del soporte y asesoramiento necesario para salir de ese profundo abismo. A nosotras y nosotros, la violencia de género sí nos importa. 7§ Pilar Villacorta. Secretaría de Mujer y Coordinación sectorial de AUGC Micromachismos y otras hierbas Los denominados micromachismos son unas prácticas escandalosamente generalizadas que perpetúan de forma normalizada una conducta social. Es esa continuidad del uso de los micromachismos lo que comporta su verdadero peligro. De entrada, la propia denominación micromachismos está edulcorada bajo el prefijo de “micro”, lo que sin duda de antemano parece minimizar la cuestión, como si se quisiera quitarle relativa importancia a algo que comporta una cotidianeidad social. Además de la formación general, un modo de acabar con ello consiste en actuar individualmente y aportar tu grano de arena para la erradicación de estas conductas micromachistas. Es entonces cuando te critican sin más: “exagerada”, “radical”, “feminista”, “borde”, “sin gracia”, “sosa”... La sociedad los acepta como algo que forma parte de nuestra cultura y eso son palabras mayores. Sólo cuando los sacamos del contexto diario y lo analizamos individualmente es cuando tomamos conciencia de su existencia y cómo se han instalado en nuestras vidas y no por casualidad, sino como parte de una idiosincrasia del patrimonio histórico del sistema del patriarcado que abarca al ámbito público y privado. Comienzas una lucha personal no carente de riesgos que desemboca en una “cuestión de Estado”. El ejemplo más claro pudieran ser los denominados piropos, que parece que debemos aceptar como un apéndice de nuestra geografía y el ADN de una nación. No tardarán en protegerlos para considerarlos en peligro de extinción. ¡Yo digo no al machismo! También se han denominado a los micromachismos “pequeñas tiranías”, volviendoadarleesadimensióndepequeñas cosas cotidianas. Así volvemos a minimizar el problema cuando precisamente en minimizarlo reside el inconveniente. Estamos ante un problema de comportamiento social y como tal se debería atajar, y más si tenemos en cuenta que estos son el origen de la violencia de género. Además, aquí nos encontramos con otra clave de estos comportamientos consentidos y perpetuados por la sociedad y sobre los que hay carencia de formación e información, ya que se trabaja poco sobre género e igualdad cuando esta formación debería formar parte de los programas de las aulas desde temprana edad. Sólo cuando sacamos los micromachismos del contexto diario y los analizamos individualmente es cuando tomamos conciencia de su existencia §8 Jacinta Amez Navas. Secretaria de Mujer del Sector de Justicia de FSC-CCOO Órganos y servicios judiciales con competencias en violencia de género En el ámbito de la Administración de Justicia, los órganos que tramitan la instrucción de los delitos de violencia machista y cuestiones civiles relacionadas con los mismos son los juzgados de violencia sobre la mujer. La principal deficiencia de la Adminitración de Justicia es la falta de especiaización del personal Estos pueden ser exclusivos o de competencias compartidas. Además para juzgar existen también juzgados especializados, así como secciones de las audiencias provinciales. La oficina de atención a las víctimas también se ocupa de atender a las víctimas de la violencia de género, aunque esta oficina no puede considerarse en todas partes un servicio judicial, puesto que en algunas comunidades autónomas está privatizada. En este ámbito se aprecian varias deficiencias. Para comenzar explicamos la situación de la plantilla. Referirse a la plantilla de forma específica es un error, puesto que realmente se trata de órganos que se ocupan con carácter exclusivo de los delitos de violencia machista, pero no tienen plantilla de personal especializado, ni reúnen ninguna otra característica relevante que los convierta en especializados. Por supuesto, la denominación de exclusivos, son simplemente eso, pero no especializados y los que tienen competencias compartidas, realizan funciones en materia de violencia de género, como cualquiera otra de las que tienen asignadas. Consecuentemente, la falta de especialización del personal es la primera deficiencia que hay que denunciar, así como la escasez de dicho personal y la ausencia de formación adecuada y permanente. Otra deficiencia son los programas informáticos. Por lo general no están diseñados