07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 99 La industria agroalimentaria española ante la ampliación de la UE. LUIS MIGUEL ALBISU AZUCENA GRACIA Servicio de Investigación Agroalimentaria de Aragón La ampliación de la Unión Europea (UE), con la incorporación de los países de Europa central y oriental (PECOS), presenta nuevas oportunidades y amenazas a la industria agroalimentaria española. La política agraria comunitaria (PAC) es el principal foco de atención, tanto de los actuales países de la UE como de los que se quieren incorporar. Sin embargo, los valores añadidos generados por la agroindustria son mayores que los que genera la agricultura, en la mayoría de los países de la UE. El desarrollo de los sectores agroalimentarios está fundamentado en la dinámica y competitividad que se pueda establecer en la distribución y en la industria agroalimentaria. La distribución depende, en gran medida, del desarrollo de la agroindustria, ya que la transformación de las materias primas es una necesidad para vender productos alimentarios. miembros. La agricultura no merece la misma atención por parte del capital foráneo. El nuevo proceso de ampliación de la UE, con la inevitable conflictividad entre los actuales y los nuevos miembros, es lento, pero inexorable, y parece tener un calendario bastante determinado, aunque siempre sujeto a cambios. Los países más desarrollados de la UE, así como Estados Unidos, van tomando posiciones, y para ello están haciendo inversiones que se dirigen tanto a la distribución alimentaria como a la agroindustria de los países que aspiran a ser nuevos El paulatino desmantelamiento de los aranceles favorece los intercambios comerciales de productos agroalimentarios entre los países miembros y no miembros de la UE. Tiene un efecto de ensayo ante situaciones más favorables, ya que los actuales miembros de la UE van conociendo mejor las características de los nuevos mercados y los nuevos miembros se adentran en la práctica de la dura lucha comercial que existe en la UE. ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 99 07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 100 L. M. ALBISU / A. GRACIA España participa en todo este proceso, aunque la distancia geográfica no favorece ni el conocimiento ni los claros incentivos que supone tener mercados cercanos. Además, hay otros condicionamientos, como el desconocimiento de las lenguas y de las culturas, que es un claro impedimento para un mayor acercamiento a los nuevos mercados. Quizás estos aspectos marquen las diferencias con los países de Latinoamérica, que, donde a pesar de la enorme distancia física, los empresarios se encuentran en un entorno más asequible, lo que hace que dirijan sus esfuerzos a esos países y no a los PECOs. Existe una gran diversidad de trabajos cualitativos y cuantitativos que han tratado de analizar la situación del sector agrario en los PECOs y de anticipar su evolución futura. Sin embargo, no ocurre lo mismo con la industria agroalimentaria, por lo que es necesario también analizar su situación y las exigencias de los consumidores en los futuros países miembros de la UE, aunque es más dificultoso tener datos adecuados. 100 La industria agroalimentaria española afronta esta nueva situación de la ampliación de la UE y necesita información para poder afrontar nuevos retos con mayor conocimiento de causa. Este trabajo está estructurado de tal manera que al principio se exponen los más importantes indicadores de la industria agroalimentaria en España para conocer sus principales rasgos, lo cual facilitará el análisis de lo expuesto posteriormente. A continuación se exponen las principales características de los sectores agroalimentarios de los PECOs. Más tarde se recogen los flujos comerciales de productos agroalimentarios entre esos países y España. El siguiente apartado trata de sintetizar las oportunidades y amenazas que la industria agroalimentaria española tiene en esta nueva situación. Finalmente, se exponen las principales conclusiones y recomendaciones. Principales indicadores de la industria agroalimentaria española La industria agroalimentaria (IAA) se considera un componente estratégico de la in- ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II CUADRO 1 PRINCIPALES INDICADORES DE LA INDUSTRIA Y DE LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA EN ESPAÑA España 1995 1997 Número de empresas industriales Industria 148.624 158.417 Industria agroalimentaria 26.778 26.153 Personas ocupadas Industria 2.322.694 2.428.936 Industria agroalimentaria 363.618 361.100 Ventas (millones de euros) Industria 238.609,62 272.690,01 Industria agroalimentaria 47.401,22 52.702,15 Valor añadido bruto (millones de euros) Industria 86.882,91* 92.980,18 Industria agroalimentaria 11.685,48* 12.207,76 Gasto de personal (millones de euros) Industria 48.401,91 53.086,80 Industria agroalimentaria 6.393,57 6.779,42 Consumo materias primas (millones de euros) Industria 108.611,90 124.774,32 Industria agroalimentaria 28.405,64 32.091,64 Inversiones en activos materiales (millones de euros) Industria 12.142,25 14.391,23 Industria agroalimentaria 1.535,59 1.815,06 1999 2000 240.215 33.105 241.573 33.342 2.588.872 376.364 2.628.008 363.034 309.844,58 54.910,87 347.027,39 55.704,81 104.913,27 13.554,63 111.964,35 13.510,75 59.024,20 7.388,24 63.376,73 7.554,72 142.609,35 31.842,82 169.052,68 32.387,34 18.642,19 2.619,21 20.505,33 2.610,20 * Estas cifras corresponden al año 1996. FUENTES: MAPA, varios años. Cuadernos de información económica sobre la industria agroalimentaria. dustria española, al ser una de las ramas industriales más importantes, ya que representa aproximadamente el 14% de las empresas industriales, emplea al 14% de los trabajadores de la industria y genera el 16% de las ventas totales del sector industrial (MAPA, 2001). Por otra parte, se trata de un sector todavía con un alto grado de atomización, a pesar de la concentración observada en los últimos años. Coexisten un gran número de pequeñas y medianas empresas (aproximadamente el 85% de las IAA tienen menos de 10 empleados, y un 90%, menos de 20) con unas pocas empresas de gran tamaño (el 0,7% de las IAA, unas 250, tienen más de 200 empleados) (MAPA, 2001). Sin embargo, estas últimas son las que generan la mayor parte de las ventas, estimándose que las 500 mayores empresas (1,3% del total) facturan el 76% de las ventas del sector. En España, la industria agroalimentaria ha alcanzado un grado importante de madurez y modernización debido al esfuerzo inversor, fundamentalmente en modernización de equipos e instalaciones y se ha adaptado a los constantes cambios del entorno y de los hábitos de consumo. Este dinamismo inversor la ha hecho crecer y desarrollarse hasta convertirse en el primer sector industrial, al mismo tiempo que desempeña una función estratégica dentro de la cadena agroalimentaria. En efecto, con el paso de los años, la cuota de los alimentos transformados en el valor total del gasto de los hogares en alimentación ha ido creciendo, hasta representar un importante porcentaje del presupuesto familiar destinado a alimentos. Esta circunstancia ha hecho cambiar la función tradicional del sector primario de abastecedor de bienes finales al consumo, a suministrador de materias primas a la industria agroalimentaria, manteniendo ambos sectores una dependencia recíproca. En este marco de relaciones y funciones, la industria agroalimentaria es considerada como un sector estratégico de la economía nacional, por su gran responsabilidad como suministradora de alimentos a la población, que deben reunir, además, las debidas condiciones de seguridad y calidad. 