Ministerio de Justicia Código Tributario PRÓLOGO Por: Zoraida OLANO SILVA Presidenta del Tribunal Fiscal Ministerio de Economía y Finanzas El Ministerio de Justicia ha tenido la acertada iniciativa de publicar una Edición Oficial del Texto Único Ordenado del Código Tributario, que recoge las recientes modificaciones a dicho cuerpo legal y la inclusión de normas concordadas con aquél, lo qúe facilita el uso y aplicación de las normas tributarias por los contribuyentes, Administraciones Tributarias y usuarios en Segunda Edición Oficial: Enero 2011 El primer Código Tributario - Principios Generales en el Perú fue aprobado por el Decreto Supremo Nº 263-H en 1966, este texto original y sus normas modificatorias fueron recogi­ das en el primer Texto Único Ordenado del Código Tributario, aprobado por Decreto Supre­ mo N9 39S-82-EFC, Un segundo Texto Único Ordenado del Código Tributario fue aprobado por Decreto Supremo Nº 218·90-EF. Posterior a ello, se aprobaron tres Códigos Tributarios, Decreto Ley Nº 25859, Decreto Legislativo Nº 773 Yel último aprobado por Decreto Legis­ lativo Nº 816, vigente desde el 22 de abril de 1996 Ycuyas normas modificatorias han sido recogidas en su Texto Único Ordenado, aprobado por Decreto SUDremo Nº 135-99-EF. ROSARIO DEL PILAR FERNÁNDEZ FIGUEROA Ministra de Justicia LEONARDO JOSÉ CAPARRÓS GAMARRA Viceministro de Justicia ANA ASUNCiÓN AMPUERO MIRANDA Directora Nacion;:¡1 de Asuntos El Perú, en forma similar a otros paIses de América Latina siguió la corriente de la codifica­ ción que imperó en la década de los sesenta y setenta y que estuvo claramente influenciada por el Modelo de Código Tributario para América Latina (O EA-BID) que basa la relación entre el Fisco y los contribuyentes en una relación jurfdica tributaria con igualdad de con­ diciones y no una relación de poder; a partir de la década de los noventa la tendencia va acercándose más al Modelo del Código del CIAT, que provee de mayor\3s herramientas a la Administración Tributaria para cumplir su función recaudadora. JESÚS ROSAD10 SOTO Director de Difusión Legislativa JOHANA FILOMENA OJEDA SOTO Responsable de la revisión y actualización DERECHOS RESERVADOS: DECRETO LEGISLATIVO Nº 822 2011 Ministerio de Justicia Calle Carlos Tenaud cuadra 3 sIn - Miraflores, Uma 18 Dirección Nacional de Asunlo~ Jurídicos Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Impresión: Editora Perú )l'Imil"iIi". Av, Alfonso Uaarle #873 - Uma 1 2/ 2010-14499 Es de destacar la excelente idea del Ministerio de Justicia de incorporar en esta edición ofi­ cial una sección de Doctrina, que contiene artículos de destacados profesionales peruanos del Derecho Tributario, Constitucional y Administrativo, con lo cual se brinda la posibilidad a los lectores de acceder a las más recientes opiniones sobre las tendencias doctrinales en diversos temas tributarios de actualidad y además tener una lectura de nuestro actual Código Tributario con una visión crítica -necesaria y relevante- a la luz de los cambios es­ tructurales ocurridos en el Siglo XX y que han originado el tránsito de un Estado de Derecho al denominado Estado Constitucional, donde la supremacía de la ley pierde vigencia al adquirir la Constitución fuerza normativa. 1 3 Ministerio de Justicia Doctrina LA INCIDENCIA DE LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES EN EL DERECHO TRIBUTARIO. APROPOSITO DEL TITULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO TRIBUTARIO Por: Cesar, Landa Arroyo' J.-INTRODUCCIÓN Las normas jurrdicas, independientemente de su jerarquía y nivel de precisión o detalle, son disposiciones "interpretables". Es decir, que ante un precepto normativo y un mismo supuesto de hecho, dos jueces (ordinarios o constitucionales) podrían resolver o "aplicar" la norma de manera diferente, resultando ambas "normas" extraídas del referido precepto, perfectamente válida. Atendiendo a ello, cuando se pretendra realizar una regulación integral y unificada de una determinada materia legal mediante un proceso de codificación, el legislador previó una sec­ ción denominada "Título Preliminar", la misma que tiene por finalidad establecer los principios de interpretación de las normas contenidas en el referido Código, convirtiéndose de esta ma­ nera en un referente oparámetro de la validez interpretativa de las disposiciones