convenientemente para cumplir con toda la normativa sobre violencia de género (ley integral, protocolos, leyes procesales, etc.) y no se actualizan adecuadamente cuando se producen cambios legislativos. Las sedes judiciales no están preparadas para dar cumplimiento a los derechos de intimidad y protección de la víctima, puesto que son compartidas con otras personas usuarias del mismo servicio, con profesionales, etc. Ni siquiera existen medios suficientes para poder ofrecer 9§ agua o una tisana con recursos de la Administración, sino que es el propio personal el que asume esos gastos. Estas situaciones son francamente mejorables, empezando por las medidas aplicables a las plantillas. Habría que mejorar la especialización y la formación del personal en su totalidad, sin distinción de cuerpos profesionales. Los espacios judiciales nuevos deberían diseñarse conforme a los requisitos que exigen la protección de las víctimas y, en los ya existentes, dotarlos de los medios necesarios que garanticen la privacidad de las víctimas garantizando en todo caso la entrevista de forma privada con su letrado y no en presencia de las demás víctimas, como ocurre actualmente. Tambiénhabríaquemejorarlosprogramas informáticos y actualizarlos para conformarlos a las reformas normativas y recuperar para la Administración de Justicia la totalidad de las oficinas de atención a las víctimas y dotarlas de plantilla suficiente, especializada y adecuadamente formada. Para un funcionamiento adecuado se habría de garantizar una asistencia jurídica gratuita. Generalmente, los colegios profesionales ofrecen una asistencia deficiente porque los recursos económicos que pone a su disposición la Administración son claramente insuficientes. Por tanto, es absolutamente necesario dotar a la justicia gratuita de los recursos económicos necesarios para que las mujeres víctimas de la violencia de género sean asistidas por profesionales con especialización y dedicación suficiente. Marta Barcenilla. Responsable de Organización del Sector de Medios de Comunicación, Artes, Cultura y Deporte de FSC-CCOO Una vez al año… El 7 y el 25 de noviembre la lucha contra la violencia machista volverá a ser noticia, a llenar todos los informativos del país, las plazas de las grandes y pequeñas ciudades. Una vez al año… El resto de los días tendremos que volver a conformarnos con contar víctimas, con oír y leer en los informativos y los periódicos que “presuntamente, murieron a manos de sus parejas”, con no saber si los asesinos de esas mujeres e incluso de sus propias hijas o hijos, sí asesinos sin más, han sido condenados y están pagando por cometer el crimen más terrible que se pueda pasar por la cabeza, el de la persona o personas a las que supuestamente aman… ‘Mía o de nadie’, ¡qué horror! Los medios de comunicación cuentan con parsimonia el número de víctimas y ofrecen unos pocos planos de respetuosos minutos de silencio y después… nada. ¿Dónde están los juicios contra los asesinos del más de un centenar de mujeres que son víctimas de la violencia machista cada año? ¿Por qué después de cada asesinato no se vuelve a saber qué fue de ellos, cuál fue su condena o si pagaron por lo que hicieron? ¿A qué se debe tanta connivencia con burdos asesinos a los que se les respeta el anonimato y una privacidad a pesar de que no les tembló la mano al asesinar a sus seres queridos? Este país necesita una política de comunicación que no difumine el problema § 10 Así, pasan los días y los años y los medios de comunicación siguen sin darle a la violencia machista la importancia que debiera tener, sin informar de las salidas que tienen las mujeres y los menores que sufren este tipo de maltrato, sin ser capaces, en cualquier ámbito y soporte, de reforzar el mensaje de que hay luz al final del túnel, de que el sistema castiga con dureza al que no respeta una vida y más si no respeta la de aquellos a los que supuestamente aman. Este país, como otros muchos de los que nos rodean y a los que nos atrevemos a llamar desarrollados, necesita una política de comunicación que no difumine el problema para evitar que se extienda, sino que refuerce el mensaje de que hay salida; necesita que en todos los rincones cualquier mujer sepa qué puede hacer si es víctima de la violencia machista, que tenga la seguridad absoluta de que habrá un camino seguro después de la denuncia, de que nadie te pega