07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 101 LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA ESPAÑOLA ANTE LA AMPLIACIÓN... La industria agroalimentaria española contaba con 33.342 empresas en el año 2000 (cuadro 1). Esta cifra es superior a la registrada en 1995 (26.778), lo que ha supuesto un incremento del 25% en 5 años. Empleaba, en 1995, 363.618 personas, lo que suponía un 16% del total del empleo en la industria, porcentaje que ha ido descendiendo hasta alcanzar en 2000 el 13,8%. A pesar de la evolución desfavorable del número de empleados con respecto a la industria total, las ventas de la IAA han aumentado de 1995 a 1999 un 5% en términos constantes, aunque descendió ligeramente, un 2%, en 2000. Sin embargo, las ventas del sector industrial en su conjunto ha aumentado un 30% desde 1995. Esta diferente evolución han conducido a que la IAA generaba un 19,8% de las ventas del sector industrial en 1995, descendiendo paulatinamente hasta alcanzar tan sólo el 16% en 2000. En el sector agroalimentario se destacan seis ramas agroindustriales por sus mayores cifras de ventas (cuadro 2): la industria cárnica; vinos y bebidas alcohólicas; industrias lácteas; alimentación animal; pan, pastelería y galletas; y conservas vegetales. Todos estos sectores suponen el 62% de las ventas totales de la agroindustria, con mención especial a la industria cárnica, que alcanzó casi el 20% en 2000. Con respecto a las personas ocupadas por ramas de actividad, se destaca la importancia de cuatro, que generan el 63,2% del total de empleo de la industria agroalimentaria en España: pan, pastelería y galletas (28%); industria cárnica (18,5%); conservas vegetales (9,1%), y vinos y otras bebidas alcohólicas (8,5%). La importancia de la cifra de empleo en el sector pan, pastelería y galletas (100.800 personas), muy por encima de otras ramas con una actividad mucho más fuerte, como la industria cárnica (18,5%) y la de vinos y bebidas alcohólicas (8,5%), refleja la atomización de este subsector. Sin embargo, y en el extremo opuesto, resalta el escaso número de empleados en la industria de aceites y grasas, que es básicamente una industria envasadora, caracterizada por su fuerte concentración, donde los procesos de producción son más automatizados. La industria agroalimentaria española se caracteriza por un potencial inversor notable, CUADRO 2 PRINCIPALES VARIABLES ECONÓMICAS DE LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA ESPAÑOLA POR RAMAS DE ACTIVIDAD EN 2000 Ventas Personas ocupadas (Millones de euros) (Miles) Valor Total Valor Total % % Inv. en activos mat (Millones de euros) Valor Total % Industria cárnica 10.881,9 Industria de pescados 2.177,5 Conservas vegetales 4.190,3 Aceites y grasas 3.765,9 Industria láctea 6.377,3 Molinería 2.005,6 Alimentación animal 5.537,1 Pan, pastas y galletas 4.524,4 Azúcar y chocolate 2.947,4 Vinos 4.473,9 Cerveza 1.795,2 Otras bebidas alcohólicas 1.058,4 Otras bebidas no alcohólicas 3.540,0 Otros productos diversos 2.694,9 19,5 3,9 7,5 6,7 11,4 3,6 9,9 8,1 5,3 8,0 3,2 1,9 6,3 4,8 66,9 19,1 33,2 9,5 27,1 7,2 13,7 100,8 20,6 17,9 7,9 5,1 13,4 19,8 18,5 5,3 9,1 2,6 7,5 2,0 3,8 27,8 5,7 4,9 2,2 1,4 3,7 5,5 498,8 101,6 245,2 95,0 223,0 63,7 155,7 258,4 144,8 379,2 108,2 63,7 175,5 94,4 19,1 3,9 9,4 3,6 8,5 2,4 5,9 10,0 5,6 14,5 4,1 2,4 6,7 3,6 Total agroalimentario TOTAL INDUSTRIA 100 363,0 2.628,0 100 2.610,2 20.505,3 100,0 55.704,2 347.027,4 FUENTES: MAPA, varios años. Cuadernos de información económica sobre la industria agroalimentaria. 2.610,2 millones de euros en 2000, representando un 12,7% del total de la inversión de la industria nacional. La industria cárnica, seguida de la de vinos y de la industria de pan, pastelería y galletas son los sectores agroindustriales con mayores inversiones, con un 19%, 14,5% y 10%, respectivamente, de la inversión total de la agroindustria (cuadro 2). Por otra parte, las industrias con menor inversión son las de producción de otras bebidas alcohólicas (2,4%) y molinería (2,4%). A pesar de la importancia de la inversión en el sector agroalimentario, ésta sólo representa el 4,7% de las ventas totales de la IAA en 2000, variando esta cifra entre los diferentes subsectores. La industria cárnica es el subsector que más ha invertido, aunque sus inversiones sólo representan el 3% de sus ventas. Por el contrario, el esfuerzo inversor de ramas industriales con menores ingresos, como las de vinos; pan, pastelería y galletas, y la de conservas vegetales alcanzan el 8,4%, 6% y el 6%, respectivamente. Como habíamos mencionado con anterioridad, la estructura del tejido empresarial de la IAA se caracteriza por su atomización y dualidad, debido a que conviven pequeñas y grandes empresas. Además, la distribución del número de empresas según su tamaño varía de una rama de actividad a otra. A principios de 2001, el subsector de pan y galletas representaba el 37,2% de las empresas agroalimentarias, ocupando el primer puesto, seguido por la industria cárnica (13,4%) y el sector de vinos (11,8%), lo que suponía que estas tres ramas absorbían el 61% del total del número de empresas (MAPA, 2001). El sector agroalimentario en los PECOs Hay ocho PECOs candidatos a la adhesión a la UE, que pudiera ocurrir en 2004. Todos ellos con una riqueza por debajo de la media de los actuales miembros de la UE, que medida por el PIB por habitante en relación con la media de la UE es: Estonia (42%), Letonia (33%), Lituania (33%), Polonia (40%), República Checa (57%), Eslovaquia (48%), Hungría (51%) y Eslovenia (69%). La adhesión de Bulgaria y Rumanía se espera que ocurra en 2007. ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 101 07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 102 L. M. ALBISU / A. GRACIA Para comprender lo que ha ocurrido con la industria agroalimentaria en los PECOs es importante repasar una serie de acontecimientos y factores que han influido en su desarrollo. Hay algunos aspectos que son generales a todos los países, mientras que otros son más específicos. Al comienzo se analizarán aquellos que son generalizables. La década de los noventa se ha caracterizado por la privatización de sus economías. Actualmente, el porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) generado por el sector privado en algunos países, según las estadísticas del Banco Mundial, es de la siguiente magnitud: Hungría (80%), Estonia (75%), Lituania (70%), República Checa (68%), Polonia ( 60%) y Rumanía (60%). Este proceso de privatización condujo a una disminución de la riqueza, y de esta manera, en los primeros años de la transición se produjo una disminución generalizada del PIB, hasta 1992 para algunos países y 1994 para otros, cuando el PIB empezó a crecer, salvo en Eslovenia. A partir de entonces, el PIB ha aumentado, salvo en Rumanía, que presenta una disminución acumulada del 15% entre 1997 y 1999 (Comisión Europea, 1998). Para la caracterización de los países se pueden hacer distinciones entre los centroeuropeos (Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia y Eslovenia), los bálticos (Estonia, Lituania y Letonia) y los eslavos (Bulgaria y Rumanía). 102 Para comprender mejor la industria agroalimentaria y los mercados de los diez países que se analizan convendría diferenciarlos de acuerdo con algunas de sus características. Así, hay algunos que se distinguen por tener una mayor población, y por lo tanto una mayor capacidad de consumo de productos alimentarios en el futuro, como son los casos de Polonia y de Rumanía, con 38 y 22 millones de habitantes, respectivamente, junto con otros de escasa dimensión, como Eslovenia y los países bálticos (cuadro 3). Otros destacan por la importancia de su sector agrario, como lo indica el que en algunos países más de la mitad de la superficie total se dedica a la agricultura, pero sobre todo por su importancia en el ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II CUADRO 3 PRINCIPALES RASGOS DEL SECTOR AGROALIMENTARIO DE LOS PECOs EN 2000 Población (millones de habitantes) Centroeuropa Polonia Hungría R. Checa Eslovaquia Eslovenia Balcánicos Rumanía Bulgaria Bálticos Lituania Letonia Estonia Área cultivada % total PIB sector agrario % PIB/total Empleo agrario/% empleo total Gasto alimentos/ % gasto total (*) 38,00 10,00 10,00 5,40 1,99 58,3 62,9 54,3 49,8 24,2 2,9 3,9 3,4 4,5 2,9 18,8 6,0 4,5 6,7 9,9 36,9 26,6 26,8 31,8 23,5 22,40 8,20 62,1 50,3 11,4 16,0 42,8 26,2 58,0 53,3 3,70 2,40 1,40 53,4 38,5 19,7 6,9 4,0 4,7 19,6 13,5 7,6 44,4 44,9 37,5 (*) Cifras para 1998. FUENTE: Comisión Europea, 2002. Agricultural Situation in the Candidates Countries - Country Reports. PIB. Atendiendo a esto último se observa que en los dos países balcánicos y en Lituania la contribución del sector agrario al PIB es superior al 7%, alcanzando un 16% y 11%, respectivamente, en Bulgaria y Rumanía. El empleo agrícola en relación con el total es relativamente elevado, sobre todo en estos dos últimos países. En otros, con marcado carácter industrial, el sector agrario tiene poca importancia, como son los casos de Eslovenia y la República Checa. El porcentaje de ingreso dedicado a la alimentación es muy elevado y alcanza casi la mitad del gasto de los hogares en los países balcánicos. En los países bálticos este porcentaje también es elevado, llegando a alcanzar un 45% en Lituania y Letonia. Sin embargo, en los países del centro de Europa este porcentaje está por debajo del 30% (excepto en Polonia y Eslovaquia). La industria agroalimentaria existente ha dependido, en gran medida, de las materias primas que se producían en cada país, por lo que ha sido trascendental lo que ha ocurrido en los sectores agrarios durante todo este tiempo. La falta de suministros adecuados ha entorpecido su marcha así como la calidad de las materias primas agrarias. El valor de la producción agrícola en los PECOs ha disminuido entre 1990 y 1999, excepto en Eslovenia, donde ha aumentado un 20%, y en Rumanía, que se ha mantenido estable, salvo disminuciones puntuales. En algunos países, la producción agrícola disminuyó hasta 1995 y aumentó lentamente desde entonces, aunque sin alcanzar los niveles de principios de los noventa (Polonia y Hungría). Sin embargo, en Bulgaria, Lituania, Letonia y Estonia, la producción agrícola ha disminuido paulatinamente, alcanzándose una disminución del 33%, 39%, 57,2% y 44%, respectivamente. Estas disminuciones han sido debidas sobre todo a la reducción de la producción ganadera, que ha perdido importancia en todos los países. La disminución de la producción a niveles inferiores a 1989 se debió fundamentalmente a la caída de la demanda interior y exterior y al aumento de los precios de los inputs (Cadenas y Cantero, 1997). Los principales productos agrarios son los cereales, el porcino y los lácteos en todos los países, con una cierta importancia de los vegetales en Polonia, Rumanía y Bulgaria, y de las patatas en Lituania, Letonia y Estonia (Comisión Europea, 2002). Esta disminución de la producción ha supuesto que hayan crecido las importaciones de materias primas de otros países y un mayor incremento de las transaccio- 07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 103 LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA ESPAÑOLA ANTE LA AMPLIACIÓN... nes apoyadas en las ventajas comparativas, entre países, como es el caso de la República Checa frente a Eslovaquia, o dependiendo de que hayan gozado de más ayudas por parte de los Estados, como ha ocurrido con Hungría. Los países de la Europa central han tenido mecanismos, como el CEFTA (Central European Free Trade Agreement), compuesto por la República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia, en su origen, y al que se incorporaron posteriormente Eslovenia y Rumanía, siendo su principal objetivo el libre comercio de mercancías entre esos países (Trzeciak-Duval, 1999). Los principales intercambios los realizan con los países de la UE, pero el saldo de la balanza comercial de todos los PECOs es negativo, salvo en el caso de Hungría. Si atendemos a la balanza comercial del sector agrario, ésta es también negativa, salvo para Hungría y Bulgaria. Sin embargo, los países de la UE ya no son los principales destinos y orígenes de estos países, sino que se observa un mayor grado de intercambio entre ellos y Rusia. Principales rasgos de la IAA en los PECOs La industria agroalimentaria es una rama relativamente importante dentro del sector industrial (cuadro 4). En concreto, en los países de Europa central, la IAA supone entre un 3,5% y un 4,1% del PIB, en los países balcánicos, un 5,3% del PIB en Bulgaria y un 21% del valor añadido bruto de la industria en Rumanía. En los países bálticos la importancia es todavía más elevada, ya que la IAA representa entre un 25% y 33% del valor añadido bruto