b R3 LATERCERA Domingo 25 de septiembre de 2016 Director de La Tercera: Juan Pablo Larraín Medina. Subdirector: Víctor Cofré Soto. Editora General: Olga Bustamante Fuentes. Editor Jefe: Alejandro Trujillo / Editora de Reportajes: Gloria Faúndez/ Periodistas: Francisco Artaza, Andrés Muñoz, Ignacio Bazán, Francisco Siredey, Leslie Ayala y Tamy Palma. Columnistas: Alvaro Vargas Llosa, Fernando Villegas, Sebastián Edwards, Eduardo Engel, Ernesto Ottone, Héctor Soto y Oscar Contardo. Editora Gráfica: Constanza Bertolone H. Subeditor de Diseño: David Hernández P. Diseño: Miguel Vargas. Editor de Fotografía: Matías Recart. Fotógrafo coordinador: Patricio Fuentes. El vínculo con Chile del presidente interino de Brasil El revés de la trama Héctor Soto FOTO: ARCHIVO GRUPOCOPESA Que pase el siguiente E En principio, no es por fuerza una calamidad que la carrera presidencial se haya anticipado. Si así ocurrió, no todo responde al apetito de los precandidatos. El enorme vacío de poder que Chile viene arrastrando hace meses también cuenta. Como el gobierno está inmovilizado, como pareciera haber agotado su carpeta de reformas mal concebidas y peor implementadas, y como los ministros están dedicados a dar explicaciones del fracaso o a echar baldes de agua fría por las restricciones de caja al fogón de las demandas que hasta hace poco el propio gobierno estaba atizando, es lógico que la atención se desplace al gobierno que vendrá. Que pase el siguiente. Así mirado, no es un mal dato. Lo que no es tan bueno es que la elección del 2017 termine dirimiéndose en función de imágenes y sensaciones asociadas a políticos con mayor o menor buena onda y sin atender ni a las ideas ni a los proyectos. Afortunadamente, queda año y medio todavía para la gran decisión. En algún momento las ideas deberían comenzar a pesar más que las sonrisas. Chile ya apostó con el retorno de Bachelet al poder por un liderazgo emocional y mesiánico, y sería muy lamentable que el país volviera a cometer el mismo error. Los chilenos nos habríamos ahorrado buena parte de los problemas actuales de haber leído -era un tema de simple lectura- lo que Bachelet quería hacer para haberle exigido al menos algunas explicaciones. Pero primaron la cercanía, la emocio- nalidad, el arrebato, el fetiche del nuevo ciclo, la revancha, incluso, y el país terminó comprándose más problemas de los que creyó estar solucionando. Como se ha visto, los inicios de la previa presidencial están siendo duros. Probablemente, el ex Presidente Lagos sabía a lo que se estaba exponiendo al declarar hace dos semanas su intención de competir. Lo que no podía saber es que esa declaración le iba a costar varios puntos de rating en las encuestas. Después de todo, se trata de una figura de enorme peso político, que en principio concita apoyos en la izquierda, el centro y la derecha. Pero por lo visto, lo que pesa en el escenario político no necesariamente pesa en el sentir de la gente. Una explicación sería que la sociedad chilena cambió demasiado como para que pueda volver a conectarse con una figura política tan autoritaria y majestática como la del ex presidente. Otros opinan que la cosa no va por ahí y que más bien se trata de otra evidencia más de la brecha que existe en Chile no entre la ciudadanía y las elites, que es lo que se viene repitiendo con majadería en el último tiempo, sino simplemente de la desconexión que hay entre la política y las prioridades de la gente. Cuentas bastante más alegres ha podido sacar en los últimos días el senador Alejandro Guillier. Todavía es muy incierto que él pueda ser quien finalmente aglutine a todo el espectro político de la Nueva Mayoría. Obviamente, su experiencia y estatura política son menores, pero esta misma circunstancia, lejos de limitarlo, pareciera estar fortaleciéndolo. Ahora bien, tampoco es que a él Lo que Lagos no podía saber es que su disponibilidad lo podía perjudicar en las encuestas. El miércoles 21, el embajador de Chile en Brasil, Jaime Gazmuri, realizó la tradicional celebración de Fiestas Patrias, ocasión en la que participó el Presidente interino de Brasil, Rodrigo Maia, quien está reemplazando a Michel Temer, de viaje en Estados Unidos. Fue ahí cuando Maia recordó que él nació en Santiago en 1970, cuando su padre, César Maia, huía de la persecución de los militares que controlaban su país. “Mi madre es chilena, mi padre es brasileño. Hoy vengo a dejar un fuerte abrazo al pueblo chileno, que acogió a mi padre en un momento de turbulencia en Brasil, a fines de los años 1960”, dijo. las cosas le hayan salido gratis. De hecho, ya se le han estado pidiendo explicaciones asociadas al desempeño que tuvo como periodista –en especial, el rol que jugó en el episodio del juez Calvo en los inicios del caso Spiniak-, y luego como senador, como cuando adujo hace poco haber sido víctima del gol que le pasó el gobierno al aprobar la norma que penaliza las filtraciones de los fiscales en medio de las investigaciones judiciales. Hasta ahora nadie diría, en cualquier caso, que conoce lo que piensa el senador en temas sustantivos. Tanta es la nebulosa al respecto, que con la misma facilidad con que algunos ven a Guillier como abanderado de los grupos más radicalizados de la izquierda, aquellos que no entraron a la Nueva Mayoría hay quienes lo consideran el mejor rostro que tiene hoy por hoy el tronco socialdemócrata del oficialismo para sacar la cara por la moderación. Está claro que hay un tipo de candidatos, pragmatismo mediante, que puede servir para todo. Para lo que no pueden servir, sin embargo, es para andar al mismo tiempo para adelante y para atrás. La multifuncionalidad no da para tanto. Era previsible que el senador recibiera cos- corrones del laguismo cuando ninguneó al ex presidente dando a entender, muy al voleo, que el del ex presidente era un liderazgo que se había quedado en el siglo XX y que hoy no era ahora el momento de quienes, alertando de una crisis, se presentan como salvadores de la patria. Puesto que él mismo en otro momento había dicho que jamás se postularía a la presidencia si el Presidente Lagos llegaba a competir, es obvio que también en este frente faltan algunas explicaciones suyas. Pedirlas puede parecer antipático en la hora actual, pero no darlas equivale a asumir que en política da lo mismo lo que se prometa o lo que se diga toda vez que se tenga facilidad de palabra y apelando a un concepto harto liviano de la responsabilidad. No es porque tenga muchas opciones, sino precisamente porque tiene muy pocas, que a la Nueva Mayoría le va a costar bastante más trabajo que a Chile Vamos definir a su candidato. No es fácil reivindicar como proyecto de futuro la continuidad de un gobierno que hoy apenas interpreta al 20%. Con eso no se hace un gobierno. Ni siquiera alcanza para hacer oposición. Si no, que lo diga la oposición actual.R