Documento descargado de http://www.elsevier.es el 27/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Med Clin (Barc). 2014;142(1):29–32 www.elsevier.es/medicinaclinica Diagnóstico y tratamiento Aspectos actuales de la enfermedad de Still del adulto Current issues of adult-onset Still’s disease Carolina Dı́ez Morrondo * y Lucia Pantoja Zarza Unidad de Reumatologı´a, Hospital del Bierzo, Ponferrada, León, España Concepto, epidemiologı́a y etiopatogenia La enfermedad de Still del adulto (ESA) debe su nombre a George Frederic Still, que en 1897 la describió en 22 niños que además de artritis presentaban fiebre y manifestaciones generales1,2. Bywaters, en 1971, observó esta enfermedad en 14 adultos que presentaban sı́ntomas similares a los de la artritis idiopática juvenil (AIJ) de inicio sistémico1,2. No obstante, en 1896 en The Lancet ya se habı́an publicado datos relativos a un adulto que presentaba signos y sı́ntomas similares a los de la ESA y que se diagnosticó erróneamente de artritis reumatoide2. La ESA es un proceso inflamatorio que cursa con fiebre alta de carácter intermitente, erupción maculopapular asalmonada evanescente y artritis3–6. Además, con frecuencia los pacientes presentan odinofagia, adenopatı́as, hepatoesplenomegalia y pleuropericarditis3–6. En los datos de laboratorio destacan: leucocitosis con neutrofilia, alteración de pruebas de función hepática y elevación de ferritina y de reactantes de fase aguda2,4,5. Su diagnóstico constituye un reto, entrando muchas veces dentro del diagnóstico diferencial de sı́ndrome febril de origen desconocido4, simulando procesos infecciosos, paraneoplásicos o inflamatorios. Es una enfermedad poco frecuente; su incidencia es de 0,4-1,6 casos por 100.000 habitantes/año4. Afecta fundamentalmente a jóvenes de entre 16 y 35 años de edad, aunque puede presentarse a cualquier edad, ya que se ha descrito en pacientes mayores de 60 años. Existe un ligero predominio en mujeres2–5. Aunque su etiologı́a es desconocida, en ocasiones su inicio coincide con una infección vı́rica o bacteriana, por lo que se deduce que estos agentes pueden actuar como desencadenantes en un huésped genéticamente predispuesto2–5,7. No se ha encontrado agregación familiar ni aumento de frecuencia en gemelos4. Sin embargo, algunos estudios relacionan esta enfermedad con la existencia de un factor genético de predisposición, a través de la asociación con algunos antı́genos del sistema HLA2–5,7. Se ha propuesto que diversas citocinas pueden desempeñar un importante papel en la patogenia de la enfermedad, ya que muchas de ellas se encuentran elevadas en el suero de los enfermos2–5,7. En los pacientes con enfermedad activa y no tratada se ha encontrado en * Autor para correspondencia. Correo electrónico: cdiezmorrondo@saludcastillayleon.es (C. Dı́ez Morrondo). tejidos periféricos y en suero un predominio de citocinas Th1, con un incremento de interleucina (IL)-2, interferón gamma (IFN-g) y tumor necrosis factor (TNF, «factor de necrosis tumoral»)-a, que producen activación de macrófagos y células NK2,5,7. En la fase aguda, la IL-18 está elevada, siendo el factor que inicia la cascada inflamatoria (IL-6, IFN-g y TNF-a)3,7,8. Diagnóstico La ESA se caracteriza por la ausencia de datos patognomónicos, siendo una gran simuladora; su diagnóstico es siempre de exclusión y se incluye en el diagnóstico diferencial de fiebre de origen desconocido. Para el diagnóstico se deben tener en cuenta los datos de laboratorio y las manifestaciones clı´nicas, entre las que destacan: - Fiebre: sı́ntoma predominante (95% de los casos), de tipo intermitente, en agujas, con uno o 2 picos diarios, suele durar menos de 4 h, de predominio vespertino2–5. - Erupción: su incidencia media es del 73%2. Suele acompañar a la fiebre y aparecer solo por las tardes. Puede ser ligeramente pruriginosa, confundirse con una reacción alérgica medicamentosa y existir un fenómeno de Koebner y dermografismo2,5. La erupción tı́pica es evanescente, de color rosa asalmonado, con maculopápulas