Fovismo El fovismo, también conocido como fauvismo, en francés fauvisme, (aprox. 1905-1908) fue un movimiento pictórico francés caracterizado por un empleo provocativo del color. Su nombre procede del calificativo fauve, fiera en español, dado por el crítico de arte Louis Vauxcelles al conjunto de obras presentadas en el Salón de Otoño de París de 1905. El precursor de este movimiento fue Henri Matisse y ha tenido gran influencia en la pintura posterior con relación al uso libre del color. Contenido 1 Origen del nombre 2 Contexto 3 Características 4 Referencias 5 Enlaces externos Origen del nombre El término fovismo surge durante la celebración del Salón de Otoño en 1905 ya que se presentaron numerosas obras a concurso y aparecieron problemas a la hora de clasificar y encajar algunas de ellas. Fue algo parecido a lo que pasó en su momento con los impresionistas puesto que una serie de pinturas son calificadas de «incoherentes» y sus autores son excluidos del salón por expresarse de un modo intenso y diferente. El crítico Louis Vauxcelles afirmó sobre ese conjunto de obras Mais c'est Donatello parmi les Fauves (Esto es Donatello entre las fieras), por lo que de la palabra fauve derivó en fauvisme (fauvismo o fovismo). La mención a Donatello se debe a que en la misma sala había una escultura de corte renacentista. Los autores de las obras no dieron importancia peyorativa al nombre de «fauvismo» sino al contrario lo adoptaron como distintivo de sus obras. Contexto En 1904, Henri Matisse (padre del fovismo), pinta Lujo, Calma y Voluptuosidad, considerada como la obra síntesis del postimpresionismo, manipulado en un ejercicio personal, y virtualmente un manifiesto de lo que sería el fauvismo poco después. La utilización subjetiva del color y la simplificación del dibujo sorprendieron a todos cuando fue expuesto en el Salón de la línea y el color. Su desinterés por el acabado y sus colores chillones le granjearon el desprecio de la crítica cuando expuso sus paisajes, pintados en Colliure, en el Salón de Otoño de 1906. Allí también se expuso el Retrato de la Señora Matisse que la presentaba como una caricatura de la feminidad y una excentricidad. El repudio de la crítica convirtió al fovismo en el grupo de vanguardia en París. Maurice de Vlaminck se unió al fovismo de Matisse y Derain. Como movimiento expresionista, apareció cronológicamente a la vez que el Expresionismo alemán, con una base de protesta opuesto al Positivismo, al Naturalismo y al Impresionismo. Sus principales influencias vienen de Paul Gauguin y de las ideas de Zola, Nietzsche, Stirner y Huysmans. Aunque concebían la actividad artística como un impulso vital, el punto de partida fue la resolución de problemas puramente plásticos, como el uso del color en una función plástica y constructiva al mismo tiempo. El maestro del grupo fue Gustave Moreau, en cuya escuela estudiaron Matisse y Rouault, Marquet, Manguin, Camoin y Jean Puy. Moureau no enseñaba ninguna doctrina sino que forzaba a sus alumnos a pintar con independencia y con la técnica que fuera más adecuada a su temperamento. De la obra de Gauguin aprendieron la libertad en el uso del color, que llevaron al extremo (los colores como cartuchos de dinamita, que diría Derain), así como la liberación del temperamento y el instinto personal. También admiraban la capacidad de síntesis y el sentido decorativo de la obra de Gauguin. Para los fauvistas el cuadro debía ser expresión, no composición y orden. Características El fundamento de este movimiento es el color liberado respecto al dibujo, exaltado de contrastes cromáticos. Los artistas fauves van a jugar con la teoría del color: ésta se va a basar, principalmente, en entender qué colores son primarios, cuáles son secundarios y cuáles son complementarios. Al entender esto, se va a conseguir una complementariedad entre colores, lo que producirá un mayor contraste visual, una mayor fuerza cromática: o Colores Primarios: rojo, amarillo, azul o Colores Secundarios: se obtienen mezclando colores primarios: rojo + azul (violeta); rojo + amarillo (naranja); amarillo + azul (verde). o Complementarios: se entiende por color complementario, el color opuesto a otro: para el verde es el rojo, para el azul es el naranja y para el amarillo es el violeta. En esta búsqueda tan marcada por el color, van a olvidarse otros aspectos como el modelado, el claroscuro, la perspectiva la va a traducir en el uso de toques rápidos, vigorosos, los trazos toscos y discontinuos, la distorsión, es decir, todo lo contrario, aquello que da la sensación de espontaneidad. Parece como si no supieran pintar, como si hicieran sus obras de cualquier manera. Otra característica de esta pintura es su intención de expresar sentimiento (algo que ya vimos en su momento con los Nabis). Esto es importante porque tendrá una percepción de la naturaleza y de lo que les rodea en función de sus sentimientos. El dibujo será un aspecto secundario para estos artistas, sin embargo, Matisse no se va a olvidar de él. También va a destacar un aspecto decorativo y líneas onduladas. Defienden una actitud rebelde, de transgredir las normas con respecto a la pintura. Buscan, en definitiva, algo diferente, que les haga avanzar en el ámbito artístico. Con respecto a los temas, van a ser muy diversos: algunos pintarán el mundo rural, otros el ámbito urbano. Los habrá que pintan desnudos, interiores. El aire libre (plein air → clara influencia del impresionismo) y la alegría de vivir también van a ser recurrentes para otros. Referencias