de la industria. La producción de la IAA ha aumentado en los países centroeuropeos y en los países bálticos (excepto en Eslovaquia, que ha permanecido constante, y en Eslovenia, que ha disminuido a una tasa anual del 3%). En concreto, ha aumentado a una tasa media anual del 15%, 7% y 3,5%, respectivamente, en Polonia, Hungría y República Checa, y a una tasa del 10% en Lituania y de un 2,5% en Estonia. Sin embargo, en Rumanía (Bulgaria no dispone de información sobre la evolución de la IAA) la producción ha disminuido a una tasa anual del 24,4% (cuadro 4). Por otra parte, se observa que, salvo en Polonia, el empleo en la agroindustria ha disminuido incluso en aquellos países en los que la producción ha aumentado. Esto indica el esfuerzo realizado por la agroindustria de estos países para reestructurar y dimensionar el sector agroalimentario. Además, los principales incrementos se han producido en aquellos sectores con productos de mayor valor añadido o con una orientación a la exportación. La industria agroalimentaria es, en su mayor parte, de primera transformación y dirigida a mercados locales. En esta primera categoría de transformación entran la producción de leche y los mataderos, por poner un ejemplo. Aunque, en los últimos años, las principales inversiones se han dirigido hacia las industrias de segunda transformación, como la producción de productos cárnicos curados, bebidas alcohólicas y bebidas refrescantes. En la mayor parte de los países, la producción animal está por encima de la vegetal, por lo que la industria agroalimentaria está, consecuentemente, relacionada con los productos cárnicos y con la leche. Las principales ramas agroindustriales en cuanto a producción son las empresas cárnicas, las de bebidas, las lácteas y las de otros productos alimentarios. En el caso de Eslovenia, las empresas de frutas y hortalizas, y en Rumanía, las productoras de tabaco, ocupan el cuarto lugar en importancia, mientras que en Letonia las industrias pesqueras se sitúan en el tercer lugar. Además, se observa que en los países de centro Europa las dos principales ramas agroindustriales, que suponen alrededor de un 45% de la producción, son las industrias que producen otros productos alimentarios y las cárnicas. En los países balcánicos, las dos principales industrias agroalimentarias son las bebidas y los otros productos alimentarios (con un 55% de la producción), y en los países bálticos las principales empresas agroalimentarias son las lácteas y los otros productos agroalimentarios. Un fenómeno generalizado ha sido el aumento de los precios de los inputs, lo que ha hecho que la industria sea menos competitiva. Una de las ventajas comparativas que tienen es su bajo nivel de salarios, que se estima entre el 10% y el 15% de los existentes en la Unión Europea, salvo el caso de Eslovenia, donde son del doble o triple del de los países analizados. Los informes existentes acerca de la industria agroalimentaria, en los diversos ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 103 07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 104 L. M. ALBISU / A. GRACIA CUADRO 4 PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA EN LOS PAÍSES DE EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL EVOLUCIÓN EN % PIB Valor añadido bruto Producción IAA Empleo IAA Polonia Año ref. 1998 Evolución 93-97 4,10 14,80 74,20 5,90 Hungría Año ref. 1999 Evolución 93-97 - 13,80* 35,00 -5,80 R. Checa Añor ref. 1999 Evolución 93-97 3,80 Eslovaquia Año ref. 1999 Evolución 93-97 4,10 Eslovenia Año ref. 1998 Evolución 96-98 3,40 Rumanía Año ref. 1999 Evolución 97-99 - 15,00 16,90 -4,40 - -0,80 -1,80 - -6,10** -5,90 21,00 -73,30 -15,50 Principales ramas Otros (23,4) Cárnicas (21,8 Bebidas (16,5) Lácteas (12,7) 107,80 73,90 25,50 61,70 Cárnicas (25,4) Otros (16,8) Bebidas (13,9) Lácteas (12,5) 18,60 26,00 44,30 57,70 Otros (22,1) Cárnicas (20,2) Bebidas (17,1) Lácteas (14,1) 6,70 3,70 23,90 18,00 Otros (23,7) Cárnicas (20,6) Bebidas (18,8) Lácteas (16,4) 8,80 -6,70 18,80 -3,00 Otros (30,7) Bebidas (25,8) Cárnicas (12,8) Frutas y hort. (10,2) 9,30 -11,40 -10,70 -6,10 Bebidas (28,2) Otros (23,5) Cárnicas (15,7) Tabaco (11,3) -57,40 -65,40 -79,00 -53,30 - - Lácteas (29,0) Otros (18,7) Bebidas (17,8) Cárnicas (12,6) 51,50 39,10 102,00 16,30 Otros (39,3) Lácteas (17,8) Pesqueras (16,9) Cárnicas (11,3) - Bulgaria 5,30 104 Lituania Año ref. 1999 Evolución 95-99 Letonia Año ref. 1998 Estonia Año ref. 1999 Evolución 95-99 - - - - 25,00 50,00 -26,60 9,00 33,00 n.d. n.d. - 28,40 12,50 -20,50 Evolución producción Lácteas (23,9) Otros (22,1) Bebidas (20,3) Cárnicas (15,6) II.E. agroin/total 11,5 - 4,5 Muy bajo (1%) Muy bajo - 5,0 12,0 8,0 7,90 6,90 11,60 7,90 FUENTES: Comisión Europea, 2002. Agricultural Situation in the Candidates Countries - Country Reports y Comisión Europea, 2000. The sapard plan: country report. países, indican una diversidad de suministro de materias agrarias, aunque de escasa calidad, una tecnología y equipamiento obsoleto, un alto consumo de agua y energía por unidad producida, un ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II bajo desarrollo y nivel tecnológico de los productos, dificultad para conseguir las normas que establece la Unión Europea por lo que respecta a la calidad e higiene, inadecuada organización interna de las empresas, falta de estrategias adecuadas de marketing y de programas de adaptación a las nuevas condiciones de los mercados y falta de formas avanzadas de cooperación entre empresas. 07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 105 LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA ESPAÑOLA ANTE LA AMPLIACIÓN... Esta aproximación a las exigencias de la UE contribuye a que las inversiones tengan prioridad en aspectos relacionados con la salud y las normas de higiene, la modernización de edificios, la instalación de nuevos equipos y líneas tecnológicas, la mejora de los sistemas de control y de la protección medioambiental (Comisión Europea, 2000). A pesar de los esfuerzos llevados a cabo para mejorar todos estos aspectos, la IAA es el agente del sector agroalimentario de los PECOs en el que existe una competitividad más baja en relación con sus nuevos socios (UE) (Josling y Tangermann, 1998). Se ha producido una progresiva privatización de la IAA en todos los países, de tal manera que, en la actualidad, la mayoría de las empresas agroalimentarias se encuentran en manos de capital privado. Éste no es el caso de Rumanía, cuyo proceso de privatización ha sido más lento: en 1998, el 38% de las empresas agroalimentarias eran de propiedad pública; el 44%, de capital privado, y el 18%, de capital extranjero. Como contrapunto, tan sólo un 10% de las empresas agroalimentarias polacas están todavía en manos del sector público, especialmente en el sector de azúcares y