Actuación Protocolo Normativa INTERVENCION Y SEGURIDAD Registro Corporal y Cacheo Nacho Pérez Policía Local para cualquier sugerencia: nacho4107@gmail.com Al objeto de poder comprobar, en determinadas situaciones, si un individuo que aparentemente se encuentre o se sospeche de que pueda estar ocultando algún objeto a fin de lesionar a otros o a sí mismo, o a fin de ocultar pruebas o indicios de delitos entre sus ropas o pliegues corporales, se han desarrollado diversas técnicas de registro y cacheo así como legislación diversa referente a estas situaciones concretas. En el ámbito de la actuación, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deben cumplir una doble función que se nos tiene asignada, y de las que se espera de nosotros asumamos y cumplamos con total esmero y eficacia. Por un lado proteger a la ciudadanía y mantener la seguridad ciudadana llevando a cabo las intervenciones necesarias para erradicar determinados actos ilegales, así como la persecución e investigación de posibles delitos, y por otro lado, detener y asegurar al autor del supuesto delito dentro del total respeto de sus derechos, llevando a cabo actuaciones en proporción al estado social y democrático de derecho en que nos encontramos en nuestra sociedad actual. Bien es cierto que la mayor parte de las actuaciones que se llevan a cabo por los Agentes de la Autoridad, se encuadran dentro de la legalidad y del ámbito competencial adecuado pero también es cierto, que a veces, por pequeños errores podemos encontrarnos con que podemos pasar de llevar a cabo, por ejemplo, una detención totalmente justificada a cometer por los Agentes de la Autoridad, un delito de detención ilegal. A veces la diferencia entre lo adecuado y lo erróneo llega incluso a considerarse prácticamente intangible y que, a veces, depende de la interpretación que las Autoridades Judiciales otorguen en observancia al caso. Este es un motivo por el que se debe atender a las conclusiones que se determinan dimanantes de los diferentes escalafones legislativos y judiciales y tratar de encuadrar siempre las actuaciones dentro de los límites que se nos marcan. Como señala González Cuéllar, define la intervención corporal como “aquellas medidas de investigación que dentro del proceso tienen por objeto el cuerpo de una persona, y cuya finalidad puede ser tanto la búsqueda del cuerpo del delito como concretar aspectos relativos a la salud psíquica o física de una persona”. Y siguiendo a José A. Varela Agrelo, se debe distinguir entre: a) Las investigaciones corporales q u e s e r í a n l a s q u e s e p ra c t i ca n investigando el cuerpo mismo, como ocurre cuando se analiza el contenido del alcohol en sangre o los marcadores de ADN. b) Los registros corporales, para describir la búsqueda en la superficie, cavidades naturales o ropas de la persona, de efecto oculto. Cabe mencionar la Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, de fecha 11 de abril de 2.000, en la que podemos encontrar una clasificación más amplia y que distingue las i n s p e c c i o n e s y l o s re g i st ro s corporales, por un lado, y las intervenciones corporales propiamente dichas, por otro. Así se refleja que, dentro de las diligencias practicadas dentro del curso de un proceso penal como actos de investigación o medios de prueba incidentes sobre el cuerpo del imputado o terceros, resulta posible distinguir dos clases, según el derecho fundamental predominante afectado al acordar su práctica y en su realización: a) En una primera clase de actuaciones, las denominadas inspecciones y registros corporales; esto es en aquellas que consisten en cualquier género de reconocimiento del cuerpo humano, bien sea para la determinación del imputado, o de circunstancias relativas a la comisión del hecho punible o para el descubrimiento del objeto del delito, en principio no resulta afectado el derecho a la integridad física, al no producirse, por lo general, lesión o menoscabo del cuerpo, pero si puede verse afectado el derecho fundamental a la intimidad corporal si recaen sobre partes íntimas del cuerpo, como fue el caso examinado en la STC 37/1.989 (examen ginecológico) o inciden en la privacidad. b) En la segunda clasificación, nos encontramos con las intervenciones corporales, las cuales consisten en la extracción del cuerpo de determinados elementos