TEMA MONOGRÁFICO PATOLOGÍA DE IMPORTACIÓN Malaria J. Gascón Consultor Senior. Medicina Tropical. Centro de Salud Internacional. Hospital Clínic. Barcelona. España. E n el año 1964 se certificó la erradicación del paludismo, o malaria, de España. Pero en amplias zonas del trópico la malaria sigue siendo una enfermedad prevalente y con un gran impacto en la salud pública. El paludismo que se diagnostica actualmente en España es importado de las zonas endémicas. De todas las enfermedades importadas el paludismo ocupa un lugar especial debido a su frecuencia y a su posible gravedad. En concreto, Plasmodium falciparum puede causar la muerte de la persona afectada si no se diagnostica a tiempo la infección y se administra un tratamiento adecuado. EPIDEMIOLOGÍA Cuatro especies de plasmodios (P. falciparum, P. vivax, P. ovale y P. malariae) pueden causar la enfermedad. Se transmiten a las personas por las picaduras de mosquitos hembra del género Anopheles. La figura 1 muestra las zonas donde el paludismo es endémico. Se calcula que causa entre 300 y 500 millones de casos clínicos al año y entre 1,5 y 2 millones de muertes. El paludismo importado a Europa ha pasado de 4.000 casos a finales de la década de los setenta a los 15.485 casos anuales declarados en 20001, con una mortalidad que oscila según las series entre el 1 y el 6%2,3. Los casos de paludismo declarados en España van de los 21 casos en 1967 a los 333 casos anuales declarados en 2000, todos ellos importados. En España, como en otros países europeos, además del paludismo importado, se ha sospechado la presencia de casos de Malaria, 2001 paludismo por importación de mosquitos infectados que han llegado a nuestro país en aviones y en el equipaje de los pasajeros, lo que se ha convenido en llamar paludismo de aeropuerto y paludismo de las maletas, respectivamente4,5. También se han publicado en Grecia, Italia y Alemania casos de paludismo autóctono o introducido, provocado por picaduras de mosquitos Anopheles autóctonos que se han infectado al alimentarse de sangre de personas infectadas en zonas endémicas6-8. CICLO DEL PARÁSITO EN EL SER HUMANO Cuando una hembra infectada del mosquito Anopheles pica a una persona para alimentarse, le inyecta la forma infectiva del parásito, el esporozoito. En 30-45 min (379) los esporozoitos llegan al hígado, en cuyos hepatocitos inician la fase asexuada del ciclo del parásito. Los hepatocitos se rompen cuando los esquizontes son maduros, y las formas plasmodiales pasan a la circulación general en la forma de merozoitos e inician la fase hemática de la infección. El estadio hepático tiene una duración de 6-15 días, aunque puede ser más largo, sobre todo para P. vivax y P. ovale. Los merozoitos penetran en los hematíes, donde maduran y se multiplican (trofozoitos), hasta que rompen los glóbulos rojos para, a su vez, infectar a otros hematíes en una expansión logarítmica. Estos ciclos (esquizogonia hemática) tienen una duración de 48 h para P. falciparum, P. vivax y P. ovale y de 72 h para P. malariae. Durante esta fase hemática, algunos parásitos derivan hacia formas sexuadas formando los gametos que, si son aspirados por Anopheles y éstos pican de nuevo a la persona, inician la fase sexuada del ciclo del parásito que tiene lugar en el mosquito. P. vivax y P. ovale, además de este ciclo común para todos los tipos de plasmodios, presentan unas formas hepáticas, llamadas hipnozoitos, capaces de permanecer latentes durante meses o incluso años y que son las formas del parásito que causan las recidivas tardías de las crisis palúdicas. Sin tratamiento, las personas afectadas tienen crisis febriles que se repiten periódicamente. P. malariae puede permanecer en la fase sanguínea durante largos períodos, ya que provoca parasitemias muy escasas (sólo afecta a hematíes viejos) y puede ser paucisintomático; las recrudescencias pueden producirse años después de la infección. Áreas donde se produce contagio de malaria Áreas de riesgo limitado Áreas libres de malaria Fuente: OMS, 2001 Figura 1 Zonas donde el paludismo es endémico. JANO 14-20 FEBRERO 2003. VOL. LXIV N.