TOMO I Ì ABRAMOS COMILLAS...! EL GRAN CONCILIO CANTO GENERAL! ¡A nuestros muertos; a vuestras vidas! MINISTERIO DEL INTERIOR Y DE JUSTICIA DIRECCION NACIONAL DE DERECHO DE AUTOR Libro - Tomo - Partida 10-155-463 Fecha de Registro 12-Enero-2007 Radicación de Entrada 1-2007-20 Diseño y Dagramación: Solgraphics Diseño S.A.S Móbil: 310 6958308 Bogotá, D.C. Colombia info@sabanacomercial.com www.solgraphics. wix.com/websolgraphics “Timeo hominem unius libri”: Temo al Hombre de un solo libro. Tomás de Aquino Tocado por cierto hálito que insuflado merced a la magistral recreación jurásica del cretácico uno de los grandes del séptimo arte ha sabido airearnos1, poniéndolo a la orden del día; seducido a emularlo, no en la imposible pretensión de torcerle el sentido a la flecha del tiempo, sino en su interpelación a la recurrente ignorancia que ahora se manifiesta en los renovados oscurantismos de las inveteradas nuevas eras, los anacrónicos racismos y los arrogantes antropocentrismos; necesitado de diversificarme en el trabajo personal y de cuestionar ciertos conocimientos adquiridos acerca del Mundo, reflexionándolo y volviendo los ojos a la Naturaleza para comprenderla y replicarla, sin renunciar a transformarla; incitado por el deseo de conocer, aprender a pensar bien, aprender a actuar y aprender a querer a los demás, incluso a los arrepentidos, renegados, conversos y neutrales; arrotado y entre paredes, heme aquí y ahora acusando mi impotencia y frustración, tratando de tomar un segundo aliento ayudándole “a dos velas” a un Coronel a hacer pescaditos de oro y, necesitado de mantener viva la memoria y el legado de nuestros muertos, predispuesto a reiniciar la tarea trunca de desempolvar y acariciar de nuevo el lomo de otros viejitos que tampoco han perdido actualidad, los que reclaman su derecho de también ser leídos y consultados. La causa es la vieja preocupación de perder el cordón umbilical que nos mantenga unidos al Mundo, la Vida y el Hombre, como si fuésemos un solo cuerpo y una sola inteligencia. Y esta manera de concebir, comprender y comprometerse, ahora se reafirma emprendiendo la pesquisa en pos de revelar enigmas y resolver acertijos. 1 En nuestra terquedad y vehemencia de querer ir siempre por entre recovecos y vericuetos de corrientes y contracorrientes, vamos a desafiar al Oráculo y emprender esta aventura por las rutas de la humanidad, la biosfera y el cosmos, navegando al vaivén de nuestras dudas y convicciones. No remontaremos las corrientes con la idea de ir hacia pasado, ni tras la búsqueda de algún tiempo perdido como si de verdad fuese posible reencontrarlo, pero si aún después de sesenta y cinco millones de años añoramos la compañía de nuestros saurios porqué no evocar, invocar, convocar y acometerlaantiguatemáticaquenosalentaratantos anhelos y proyectos de vida, pasando al tablero y ver qué tanto hemos aprendido la lección de ser coherentes y consecuentes con lo que aún sentimos, concebimos y soñamos. Si las candilejas de la frivolidad y arribismo de la industrialización mediática del consumismo nos encandilan y hacen perder el Norte, cuanto antes toca pasar la voz a unos y otros sobre la necesidad y urgencia de dar el “giro”, si no queremos cargar con la responsabilidad de haber cohonestado por omisión en la clausura y liquidación del proyecto humano. Nos zambullimos en búsqueda de claves que nos permitan retomar el rumbo, buceando por entre las evidencias de la inteligencia de la Materia en movimiento para testimoniar que no somos el ombligo de ese huevo totipotente que es el organismo vivo Gaia, la Tierra. Si ya es mucha ganancia estar, cuando sólo somos producto de la contingencia, la casualidad y el azar, cómo darnos el lujo de darle un trastazo a todo. Bueno, no a todo, porque en nuestra ausencia Gaia sabrá enmendar la plana y seguir inexorable. A la par de esta realización de Steven Spielberg (Jurasic Park) el Instituto de Evolución Antropológica de Leipzig investiga sobre la construcción del código genético del hombre de Neanderthal a partir del hallazgo de una proteína ósea, de la que han aislado un fragmento genético; también la National Geographic Society en conjunto con IBM están adelantando el más ambicioso de los proyectos Genográficos que le permitirá a cualquier persona saber quién era su familia hace siglos, como sus costumbres, su lenguaje, etc. “abramos comillas… 7 Se pretende ofrecer en esta Lección alguna novedad, interés y utilidad con un contenido que no se en qué momento pudo atraparnos, ya que no figurábamos entre los reclutados. Pero ¡un, dos, tres! ya estamos en alta mar de súbito embarcados cual juguete de dioses y demonios, en un viaje sin carta de navegación a la mano y al vaivén del más caótico de los itinerarios, entre cantos de sirenas profundizándonos hacia allende sin horizonte a la vista, mas haciéndolo en la misma marcha. Entre acantilados, islotes y arrecifes desafiamos mares y vientos, visitando o pasando de largo la abstrusa temática que nos exige abrirnos paso tras de la “esencia”, “vivencia” y “existencia” del Hombre, auscultándolo tanto en su misma naturaleza, como en su dimensión conciencial, su humanidad, su organización vivencial y su manera armoniosa de ponerse sabiamente al ritmo de la Naturaleza para poder realizar sus posibilidades de transformar y transformarse. Será un despliegue por el entorno biótico, social, cultural e histórico, relegando por ahora cualquier introspección, puesto que la sindéresis dice que se llega a Puerto yendo hacia el encuentro de nuestra interioridad a partir del ámbito cósmico, buscándola en el Afuera. Acá estarían las verdaderas dimensiones de nuestra interioridad, en tanto que llevamos los mismos ritmos del río, la montaña, el mar, la biosfera, los planetas, el sol y las estrellas. Nuestra ruta se orientará por las ya conocidas respuestas a aquellos problemas de los que comprendemos el qué pero no el cómo de una supuesta solución; como aquellas preguntas sobre la concepción del mundo, el sentido y significado de existir y la manera como organizamos nuestra vida. Y entre las que resaltaría la pregunta de “para qué vivir” o “si vale la pena vivir”, pero con el dilema de no saber a quién preguntarle, si a la sabiduría de la Naturaleza o a la filtrada y acartonada erudición de los hombres. Es un “juego” en el que pretendemos cierta síntesis sincrética y sincrónica de tres aventuras distintas y un solo viaje verdadero, teniendo como referentes la irreverencia del héroe Ulises por el Egeo, la entereza de los semidioses del Argos por el Pounto Euxino y la impotencia, ésta sí terrenal, de los desahuciados que, no difícil de seducirlos, el intuitivo Almirante pudo embarcarlos en su primer viaje al frente, en La Pinta. Así quedan reducidas las tres épicas en una sola, atisbando el mismo techo sideral, siguiendo una ruta que no podría resultar nada más ni nada menos que el más cretense (sincrético) y enmarañado de los laberintos, construido a varias manos y voces. Es nuestro primer viaje y vamos en La Pinta derivando en plena temporada de huracanes y alertas al mínimo descubrimiento, sin tener certezas de nada porque el Almirante registra las novedades, igual que aún hoy nos confunde con su críptica autobiografía, en varias bitácoras y no sabríamos cuál se correspondería con la realidad de los acontecimientos. Sin las nostálgicas y conmovedoras despedidas no hemos zarpado aún y ya tenemos motín a bordo, el de nuestra voz entraña que nos pide desistir y no hacer el oso. Aún así, no flaqueamos en nuestra determinación de disuadir y contener a quienes aún miran vacilantes hacia atrás, como presintiendo que el Almirante lleva guardadas unas cartas que le dan la certeza de que en cualquier momento Rodrigo Triana2 lanzará los dos cañonazos gritando ¡tierra! Pero, en nuestro caso ninguna certeza sobre el punto de llegada, lo que nos habilita para percibir nuevos destinos. Dispuestos a dar lo mejor y resueltos en que ha de ser lo que sea, no nos restringimos a un determinado Norte en nuestra búsqueda, ya que orientados por entre encrucijadas atalayamos e intuimos que vamos a tener que deambular y avanzar al compás de las inciertas contracorrientes, sin centro ni norte fijos. No obstante, si algún impertinente se mofare de nuestro candor le responderíamos que si nos atrevimos a embarcarnos en la incertidumbre no sería por el prurito de ir sin ton ni son, sino necesitados de pagar el precio que fuere con tal de saber sobre el tamaño de nuestra ignorancia. Es decir, dueños de nuestros temores somos vagabundos al vaivén del Norte de la “Rosa de los vientos”, cabalgando sobre la sensación, intelecto, intención, interés, voluntad, deseo, emoción, sentimiento, intuición, esfuerzos y fatigas tando de aquellos grandes pensadores de todos los tiempos como de los inéditos, honrados y humildes que ya se habían preocupado por estas cuestiones. Si ningún conocimiento emerge de la nada y es deudor de insospechados predecesores, nuestros acreedores son más que ilustres. 2 Se sabe que el verdadero nombre de Rodrigo Triana es Juan Rodríguez Bermejo. 8 “abramos comillas… Es un texto que recaba en la idea de encontrarle un lugar a la insoluta cuestión del origen, la esencia, la existencia, la vivencia, el destino y el concepto del Hombre, retomando ciertos temas que estaban ahí esperando que las circunstancias volvieran a conspirar para darnos el lujo de reincidir acometiendo su estudio; y no cae mal darse una vez más topetazos contra los anaqueles. Es fiel reflejo del drama de un constructor que no-sabe-no hacer laberintos, los que siempre habrá de dejar en obra negra no sólo por construirlos sin bosquejo a la mano sino por razones de la misma naturaleza de la especie humana que, cuales suplicios de Sísifo y Tántalo, ha quedado condenada sin opción de fuga a seguir cavando infinitos pasadizos. Un constructor que en la más patética de las tragedias tal vez adolece la misma angustia del chantaje de Minos a Dédalo, pero sin libreto a la mano no ha de contar con la complicidad infidente de Ariadna dándole la madeja que le permita revelar los recovecos, ni muchos menos contará con el atrevimiento de Ícaro conspirando el plan de fuga. Que, producto de sus congénitas imperfecciones y propensión de “no ser capaz de no dejarse llevar por sus instintos”, presiente que no lo construye para encerrar a indeseados Minotauros, sino para enclaustrarse él mismo. Y aún así, el constructor trabaja duro para no claudicar ante los designios, convencido de que es animal que mediante sus acciones podría hacerse cada día más humano, aunque ¡oh desgracia! sólo garantizan la preservación de la especie quienes porten en su interior un Teseo. Que esta Lección no se vea sólo con los ojos del Hombre que percibe, piensa y razona, sino también con su descarga de sentimientos y deseos, respondiéndole así al filósofo Vasil Tasev3 que nuestra visión del mundo sí pretende pasar de la consignada en los libros a la de un Hombre que respira, siente, se emociona y se compromete. Estamos ante el prospecto de una Lección, de la que no podemos esperarlo todo porque no pretende ser cuerpo doctrinario esclarecedor, ya que puede tener más de especulación y de inexactitud que de erudición, resultando demasiada retribución si no queda refundida y olvidada en algún anaquel; si logra sobrevivir a los arrebatos de su mentor que calzado de sandalias 3 y espada en mano en más de una ocasión quiso infringirle el “no va más”; si consigue provocar en quienes sí hacen investigación propuestas por la construcción de la sociedad que todos nos merecemos. Nos aventuramos en sortear las encrucijadas, aunque antes de partir ya tuvimos que liarnos con el problema de la “selección” de los contenidos temáticos de la Lección y de la estructuración de la misma. Como el procedimiento de “escoger” determinadas lecturas referentes a cualquier temática es una tarea que exige mucho criterio, ya que entre el oficio del disc-jockey y la antología se requiere no mezclar por mezclar ni convertir las diferentes sinfonías en un grotesco ruido; se requiere que las determinadas ideas, los determinados conceptos, las determinadas teorías y las determinadas cosmovisiones de determinados hombres en determinadas épocas y ambientes estén efectivamente afectadas de una concepción integral, una vocación de compromiso y servicio, con la convicción de que la esperanza no es utopía. No por temor al dogmático hombre de un solo libro, ni al que también falto de criterio propio sólo puede ser sabio con los libros en la mano, sino por las personales limitaciones, no iríamos más allá de conformar un texto ecléctico (collage), que de estar en sus manos gratitud perenne, o pequeño compendio no ilustrado de concepciones sobre el pensamiento, el conocimiento, la lingüística, la lógica, la psicología, la comunicación y la educación, a manera de propuesta pedagógica. Se retomarán lecturas y autores con sus hipótesis, tesis, teorías y conclusiones para transpirarlos y trasudarlos, reeditando algo así como un factor de cultura, o espada de Sigmundo que vuelve a esgrimirse en égida de nuestro quehacer vivencial, productivo, intelectual y existencial. A partir de nuestras actitudes y acciones emocionales, racionales, irracionales y razonables, nos afianzaremos mucho más en el compromiso de militar en la gran causa de la humanidad, reclutados en la praxis de descubrimiento y transformación de las circunstancias y su contexto o entorno; y por esta vía, de ser posible, aproximarnos al más viejo de los problemas, el de la concepción, comprensión, transformación y construcción del Mundo. Proceso ideológico y educación; La Habana, 1983 “abramos comillas… 9 Tocado también por la mente brillante del matemático usamericano Nobel de Economía (1994) John Forbes Nash Jr., no tanto por el hecho de que a los trece años ya había ideado una demostración de la afirmación-teorema sobre los números primos,4del no menos prodigioso matemático el jurista francés Pierre de Fermat (1601-1665), ni por haber encontrado un procedimiento bien peculiar de resolver el mayor problema irresoluto de las matemáticas puras, la famosa Hipótesis formulada por el matemático alemán Georg F. Bernhard Riemann (1826-1866),5 sino por saber que en estado de completo delirio aún él disfruta en vida sus aportes a la teoría de los juegos que alzarían vuelo para ser aplicados en la economía, la administración y la resolución de conflictos, me embarga entonces la angustia de pensar que después de conocerse el presente texto-lección no sean pocos los que terminen diciendo que sólo me he limitado a desperdiciar el tiempo emborronando las pizarras y vidrieras con mensajes encriptados imposibles de descifrar. Pero, así se murmure que todo es producto de haber leído demasiados libros de caballería, o de tomarse muy en serio las convicciones, qué importa quedarse rayando los ventanales o tener que declararse confeso ventrílocuo, porque no hay paso atrás en el despropósito de “hacer metáforas” y seguir capturando al vuelo conceptos para reciclarlos, reubicarlos y encontrarles algún nuevo sentido. Como si no hubiese nada nuevo bajo el Sol, y en gracia de justificación, qué escritor por original que sea no ha de ser cogido en flagrancia en la traslación de conceptos; quién tendría la prepotencia de no estar de acuerdo con Edgar Morin en su confesión de que es un relector de las mismas fuentes utilizadas ya en otros libros, como si fuese un compilador, ya que hacer metáforas sabiendo que son metáforas es mucho menos grave que hacer metáforas sin saberlo. Le faltaría tal vez a Morin decir que hacer metáforas sin saberlo es mucho menos grave que no saber que el hacer metáforas es lo que marca una de las características diferenciadoras de la especie humana, como quiera que el usarlas es lo que nos diferencia del resto de los animales. A manera de aquellas metáforas del poder como “El Príncipe” de Maquiavelo y “Don Quijote” de Cervantes, o aquella del Sentido Común de “Perogrullo”, se pretende rasgar un horizonte de concepciones sobre el Mundo, la Vida y el Hombre, acorde con la estructura, contenido, forma, figura y funciones de esa otra gran metáfora que es La Célula. Porqué no transcribir de Morin aquello de que es sabido que la historia de las ciencias le debe mucho a la migración de conceptos, a los hacedores de metáforas; que la ciencia estaría totalmente trabada si los conceptos no migraran de súbito, espontánea o furtivamente. Como dice Mandelbrot, los grandes descubrimientos son el fruto de errores en la transferencia de conceptos de un campo a otro, pero sólo cuando son llevados a cabo, eso sí, por pensadores de talento. En el mundo de la academia y en el campo de la investigación es frecuente constatar cómo algunos descuidos, confusiones o errores en manos de los talentosos tienen la paradójica virtud de terminar fecundando nuevos conocimientos. Incluso producto de la casualidad, como en el caso de Jean Piaget, ciertos conceptos adquieren otras connotaciones cuando se re-leen traducidos en otros idiomas; o como ciertas teorías que en su época fueron refutadas pero que resultaron más legibles y comprensibles una vez pudieron contextualizarse según las condiciones de otra época o cultura. Por ejemplo, conceptos y categorías centrales propias del mundo de la biología, como naturaleza, organismo, estructura, evolución, transformación y desarrollo, mudaron hacia la familia de categorías de los dominios del lenguaje, la cultura, la política, la economía, la administración, la educación, entre otros campos y disciplinas. El concepto de Trabajo, de origen antroposociológico, ha devenido en un concepto propio del campo de la física, la economía, la filosofía, la ontología y la psicología. El concepto científico de Información, surgido con el desarrollo telefónico, ha migrado hacia la física y la biología, donde se habla de los genes, el ADN y el ARN como las unidades básicas de información que le otorgan las características a un organismo vivo. 4 P. Fermat afirma que: “Si n es un número entero cualquiera y p un número primo cualquiera, entonces n multiplicado por sí mismo p veces, menos n, es divisible por p. 5 Este problema de B. Riemann, retomado de la Teoría de los Números de Legrende, es “sobre el número de números primos inferiores a uno dado”, es decir, “encontrar una fórmula que dé los primos que existen menores que un número dado n.” 10 “abramos comillas… Los conceptos de “simpatía” y “empatía”, tan propios del mundo instintual de los animales, han migrado para explicar los fundamentos de la manera como los hombres nos comunicamos entre sí haciendo uso de nuestros sentidos, racionalidad y sentimientos, al estar uno frente al otro. En el caso de la Simpatía, sin necesidad de tener que articular palabra alguna, sólo por atracción o contagio; en la Empatía, con nuestra voluntad, predisposición y compasión, amando cual Ubuntu a los demás. El concepto de “enzima”, que aplicado en la Pedagogía podría equipararse con la Mayéutica, parece ser un recurso muy apropiado no sólo para formular la propuesta pedagógica, sino para hacer más eficaces las tareas propias de los colectivos sociales y hacer más eficientes los procesos de producción y distribución. Y se presentarán otros casos, ya que las novedades de hoy no dejan de ser las gestas proteicas de los profundos problemas, discutidos desde la antigüedad, que no renuncian a la formulación de las viejas preguntas, ni a la búsqueda de nuevas respuestas. Igual a los exploradores que creen ir tras de un perfectible (Polifemo), o tras de un inapreciable vellocino (Jasón), o tras de un gran descubrimiento (Colón), pero que es ir tras de lo mismo, es decir, saber qué es el Hombre, la Vida y el Mundo, no importa entonces enfrentarse ante una temática densa e intrincada que ya entre tomar y soltar hilos se terminará por devanar el ovillo. En la temática de las preguntas fundamentales, basta con saber cómo todo lo tangible e intangible del Universo es Energía, que la energía no se ha creado ni destruido, sólo se ha transformado. Son infinitos los nichos del Universo donde la Energía se ha condensado en Materia ordinaria (tangible y visible) y en Materia oscura (intangible e invisible. El Todo del Universo es el agregado de Energía y Materia en todas sus manifestaciones. La Energía se manifiesta en sus formas: Lumínica, Calórica (térmica, geotérmica, eólica), Sonora (musical), Química, Magnética, Eléctrica, Electromagnética, Nuclear y Oscura. ¿Será que la forma superior de la Energía no es la oscura, sino la lumínica?: ¡De Luz venimos, en Luz nos transformamos! Y saber que unas magnitudes de energía equivalen a otras de la materia sirve para poder aventurarse entre plausibles y dudosas explicaciones y respuestas hacia la finalidad de nuestra Lección sobre qué y cómo es el Mundo, la Vida y el Hombre. “abramos comillas… Con respecto al Hombre, se han de entrelazar múltiples hilos conductores para que se arrollen a medida que avance la pesquisa sobre el personaje central de la Lección, el portento (gestalt-constructo) “Ello-Yo-criptoYo”, el que no sería comprensible sin tener previamente claridad sobre lo que es la Energía y lo que es la Vida, ya que en últimas sólo somos una forma más de Energía o una microscópica Bacteria venida a más. En La Tierra, todos los vivientes somos simples extraterrestres, venidos de explosiones estelares. Bajo los misterios de la Energía y la Vida se ha de soportar cualquier intento de explicar El “ElloYo-criptoYo”. En la pesquisa de descubrimiento, invención e intuición del “Ello-Yo-criptoYo”, se estructurará la indagación a la manera de un gestalt-constructo, dándole a la Lección una forma consecuente con aquella definición de Anaxágoras (-500-428) consistente en que el “todo incluye cada una de las partes dentro de sí y cada una de las partes es comprensiva del todo”, que sería análoga a la metáfora del “aleph” de Borges. De esta manera procederemos para que, tanto por su Contenido (temática) como por su Continente, la forma del Libro emula esa forma holista y hologramática de la realidad fractal que percibimos del Cosmos. Es la forma de un Todo en la que desde cada capítulo se ofrece una idea sobre la generalidad de la búsqueda, y en la concepción general subyacente en el Todo del Libro se da cuenta de lo tratado en cada una de las partes o capítulos. Además de pretender plasmar una “gestaltconstructo” (lección), según personal sentir, padecer y actuar de afectos, concepciones y convicciones, también por su estructura se asemeja a la forma de los cuerpos “holismoorganizados”. Así, en razón de la misma temática tratada, se facilita pensarlo según la forma gestalt o campo espacio-temporal, sobre la cual siempre estaríamos en construcción continuada. Ergo, es “holista” y “hologramático” por su Contenido (temas) y por su Expresión (forma y figura). Ya sea desde la parte o desde el Todo debería darse una visión integral, cual hoja que por el haz nos ofrece la forma de las estructuras dinámicas de un mundo objetivo en construcción (constructos), con la particularidad de que cada una de estas estructuras (partes) estaría en condiciones de dar cuenta del Todo, y por el envés ofrecería la forma de estructuras rígidas plenamente acabadas (gestalt) o de cierta información final indivisible en partes (“gestalt-ista”). 11 Como si por adaptación, acomodación y asimilación cada una de dichas estructuras exteriores modelaran las correspondientes estructuras interiores, y esta nueva construcción empezara a formar parte del proceso de conformación de construcciones más complejas; como si estuviésemos ante un “fractal” igual que la construcción continua de construcciones tal cual la propuesta de la teoría de construcciones de Jean Piaget. En cuanto contenido, forma y figura del Libro, éste se equipara con la metáfora de la Célula; es un Holismo de panorama hologramático. Lo de “holista” es una sinergia a semejanza del juego de Ajedrez que, a la par de ofrecer la virtualidad de una gama de infinitas posibilidades, una vez realizada la jugada se tornarían no viables; que con sólo realizar la más simple de las jugadas se redefiniría todo el contexto del juego (modelo matricial), puesto que las fichas sólo existen en función de un tablero contextual tan dinámico que comprende toda la infinidad de movidas posibles y a su vez una re-dimensión del contexto revalorizaría inmediatamente las piezas, así éstas no se hayan movido de su sitio; o a imagen de una matriz algebraica que con solo modificar la magnitud de un escalar inmediatamente se afectarían todos los puntos. Pero, si el Todo es superior a la suma de las partes, la suma de las partes no deja de ser un indicio del Todo. Lo “hologramático” (fractal) ha de referirse al sentido panorámico de la clásica forma proteica, cambiante e indeterminada que permite superar cierta rigidez gestalt-ista, orientando su multitemático contenido hacia una holo-visión organizada según una estructuración tal del Texto que sus capítulos podrían desagregarse y tratarse sin ninguna pauta jerárquica, como si cada uno fuese el tema central y al mismo tiempo ligado íntimamente con los demás. Por su contenido (información) es una expresión de forma “fractal”, mostrando simultáneamente su haz y envés (gestalt-constructo) y procurando no perder definición cuando se va del Todo a sus partes o viceversa, haciéndola entonces analítica, sintética y complejamente dialéctica. Es decir, replicando el mismo sentido panorámico de Rayuela de Julio Cortázar, el contenido de nuestras concepciones se irrigaría a lo largo del Texto para ser captado su sentido en cada uno de sus temas-capítulos, pudiéndose iniciar su lectura por cualquiera de ellos. 12 Ningún tema habrá de bastarse por sí mismo, ya que lo “hologramático” reñiría con esas visiones explicativas del Universo realizadas a partir de micro-cuerpos que se autodeterminan a sí y por sí mismos, como por ejemplo las “homeomerías” de Anaxágoras, los “átomos” autodeterminados de Demócrito o las “mónadas” de Leibniz. No es el ovillo de interminable hilo al que sólo bastaría con tomar una de sus puntas y tirar de él, pero tampoco sería como la estructura que se sostiene a sí misma, sin límites ni contornos definidos, sin base ni apoyo exterior, sin orificio de entrada ni boquete de salida; ni sería como un juego de rompecabezas (puzle) de innumerables piezas, o infinitos puzles de infinitas piezas donde cada uno se construiría, deconstruiría y reconstruiría con base en un modelo que no se conoce. Por el contrario, cada uno de los temas (capítulos) tratados en el Libro se pondrían en sinergia y tensión con todos los demás. Es un texto-laberinto en el que no se compartimentarán los temas, ni se tratarán aislados o encasillados en determinado cubículo, buscando en lo posible que todo tenga que ver con todo y que pueda comprenderse desde cada uno de sus temas tratados o desde su conjunto, puesto que cada uno de los capítulos se identificaría por la impronta del compendio y éste se identificaría en cada uno de los temas. Al no confinarse un tema a una determinada región o capítulo nos muestra al Texto como si también fuese semejante a la integralidad de un cuerpo bio-psico-social, al que lo ocurrido en cualquier punto de su periferia repercutiría a lo largo y ancho de todo su tejido (individual o social). Entonces, todos los temas estarían irrigados coherentemente a través de todo el texto, de tal manera que pueden sumirse, subsumirse o sumergirse que ya nos sorprenderán con su reaparecer; que al estar ante ellos nos dejen la sensación de no ser la primera vez en tratarlos y garantizándose que tampoco será la última, como si se tratara de recavar, repisar o volver sobre nuestros mismos pasos. O como si se tratara de un débil hilo que aunado a otros conforma el más resistente de los lazos, el que al sentirlo trabajar en toda su potencia nos preguntamos cuál de sus hilos estaría aportando la mayor fuerza y cortamos uno para tantear que nada pasa con el lazo, igual con el segundo, el tercero y otros más, hasta el momento en que al cortar otro el hilo se rompe y pensamos que toda la fuerza la estaría aportando precisamente la última hebra cortada. “abramos comillas… O tal cual si incluir un tema adicional fuese haber echado esa gota de más que haría derramar el vaso, puesto que la culpa de esto podría tenerla tanto la última gota como la primera, o cualesquiera de las intermedias. O tal cual si al desagregar la Materia del Universo, moviéndonos hacia la nano-cuántica, llegásemos hasta las invisibles y energéticas partículas atómicas, encontrando que toda la descomunal masa universal estaría como conformada por “nadas”, pero que en el proceso inverso de agregación, propio del ámbito mega-cósmico, nos encontraríamos con que la suma de invisibles no sería otra nada sino la más descomunal e inimaginable de las magnitudes. Por tanto, dicha forma “hologramática” sería así, la de un Todo conformado de partes igual de importantes y responsables en su constitución y funcionamiento, siendo que una y otra en la calle, codo a codo, serían más que dos. Unas partes comportándose cada una en función de su Todo como si fuesen éste, constituyéndolo mucho más potente que la simple suma de ellas, y de un Todo que sabe arreglárselas para hacerse presente tal cual en cada una de sus partes. Como si se tratara del mismo efecto mariposa, en el que un aleteo del volar de una mariposa en la costa occidental del norte de África genera el mismo viento que después llegará a las costas de la Florida convertido en el más destructor de los huracanes tipo seis (6) O dicho de otra manera, un Todo conteniendo a sus partes, como si éstas fuesen sus líneas de las manos, y unas partes conformando y prospectando un Todo pero sin llegar a contenerlo. Y el enfoque referente a la propiedad del “sentido panorámico” del Libro, en su condición sinérgica de ser un “constructo” conformado por la visión en bloque de un “todo” en permanente formación y constituido de partes condicionadas por una totalidad que a su vez está condicionada por sus unidades constituyentes, podemos dejarla por ahora así sólo insinuada que ya se desarrollará en el capítulo de la Intuición. Lo de holista, hologramático y panorámico aplicado al contenido, forma y figura del “ElloYo-criptoYo”, nos permitiría configurar una muy particular y psico-organizada cartografía, en la que su territorio sería integrado por las inseparables regiones “Ello”, “Yo” y “criptoYo”. Pero no corresponde por ahora en esta introducción intentar una descripción de cómo son o para qué sirven sus regiones, ni cómo sería la integridad territorial del holismo “Ello-Yo-criptoYo”. “abramos comillas… Del “Ello-Yo-criptoYo” sólo sabemos que es el motivo de la travesía, de la que sólo gritaremos ¡tierra! en la medida que podamos remontarnos de la misma manera que se hace sobre esas cálidas corrientes que emergen de las profundidades del lecho oceánico. Si queremos sortear exitosamente las contingencias, corresponde tener claro que el protagonista central no es algo dado (factum), sino un “portento” a construir, que en cuanto a contenido, función y forma sería un “constructo” ¿fractal? fundamental con el que, a la par de encontrar en él la entidad central en la estructuración y configuración de la presente Lección (metáfora), sabremos pertrecharnos para tomar partido en la causa de la concepción del Mundo, de la Vida y del Hombre. Igual que la imposibilidad en definir eso de ¿quién soy yo?, sin agotarse con los conceptos de individuo y sujeto, el “Ello-Yo-criptoYo” es un inefable “fenómeno” de contenidos de emocionalidad, afectividad, racionalidad e irracionalidad, que cual espiral geométrica en “fractal” es análoga a un espacio imaginario en el que se plasman sus funciones sintiente, percipiente, viviente, cognoscente, pensante, existente, trascendente y comunicacional, increscendo capturándole nuevas propiedades al mundo externo físico, social, cultural, biótico y cósmico. No es producto de la unidireccional relación cognoscente sujeto-objeto, sino de otra relación objeto-sujeto-objeto, la n-unívoca “cuerpo y mundo”; que, debido a los avances, retrocesos y saltos propios de una entidad que se hace por Epigénesis mediante procesos de obyección y objetivación estaría realizándose desde su condición primaria de individuo heterónomo hacia su autonomía como persona; que, por ser realidad dinámica, cinética y dialéctica, no sería susceptible diseccionar (psico-analizar) de manera separada cada uno de sus componentes Ello, Yo o criptoYo, ya que por su indefinida forma fractal propia de la geometría del espacio imaginario en todo momento no da para decir que nosotros los de entonces ya no somos los mismos. La utilidad de fundamentarnos en un “portento” como el concepto-constructo “Ello-Yo-criptoYo”, explicado según fundamentos que no se reducen a beber de las categorías Ello, Yo y súper-Yo Freudeanas, sino reacomodándolas bajo propósitos bien diferentes a los del psicoanálisis, estaría en volver a poner en vigencia el debate sobre la 13 pertinencia de preocuparnos por los insondables tópicos de la comprensión del Universo, la Vida y, en particular, por los de la esencia, existencia y vivencia del Hombre. Así, nos aprestamos a participar de otros debates académicos de actualidad, como los dados sobre la “fenomenología”, cosa a desarrollar una vez nos reencontremos con la temática de la fenomenología del “Ello-Yo-criptoYo”. A distancia de los anquilosados dualismos, nos fundamentamos en una convicción “monista”, optándo entonces por cierto monismo ¿fractal? de estructuras entre estructuras (matriushka), el constructo “Ello-Yo-criptoYo”, constituido a través de los tiempos por las propiedades aprehendidas (“obyección”) del Mundo y por las propias descargas de cuerpo y mundo personal con que afectamos al mismo Mundo (“objetivación”). Y cuando la Esfinge aparezca con sus acertijos y paradojas para confundirnos y preguntarnos por el animal que en la mañana trata de sobrevivir en un mundo de realidad inagotable, infinita e imposible de aprehender a plenitud, en la noche se da cuenta que él mismo es incompleto e imperfecto, mientras que durante la tarde se la ha pasado pensando en la posibilidad de conocer “acerca de las cosas” y de la “cosa en sí”, simplemente echaríamos mano del cristal para ver cómo en éste se refleja una figura difusa de indefinida y hologramática forma, e insinuándose por entre sus fronteras de Cuerpo y Mundo. Con base en la concurrencia de las relaciones del acto de conocer, el proceso de conocer de las cosas y el proceso de conocer acerca de las cosas, le responderemos que dicho animal es el “Ello-YocriptoYo”, aunque esto fuese haberle respondido también cual Esfinge o Quimera con otro acertijo. O quién más le respondería así si no otro igual de impredecible que, al intuir de dónde venimos, quiénes somos y hacia dónde vamos, se reafirma en su naturaleza animal por su misma cultura. La estructura del portento y organizado “Ello-Yo-criptoYo” tendría forma de una espiral logarítmica, empaquetando los contenidos de sus funciones y finalidad, a la par que se altera a sí mismo (“obyección”) y altera a la misma realidad objetiva (“objetivación”)6, en el sentido de que nuestro “cuerpo” no sólo es un pasaporte al mundo, sino un “ser al mundo y el mundo mismo”. Es “Cuerpo y Mundo”, que no podría ser producto del solipsismo de un individuo con su dios y consigo mismo, sino producto de un diálogo abierto entre congéneres, la biosfera y el cosmos; que no se aliena, ni pierde individualidad, ni se despersonaliza, tomando conciencia de que no es un individuo autosuficiente, sino que necesariamente se debe a la comunidad biótica que lo determina en su naturaleza; que dicha comunidad jamás se independizará de él, al menos que éste tuviera la arrogancia de querer independizarse de aquella, al precio de su propia extinción claro está. Esta es la explicación adelantada sobre la imposibilidad de responder a la pregunta ¿quién soy Yo?, puesto que sólo cabe preguntar por ¿quiénes somos? Mientras nos sometemos al escrutinio de los tribunales, exponiéndonos de cuerpo entero para su sentencia, continuamos la marcha en la redefinición de un “organizado” que es instintual, psíquico, cogito-cogni-cognoscitivo, conciencial, racional, lógico, experiencial, vivencial, irracional, comunicacional, trascendental y dialéctico, el “ElloYo-criptoYo”; el que podría ser el sistema abierto de mayor neguentropía conocido o el provocador de la más catastrófica de las extinciones. Con respecto a los contenidos, ya en la travesía esperamos poder saber cómo continuar la búsqueda, adentrándonos espejo en mano en la identidad del “Ello-Yo-criptoYo”, mirando los reflejos del dinámico mundo de la esencia, existencia y vivencia del Hombre, que no son mundos contrapuestos ni separados, sino la cara y cruz de la misma moneda; observando cómo el mundo humano es constitutivo del mundo natural y éste a su vez es constitutivo de aquél; cómo frente a las cosas del mundo natural, el Hombre se comporta de un modo profundamente humano. Si la realidad natural no es plenamente independiente o ajena al Hombre, puesto que instintual, conciente, consciente e intuitivamente la recrea transformándola, configurándose así tanto el mundo humano de las cosas como el mundo natural del mismo Hombre, la naturaleza humana sería un holismo integrador de las naturalezas física, química, biológica, psíquica, conciencial y trascendental, con una estructura corporal dotada de elementos y sustancias inorgánicas (físicas) y orgánicas (química, 6 Una Pintura no es el simple agregado de los insumos utilizados en el embadurnado, ya que cada cual sabrá alterarla para sí con toda su carga personal de sentimiento, afecto, racionalidad e irracionalidad incorporada en ella. Esta “obyección-objetivación” explica que alguien pague millones de dólares por un Cuadro, mientras que otros no le encuentren valor alguno. 14 “abramos comillas… biológica, psíquica, trascendental), que de manera instintual-conciente-experiencial-conscienteintuitiva-emocional-existencial-vivencial se abre paso desde su condición vegetativa y animada hacia dimensiones superiores de animal pensante, simbólico, racional e irracionalmente razonable y transformador de su entorno y de su misma naturaleza. En una de las primeras estaciones nos enfrascaremos en la discusión sobre el problema del conocimiento y del acto de conocer, enviando ahora mismo una avanzada para explorar si es verdad que uno y otro son producto de relaciones dualistas inteligible-sensible, ideas-objetos, ser-pensar, concepto-cosas, pensamientoexperiencia, conciencia-existencia y, en general, sujeto-objeto, además de auscultar la causalidad de quién determina a quién; o si es posible concebir el problema del conocimiento y el acto de conocer por fuera de las camisas de fuerza dualistas, mediante la visión “monista” (holista) expresada a través de dicho “Ello-Yo-criptoYo”. No se discute si la realidad objetiva (objeto de conocimiento) siempre ha estado y habrá de estar ahí tal cual es e independiente de nuestra voluntad, sino cómo se da en nosotros el acto de conocer y cómo es el proceso de su conocimiento; cómo, ante el hecho tozudo de que ella es inagotable e infinita, y aunque más conocida más ignorada, llegaríamos a aprehenderla. A esa realidad la someteremos a embates desde las trincheras de nuestro cuerpo, dotados de todo el aparataje sensorial, cogitativo, cognitivo, cognoscitivo, sentido común e intuición, para captar y capturarle buena parte de sus datos, propiedades y dimensiones. Igual nos preocuparemos por tener una idea, así sea la más superficial, sobre las diferentes concepciones filosóficas imperantes a lo largo de la corta historia de la humanidad, con la idea no tanto de militar en alguna de las tantas cosmogonías como sí de inquirirle a la realidad con fundamento, adoptando la respectiva visión de conjunto o concepción del Mundo, de la Vida y del Hombre, y predispuestos a reconsiderarla a medida que conozcamos los argumentos de las sutiles dimensiones de la realidad. A la luz de dicho calidoscopio también nos miraremos el ombligo tratando de esclarecer porqué no debemos paralizarnos en tanta contemplación, sino empezar a sentir, pensar y hacer como la Especie que efectivamente somos. No es ¿quién soy?, sino ¿quiénes somos? “abramos comillas… Bajo estos presupuestos se desarrollarán todas las temáticas sobre el Movimiento de la Materia, la Vida, el Trabajo, el Lenguaje, la Conciencia, el Conocimiento, el Pensamiento, la Lógica, la Semiótica, la Pragmática, la Verdad, la Estructura, el Método, la Acción, la re-Creación, la Educación y la Comunicación, entre otras. Que podrían sintetizarse en los núcleos intensionales de Trabajo, Lenguaje y Cultura. Caso particular ese de meterse a conceptualizar sobre la Conciencia, de la que no sabríamos con certeza qué decir o qué definir, sólo que es inefable, impermanente y mutable, pero ante todo un producto social. Ni qué decir sobre su supuesta localización, cuando en verdad ella estaría impregnando o irrigándose a través de todo el cuerpo. Queda por verse cómo la Conciencia no sería un inteligible, ni sustancia pensante independiente del cuerpo sensible, sino un fenómeno simultáneo producto del vivir (acción), adolecer (pasión), conocer y comunicar, enraizada en el mundo físico-bio-psico-social y realizándose en plena convivencia social; es “Cuerpo y Mundo”. La Conciencia formaría entonces parte del cuadro de la realidad y de la materialidad del mundo; un atributo de la Naturaleza y del Universo. Como todos los vivientes son sistemas abiertos, y con mayor razón las Especies, no vale hablar de una conciencia en particular, sino de la “conciencia social”. Esto, para anunciar que nuestra apuesta es por la salud de la tribu, ya que no es en el individuo sino en el colectivo donde se desarrolla la conciencia., ya que cada individuo es como una neurona del cuerpo social. La Empatía es amor y ubuntu en función de la conciencia social, mas no de esa conciencia individual, lo que nos lleva a no abogar por una egoísta libertad individual, sino la del colectivo en el que nos realizamos, ya sea el familiar, escolar, comunitario o social. ¡No soy, somos!, porque dependemos, pertenecemos y nos debemos a la Especie; somos “genitivos”; somos “cuerpo y mundo”. En desarrollo de la conciencia social no es que mi libertad termine donde empieza la del otro, sino que una vez reconocidos, valorados y restituidos los derechos de todos, éstos pasan a ser mis deberes. Le Empatía nos dice que mis deberes son la libertad de los demás. Y sobre este trasfondo conciencial se erige la propuesta comunicacional y educacional que nos llenará de motivos cognoscitivos y afectivos para que todos los miembros de la sociedad estén en condiciones de asumir actitudes, y no tanto 15 conductas, ya que es a través de la Educación que nos formamos en las actitudes sociales y culturales que nos garantizan hacer causa común. Necesitamos darle vuelta de tuerca a una sociedad que contra natura es una simple sumatoria de individuos, de egoísmos que la tornan esquizofrénica y le impiden avizorar algún Norte. Para superar la inmediatez y apariencias del mundo de las sociedades del consumismo se requiere cultivar actitudes de empatía, simpatía y contagio de buenas acciones, lo que sólo se adquiere en la Educación. Y es con el ejemplo que se le empieza a poner el cascabel al gato. Nadie es más que nadie. Así, este constructo personal en forma de Lección pretende tomar la Educación como si fuesen las vulnerables y liberadoras Alas de Dédalo, mediante las cuales el Hombre volaría dejando atrás los confinamientos sentenciados por un Minos que encarna los intereses del egoísmo y arrogancia del poder. O como si fuese la misma Galatea, a la que el apasionado Polifemo perdido de amor haría el sacrificio de ir tras de ella, con tal de tenerla, que es el amor por el saber. Como la Educación también es un desaprender, es necesario volver a correr los riesgos del atrevido Ícaro, sin importar que sea al precio de ver cómo se nos derriten las alas, con tal de aterrizar y hacernos cada día más humanos. Si la misma necesidad de ser libres y poseer lo más amado nos lleva a tener que volar para poder acercarnos a una luz, vale la pena cometer los errores siempre y cuando sean nuevos. Para que ningún a-lumno (sin-luz) no sea coartado en su búsqueda de iluminación bajo el chantaje de no poder acercarse al Sol, no hay otra opción que llenarse de imprudencia y atreverse, siendo previdentes y providentes en el actuar. Al amparo de la Educación adelantaremos la pesquisa por el Hombre en su naturaleza, vivencias y existencia; en su trabajo material e intelectual, generando conocimiento, afectos, vida y mundo; en su manera de reflejar el mundo mediante abstracciones y simbolismos, ampliando su propio horizonte y realizándose al humanizar su mundo. Esta causa de la Educación no se abrazará en el aire, porque se está pensando en aquella primera educación impartida por la madre gestante, en la de la familia y, en general, en aquella educación pública que sea para todos, gratuita y de calidad. Y esta Lección vendría a ser un producto ofrecido para que le sea útil a dicha educación, un referente en la formación de maestros y alumnos, tanto en la escuela como en el trabajo y en la vida. 16 Se integra la pedagogía y la andragogía en la antropogogía, sin ser en estricto sentido un vademécum o guía en la educación de los niños, ni pretende ser tratado de psicopedagogía, sino que se propone un método educacional con énfasis en la Antropogogía.. Es una concepción más general y holista; es la educación del Hombre en todo su ciclo vital, desde el útero hasta la plenitud de su Ontogénesis. es un método de aprendizaje que le copia a los procesos de desarrollo de los organismos (organizados) de la Naturaleza. Es una réplica de lo que saber hacer la Célula. No es forzando una pedagogía para adultos, ni una andragogía para niños, sino pedagogía y andragogía retroalimentándose y depurándose hasta constituirse en un método holista, siendo una y otra las carótidas de la Antropogogía. Es Educación para todos y en todo momento, cosa que cuando se hable de la Antropogogía estaremos dando cuenta de la Educación del Hombre en toda su ontogénesis, desde el vientre hasta su transformación. En principio se adquiere el conocimiento según sea la condición instintual, sensorial, percipiente, pensante y simbolizante, luego depurándolo a medida que el paso de lo conciente-razonador a lo consciente-intuitivo le permita desplegar la especial condición de observar, reflexionar, abstraer, esquematizar, formular y comunicar; luego, según sea el grado de desarrollo de su condición consciente de interpretar, comprender, juzgar, sentir, empatizar, comprometer, decidir, transformar y transformarse. Sobre los aspectos educacional y pedagógico, dicho holismo daría cuenta de un método necesariamente orientándose bajo el faro de una concepción del Mundo, la Vida y el Hombre. De ahí la temática referente a la Naturaleza, el Conocimiento, la Comunicación, la Ética, la Cultura y el Desarrollo Humano, concibiendo la Educación de un Hombre íntegro de animalidad, intelecto, racionalidad y a-racionalidad, emocionalidad, voluntad y finalidad. Estamos ante una visión pedagógica basada en la misma idea del desarrollo de la naturaleza viva, que es un proceso con su emergencia, curso y transformación; que recoge la herencia (génica) del acervo de experiencias vividas y conocimientos conocidos durante buena parte de la historia de la humanidad; sin caer en la tentación de formular recetas y con la mesura y prudencia de reconocer que no hay última palabra, ni se parcializa hacia una u otra concepción pedagógica. “abramos comillas… Tampoco se pretende poner un hito, a la manera prepotente y arrogante de los postmodernistas, ni que nadie hable de una pedagogía después de si yo fuera maestro, que hace dos mil cuatrocientos años ya Sócrates se preocupaba por una juventud díscola y renuente a educarse a imagen y semejanza, preguntándose ¿qué vamos a hacer con estos muchachos de hoy” Porque para empezar a conocer nadie tiene que partir de la nada (aprendizaje significativo), ya que el terreno se encuentra abonado y en la misma marcha del trabajo de uñas va uno dotándose de sus fundamentos. Esto nos lleva a la convergencia horizontal de todas las fuentes del conocimiento, tanto de la inorgánica-orgánica realidad objetiva, la somática y psico-racional del intelecto y el razonamiento, la racional y a-racional de las emociones, vivencias y sentimientos y la extra somática y trascendental dimensión del sentir altruista de la empatía de propósitos y finalidad. Como quien dice, a semejanza de esa Célula que es biosistema de estructuras y afinada por los agregados de su trabajo, a trabajar en equipo que ningún sistema podría existir quedándose totalmente aislado. Esta comunión trans-celular se daría más allá de la percepción sensible, no porque se trate de un misterio extra-sensorial sino por realizarse dicha comunión en un espaciotiempo n-dimensional mucho más complejo al tridimensional que nuestros sentidos nos tienen familiarizados. Y esta es la razón de ser del axioma “si existe, es porque no está aislado”. Así como no es tan cierto que no usamos a plenitud nuestro cerebro, el que no podamos percibir a flor de piel las evidencias que en todo momento nos muestran los sentidos, tal vez se deba a que aún no hemos aprendido a interpretar todo su real potencial, ya que los usamos a plenitud pero no sabemos darle lectura a los datos por ellos suministrados o filtrados. Ahora complementamos dicha deficiencia mediante el uso de los poderosos microscopios y nanomanipuladores a escala celular, molecular y atómica, pero tan sofisticados instrumentos no dejan de ser un producto humano. Un proceso de aprendizaje equivalente al de los organismos quimio-bio-psíquicos, donde el epígono es la Célula, así la moda sea hacerlo con respecto al Cerebro y sin que esto sea lo mismo, exige blindarse ante el riesgo de incurrir en concepciones, visiones pedagógicas y una Educación exclusivamente fisiologista. “abramos comillas… No vamos a concebir al ser humano (aprendiz) como un simple receptáculo ya definido por la herencia, el determinismo biológico y sometido a una inteligencia que sería una simple facultad (función) dada al nacer, sin posibilidades de ser modificada, ya que la Ontogénesis nos dice cómo la Célula va más allá de su aparente estructura monádica, individual y aislada. Recurrimos a los conceptos de organizado, holismo, estructura, gestalt, holográfico, constructo y cibernético para retomar la Célula en su compleja capilaridad de un sistema comunicacional, de plena comunión entre las mismas células con el todo del cuerpo que han conformado y con su entorno. Para no caer en los determinismos biológicos, o conductismos pedagógicos, echamos mano del incuestionable hecho de que hoy somos lo que somos merced a una originaria comunidad de células aglomeradas sin una finalidad pero sí con la competencia de entrar en trans-relación horizontal; sin jerarquías de soberano o gran hermano, son células madre (germinales, embrionarias). Éstas son las que han guiado nuestra ontogénesis, evolucionando por encima de los determinismos biológicos, desde la fecundación hasta y a través de todos los estadios de desarrollo. Sin entrar a discutir por ahora si dichas células tienen un propósito o finalidad, ya que la vida parece no haber sido producto de una finalidad de la naturaleza,digamosqueesamaneradelacomunidad de células funcionar en tendencia de evolucionar hasta ser “cuerpo y mundo”, sería un buen referente a seguir en la estructuración y configuración de cualquier teoría cognitiva, comunicacional y pedagógica. A partir de la existencia del mundo objetivo como realidad estructurada que siempre estará ahí independientemente de que haya o no haya organismos que la perciban, asumimos que sólo sería objeto de conocimiento en la medida que haya un agente que lo interrogue activamente, que con autoridad e irreverencia le notifique que no va a poner toda su arquitectura sensorial y conciencial para limitarse simplemente a reflejar una fiel copia de ella. Así, características y propiedades del objeto no sólo serían filtradas a través de constructos intelectivos para ser interpretadas según las personales experiencias y vivencias de un determinado agente cognoscente, sino que producto de dicha relación cibernética uno y otro en diferente grado podrían sufrir una que otra alteración, tal vez en mayor medida el Objeto. 