Pertinencia de la educación superior cubana Angel Abascal Iglesias Vice-Ministro Ministerio de Educación, Cuba. La educación superior en nuestros días adquiere un papel relevante en virtud de los cambios acelerados que en el orden científico y técnico inciden directamente en el desarrollo socioeconómico y cultural de los países, lo que determina la necesidad de redefinir y perfeccionar sus funciones con respecto a la formación y capacitación permanentes de los recursos humanos altamente calificados, la investigación científica que sustenta esos cambios y los servicios que aporta a la sociedad en correspondencia con dicho desarrollo. Este perfeccionamiento implica el establecimiento de los nexos e interrelaciones adecuados con el resto del sistema educativo, con el mundo del trabajo y con la infraestructura que promueve el desarrollo científico y tecnológico. Constituyen asimismo un elemento de primer orden las relaciones con el Estado, las que en esencia responden a la política que este asuma en relación con las funciones sociales de la educación superior y la responsabilidad de garantizar que estas se cumplan plenamente. Considerar la educación superior como una inversión estatal a largo plazo ha redundado en Cuba en la existencia actual de más de medio millón de profesionales universitarios en todas las ramas, un alto nivel cultural y educacional de su población y un desarrollo científico que no habría sido posible sin una clara estrategia en esa dirección. 81 RELACIONES CON EL CONJUNTO DEL SISTEMA EDUCATIVO El Sistema Nacional de Educación en Cuba se estructura como un sistema orgánicamente articulado que abarca todos los tipos y niveles de enseñanza, uno de cuyos subsistemas es la educación superior. Esta posee la característica, a diferencia de otros países, de constituirse en un nivel único de educación, de carácter universitario, por lo que todos sus egresados, independientemente de la carrera estudiada, adquieren la titulación profesional correspondiente al más alto nivel de la educación de pregrado. Asume también la responsabilidad de administrar el cuarto nivel de enseñanza -la educación postgraduada- que dado el desarrollo profesional alcanzado en el país adquiere cada día mayor relevancia. La articulación del propio sistema educativo permite el acceso a la educación superior por diferentes vías, elemento importante en la aplicación del concepto de la universalización de la enseñanza, base de una concepción educativa democrática y humanista que garantiza al individuo no sólo la posibilidad material real de acceder a la educación -a partir de la responsabilidad estatal de asumirla como una de sus funciones sociales- sino también de alcanzar los más altos niveles de preparación en virtud de sus méritos personales, sin ningún tipo de discriminación o restricción por razones de origen o condición social. Por otra parte, la concepción de una planificación social de los recursos humanos permite delimitar cuantitativamente la necesidad tanto de profesionales universitarios como de nivel medio y de obreros calificados, estableciéndose así una correspondencia entre las cifras de ingreso a estos niveles de educación y la demanda laboral. El propio desarrollo educacional alcanzado en las últimas tres décadas hace posible que la principal fuente de acceso a las universidades la constituyan los bachilleres egresados del sistema regular de la educación general -para algunas carreras específicas los técnicos medios-, a partir de un sistema de ingreso que tiene en cuenta tanto el aprovechamiento académico rendido en sus estudios de preuniversitario como los resultados de los exámenes de ingreso establecidos para matricular en la educación superior. Esto permite acceder a la formación regular diurna en los diferentes tipos de instituciones universitarias existentes en el país. 82 Existen asimismo los cursos regulares para trabajadores, en modalidades que básicamente se desarrollan a la par de su actividad laboral, los cuales tienen también una articulación con niveles precedentes del sistema educativo, fundamentalmente provenientes de los subsistemas de la Educación Técnica y Profesional y de Adultos; y los cursos dirigidos -enseñanza libre- a los cuales tienen acceso todos aquellos que posean el nivel medio superior aprobado. Cabe destacar que en la concepción del sistema educativo como una unidad, independientemente de la existencia de dos órganos estatales que tienen la misión de su dirección, las relaciones entre la educación superior y sus niveles precedentes no se establecen únicamente en el sentido de continuidad de estudios, sino que se asientan sobre la base de diferentes interrelaciones sistémicas que permiten una valoración integral del desarrollo de los recursos humanos en el país, vinculaciones nacionales y territoriales en función de la articulación