normativas del citado Código. principios de interpretación normativa -principios de orden legal, al fin y al cabo-, . sumados alos denominados principios generales del Derecho, se erigían como los máximos parámetros interpretativos en el Estado de Derecho, en donde la Constitución era consi· derada como una mera declaración de principios y buenas intenciones, carente de fuerza normativa y, menos aún, de supremacía el paso de un Estado de Derecho a un Estado Constitucional y Democrático de Derecho en el que la Constitución adquiere, precisamente, fuerza normativa.y supremacía en un determinado ordenamiento jurídico, implicará necesariamente una reinterpretación del principio de legalidad y, consecuentemente, una reconfiguración de los principios oparáme­ tros interpretativos contemplados en los códigos. del Tribunal COl1slílucional. Profesor de Derecho Procesal Constitucional de la Ponlillcla Universl· del Perú y Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 248 1 I 249 Ministerio de Justicia y es que, al reconocérsele a la Constitución la condición de norma jurídica vinculante supre­ ma de todo el ordenamiento, las normas legales deberán rendir cuenta ysustentar su validez, en primer orden, en función ala citada Norma Fundamental. Asimismo, los propios principios de interpretación legal previstos en el Título Preliminar deben también encontrarse sometidos y resultar conforme de la Constitución, de forma tal que el originario principio de legalidad debe ser entendido en la actualidad como una manifestación subordinada del "principio de constitucionalidad". Por tal motivo, resulta importante realizar un somero análisis de algunas de las normas yprin­ cipios legales contenidos en el Título Preliminar del Código Tributario ala luz de los principiol constitucionales, a efectos de dotar a dichos enunciados normativos de una int",rnr",t"'l'i"n acorde con la Constitución. 11.- LA FUNCiÓN CONSTITUCIONAL DE LOS TRIBUTOS. La Norma" del Título Preliminar del Código Tributario dispone lo siguiente: "NORMA 11: ÁMBITO DE APLICACiÓN El Código rige las relaciones jurídicas originadas por los tributos. Para estos efectos, el término genérico tributo comprende: a) b) c) Impuesto: Es el tributo cuyo cumplimiento no origina una contraprestación direc­ ta en favor del contribuyente por parte del Estado Contribución: Es el tributo cuya obligación tiene como hecho generador benefi­ cios derivados de la realización de obras públicas o de actividades estatales. Tasa: Es el tributo cuya obligación tiene como hecho generador la prestación efectiva por el Estado de un servicio público individualizado en ell't\nlrih••v",nl" No es tasa el pago que se recibe por un servicio de origen contractual. Las Tasas, entre otras pueden ser: 1. Arbitrios: Son tasas que se pagan por la prestación o mantenimiento de un ser­ vicio público. 2. Derechos: Son tasas que se pagan por la prestación de un servicio administrati­ vo público o el uso o aprovechamiento de bienes. 3. Licencias: Son tasas que gravan la obtención de autorizaciones específicas para la realización de actividades de provecho particular sujetas acontrolo fiscalización. 250 I Doctrina El rendimiento de los tributos distintos a los impuestos no debe tener un destino al de cubrir el costo de las obras o servicios que constituyen los supuestos de la obligación. Las aportaciones al Seguro Social de Salud - ESSALUD yla Oficina de Normalización Previsional- ONP se rigen por las normas de este Código, salvo en aquellos aspectos que por su naturaleza requieran normas especiales, los mismos que serán señalados por Decreto Supremo". la referida norma legal pretende suplir el silencio del Poder Constituyente, en el extremo de que el artículo 742 de la Constitución no establece un concepto de tributo ni define lo que debe entenderse por impuestos, tasas y contribuciones. No obstante, ello no implica en modo alguno que estas definiciones de los tipos de tributos sean autónomas eindependien­ tes de los principios constitucionales, sobre todo aquellos que resultan inherentes al ejercicio de la potestad tributaria del Estado. lo expuesto, entonces, nos obliga a remitirnos a la función constitucional de los tributos, lo que permitirá a su vez legitimar, en cada caso, el ejercicio de la potestad tributaria del Estado. En ese sentido, conviene