externos o internos para ser sometidos a informe pericial (análisis de sangre, orina, pelos, uñas, biopsias, etc.) o en su exposición a radiaciones (rayos X, resonancias, etc.), con objeto también de averiguar determinadas circunstancias relativas a la comisión del hecho punible o a la participación en él del imputado, el derecho que se verá por regla general afectado es el derecho a la integridad física (art. 15 C.E.), en tanto implican una lesión o menoscabo del cuerpo, siquiera sea de su apariencia externa. Y atendiendo al grado de sacrificio que impongan de este derecho las intervenciones corporales podrán ser calificadas como leves o graves; leves, c u a n d o, a l a v i sta d e to d a s l a s circunstancias concurrentes, no sean, objetivamente consideradas, susceptibles de poner en peligro el derecho a la persona. Al amparo de la Instrucción número 7/1.996, de 20 de diciembre, del Secretario de Estado de Seguridad, en relación con la práctica de desnudos integrales a detenidos, con el fin de averiguar si portan entre sus ropas o en los pliegues de su cuerpo algún objeto peligroso o prueba incriminatoria, se establece una serie de medidas que deberán seguirse en caso de 37 INTERVENCION Y SEGURIDAD registros y de desnudos integrales. Se señala como en la legislación referente a esta materia se recoge de modo muy pobre o no se especifica de manera pormenorizada la legalidad y la forma en que deben llevarse a cabo estas prácticas. De hecho según el artículo 520 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal se indica que la detención deberá efectuarse del modo que menos perjudique al detenido en su persona, reputación y patrimonio y en la Ley Orgánica 1/1.992 de Protección de la Seguridad Ciudadana, en su artículo 19 se permite el control superficial de los efectos personales, con el fin de comprobar que no se portan sustancias o instrumentos prohibidos o peligrosos. Por estos motivos y tras numerosas consultas realizadas al respecto al Defensor del Pueblo, es por lo que se detallan las instrucciones siguientes que deberán tenerse en cuenta a la hora de todo registro corporal y desnudo integral: Primero. La práctica del desnudo integral en el cacheo deberá acordarse por el funcionario policial responsable del ingreso en los calabozos del detenido y bajo su responsabilidad. Segundo. La determinación de la intensidad del cacheo y, en su caso, del desnudo integral del detenido, únicamente podrá justificarse en razón de la protección de la integridad del propio detenido, así como de la de los funcionarios o de otras personas que se encuentren próximas, o bien con el objeto de recuperar los efectos, instrumentos o pruebas que razonablemente pudiera aportar y pudiera servir de base para determinar su culpabilidad. Tercero. La resolución de proceder al desnudo integral de detenidos deberá motivarse de forma sucinta y suficiente por el funcionario responsable, amparándola en alguna o algunas de las razones señaladas en el apartado anterior. La medida de registro personal mediante desnudo integral, con objeto de determinar si el detenido porta escondido entre sus ropas o en pliegues de su cuerpo algún objeto o instrumento, sólo podrá efectuarse cuando las circunstancias de la detención, de la naturaleza del hecho presuntamente delictivo, de la actitud del detenido o de otras circunstancias debidamente valoradas por el responsable policial encargado de autorizar dicha práctica, se pueda resolver su adopción. 38 Actuación Protocolo Normativa Cuarto. La práctica de este registro deberá efectuarse en sala próxima o inmediata a los calabozos, llevada a práctica por los funcionarios que asuman la custodia del detenido, participando si es posible aquéllos que hayan efectuado la detención y respetando la intervención de agentes masculinos o femeninos, según el sexo del detenido. Quinto. La práctica del desnudo integral de detenidos, con el objeto de comprobar si portan entre sus ropas o en los pliegues de su cuerpo objetos o instrumentos peligrosos, deberá hacerse constar en el correspondiente LibroRegistro de Detenidos. Con fines de averiguar la supuesta comisión de delitos y el esclarecimiento de los hechos que puedan embestir carácter de delitos, se recoge la figura de la Policía Judicial, en base a la cual señalaremos a continuación lo que se recoge en consonancia en