entre enseñanzas, así como en la ejecución del trabajo científico, comunitario y de superación profesional. Un aspecto particular de esta concepción lo constituye la formación y perfeccionamiento del personal docente de todos los tipos y niveles de enseñanza, la que progresivamente fue elevando su nivel hasta la actualidad, en que sólo se desarrolla con carácter universitario. RELACIONES CON EL SISTEMA ECONOMICO LABORAL. EL PAPEL DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA Y TECNOLOGICA. La aplicación del estudio-trabajo como uno de los principios básicos que sustenta la política educacional cubana, adquiere en la educación superior la particularidad de articular sistémicamente la formación académica de los estudiantes universitarios con su futura actividad profesional, vista ésta a través de su inserción directa y efectiva en la práctica laboral y en el trabajo investigativo en todos los años de su formación. La peculiaridad del necesario acercamiento de la educación con la producción, como consecuencia de la revolución científico-técnica, debe verse en una doble vertiente, tanto en el proceso organizacional de las instituciones universitarias como en el valor que representa el trabajo en la formación de los futuros graduados. Igualmente debe analizarse 83 en el marco de las habilidades profesionales, sino también en el aspecto ético y la formación de cualidades personales que le permitan insertarse en la sociedad con mentalidad de productor-investigador, imbuido del rol que le corresponde como transformador activo de la sociedad con un enfoque humanista. No se trata de fundir en una sola organización la universidad y la producción sino de compartir en todas sus facetas las relaciones e interconexiones que permitan afrontar las necesidades productivas e investigativas que el país requiere. El criterio de concebir como una unidad docencia-producción-investigación caracteriza en general a la educación superior cubana, siendo el abordaje intersectorial, interinstitucional e interdisciplinario a lo que está llamada la universidad de hoy. Esta concepción engloba también, en el plano estructural, la existencia de verdaderos complejos educativos, ya que la universidad trasciende sus propios marcos para extenderse al sector productivo y de los servicios y a la labor investigativa fuera de sus fronteras tradicionales. Existen sectores que por su trascendencia en la función social que ejercen en el desarrollo del país, tienen adscriptas directamente sus instituciones universitarias, como es el caso de la formación médica, pedagógica y de la cultura física, lo que le confiere una integralidad en la concepción, proyección y ejecución de la formación de sus recursos humanos, la investigación científica y la función de servicios que las mismas realizan. La posibilidad de integración que propicia el sistema social permite, en todos los casos, la existencia de unidades docentes, centros de práctica y entidades laborales, donde se interrelacionan la labor de profesores y estudiantes universitarios con los profesionales y especialistas del sector correspondiente, produciendo una interacción bidireccional que garantiza la actividad de los que forman y se forman en el mundo real donde se desarrolla el proceso productivo o asistencial, vinculándolo a la vida y creando condiciones favorables para la inserción profesional de los futuros graduados. Al mismo tiempo, se propicia que el trabajo investigativo universitario redunde en los resultados de ese propio proceso, a la vez que contribuye a elevar la calificación de quienes lo ejecutan y se produce una retroalimentación sistemática desde los centros productivos y de servicios sobre las nuevas metodologías y tecnolo- 84 gías que se introducen, contribuyendo a la actualización y enriquecimiento de la formación académica. De igual forma, la práctica de la investigación no sólo se enmarca en las propias instituciones universitarias -independientemente de que en muchos casos existen adscriptos a ellas centros científicos especializados que integran dichos complejos-, sino que con esa intención se extiende también a los centros de la producción y los servicios, con la participación de sus profesores y estudiantes, aportando sus resultados al desarrollo científico-productivo y en general de toda la sociedad, lo que conjuntamente potencia la capacidad científica y profundiza los nexos señalados entre docencia, producción e investigación. El proceso de dirección de la ciencia en la educación superior se lleva a cabo a través de la elaboración de planes a mediano y corto plazo, tomando como base la estrategia del desarrollo económico y científico de la nación y de los propios intereses del desarrollo de la enseñanza universitaria. Esto permite que en la actualidad estén definidas las principales líneas de desarrollo científico en