17 No puede subvalorarse el determinante papel cumplido por el Objeto (mundo, realidad) en el fenómeno del conocimiento, ya que el Sujeto también sería afectado al entrar en coito con el Objeto. Una vez aquel permea a éste, auscultándole sus características, el Sujeto desata momentos de acomodación y asimilación tanto para adaptarse y transformar las condiciones del entorno, como para dejarse permear y sufrir la correspondiente alteración. Aplicada esta relación cibernética en el ámbito educacional o pedagógico ha servido para que los conceptos de “dirección” (gobierno) y “control” (obediencia), tan propios de la ciencia de la información con sus códigos comunicacionales, procedimientos, métodos y técnicas, sean copiados por teorías pedagógicas del tipo instruccionista con la idea de instrumentalizar desde el poder esas políticas educativas elitistas y discriminantes que acríticamente se han venido imponiendo por aquí y acullá; o que han puesto el concepto de autorregulación mecánica y automática al servicio de las pedagogías que organizan la educación tal cual se hace con una máquina. No obstante, es el momento de pensar en que también podrían ser fundamento para que las respectivas teorías consideren, por ejemplo, poner el énfasis en la autorregulación o auto-educación como libertad, autonomía y autodeterminación de la persona, puesto que tratándose de la “cibernética biótica” no podría ser nada distinto de la permanente comunión con el entorno; de la autorregulación dialéctica que sabe moverse en el tope detectando discrepancias y ajustándolas mediante la unidad y lucha de contrarios hacia el re-equilibrio; de la inteligente adaptación, asimilación, acomodación e interrelación con el entorno; de la autorregulación homeostática (constante re-equilibrio); y de los contenidos organizados holistamente y expresados en forma de holograma. Aunque la Educación per se no transforma al Hombre, ni hay que sentarse a esperar que se den las supuestas condiciones objetivas, sería un significativo avance poder aplicar la manera cibernética de comunicarse los organizados, puesto que además de generar procesos de ruptura con el statu quo también redundaría en la transformación del mismo hombre que está transformando las condiciones. Por tanto, cuando se hace referencia a la metáfora de la Célula para explicar y sustentar el porqué de nuestras propuestas comunicacionales, 18 educacionales y sociales, se está yendo a los fundamentos del Todo instintual, conciencial, racional, intuitivo y trascendental de los millones de células necesitadas de realizarse en su función ligándose y entramándose entre sí como un holotodo y no a la Célula como individuo aislado. Así holistamente, una Célula por más que se encontrare en la periferia no dejaría de comunicarse a través de todo el sistema tanto para afectar como para ser afectada. Sin dejar de estar abierta a reconocerse a sí misma y al grupo, interactuando, cooperando e intercambiando regalos, con capacidad de comprender su entorno para intervenirlo y mejorarlo, haciendo posible la construcción de tejidos, órganos y un cuerpo desarrollado (léase sociedad), lo que es una manera de priorizar la cooperación frente al individualismo. Y al hacer referencia de la condición de “organizada” es tomar nota de cómo es la realidad y cómo no debería ser la teoría que pretenda dar cuenta de ella, tomando diametral distancia y oposición de cualquier concepción mecanicista, puesto que no todo el entorno estaría ahí pétreo, sino que lo “organizado”es lo propio de la dialéctica relación entre la materia y los vivientes, los que interactúan permanentemente con un entorno sustancial y plásticamente susceptible de cambiar (se) y mejorar (se). En particular, los modelos pedagógicos de corte mecanicista no encontrarían ningún sustento en la metáfora celular, puesto que la Célula aupada por sus propósitos sólo sabe funcionar “cibernéticamente” de manera inteligente y autoreguladora; con capacidad de sentir, explorar y controlar elementos de su entorno; con capacidad de informar a las centrales neuronales y, por intermedio de éstas, a todos los puntos del cuerpo sus comportamientos de adaptación, asimilación, acomodación y, en general, de aprendizaje; con capacidad de iniciar las acciones correctivas una vez empiecen a presentarse las anormalidades, aunque algunas de éstas por no ser fortuitas sino manifestación de cierto proceso tendrían la virtuosidad de instaurarse como mutaciones. El sistema cósmico celular, modelado según una complejidad muy superior a lo mecánico, ante todo por ser un sistema orgánico, organizado y social se comporta como una organización flexible, inestable y proclive al cambio, que permanentemente está enriqueciendo las modalidades de relación, movimiento y transformación de su entorno y de ella misma. “abramos comillas… Si pudiera definirse con una sola palabra todo este trabalenguas de que la formulación teórica que quiera tener una fiel visión de la realidad necesita ser holista, organizada, gestalt-constructo, holográfica y cibernética, tendríamos que decir que estamos ante la mismísima Dialéctica. La Dialéctica de la contradicción y el cambio (negación de la negación); de la identidad, unidad y lucha de contrarios; de lo que “es” es y no es, y de lo que “no es” no es y es; de la acumulación cuantitativa; del progreso por saltos cualitativos; de los flujos retroalimentadores de transferencia de señales de avance y de retroceso (cibernética); y, en general, la Dialéctica de la Vida. Una vez descrita la manera de ir construyendo y desarrollando (estructurando) el Contenido temático como la Expresión o forma de estructurar la Lección misma, constituyéndola cinemáticamente en “holismo” que está en permanente construcción (gestalt-constructo), que no estudia de manera aislada cada una de sus partes constituyentes, sino que toma el Todo interactuando con todas sus partes de manera interdependiente y transrelacionada, faltaría agregar que también tenemos la pretensión de que en lo sucesivo cuando empleemos el término Lección (texto) se lo vea como “la construcción de un constructo personal”. Este propósito de poder hablar con y a través del “constructo personal” (Lección), no es ajeno a la preocupación de resultar en fallido esfuerzo como tantos otros que por no encontrar una manera menos academicista de abordar el problema de la esencia, la existencia y la vivencia del hombre han terminado por ahí malogrados en los estantes como un ladrillo más. Pero aún así ya sería mucho si, merced al principio de la inagotabilidad de las fuentes, consigue provocar e incitar a otros para que intenten sobre la misma temática las nuevas preguntas, interpretaciones, planteamientos, problemas, respuestas y parciales soluciones, lo que sería otra manera de descubrir. También se sugieren re-definiciones y reconceptualizacionesdenociones,conceptos,hechos y fenómenos, entre las que sobresale la redefinición delmismoconceptodeCompetenciaComunicativa. Que, entre otros, incluye esa manera inteligente de pillarlas todas así ¡tris! en el aire, pero no por arte de magia sino merced al desarrollo de un sentido panorámicofundamentadoenlosrigoresdenuestro quehacer experiencial, vivencial, existencial y conciencial; desde la cual surgirían esos “chispazos inteligentes” o ráfagas de intuición. “abramos comillas… Esto no se reduce a una competencia más entre tantas otras, ya que somos “Ello-Yo-criptoYo” merced a nuestra condición comunicacional. Es decir, porqué no pretender re-dimensionar y redefinir la competencia comunicativa si ésta podría comprender a todas las demás competencias. Vale seguir redundantes con tal de poder reencontrarnos con la Esfinge y establecer cómo entre todas las temáticas el principal hilo conductor es la Dimensión Comunicacional, la que empezaremos a explorar a partir de la “función cognoscente” del Ello-Yo-criptoYo, implicando a su vez una reflexión sobre el Conocimiento y su Comunicación, tanto en el acto de conocer y los procesos de conocer las cosas y conocer acerca de las cosas, como sobre la producción, transformación, evolución, utilización y comunicación de un conocimiento que estando al servicio de los valores públicos no puede permitirse que sea confiscado, ni privatizado, por poderosos o mezquinos intereses particulares. Otra encrucijada nos pone la tentación de equipar nuestra Lección con la construcción de una Estructura, del tipo cogito/cogni/cognoscitiva, pero ya estamos claros en que las cosas nos han de resultar a la manera de un Constructo. A pesar de ser éste y aquella hijos gemelos de la epistemología constructivista, la Estructura sería más apropiada para una metáfora del Cerebro, mientras el constructo-gestalt holista es un fenómeno que tendría más coherencia con la metáfora de la Célula. Y esta Lección habremos de constituirla a imagen y semejanza del fenómeno “Cuerpo y Mundo” que somos. Se ha recomendado enterarse previamente de lo que ya han dicho otros, no sólo para no incurrir en los mismos errores, sino, además, porque sólo los pedantes llegan a creerse que por sí solos estarían descubriendo la piedra filosofal, pero quién podría usufructuar tanto conocimiento ya producido sin entrar a darle el crédito a casi todos y a casi todo, así sea al riesgo de incurrir en el despropósito de considerar demasiados temas, vaciarse con abundantes noticias y tal vez hablar de mucho y entendiendo poco. Se ha valorado el escrito que no pierde en intensidad lo que trata en extensión, que logra la coherencia que sólo da la precisión de las ideas y el uso apropiado del lenguaje apropiado, pero ya embarcados nadie estaría exento de desviarse manejando sólo nociones al vuelo o de terminar contra su propio querer perdido en las “erudiciones” de los crucigramas. 19 Y el “mea culpa”no termina aún. Una ocurrencia de estas, así no le cueste nada al escribiente neófito que por serlo no pone en riesgo ninguna reputación personal, sí lleva el riesgo de tener que afrontar el veredicto de los lectores, y toca correrlo esperando que por lo menos a uno de ellos pueda parecerle novedoso, interesante y útil. Nos alienta el hecho de saber que cualquier intento de construir el “constructo personal” de una Lección sumerge a su artífice en el dilema, que casi siempre resulta falso, de no caer en la pedantería de una cascada de notas pie-de-página o en la frivolidad de lo coloquial; en el dilema de no caer en el apresurado y superficial tratamiento de muchas cosas con poca profundidad o en el esoterismo de tratar los asuntos a la manera refinada de fatuos especialistas. Si al escribir debe pensarse siempre en el destinatario, lo que es crearse uno mismo su propio público, también la preocupación pasa por la utilidad de lo que producimos, que en este caso está pensado en la formación permanente del docente. Este “constructo”, entonces, tendría en primera instancia como destinatario al docente de cualquier modalidad, a la par que puede resultar útil a los estudiantes universitarios y los profesionales de todas las disciplinas; pero, como también está pensado en función de las necesidades del mismo escribiente, es de desear que este producto le sea útil a todos y se ponga al servicio de los intereses de la cultura popular. Que sea un motivo más para que nadie se cohíba de cometer textos, que aún el más modesto de los aportes siempre tendrá la recompensa de ser semilla caída en tierra fértil, generándose así el ámbito para hacernos acompañar en nuestro viajar por la vida de la ilustre compañías de los anónimos lectores. Y si aspirar a usufructuar el merecimiento del público es asunto de alto riesgo que tiene su precio, y como no estamos ante juegos infantiles en el que uno pueda impunemente cortar chicanas para salirse con un “aunque no soy el más apto ni el indicado”, ante el hecho de someterse por primera vez a prueba son las dudas y un más que fundado temor los que han llevado a optar por uno de esos título del tipo “si yo fuera...“. Si yo fuera Maestro, trataría de estar a la altura de tanto honor, asumiendo el compromiso de corresponderle y retribuirle a la sociedad con creces el permitirme esta licencia de desentonar con un Canto General, divulgándolo en coherencia con mis afectos y convicciones, y puesto al servicio de la Educación. 20 Porque, sin falsa modestia, no estamos ante un autor y su obra, sino ante el escribiente de un “constructo personal” sobre obras de autores que sí llevan la impronta de haber configurado un cuerpo doctrinario. Que tampoco necesita ser consecuente con la sentencia de Laurence Sterne de que ningún autor que comprenda los límites del decoro pretenderá pensarlo todo, puesto que el respeto más profundo que se puede rendir al entendimiento del lector es repartir ese asunto amistosamente dejándole a éste mucho por imaginar y hacer. Ni van a encontrarse ante un escritor de aquellos que sí saben profundizar y realizar originales aportes con su interpretación personal, sino con alguien que sólo se quedará en la superficie reseñando las interpretaciones de divulgadores sobre obras de escritores y autores. Sólo en el caso de un edificio se construyen primero los cimientos. Claro, qué bueno poder presentar tanta especulación en forma de esos diccionarios que no requieren de la aduana de notas pie de página, pero quienes no fungimos de escritores podemos echar mano de otro recurso, el del Ensayo. Si las citas bibliográficas habrán de entenderse como la pista que se le deja al lector para que luego pueda profundizar en su leal saber y entender, me queda el amargo sabor de no haber prescindido totalmente de ellas, porque es como seguir haciéndole el culto a aquello de que esto que estoy escribiendo, y que es en lo que creo, tan sólo lo digo después de asegurarme que son otros los que han pensado por mí. Al no tener que buscar amparo bajo la dudosa autoridad de tanto “magíster dixit”, no tendría que entrar a transar filtraciones en la realización de nuestro sueño de sembrar y cultivar las ideas y las conciencias. Aunque las citas podrían utilizarse en la forma y estilo desarrollado por el erudito y crítico marxista Walter Benjamin (1892-1940), conformando mosaicos para darle cuerpo a la obra con base en citas, cuidándonos eso sí de no tomarlas indiscriminadamente, ni de mezclarlas arbitrariamente, ni de creer que de por sí una cita es blindaje de autoridad. De ahí que precavidos de no recurrir a citas provenientes de las tesis más diversas, en ocasiones no pertinentes al tema en cuestión o contradictorias entre sí, trataremos de emular ese intento de Walter Benjamin que pudo relacionarlas de manera tan magistral que sus escritos eran pensados más para suscitar la reflexión y toma de posición del lector que para atrincherarse en la torre de marfil de sus propios puntos de vista. “abramos comillas… Este viaje hacia la sincronización del Hombre con los ritmos de la Naturaleza, ya que los ritmos de uno y otra son de simpatía, quedaría como una guía introductoria sin la banalidad de pretender ser un tratado. Es una guía pensada para ser consultada a manera introductoria, a la que tal vez le hubiera bastado el rótulo de ser una compilación o glosario, sin las academicistas notas pie de página. Tampoco quiere decirse que estamos ante un simple pasatiempo, ya que si somos glosadores de glosadores no por esto vamos a dejar de estar a la altura de nuestros destinatarios, que en lo posible no defraudaremos su curiosidad de ir pronto a profundizar sobre lo que haya despertado su interés. Si la intención es describir y plantear de forma “aporética”, sólo insinuando compromisos personales con ciertas concepciones, dejando todo abierto y sin respuesta definitiva a la vista, que no se entienda que el escribiente va a caer en la comodidad de dejarlo todo al garete, ni que las ideas ajenas hablen por sí solas, ya que entre lo convenido también está responsabilizarse de ir asumiendo ideas propias, para mejor y para peor, que el lector sabrá en qué sitio las pone. Lo ideal sería abordar y describir todos sus vericuetos de una manera clara, fluida, sencilla y profunda, pero es altamente probable que quedemos en deuda. A mí que no me esculquen, que no tengo más camino que tomarme cualquier tipo de licencias literarias, con tal de poder desahogar lo que aún me atraganta, tanto de frustración como de regocijo, expresando muy a mi burda manera lo que vaya saliendo desde la personal cantera temática y conceptual. Por esa manía de “no poder no” reivindicarme ecléctico, otra vez la voz interior me aturde entre murmullos y voces acusadoras, llegándome la paranoia a tal extremo que me tropiezo con un escrito del académico Diego Guerrero afirmando que defender la pluralidad teórica e interpretativa y la apertura al diálogo, consustancial con la práctica científica, no impide rechazar toda forma de eclecticismo. Según Guerrero, por definición el “eclecticismo” siempre ha de resultar excesivo porque se basa en la incapacidad de ver que cualquier fusión teórica auténtica se produce por absorción, requiriendo que una sea la teoría absorbente y otra la absorbida. Aspecto este que no pude percibirlo a tiempo, tal vez porque en mi sentido y parecer lo “ecléctico” no iría más allá de su acepción primaria de “escoger”. “abramos comillas… A los ilustres acreedores y glosadores glosados, con su venia, vamos a hacer metáforas, sin poses de originalidad que dejen damnificada a la misma verdad. Es menos temerario saberse “copietas”, dando los respectivos créditos, que ponerse a dar porrazos esperando que en algún recodo aparezca la novedad, para luego pasar cuentas de cobro, como apostándole a que entre más afirmaciones gratuitas se lancen en algún momento el azar se cansará de no acertar. Que la publicación de un Texto tan árido se justifique sólo en la medida que se plasme en algún determinado trazo que se está al servicio de la causa de la construcción de un sentido de lo humano, de la vida y del porvenir de la humanidad. Que por lo menos aclaremos cómo casi toda esa jerga que usamos indiscriminadamente en cada una de nuestras disciplinas y profesiones, ya sea de tipo psicológica, lingüística, antropológica, naturalista, científica o tecnológica, en no pocos casos creemos dominarla aunque sin entenderla, impostando terminologías que no entendemos y, lo más grave, que no sabemos que no las entendemos. Que no nos pase lo que tan a menudo ocurre en la Filosofía, mucho más susceptible de ser invadida por “jerigonzas” con las que a menudo se hacen alardes de novedad y originalidad, cuando no dejan de ser ideas prestadas, totalmente simuladoras de saberes que no se tienen, reducidas a simples vaguedades, imprecisiones y resonancias verbales. Como no hubo forma de acceder a toda la literatura requerida, ni a la disponible, se optó por empezar a escribir con lo poco que se tuviere o fuese cayendo a la mano. La secuencia temática, el orden de los conceptos, pertenece al razonamiento mismo y al libre albedrío; su ordenamiento no ha sido impuesto caprichosamente por los contenidos, ni por un arbitrario mandato de la razón; son lugares comunes expuestos con enfoques, matices o intenciones diferentes que, por demás, podrían ser bien discutibles, pero que nos ha exigido ir más allá de lo que quiso decir determinado escritor o autor, tratando así, al interrogarlo, de comprender su sentido. Y si entre tema y tema las cosas no alcanzan la profundidad requerida, tocaría tomarlo cual si fuesen entremeses; si todo quedare reducido en una simple reflexión personal, por lo menos que no resulte neutra, sino que llegue a motivar decisiones y compromisos.; si consigue se identificado por su impronta personal, esto es algo. Sí, como siempre, pudo ser de otra manera. 21 Aunque su destino sea encontrarlo algún día expuesto en un arrume de libros invadiendo cualquier andén de no se cual ciudad y ofrecido a precio de baratija, que fue de la misma manera como pude hacerme a los viejitos que necesitaba volver a acariciar para salir avante en el despropósito de emular a quienes recobran la vigencia de los deshauciados, como Compay Segundo lo hace con el Buena Vista Social Club, tampoco se ha perdido mucho. Excepto mi tiempo, no se ha dilapidado del erario, ni de lo aportado por los contribuyentes; no escribo esto para justificar un año sabático o para algún escalafón, ni soy beneficiario ni agente de fundaciones que hacen su negocio cooperando y evadiendo obligaciones tributarias fungiendo de benefactoras. Si yo fuera Maestro. Acá en vuestras manos, el fruto de una ocurrencia surgida de convicciones y del patético prurito de los gomosos y diletantes que no se resignan a plantar y procrear, ni se sientan a esperar a los bárbaros. Tampoco es para caer en la manida costumbre de alardear de sabihondos y poner un ladrillo más en los anaqueles de nuestras salas, ni para abandonarlo a la vista del visitante e intimidarlo con libros inconsultos. Se aboga sí porque la presente Obra no quede por ahí refundida a ser consumida en la intemperie del olvido. Si entre el anonimato y el ridículo sólo hay un paso, toca estar predispuestos a asumir en todo su rigor el que alguien pueda señalarlo como la más extensa de las citas bibliográficas conocidas, así no se entienda porqué cuando se le copia a uno es plagio pero si a muchos es investigación o tratado. Pero bienvenida la crítica cáustica a hurgar entre la maraña del collage de temas a desarrollar, que algún tris de originalidad y utilidad habrán de encontrarle. No se espera más. No importa que sea un escrito prescindible y esté muy afectado por las limitaciones de su autor, el que nunca alcanzaría a ser merecedor de la calificación del poeta latino Horacio que ante su propia obra expresara “he acabado un monumento más durable que el bronce (exegi monumentos aere perennius)”. Un autor que hace gala de su condición de ser el vetusto y destartalado buldózer modelo 54 presto a empezar la faena del descapote, con la esperanza de que ya cada cual sobre tierra dura profundice en los cimientos hasta erigir otros escritos del tamaño de su leal saber, conocer, interés y compromiso. Y antes de caer en la cuenta de que también esto ya alguien lo dejó literalmente escrito, llevándome a desistir de cometer este burdo armatoste de cosas ya dichas por otros, y así de súbito me intimide con la posibilidad de verme hecho trizas y sometido a la sevicia y escarnio con que se apabulla a quien sea sorprendido en plagio, toca curarse en salud confesando que sí, que estamos ante un simple compendio de consultas bibliográficas sobre obras a las que nos aproximamos mediante lecturas sintéticas. Esto, porque nadie está exento de caer en las fauces de la malsana crítica, ni de ser expulsado del paraíso por incurrir en falta de originalidad, cuando lo paradójico es la misma Escuela que toda ella es un templo a la copia cultural, y no hay nada en la inteligencia humana que antes no hubiese habitado en la mente de otros hombres. Y si un recóndito pudor intelectual aconseja desistir y no meterse en honduras, sino aprovechar el tiempo en cosas más útiles, veo cómo ya lanzados no hay tutía. Ha sido un Canto del Cisne más. No hay manera de evadirse por la puerta falsa. Parece que lo más profiláctico es tomar conciencia de no poder evitar exponerse al escrutinio público. Ergo, “abramos comillas...7 7 Entre todos los textos y autores estarán otros no citados, por los que ahora también manifestamos nuestro reconocimiento, referentes a la información retomada de aquellos programas audiovisuales de divulgación científica (Discovery, History, Infinito), y entre los que destacamos muy especialmente “Redes” emitido por la televisión española bajo la dirección del maestro catalán Eduard Punset. 22 “abramos comillas… Hubo un momento ecuménico en el que se congregarían los más conspicuos pensadores de su época para plantearse las preguntas fundamentales, que serían las mismas nuestras de hoy, como si desde siempre no hubiese nada nuevo bajo el Sol (nihil novum sub sole). Y decir “nada nuevo bajo el Sol” no se refiere a cosas, hechos o fenómenos, sino a las Preguntas por la Materia en Movimiento o sobre las cosas de la totalidad del Universo, que siempre ha podido hacerse la inteligencia humana, encontrándonos conque no han dejado de ser las recurrentes preguntas. Sólo que en cada momento estamos ensayando respuestas, cuidándonos de no abusar en repetirlas porque sería como haber estado siempre cometiendo los mismos errores, mucho más cuando toda posible respuesta nunca dejará de serlo a manera de una hipótesis más, sin llegar a una solución definitiva. Es como si el Todo estuviera emergiendo de una misma esencia o contenido, conformándose agregadamente en las poliédricas formas de infinitas configuraciones expandiéndose por entre sus múltiples dimensiones; como si en todo tiempo se dieran las mismas condiciones y situaciones precisas para estarse haciendo en cosmos (Uno); como si la naturaleza tuviese el atributo de pensarse a sí misma a través de cierta inteligencia universal; como si las cosas se dieran tal cual lo avizorara Diógenes de Apolonia, en cuanto a que la evidencia de una pluralidad de seres implicaba que sólo serían alteraciones de un mismo ser. El tema dominante por aquella época era sobre lo Uno y preguntarse por el Uno suscitaría pensar que el Universo funcionaba como un colosal reloj de El Gran Concilio exactísima precisión, pero tocaría indagar entonces a la realidad para que nos diga si los movimientos no están repitiéndose en eterno retorno, ni haciendo constantes las cosas; o si la Materia está en permanente y creciente movimiento en espiral ascendente entre avances y retrocesos, sin repetir ciclos, de-en-por-para-hacia la Vida. Preguntar, condición del Maestro Plantear preguntas fundamentales y estar tras la búsqueda de sus respuestas es la credencial para ingresar al Gran Concilio, instalado en el Medio Oriente por allá 2.500 años atrás y de una grandeza a la medida de los grandes maestros participantes en él. Aún retumban las preguntas sobre si el Cosmos es Uno con varios universos, o si lo Uno es el Universo con varias dimensiones; pero una voz del sentir entraño nos hace intuir que, en nuestra limitada inteligencia humana formando parte de la inteligencia universal, el Uno o el Todo sería el mismo Cosmos que raudo y con la Vida entre su tripulantes va inmarcesible e inexorablemente expandiéndose eternamente, sin comienzo ni final. Preguntar bien es hacer uso de las clásicas ocho circunstancias alrededor de las cuales se interroga sobre lo que una cosa “es”: ¿Quién?, con respecto a la persona; ¿Qué?, con respecto al hecho; ¿Dónde?, con respecto al lugar; ¿Por qué medios?, con respecto a los medios; ¿Por qué?, con respecto a los motivos; ¿Cómo?, con respecto a la manera; ¿Cuándo?, con respecto al tiempo y ¿Por qué no?, con respecto a desterrar del glosario personal la palabra “imposible” (no se puede), aunque también es frecuente considerar preguntas como ¿para qué?, ¿de qué?, ¿a qué? 25 El único riesgo a correr por preguntar bien es el de aprender la lección, tal como en reciente entrevista nos lo dice el realizador español Pedro Almodóvar que, a propósito de explicarse su agnosticismo, recuerda cómo éste le surgiría a los 10 años cuando no sólo empezaría a formularse las preguntas que uno se hace a lo largo de la vida -¿de dónde venimos? y ¿cuál es nuestro sentido aquí en la tierra?-, sino que después de abrirle a la religión la posibilidad de respondérselas se encontró con que al cabo de los años nunca recibió aclaración alguna de su plena satisfacción. Hoy se nos invita a participar en el Gran Concilio para tener la oportunidad de abandonar certezas, acrecentar la virtud de saber que ignoramos y poder refugiarnos en nuestra propia impotencia. Nos disponemos a entrar en la comprensión de la grandeza y complejidad de la materialidad del Mundo en el que ha surgido la Vida y se han diversificado los mundos inorgánicos y orgánicos, evolucionando hasta producir el animal más complejo de la Naturaleza, el Hombre. Toca ir pertrechados de una fundamentada concepción sobre el Mundo, la Vida y el Hombre, planteándonos sus problemas y tratándolos a la luz de teorías, experimentaciones y vivencias cotidianas, en la idea de poder configurar el camino que nos ponga en la ruta de lograr un aproximado conocimiento verdadero sobre las cosas, los hechos, los fenómenos, los procesos y las situaciones de la Materia en Movimiento. No importa si el precio del boleto de entrada es evidenciar desde temprana edad cómo nos vamos despojando de creencias y quedamos inmersos en el ámbito de cierto agnosticismo ¿ateísmo? Es un buen pretexto para no seguirle endosando a instancias externas la responsabilidad de la búsqueda, decididos en cambio a no pasar por la vida sin por lo menos habernos hecho dichas preguntas sobre el Mundo, la Vida y el Hombre, las que desde niños tuvieron que inquietarnos, pero cuyas respuestas no dejarán de ser hipótesis. Como hipótesis han sido las explicaciones del big-bam, la expansión, la contracción, el calentamiento, el enfriamiento, la finitud, la infinitud, el agotamiento y la eternidad sobre el Cosmos, los agujeros negros, los agujeros blancos, los agujeros de gusano, las 10 dimensiones del espacio-tiempo según la “teoría de las cuerdas” y las 11 dimensiones del espacio-tiempo según la “teoría de las membranas M”, entre otras. Por donde quiera que miremos tendríamos que conmovernos y preguntar por la razón de ser de esa infinitud de cuerpos orgánicos e inorgánicos 26 que nos rodean, ya sea mostrándose en forma de fuerzas, partículas, átomos, bacterias, plantas, animales, atmósfera, planetas, estrellas, galaxias, nebulosas y cosmos, con la propiedad común de ser Materia en Movimiento; o en forma de realidad objetiva existente fuera de nuestra conciencia que no depende del Hombre ni de ninguna otra conciencia, ya que la misma conciencia no es más que el producto de los desarrollos de la Materia en Movimiento, pero que sólo sería conocida en cuanto experimentemos la Vida existiendo como sujetos cogitativos, cognitivos y cognoscitivos. Si lo que existe no es objeto de conocimiento por parte de un sujeto cognoscente, así fuese objeto sólo para ser pensado a través de nuestras especulaciones, es como si no existiera. El tipo de problemas planteados, la forma de plantearlos, la manera de tratarlos y los procedimientos seguidos, no sólo para obtener un conocimiento verdadero, sino para buscar y encontrar respuestas y soluciones a las situaciones problemáticas, han venido configurando un camino del saber, que en sus comienzos fue de mitos y ahora lo es de ciencia; saber que a medida que se adquiere nos hace sentir la necesidad de participarlo para que sea Objeto de conocimiento, tanto conocimiento conocido como por conocer, mediante el más humanizador de los procesos, el de la Educación. La Educación es una de las gestas épicas determinante de la historia, ya que a medida que lassociedadesvanevolucionando,transformándose y desarrollándose en los modos de producción concomitantes a cada una de las formaciones económico-sociales,dondeprimerosereflejanestos cambios es en la Educación, la que va asumiendo los contenidos, las formas y las instituciones acordes con la ideología de quienes en determinado momento ostentan el poder de imponerle sus particulares intereses a la división del trabajo. En la historia, la Educación precede y le sobrevive a cualquier institución social. Cuando aún la división del trabajo era natural, sin distinción entre trabajo material e intelectual, y en relación directa con la naturaleza el hombre producía en comunidad sólo lo que determinaran sus mismas necesidades, se daría el acto más representativo de la sabiduría humana en toda su historia, cual es la producción y el dominio del “fuego”; por consiguiente, el hecho educacional más significativo sería la enseñanza y transmisión de este saber de generación en generación por maestros que aún eran iletrados. El Gran Concilio Maestros In situ El que toda manifestación de vida implique hechos de inteligencia y aprendizaje nos muestra a la Naturaleza como la gran educadora, tal cual esos ciclos educacionales que pudieron cerrarse en eventos de “especiación”. La Educación no es un atributo exclusivo del Hombre, ya que desde tiempo ha ella le precede a éste. Quienes guiaron a sus congéneres en las primeras grandes migraciones de homínidos necesitaron ser grandes maestros, igual que la matriarca elefante que, además de conducir a su propia cría en un aprendizaje de nutrición, convivencia y supervivencia brindado durante 10-14 años, también logra conducir exitosamente su rebaño a otras praderas y aguas, consiguiendo así no sólo la supervivencia de los suyos sino enriquecer el aprendizaje acumulado sobre trochas, senderos y caminos que se trillarán nuevamente por las sucesivas generaciones en su recurrente ir y venir a través de las temporadas. La Educación es co-sustancial a todo lo “organizado”, requerida por todos los organismos vivos y sólo de manera particular por los animales superiores, entre estos el Hombre. La diferencia entre el Hombre y el Animal sólo es un asunto de grado mas no de sustancia; que por creer que los animales no sienten u ostentan la competencia educacional no terminemos tratándolos a las patadas o embriagados de sadismo en tardías plazas de toros. Siempre hemos tenido que educarnos y contar con maestros, ya fuese para ser guiados como rebaño, como hormigas pensantes o como sujetos conscientes, actuantes y protagonistas, desplegando así nuestra condición de animalidad, racionalidad, irracionalidad, emocionalidad y humanidad que supuestamente nos tiene en la cúspide jerárquica de la Vida. Desde antes de la Eva raizal de las praderas de África venimos acumulando conocimientos del medio externo de ríos, valles, montañas, desiertos, climas y poblaciones, aplicándolos (método) para desplegarnos, asentarnos y organizarnos en lo social, lo económico y lo político. De no ser por los Maestros “in situ” de aquellos primeros tiempos, hoy no estaríamos poblando el Planeta en el orden de siete mil millones de congéneres. Una vez constituidos en especie humana fue necesario garantizar que generación tras generación no se perdiera el saber producido dentro de los mismos habitáculos de las cavernas, donde merced al instinto educacional pudimos trazar el plan para en colectivo enfrentar una fiera, un animal de caza o un enemigo, o idear la manera de protegerse de las inclemencias del medio, o de migrar en búsqueda de condiciones convenientes y organizar el asentamiento de su comunidad, entre tantos otros aprendizajes. La Educación humana como tal surgiría 800 mil años atrás con nuestro antepasado pitecantropus erectus (Java), según fósiles descubiertos en 1890 por el médico holandés Eugene Dubois, que antes de requerir la división del trabajo pudo desplegar cierto quehacer educacional para compartir el conocimiento sobre la elaboración de las herramientas y armas de piedra que le permitieran en colectivo cazar o enfrentar a los grandes animales, redundando esto en la necesidad de vivir en sociedad para garantizar los aprendizajes. Ya en los albores de la civilización humana, la Educación le permitiría al Hombre desarrollarse según su actividad material e intelectual plasmada en la construcción de los grandes monumentos de piedra (cultura megalítica) que le llevarían a concretar su pensar e imaginar en la transformación de su entorno en la medida de la construcción de majestuosas edificaciones como murallas, torres, pirámides, jardines, riegos, armas, ciudades y todo tipo de obras erigidas a través de los tiempos y en todos los lugares de la Tierra (África, Asia, América), ya fuese en nombre de la Naturaleza, de los dioses o del hombre mismo. Ad honorem En el desarrollo progresivo de la actividad material e intelectual del Hombre una cosa es conocer y otra llegar a saber, ya que mientras el conocimiento sólo nos sirve para ganarnos la vida, en cambio el saber nos sirve para vivirla, y nada tan complejo como participar de ese saber que en todo tiempo ha tratado de encontrar las respuestas a preguntas fundamentales.8 Las preguntas fundamentales sobre la Materia, el Movimiento, el Tiempo, el Espacio, el Comienzo, el Final, el Infinito, el Mundo, la Vida y el Hombre son tan antiguas como el Hombre mismo, aunque sus respuestas tal vez no tengan tanta tradición, al menos que todo el legado pictográfico y artesanal encontrado, por ejemplo, en las cavernas de Altamira sea producto de una preocupación por reflexionar y responder preguntas del mismo tenor. 8 Las respuestas a las preguntas fundamentales sobre la Materia, el Movimiento, el Tiempo y el Espacio pueden incluso llevarnos a sin sentidos como las aporías de Zenón (“la flecha de Aquiles”, “la tortuga y la liebre”) . El Gran Concilio 27 En gracia de especulación demos un salto por encima de los tiempos para situarnos en uno de los momentos excepcionales de floración de preocupaciones filosóficas, fecundadas por el quehacer antropogógico de grandes maestros. Pero así como es tan difícil determinar el grado de especulación y veracidad de leyendas que con el tiempo se van haciendo creíbles, como las del rey Arturo, Marco Polo o Carlomagno, tampoco por ahora se nos pida precisar si el Gran Concilio de Maestros pudo darse como un hecho histórico. Y, ¿porqué no?, si por la temática tratada, en efecto sí pudo darse. Imaginemos que por la pléyade de maestros orientales de la época pudo haberse realizado el excepcional y crucial encuentro de maestros, en un tiempo en que empezaba a florecer cierto pensamiento universal sobre la concepción del Mundo, de la Vida y del Hombre. Época de contemporáneos maestros con escuelas y legados como los de Zaratustra, reformador religioso persa y fundador del zoroastrismo o mazdeísmo; Lao Tse y sus discípulos (Chuan Tzu, Yan Hui); Buda (Zàkyamuni, Gautama o Siddhartha), “el sabio”, el “solitario” de los zàkyas y sus discípulos; Pitágoras y su escuela, Tales y Anaximandro de Jonia, entre otros. ¿Porqué no?, si especular sobre un supuesto Gran Concilio rayaría en una ficción similar a la ficción de “occidente”. También nos sirve de pretexto para dar cierto rodeo por los mitos, remontándonos sobre esa Ola que desde los siglos (-VIII-VI) nos ha legado de China, la India y el Mediterráneo mucho de lo que hoy somos. Situados en aquel tiempo y lugar, pudo haberse empezado a plantear por ejemplo el problema del dios único, proveniente de Zoroastro y promulgado desde un milenio atrás por los Hicsos en el Egipto de Akhenatón, y que ahora era asumido por el contemplativo y dialéctico Lao Tse9 y por el imperturbable Buda con su testimonio de vida justa va en búsqueda de la felicidad eliminando el deseo y el sufrimiento. De Buda también todos esperarían su exposición sobre el principio o regla ética de la Empatía, el mismo que en la actualidad rige la convivencia entre ciertas comunidades africanas bajo el concepto de “Ubuntu”, ya que “yo no soy, somos”. Cuando prescribe que nadie puede hacerse humano, sino a través de las otras personas, encontramos vestigios de Ubuntu o la Empatía. El día que nuestra humanidad sea hacia otros y se de la solidaridad entre los iguales que por naturaleza somos, porque “una persona es una persona a causa de los demás”, seremos sociedades más horizontales y menos jerarquizadas disfrutando plenamente el derecho a la felicidad. Nadie es más que nadie. Se pregunta Ernest Hemingway ¿por quién doblan las campanas?, ¿Será por mí? Entonces, trasladados al momento y lugar tan crucial para la historia de la humanidad, en el que pudieron contactarse y transculturizarse los pueblos, naciones, religiones y culturas del Oeste con el Este, aprovechando esta confluencia de circunstancias y contingencias a alguien se le pudo ocurrir que era la oportunidad de convocar a los sabios de la época para identificar el gran rasero de la humanidad, que es el mismo del Mundo, la Vida y el Hombre. Son tiempos de una irrepetible encrucijada de historias que pudieron darse una cita en el floreciente imperio persa, cuyo soberano el gran Ciro, y esto también es imaginación, no fue presa de la desquiciada obsesión de mancillar la dignidad de los sometidos e indefensos pueblos, ni de arrasar con las otras naciones y culturas, sino que en comunión con la humanidad optaría por facilitar la realización del más ecuménico de los eventos, en el que delegaciones de naciones de las más diversas lenguas, religiones, costumbres y culturas pudieron congregarse alrededor de una inmarcesible llama sagrada. Estamos setenta años después de la primera incursión de Nabucodonosor en Jerusalén, sometida ésta al prolongado sitio de su primer destierro, con Babilonia bajo la férula de Ciro el grande, el soberano que proclamaría el famoso Edicto autorizando el regreso de todos los cautivos a sus patrias, siendo la propia voluntad del profeta Daniel no regresar a Jerusalén, capital de Judea,10para quedarse en cambio organizando la realización de una gran asamblea universal de doctrinas, la que también pudo conocerse como el primer Gran Concilio universal de las culturas. Serían convocadas todas las escuelas arraigadas en el nuevo imperio Medo Persa, lindante con el 9 Se cree que la dialéctica de Lao Tsé se inspira en la del Yi-ching o libro de las mutaciones. 10 Posterior a Salomón la tierra prometida pasaría de doce naciones (tribus) a dos grandes regiones, Israel y Judea, con Samaria y Jerusalén como sus capitales, respectivamente. 28 El Gran Concilio gran río Indo al Este, el gran río Nilo al sudoeste, la costa oriental del mar Mediterráneo al Oeste, el mar Egeo al noroeste, los mares Pounto Euxino y Caspio al norte, el mar Rojo y el mar Eritreo en latitud del trópico de cáncer. El Imperio incluiría mares, naciones, pueblos, lenguas, religiones y culturas como la Etíope, Egipcia, Palestina, Asiria, Caldea, Babilonia, Persa, Meda, Acadia, Lidia, Jonia, Egea y Mediterránea oriental. El evento contaría con el irrestricto aval de un entusiasta Ciro, algo impensable con Cambises, motivado porque también en las nuevas tierras se tenía la preocupación por la creencia en un único ser supremo. Y la oportunidad de reflexionar sobre la unidad sustancial del universo, nutrirse de esas doctrinas inspiradas en el amor y hacerse a los más sabios conocimientos sobre el descubrimiento de las estructuras de la realidad del hombre y de los misteriosos cielos, la aprovecharla a plenitud. Por su sabiduría Daniel se mereció el respeto del Gran Ciro, al enterarse éste cómo a expensas de las convicciones y videncias de Daniel años atrás el rey Nabucodonosor en el apogeo del ejercicio de su poder también haría votos por la causa de un único ser supremo, así fuese al precio de considerársele desquiciado, además de haber conseguido las sucesivas conversiones de Nabonid, Belsazar y Asuero. Asuero, que podría ser el mismo Darío el Medo, accedería a las súplicas de su favorita Ester en pro no sólo de la vindicación de su desarraigado pueblo, sino también de la libertad de un compañero de Daniel del primer cautiverio que acababa de caer en desgracia prestando sus servicios en la corte, lo que se le concedería no sabemos si a Misael, Azarías o Ananías, pero sí a quien se hacía llamar Mardoqueo. No quedó escrito, pero parece que Daniel sería correspondido con la más selecta de las representaciones de la época, contando con las nutridas delegaciones de discípulos y mensajeros de las doctrinas de Zaratustra, Tales de Mileto, Anaxímenes, Anaximandro, Pitágoras, Buda y Lao Tse, entre otras. También se invitarían otras escuelas de los extremos del mundo, logrando que entre los invitados especiales honraran con su presencia, así decía en la esquela, los maestros Pitágoras, Anaxímenes de Mileto, Buda y Lao Tse, entre otros, comentándose luego cómo la atención se la robaría un retraído e imberbe jovencito llamado Heráclito, que llevado por algún maestro de la delegación de Éfeso no le perdía paso al viejo Lao Tsé, escuchándole deslumbrado el pensamiento de que nada es estático y todo fluye entre contradicciones dialécticas (dialéctica de los contrarios) como las del vacío y la plenitud, la vida y la muerte, la inocencia y la corrupción. Y sobre el pensamiento de Lao Tsé que todo está en permanente cambio y haciéndose siempre, que “existe lo inmutable por entre lo mutable”, Heráclito llegaría después a la conclusión de que en tanto el agua parece que fuese la misma no podríamos bañarnos dos veces en el mismo río. Hubo otras presencias igual de importantes como la variedad de esotéricos magos y sabios, destacándose cierta delegación que decía ser portadora de los testimonios sobre los conocimientos astronómicos y matemáticos de una civilización ¿Maya? de allende los mares y continentes, erigida sobre el mismo lugar donde sesenta y cinco millones de años atrás pudo caer el colosal meteorito, lo que despertaría la curiosidad de todos. El sin igual Evento, asistido por contertulios tan conspicuos, se realizaría en cierto lugar sagrado al sur del mar Caspio, en las montañas Elburz, alrededor del inmarcesible fuego sagrado11 donde Zaratustra avizorara dentro de sus llamas que, en plena lucha entre Ormuzd encarnando el Bien y Ahriman representando el Mal, nos gobernaba un Único ser supremo y se daría la redención divina de un paraíso para los buenos y un infierno para los malos, ya que tan necesario era un principio como un final. Esta revelación sería el tema central a tratar en la Asamblea, en conmemoración del ciclo de cien años de la partida del Maestro Zaratustra, último de los Zoroastro.12El sitio pudo ser la ciudad de Bactriana (Baktra), por haber nacido allí el Maestro, o el monte Berezaiti de la cordillera Elburz donde pudo haber muerto el primer Zoroastro y se perpetuaba aquella inextinguible llama sagrada. Mas, un largo e intenso invierno glacial impediría 11 Esta tradición del eterno “fuego sagrado”, equivalente a la bíblica zarza ardiente, es muy normal para una región con las mayores reservas de hidrocarburos (ges, petróleo) del Planeta, donde son varias las llamas que aún arden por consumir algún escape de gas. 12 Se habla de diferentes Zoroastro, que se sucederían en el tiempo, siendo que no se ha podido constatar si Zoroastro vivió hace 3500 años, o hace 3000 años, o hace 2500 años. El Gran Concilio 29 la masiva presencia de los delegatarios, obligando que a última hora se trasladara la sede hacia el cálido verano del sur. Sería tal vez en la ciudad de Susa, cercana al santuario “Chak Chak”, donde doscientos años después Alejandro fundaría a Persépolis. La Convención, que inicialmente fue citada para la región Meda, cerca del Cáucaso, se realizaría en la región meridional Persa del nuevo y gran imperio. Los delegados se congratularían por el nuevo lugar, tan generoso en condiciones climáticas, geográficas y culturales; aprovecharían su estadía para escuchar leyendas de primera mano como la redención y tránsito por esas tierras del “Arca de la Alianza”, la que habría sido construida siete siglos atrás en madera de acacia enchapada en oro por el gran artista Besalel, para que en ella se salvaguardaran las pétreas tablas que testimoniaban la ratificación de una Alianza pactada en tiempos de Abraham y renovada por el pueblo de Moisés. No se organizarían por mesas temáticas, ni de trabajo, ni ningún tema se trataría de manera compartimentada, sino que en plenaria permanente tratarían sobre los mitos, la poesía, la religión, la naturaleza humana, la naturaleza de las cosas, la astronomía y, en general, la cosmogonía. La discusión sobre el tema central de la Asamblea tuvo que ser ampliada a petición de la delegación egipcia, que quiso tratar sobre el problema de “lo Uno y lo Múltiple” y el problema del “Ser”. Esto sería secundado por los hinduistas que venían muy dispuestos a compartir su idea de que la multitud de cosas y acontecimientos que nos rodeaban no serían más que manifestaciones de una misma realidad última, que lo Uno era la estructura o contenido esencial del Universo, mientras que otros concebían este Uno como si lo inanimado y lo animado formasen parte de una misma materia dotada de vida y de espiritualidad. Durante los recesos, las delegaciones se retirarían a sus respectivas tiendas o aceptarían invitaciones de otras delegaciones, que era lo más frecuente, para afianzar sus relaciones y compartir reflexiones sobre sus fundamentos doctrinarios. Todas las reflexiones iban dejando pocas respuestas y muchas más preguntas. La delegación egipcia aclaraba que no se sentían cómodos si les miraban el ejercicio de su concepción y conocimiento cosmogónico y científico como un asunto de hierogramáticos que reducían la realidad de las cosas a imágenes 30 hieroglíficas; ni que sus conocimientos sobre el corazón que conoce y la palabra que crea las cosas podrían reducirse a una artesanía de la escritura, cuando en verdad su preocupación era por la concepción de lo Uno o ser Único que por ser multiforme y poseer millares de ojos y oídos estaría presente y estable en todas las cosas, conteniendo a todos los demás dioses; para quien los elementos físicos como el fuego, el aire, la tierra y el agua serían la alquimia de sus sucesivas almas, yendo tras la correspondencia entre la armonía física del universo y la armonía moral y política de la sociedad, y develando los factores perturbadores como el sufrimiento, la muerte y el pecado que alterarían la marcha perfecta del mundo. Los maestros babilonios, herederos de la cosmogonía sumeria y semítica, tampoco serían ajenos a una representación sistemática del universo y del hombre, argumentando cómo admitían la identidad del nombre con la cosa significada para concluir que sólo existía tan sólo lo que tiene un nombre; cómo su cosmogonía se fundaba en el Verbo creador del movimiento hacia la unidad, de la formación del universo y de las cosas de la naturaleza; el que primero separaría el Cielo y la Tierra, con las estrellas como imágenes de los dioses, y luego sería fijado el nombre de Marduk, el dios que ha creado, ordenado y regido todo tanto para los dioses del Cielo, la Tierra, las aguas y los infiernos, como para las divinidades del Sol y la Luna, las fuerzas de la naturaleza y ese humilde e insignificante hombre que naciendo inocente estaría condenado a servir a los dioses y a cargar con la mancha de las faltas cometidas por ellos en su nombre. El tópico adelantado por los discípulos de Buda, el iluminado, giraba desde el problema de la infinitud del espacio, la infinitud de la conciencia y la infinitud de la nada, hasta el crucial problema del “dolor”. Planteaban que el “dolor” se generaba por esa gran calamidad de tener “deseos”, que la mayor falta era tener codicia y la mayor carencia era tener ambición; que debido a lo empírico, objetivo y subjetivo de la realidad existiendo en tránsito y dolor, el nacimiento es “dolor”, la vejez es “dolor”, la enfermedad es “dolor”, la muerte es “dolor”, la unión indeseada es “dolor”, el “deseo inalcanzado” es “dolor” y la separación de lo amado es “dolor”. Entonces, la supresión del “deseo” sería el camino sagrado hacia la supresión del “dolor” o sufrimiento, ya que proscribir y renunciar al “deseo” sería el punto de partida para desandar El Gran Concilio la fe pura, la voluntad pura, el lenguaje puro, la acción pura, los medios de existencia pura, la dedicación pura, la memoria pura y la meditación pura, siendo el punto de llegada la contemplación pura, puesto que sólo el que sabe contemplarse tendría suficiente. La delegación de Buda continuaría explicando cómo el “deseo” es fuerza psicológica de nuestro interior y faceta de sí mismos; cómo se nos exigía “vencer el deseo” para liberarnos de la lujuria, la pasión, la avaricia y la muerte; cómo para poder lidiar con la angustia de vivir y para entender y dar solución a los problemas de la vida, requeríamos empezar por transitar el“sendero de la iluminación”, que es un método de moralidad, =>meditación, =>sabiduría: ¡camino a la libertad! Y como toda cosa objeto de conocimiento y todo sujeto perceptor que naciere en dependencia de otra cosa quedaría desprovisto de permanencia, como toda verdad sería una búsqueda y como el ser permanente sería imposible de aprehender, sólo el cambio universal sería la ¡verdad suprema! La discusión central se daría alrededor del hecho de que cuerpo y mente no serían dos sustancias separables, sino en permanente e indisoluble comunión. Incluso, alguien se atrevería a sugerir que tanto el cuerpo como la mente y las cosas del mundo conformaban una unidad. ¿Como para concluir que según el Buda-ismo, tanto el cuerpo, la mente y el mundo se condensan en nuestro cuerpo? Si somos las cosas del mundo, estaremos atentos a si el Buda-ismo fundamenta la noción de “Cuerpo y Mundo” de Merleau-Ponty. La delegación del viejo Lao Tsé (Tan Li) exponía cómo antes del Cielo y de la Tierra hubo un inmenso ser-madre del mundo de naturaleza indeterminada y perfecta, ni femenina ni masculino, que silencioso se erguía solitario e inmutable y circulaba por todas partes sin alterarse jamás, el Tao, que no viene de nada y de donde vienen todas las cosas por un proceso de devanamiento; que es principio animador del movimiento vital; que da vida a todos los seres y luego los nutre, les hace crecer, los cuida, los acaba, los lleva a su madurez, los conserva y los traga; y del cual salen todos los seres, pero que 13 14 después de haber recorrido el ciclo evolutivo que les es propio regresan a él. Mientras que otro de los discípulos explicaba cómo la disciplina de la respiración favorecía la concentración espiritual y el dominio de la energía pasional, pudiendo entonces franquear el espacio, abarcar el pasado y el futuro y actuar sobre los seres y las cosas. Así, entre una y otra exposición, en una tienda seguían escuchándose los relatos sobre cierto pueblo que seis o siete siglos atrás emprendería un éxodo con el fin de reencontrarse con ese Único ser supremo, en medio de digresiones que detallaban cómo durante la ratificación de la Alianza en el Monte Sinaí, que había sido pactada seis siglos atrás por Abraham13, a Moisés aún le retumbaba la revolucionaria reforma del malogrado Faraón Akhenatón (Amenofis IV), resultando paradójico que fuese el pueblo cautivo de Moisés quien precisamente se hubiese nutrido de la gesta religiosa sobre un único Dios adelantada por tan carismático faraón; cómo