Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 26/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. T 0.1 10 LI 385 TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSION ;--IÜMElRO 6 B1BLIOGRAFIA R fャu ャ G c h ョ ャ |セ@ y A . CISCAil. R ev. C lí n. E s p., 49, 300, 1953. GAflNHLtlR, E. Am. R cv. Tu b., 64 , 256, 1951. B t:RCONHKY , l. Sy mpos iu •n el e C'a r clíolog ! a. Buenos Ah·es, 1952. ::;nmr.CK, R. I<li n. W seh1·., ll, 221, 1928. L tNI 'it:, M . A . "Car<l i opatol ogi a c lln ica". B :u celon a, 194(). PQNセ ョ Zウ@ nt-: CA illlAH<'O, H . R ev. Clln . E sp ., 3, 197, 1941. gcnzGセ jz@ lヲ V P.. :A, N . Hev. C lln E sp., 3, 6, 468, 1941. m ャtiセエ[コ@ gonzセ u ZzL@ M . M cd. Clin ., 4, 464 , 1945. JIMh:t:z DfA:t., C., C. aleセinyL@ M . y Q t:INTERO, J . R c1·. Clln. capacité ventilatrice diminuée chez ces malades, apparemment normaux. D'autres résultats (coefficient de capacité, récupération du pouls, coéfficient d'utilisation de l'oxygime), les confirmen t. Par contre, le volume minute a été généralement normal quelque fut l'ét:l.t clinique. Es p., 1, 2, 1940. SUMMARY Ventilalory performance is studied in patients with mitral stenosis. The vital capacity) maximal cspiratory capacity and reserve air werc generally normal in those subjets at resl who had not suffered a previous claudication accident and were clinically normal. When they were subjected to respiratory exertion - ma:rimmn brcathing capacity, re.sponse to cxution, breathing rescrvc-the values recorded evidenced a diminished ventilatory capacily in those seemingyl normal patients. Olher r esults ( capacity ratio) r eoovery o¡ pulsr -raf e, nhcolnr-arl crial o:rygcn gradient) confirmed those pre viously obtained. Minute VC I!tilation , however, was generally normal rega rdless of thc clinical condition . ZUSAMMENFASSUNG Man untersucht die Ventilationsfunktion bei Patienten mit Mitralstenose. Bei klinisch normalen Patienten und bei solchen ohne Voranzeichen einer Claudicatio ist wahrend der Ruhe die VitalkapaziUit, die maximale Exspirationskapazitat und die Atmungsreserve normal. Wenn man diese Patienten jedoch einer Atmungsanstrengung aussetzt, so zeigen die registrierlen Werte des A. G. W., der Reaktion auf die Ans trengung hin und die Atemreserven nach der Arbeit eine deutliche Abnahme der Ventilationskapazitaet bei diesen scheinbar normalen Kranken. Weitere Resultate (Capazitatskoeffizienten, P u 1ser h o 1 un g, Ausnutzungskoeffizient des Sauerstoffs) bestatigen die Ergebnisse. Dagegen ist das Minutenvolumen meist normal gewesen ganz abgesehen vom klinischen Stadium. RESUME On étudie la fonction ventilatrice chez des malades avec sténose mitrale. Chez les sujets sans antécédents de claudication, et cliniquement normaux, la capacité vitale) la maxim c capacité espiratoriTe et la réserve respi-ratoirc) est, en repos, généralement normale. Mais, lorsqu'on soumet ces malades a un effort respiratoire-voZumc minute maximum) réponse a l)effort) ?'éservc respiratoü·c apres Fexercicc1es valeurs enregistrées mettenl en rclief la TRATAMIENTO DE LA FASE MALIGNA DE LA HIPERTENSION CON CORTISONA (Comunicación previa.) A . LUIS gセQezN@ ;\1édko del H ospital J. B. iエオイ。セー」 N@ San Franci sco CCórd ob a). R epública A t·gentína. Presentamos en este trabajo tres historias clínicas de enfermos en fase maligna hipertensiva (síndrome isquémico maligno de Jimé:lez Díaz) que tratados con Cortisona remitieron totalmente la grave sintomatología que dicha fase implica. Este síndrome, caracterizado por una isquemia arteriolar persistente que evoluciona hacia la arteriolonecrosis, se representa en la clínica por una sintomatología más o menos típica, que se evidencia a veces en la totalidad de la economía y otras en determinados órganos (riñón , corazón, cerebro ) preferentemente. La hipertensión mínima elevada, las lesiones de fondo de ojo (hemorragias, exudados, edema papilar, reducción franca del calibre arterial, cruces), la cardiopatía hipertensiva, la encefalopatía hipertensiva, la insuficiencia renal progresiva, son los hallazgos clínicos que denotan la existencia del síndrome de isquemia, configurando un pronóstico sombrío y un tratamiento algo empírico en razón de desconocerse con exactitud la causa de tal estado anatómico arteriolar. Ultimamente se están arrojando algunas luces sobre el mecanismo de esta fase maligna, y la existencia de casos en los que se ha comprobado la reversibilidad del síndrome, como así su producción experimental mediante el uso de ciertas hormonas (DOCA), están inclinando a pensar, como ya lo hiciera VOLHARD, que debe existir alguna sustancia en el plasma de estos enfermos capaz de desencadenar esta fase al actuar sobre la pared arterial. Es por lo tanto de fundamental importancia la comprobación de la reversibilidad de la fase maligna, ya que sabiendo que la evolución hacia el exitus es muchas veces rápida en e stos casos, la acción del médico puede ser imprescindible y a veces decisiva. Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 26/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 31 diciembre 1953 REVISTA CLJNICA espaセol@ 386 debfa estar en juego, tal cr 'l lla en el mal as- Existen ya en la literatura casos セ・@ glome- mático el lupus eritematoso, reumatoidea y torulonefritis agudas tratados con cortisona con das aquellas colagenosis qur aún f scapan a nuestro completo conocimiento. . . resultados excelentes, y el primer caso アセ・ Nエセ・@ El tercer día de su ingreso se admm1straron 250 mg. 1 comentará aquí es una típica ァャッセ・イオ@ one ri IS de cortisona (Cortone Merck) intramuscular, el segundo aguda difusa grave en fase maligna, que セ・ ウᆳ día 100 mg. y el tercrro otros 100 mg. . . La evolución dr las curvas fué la del SigUiente cuaponde espectacularmente a la hormona cortical dro (fig. 1) : citada. · · t ¿Es permitido pensar que la Isquemia セ ョ@ < acentuada de estos ・ョヲイュセウ@ resp?nde a la misz .. z .. z., ocr .,E @ イ セ ma causa etiológica que la iウアオ・ョ[セ@ de una t::se セe@ -o ;:o -o ...... "'o maligna en una hipertensión cromca? nセ ウ@ .mセ セ@ セ@ セM u u V clinamos a pensar que sí, sólo que la rapid_a evolución en la nefritis aguda no llega a confi., a 9 11 10 6 !5 gurar la típica lesión arteriolar. TM T M T M T TH lM T ... M Nuestro primer caso, que pasamos a relatar, T R p fué reversible, Y creemos que no obstante el .i diarnóstico de G. N. aguda tenemos 、・イセィッ@ a セ|@ 50 140 1¡0 ー・ョセ。イ@ que estaba en fase maligna en razon de _.., セ@ ... '10 1t.O 39 haber llegado al coma. ¿;/ '"'-:: ... .. .. セ@ g) . 38 セゥo@ H istoria cl!nica 1.061.-B. R., soltera.-Arroyito. Pro1/incia de Córdoba. Ingresa en el hospital el 5-V-53 y se recogen los siguientes antecedentes: . . . Padres, vivos y sanos; colaterales, sm 1mportanc1a.. Sarampión. Eczema de cara y párpados hasta los cmco aftos. 'ó 1 e a los doce años. Menstruac1 n, regu ar indolora. cッセウエゥー。、N@ Con frecuencia, anginas (1951-52). Enfermedad actual.-Hace una ウ・ュセ。L@ 、セャッ イ@ de garganta, que mejora con gargarismos. S1ete. d1as después y dos antes de su ingreso: 」・ヲ。ャセウL@ vóm1tos, d1snea Y . edema generalizado <le m ediana m tcntndo.d. Consulta al médico que constata: P. A. 19-12. In_slltuyc tratamiento sin r esultado. La evolución (_isquemia) es rapidísima y esa misma noche se le practica セ。@ sangría, administrándosele suero glucosado, Ouabama Y sedantes. Se la envía al hospital al observar un empeoramiento del cuadro general. . . Al ingreso.-Se constatan: Disnea de 44 イ ・ ウーャイセ」 ッ ᆳ nes por minuto, 37,5 de temperatura, 140 pulsac10nes (regular, igual, t enso), presión arterial, 16/ 9. セ、 ・ ュ。