sus instituciones, donde se incluyen proyectos en temáticas de avanzada, que se conjugan con los que permiten, mediante la investigación-acción, dar respuesta más inmediata a las necesidades de entidades del territorio donde están enclavadas, e introducir sus resultados directamente. También en función de su desarrollo interno se investigan los aspectos relacionados con el perfeccionamiento de la enseñanza universitaria, tanto en el pregrado como en la educación postgraduada, y el desarrollo de la informática educativa. La considerable fuerza de trabajo calificada y la base material y técnica que hoy poseen las instituciones universitarias -incluyendo las que específicamente posee la red de centros científicos adscriptos a ellas y el potencial que representan sus estudiantes insertados en una formación que establece como uno de sus principios la labor investigativa, han permitido hacer importantes contribuciones al desarrollo económico y social del país. Entre ellas se incluye la producción científica recogida en múltiples publicaciones especializadas dentro y fuera del país, la realización y participación en eventos nacionales e internacionales y la labor de asesoramiento y preparación de especialistas extranjeros, todo lo cual ha contribuido a alcanzar un prestigio que confirma el nivel de actividad científico-técnica alcanzado. 85 RELACIONES CON EL SISTEMA POLITICO Y EL ESTADO. AUTONOMIA Y LIBERTAD ACADEMICA Las relaciones de la educación superior con el sistema político y el Estado no se establecen sólo a partir de que éste asume la responsabilidad de su financiamiento para garantizar su gratuidad y la garantía de su existencia, sino también por las funciones sociales que le son inherentes y que están vinculadas al desarrollo socioeconómico M país en relación con la formación y perfeccionamiento de los recursos humanos altamente calificados que se requieren para ello, la investigación dirigida a ese fin y los servicios que paralelamente presta a la sociedad en una interrelaci6n sistemática con la producción, los servicios y el trabajo comunitario, constituyendo centros promotores de la cultura en su más amplia acepción. El lugar que adquieren las universidades actualmente en el país y el compromiso con la sociedad es una responsabilidad consciente, y una forma concreta de revertir a ella la prioridad brindada a su existencia y desarrollo. Ello les confiere un nuevo papel protagónico, que a la vez, propicia la obtención de recursos que ayuden a sustentarlas, el cual se logra precisamente con su acción más directa en la investigación-producción en los sectores priorizados y estratégicos del desarrollo socioeconómico y cultural del país. A partir de esta concepción, la existencia de un organismo estatal rector de esta actividad y su interrelación con los restantes órganos de la dirección estatal, garantiza, entre otras funciones, el establecimiento de planes nacionales de desarrollo de la formación de profesionales y de la educación de postgrado que se corresponden con la proyección estratégica de las necesidades de desarrollo del país, así como los principios generales para la organización y dirección docente metodológica y científico-investigativa de los centros de educación superior. Esta dirección se ha conjugado en los últimos años con una progresiva descentralización en la toma de decisiones que directamente asumen las universidades, y que responde a la necesidad de conjugar la masividad con la calidad y la unidad de la política con la diversidad que representa su ejecución en las diferentes ramas de la ciencia, la tecnología, la economía y la cultura, y de acuerdo con las características de los territorios y regiones del país. 86 En este contexto los conceptos de autonomía institucional y libertad académica adquieren una connotación diferente. La concepción planificada del desarrollo nacional condiciona un necesario nivel de centralización en aquellos aspectos que responden a la asignación de recursos materiales y financieros, la determinación de las estructuras de carreras y redes de centros, las matrículas de ingreso en correspondencia con las necesidades del desarrollo socioeconómico y la situación real del empleo -teniendo en cuenta la responsabilidad asumida por el Estado de garantizarlo a cada graduado universitario-, así como en la evaluación de los resultados alcanzados por las instituciones universitarias. Ello no implica que no exista una participación activa de las mismas en el análisis y discusión de las principales líneas de desarrollo, la conformación de sus carreras y matrículas, la creación de nuevas instituciones, filiales, centros de desarrollo, entre otras, que garantizan una interrelación continua entre el nivel central y los ejecutores. En el orden técnico pedagógico el desarrollo acelerado y la masificación que se produjo en la