Departamento de Filosofía 1 (mariano.gomez1@educa.madrid.org) Los filósofos presocráticos La filosofía comienza en Mileto. Sí: así fue. Podía haber sido de otra manera, pero... no. Eso que se estudia en 2º de Bachillerato comenzó en el siglo VI a.C. en una polis jonia de Asia Menor llamada Mileto. Y la filosofía comienza con una serie de personas (Tales, Anaximandro y Anaxímenes) que, curiosamente, buscan lo mismo: identificar el "arché de la physis". Su preocupación, por tanto, es cosmológica. ¿Qué entienden los presocráticos por "Physis" y qué les interesa saber de ella? El término "Physis" (naturaleza), procede del verbo "phyo" que significa "nacer", "engendrar", crecer". Nos centramos en tres significados. Physis (naturaleza): o _ o _ o _ Arché (principio) o _ o _ o _ A la búsqueda del arché de la physis. La escuela de Mileto”. Mileto en el siglo VI a.C., era una ciudad comercial floreciente de Asia Menor. En dicha ciudad, a pesar de toda la riqueza generada por el comercio, había grandes desigualdades sociales: junto a una minoría de aristócratas ricos, había una gran mayoría de pobres y esclavos. Como no podía ser de otro modo, las luchas sociales estaban a la orden del día. En este sentido cuentan los historiadores que “cuando el pueblo resultaba victorioso, asesinaba a las mujeres e hijos de los aristócratas; cuando lograban vencer los aristócratas, quemaban vivos a sus enemigos y alumbraban las plazas de la ciudad con antorchas vivientes”. Tales de Mileto (585 a.C.). Tales de Mileto ha pasado a la historia como el primer filósofo (y científico). Su historia, como la de tantos otros, está envuelta en la leyenda. Señalamos algunas de ellas: Estableció un cálculo para predecir los eclipses de sol. Descubrió un procedimiento para calcular la distancia de un barco en el mar, a partir de dos puntos situados en tierra. Por último, calculó la altura de una pirámide a partir de la longitud de su sombra. Departamento de Filosofía 2 (mariano.gomez1@educa.madrid.org) Su pensamiento: El arché de la physis. El “arché” de la physis es… Argumentos: o 1. o 2. o 3. ¿Qué podemos decir de todo esto? Su mayor mérito no es tanto la respuesta que da a la pregunta (por otra parte, muy similar a la que daba algún que otro mito) sino el haberse formulado la pregunta y responderla desde un punto de vista racional (sin recurrir a explicaciones míticas). Limitaciones: no explica cómo siendo el "agua" el "arché", ha dado lugar a toda la pluralidad y diversidad existente en la naturaleza. Como leyenda curiosa, ahí va la siguiente: “Se le reprochaba su pobreza porque demostraba que la filosofía no servía para nada. Según la leyenda, supo por su conocimiento de las estrellas, cuando aún era invierno, que se presentaría una gran cosecha de aceitunas el año siguiente; así que... alquiló a bajo precio todas las prensas de olivo de Mileto y Chío. Nadie compitió con él (pues esperaban que la cosecha siguiente fuera un desastre). Cuando llegó el tiempo de la cosecha, todos acudieron a él para realquilarle las prensas. Ganó mucho dinero. De este modo demostró al mundo que los filósofos pueden enriquecerse fácilmente si quieren, pero que su anhelo es otro” (Aristóteles, Política 1259). Anaximandro de Mileto. Anaximandro de Mileto (en griego antiguo Ἀναξίμανδρος) fue un filósofo jonio. Nació en los años 610 a. C. en la ciudad jonia de Mileto (Asia Menor) y murió aproximadamente en el 546 a. C. Discípulo y continuador de Tales, compañero y maestro de Anaxímenes; se le atribuye sólo un libro, que es sobre la naturaleza, pero su palabra llega a la actualidad mediante comentarios de otros autores. Se le atribuye también un mapa terrestre, la medición de los solsticios y equinoccios, trabajos para determinar la distancia y tamaño de las estrellas y la afirmación de que la Tierra es cilíndrica y ocupa el centro del Universo (sigue leyendo) Para Anaximandro, el "arché", no va a ser algo concreto como en Tales, sino algo diferente… El “arché” de la physis es… Significado. Características. Departamento de Filosofía Anaxímenes de Mileto. 