Zoroastro, cientos de años antes de aquel éxodo, ya había pactado una alianza con similar propósito; cómo cien años atrás del pacto de Moisés en la misma patria de Zoroastro ya había ocurrido otra ratificación de esta alianza cuando llegó de Egipto la hermosa reina, enviada de regreso a su patria por Akhenatón una vez que la burocracia sacerdotal empezara a sospechar de su ascendiente oriental Hicso, con la misión de divulgarla y ratificarse en la fe de un dios único; cómo otros referían que cuatro siglos después se consumaría la alianza entre el rey Salomón y una reina persa oriunda de los valles cercanos al sur del Cáucaso, como otra manera de ratificar cierta Alianza.14 Otro grupo de sacerdotes comentaban sobre la ocurrencia de otro éxodo, mucho más reciente, que se estaría dando en tierras del otro extremo de la Mar Océana ¿enYucatán?, una vez que sus sabios astrónomos y matemáticos detectaran cómo la Tierra empezaba a quedar desprotegida de las inclemencias de los vientos solares, debido a cierto proceso de debilitamiento de la intensidad de la fuerza del campo magnético de la Tierra. Se referían al pueblo que pudo auscultar en los confines de nuestra Galaxia el movimiento de El escenario del monte protector de una zarza ardiente que no se consume, es recreado por el pasaje bíblico donde Moisés sube al monte Horeb para observar, dentro de las entrañas de dicha llama, una tierra prometida; y el de un continente perdido es personificado por el mito del escape del laberinto donde muere Ícaro y sobrevive su padre Dédalo. Sobre la tan mentada promiscuidad de Salomón, podría ser cierta estratagema para expandir la ratificación de la Alianza, desposando a reinas de otras naciones como Egipto (una hija del faraón), Etiopía, Saba, Acadia, Asiria, India y Persia, entre otras. El Gran Concilio 31 las estrellas, en particular del Sol y sus planetas, con la Tierra dándole una vuelta al Sol en 365 días y un cuarto, mientras que Venus lo hacía en 584 días; descubrir la función del número Cero (0); diseñar y aplicar el más exacto de los calendarios basándose en la relación de los ciclos de la Tierra, la Luna y el Sol con en Universo; que, conocedores del momento exacto del cambio de las estaciones, pudieron implementar el más eficiente sistema de canales de riego para sus cultivos; expresar su cosmogonía construyendo las descomunales pirámides para sus comuniones, pero interpretando el debilitamiento del campo magnético de la Tierra como el mensaje de que tenía que tomarse la decisión de emigrar. En otra tienda se deleitaban con el rumor de cierta Arca que hubo de estar de paso por esos lugares, aseverándose haber visto al héroe Jasón pasar raudo con el Arca camuflada dentro de un vellón de oveja, con sus dos codos y medio de larga, uno y medio de ancha y uno y medio de alta, pero la incredulidad de alguien inquiriría cómo había sido posible que el Arca hubiera franqueado con éxito controles y fronteras camuflada dentro de un vellocino,15además de preguntarse si de igual manera fueron ocultados el propiciatorio y el candelabro, pero alguien respondería que ya el poeta Homero en su canto épico también hizo escapar a Odiseo de la cueva del cíclope agarrado del vientre de un fortísimo y robusto carnero. También se escucharía con atención el relato maravilloso de un sofista sobre sus viajes por occidente, pudiendo contemplar a la Esfinge de Gizeh y las tres Pirámides construidas a mediados del “año galáctico”16por una gran civilización, pero que en esos precisos momentos estaban bajo el dominio de los faraones extranjeros de Nubia que acababan de invadirlos. Al día siguiente, una de las plenarias sobre los asuntos doctrinales escucharía a un egipcio respondiéndole a quien había afirmado que la unidad era inconciliable con la multiplicidad de las apariencias, ya que lo Uno y lo múltiple sólo eran aparentemente inconciliables debido a que “lo Uno es el Ser, y el Ser es numeroso y diferente”, que por el contrario los seres no eran simples sino 15 complejos y que gracias al Pensamiento podía unirse lo diverso. Su reflexión luego discurriría por el carácter de la sustancia constitutiva de ese Único Ser Supremo, que para unos u otros sería el agua, el aire, el fuego, una sustancia tan indeterminable como el ápeiron, o el concepto de número, pero que todo esto ellos lo habían condensado mediante la representación del Sol. Y desde la bancada Buda-ista se pediría que así como se estaba tratando con tanta amplitud sobre la naturaleza de la divinidad y la esencia del mundo, ellos esperaban que se les diera la oportunidad de tratar sobre la impermanencia de todas las cosas, como sobre la angustiosa situación existencial del hombre y la manera de superar sus sufrimientos y frustraciones. Lao Tsé mantenía el interés de todos con su cosmogonía de los cambios permanentes, que era de la naturaleza de todas las cosas su innata e inherente predisposición a fluir espontáneamente en ciclos, como el avivamiento y extinción reiterativas del fuego, formando parte de una realidad conformada en la unidad de unos opuestos que permanecían unidos entre sí por el mismo hecho de ser opuestos polares; que el Principio del Cielo y de la Tierra es la no-existencia (esencia) y la existencia es la madre de todo lo que hay (forma); que la no-existencia y existencia son uno y lo mismo en su origen, separándose sólo cuando se manifiestan. Por tanto, en concordancia con los ritmos de la Naturaleza deberíamos abstenernos de cualquier actividad que fuese contra ella. Durante otro de los recesos, un discípulo de Pitágoras entretenía a varias delegaciones con su teoría de que la naturaleza humana evolucionaría de la naturaleza animal, tal como se testimoniaba en la alegoría de la esfinge, cuya cabeza es un hombre saliendo del cuerpo de un toro, con garras de león y alas de águila; pero un delegado de Meda acotaría que también la llama del trono de Ormuzd ya llevaba miles de años soportada sobre el pedestal de tres animales sagrados como el toro, el león y el águila. Entre plenarias, recesos y descansos al final del día se seguiría discutiendo sobre lo Absoluto 16 Homero relata en La Odisea cómo para engañar Ulises a Polifemo cada uno de sus hombres ató tres carneros para agarrarse por debajo del vientre de éstos, mientras que Ulises necesitó sólo de uno. Si la duración de un “año terrestre” es de 365 días, la duración del ciclo en que nuestro sistema solar da una vuelta sobre el centro de nuestra Galaxia (un año galáctico) sería de 25.920 años terrestres, lo que daría para pensar que la Esfinge de Gizeh fuese construida hace más de 10.000 años. 32 El Gran Concilio y lo Terrenal; sobre cómo no existiría nada que la Tierra no contuviese y soportara y que el Cielo no la envolviese y protegiera; sobre la concepción dualista expuesta por un pitagórico, que contrariando la concepción monista de los maestros de Jonia sobre lo Uno o único principio esencial que es fuente y explicación de todas las cosas, afirmaba que toda realidad se debía a diez parejas (duales) de opuestos (contrarios) que sólo se reconcilian mediante cierta ley universal de la armonía. Esto motivaría a los asistentes retomar su discusión sobre otro de los temas principales del Concilio, el de la revelación sufrida por Zaratustra mientras observaba el fuego sagrado. Una de las delegaciones del extremo oriente rompería el hielo exponiendo que sólo podría existir un Único Ser Supremo al que su energía, sabiduría, valor, fuerza, iluminación, comprensión y agudeza le habilitarían en ser el responsable del Universo; al que su magnanimidad, liberalidad, bondad, afabilidad, equidad y rectitud le resultaban suficientes para entrar en comunión con todos los hombres y merecer todo el respeto; al que su elocuencia, atención, constancia y regularidad le bastaran para poder discernirlo todo; y que se muestra, habla y actúa omnipresente en la vastedad y profundidad de la Tierra y los Cielos. La reflexión central discurría sobre cómo alcanzar la perfección del Hombre, resultando que sólo quienes dirigían todos sus esfuerzos hacia todas las virtudes sí llegarían a la cima de la perfección y comprenderían la naturaleza humana y de las cosas, pudiendo entonces contribuir a la generación y mutación, mientras que ostentar una sola virtud sólo daría para una perfección parcial suficiente sólo para contribuir a cambiar los corazones. Las escuelas más preocupadas por la perfección de la naturaleza humana argumentaban cómo, si el propósito del cielo eran las cosas de la naturaleza, entre las que destellaría el hombre, entonces era legitimo y necesario interesarse por el poder político para llegar a servirle primero a los hombres y luego a los espíritus, resultando lícito aprovechar a los gobernantes sin necesidad de conspirarles, tal como lo hiciera Daniel para poderle servir a su gente; que si algo conforme a la naturaleza y al orden establecido por el cielo era garantizar la educación a todos, redundando esto en la superación de la chocante distinción entre las clases, sólo quien se nutría de ella era apto para conocer y gobernar; que se llega a gobernar El Gran Concilio y dirigir bien a los hombres si se orienta por lo que es común y según las reglas del mismo hombre; que se requería de hacer brotar las pasiones terrenas con el fin de encontrar su justo equilibrio y así, al no violarlo, se vería cómo el cielo y la tierra se ponen tranquilos y todas las cosas crecen, no haciendo a los otros aquello que no queremos que nos hagan; que el camino de la virtud tenía que ser el más frecuentado, y que una vez adquirida una virtud el hombre tenía que aferrarse a ella con tenacidad y no perderla; que había que escuchar y creerle a la gente. Además, no obsesionarse por las cosas oscuras, ni obstinarse en realizar actos extraordinarios con el fin de ser afamado, ya que no nos debe afectar en nada si somos desconocidos o ignorados por los hombres; no ensimismarse en las palabras superfluas porque las palabras tienen que corresponder a los hechos y los hechos tienen que responder a las palabras, ya que si establecemos previamente lo que debemos hacer podemos fijar nuestras palabras y pronunciarlas sin balbucear; hacer el camino obedeciendo a nuestros pies, empezando de cerca y luego alejándonos, o ascendiendo a un lugar elevado partiendo desde el punto más bajo. Las escuelas más moralistas, preocupadas por el Absoluto, desinteresadas de los asuntos del poder y en la misma idea de la ética de la Empatía o el principio fundamental Ubuntu, preceptuarían la correcta manera de dirigirnos, según: No esforzarse en convencer, no alterarse al convencer, ni querer convencer, estando siempre en actitud de comprender la suprema sabiduría; actuar sin esperar ni pedir recompensa, que más temprano que tarde esta llega; no hablar mal de ninguno de sus semejantes; no sentir la necesidad de codiciar nada, porque poseer la sabiduría era poseerlo todo; tener como fin a la acción; transformar la sociedad con el ejemplo y viviendo los pensamientos; ser bondadoso, humilde, indulgente y modesto; tener un profundo sentido práctico y orientarse por la experiencia de la vida; crear sin dominar y aprovechar, ni pretender ser autor; no abusar de su autoridad; no deslumbrarse ante las primeras impresiones visuales y auditivas; no humillarse ni subordinarse; ser intuitivo, prudente, paciente, rudo, vasto, impenetrable, atento, emotivo, racional, lógico e imaginativo; no sobrestimarse a sí mismo y trabajar construyendo y transformando en colectivo; caminar firme y seguro, sin dar pasos largos para no hundirse; hablar sin balbuceos y calcular sin contabilizar; 33 saber cerrar y atar sin echar cerrojo complicado, ni nudo ciego; ser fuerte y hacerse débil, ser claro y hacerse oscuro, ser grande y hacerse pequeño; conocer sin disputar, luchar sin rabiar; ser acatado sin mandar, atraer sin llamar y obrar sin dominar; saber que de dos luchadores, el pensador vence; vivir profunda e intensamente, de manera no superficial; saber hacer apartándose de la voluptuosidad, esplendor y sabor del poder; gobernar con conocimiento, con justicia y rectitud; no adornarse con el nombre ni ambicionar poder; saber que la habilidad sólo es para la guerra; saber ser flexible para poder hacer marchar a los rígidos; saber reconocer a su madre; saber ser hijo, hermano y amigo; concentrar la vitalidad; ser volitivo, sin caer en el voluntarismo; establecer, orientar y dirigir bien la casa; saber estar por encima de la gloria, el honor y el desprecio; ser grande y condescendiente; saber que no sabe; partir de que todo es difícil, sin encontrar nada difícil; saber tomar de donde hay abundancia y dar donde hay insuficiencia; ser pobre en lo exterior y rico en lo interior; vivir los pensamientos. En cuanto al Poder, el mejor gobierno era el imperceptible, ya que en su ejercicio se producía miseria, por la imposición de prohibiciones; desórdenes, por el abuso de autoridad; más delitos, por la proliferación de leyes; y más fraudes, por la ostentación de habilidad y argucia. Unos y otros pudieron confirmar que habían bebido en la misma y única fuente, a la cual habían llegado por muchos caminos y después de haber salido por diferentes puertas. Hubo consenso en que existía una unidad básica del universo donde todas las cosas eran partes inseparables de la misma realidad última; que todos los fenómenos que se manifestaban en el mundo estaban interrelacionados mutuamente, formando parte de la misma unidad básica; que sólo podríamos comprender la unidad de todas las cosas en la medida que lográramos acceder a ese estadio de la conciencia en el cual se trascendería el mundo de los sentidos. Esto es, en preguntar de manera racional por el origen y la causa de los procesos, las cosas y los fenómenos del universo; en explicarlo con base en análisis que requerían análisis y en encontrar aquel principio fundamental que permitiera explicar de manera satisfactoria la realidad de las cosas y los fenómenos que ocurrían en su entorno. Para lo que de poco servirían las leyendas y poesías mitológicas, teniendo que desplegarse en las dimensiones del “logos”, de lo racional. 34 Sus preguntas, planteadas con clarividencia, tuvieron que discurrir sobre las causas principales y los principios que gobernaban el nacimiento y la desaparición de las cosas; sobre cierta necesidad en la ocurrencia de las cosas, las que no podrían acontecer por el capricho de los dioses, ni de los hombres, sino de acuerdo con las leyes que las hacen suceder, pero que el hombre podría influir en el curso de los acontecimientos; sobre esa regularidad cíclica como ocurrían tantas cosas se debía a cierto orden y armonía existente en la naturaleza, como si el mundo fuera un cosmos ordenado y bello; sobre la esencia o cualidades permanentes y constantes en las cosas, lo que explicaría que tras la diversidad y la apariencia subyaciera la unidad; sobre la correcta manera de captar la naturaleza, la esencia o el ser de las cosas, que no podría ser proporcionada por los sentidos exclusivamente. Acá en Oriente es donde primero se preguntaría por el origen (arché) o nacimiento de las cosas, antes de que Anaximandro nos dijera que el principio del cual salían todas las cosas no era el infinito sino lo indefinido ápeiron ¿material?, o que Heráclito no viese la necesidad de buscarlo pensando en que las cosas no se delimitan con respecto a un principio indefinido, sino que unas cosas proceden y se delimitan respecto de otras. En el Concilio bebería Anaximandro de la fuente del principio único, de un mundo materializado que es manifestación de fuerzas (yin-yang). Si de la Nada no puede derivarse nada, el Todo es Uno, el mundo manifiesto y el Infinito no-manifestado son la misma cosa, sólo que en etapas de diferente de evolución. El Uno es unidad entre todas las cosas, es continuidad ininterrumpida y en cambio perpetuo. De ahí que no sea tan descabellado pensar que “en el principio era el todo”. Hubo espacio hasta para escuchar atentos al delegatario sofista que hablaba sobre las maravillas de las pirámides egipcias y narraba cómo varios miles de años atrás ya otra gran civilización floreciente a lo largo de cierta península mediterránea se había preocupado por el problema del único ser supremo; pero que él no estaría en condiciones de aportarles más datos porque aún estaba descifrando e interpretando ciertas tablillas testimoniales que hablaban de una cultura micénica y minoica, las mismas que habían colapsado bajo un gran cataclismo, dejando sólo un rastro “minoico” en una isla (Creta) y otro “micénico” hacia el Norte de ella (Grecia continental), como si Creta hubiese sido una El Gran Concilio especie de bota de la península griega. Para dicho narrador la gesta de Dédalo e Ícaro escapando del laberinto construido por ellos mismos sería un mito que venía desde la tradición Atlante. No obstante las reflexiones haber discurrido sobre las fundamentales características de la “esencia”, la “permanencia” y la “unidad” del Ser con respecto a la transitoriedad de las cosas y los procesos del Universo, con explicaciones más racionales que míticas, también eran taquilleras las narraciones de corte bien especulativo, como esa intervención del delegatario sobre la civilización Atlante, o la del candoroso que se atrevería a relacionar la construcción de las pirámides con la necesidad generada por una ancestral nostalgia incorporada en nuestro paquete genético de tener que replicar en el paisaje del bajo Nilo otro Monte Kilimanjaro, como si el mismo hábitat hubiese dejado impreso, a manera de epigénesis, en los surcos cerebrales de los descendientes de las sabanas de África las naturales formas geográficas del majestuoso Monte. Y porqué no darle también cabida a tan absurdas y pueriles versiones, como esta del ocurrente sofista convencido de que al construirse una pirámide para luego superponerle otra y otras, ¿acaso los Mayas no lo hicieron así?, con el tiempo se transformarían en otro paisaje, si seguir los dictados del instinto replicando cosas del entorno geográfico de nuestros ancestros para querer verlas en el propio, obedecería a la necesidad de conservar la información genética de la Especie. Si todo producto humano es natural, nada tan natural como unas pirámides construidas bajo la creencia de ser el germen de otra cosa, lo que estaría en la idea de la evolución biológica de los caracteres adquiridos de Jean-Baptiste Lamark (1744-1829), del fenotipo incidiendo en el genotipo, o en la der Carlos Darwin y su Evolución de las Especies. No nos distraigamos. Estamos en la región y en el tiempo de grandes maestros, donde hace veintiséis siglos brotaran los primeros gérmenes de la gran cultura Jonia (presocrática), tan determinante para que un par de siglos después la naciente Filosofía pudiera florecer en la magna Grecia. En el Concilio todo hubo de transcurrir con un sentimiento de menosprecio por las vanidades del mundo; nadie iba tras los honores, venias o loas, ni tras la aprobación de los demás, ni desconocía que eran más las cosas que ignoraba que las que supuestamente sabía, ni posaba de sabio, sobrestimando sus propias fuerzas o El Gran Concilio pretendiendo arrogarse la condición de tener que estar dando indiscriminadamente consejos. En todos se transpiraba demasiada prudencia y humildad; no ignoraban que su conocimiento venía cabalgando cientos de años atrás sobre los hombros de gigantes de la sabiduría. Por su renuencia a mostrarse o llamar la atención, como por su aversión a ser manoseados por el establecimiento, no hubo testimonios sobre la presencia de alguno de los Maestros; pero muchos tuvieron la impresión de que entre la multitud que participaba de la congregación, en la mayor de las discreciones alguno de los Maestros pudo estar de cuerpo presente. Sobre la gran asamblea ecuménica de naciones, no es más que una artificiosa licencia imaginaria o simple pretexto para esclarecer y dejar testimonio de que aquello de “occidente” no deja de ser una simple invención, puesto que varios siglos antes de la tan mentada eclosión de la Filosofía en Grecia ya venía ella abriéndose paso en la India, la China, Babilonia y Egipto. Qué mejor pretexto para resaltar lo virtuoso del sincretismo y suponer a un imperio persa aglutinando las culturas de los mares mediterráneo, arábigo, pérsico, negro, caspio, indio y chino. Siempre los pueblos han adquirido durante sus migraciones no sólo los nuevos conocimientos geográficos, técnicos, etnológicos, antropológicos, económicos, políticos, sociales y culturales, sino también otros modos de interpretar los principios del Universo. Y un Maestro llega a ser reconocido como tal, sólo en la medida que consiga ser el más abierto de los ciudadanos del mundo. Para todos fue un gran goce tener tanto privilegio, y con la serenidad de su paz interior se retirarían a sus aposentos para seguir cada uno a su manera en comunión con sigo mismo, la humanidad y la naturaleza. Bien, sin la insolencia de pretender ser un Maestro de los convocados e invocados en esta Asamblea Universal, representados por tan ilustres discípulos y delegaciones de su tiempo (-530) , ni tampoco la de igualarse con la posterior pléyade de Maestros instauradores de verdaderas escuelas en la Magna Grecia, como los Sofistas, Anaxágoras, Sócrates, Platón, Aristóteles, Epicuro, Zenón, entre otros, porqué no aspirar a ser un Maestro como Epicuro (-341-270), que durante su vida y varios siglos después de su muerte sus discípulos aún lo honraban modelando sus conductas con base en su ejemplo, cuyo precepto era el de “obra siempre como si Epicuro te viera”. 35 O a un Maestro como Pedro Abelardo (10791142), que por su elocuencia, sapiencia, dialéctica y capacidad de investigación, despertaría la admiración de todos, y la envidia de los poderosos que lo desterraron, pero que años después los mismos alumnos presionarían su regreso a la cátedra de universitaria de París. Lo característico de estos Maestros es su determinación de que el caminante sólo hace camino siguiendo sus propios pies; que, una vez se ha atrevido a dar el primer pequeño paso de la gran marcha del “conócete a ti mismo”, avanza sin necesidad de tener que forzar sus pasos, tomando decisiones sólo después de haber meditado y auscultado la realidad objeto de conocimiento, tanto la de su mundo interior como la de la naturaleza de las cosas; saber distinguir entre lo que se desea y lo que se puede, sin permitir que el deseo convertido en codicia termine por cegarlo o bloquearlo en lo que sí se puede hacer; valorar el tiempo y perseverar por encima de sus propias limitaciones; vivir las ideas y actuar sin apropiarse de ellas; apasionarse por todo y apegarse de nada; atender las grandes ideas como a los pequeños detalles; su capacidad de desplegarse en generosidad y esfuerzo, con la convicción de construir más puentes y menos muros; su fluidez de ver en las miradas lo que no puede ofrecer una larga explicación; su ingenio para hablar con pocas palabras y muchos silencios; su consecuencia en la participación, el trabajo, la solidaridad y la creación; su Amor por la condición humana, cuya ética es reconocer al otro tal como es y, sin condicionarlo a un deber, permitirle su querer ser; su acción más ejemplizante que cualquier cantidad de saber inactivo, enseñando sólo las palabras vividas intensamente y validadas con sus propios actos; son los artistas que no van en la búsqueda de potenciar capacidades, sino en darle sentido a la vida; el profundo respeto hacia sus discípulos, asumiéndose discípulo de todos; enseñar con el ejemplo (inculcar); despertar en los discípulos el goce de aprender, haciéndoles sentir a todos grandes y enseñándoles a valerse por sí solos; mantener sed por la verdad y la justicia; conducir hacia umbrales de las vocaciones; la pasión por investigar, la dicha por descubrir, la afinación entre cuerpos y espíritus, la necesidad de aprender siempre y la auto educación; su humanización transformadora de la experiencia en conciencia, llegando a sus conclusiones mediante la aplicación del sentido común (prácticas), sin necesidad de los razonamientos intelectivos. 36 Maestros que por vivir efectivamente sus pensamientos, alcanzando cuesta arriba o en la plena cima cierto grado de perfección, sin adivinarlo llegan a anticipar lo por ocurrir, como presentiendo el bien y el mal; hacen que también los demás tiendan a la perfección y alcancen la sabiduría, transpirando e inspirándose con el trabajo y el estudio; sin ambicionar llegan a ser aptos e idóneos para gobernar, pudiendo ostentar sin alardes una autoridad fundada en el ejemplo; plantean excelentes propuestas y toman eficaces medidas respetadas y acatadas por su pueblo; saben autorregularse; son extensos e intensos; conceden importancia a lo simple y a lo complejo; no los marea el éxito ni el poder; manifiestan en la práctica sus virtudes duraderas, y las extienden a todo lo ancho, profundo y amplio; están en permanente comunión con la humanidad y la biosfera; se dan a la humanidad con la convicción de que cuanto más se dé, más se crece y más se adquiere; sienten que su iluminación y prudencia se conservan gracias a sus cualidades; son sutiles, reservados, prudentes y sublimes porque su virtuosidad, así no se vea, oiga, olfatee o toque, siempre aflorará cada día; y comprenden que sólo de esta manera es como logran adquirir el estatus de ciudadanos del universo. Maestros que llegan a serlo porque dan al límite lo mejor de sí mismos, haciendo que en su entorno se haga de igual manera, porque sólo llegan a sentirse felices una vez que están haciendo felices a los demás. Arquímedes es un gran Maestro por hacerle dar el máximo a un punto, con el que pretendió mover el universo. Los grandes escultores, pintores y músicos son grandes Maestros por apoyarse en insumos e instrumentos bien simples, dándoles sus magistrales figuras, formas, colores y notas. Visto esto, quien se crea totalmente original en su cuento que nos traiga la montaña. EN ASAMBLEA PERMANENTE En el tiempo, se ha venido desarrollando el Gran Concilio a partir del legado de los grandes Maestros, haciéndose eco de las mismas preguntas y buscando las respuestas a la luz de los nuevos conocimientos. Como todos hemos estado invitados a participar de ese Concilio, el que aún no se clausura, nos disponemos a hacer uso de ese derecho fundamental. Sobre esas preguntas fundamentales de la Materia, el Movimiento, el Tiempo, el Espacio, la Infinitud, el Mundo, la Vida y el Hombre, no hay El Gran Concilio por qué levar las anclas de lo que no se encuentra fondeado, ni nunca cesará en su Movimiento. Según sea a quién se le pregunta, si a la Naturaleza al Hombre o al oráculo, así será el grado de veracidad de la Respuesta. De ahí que en la asamblea nadie se extrañara por los lugares comunes surgidos a medida que se reflexionaba e interpretaba sobre el origen explicativo de la Naturaleza y la conformación de todos los seres, la concepción del Universo y todo lo que prevalecía a través del Movimiento, el sustrato de que estarían compuestos todos los seres y la explicación del mismo movimiento. En todas las jornadas no dejarían de reflexionar sobre aquello de que la Vida es producto del Movimiento, que es el que nos ha traído, que cuando nos llega el momento en que ya no podemos seguir su ritmo nos transformamos y proseguimos incorporados a él, y que la unidad sustancial de todos los fenómenos del universo era la misma materia en movimiento (evolución, transformación, cambio). El Gran Concilio quedaría abierto en el tiempo y su primera posta sería recibida por Jonia, obligado punto de paso del regreso de la diáspora liberada por Ciro. El eco de discusiones tan profundas con respecto a la naturaleza, el logos y el único ser supremo obligadamente tendría que escucharse en el gran mercado marítimo del mundo antiguo, donde los pueblos del Mediterráneo, el Pounto Euxino (mar negro), el semicírculo fértil y el Indo llegaban a intercambiar sus productos: Mileto. Antes de que la cosmopolita Mileto fuese destruida por los persas en el año -494, era la ciudad donde todos querían confluir para congregarse a comentarlo y discutirlo todo, sin desconocer que también gustaban de hacerlo en Elea y Crotona al sur de Italia. Por esto, aquellos maestros no eran ningunos pensadores solipcistas ni ermitaños, sino hombres abiertos al mundo. Aquello de que la Naturaleza tendría que ser un cosmos u orden opuesto al caos, dinámica, cambiante, en continuo movimiento y explicada mediante la abstracción de ciertas leyes, empezaría a encontrar tierra fértil en la costa occidental del Asia Menor, en Jonia, donde también se preocuparían por abstraer y comprender cómo era el movimiento de esa ley que explicaba el cambio, si ella misma cambiaba o era inmutable, y si era cognoscible; cómo era esa unidad sustancial del universo (arché) y qué explicación cosmológica y materialista de la physis o naturaleza era la que se identificaba con los principios de la realidad y los El Gran Concilio elementos últimos de la naturaleza. Así fue como esta primera ley o “arché” la fueron relacionando e identificando con entidades materiales, lo que podría calificarse de materialismo metafísico. A Mileto, Éfeso, Clazomene, Samos y Colofón, entre otras ciudades, llegarían con las “buenas nuevas” algunos de los conciliares, ratificando muchas de las ideas que venían discutiéndose años atrás en sus contornos, en particular el pensamiento físico o naturalista. A la par de identificarse el “arché” con entidades materiales como el “agua”, el “ápeiron” (indeterminado), el “aire” y el “fuego”, estaría instaurándose la Filosofía, ya que se requería de una elaboración reflexiva propia del pensamiento racional, autónomo y original. No se limitarían a describir esa entidad material del “arché” sólo con respecto a su forma física, sino que era la manifestación del mismo “logos” confiriéndole unidad al Universo y haciéndolo comprensible como un cosmos ordenado y predeterminado. Es decir, ningún tiempo y lugar más propicio para poder comprender eso que hoy llamamos Occidente. Una genealogía de los fundamentos de la physis, racionalizada y expuesta por primera vez a manera de filosofía en Jonia, sería: Tales de Mileto (-624-546), para quien el principio o arché era el “agua”, puesto que todo cuerpo, alimento o germen ostentaba la cualidad de lo húmedo, incluido el semen; Anaximandro de Mileto (-610-545), que parte del razonamiento abstracto (no empírico) de que toda la multiplicidad de los seres existentes en el mundo son una determinación y que algo determinado no podría ser generado por otro determinado sino por un “indeterminado”, concibe cómo dicho pre-elemento de naturaleza no física era el “ápeiron”; Anaxímenes de Mileto (-585-524), quien consideraba que todo tenía un principio único, infinito, no indeterminado y concreto, concibe que este principio generador (arché) de todos los seres es el “aire”, ya que éste envuelve al mundo y por condensación y enrarecimiento (rarefacción) originaría a todos los seres con sus respectivas diferencias cualitativas, tal como el aire se podía transformar en viento, nube, agua, piedra y/o fuego, incluso el alma sería aire; Pitágoras de Samos (-570-496), que huyendo de la tiranía de Polícrates se radica en Crotona, considera cómo el “arché” no es de dimensión física sino ontológica, concibiendo que el principio de todo lo presente y de todo lo pensable era el “número”, entendido éste como una cualidad ontológica no 37 cuantificable. Lo esencial de la doctrina pitagórica está en que los “números” son los principios de todas las cosas, el arché. No todos los pensadores de la época se conformarían con estas interpretaciones sobre el origen de la naturaleza, que se originaría o causaría a partir de una sola y única sustancia (monismo), presentándose entonces otras cosmogonías que sí daban cuenta de la pluralidad, el cambio y el movimiento de la realidad circundante como las de Heráclito, Empédocles, Anaxágoras y Demócrito, entre otros. Heráclito de Éfeso (-544-484 aprox.), quien niega la necesidad de ir tras un principio generador (arché) del cual hubiesen salido las cosas, explicando que es en las mismas cosas donde puede verse cómo todos los seres son el producto de la lucha y oposición de contrarios; que de esta oposición surgiría la armonía del mundo, en medio de un perfecto fluir de las cosas en el que todo cambia y nada permanece, puesto que somos y no somos, nos bañamos y no nos bañamos en el mismo río. Heráclito es el pensador más categórico en reafirmar el dinamismo y movimiento del Universo, esclareciendo que la “dialéctica” es fundamento explicativo del Universo y que su arché lo constituía el “fuego”. Esto es, el principio (arché) del Universo es el “fuego”, ya que el mundo no es creación del hombre ni de ningún dios, sino que siempre fue, es y será “fuego” eternamente vivo. Concibe Heráclito un Universo dinámico y en movimiento, que no va hacia el caos sino que está sometido a un orden, armonía o ley; estructurado con base en lo que es eterno en la Materia, sin creador ni destructor, cuyo contenido es la Materia misma en Movimiento, de la que podrían abstraerse las leyes que surgen del equilibrio producido entre la lucha de contrarios: La Dialéctica. Por tanto, el “arché” explicativo del Universo sería una Ley, la Dialéctica, equiparable a la del concepto de Dios, que no sería contenido sino la abstracción de alguno de los infinitos continentes o formas que puede adoptar el contenido. Parménides de Elea (-540-470), considerado por Platón como “un tremendo digno de veneración”, en cuanto al “arché” controvierte que “de una realidad única no puede surgir lo múltiple”; que no era posible que existiendo tan sólo el agua en un principio, ésta no pudo originarse a partir de otra sustancia diferente ni podría transformarse en 38 otra cosa. Es decir, la realidad única e individual no sería una determinada sustancia sino el Ser (uno, inmóvil, indivisible), que es lo que hay o existe. Y este conocimiento no se venía discutiendo exclusivamente en Jonia, hoy costa occidental de Turquía sobre el Mediterráneo, ya que por la misma época fue conocido en la Magna Grecia un fuerte contrapunteo entre los polos intelectuales de Jonia y Elea, así como en la Europa de la Modernidad se daría entre Francia e Inglaterra, gracias a que algunos de los pensadores jonios, como Jenófanes de Colofón y otros de la escuela de Pitágoras, habían emigrado y echado raíces en Elea, hoy la Italia meridional. Y ninguna de dichas discusiones ha podido darse por cancelada. Siglos después confluirían al Concilio nuevos problemas, maestros y culturas, desarrollando el conocimiento matemático y humanístico, generando el saber universitario e instaurando la ficción de Occidente. Estamos en gran deuda con los maestros del primer gran Concilio. Hoy, todos los pueblos y culturas del mundo deberían convocarse para retribuirles la histórica deuda cultural, mediante un gesto de maestros, convocándonos en Irak para realizar otra gran asamblea ecuménica por la civilización, la cultura y la esperanza en el proyecto humano. La Materia y el Movimiento son “Uno” La Materia y el Movimiento como totalidad unitaria es un problema dialéctico que requiere definir previamente los conceptos de Materia y Energía, Movimiento, Espacio y Tiempo, las Partículas y las Fuerzas, los Campos, el EspacioTiempo, la Termodinámica y la Entropía, todos ellos modos fundamentales de manifestarse la Materia en Movimiento. El enigma está en saber si la Materia es “energía en movimiento” o si la Energía es “materia en movimiento”. Hemos aprendido a transformar materia sólida en energía, mas no viceversa. El Movimiento es el que hace latir los corazones y palpitar la vida. Como de un cuerpo que no se mueve no puede decirse nada, ni el movimiento es simple desplazamiento mecánico de los cuerpos, corresponde entonces saber que la materia en Movimiento comprende el movimiento de fuerzas como el calor y la luz, que se mueven convirtiéndose las unas en las otras y complementándose mutuamente; el movimiento de la historia de la naturaleza y la historia de la sociedad humana. El Gran Concilio La Materia El Hombre ya no se limita a lo que avisen sus sentidos, ni a esperar que las manifestaciones de la Materia lo vapuleen de sorpresa en sorpresa. Ahora, con base en la percepción directa de los mismos fenómenos se formulan teorías para orientarse en la exploración, descubrimiento, observación y, mediante la utilización de revolucionarios instrumentos para la observación y medición de los mismos, se ponen a prueba las hipótesis de sus teorías, se experimenta, se contrasta y se extraen leyes universales; pero el Hombre no podría dejarse mutilar ni enceguecer por la sospechosa certeza de la existencia de unas leyes universales que gobernarían todos los fenómenos naturales, como si bastara simplemente con descubrirlas y determinar así el conjunto de condiciones iniciales que nos permitirían pronosticar o predecir perfectamente su ocurrencia, lo que equivaldría a tener plena certeza sobre la ocurrencia del futuro. De la Materia, estudiamos sus propiedades, primeramente guiados por nuestros sentidos, luego por nuestra intuición, observación, imaginación, razonamiento, experimentación, comunicación y acción, sin poder decir aún que ya conocemos en todos sus detalles sus elementos constitutivos. Con base en nuestros sentidos, lo primero que se nos ocurriría describir sobre la Materia es su existencia en estado líquido, sólido y gaseoso, haciéndolo también en un cuarto estado de “plasma” que se forma cuando la Materia es sometida a elevadísimas temperaturas y se manifiesta de un brillo incandescente, tal como las llamas del sol y de las estrellas que son materia en estado de plasma. Las unidades básicas de la materia inorgánica están dadas por el conjunto de partículas, elementos y compuestos químicos existentes en el Universo que no son formados por seres (macromoléculas y microorganismos) vivos, como gases, sales, minerales, metales, etc.; las unidades básicas de la materia orgánica están dadas por todos aquellos compuestos carbonados que abundan en los seres vivos y que ellos mismos pueden formar, como carbohidratos, lípidos, proteínas (enzimas, hormonas), ácidos nucleicos. La evidencia última de la Materia es la Vida. Desde siempre la unidad sustancial del universo se ha venido mirando en el espejo de la Materia, desde casi siempre en el de la Vida y desde hace muy poco se viene notificando a través del Hombre. El Hombre es un fenómeno de la Vida y la Vida es un fenómeno de la Materia, ¿y ésta? El Gran Concilio Hemos visto cómo cinco siglos antes de nuestra era, en Jonia (costa oeste de Turquía) ya se discutía que la Materia era una masa informe de los elementos (agua, aire, fuego, tierra), de la cual surgirían los elementos mismos por diferenciación, que al preocuparse por descubrir esa meta-materia (arché) originaria de la materia misma incurría en algo así como una concepción metafísica del materialismo. Luego, en la misma Grecia, Platón habla la Materia como lo visible, lo sensible y lo múltiple, en contraposición con lo inteligible que es orden y unidad que no cambia nunca; en cambio, Aristóteles diría que la Materia es aquello que no cambia, pero a la vez es aquello en lo cual se produce el cambio. La concepción filosófica de Aristóteles sobre la Materia es de una Materia dispuesta a recibir alguna determinación, como el sustrato que está debajo de todo cambio. En general, para Aristóteles la Materia es algo sensible y común a todos los hombres, y puede ser sensible e inteligible. Después del Renacimiento, el concepto de Materia adquiere el sentido correspondiente a la idea de un principio que mueve todas las realidades. Para Descartes, la Materia se reduce a su “extensión”, a propiedades geométricas de un espacio que no es puro espacio, puesto que la materia se presenta como un continuo dotado de torbellinos o movimientos internos, es decir, como si las propiedades de la Materia fueran simplemente mecánicas; para Leibniz, la Materia sería puntos de fuerza de representación o “mónadas”, que son como átomos indivisibles e inextensos, como unidades o sustancias simples o elementos de las cosas, que forman los compuestos. En el siglo XX, la Materia empieza a concebirse en relación con la noción de “campo”, en el que se equiparan los efectos inerciales de la Materia con los de gravitación, dándose una equivalencia entre masa y energía como aspectos intercambiables de la misma realidad. Esto daría pie a la gran revolución de la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein (1879-1955), cuya teoría gravitatoria pudo ser expresada en términos de materia y energía, mediante la ecuación matemática que cuantifica la equivalencia de la gravedad con el espacio-tiempo tetradimensional y curvo, siendo la materia energía y la energía materia. La Materia se mueve y piensa. En la materialidad está la unidad del mundo. El Movimiento es otra 39 forma de existencia de la Materia. La Materia es todo aquello que tenga una masa, un peso y ocupe un lugar en el espacio, pudiendo adquirir la forma de energía; es el gran sistema-holismo material que comprende todos los elementos del Universo, los inorgánicos y los orgánicos; es el gran total de la materia y energía existente en el Universo comprendido por los sistemas físico-químicos y el sistema biótico. A la Materia le pueden ocurrir cambios que no modifican su naturaleza química y que sí la modifican; los cambios que no alteran su naturaleza son propios de los fenómenos físicos y los que sí la alteran son propios de los fenómenos químicos; aquellos reversibles y éstos irreversibles. La Materia, que se había concebido de variadas maneras, a partir de la Edad Moderna, y con base en una concepción científico-natural, empieza a estudiarse como realidad “una” y “única”; como una realidad fundamentalmente compacta, constante e indestructible, regida por la ley de la conservación de la Materia, según la cual, aunque los cuerpos cambien su volumen o se transformen, la masa total del universo ni aumenta ni disminuye. Por lo que se hace forzoso pensar que la Materia (energía) no tendría comienzo ni final. Entre toda esa gama de explicaciones resalta por su plausibilidad la que dice que por más particularidades y propiedades distintas que tienen la multitud incontable de los más variados objetos y fenómenos (ciertos e inciertos) que rodean al hombre, a todos ellos les cabe la propiedad común de ser materiales y existir fuera e independientemente de la conciencia del hombre. Esto es, la Materia lo determina todo; ella es objetiva, puesto que al no depender del Hombre ni de su conciencia comprendería toda la realidad objetiva. Todos los elementos, objetos, fenómenos y procesos, son simplemente manifestaciones de la Materia en Movimiento; sin el Movimiento, la Materia no se manifestaría. En el balance general del universo, la Materia no se crea, ni se destruye, ni desaparece, ni surge de nuevo, se transforma!; es infinita y eterna; ningún objeto o cosa concreta, por “partícula” que sea, aparece de la nada ni desaparece sin dejar huella, ya que si desaparece de nuestro entorno simplemente se ha transformado en otra cosa. Una reflexión sobre la Materia: Si el Universo está lleno de Materia y no de éter, cómo en medio de la súper condensada eternidad de la Materia sobrevendría el comienzo del Tiempo; 40 cómo la materia (masa, cuerpo) afecta el campo gravitacional del Universo, haciendo a su vez que el espacio-tiempo sea curvo (circular) y no como diría una visión mecanicista que es curvo porque la gravedad lo dobla tal como atrae el resto de los cuerpos; y cómo el espacio-tiempo no sería la pasiva dimensión de la realidad en la que ocurren los acontecimientos, sino el escenario en el que se retroalimentaría la dinámica del Universo. El Movimiento Al Movimiento se lo debemos casi todo, incluso hasta nuestro Pensamiento, estando éste por siempre en deuda con él, ya que el Movimiento es el responsable del desarrollo del Pensamiento. Una vez que el primero de nuestros antepasados hubo de erguirse bípedo gracias a su marcha por entre las aguas llanas de la sabana, dejando de moverse como cuadrúpedo, también pudo ver que la realidad tenía otras dimensiones y, en consecuencia, empezaría a pensarla de nueva manera. En principio, digamos que el Movimiento de cualquier cosa se caracteriza por mostrarse en su apariencia como una estática ordenada y pre-establecida, pero luego se manifiestan los momentos de ruptura y crisis que la pone en tránsito hacia otro estado cualitativamente distinto y empieza a reorganizarse dentro de las condiciones del nuevo orden. El Movimiento de la Materia no cesa, poniéndola en permanente cambio o evolución, ya sea en la dimensión tecnológica, social, económica, cultural y/o política. Esto es, el Movimiento equivale al cambio dentro de cualquier sistema, y siempre existirá un portador material de un movimiento ejecutado. Con respecto a la Naturaleza, causas y circunstancias del Movimiento, se ha querido esclarecer que éste no es un fenómeno mecánico de aumento, disminución y repetición, puesto que no lo hemos concebido ni como automovimiento ni como causado por una fuerza motriz exterior, sino como el característico de la vida misma, que es el de la unidad y lucha de unos contrarios que se disocian de la unidad, que se excluyen recíprocamente y que se relacionan íntimamente. Es decir, un “movimiento” que se abre camino mediante acumulaciones cuantitativas y saltos cualitativos, interrupción de las gradaciones e intemperancia de los gradualismos, transformación en contrario, destrucción de lo viejo y surgimiento de lo nuevo. El Gran Concilio El Movimiento no es únicamente la simple traslación mecánica de un cuerpo en el espacio, teniendo que ver también con el cambio, el desarrollo y la transformación de todos lo procesos que ocurren en el universo, ya sea aquel desplazamiento mecánico o los complejos procesos físicos, químicos, biológicos, sociales y psicológicos, como el del pensamiento humano. La concepción mecánica del Movimiento sólo entiende a éste en cuanto al desplazamiento de los cuerpos en el espacio, ignorando el movimiento de los cuerpos microscópicos; el movimiento físico hace referencia a los fenómenos termoeléctricos y electro-magnéticos; el movimiento químico se refiere a los procesos que la materia orgánica adelanta conjuntamente con los cuerpos albuminoides portadores de la Vida; y sucesivamente se desarrollan el movimiento biológico, el movimiento humano, el movimiento de los procesos sociales, el movimiento de la biosfera y el movimiento del cosmos. Ningún tipo de Movimiento se manifestaría aisladamente, puesto que entre sí todos ellos están conectados recíproca e inseparablemente formando parte del Movimiento universal. Cada uno de los tipos de Movimiento es una forma del mismo Movimiento universal, ya que cualquier forma de Movimiento de la Materia puede transformarse en otro. El Movimiento va de la materia inanimada a la materia viva y de ésta, cuando ya está altamente organizada, a la materia pensante (conciencia). La forma física del Movimiento de la Materia se ha enriquecido con los grandes descubrimientos de la física atómica (nuclear), y se manifiesta en los fenómenos térmicos, eléctricos, magnéticos, de las partículas, entre otros. La forma química del Movimiento de la Materia se manifiesta en los fenómenos de unión y desunión de los átomos, en el que las partículas elementales están ligadas a un movimiento, de formación y desintegración de las moléculas, de movimiento de los electrones y, en general, de todas las transformaciones químicas que ocurren tanto en la naturaleza inorgánica como en la orgánica. La forma biológica del Movimiento de la Materia está en todos los procesos de los organismos vivos, como el metabolismo. A partir de las albúminas, que son cuerpos portadores de la vida, se desata el metabolismo de renovación constante de la composición química de ellas, constituyéndose así la principal particularidad de lo vivo. El Gran Concilio El movimiento propio de las transferencias de electrones de un átomo a otro como los cambios que ocurren en nuestro cuerpo por la digestión de los alimentos, el movimiento muscular, el desarrollo de nuestros tejidos, los impulsos nerviosos, etc., es de tipo fisiológico. La forma social del Movimiento de la Materia está en los cambios dados a través de la historia ocurren en la sociedad humana, cuya principal particularidad es el proceso de la producción material, determinante de otros procesos sociales y psicológicos. Cada una de estas formas de Movimiento de la Materia tiene sus singularidades cualitativas, como las de metabolismo en el movimiento biológico y la producción material en el movimiento de la vida social, pero están en permanente interconexión recíproca. El Movimiento, prerrequisito único para el desarrollo de un estadio a otro, implica un devenir que no se explica simplemente mediante un “muera lo viejo y viva lo nuevo”, ni diciendo que lo nuevo resulta de lo viejo, como si se tratara de un progreso y no de un desarrollo, sino aplicando rasgos de lo viejo en lo nuevo. En su momento lo viejo también fue un devenir. En la Sociedad se presenta un “movimiento” histórico provocado por las contradicciones existentes en su seno, como la correspondiente a los antagonismos de clases con la dialéctica de la manifestación de la conciencia de las clases, la lucha de clases y su trabajo social. Los desarrollos socio históricos están en movimiento merced a los procesos de apropiación objetiva de la naturaleza por parte del hombre y a las contradicciones internas en las estructuras sociales; son formaciones en marcha, en medio de la complejidad de unas fuerzas en acción y de procesos de trabajo sobre la naturaleza. Tanto las formaciones económico-sociales, como los procesos de formación del Sujeto o de la conciencia, tienen una génesis material (materia); son la historia material de la especie humana. El Desarrollo histórico no es un movimiento rectilíneo en constante progreso, ni se erige por un esquema constante, ni transcurre en un tiempo estructurado como la sucesión continua y homogénea de puntos, sino, además, mediante olas o ciclos; es la “tendencia” de un centro que se está desplazando, y no la simple acumulación de elementos en torno a dicho centro., donde a veces se presentan retrocesos (un paso atrás, dos hacia delante) Los retrocesos, como excepción, 41 no confirman determinadas reglas, ni ciertos principios claros e inmutables, sino las tendencias de un cambio continuo, de un estadio a otro, de una sociedad que no se desarrolla como unidad sellada con automovimiento o “perpetum mobile” propio. El movimiento histórico no está escrito, se da mediante impulsos, los factores que ayer favorecieron a una tendencia hoy podrían dejarla en entredicho; merced a las oposiciones, se van adquiriendo nuevos aspectos internos y externos, para ir desechando o afirmando particularidades, enriqueciendo los rasgos nuevos. Nada transcurre sin dejar la más mínima huella. El Movimiento socio-histórico, que en la concepción del materialismo histórico sería la forma superior del Movimiento y desde el punto de vista de la dialéctica de la naturaleza es igual de importante pero tan sólo como una forma más, no es el idealista automovimiento del espíritu absoluto (Hegel); es el proceso de trabajo sobre la naturaleza, cuya génesis es la producción material, en el que no cabe hablar de un sujeto puro idéntico a sí mismo, que en medio de este “trabajar” la naturaleza humana se va haciendo altamente organizada, prosiguiendo con el desarrollo de las manifestaciones de la conciencia, en particular la conciencia de clase. Una especie de movimiento ontológico podría encontrarse en Aristóteles (-384-322), asimilándolo a su concepción de que el entendimiento sería como un movimiento generador de cambios en la naturaleza inanimada o en el alma; que todo movimiento es dinámico (potencia), adquiere una forma (causa formal), requiere de un agente (causa eficiente) y tiende a convertirse en perfección (causa final) Aristóteles, fundado en que el “ente” es “uno”, pero a la vez “múltiple” (singular y universal), concluye que siempre nos estaremos moviendo en el ámbito del “ser uno y múltiple”. Clasificó el “movimiento” como local, o referente al cambio de lugar; cuantitativo, o referente a un aumento o una disminución; cualitativo, o referente a la alteración; y sustancial, o referente a la generación y corrupción. Con Newton (1642-1727) se instaura una interpretación mecanicista del “movimiento”, que sólo sucumbiría en el siglo XX ante las teorías de la relatividad y de los quanta. Su teoría la funda en el descubrimiento de la ley de la inercia, en la que todo cuerpo, cualquiera que sea su estado de movimiento o reposo, tiende a conservarlo hasta que una fuerza superior lo altere; la ley de 42 que a toda acción se opone una reacción, igual o contraria; la ley de que el “campo del movimiento” es proporcional a la fuerza motriz que se imprime, y se efectúa según la línea recta en dirección de la cual se imprime dicha fuerza; y, en síntesis de todas estas leyes, la ley de gravitación universal o de una fuerza de “gravedad” que, independiente de la naturaleza de los cuerpos y según fuesen sus distancias y sus masas, siempre estaría actuando instantáneamente entre todos los cuerpos. Esta teoría tendría en su tiempo grandes repercusiones en la Filosofía, al