ウ L@ somnolencia, cianosis de labios y pabellón auncular Y oliguria extrema. de Se pide examen de orina, que es informado: セLUP@ albúmina, hemat!es y cilindros granulosos en sedimento. El dosaje de urea informa: 1,83 gr. por 1.000. . El fondo de ojo (doctor BAZET) informa: Artenas con reflejos brillantes, calibre regular y cruces normales; en ambas papilas, sobre sus bordes superior e infe.r ior, se observan hemorragias en forma de llama de vela. No se observa otro signo patológico en el r esto del fondo. Se inicia tratamiento con suero glucosado hipertónico, vitamina C, I1ovocaína endovenosa y coramina. Cuarenta y ocho horas después de su ingreso la isquemia se acentuaba; la enferma respondía muy poco a las preguntas. Hiporreflexia franca, aumento de la cianosis periférica y se constataban: 39,2 de temperatura, 60 respiraciones por minuto, 158 pulsaciones (pulso casi filiforme). Una nueva sangría mejora por unos minutos esta sintomatología y media hora después estaba nuevamente en coma sin responder a los est!mulos. Vemos entonces a la enferma al consultársenos sobre la posibilidad de hallar solución a tan grave cuadro. Reconocemos una enferma en fase terminal con gran taquipnea, taquicardia con irregularidades del ritmo, cianosis, edema palpebral y coma. Con diagnóstico de glomerulonefritis aguda en fase maligna . indicamos cortisona, convencidos de que, si como últimamente se cree, estos cuadros obedecen a un mecanismo de sensibilización, algún proceso humoral セQ ・ョ。イアオゥ@ ao .n lO 89- 1C! o セVG@ Aセ@ .. V" • ls ·· . セ M --- -...... ..... r---....' . -- . '"'":" TA セ@ lA u;, OI AGNOSTICQ . ClOMfRUlON! -- .. ·- - t- セ@ .• COPIA CUAOP.O C.UMICO ·. TA セ@ A IT 1!o ..c. u O セ@ % 10 Fig. l. Al dla siguiente de la pr1mera aplicac1ón de cortisona, el examen de urra en sangre mostrahn 1,26: cuntro días después, 1,05, y nu ve d!as después u' セウエ・L@ el día 21, dieciséis di as despué.s del ュセイ・ウッ L@ tenia O, 1S de urea. La evolución de lo!! hallaz¡;o t n o r· n11 C 1t 1 1• r te: El día siguient e de la ap11cac10n a e corl.ll>ona, o,oo de albúmina, he matles y cilindros; cuatro días después, 0,30 de albúmina, hematfes y cilindros; nueve días después, 0,20 de albúmina y h ematies; cilindros no. c?nt iene, y a los veintidós días de la internación: vest1g10s de albúmina; h ematíes, no; cilindros, no. La enferma fué dada de alta sin hipertensión, sin edemas, sin hipertermia y con uremia normal. No se utilizó ningún otro medicamento. Histm·ia clínica 2.260.-0 . de A., de veintidós años, casada. -Cittd<td. Inglesa en el hospital el 1-VI-53 y se recogen los siguientes antecedentes: Padre, fallecido (sincope cardiaco ). Madre, vive sana. Enterocolitis a los ocho aftos. No recuerda otras enferm edades. Menarquia a los doce años, con ritmo 30/ 3. Casa a los veintiuno con esposo sano. Antecedentes enfermedad acttlal.-Embarazo que cursa normalmente. A los siete m eses del mismo, examen de orina normal. No hubo nuevos controles. Parto normal con hijo sano. Dos m eses después del parto comienza a notar edema palpebral y lumbalgias. pero concurre al médico sólo cuando aparece t emperatura, cefaleas, oliguria y vómitos ; se hace examinar, pero no encuentra mejoría con la m edicación indicada. Al cuadro anterior se agrega tos con exp ectoración espumosa Y rosada y es trasladada al h ospital. A stt ingreso.