º 1.463 29 TEMA MONOGRÁFICO PATOLOGÍA DE IMPORTACIÓN Malaria J. Gascón CLÍNICA TABLA I Manifestaciones graves y complicaciones del paludismo por P. falciparum en niños y adultos Manifestaciones clínicas Niños Adultos Alteración del estado de conciencia Disnea Postración Convulsiones Colapso circulatorio Ictericia Edema agudo de pulmón (radiológico) Hemoglobinuria Hemorragias Pruebas de laboratorio Anemia grave Hipoglucemia Acidosis Hiperlactatemia Insuficiencia renal Hiperparasitemia +++ +++ +++ +++ + + ++ + +++ + + +++ +/– +/– +/– + + + +++ +++ +++ +++ + ++ + ++ ++ ++ +++ + Modificado de: WHO. Severe falciparum malaria. Trans Roy Soc Trop Med Hyg 2000;94(Suppl 1):2. INMUNIDAD Crisis sucesivas de paludismo dejan en el huésped una inmunidad que no evita la infección por el parásito, pero evita o atenúa la enfermedad moderando incluso su expresión clínica. Aunque puedan existir ciertos antígenos comunes a diferentes especies, probablemente la inmunidad adquirida es específica de cada cepa. La inmunidad antipalúdica adquirida necesita nuevas exposiciones al parásito para mantenerse, de lo contrario se pierde en pocos meses. Por ello, los inmigrantes de zonas endémicas que viven fuera de su país se comportan como no inmunes cuando visitan de nuevo una zona endémica años después de haber salido de ella. En su mayoría, quienes viajan a zonas endémicas de paludismo no son inmunes, por lo que, caso de adquirir la enfermedad, ésta se expresará en su máxima virulencia, que de todas formas dependerá de otros factores como el tipo de cepa infectiva, su resistencia a fármacos antipalúdicos o la toma previa de una profilaxis antipalúdica. FISIOPATOLOGÍA Los merozoitos invaden los glóbulos rojos produciendo en éstos una serie de cambios que determinan los eventos fisiopatológicos del paludismo. Nos centraremos en la acción de P. falciparum ya que es el único que produce algunos de los fenómenos que describimos a continuación. Antes de la hemólisis, los hematíes infectados sufren una serie de cambios (rigidez de la membrana, desarrollo de unas protuberancias con expresión de varios factores que aumentan la capacidad de adherencia del hematíe) que dificultan su circulación a través de los vasos sanguíneos de pequeño calibre y enlentecen el flujo sanguíneo por la adhesión de los hematíes entre ellos y al endotelio (citoadherencia, secuestro). En el momento de la hemólisis, junto a los merozoitos, los glóbulos rojos emiten un material glucolípido que estimula la liberación de citocinas, causantes de muchos de los síntomas del paludismo. En el sistema nervioso central se provoca hipoxia, junto a un aumento local de citocinas, glucólisis anaeróbica y lactacidosis. El óxido nítrico posiblemente tenga un efecto importante en el paludismo cerebral9. Suele haber trastornos de la coagulación y afección multiorgánica (afección glomerular, aumento de la permeabilidad capilar en los pulmones, afección placentaria, lesiones hepáticas). 30 JANO 14-20 FEBRERO 2003. VOL. LXIV N.º 1.463 La gravedad de las manifestaciones clínicas del paludismo depende no sólo del tipo de plasmodio o la virulencia de una cepa determinada, sino también de la inmunidad previa de la persona afectada, el grado de cumplimiento de la profilaxis y cuánto se tarde en hacer el diagnóstico desde el inicio del cuadro clínico. Los síntomas iniciales son inespecíficos y consisten en malestar general, cefalea y mialgias que se siguen de escalofríos y tiritona. Este período suele durar entre 15-60 min; luego se inicia el período febril, en agujas de unas 2-6 h de duración, que se sigue de abatimiento, sudación y descenso de la temperatura (período de lisis). Sin la interferencia de profilaxis o tratamientos, la periodicidad de la fiebre puede ser cuartana (P. malariae), terciana (P. vivax y P. ovale) o fiebre sin ninguna periodicidad (P. falciparum). La aparición ocasional de otros síntomas como diarrea, náuseas o vómitos puede ocasionar errores diagnósticos iniciales. Complicaciones Si el paludismo es sospechado, diagnosticado y tratado de forma inmediata, suele evolucionar favorablemente. En caso contrario se desarrolla esplenomegalia y pueden aparecer las complicaciones. P. malariae puede provocar una nefritis que puede evolucionar a síndrome nefrótico. En las infecciones por P. vivax y P. ovale se han descrito ocasionalmente roturas esplénicas. P. falciparum presenta las complicaciones más importantes y graves si la infección no es tratada correctamente. En la tabla I se describen las posibles complicaciones del paludismo por P. falciparum y los hallazgos analíticos más importantes. DIAGNÓSTICO En las zonas no endémicas de paludismo, el