porque te quiere, de que nadie te controla por amor, de que “quién bien te quiere, te quiere libre”, como dice la canción. Llegan estas fechas, 7 y 25 de noviembre, y volveremos a hacer visible la lacra que supone la violencia machista… A ver si esta vez dura, a ver si no vuelve a desaparecer hasta el próximo año. María del Mar Vicent. Secretaria de Mujer de FSC-CCOO País Valencià Tratamiento sindical de la violencia de género Un sindicato de clase ocupado y preocupado en la defensa de los derechos de las trabajadoras y trabajadores no es ajeno de ninguna forma a un problema como la violencia sobre las mujeres, que afecta a un derecho básico de las personas como es el derecho a la vida. Por otra parte, el sustento ideológico que alimenta la violencia de género exige la respuesta coordinada integral de los poderes públicos, las organizaciones políticas y sociales y la sociedad en su conjunto, sin que haya fisuras ni reticencias para conseguir ese cambio en la conciencia colectiva que frene la violencia machista. Eventualmente, las agresiones pueden producirse en el entorno laboral, lo que impone la existencia de protocolos de protección hacia las mujeres que estén amenazadas, así como de la necesaria sensibilización que permita la reacción necesaria. La acción sindical debe caminar en dos direcciones: en principio, lo más urgente es que ha de garantizar el ejercicio de los derechos reconocidos en la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (LOMPIVG) 11 § El sustento ideológico que alimenta la violencia de género exige la respuesta coordinada integral de los poderes públicos, las organizaciones políticas y sociales, y la sociedad en su conjunto en el ámbito laboral. Para ello el primer requisito es la identificación de ésta. Y sin embargo, la ocultación de su situación por muchas mujeres que no quieren verse señaladas hace difícil el ejercicio de estos derechos. La falta de acreditación, tal y como se determina en el artículo 23 de la LOMPIVG, impide que se pongan en marcha los mecanismos de protección previstos. Tanto en el ámbito privado como en el público, un gran número de los casos que puedan producirse quedan enmascarados en otras circunstancias, para evitar el efecto señalador que una correcta identificación supondría. Por otra parte, algunas de las medidas previstas en la misma ley, como la reducción de jornada, implican reducciones salariales que no son asumibles en la frágil situación económica de estas mujeres. Otras, como el cambio de puesto de trabajo, sólo son posibles en el caso de empresas con varios centros de trabajo. Otro empeño sindical como factor imprescindible que permite superar situaciones personales y familiares peligrosas sería facilitar el acceso al mundo laboral de las mujeres que quieren escapar de situaciones de violencia. Esto debería ser tenido en cuenta sindicalmente a la hora de optar a un puesto de trabajo. Por último, la violencia sobre las mujeres no se manifiesta sólo en el ámbito doméstico por parte de parejas o exparejas, sino que a veces, en un sentido más amplio del que la ley define, también se produce en entornos laborales. Es el acoso sexual o por razón de sexo, que aunque está definido con claridad y penalizado convenientemente, sigue ofreciendo enormes dificultades para su identificación, denuncia y erradicación. § 12 Rosana Costa Navarro. Responsable del Sector de Intervención Social de FSC-CCOO La necesidad de mejora de los servicios sociales en su contribución contra la violencia de género La Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género pone de relieve la especial importancia que tienen las funciones de prevención, sensibilización, detección e intervención precoz en la lucha contra la violencia ejercida sobre las mujeres. Por ello dedica el Título I a desarrollar estas cuestiones. En efecto, esta ley establece, mediante tres capítulos diferenciados, la obligación de adoptar diversas medidas de prevención, sensibilización y detección de situaciones de violencia de género, tanto en el campo de la publicidad, como en los ámbitos educativo y sanitario respectivamente. Sin embargo, la ley no hace referencia expresa a los servicios sociales como sistemas públicos con entidad técnica y jurídica propia, así regulados a nivel autonómico. Esto constituye, en nuestra opinión, un importante déficit que condiciona la aplicación plena de los principios