3 (mariano.gomez1@educa.madrid.org) Anaxímenes de Mileto nació en Mileto en el 585 a. C., aproximadamente, y murió en el 524 a. C. También Teofrasto nos describe a Anaxímenes como discípulo y compañero de Anaximandro siendo, al parecer, unos veintidós años más joven que él. Se le atribuye la composición de un libro, "Sobre la naturaleza", escrito, según Diógenes Laercio, "en dialecto jónico, y en un estilo sencillo y sin superfluidades" (sigue leyendo) Para Anaxímenes, el “arché” es… Dos procesos: Pitágoras y la “secta” por él fundada Referencias históricas. Pitágoras nació en la isla de Samos en el año 582 a. C. Se tienen pocas noticias de la biografía de Pitágoras que puedan considerarse fidedignas, ya que su condición de fundador de una secta religiosa propició la temprana aparición de una tradición legendaria en torno a su persona. Siendo muy joven viajó a Mesopotamia y Egipto (también fue enviado por su tío, Zoilo, a Mitilene a estudiar con Ferécides de Siros y tal vez con su padre, Badio de Siros). Tras regresar a Samos, finalizó sus estudios, según Diógenes Laercio con Hermodamas de Samos y luego fundó su primera escuela durante la tiranía de Polícrates. Abandonó Samos para escapar de la tiranía de Polícrates y se estableció en la Magna Grecia, en Crotona alrededor del 525 a. C., en el sur de Italia, donde fundó su segunda escuela. Las doctrinas de este centro cultural eran regidas por reglas muy estrictas de conducta. Su escuela (aunque rigurosamente esotérica) estaba abierta a hombres y mujeres indistintamente, y la conducta discriminatoria estaba prohibida (excepto impartir conocimiento a los no iniciados). Sus estudiantes pertenecían a todas las razas, religiones, y estratos económicos y sociales. Tras ser expulsados por los pobladores de Crotona, los pitagóricos se exiliaron en Tarento donde se fundó su tercera escuela. Poco se sabe de la niñez de Pitágoras (sigue leyendo). 1 1 Nacido en Samos hacia el año 530 a.C. Su figura se ha visto envuelta permanentemente en la leyenda , de tal forma que es imposible delimitar históricamente lo que corresponde a Pitágoras y lo específico de la escuela por él creada (los pitagóricos). Funda una escuela de corte matemático-filosófico-religiosa (orfismo). El objetivo de la misma sería conseguir una renovación o purificación moral y pública a partir de las matemáticas (paralelismo con Platón). Sus discípulos estuvieron al frente de algunas polis. Se caracterizaban por su “elitismo” y por su repulsa hacia la democracia. En no pocos casos sus proyectos políticos acabaron en un rotundo “fracaso” (levantamiento del pueblo y asesinato o exilio de sus miembros). Cuenta la leyenda que Pitágoras, siendo un joven amante del conocimiento, abandonó su patria y fue iniciado en todos los ritos mistéricos. Luego fue a Egipto. De allí pasó a conocer a los caldeos y a los magos. Años después, al regresar a su patria, la halló bajo la tiranía de un tal Polícrates. Por esta razón se embarcó hacia Crotona (Italia). Allí dio leyes a los habitantes de aquella ciudad, creando un régimen aristocrático - modelo del intelectual (filósofo)–gobernante (PARALELISMO CON PLATÓN). Se cuenta también que los habitantes de Crotona, temiendo que Pitágoras quisiese convertirse en tirano de la ciudad, incendiaron el edificio en el cual estaba reunido con sus discípulos. Según unas fuentes murió en el incendio; según otras moriría años después. Departamento de Filosofía 4 (mariano.gomez1@educa.madrid.org) Pensamiento. 1.