recordar que el Estado social ydemocrático de Derecho se asienta en el modelo de economía social de mercado, en la cual la iniciativa privada es libre, pero al Estado le corresponde proveer a las personas no sólo de mecanismos de garantía de sus derechos fundamentales, sino también ciertas condiciones materiales mínimas (promoción del empleo, salud, vivienda, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura, de acuerdo con el artículo 58 2 de la Constitución). Ello con el fin de que todos, y sin discriminación por razones de condición económica (artícu­ lo 2º, inciso 2), logren un desarrollo integral en tanto personas; exigencia que encuentra su fundamento en el mandato de respeto a la dignidad de la persona humana que la Constitu­ · ción consagra, en su artículo primero, como piedra angular del ordenamiento constitucional. · la provisión de esas condiciones materiales mínimas por parte del Estado es un deber que • la Constitución no atribuye únicamente a él. por lo que el aprovisionamiento de recursos económicos que permitan al Estado cumplir con tal obligación, es un deber constitucional .que corresponde a todos. En efecto, una de las fuentes más importantes de recursos económicos con los que cuenta el Estado para cumplir con esos deberes es la recaudación tributaria, a cuyo fin sirve el pago de los tributos que el Estado impone en función del interés general, del interés del Estado o .del interés público. I 251 Doctrina Ministerio de Justicia La importancia de la recaudación tributaria también se puede apreciar en tanto incide de modo muy importante en la elaboración del presupuesto general de la República. Es así como puede advertirse que los tributos cumplen una determinada función constitucional que, más allá de ser un deber de todas las personas, es una fuente de recursos económicos que permite al Estado cumplir adecuadamente con los deberes estatales de defensa de la perso­ na yla promoción del respeto de su dignidad. La función constitucional de los tributos, ergo, no es otra que permitir al Estado contar con los recursos económicos necesarios para afrontar adecuadamente, a través del gasto público, los deberes de defender. la soberanía nacional, garantizar la plena vigencia de los derechos humanos, proteger ala población de las amenazas contra su seguridad, así como promover el bienestar general que se fundamenta en la justicia y en el desarrollo integral y equilibrado de la Nación (artículo 442 de la ConstituciÓn). Pero los tributos también cumplen otra función constitucional que está vinculada alos valores superiores de justicia y de sOlidaridad,2 en tanto que, al imponer la obligación de tributar a las personas en función de su capacidad contributiva, permite una redistribución, si bien no directamente pecuniaria, permite al Estado realizar determinadas obras oprestar determina­ dos servicios elementales destinados a los sectores menos favorecidos de la sociedad. En suma, la funciÓn constitucional de los tributos radica, por un lado, en permitir al Estado fi­ nanciar el gasto público dirigido acumplir con los servicios básicos que la sociedad requiere; , y, de otro, en la realización de valores constitucionales como el de justicia y solidaridad. De ahí que se haya señalado que «el deber de contribuir al sostenimiento de los gastos públicos ha pasado del ámbito de la individualización de la carga soportada por cada con· tribuyente, aun marco más amplio en el que se relaciona con otros derechos y deberes, incluso y destacadamente con los principios rectores de la política social yeconómica confi­ gurándose por esto como un deber de solidaridad política, económica y social».J 111.· PRINCIPIOS DE LEGALIDAD Y RESERVA DE LEY EN MATERIA TRIBUTARIA. La Norma IV del Tflulo Preliminar indica lo siguiente: (2) oraz Revorio, F. Javier. Valores superiores einterpretación constitucional. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1997. pág. 125. (3) Garc1a de la Mora, Leonardo y Miguel Angel. Martfnez Lago. Derecho financiero y tributario, Barcelona: Boscll, 1999. págs. 26-27. 