el artículo 282 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal: “La Policía Judicial tiene por objeto y será obligación de todos los que la componen, averiguar los delitos públicos que se cometieren en su territorio o demarcación; practicar según sus atribuciones, las diligencias necesarias para comprobarlos y descubrir a los delincuentes, y recoger todos los efectos, instrumentos o pruebas del delito de cuya desaparición hubiere peligro, poniéndolos a disposición de la Autoridad Judicial. Si el delito fuera de los que sólo pueden perseguirse a instancia de parte legítima, tendrán la misma obligación expresada en el párrafo anterior, si se les requiere al efecto. La ausencia de denuncia no impedirá la práctica de las primeras diligencias de prevención y aseguramiento de los delitos relativos a la propiedad intelectual e industrial”. A efectos de asegurar el cuerpo del delito, el Juez dará las instrucciones n eces arias tal co mo s e in d ica a continuación, según el artículo 334 de la citada Ley de Enjuiciamiento Criminal y siguientes: “El Juez instructor ordenará recoger en los primeros momentos las armas, instrumentos o efectos de cualquiera clase que pudieran tener relación con el delito y se hallen en el lugar en que éste se cometió, o en sus inmediaciones, o en poder del reo, o en otra parte conocida. El secretario judicial extenderá diligencia expresiva del lugar, tiempo y ocasión en que se encontraren, describiéndose minuciosamente para que se pueda formar idea cabal de los mismos y de las circunstancias de su hallazgo”. Además se menciona más adelante, “Cuando el acto de describir a la persona o cosa objeto del delito, y los lugares, armas, instrumentos o efectos relacionados con el mismo, estuvieren presentes o fuesen conocidas personas que puedan declarar acerca del modo y forma en que aquel hubiese sido cometido, y de las causas de las alteraciones que se observaren en dichos lugares, armas, instrumentos o efectos, o acerca de su estado anterior, serán examinados inmediatamente después de la descripción y sus declaraciones se considerarán complemento de ésta”. En base a las sentencias del TC 66/1.995, 54/1.996, de 26 de marzo, 55/1.996, 58/1.998, de 16 de marzo y 37/1.998, de 17 de febrero, cabe señalar como aplicables los siguientes extremos: Por su parte el artículo 282 bis recoge a través de sus 5 puntos los siguientes preceptos: a) Adecuación: la medida adoptada ha de ser adecuada al fin pretendido. Es adecuada cuando su utilización permite alcanzar o se aproxima al resultado pretendido y es inadecuada cuando entorpece el alcance del objetivo proyectado o cuando no despliega absolutamente ninguna eficacia. “1. A los fines previstos en el artículo anterior y cuando se trate de investigaciones que afecten a actividades propias de la delincuencia organizada, el Juez de Instrucción competente o el Ministerio Fiscal dando cuenta inmediata al Juez, podrán autorizar a funcionarios de la Policía Judicial, mediante resolución fundada y teniendo en cuenta su necesidad a los fines de la investigación, a actuar bajo identidad supuesta y a adquirir y transportar los objetos, efectos e instrumentos del delito y diferir la incautación de los mismos.[…]”. b) Necesidad: este sub-principio supone que el medio utilizado para alcanzar el fin, no se puede sustituir por otro que tenga igual eficacia, pero que a su vez, no restringa el derecho fundamental o que lo haga de una manera menos grave. Las medidas adecuadas deben ser también imprescindibles o necesarias para alcanzar el fin que se trata de conseguir. Dos injerencias en derechos fundamentales igualmente adecuadas o idóneas que producen el mismo resultado pueden ocasionar, por la diferencia de los medios empleados, diferentes efectos que puedan Actuación Protocolo Normativa perjudicar. Si atendiendo a todas las consecuencias secundarias resulta que los perjuicios producidos por la medida empleada son mayores que los de otra igualmente eficaz, cabe negar la necesidad a la medida. c) Principio de proporcionalidad en sentido estricto: es necesario que la injerencia supere un tercer grado de legitimidad. Hay que ponderar los intereses o bienes confrontados o afectados conforme al ideal de Justicia. La colisión se produce entre el interés del Estado en la persecución penal de las infracciones que tienen este