bebidas alcohólicas, y en la República Checa, tres empresas son todavía de capital público. Otro fenómeno generalizado ha sido la fragmentación de la industria agroalimentaria, como consecuencia de la privatización y el deterioro de la productividad. Un porcentaje de entre el 75% y el 85% son pequeñas y medianas empresas. Actualmente se encuentran inmersas en un profundo proceso de reestructuración y de concentración, obligadas por las condiciones que la UE les impone para poder tener acceso a medios financieros. A pesar de que ha aumentado el número de empresas y se ha reducido su tamaño, el sector agroindustrial en estos países todavía tiene un grado de concentración más elevado que en la Europa del oeste. El proceso de concentración repercute también en los minoristas, que requieren menos proveedores pero de una mayor dimensión, y que sean capaces de tener una mayor calidad en sus productos y una regularidad en sus suministros. La adaptación y armonización a las normas de la UE, en todo lo que respecta a higiene, se- guridad, calidad, etc. es un requisito que deben de cumplir si quieren que sus productos se puedan exportar a la UE. Como consecuencia de la privatización, la alta concentración de la IAA en estos países, debida al sistema de propiedad pública vigente en la etapa anterior, ha ido disminuyendo. El número de empresas agroindustriales varía entre los países. Así, en Eslovenia es de alrededor de 350, en Eslovaquia y Lituania hay más de 300, en Lituania más de 400. La utilización media de la capacidad productiva de la IAA se sitúa entre el 23% de la agroindustria en Estonia y el 55% de la agroindustria en Letonia. La inversión extranjera en estas empresas ha aumentado en la mayoría de los países, pero sigue siendo relativamente baja. En el cuadro 4 se observa que los países con mayores porcentajes de inversión extranjera en relación con el total invertido en el país son Polonia, Lituania (se ha multiplicado por cuatro desde 1995) y Letonia, con un 11%, 12% y 8%, respectivamente. Además, esta inversión se ha dirigido fundamentalmente a los sectores que producen alimentos con mayor valor añadido y/o con mayor orientación exportadora (tabaco, bebidas y confitería). Sin embar- go, la inversión extrajera en la IAA en Eslovaquia y Eslovenia es muy reducida, siguiendo la tendencia de la industria en general, donde la inversión extranjera es también bastante limitada. La principal contribución de la inversión extranjera en la agroindustria de los PECOS ha sido la de mejorar las instalaciones y el marketing de estas empresas (FAO, 1998). Los flujos de capital extranjero varían sus orígenes, que tienen en la Unión Europea un importante aliado, aunque los Estados Unidos también han apostado por las economías de estos países. Dentro de la Unión Europea sobresale el papel que ha desempeñado Alemania, sobre todo en los países centroeuropeos, y ocurre lo mismo con los flujos de capital que con las mercancías. Los países limítrofes tienen un papel también importante, como es el caso de Grecia con Bulgaria. La mayor preocupación de estos países es el cumplimiento de los requisitos de calidad y seguridad de los productos alimentarios. En Hungría se han hecho grandes esfuerzos por parte de la agroindustria para lograr que sus empresas consiguiesen la certificación necesaria para poder exportar a la UE, y su Ministerio de Agricultura estima que alrededor del 50% de las ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 105 07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 106 L. M. ALBISU / A. GRACIA empresas cárnicas pueden exportar a la UE. En la República Checa se está produciendo una mejora en la calidad e higiene de los productos de la IAA como consecuencia de la armonización de la legislación checa con la legislación de la UE. Las empresas agroalimentarias en Eslovenia se encuentran con dificultades para cumplir los requisitos de calidad y seguridad de la UE; tan sólo 31 de las 368 empresas eslovenas han conseguido la licencia necesaria para exportar a la UE. En Rumanía, el nivel de procesado, empaquetado, distribución y calidad de los productos es inferior a la media de la UE y a la de los países del centro de Europa. En Letonia sucede algo similar; las instalaciones, equipamiento y tecnología de las agroindustrias están obsoletos, por lo que la calidad y seguridad de los productos no cumplen los requisitos de los mercados internacionales (sólo 17 empresas lácteas han obtenido el certificado de la UE). Sin embargo, en Lituania, ocho empresas pesqueras, que suponen el 45% de la producción; 18 industrias lácteas, con una producción del 82%, y 3 empresas cárnicas han obtenido la certificación de la UE. 106 La Unión Europea, consciente del bajo nivel de desarrollo de estos países, ha implementado los programas Sapard, que abarcan desde 2000 a 2006. Hay multiplicidad de medidas y algunas de ellas están directamente relacionadas con la industria agroalimentaria, aunque las más comunes son los subsidios a los créditos y la disminución de impuestos. Uno de los condicionantes que se establecen es que los créditos que provengan de la UE, de los países de la UE, o del propio país que los pide o de los países que han solicitado la adhesión a la UE sean para tecnología. Los proyectos tienen toda una batería de indicadores para evaluar sus ayudas. Se señalan como oportunidades comunes la gradual recuperación de los ingresos y el aumento de la demanda de calidad, la posibilidad de explotar de una manera más amplia los productos de origen local, la posibilidad de una mayor financiación proveniente de la UE y los efectos beneficiosos de la adaptación al acquis communautaire. La balanza comercial agroalimentaria es negativa en la mayoría de los países, sal- ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II nanciera rusa, con una disminución de sus exportaciones del 30% desde 1998 a 1999 (OCDE, 2001). Los intercambios de productos agrarios y agroalimentarios entre la UE y los PECOs se encuentran muy condicionados por las diferencias en la calidad de los productos elaborados por los PECOS (Swinnen, 2002). El comercio agroalimentario entre España y los PECOS vo en Hungría. Algunos sectores agroindustriales, sin embargo, han mostrado superávit, como en los casos de la leche y bebidas en la República Checa. La variación de las condiciones de políticas internas y externas ha tenido una notable influencia en los flujos de mercancías. Así, por ejemplo, en Rumanía la reducción de las tarifas arancelarias, en un 50% en 1997, tuvo como consecuencia un aumento muy considerable de las importaciones, que repercutió negativamente en la actividad de la industria agroalimentaria, ya que se surtía de materias primas producidas en el país. Las cuotas asignadas por la UE para la exportación de productos no siempre son