-Edema pulmonar agudo, marcada cianosis y taquicardia. Con el clorhidrato de morfina endovenoso, digitalización y aminofilina, a las treinta Y seis horas de iniciado el tratamiento, comienza a cede r la rémora pulmonar, disminuyendo la disnea y la expectoración. No obstante, la frecuencia del pulso era alta (110-120) y la presión arterial mostraba cifras de 17/ 12. La enferma presentaba mal estado general, palidez terrosa de piel, anorexia y cefaleas. Los controles efectuados cuarenta y ocho horas des- Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 26/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TOMO LI NúMERO 6 387 TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSI ON pués de su ingreso mostraron: Urea, 1,47 gr. por 1.000; eritroscdimentación, 20/70. Orina: Albúmina, 26 gr. por 1.000, sangre en abundancia; abundante pus y cilindros granulosos. Con diagnóstico de pieloncfritis en fase maligna hipertensiva (síndrome isquémico maligno) se inicia tratamiento con penicilina, estreptomicina, suero glucosado hipertónico con Cynarex, vitamina C, aminofilina intramuscular, restricción de sodio y dicta de arroz. Al quinto día de su ingreso el cuadro de edema pulmonar babia remitido completamente. Se auscultaba una discreta congestión bibásica en pulmón, pero la enferma aún presentaba mal estado general, la frecuencia del pulso era alta (110-120), cefaleas, palpitaciones, vómitos, oliguria, cdrmas palpebral<>s e hipertensión de 17/12. Nos encontrábamos antr una fase maligna cuyo probable origrn estaba en una pielonefritis puerperal que ya sr habla descompensado (edema pulmonar agudo) y trniamos la imprrsión de que debíamos actuar con cierta rapidrz, ya que estos casos suelen evolucionar aceleradamente hacia la gravedad. Recordando el éxito de la primera enferma en la que la cortisona redujo la fase maligna glomrrulonefritica, iniciamos también en esta enfrrma cortisona a la dosis dr 125 mg. cada doce hora..<;. A las veinticuatro horas (dos aplicaciones) la frecuencia del pulso rra de 80. La diuresis fué aumentando progresivamente de 950-1.200-2.100 gr.; los vómitos y crfalras drsaparrcirron y comenzó simultáneamente un drscrnso tensional que a la semana mostraba cifras de 16/ 10 y pocos dias después de 13 8. El cuadro clinico fué f"l siguirntc (fig. 2): Cuando la sintomatología de isquemia desapareció !taquicardia, cefaleas, oliguria, hipertensión, etc.) continuamos con suero glucosado con Cynarex, urotropina, vitaminas, dicta hiposódica y reposo; la enferma evolucionó favorablemente, siendo dada de alta al mes de su ingreso con cifras normales de prrsión, urca, temperatura, pulso y diuresis. clínica número 3.-A. de G .. tr('lntn mios, hゥM\セエッイ。@ N」セ。、@ Hセョᆳ Ciudad. Ingresa en el sanatorio el 10 IX con crisis subintrantes de encefalopatía hipertensiva. Sr recogen los siguientes antecedentes: Padres, vivos y sanos. Colatrrales, sin importancia. Siempre sana hasta hace cinco años, en que poco después de su primer parto, al practicarse un examen para ser intervenida de una hernia inguinal, se descubre una máxima de 180 mm. con mínima de 110 mm. y el examen de orina arroja los siguientes resultados: Albúmina, 2,50 gr.; sangre, contiene; cilindros, contiene; densidad, 1.020. Inicia entonces tratamiento con régimen e hipotensores (purinas) con franca mejoria en sus exámenes y en la cifra tensional, pero nota que el abandono del tratamiento se acompaña de rápido ascenso de sus cifras manométricas. Practica diversos tratamientos clínicos sin conseguir una modificación radical de su nefropatía y un fondo de ojo practicado aproximadamente al afio de descubierta su afección da ya señales de retinopatía hipertensiva. Tres años después es sometida a una exploración de función renal por separado (no es 1n tervenida). セᄋ@ o"' セイ@ t-O a: o 0 ... V CUADR O 2 p R iO T M T M -,o100 .... M ' イMセ@ eo o セ@ '" 35 TM T M セ@ セ@ / la.J 31 .../ .... 1 1 T M セ@ ..Mセ@ _ TA t_Yz re,. .. ::----"L . セM]Z@ T M 8 9 10 H TM T M T M T T M ' ' --セ@ " . .._ . .......,--c."""' TA COPIA CUADRO CLINICO. DIAGNOSTICO. 7 6 ' セ@ '!O 120 Gセ@ 10 TM 5 .1¡ 1<1 セVP@ 60 セッ@ lO 3 2. i %. 