carácter y los derechos de la personalidad. En el momento de nuestras actuaciones policiales y dentro de la obligación que nos hace intervenir y dentro del intervenir respetando los derechos de todos los ciudadanos, se deben ponderar estos requisitos a la hora de sopesar si debemos llevar a cabo o no una determinada acción de cachear o registrar a una persona. De este modo probaremos la ilicitud de una conducta evitando que quede impune aquella persona que se pueda considerar criminalmente responsable siempre dentro de la legalidad y evitando caer en no respetar alguno o algunos de estos requisitos previos para no producir acciones que se nos pudieran imputar. En el Título V de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, “De la comprobación del delito y averiguación del delincuente”, se abarcan siete capítulos, de entre los cuales vamos a destacar aquello que guarda relación a la temática abarcada en relación al tema abordado. En el artículo 326, se indica: “Cuando el delito que se persiga haya dejado vestigios o pruebas materiales de su perpetración, el Juez instructor o el que haga sus veces, ordenará que se recojan y conserven para el juicio oral si fuera posible, procediendo al efecto a la inspección ocular y a la descripción de todo aquello que pueda tener relación con la existencia y naturaleza del hecho. A este fin se hará consignar en los autos la descripción del lugar del delito, el sitio y estado en que se hallen los objetos que en él se encuentren, los accidentes del terreno o situación de las habitaciones y todos los detalles que pudieran utilizarse, tanto para la acusación como para la defensa. Cuando se pusiera de manifiesto la INTERVENCION Y SEGURIDAD existencia de huellas o vestigios cuyo análisis biológico pudiera contribuir al esclarecimiento del hecho investigado, el Juez de Instrucción adoptará u ordenará a la Policía Judicial o al médico forense que adopte las medidas necesarias para que la recogida, custodia y examen de aquellas m u e s t ra s s e v e r i f i q u e e n condiciones que garanticen su autenticidad”. También artículo a destacar, ya que guarda relación con las intervenciones corporales, es el artículo 8 punto 1 de la Ley Orgánica 1/1.982, de 5 de mayo, de Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen, “No se reputarán con carácter general, intromisiones ilegítimas en las actuaciones autorizadas o acordadas por la autoridad competente de acuerdo con la ley, ni cuando predomine un interés histórico, científico o cultural relevante”. De este modo queda claro, a modo de ejemplo, lo espinoso de esta materia y con lo cual, para el respeto de estos derechos en todas las actuaciones, la complejidad de la materia que abarcamos deberá ser dominada de modo lo más amplio posible por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Además de lo anteriormente mencionado, en toda actuación policial que conlleve registro corporal o cacheo, habría que informar a la persona afectada de modo debido. Este tipo de actuaciones estarán basadas en la ley y en caso de que procediese, de resolución motivada, además de ser requisito necesario el consentimiento de la persona afectada. El consentimiento que se menciona deberá ser libre y expreso. Para ello necesitaremos que al consentimiento le preceda una información una explicación sobre la necesidad de efectuar tal diligencia. Habrá que informar de la medida adoptada, de su naturaleza, modo de llevarse a la práctica y también de las consecuencias de la negativa a someterse a dicha intervención. Esta información deberá incluir la resolución que acuerde la medida pero que deberá explicarse a la persona de modo que sea capaz de comprender y firmar su conformidad. A la hora de realizar el cacheo y la identificación se tendrá en cuenta la Doctrina del Tribunal Supremo sobre las identificaciones y cacheos (A.T.S. 4/7/1.997). En la misma nos señala que la diligencia de identificación y cacheo es lícita, sin que dicha sin que dicha figura pueda asimilarse con la detención en base a las siguientes consideraciones: 1. La función atribuida por la CE a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el Artículo 104.1 (Proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y proteger la seguridad ciudadana). Engloba la prevención de la comisión de los delitos. 