cubiertas, como ha sido el caso de algunos productos de Bulgaria. Hay pocos sectores con marcado carácter exportador, aunque sobresalen, por ejemplo, el caso de los vinos búlgaros y rumanos; los animales vivos, con especial énfasis en las ovejas que provienen de Rumanía, y las exportaciones de cereal de los principales países productores, como son Polonia y Rumanía. Estonia ha sido un país tradicionalmente exportador, pero desde 1995 ha tenido continuos déficit en su balanza comercial agraria. También Lituania era un exportador neto, con clara vocación exportadora hacia las ex-repúblicas soviéticas, en productos principalmente lácteos y carne, pero que se vieron gravemente afectados en 1999 por la crisis fi- En el cuadro 5 se recogen las exportaciones e importaciones de productos alimentarios entre España y los PECOs en miles de euros constantes de 2000. En primer lugar, se observa el escaso volumen comercializado entre España y estos países. Aunque la cifra exportada a los PECOs se ha duplicado en los últimos seis años, sólo representa un 1,7% de las exportaciones totales de la agroindustria española, pero su progresión ha sido mayor que para el total. Las exportaciones a Polonia (40%), República Checa (18%), Eslovenia (9%) y Rumanía (8%) suponían un 75% en 1995. Cinco años más tarde, en 2000, las exportaciones estaban concentradas entre Polonia (31%), República Checa (20%), Lituania (11%) y Rumanía (8%), que suponen un 70% del total. Las exportaciones de productos agroalimentarios españoles a todos los países de Europa central y oriental han aumentado, excepto a Eslovenia, cuyas exportaciones han disminuido a una tasa media anual del 2,6%. Los principales incrementos observados en las exportaciones corresponden a las dirigidas a Lituania, Letonia y Hungría. Sin embargo, las importaciones españolas de estos países han disminuido ligeramente (0,8%). En concreto, las importaciones procedentes de Lituania, Estonia, Rumanía y República Checa han disminuido a una tasa media anual del 15,7%, 16,7%, 11,1% y 7,3%, respectivamente, mientras que las procedentes de Bulgaria y Hungría han aumentado un 47,8% y 16,3% de tasa media anual, respectivamente. En 2000, los principales orígenes eran Polonia 07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 107 LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA ESPAÑOLA ANTE LA AMPLIACIÓN... CUADRO 5 EXPORTACIONES E IMPORTACIONES DE PRODUCTOS AGROALIMENTARIOS ENTRE ESPAÑA Y LOS PECOs EN 1995 Y 2000 EN MILES DE EUROS CONSTANTES DE 2000 Exportaciones 1995 2000 Total Total UE Total PECOs Centroeuropa Polonia Hungría R. Checa Eslovaquia Eslovenia Balcánicos Rumanía Bulgaria Bálticos Lituania Letonia Estonia Importaciones 1995 2000 Saldo comercial 1995 2000 4.672.743,8 2.837.045,7 58.061,1 6.620.582,0 4.278.340,8 115.824,7 5.170.296,8 3.586.306,5 12.271,4 5.923.850,4 4.046.128,4 11.687,0 -497.553,0 -749.260,8 45.789,7 696.731,6 232.212,5 104.137,8 23.201,0 3.016,1 10.490,2 3.638,6 5.166,0 35.581,9 8.568,9 23.128,3 5.145,0 4.347,2 5.475,6 209,4 3.086,6 140,0 204,9 4.464,6 414,7 1.737,1 184,0 0,0 17.725,4 2.806,7 7.403,6 3.498,6 4.961,2 31.117,3 8.154,1 21.391,1 4.961,0 4.347,2 4.856,4 2.597,2 9.551,0 5.457,4 1.732,3 1.105,1 576,7 4.276,6 3.124,2 1.492,1 8.974,3 1.180,9 2.213,7 1.330,5 1.551,3 12.747,0 7.767,0 3.531,1 221,9 0,0 93,3 12,4 20,7 0,0 1.991,7 1.330,5 1.458,0 12.734,6 7.746,3 3.531,1 Nota: Incluye los capítulos arancelarios 11 y del 15 al 24. FUENTE: Dirección General de Aduanas. Elaboración propia basada en los datos de la Agencia Tributaria. CUADRO 6 COMERCIO EXTERIOR DE PRODUCTOS AGRO ENTRE ESPAÑA Y LOS PECOs POR RAMAS DE ACTIVIDAD EN EL AÑO 2000 EN MILES DE EUROS PECOs Export 11. Molinería 15. Aceites y grasas 16. Conservas de carnes y pescados 17. Azúcares y confitería 18. Cacao y preparados 19. Preparados de cereales 20. Preparados de legumbres 21. Preparados diversos 22. Vinos y bebidas 23. Residuos 24. Tabaco Total IAA Import Polonia Export Import R. Checa Export Import 751,3 5.823,1 8.121,2 22.029,3 3.178,1 2.227,9 18.717,0 27.783,5 12.725,4 5.257,7 9.211,4 0,0 12,0 320,5 581,0 663,8 244,7 171,3 72,4 1.975,0 7.646,4 0,0 7,4 2.152,8 362,2 6.098,6 75,5 333,8 5.381,9 10.554,6 2.736,7 292,5 7.585,7 0,0 1,8 308,1 514,9 654,7 27,0 145,5 0,0 206,1 2.606,4 0,0 18,9 1.841,8 1.331,5 6.218,3 1.381,9 591,2 6.237,4 1.153,8 3.500,7 705,1 147,7 0,0 0,0 0,0 64,4 9,1 30,6 6,2 72,4 1.502,8 51,7 0,0 115.826,1 11.687,0 35.581,9 4.464,6 23.128,3 1.737,1 FUENTE: Dirección General de Aduanas. Elaboración propia basada en datos de la Agencia Tributaria. (38%) y Bulgaria (37%), que conjuntamente sumaban el 75%. El saldo comercial de la agroindustria con los PECOs era positivo para todos los países en 1995. Como resultado de la mencionada evolución, los saldos comerciales de productos agroalimentarios con los PECOs siguen siendo positivos y han aumentado en el período analizado, sal- vo en Eslovenia y Bulgaria, donde el saldo comercial ha disminuido un 2% y 3,5%, respectivamente. En el cuadro 6 aparecen los intercambios comerciales de productos agroalimentarios entre España y los PECOs, así como con los dos principales países de origen y destino de los intercambios por rama de actividad agroindustrial. En primer lugar, se puede observar que el saldo comercial de la IAA española con los PECOs es positivo para todas las ramas industriales, excepto para los residuos de la agroindustria. Además, las importaciones procedentes de los PECOs son fundamentalmente de residuos y desperdicios de la industria alimentaria, con un 65% del total importado. En concreto, el 58,4% de las importaciones de Polonia corresponden a residuos de la ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 107 07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 108 L. M. ALBISU / A. GRACIA un paso más para aumentar su presencia en otros mercados o para racionalizar sus sistemas de producción, de tal manera que, concentrando sus producciones en un menor número de plantas, cubran mercados más extensos de una forma competitiva. agroindustria. Sin embargo, las importaciones de la República Checa son fundamentalmente de vinos y bebidas, con un 86,5% del total importado. Las exportaciones de la agroindustria española a los PECOs son principalmente de preparados diversos; azúcares y confitería; preparados de legumbres; y vinos y bebidas, que suponen un 70% del total exportado. Éstas son también las principales industrias que exportan a Polonia y a la República Checa. Por lo tanto, los intercambios de productos agroalimentarios entre España y los PECOs son todavía muy reducidos, encontrándose concentrados en dos países (Polonia y República Checa), y siendo la balanza comercial para España positiva. Además, los principales productos agroalimentarios intercambiados son preparados diversos, azúcar y confitería, y preparados de legumbres. 