252 1 "NORMA IV: PRINCIPIO DE LEGALIDAD - RESERVA DE LEY Solo por Ley opor Decreto Legislativo, en caso de delegación se puede: a) b) c) d) e) f) Crear, modificar y suprimir tributos; señalar el hecho generador de la obligación tributaria, la base para su cálculo y la alícuota; el acreedor tributaria, el deudor tributario y el agente de recepción y percepción, sin perjuicio de los establecido en el artículo 10Q; Conceder exoneraciones y otros beneficios tributarios; Normar los procedimientos jurisdiccionales, asr como, los administrativos en cuanto aderechos ogarantías del deudor tributario; Definir las infracciones y establecer sanciones; Establecer privilegios, preferencias y garantías para la deuda tributaria; y Normar formas de extinción de la obligación tributaria distintas alas establecidas en este Código. Los Gobiemos Locales, mediante Ordenanza, pueden crear, modificar y suprimir sus contribuciones, arbitrios, derechos y licencias o exonerar de ellos, dentro de su dicción y con los Ifmites que señala la Ley. Mediante Decreto Supremo refrendado por el Ministro de Economía y Finanzas se las tarifas arancelarias. Por Decreto Supremo refrendado por el Ministro del Sector competente y el Ministerio de Economía y Finanzas, se fiia la cuanlfa de las tasas. En los casos en que la Administración Tributaria se encuentra facullada para actuar discrecionalmente optará por la decisión administrativa que considere más conve­ niente para el interés público, dentro del marco que establece la La referida disposición nos recuerda lo dispuesto en el primer párrafo del artfculo 749 de la Constitución, el cual señala que "los tributos se crean, modifican o derogan, o se establece una exoneración, exclusivamente por ley o decreto legislativo en caso de delegación de facultades, salvo los aranceles y tasas, los cuales se regulan mediante decreto supremo. Los gobiernos locales pueden crear, modificar y suprimir contribuciones ytasas, o exonerar éstas, dentro de su jurisdicción y con los límiles que señala la ley». Se ha señalado que la potestad tributaria del Estado debe ejercerse en función de los prin­ . constitucionales que informan tal potestad; principios que, por otra parte, constituyen una garantía para los contribuyentes. Pues bien, siendo que tal atribución, exclusi­ I 253 Ministerio de Justicia Doctrina va afavor del Estado, es constitucionalmente legítima, ello precisa, como exigencia mínima, que tal atribución se realice mediante el vehículo jurídico adecuado: la ley. lativo", estableciendo como única excepción el caso de los aranceles y las tasas, los cuales pueden ser regulados por decreto supremo. Ello es así en la medida que el Estado no puede ejercer su potestad tributaria de modo abso­ lutamente discrecional ni tampoco arbitrariamente. En tal sentido, previamente a ingresar al análisis de estos principios en el ámbito tributario, es necesario realizar la distinción entre el principio de legalidad y el de reserva de ley, pues es bastante frecuente su confusión. 4 Asimismo, establece la posibilidad de que los gobiernos locales, mediante las fuentes norma­ tivas que les son propias, creen, modifiquen osupriman contribuciones ytasas, dentro de su jurisdicción y con los límites que señala la ley. En principio debemos partir de señalar que no existe identidad entre ellos. El principio de legalidad, en sentido general, se entiende como la subordinación de todos los poderes públi­ cos a leyes generales y abstractas que disciplinan su forma de ejercicio y cuya observancia se halla sometida a un control de legitimidad por jueces independientes. La reserva de ley, por el contrario, implica una determinación constitucional que impone la regulación, sólo por ley, de ciertas materias. Así, «mientras el Principio de legalidad supone una subordinación del Ejecutivo al Legislativo, la Reserva no sólo es eso sino que el Ejecutivo no puede entrar, através de sus disposiciones generales, en lo materialmente reservado por la Constitución al Legislativo. De ahí que se afirme la necesidad de la Reserva, ya que su papel no se cubre con el Principio de legalidad, en cuanto es sólo I(mite, mientras que la Reserva implica exigencia reguladora».5 Tal distinción, ya en el ámbito tributario, no puede ser omitida, pues las implicancias que generan tanto el principio de legalidad, así como la reserva de ley no son para nada irrele­ vantes. Ello es as! en la medida que la Constitución ha otorgado tanto al Poder Legislativo así como al Poder Ejecutivo la posibilidad de ejercer la potestad tributaria. En el primer caso, el ejercicio se realiza, originariamente, mediante