La cuestión que debe resolverse en esta instancia consiste en determinar si el cacheo con desnudo integral practicado al recurrente, interno clasificado en primer grado penitenciario, fue una medida proporcionada, como se dice en la resolución recurrida, o no, como sostiene el recurrente y el Ministerio Fiscal. Tal cuestión debe resolverse en el sentido de la resolución dictada por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. Se asumen en su integridad las pautas indicadas por el Ministerio Fiscal –y se insiste en la necesidad de su observancia por el Centro Penitenciario– para la autorización y la práctica de una medida que afecta a la intimidad de los internos. De estas pautas no cabe deducir que todo cacheo con desnudo integral resulta improcedente, como tampoco que ninguno ha vulnerado el principio de proporcionalidad que debe regir la autorización de esa medida. Es preciso el examen de cada supuesto para determinar si se ajustó o no a la legalidad y a las precisiones establecidas por el Tribunal Constitucional. Y sucede que en el caso presente, compartiendo el criterio del Juzgado de Vigilancia, los motivos dados por los funcionarios que controlaron las comunicaciones eran suficientes para que el Jefe de Servicios autorizara el cacheo. Esos motivos, concretados en unas reiteradas entradas y salidas del interno y de sus familiares a los servicios, permitieron razonablemente pensar en la introducción de algún objeto o sustancia que pusiera en riesgo la seguridad del Centro. La sospecha, pues, era razonable, y la medida acordada, proporcionada, pues los medios electrónicos son ineficaces a estos efectos. AUTO 1486/98 17.12.98 JVP Nº3 EXP. 12/96