1 pielonfrtセMma@ ᄋ セ@ ,.._ ¡:.:.;.......- =,.. t...... iy. PIILMONo\R AGUDO Fig. 2. Un fondo de ojo practicado a los quince días (doctor mostró: Papilas de bordes netos, salvo el borde temporal de la papila izquierda, que se presenta en serrucho. Ese segmento es algo más blanquecino que el resto. Discreta irregularidad del calibre arterial. No existf' edema papilar ni signos de retinopat!a. Once dias después de su ingreso tenia: Urea 0,76 gramos por 1.000. Orina: Albúmina, 7 gr., sangr e (contiene), leucocitos granulosos (pt:s) regular cantidad. A los veintitrés d!as de su ingreso: Urea, 0,48 gr. por 1.000. Orina: Albúmina, 0,20 gr.; sangr e, vestigios; hematíes escasos en f'l sedimrnto. Cilindros y pus, n o contiene. • Sólo se administró cortisona y a la dosis de 125 miligramos cada doce horas (veinticuatro horas), luego 100 mg. cada doce horas (veinticuatro horas) y luego 100 mg. diarios dos días. BAZET) Mientras tanto, su cifra tensional oscila ya entre 21-22 de má.'>ima y 13-14 de mínima, con hemorragias y exudados en fondo de ojo. La función renal podía considrrarse buena. Tenia una urea normal, un clearance de la urea muy ligeramente reducido y una densidad normal. El diagnóstico era de glomerulonefritis crómca y esclerosis renal postnefrítica. Vemos a la enferma en consulta en ¡azón de que a su cuadro habitual se agregan unos accesos que consisten en intensos mareos y cefaleas, hipertensión de 23 17 y obnubilación. Estas crisis. que solian durar unos minutos en su domicilio, se repiten cada vez más frecuentemente y el tiempo dr duración (ya internada) llega a más de tres horas. Solicitamos un examen de fondo de ojo y se no!> mforma: Edema franco de papila bilateral, extendido a retina del lado izquierdo; hemorragias, rxudados, signos de Gunn y de Salas {retinopatía bipt'rtensiva). Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 26/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. :11 diciembre 1953 REVISTA CLINICA ESPAÑOLA 388 Imciamos entonces la hidrazin u La hipertensión se estabilizó en 21-22/1·1-15 al quanto día de la primera inyección de la hormona. QZ\セ@ cuadt o ce rebral no se n'pitió y el fondo de ojo practicado swt1' días después d<'i anterior mostraba {doctor B |zセZt@ 1: tranca dtsmtnución del edema papilar, sobn' todo dl'l lado izquiNdo; discreto aumento dl'l calibre artel'ial y 、ゥセュオ」ョ@ dP las hemorrag·ias. La enferma podía d<'ambula r a los ocho días. aunque S<' l'Xigía un n'poso casi absoluto !figura 3\. Iniciamos tratamiento con bromuro de tett·aetilamonio (cuatro ampollas diarias) y sulfanesia papaverina en dosis a ltas (tres por día). No disponíamos de セ・ク。ᆳ metonio y pensábamos asociar posteriormente la ィエ、セ。ᆳ zinoftalazina. Cuarenta y ocho horas después de su tno-reso las crisis eran casi subintrantes, y a pesar drl エイ。セゥ・ョッ@ la tarde del segundo día anotamos: hipertensión d<' 24, 17, cefaleas. obnubilación, vómitos, contracciones espasmódicas de brazos y piernas, discreta cianosis y taquicardia. co 1 z CIANOS1S - - ... + PRI:COMA - - + •· ARREFlE5 1A - .... + ++ + + - + ++ + ++ ++ +++ 'tt .. ++ セ wlsio|e@ VOMITO$ PIIES.ARTERI,t..L S + + PXセuQャacエon@ RセHLᄀ@ 23/tf 1 +++ 1++ +++ CH,t..L["5 ¡ ... ,, ..セᄋ@ ¡ MAREOS + SUlfAK. TUIU.tOUtll APAV[JIINA 3 4 zyn セ@ - - - ·:·r:. RセQᄀ@ ++ t P'UNCCIOM ャu BFセ s|@ +t 6 7 - - a - 9 10 - - - - - - - - - - zy,, Z",{J 2o/,s - - - - - - .