Página | 94 Articulo Especial La tarea trasplantológica ha cumplido su mayoría de edad en Argentina. Demostró eficacia y eficiencia. A pesar de todo, la población no aporta el número adecuado de donantes. Sin donantes no hay órganos, sin éstos no hay trasplantes. Cuando ninguna sustitución es posible, los pacientes fallecen en la lista de espera (de emergencia, de urgencia o programados). Desatender esta situación vulnera obligaciones y lesiona derechos. Cabe analizar la pregunta que plantea la siguiente presentación. ¿Puede la donación de órganos y tejidos ser una tarea cotidiana y sistemática del hospital? Lucrecia Raffo Médica Clínica Magister en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud Ex Directora Ejecutiva del Hospital Nacional Prof. Alejandro Posadas Ex Responsable Región V Programa VIH/SIDA/ITS INCUCAI La indicación de los trasplantes como herramienta terapéutica para prolongar o mejorar la calidad de vida de muchas personas enfermas se ha incrementado de manera sostenida en las últimas décadas. Sustentan estos cambios los avances tecnológicos, farmacológicos, operativos, comunicacionales y sociales, así como la mayor y mejor sobrevida de las personas trasplantadas. Es aquí donde la ecuación básica “sin donantes no hay trasplantes” lleva a reformular continuamente las estrategias para incrementar y mejorar la accesibilidad y factibilidad en todos los sistemas sanitarios en el mundo. El sistema español ha sido pionero y es referente por sus logros, y es en su modelo en el que se apoya la estrategia de nuestro país. En Argentina, la articulación entre efectores públicos y privados garantiza el acceso al trasplante. El Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) y los 24 Organismos Provinciales de Ablación e Implante impulsan, desarrollan, coordinan y fiscalizan las actividades de procuración y trasplante generando estrategias y modalidades que permitan mejorar los indicadores sanitarios. ¿Cuál es el rol de los hospitales hoy? Mucho camino se ha recorrido desde las históricas modalidades iniciales de operativos por parte de equipos extrahospitalarios con personal especializado donde los procesos se desencadenaban o no a partir de una llamada telefónica. Hace una década, la implementación del Plan Federal de Procuración avanzó en la creación de la figura de coordinadores hospitalarios como actores clave en la concreción de los pasos inherentes al proceso de procuración de órganos y tejidos. La incorporación de estos actores, en general médicos terapistas de adultos que eran parte de los planteles de cada hospital, constituyó un primer escalón Página | 95 en la delegación al hospital de parte de la actividad en la que se sustenta la posibilidad de que miles de personas accedan a un trasplante. Esta estrategia permitió avanzar notablemente en cantidad y calidad de donantes. Argentina pasó de tener 6,9 donantes de órganos por millón de habitantes (DPMH) en el año 2000, a cuantificar 10,6 en 2004. En 2012 alcanzó la cifra de 15,1 su pico máximo. En el año 2014 el índice de DPMH fue de 13. Sin embargo, la indicación de trasplantes también creció y sigue superando la tasa de donantes, por lo cual las listas de espera continúan incrementándose. Esto pone en evidencia la vigencia de un problema de salud pública que sólo puede encontrar solución aumentando la disponibilidad de órganos y tejidos para trasplante. A fines de 2014 y en nuestro país, 7740 personas esperaban un órgano y 3459 esperaban una córnea. El sistema español ha logrado estabilizar dicha lista a expensas del incremento de donantes. La comunidad ha avanzado positivamente en el camino de la donación. Esto es condición necesaria pero no es suficiente. Queda aún impulsar mucho más al propio sistema de salud. Cabe al Hospital un lugar estratégico como generador de donantes. ¿Qué podemos hacer los equipos de salud hospitalarios? Estos pocos datos pueden ser suficientes para detenernos a reflexionar sobre nuestras prácticas diarias, entender por qué es necesario involucrarse cotidianamente y contribuir a eliminar la creencia de que la procuración es una actividad selecta de la cual son responsables unos pocos expertos. Probablemente las más de 11.000 personas que aguardan un órgano o un tejido en una lista de espera no nos sean visibles, a menos que sean nuestros propios pacientes. Tal invisibilidad genera que no veamos en forma sistemática a cualquier fallecido como potencial donante. Este pequeño gran obstáculo hace que no se