2. La diligencia de identificación y cacheo efectuada en el curso de controles preventivos es una medida preventivopolicial no sujeta a las mismas formalidades que la detención. 3. La diligencia de prevención y cacheo implica para su realización una inmovilización del ciudadano durante el tiempo imprescindible para su práctica, s u p o n i e n d o p a ra e l afe c ta d o u n s o m et i m i e nto l e g í t i m o, d e s d e l a perspectiva constitucional a las normas de policía. 4. La diligencia de identificación y cacheo debe llevarse a efecto con radical cautela, y también con racional espíritu investigador, lo que conlleva la posibilidad de actuar por simples sospechas, siempre que no sean ilógicas, irracionales o arbitrarias. 5. La aprehensión durante la diligencia de cacheo e identificación de drogas, estupefacientes u otros efectos procedentes del delito, puede ser considerada como prueba lícita por los Tribunales, sin que se incurra en violación de los derechos fundamentales. A la hora de valorar si se debe o no realizar algunas de las técnicas del registro 39 INTERVENCION Y SEGURIDAD corporal o cacheo habrá que atender a diversos criterios dependiendo en cada caso su variación de gran diversidad de situaciones que se nos pudieran presentar. Atendiendo a la peligrosidad del delincuente habrá que regirse por los principios de seguridad de acción. A su vez, las situaciones las clasificaremos en normal, de riesgo o alerta o de alto riesgo o peligro. La situación normal comporta un riesgo mínimo de efectos leves debiéndose mantener atentos a la evolución de la misma. En este tipo de situaciones no hay un criterio homogéneo ya que cada situación es independiente una de otra, por lo que habrá de realizar labores de vigilancia constante. En este tipo de situaciones la actuación se llevará a cabo mediante una serie de pautas previas aconsejables comenzando ante todo por el saludo. El saludo se hará en posición de semiperfil, con la finalidad de proteger el arma reglamentaria. Se vigilará y prestará especial atención a hacia donde se dirige la mirada del otro, así como los movimientos que haga el mismo, sirviéndose de otro agente como apoyo y para que realice las transmisiones oportunas. La situación de alerta se produce cuando la persona en cuestión coincide con un autor de un hecho y que normalmente el mismo observa atentamente a los agentes de la autoridad y que nos levanta la voz de forma intimidatoria o agresiva, que realiza movimientos incontrolables de manera continua, cambiando además de posición con respecto a la zona física en que se 40 Actuación Protocolo Normativa encuentra. La actuación será adaptada a la circunstancia concreta tomando ciertas medidas de seguridad. La situación de peligro se produce cuando la persona grita y empuja directamente al agente y gesticula de forma agresiva, que se tiene la duda de que quizás pueda poseer un arma y que el agente tiene la certeza de que ha cometido un acto delictivo. En estos casos al identificar, será necesario dar órdenes al individuo, teniendo en cuenta la posibilidad de usar el arma reglamentaria. Esta situación se abarcará haciendo uso de un agente de apoyo, el cual observará con más atención al entorno y al identificado. Lo más práctico, seguro y eficaz es realizar el cacheo contra una pared o lugar similar como el lateral de un vehículo, en un lugar preferentemente con poco tránsito y evitando que la acción sea presenciada por otras personas, protegiendo de este modo, la intimidad y el honor de la persona a la que se le realiza el cacheo. Preferentemente, se realizará el cacheo, siempre dependiendo de las circunstancias y de los medios a nuestro alcance, por al menos dos agentes. Uno de ellos realizará la maniobra y el otro se quedará en posición de seguridad dando cobertura a la intervención en sí. Siempre se tendrán en cuenta aquellos factores que nos puedan afectar tanto de modo negativo como de modo positivo. Esto quiere decir que en el caso de que se esté realizando una intervención en un número elevado de personas o grupo violento, se tomarán medidas de seguridad más restrictivas, más aún cuando nos superen notoriamente en número de efectivos. En este caso habrá que valorar entre realizar o no la intervención, realizarla en otro lugar o momento, así como valorar la posibilidad en caso de ser necesario, de pedir refuerzos antes de