> MEDICINA DEL TRABAJO Prevención del cáncer de piel en el medio laboral Javier Sanz, director de la Cátedra Fremap de Investigación y Desarrollo en Medicina del Trabajo. Universidad Europea de Madrid l cáncer de piel es el proceso oncológico que históricamente antes se relacionó con una actividad profesional, ya que fue en el siglo XVIII cuando Sir Percivall Pott (1714-1788) describió en el año 1775 que los deshollinadores presentaban con mucha mayor frecuencia un cáncer en la piel del escroto, comprobándose posteriormente que se debía al acúmulo de sustancias cancerígenas procedentes del hollín, posteriormente a principios del siglo XX se apreciaba también en hilanderos de las fábricas textiles de algodón por exposición al aceite de esquisto, empleado como lubricante para los husos utilizados. Todo lo anterior se debía a la presencia de hidrocarburos aromáticos policíclicos en ambas sustancias, en unas sociedades que se encontraban entonces muy distantes de las normas higiénicas de la sociedad actual. Otras sustancias que se han relacionado con este tipo de cáncer son el arsénico, la parafina y ciertos tipos de aceites, así como la exposición de la piel a radiaciones ionizantes. De igual forma cualquier tipo de actividad en la cual exista una exposición al sol, debido a los efectos cancerígenos de la radiación ultravioleta o la presencia de quemaduras en la piel. E sarcoma de Kaposi, el histiosarcoma maligno o el linfoma cutáneo. Esta clasificación se basa en el lugar donde asientan las células tumorales. De esta manera podemos apreciar que el carcinoma basocelular, un tipo de tumor muy frecuente de ver y que se puede curar perfectamente, asienta en las capas inferiores o basales de la epidermis. El escamocelular asienta en las células escamosas presentes en la capa media igualmente de la epidermis y el melanoma afecta a los melanocitos que son las células productoras del pigmento que da el color a la piel. De este último se producen más de 4000 casos anuales en España y su número se ha duplicado en los últimos 15 años. Se calcula que todos los años se producen en el mundo entre dos y tres millones de casos de cáncer de piel no melanoma. En concreto en Los tres tipos histológicos más frecuentes son el denominado epitelioma basocelular, el epitelioma de células escamosas y el melanoma, existiendo otros tipos de tumores mucho menos frecuentes en cuanto a su incidencia como son el 56 • Gestión Práctica de Riesgos Laborales © Latin Stock Con el concepto “cáncer de piel” se designa a varias entidades que son totalmente diferentes no sólo por las células que lo originan, sino también por el tratamiento que requieren así como el pronóstico asociado a ellas. Todos los trabajadores, y especialmente en aquellos con este factor de riesgo de exposición solar, deben realizar un autoexamen de la piel especialmente a partir de los 50 años de edad. Nº 76 • Noviembre de 2010 www.riesgos-laborales.com TA B L A 1 Fototipos de piel y riesgos solares Capacidad para quemarse ante exposiciones solares Fototipo Capacidad de bronceado Características de la piel I Con facilidad Casi imposible Piel muy blanca, de tipo céltico II Con facilidad Mínimo Piel blanca que tras mucha exposición solar adquiere un ligero tono café con leche III Con cierta facilidad Sí Con las primeras exposiciones solares se producen quemaduras pero en cuestión de una o dos semanas se adquiere un bronceado completo IV Requiere exposición intensa y mantenida Con facilidad Junto con el fototipo III representan la mayoría de la población mediterránea y, por lo tanto, la española. Similar al III aunque el bronceado se adquiere en unos pocos días V La intensidad de la exposición ha de ser muy intensa Muy fácilmente Población con un cierto tono oscuro natural VI Nunca Siempre Corresponde a personas de raza negra España el melanoma representa entre el 1,3% y el 2,5% de todos los cánceres. síntomas que deben ser especialmente buscados y ante los que debe estar alerta. El principal factor de riesgo, independientemente de los productos químicos que hemos mencionada anteriormente, es la exposición a la radiación ultravioleta, tenga ésta un origen natural, como sucede con los rayos solares, o la artificial como son los conocidos rayos UVA, muy frecuentes de ver en salones de estética y gimnasios. No debemos olvidar que la radiación ultravioleta además de ser la responsable del típico bronceado lo es también del envejecimiento prematuro de la piel. De forma mensual, cada persona debe efectuar un autoexamen, esto es especialmente recomendable en aquellas que tienen la piel y/o los ojos claros y los pelirrojos o con antecedentes familiares de este tipo de tumores. Debe prestarse atención a la aparición de nuevas manchas, a los lunares que hayan incrementado su extensión o hayan sufrido algún tipo de cambio como sangrados, variaciones en la coloración, presencia de picor, bordes irregulares o cualquier lesión en la piel que no termine de sanar si presenta una herida. ¿Qué medidas preventivas podemos adoptar? Es evidente que existen diferentes tipos de piel que hacen que determinados individuos tengan mayor riesgo. Estos fototipos los podemos apreciar en la tabla 1. > Primero evitar la exposición solar directa y si ello no es posible la utilización de productos protectores. Todos los trabajadores y especialmente en aquellos con este factor de riesgo de exposición solar el cual debe recogerse en la correspondiente evaluación, deben realizar un autoexamen de la piel especialmente a partir de los 50 años de edad. Para ello, el médico del trabajo debe ayudar en la formación necesaria destinada a que el empleado conozca en profundidad los signos y Nº 76 • Noviembre de 2010 > En segundo lugar tener en cuenta algunas medidas preventivas, muy sencillas de llevar a cabo como son: Evitar la exposición solar intensa, debemos tener en cuenta que la piel conserva una memoria sobre la cantidad de radiación recibida en la infancia y a mayor dosis mayor probabilidad de cáncer de piel en la edad adulta. Debemos conocer que las quema- duras solares sufridas antes de los 20 años son las que con más probabilidad pueden desarrollar un melanoma pasados los 40. Utilizar cremas con un factor de protección solar (FPS) mínimo 30, aplicándola al menos 30 minutos antes de la exposición y repetirlo cada 2 horas al menos. Algunas características de los filtros solares deben ser: Debe proteger tanto frente a los radiación ultravioleta A como la B. Protección frente a los radicales libres (generalmente se utilizan vitaminas C o E). Ser fotoestable, es decir que no se degrade rápidamente por la acción del sol. Utilizar prendas que protejan del sol incluso en el verano (gorras, camisetas…), pero teniendo en cuenta que muchos tejidos no ejercen un adecuado nivel de protección. Utilizar estos filtros siempre antes de una exposición solar, incluyendo el invierno. Los chequeos médicos periódicos son un excelente escenario para la formación en prevención y el diagnóstico precoz de este tipo de lesiones. Gestión Práctica de Riesgos Laborales • 57