de responsabilidad pública, integralidad y transversalidad en el conjunto de las actuaciones encaminadas a la erradicación de la violencia de género y limita la efectividad de las mismas. Mientras la Administración educativa y la sanitaria tienen establecidas por ley obligaciones y responsabilidades dirigidas a la erradicación de la violencia que sufren las mujeres y tienen que desarrollar medidas en el seno de sus propios sistemas, el título I de la ley estatal no hace referencia a los sistemas públicos de servicios sociales como tales, ni a las obligaciones, funciones, responsabilidades y cometidos que desde las administraciones sectoriales concernidas deberán desarrollarse en el seno de estos sistemas de protección social. 13 § Son numerosas las mujeres que expresan sufrir problemas de violencia de género en el ámbito de los servicios sociales municipales Pese a este vacío legislativo en cuestiones como la asignación de funciones y garantías de formación y reciclaje de los profesionales de servicios sociales, así como en la asignación de cometidos de evaluación, planificación y seguimiento a los propios órganos de gobierno y participación de este sistema de protección social, la realidad es que los servicios sociales municipales o de primer nivel, por su propia naturaleza y objeto social, constituyen un entorno clave para actuar en pro de la prevención y detección de situaciones de maltrato y/o violencia contra las mujeres. De hecho, son numerosas las mujeres que en primera instancia expresan sufrir problemas de violencia de género en el ámbito de los servicios sociales municipales. No siempre es el motivo explícito por el que las mujeres acuden a estos servicios y la demanda puede presentarse con mayor o menor grado de precisión. Estos procesos iniciales comportan una actuación profesional de información, asesoramiento y acompañamiento que precisan de una adecuada cualificación, dado que en este contexto se produce la primera toma de decisiones por parte de las mujeres víctimas de violencia encaminadas, en el mejor de los casos, a la superación de esta situación y pueden transitar, si procede, hacia servicios y/o apoyos especializados. Este vacío que presenta la ley 1/2004 puede explicarse en parte —que no justificarse— por la carencia de una ley estatal de servicios sociales. Aunque todas las leyes autonómicas de servicios sociales contemplan como propias las funciones de sensibilización, prevención, detección y promoción social ante esta naturaleza de problemas, el vacío y ambigüedad legislativa a nivel estatal ha repercutido en el contenido final de las diferentes leyes integrales autonómicas contra la violencia de género. Si bien todas hacen referencia a los sistemas de servicios sociales, existe gran disparidad entre ellas en cuanto a las funciones y responsabilidades específicas que se les asignan, así como disparidad en cuanto a la tipología, calidad, suficiencia e intensidad de cobertura de las prestaciones, servicios, programas y medidas que deben disponer. Ante esta indefinición y ambigüedad de responsabilidades en materia de servicios sociales, en no pocas ocasiones las Administraciones privatizan y precarizan el total de la actividad con una argumentación sesgada que induce a concebir la privatización como hecho indisociable de una oferta de atención especifica y especializada a la mujer. De igual modo, se confunde la promoción de la participación de los movimientos y organizaciones sociales con la inhibición por parte de las Administraciones del ejercicio de las responsabilidades y potestades que les son propias. Los derechos que la ley Integral 1/2004 reconoce a las mujeres no podrán ser plenamente ejercidos si estos, a su vez, no tienen adecuado traslado y reflejo en los distintos sistemas de bienestar implicados. En ese sentido, el papel de los servicios sociales de responsabilidad pública en el desarrollo de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Genero debe ser analizado y mejorado. § 14 #7N: manifiesto del Movimiento Feminista El movimiento feminista DENUNCIA que las violencias machistas suponen la manifestación más violenta de LA DESIGUALDAD DE GÉNERO Y SUPONEN la más grave violación de los DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES que padece nuestra sociedad. Marcha Estatal Contra las Violencias Machistas El movimiento feminista DENUNCIA que las violencias