intervenir, evitando situaciones de alto riesgo y escaso porcentaje de éxito en nuestras maniobras. Algunas recomendaciones a llevar a efectuar a lo largo del cacheo son, seguir un orden estricto, de modo que sea más fácil la realización de la técnica, sin dejar cabos sueltos. Esto es ser minucioso y sistemático. Habrá que tener en cuenta que en el caso de encontrar un arma o algún tipo de objeto sospechoso, habrá que apartarlo del individuo y no olvidar continuar con el cacheo hasta haberlo terminado, ya que se puede dar el caso de que una vez retirada el arma u objeto porte un segundo objeto, con el cual puede realizar una autoagresión, agredirnos a nosotros o a un tercero, ajeno al asunto. Se procurará provocar el menor daño o molestia posible, actuando con total eficacia y neutralidad, dentro del respeto a los derechos del individuo. Se efectuará el cacheo con una mano y la otra quedará libre ante posibles intentos de agresión u otras evasiones del individuo, sacando el contenido de los bolsillos, que una vez vacíos se volverán del revés para asegurarnos de que no esconde nada. Se le invitará a que se quite la chaqueta, cazadora y demás elementos que se puedan registrar evitando que lo lleve puesto, comenzando una vez se le retire de las prendas auxiliares, desde la parte superior hasta la inferior. En cada parte del recorrido habrá que ir palpando y observando minuciosamente todos los posibles pliegues, dobleces y similares para realizar un trabajo exhaustivo, completo y seguro. Para ello habrá que levantar el jersey para visualizar con claridad la parte de la cintura, aflojando en caso necesario el cinturón, analizando el mismo en todo su recorrido. Se observarán lugares donde se prevea que se puede ocultar algo tales como el dobladillo de los pantalones, bolsillos laterales o traseros y otros posibles lugares, palpando en caso totalmente necesario la zona genital, donde es bastante habitual ocultar objetos, siendo un grave error pasar de largo esta zona por pudor, ya que el cacheo sería un fracaso en caso de que se consiguiese burlar por un posible delincuente, que podría ser peligroso para nosotros o para cualquier ciudadano. En esta situación no se debe olvidar de que se está defendiendo el derecho de los ciudadanos en general y que si no se realiza a fondo nuestro trabajo estamos permitiendo que prevalezca el derecho de un posible delincuente ante el derecho de toda la sociedad, ya que este individuo, será observado previamente y el hecho de efectuar la técnica significa que Actuación Protocolo Normativa INTERVENCION Y SEGURIDAD tenemos un alto porcentaje de seguridad sobre su autoría, por lo que, repito, prevalecerá el hecho de evitar que pueda dañar o perjudicar a otras personas sobre el derecho del propio delincuente. No habrá que olvidar y tener siempre presentes las normas de autoprotección, como el uso de guantes y ser lo más cautos y sensatos posibles, teniendo en cuenta, los riesgos del contacto directo y los peligros extras que se pueden ocasionar de no tener precaución tales como contagio de enfermedades, pincharnos con algún objeto, provocándonos infecciones o enfermedades, etc. Se tendrá, además, en cuenta, las características específicas de cada situación. Al registrar un individuo que porte objetos personales, tales como bolsas o mochilas, se le solicitará que nos la entregue, comenzando el registro por su persona y posteriormente de los objetos que porte, asegurándonos de que no estén a su alcance hasta que no se haya terminado con el registro totalmente. El registro de cavidades corporales es una medida de investigación que tiene por objeto la búsqueda del cuerpo del delito en el interior del organismo humano. Se puede decir que el Derecho existe de modo necesario porque la persona existe y necesita un instrumento que ordene y defienda sus intereses. En el momento en que el Ordenamiento reconoce un derecho, su objetivo y lo que persigue es satisfacer unos fines, unas utilidades que tiene a bien y necesario proteger. Por ello hay que hacer refe re n c i a a l o s d e re c h o s d e l a personalidad como base para defender la existencia física y la integridad moral y espiritual. Estos derechos son de los que gozan los hombres como particulares, como individuos y no pueden ser restringidos ya que son inalienables e imprescriptibles. En