grado de sospecha de la enfermedad es importante para un rápido diagnóstico. Una buena historia clínica y epidemiológica nos confirmará la posibilidad de esta afección. La gota gruesa y el frotis sanguíneo son los métodos clásicos para diagnosticar el paludismo. Son pruebas rápidas y sencillas que permiten identificar la especie de plasmodio y el grado de parasitemia (dato clave para el pronóstico, tratamiento y seguimiento del paciente). El momento álgido de la fiebre es el mejor momento para practicar estas dos pruebas. Actualmente existen técnicas de diagnóstico rápido basadas en la captura de antígeno, útiles para P. falciparum y P. vivax. La técnica del naranja de acridina o QBC es también una técnica rápida y que puede detectar parasitemias muy escasas, aunque no suele discernir el tipo de plasmodio. La serología se utiliza para estudios epidemiológicos y sólo ocasionalmente es útil para casos individuales. La técnica de PCR también se ha utilizado en el diagnóstico del paludismo con buenos resultados, y es una herramienta básica en proyectos de investigación. Diagnóstico diferencial En España –zona no endémica– el diagnóstico diferencial se centra en la valoración de un síndrome febril al regreso del trópico. Debido a la posible gravedad del paludismo, se debería considerar paludismo cualquier síndrome febril después de un viaje al trópico hasta que no se demuestre lo contrario. En la tabla II se resumen las enfermedades más frecuentes con las que hay que hacer el diagnóstico diferencial. TRATAMIENTO Hasta la aparición de cepas resistentes a la cloroquina, este fármaco era el de elección para el tratamiento de las crisis palúdi(380) TEMA MONOGRÁFICO PATOLOGÍA DE IMPORTACIÓN Malaria J. Gascón TABLA II Algunas enfermedades que considerar en el diagnóstico diferencial de un cuadro febril al regresar del trópico Cuadro febril sin foco Cuadro febril con foco* Borreliosis Brucelosis Dengue Fiebre Q Fiebre tifoidea Leptospirosis Mononucleosis infecciosa Paludismo Rickettsiosis Síndrome de Katayama (esquistosomiasis aguda) Gastroenteritis aguda Hepatitis Histoplasmosis Neumonía Pielonefritis *Inicialmente pueden cursar sin foco aparente. Algunos síntomas típicos de estas enfermedades pueden estar presentes en el paludismo. cas. Ante la aparición de cepas de P. falciparum resistentes se ha desarrollado una gran farmacopea y se ha impuesto la terapia combinada, ya que existen cepas resistentes a diversos fármacos antipalúdicos. También se han descrito resistencias a la cloroquina en cepas de P. vivax en Indonesia y Brasil. Cepas de P. vivax de diverso origen han disminuido su sensibilidad a la primaquina10-12. Para orientar el tratamiento del paludismo es básico conocer la especie de plasmodio, la zona donde se ha adquirido el paludismo y el grado de parasitemia. En caso de afección cerebral en un paciente febril que ha estado recientemente en el trópico, el tratamiento del paludismo debería iniciarse a pesar de pruebas parasitológicas negativas. A continuación se describen pautas terapéuticas con los fármacos que se puede obtener en España. Pautas de tratamiento P. vivax, P. ovale, P. malariae o P. falciparum sensibles a la cloroquina. El tratamiento de elección es la cloroquina, a dosis de 25 mg/kg (de cloroquina base). Se inicia el tratamiento con 10 mg/kg y se sigue con 5 mg/kg a las 12, 24 y 48 h. En caso de tratarse de P. vivax o P. ovale, hay que continuar el tratamiento con primaquina (0,25 mg/kg/día durante 14 días; a un adulto de menos de 60 kg le corresponde un mínimo de 15 mg/kg/día durante 14 días), previa determinación de G6PD. En los casos de personas diagnosticadas de P. vivax que provengan de zonas donde se ha descrito pobre sensibilidad a la primaquina, este fármaco puede darse a dosis totales de 6 mg/kg. Se han descrito algunos casos en los que la dosis total de primaquina ha sido de 840 mg13. P. vivax resistente a la cloroquina. Se puede utilizar quinina + doxiciclina (mismas dosis) o la mefloquina en dosis de 15 mg/kg (+ 10 mg/kg a las 8-24 h en no inmunes). P. falciparum resistente a la cloroquina. El tratamiento de elección es la combinación de quinina (10 mg/kg cada 8 h, máximo 600 mg/8 h) combinada con doxiciclina (100 mg/12 h) durante 7 días (12 días si proviene del Sudeste Asiático). En niños y mujeres em- barazadas, se debe combinar la quinina con la clindamicina. Siempre que sea