108 Para concluir el apartado de relaciones internacionales españolas con el sector agroindustrial de los PECOs mencionaremos las principales inversiones españolas en esos países, suministradas por la Dirección General de Comercio e Inversiones. España sólo ha invertido en la IAA de Polonia y la República Checa, y las inversiones netas recibidas por estos países fluctúan bastante de un año a otro, ascendiendo a 635.000 y 71.000 euros, respectivamente, en 2000, y a 4.837.000 y 11.665.000 euros en 2001. Las inversiones españolas totales en los PECOs son también bastante reducidas y se dirigen fundamentalmente a Polonia, Hungría y República Checa; su valor ascendía en 2001 a 21.464.000, 173.958.000 y 14.400.000 euros, respectivamente. En este último año, el porcentaje invertido en la IAA respecto al total invertido por España en Polonia y República Checa era del 22,5% y 81%, respectivamente. Sin embargo, este porcentaje varía mucho de un año a otro, ya que en 2000 ascendía al 1,2% y 0,2%, respectivamente. Oportunidades y amenazas para la IAA española El debate sobre las oportunidades y amenazas para la industria agroalimenta- ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II ria española con motivo de la ampliación de la UE ha de estar centrado en las consecuencias que puede tener para el comercio agroalimentario entre España y esos países, y en las inversiones españolas o de capitales ligados a las agroindustrias que existen en nuestro país, que pudieran afectar a las agroindustrias de los PECOs, pero también al tejido agroindustrial español. No se pueden hacer generalizaciones que afecten a todas las industrias agroalimentarias de nuestro país. Habría que hacer distinciones, en principio, de acuerdo con su tamaño, ya que la dimensión puede ser un factor muy determinante a la hora de tomar decisiones en el nuevo escenario que se avecina. Así, es lógico que las grandes empresas agroalimentarias observen este proceso de una manera muy distinta a como lo puedan hacer las pequeñas y medianas empresas. De las grandes empresas habría que separar aquellas que tienen mayoritariamente capital nacional de las que pertenecen a multinacionales con su sede principal fuera de España. Muchas de las multinacionales foráneas establecidas en España, ya de por sí suelen tener una dimensión y organización que les permite estar en muchos países y algunas de ellas tienen una verdadera vocación de abarcar el mercado global. Con lo cual, la apertura hacia los nuevos países miembros es Parece lógico que, siempre que haya unas adecuadas materias primas agrarias y una mínima capacitación profesional, las primeras transformaciones vayan a aquellos países en los que la mano de obra sea más barata. Las grandes multinacionales buscarán proteger su fuerza en el mercado mediante sus marcas implantadas en los distintos países, aunque los lugares de las producciones cambien de ámbito geográfico. En el capítulo de las marcas cabe la doble estrategia de marcas globales implantadas en muchos países, y las marcas locales o regionales que cubran áreas geográficas mucho más limitadas. Habitualmente las marcas regionales suelen provenir de las empresas que son adquiridas por las multinacionales. En este caso, la agroindustria española puede sufrir las consecuencias de la ampliación por el cierre de algunas plantas o por el paulatino cambio de algunas producciones agroindustriales desde España a los nuevos países miembros. Si bien éste puede ser el paso final, hay pasos intermedios más favorables, como el crecimiento de las exportaciones desde España a los PECOs, sobre todo de aquellos productos no excesivamente elaborados. Sin embargo, la defensa de las plantas agroindustriales de las multinacionales, en España, sería la reconversión a procesos más sofisticados de segundas y terceras transformaciones de los que resulten productos más elaborados, como los precocinados y los platos preparados, así como la constante innovación de productos destinados hacia mercados más saturados, en la actual Unión Europea. Parte de los mismos problemas y motivaciones puede existir para las grandes empresas agroindustriales de capital español, aunque siempre hay una tendencia a dejar en su base de negocios dos departamentos de gran importancia, como son el de investigación y desarrollo de nuevos productos, y la dirección responsable de la estrategia empresarial de toda la empre- 07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 109 LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA ESPAÑOLA ANTE LA AMPLIACIÓN... sa. Además, hay una cierta tendencia a proteger y a explotar al máximo, por un mayor conocimiento, aquellos mercados cercanos al nacimiento de la empresa. Hay buenos ejemplos, entre las grandes empresas agroindustriales españolas, de haber dado el paso hacia la exportación de productos alimentarios a los PECOs, a la implantación de sus plantas agroindustriales en esos lejanos países. Este movimiento viene impulsado por las actuales limitaciones para exportar a esos países, así como por la intención de ganar cuota de mercado e ir tomando posiciones con la nueva distribución implantada por grandes grupos europeos. La mayor parte de las empresas agroindustriales de nuestro país son pequeñas y medianas. En la última década han demostrado que son capaces de incorporarse al proceso de la internacionalización y que exportan porcentajes crecientes de sus producciones. En estas empresas no es tanto el tamaño, lo que más influye, sino el tipo de producto. Los productos alimentarios de cierto valor añadido encuentran salida en los mercados internacionales siempre y cuando sean apoyados por su diferenciación. En esta evolución reciente, las cifras indican que todavía los PECOs no son motivo de una gran atención y los esfuerzos se dirigen con gran intensidad hacia la actual Unión Europea o, con menor ímpetu, hacia países más lejanos, como Latinoamérica. No obstante, una vez que se entra en la dinámica de las exportaciones, es relativamente fácil cubrir nuevos países, siempre y cuando se conozcan los alicientes que existen en los nuevos mercados y haya un cierto apoyo por parte de las administraciones. El tipo de productos que realiza la agroindustria de pequeñas y medianas empresas en España pudiera muy bien encontrar segmentos de mercado en los PECOs, que van aumentando notablemente su poder adquisitivo y que tratan de ampliar la gama de productos demandados, siempre y cuando no sean excesivamente caros. En este tipo de oferta podrían encontrar cabida muchos productos alimentarios relacionados con la agricultura mediterránea, así como producciones locales promocionadas ya en otros mercados internacionales. Cuando se abren nuevas puertas al mercado internacional, es común pensar en las nuevas posibilidades que