lenguaje coloquial, la palabra persona hace referencia a un ser racional y consciente de sí mismo, que posee identidad propia. Se considera que una persona es un ser social dotado de sensibilidad, con inteligencia y voluntad propiamente humanas. Una persona es todo ente susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones. Se puede hablar de distintos tipos de personas: las físicas o seres humanos y las personas de existencia ideal o jurídica como sociedades, corporaciones, el Estado, etc. Las personas físicas corresponden a un concepto jurídico que por el sólo hecho de existir, cuentan con diversos atributos dados por el Derecho. Las personas jurídicas son aquellos entes que, para la realización de ciertos fines colectivos, las normas jurídicas le reconocen capacidad para ser titulares de derechos y contraer obligaciones. La personalidad es un conjunto de características o patrones que definen a una persona, es decir, los pensamientos, sentimientos, actitudes y hábitos y la conducta de cada individuo, que de manera muy particular, hacen que las personas sean diferentes a los demás. Presenta una gran riqueza de matices y una ilimitada variedad de concreciones que permiten afirmar que cada individuo tiene una única e irrepetible. El Derecho ha utilizado el concepto de persona natural, teniendo por tal a la que reúne las condiciones de haber nacido con figura humana y vivir veinticuatro horas enteramente desprendido del seno materno (artículo 30 Código Civil), limitándose a reconocerle esta condición y a concederle personalidad jurídica, una e igual para todos y cada uno de los seres o individuos humanos, en cuanto que se consideran personas. Esta personalidad jurídica, como creación y atribución del Ordenamiento, tiene un perfil fijo, constante y uniforme en cada uno de los diferentes tipos de sujetos jurídicos, sin que influyan en ella las peculiaridades típicas de los mismos. El hombre, al ser persona, puede ser titular de ciertos derechos y obligaciones, unos que le siguen de forma natural y otros que le son impuestos por la convivencia en sociedad. Por el hecho de haber nacido y considerarse humano, posee unos atributos necesarios para poderse desarrollar, que son los denominados Derechos de la Personalidad, que la protegen frente a determinados sujetos privados. El derecho de la personalidad consiste, subjetivamente en la atribución o pretensión que a todos nos corresponde de valer, de ser tenidos y respetados como personas, como seres libres. El objeto del Derecho de la Personalidad es la propia existencia y las demás facultades humanas, ya que dentro de nosotros mismos están las herramientas que usamos para desempeñar nuestro trabajo en la vida, sean corpóreas o incorpóreas como el honor, la intimidad o la libertad ambulatoria. Los derechos subjetivos de la personalidad que recoge la Constitución Española en su artículo 18.1, en especial, el honor, la intimidad personal y familiar y la propia imagen, se han convertido, por la incorporación constitucional, en derechos fundamentales de la personalidad. Se considera a los derechos de la personalidad como derechos humanos o como libertades públicas que nacen con el hombre, que están indisolublemente unidos a él y que existen antes de que el Estado los reconozca y los plasme por escrito. Las categorías más comunes de 41 INTERVENCION Y SEGURIDAD Actuación Protocolo Normativa - Las libertades que garantizan la autonomía de movimiento en los seres humanos. Los derechos deberán ser siempre respetados en todas nuestras actuaciones y se tendrá siempre en cuenta el hecho de que no se produzca un daño superior al valor del delito que se está investigando, es decir, que no se incline la balanza de modo que pese más la vulneración del derecho a un particular q u e el b en ef icio d e la investigación del delito que se realice y al cual se le ponga fin con el resultado de esas investigaciones. derechos subjetivos pueden distinguirse según la extensión de la exigibilidad siendo absolutos o relativos. Se pueden clasificar según las facultades o posibilidades de acción que atribuyen siendo de libertad, de pretensión y de modificación jurídica, según el carácter del sujeto pasivo frente al que se tiene el interés, se pueden dividir en públicos y privados, según el objeto del poder que atribuyen, pueden clasificarse en reales