una ley en sentido estricto, mientras que en el caso del Poder Ejecutivo sólo puede realizarlo mediante decreto legislativo. En materia tributaria, el principio de legalidad supone que el ejercicio de la potestad tributaria por parte del Poder Legislativo odel Poder Ejecutivo, debe estar sometida ala Constitución y no sólo alas leyes. Adiferencia de este principio, la reserva de ley significa que el ámbito de la creación, modificación, derogación oexoneración -entre otros- de tributos queda reserva· da para ser actuada mediante una ley. Atal efecto, el artículo 742 de la Norma Fundamental dispone que: "(...) los tributos se crean, modifican oderogan, ose establece una exoneración, exclusivamente por ley odecreto legis(4) Algunos han llegado incluso a afirmar que tales distinciones son equivocadas. Crf. Gamba Valega, César. «Notas para un estudio de la reserva de ley en materia tributaria•• En Paulo de Barros Carvalho (director). Tratado de Derecho tributario. Uma: Palestra Editores, 2003. pág. 208. (5) De Cabo Martin, Carlos. Sobre el concepto de ley. Madrid: Trolla, 2000. pág. 69. 254 1 En la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, el principio de legalidad en materia tributaria se traduce en el aforismo nullum tribufum sine lege, lo cual quiere decir la imposibilidad de requerir el pago de un tributo si una ley o norma de rango equivalente no lo tiene regulado. Ajuicio del Tribunal, este principio, por un lado, cumple una función de garantía individual al fijar un límite a las posibles intromisiones arbitrarias del Estado en los espacios de libertad de los ciudadanos; por otro lado, cumple también una función plural, toda vez que se garantiza la democracia en los procedimientos de imposición y reparto de la carga tributaria, puesto que su establecimiento corresponde a un Órgano plural donde se encuentran representados todos los sectores de la sociedad. 6 Ha precisado además, el supremo intérprete de la Constitución, que el principio de legali­ dad abarca la determinación de todos los elementos que configuran un tributo (es decir: el supuesto de hecho, la base imponible, los sujetos de la relación tributaria -acreedor y deu­ dor-, el agente de retención y la percepción y alícuota), los cuales deben estar precisados o especificados en la norma legal, sin que sea necesaria la remisión -expresa o tácita- a un Reglamento onorma de inferior jerarquía? IV.- BENEFICIOS Y EXONERACIONES TRIBUTARIAS Y PRINCIPIO·DERECHO DE IGUALDAD Uno de los aspectos centrales en el ejercicio de la potestad tributaria, es la facultad con la que cuenta el Estado para establecer tratamientos diferenciados alos ciudadanos en materia tributaria, siendo que a través de dichas medidas normativas puede incentivar o desincen­ tivar conductas y determinadas actividades económicas. Pero, siempre que la expedición de leyes tributarias especiales se haga por la naturaleza de las cosas y no por la diferencia contra las personas, como lo establece el arto 103º de la Constitución. Sin embargo, resulta claro que en el marco de todo Estado Constitucional y Democrático de Derecho, esta potestad del estado se encuentra limitada por los principios constitucionales y (6) (7) Sentencia del Tribunal Constitucional. Exp. N' 0001-1999-AIITC y otros (FJ 39). Sentencia del Tribunal Constitucional. Exp. N' 0489-2000-AAITC (FJ 5). l 255 Doctrina Ministerio de Justicia Para la a probación de la propuesta legislativa se requiere informe Ministerio de Economía y Finanzas. del sobretodo, por los derechos fundamentales, entre los que se encuentra el principio-derecho a la igualdad. f) Otro de los principios fundamentales que debe respetar el Estado al establecer incentivos beneficios oexoneraciones tributarias, es el denominado principio de transparencia. Así lo ha entendido el legislador, toda vez que la Norma VII del Título Preliminar del Código Tributario prevé lo g) Toda norma que otorgue incentivos oexoneraciones tributarias será de aplicación a partir del 01 de enero del año siguiente, salvo casos de emergencia nacional. "NORMA VII: TRANSPARENCIA PARA LA DACIÓN DE INCENTIVOS O EXONE­ RACIONES TRIBUTARIAS La dación de normas legales que contengan incentivos, beneficios o exoneraciones tributarias, se sujetarán alas siguientes reglas: al La Exposición de Motivos que sustente el