localizadas en el tronco y la parte proximal de las extremidades2,3,5. Histológicamente se caracteriza por un infiltrado superficial perivascular inflamatorio (a expensas de linfocitos y neutrófilos)9. No obstante, recientemente se ha observado que en algunos pacientes con ESA existen exantemas cutáneos persistentes, en forma de placas hiperpigmentadas, con apariencia lineal u ondulada9–11. Histológicamente se caracterizan por queratinocitos disqueratóticos en la epidermis y un depósito dérmico de mucina9–11. En una publicación11 en la que se analiza de forma retrospectiva (1988-2009) las caracterı́sticas clı́nicas e histopatológicas de 36 pacientes que cumplı́an criterios de ESA, se observó que en el 78% habı́a exantemas cutáneos persistentes que se clasificaron como: pápulas urticariformes o liquenoides, similares a dermografismo, similares a dermatomiositis, similares a prurigo-pigmentoso y similares a liquen-amiloidosis; se concluyó que serı́a recomendable realizar una biopsia cutánea en pacientes con ESA que presenten erupciones cutáneas atı́picas, 0025-7753/$ – see front matter ß 2013 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2013.06.001 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 27/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 30 - - - - - - C. Dı´ez Morrondo, L. Pantoja Zarza / Med Clin (Barc). 2014;142(1):29–32 pues presentan rasgos distintivos histopatológicos que pueden ayudar a clasificarlas. Prestar atención a esta variante clı́nica e histológica tendrı́a importancia pues serı́a un marcador pronóstico de evolución hacia la cronicidad y requerirı́a, por tanto, un tratamiento más intensivo de inicio11. Manifestaciones articulares: en todos los pacientes se observan artralgias, y en el 90%, artritis franca. El patrón de presentación suele ser bilateral y simétrico, y suele coincidir con los perı́odos de fiebre2. La artritis suele ser inicialmente leve, transitoria y oligoarticular, pero posteriormente, en un tercio de los pacientes, evolucionará hacia la cronicidad y dará lugar a una forma poliarticular, destructiva y erosiva, con tendencia a la fusión de articulaciones carpometacarpianas, intercarpianas, intertarsianas e interapofisarias posteriores cervicales2,4,5, pudiendo derivar en anquilosis a los 1,5-3 años del inicio de la enfermedad2,3. En la ESA, cualquier articulación puede estar afectada, principalmente rodillas, muñecas y tobillos4. Además, a diferencia de la artritis reumatoide, pueden estar afectadas las interfalángicas distales y sacroiliacas2. Odinofagia: se presenta en el 70% de los casos, suele coincidir con la fiebre y aparecer durante el primer mes de la enfermedad3. No se observan lesiones exudativas en la faringe, los resultados del frotis farı́ngeo son negativos y no responde a antibióticos5. Se cree que puede obedecer a una infección del tejido linfoide, a una pericondritis de los cartı́lagos cricoaritenoideos o a una faringitis aséptica no exudativa3. Serositis: puede existir pleuritis (26%), infiltrados pulmonares intersticiales e incluso hay casos descritos de distrés respiratorio2,3,5,12. La pericarditis es la manifestación cardiaca más habitual (24%), siendo frecuentemente subclı́nica y raramente evoluciona a taponamiento cardiaco. La miocarditis es rara (3%) y puede producir arritmias, insuficiencia cardiaca, shock cardiogénico o muerte súbita2,3,5,13. Afectación hepática: la hepatomegalia y la elevación de transaminasas se observan en el 75% de los pacientes. En algunos casos, estas alteraciones pueden deberse en parte al tratamiento (antiinflamatorios no esteroideos [AINE])3. El fallo hepático fulminante es excepcional. Esplenomegalia y adenopatı´as: en el 44% de los pacientes se observa esplenomegalia3. Las adenopatı́as se presentan en el 6590% de los casos; si son generalizadas y se asocian a hepatoesplenomegalia se debe descartar un proceso hematológico subyacente14. En la biopsia de la adenopatı́a de los pacientes con ESA se observa hiperplasia policlonal benigna de células B o