utilizarse también para explicar que la filosofía se regía por unos principios mecánicos, sobre todo al concebir el espacio, el tiempo y el movimiento, como absolutos. El proceso del conocimiento es otro ejemplo de Movimiento, que en la secuencia Aristóteleseana tendría como punto de partida la percepción sensible, y luego intervendrían sucesivamente la memoria, la experiencia (empeiria), la técnica (techné), la prudencia (phronesis), la ciencia (episteme), la inteligencia (Nous) y la sabiduría (sophia). Esto es un proceso que transforma la idea percibida sensorial e intelectualmente enpensamiento racional, lógico y abstracto, retroalimentándose de la teoría a la práctica, volviendo a la teoría y así reiteradamente. Y hay otras maneras secuenciar este proceso del Conocimiento, tanto para el proceso de conocer las cosas como el de conocer acerca de las cosas. En dicho proceso, contradiciendo a Aristóteles, la Inteligencia no es el estadio estadio superior, sino a nuestro parecer ella es un “constructo” que empieza a construirse en nuestra misma condición biológica de animalidad; que es más de carácter colectivo que individual, ya que nacemos todos por igual con la misma “capacidad” o potencial de inteligencia, pero que según sea nuestra relación con la sociedad, la naturaleza y el universo así serán los progresos cuantitativos y cualitativos de la inteligencia de cada uno de nosotros; con un progreso cuantitativo que por ser una inteligencia que emerge, aprende y desaprende no podría ser producto exclusivo de acumulaciones lineales, sino también de acumulaciones cíclicas de avances, retrocesos y de desarrollo mediante saltos cualitativos. Es decir, según sea nuestra interacción con el medio, nuestra cultura y nuestra educación, así serían los desarrollos de la inteligencia colectiva; es un constructo en permanente cualificación, producto del movimiento dialéctico. El Gran Concilio En el Cosmos y el proceso evolutivo de la Vida y del Hombre, el Movimiento induce un desarrollo no lineal de los procesos físico-químico, genéticobiológico, psico-social e histórico-cultural, mas no determina un desarrollo de acumulación gradual de tendencia constante, sino mediante una acumulación de tendencia geométrica y rizomática, que entre progresos y retrocesos su resultante resultaría ser una espiral logarítmica. El Movimiento, problema dialéctico Desde la perspectiva del Hombre, el problema fundamental del Movimiento se nos presenta primariamente en forma mecánica y sucesivamente en forma física, en procesos químicos en el campo orgánico y fisiológico (biológico), en procesos psíquicos mentales y de la misma conciencia, con sus momentos de autoconciencia y razonamiento, para luego darse en la forma que más nos incumbe, aunque tal vez indiferente para la naturaleza, cual es el movimiento de la materia como desarrollo socio-histórico de la vida social humana. Con base en las propiedades de la realidad aportadas por la física, por las matemáticas que nos dota de la construcción de modelos ideales construidos, por la química, por la biología, por la antropología, por la psicología y, en general, por la Ciencia, nos preguntamos los porqués de la realidad circundante y del Universo, no sólo disfrutando así de la majestuosidad de dicha realidad y poder salir del oscurantismo, sino también encontrando que todo es Materia en Movimiento. Hemos llegado a conocer cómo el Movimiento va de la mecánica a la Física, de la Física a la Química y de la físico-química a la Vida (biología orgánica no humana), a la Vida humana, a la Conciencia, a la Vida social histórico-cultural del Hombre, a la Biosfera y al Infinito (cosmos), pero donde se plantea con más claridad el problema del Movimiento es en el pensamiento dialéctico, que ha venido desarrollándose desde la filosofía oriental antigua y la filosofía clásica griega. Al hacer aflorar toda la materialidad del mundo, sin que esto se tome como un reduccionismo de ver en todo la Materia, es posible que no nos haga más entendible y comprensible el Mundo, que para esto bastaría con adecuarse a uno de los tantos oscurantismos, pero qué otra manera de explicar las cosas del mundo cabría ante el hecho tozudo de que existe una realidad objetiva que es la totalidad de nuestro mundo y el mundo real exterior con sus múltiples y diversas formas, fuera e independiente de nuestros sentidos y de nuestra conciencia. El Gran Concilio O cómo morigerar las cosas ante quienes creen que evidenciar la inmensidad, indestructibilidad e infinitud de la Materia sería agenciar el más crudo de los ateismos; o en qué tratamiento terapéutico tendrían que meternos a quienes pensamos que el mundo ha existido, existe y existirá muy a pesar de nosotros mismos. Sin dogmatismos, a unos y otros nostocaestarpredispuestosadejarnostocarportodo tipo de aproximaciones e intentos de explicación científica de la realidad del Mundo, de la Vida y del Hombre. No se trata del materialismo por el materialismo, ni de abogar por el materialismo mecanicista de los empiristas (ingleses y franceses del siglo XVIII), sino de retomar los fundamentos del materialismo desarrollado por los pensadores pre-Sócrates de Jonia, para que desprevenidamente invitemos a la Dialéctica y ver en qué medida ella nos ayudaría a avizorar si el Mundo es una realidad haciéndose permanente a través de una complejidad de procesos, o si tan solo es el hecho cumplido de un stock de cosas acabadas. Por ello nos aprestamos a bucear por entre los recovecos de la Materia en Movimiento, en general el movimiento evolutivo de la Naturaleza, de la Vida y del Hombre, y en particular el movimiento del pensamiento, el conocimiento y la cultura de la sociedad humana. Las primeras formulaciones de la Dialéctica griega establecen que toda la Realidad, por llevar en su seno la lucha entre contrarios, está en permanente proceso de formación, moviéndose eternamente. Con base en la materia sensorial percibida, Con base en la realidad de la materia sensorial percibida, el Ser, la Dialéctica de los primeros filósofos clásicos griegos se fundamentaba en el Movimiento o rotación eterna de la Materia, con unos dioses que sólo eran reflejo de ella, puesto que el Cosmos no había sido creado por nadie ni por nada, sino que había surgido y sigue surgiendo eternamente por sí mismo. Es Anaximandro de Mileto (-611-547) quien primero formula el problema de la Unidad y la separación de los opuestos. Heráclito de Éfeso (-535-475) plantea que todo lo existente se encuentra en “devenir”, está sujeto a movimiento y cambio, se transforma incesantemente por la lucha entre contrarios y que lo nuevo surge como resultado de la interpenetración de los opuestos. Parménides (-540-470 ) sostenía tesis contrarias a las de Heráclito, partiendo del principio “ex nihilo nihil” (de nada, nada): “lo que nunca existió no puede surgir de golpe y lo que siempre ha existido 43 no puede ser destruido” para poder demostrar que el Ser es engendrado, indestructible, finito, compacto, homogéneo, indivisible, esférico e inmóvil, ya que de lo contrario tendría que suponerse que el Ser proviene de una cosa tan impensable e inexistente como el no- Ser. A partir de que las cosas son o no son, de que lo que “es” existe y lo que “no es” no existe (el Ser es y el no ser no es), concluye que el único camino válido es el de “las cosas son”: son una delimitación perfecta que no admite un momento de no-ser; por tanto, ni el Movimiento ni la diversidad existían, ya que el Movimiento no existe por ser el cambio de una cosa que es a otra que no es, y viceversa, y la diversidad no existe porque si existiera más de un ser, uno no sería el otro y el otro no sería el primero. Esto es, para Parménides la interna sustancia de las cosas es “ser”, un ser inmutable que no tiene principio (ánarchon), que al no tener principio no podría tener movimiento y al no tener movimiento no podría tener el no-ser; un ser que por no ser naturaleza, sino inmutabilidad, y no admitir dentro de sí diferenciación alguna, su real forma tendría que ser la de una esfera. Empédocles de Agrigento (-495-435 aprox.), nacido en la Sicilia de la Magna Grecia, concibe que los principios generadores y rectores del Cosmos eran los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y agua. La vida de este venerable médico, además de ejemplar, sería tan consecuente con su doctrina (vivía como pensaba) que la leyenda lo describe arrojándose al volcán Etna para purificarse por el fuego y penetrar así en el seno de la Tierra. El contenido de estos elementos le darían a la Realidad (Universo) la forma de una Esfera, perfectamente redonda, igual a sí misma por todas partes y en todas direcciones, dentro de la cual se establecería una relación armónica entre los elementos, los que a pesar de sus diferencias sustanciales no sabrían de jerarquías entre ellos; ya que estando en pleno movimiento dicha realidad esférica podría acoger la pluralidad de todos los seres (puntos, elementos), como conviviendo en permanente simetría, equidistancia y equivalencia. Pareciera que en esta cosmogonía de una constante equivalencia de todos los elementos dándole forma esférica al Mundo, en la que ningún punto era centro, estuviera implícito que dentro de ella cada uno de todos sus puntos se comportaran bajo el presupuesto de una “constante” igualdad entre gravedad y aceleración, adelantándose en 2.500 años a la primera versión clásica de la teoría de la relatividad de Einstein. 44 Anaxágoras (-500-428), aún estando en su ciudad natal de Clazomene (Jonia) pudo ganarse la admiración de Pericles, que lo invitaría a Atenas, siendo uno de los primeros filósofos en radicarse en esta ciudad y provocando a su vez la gran diáspora de pensadores (filósofos) hacia Atenas, y entre sus discípulos estaría el mismo Pericles. Se dice que Sócrates pudo escuchar de sus planteamientos sobre el pluralismo y el movimiento que la realidad estaba formada por unas partículas llamadas “homeomerías”; que, gracias a que una realidad divina espiritual (Nous o entendimiento universal) le imprimía movimiento a dichas partículas mezclándolas y generando los sucesivos y eternos mundos, “todo está en todo y participa de todo”; y que el ideal era vivir para contemplar el sol, la luna y el cielo. La Pluralidad se explicaría por el mismo hecho de que nada viene a la existencia, ni es destruido. Todo lo que se produce y sucede es resultado de la mezcla de innumerables elementos, donde el Hombre es resultado de la mezcla y división de unas partículas iniciales cualitativamente distintas y divisibles hasta el infinito, las “homeomerías”. Y las demás cosas serían resultado de las “semillas”. Es decir, en todas las sustancias conocidas estarían desde siempre unas partículas diminutas, reunidas de tal manera que las de una misma clase estarían en cada objeto natural y en cada objeto estarían presentes partículas de todos los demás, que según predominen las de uno u otro objeto podrían pasar de ser un objeto determinado a ser otro distinto. Los cambios en el Universo, como los de corrupción, destrucción, transformación y generación de nuevos seres, serían producidos, según Anaxágoras, por la mezcla y disgregación de las Homeomerías o minúsculas partículas. El Movimiento inicial, generador del Universo, sería producto del cambio de dichas“homeomerías” puestas en movimiento rotatorio por la divinidad, pero que en casos excepcionales el movimiento era inducido por homeomerías especiales que siempre estaban en eterno movimiento como el éter” o por otras fuerzas mecánicas como el “aire”. El “Nous” (entendimiento, inteligencia, espíritu), externo y ajeno a las partículas, era el desencadenante de los remolinos y torbellinos que le imprimían a la masa inerte y esférica de la realidad el impulso inicial o movimiento; que, por ser totalmente separado y distinto de la realidad (masa de partículas diminutas), nada lo limitaría y todo lo conocería, como la cosa completamente autónoma más sutil y pura de todas. El Gran Concilio Esto es, Anaxágoras figura como el pensador que admitiendo la pluralidad, el movimiento, los cambios y las transformaciones de una naturaleza en la que todo existía desde siempre y nada nuevo podía originarse, se debatía entre el finalismo y el mecanicismo, incurriendo en el mecanicismo de darle al movimiento la función limitada de poner en rotación la esfera de la realidad, dejándola a la intemperie del principio ordenador de las fuerzas mecánicas, las que explicarían de ahí en adelante todos los cambios (procesos físicos) de la Naturaleza. Zenón de Elea (-490-430), considerado por Aristóteles como el primer dialéctico, explica el problema del espacio, el movimiento y el tiempo en el mundo sensorial, con base en los principios de unidad y multiplicidad, de identidad y de nocontradicción. Los sofistas y, paradójicamente, el mismo Sócrates, superarían esa excesiva ontología de la lógica dialéctica de los primeros clásicos, ya que al ponerse en incansable búsqueda de la verdad mediante el diálogo dialéctico repotenciarían así el movimiento del pensamiento humano, germinando la semilla sobre la cual florecería la filosofía griega. Demócrito de Abdera (-460-370 aprox.) afirma que el elemento último del que están hechas las cosas, o única realidad del Universo, son los “átomos”; realidad que no se imagina en forma de una única esfera, sino conformada por las múltiples esferas de los átomos, ya que no hay multiplicidad “en” el ser, sino una multiplicidad “de” seres denominados “átomos” y conformando el Universo. Estos “átomos” tendrían las mismas características de ingenitud e indestructibilidad de la esfera de Parménides, pero conformados de ser y de no-ser, donde la realidad del no-ser es el vacío. El “vacío” lo entendería Demócrito como un “vacío” que no es “nada absoluta”, sino “nada llena”, es decir, el “vacío” sí existe. Así explicaría Demócrito el Movimiento, a través de la negación de la no-existencia del noser, puesto que el no-ser es “vacío” que existe y en el que se despliega el movimiento, en el que se combina el átomo. El “vacío”, que no sería real si sólo se considerara como real la materia palpable, es visto por Demócrito como el que hace posible la pluralidad y el movimiento, ya que sin “vacío” las partículas quedarían aprisionadas e inmovilizadas en la masa esférica y compacta de Anaxágoras, pero es a través del vacío que los átomos podrían moverse libremente. El Gran Concilio El Universo constaría de infinitas partículas sólidas, compactas, indivisibles e inmutables, los “átomos”, con movimiento propio, espontáneo y autónomo en todas las direcciones, chocando caóticamente entre sí, sin orden ni finalidad, y provocando torbellinos de átomos que darían lugar a infinitos mundos perecederos. Esto es, el Movimiento no se inicia en ningún momento concreto, ya que los átomos siempre se han movido eternamente en el vacío, lo que hace de la cosmología de Demócrito una doctrina mecanicista de la materia, el vacío y el movimiento. Este modelo mecanicista de la naturaleza Demócrito-eano, fundado en la existencia del “ser” lleno y compacto y el “no-ser” vacío y sutil, sin necesidad de una inteligencia trascendente que rigiera los procesos y acontecimientos del universo, se caracteriza por considerar que los procesos naturales no tienen una finalidad inmanente que los haga inteligibles y que los sucesos del universo obedecen a la necesidad ciega del azar. Después vendría otra generación de filósofos a los que no les interesaría saber si en el origen de todas las cosas de la naturaleza y el cosmos estaba una sustancia única o variada (pluralidad), ni sintieron necesidad de problematizar el Movimiento, ya que pensaban que de los seres y objetos de la naturaleza nada se podía aprender; que bastaría con dedicarse a reflexionar sobre el hombre en sí mismo y sobre la vida del hombre en la ciudad. Entre ellos se destacarían incuestionablemente Sócrates (-469-399), Platón (-427-347) y Aristóteles (-384-322) Antes de seguir ahondando en el problema de la concepción del Movimiento, quedamos con un Parménides que lo niega, igual que las clásicas paradojas de Zenón de la tortuga y la flecha, diciendo que lo que “es” es y lo que “no es” no es; con un Demócrito que lo acepta, pero limitándolo a su condición mecánica, al decir que lo que “es” es (llenura) y lo “no es” es (vacío); y con un Heráclito concibiéndolo en toda su dimensión dialéctica de cambio, transformación y corrupción cuando dice que lo que “es” es y no es, y lo que “no es” no es y es. Hoy, merced a los desarrollos de la nanotecnología y la posibilidad de manipular sus instrumentos, la física cuántica o de las partículas ha podido experimentar cómo una partícula está y no está al mismo tiempo, tal como los “bit” de información pueden ser “0” y “1” al mismo tiempo, y que en últimas el Ser “es” y “no-es”. 45 En la escala creciente de la complejidad de la Materia, a mayor diversidad del Movimiento mayor complejidad del sistema, ya que a partir del más simple, el movimiento mecánico, va haciéndose más complejo en la medida que se refiera a los sistemas físicos, químicos, termodinámicos, biológicos, lingüísticos, psíquicos, científicos, sociales y culturales. Sería con Nicolás Copérnico, sobre todo, que quedaría establecida la revolución en la interpretación del Movimiento, puesto que se empezaría a demostrar cómo era la Tierra la que giraba alrededor del Sol, muy a pesar de que todos veían cómo el Sol giraba alrededor de la Tierra, amaneciendo en oriente y ocultándose en poniente. Y con la Evolución se evidenciaría que el Movimiento nos mostraba a la especie humana conectada a otras especies como la de los Primates, lo que es irreversible en el Tiempo. Algunospensadoresconsideranquelaexistencia del componente “trascendente” del objeto o “plano trascendente” de la realidad objetiva no es de naturaleza material sino virtual, tan sólo mensurable mediante la misma medida de la Forma, la “Información”; es decir, lo existente no sería todo Materia (Uno), sino un “Synolon” (materia y forma) conformado por la Materia (masa, energía) y la Información ofrecida por nuestros alrededores y por nuestras sensaciones y pensamientos. Otros consideran cómo el plano “trascendente” de las cosas de la realidad objetiva es una dimensión existente y material (no virtual) susceptible de ser medida, sólo que no en la tradicional dimensión del volumen espacial (tres dimensiones), sino en otras dimensiones espaciales más profundas que esta tridimensional perceptible por nuestros sentidos. Esto lo volveremos a insinuar cuando se hable de la “teoría de las cuerdas”. Por ejemplo, en el desarrollo conciencial del Hombre, el Movimiento se expresa en la recíproca relación del sujeto cognoscente con el objeto de conocimientoalritmodemomentosdeobjetivacióny obyección, que es entre el“Yo”conciente-razonador que se objetiva a la par que está ahí como arrojado al mundo, el “Ello” conformado por el ámbito del Yo instintual y la región de realidad objetiva susceptible de ser obyectada y el “criptoYo” que sería como un “Yo” consciente-intuitivo y trascendental lanzando ráfagas de intuición no racionales. Es el Movimiento de un Hombre que por su condición instintual-conciente sólo estaba ahí, dando ahora el salto hacia el Sujeto consciente de su existencia, que sin conformarse con esta 46 nueva situación se propone la transformación de su misma existencia, puesto que ha comprendido que el mundo objetivo no es un hecho cumplido, que como Sujeto no es totalmente independiente de aquel, sino que uno y otro están necesariamente en mutua dependencia. La Materia en Movimiento “De la nada, nada puede pensarse que provenga” Lucrecio El pensador y humanista argentino Florentino Ameghino (1854-1911) concibe cómo la Materia en su estado más primitivo tiene una sola calidad: El Movimiento; cómo no en el mundo cualquier fenómeno, por muy complejos que pudiere parecer, necesariamente está vinculado a la Materia o se ha originado en alguna forma del Movimiento de la Materia. Es evidente que la “Materia” no experimenta ni aumento ni disminución; su cantidad es, ha sido y será invariable, es eterna e indestructible. La “materia” está en proceso permanente de “transformación” incesante, cambiando de forma, de aspecto, de extensión y de densidad; y todos los “cambios” operados en la naturaleza son resultado del “movimiento” continuo de la “materia”. Para comprender cómo la Materia se transforma en Energía, pasando por los estados de “fuerza”, “partícula”, “átomo”, “molécula”, “biomolécula”, “célula”, “tejido”, “órganos”, “cuerpos orgánicos no humanos”, “cuerpos orgánicos humanos”, “cuerpo social humano”, “noosfera”, “biosfera” y “cosmos”, corresponde estudiar no sólo la física de las partículas, la química y la biología, sino primordialmente cómo en la cruda realidad del Universo se presenta la Termodinámica, la Entropía y la Neguentropía. Es más complejo, por ejemplo, el Movimiento de la termodinámica que el de la mecánica. En la Naturaleza, los cambios cualitativos sólo se producen cuando se adicionan o sustraen cantidades de materia o forma de movimiento (energía); las diferencias cualitativas obedecen a la diferente composición química y a las diferentes cantidades y formas de movimiento o energía. Para que la cantidad y la cualidad se correspondan mutuamente, y se presente el fenómeno de los cambios cualitativos de formas de movimiento, se necesita la concurrencia, mediante choque, fricción o magnetismo, de por lo menos dos cuerpos. No se conoce algún caso de conversión de una forma de movimiento en otra, dentro de un cuerpo totalmente aislado. El Gran Concilio El Movimiento existirá en la medida que haya más Calor en un punto que en otro, pero una vez las “energías” se transforman en Calor, éste empezará a dispersarse, degradarse e igualarse hasta tal punto de llegar a simple energía no utilizable (inocua) para trabajo alguno. Por ejemplo, si en los Agujeros Negros toda la Masa llegare a transformarse en Energía (gravitacional, nuclear) y ésta a su vez tendiente toda a transformarse en Calor, entonces ahí en el ámbito de los agujeros negros el Movimiento tendería a no existir. El profesor Eduardo Cesarman17describe los diferentes tipos de Energía y la manera como interactúan las “energías” entre sí, como cuando mediante la fricción la “energía mecánica” se transforma en “energía calorífica” (Calor); mediante la combustión se transforma la“energía química”de los organismos en Calor; se transforma la “energía radiante”del sol en Calor, al ser pasada por un prisma (lupa); la “energía gravitacional” puede convertirse en “energía mecánica” y en “energía eléctrica”, como en el caso de las represas hidroeléctricas; la “energía química” muscular transformada en “energía mecánica” por el ciclista; la “energía nuclear” convertida en “energía mecánica” y en Calor por las explosiones termonucleares; mediante la fotosíntesis convirtiéndose la “energía radiante” del Sol en “energía química”, entre otros casos. La Materia sin Movimiento es la Nada; la Nada absoluta es Nada, la Nada con llenura es Vacío. Lucrecio ha dicho que “de la Nada, nada puede pensarse que provenga”, a diferencia de la tradición bíblica que habla de un Dios que creó el mundo de la Nada. La Nada empírica es un absurdo, la Nada lógicaesunafalsedadnecesariaenlosrazonamientos contradictorios, ya que la verdad queda implicada por la falsedad. En Lógica, la Nada es un concepto de “vacío lógico” útil para presuponer tanto la posibilidad de un enunciado veritativo-funcional como del enunciado necesariamente válido o tautológico. Esto es, la Nada (absurdo, vacío lógico) es un concepto lógico útil a la razón analíticadeductiva, ya sea una Nada como objeto vacío sin concepto posible o como objeto de un concepto que se contradice a sí mismo (imposible), por ejemplo,”una recta de dos lados”. Como que es de nuestra condición humana ser en principio temerosos o renuentes a los cambios, ya que no mantenemos muy predispuestos a que 17 nos muevan el piso, aspecto este evidenciado tantas veces a través de la historia como cuando no quisimos escuchar en su momento las explicaciones sobre la redondez de la Tierra, pero que una vez el descubrimiento de América de por sí significaría la más profunda revolución en la concepción de la “forma” de nuestro mundo, demostrándose cómo muy a pesar de nosotros la Tierra siempre ha sido esférica, mirándose así el mundo con otros ojos, ya que desplazándonos siempre hacia el frente y en la misma dirección podría regresarse al punto de partida. A golpes de ampliar horizontes, observando, descubriendo y conceptualizando de nuevo el Cosmos y el Hombre, igual que revaluando leyes y teorías, el intelecto tuvo que haberse formado otra imagen de la realidad objetiva. El fracaso Aristóteles-eano de no dar cuenta con su física sobre la existencia de los nuevos mundos, acentuado por el descubrimiento de la no-geocentridad del sistema solar (Copérnico) y la misma teoría de la Evolución (Darwin), hizo que se representara la nueva realidad volviendo las miradas hacia el maestro Platón, el más relegado por las hipótesis de Aristóteles. La nueva realidad colmada por las nuevas observaciones y descubrimientos, como el hecho tan revolucionario del descubrimiento de nuevos mundos, exigiría volver los ojos al prisma Platóneano (Galileo, Descartes) de una Naturaleza que hablaba el lenguaje de las relaciones y las figuras geométricas, como si la realidad siguiera y obedeciera un orden matemático, pero superando las nociones tradicionales de la física Aristóteleseana del universo geocéntrico. Merced al Movimiento, la intuición Platón-eana de la realidad estructurada geométricamente se configuraría a partir de la abstracción del plano bidimensional o superficie bidimensional de los hexágonos (colmenas) para secuencialmente como realidad en irreversible movimiento generarse en volúmenes (sólidos) tridimensionales de tetraedros, hexaedros, dodecaedros, icosaedros, cubos y esferas. Ni siquiera el constatar que el hombre dejaba huella de sus pisadas en la Luna motivaría una ruptura cosmogónica, la que temprano o tarde tiene que darse, pero el Movimiento mostraría su plena reversibilidad en el espacio e irreversibilidad en el tiempo con los desarrollos de la termodinámica y la teoría cuántica. CESARMAN, Eduardo. Orden y Caos; editorial Diana, México, 1982 El Gran Concilio 47 Entonces, nuestros oídos serían más sordos para escuchar que la Materia en Movimiento es fundamento de la materialidad del Mundo. Sabemos tan poco del mundo físico que sólo hablamos de una unidad dicotómica Materia y Forma, como entidades con la capacidad cada una de transferirse “masa”, “trabajo”, “energía” e “información”, en el caso de la Materia, y en “información” en el caso de la Forma, quedando el problema de explicar la manera como Materia y Forma se transferirían entre sí; o que todo lo existente sería Materia (masa y energía) que en el campo de la “inmanencia” física es mensurable o cuantificable en términos de tiempo y espacio, mas no así en el campo de lo “trascendente” que es aquella dimensión del objeto que no se nos muestra, no nos suministra sus datos y no es perceptible en el espacio, aunque sí podría ser “intuible”. Si alguien quiere ser adepto de las sectas que proclaman el fin del mundo o perecimiento de todo lo existente, aún le queda el arbitrio, nada envidiable por cierto, de que en su cabeza, y sólo en ella, de un tajo le quite el Movimiento a la Materia. Pero, a pesar de él, el Planeta Tierra en Movimiento seguirá produciendo la atmósfera que le garantiza su misma vida. Incluso entre científicos no es raro encontrar adeptos al fin de los tiempos, pronosticándonos la muerte térmica del Universo al perder la facultad de moverse una vez que, tal como un cuerpo caliente puesto en un medio de menor temperatura se enfría, los astros pierdan con el tiempo su calor en el frío del espacio cósmico. Entonces, el universo llegaría a un estado de equilibrio térmico, convirtiéndose en un cementerio de cuerpos congelados. (ver termodinámica). Ante la doctrina “dinamicista” que concibe la preexistencia de ciertas fuerzas puras a la Materia, un “movimiento puro” divorciado de la materia que precedía a la materia y ciertas fuerzas como fuente inmaterial del movimiento, Florentino Ameghino explica cómo dicha concepción al desmaterializar la Materia, reduciéndola a simples fuerzas, estaría a un solo paso de aceptar la existencia de la fuerza sin materia, de un movimiento sin algo que se mueve; que si la radiación y la disociación de la Materia, a veces hacían casi imposible la medición de la materia, no implicaba esto su desmaterialización, sino que hasta ahora no se disponía de los instrumentos idóneos que permitieran sopesar las partículas más ínfimas de la Materia. 48 Si nos fuese familiar el pensamiento Jonio de hace 2600-2500 años, tampoco nos podría resultar convincente la explicación metafísica de que la realidad última de la naturaleza estaría constituida por esencias o cualidades que nuestras mentes y sentidos no estaban en condiciones de dar cuenta de ellas. René Descartes (1596-1650) daría de nuevo explicaciones del tipo Jonio, afirmando que el auténtico fondo de las cosas era “corpuscular”, ¿equiparablealosátomosindivisiblesdeDemócritoo a las homeomerías de Anaxágoras?; que la estructura del Universo era de tipo lógico-matemática; que Dios se había limitado a crear la materia (corpuscular) con una cantidad de movimiento constante y sus respectivas leyes, para luego formarse y funcionar por sí mismo el universo sin necesidad de ninguna intervención divina, ya que la misma mecánica de las cosas se encargaría del resto, poniendo sus propios ritmos y permitiendo que la materia corpuscular se comportara con regularidad matemática. A la par de esto vendría todo a enredarse con la aparición de ciertas interpretaciones de las Escrituras, asegurando que todo en la Tierra hubo comenzado hace 6000 años, más exactamente en la noche anterior al domingo 23 de octubre de 4004, tal como lo calculara escrupulosamente en 1650 el obispo irlandés James Ussher (1580-1655). Claro que Descartes también consideraba que todo esto había empezado a ocurrir 6000 años atrás. Georges Louis L. Buffon (1707-1788) retoma la idea de que la Materia, el Movimiento y las Leyes (gravitación) que lo rigen fueron establecidas por el Creador, permitiendo así que a partir de ello empezaran a existir las cosas y la sucesión de los seres; es decir, empezaría a constituirse a sí mismo el mundo como una creación. Después de tantas tentativas por comprender el problema del Movimiento, vendría la lógica metafísica Hegel-eana a plantear el problema de la unidad entre lo lógico y lo histórico, considerando que el mundo histórico y espiritual en conjunto son un solo proceso de movimiento, cambio, desarrollo y transformación en formas continuas; que la fuente de este automovimiento no está constituida por algún principio o ley de contradicción, sino por sus contradicciones internas; que la esencia del ser está en el desarrollo de la idea absoluta; que la conciencia es el desarrollo de la realidad y que el desarrollo, después de alcanzar determinado grado, se detiene completamente. El Gran Concilio De una manera u otra, en la Edad Moderna empieza a concebirse que la cosmogonía y la cosmología sólo podrían explicarse mediante la participación de la Materia, el Movimiento y sus respectivas leyes; unos haciendo esfuerzos por conseguir la intervención de Dios, y otros sin él. La Conciencia y el Pensamiento son propiedades de la Materia altamente organizada que, según el físico inglés David Bohm,(1917-1994), forman parte de un todo holista (hologramático) que nunca se nos presentaría estático ni completo. Una y otro forman parte de todo el proceso interminable de movimiento y desarrollo. El pensador ruso Nicolás G. Chernishevski (1828-1889) ha dicho que el mundo es Uno; que todos los objetos y fenómenos de la naturaleza son formas de existencia de la materia única; que la igualdad entre objetos y fenómenos está en su materialidad; que lo que es igual en todos los fenómenos de la naturaleza es proporcionado por la materialidad de los mismos, ya que todos los objetos de la naturaleza serían combinaciones y complejas permutaciones de los elementos de la materia. La Naturaleza precede a la Conciencia y existe al margen de ésta (Basilio Conta). El mundo exterior existe; no es mi “yo” quien crea el mundo exterior, sino más bien es el mundo exterior el que con su influir engendra mi mundo interior. Movimiento, Espacio y Tiempo, modos fundamentales de existencia de La Materia Cómo hablar de Movimiento sin relacionarlo con el Espacio y el Tiempo, y viceversa. Uno de los atributos de la Materia es el Movimiento; la Materia y el Movimiento son Uno y lo mismo, como un Todo donde el Movimiento ofrece formas con capacidad de transformarse una en otra. Otros atributos inalienables de la Materia son el “espacio” y el“tiempo”, que estando ligados inseparablemente entre sí a su vez lo están con el “movimiento”. A los objetos (Materia) no sólo los caracteriza el estar permanentemente en Movimiento, sino también otras propiedades como las de poseer “extensión” (volumen), ocupar un lugar, estar situados de cierto modo unos con respecto a otros, transcurrir sucesivamente unos tras otros en determinado orden, tener duración, tener comienzo y tener fin. Como fuere, ya es mucho que de una historia natural pasara a hablarse de una historia de la naturaleza, en la que, además de materia, movimiento y leyes, se tuviera en cuenta la participación del Tiempo. El Gran Concilio El Espacio y el Tiempo Se ha dicho que el Espacio y el Tiempo, vía fuerza gravitatoria, eran determinados y modelados por la Materia, lo que también se insinuaría en la “teoría de la relatividad” (teoría de la invarianza) con un Espacio y un tiempo que no existen por sí solos, sino como relaciones entre objetos, ya que sólo existirían en la medida de la existencia de una materia que los relaciones y mida; es decir, si no existe “materia” no existirían ni el Espacio ni el Tiempo. También en palabras de Stephen Hawking, el Espacio y el Tiempo no eran esa dimensión o escenario pasivo en el que ocurren los acontecimientos, sino los generadores de la dinámica del Universo, y que gracias al descubrimiento de América se vendría a demostrar empíricamente el postulado Euclides-eano de la cualidad contradictoria de poder regresar al punto de partida sin necesidad de tener que cambiar la dirección del movimiento. El Espacio reversible y el Tiempo irreversible son dos formas del Ser, la una sustancialmente diferente de la otra. No obstante que el Espacio y el Tiempo han sido la preocupación permanente de la Filosofía, la Ciencia, la Psicología y, en general, de todas las ramas del conocimiento, aún son conceptos cuya naturaleza y definición no se ha clarificado plenamente. En la Filosofía y la Ciencia encontramos concepciones idealistas y materialistas, formuladas desde los pre-Socráticos, pasando por las de Isaac Newton (1642-1727), Immanuel Kant (1724-1804), Henri Bergson (18591941) y Albert Einstein (1879-1955), entre otros filósofos y científicos. Si la Materia ha sido, es y será por siempre; si el Cambio es un atributo de la Materia; si el Tiempo y el Espacio son atributos del Cambio; entonces, el Espacio y el Tiempo no sólo son modos fundamentales de existencia de la Materia, sino que también serían eternos como ésta. El Espacio y el Tiempo ¿mensurables? Si un objeto está en movimiento y posee “extensión”, con base en el tiempo y el espacio dicho objeto (materia) es mensurable en su velocidad y volumen; si es un fenómeno, hecho, situación o proceso, con base en el tiempo, el espacio y órganos sensoriales es perceptible, mas no mensurable. Sólo es mensurable una cosa u objeto que esté, pero no como ser; de lo que está, es visible y tangible el movimiento de su corruptibilidad, degradación o entropía. 49 Con respecto a los conceptos filosóficos del Espacio y el Tiempo, para el idealismo subjetivo las categorías Espacio y Tiempo serían sólo el producto de la conciencia del hombre, mientras que para el idealismo objetivo serían originadas por un espíritu universal absoluto. El Espacio y el Tiempo se mensuran más como algo subjetivo e intelectivo, que objetivo. De la misma manera como sólo llegamos a hacernos a una idea del “espacio” en la medida de la disposición de los objetos visibles y tangibles, no es el “tiempo” lo que pasa sino las agujas del reloj. Lo mensurable no sería el “tiempo” en sí, sino el desplazamiento físico de las agujas del reloj, que son los objetos de los que tomamos nota si se han modificado en el tiempo o en el espacio, y no otra cosa; no medimos el “tiempo” sino la manera como se va quedando sin arena el reloj. Esto es, como no existe la medida del “tiempo” ni del “espacio”, sino sólo la medida de los objetos-instrumento que los referencian, el “tiempo” y el “espacio” no serían cognoscibles sino intuibles. El filósofo inglés John Locke (1632-1704) explica que el “tiempo” es inaprehensible por nuestros órganos sensoriales, ya que su aprehensión es tan sólo intelectiva, debido a que “la idea de duración procede de la reflexión sobre la sucesión de nuestras ideas”. El filósofo escocés David Hume (1711-1776) considera que la noción del “tiempo” es subjetiva, ya que alguien profundamente dormido, o intensamente ocupado por un pensamiento, sería insensible al tiempo y, dependiendo si sus percepciones se siguen unas a otras con mayor o menor rapidez le parecería a su imaginación más larga o más corta la misma duración. Así, la percepción del “tiempo” dependería de la sucesión de nuestras ideas e impresiones, puesto que el “tiempo” por sí solo no podría manifestarse ante la mente ni ser conocido por ella (Hume), al menos que se presente acompañado por un objeto tangible o visible, ya que el “tiempo” no sería real como objeto, sino sólo como “el modo que tengo de representarme a mí mismo como objeto” (Kant). En la variante idealista de Immanuel Kant (1724-1804), el Espacio y el Tiempo son formas ideales “a priori”, percibidos merced a que en la conciencia de los hombres estaría la facultad “a 18 50 priori” de disponer y sistematizar las percepciones; por tanto, el Tiempo y el Espacio serían intuiciones puras. Volveremos a esta definición cuando nos familiaricemos con el concepto de “intuición”. Para el matemático y filósofo francés Jules Henri Poincaré (1854-1912) tanto el “tiempo” como el “espacio” serían imposibles de medir, ya que al no ser revelados por nuestros sentidos no serían mensurables sus propiedades, sino lo ocurrido a los objetos-instrumento de medición. Por ejemplo, el hecho de medir es una experiencia realizada no sobre el “espacio” sino sobre los mismos cuerpos. Si todo está en Movimiento, nada más relativo que el “espacio”; nadie podría irse hoy de un punto y regresar mañana al mismo punto. Si de un día para otro la escala de la dimensión del Universo no fuera 1 : 1, sino 1 : 10 ó 10 : 1, simplemente el mundo permanecería semejante a él mismo, ya que nadie se percataría que las distancias de ayer ya no serían las mismas de hoy porque todas las distancias arrojarían las mismas medidas debido a que la escala de los instrumentos de medición también se alterarían uniformemente de la misma manera. Pero, para la dialéctica materialista, las propiedades del Espacio y del Tiempo son coherentes con la misma naturaleza de la Materia, es decir, son formas objetivas y universales de existencia de la Materia y, así como la infinitud y eternidad de la Materia, el Espacio es infinito y el Tiempo es eterno. La Materia es infinita y eterna, el Espacio y el Tiempo no han tenido principio ni tendrán fin, y, por tanto, el universo es infinito y eterno. “La propiedad universal de los cuerpos materiales de poseer extensión, ocupar un lugar determinado y estar situados de cierta manera entre otros objetos del mundo refleja precisamente el concepto filosófico de espacio... La propiedad universal de los procesos materiales de transcurrir uno tras otro con determinada continuidad, tener duración y desarrollarse por etapas y fases refleja precisamente el concepto filosófico de tiempo”18 Según esta concepción materialista, aparte de ser propiedades universales de la Materia, el Espacio y el Tiempo (materiales) se caracterizan por tener la propiedad de la “objetividad”, es decir, ser independientes de la conciencia del hombre. Pero nos falta auscultar si además de mensurables también son trascendentales. AFANASIEV, V. Fundamentos de Filosofía, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, pág. 72 El Gran Concilio La Ciencia ha abordado las propiedades del Tiempo y el Espacio de los objetos materiales, desde la mecánica clásica, que daría el paso adelante de reconocer la objetividad del Espacio y el Tiempo, pero que retrocedería dos al separarlos de la Materia, tal como serían definidos por Isaac Newton (1642-1727); desde la concepción de Albert Einstein (1879-1955) que, ni más ni menos que en su teoría de la relatividad, ya no habla de un Espacio separado del Tiempo, sino de un “espacio-tiempo” fundado en un “movimiento” que siempre sería relativo al sistema de referencia en el cual se encuentre el observador. Para Einstein, el observador tendría dos imágenes: una imagen estática, en la que no cuenta el “tiempo” por ser tan sólo un continuo unidimensional en el “espacio”; una imagen dinámica, en la que sí cuenta el “tiempo”, formando parte del continuo tetradimensional espaciotiempo. Si el Movimiento es irreversible, el Tiempo sería necesariamente igual. Y si el Tiempo es uno de los modos fundamentales de la Materia, simplemente bastaría con indagar por la forma de ésta para concluir que el Movimiento y el Tiempo serían hacia futuro, en trayectoria de espiral expansiva (logarítmica), cuya tendencia producto de infinitos sentidos podría representarse en una única“flecha”. ElTiempo no transcurre circularmente ni hacia atrás; esto es, no habría eterno retorno, ni el movimiento de nuestra existencia en el Tiempo nos podría conducir de regreso al punto de partida del viaje de nuestra vida. Ludwig Wittgenstein precisa que no se puede comparar un proceso con el «transcurso del tiempo» —tal cosa no existe—, sino sólo con otro proceso (tal que la marcha del cronómetro); que, por tanto, la descripción del proceso temporal sólo sería posible en cuanto lo refiramos a otro proceso, ya que esto sería exactamente análogo para el espacio; que uno quisiera decir: «la comunicación ocasiona que él sepa que yo siento dolor; ocasiona este fenómeno mental; todo lo demás no es esencial a la comunicación»; y que, así fuese esto un curioso fenómeno del saber, los procesos mentales son justamente curiosos. Es como si se dijera: «El reloj nos indica el tiempo transcurrido. Qué sea el tiempo, eso aún no se ha decidido. Y para qué se determina el tiempo transcurrido —eso no viene al caso»”19 19 20 21 El Espacio y el Tiempo ¿trascendentales? Como si fuese un galimatías, con base en la materia inmaterial y la fuerza ideal la teoría subjetivista Kant-eana concibe el Espacio y el Tiempo como condiciones universales y necesarias de la existencia de todos los objetos de la percepción sensible, donde los objetos no existen objetivamente por sí mismos, ni por fuera del Espacio y del Tiempo, sino en cuanto son percibidos subjetivamente. Felipe Beltrán Vega acaba de exponer en el primer congreso colombiano de filosofía20que el hecho de que antes de Kant existieran dos formas estándar de concebir el “espacio” y el “tiempo” como objetos reales y como relaciones universales entre objetos, al ser pensados como objetos particulares (reales) haría difícil garantizar su universalidad, mientras que pensados como relaciones universales entre objetos haría difícil garantizar su aplicación a todos los fenómenos del mundo. Ésto le serviría a Kant para proponer en su Estética Trascendental una tercera manera de concebir “espacio” y “tiempo”. Si René Descartes intenta demostrar la objetividad y neutralidad del “espacio” a partir de la certeza de la posibilidad de su medición, Kant es más explícito en considerar que “espacio” y “tiempo” son separados como dimensiones independientes (formas a priori) de la experiencia humana. En la Estética Trascendental, para Kant “espacio” y “tiempo” son presentados como el fundamento que ha hecho posible todo el conocimiento existente y por esta razón deben ser expuestos de forma que garanticen una ciencia universal (válida para todos y cada uno de los fenómenos posibles) y objetiva (aplicable a todos los fenómenos reales). “Kant encontró una manera de resolver estos problemas argumentando por la existencia de una tercera posibilidad para concebir espacio y tiempo como parte de la constitución subjetiva de la mente humana, razón por la cual ni el espacio ni el tiempo pueden adscribirse a ninguna cosa en el mundo fuera de nuestra consideración”21 Kant se explica el “espacio” y el “tiempo” como formas subjetivas de presentarse los objetos a la percepción del conocimiento humano, porque sería de nuestra naturaleza, al ser compartido por todos los seres humanos, el darle de manera Tait, Eugenio, Entidades métricas, cap. XIII, pág.301, WWW. BELTRÁN VEGA, Felipe. Arquitectura crítica: Teorías del espacio y tiempo. Ibíd. El Gran Concilio 51 espontánea y constante forma a todos y cada uno de nuestros encuentros con las cosas, garantizando así su universalidad (al menos desde el punto de vista humano) y su objetividad en la medida en la que están presentes en todas las cosas conocidas por el hombre. Según Kant, el “espacio” es la forma de todo el conocimiento que trata con las cosas externas; el “tiempo” es la forma de nuestro sentido interno mediante el cual es posible intuirnos a nosotros mismos y a nuestros diferentes estados. Espacio y Tiempo, según Kant, son la pura espacialidad y la pura temporalidad como formas de la percepción humana; la diferencia entre el espacio y el tiempo se establecería al describir cómo cada uno da forma de manera distinta a nuestra percepción. Así, el clásico dualismo entre cuerpo y mente (alma) estaría relacionado en la obra de Kant con un dualismo entre el cuerpo (junto con otros cuerpos) en el espacio y la mente (junto con sus estados) en el tiempo. Al concebir Kant que las relaciones corporales tienen que ser espaciales, mientras que la mente en relación con sus estados mentales tiene que estar en una relación temporal, se está presentando una forma de entender el “espacio” no sólo como neutral y objetivo (como lo había hecho Descartes), sino que además lo aísla del “tiempo”. El “Espacio” El “espacio” se ha considerado representación de la imaginación, como concepto y como objeto. El concepto más familiar lo relaciona con el vacío en donde se encuentran todas las cosas que existen y que sirve como receptáculo de ellas; el espacio es a los cuerpos lo que el continente es al contenido. En la naturaleza existen cuerpos cuyas propiedades espaciales no son explicadas por la Geometría de Euclides (siglo III a.C.), ya que en ciertas superficies dos líneas paralelas podrían no coincidir, aún si al ser cruzadas por una línea perpendicular a dichas paralelas los ángulos internos formados por ella son menores a dos rectos, debido a que en tales superficies la suma de los ángulos de un triángulo no sería igual a 180º, sino menor A pesar de los revolucionarios cambios al postulado de las paralelas de Euclides logrado por la geometría no-Euclides-eana de Lobachevsky, Bolyai y Gauss, aún sobreviven de ella sus postulados métricos de los “grupos de desplazamiento” en los que: 52 Un desplazamiento AB y uno BC pueden coordinarse en un solo desplazamiento AC; todo desplazamiento AB puede ser invertido en BA; la resultante de un desplazamiento AB y su inverso BA es un desplazamiento nulo; y los desplazamientos también son asociativos, puesto que a través de caminos diferentes un mismo punto puede ser alcanzado a partir de otro, es decir, AB + BD = AC +AD. No obstante, el principio de Inversión también quedaría revaluado con los desplazamientos de los viajes adelantados después del descubrimiento de América, puesto que el movimiento de regreso al punto de partida no se trillaría a través de un simple cambio de su dirección en 180°, sino continuando con el movimiento en la misma dirección. Así sería revaluada la Inversión, pero al precio de re-confirmar la reversibilidad del movimiento en el Espacio. Como no es posible representar la esencia del Espacio sin saber antes cómo es que dicho espacio se anuncia en el conocimiento finito del ente, Kant no encuentra mejor camino que el procedimiento negativo (paradigmático), es decir, empezando por ¿qué no es el espacio?, que el espacio no es esto ni aquello, ya que las condiciones de lo que se va a aprehender (el espacio) estarían ahí sin ser reconocida y, por tanto, en cierta forma desconocida e in-aprehensible. Puesto que el “espacio” no es una cosa más entre otros entes ante los ojos, ni un objeto que pueda representarse empíricamente, las condiciones del “espacio” como “junto, sobre y detrás de” no se encontrarían en ninguna parte, ni allá ni acá. El Espacio, para poderse anunciar ante los ojos como estando “junto, detrás o sobre de”, necesita ser representado como algo “dentro del cual” puede encontrarse primeramente lo existente; de ahí que lo que se represente del “espacio” necesariamente de antemano en el conocimiento humano finito, sea su representación pura. Así, la representación del “espacio” es la representación inmediata de una unidad única, es una Intuición. Por tanto, el “espacio” sería lo intuido en una intuición pura. Como la intuición pura de “espacio” se recibe en su totalidad de una vez, dicha intuición pura no debe limitarse a dar sólo aspectos o partes de lo intuido, sino que en forma inmediata debe dar lo intuido en su totalidad. Como el “espacio” es magno, inmenso, totalidad ilimitada y única, dentro de la cual cabrían todos sus aspectos constituyentes como sentido, magnitud, El Gran Concilio extensión, quantum, cantidad, etc., al percibir las cosas lo intuido del espacio como intuición pura no se presentaría como forma (objetos), sino que lo intuido sería la totalidad, dada previamente por el “espacio”, de aquellas relaciones que ordenan los datos del sentido externo. Si anteriormente con George Berkeley quiso darse por concluido que el Espacio es concebible tan sólo por la vista o por el tacto, pero no por la combinación de los dos porque no se daría tal homogeneidad, lo cierto es que cada día los grandes avances del conocimiento científico en sus preguntas por la Naturaleza nos dan más razones sobre la particularidad específica del Espacio como modo de existencia de la Materia. Con base en su carácter objetivo nos hemos acostumbrado a percibir el Espacio en su condición tridimensional de longitud, anchura y altura. Pero esta concepción, a pesar de ser en apariencia tan obvio que cualquier objeto material pueda moverse recíproca y perpendicularmente en estas tres direcciones, ya hizo aguas y son muy pocos los científicos que persisten en ella. Mucho antes de quedar sin piso la concepción y percepción tridimensional, que no sólo es revaluada por el espacio tetradimensional de Einstein, ya se le habían descubierto al Espacio nuevas propiedades, mostando las debilidades de la geometría de Euclides. El matemático ruso Nikolai Ivanovich Lobachevski (1792-1856), quien sobre el Espacio sería el primero en construir una Geometría como sistema hipotético deductivo, negando el quinto postulado de las paralelas de Euclides. Lobachevski, al profundizar sobre propiedades espaciales de los cuerpos, inaugura la geometría hiperbólica (no Euclides-eana) consistente en que las propiedades del Espacio variaban según se estuviera en distintos ámbitos del Universo, puesto que ellas dependían de la propia naturaleza de los cuerpos físicos y de los procesos materiales que se operaban en éstos. Una vez definido el Espacio como aquel campo en el que los rayos luminosos son líneas rectas, vendría la teoría gravitacional de Albert Einstein (18791955) a demostrar que en el campo gravitacional del Universo los rayos de luz no pueden ser rectos, debido a que el campo gravitacional (espacio) determinado por la masa es curvo y no porque la gravedad los atrajera doblándolos en curva.22 22 El “Tiempo” Si la Materia implica el Cambio y el Cambio implica el Tiempo, el Tiempo sería entonces un atributo del Cambio, a la par que lo es de la Materia. El Tiempo, como propiedad de la Materia, nos permite caracterizar la duración de los procesos y la rapidez con que éstos suceden o transcurren. Las unidades de medición del Tiempo, que cuando sonconvencionesprácticasgeneralmenteaceptadas por cierta comunidad humana son íntersubjetivas, no dejan de ser la expresión de determinadas regularidades objetivas de Movimiento de la Materia. Una regularidad tan objetiva como el hecho de que la Tierra da vueltas alrededor de su propio eje (rotación) ha llegado a expresarse formalmente mediante la convención de un día, que es la duración del proceso de una vuelta de la Tierra alrededor de su eje. Y el hecho objetivo de dar vueltas la Tierra alrededor del Sol (traslación) se expresa mediante la convención generalmente aceptada de un año o 365 días, pero esta ínter subjetiva convención, que no es el Tiempo sino una unidad de su medición, siempre estará expresando o refiriéndose a relaciones tan objetivas como las del espacio en que ocurre el fenómeno y la velocidad con que la Tierra se desplaza. Si tanto las distancias como los desplazamientos son objetivos, el Tiempo también lo es.Todo lo que tiene que ver con nosotros gira en torno al“tiempo”, estando condenados a definirlo tautológica mente en términos del mismo tiempo. El Tiempo de Newton es absoluto; el Tiempo de Einstein es una dimensión más (cuarta) de la estructura o forma de la realidad del Universo, cuya medición es relativa, puesto que puede hacerse mediante los múltiples patrones comprendidos por cada uno de los múltiples observadores. El Tiempo también se define en función de la “entropía”, que no conoce de trayectos sino del estado inicial y final de un sistema, que sólo mide el orden o desorden de un sistema; y en función del “cambio”, ya que mientras exista la Materia siempre se darán los “cambios” y el “tiempo” sería la trayectoria de ellos. Por lo general creemos que podemos dar una definición espontánea del Tiempo, pero inmediatamente tendríamos que decir con Aurelio Agustín de Hipona (354-430) que “cuando no me lo preguntan, lo sé; cuando me lo preguntan, no lo sé”, Este aspecto de relacionar la Gravedad con un Campo o espacio-tiempo curvado, y no con una Fuerza, se entrará en detalles en próximo subtítulo sobre la teoría gravitacional de Einstein. El Gran Concilio 53 ya que para él no tenía dimensión; o pensaríamos en la doble causalidad recíproca (Aristóteles) de “tiempo-movimiento y movimiento-tiempo”, pero sería más que problemática. Una de las grandes revoluciones científicas del siglo XX, la teoría de la relatividad de Einstein, se funda en el hecho de que en el Universo elTiempo no es fijo ni constante, sino variable, ya que dependería delaposiciónyvelocidadconqueenundeterminado momento ocupe un determinado observador con respecto al movimiento de un determinado objeto: El Tiempo es relativo. Entonces, Tiempo y Espacio se combinarían en un espacio-tiempo de 4 dimensiones; o, según otras maneras de concebir el Tiempo, incluso combinándolas con la relatividad delTiempo, donde en las 4 dimensiones coexistirían todos los tiempos, como aquellos tiempos subjetivos producto de la manera como cada uno de nosotros lo percibimos según sea en un determinado momento nuestro estado de ánimo, que nos da una sensación corta o inmensa del Tiempo. Anaximandro (-610-547) sería uno de los primeros pensadores en concebir el Tiempo, ya que si el arché de la naturaleza es el “ápeiron” indeterminado, inmortal e incorruptible y si es necesario que las cosas tiendan a volver al ápeiron, el Tiempo sería el encargado de que las cosas vuelvan a la unidad, quietud e indeterminación de la fisis. Para los Pitágoras-eanos, los números serían la medida del Tiempo; Platón (427-347) lo concibe como “imagen móvil de la eternidad”. Aristóteles (384-322), con base en que Tiempo y Movimiento se perciben de manera conjunta y están unidos indisolublemente, considera que el Tiempo es el número del movimiento según el antes y el después. A través de la historia, entre estoicos, neoplatónicos y escolásticos seguimos encontramos diferentes definiciones del Tiempo. El Tiempo en relación con la Intuición (Kant) y con la Evolución (Darwin) merece tratarse en su respectivo apartado. Esta concepción, en cuanto a la evolución, es confrontada por la de un tiempo Darwin-eano totalmente ajeno a la evolución, de descendencia con modificación, ya que, según Darwin, el Tiempo no tendría direccionalidad ni orientación progresiva, ni sería el homogéneo fluir, sino el hilo monótono de un largo infinito donde cada evento se engarzaría ocupando su instante asignado, por lo que el único objetivo de cada individuo sería poder existir en y para el presente, y no el de ser un momento en la marcha intencional del pasado al futuro. 