existen para exportar, pero no hay que olvidarse que también surgen nuevos flujos de importación de productos que llegan a nuestro propio mercado. No es previsible que las importaciones, a corto plazo, supongan un capítulo importante, salvo algunas partidas o productos específicos, como pudieran ser los vinos o algunos otros productos no perecederos. Sin embargo, a un medio plazo, entre cinco y diez años, es seguro que sus productos se introducirán en la distribución española, apoyados por las cadenas de distribución existentes en nuestro país que también están en los PECOs. El conocimiento de los productos y las relaciones comerciales establecidas entre la gran distribución y las agroindustrias de los PECOs serán los mecanismos de transmisión para la entrada de productos en España. Los productos más previsibles son todos aquellos que sean comunes en muchos mercados y que supongan sólo primeras transformaciones; por lo tanto, de un menor coste de elaboración. Cabe otro tipo de consideraciones, por países, para analizar dónde pueden estar nuestras oportunidades y nuestras amena- zas. Parece lógico que nuestras oportunidades más inmediatas estén en aquellos países menos agrarias, es decir, aquellos en los que los sectores industriales tengan una mayor predominancia sobre el sector primario. De tal manera que el sector agroindustrial tenga menos posibilidades de desarrollo. Éstos son los casos de la República Checa y de Hungría; además, ambos países tienen alrededor de diez millones habitantes, por lo tanto una considerable masa de potenciales consumidores. También hay que tener en cuenta la dimensión del país y por lo tanto de sus mercados. De acuerdo con este factor, hay que tener en cuenta que Polonia es el más atractivo, en una primera etapa de adhesiones, y Rumanía, en la segunda fase. Además, estos países grandes dan la posibilidad de establecer las plataformas agroindustriales o comerciales, a partir de las cuales se pueden comercializar los productos a países limítrofes. Otro aspecto a tener en cuenta son los sectores en los que están especializados. Parece previsible pensar que el futuro de la agroindustria esté ligado, en un principio, a sus materias primas, por lo que siempre sería más difícil entrar en aquellos que tengan una mayor especialización. ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II 109 07 ECON. INDUST. 344 15/4/03 22:51 Página 110 L. M. ALBISU / A. GRACIA Aunque de acuerdo con este concepto sería aventurado pensar que las industrias cárnicas españolas hubieran podido tener oportunidades de implantación en los PECOs, pero éste no ha sido el caso. Es decir, que se cumple una de las actuales circunstancias de los mercados, como es la de que surgen transacciones y oportunidades en los sectores en los cuales existe un mayor grado de especialización. Por lo tanto, el sector cárnico tendrá presumiblemente un gran desarrollo en algunos de los PECOs, ofreciendo una mayor competencia pero también mayores oportunidades, siempre y cuando se tengan empresas en nuestro país con los cocimientos tecnológicos y competencias empresariales adecuados. Conclusiones La agroindustria española muestra claros síntomas de desarrollo económico y de expansión hacia los mercados internacionales. Su peso es creciente en el sistema agroalimentario, aunque sus relaciones con la gran distribución no son fáciles, por el enorme poder que tienen las grandes cadenas. Tanto en facturación como en valor añadido hay un lento pero continuo crecimiento, con unas inversiones en alza a un mayor ritmo que los anteriores índices. 110 El comercio internacional de productos alimentarios españoles con los PECOs es muy limitado, aunque nuestra balanza comercial es muy positiva. Polonia y la República Checa sobresalen sobre el resto de los países, aunque las cifras exportadas a Lituania, Rumanía, Hungría y Letonia han crecido enormemente en los últimos cinco años. Es el resultado de un cambio en sus economías, que, después de atravesar etapas de retroceso, por la privatización de los sectores en manos del Estado, ven cómo van resurgiendo económicamente y van dando mayor capacidad de compra a sus ciudadanos. ECONOMÍA INDUSTRIAL o N. 344 • 2002 / II También indica una creciente preocupación del empresariado español por estos países. En los próximos cinco años se espera que el crecimiento económico vaya en aumento y que los procesos de adhesión a la Unión Europea estén finalizados. Por lo tanto, se van a producir nuevas oportunidades para estar presente comercialmente en sus mercados. Pero también se les abre la posibilidad de exportar a España en mejores condiciones arancelarias que las que existen actualmente, una vez salvado el cumplimiento de normas sanitarias y mejoradas sus calidades, acordes con las exigencias de la UE. Sin embargo, España y su industria agroalimentaria no han prestado la necesaria atención que estos mercados merecen. Los mayores esfuerzos son dirigidos a exportar a la Unión Europea y el esfuerzo inversor en países en vías desarrollo centra más la atención en Latinoamérica que en los PECOs. En la próxima década puede que existan más posibilidades de negocio en los PECOs que en otros grupos de países en vías de desarrollo. Gozan de un nivel de infraestructuras, de formación y de capacitación tecnológica, que con las ayudas que puedan venir de la UE y las facilidades de acceso a nuevos mercados, pueden resultar determinantes para un despegue económico sustancial. Su adhesión a la UE facilitará todo este proceso. El tipo de productos alimentarios que fabrica la industria agroalimentaria española puede muy bien ajustarse a las necesidades de los consumidores de los PECOs. Se puede dar la circunstancia de dedicar los productos más maduros, en su vida comercial, a estos países, y los más innovadores y sofisticados, a los países más desarrollados de la UE. Es decir, una doble política de expansión comercial, que en las grandes empresas debería generar movimientos de inversión en plantas procesadoras en esos países además de aprovechar las oportunidades que se presenten para la exportación de productos alimentarios. Las pequeñas y medianas empresas agroindustriales pueden encontrar nichos de mercado en esos países que hagan incrementar su facturación total, su dimensión y su competitividad. Los núcleos de población objetivo pueden ser muy similares a los que existen en otros países, salvo en su dimensión, que es menor. Bibliografía CADENAS, A. y CANTERO, C. (1997): Implicaciones agroalimentarias de la adhesión a la Unión Europea de los PECOS, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Secretaría General Técnica, Serie Estudios. COMISIÓN EUROPEA (1998): Agricultural situation and prospects in the Central and European Countries, Summary report. 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