y obligaciones y por la raíz que sostiene su existencia e importancia dentro del respectivo ordenamiento jurídico, en fundamentales y ordinarios. Dentro de la clasificación de los derechos privados, nos encontramos con los de la personalidad, que se caracterizan al realizar su tutela sobre los siguientes parámetros: La identidad que es el derecho de cada persona para ser uno e irrepetible que le permite distinguirse de los demás y relacionarse entre ellos y el Estado. La integridad física, que abarca todos los derechos relativos a las manifestaciones de las personas sobre su propio cuerpo como el derecho a la vida. La integridad moral, que incluye los derechos al honor, a la intimidad y la imagen, la inviolabilidad del domicilio, el secreto de las comunicaciones y la protección de datos. 42 En materia del proceso penal, se denomina “prueba obtenida con vulneración de derechos fundamentales”. A estos efectos, la Ley Orgánica del Poder Judicial, concretamente en su artículo 11.1 nos señala: “no surtirán efecto las pruebas obtenidas, directa o indirectamente, violando derechos o libertades fundamentales”. Este precepto de la ley es secundado por el Tribunal Constitucional en su sentencia 114/1984 en la cual recoge la doctrina surgida de la prueba prohibida indicando que ésta surge de la tensión entre el interés público en hacer prevalecer la verdad y el interés igualmente público en tutelar eficazmente los derechos fundamentales, resolviendo finalmente en la dirección que engloba el citado artículo de la Ley Orgánica del Poder Judicial, ya que señala que debe ceder el primero a favor del segundo. La prueba ilícita decimos que puede existir cuando la lesión de un derecho fundamental ha provocado la obtención de la fuente o medio de prueba. Esta lesión, se circunscribe, para valorarse como ilícita, a los derechos fundamentales. En aplicación del citado artículo 11.1 se aplicará a las pruebas que se obtienen con violación de derechos fundamentales. Por este motivo se considerarán inadmisibles las pruebas obtenidas violentando derechos fundamentales. En cuanto a que se tome una prueba o un registro o un cacheo como innecesario, inoportuno o ilegal, se debe tener en cuenta que se sale de la esfera policial ya que, como señala el artículo 117 de la Constitución Española, el ejercicio de la potestad jurisdiccional, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los jueces y magistrados. Por otra parte y al margen de este precepto, es lógico que la administración de justicia necesite, para poder llevar a cabo sus cometidos, obtenga auxilio y colaboración de otros estamentos que no ejercen directamente la potestad jurisdiccional. Para estas cuestiones se creó un órgano denominado Policía Judicial cuya actuación es mayoritariamente útil para el proceso penal. En ocasiones, el desarrollo de las actuaciones procesales precisa la utilización de técnicas y métodos policiales, o se hace necesario utilizar la fuerza para llevar a buen fin ciertas actuaciones procesales, como capturar la persona a la que se le imputa un delito, llevarlo a disposición judicial u otras finalidades. Tal como señala el artículo 29 de la Ley Orgánica 2/86 de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, dentro del Capítulo V, De la Organización de las Unidades de Policía Judicial, las funciones de Policía Judicial que mencionan en el artículo 126 de la Constitución Española serán ejercidas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a través de las unidades que se regulan en el presente capítulo. Para el cumplimiento de dicha función tendrán carácter colaborador de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el personal de policía de las Comunidades Autónomas y de las corporaciones locales. Y para finalizar, señalar que gracias a un estado social y democrático de derecho, como el nuestro es posible, crear una escala jerárquica de valores y derechos por la que se delimita con claridad relativa la línea de las actuaciones policiales que cada día, debido a las necesidades que demanda nuestra sociedad se ve necesitada de un mayor respaldo del orden jurisdiccional, el cual debe apoyar y dirigir órdenes y Circulares que consigan una unificación de criterios de actuación para mejorar el servicio que vienen prestando las fuerzas y cuerpos de seguridad, en general a la ciudadanía.n