54 En relación con el Espacio y los fenómenos naturales, Newton concibe el “tiempo” como realidad absoluta, o realidad en sí, independiente de las cosas; Leibniz lo concibe como una relación, en la que del “tiempo relativo” se desprendería el concepto de un “tiempo absoluto” que no podría medirse con instrumento alguno. Por lo general, se le concibe como propiedad o medida necesaria de la duración. Esta contraposición de concepciones sobre el Tiempo, no es propia de la modernidad. Ya venía dándose desde Aurelio Agustín (san Agustín) con su concepción teológica de un Tiempo como realidad “creada” (no creador), fundada en el principio de que por ser Dios la causa suprema anterior a todo, entonces el Tiempo sería creación de Él. La concepción creativa y acumulativa del Tiempo, la Bergson-eana del “entusiasmo (elan) vital”, equivale a aquellos sistemas estadísticos sobre fenómenos meteorológicos como la formación de las nubes, que son impredecibles por depender de movimientos fortuitos. El subjetivo y convencional Tiempo La primera percepción que podríamos tener con respecto al Tiempo es confundirlo con las subjetivas unidades de medición. Mientras que éstas son subjetivas, el Tiempo en sí sería objetivo, puesto que es una propiedad de la Materia. Ahora nos miden el Tiempo, cuando lo más natural sería sentirlo y vivirlo. Qué nos puede decir sobre el Tiempo un mecanismo de medición, como un reloj de agua (clepsidra), un reloj de arena, un reloj de sombras, un reloj de pulso, un reloj de engranajes, etc., si no sirve para permitirnos vivir al ritmo de la Naturaleza, sino para obligarnos a vivir según unos ritmos ficticios, podría ser una de las razones de nuestros desequilibrios, descompensaciones y traumas. Como el Tiempo puede objetivarse mediante determinaciones universalmente válidas, se ha pretendido conectar el “tiempo” con el mundo de la conciencia, del “yo” (tiempo subjetivo), que es un tiempo vivido y sentido a plenitud. Pero esto no sería el Tiempo objetivo en sí, sino la misma unidad subjetiva, no ínter subjetiva, de medición, ya que cada quién puede experimentar una duración lenta o rápida del “tiempo” según la situación. Por ejemplo, el “tiempo” se siente de manera diferente en la oscuridad o en la luz; si estamos afectados por alguna privación sensorial o si gozamos de todas las facultades sensoriales; si el estado anímico es de sufrimiento o de felicidad. El Gran Concilio No es que el Tiempo, además de ser objetivo es subjetivo, sino que lo subjetivo es este modo íntimo de sentirlo o medirlo. La conciencia del “yo” experimenta la temporalidad de diversas maneras, ya sea la situación, o que predominen aspectos objetivos o subjetivos, o que, según predominen la memoria y el recuerdo, pasemos del sentir al sentirse y del vivir al vivirse. ConrespectoalTiempoNewton-eano,concepción mecanicista análoga a la secuencia genealógica Darwin-eana, Bergson nos dice que la esencia de la explicación mecánica consiste en considerar el futuro y el pasado como funciones calculables del presente, y así afirmar que todo está dado. El movimiento de los cuerpos celestes, bajo las leyes Newton-eanas es movimiento mecánico completamentepredecible,puestoqueenelsistema mecánico de Newton el Tiempo puede desplazarse avanzando y retrocediendo, marcando un orden de la naturaleza que como si fuese un reloj perfecto y completo seguiría funcionando así eternamente. Acá el Tiempo sería, de manera absurda y contranatura, “reversible”. La propuesta de un Tiempo como “duración” es la crítica a la noción del Tiempo como “sucesión” (evolución creadora). Según Henri Bergson (18591941), la duración es una propiedad del Ser, puesto que lo propio del no-Ser es la eternidad; la duración del Ser es tiempo real, y la eternidad del no-Ser es tiempo abstracto. El tiempo real sería acumulativo y progresivo, de la misma manera que lo es el movimiento fluyente de la vida, la conciencia y, en general, la evolución. Esto es, sin tiempo real tampoco tendríamos la evolución. En cambio, el tiempo Darwin-eano, asociado directamente con la descendencia y modificación sería tiempo abstracto, puesto que este tiempo ocupado por determinada secuencia genealógica se vuelve inerte y, según Tim Ingold, por no ser nada más que un tramo particular de la eternidad, simplemente no podría constituir el fundamento de la vida. “Fundamentalmente encontramos que, en tanto que al tiempo se le puede tratar como una duración concreta intrínseca al pensador, o como un artefacto abstracto de su pensamiento, la -conciencia- del tiempo se ubica en la confrontación entre uno y otro, entre el mundo subjetivo de personas y el mundo objetivo de objetos; o entre el sentido de Locke de un -perecimiento perpetuo- y lo que el Timeo de Platón caracterizó tan memorablemente como una -imagen móvil de eternidad-“23 El Tiempo “cronológico” (diacrónico) es el más familiar a nuestra cotidianidad, puesto que de manera lineal, mecánica y abstracta es medido entre lo pasado, el presente y el futuro, arbitraria o artificiosamente mensurable su diacronía mediante cronómetros y almanaques; a diferencia del Tiempo “sin-cronológico” (sincrónico) que es cíclico en el aquí y ahora, siempre en presente. Tiempo e Historia Hubo sociedades que coexistieron en el espacio, contemporáneas entre sí, y hubo otros sistemas sociales que se sucedieron unos a otros a través del tiempo, los cuales no conocemos por experiencia directa. Si cada sociedad debe tener su propio tiempo y su propia extensión espacial, lo que es muy discutible, le tocaría al historiador estudiar el pasado de su propia sociedad y al antropólogo estudiar la sociedad de su propio tiempo; pero, quién podría definir dónde termina nuestra sociedad y cuándo empieza nuestra época. El Tiempo sería más asunto de relojes que de nubes. El Tiempo eterno, hilado por las revoluciones uniformes y perpetuas de la Tierra, podría separarse en segmentos iguales como horas, días y años, o siglos y milenios. Una vez elegida la unidad de cálculo, le asignamos una fecha a cada segmento, la cual indica su posición frente a otros segmentos en una secuencia lineal; así, en el cifrado cronológico de la historia, los eventos se vinculan a segmentos fechados. Por medio de este cifrado, sabríamos qué apareció antes y qué después, lo que supuestamente sería el primer requerimiento del conocimiento histórico. A finales del siglo XVIII ya se había empezado a pensar y reflexionar de manera bien distinta sobre los lapsos temporales. El mundo no había sido creado el 23 de octubre de -4004; Buffon estimaba una cronología de la Tierra cercana al medio millón de años. Inmanuel Kant (1724-1804) esbozaría su teoría de la evolución cósmica (no de la filogénesis) referida al flujo de multitud de millones de siglos y el escocés James Hutton ( 1726-1797) no le encontraría vestigio de un principio ni perspectiva de un final a la historia de la Tierra. 23 INGOLD, Tim. Evolución y vida social, Grijalbo, México, 1991, pág. 160 El Gran Concilio 55 Esto es, gracias a las nuevas escalas del tiempo, de una extensión indefinida del tiempo, se haría comprensible y plausible la teoría de la evolución orgánica (Darwin) basada en la descendencia con modificación; mucho más ahora, cuando hablar de tiempo es hacerlo en la escala de la infinitud. Es muy tentador recurrir al muy largo plazo, dejándole al Tiempo acomodar todo, donde el tiempooooo... relegaría los fenómenos sociales y olvidaría los hitos históricos producidos por los pueblos, dejando que el ambiente y el tiempo definieren todo. Las diferentes escalas de tiempo no sólo permitirían enfocar clases distintas de eventos, sino que podrían requerirnos en la adopción de diferentes conceptos de causalidad, como de cierto perspectivismo con respecto al Tiempo. Para Lévi-Strauss, la historia puede cifrarse cronológicamente en una cantidad de escalas de tiempo o longitudes de onda diferente, que se extienden concurrentemente y sin principio ni final, a cada una de las cuales debemos sintonizarnos independientemente. Pero, ante la afirmación de Lévi-Strauss de que “sin fechas, no hay historia”, cabría preguntarse si pudiesen existir fechas sin historia o tiempo sin eventos, o ir más allá con la reflexión del historiador mexicano24Carlos Antonio Aguirre Rojas para quien esa noción del “Tiempo” que lo concibe sólo en relación con relojes y calendarios, compuesto por unidades y sub-unidades perfectamente divididas y siempre idénticas de segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, lustros, décadas, siglos y milenios, es la noción tradicional (Newton-eana) propia de la “mala historia”. No siempre un siglo histórico tendría los cien años calendario, ni cualquier día de la historia es idéntico a cualquier otro, ya que cada fenómeno histórico tiene su singular y específica duración. La Historia es la compleja síntesis de todas las múltiples y diversas duraciones históricas diferenciadas, por lo que se espera del buen historiador que detecte y establezca la múltiple temporalidad y la diferente duración histórica de cada uno de los fenómenos que investiga. “Porque para el buen historiador cada siglo tiene una temporalidad distinta, lo que le permite hablar lo mismo del “largo siglo XIX” que comienza con la Revolución francesa y termina con la primera Guerra Mundial, que del “breve siglo XX”, iniciado con esa primera guerra y con la Revolución Ruda de 1917, y concluido con la caída del Muro de Berlín en 1989”25 La buena historia producida merced a la buena interpretación de los buenos historiadores es aquella que establece las mutuas relaciones entre los hechos con base en las interdependencias que se van conjugando en la formación de determinados procesos, consiguiendo integrarlas en el Tiempo. Bergson afirma que nosotros no pensamos el Tiempo real, sino que lo vivimos, porque “la vida trasciende el ámbito del intelecto”. No podemos confundir Tiempo con fechas, ya que las fechas las pensamos, nos las impone el intelecto, pero no son la base de la historia porque no las vivimos; mantenemos atiborrando de fechas a la historia cuando lo esperado es llenar de historia a las fechas. El Tiempo extrínseco como Duración sería como un recipiente en el cual las cosas suceden, tal como se recuentan o narran en los libros de historia. Acá el Tiempo sería un hilo abstracto o vacío que, al dividirse en segmentos cronológicos donde se fija la narrativa de los eventos, se presta para que la historia sea la de quienes la escriben, mas no la de quienes la hacen. Otros creen que el Tiempo es in esencial a la Historia. Un acreditado exponente del subjetivismo histórico, el filósofo e historiador británico Robin G. Collingwood (1889-1943), aduce que la historia no se podía escribir a través de la biología, la genética o la geología, sino enfocando a los sujetos de investigación desde su misma interioridad; centrando el interés en la conciencia, propósitos e intenciones de las personas en el pasado, y para nada en las manifestaciones objetivas de su actividad. Según Collingwood, la continuidad triunfa sobre la discontinuidad porque el tiempo como eventos (olas) sólo sería un proceso que permanentemente lleva al pasado a presionar sobre el futuro, mientras convierte el futuro 24 Los mexicanos detentan el gentilicio de “americanos” porque son de América, el de “estadounidenses” porque pertenecen a los Estados Unidos de México y el de“norteamericanos” porque al igual que Canadá y Alaska pertenecen a Norteamérica, pero también existen los Estados Unidos de Brasil y los Estados Unidos de Venezuela. Si USA han querido apropiarse en exclusiva del gentilicio “americano”, menor sería la confusión si los llamamos “usamericanos” (por su manía de “usar” ). No obstante, si el maestro Estanislao Zuleta se cuida en aclarar que Faulkner y Hemingway no eran Wall Street, lo mismo diríamos de Noam Chomsky, entre tantos otros ciudadanos del mundo. 25 AGUIRRE, ROJAS Carlos Antonio. Antimanual del mal historiador; ediciones desde abajo, Bogotá, 2002, pág. 42 56 El Gran Concilio en pasado; cuando en realidad la historia de las personas es más significativa que la de los eventos, ya que, mientras son las personas las que forjan la historia al vivir punto a punto el tiempo, los eventos sólo sucederían en la evolución. La historia de las personas no es una secuencia cronológica de eventos, ni sólo ciertos instantes del tiempo, es de experiencias cotidianas, propósitos e intenciones. Si la experiencia vivida y subjetiva del hombre no cuentan para la historia, sino las relaciones y fuerzas estructurales impersonales, debería reconstruirse el conjunto de hechos o situaciones en una serie ordenada dia-críticamente por eventos; pero hasta dónde esto sería perder en la práctica el contacto con la historia. A través de secuencias diacrónicas seríamos incapaces de comprender la historia. ¿Pero podría ser la Historia un inventario pormenorizado del padecimiento existencial del individuo? ¿Tal vez habría que aceptar como Kroeber y Lévi-Strauss que la historia podría prescindir del tiempo? Walter Benjamin (1892-1940), igual que Bergson, considera inadecuada la noción de “tiempo” como continum, pero no se queda en el limitado ámbito Bergson-eano de la historia como experiencia personal, sino que pone su atención en la “revisión” del concepto de historia en el materialismo histórico. “La historia es objeto de una construcción cuyo lugar no es el tiempo homogéneo y vacío, sino el “ahora” que es lleno. El materialista histórico no puede renunciar al concepto de un “presente” que no es tránsito sino que es inmóvil y se halla en equilibrio en el tiempo, puesto que dicho concepto define con precisión el “presente” en el cual él por su cuenta escribe su historia. El historicismo postula una imagen “eterna” del pasado, el materialista histórico una experiencia única con éste”26 Esto, dicho por alguien que se quiera materialista histórico y acepta las tesis del materialismo dialéctico, como el berlinés W. Benjamin, no hay que descontextualizarlo sino verlo como su obvia reacción contra la idea de un fluir histórico incontenible que a él lo tendría fatalmente determinado para internarlo en un campo nazi, en nombre del iluminismo alemán, y 26 que lo condujo al suicidio a sus cuarenta y ocho años. Para W. Benjamin, concebir una corriente de la historia en continuo fluir y determinada por leyes inexorables era legitimar la resignación y el conformismo, y posibilitar un mayor refuerzo de la dominación. Su reacción es contra la idea de un sujeto condicionado por los avatares históricos, y proclama a un sujeto transformador y liberador gracias a su capacidad de acción social y solidaria, profundamente humana. De ahí que le dé a la Historia el sentido de un todo, cuya configuración totalista se logra partiendo del “presente”, enlazándolo vitalmente con el “pasado” y prefigurado el “futuro”. La Historia sería un tiempo “presente” entrecruzado por los otros tiempos y pletórico de memoria y sentido. Walter Benjamin es la antípoda del historiador escocés Thomas Carlyle (1795-1881). Mientras que éste proclamaba la historia del mundo como la biografía de los grandes hombres, que sólo vencen quienes merecen vencer y que la victoria hace justicia al héroe, Benjamín clama porque pasemos por la historia el cepillo a contrapelo, como única vía de no compenetrarse con la historia de los vencedores y no dejar a los oprimidos convertidos en su instrumento o trofeo. Ante una historia narrada por los vencedores, tras de la cual se esconde el deseo de acomplejar a todo el mundo con la idea de perpetuar el presente en un futuro que sólo puede ser repetición y “eterno retorno” de lo mismo, Benjamin aboga por un “presente” capaz de interrumpir ese tiempo histórico, capaz de inmovilizar la historia como serie repetitiva e incontenible de triunfadores y sus masacres, capaz de ponerle tatequieto a la historia como proceso impersonal y destino ciego impuesto a los hombres, capaz de optar por la historia no escrita de los oprimidos y capaz de darle un nuevo sentido a la acción humana. Martin Heidegger (1889-1976), analiza al mismo tiempo la estructura del tiempo y de la historia; no se enfrasca en cuestiones como la subjetividad, la trascendencia o la inmanencia del tiempo, sino que de las tres determinaciones (pasado, presente y futuro) del tiempo, se centra en la del futuro, puesto que si la existencia es posibilidad, trascendencia, proyección y anticipación, entonces estaría constitutivamente orientada y dirigida hacia el futuro. BENJAMIN, Walter. Tesis de filosofía de la historia; citado por Margarita Boladeras en Historia, Lenguaje y Sociedad; Edit. Crítica, Barcelona, 1989, pág. 179 El Gran Concilio 57 Cada una de dichas determinaciones no tendría significado si no es con respecto a las otras, ya que el futuro supone necesariamente el pasado y el presenteestánecesariamenteenvueltoenlarelación entre futuro y pasado. Aplicado esto a la historia, se diría que al ser el presente auténtico un futuro que repite el pasado, entonces la historia implicaría una desactualización del hoy y una separación dolorosa de su condición decadente, ya que necesariamente es una crítica del presente. La supuesta primacía del Tiempo sobre el Espacio Para poder demostrar una supuesta primacía del Tiempo sobre el Espacio, Immanuel Kant (1724-1804) necesitó plantear la teoría de que el Tiempo era una intuición pura universal, lo que no deja de ser tautológico en el sentido de partir de su intuición personal no demostrable mediante la experiencia para concluir con otra intuición pura. Como en el caso de la Teoría de la Relatividad de Einstein, que podría ser otra intuición pura universal de cuya consistencia no es fácil tratar de demostrar lo contrario, ya que para su formulación Einstein no tuvo necesidad de experimentar en el laboratorio con la materia, la energía y la velocidad de la luz al cuadrado, pero para controvertirla sí tendría que argumentarse ante la comunidad científica mediante los protocolos que registren los datos de la experimentación. Dice Kant que el Tiempo, igual con el Espacio, formaría parte de una región de la experiencia, ya que se refiere a aquellos datos del sentido interno que no se manifiestan como forma externa, ni como objetos, ni como relaciones espaciales, sino como una sucesión de estados de conciencia, ya sean representaciones, intenciones, emociones, etc. A su vez, el “tiempo” sería la condición formal a priori de todos los fenómenos en general. El “tiempo” es la pura “sucesión” que, si bien no puede ser una determinación de fenómenos externos ni pertenecer a una figura ni a una posición, y por ser la forma del sentido interno o de la intuición de nosotros mismos y de nuestro estado interno que determina la relación de las representaciones de nuestro estado interno, lleva la primacía sobre el espacio. De ahí que el “tiempo”, por ser intuición pura universal con primacía sobre el espacio, en sí mismo y aislado del espacio monopolice la condición de ser el elemento esencial predominante y básico del conocimiento puro finito (ontológico). Y refuerza 58 kant su argumentación mediante la categoría de “causalidad”. Por ahora podría enunciarse que, según Kant, la Categoría de “sustancia” es propia de la Materia y característica del Espacio; la Categoría de “causalidad” es propia de la relación causa-efecto, característica del Tiempo. Una variedad de teorías “causales” buscan derivar propiedades “topológicas” del Espacio de algunas propiedades del Tiempo, es decir, explicarse también el concepto de Espacio mediante razonamientomatemáticosqueexcluiríancualquier significado concreto del Espacio. Tiempo y Devenir El Tiempo sería eternidad, temporalidad, atemporalidad, espacialidad, o devenir. Al considerar el Tiempo en función del Devenir, salta y se hace sentir es el problema de la existencia del “Ser” que deviene o cambia, en la recíproca condicionalidad entre tiempo y movimiento, y la concepción del Tiempo como aquello homogéneo que fluye siempre del mismo modo. Devenir es movimiento, es cambio, en la medida que ha sido (ser), va siendo (ser) y llega a ser (ser). La filosofía presocrática ya consideraba que lo temporal contenía en sí una base eterna y que todo lo eterno transcurría en el tiempo. Anaximandro concibe el tiempo como la forma en que se retorna al ápeiron inmortal e incorruptible, en el que no predominan unos contrarios sobre los otros. Para Heráclito, el rasgo principal de la realidad es el “ser” una entidad que reside en todo cambio y que explica, junto con el cambio, la multiplicidad de las cosas; y, por tanto, el devenir, a pesar de su condición de puro fluir, no escapa a las leyes que regulan el incesante alumbrarse y extinguirse de los mundos. Parménides, que no admite el todo fluye de Heráclito, proclama que la realidad sólo deviene aparentementeyquetodopermanece,puestoqueel “ser” verdadero es eterno, inmóvil e inmutable. En la dialéctica de Parménides lo que “es” es, lo que “no es” no es. Agustín de Hipona considera cómo Tiempo y Eternidad se hacen análogos, ya que uno y otro son presentes a su manera; que así la Eternidad sea una presencia que no pase y el Tiempo no posea este carácter de presencia simultánea, de todas maneras son presencia, puesto que si no hubiera “presente” (atención) entonces no existiría pasado (memoria) ni futuro (espera) y, por tanto, no existiría el Tiempo. El Gran Concilio Hegel considera que hay un primado del “devenir”, un devenir donde coexisten lo temporal (tiempo) con lo intemporal (espíritu) y en donde la temporalidad es una manifestación de la idea, ya que en la coexistencia de tiempo y espíritu, el espíritu en sí es eterno y el tiempo es sólo espíritu en cuanto se despliega. Por tanto, el devenir, según Hegel, representa la superación del puro “ser” y de la pura “nada”, los cuales llegarían a ser idénticos. Puede interpretarse que Martin Heidegger, al interpretar al Hombre como un “dasein”, y no como un ente más, que es el modo de “ser” propio del hombre de un “ser ahí” o de existir como un “estar abierto al mundo”, efectivamente lo estaría interpretando en función de una temporalidad en la que el Tiempo es el horizonte de sentido de la existencia humana. Esto es, no interpreta el Hombre como un sujeto en el mundo, ni como un mundo en el sujeto, sino como una realidad total y continua. En Heidegger, una cosa es el-estar-presente y otra distinta es el-estar-a-la-mano; los que estánpresentes son los objetos y los que están-a-lamano son los útiles. El filósofo español Juan A. Nuño27 advierte cómo en el contexto presocrático lo más tradicional es oponer al Heráclito del “devenir mutable” ante el Parménides del “ser permanente”, como si se tratara de la simple oposición entre dinamismo e inmovilismo. Heidegger parte de esta distinción para tratar de establecer una equivalencia temática de Parménides y Heráclito afirmando que uno y otro dicen lo mismo, aun cuando en apariencia se contradigan, puesto que los dos hacen descansar su pensamiento en la “permanencia del ser del ente”. Es frecuente encontrarnos en los estudios académicos y ciertas sinopsis filosóficas con el lugar común de retransmitir la idea de una teoría del tiempo en M. Heidegger basada en la tradicional separación entre los dos pensadores, pero el novedoso aporte de Nuño está en encontrar una relación de complementariedad entre Heráclito y Parménides, La verdadera diferencia entre Heráclito y Parménides radica en que el pensamiento del primero se caracteriza por la permanente interpretación “temporal” de la naturaleza al registrar la duración de los fenómenos y la conservación de los estados “temporales” referidos al movimiento de los seres, y el pensamiento del segundo es propio de una visión “atemporalista” del universo. Podría encontrarse en Heráclito cierta idea de considerar una identidad constante en el movimiento de los seres, pero esto no da como para despojar irresponsablemente el “devenir” de su concepción cosmológica. Heráclito de Éfeso no es ajeno a los desarrollos del pensamiento de Mileto, en el que se presenta el “ser” en los tres estados temporales (pasado, presente, futuro) de la realidad, sin oponer tajantemente ser y devenir, puesto que el devenir también es presente, pero no se reduce el fluir a un solo estado presentista (atemporal) como en Parménides de Elea. Las interpretaciones sobre el dinamismo de Heráclito se han suscitado por la introducción que éste hace de cierta idea de eternidad (siempre) en su cosmogonía: “ este mundo ... no ha sido hecho ni por los dioses ni por los hombres, sino que siempre fue, es y será ... “; que en palabras del atemporal Parménides, para quien el estado presente es el único modo del ser del ente, sería: “ este mundo ... no ha sido hecho ni por los dioses ni por los hombres, sino que permanentemente es ... “ El Tiempo no cuenta en el “ser” de Parménides, sino que sus determinaciones son esencialmente “espaciales”, por lo que resulta demasiado forzado encontrar que el “devenir” de Heráclito es ni más ni menos que la misma “permanencia” de Parménides; porque, según Heidegger, el “ser” se reúne en sí y consigo y desde sí en el “presente”. Esto es, admitir el “ser”, tal como lo tuvo que hacer Heráclito, no es quedar desvinculado de cualquier posible concepción dinamicista del universo, puesto que es falso el dilema “ser” o “devenir”. Por tanto, la distancia entre Heráclito y Parménides no se debe al “ser” ni al “devenir”, sino por sus cosmovisiones naturalista (temporal) y logicista (atemporal), en las que para Heráclito (naturalista) las dimensiones temporales de todo proceso físico son pasado, presente y futuro, mientras que para Parménides (logicista) el fluir temporal es reducible al único estado “presente”. 27 Nuño Juan, Heidegger sobre “ser” y “devenir” en la filosofía presocrática, Historia, Lenguaje y Sociedad, Editorial Crítica, Barcelona, 1989, pág. 60 El Gran Concilio 59 Ritmos del Tiempo Podría decirse, con la debida redundancia, que son muchas las coordenadas del “tiempo”. Hay tiempo interno propio, tiempo de los otros y tiempo de lo otro; hay tiempo intervenido por la experiencia de cada quién, por la conciencia de cada quién, por la memoria de cada quién, por la experiencia, conciencia y memoria colectivas, por la vivencia del entorno y por la misma orientación espacio-temporal. La vivencia humana del “tiempo”, tan múltiple, es la de cada “ahora” de cada quién. En el “ahora” de todo ser humano se entrecruzan permanentemente los “distintos tiempos”; además de que los tiempos del individuo muchas veces entran en conflicto con el tiempo en el que transcurre la historia de los otros y de los procesos sociales, puesto que éstos llevan ritmos bien distintos al de los procesos personales. El “ahora” del yo personal no es idéntico al “ahora” del yo colectivo. El Hombre no se limita a sentir y percibir, puesto que también es de su naturaleza actuar en, transformar las condiciones de vida que le indica su entorno y realizarse a sí mismo, tendiendo hacia otro y completándose en otro (acción social). Esto es, el ser del hombre, que no es de inmovilidad, discurre, se modifica y se transfiere en el tiempo, es tiempo y se constituye en el tiempo, desplegándose claro está en el más amplio espacio social; y el verdadero estado de las cosas no es el de un presente inmutable. En su acción social, uno de los problemas con que se encuentra a menudo el individuo es poder entrar en sintonía con la configuración del colectivo, y que su conciencia individual pueda sincronizarse con la conciencia colectiva, en cuanto a que sus tiempos de reacción también son básicamente diversos. El tiempo del ser humano concreto, vivo y real, que jamás podría ser abstracto, es un “ahora” interferido permanentemente por las fuerzas de la sensación, la percepción inmediata, la memoria instintual-conciente, lo conciente-razonador, lo consciente-intuitivo y la imaginación; por la escala de tiempo y los tiempos cronológico, biológico, histórico y social. El transcurso del tiempo del ser humano concreto, vivo y real, que jamás podría ser una ilusión, no sólo se debe a la naturaleza de nuestros sentidos, puesto que: “Día y noche, épocas invernales y épocas germinales, crecidas periódicas de los ríos, flujo y reflujo de las mareas, fases de la luna, aparición y desaparición de los astros en el firmamento, migraciones de las aves y de otros animales... se imponen al hombre como fenómenos externos que determinan el ritmo de su propia vida y regulan la mayor parte de sus intercambios con el hábitat. También hay ciclos biológicos que le afectan de manera especial, fisiológica y psicológicamente: sueño/vigilia, nutrición, menstruación, gestación, secreciones glandulares... Está claro que su incidencia es determinante para las personas y que en éstas es indisociable la totalidad bios-psique”28 Ahora, según sean los “actos”, las “intenciones” y los “ambientes”, corresponden tres concepciones de la escala del Tiempo o término del Tiempo, así: Los Actos, que se consumen en micro tiempo; es el tiempo histórico-individual, que es la historia de eventos. Las Intenciones, que integran y dirigen a los actos, perdurando en meso tiempo; es el tiempo social o historia de grupos y agrupamientos. Los Ambientes que muestran su impresión se construyen en macro tiempos; es el tiempo geográfico, que en la perspectiva a largo plazo da cuenta de la relación del hombre con su medio ambiente. Con sólo Actos de individuos, ignorando el tiempo social, nos quedaríamos en un concepto donde la cultura se produciría después de un acumulación gradual de diminutas diferencias individuales, durante incontables generaciones, en un ambiente que cambiaría lentamente. En este concepto no tendrían cabida la Conciencia, ni la vida social. El Tiempo extrínseco como Duración sería una especie de recipiente en el cual las cosas “suceden”, tal como se recuentan en los libros de historia, es decir, el tiempo sería una especie de hilo abstracto y vacío, en el que a cada segmento cronológico corresponde determinada narrativa de eventos El Tiempo intrínseco como Continuidad, o como discontinuidad, sería el índice de fuerzas y condiciones que continúan o no continúan más o menos constantes sobre un intervalo de tiempo, que correspondería a una secuencia escalonada. El Tiempo intrínseco a lo Genético serían procesos de desarrollo, opuestos a la simple secuencia de las fuerzas de constancia y modificación irreversible, es decir, con base en las antinomias de continuidad y discontinuidad. 28 BOLADERAS, C. Margarita. “El conflicto del Tiempo y el Deseo”, en Historia, Lenguaje y Sociedad; Edit. Crítica, Barcelona, 1989, pág. 173 60 El Gran Concilio El Movimiento: De la Partícula al Átomo y a la Molécula La Materia, ya sea como partícula, átomo, molécula o cualquier cuerpo material, sólo se manifiesta en el Movimiento, sin ser éste, resultando imposible encontrar una sola partícula del mundo material que no esté sometida a movimiento. Es decir, el Movimiento es el modo de existencia de la Materia. Si la Materia no se crea ni se destruye, sino que se transforma, también el Movimiento de la Materia sería un absoluto y eterno que no puede crearse ni destruirse. Los cuerpos que aparentemente están en reposo, lo están sólo de manera relativa en relación con otro cuerpo, pero a su interior estarían ocurriendo los movimientos de células, átomos y partículas a grandes velocidades. El Mundo estelar del Átomo Sobre esa evidencia de la estructura atómica de una realidad susceptible de ser descompuesta en los elementos que la constituyen, algo va de la intuición de Demócrito (-494-370), deudora de la ciencia de los magos caldeos, para quien las partículas elementales de la Materia sería unos esféricos e invisibles “átomos”, al conocimiento de la “cosa en sí” que nos ha hecho pensar en que la “unidad básica de la Materia” es una “partícula energética, el “quark”. Son tan diminutos los átomos, mucho más por supuesto los quark, que su radio mediría la diezmillonésima parte de un milímetro, que equiparado a una estrella las estrellas del universo podrían abarcarse en el puñado de la mano de un niño recién nacido. Demócrito supuso que el “átomo” era la unidad indivisible de la materia; que cada átomo tenía su propia forma, distinta de la de los demás; que los átomos eran infinitos en número e infinitamente variados en forma; y que al chocar entre sí, se habían provocado los movimientos laterales y rotatorios que habían sido el principio de los mundos. A mediados del siglo XVIII, el químico ruso M. V. Lomonósov cimienta lo que después sería la teoría molecular-atómica de la química, en cuanto al estudio de la composición química de la materia y las fórmulas de las reacciones químicas. Unos años después, se conocerían las“leyes estequiométricas” de la composición química de la materia, las que serían disputadas por las interpretaciones dinamicistas, las del materialismo burdo y, por supuesto, las del atomismo materialista. El Gran Concilio Las relaciones “estequiométricas” se refieren a lo constante en la composición química de los cuerpos; a las combinaciones de los elementos en proporciones múltiples, en las cuales a un átomo de un elemento corresponde uno, dos o tres átomos de otro elemento. Fundado en la idea de que los átomos tenían existencia objetiva y material, que eran cuerpos perfectamente reales, el científico inglés John Dalton (1766-1844), sin tener conocimiento de las investigaciones de Lomonósov, tal como sucedería entre Lobachevski, Bolyai y Gauss, con respecto a la geometría Euclides-eana, comprueba experimentalmente la “ley de las proporciones múltiples” mediante la que se combinaban los elementos. Dalton confirma que los átomos se combinaban como unidades materiales enteras, es decir, 1 con 1, 1 con 2, 1 con 3, 2 con 2, etc., y concluye que igualmente los cuerpos químicos se combinarían de acuerdo con proporciones múltiples simples. De esta manera, quedaría atrás la teoría mecanicista del Átomo, que sólo le atribuía propiedades mecánicas de forma y de textura de la superficie, como cuerpos dotados de rugosidades, con salientes y hendiduras, para dar paso a la atribución de propiedades químicas a los átomos como las de peso atómico y capacidad de combinarse según relaciones múltiples. Con base en conceptos teóricos los químicos pudieron manipular cuerpos reales e invisibles para concluir que el Átomo estaba conformado por Partículas (electrones, protones, neutrones) estructuradas dentro de un gran espacio vacío con un núcleo de protones y neutrones, y los electrones girando alrededor del núcleo. Además de quedar confirmado el concepto materialista de la estructura atómica de la materia, también se explicaría la concepción dialéctica sobre la materia y sus transformaciones. Ante la doctrina “vitalista” que consideraba que las leyes valederas para los cuerpos orgánicos eran sustancialmente distintas de las que regían en la naturaleza inorgánica, ya que la materia orgánica sería creada bajo la acción de una “fuerza vital”, se demostraría la emergencia de lo viviente a partir de lo inerte, mediante la ley de las proporciones múltiples. Pudo confirmarse cómo las reacciones químicas eran resultado de procesos opuestos de unión y desunión de átomos; en la naturaleza operaba la ley del salto de los cambios cuantitativos a los cambios cualitativos; no existía una distinción de 61 principio entre la materia orgánica y la inorgánica, y que era artificiosa la separación entre la naturaleza viviente y la naturaleza inerte, puesto que la ley de las proporciones múltiples era aplicable por igual a los cuerpos orgánicos e inorgánicos. Esto lo demostraría Federico Wöler (1800-1882) al obtener en 1828 la “úrea”, primera vez que una combinación orgánica se obtenía a través de la síntesis de cuerpos inorgánicos. La única deficiencia conceptual de estos científicos, pioneros de la teoría atomística materialista, era su inclinación a concebir, tal como Demócrito, que los átomos eran las últimas partículas invariables e indivisibles de la materia, lo que haría que sus visiones sobre los fenómenos químicos se redujeran a ser explicadas mediante los átomos; además de seguir sesgados por aspectos de la teoría mecanicista del átomo, no estuvieron más abiertos a las hipótesis de una teoría atómica molecular, ni a la noción de estas partículas físicas cualitativamente diferentes de los átomos que eran las moléculas. Tampoco era fácil subsanar este problema con la simple suposición y declaración de que el átomo sí era divisible, puesto que ya se tenía el precedente de Plotino (204-270) que para poder explicar cómo un poder creador no podría producir nada de un material desprovisto de continuidad, por la vía de haber declarado que todo cuerpo era divisible indefinidamente tuvo que concluir tajantemente que los átomos no existían. Y esta discusión aún está vigente con la pregunta de si el Universo es continuo o discreto. G. W. Friedrich Hegel (1770-1831), a pesar de vivir en la época en que los grandes descubrimientos físico-químicos comprobaban experimentalmente la estructura atomística de la materia, se cerró en combatir la atomística como forma concreta del materialismo. En contra del atomismo materialista, Hegel acoge los preceptos de la doctrina “dinamicista” de una fuente inmaterial del movimiento, de la inexistencia de unos átomos materiales cuyas combinaciones generarían todos los cuerpos. Hegel explicaría la Vida como la existencia inmediata de la“idea”; que laVida estaría desprovista de su fundamento material efectivo y de leyes objetivas de desarrollo propias; que el metabolismo del organismo animal debía interpretarse como el poder de la “idea” sobre el proceso químico; que no había tal desarrollo del mundo orgánico en el tiempo; que el organismo no dependía del medio material circundante, puesto que en su contacto con 62 el medio exterior un organismo nunca dejaría de ser lo que es; que los organismos animales superiores no provenían de organismos inferiores; que, entre otras tantas afirmaciones, la naturaleza en su conjunto sólo sería el “ser otro” de la idea. Otros han creído encontrar la oportunidad de invalidar la concepción materialista dialéctica del mundo, partiendo de los mismos descubrimientos de la nano-cuántica y de la experiencia de la desintegración radiactiva del Uranio que hicieron trizas la teoría de la supuesta indivisibilidad del “átomo” e invariabilidad de la masa del electrón (a mayor velocidad del movimiento del electrón mayor se hace su masa, y viceversa); que han interpretado esto de que la Materia puede transformarse en Energía (pura), como si la Materia tendiera a desaparecer o que la Materia no existe, lo que haría entrar a la Física en una crisis afortunadamente no insuperable. Así sería promulgado en 1902 por W. Ostwald, quien por evitar pronunciarse sobre la existencia objetiva de la Materia independientemente de la Conciencia creyó encontrar la piedra filosofal al reducir la realidad de la Materia y la realidad de la Conciencia a una única realidad de la Energía, aspecto este que se desarrollará más adelante. Partículas y Fuerzas Partículas y Fuerzas componen todo el ámbito que vemos y percibimos, ligándose entre sí en diferentes escalas para conformar el Universo percibido y los otros que aún nos parecen hipotéticos. Estamos ya entrando en los predios de Sófocles, puestos a merced de la Esfinge que de nuevo nos prueba con uno de sus grandes enigmas, el de intuir cómo se produjo la Materia, sabiendo ahora que E = (m) (c) (c) se nos muestra como la más poderosa verdad del Universo. Es posible que ya se comprendiera que la Materia en Movimiento fuese Energía, que sin movimiento no existiría energía, pero si aún se discutía si la forma fundamental de la Materia eran las partículas, en parte cuestionado esto por Einstein, mayor sería la polémica sobre la existencia de las antipartículas y la antimateria. A partir de que las partículas son Materia, puesto que todas tienen masa, ya que si el “fotón” es la única partícula no poseedora de masa simplemente sería la excepción confirmando la regla, hoy sabemos sobre la existencia y constitución de las Fuerzas, donde la Fuerza de menor intensidad sería la Gravedad y la más fuerte la Nuclear (núcleo atómico). El Gran Concilio Las Fuerzas son susceptibles de ser captadas o sentirse en el volumen del espacio tridimensional y curvo, excepto la “gravitatoria” que por su misma debilidad se dispersa tanto que sólo sería posible aprehenderla en dimensiones diferentes a las del espacio tridimensional, puesto que ha sido difícil confinarla en el volumen del espacio, haciendo esto que empiece a hablarse de la existencia de una quinta dimensión y de otros universos ocultos, los que según la novedosa “teoría de las cuerdas” podrían ser diez dimensiones. “El mundo de la experiencia humana, actualmente tetradimensional y curvo, podría transfigurarse en infinitos universos, regidos por leyes que apenas estamos en ciernes de aprehender… Nuestro familiar universo tridimensional es demasiado pequeño para poder demostrar la miríada de fuerzas que lo gobiernan”29 El Universo está conformado por unidades no visibles a simple vista, inorgánicas y orgánicas, mejor conocidas como “partículas”, y regido por Fuerzas. El átomo puede verse como una inorgánica partícula, compleja y pesada, constituido a su vez por otras partículas eléctricas mucho más diminutas como los electrones, los que a su vez emiten otras partículas de energía en unidades fijas llamadas fotones o “cuantos”, siendo el “cuanto” (quark) la menor cantidad posible de energía soltada por el átomo. Los “quarks” son llamados así desde 1963 por el físico usamericano Murray Gell-Mann, que preocupado por clasificar todas las familias de partículas subatómicas con base en sólo tres partículas básicas encontró que cada una de éstas debería denominarse “quark”, según el pasaje de la novela “Finnegan’s Wake de James Joyce en el que se encuentra la expresión “three quarks for Muster Mark”. Son partículas subatómicas existentes en combinaciones de triadas en el núcleo atómico, entre los neutrones y los protones; en un protón los tres “quarks” se combinarían como 1 quark “n” y dos quarks “p” y en un neutrón serían 2 quarks “n” y 1 quark “p”; y así se conformarían los protones eléctricamente positivos y los neutrones (partículas neutras), formando a su vez los núcleos de los átomos. Los núcleos atómicos son el producto de un largo proceso de transformación iniciado a partir de esa unidad energética fundamental “tri-quark”, 29 que se desarrolla sucesivamente en “nucleones”, “neutrones”, “protones” y “núcleo atómico”. Una vez conformados los neutrones y protones, éstos interactúan entre sí para con 2 neutrones y 2 protones generar la “partícula alfa” de carga positiva. Con respecto a un “quark” en sí, éste se constituiría en irrompible partícula de Luz cohesionada en una tri-polaridad, y aún la ciencia no está en condiciones de manipular la fuerza requerida para romper el quark. Quién negaría que de poder romperse su tripolaridad, simplemente ipso facto estaría produciéndose otro de los bigbam mediante los cuales se evidenciaría que somos Multiverso, ¿dándose inicio a la conformación de otro Universo paralelo al nuestro? Las “Partículas”, generadoras de Fuerzas que las condicionan En la diversidad de la Materia existen las “partículas” o esencias físicas que, además de hacer que su comportamiento sea previsiblemente el mismo en todo tiempo y lugar, nos están diciendo que la Naturaleza se auto-organiza mediante un orden concreto, tal como sería demostrado por John Dalton y Dimitriv Medeleiev, entre otros. Para tener una mínima idea sobre alguna de las propiedades de las “partículas” como su tamaño, pensemos que en un punto tan pequeño como el punto de la “i” podría caber un millón de átomos o que en un miligramo de materia podría caber un billón de partículas. Si llegásemos a conocer lo más pequeño, pudiese ser uno de los caminos más expeditos para encontrarle explicación al Universo. Merced a los estudios sobre las “cargas eléctricas de los cuerpos” emprendidos por el científico sueco Jöns Jacob Berzelius (17791848), quien ya en los albores del siglo XIX pudo complementar los fundamentos de la química moderna desarrollados por Antoine Laurent de Lavoisier (1743-1794), enunciando las leyes de la electroquímica y clasificando los cuerpos en electropositivos y electronegativos, se facilitaría la experimentación con las Partículas como portadoras de una carga eléctrica que al interactuar se atraían si las cargas eran positiva y negativa, se repelían entre sí cuando la interacción se daba entre cargas iguales y así se produciría la respectiva fuerza electromagnética. CASTELLANOS, Yino. Física al borde la imaginación; artículo publicado en periódico de la Universidad Nacional, Bogotá, marzo de 2005. El Gran Concilio 63 Luego pudo experimentarse cómo el “protón”, con su carga eléctrica positiva, es fuente de la fuerza nuclear y la fuerza electromagnética; cómo el “neutrón”, en razón de ser mera masa sin ningún tipo de carga eléctrica, sólo produce fuerza nuclear y fuerza gravitacional. De ahí que el “protón” responda a las fuerzas nuclear y electromagnética, y el “neutrón” sólo a las fuerzas nuclear y gravitacional. El “electrón”, con su carga negativa, produce fuerza electromagnética, fuerza débil y fuerza gravitacional, pero nunca produce ni responde a la fuerza nuclear. El “electrón” y el “protón” son iguales en el tamaño de la carga eléctrica, pero no tienen la misma masa, siendo superior la masa del “protón”. Como los “electrones” no están sujetos a la fuerza nuclear, no forman parte del “núcleo” atómico; pero el “electrón” es atraído por el “protón” merced a la fuerza electromagnética, de tal manera que si un “núcleo” está formado por un solo “protón” es de esperarse que en su cercanía se encuentre un “electrón” solitario mantenido por la fuerza electromagnética, o si son dos “protones” en el “núcleo” entonces serán dos “electrones” los atraídos, etc. Esto es, el “núcleo” y los “electrones” vecinos constituyen el Átomo. Las antipartículas son los “anti-electrones” o “positrones”, que son “electrones” con carga eléctrica positiva, los “antiprotones”, que son “protones” con carga eléctrica negativa, y los “antineutrones”. Estas antipartículas forman la antimateria que ya se está produciendo en el laboratorio. No es nítida la frontera entre las Fuerzas, las Partículas y su Interacción, como tampoco sería fácil referirse a las “partículas” sin hacer referencia a las Fuerzas y a la Interacción. El día que comprendamos, entendamos y conozcamos la estructura, función y razón de ser de las “partículas”, en cuanto su constitución y comportamiento, y ¡el día no esté lejano!, ya que cada día el Hombre se llena de más motivos para intentarla, puesto que gracias a la nanotecnología ha podido disponer de los instrumentos requeridos para hacer contacto directo con los átomos,30tal vez estaríamos ad portas de dar la más plausible de las respuestas a las preguntas fundamentales sobre el Mundo, la Vida y el Hombre. Las cuatro Fuerzas de la física universal En el Universo todos sus componentes, tanto los macro cuerpos como las micro partículas, de una u otra manera están unidos entre sí, a través de “fuerzas”; por ejemplo, el Planeta Tierra está unido con su Estrella Sol a través de la “fuerza gravitacional”, y al interior de cada uno de estos macro cuerpos se presentan otros componentes (microcuepos, partículas) que entre sí se unen a través de otro tipo de “fuerzas”. Por simple observación Newton pudo inferir que si el movimiento de los Planetas alrededor del Sol describía una trayectoria curvilínea, y no rectilínea, se debía a la existencia de “fuerzas”, que en este caso sería la “fuerza de gravedad”. La existencia de los “quarks” haría más dispendiosa la aplicación de las leyes de la física clásica, formuladas por Isaac Newton con base en su intuición de la Fuerza Gravitatoria, mediante las cuales se venía tranquilamente explicando el funcionamiento de los macro-cuerpos y se creía poder unificar en un solo Campo las dos “fuerzas” conocidas hasta su momento (mediados siglo XIX), la Fuerza Gravitatoria y la Fuerza Electromagnética. Ahora, con el descubrimiento de las partículas subatómicas “quarks” en el núcleo atómico, a su vez aparecerían nuevas “fuerzas” con sus respectivos Campos, la Fuerza de la “interacción nuclear fuerte” y la Fuerza de la “interacción nuclear débil”, poniéndose en la orden del día el poder formular una teoría que las explique mediante una misma familia de leyes. Los científicos han tratado de compaginar dichas dos fuerzas mediante la formulación de la “teoría cuántica”, apropiada para describir el comportamiento de las partículas no afectadas por un campo de gravedad demasiado fuerte, pero aún siguen tras el descubrimiento de todas esas leyes caóticas (locas) que explicarían las propiedades, funcionamiento y localización de las cuatro “fuerzas”. Mas, no sólo interesa compaginar entre sí las fuerzas “gravitacional”, “electromagnética”, “nuclear débil” y “nuclear fuerte”, sino que interesa también estudiar cómo ellas se relacionan con las “partículas” (fotones, electrones, protones, gravitones, quarks), los átomos, las moléculas y, en general, la Materia. 30 Ya se disponen de las pinzas electrónicas que permiten tomar un átomo y soltarlo en otro lugar, reacomodándolos; por ejemplo, el logo de la IBM es producto de haber reacomodado los 35 átomos del Zenón. 