machistas suponen la manifestación más violenta de LA DESIGUALDAD DE GENERO Y SUPONEN la más grave violación de los DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES que padece nuestra sociedad. Desde el año 1995, 1.378 mujeres han sido asesinadas por el terrorismo machista. En lo que llevamos de año se han contabilizado 70 feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres: solo en el verano de 2015 han sido asesinadas 37 mujeres y 8 menores a manos de sus parejas, padres o parejas de sus madres. Mujeres y menores sufren violencia patriarcal en múltiples formas. Y esto sólo es la punta del iceberg. En los últimos años hemos padecido los recortes sistemáticos en los recursos públicos generales, en los derechos sexuales y los derechos reproductivos, recortes en la interrupción voluntaria del embarazo de las menores de entre 16 y 17 años y recortes en los recursos especializados contra las violencias machistas. La cultura patriarcal nos culpabiliza sin que la sociedad, los medios de masas y los poderes públicos se enfrenten a los mitos misóginos y anti feministas. El movimiento feminista considera que las violencias, que vivimos en distintos ámbitos, suceden en una sociedad que tolera la desigualdad, y resta credibilidad y autoridad a las mujeres. El machismo alimenta nuestra desvalorización, la cosificación de nuestros cuerpos y la falta de respeto a nuestras decisiones. Igualmente, estas agresiones son inseparables de las que sufren las personas que no responden a la masculinidad hegemónica. Por todo ello, el movimiento feminista convoca la Marcha contra las violencias machistas el 7N para: EXIGIR: •Que la lucha contra el terrorismo machista sea una cuestión de estado. •Que se desarrolle e implemente el Convenio de Estambul y el cumplimiento de las recomendaciones de la CEDAW, y se reforme la ley 1/2004 para que estén reflejadas todas las formas de violencia contra las mujeres. •Que toda la sociedad y sus organizaciones e instituciones se comprometan en esta lucha. •Que la lucha y los recursos incluyan tanto la violencia que ejerce la pareja o ex pareja como las agresiones sexuales, el acoso sexual en el ámbito laboral, la trata 15 § con fines de explotación sexual/laboral de mujeres y niñas y todas las violencias machistas. •Que todas las instancias de gobierno se comprometan realmente en la prevención y erradicación de las violencias machistas, así como en la asistencia y reparación de todas las mujeres en situación de violencia, independientemente de la situación administrativa en que se encuentren las mujeres. •Que el acento se ponga en la protección de las afectadas, facilitando diferentes salidas que impliquen una verdadera recuperación vital, económica y social de ellas así como de sus hijos e hijas. •Que la prevención sea una política prioritaria, que incluya un sistema coeducativo en todos los ciclos, la formación específica para todo el personal profesional que interviene en los procesos, los medios de comunicación, la producción cultural y la sociedad civil en la lucha contra las violencias machistas. •Que los medios de comunicación se comprometan a hacer tratamiento adecuado de las diferentes de violencias machistas, visibilizándolas, evitando el sensacionalismo morboso en su tratamiento y utilizando un lenguaje y unas imágenes no sexistas. •La eliminación de la custodia compartida impuesta y el régimen de visitas a los menores de los maltratadores condenados. La retirada y no cesión de la patria potestad a los maltratadores. Tomemos conciencia de una vez que el Machismo Mata y hace imposible la convivencia exigible en una democracia. Estamos aquí presentes para hacer un llamamiento a cada persona, a cada institución, a cada partido político, a cada gobierno para no ser cómplices de esta barbarie. La mitad de la humanidad tiene que seguir viviendo, no podemos permitir ni un asesinato más. Por ello os esperamos el próximo 7 de Noviembre en Madrid, donde realizaremos una Marcha que saldrá desde el Ministerio de Sanidad en el Paseo del Prado, a las 12 h, hasta Plaza de España. ¡¡¡NOS QUEREMOS VIVAS!!! ¡¡¡BASTA YA!!! Web: marcha7nmadrid.org Twitter: @Marcha7Nmadrid Facebook: Marcha #7N contra las Violencias Machistas Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO C/ Fernández de la Hoz, 21, 1ª planta Teléfono: 91 757 22 99 Fax: 91 548 16 13 28010 Madrid fsc@fsc.ccoo.es www.fsc.ccoo.es