- - 1= t - ' 1 Z",{¡ コセL@ 11 - zx,- - - l - zo;;s - t ORA.Z."'fOJlo\u\ZINA CORliSOI\l tOO LNセ@ 8P0"'vR0 セャ@ cortiセna@ tOO ""s l(IRAHII.A'1 CORTISONA 50 BGSセ@ Fig. 3. Practicamos una puncwn lumbar en decúbito laterai obteniendo liqutdo cristal de roca a 55 gotas por mint• to con la idea de reducir la hipertensión endocraneana; no obstante ello, a la noche del mismo día el cuadro d• convulsiones, vómitos y cefaleas continuaba y la enferma apenas respondía al interrogatorio. Estábamos en presencia de una glomerulonefritis crónica en fase maligna con encefalopatía hipertensiva evolucionando hacia una hemorragia cerebral terminal, pero no dejat:an de llamarnos la atención dos hechos: 1) La buena s uficiencia renal (densidad, 1.024 ), urea normal y clearance ligeramente reducido. En un cuadro de esle tipo con cinco aftas de evolución hubiéramos esperado un mayor compromiso de la función renal. 2 l La aparición de este cuadro de encefalopatía hipertensiva, casi bruscamente, en un cuadro r enal crónico que no daba Reñales de modificaciones recientes. Nos alentaba la idea de que esta fase maligna fuera debida a algún mecanismo humoral en juego, sobreagregado a su antigua lesión arteriolar. Pensamos en que los casos anteriores con fase maligna cedieron con cortisona, y cuando a la maítana siguiente la enferma estaba casi en coma, optamos por dar cortisona no obstante reconocer qu<' corríamos riesgos algo imprevisibles y dada la situación sumamente grave de la enferrr.a, sin respuesta alguna a la medicación instituida. A la mañana del cuarto dia inyectamos 100 mg. de cortisona intramuscular. A la tarde cesaron los vómitos y las convulsiones. Al quinto día no había cefaleas ni mareos y, hecho int!:'resante, la presión se había elevado a 26/ 17. Esto, a nuestro juicio, confirmaba la idea de que el mecanismo era humoral y no mecánico, como autores americanos piensan. La hipertensión en este cuadro de encefalopatía era un síntoma más, pero no era la causa del síndrome, y sobre esta causa, desconocida aún, habla actuado la c01·tisona, diría casi específicamente, en razón de la raptdez de la respuesta y la desaparición absoluta de las principales molestias. A los dos días de la primera dimos 100 mg. de cortisona, se produjo un nuevo pequeño ascenso t cnsional (la tensión habla llegado a 23/15), pero la enferma no t enía cefaleas ni vóュセエッウ@ ni convulsiones. La enferma estaba lúcida y se altmentaba sin inconvenientes. Dos días después agregamos 50 mg. de cortisona y la respuesta se mantenía. セオ@ Aproximadamt·nlt' a ャッセ@ <hc7. dins, y colncuhendo con menstruación, la l nf rma \Gオセ[ョ@ tnsommo, (JlSct ctn e falea y nervosism セ\@ ontro ltnn ¡nest6n ele 22 1!'•. s, continúa con la m J a l< n no¡octnfin dP bt·Cim•u r. fi, t"traetilamonw e htdtazmoftalaztna, a¡',rLbandu :;uHa nesia papaverina. Al siguiente día la presión está en 23 1 2/ 16. Indicamos 50 mg. de cortisona y la !:'nferma rrr dos días desciende su cifra t<'nsional a 21 15. desapareciendo nuevamente sus cefaleas y nrrvosismo. Continuamos sin inconvenientes con 50 mg. día por medio hasta completar los 500 mg. en total. Actualmente, la enferma <'Spera ser sometida al tratamiento con hexametonio, que ha llegado a nuestro poder, para observar si es practicabl!:' una simpatic!:'ctomía lumbar. CONSIDERACIONES FINALES. Hemos tratado una encefalopalía hipertensiva (fase maligna de una glomerulonefritis crónica), una pielonefritis aguda en fase maligna y una glomerulonefritis aguda difusa con síndrome isquémico maligno co!l cortisona (compuesto E de Kendall). Los resultados a nuestro juicio son excelentes y esperamos la oportunidad de continuar la experimentación clínica. E sta terapéutica y sus resultados abren en nuest ra consideración anchas puertas por donde ha de atravesar la verdad sobre la fase maligna de la hipertensión y determinados procesos renales Hセョヲ・」ゥッウ@ o alérgicos) . Creemos que si se confirma nuestra experiencia la reversibilidad de la fase maligna será un hecho que permitirá en el futuro el total esclarecimiento de este síndrome. Nos seduce la idea de que la ョ ・ ヲイ ッ・ウ」 ャ ・イセウゥ@ ュ。