64 El Gran Concilio También ahora hemos podido saber que gracias a los “quarks” los átomos pueden unirse entre ellos para formar las moléculas, las que a su vez son las constituyentes de las estructuras, y que estas leyes supuestamente caóticas son de una “libertad asintótica”. Y que este sería el dinamismo mediante el cual podría describirse el Movimiento del universo entero. Las “partículas inorgánicas” fundamentales al interactuar entre sí generan cuatro tipos diferentes de Fuerzas: La Fuerza “nuclear fuerte”, la Fuerza “nuclear débil”, la Fuerza “electromagnética” y la infradébil Fuerza “gravitacional”. Entre éstas, la de mayor intensidad es la “nuclear” y la de menor intensidad es la “gravitacional”. Entre micro-cuerpos, más intensa e íntima será su unión, ya que la “fuerza” que los mantendría cohesionados sería mayor; cuanto más macrocuerpos, menos fuerte o más débil sería la “fuerza” que los mantendría en su integridad. Los macro cuerpos de cualquier sistema solar se mantendrían unidos entre sí merced a la “fuerza gravitatoria”, que es la Fuerza más débil de las conocidas; los átomos y las moléculas se mantienen unidos entre sí y conservan su estructura gracias a la “fuerza electromagnética”, la que también responde por la conexión entre otras partículas como los electrones y los núcleos; dentro del Núcleo atómico sus partículas pueden mantenerse firmemente unidas entre sí gracias a la acción de la “fuerza nuclear” (débil y fuerte), que es la Fuerza más “intensa” por ahora experimentada, como quiera que es cien veces mayor que la electromagnética. Una vez adquirido este conocimiento nos ha dado por remedar a la Naturaleza, mas no emulándola, en la producción y transformación de Energía. Pero sólo hemos podido desarrollar procesos artificiales de “fisión nuclear” en los reactores nucleares transformando el Calor (energía calorífica) en electricidad, pero estando todavía lejano el día en que podamos aplicar el conocimiento transmitido por la Naturaleza, la que sólo recurre a procesos de “fusión nuclear” como el realizado en el núcleo del Sol. Las reacciones termonucleares de “fisión” (artificial) y “fusión” (natural) consiguen una y otra la liberación y captura de mayor y nueva energía; pero, mientras la “fisión nuclear” se caracteriza por la generación y contaminación radioactiva producto de manipular elementos pesados (uranio, radio, plutonio), haciéndolos chocar para descomponer sus pesados núcleos El Gran Concilio y convertirlos en núcleos más ligeros, la “fusión nuclear” ocurre cuando chocan tan violentamente dos núcleos ligeros de un elemento tan liviano como el Hidrógeno que se produce un núcleo más pesado (helio), sin tener que pagar el precio de la contaminación radioactiva. La obtención y generación de energía mediante la “fisión” se consigue al romper los núcleos pesados (60 o más nucleones) de los átomos de Uranio, Radio o Plutonio, con la particularidad que después de dividirse el núcleo del uranio en dos núcleos intermedios la suma de las masas de estos resulta menor que la del original, haciendo que esta masa sobrante se transforme en energía. La obtención y generación de energía por “fusión” se consigue al combinar los pequeños núcleos de los isótopos deuterio y tritio derivados del hidrógeno con el núcleo de Helio (menos de 60 nucleones), con la particularidad que la masa resultante es mayor que la de un solo núcleo, y pudiendo resistir la aplicación de un calor extremo de cien millones de grados entonces en un gran reactor podría experimentarse cómo la masa sobrante se transforma en energía (nuclear). Con respecto a la “fisión nuclear” (artificial), mientras la Naturaleza sólo sabe de “fusionar” núcleos, nos ha incitado a preguntarnos ¿qué energizaba al Sol? y, si en el núcleo del Sol la masa estaría transformándose permanentemente en energía, ¿podríamos igualmente nosotros liberar energía de un núcleo de un átomo? No obstante, aún queda por descubrir cuál y cómo es la Fuerza que mantiene íntimamente unidos a los “tres quarks”, que en triadas se combinan conformando los protones y los neutrones al interior del Núcleo atómico, pensándose que dicha fuerza sería mucho más fuerte que la “fuerza nuclear” requerida para sujetar o cohesionar entre sí núcleos atómicos, mas no a los átomos. Ha dicho Isaac Asimov que tiene qué existir una Fuerza, con su respectivo Campo, aún nodescubierta ni experimentada pero sí intuida, que por su descomunal energía podría romper y transformar un protón o un neutrón en “quarks”; una energía mucho más fuerte e intensa que la energía requerida y liberada por la más poderosa de las bombas atómicas que se estén diseñando en estos momentos. Si aún no disponemos de la energía requerida para desintegrar las partículas subatómicas en “quarks”, y mucho menos para desintegrar el mismo “quark”, no debe preocuparnos para nada, 65 puesto que no hay afán en ponernos a jugar con la energía. Y el afán no podría ser tanto, ya que si pensamos que en el hipotético caso de hacer chocar los “quarks” entre sí, se desataría un proceso de “fisión”31quark-eana que generaría tal vez otros tipos de energía, masa, campo, fuerza, espacio y universo, incluso pudiendo quedar todo convertido en un agujero negro en el que no existiría ya nada, o en el que las nociones de espacio, tiempo y universo tetradimensional y curvo obedeciesen a otras leyes aún desconocidas por nosotros. El mismo descubridor de E= (m) (c) (c), Albert Einstein, fue escéptico en ese propósito de “fisionar” el núcleo de un átomo, opinando que la energía requerida para liberar energía del Núcleo de un átomo tendría que ser muy superior a la nueva energía efectivamente liberada. Pero llegarían a demostrarle al mismo Einstein que si no se bombardeaba el núcleo con las partículas “alfa”, ya que la carga positiva del núcleo repelía la carga positiva de la partícula “alfa” (dos protones y dos neutrones), sino con una carga negativa como la del “neutrón” de carga eléctrica neutra, entonces el “neutrón” se adheriría al Núcleo del átomo dándole a éste tanta inestabilidad que lo desintegraría; y que al desintegrarse haría liberar no sólo una superior energía, sino que desataría una reacción en cadena de liberación geométrica de nuevos neutrones. Los elementos apropiados para bombardear dichos “núcleos” serían el Uranio, el Radio y el Plutonio, que por su radioactividad permitirían acelerar y hacer más eficiente la conversión de “masa” en “energía”. Patético resulta aquello de que la producción y aplicación de la “fisión nuclear” fuese legitimada por la rúbrica de científicos tan prestantes como el mismo Einstein, viéndose toda su efectividad en Hiroshima y Nagasaki, donde para desgracia de la humanidad y de la ciencia se demostraría cómo morían cientos de miles de personas producto de la imparable reacción radioactiva en cadena desatada por el bombardeo al Núcleo del átomo de Uranio por “neutrones”.32 31 La alternativa está en volver los ojos a la pedagogía de la Naturaleza, tal como la república popular de La China acaba de hacerlo con la invención del primer reactor de “fusión” nuclear TSEA (Tokamak Superconductor Experimental Avanzado), mediante el cual es posible aplicar las altas temperaturas del centro del Sol que son superiores a los diez millones de grados centígrado y se consigue que los núcleos choquen a un velocidad de 10.000 kilómetros por segundo para consecuentemente producir energía eléctrica. Mediante la fusión nuclear se crearía un Sol en miniatura y se atraparía toda la energía que de él se desprende, lo que a más de ser un procedimiento natural es limpio no-contaminante puesto que la materia prima de los isótopos de deuterio y tritio abundan en el agua y su único subproducto Helio no es radioactivo. El problema práctico está en idear el procedimiento que permita obtener la temperatura de diez millones de grados centígrados requerida para encender la fusión mediante la cual los átomos de deuterio y tritio se fusionen en un átomo de Helio. Esto es, sólo la generación masiva de electricidad mediante “fusión” nuclear sería la gran solución al progresivo agotamiento de los combustibles fósiles y al deterioro ambiental derivado del uso de éstos. Cuando la Filosofía deja de ser el fundamento de la política y la ciencia, el destino de la humanidad se hace vulnerable a la arbitrariedad. La temperatura del Universo y las Fuerzas En la Materia en Movimiento, la Fuerza electromagnética es la responsable de la química, la biología y la bioquímica; la fuerza gravitacional lo es de la física; la Fuerza nuclear y la Fuerza débil sólo tienen importancia para el mundo de los núcleos atómicos. La interacción nuclear, que es la generadora de la Fuerza Nuclear, sólo puede afectar el núcleo atómico. Por fuera de éste no tiene mucho oficio preocuparse por los efectos de la Fuerza Nuclear y la Fuerza Débil, puesto que se desvanecen rápidamente con la distancia y no pueden hacerse sentir; en cambio, la Fuerza Electromagnética y la Fuerza de la Gravedad decrecen sólo con 32 De manera artificial puede hacerse que el átomo libere mayores cantidades de energía de la que emana naturalmente de los elementos radiactivos, mediante “Fisión” y “Fusión” nucleares. Por “Fisión”, ya se ha experimentado lo suficiente y con desagradables consecuencias (Chernovile); por “Fusión”, apenas se está construyendo en el sur de Francia el reactor que podría estar produciendo en el año 2020 el primer kilogramo de combustible de “fusión” equivalente a 10.000 millones de kgrs. de combustible fósil. Se sabe que una masa de sólo 1 gramo de uranio libera millones de millones de kilotones de energía. 66 El Gran Concilio el cuadrado de la distancia, de manera tan imperceptiblemente lenta que una y otra Fuerza siempre pueden hacerse sentir sólo a grandes distancias. A temperatura superior de 1032grados(c) no se estructuraría nada de la física, ya que por debajo de esta temperatura límite (temperatura de Plank) a mayor enfriamiento del Universo empezarían a actuar sucesivamente las diferentes fuerzas, tal como se presentaría en las primeras combinaciones de la Materia. “A medida que decrece la temperatura, entran en juego las fuerzas por orden de potencia. Primero la fuerza nuclear: los quarks se reúnen de tres en tres para formar los nucleones (neutrones y protones)… La fuerza electromagnética entra en acción cuando la temperatura desciende a menos de tres mil grados, situando los electrones en torno de los núcleos y creando de este modo los primeros átomos de hidrógeno y de helio… Por acción de la fuerza de gravedad la materia se va a poder condensar en galaxias”33 La “fuerza electromagnética” resulta de la unificación de los fenómenos de la “luz”; la atracción y repulsión “eléctricas” y la atracción y repulsión “magnéticas” en una sola “fuerza” (campo) o“espectro electromagnético”, unificación esta realizada en 1873 por el físico escocés J. Clerk Maxwell al poder formalizar mediante ecuaciones, las ecuaciones de Maxwell, las relaciones básicas existente entre los fenómenos eléctricos y magnéticos, ya que uno y otro efectos eléctrico y magnético siempre aparecerían acompañados. La Fuerza electromagnética, producida sólo por partículas portadoras de una carga eléctrica (positiva o negativa), sólo puede manifestarse como atracción o como repulsión; es la que mantiene unidos fuertemente a “electrones” con “protones”, a átomos entre sí, y finalmente la cohesión entre las diferentes moléculas. Es la responsable de que indefinidamente se mantengan unidas millares de partículas entre sí, manteniendo también cohesionado a los diferentes ecosistemas (huéspedes y colonizadores) como el cuerpo humano, las comunidades de especies, la biosfera, la Tierra, etc. Todos los cambios químicos generadores de tantos otros cambios (movimiento) están bajo el control de la Fuerza electromagnética. La “fuerza gravitatoria” (débil) rige sobre los movimientos de las grandes masas a gran escala (planetas, estrellas, galaxias), explicada así por Newton al describir cómo una misma Fuerza, la fuerza de gravedad, es la que hace caer una manzana, pone a la Luna en órbita alrededor de la Tierra, mantiene a ésta en torno al Sol y éste en torno de la galaxia y que las leyes de la física terrestre se cumplirían en todo el Universo.34 La Fuerza gravitacional (gravitación) es producida por la interacción de todas las partículas del universo portadoras de masa, que serían el protón, el neutrón y el electrón, afectando a su vez dichas partículas y sólo escapándose de su férula aquella partícula sin masa, el “fotón”. Parece que también los “neutrinos” estarían investidos de esta misma propiedad. La intensidad de la Fuerza Gravitacional es mucho más débil que las otras tres fuerzas, incluso que la denominada fuerza débil. Es tan infradébil que no afecta todo lo que ocurre dentro del átomo, con los micro cuerpos de partículas, ni a los cambios químicos ordinarios, ni a los cambios químicos en el cuerpo y en el ambiente exterior no viviente, pero es la Fuerza que se evidencia en los macro cuerpos, que mantiene en órbita a la luna alrededor de la Tierra y a ésta en órbita alrededor del sol. Esto se debería a que en el mundo de la Gravitación no existe la repulsión, puesto que todo objeto con masa atrae a cualquier otro objeto con masa; y como sólo existe una clase de masa, sólo existiría una atracción gravitacional. La Fuerza total entre dos cuerpos cualesquiera es proporcional a la masa total de los dos cuerpos juntos, ya que a mayor masa de los cuerpos mayor es la fuerza gravitacional actuante entre ellos. Si una partícula sirve como fuente de una Fuerza particular con su respectivo Campo, éste responderá a otro Campo igual, establecido por otra partícula. Y las partículas que se atraen y repelen entre sí, afectadas por el decisivo influjo de la fuerza gravitacional en sus masas, sería la explicación de cómo se genera el Movimiento. Pero aún no se ha respondido de manera plausible cómo si la Fuerza “gravitacional” es la más débil de las por ahora conocidas cuatro fuerzas fundamentales que cohesionan nuestro Universo, fuese la que se reprodujera en grandes escalas; 33 REEVES, Hoover. La más bella historia del mundo; edit. Andrés Bello, Chile, 1998, pág. 44 34 Ibid., pág. 42 El Gran Concilio 67 o cómo la más débil lo sería sólo en apariencia, puesto que podría deberse a otra imperceptible dimensión ¿quinta? que serviría de umbral a otro (s) universo oculto. “Es la fuerza gravitacional y sólo ella lo que mantiene unido al Universo y dicta los movimientos de todos sus cuerpos. Todas las otras fuerzas están localizadas. Solamente la fuerza gravitacional, que es con mucho la más débil de todas, al combinar sus propiedades de largo alcance y de ser solamente de atracción, guía los destinos del Universo”35 En 1960, el físico ruso Iakov Zeldovich (19141987), al reivindicar la constante cosmológica de Einstein, establecería cómo no sólo las teorías de partículas elementales predecían la existencia de una energía mínima de los sistemas (energía del vacío) claramente mensurable, sino que dicha energía también ejercía una fuerza gravitacional susceptible de ser medida gravitacionalmente,36 es decir, la “energía del vacío” también formaría parte de la masa gravitacional del Universo. La atracción y repulsión electromagnética simultáneamente interactuando con la atracción gravitacional, son explicadas por y explican el Movimiento; movimiento de la física a la química, de la química y la física a la biología, de la biología a la vida humana, de la vida humana a la historia y la cultura, de la historia y la cultura a la biosfera y al cosmos, de nuevo a la química, a la física, o a la biología, y así sucesivamente.37 Podría decirse que la Fuerza electromagnética es a la Química, lo que la Fuerza Gravitacional es a la Física. En el Movimiento de la Materia, transcurriendo en el espacio y el tiempo, con el “espacio” y el “tiempo” como formas fundamentales de la Materia, estaría la explicación de la elevada correlación existente entre la intensidad de la Fuerza “electromagnética” y la Vida; es decir, a más intensidad de fuerza electromagnética, más probabilidad de vida, y viceversa. Si el proceso de Fuerza electromagnética, Fuerza nuclear, Fuerza débil y Fuerza gravitacional lo revirtiéramos partiendo de la Fuerza gravitacional, veríamos cómo dos cuerpos celestes o terrestres al moverse mecánicamente entrarían en contacto mediante la atracción, la fricción o el choque, produciéndose calor y/o luz y/o electricidad. Dicho movimiento de cuerpos sería equiparable al movimiento molecular, en el que calor, luz y electricidad se transforman químicamente, como también podrían brotar de dicha transformación; luego el movimiento molecular se trocaría en movimiento atómico, que es un movimiento químico, el que, al entroncarse con el mundo orgánico, que es un mundo en el que los procesos químicos se desarrollan bajo las mismas leyes pero con otras condiciones, vendría a generar la Proteína. Sobre la superficie de la Tierra actúan las leyes de la fuerza gravitacional, de manera tan variable que a medida que se va profundizando a través de su corteza llegaríamos al punto de su Núcleo donde la “gravedad” sería Cero. Vista la Gravedad con respecto a la inmensidad del Universo, se encontraría cómo la “fuerza gravitacional” es la responsable de la expansión del Universo, que de seguir incrementándose geométricamente la Gravedad en el Universo podría especularse con que hasta el cuerpo más distante empezaría a desacelerar su velocidad de expansión, contrayéndose automáticamente hacia un teórico y mismo centro todos los cuerpos, lo que se ha interpretado como el colapso del Universo y su consiguiente concentración de la Materia en densidades y temperaturas infinitamente elevadas, a la par que desaparecerían el Espacio y el Tiempo tal como los conocemos hoy. Pero ¡expansión o colapso! sería un falso dilema, puesto que desde nuestra concepción de la Materia en Movimiento el Universo tendría que estarse expandiendo eternamente, ya que al ser la masa y la energía del Universo constante, la Gravedad no llegaría a incrementarse en las magnitudes infinitamente grandes requeridas para hacer colapsar el Universo. No obstante, ¿qué Fuerza sería la responsable de que el Universo se expanda aún en contravía de la Gravedad? 35 ASIMOV, Isaac. El colapso del universo; Edit. Diana, México, 1987, pág. 31 36 En el trabajo de Iakov Zeldovich se establece que el término que da cuenta de la “energía del vacío” es la “constante cosmológica” de Einstein, arbitraria o intuitivamente introducida a última por Einstein en sus ecuaciones de la teoría general de la relatividad. 37 Qué tal si en vez de divorciar al Movimiento de la Materia se le vinculare aún más con la ontología (¿con la ontogénesis?), con la idea de ver si la fuerza electromagnética es a cierta forma del Ente así como la fuerza gravitacional es a cierto movimiento del Ente, y si la fuerza nuclear es a cierta naturaleza del Ente. 68 El Gran Concilio “La fuerza gravitatoria permite que usted pueda leer este artículo atado a su silla, y no salir disparado a 1.500 Km. /h. hacia el espacio exterior; el uso de la fuerza electromagnética le facilita escuchar la radio, con la bombilla encendida mientras lee. Además, la fuerza nuclear (interacción débil) alimenta al Sol, y la llamada interacción fuerte (fuerza de degeneración radiactiva) sirve en medicina nuclear”38 Los “Campos” (Gestalt) ¿Podría ser el Movimiento un “campo” en el que interactúan todas las cuatro fuerzas? El volumen de espacio en el que se hace sentir cada una de estas fuerzas es su “campo de fuerza” o Campo. El concepto de “Campo” permite explicar cómo un determinado fenómeno forma parte de una estructura total “continua” de un conjunto físico, es decir, no podría existir un “campo” donde no hubiere “continuidad”. Esta idea de “continuidad” ha sido fundamental desde la antigüedad, sirviéndole a Zenón de Elea (490-430) para su célebre aporía de Aquiles y la tortuga, igual que a Plotino para negar la existencia del átomo. También le serviría a René Descartes (15961650) para identificar la materia continua con el espacio, y a Immanuel Kant (1724-1804) para postular una de sus antinomias, consistente en la tesis de la imposibilidad de una divisibilidad infinita porque el ser no podría terminar disolviéndose en una nada, y su antítesis de la infinita divisibilidad de una parte dada porque de no ser así entonces no existiría la extensión. La Sustancia y el Campo se caracterizan por su “materialidad”. Por “sustancia” se entiende toda la materia que permanece inmutable ante los accidentes o cualidades de las cosas, como también todo aquello cuanto tiene masa, carga eléctrica y momento magnético, ya sea en forma de partículas, átomos, moléculas, cuerpos o radiaciones cósmicas. Por “campo” se entiende aquel ente material que comunica cuerpos entre sí transmitiendo la acción de un cuerpo a otro; que puede ser campo electromagnético, gravitacional, nuclear, mesónico o electro-positrónico. Los elementos o partículas del Campo se diferencian de las partículas de la Sustancia en cuanto no poseen masa, como en el caso de los fotones, y por moverse a la velocidad constante de la luz en el vacío, lo que no ocurriría con las partículas de la Sustancia. La unidad material del mundo, en su multiformidad, se evidencia en la estrecha interrelación entre la Sustancia y el Campo, que en el caso de algunas partículas de la Sustancia, como los “mesones”, pueden ser al mismo tiempo “quantas” o partículas de alguno de los Campos; o en el caso del electrón y el positrón que son partículas de la sustancia susceptibles de transformarse en fotones, que son partículas del Campo electromagnético. En la estrecha interacción recíproca que ejercen entre sí, que puede llegar a transformarse, bajo determinadas condiciones, la sustancia en el campo, y viceversa. El Universo en Movimiento se expresa con cada uno de sus cuerpos en raudal trayectoria generando sus respectivos campos magnéticos (electromagnéticos) retroalimentándose a manera de parciales circuitos cerrados que en el movimiento de sus núcleos produce la energía eléctrica requerida para la producción de campo magnético y a su vez éste redundando en la generación de más energía eléctrica. En el caso de la Tierra su campo magnético se ha polarizado en dos polos, mientras que en otros cuerpos se despolariza, como en el Sol con un solo campo magnético y sin polos, o como otros cuerpos celestes que se han polarizado en tres o más polos. Einstein pudo intuir que el Campo gravitacional determinaría la geometría del Universo en forma curvada, pero esta causalidad la hemos precisado en el sentido de que dicho “campo gravitacional“ es determinada por sus respectivas “masas” (cuerpos) que moviéndose a grandes velocidades conforman junto con la energía el Universo. Informes científicos nos hablan sobre cierta acelerada disminución de la intensidad de la fuerza del campo magnético de la Tierra, polarizado en estos momentos hacia la dirección Norte, pero que en algún momento anterior estaría hacia el Sur y sucesivamente seguiría alternándose el sentido de su dirección. Como la mayor o menor intensidad de la fuerza de un campo magnético de los cuerpos celestes (planetas) dependería del movimiento de su metálico núcleo, que a mayor temperatura sería líquido y en total enfriamiento sería compactamente sólido, Marte se tornaría en el planeta inerte o muerto que ahora es debido al total debilitamiento de su campo magnético como consecuencia del enfriamiento y compactación 38 CASTELLANOS, Yino. Op. Cit. El Gran Concilio 69 de su núcleo a tal extremo que dejaría de producir la energía eléctrica alimentadora de campos. El núcleo de la Tierra es por su elevadísima temperatura hierro líquido, siendo el núcleo de Marte hierro sólido debido a su estado de total enfriamiento. Esto es, a mayor temperatura del núcleo de un cuerpo celeste, mayor sería la intensidad de la fuerza de su campo magnético, y sin núcleo (fuerza nuclear) no existiría la fuerza electromagnética, ni se generaría el respectivo campo magnético. “Un Universo sin Materia y sin Energía sería un Universo sin campos electromagnéticos y sin campos gravitacionales, o sea una Nada infinita. Con la Masa surge la Energía y con ella las partículas cargadas y de dichas partículas surgen los pequeños Campos gravitacionales y los Campos electromagnéticos. Así como el Campo electromagnético está determinada por la carga, el Campo gravitacional lo está por la partícula de masa.”39 Como la Fuerza “electromagnética” de la Tierra se debe a la producción de electricidad de su Núcleo, a la generación de su campo magnético, ahora polarizado, y al grado de retroalimentación entre energía eléctrica y campo magnético, con una dirección de Sur a Norte o de Norte a Sur, y cada cien miles de años se invertiría, ahora se estudia qué pasaría en un futuro con el sentido de la actual dirección Sur-Norte de la fuerza electromagnética de la Tierra, la que podría tomar la dirección inversa Norte-Sur una vez se enfríe completamente el núcleo terráqueo. El hecho de que haya empezado a debilitarse la intensidad de la fuerza del campo magnético de la Tierra es síntoma de que ya viene ocurriendo la inversión de su dirección hacia la de NorteSur, la que de un momento a otro se tornará intempestiva, ya que dicha inversión nunca se hubiera dado de manera gradual. Una posible consecuencia de una inversión de la dirección de la fuerza del Campo magnético de la Tierra, además del debilitamiento progresivo de su campo, tendría que ver con alteraciones del contenido y la forma de las cosas, tanto en el quimismo como en los signos vitales y la psiquis de todos los organismos sobrevivientes. El Espacio-Tiempo determinado por la Materia No puede ocurrir un movimiento en el tiempo que no sea también un movimiento en el espacio y viceversa. Giddens El gran enigma que aún nos plantea el Universo es intuir su tamaño y su forma, lo que implica tener un concepto de “espacio” y de “tiempo” diferente a los tradicionales para ver si le rasgamos alguna claridad al Universo, lo que ahora pasa por este concepto del “espacio-tiempo”. A partir de la Teoría General de la Relatividad (1916), que también describe y predice el destino de los astros, viene discutiéndose sobre la forma y el tamaño del Universo (geometría del universo); cómo la Gravedad es otra de las propiedades de la geometría curvada del Universo; cómo la forma del “espacio curvo” (circular) es provocada por la Materia, la Energía y/o la Gravedad; cómo dicha distorsión del “espacio” (curvado) determinaría la trayectoria de los cuerpos y de la luz en el espacio, mas dichas trayectorias no serían determinadas por el influir de la Gravedad; cómo el Universo se comporta como una totalidad de propiedades bajo una geometría curvada afectada por todos los cuerpos (masas) existentes en él; cómo las “cargas” (no las masas) al generar su respectivo campo electromagnético nos definían otra forma de geometría; cómo las masas existentes en el Universo determinarían la forma curvilínea de éste y sus campos gravitacionales, y cómo a su vez estos campos gravitacionales determinarían la arquitectura misma del Universo. El Espacio y el Tiempo referidos con respecto a la materialidad del mundo nos lleva a pensar en una Materia eterna que implica Cambios y Tiempo eternos. Si la Materia es eterna; si el Cambio es un atributo de la Materia; si el Tiempo es un atributo del Cambio y de contera de la Materia; si el Tiempo es una trayectoria unidimensional y el Espacio es n-dimensional; si Materia, Cambio y Tiempo son eternos; entonces, el Espacio-Tiempo no es una ilusión, ni un tapiz (de fondo) independiente de la Materia (objetos físicos, partículas, fuerzas, energía) en la cual residieran éstos relacionándose entre sí, o sobre el cual operaran las leyes de la 39 CESARMAN, Eduardo. Orden y Caos; editorial Diana, México, 1982, pág. 161 70 El Gran Concilio física de forma absoluta (Newton), o bajo el cual se estuvieran formando otros universos. El Movimiento y el Espacio-Tiempo son Uno, como atributos de la Materia (¿continua?, ¿discontinua?), en permanente cambio. ¿Es finito o infinito el Espacio en el EspacioTiempo? No deja de ser paradójico que de la geometría de las rectas paralelas de Euclides se infiera la infinitud del Universo, puesto que la energía se radiaría en línea recta sin límite alguno, mientras que la geometría del espacio curvo de Einstein implica que el Universo es finito. Según Einstein, la energía se radiaría en el sentido circular debido a que la materia existente en el espacio genera campos gravitacionales curvados y esta forma curvilínea de los campos gravitacionales sería determinada por las masas existentes en el Universo, las que a su vez determinarían la arquitectura misma del Universo. Pero antes nos aproximamos a los conceptos de espacio finito e infinito remitiéndonos a los conceptos de sistemas cerrado, aislado y abierto, ya descritos. Al afirmar que nada se crea y nada se destruye, siendo por tanto la materia constante, y al hacer la abstracción de que el Universo sería teóricamente el único sistema cerrado existente, en el sentido de que no tendría alrededores, se estaría admitiendo que el Universo es un sistema finito con una cantidad finita de materia y energía. A nuestro parecer, muy personal, es mucho más plausible la teoría del Universo infinito; por lo que considerarlo un sistema cerrado sería tan sólo un recursoteóricoparapoderdefinirlosdemássistemas abiertos; es decir, en el Universo no existirían sistemas cerrados, al menos que lo fuera él mismo. En un artículo escrito por Antonio Beltrán,40en homenaje a Emilio Lledó, se dice que haber pasado del premoderno cosmos cerrado al de un universo infinito en el espacio ha sido uno de los grandes logros de la revolución científica. Pero, todo quedaría en las mismas, puesto que en aras de superar lo que para unos era un mundo finito, bien reducido en el espacio, pero a la vez abierto en el tiempo hasta la infinitud, terminaría siendo igual de limitado ese universo infinito en el espacio con reducida dimensión temporal del mundo. Así sería concebido por los grandes protagonistas de aquella revolución científica (Descartes, Stenon, Hooke, Buffon) que darían por sentado una antigüedad del mundo aproximada a los 6000 años. En el caso de Descartes, dice Beltrán, el problema de la naturaleza del Espacio tiene gran importancia, pero el tema de la dimensión del Tiempo no lo enuncia como problema. Esto explicaría la creencia de Descartes en un mundo (Tierra) que, creado a la perfección con su Sol, Luna y Estrellas, no contenía en sí las semillas de las plantas sino las plantas mismas; en Adán y Eva no creados niños sino completamente adultos; en asistir mentalmente al nacimiento de un mundo que sólo es hipotético, ya que esos espacios infinitos con que nos confundían los filósofos se contrarrestarían al trasladar nuestra mente hacia “espacios imaginarios”. Y por ningún lado nos habla Descartes de adelantar el viaje en el Tiempo. Esto es, el problema de la concepción del Tiempo y el Espacio tiene sus implicaciones de poca monta. En el campo del pensamiento materialista, donde materia, espacio y tiempo son indisociables, tenemos a Nicolás Chernishevski concibiendo que el Espacio y el Tiempo son formas objetivas de la existencia de la materia, manteniendo uno y otro vínculos irrompibles con la materia. Para Constantin Stamati (18281898), en la naturaleza nada sería permanente, encontrándose todo en estado de constante fermentación, de infinito movimiento y cambio, y la materia, el espacio y el tiempo serían infinitos. En nuestro ámbito más cercano tenemos al argentino Florentino Ameghino (1854-1911), para quien las leyes no son eternas, sino transitorias, excepto los atributos de la Materia en ocupar extensión (espacio) y en moverse. De ahí que el Universo estaría conformado por los cuatro infinitos: Materia, Movimiento, Espacio y Tiempo, los que interactuarían en una relación dialéctica mutua tal que, según Ameghino, el inmutable infinito Espacio estaría ocupado por el infinito Materia en infinito Movimiento; que, en las sucesivas fases del infinito Tiempo, existen como un todo único y serían inconcebibles fuera y al margen de su concatenación general. Merced a la relación dialéctica mutua entre estos cuatros infinitos, éstos podrían reducirse a Materia y Espacio, puesto que el Movimiento 40 BELTRÁN, Antonio. Revolución Científica, Tierra y Tiempo; Grijalbo, Barcelona, 1989, pags. 142-155 El Gran Concilio 71 sólo es una cualidad de la Materia y el Tiempo pertenece al Espacio. Por tanto, sólo dos cosas reales, inseparables una de otra, la Materia y el Espacio, constituyen el Universo, y las leyes de la naturaleza son distintas relaciones entre las “infinitas” formas del Movimiento de la Materia. Tampoco F. Engels hubo de quedarse en ese antiguo materialismo crudo o trivial, ni en los renovados materialismos sensualista y racionalista, viéndose en la necesidad de desarrollar toda su teoría de la dialéctica de la naturaleza ¿materialista? para poder concebir y explicar el materialismo de manera más real, a la luz de una concepción histórica del desarrollo de la naturaleza y una concepción histórica del desarrollo de la sociedad humana. Introduce la variable tiempo que, según él, es el factor fundamental de toda evolución, para adquirir la capacidad de concebir el mundo como un “proceso”, como una materia sujeta a su desarrollo histórico, que por tener lugar a través del tiempo es diacrónico. Al considerar que el desarrollo de la Naturaleza es susceptible de darse en el tiempo, con el despliegue de toda su variedad dada en el espacio, tal como los seres animados que hoy viven en la Naturaleza que son el resultado de un largo desarrollo que va de lo simple a lo complejo. Engels precisa cómo el Hombre no vive sólo en la Naturaleza, sino también en su sociedad humana portadora de la propia historia de su evolución; que a la edad media, por ejemplo, no puede despachársele con ser sólo la simple interrupción de la historia por una ola milenaria de barbarie generalizada, sino reivindicándola por sus grandes aportes en la expansión del campo cultural europeo, la formación de grandes naciones y los considerables avances técnicos de los siglos XIV y XV. Visto en su integralidad este materialismo, es evidente que el desarrollo del mundo impulsa el desarrollo del pensamiento. El pensamiento no podría seguir siendo esa especie de esfera autónoma e independiente del mundo que nos rodea. Engels afirma que desde Descartes hasta Hegel, y desde Hobbes hasta Feuerbach, los filósofos no avanzaban impulsados sólo, como ellos tal vez creían, por el prurito del pensamiento puro; muy al contrario, lo que en realidad les impulsaba era precisamente los progresos formidables y cada vez más contundentes del conocimiento del desarrollo de las ciencias naturales, de las ciencias sociales humanas y de la industria. 72 ¿Es el Tiempo en el espacio-tiempo un Presente? Lo objetivo del Tiempo es fluir de lo anterior a lo posterior, de la causa a lo causado, que nos permite enlazar entre sí acontecimientos pretéritos, y se estructura según la costumbre astronómica de la traslación de la tierra (años), los ciclos de la luna (meses), la rotación de la tierra (días), y así subsecuentemente en horas, minutos, segundos y fracciones de segundos. Lo subjetivo del Tiempo, tiempo del sujeto, es moverse en un tiempo único; ver desde el “ahora” presente, al tiempo ido y por venir; sentir el presente de nuestro pasado, el presente de nuestro futuro y el presente del ahora realizado; representar al pasado y al futuro con nuestro presente; estar profundamente atentos a lo que realizamos ahora, lo que recordamos (pasado) y lo que anticipamos (futuro)Concebir que el Tiempo “es un presente” no es tanta novedad, sabiéndose que sólo en el presente es donde se decide y actúa, pero ahora nos preocupa ver si lo mismo podría decirse del “espacio-tiempo”. La relación Tiempo y Presente es complejizada por Fernando Sánchez, en “Ciencia y Conciencia” (web), al referirnos el experimento de laboratorio sobre un rayo que supera 310 veces la velocidad de la luz, experimento realizado en un laboratorio del Instituto de Investigación NEC en Princeton (EEUU), cuyo resultado paradójico revaluaría leyes de la física, ya que pudo evidenciarse cómo cierto pulso de luz era detectado a la salida antes que a la entrada, cuestionándose así no sólo la teoría de la relatividad, sino la misma concepción del Tiempo como nexo entre el pasado y el futuro. En contra de la noción del “tiempo” como duración, Walter Benjamin (1892-1940) considera que el “ahora”, tiempo presente, es el centro a partir del cual se revive el pasado, se detectan sus claves y se proyecta la acción humana en función de un devenir distinto, liberador. La pensadora española Margarita Boladeras refiere cómo para Emilio Lledó el pasado sólo existe en el ahora de los que recuerdan, reflexionan y reconstruyen las experiencias propias o ajenas; que la historia se hace desde un “presente” que se desvanece y reabsorbe en el “momento siguiente”. El filósofo alemán Georg Simmel (1858-1918) considera cómo la “actualidad” es un no-tiempo o momento inextenso en el que coinciden otras magnitudes que sí son temporales como “pasado” y “futuro”; cómo la realidad no es temporal porque se da en el “presente”, y sólo en el presente. El Gran Concilio ¿Será que únicamente en el Tiempo presente se puede decidir y actuar?, ya que lo dialéctico es asumir el Tiempo en el entendido de que todo pasado y todo futuro estarían condicionados por la respectiva situación presente. Hace “presente” quien relata su realidad objetiva pasada, quien se pronuncia sobre su pasado y sobre sí mismo, quien tiene la intención de realizar las posibilidades y expectativas propias y de los demás, quien convierte su presente en historia y lo abre al futuro y quien prospecta su esperanza, sabiéndose que todo aquel que avizora la esperanza nunca podrá olvidarse de ella. Desde el siglo IV la filosofía Patrística esgrime la hipótesis de que “Dios es un presente”, siendo este uno de los grandes argumentos de Aurelio Agustín de Tagaste (354-430), San Agustín, para quien Dios era no sólo el creador de lo que existe en el Tiempo, sino del mismo Tiempo; que si en Dios nada es pasado y nada es futuro, porque su ser es inmutable y la inmutabilidad es un eterno presente en el que nada pasa, en cambio la realidad del Tiempo no es nada permanente, puesto que si el “presente” fuese siempre “presente” no existiría Tiempo, sino eternidad. “Nosotros conservamos el recuerdo del pasado y estamos esperando el futuro. El futuro todavía no existe, pero hay en el alma la espera de las cosas futuras; el pasado ya no existe, pero hay en el alma la memoria de las cosas pasadas. El presente carece de duración y en un instante se convierte en pasado, pero dura en el alma la atención por las cosas presentes. El tiempo encuentra en el alma su realidad”41 Ahora estamos ante el giro de considerar que el permanente presente es atributo del “espaciotiempo”. Ante las inconsistencias de asumir la radical separación entre “espacio” y “tiempo”, formulada explícitamente por primera vez en la Estética trascendental de Kant, no podría caerse en la otra inconsistencia de pretender que de por sí el Tiempo se limita a transcurrir en un Espacio, ya que igual de plausible sería pretender que el Espacio sea el que transcurra en el Tiempo. Felipe Beltrán42 propone investigar acerca de la posibilidad de una integración espacio-temporal en la arquitectura por fuera del ámbito de la velocidad, en donde el espacio cuantificado no se 41 42 43 superponga al tiempo cronometrado, sino donde la espacialidad transcurra inevitablemente en el tiempo, nos estaría insinuando una temporalidad en presente del “espacio-tiempo”. Esto de que el “espacio-tiempo” no sea pasado, ni futuro, sino un “presente”, no es cosa nueva. Los pioneros de esa cosmogonía en la que el Tiempo es un “presente”, un “aquí y ahora”, serían indiscutiblemente los Mayas, quienes nunca pretendieron medir o enclaustrar el Tiempo en ningún Espacio a la manera de los relojes de cuatro cuadrantes, 12 horas (AM, PM), sesenta minutos, sesenta segundos, etc., ni teniendo sólo como referente la frecuencia del giro de la tierra alrededor de su mismo eje o del sol, ni en clepsidras, ni en receptáculos de arena, puesto que para ellos el referente era el Cosmos en su plenitud. El Tiempo para los Mayas tampoco era un producto de la percepción subjetiva e introspección profunda de alguien, ni era medido por el alma como pretende Aurelio Agustín, sino que daría cuenta de todo el equilibrio y armonía del Universo, con sus sistemas, galaxias, nebulosas, etc., moviéndose en sus respectivos ritmos; ni tendría comienzo, ni fin, sino que por ser eterno simplemente sólo existiría en “presente”. De ahí la perfectud de su Calendario, conformado según el ritmo de un Cosmos del que ellos formaban parte íntima, teniendo como referente la primera evidencia que tenían a la vista, el ritmo de la Luna, y determinando que el año comprendía 13 ciclos exactos de 28 días exactos y de cuatro semanas exactas de 7 días cada una;43según el ritmo de un Cosmos que a partir de nuestra más inmediata realidad estelar LunaSol regula naturalmente los ritmos de nuestra interioridad, como quiera por ejemplo que el ciclo menstrual ha sido adquirido por simpatía en correspondencia con los 28 días de un mes lunar. Esto es, como para los Mayas el Tiempo no era del mundo de la mecánica, ni de la geometría, ni de la psicología, ni de la física, sino de la Cíclica Dialéctica, sólo esa civilización sentiría y viviría en correspondencia con los ritmos de la Naturaleza, en tal armonía y equilibrio que pudo ser tan excepcional en los campos de la ciencia, la filosofía, la cultura y la convivencia. O dicho de otra San Agustín, en Historia de la Filosofía, Montaner y Simon, Barcelona, Tomo I, 1955, pág. 241 BELTRÁN VEGA, Felipe. Op. Cit. Como los calendarios “juliano” y “gregoriano” nada tienen que hacer ante la exactitud del calendario Maya, lo esperado es que se vuelva a adoptar el Maya, para bien del equilibrio bio-psíquico de la humanidad. El Gran Concilio 73 manera, en la cosmogonía Maya y su concepción del Tiempo también se encuentran fundamentos para una definición“ecológica” del Hombre, el que entendemos como “Ello-Yo-criptoYo”. Esto es, el presente siempre será un suceso que de manera integral nos permite mantener el pasado, esperar el futuro y asumir el ahora; sólo podrá llenarse de pasado y futuro en la medida en que nos atañan, puesto que el presente es el resultado de nuestro tiempo ido y por venir; el pasado y el futuro de sucesos objetivos son intermediados (subjetivados) por el presente del sujeto, que es pura actuación; la objetividad de los sucesos es relativizada por la actuación del sujeto. El pasado se representa, el futuro se representa, pero el presente se actúa, es esencialmente acto; el Tiempo del presente es actuación en el ahora, predispuesto a penetrar en su futuro y en su pasado. “¿Hasta qué punto vivo yo el tiempo, mi tiempo? Hasta el punto que estoy cierto de que se me brindan posibilidades duraderas más allá de lo que ahora se cumple de hecho; así experimento el porvenir. Y en la medida en que sé que ahora no empiezo en un punto cero, sino que ya en cierta manera ya he estado aquí al darse unas posibilidades y quedar excluidas otras antes de que yo las excluya o acepte para mí libremente; es decir, que estoy condicionado por la necesidad de lo que ha sido. Y en la medida en que por la aprehensión de las posibilidades -en las que la plenitud no gastada de lo sucedido llega hasta mí- realizo el presente”44 Nos queda rondando cierta apreciación que al respecto expuso Henri Bergson, aquella de que nuestra duración no es únicamente un instante que sustituye a otro, ya que si así fuese nunca se daría nada excepto en el presente; ni prolongación del pasado en el presente, ni evolución, ni duración concreta. Universo Continuo - Universo Discreto No es nueva esta discusión, como quiera que está implícita en la cosmogonía de Heráclito y su negación de la existencia de una Nada ¿universo continuo? de la que nada podría generarse, como también en la posterior aceptación de la existencia del vacío por Demócrito ¿universo discreto? donde la Nada sería una llenura de vacío. A principios del siglo XX, dice Stephen W. Hawking, se pensaba que todo podía ser explicado 44 74 en términos de las propiedades de la “materia continua”, gracias a los avances sobre la elasticidad y la conducción calorífica, pero el descubrimiento de la estructura atómica y el principio de incertidumbre darían al traste con la “continuidad”. Esto fue vislumbrado por Demócrito con su “non continuo” del átomo indivisible (discreto), sólo que ahora, después de haber desintegrado el átomo de múltiples maneras y hasta la saciedad, la ciencia empieza a equiparar la mínima materia indivisible al “quantum corpuscular” de Max Plank, asumiendo que la forma de la Materia no es perfectamente continua sino discreta. Mientras se conocen los resultados de los experimentos llevados en los túneles (Universo) de los aceleradores de partículas, nos inclinamos por resaltar la Teoría “corpuscular” de una Materia “discreta” que implica la finitud de la divisibilidad de la Materia, tal como se expresara con el “átomo indivisible” de Demócrito, cuya concepción “discreta” (no continua) de la Materia sería ignorada por Platón y Aristóteles al considerar la Materia infinitamente divisible. Rober Boyle plantearía en 1660 que el comportamiento de los gases obedecía a la teoría “corpuscular” de la Materia, lo que sería reforzado por Isaac Newton con sus indivisibles unidades corpusculares de masa que siempre se comportarían según las leyes universales del movimiento mecánico. El clásico “Número de Avogadro” está en la idea de las propiedades de una Materia discreta, ya que todos los “gases”, a una misma temperatura, presión y volumen, contendrían el mismo número de moléculas, así el tamaño de las moléculas de cada uno de los gases fuera diferente entre sí, lo que después pudo ser experimentado, medido y demostrado. La teoría “corpuscular” de una materia discreta, vendría a ratificarse con los desarrollos de la “termodinámica” y la “electromagnética” (Maxwell, Brown), en especial con las leyes sobre la “luz” de Max Plank que explican la luz mediante efectos fotoeléctricos provocados por su condición “cuántica” (corpuscular), demostrándose cómo la forma de la luz era de “cuantos” o paquetes de onda discretos. A Einstein no le otorgarían el Nobel por sus teorías de la relatividad (especial y general), sino por su teoría sobre la naturaleza de la Luz, que según él sería Partícula discreta y HAEFFNER, Gerd. Antropología Filosófica; Editorial Herder, Barcelona, 1986, pág. 99 El Gran Concilio Onda continua al mismo tiempo, pero que no sería un fluir continuo en Onda, sino la secuencia “discreta” de esos paquetes de partículas que son los “fotones”. Así se abriría un campo fértil para especular sobre la relación entre “partícula” y “onda”, como si existiese una transmutación recíproca y permanente entre partículas y ondas. Como si la Onda fuese el indicio o síntoma de que estamos en los predios de una Partícula, o el lenguaje a través del cual se expresa la Partícula, donde lo propio de la Partícula sería su característica discreta y su condición de certeza, mientras que la Onda sería su continuidad y probabilidad. Esto, fundamento del principio de incertidumbre. Si Materia y Energía son equivalentes, podría pensarse que la menor unidad de Luz, el “quanto”, es equivalente a la menor unidad de Materia. Y si la explicación del “contuinuo” se hace totalmente noplausible, recuperaría entonces Demócrito plena vigencia, después de limpiarlo de su concepción mecánica del Movimiento, claro está. Con respecto a la difusa o catastrófica frontera entre Partícula y Onda nos queda otra compleja reflexión: Si la Materia y la Energía son “discretas”, ¿también sus atributos de Movimiento, Espacio y Tiempo tendrían que ser “discretos”? ¿Cuál sería la mínima unidad de Espacio, cuál de Tiempo y cuál de Espacio-Tiempo? Y qué de la idea de que lo “discreto” implicaría cierto determinismo, puesto que lo “quántico” implica indeterminación e incertidumbre (Heissenberg). “Muchos científicos de renombre no ven la necesidad de abandonar las teorías del continuo que se han ido sucediendo. Parece ser que cuando nos introducimos en el mundo de la gravedad cuántica, es cuando empiezan a surgir fenómenos que sugieren un posible espacio-tiempo discreto. Esto en realidad no es una prueba, sólo estamos hablando de que una teoría discreta podría explicar ciertas cosas, sin abandonar el decir que una teoría del continuo tal vez también pudiera explicarlas. A la escala de Planck, existe un mínimo tamaño a partir del cual interviene el principio de incertidumbredeHeissenberg.Recientesresultados teóricos en la teoría de las supercuerdas (con los que no estoy familiarizado) sugieren un espacio-tiempo discreto. La frontera de lo discreto aún está abierta, las nuevas teorías nos depararán su resultado”45 Al físico alemán Max Planck (1858-1947) se le debe la formulación en 1900 de la célebre “teoría cuántica”, sobre una energía contenida en el átomo y emitida a través de sus partículas electrónicas, susceptible de ser mensurable por una constante universal “quantum” (toda medida puede desagregarse en “cuantos” pero no todo “cuanto” es mensurable). A partir de la “teoría cuántica” pudo revaluarse la también novedosa teoría ondulatoria de la luz que aceptaba la energía como un fluido continuo, cuando en realidad la energía se comportaría simultáneamente como ondas y partículas; es decir, como los paquetes individuales de energía (cuantos) que son, pero desplazándose en forma de ondas. Entonces, la energía radiada, emitida o soltada por el átomo no se haría de manera “continua” en el espacio, sino emitida en paquetes discretos de energía o “cuantos” (gránulos), no todos iguales entre sí, proporcionalmente a la frecuencia de oscilación de la radiación misma. La cantidad de energía emitida por un átomo es absorbida por otro átomo, manifestándose esto no en un cambio de trayectoria sino en el “salto cuántico” (ascendente si absorbe energía o descendente si la emite) de los electrones de una capa (nivel) a otra, lo que explicaría la indestructibilidad de la Materia y la Energía. En últimas, todo sería absorbido y emitido por la Materia. Max Planck en 1900 conoció en detalle el descubrimiento de R. W. Bunsen y Gustav Kirchhoff sobre la universalidad de las propiedades de la “energía radiante” que, por ser la naturaleza de la radiación calórica completamente independiente del carácter de los cuerpos radiantes, dependía exclusivamente de la temperatura y de la longitud de onda, lo lleva a descubrir cómo el calor radiante no era una corriente continua e indefinidamente divisible; es decir, el calor radiante sería como una masa discontinua compuesta por unidades (discretas), donde cada una es análoga a las restantes. La teoría de los “cuantos”, consistente en que “además de la materia y de la electricidad, también la energía misma se transforma en átomos de energía” (fisión nuclear), haría surgir la Física Cuántica. Esta nueva Física se basa en la cuantificación de la energía a objetos microfísicos, donde el átomo de energía (cuanto de acción o fotón) sería la unidad más pequeña de energía conocida y se da una estrecha complementariedad entre las Radiaciones electromagnéticas, las Partículas elementales y las Ondas. 