Proyecto de Ley deberá contener, entre otros, el objetivo y alcances de la propuesta, el efecto de la vigencia de la norma que se propone sobre la legislación nacional, análisis del costo fiscal estimado de la medida y el beneficio económico, sustentado através de estudios y documentación que permita su verificación. b) Deberán ser acordes con los objetivos opropósitos específicos de la política fiscal planteada por el Gobierno, consideradas en el Marco Macroeconómico MuRianual uotras disposiciones vinculadas a la gestión de las finanzas públicas. e) El articulado de la propuesta legislativa deberá señalar de manera clara y deta­ llada el objetivo de la medida, ya los beneficiarios de la misma; así como, fijar el plazo de vigencia de los incentivos o exoneraciones tributarias el cual no podrá exceder de 3 años. d) Se podrá aprobar la prórroga del incentivo o exoneración tributaria hasta por un plazo máximo adicional de 3 años, contado a partir de la fecha de término de la de la norma leqal que lo aprobó. Para su aprobación se requiere, entre otros, de la evaluación del impacto através de factores o aspectos ambientales, sociales, económicos, cu~urales, adminis­ trativos, así como, el costo fiscal, su influencia respecto alas zonas, actividades o sujetos no beneficiados, incremento den la magnitud del fomento de inversio­ nes y ejecución de proyectos. el 256 No podrá concederse incentivos o exoneraciones tributarías sobre tasas y con- . tribucíones. La ley podrá establecer plazos distintos de vigencia respecto a los Apéndices l y 11 de la Ley del Impuesto General a las Ventas e Impuesto Selectivo al Consumo y el artículo 19º de la Ley del Impuesto a la Renta, no siendo de aplicación lo indicado en el inciso d) de la presente norma. Toda exoneración o beneficio tributario concedido sin señalar plazo, se entenderá otorgado por tres (3) años. No hay prórroga tácita". En lo que respecta al respeto del principio-derecho ala igualdad por parte del estado al esta­ blecer tratamientos tributarios diferenciados, cabe mencionar que la igualdad como derecho en el inciso 2 artículo 22 de la Constitución de 1993. De acuerdo con el articulo aludido, "toda persona tiene derecho a la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, ooinión. condición económica ode cualquiera otra índole». Contrariamente a lo que pudiera desprenderse de una interpretación literal, estamos frente a un derecho fundamental que no consiste en la facultad de las personas para exigir ser tratado que los demás, sino para ser tratado de igual modo con aquellos que se encuentran en una idéntica situación. Constitucionalmente, el derecho a la igualdad se concretiza tanto en la igualdad ante la en la ley y en la aplicación de la ley. El primero de ellos -dirigida al legislador- quiere decir que la norma, como disposición abstracta, general eintemporal, debe tratar atodos por la igualdad en la ley -dirigida al juez- implica que un mismo órgano no puede modificar arbi­ trariamente el sentido interpretativo de sus decisiones en casos jurídicamente iguales, y que cuando ese órgano considere que debe apartarse de sus precedentes tiene que ofrecer, para una fundamentación suficiente y razonable 8; la igualdad en la aplicación de la ley -diri­ a la administración- supone que ésta sea interpretada de modo igual a todos aquellos se encuentren en la misma situación, sin que el aplicador de la norma pueda establecer ntTArencia alguna en razón de las personas, o de circunstancias que no sean precisamente presentes en las normas.9 Hernández Martínez, María...El principio de igualdad en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional español valor y como principio en la aplicación jurisdiccional de la ley)>>. En Boletln Mexicano de Derecho Comparado, N' 81, Año XXVII, Nueva Serie, setiembre-diciembre, 1994. págs. 700-70l. (9) Rubio Uorante, Francisco. Derechos fundamentales y p!incípios constitucionales. Barcelona: Anal, 1995. pág. 111. ! 