ャゥセョ@ sea el resultado de la persistencia e intenstdad de esta fase isquémica y que su me- Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 26/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TOMO LI ZG\HセAero@ G COMPLICACIONES DE LAS JAQUECAS canismo patogénico sea el que presentaron nuestros casos: ello permitiría ensayar la hormona en esta afección de pronóstico fatal en sus primeros momentos evolutivos. Sería, quizá, exagerado propugnar enfáticamente el uso de la cortisona en la fase maligna de la hipertensión, sobre todo si se tiene en cuenta que la reducción progresiva de la cifra tensional sólo se logra en forma completa en los casos en que la fase maligna acompaña a algún proceso agudo. Es aún poco prudente sacar conclusiones acerca de si la hormona debe usarse en todos los casos de síndrome isquémico maligno. Deberá empezarse primero por analizar esta fa se maligna en las distintas afecciones en que se la encuentra, observar su mecanismo patogénico, reconocer sus formas clínicas, descubrir el modo de obrar de la cortisona y recién en tonces podrá estarse cerca de precisar las indicaciones con exactitud. Nosotros pensamos tdados nuestros resultados) que la cortisona debe ser superior, por lo menos en los momentos críticos de la fase maligna, a las restantes medicaciones conocidas hasta la f echa , inclusive los pirógenos y el hexametonio, y ojalá así sea para bien de los enfermos, ya que como dice PAGE "Malignant hypertension is like a grass fire in a high wind." RESUMEN. Se exponen los buenos resultados obtenidos en tres enfermos con hipertensión maligna tratados con cortisona. Se piensa que este tratamiento puede ser útil en el futuro para obtener quizá la reversrbilidad del proceso. BIBLIOGRAFIA 1. 2. 3. •J. 5. 6. 7. P \ GE, IRn:-:r:, H. Journ. \m. Med. Ass .. dic. l. 1951. 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RESUME On expose les bons résultats obtenus chez trois malades avec hypertension maline, traités avec la cortisone. On pense que ce traitement peut etre utile dans le futur pour obtenir peut etre la reversibilité du proces. LAS COMPLICACIONES V ASCULO - CEREBRALES NEUROLOGICAS Y PSIQUICAS DE LAS JAQUECAS J. SIMARRO-PUIG. Jefe de Scn·icio de Xeurologia en el Instituto Xeurológico ::>.fun icipal. Barcelona. Los disturbios circulatorios que caracterizan y o acompañan a los accesos jaquecosos todavía no son bien conocidos, aunque existe un acuerdo en el sentido del reconocimiento de alteraciones de la vasomotricidad, con mecanismos vasomotores anormales adquiridos, en los que influye cierta sensibilidad vascular anormal y reflejos patológicos formando parte de ésta y de aquéllos, y o desprendiendo y formando parte de círculos viciosos patológicos. No hay perfecto acuerdo sobre si las alteraciones vasomotoras están circunscritas a vasos extracraneanos o afectan tambi¿n a la circulación intracraneana, aunque parece que, generalmente por lo menos, se circunscribe a los primeros. Pero, aparte de ciertos datos E. E. G. que apoyan la participación y posiblemente a veces la partida o iniciación en la circulación intracraneana, hemos recogido algunas observaciones, apoyando una afectación de esta última, que pueden ser muy importantes: a) En primer lugar, una cierta proporción de jaquecosos, que en pleno acceso jaquecoso hacen accesos convulsivos de tipo a veces histérico, pero otras veces francamente epiléptico, complicando la cefalea jaquecosa, lo que permite la sospecha de afectación intracraneana, tanto más cuanto que en estos casos el E. E. G. acostumbra a presentar características propias de la epilepsia. b) Otros enfermos con estados confusionales e incluso francamente psicóticos, esquizoictes, esquizomorfos y hasta esquizofrénicos, asimismo complicando los accesos jaquecosos. que