45IbanGarcia@alufis35.uv.es El Gran Concilio 75 En 1905, Albert Einstein (1879-1955) desarrolla la hipótesis cuántica de Max Plank aplicándola a la producción y transformación de la luz, mediante una teoría de los fotones o cuantos de luz, fundada en la ley del efecto fotoeléctrico, consistente en que la luz no se difunde de manera continua en todo el espacio, sino que permanece en “cuantos” de luz llamados “fotones”. En 1911, el físico británico Ernest Rutherford (1871-1937) demuestra que el“átomo”es un cuerpo complejo constituido por partículas, y que la masa del átomo no está distribuida equitativamente a través de su volumen, sino que casi toda la masa del átomo se concentra en una región muy pequeña de su centro, el “núcleo”. En 1914 descubre el “protón”, que es una partícula masiva localizada en el “núcleo”, logrando comprobar en el laboratorio la existencia de un “núcleo atómico” dotado de masa y cargado positivamente, con un enjambre de electrones cargados negativamente girando a su alrededor. En 1913, Böhr encuentra que la energía mecánica se podía cuantificar, de tal manera que la cantidad mecánica aumentaba en la misma cantidad de una órbita a otra. En 1932, el físico británico James Chadwick (1891-1974) descubre el neutrón que, por no tener carga eléctrica, ni positiva ni negativa, es eléctricamente neutro. Esto es, no sólo se ha refutado la teoría del “flogisto”en la química, sino que el átomo ha dejado de ser un supuesto, para ser una realidad científica; y la atomística química vendría a confirmar la idea del paso de los cambios cuantitativos en la composición del átomo a cambios cualitativos de la propia materia. A finales del siglo XX, el estudio de los “quarks” ha merecido la mayor de las atenciones por parte de científicos, llevando a que en 1990 fueran distinguidos con el premio Nobel de física el canadiense Dick Taylor y los usamericanos Henry Kendall y Jerry Friedmann, por sus estudios sobre los “quarks”. De llegar a saberse cómo se forman, funcionan e interactúan los “quarks” podríamos acercarnos a la realización del gran sueño de poder explicar la formación y funcionamiento de la Materia en Movimiento, del Universo. Se ha podido establecer que al poner a una moneda girando sobre una mesa el 80 por ciento del peso de la moneda se debería a la interacción entre los “quarks”. Con respecto a las partículas orgánicas, queda por ahora enunciado que la partícula orgánica fundamental es el “gen”, constituyendose éste en 76 la mínima unidad de información hereditaria en la que se acopia sistemáticamente la información suficiente para diseñar, formar y construir un organismo, como si de por sí el “gen” supiera de antemano cómo se ensambla un cuerpo. Desde la óptica del racionalismo crítico de Immanuel Kant (1724-1804) también ya se habían dado los fundamentos de un universo “continuo”. En la física tracendental (analítica trascendental) Kant describe una esfera en la que los objetos son elaborados por el “entendimiento” a partir de las formas a priori del entendimiento, de la razón de los juicios sintéticos a priori y del carácter universal y necesario de las categorías de “sustancia” y “causalidad”, sin depender de la “experiencia”. Una vez desarrollada su teoría de las formas a priori del Entendimiento y la razón de los juicios sintéticos a priori, Kant establece que los problemas de la física pura (ciencias naturales) debían estudiarse a la luz de la doctrina “dinamicista” porque lo primario en la Naturaleza no es la Materia sino ciertas fuerzas puras e independientes de la Materia como el “movimiento puro”. De ahí que en Kant el Movimiento esté separado de la Materia, sea “continuo” y producto de dos fuerzas opuestas de atracción y repulsión, fuerzas estas que no serían exteriores ni comunicadas a la Materia desde fuera, sino de la esencia interna de los fenómenos de la naturaleza que se desdoblan en sus dos aspectos contrarios. El Espacio-Tiempo tetradimensional La “teoría de la relatividad restringida” (especial) de 1905 y “la teoría general de la relatividad” (1916) conmueven al pensamiento universal con su nueva concepción filosófica del Espacio y el Tiempo, la del “espacio-tiempo”, confirmándose cierto nexo orgánico existente entre el Espacio y el Tiempo, y entre éstos con respecto a la Materia en Movimiento. En la “teoría especial” (electrodinámica de los cuerpos en movimiento) Einstein redefine los conceptos de Espacio y Tiempo de la mecánica clásica, que por ser la simple descripción de cómo varía con el “tiempo” la posición de los cuerpos en el “espacio” eran conceptos ambiguos, obscuros y tautológicos,puestoqueademásdenotenerenclaro qué era lo que había que entender por “posición” y “espacio” se limitaba a considerar el “tiempo” como el invariable universal, cuando su teoría de la relatividad nos dice cómo en la realidad el “tiempo” era tan variable como que su velocidad dependía de la velocidad con que viajásemos. El Gran Concilio Es decir, el “tiempo” no es ningún invariable, ya que el paso del tiempo no lleva la misma velocidad en todos los lugares y a mayor velocidad de nuestro desplazamiento más lento correría el “tiempo”; el único invariable universal sería la “velocidad de la luz” (constante en el vacío). El pasajero que deja caer la piedra por la ventana de un tren en movimiento observa que la trayectoria de la piedra que cae es una línea recta (no perpendicular), pero un peatón la vería caer en trayectoria de arco de parábola, generándose así la ambigüedad de poder saber si las posiciones que recorre la piedra se hallaban en realidad sobre una recta o sobre una parábola. Por tanto, ante la realidad de que no existe una trayectoriapropiamentedicha,sinosólotrayectorias con relación a un cuerpo de referencia determinado, Einstein en su “teoría especial de la relatividad” se ve precisado a redefinir los conceptos de Espacio y Tiempo de la mecánica clásica (Galileo-Newton). El “espacio” dejaría de ser la simple palabra de la mecánica clásica que no nos permite formarnos de él ni el más ligero concepto, ya que es definido como “el movimiento con respecto a un sistema de coordenadas (cuerpo de referencia) prácticamente rígido (el tren y el suelo)”. Si con respecto a un sistema de coordenadas rígidamente unido al tren la piedra describe una recta, con respecto a un sistema de coordenadas rígidamente unido al suelo describe una parábola. El “tiempo”, o en qué momento se encuentra el cuerpo en cada uno de los puntos de la trayectoria, es necesario definirlo en función de unas magnitudes esencialmente observables, basándonos en el concepto de simultaneidad. De ahí que para valores del tiempo como magnitudes observables, Einstein se imagina, en el terreno de la mecánica clásica, dos relojes de idéntica construcción, uno de ellos en manos del hombre que está en la ventanilla del tren y el otro en manos del hombre que se encuentra en el camino de peatones, y cada uno de ellos determina en qué lugar de su propio cuerpo de referencia se halla la piedra cada vez que el reloj que tiene en su mano marca un “tic”. Y para el concepto de simultaneidad, Einstein se imagina la caída de un rayo sobre la carrilera afectando al mismo tiempo los puntos A, B y C, bien distantes entre sí, y, ante la pregunta de si estas tres descargas se han producido simultáneamente, considera necesario disponer de un método que nos permita decidir por medio de experimentos si los dos rayos han caído o El Gran Concilio no simultáneamente, consistente en poner los relojes de idéntica construcción en cada uno de los sistemas de coordenadas (A, B, C) y dispuestos de tal modo que la posición de sus manecillas sea simultáneamente la misma. Con magnitudes observables y con una simultaneidad definida empíricamente mediante un método de experimentación, Einstein define el “tiempo” de un suceso, en el terreno de la mecánica clásica, como la lectura de la posición de las manecillas del reloj que se halla espacialmente en la vecindad del suceso, asignándosele así a cada suceso un valor del tiempo esencialmente observable; esto es, si tres relojes puestos en reposo en dos lugares distintos del cuerpo de referencia se disponen de tal modo que una posición de las manecillas de uno de ellos sea simultánea con la misma posición de las manecillas de los otros dos, entonces las posiciones iguales de las manecillas son simultáneas. Con la Teoría de la Relatividad quedaría evidenciado cómo eso del Éter como referente universal sólo era una especulación mística, la que sería sustituida por el referente de la constante universal de la velocidad de la luz, a la par que ponía a buen recaudo la validez universal de las leyes de la mecánica clásica. Aunque con las últimas teorías de la antimateria y la materia oscura, que niegan eso de que el vacío está lleno de la nada, ¿es posible que resurja una variante de la teoría de una especie de Éter? En la mecánica clásica la velocidad (v) de un cuerpo equivale a cierta relación entre el espacio y el tiempo (s/t), resultando relativa con respecto a otros cuerpos en movimiento, ya que si dos móviles se moviesen uno al lado del otro a la misma velocidad de 300 Km. x hora, entonces la velocidad de uno con respecto al otro sería 0 Km. x hora. Pero encuentra Einstein cómo, después de hacer equivalentes la Aceleración con la Gravedad, no ocurre lo mismo con respecto a la velocidad de la luz, puesto que ésta siempre es una constante de 297.000 Km. x segundo; que, sin importar si se le mide desde un punto fijo o desde un cuerpo en movimiento, a la velocidad de la luz no cabe restarle ningún vector, ya que en todo lugar y en todo momento siempre será constante; que para explicar porqué la gravedad no afectaba dicha constante, que según las leyes de la mecánica clásica tendría que atraerla, debía observarse cómo un rayo de luz se curva conservando siempre la misma velocidad, debido a que no es la gravedad la que hace doblar a la luz, sino al espacio. 77 Como la gravedad es espacio curvado, si observáremos que un rayo de luz de trayectoria siempre en línea recta llegare a curvarse, simplemente se ha curvado el espacio por acción de la gravedad. Esto es, la única explicación de que la velocidad de la luz sea siempre la misma (constante) está en la materialidad y variabilidad del espacio y del tiempo, puesto que el tiempo se altera en sus ritmos (más lento o más rápido) y el espacio se altera alargándose y contrayéndose, y si por efectos de la gravedad el espacio se altera necesariamente tiene que alterarse también el tiempo para poder conservar la ecuación v= s / t., en la que la velocidad (movimiento) constante de la luz determina al espacio y al tiempo. Como se ve, para Einstein los conceptos de “espacio” y “tiempo” están estrechamente relacionados y mediados por la experiencia, revelando como poco plausible el empeño de aquellos filósofos (Kant) que los habían elevado a las alturas intangibles de lo “apriorístico”. “Admitiendo que el universo de ideas es una creación de la mente humana, sin la cual no es posible la ciencia, aún así resulta que este universo de ideas es tan dependiente de la naturaleza de nuestras experiencias como la forma de los vestidos que usamos es dependiente de la forma de nuestros cuerpos. Esto es particularmente aplicable a nuestros conceptos de tiempo y espacio, a los cuales los físicos se han visto obligados, por los hechos, a hacerles descender del Olimpo de la “a priori”, con el objeto de modificarlos de modo que puedan prestar servicios útiles” 46 Una vez redefinidos los conceptos de espacio absoluto y tiempo absoluto de la mecánica clásica, ya por fuera del terreno de ésta Einstein formula su “teoría especial de la relatividad”47fundado en que las propiedades geométricas del “espacio” no son independientes, sino que están condicionadas por la materia; que a las varas de medir y relojes les influyen los campos gravitatorios, que son simplemente distribución de la materia; que existe una estrecha relación entre la extensión espacial del universo y la densidad media de la materia del universo. La Gravedad no es Fuerza, es “Campo” Para una mejor comprensión de la tozuda realidad el Universo, además de esclarecer conceptos tan abstractos como el espacio-tiempo, requiere enfrascarse en el complejo mundo de la relación entre las Fuerzas y la Materia, la Energía y el Movimiento del Universo. Albert Einstein fundamenta toda su Teoría Gravitacional en dicha relación, encontrando cómo la Gravedad más allá de ser una Fuerza era un Campo, de espacio curvo; pero ya sabemos que no ha sido una teoría sacada del sombrero, ya que desde la antigüedad algo de ella se insinuaba en las diferentes cosmogonías que han venido conformándose en pensamiento universal. Quien revoluciona los conceptos de “espacio” y “tiempo” es Einstein con sus teoría especial (1905) y general (1916) de la “relatividad”, pero cómo pretender hablar del espacio y del tiempo sin tener claridad sobre el concepto de “vacío” y de la “nada”. Ya se reseñó cómo el Gran Concilio se inauguraba con la discusión planteada por la delegación de Buda sobre el problema de la “infinitud del espacio”, la “infinitud de la conciencia” y la “infinitud de la nada”, y cómo luego concebirían Demócrito y Lucrecio el problema del “vacío” y de la “nada”. Demócrito entendía la realidad del Universo como ser y no-ser en movimiento; un ser de multiplicidad de seres (átomos) y un no-ser que es el “vacío” o “nada”, pero no “nada absoluta” sino “nada llena”; un “vacío” que no sería real si sólo se considerara como real la materia palpable, ya que sin “vacío” las partículas quedarían aprisionadas e inmovilizadas en la masa esférica y compacta de Anaxágoras, pero es a través del vacío que los átomos podrían moverse libremente. Este concepto de un Universo conformado por infinitas partículas sólidas, compactas, indivisibles e inmutables, los“átomos”, con movimiento propio, espontáneo y autónomo en todas las direcciones en el “vacío”, chocando caóticamente entre sí, sin orden ni finalidad y provocando torbellinos de átomos que darían lugar a infinitos mundos perecederos, podría ser un buen referente para entender el concepto de “espacio-tiempo” de Einstein. 46 EINSTEIN, Albert. El significado de la Relatividad, Planeta, Colombia, 1986, pág. 53 47 Ya hemos reseñado la “teoría general de la relatividad” (1916), a propósito de explicar el concepto de “fuerza gravitacional”. 48 Si esta idea del “espacio curvo” fuese la misma de la “curvatura que Bernhard Riemann”, entonces la teoría de la relatividad estaría en deuda con ella. 78 El Gran Concilio Sobre los cimientos de las leyes gravitacionales de Newton, que sólo darían cuenta de los “efectos” de la Gravedad, Einstein formularía en 1916 su “teoría general de la relatividad” o teoría sobre lo que “origina” la fuerza que controla el Universo, la Gravedad. El Universo se entendería entonces sólo a partir de que las grandes masas del cosmos determinarían la forma curva del espacio, siendo que esta forma de “espacio curvo” experimentaría la Gravedad. Esto es, si en un espacio Euclides-eano Newton formula la hipótesis de una acción universal de tipo atractivo entre todos los cuerpos, de tal manera que en todo lugar cualquier pareja de cuerpos materiales se atraen con una “fuerza” directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente al cuadrado de la distancia que los separa (F= gMm/ r2; “g”: constante universal), Einstein reformula dicha hipótesis con la revolucionaria concepción de un espacio noEuclides-eano donde no existirían dichas “fuerzas” de atracción gravitacional entre cada pareja de cuerpos, sino que alrededor de cada cuerpo masivo se generaría una distorsión suavemente curvada del espacio-tiempo a través del cual se moverían libremente dichos cuerpos. Pero los fundamentos de las leyes gravitacionales no se encuentran exclusivamente en Newton. Bernhard Riemann (1826-1866), con respecto a la teoría del Espacio, ya había demostrado cómo existen diferentes tipos de líneas y superficies, de modo que existen tipos diferentes de espacio de tres dimensiones; cómo pequeñas porciones del espacio se nos mostrarían como aquellas pequeñas colinas de una superficie que está sobre la llanura, donde las leyes ordinarias de geometría no podrían ser aplicadas; cómo esta propiedad de estar curvada o deformada pasa continuamente desde una porción del espacio a otra a la manera de una onda; que esta variación de la curvatura del espacio es un atributo del movimiento de la materia (tangible e intangible); cómo en el mundo físico no tiene lugar otra cosa que esta variación, sujeta (posiblemente) a la ley de continuidad. La “teoría de la relatividad especial” (1905) establece que, a partir de la constante velocidad de la Luz en el vacío para cualquier observador, ninguna señal o interacción física puede viajar más rápido que la señal de la Luz, ya que la velocidad de la Luz es la máxima posible en el Universo y ningún bólido ni partícula pueden superarla. Así, no sólo se cuestionaría el Universo estático y la actuación instantánea de la fuerza de gravedad El Gran Concilio entre todos los cuerpos (Newton), sino que se consagrarían los postulados de que el Movimiento y el Tiempo ocurren en el Espacio; que el Espacio y el Tiempo existen sólo porque hay Materia para medirlos; que el Tiempo no transcurre siempre al mismo ritmo en todos lados, sino que a mayor velocidad los segundos marcados por un reloj se harían más largos; que, en movimiento, cambia la longitud de los objetos. Con la “teoría general de la relatividad” (1916) se postularían cambios tan profundos y radicales con respecto a la concepción del Espacio y del Tiempo que el Universo podría ya entenderse “isotrópico” y “homogéneo” (¿estático?), puesto que según Einstein el Universo observado siempre sería el mismo sin importar desde qué punto o hacia qué dirección se le observe y la permanente expansión del Universo se evidenciaría en el hecho de que las galaxias se estarían alejando de nosotros haciéndolo a una velocidad directamente proporcional a la distancia que nos separa de ellas, como los puntos de una esfera plástica que se van distanciando entre sí a medida que se le infla. Con la nueva manera de concebir y formular la “Gravedad” de Einstein (teoría de la relatividad general, 1916), el valor del parámetro de la constante universal de gravitación “g” dejaría de ser una constante, siendo que un valor mayor de 0.5 indicaría que la gravitación tendría la capacidad de detener la expansión e invertirla, mientras que un parámetro menor que 0.5 indicaría una “gravitación” tan débil que el Universo se expandiría indefinidamente. Para Einstein el “espacio” no es exactamente Euclides-eano. Si desde el punto de vista Newtoneano el espacio y el tiempo son absolutos, desde el punto de vista de la Teoría de la Relatividad se habla del “continuom espacio-tiempo”; si para la mecánica Newton-eana las especificaciones que respecto del “tiempo” son independientes del “espacio” de referencia, ya que habla de puntos del espacio y de instantes de tiempo como si fuesen realidades absolutas, la teoría de la relatividad tiene presente que el verdadero elemento en la determinación del espacio-tiempo es un cotinuom tetradimensional (x1, x2, x3, “ t “), en la que el tiempo “ t “ no tiene el carácter de absoluto asignado por la mecánica clásica. Una vez eliminada la hipótesis del carácter absoluto del “tiempo”, en particular lo referente a la simultaneidad, lo que tiene realidad física no es ni el punto en el espacio ni el instante del 79 tiempo en que algo ocurre, sino únicamente el acontecimiento mismo. Por tanto, las leyes de la naturaleza adquieren una forma lógica más satisfactoria al expresarse como leyes del continuo tetradimensional espacio-tiempo, en un espacio tridimensional y en un continuo temporal de una dimensión. Además, si en la mecánica clásica de los macro cuerpos es plausible reducir toda la variedad de causas al influjo mecánico externo para explicar su movimiento y determinar simultáneamente con toda exactitud la coordenada “situación en el espacio”, la velocidad de un macro cuerpo y los cálculos técnicos de máquinas, puentes, represas, etc., no podría concebirse de igual manera con respecto a la mecánica de los “quanta” (quántica) de las micro partículas, en la que sería imposible determinar simultáneamente y con exactitud absoluta la coordenada y velocidad de la partícula, puesto que en el micro mundo no operan las leyes de la mecánica clásica sino que rigen las leyes de la mecánica de los quanta, que es otra manera de manifestarse el determinismo fundado en leyes objetivas. Estas teorías pudieron desarrollarse merced a la introducción y aplicación del concepto de un “campo gravitatorio” de materia y energía, con la capacidad de deformar el “espacio-tiempo”; en el que el “espacio” físico tridimensional (altitud, anchura, profundidad), o extensión real de las cosas, es afectado directamente por la unidimensionalidad del “tiempo”; en la que todos los cuerpos (objetos, planetas) intentarían moverse en líneas rectas por el espacio-tiempo, pero sus trayectorias serían afectadas por los campos gravitatorios curvándose, conformándose así cierto “campo”, equivalente al de materia-energía, unitario y tetradimensional (las tres dimensiones del espacio más la del tiempo). Queda por establecer si este espacio-tiempo curvo pudiese tomar un sentido opuesto al de la dirección del pasado al futuro, lo que parece imposible. Detrás de la formulación matemática de esta plataforma general está la preocupación de Einstein por explicar fenómenos como la dilatación de los tiempos, la contracción del tamaño de los cuerpos, la incurvación de los rayos luminosos al atravesar un campo gravitatorio inextenso, el principio de la variación de la masa en función de la velocidad y, sobre todo, por la necesidad de desmontar la idea de un tiempo absoluto. Demuestra Einstein que no hay una plataforma única, universal, eterna e inmóvil, mediante la 80 cual se puedan explicar verdaderamente los fenómenos y todo el mundo físico, y considera que no hay movimiento absoluto, ni tiempo absoluto. Con base en estos presupuestos, Einstein elabora la teoría de la “relatividad” (anti-absoluta), en la que conceptos fundamentales como espacio, tiempo, masa y energía, son relativos o se deben al principio de “relatividad”. Con respecto al Tiempo, por ejemplo, en la “teoría de la relatividad general” Einstein parte de su invariable universal , la velocidad de la luz, que es independiente del movimiento del observador y con el mismo valor en sus infinitas direcciones, para concluir que no hay una magnitud universal del Tiempo, sino que cada observador tiene su propio tiempo personal o su propia medida del Tiempo, que sólo importa el movimiento relativo y que, merced a que la geometría del espaciotiempo era curva (y no plana), no sólo la aceleración podría ser equivalente a la gravitación, sino que las fuerzas gravitatorias sería sólo la confirmación de que el espacio-tiempo es curvo. Mientras que la teoría especial de la relatividad (1905) obedecía a las leyes de la electricidad y el magnetismo, no lo hacía con respecto a la teoría gravitacional Newton-eana, pero años después Einstein pudo establecer no sólo la existencia de una elevada correlación entre aceleración y campo gravitatorio, sino que la fuerza gravitatoria era sólo la expresión del hecho de que el espaciotiempo es curvo, formulando en consecuencia “la teoría general de la relatividad” (1916). Con la “teoría general de la relatividad”, el Espacio y el Tiempo (espacio-tiempo) dejarían de ser la dimensión pasiva en que ocurren los acontecimientos para asumirse como agentes o participantes activos de la dinámica del Universo. Debido al “principio de relatividad”, determinado por un espacio y tiempo (espacio-tiempo) interconectados y en movilidad constante, como al influjo del campo gravitatorio, Einstein lograría fundamentar su “teoría del espacio-tiempo curvado”, que familiarmente conocemos como la “teoría de la relatividad general”, diferente de aquella teoría de la relatividad especial que no había considerado la gravedad. En otras palabras, la “teoría especial de la relatividad” confirma que las “propiedades” del Espacio y del Tiempo dependen o están determinadas por la velocidad del movimiento de los cuerpos y de la masa de la materia, lo que sólo sería verificable con velocidades próximas a la de la luz; que el Espacio y el Tiempo no cambian cada El Gran Concilio uno por su lado, sino indisolublemente ligados el uno con el otro; que el Espacio se deforma cerca de los cuerpos que poseen masa colosal y gran fuerza de atracción, y que en consecuencia también el Tiempo se “deforma” transcurriendo con más lentitud. “La teoría de la relatividad enseña que, a velocidades próximas a la de la luz, la longitud de un cuerpo en movimiento, con respecto a la de otro en reposo, disminuye a medida que la velocidad aumenta. Con la particularidad de que el tiempo tampoco queda inmutable: a medida que la velocidad aumenta, el transcurso del tiempo es más lento. ... Un “mesón” (partícula elemental que surge de la desintegración del núcleo atómico) existe muy poco tiempo, pero si la velocidad de su movimiento se acelera, se prolonga el tiempo de su vida”49 El concepto de espacio tetradimensional nos permitiría ver cómo la Teoría de la Relatividad había cancelado toda especulación mística sobre la teoría del Éter como referente universal, pero ¡atención! que a la luz de esta teoría gravitacional de Einstein podríamos estar reeditando dicho concepto de Éter. Si en el “espacio” Euclides-eano de Newton un planeta sólo podría desplazarse curvilíneamente alrededor del Sol en razón de una “fuerza de atracción gravitacional” (Gravedad) mecánica y dinámica, en el espacio no-Euclides-eano de Einstein un Planeta no se desplazaría alrededor del Sol por el efecto de una “fuerza” de atracción gravitacional ejercida por el Sol sobre él, sino porque el mismo Sol y el Planeta han provocado respectivamente cierta distorsión curvada del espacio-tiempo generadora de una gravitación “cinemática”, no simplemente mecánica y dinámica, mediante la cual el cuerpo de menor masa (el Planeta) sería atraído girando alrededor del de mayor masa (el Sol). “No es ya la gravitación un fenómeno asociado a fuerzas que un cuerpo ejerce sobre otro... No es ya el fenómeno dinámico de la gravitación. Es sólo cinemática en un espacio-tiempo deformado por la presencia de las masas... Supresión de la gravitación como dinámica, supresión de la ley de inercia de Newton e instauración de la cinemática en espacios curvos... El movimiento planetario, en consecuencia, ha de describirse con la cinemática en espacios curvos”50 49 50 Si en el escrito de 1905 sobre la“electrodinámica de los cuerpos en movimiento”, mejor conocido como la “teoría de la relatividad especial, Einstein analiza los fenómenos físicos (naturales) representados en el escenario de contracción del espacio y dilatación del tiempo y que se miden según la unidad inmutable “espacio-tiempo”, en el escrito de 1916 sobre los“Fundamentos de la teoría general de la relatividad” (teoría de la relatividad general) revoluciona la forma de entender la gravitación, al concebir que el “espacio-tiempo” no era una unidad inmutable. Con esta novedosa forma de entender la “gravitación”, definiendo que el “espacio-tiempo” es un “campo”, ¿no estaríamos entonces ante lo que Demócrito llamó “vacío” o nada llena de átomos?, o ¿no podríamos especular que retornando a los antiguos Einstein revaluaría la Fuerza de Gravedad, asemejándola con el Éter o sutil y elástico “fluido gaseoso desvanecido”?, como si el espacio-tiempo en el Universo fuese un invisible “green” del golf. La Teoría del “campo unitario” La inteligencia humana, ocupada en descubrir y generar ordenamientos estructurados allí donde inexorablemente todo iría hacia el caos y desorden (entropía), se preocupa por contrarrestar la “entropía” con dosis de “neguentropía”, lo que aún no consigue en los sistemas políticos, económicos y sociales; en cambio, en el ámbito de la lingüística y la matemáticas (Alfred Korzybski) sí es frecuente encontrarse con estructuras de creación humana plenamente estables. Tenemos los intentos por unificar en una sola Teoría el comportamiento de los campos gravitacional y electromagnético (Maxwell, Einstein), quedando aún pendiente la mayor comprensión del fenómeno de la fuerza gravitacional, y no son pocos los que han pasado en vela muchas noches tratando de meter en esta teoría única el comportamiento de las fuerzas nucleares (débil y fuerte). Al intuirse que “partícula” y “campo” forman parte de un mismo sistema en el que no podría delimitarse claramente la frontera entre ellos, relacionarse el concepto de “masa” con un sitio en el cual se acumula Energía (Materia) de manera intensa y delimitada y de razonarse cómo el Cosmos es un conglomerado de infinitésimos campos electromagnéticos, pudo pensarse AFANASIEV, V. Fundamentos de Filosofía, Ediciones el Lenguas Extranjeras, Moscú, pág. 75 SEPÚLVEDA S., Alonso. Imágenes gravitacionales. Revista Universidad de Antioquia, No. 231, 1993, pág.7 El Gran Concilio 81 entonces en la posibilidad de una Teoría del “campo unitario” que en principio integrara el Campo electromagnético dependiente de la “carga” con el Campo gravitacional dependiente de la “masa”. Esto es teorizado por James Clerk Maxwell, quedando por establecerse la posibilidad de unir en una sola teoría la del Campo gravitacional y el Campo electromagnético, unificados con las fuerzas que lo hacen a escala atómica. El sueño de Einstein aún por realizarse, así sus teorías especial y general de la relatividad apuntaran a unificar todos los conceptos y conocimientos de la Física de su tiempo, tiene que ver con la formulación de una “teoría de los campos” que converja y contraste las leyes de la electricidad, del magnetismo y de la gravitación; que exprese en una sola teoría esas fuerzas tradicionales de la naturaleza, como la gravitacional, la electromagnética y la nuclear, de las que se derivan todas las formas de energía y trabajo; que unifique en “continuidad” los campos gravitatorios con los campos electromagnéticos de Faraday y Maxwell; que supere el dualismo entre materia y campo; que explique a las “partículas” como componentes de las propiedades del campo y que establezca el tipo de geometría en la que funcione la equivalencia entre gravitación y aceleración. Tal vez disponiendo de una sola Teoría los enigmas del Universo podrían hacérsenos menos obscuros, pero cómo unificar “gravedad” y “electromagnetismo”, y cómo unificar éstas con la “nuclear” débil y fuerte, es algo que viene buscándose desde los años veinte del siglo pasado (XX), recurriendo a la existencia de universos hipotéticos o tratando de emular a ese gran acelerador natural de partículas que es el Universo.51 Pero, al ir tras este sueño ¿señuelo?, Einstein cometería uno de los grandes osos no ofrecido por científico alguno, ante sus pares científicos, cuando en 1929 le avisa al mundo que a partir de su “teoría general de la relatividad” había conseguido unificar la teoría electromagnética y la teoría gravitacional en una sola, en la “Teoría sobre Todo”. Que si eran muchas las cosas que no tenían respuesta específica, la “teoría sobre todo” sería la única respuesta para todo, pero inmediatamente la comunidad científica le demostraría a Einstein que con su “teoría sobre todo” no sólo dejaba incólume los fundamentos de la revolucionaria física cuántica, sino que se estaría yendo contra los mismos postulados de su “teoría general de la relatividad”. La dificultad que se ha presentado en la formulación de una teoría de estas ha tenido que ver con el concepto de “campo”, puesto que, tanto para Faraday y Einstein, un “campo” es algo real, que da y recibe patadas según palabras de Karl Popper; pero ya la teoría cuántica nos está diciendo que un “campo” es un constructo abstracto, virtual y no tan real, plenamente probabilístico, y probabilístico sería la palabra que nunca quiso volver a escuchar en asuntos de entender el Universo. No obstante que merced a su gran sentido intuitivo Einstein pudo prever que la Masa determinaba el grado de intensidad de los campos gravitatorios, los que a su vez determinarían la arquitectura geométrica del Universo, cuya forma sería exclusivamente curvada y para nada plana, Stephen W. Hawking nos dice que la infructuosa búsqueda de Einstein de una teoría unificada de los “campos” se debió a que en su tiempo había teorías parciales para la Gravedad y para la fuerza electromagnética, y se conocía muy poco sobre las fuerzas nucleares, además de su renuencia con respecto al principio de incertidumbre, característica tan fundamental del Universo en que vivimos. Pero otros consideran que sería una pasión baja lo que llevaría a Einstein a formular su teoría unificadora de los dos campos electromagnético y gravitacional, la “teoría sobre todo”; la ansiedad de poder dejar de una vez por todas sin piso el principio de incertidumbre de la mecánica cuántica. Una de las grandes paradojas de la ciencia estaría en que habiendo Einstein formulado la revolucionaria teoría sobre la naturaleza de la luz, precisamente por la que le otorgarían el premio Nobel al descubrir que la Luz no era el fluir continuo de una onda sino la secuencia discreta de pequeños corpúsculos o paquetes de partículas “fotones”, terminaría entonces uno de 51 Se considera que para el año 2007 estaría en la plenitud de su aplicación la nueva generación de aceleradores de partículas que permitan experimentar en laboratorio la existencia de otras dimensiones y universos hipotéticos, para poder entender y explicar la asombrosa complejidad del Universo. 82 El Gran Concilio los pioneros de la “mecánica cuántica” siendo el gran opositor de ésta, simplemente por dejerse llevar de un prurito ajeno a la ciencia, el de Dios. Nunca quiso aceptar Einstein que desde la misma mecánica cuántica le hubieran desmontado todo su andamiaje de que Dios no jugaba a los dados, frase lapidaria con la cual Einstein quiso zanjar su agria polémica con Niels Böhr, quien le había discutido que el mundo no era más predecible que el lanzamiento de un dado. También Heissenberg había demostrado la imposibilidad de medir a la vez la velocidad y la posición de una partícula, además de que no era posible que mediante leyes físicas pudiésemos predecir todo con certeza. Ese afán de Einstein por demostrar que todos los fenómenos eran predecibles, buscando dejar sin piso a sus colegas que le altercaban sobre la imposibilidad de predecirlo todo y que lo remitían a la probabilidad de que en teoría cualquier evento extraño puede ocurrir, y por darle duro al corazón de la impredicibilidad de la mecánica cuántica, no sólo lo había llevado a pretender la unificación de la fuerza electromagnética y la fuerza de la gravedad en una sola teoría, sino que también distraería a Einstein hasta su muerte. No olvidemos que quien primero tuvo el sueño de la “teoría unificadora de los campos” fue el físico escocés J. Clerk Maxwell (ecuaciones de Maxwell). Pero también tengamos en cuenta al danés Oliver Heaviside (1850-1925) quien, además de que en 1890 ya había intuido la equivalencia entre “masa” y “energía” e insinuado quince años antes que Einstein la ecuación E = mc2, se pasaría los últimos años de su vida trabajando en una teoría unificada de los “campos”, relacionando electricidad, magnetismo y gravitación. Esto es, la principal dificultad de unificar la Gravedad con las otras fuerzas, además de que no hemos podido precisar qué y cómo es la fuerza gravitatoria, estaría en cómo combinar una teoría general (con gravedad) con una teoría especial (sin gravedad), sin involucrar el principio de incertidumbre de la mecánica cuántica, cuando en verdad las teorías parciales dependen de forma esencial de la mecánica cuántica. El compromiso sería, entonces, lograr formular una teoría unificada de los campos, mediante cierta incorporación del principio de incertidumbre a la teoría general de la relatividad de Einstein, pero la situación podría complicarse más si tenemos en cuenta la intuición de Isaac Asimov sobre la existencia de otra Fuerza (campo) “quark-tica”. El Gran Concilio Aún seguimos tras del “grial” de una sola Teoría que explique los 4, 5 o más tipos de interacción existentes en el Universo; una sola Teoría que rebase la cosmovisión de las cuatro dimensiones intuidas en la relatividad Einstein-eana y unifique todas las leyes conocidas de la Naturaleza, tal vez recurriendo a dimensiones y universos hipotéticos por los que efectivamente estaría viajando en exclusiva la Gravedad. La Real Academia Sueca de las Ciencias acaba de galardonar a los tres usamericanos David J. Gross, H. David Politzer y Frank Wilczek, con el premio Nobel de Física 2004, por sus estudios realizados desde 1973 sobre la “teoría de la interacción fuerte” y el descubrimiento de la ley de la “libertad asintótica”, mediante la cual se explicaría cómo todas las Fuerzas podrían unirse, manteniendo unidos a todos los “quark” o partículas más elementales que componen la materia del Universo. Como si se tratara de una goma elástica, el comportamiento de estas partículas se debería a la propiedad según la cual cuanto más cerca están los “quarks” unos de otros, más débil es la “interacción fuerte” que los une, de modo que se mueven casi libremente, y cuanto más lejos están los “quarks” unos de otros, más intensa es la fuerza que los une. La ley de la “libertad asintótica” sería la propiedad especial de la teoría de color de las interacciones fuertes, que nos demostraría cómo cuanto más cercanos están los “quarks”en el núcleo atómico más débil es la carga de color, de forma que si las partículas se encuentran muy unidas la fuerza sería tan mínima que prácticamente podrían moverse libremente. Ha dicho la Academia que con los descubrimientos acerca de la manera como se forman, funcionan e interactúan los “quarks” en torno a todo lo que vemos a nuestro alrededor, los tres galardonados han acercado la física al gran sueño de formular una teoría unificada que englobaría también la gravedad en una “teoría del todo”, ya que estos estudios serían de una decisiva importancia para nuestra comprensión de la teoría del funcionamiento de una de las fuerzas fundamentales de la naturaleza, la fuerza que liga entre ellas a las partículas más pequeñas de la materia, es decir los “quarks”. Otros científicos como César Gómez, director del Instituto de Física Teórica del CSIC, coinciden en que la demostración llevada a cabo por los tres investigadores es fundamental para unificar la 83 teoría de la relatividad y la de la mecánica cuántica. Esto es, merced a los últimos descubrimientos sobre los “quarks”, que han podido observarse en los súper aceleradores de partículas, se ha podido explicar que si bien el resto de las partículas que forman la materia a medida que sus elementos se aproximan tienen una relación más estrecha, como por ejemplo, con la gravedad, pero en los “quarks” es al contrario: A menor distancia, más libertad de movimiento. ¿Qué hubiese sido hoy de la física cuántica si en los años veinte del pasado siglo XX Einstein no se hubiese obcecado tanto con la posibilidad de que Dios sí pudiera jugar a los dados y hubiera sido más receptivo, tal como sí lo había sido en 1905 con respecto a la hipótesis cuántica de Max Planck, permitiéndole aplicar su teoría del efecto fotoeléctrico a esa nueva forma de expresar la realidad desarrollada por Werner Heissenberg (Copenhague), Paul Dirac (Cambridge) y Erwin Schrödinger (Zurich), los descubridores de la mecánica cuántica? En los años veinte y treinta del siglo XX, los matemáticos alemanes Theodor Kaluza y Oscar Klein se habían preocupado por unificar “gravedad” y “electromagnetismo” en la medida de la existencia de una quinta dimensión extraordinariamente diminuta y discreta. El físico alemán Werner Heissenberg (1901-1976), apoyado en los postulados de la teoría de la relatividad restringida y en el uso del nuevo tipo de cálculo de matrices, puesto que sólo con este cálculo podría explicarse lo inexplicable de la teoría de las órbitas planetarias de Böhr, formula en 1927 el principio de las “relaciones de incertidumbre”. Considera Heissenberg que “la física no debe introducir entes que sean, por principio, inobservables”, lo que demuestra mediante su fórmula “probabilista” de la correlación inversa existente entre la distribución de “probabilidad” de la cantidad de movimiento, o producto de la masa por la velocidad ¿con cantidad de energía sería velocidad de la luz al cuadrado? y la distribución de “probabilidad” de la posición de una partícula. Esto también es conocido como “principio de indeterminación” (relaciones de incertidumbre), que dice: “Cuanto más exactamente determinada está la posición de un fotón (o de una partícula en general), tanto más indeterminada está su cantidad de movimiento, y viceversa”. 52 84 Las partículas no tienen una posición ni una velocidad bien definidas, sino que cuanto mayor es la precisión con que se determina su posición, tanto menor sería la precisión con que se podría determinar su velocidad, y viceversa. Si bien el concepto de “posición” tiene un significado físico preciso y el concepto de “cantidad de movimiento” también, cuando se quiera determinar con ellos una “partícula” no es posible que puedan ser atribuidos simultáneamente con precisión a la misma partícula. De ahí que Heissenberg intentara explicar porqué y cómo tendrían que ser necesariamente complementarias las dos teorías de la luz, la corpuscular y la ondulatoria, siendo imposible demostrar la verdad de una y la falsedad de la otra. En 1928, y con base en la interpretación del Nobel alemán Max Born, se aceptó que la “onda” no representa una realidad física, ni una cantidad objetiva determinada, sino que indica sólo una medida de “probabilidad”; y la nueva mecánica cuántica de Heissenberg empezó a ser aplicada a principios que se refieren a la materia, electrones, átomos y sistemas de partículas. “En 1950, autores como Schwinger, Dyson y Feynman llegaron a una nueva teoría de los “campos” que confirmaría el dualismo corpúsculo-onda para toda la realidad física y el hecho de que toda partícula material aparece vinculada con una onda extensa y continua. De esta manera el “campo magnético” y la “partícula” descifran una nueva “unidad cuántica”: el fotón para el campo electromagnético, el gravitrón para el campo gravitatorio y el mesón para el campo nuclear” 52 También encontramos autores haciendo referencia a ciertas teorías científicas matizadas de cierta anticiencia, puesto que están vinculadas a cuestiones de objetividad, universalidad y determinismo, que le niegan todo sentido a la física dizque por su versión mecánico-cuántica apartada de la realidad, llegando al extremo de proponer que debido al principio de indeterminación de Heissenberg es imposible hablar de naturaleza o de materia, ya que debido a dicho principio de indeterminación la realidad se comportaría de modo distinto en diferentes circunstancias, como si efectivamente no existiera la realidad. Pero esto de decir que como la física ha descubierto el principio de indeterminación (principio de incerteza) entonces no podría la BOTERO J., Nodier. Discurso y Ciencia, E.U.C., Armenia, 2002, pág. 371 El Gran Concilio física seguir dando más información confiable sobre el mundo físico, ya que habría perdido toda pretensión de objetividad, no deja de ser una falacia. En lugar de hacer a las cosas de la naturaleza incognoscibles, el principio de indeterminación proveería el fundamento para una creciente exactitud en nuestras mediciones, ya que no habría contradicción en poder medir con creciente precisión la posición de una partícula en determinada situación experimental y medir también con precisión creciente el momento de la misma en otra situación experimental; o en poder fundamentar la posibilidad de medir cómo una partícula está y no está al mismo tiempo, cómo un “bit” es simultáneamente “0” y “1”, puesto que una y otra información se complementarían. Por tanto, dicen dichos autores que la mecánica cuántica vendría a ser a una formidable herramienta para describir fenómenos atómicos y sub-atómicos, sin que ello implique abjurar totalmente del determinismo físico, el cual, de acuerdo al principio de correspondencia, sigue siendo válido en el ámbito macroscópico. Karl Popper, no obstante, ha apreciado como equivocada la idea de una dualidad onda-partícula, la que tan sólo sería una simple derivación del proyecto que acariciaron De Broglie y Schrödinger de formular una teoría ondulatoria de las partículas. Incluso, Karl Popper insinúa llamar al banquillo al mismo Albert Einstein, al afirmar que el programa de unificación del campo electromagnético con el campo gravitacional estaba estrechamente relacionado con una especie de teoría eléctrica de la materia (¿energetismo de Ostwald?), como si la materia fuera una forma, no de energía en general, sino de energía eléctrica, y que al caerse la teoría eléctrica de la materia también perdería plausibilidad el campo unificado de Einstein. “En su forma más sencilla, esta teoría trataba de explicar la masa de los electrones y protones como debida al contenido de energía del campo electrostático que los rodeaba; y de esta forma, en cualquier caso, la teoría tuvo que ser abandonada como refutada al descubrirse por primera vez una partícula material neutra, el neutrón. (Ha vuelto a ser 53 54 refutada de nuevo cada vez que se ha descubierto una partícula material neutra. Desde luego, esos descubrimientos constituyen refutaciones sólo si suponemos que esas partículas neutras son elementales -, es decir, no compuestas)” 53 Sin embargo, Popper aboga por insistir en la idea fundamental de una “teoría unificada de campos”, con la que no sólo coincide afectivamente Stephen W. Hawking, sino que pudo llevarla hasta formalizar en una simple y compleja fórmula toda la “naturaleza del universo”, incluyendo todas las fuerzas en su particular teoría unificada de campos, alrededor del fenómeno de la Termodinámica. Para Hawking la teoría unificada de campos se explicaba en función de la Termodinámica “S”, la velocidad de la luz “c”, la fuerza electromagnética “A”, la fuerza universal de la gravedad “G” y la constante cuántica “h”, mediante la fórmula: “S” = (c) (c) (c) (A) / 4 (h) (G), que explicaría cómo en los agujeros negros no sólo dejaban de existir el Tiempo y el Espacio, sino que también se perdía la Materia y la Información.54 Si la ciencia ha salido bien parada de aquellos embates anti-científicos, cuyo principal problema es la cuasi-ignorancia de las notas fundamentales del proceder científico y de las conclusiones acerca del mundo obtenidas por él mismo, mucho se lo debe a la Filosofía. La Filosofía nos ha fundamentado en esclarecer conceptos como los de Materia, Movimiento y Energía, que de no ser por ello se nos harían más inefables otros conceptos como el de “Campo”. En el primer tercio del siglo XIX ya había quedado dilucidado el problema de los cambios mutuos y relaciones de las distintas fuerzas de la naturaleza o clases de movimiento, como los movimientos mecánico, calórico, eléctrico, químico y cuántico. Al formular M. Faraday (1791-1867) su idea general de la unidad de todas las fuerzas de la naturaleza, que es la misma idea de la unidad material del mundo de sustancias y fluidos como el calor y la luz, de cuerpos inorgánicos y orgánicos en la que ninguno se presentaría independiente de los otros, sino rigiéndose por las mismas leyes químicas (la Unidad de la materia química en el Universo es el reflejo de que el Movimiento es Uno), todo quedaría a punto para que se descubriera POPPER, Karl R. Teoría cuántica y el cisma en Física; reseñado por Nodier Botero en Discurso y Ciencia, E.U.C., Armenia, 2002, pág. 416 El mismo Hawking se retractaría después, en el año 2005, anunciando ante la comunidad científica que efectivamente en los agujeros negros no se perdía la “información” (materia). El Gran Concilio 85 la” ley de la conservación y transformación de la energía”. Y consigue descubrir las leyes de la descomposición de la electrólisis, la acción del campo magnético sobre la luz polarizada y la fuerza eléctrica motriz inducida («V = df / dt»), fundamentales para la confección futura de los transformadores, motores y generadores eléctricos La indestructibilidad e infinitud de la Materia, explicada por el carácter absoluto y universal del Movimiento, ha querido ponerse en entredicho por cierta interpretación y aplicación mecánica del hecho de que todos los tipos de energía se transforman fácilmente en calor, pero consideran que el proceso inverso implica un mayor gasto (pérdida) de energía, ya que todo cuerpo caliente puesto en un medio de menor temperatura se enfría, lo que no se discute. No obstante, hacer extensivo estos principios a todo el universo y concluir que todas las formas de movimiento de la Materia se transformarán en la forma física térmica de congelamiento, es el camino expedito para concluir que, en últimas, la Materia en su totalidad puede ser reducida a energía pura. “De la transformación del par de partículas elementales (electrón y positrón) en fotones, partículas del campo electromagnético (luz), y considerando la luz como energía sin materia (energía pura) y la sustancia como el único tipo de materia, han inferido la errónea deducción de que en este caso la materia desaparece convirtiéndose en energía. Pero nosotros sabemos ya que el fotón es una partícula del campo, materia de singular índole. Resulta que al convertirse el electrón y el positrón en fotones no tiene lugar una transformación de la materia en energía, sino la conversión de un tipo de materia, la sustancia, en otro tipo de materia, el campo”55 No ocurre así con la ley de la interdependencia de la “masa” y la “energía” de Albert Einstein (18791955), según la cual la“masa”de un cuerpo depende siempre de la cantidad de “energía” respectiva. Si la masa es la medida de la materia y la energía es la medida del movimiento, entonces la variabilidad de la masa estaría en dependencia de la velocidad del movimiento, lo que experimentalmente se ha demostrado con base en la velocidad de las partículas (velocidad de la luz). El que la masa de un cuerpo se incremente notablemente moviéndose 55 86 a dicha velocidad, significa que existe una unidad de la materia y el movimiento, y que la materia y el movimiento son inseparables. La falacia del “energetismo de lo material” Como tendemos a explicarnos el desarrollo de las cosas viéndolas como secuencia de progresos, desarrollándose a partir de un único inicio y encadenándose entre causas y efectos, también necesitamos tener abiertos los espíritus hacia el entendimiento de las cosas del imperceptible e impredictible mundo de la mecánica cuántica, hacia la posibilidad de que pueden existir otros universos donde regirían otras leyes. Y si por salud mental vale tener aplomados los espíritus en la sindéresis, ello no nos disuade de dejar de pensar en alegorías como aquella teoría bien particular que en la misma idea de la “teoría de las cuerdas” podría ser la “teoría de los círculos” de Dante. En la Divina Comedia, a través de sus cien Cantos, se explica otra multidimensional forma y compleja del Mundo, cuando al contemplar Dante la tridimensional terrena en la llanura de una desierta playa es visitado por el alma del poeta Virgilio (Eneida) que, enviado por el alma de su amada Beatriz, se le ofrece con toda su elocuencia para guiarlo cuesta arriba por entre las tinieblas, sombras, penumbras y luces de las nueve dimensiones correspondientes a nueve círculos infernales, de las siete dimensiones correspondientes a los siete círculos del purgatorio y de la intensísima dimensión energética del paraíso, en cuya eterna luz vivía Beatriz misma sola comprendiéndose, amándose y complaciéndose a sí misma. Y Dante equipararía el paraíso con la dimensión del intenso Amor que mueve el Sol y las demás estrellas. Y esta provocación, más que especulativa, por lo descabellada sólo apunta a dar una idea sobre la tronera que podría abrirse alrededor de algo tan concreto como la existencia de otras dimensiones de la realidad diferentes a la tridimensional, que de no ser por los nano-manipuladores súper microscópicos alguien podría hacernos pensar que dichas dimensiones tan sólo serían perceptibles estando en trance de delirio tremens. Merced a la nanotecnología, hoy nos hemos dotado de una extensión o complemento de nuestros órganos sensoriales, sin que el observador llegue a ser totalmente sustituido por dichos instrumentos. AFANASIEV, V. Fundamentos de Filosofía, Ediciones Lenguas Extranjeras, Moscú, pág. 71 El Gran Concilio El precedente de teorías como los agujeros de gusano o las de torcerle el sentido a la flecha del tiempo estaría en teorías científicas como la del físico-químico alemán Wilhelm F. Ostwald que formula la filosofía energética, según la cual la Energía existiría “por sí misma”, poseyendo propiedades de elasticidad y de trasladarse a través del vacío absoluto sin un portador material que la contenga y, por tanto, la energía nos permitiría desplazarnos de un lugar a otro. Thomas Alba Édison, en la misma idea del energetismo de Ostwald, se la pasaría por años diseñando los dispositivos que le permitieran captar esa misteriosa energía eléctrica que lo pondría en comunicación con los muertos. La falacia del “energetismo” de Ostwald irrumpe en el terreno abonado por las enormes lagunas existentes en su época sobre los conocimientos relativos a los procesos moleculares y eléctricos, además de fundamentarse en la indebida distorsión de las leyes de la termodinámica. Pero aún voces respetadas (Rodolfo Llinás) sostienen que la conciencia no es otra cosa que un mecanismo de oscilación eléctrica que dentro del sistema tálamo-cortical pulsaría a unos 40 hertz. Es conocida la crítica de D. I. Mendeleiev al energetismo de Ostwald: “Unos niegan en absoluto la materia, puesto que, dicen, únicamente conocemos la energía que la materia presenta (dureza, resistencia, peso, etc.), y por consiguiente, la materia no sería más que energía. Esta noción, puramente escolástica a mi modo de ver, recuerda la abstracción según la cual no existe sino el “Yo” porque todo pasa a través del conocimiento. Podemos imaginarnos que semejantes nociones no pueden mantenerse en las mentes que conserven cierta dosis de sentido común”56 Algunos ven en esta Teoría los fundamentos de aquella negación de la no-existencia del “no-ser”, diciéndole a Parménides que lo que no-es “es” y que lo que “es” es u no es; o que el vacío sí existe (Demócrito). Otros hablan de que esta teoría nos remite a darle nueva mirada a las “mónadas” de Anaxágoras; o a la doctrina del dinamismo cosmológico de Leibniz, cuando afirma que la estructura metafísica del mundo es la de las “mónadas” inextensas o átomos no materiales 56 57 indivisibles, es decir, que existen unas mónadas o unidades inextensas de fuerza que ocupan el espacio dinámicamente y que, individualmente y de por sí, acotan una esfera del espacio vacío. Podría pensarse que Kant complementa esta teoría con su afirmación de que dichas unidades inextensas llenaban el espacio vacío por atracción y repulsión mutuas, que los conceptos de Espacio y Tiempo eran formas “a priori” de la sensibilidad, no derivados de la experiencia, y condición de posibilidad de los fenómenos. Préstese también atención a lo del “espacio vacío”, tan propio de la física de Newton pero ya discutido en la antigüedad, del que veremos más adelante cómo en la constitución del “Ello-YocriptoYo” no existiría un espacio vacío reducido a ser un simple contenedor de volúmenes, sino un “espacio” como contenedor de obyecciones, objetivaciones, vivencias, modos de vida, hábitos, diálogos, angustias, sueños, conocimientos, etc.57 De no tomarse en serio las posibilidades que se nos abren con esta“teoría de las cuerdas”, podríamos quedar de nuevo ad portas de los renovados “energetismos”, de los mismos que ya habían quedado desnudados en su amañada concepción sobre los procesos moleculares y eléctricos, abriéndose así la tronera para que irrumpa todo tipo de versiones “energetistas”. Tal como Ostwald afirmaría que la Materia no es más que Energía; o Einstein tímidamente insinuando cierta teoría eléctrica de la Materia; o la que pretendía negar la indestructibilidad e infinitud de la Materia ante la supuesta posibilidad de reducirla a energía pura, bajo el argumento de que el Universo (la Materia) tendía hacia el congelamiento; o la de Stephen Hawking anunciando que los agujeros negros no contenían ni guardaban Información, sino que destruían todo vestigio de materia al irradiar una energía en la cual ha desaparecido todo tipo de Información. Acaba de sorprendernos la noticia de cómo el mismo Stephen Hawking, quien había intuido que los Agujeros Negros radian Energía, se ha retractado durante la XVII Conferencia sobre la Relatividad General y Gravedad, celebrada en Julio 20 de 2004 en Dublín (Irlanda), asegurando que los agujeros negros no sólo contienen Información sino que la preservan y la emiten; que DYNNIK, M. A., Historia de la Filosofía IV, Grijalbo, México, 1962, pág. 119 Con base en la relación existente entre temperatura y fotones, se ha experimentado que en cada cm.3 de “espacio vacío” se contendrían unos 400 granos de luz o “fotones”, ¿de materia? El Gran Concilio 87 sí tenía razón la teoría cuántica al establecer que la materia y la energía consumida por los agujeros negros sobrevivían incluso al deteriorarse, morir y desintegrarse dichos agujeros. Y que si bien estos agujeros se esfuman, ha dicho Hawking que lo hacen transformando toda su energía guardada emitiéndola en el momento de su expiración con los mismos contenidos de Información (materia) adquiridos de los horizontes infinitos del Universo de donde provendrían, pero que no podrían desaparecer con la extinción de los Hoyos; que gracias a la teoría cuántica pudo esclarecerse cómo la materia no desaparecía por entre ciertos universos paralelos, ya que definitivamente no existen mini-universos ramificándose y tendría que descartarse cualquier posibilidad de la ciencia-ficción de usar los agujeros negros para viajar a otros universos. “La antigua teoría de Hawking expuesta hace 30 años sostenía que las radiaciones de energía de los agujeros negros no contenían Información, y que ésta desaparecía al esfumarse los Hoyos. Con lo expuesto ayer –que ya no riñe con el principio de la física cuántica según la cual dicha Información no puede eliminarse del todo-, Hawking parece haber resuelto la “paradoja de la información”58 Tampoco existirían los supuestos microagujeros negros de diámetro equivalente a la diezmillonésima de un milímetro, por entre los cuales supuestamente viajaría la Materia indistintamente en el Tiempo hacia pasado o futuro, tal como llegaría a insinuarlo incluso el mismo Einstein cuando trató de explicar el extraño comportamiento de ciertas naves dentro del Triángulo de las Bermudas. Estas fugas hacia pasado y futuro son una tentación insinuada por cierta manera de interpretar ciertos asuntos de la teoría cuántica, pero son simple ciencia-ficción. Otros ya están quemando voladores, dándole la bienvenida a los renovados idealismos Berkeley-eanos que niegan el mundo objetivo, porque supuestamente con la desagregación de los átomos de partícula en partícula hasta llegar a la “nada” ¿absoluta? se estaría demostrando que la Materia no es la Materia, quedando así en desuso el pensamiento dialéctico materialista, como si el materialismo fuese un sensualismo que sólo reconoce la Materia en lo que es captado y percibido por nuestros órganos sensoriales. 