257 Ministerio de Justicia Sin embargo, la igualdad, además de ser un derecho fundamental, es también un principio rector de la organización del Estado social ydemocrático de Derecho yde la actuación de los . poderes públicos. Como tal, quiere decir que no toda desigualdad constituye necesariamente una discriminación, pues no se prohíbe toda diferencia de trato en el ejercicio de los derechos fundamentales, sino que la igualdad solamente es violada cuando dichas discriminaciones están desprovistas de una justificación objetiva y razonable.lO La aplicación, pues, del principio de igualdad, no excluye el tratamiento desigual; por ello, no se vulnera dicho prinCipio cuando se establece una diferencia de trato, claro está siempre que ella se realice, como ya hemos señalado, sobre bases objetivas y razonables. Estas precisiones deben ser complementadas con la diferencia existente entre dos cate­ gorías jurídico-constitucionales, a saber: diferenciación y discriminación. En principio, cabe decir que la diferenciación está constitucionalmente admitida; ello es así en la medida que se permiten leyes especiales dada la naturaleza de las cosas, pero no por la dHerenciación arbitraria entre las personas (artículo 1032 de la Constitución). Por ello, no todo trato desigual es discriminatorio; de ahí que se estará frente a una diferen­ ciación cuando la medida de trato desigual se funde en causas de necesidad, idoneidad y proporcionalidad. De lo contrario, cuando esa desigualdad de trato no sea necesaria, idónea ni proporcional estaremos ante una discriminación y, por tanto, frente a una desigualdad de trato constitucionalmente intolerable. Pero el constituyente ha proscrito, enunciativamente, típicas formas de discriminación jurí­ dica, por razón de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquier otra índole (artículo 29, inciso 2de la Constitución); lo cual constituye una regla pro­ hibitiva tanto para el Estado en el ejercicio de la función legislativa -a través del Congreso-, reglamentaria -por parte del Poder Ejecutivo- y jurisdiccional-mediante el Poder Judicial-; así como en las relaciones entre particulares. Derivado de ello, se debe tener en consideración que el Estado, a veces, conscientemente, promueve el trato diferenciado de un determinado grupo social, otorgándoles ventajas, incen· tivos o, en general, tratamientos más favorables. Esto es lo que, en la doctrina constitucional se conoce como discriminación positiva oacción positiva -affirmative action-.l1 La finalidad de esta acción afirmativa no es otra que compensar jurídicamente a grupos marginados económica, social o culturalmente; persigue, pues, que dichos grupos puedan superar la discriminación real en la que se encuentran a través de acciones concretas por parte del Estado. (10) ÁMlrez Conde, Enrique. Curso de Derecho constitucional. Vol 1. Madrid, Tecnos, 41a. adicló!l, 2003. págs. 324-325. (11) Giménez Glück, David. Juicio de igualdad yTribunal Constitucional. Barcelona: Bosch, 2004. pág. 316 Yss. Doctrina Bajo estas consideraciones constitucionales es que debe ser entendido el principio de igual­ dad en materia tributaria. En particular, en relación con los impuestos directos en la medida que este principio implica el reconocimiento y respeto de ciertos presupuestos como el de capacidad contributiva. Esencialmente, este principio en materia tributaria directa debe ser entendido en el senti­ do que las situaciones económicas iguales deben ser tratadas de la misma manera y, a la inversa, situaciones económicamente disímiles, deben recibir un trato diferenciado. En tal sentido, el principio de igualdad no prohíbe cualquier desigualdad, sino aquella que deviene en discriminatoria por carecer de razonabilidad y de jus@cación objetiva. Así lo ha reconocido también el Tribunal Constitucional al señalar que el reparto de los tribu­ tos ha de realizarse de forma tal que se trate igual a los iguales y desigual a los desiguales, por lo que las cargas tributarias directas han de recaer, en principio, donde exista riqueza que pueda ser gravada, lo que evidentemente implica que se tenga en consideración la capaci­ dad personal opatrimonial de los contribuyentes.12 Por otra parte, cabe recordar que con relación ala potestad tributaria del Estado para otorgar tratamientos diferenciados consistentes en beneficios y exoneraciones tributarias, el ejercicio de dicha potestad se encuentra supeditada no solo alos preceptos yprincipios expresamente señalados en el artículo 74 2 de la Constitución, sino también deben tomar como parámetros lo dispuesto en los artículos 792 y 103º de a Norma Fundamental. Pero, ¿cómo ha concebido el Tribunal Constitucional, en su calidad de