T5,14. Manifestaciones excepcionales: son poco frecuentes las afectaciones renales (proteinuria, nefritis intersticial, glomerulonefritis y amiloidosis renal), neurológicas (parálisis de pares craneales, convulsiones, meningitis aséptica, etc.) y oftalmológicas (sı́ndrome seco, conjuntivitis, uveı́tis, epiescleritis, etc.)5. Además, en Hematologı́a están descritas una serie de complicaciones raras, pero muy graves, como: aplasia pura de serie roja, púrpura trombótica trombocitopénica (PTT), coagulación intravascular diseminada (CID), sı́ndrome hemolı́tico urémico y sı́ndrome de activación macrofágica (SAM)2,3,5,15. En cuanto a los datos de laboratorio, la fase activa de la enfermedad se caracteriza por leucocitosis (10.000-15.000/mm3, que puede llegar a 50.000/mm3, simulando una reacción leucemoide) a expensas de neutrófilos (80%)2,5. La anemia de trastornos crónicos y trombocitosis reactiva es frecuente2. Si hay pancitopenia, se tiene que descartar un SAM2,5. En el 75% de los casos hay alteraciones moderadas de las pruebas de función hepática3, existiendo también casos de citólisis grave5. El factor reumatoide, los anticuerpos antipéptido citrulinado y los anticuerpos antinucleares suelen ser negativos2,3. Es muy frecuente que estén elevadas la velocidad de sedimentación globular y la proteı́na C reactiva (PCR)2,3,5. Son caracterı́sticas de la ESA las concentraciones muy elevadas de ferritina, aunque al ser un reactante de fase aguda, también puede estar aumentada en infecciones y en enfermedades hepáticas y hematológicas3. La mayorı́a de los pacientes con ESA activa tienen concentraciones de ferritina (4.000-30.000 ng/ml) que son 5 veces superiores al valor normal, e incluso alcanzan cifras de 250.000 ng/ml. La elevación de ferritina se cree que es debida a su liberación desde los hepatocitos dañados o desde el sistema reticuloendotelial2. En los últimos años ha cobrado importancia otro marcador diagnóstico, la fracción glucosilada de la ferritina2,3,5, puesto que en procesos inflamatorios, especialmente en la ESA, el porcentaje de la fracción glucosilada es netamente inferior (20-50%) que en los individuos sanos (50-80%)2. Se considera que la sensibilidad es del 78% y la especificidad del 64% cuando la ferritina glucosilada es inferior al 20%5. Si se tienen en cuenta los valores conjuntos de ferritina y de ferritina glucosilada, la especificidad de la prueba aumenta hasta el 84%, siendo muy útil en el diagnóstico diferencial5. En un estudio reciente16 se señala que valores elevados de calprotectina, hormona fijadora de calcio que aumenta durante la activación de macrófagos y neutrófilos, pueden correlacionarse con la actividad y gravedad de la ESA. Asimismo, en otra publicación8 se ha indicado la utilidad de la IL18 como marcador de la actividad de la enfermedad, debido a que sus concentraciones son muy elevadas en pacientes con ESA activa y, además, están correlacionados con los de ferritina y PCR. Debido a que el diagnóstico de ESA es por exclusión de otros procesos, según la clı́nica que presenten los pacientes se realizarán las diversas pruebas complementarias oportunas (hemocultivos, urocultivo, serologı́as amplias, Mantoux, radiografı́as y tomografı́a computarizada [TC] pulmonares, electrocardiograma y ecocardiograma, ecografı́a y TC abdominales, punción lumbar, biopsia cutánea, de médula ósea y hepática, etc.)2. Criterios diagnósticos: se han empleado diferentes criterios de clasificación, siendo los más utilizados los de Yamaguchi, Cush y Fautrel2,3, que se resumen en la tabla 1. Los más conocidos son los de Yamaguchi; la sensibilidad es del 93,5%2,3, se tienen que cumplir 5 criterios de los que al menos 2 deben ser mayores, y además, se debe excluir la existencia de otras enfermedades reumáticas, infecciones y neoplasias2,3. En los descritos por Cush, Tabla 1 Principales criterios de clasificación de la enfermedad de Still del adulto Criterios mayores Yamaguchi Fiebre > 39 8C, más de una semana Artralgias durante 2 o más semanas Erupción tı́pica