- El arché Para los pitagóricos los elementos de los números son el arché de todas las cosas (por cuanto éstos constituyen la naturaleza de todas las cosas y entran a formar parte de las mismas). ¿Cómo y por qué los números? 1. Los pitagóricos descubrieron que en todas las cosas existe una regularidad matemática, esto es, numérica. Dicha regularidad se puede observar en: a. los fenómenos de la naturaleza: el año, las estaciones, los meses, los días... están regulados por leyes numéricas. b. Los ciclos del desarrollo biológico (tiempos de gestación...) pueden ser traducidos numéricamente. c. La música (tan valorada por los pitagóricos como medio de purificación y catarsis) puede traducirse en magnitudes numéricas (la diversidad de sonidos depende de la longitud de las cuerdas...). En definitiva los pitagóricos “pensaron que los elementos de los números eran los elementos de todas las cosas (arché) y que todo el universo era armonía (orden) y número” (Aristóteles). 2. El sentido originario del número. a. Para entender la doctrina pitagórica es necesario captar el sentido originario del número. Para nosotros el número es una abstracción mental y por tanto una mera creación de la inteligencia (sin realidad extramental –fuera de la mente-). Pero, para la forma antigua de pensar (hasta Aristóteles), el número es una cosa real, más aún: la cosa más real, por cuanto es el principio constitutivo de todas las cosas. b. Por otra parte los números son concebidos como puntos, masas, y, en consecuencia, como sólidos. Desde aquí, el paso de los números a las cosas no revestía problema alguno. 2.- Los elementos de los cuales derivan los números. Los elementos que constituyen los números son los elementos de todas las cosas. En este sentido todas las cosas proceden de los números, pero los números a su vez derivan de una serie de elementos previos. ¿Cuáles son esos elementos que componen los números? Todos los números proceden del UNO a partir de dos elementos: uno determinado o limitado y otro indeterminado o ilimitado. De este modo, según predomine en los números el elemento determinado o el indeterminado, tendremos números impares o pares: En los números “pares” predomina el elemento “indeterminado” (dado que no están “limitados”). En los números “impares” predomina el elemento “determinado” (están “limitados”). Departamento de Filosofía 5 (mariano.gomez1@educa.madrid.org) El UNO, por su parte, no es par ni impar: es un “parimpar”, dado que de él proceden todos los números (tanto los pares como los impares): sumando el UNO a un par se “engendra” un impar; sumando el UNO a un impar, se “engendra” un par. El 10 es el número perfecto: - Visualmente se simboliza como un triángulo equilátero perfecto. - Es el resultado de la suma de los cuatro primeros números. - Contiene igual número de pares que de impares. De la preocupación cosmológica a la ontológica: Heráclito y Parménides. En el siglo V a.C. se produce un cambio, una revolución en la marcha de la filosofía. De la preocupación ontológica anterior (esto es: de la pregunta por el "arché de la physis") se pasa a la pregunta por el "ser" y el "devenir". Nace así la preocupación ontológica, que estará presente a lo largo de la Historia de la Filosofía posterior. Esto se lo debemos a dos grandes pensadores: Heráclito (tradicionalmente conocido como el filósofo del "devenir") y Parménides (el filósofo del "ser"). Los planteamientos de uno y otro, las soluciones a los problemas por ellos enunciados, marcaran el pensamiento de autores posteriores (en concreto: el de los pluralistas y el de Platón). Heráclito de Éfeso. "Este mundo, el mismo para todos, no lo hizo ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que ha sido eternamente y es y será un fuego eternamente viviente, que se enciende según medidas y se apaga según medidas". "Hemos de saber que la guerra es común a todos, y que la lucha es