supremo intérprete de la Constitución, los beneficios tributarios? Para absolver dicha interrogante, podemos recurrir alo mencionado en la sentencia recaída en el Expediente NQ 0042-2004·PIITC: "13. Ahora bien, los beneficios tributarios constituyen aquellos tratamientos normativos mediante los cuales el Estado otorga una disminución, ya sea total oparcialmente, del monto de la obligación tributaria, o la postergación de la exigibilidad de dicha obliga­ ción. Apropósito de esto, este Colegiado considera pertinente referirse alos distintos modos como pueden manifestarse los beneficios tributarios, asaber: la inafectación, la inmunidad, y la exoneración. La inafectación o no-sujeción debe entenderse como aquellos supuestos que no se encuentran dentro del ámbito de afectación de un tributo determinado. Es decir, el legislador no ha previsto que determinados hechos, situaciones u operaciones estén . dentro de la esfera de afectación del tributo que ha surgido como consecuencia del ejercicio de la potestad tributaria por parte del Estado. Sentencia del Tribunal Constltuclonal. Exp. N' 0001-1999·AlfTC y otros (FJ 49-50). 258 1 I 259 Ministerio de Justicia De otro lado. la inmunidad es la limitación constitucional impuesta a los titulares de la potestad tributaria del Estado afin de que no puedan gravar o afectar a quienes la Constitución quiere exceptuar del pago de tributos debido a razones de interés social. de orden económico opor otros motivos que considere atendibles. Tal es el supuesto, por ejemplo. del artículo 19Q de nuestra Constitución. Por su parte. las exoneraciones se configuran como supuestos de excepción res pecio del hecho imponible, lo cual quiere decir que el hecho imponible nace, y/o, los (exoneraciones subjetivas) o actividades (exoneraciones objetivas), previstos en ella, se encuentran prima facie gravados; no obstante ello, en estos casos, no se desarro­ llará el efecto del pago del tributo en la medida que. aconsecuencia de la propia norma con rango de ley, se les ha exceptuado del mismo. Doctrina De este modo, los beneficios tributarios se traducen en estímulos a determinadas personas o actividades que el Estado considera valioso promover, y es ahí donde se debe considerar tanto los derechos fundamentales, los principios constitucionales y los valores superiores, así como los deberes primordiales del Estado que están pre­ vistos en el artículo 44º de la Constitución, ya aludidos supra". ***** ***** Cabe señalar. que atendiendo al carácter excepcional de los beneficios tribularios y a fin de resguardar la protección de los principios constitucionales tributarios, la Norma VII del Titulo Preliminar del Código Tributario, establece en estos casos, entre otros re· quisitos, que la propuesta legislativa deba señalar de forma clara y detallada el objeto de la medida. así como los beneficiarios de la misma. y especificar el plazo máximo de duración del beneficio, caso contrario. se entenderá otorgado por tres años. 14. Ahora, si bien es cierto que, generalmente, los beneficios Iributarios responden a polfticas y objetivos concretos, que justifican que se otorgue un trato excepcional a determinadas actividades o personas que normalmente estuvieran sujetas a tributar, también lo es que el acto por el cual se otorga un beneficio tributario no es ni puede ser enteramente discrecional por cuanto podría devenir en arbitrario, sino que debe realizarse no sólo en observancia de los demás principios constitucionales tributarios, sino también que debe ser necesario, idóneo y proporcional. Lo contrario podría llevar a supuestos de desigualdad injustificada cuando no de discriminación, lo cual. de acuerdo con nuestra Constitución (artículo 22, inciso 2) está proscrita. Es más: "en los casos que existen motivaciones de otro orden (extrafíscal), debe tra­ tarse, de finalidades no arbitrarias, sino compatibles con los valores del propio ordenamiento, en base a los cuales se admite excepcionalmente una desviación respecto de las exigencias de la igualdad y de la capacidad económica". Siguiendo esta línea de análisis, se afirma asimismo que: "el legislador no debe abusar de esta facultad y evaluar muy bien el fin recau· datorio, sea este el sacrificio del ingreso (si lo excepciona) o su incremento (si establece impuesto desalentadores, restrictivos o 260 I I 261