A.YALES DE MEDICINA Y Cl1WGIA Vol. XXV. - N.o 53 CANCER GÁSTRICO: FACTORES MORFOLÓGICOS EN LA SUPERVIVENCIA DE CINCO AÑOS DESPUÉS DE LA GASTRECTOMÍA Y sus colaboradO'res citan varios problemas que s'e plantean en relación con la supervivencia después de la resección gástrica por cáncer, y teniendo a su disposición material adecuado, han tratado de resolver algunas de las cuestiones. El material consiste en 30 casos en los que los pacientes vivieron cinco años o más después de la resección de un cáncer gástrico. Todos los casos se ajustaban a los Criterios habituales para el diagnóstico de tumores malignos; ninguno era dudoso. Todos presentaban neoplasia, anaplasia y beterotopia, infiltrándose a través de la muscularis mucosae y, con una excepción, dentro o a través de la capa muscular. . El estudio de los 30 supervivientes de cinco años reveló algunos rasgos miaoscópicos que no eran, de esperar 'por la experiencia previa con Id cáncer gástrico. Por lo tanto, se utilizó un .grupo especial de control para la comparación específica y detallada.· Estaba compuestO' de 30 casos de carcinoma de estómago en los. que los pacientes habían sufrido resecciones similares a las de los supervivientes de cinco años y habían sobrevivido a' la operación, pero habían muerto de recidiva local O metástasis dentro del plazo de un año después de la operaóón. Para algunas comparaciones con los supervivientes de cinco años se utilizó todo el grupo clínico de 576 casos de cáncer gástrico. Se hicierO'n esfuerzos para encontrar factores con significación pronóstica, explicaciones del ritmo lento de desarrO'llO' ob.servado O'casionalmente, la importancia relativa de la curación frente a la reaparición retardada de células tumorales residuales, como un·a eX"plicación de la supervivencia de cinco años, y defectos en los sistemas de clasificación por grados del cáncer gástrico. Los factores asociados con la .supervivencia de cinco años resultarO'n: circunscripción precisa del tumor, dos tipos histológicos especiales de cáncer y una degeneración característica de las células tumorales. Al discutir los tipos histológicos, los autores manifiestan que se encontraron sólo dos tipos de cáncer (en nueve casos) en el gTUpO con cinco años de supervivencia. Son un tipo especial de carcinoma indiferenciado y el bien conocido carcinoma (o carcoma) indiferenciado de células pequeñas. Seis carcinomas indiferenciados de un tipo especial formaban, el grupo histológico mayor, único que podía permitir un buen pronóstico. Estos tumores .estaban, compuestos de grupos y cordones sólidos de células poliédricas de tamaño medio, dentro de un estroma rico en células, que comprendía aproximadamente la mitad del área. Las células tenían grandes núcleos pálidos, a menudo irregulares, y escaso citoplasma. El estroma era rico en células de este tipo y acompañado de inflamación crónica. Por esta razón y a causa de la naturaleza basófila de las células cancerosas mismas, estos tumores tenían un aspecto claramente azuladO' al ser vistos con peqrueño aumento después de teñidos con hematoxilina y eosina. Entre sí, los autores los denominaban «los cánceres de células azules». Tres casos del grupo con cinco años de supervivencia fueron clasificados como tumores de células redondas. Podían ser sarcomas de células reticulares, aunque no es· seguro que no se trate de carcinomas medulares muy indiferenciados. Estaban circunscritos, perO' no encapsulados, con las células tumorales en relación directa con el músculo. Los tumores estaban compuestos de células pequeñas o de tamaño medio, redondas o poliédricas, desarrolladas en forma compacta, con escaso estroma. S TEINER Ocupo Med. Mayo 49 Noviembre 1949 ANALES DE MEDICINA Y CIRUGlA Los autores demuestran que los factores. de circunscripción precisa, los tipos histológicos especiales y una degeneración característica eran más seguros para predecir la supervivencia de cinco años o más que lo eran el tipo macroscópico y el grado histológico. Cuatro ue los 30 supervivientes de cinco años hubieran recibido un pronóstico desfavorable por el tipo macroscópico, por ser del tipo lII, y 13' del otro grupo hubieran recibido un buen pronóstico, por pertenecer a los tipos 1 y 1I. Veinticinco de los supervivientes de cinco años hubieran tenido un mal pronóstico por corresyonder a los grados histológicos 3 y 4. Sólo cuatro casos hubieran recibido un buen pronóstico 'por una combinación de grados histológicos 1 y .2 Y tipos macroscópicos 1 y 1I. El error hubiera evident'emente sido grande por cualquiera de estos métodos. La supervivencia de cinco años después de la gastrectomía por cáncer puede ser debida a la curación por extirpación completa o a un ritmo lento de recidiva. La importancia relativa de 'estos dos factores no podrá determinarse hasta que se conozca el resultado final. El principal defecto de la determinación del tipo macroscópico como un método para estimar el pronóstico, r,eside en su incapacidad para descubr.ír los grados más finos de circunscripción dd tumor. Los principales defectos en la determinación del grado histológico son la incapacidad para reconocer el curso favorable de algunos tipos especiales de cáncer indiferenciado y la importancia de la circunscripción y las alteraciones regresivas del tumor. • ADMINISTRACIÓN DE HEPARINA Y PENICILINA EN LA TROMBOFLEBITlS AGUDA se llevó a cabo un estudio para determinar si la heparina sola, o en combinación con la penicilina, produciría la solución de un coágulo en presencia de tromboflebitis aguda, producida experimentalmente. Los investigadores, RABINOVITH y PINES, supusieron que la acción de la droga sería diferente en presencia de un proceso inflamatorio agudo de la vena que en experimentos previos con heparina en circunstancias normales. El coágulo se produjo en las venas yugulares de 10 animales testigos (conejos). Además de traumatizar la vena, se inyectaron ,en la pared del vaso algunas gotas de un cultivo bastante virulento de estafilococo dorado, suspendido en solución isotónica de cloruro sódico. Dos días después s'e volvió a abrir la herida y se examinaron las venas. Las venas traumatizadas tenían inflamación aguda, y el proceso inflamatmio se había propagado, afectando a los tejidos blandos adyacentes del cuello. El estudio microscópico de una parte de la vena que contenía el coágulo demostró el cuadro característico de ola tromboflebitis aguda. El mismo cuadro se observó en cada uno de los experimentos de con' trol, casi invariablemente. Se llevaro'll a cabo experimentos dos días después de traumatizar la vena y también inmediatament'e después. Se dió heparina a los animales antes del desarrollo de la tromboflebitis aguda y durante un período de cinco a si~te días. Al terminar el tratamiento con heparina, los animales fueron operados de nuevo - examinadas las venas. En ambos grupos de animales de experimen- R ECIENTEMENTE Amer. Jour. Path. sept, 49