activen los pasos iniciales para concretar la acción solidaria, altruista y hasta reparadora de lograr que esos órganos o tejidos, que indefectiblemente han llegado a su fin biológico, permitan vivir o vivir mejor a otras personas que aún tiene vida. Introducir el tema de la donación de órganos y tejidos en la agenda de cada sector del hospital, en sus planes estratégicos y en su acción cotidiana es un camino que debe recorrerse con énfasis, ocupar más espacio y priorizarse. No importan las condiciones institucionales, los momentos de calma y los momentos adversos siempre van a sucederse entre sí. El fallecimiento de personas en el hospital es un conti- nuo que trasciende a las circunstancias, y el intento de evitarlo cuando es evitable es una de las esencias y razones de ser de los hospitales. Algunos factores como los mitos y tabúes, tan propios de la condición humana, pueden actuar como obstáculos a la procuración de órganos y tejidos al ser en algún punto generadores de dudas y temores. Es saludable que todas esas creencias puedan expresarse, para así poder realizar todas las aclaraciones necesarias que permitan revisar el tema. En el año 2006, la Ley Nº 26.066, que actualiza la Ley Nacional de Trasplante de Órganos y Tejidos N° 24.193, avanzó profundamente al definir que toda persona mayor de edad es donante a menos que haya expresado lo contrario. Sin embargo, su aplicación por parte de los trabajadores de la Salud dista de ser sistemática. Generar acciones de divulgación, de discusión sobre su implementación y de devolución de resultados es una propuesta que debiera incluirse en las acciones docentes hospitalarias habituales de formación y actualización del capital humano. Es recomendable que se conformen ámbitos educativos y de discusión para que cada institución pueda encontrar la mejor manera de avanzar en logros y resultados positivos. Para aclarar saberes y deconstruir creencias, el INCUCAI y los organismos provinciales de cada jurisdicción, aportan cursos de capacitación y actualización. Un ejemplo de organización del Hospital para avanzar en el tema, es la conformación de un Comité de Procuración de Órganos y Tejidos, interdisciplinario y representativo de los distintos sectores. Estos Comités facilitan el aprendizaje colectivo a través de las múltiples tareas que puede generar y desarrollar. Entre otras: - Difundir el compromiso del Hospital con la temática de la procuración de donación y trasplante de órganos - Presentar el programa en los servicios difundiendo resultados y desafíos periódicamente o a través de reuniones y talleres para analizar roles, identificar logros y dificultades. - Sensibilizar y motivar al público interno en la problemática de donación y trasplante - Divulgar, comunicar y capacitar al personal del Hospital para que pueda intervenir en los procesos de donación-trasplante. - Realizar cursos y talleres para el equipo de salud según su rol. - Desarrollar, adecuar e implementar protocolos asociados al proceso de donación. - Conocer y analizar los resultados del proceso de donación- trasplante realizados en el Hospital y or- Página | 96 ganizar ateneos de devolución de casos, donde los equipos de trasplantólogos visitan el hospital, presentan los resultados, intercambian opiniones sobre el tratamiento recibido por el donante en muerte encefálica y permiten así a cada trabajador identificar cómo concluyó el proceso que ellos iniciaran. - Contribuir a agilizar y facilitar la inscripción a la Lista de Espera de pacientes del Hospital (crear canales sencillos para el acceso a consultas y estudios). - Promover la participación del equipo de salud en actividades del campo científico (revistas, congresos). En resumen Es conveniente detenerse un momento en tarea diaria para reflexionar y dimensionar la solución que la procuración otorga y la magnitud del problema que genera la falta de órganos. El Hospital es la institución sanitaria más adecuada para garantizar la posibilidad real de trasplante en la medida en que actúa como nexo entre potenciales donantes y potenciales receptores. El compromiso cotidiano permite dar pasos efectivos para incorporar la procuración de órganos y tejidos como actividad sistemática. Esto es posible: beneficia a las personas enfermas que esperan, a los propios trabajadores de salud y a la institución a la que pertenecen. El Hospital es, ante todo, el personal que lo integra y si lo decide, puede ser gestor eficiente y eficaz de esta acción solidaria. .