educación superior, así como la diseminación necesaria para atender con más eficacia las necesidades de cada región, implicaron la utilización de gran cantidad de profesores y personal dirigente para los centros universitarios, sin la preparación y experiencia previas que habían caracterizado este nivel de enseñanza. Esto condujo a un mayor grado de centralización que contribuyó a su consolidación y a la preparación del personal docente y los dirigentes, al poder contar con modelos de actuación, planes de estudio y otros documentos rectores que constituyeron pautas para el desarrollo. En la medida en que se han ido consolidando las universidades y se ha venido contando con una fuerza científico-pedagógica capacitada, se han ido produciendo etapas de descentralización, que conducen progresivamente a que cada universidad establezca sus criterios de desarrollo institucional, sus líneas de investigación, su perfil diferenciado y responda responsablemente por los resultados y calidad de los recursos humanos que en ella se forman y perfeccionan. Así, la autonomía que en su acepción clásica se reclama para las universidades -por el freno que representan a su desarrollo políticas estatales que contradicen sus intereses y la proyección de su labor- en el ámbito de la educación superior cubana se transfiere a una concepción política, que armoniza los intere- 87 ses de la nación y los propios de la universidad como institución académica y científica. Cabe destacar, en la aplicación de estos criterios, el papel protagónico que adquieren tanto los docentes como los estudiantes universitarios en la toma de decisiones fundamentales. Ello viene dado no sólo por su presencia efectiva en los principales órganos de dirección de las instituciones propiamente dichas, sino por un estilo de comunicación e intercambio, que, desde el nivel de centro hasta la nación, los convierte en elementos activos que interactúan sistemáticamente en las decisiones políticas de mayor alcance y en su aplicación efectiva en cada nivel. En el plano de un criterio realista de descentralización, un ejemplo evidente lo constituyen los modelos curriculares, que se han ido transformando paulatinamente hasta el momento actual. Es así que, contando con la participación de reconocidos especialistas de la rama correspondiente, se precisan los documentos que definen las exigencias generales, el perfil de los egresados, la estructura general de los planes de estudio y su contenido fundamental. A partir de ellos los centros adquieren mayor autonomía en el diseño específico de las carreras, de acuerdo con el nivel de desarrollo alcanzado por la rama científico-técnica que se trate, las características regionales y el diagnóstico de los recursos humanos y materiales con que cuenta. Actualmente se acometen nuevos pasos para continuar dejando en el nivel de los centros las decisiones fundamentales sobre la dirección del proceso docente educativo. Bajo esta misma política puede analizarse hoy el criterio de libertad académica. Resulta incuestionable que la calidad del trabajo docente pasa necesariamente por la calidad de los profesores y su preparación científica y pedagógica, lo que constituye la principal garantía para la formación de los profesionales a que se aspira. De ahí que en cualquier caso -se declare o no- la libertad académica está presente en la actuación individual de cada uno de ellos. No obstante, la responsabilidad de dar respuesta a las exigencias que la sociedad plantea a los recursos humanos que la universidad forma, no puede constreñir la actuación de los profesores a su libre criterio, sino que ha de promoverse el análisis colectivo y la confrontación científica que sustenta y enriquece la docencia universitaria, a la vez que establecer los mecanismos de control y regulación del proceso docente educativo en correspondencia con los intereses sociales. 88 Partiendo de la autopreparación como premisa básica, en los centros de educación superior se estructura el trabajo metodológico -en sus direcciones docente y científica- en diferentes niveles organizativos, que desde la disciplina, el año y la carrera, dan coherencia a la formación de los profesionales y posibilitan el cumplimiento de los objetivos previstos para cada carrera, así como la adecuación o elaboración de los documentos científico-docentes que sustentan el desarrollo de ellas según las características de cada centro, y que cuentan con el aporte individual de sus docentes. A partir de ello, cada profesor ejerce libremente, aplicando los métodos y procedimientos metodológicos que considere adecuados, y que respondan a las características y potencialidades de sus estudiantes. Teniendo en cuenta estos criterios el sistema de control que se establece por cada centro de educación superior y el que se aplica estatalmente para la evaluación