justicia, y que todo nace y muere por obra de la lucha. Acople de tensiones, el del mundo, como el del arco y la lira" "Lo frío se calienta y lo caliente se enfría, lo húmedo se seca y lo seco se hace húmedo". "El fuego vive la muerte del aire y el aire vive la muerte del fuego; el agua vive la muerte de la tierra, la tierra la del agua". Fragmentos de Heráclito (enlace) ¿Qué sabemos de “El Oscuro”? Poco sabemos de la vida de Heráclito. Hasta nosotros ha llegado la noticia de que vivió alrededor del 500 a.C. Según parece, era natural de Éfeso y procedía de una familia aristocrática. A partir de sus escritos podemos deducir que no era demasiado sociable. De sus conciudadanos decía: " Bien merecido les estaría a los efesios en edad adulta ahorcarse y abandonar a los niños la ciudad, a ellos que han expulsado a Hermodoro, el varón más eficaz de los suyos, diciendo: «no haya entre nosotros ninguno más eficaz; si lo hay, que sea en otra parte y entre otros». También sabemos por sus comentarios, que era contrario a la democracia. A pesar del desprecio que mostraba por sus conciudadanos y por la democracia, éstos le pidieron que les diese leyes para la ciudad. Heráclito se negó a hacerlo y se retiró al tempo de la diosa Artemisa (protectora de Éfeso). Allí se dedicó a escribir un libro difícil de entender, lo que le valió el apodo de "el Oscuro" Departamento de Filosofía 6 (mariano.gomez1@educa.madrid.org) Pensamiento. Los filósofos anteriores a Heráclito habían puesto de relieve de un modo u otro, el "dinamismo" de la physis (en tanto que las cosas nacen, crecen y mueren). Además, habían considerado que el cambio o devenir, era un rasgo esencial del arché. Sin embargo, este aspecto del cambio (dinamismo o devenir) no había sido pensado explícitamente, ni en profundidad. De ello se ocupará Heráclito. Tradicionalmente Heráclito ha sido considerado como el filósofo del "cambio", del "devenir". A él se atribuye la expresión "todo fluye" ("panta rei"), aunque lo más seguro es que no sea suya. Sí podemos leer en sus fragmentos expresiones similares: "No podemos bañarnos dos veces en el mismo río... Bajamos y no bajamos al mismo río, nosotros mismos somos y no somos". Pues bien: este devenir al que toda la realidad se ve sometida, consiste en el continuo paso de un contrario a otro: "Las cosas frías se calientan, las calientes se enfrían, las húmedas se secan, las secas se humedecen, el joven envejece, lo vivo muere, pero de lo que ha muerto renace otra vida joven, y así sucesivamente". La razón o la causa del cambio / devenir es la "lucha", la "guerra" existente entre los contrarios, una guerra que es eterna. "la madre de todas las cosas es la guerra" Pero se trata de una guerra muy especial, pues al tiempo que es "lucha" también es "paz", y al tiempo que es "contraste" es "armonía". Es como si tras la "guerra" se escondiese la "paz". ¿Cómo es esto posible? Es a través de la guerra como se da la pacificación de los contrarios: "Aquello que es oposición se concilia y de las cosas diferentes nace la más bella armonía". Sólo en la lucha se otorgan los contrarios mutuamente su sentido ("la enfermedad convierte en dulce la salud"; "ni siquiera se conocería el nombre de la justicia, si no existiese la ofensa"). De este modo, en la lucha cada cosa alcanza su realidad y su sentido, gracias a su contrario. Donde no hay devenir, cambio y lucha de contrarios... no hay vida. ¿Cómo es posible esta armonía y esta paz en la lucha de contrarios? Según Heráclito, esto es posible gracias al "Logos". El Logos es el gran tema de los fragmentos (no el devenir sino el logos). El término logos procede del verbo "legein", que significa "reunir". En este sentido el Logos es: Ley (la ley): o ley divina (el Logos es lo Uno o lo Supremo), o ley oculta (subyace a la lucha de contrarios = devenir), o