Análisis Legal Semanal Año 6 - Semana N°12 Viernes 24 de marzo de 2016 Análisis Legal Semanal PLAZO PARA LAS NOTIFICACIONES DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS TRIBUTARIOS Joaquin Lang Arze Asesor Legal FEPC En cuanto a las notificaciones, la doctrina indica que notificar a las partes no es otra cosa que hacer conocer a los que están participando en un proceso o procedimiento tributario, las resoluciones emitidas por el órgano encargado de su sustanciación; también se puede hacer conocer pretensiones de la otra parte, sobre la cual, el otro sujeto debe responder lo que estimara conveniente; al respecto, también podemos decir que es la acción y efecto de hacer saber a un litigante o parte interesada en un juicio, cualquiera que sea su índole, o a sus representantes y defensores, una resolución judicial u otro acto del procedimiento. Couture dice que es también la constancia escrita puesta en los autos, de haberse hecho saber a los litigantes una resolución del juez u otro acto del procedimiento. (Manuel Osorio. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Pag. 650). El art. 33 Inc.) III de la ley N° 234, establece de manera textual que: Las notificaciones se realizarán en el plazo, forma, domicilio y condiciones señaladas, de igual manera establece que las notificaciones deberán ser realizadas en el plazo máximo de cinco (5) días a partir de la fecha en la que el acto haya sido dictado y deberá contener el texto íntegro del mismo. La notificación será practicada en el lugar que éstos hayan señalado expresamente como domicilio a este efecto, el mismo que deberá estar dentro de la jurisdicción municipal de la sede de funciones de la entidad pública. Caso contrario, la misma será practicada en la Secretaría General de la entidad pública. El inciso antes de tallado de manera clara y contundente determina el plazo para la Administradora Tributaria de 5 días para las notificaciones de resoluciones administrativas, el incumplimiento de esto podría causar que los actos de la Administradora Tributaria sean objetos de nulidad, en ese entendido el Art. 55 del Decreto Supremo N° 27113 que con claridad meridiana establece que: Será procedente la revocación de un acto anulable por vicios de procedimiento, únicamente cuando el vicio ocasione indefensión de los administrados o lesione el interés público. La autoridad administrativa, para evitar nulidades de actos administrativos definitivos o actos equivalentes, de oficio o a petición de parte, en cualquier estado del procedimiento, dispondrá la nulidad de obrados hasta el vicio más antiguo o adoptará las medidas más convenientes para corregir los defectos u omisiones observadas con el único fin de evitar lesionar los derechos procesales de las partes. En aplicación cabal al art. 33 Inc.) III de la ley N° 2341 se debe entender que las notificaciones se deben practicar rigurosamente en base a los lineamientos fijados por la Ley, bajo pena de viciarse de nulidad, puesto que constituye la columna vertebral del proceso al proporcionarle legalidad e igualdad a las partes conllevando al conocimiento exacto y oportuno de los plazos, garantizando el derecho a la defensa; seguridad jurídica y otorgando el principio de certeza que deben regir la relación jurídico tributaria entre el Estado y los contribuyentes. A esto debemos añadir que el art. 28 inc. d) del mismo cuerpo legal, establece que uno de los elementos esenciales del acto administrativo es el procedimiento, portando deben cumplirse los procedimientos esenciales y sustanciales previstos, y los que resulten aplicables del ordenamiento jurídico, requisito que otorgan certidumbre y/o seguridad a los administrados en relación a la actuación de la Administración, por lo que las notificaciones efectuadas por el SIN son nulas al incumplir el art. 35-c) de la citada Ley 2341 (LPA). Al respecto, para la doctrina administrativa: “el instituto jurídico de los actos anulables, indica que los actos administrativos son y deberán ser considerados válidos hasta el momento en que sean declarados por autoridad competente anulados o revocados, para lo cual es necesario que los mencionados vicios de procedimiento, sean denunciados por el interesado ante la autoridad Administrativa competente, toda vez que cuando se trata de actos anulables, por lo general los vicios de los cuales adolecen no son manifiestos y requieren de una investigación de hecho (Agustín Gordillo, Tratado de Derecho Administrativo, tomo 3, pág. XI-33, Ed. 2003). Nuestra legislación en la Ley 2341 (LPA) en el art. 36-I y II, aplicable supletoriamente por mandato del art. 201 de la Ley 3092 (Título V del CTB), señala que serán anulables los actos administrativos cuando incurran en cualquier infracción del ordenamiento jurídico; y no obstante lo dispuesto en el numeral anterior, el defecto de forma sólo determinará la anulabilidad cuando el acto carezca de los requisitos formales indispensables para alcanzar su fin o dé lugar a la indefensión de los interesados. De igual manera el Art. 90 del Código Tributario establece que Los actos administrativos que no requieran notificación personal serán notificados en Secretaría de la Administración Tributaria, para cuyo fin deberá asistir ante la instancia administrativa que sustancia el trámite, todos los miércoles de cada semana, para notificarse con todas las actuaciones que se hubieran producido. La diligencia de notificación se hará constar en el expediente correspondiente. La inconcurrencia del interesado no impedirá que se practique la diligencia de notificación. Hecho que en muchos casos no es cumplido por la Administradora Tributaria la omisión a este artículo ocasiona sin duda zozobra, desconfianza e incertidumbre sobre los litigantes. La Autoridad General de Impugnación Tributaria ha establecido en la Resolución Jerárquica STG-RJ/0018/2009, de 09 de enero de 2009 entre otras que no se produce la indefensión cuando una persona conoce del procedimiento que se sigue en su contra y actúa en el mismo en igualdad de condiciones, tal como lo señala la SC 0287/2003-R, de 11 de marzo, que citando jurisprudencia comparada, ha establecido el mencionado precedente constitucional, criterio que sin duda es sumamente limitativo y poco garantista a los derechos referentes al debido proceso, considerando que el litigante puede llegar a conocer el proceso, pero puede que en el trascurso del mismo se vea limitado a ejercer sus derechos plenamente, ya que una notificación extemporánea, sin duda puede causar un gran perjuicio al litigante, considerando que para el administrado los plazos previstos son fatales e improrrogables, por tanto no se pueda hablar de igualdad de condiciones entre la administradora y el administrado cuando no existe la misma obligatoriedad en el cumplimento de las normas en actual vigencia. En consecuencia las normas son de cumplimento obligatoria por el admirador como el administrado y su incumplimiento o inobservancia deben ser sancionado ya sea por omisión o incumplimiento, es en ese entendido que todo acto contrario a la normativa vigente deben ser objeto de nulidad hasta garantizar el cumplimento efectivo y la restitución de sus derechos procesales.