posible la administración de los fármacos, ésta será por vía oral. La mefloquina (15 mg/kg en semiinmunes, seguidos de 10 mg/kg en no inmunes) y la combinación de atovacuona (1 g/día) + proguanil (400 mg/día) durante tres días son posibles alternativas. Otros fármacos antipalúdicos Otros fármacos muy utilizados en países con paludismo endémico no existen en el mercado español o son poco utilizados por sus efectos adversos. Destacan: fansidar (sulfadoxina + pirimetamina), halofantrina; artemisinina y derivados (artemeter, artesunato) en combinación con lumefantrina, pyronaridina, amodiaquina. Paludismo por P. falciparum con criterios de gravedad El fármaco de elección es la quinina diluida en suero glucosado al 5% (20 mg/kg a pasar en 4 h, seguido de 10 mg/kg/8 h a pasar en 2-4 h). Se combina con doxiciclina o clindamicina (embarazo, niños menores de 8 años). Otras medidas terapéuticas Además de la administración de los fármacos antipalúdicos específicos, hay que aplicar las atenciones y los tratamientos coadyuvantes necesarios (p. ej., antitérmicos). En los casos de malaria cerebral o con otros criterios de gravedad, el paciente debería permanecer en una unidad de cuidados intensivos. La exanguinotransfusión es una medida terapéutica no exenta de riesgos que tiene como objetivo reducir la parasitemia, y eliminar inmunomoduladores en el caso de malaria cerebral. Los criterios para aplicarla son: parasitemia superior al 20% o parasitemia superior al 10% concomitante a otros criterios de gravedad como afección del sistema nervioso central (obnubilación, coma), insuficiencia renal aguda, edema agudo de pulmón y hemorragias retinianas. En cualquier caso es necesaria la evaluación concreta de cada paciente. PROFILAXIS Se recomienda a las personas que viajan a zonas con endemia palúdica una serie de medidas protectoras para evitar el paludismo. Unas medidas evitan o minimizan el número de picadas de mosquito: el uso de repelentes, redes mosquiteras en la cama, ropa adecuada durante la noche (pantalón largo, camisa de manga larga). Otra medida es la quimioprofilaxis. En la tabla III se resumen las posibles pautas profilácticas de que se dispone actualmente en España. Escoger una u otra pauta profiláctica dependerá de las contraindicaciones específicas, la zona concreta adonde se viaja y la experiencia previa del viajero. TABLA III Pautas profilácticas contra el paludismo Pauta profiláctica a Dosificación Mefloquinac Doxiciclinad 300 mg/semana (niños, 5 mg/kg/semana) Cloroquina: misma dosificación Paludrine: 200 mg/día (niños, 3 mg/kg/día) 250 mg/semana (niños, 5 mg/kg/semana) 100 mg/día Atovacuona + paludrinee 250 mg + 100 mg/día Cloroquina Cloroquina + paludrineb Zonas (según fig. 1) Zona A Zonas B o C (si contraindicación de otras pautas) Zona C Zonas C especiales o por contraindicación de otras pautas Zona C a Contraindicada en epilepsia, psoriasis y úlcera gástrica activa. bMismas contraindicaciones que cloroquina + insuficiencia renal y hepática. cContraindicada en el primer trimestre de embarazo, en niños de menos de 5 kg de peso, epilepsia, antecedentes de trastornos psiquiátricos o convulsiones, trastornos del ritmo cardíaco y personas que por sus actividades requieren una coordinación fina. dContraindicada en el embarazo, en niños menores de 8 años y en la disfunción hepática. eContraindicada en la insuficiencia renal grave. No hay experiencia en embarazadas, por lo que se debe utilizar otras opciones. (381) JANO 14-20 FEBRERO 2003. VOL. LXIV N.º 1.463 31 TEMA MONOGRÁFICO PATOLOGÍA DE IMPORTACIÓN Malaria J. Gascón Bibliografía 1. WHO. Report of Regional Office for Europe. Geneve, 2001. 2. Bradley DJ. Current renda in malaria in Britain. J R Soc Med 1989;82(Suppl 17):8-13. 3. Behrens RH, Curtis CF. Malaria in travellers: epidemiology and prevention. Br Med Bull 1993;49:363-81. 4. Alós JI, Cercenado E, Rodríguez-Creixems M, Erice A, Bouza C. Suspected airport malaria in Spain. Eur J Clin Microbiol 1985;4:630-1. 5. Aloy A, Laguarda M, Puig A, Capdevila E. Mosquito de los equipajes: ¿una nueva forma de transmisión del paludismo? Med Clin (Barc) 1994;103:237-8. 6. Kampen H, Maltezos E, Pagonaki M, Hunfeld KP, Maier WA, Seitz HM. Individual cases of autochthonous malaria in Evros Province, northern Greece: serological aspects. Parasitol Res 2002;88:261-6. 7. 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