ley que rige y gobierna al hombre individual, a la comunidad de los hombres y a la naturaleza toda (a los contrarios). Es lo que reúne la totalidad de los entes y los mantiene unidos, no como un "caos", sino como un "cosmos" (= armonía) de oposiciones y conexiones. Es lo Supremo y lo Uno y por ello lo divino. Departamento de Filosofía 7 (mariano.gomez1@educa.madrid.org) ¿Cómo entender en este punto a nuestro amigo "El Oscuro"? Parece que Heráclito nos está diciendo que miremos más allá de las apariencias. “Por debajo" del devenir existiría el Logos, esto es, la ley que gobierna y reúne este cosmos de oposiciones y conexiones y que da cuenta de la unidad en la diversidad, de la armonía y la paz en el cambio. Aparentemente percibimos cambios, caos, lucha, desorden...; pero se trata de "apariencias". Si somos capaces de mirar con detenimiento, descubriremos cómo todo ese caos y esa lucha es necesaria para que se dé el "sentido", el "orden" y la "armonía". Nuestro universo, mirado en conjunto, es un "cosmos" (un todo "ordenado"), pese al "desorden" que parece regirlo. Todo responde a un "Logos" (esto es: a un sentido); todo tiene una lógica, aunque, en apariencia, los acontecimientos y sucesos nos parezcan absurdos, brutales e ilógicos. Sólo el hombre que escucha al "logos" percibe la armonía y sentido que rige el universo El Logos y el hombre. No todos los hombres son capaces de percibir esa unidad (armonía / paz) que subyace a los contrarios. A partir de aquí, Heráclito distingue dos tipos de hombres: Los que no escuchan al Logos: su sabiduría es aparente (se quedan en las apariencias), saben muchas cosas pero no comprenden ninguna; viven y actúan como si estuvieran dormidos. Son ignorantes Los que escuchan al logos: su sabiduría es verdadera, pues no se quedan en las apariencias, ni en las opiniones, sino que captan el logos oculto que gobierna todas las cosas. Son los que están despiertos. Logos y Fuego Heráclito utiliza una imagen para hablar del Logos (lo Supremo o lo Uno): el Fuego. "Este cosmos, uno mismo para todos los seres, no lo hizo ninguno de los dioses, ni de los hombres, sino que siempre ha sido y será eternamente fuego viviente, que se enciende según medidas y se apaga según medidas". En este sentido, el Fuego aparece como el constitutivo de todas las cosas y el principio del dinamismo de todas las cosas (arché). El motivo por el cual Heráclito identificó lo Supremo con el Fuego es claro: el fuego expresa de modo ejemplar la transformación continua, el cambio y la armonía (dado que el fuego se halla en constante movimiento, y es vida que vive de la muerte del combustible). Parménides de Elea. Parménides nació en Elea, hacia el 540 a.C., donde residió hasta su muerte el año 470. Se dice que comenzó siendo pitagórico y que abandonó dicha escuela para fundar la suya propia, con claros elementos anti-pitagóricos. Algunos atribuyen la fundación de la escuela de Elea a Jenófanes de Colofón, sin que haya verdadera constancia de ello, por lo que la fundación de dicha escuela ha de atribuirse a Parménides, dejando al margen la cuestión de hasta qué punto el pensamiento de Parménides puede estar influido por el de Jenófanes. Parménides escribió un poema filosófico en hexámetros del que conservamos la mayoría de los versos a través de Simplicio (sigue leyendo). De Parménides apenas tenemos noticias. Procedía de Elea, polis situada al sur de Italia. Según cuentan, Sócrates conoció a Parménides hacia el 450 a.C., siendo Sócrates todavía joven. La entrevista debió influir grandemente en el filósofo y esa influencia se la transmitió Sócrates a Platón. De él conservamos tan sólo un "Poema" de 154 versos, divididos en una introducción y dos partes: La vía de la verdad y La vía de la opinión. Departamento de Filosofía La introducción. 