ínstitucional, valoran los resultados que se obtienen a partir del cumplimiento de los objetivos previstos, constituyendo la base de la evaluación de la calidad. RELACIONES CON EL SISTEMA SOCIOCULTURAL: DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE Y CULTURA DE PAZ. La consideración de que las universidades constituyen instituciones fundamentales para la promoción y el desarrollo de la cultura adquiere en Cuba una connotación particular al integrarse como elemento fundamental a una política dirigida no sólo a formar individuos altamente capacitados en el plano científico y técnico, sino también ciudadanos conscientes, capaces de asumir sus responsabilidades individuales y sociales en un mundo convulsionado por múltiples conflictos, donde simultáneamente se estrechan cada vez más las relaciones interculturales favorecidas por los avances de la tecnología informática y las comunicaciones y se enfrenta el fenómeno de la globalización. Para ello se fortalece la formación ideológica, patriótica y ciudadana que sustenta la identidad cultural, como base imprescindible para insertarse en el mundo y comprender los problemas más urgentes y trascendentes que hoy afectan a este. Solamente comprendiendo la necesidad de preservar el patrimonio histórico y cultural como nación y la defensa de la soberanía e independencia, así como de las conquistas y 89 derechos alcanzados, puede un pueblo integrarse al concierto de las demás naciones para lograr un desarrollo humano sostenible y una cultura de paz. Para ello se ha garantizado, en primer lugar, el acceso real a la educación y un alto nivel de seguridad social, además de promover una educación para el trabajo y para la vida, la posibilidad efectiva de ejercer la democracia -fomentada desde los primeros años escolares- donde el diálogo sustituya al monólogo que por siglos caracterizó a la educación superior y donde se forjen valores humanos que como la solidaridad y la honestidad hagan del hombre un ser verdaderamente superior. La necesidad de una formación con una dimensión ambiental que permita propiciar un desarrollo social y humano sostenible -ante las múltiples manifestaciones de depredación y exterminio de los recursos naturales que hoy ponen en peligro la propia existencia de la humanidad- es otra de las prioridades que hoy se asumen en la enseñanza universitaria cubana. Armonizar una preparación intelectual que propicie la capacidad de pensar por sí n-úsmo para tomar decisiones conscientes y crear una actitud de autoperfeccionamiento permanente, junto con el desarrollo físico y espiritual, se conjugan en la escuela superior cubana tanto en el plano curricular como extracurricular. La extensión universitaria bajo una concepción intrauniversitaria y extrauniversitaria, que establece sus relaciones en primera instancia con su comunidad interna -estudiantes y trabajadores- cumple otra de las funciones esenciales de la educación superior. Para ello, se conjuga lo que hemos de lograr en la formación integral del futuro profesional y, desde esa óptica, se abren entonces las universidades a su entorno como factores decisivos en el cambio y agentes transformadores en el mejoramiento humano, que ponen al servicio ' de la sociedad, no sólo sus recursos materiales y su potencial científico, sino que se nutren de ella para enriquecer su patrimonio. Esta concepción integral permite que estas relaciones con el medio sociocultural trasciendan el vínculo con la producción y la investigación. Se traducen también en la existencia de instituciones culturales de diversa índole, un fuerte movimiento artístico y deportivo, la creación de centros de estudio y reflexión, el desarrollo de proyectos comunitarios -donde se involucran como actores principales las instituciones 90 propias de estas comunidades- y la prestación de diversos servicios que hacen hoy de las universidades cubanas no sólo centros generadores de cultura sino promotores activos de la misma. DESCRIPTORES ENSEÑANZASUPERIOR; SISTEMA EDUCATWO; CONTROL DE CALIDAD; EVALUACION; CUBA HIGHER EDUCATION; EDUCATION SYSTEM; QUALITY CONTROL; EVALUATION; CUBA NOTAS/BIBLIOGRAFIIA Para hallar referencias al tema de la vinculación Universidad-Empresa desde distintas perspectivas analíticas e ideológicas véanse: Castillo: "Pertinencia de la investigación universitaria: el caso Venezuela" Lopes de Souza: "El aporte de las universidades públicas para el desarrollo socio-espacial en América Latina: reflexiones a partir del caso de Brasil", Programa Bolívar: "Programa Bolívar: aportes a la vinculación conocimiento-producció"', SELA: "La universidad como soporte fundamental del esfuerzo de competitividad empresarial de la región", Sutz: "La universidad latinoamericana y su pertinencia: elementos para repensar el problema", TelleríaGeiger: "Universidad-Gobierno-Empresa en Latinoamérica y Bolivia', 91