Leucocitosis (> 10.000/mm3) PMN > 80% Niveles de ferritina elevados Cush Fiebre > 39 8C Artralgias o artritis Factor reumatoide < 1:80 ANA < 1:100 Fautrel Fiebre en picos, superior a 39 8C Artralgias Eritema transitorio Faringitis PMN > 80% Ferritina glucosilada < 20% Criterios menores Odinofagia Adenopatı́as y/o esplenomegalia Disfunción hepática Factor reumatoide y ANA negativos Leucocitosis (> 15.000/mm3) Erupción tı́pica del Still Pleuritis o pericarditis Hepatomegalia Esplenomegalia Adenopatı́as Brote maculopapular Leucocitosis (> 10.000/mm3) ANA: anticuerpos antinucleares; PMN: leucocitos polimorfonucleares. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 27/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. C. Dı´ez Morrondo, L. Pantoja Zarza / Med Clin (Barc). 2014;142(1):29–32 31 Tabla 2 Diagnóstico diferencial de la enfermedad de Still del adulto con otras enfermedades Infecciosas Oncológicas o hematológicas Sistémicas Sepsis bacteriana Endocarditis infecciosa Infección oculta Brucelosis Tuberculosis Yersinia Hepatitis viral Linfoma Trastornos mieloproliferativos Sı́ndrome paraneoplásico Tumores de órganos sólidos (riñón, pulmón, colon) Poliarteritis nudosa Otras vasculitis Polimiositis Dermatomiositis Lupus eritematoso sistémico Artritis crónica seronegativa Sı́ndrome de Sweet Enfermedad de Whipple Sarcoidosis Toxicodermia medicamentosa Artritis reactiva o postestreptocócica Sı́ndromes hereditarios autoinflamatorios la sensibilidad es del 80,6%2,3 y se deben cumplir todos los criterios mayores y al menos 2 de los menores. Los más reciente son los de Fautrel (2002), que incluyen como marcadores la ferritina y su fracción glucosilada, la sensibilidad y especificidad es del 80,63,5 y 98,5%3,5, respectivamente, y se requiere que cumplan 4 criterios mayores o 3 mayores y 2 menores. Finalmente, en la tabla 2 se resumen las principales enfermedades con las que se debe realizar el diagnóstico diferencial. Tratamiento La ESA tiene una baja frecuencia de presentación, por lo que no existen estudios aleatorizados, siendo el tratamiento empı́rico, con extrapolación de los resultados obtenidos en casos clı́nicos y estudios retrospectivos2,3. Inicialmente se administran AINE y glucocorticoides; si no responde a estos, se emplean diversos fármacos modificadores de la enfermedad (FAME) y, finalmente, se utilizan fármacos biológicos. AINE y glucocorticoides: solo el 12% de los pacientes responden únicamente a los AINE, siendo naproxeno e indometacina los más empleados2,3. Se deben usar con precaución, dada la alteración hepática que muchas veces existe en la ESA. En el 85% de los casos se deben añadir glucocorticoides, que son efectivos en el 76-95% de los pacientes3. No existen estudios sobre las dosis, el tiempo de tratamiento, ni la pauta de descenso. Se suelen emplear dosis de 0,5-1 mg/kg, que se reducen progresivamente y se mantienen entre 6 y 12 meses. En caso de riesgo de órgano vital, se usan bolos de glucocorticoides por vı́a intravenosa5. FAME: El metotrexato permite disminuir la dosis de glucocorticoides y es particularmente útil cuando existe inflamación articular, mientras que su efecto en las manifestaciones sistémicas no está tan claro2,3. No está demostrado si es capaz de prevenir el daño estructural5. La alteración de la función hepática observada muchas veces en la ESA no contraindica su uso, pero obliga a una monitorización más estrecha5. Se han probado otros FAME (sales de oro, hidroxicloroquina, leflunomida, azatioprina, micofenolato, ciclofosfamida) usados en artritis reumatoide y otras conectivopatı́as. La ciclosporina A es especialmente útil en CID y SAM5. Las inmunoglobulinas se han utilizado en casos resistentes a la terapia habitual en el tratamiento de miocarditis, aplasia de células rojas, CID y durante el embarazo2. Tratamientos biológicos: infliximab17, etanercept18 y adalimumab19 se han empleado en pacientes con ESA resistente a glucocorticoides y FAME, respondiendo a estos fármacos cuando hay afectación articular y