8 (mariano.gomez1@educa.madrid.org) Parménides es "raptado" por seres divinos que le conducen, en un carro llevado por corceles, ante la “diosa” (símbolo de la Verdad). Ésta pronuncia un discurso acerca de las dos vías: la vía de la verdad (la vía de la lógica y de la razón) y la vía de las opiniones de los mortales (doxa). Las dos partes: la vía de la verdad y la vía de la opinión (Poema) 1.1.- La vía de la verdad: es la vía de la razón. Su gran principio: "el ser es y el no-ser no es" (formulación del "principio de identidad"). Es el camino del ser, el único que se puede pensar (dado que "ser" y "pensar" se identifican) y, por ello, el único que se puede decir o expresar. Sólo esta vía conduce a la verdad. Este camino del ser o de la verdad, es el camino de la razón. 1.2.- La vía de las opiniones de los mortales (doxa) o la vía del error . Su principio: "el ser no es, y el no-ser es". Es el camino de las apariencias de los sentidos, por cuanto éstos nos informan de la pluralidad, y del devenir (= paso del ser al no-ser y viceversa). Esta vía es impensable: no se puede pensar, al resultar claramente ilógica por contradictoria. En este sentido, si el "ser" y el "pensar" se identifican, es imposible pensar la "nada" (= el no-ser)) y en consecuencia indecible (no se puede decir, mostrar o hablar de ello). Departamento de Filosofía Consecuencias. 9 (mariano.gomez1@educa.madrid.org) Con el bueno de Parménides (siguiendo el principio lógico de no contradicción), nos vemos obligados a negar la pluralidad (que exista más de una única realidad) y el devenir (según "el Lógico", es sólo apariencia de los sentidos). Por lo tanto, sólo puede afirmarse la existencia de una única realidad - la de “El Ser” - a la que únicamente se puede acceder por la inteligencia (razón o nous). Dicha realidad (el “Ser”), reúne una serie de características: o Uno y único; o No engendrado e incorruptible (sin principio ni fin; es eterno presente); o Inmutable e inmóvil (toda mutación o movimiento supondría un no-ser); o Todo igual (no admite diferencia o discontinuidad dentro de sí); o Esférico (imagen de la esfera, figura perfecta: redonda y equidistante en todos sus puntos del centro). Los discípulos de Parménides . En el siglo V a.C., Zenón de Elea, discípulo de Parménides, dedicó parte de sus esfuerzos a demostrar la validez de las afirmaciones de su maestro (demostrar la existencia de una única realidad -el Ser- que sólo se podía captar por la razón y la negación de toda pluralidad, cambio o devenir). Para ello utilizó el procedimiento de reducción al absurdo. Consiste en partir de una hipótesis y deducir sus consecuencias tratando de encontrar una contradicción, que, si se produce, demuestra que esa hipótesis o punto de partida es falso. Existen varias aporías; la más conocida es la de Aquiles y la tortuga. Esta aporía o paradoja viene a decir que si el espacio es divisible, como muestran los sentidos, lo es hasta el infinito. Por lo tanto, si Aquiles, el más veloz de los hombres, corre detrás de una tortuga que posee sobre él una ventaja, jamás la puede alcanzar, puesto que, cuando Aquiles llegue al lugar en que se encontraba la tortuga al iniciar la carrera, la tortuga ya habrá avanzado algo, y cuando Aquiles llegue a ese nuevo punto, ocurrirá lo mismo. La distancia que separará a Aquiles de la tortuga será cada vez más pequeña, pero jamás la alcanzará, porque el espacio (tal como afirman los sentidos) es divisible hasta el infinito. El resultado es, pues, paradójico: los sentidos confirman no sólo que Aquiles alcanza a la tortuga, sino que la sobrepasa rápidamente; sin embargo, la razón dice que eso no puede ser. Por tanto, la hipótesis que había servido de punto de partida al argumento es falsa y la afirmación contraria -que no existe el espacio divisible como afirman los sentidos- es la verdadera.