sistémica, aunque en este último caso la respuesta es menor. En estudios realizados en Francia20 y en Japón21 se comparó la eficacia de infliximab y etanercept, observándose una eficacia ligeramente superior con el primer fármaco. En pacientes con manifestaciones articulares y sistémicas que no respondı́an a diferentes FAME y anti-TNF se han utilizado con éxito rituximab22 y abatacept23. La eficacia de estos fármacos se puede deber al bloqueo de la activación de los linfocitos B y T que intervienen en la patogenia de la ESA. Pacientes con ESA refractarios a tratamientos convencionales con diversos FAME, anti-TNF e incluso anakinra presentan una respuesta satisfactoria a tocilizumab24,25. Además, ha resultado eficaz en casos de ESA con manifestaciones graves (meningitis aséptica, amiloidosis, PTT, SAM)26,27. Asimismo, tocilizumab consiguió detener la progresión radiográfica de las articulaciones intercarpianas y radiocarpianas en una paciente que habı́a sido tratada con glucocorticoides, metotrexato y etanercept28. Recientemente se ha publicado un estudio que trata de demostrar la eficacia de tocilizumab en monoterapia29. La utilidad de este fármaco puede ser por el bloqueo de IL-6, que se piensa que desempeña un importante papel en la patogenia de la ESA. A pesar de estos resultados prometedores, existen más casos documentados de pacientes tratados con anakinra30. Anakinra y canakinumab inhiben IL-1 e IL-1b, respectivamente. Anakinra es eficaz, en monoterapia o combinada con metotrexato, en el tratamiento de la ESA y de sus complicaciones más graves (CID, SAM) en pacientes que no han respondido a glucocorticoides, inmunodepresores y tratamientos biológicos4,30–34. Se caracteriza por su rapidez en la respuesta clı́nica y porque los parámetros analı́ticos se normalizan en horas o dı́as32; todavı́a no se conoce exactamente cuál debe ser la duración del tratamiento2. Recientemente se ha utilizado con éxito en embarazadas con brotes de ESA de tipo articular y sistémico35. Canakinumab es una molécula recombinante completamente humanizada de larga duración que, actualmente, se utiliza para tratar el sı́ndrome autoinflamatorio sistémico CAPS. Es importante destacar que este fármaco fue eficaz en 2 pacientes que no habı́an respondido a anakinra, probablemente debido a que canakinumab tiene una acción más prolongada, que permite su administración mensual, mientras que anakinra es de vida corta (4-6 h)36. Pronóstico Existen 3 patrones de presentación2,3: 1. Sistémico, autolimitado o de evolución monocı´clica: de pronóstico favorable, en el 19-44% de los pacientes hay un único brote de la enfermedad que remite en semanas o meses. 2. Policı´clico o intermitente: en el 10-41% de los casos los brotes se presentan separados por perı́odos de remisión que van desde unas semanas a varios años, siendo los sucesivos de menor gravedad. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 27/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. C. Dı´ez Morrondo, L. Pantoja Zarza / Med Clin (Barc). 2014;142(1):29–32 32 3. Crónico: en el 35-67% desarrollarán esta forma, siendo más frecuente en la forma articular que en la sistémica. En general, el pronóstico vital depende de la existencia de complicaciones hematológicas y sistémicas graves, mientras que el funcional está determinado por la presencia de erosiones o destrucción articular5. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografı́a 1. Bywaters EG. Still’s disease in the adult. Ann Rheum Dis. 1971;30:121–33. 2. Efthimiou P, Paik PK, Bielory L. Diagnosis and management of adult onset Still’s disease. Ann Rheum Dis. 2006;65:564–72. 3. Bagnari V, Colina M, Ciancio G, Govoni M, Trotta F. Adult-onset Still’s disease. Rheumatol Int. 2010;30:855–62. 4. Carreño L, López FJ. Enfermedad de Still del adulto. Med Clin (Barc). 2007;129:255–7. 5. Fautrel B. Adult-onset Still disease. Best Pract Res Clin Rheumatol. 2008;22: 773–92. 6. Kong XD, Xu D, Zhang W, Zhao Y, Zeng X, Zhang F. 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