58 88 Una cosa es que la mínima partícula de la física “átomo” y la mínima partícula de la química “molécula”, y mucho menos con las partículas subatómicas, no sean accesibles a nuestra vista ni a nuestro tacto, y otra que nuestros órganos de los sentidos ostenten grandes limitaciones, por los mismos lastres adquiridos en la marcha de la evolución, para dar cuenta de la verdadera dimensión de un Universo que a medida que se expande produce una dilución tal de todas las formas de la Materia que efectivamente no se reduce a la tradicional forma volumétrica tridimensional. Los primeros instrumentos de conocimiento, el ojo y la oreja humanos (vista y oído), son aparatos tan primitivos que no disponen de las condiciones orgánicas para percibir las partículas de las realidades físicas y químicas, además de que no son los últimos instrumentos de nuestro conocimiento humano. Como también nos debemos a las limitaciones intrínsecas a nuestra condición de ser “Ello-Yo-criptoYo” donde tal vez por influjo del “Yo” instintual-conciente nos hemos acostumbrado a concebir la realidad de manera tridimensional, tal cual espontáneamente la conoce al ritmo de los datos que cotidianamente están descubriendo sus sentidos, teniendo la opción de desplegar todo nuestro holismo organizado instintual-concienteconsciente-trascendental para percibir la realidad cuadri-dimensional y porqué no llegar a intuir los supuestos (posibles) universos e historias de otras dimensiones. Con el descubrimiento de la “mecánica cuántica”y de las leyes de la“relatividad”restringida general vendrían a esclarecerse muchos de los comportamientos de la Materia y de la Energía, dándonos un mejor conocimiento sobre el Universo; sólo que aún no ha podido encontrarse el eslabón que las enlace o reconcilie en una sola matemáticas. Si la “teoría de las cuerdas” estuviese en el camino de poder dar cuenta de un espaciotiempo n-dimensional más complejo que el tetradimensional (derecha-izquierda, arribaabajo, delante-atrás, pasado-futuro) de Einstein, no queda la menor duda que la comunidad científica sabrá desarrollar los procedimientos matemáticos para desentrañarla, despojándola de su misterio, pero no tanto por la sofisticación de sus fórmulas matemáticas sino por las grandes AP, EFE, El Tiempo, Bogotá, 22 de Julio de 2004, pág. 1-20 El Gran Concilio posibilidades que a la ciencia le abre la INTUICIÓN, así con mayúsculas por favor. ¿Será que en vez de Universo nos pondrán a hablar de Multiverso? Es con la cuántica y la nano-mensura que se están evidenciando muchas de las intuiciones y predicciones de la dialéctica materialista, sobre todo las referentes a la Unidad de la Materia y la transmutabilidad de los elementos de la Materia. Si tan hace pocos años se suponía que eran 90 elementos los que escapaban a todo análisis sin poder transformarse uno en otro, hoy en día nadie cree en la inmovilidad de los elementos, debido a que se ha podido utilizar la nano-tecnología para experimentar realizando la ejecución directa de ocho o nueve elementos, quedando así demostrada experimentalmente la Transmutabilidad de un elemento químico en otro. Y el hecho de que hoy todos estemos a la expectativa de que el Hombre por fin pueda darle el uso adecuado a las bondades de la liberación de la energía intra-atómica, es otra evidencia más de la materialidad de la Materia, incluso de la materialidad de la misma Energía. La “mecánica cuántica” nos permitió tener ojos para otras magnitudes no contempladas por la física clásica y para comprender la interacción entre la Materia y las Fuerzas electromagnética, nuclear y débil, excepto la fuerza de gravedad, pero a través de ella también podríamos tratar correctamente en la escala ultra-microscópica a la Gravedad, así nos tenga aún en el limbo con su modelo basado en unas partículas fundamentales concebidas sin dimensiones; la “teoría de las cuerdas” supone que las partículas fundamentales (electrón, quark, fermión, bosón, etc.) son producidas por la vibración de regiones unidimensionales (cuerda) ínfimamente pequeñas del espacio. Es decir, todos los modos de vibración posibles o propios de un Universo n-dimensional serían los generadores de todas las partículas fundamentales conocidas. Estaríamos, por tanto, ante dos teorías que no pareciera ser entre sí compatibles, pero que necesitamos hacerlas tales, no obstante por ahora la teoría de la relatividad se acomoda mucho más a las leyes físicas del macrocosmos y la teoría de la mecánica cuántica a las leyes fijas regentes en la micro materia. Así, debido a que la velocidad de la luz depende de la energía, eso de que no hay en teoría nada más veloz que la velocidad de la luz en el vacío (300.000 Km./seg.), también en teoría existirían algunas partículas que sí tendrían la propiedad de ser más rápidas que la velocidad de la luz en el medio El Gran Concilio (270.000 Km./seg.). La teoría de la relatividad, entonces, entraría a tener ciertos problemas y no ser tan plausible como la teoría cuántica. Se tienen evidencias de cómo en el proceso de transformación de la energía estática en energía en movimiento se llegaría hasta la máxima intensidad de vibración de la “energía taquiónica”, propia de ciertas partículas neutras que “vibrarían” a una velocidad 27 veces superior a la velocidad de la Luz, reduciendo al ámbito de la creencia ese axioma de Einstein consistente en que nada podría moverse por encima de la velocidad de la Luz. La ciencia moderna rehuye referirse a la “energía taquiónica”, pero sí acepta la posibilidad de una colisión entre la materia y la antimateria en la que la materia se transformaría en “energía pura”, manifestándose esto en una luz tan intensa que su velocidad sería superior a la luz normal. Lo que ha abierto el campo de experimentación con las partículas-antipartículas (electrón-positrón), la energía negativa, la energía obscura o energía infinita del vacío, en particular auscultando en los contenidos de los “agujeros de gusano” que son de antimateria. Estaríamos ad portas de demostrarse cómo el proceso de transformar la materia en energía puede reversarse en otro de transformación de la energía en materia (carga positiva) y antimateria (carga negativa); cómo existiría en el Universo una materia obscura no visible y generada por un tipo especial de energía ¿taquiónica? que podría constituirlo en un 99%, según observaciones de curvaturas de la luz en el espacio cósmico no provocadas precisamente por la fuerza gravitacional de la materia conocida, sino causadas por dicha “materia obscura”. Entonces, lo de la “energía taquiónica” sería mucho más que simple especulación, ya que la más plausible de las últimas teorías cosmológicas promulga cómo el Universo estaría constituido de “materia perceptible” (átomos), “materia obscura” y “energía obscura”, yendo los científicos incluso a plantear un modelo estándar del Universo donde quedaría sin piso la ley de Newton sobre la Gravedad constante, además de atreverse a describirlo como conformado por 4% de átomos más 21% de materia obscura más 75% de energía obscura. ¿Y cómo se les argumenta que no es así? El Espacio-Tiempo n-dimensional: ¡Cuerdas! Es fácil negar la finitud del Universo (Leibniz), como también negar su infinitud (Newton) o decir que al mismo tiempo el universo no es finito ni infinito, puesto que la materia y la energía sólo 89 podían percibirse de manera subjetiva (Kant), pero a difícil que es afirmar su finitud o su infinitud. Incluso Einstein niega la finitud del espacio y sugiere la negación de la infinitud del Universo. Al Universo Euclides-eano en cuya geometría dos rayos de luz proyectados en líneas paralelas jamás se encontrarían, le aparece la teoría general de la relatividad de Einstein de los cuerpos del Universo con su respectivo campo gravitacional dependiendo de su masa y de su velocidad y de una geometría en la que no existen líneas rectas sino líneas curvas. Merced a esta teoría del campo gravitacional determinando una estructura geométrica del Universo en la que sólo existen grandes círculos, Einstein concibió la forma tetradimensional (espacio-tiempo) del Universo. Pero la existencia del espacio curvo surgido de la teoría de la relatividad se ha interpretado como que Einstein hubiera admitido la finitud del Universo, ya que lo finito sería ese sitio curvo donde se encuentran materia y energía. También se ha interpretado que el Espacio y el Tiempo serían, según Einstein, construcciones conceptuales a las cuales no se les puede conceder existencia absoluta de por sí, puesto que son sólo entidades no intuibles, que sólo podríamos comprender mediante los sistemas de coordenadas. Afirma Stephen W. Hawking que así como las leyes de Newton del movimiento acabaron con la idea de una espacio absoluto, puesto que no había una posición absoluta en el espacio, de igual manera Einstein invalidó aquellos conceptos del reposo absoluto representado por el éter y de un tiempo absoluto único o universal que todos los relojes deberían medir, puesto que cada individuo posee su propia medida personal del tiempo, dependiendo de dónde esté y del sentido en que se mueva. Ahora se parte de un Espacio y un Tiempo no absolutos, como si el Espacio y el Tiempo fuesen ideas con coherencia matemática o construcciones intelectuales comprensibles sólo mediante relaciones y sistemas de coordenadas, en las que el Espacio y el Tiempo sólo podrían separarse de los objetos y de los procesos físicos por abstracción, mediante operaciones intelectuales. A partir de la teoría del espacio-tiempo tetradimensional se esclarece que la realidad es como una especie de matriz “espacio-temporal”, en la que la “sustancia” dejaría de ser característica exclusiva del espacio, siéndolo también del tiempo. Incluso esta novedad teórica de la tetradimensionalidad de la realidad está siendo 90 sometida a reevaluación, mediante las evidencias teóricas explicadas por la Teoría de las Cuerdas y la todavía más revolucionaria Teoría de la Membrana M. La “teoría de las cuerdas”, cuya alegoría es una “cuerda” puesta en intensa vibración generando más de las tres dimensiones percibidas normalmente por nuestros sentidos, habla de diez (10) dimensiones, es decir, nueve (9) dimensiones espaciales más la dimensión del Tiempo. La “teoría de la membrana M” explica que nuestro universo es un tapete membrana en el que estaríamos en pleno uso de nuestras leyes universales. En esta teoría, la explicación del Universo se haría mediante una ecuación gravitatoria que estaría dando cuenta de la realidad cuya forma sería la de una “membrana” conformada por dimensiones tan microscópicas que serían como una materia no estable de espacios vacíos o realidades paralelas, pero cuya existencia real se manifiesta en forma de partículas, fuerzas, electricidad, energía y antimateria. La Teoría “M” recoge y cuantifica todas las dimensiones de la realidad, tanto las tres del volumen percibidas directamente por nuestros sentidos (largo, ancho y alto), la del Tiempo, la del “espacio-tiempo” y las que físicamente no estamos en condiciones de percibir de manera directa, estableciendo que una dimensión como la 11a. mediría un poco menos de la diezmillonésima parte de un milímetro, por ejemplo. Esta idea de la existencia de múltiples dimensiones o múltiples universos, cada uno con sus propias estructuras geométricas y leyes físicas donde la misma forma de realidad hubiese llegado a deformarse en “cuerdas” o “membranas” es una idea coherente o plausible en las matemáticas, pero que tal vez nunca podríamos experimentarla. De ahí que sea tan fácil negar la validez de la Teoría de las Cuerdas y de la Teoría M, como tan fácil es negar su invalidez, siendo que ya se le conoce como “la teoría del Todo”. El físico usamericano Ed Witten, padre de esta teoría, en un gesto de humildad tan característico de los verdaderos pensadores nos dice que aún no está seguro sobre cómo seguir avanzando en los desarrollos de su teoría, de la misma manera que aún nadie ha podido experimentar su veracidad o falsedad. No vaya a ser que estemos en discusiones como la del éter, la cuadratura del círculo, el sexo de los ángeles, etc. Otros ven implícita la teoría de las “cuerdas” en las de la “relatividad” y la “mecánica cuántica”, adjudicándole la propiedad de haberse El Gran Concilio reconciliado, ya que si con el descubrimiento de la “mecánica cuántica” y la formulación de las leyes de la “relatividad restringida y general” el conocimiento sobre el Universo pudo dar el más cualitativo de los saltos, en donde la mecánica cuántica describe el comportamiento de la energía y de la materia en la escala inframicroscópica de las partículas fundamentales y la relatividad general predice el comportamiento de la fuerza de gravedad en la macro-escala del Universo, también entre estas dos teorías se han presentado frecuentes desavenencias. La controversia teórica pasa en estos momentos por la disputa entre la “teoría de las cuerdas” y la “teoría de la gravedad cuántica” (gravedad canónica). La física de partículas tradicionalmente ha teorizado con base en un modelo donde las “partículas” son puntos sin extensión, pero ha podido experimentarse que las “partículas” no son puntos sino objetos en permanente vibración y que cada “partícula”, ya sea esta electrón, neutrón, protón, fotón, quark, etc., vibra con diferente intensidad. En especial los “quark”, que son las unidades básicas de la Materia, vibran de la misma manera que vibra una cuerda musical, y de esta misma manera vibrarían las fuerzas y las partículas, como si su vibración fuese el efecto de vibraciones de otros macro cuerpos lejanos. Pero a esta “teoría de las cuerdas” le ha surgido otra teoría alternativa, la “teoría de la gravedad cuántica” (supergravedad), que concibe la Materia y la Energía del Universo como un fluido discreto, con espacio discreto, tiempo discreto y energía discreta, cuyas formas son bucles o gránulos; es decir, por no ser fluidos continuos entonces la “granuladidad” sería la forma de la estructura del espacio-tiempo. Esto es, no hace mucho (siglo XIX) todavía se creía que las partículas más diminutas que conformaban el Universo eran los átomos, ignorándose que a su vez el átomo era conformado por otras partículas más pequeñas como los “quarks” y los “leptones” poseedores de masa y cargados eléctricamente, o los “fotones” que no poseen masa y están cargados eléctricamente, lo que tendría que reflejarse en una determinada concepción del Movimiento. Hoy estamos más que convencidos de que la Materia está conformada de las diminutas partículas, pero con la “teoría de las cuerdas” o Teoría del Todo nos dicen que la Materia estaría conformada por infinitas “cuerdas” oscilantes El Gran Concilio (vibrantes). Pero apenas se empezaba a trabajar con las diez dimensiones de la teoría de las cuerdas, cuando ya se hacían cinco versiones teóricas de ésta, restándole algo de seriedad, lo que ya sería mucho para una teoría del Todo. Lo que se enturbiaría más una vez en plena discusión las cinco versiones entre sí, cuando irrumpe en el ámbito científico la famosa teoría de la supergravedad con sus “once dimensiones”, dejando todo en suspenso. Y estando estupefacto todo mundo con esta teoría, surgiría la otra no menos famosa Teoría M, teoría de la “membrana” sobre el Todo, de “once dimensiones”, bajo la cual se escamparían todos a una, tanto las cinco versiones de la teoría de las cuerdas como la misma teoría de la supergravedad, cobrando entonces toda su vigencia eso de los universos paralelos imperceptibles por nosotros con nuestras particulares leyes. Por tanto, nuestro Universo tetradimensional es una “membrana-tapete” que coexistiría con otras membranas, entrelazadas con otras ¿cuántas? membranas-tapete de los otros Universos. ¿Ya no habría Universo, sino Multiverso? Materia, Energía y Termodinámica Estamos todavía demasiado ocupados en la revolución científica de concebir un Universo físico desconocido casi en su totalidad. En la historia de la Materia se dice que tuvo que haber un momento donde el Universo era 50% Materia y 50% antiMateria, siendo que la antiMateria es idéntica a la Materia pero con cargas contrarias, es decir, lo que en la Materia es carga positiva (protón) en la antiMateria sería carga negativa (protones negativos). No es fácil dar evidencia de la antiMateria en el Universo, experimentándose sólo en ciertos laboratorios, pero si el Universo radia Energía entonces necesariamente ha tenido que perder “masa”, al menos que atrape más Energía. Y como la Materia (energía) del Universo es constante (nada se crea nada se destruye) y la Energía ni se crea ni se destruye sino que se transforma, entonces en algún lugar del Universo tendrá que estarse acumulando el 50% de la antiMateria perdida. Sabemos de aquella Materia compuesta de Masa (Protones y Neutrones) y Energía (electrones, partículas, quantos), pero sólo el 0.5% de la Materia-Energía del Universo tiene estas propiedades. También el 70% de la Materia del Universo es un holismo de masa espacio-temporal y energía, pero aún no sabemos cómo puede ser el 91 30% restante. Apenas los telelescopios empiezan a darnos información sobre las caracterìsticas de la Energía en el Universo. Es plausible pensar que en el principio todo era Energía, la que ha venido condensándose en nichos de Materia, ya sea en sus formas lumínica, sonora, calórica, química, magnética, eléctrica, electromagnética, nuclear y oscura. Pero también es coherente decir que en el principio todo era Materia, la qe se expresa en forma de Masa y Energía. En últimas, nos queda la duda de si la causalidad es la Materia como una forma de Energía o la Energía como una forma de Materia. Al no poder definir la Energía de manera concreta, recurrimos a explicarla según los conceptos de Movimiento (cinética), Potencia, Física, Mecánica, Trabajo, Calor, Magnetismo, Electricidad, Gravedad y Química, y si la relacionamos con la Dinámica podemos afirmar que la Energía también es Fuerza. Ante el hecho de que la Materia se transforma mediante procesos de transferencia y conversión, pero que no se pierde, nos preguntamos cómo una sustancia inorgánica (reversible) sometida a temperatura experimenta un cambio de estado químico, pero que a pesar de alterarse ciertas de sus propiedades conserva siempre su cantidad indestructible de Materia. ¿Qué ha ocurrido? La explicación la fundamentamos a la luz del concepto de Movimiento, en particular de ese movimiento relacionado con el Calor y la Fuerza, es decir, la Termodinámica. De mantenerse la “masa” y la “energía” lo que ha ocurrido con el cambio cualitativo es una“entropía” conforme a los principios termodinámicos. Igual proceso se presenta en las sustancias orgánicobiológicas y en los organismos vivos, a pesar de que en éstos sus cambios de estado cualitativo por lo general son irreversibles. Se dice que la Energía es la capacidad de un sistema para llevar a cabo un Trabajo; que la energía potencial es la energía almacenada en un sistema de manera latente y que energía cinética es la ofrecida por dicho sistema como resultado de su movimiento; que la energía gravitacional, la energía electromagnética y la energía nuclear son las formas elementales de “energía potencial” existentes en la Naturaleza; que el Calor, cuando se transmite entre dos cuerpos con diferentes temperaturas, es Energía; que hay “energía química” cuando dos sustancias entran en contacto entre sí para cambiar su composición; que hay “energía eléctrica” cuando fluyen los 92 electrones; que las Fuerzas son formas de energía; que el Calor (micro-ondas) es una de las formas más degrada de la Energía. La Energía en todas sus formas constituye el sistema de Fuerzas fundamentales del Universo, consistente en las fuerzas gravitacional, electromagnética, nuclear débil y nuclear fuerte, que según sea su grado de desorden y/o degradación podrían jerarquizarse las diferentes “energías” del Universo. La Energía es una propiedad inherente de existencia de la “materia”, que tiene forma física (potencial, cinética, calorífica, lumínica, sonora, atómica, eléctrica, nuclear), forma química (reacciones químicas) y forma de trabajo potencial expresado en minerales, luz, temperatura, pH, agua, nutrientes y alimentos, tanto en los ambientes físico y biótico (comunidad biótica). Como otra vía para identificar características de la Materia y la Energía lo es el “Movimiento”, vale darle una mirada al fascinante mundo de la Termodinámica. Si lo que mide el grado de desorden de la Energía es la “Entropía” entonces la “energía gravitacional” sería la energía de mayor jerarquía, puesto que por no estar asociada a la temperatura su entropía sería cero (0) y si es el “Calor” (calorífica) sería la de más baja jerarquía, siendo que posee la máxima entropía. Es decir, en la escala energética del Universo sólo estarían en equilibrio la máxima (gravitacional) y la mínima (calorífica), estando las demás en desequilibrio. En todo tiempo y lugar, siempre la “materia” estará desatando procesos de organización, desorganización y complejidad in crescendo en espiral expansiva. A Descartes también se le debe la idea sobre la conservación de la cantidad de Movimiento en el Universo expresada mediante la fórmula Movimiento = Masa x Velocidad, ajustada luego por Leibniz con la velocidad al cuadrado; pero es a partir de los estudios expuestos por Lomonósov sobre la Ley general de la conservación de la Materia y del Movimiento y la Ley de la conservación y transformación de la Energía que empezaría a fundamentarse cómo en los procesos de la Naturaleza se daba la unidad de las formas del Movimiento y de su transformación recíproca. De esta manera, y gracias al impulso del desarrollo tecnológico de las máquinas a vapor que evidenciaban la transformación de la forma calórica del movimiento a la forma mecánica, pudo descubrirse la ley general correspondiente a la transformación de las distintas formas del movimiento. El Gran Concilio La visión mecanicista del Universo que, además de concebirlo funcionando cual mecanismo de relojería, asume todos los movimientos como reversibles, entra en crisis cuando empiezan a darse las evidencias de que el “calor” (máquina de vapor) se movía por sí mismo unidireccionalmente yendo de los cuerpos más calientes a los más fríos y que, por tanto, todas las formas de energía se movían en la única dirección de los estados superiores de la energía a los inferiores. Para el año 1842 ya se afirmaba que el “movimiento” se conservaría cuantitativamente y se transformaría cualitativamente, pero decir que el movimiento es cuantitativamente constante no era noticia, puesto que ya se había enunciado, pero enunciar la transformación de las formas de movimiento sí era una novedad. Merced al aspecto cualitativo del movimiento pudo demostrarse la inconsistencia de la concepción mecanicista del movimiento que pretendía reducir las formas más complejas del movimiento a su simple desplazamiento mecánico. En todo momento el Universo nos da evidencias de que no cesa de estar reorganizándose a punta de orden y desorden, de neguentropía y entropía, de cosmos y caos, pero sólo vendría a teorizarse sobre este fenómeno una vez que en 1760 el físico escocés Joseph Black (1728-1799) estableciera la distinción entre “cantidad de calor” e “intensidad de calor” o temperatura, lo que le serviría a otros investigadores para experimentar que en la conducción del “calor” se conservaba su cantidad y que, tal como lo estableció Antonio Lorenzo Lavoisier (1743-1794) la Materia (energía) se conservaba de manera constante. Al conocerse, probarse y demostrarse el principio de la “conservación de la materia” se establecería que también esta propiedad era un atributo de la Energía, la que se conservaba y tendría una expresión mecánica en forma de “calor”. En esta idea, el físico alemán Julio Von Mayer (1814-1878) y el físico inglés James Joule (1818-1819) calcularían en 1842 la equivalencia entre energía calorífica y energía mecánica, concluyendo que todas las fuerzas y fluidos como el calor, la electricidad, el magnetismo, etc., no eran “sustancias” independientes separadas entre sí, sino formas diversas de un Movimiento único, capaces de transformarse unas en otras. No existiría tal clase de Materia inmaterial y ninguna Fuerza podría concebirse de manera ideal. El pensador vascuense Iñaki Gil de San Vicente reflexiona que la sociocibernética considera inadecuados los modelos de corte puramente mecanicista debido a que en primer lugar rechaza la centralidad del concepto de equilibrio, fundamental en el modelo mecanicista. Este modelo, dice Gil de San Vicente sería producto de esa herencia de los progresos de la física, la mecánica y la astronomía del siglo XVII que darían lugar a la llamada física social y a la postulación de una ley de inercia social en función de la cual todo sistema social tendería a perseverar en su situación actual -estado de equilibrio- hasta que surge alguna fuerza que amenace con desajustar el sistema, generando a su vez cambios de signo contrario en la estructura encaminados a restablecer el equilibrio, además de que dichos sistemas mecánicos poseen una estructura relativamente rígida, simple y estable. En los modelos de mayor complejidad, los sistemas orgánicos y sociales muestran una organización más flexible, inestable y proclive al cambio, como la estructura de los sistemas sociales que es particularmente fluida al intensificar las modalidades de relación, movimiento y transformación de sus elementos constitutivos.59 En esta creciente complejidad de la marcha de la Materia, el ritmo termodinámico de la Materia en Movimiento, además del primer principio termodinámico de la “conservación de la energía”, su segundo principio de la termodinámica nos dice que la Materia en Movimiento sigue la tendencia a la “entropía”, yendo del orden hacia el desorden y la desorganización. La Termodinámica y la Energía constante Los conceptos de Movimiento y Posición, tan característicos del “estado mecánico”, no nos aproximarían a la comprensión de un “estado termodinámico”, puesto que serían más idóneos y expeditos los conceptos de “energía”, “calor”, “temperatura”, “presión”, “volumen” y “entropía”, entre otros. La Energía se transforma cambiando de forma y se transfiere cambiando de posición. No sólo la energía continuamente se transforma y transfiere, sino que se almacena, acumula y encripta. 59 BUSTAMANTE DONAS, Javier: “Sociedad Informatizada ¿Sociedad Deshumanizada? Gaia Editores, Madrid, 1993 El Gran Concilio 93 Apoyándose en la ley de la conservación y transformación de la energía y en la teoría atomística, N. G. Chernishevski vería al Mundo como un conjunto de átomos materiales y al Movimiento o desarrollo como algo eterno e infinito. Pero la energía, al no poderse destruir ni crear, entonces se conserva. Es decir, nunca se pierde, ni desaparece, ni se destruye, ni se genera a partir de la nada; simplemente se consume en el sentido de su transformación y transferencia (consumo, ahorro y liberación de energía); y se degrada, en el sentido de que su cantidad permanece igual pero su calidad se deteriora. Las propiedades “termodinámicas” son de tipo cuantitativo y cualitativo, según se tenga o no se tenga una estrecha relación con la masa de la materia en cuestión. La presión y la temperatura son propiedades intensivas (no relacionadas con la masa de la materia) y el volumen y la entropía son propiedades extensivas y mensurables de la materia. Se dice que en el Universo todo tiende al “equilibrio termodinámico” de caos y desorden; es el de la “Entropía”. Todos los fenómenos de la Naturaleza se encuentran regidos por las leyes de la “Termodinámica”, que tienen que ver con la conservación de la energía, la transferencia unidireccional de la energía (de mayor calor a menor calor) y las tendencias de la entropía. Un concepto fundamental para comprender el de “termodinámica” es delimitar si un Sistema es cerrado, aislado o abierto, siendo “cerrado” el sistema que por no tener alrededores no puede intercambiar materia ni energía con el exterior; “aislado”, el sistema que aún teniendo alrededores no intercambia materia ni energía con ellos; “abierto”, todos los sistemas de la Naturaleza, puesto que en la realidad no existirían los sistemas absolutamente aislados, tal como puede inferirse de la simple observación donde todo cuerpo en el espacio tiene alrededores. Esto es, todos los sistemas de la Naturaleza son en mayor o menor grado “abiertos”, excepto el Universo que por no tener alrededores se le considera como un sistema cerrado. Con esta aclaración, ya podría decirse que la Termodinámica se refiere a los “intercambios de energía” entre sistemas y entre un sistema y sus alrededores, además de que la Termodinámica sirve para definir las propiedades de los objetos mensurables (macroscópicos) de la materia, perceptibles por nuestros sentidos, como las de temperatura, presión, volumen y forma. 94 Si mediante la Termodinámica se describen y analizan los fenómenos físicos, químicos y biológicos, mas no así con la “cosa en sí”, no comprenderíamos plenamente el comportamiento de los fenómenos o cosas macroscópicas ignorando el comportamiento de las partículas y fuerzas que lo integran y afectan. Un mismo estado “termodinámico” se correspondería con varias situaciones y configuraciones atómicas y moleculares; siempre que se presente un cambio “termodinámico” obedece a que se han producido los respectivos cambios microscópicos. Tenemos referencias sobre cómo una forma mecánica de movimiento puede transformarse en las formas físicas del movimiento de calor, luz, electricidad; cómo diferentes formas físicas de movimiento pueden interactuar y transformarse en movimientos químicos; cómo formas químicas del movimiento en determinadas condiciones pueden originar la vida orgánica y cómo todo cambio químico es resultado de transferencias de electrones de un átomo a otro. De igual manera, se presenta el entronque de estos fenómenos de los cambios o de movimiento químico con los cambios y transferencias en los tejidos vivos y en los cuerpos orgánicos vivos en general. En un sistema termodinámico “aislado” su energía no cambia, se conserva; sólo puede cambiar si recibe o cede energía del exterior, si no está aislado. Como la <entropía> tiende a aumentar en un sistema “aislado”, la <entropía> se conserva. En este sistema, donde el calor fluye del recipiente más caliente al más frío, la situación de máxima <entropía> es aquella donde se ha alcanzado una situación de equilibrio caracterizada por la igualdad de temperaturas en los dos recipientes; si la temperatura entre los recipientes fuera diferente, la entropía no sería la mayor; no sería posible que el calor fluyera espontáneamente de un cuerpo frío a uno caliente porque eso sería tender hacia un estado menos probable de menor entropía, cuando en realidad la tendencia se da hacia el estado más probable de la máxima entropía. Pero, los sistemas aislados serían excepcionales en la naturaleza. La Tierra no es un sistema aislado, recibe energía del sol y cede energía hacia el espacio frío; intercambia energía con el exterior o con el ambiente, pero no intercambia materia. Por intercambiar energía con el exterior o calor con el ambiente, la Tierra es un sistema no aislado, y por no intercambiar materia con el ambiente es un sistema cerrado. El Gran Concilio En un sistema no aislado como la Tierra, que mientras se transforma intercambia energía con el ambiente, en cuanto al orden y el desorden puede suceder que el sistema alcance, al final de la transformación, una situación de mayor orden, pero yéndose el desorden para otro sitio del espacio cósmico. Las transformaciones que producen orden, son privativas de los fenómenos naturales como el ciclo de la vida, que son fenómenos de movimiento que se renuevan o regeneran continuamente; donde ocurre una transformación hacia el orden, puede ser sintomático de un sistema que alberga vida. No obstante, la Tierra vista ante el ambiente exterior, es un sistema no aislado; pero tomada la Tierra conjuntamente con su ambiente, la tierra sería un subsistema no aislado que forma parte de un sistema aislado, y este conjunto tendería al desorden. El orden no se crea; si un sistema transfiere orden a otro, es porque el desorden se está depositando en otra parte, y el desorden colectivo sigue aumentando. Una posterior apreciación de Edgar Morin sobre el segundo principio de la Termodinámica lo lleva a confesar que él no se había dado por enterado que dicho principio (ley) ya venía siendo cuestionado por algunos termodinamicistas; que si por una parte los físicos mostraban al mundo un principio de desorden tendiente a arruinar toda cosa organizada, por la otra los historiadores y los biólogos (Darwin) le enseñaban al mundo que había un principio de progresión de las cosas organizadas; que mientras el mundo físico proponía la decadencia, el mundo biológico tendía al progreso; pero uno y otro principio serían las dos caras de una misma realidad. Con respecto a lo antropológico e histórico, igual que los sistemas de la vida, se caracterizan por ser finitos, tener un comienzo, un crecimiento, un desarrollo, un desgaste y morir; que dan síntomas de empezar a morir cuando dejan de ser indeterminados, cuando a grandes “in put” se provocan pequeños “out put”, puesto que un proceso vivo es evolutivo cuando a pequeños “in put” se producen “out put” en proporciones geométricas. También con respecto al hombre como tal, son termodinámicos en la medida de su orden y desorden, su desorganización y reorganización permanentes, su información y ruido, su entropía y neguentropía. El Gran Concilio La “Entropía” y el Movimiento La Energía ni se crea ni se destruye, pero la Entropía total sí aumenta continuamente. El fenómeno termodinámico de la Entropía se relaciona con la reversibilidad e irreversibilidad del Movimiento. Los procesos químicos son irreversibles, puesto que hay modificación o destrucción de los componentes o de la naturaleza del compuesto; por ejemplo, la oxidación de un metal y el proceso de digestión. Los físicos son reversibles, puesto que no hay modificación ni destrucción de los componentes; por ejemplo, el desplazamiento de un cuerpo o los fenómenos térmicos, eléctricos y magnéticos que ocurren en los cuerpos sólidos, líquidos y gaseosos. Pero esto no podría llevarnos a generalizar que un fenómeno es físico si es reversible y es químico si no es reversible, lo que es erróneo, ya que se presentan fenómenos físicos que no son reversibles como el de la dispersión de un gas que se libera en el aire cuando se abre el contenedor, o el de aquellas reacciones químicas en las que el cobre está entre los reactivos iniciales y es recuperado al término de la última reacción, cuya reversibilidad es producto de un proceso químico y no físico. La Entropía evidencia cómo de manera lenta e imperceptible todo se mueve desplazándose en espiral expansiva, cambia, envejece y muere; todo cambio comporta movimiento, y movimiento significa energía. Energía, por tanto, es todo aquello capaz de provocar movimiento y producto del movimiento. Hay energía mecánica (en movimiento y en posición), energía química (combustibles), energía eléctrica (electricidad), energía luminosa (luz) y energía térmica (calor) Como la Energía es la capacidad de la Materia para realizar un Trabajo, la Materia siempre estará trabajando o en movimiento, ya sea que el movimiento lo veamos según su velocidad (energía cinética), según su posición (energía potencial) o según se realice un trabajo como función del Sol (energía lumínica de la fotosíntesis) El “Calor” es otra forma de Energía que pasa de un cuerpo a otro cuerpo, con la particularidad de que la cantidad de Calor perdida por un cuerpo es ganada por el cuerpo que se encuentre próximo a él. Es decir, el “Calor” tiene la propiedad de transmitirse de un cuerpo, yendo o propagándose de los puntos más calientes hacia los menos calientes. También el Calor cumple su función físico-química y vital en la Naturaleza, haciendo que los cuerpos cambien de estado o acelerando las funciones de los seres vivos. 95 El Trabajo requiere del consumo de Energía, dándose la tendencia natural de poder realizar un Trabajo con el mínimo esfuerzo; el Trabajo siempre buscará la eficiencia, es decir, el trabajo eficiente es lo propio de la Termodinámica. Todo sistema “termodinámico” tiende a producir la mayor cantidad posible de Trabajo utilizando el menor consumo posible de Energía. Esta condición “termodinámica” del Trabajo lo hace por sí mismo un generador de “entropía” (degradación, desorden), siendo que un sistema puede producir Trabajo en sus alrededores y los alrededores pueden producir Trabajo en el sistema. La “Entropía” es la transformación (conversión) entre energía mecánica y energía calorífica (térmica); la “entropía” mide la “energía interna” de un sistema que no puede ser utilizada para desarrollar un “trabajo” y si la Energía se encontrara distribuida uniformemente por el Cosmos no podría utilizarse para trabajo alguno. Cuando todo se encuentre a la misma temperatura, el Universo llegaría a su máxima “entropía”, lo que implicaría la cesación del Movimiento, puesto que ya nada podría ir de más calor hacia más frío, llegando todo a la carencia de masa, de energía, de movimiento, de luz, de calor, de vida, etc.; todo sería el silencio de la nada. La forma de “entropía” más evidente es la resultante entre el intercambio de energía entre el “trabajo” y el “calor”, de movimiento mecánico a movimiento calorífico, puesto que sería un intercambio entre el “calor” que es la forma más caótica o “entrópica” de Energía y el “trabajo” que es un generador de “entropía” en el contexto de una Naturaleza en la que todo tiende hacia el equilibrio. Las transformaciones de energía se dan en el sentido unidireccional de la energía de movimiento a energía térmica, pero no viceversa; de “trabajo” a “calor”, pero no viceversa, al menos que quiera incurrirse en grandes pérdidas de energía. Es casi imposible que el calor se transforme espontáneamente en energía de movimiento, pudiéndose presentar la transformación de energía térmica caliente a energía térmica fría, pero no viceversa. La energía de inicio es más versátil y preciosa que la energía de llegada, siendo ésta una forma degradada de energía. La energía térmica es más degradada que la energía mecánica, y la energía de un cuerpo frío es más degradada que la de un cuerpo caliente. 60 96 La energía mecánica (en movimiento o en posición), por no estar degradada, es energía noble; como también son energías nobles la eléctrica y la lumínica. La energía, con el paso del tiempo y sus sucesivas transformaciones, se va degradando hasta hacerse inútil y envejecer, lo que ocurre cuando se ha degradado a energía térmica y a una temperatura ambiente. Así la energía pasa de estar disponible a dejar de estarlo. “La transformación del calor en trabajo fue demostrada por Rumford en 1798 cuando observó que por medio de de la fricción proveniente del trabajo se podían crear cantidades ilimitadas de calor sin ningún “desgaste” de la masa del sistema donde se generara este proceso... Si el calor fuera capaz de transformarse espontáneamente en trabajo, una vez en el suelo la roca que ha caído por la ladera en vez de perder el calor hacia los alrededores transformaría el calor acumulado en trabajo y regresaría sola cuesta arriba”60 No obstante, la Termodinámica se ocupa de las transformaciones del trabajo mecánico en calor y del calor en trabajo mecánico, ya que existen sistemas en los cuales el trabajo mecánico puede ser transformado en energía eléctrica y viceversa. Por tanto, la “Entropía” es la expresión de que todo sistema (materia y energía) tiende espontáneamente del orden al desorden, de la concentración a la dispersión, de estar disponible y dejar de serlo. Sólo se daría la tendencia del desorden al orden si al sistema se le suministrara proporcionalmente más Trabajo que Entropía. Para que la energía se convierta en trabajo es necesario que su concentración no sea uniforme, de tal manera que tendería a fluir desde su punto de mayor concentración hacia el de concentración menor, hasta quedar uniforme. La diferencia en la concentración de energía desata su flujo hacia la uniformidad en una sola dirección de calor a frío, convirtiéndose así la energía en trabajo. Y en el equilibrio cesa el flujo, cesa el Trabajo. El estudio del flujo de energía desde puntos de alta concentración a otros de baja concentración pudo desarrollarse gracias a las observaciones y aplicaciones de la energía térmica, que es el calor en movimiento; y el estudio del flujo de energía y de los intercambios de energía y trabajo, se conoce con el nombre de “termodinámica”. El primer principio de la termodinámica dice que la energía no puede ser destruida ni creada. CESARMAN, Eduardo. Orden y Caos; editorial Diana, México, 1982, pág. 201 El Gran Concilio Las transformaciones de energía que ocurren dentro de un proceso o sistema, sin necesidad de ceder o recibir energía del ambiente exterior, son un “sistema aislado”, cuyas transformaciones suceden entre estados de equilibrio. Con el tiempo, un sistema complejo cualquiera siempre tenderá espontáneamente hacia un estado de equilibrio caracterizado por el máximo desorden; de ahí que el desorden sea inconmensurablemente más probable que el orden. “Puesto que en la evolución espontánea de los sistemas complejos un rol determinante es desarrollado por el azar, los sistemas complejos evolucionan hacia sus configuraciones más probables, es decir, hacia la configuración de máximo desorden. La ley empírica, es decir basada en la experiencia, de la evolución hacia el desorden tiene por tanto una explicación bien simple: equivale a decir que los sistemas complejos evolucionan hacia su configuración más probable”61 Y como la medición de este desorden se realiza a través de la “entropía”, los sistemas complejos o formados por muchos componentes tienden a evolucionar espontáneamente hacia situaciones de disipación de energía o de máxima entropía. El Movimiento irreversible de la “Entropía”: La flecha del Tiempo En el mundo del Movimiento “mecánico” no se diferencia si la dirección en que fluye el tiempo es hacia pasado o hacia futuro, haciendo que sus leyes sean “reversibles” en el tiempo; en el Movimiento “termodinámico”, que puede ser el de millones y millones de partículas dentro de un gas, sus leyes sí tienen carácter “irreversible”, ya que sí puede saberse cómo el tiempo fluye en la única dirección hacia futuro, que es la misma dirección en que la “entropía” aumenta en forma de desorden o degradación del sistema. Con la irrupción de la termodinámica o ciencia del calor que hace posible la existencia de una flecha del tiempo por la función de la entropía le ha quedado muy poco espacio a los determinismos, puesto que tanto el azar, la inexactitud, el caos y la irreversibilidad empiezan a protagonizar la obra del orden y organización del Cosmos. La segunda ley de la Termodinámica nos dice que la “entropía” en un sistema aislado sólo puede crecer o, en todo caso, permanecer constante. Claro que ya Platón, dos mil doscientos años antes de empezar a institucionalizarse la ciencia termodinámica, esbozaba en “El Político” una teoría cosmológica consistente, según el filósofo canadiense (U. de Toronto) Thomas Robinson,62en el Universo concebido como un objeto físico que ha tenido un comienzo en el tiempo, como un objeto que si no se hacía nada para mantenerlo en movimiento simplemente se detendría, pero que la causa de que no se hubiera detenido estaría en la participación de una ley física que lo aupaba manteniéndolo en movimiento. Con esto, lo afirma el maestro Robinson, Platón estaría intuyendo la segunda ley de la termodinámica. En el Espacio-Tiempo se presentan relaciones tan fundamentales como la establecida entre el “calor” y las demás formas de “energía”, que es la misma relación entre el intercambio de “trabajo” y “calor” con el “medio exterior”, constituyéndose así un “sistema termodinámico” de captura, ahorro y liberación de energía, que en cada momento va moviéndose o cambiando de un estado a otro, a medida que varía su energía interna, refiriéndose tan sólo a estados momentáneos dentro de un mismo ciclo porque en últimas la cantidad de energía interna de un sistema termodinámico sería la misma al inicio y al final de un ciclo. El principio más destacado de la Termodinámica dice que un sistema termodinámico en cuyo ciclo sólo esté en contacto con una única fuente de calor no generaría “trabajo”, ya que es necesario que la energía cedida por la fuente de “calor” al sistema a su vez pueda ser cedida por éste a otra fuente fría. Según este segundo principio (ley) de la Termodinámica, el “calor” no podría transformarse íntegramente en “trabajo”; es decir, aunque la Termodinámica señala que la “entropía” de un sistema es nula a medida que los sistemas se van aislando, sin una fuente fría receptora a la cual cederle igual cantidad de la energía (calorífica) recibida mayor sería la tendencia de su “entropía”, y viceversa. Todo lo que sea un “sistema abierto” es entrópico, en el sentido que allí todo ocurriría hacia el desorden, degradación y dispersión hacia un equilibrio. El “equilibrio” se refiere a la tendencia hacia lo iso-térmico, hacia la distribución uniforme de energía, que es tender hacia la cesación de todo movimiento y trabajo; no se trata, por tanto, de esos equilibrios vitales o armónicos. 61 SILVESTRINI, Vittorio. Qué es la entropía; editorial Norma, Bogotá, 2000, pág. 50 62 En el I Congreso Colombiano de Filosofía, celebrado el 19-04-06 en la UJTL de Bogotá, Thomas Robinson proclama que además del Platón ontológico, ético, estético y metafísico, existía un Platón cosmólogo. El Gran Concilio 97 Donde quiera que haya diferencia de temperatura habrá “entropía”. En cambio, a un único y mismo nivel de temperatura no fluiría la energía y, por más alta que fuese dicha temperatura constante, jamás se convertiría en Trabajo. Si de cierto sistema no se extrae Trabajo, es porque su energía está distribuida de manera perfectamente uniforme, no importa si a baja o alta temperatura, lo que significa que dicho sistema tiene un máximo nivel de entropía. El físico alemán Rudolf J. Clausius sugirió en 1850 la idea de que la entropía se incrementaría en el tiempo. El segundo, y muy importante, principio de la termodinámica dice que con el tiempo la entropía aumenta constantemente; o que la energía tiende espontáneamente a degradarse; o que los sistemas complejos tienden a evolucionar espontáneamente, en virtud del azar, hacia las configuraciones más probables. Significa este principio que las diferencias de concentración de energía van desapareciendo; que, cuando todas las diferencias en la concentración de energía se hayan igualado por completo, no se podría extraer más trabajo, ni podrían producirse cambios; y que, si la vida es subproducto de la materia en movimiento, tampoco se seguiría produciendo la vida. De ser totalmente cierto el segundo principio de la termodinámica, dice Asimov que todas las concentraciones de energía en todos los lugares del universo se están igualando, y en este sentido el universo se está degradando; así la entropía alcanzaría su máximo nivel cuando toda la energía del universo quede perfectamente igualada, y a partir de entonces no ocurriría nada, porque aunque la energía siguiera allí no existiría ya ningún flujo provocador de la ocurrencia de las cosas. Un sistema de entropía máxima es aquel que ha llegado a un punto máximo de degradación o de una temperatura uniforme, en el que ya ningún cambio sería posible. Por ejemplo, si la Materia se degrada de tal forma que se ha comprimido en un súper agujero negro no podría esperarse de este nuevo estado de la Materia un cambio, puesto que ya no estaría conformada por esas estructuras complejas que se relacionan entre sí, ni tendría sentido el concepto de trayectoria (Tiempo). Este comportamiento “entrópico” de la Materia en Movimiento no sabemos si se cumple bajo las mismas leyes en todo tiempo y lugar del Universo. La única manera de reversar este inexorable sería que el Universo tendiera hacia la temperatura 98 del “cero absoluto”, en la que cesaría la Entropía, mostrándose en su máximo orden o mínimo desorden; o que todo se llenara de la Vida. A una temperatura del “cero absoluto”, los átomos se pondrían en perfecto orden, sin movimiento, sin energía cinética y sin “entropía; seríamos el caso opuesto de los agujeros negros que detentan el mayor grado de entropía al convertirse toda su masa en Calor o energía no utilizable para trabajo, desapareciendo de él todo vestigio de energía gravitacional y energía nuclear, que son las energías de mayor desequilibrio y, por tanto, las menos entrópicas. Se diría entonces que la diferencia entre pasado y futuro es la Entropía, que es el virtuoso desorden produciéndose hoy (en todo momento) de manera irreversiblemente transformadora, que la flecha del Tiempo estaría condicionada por la flecha de la Entropía. Ergo, el Espacio-Tiempo en espiral logarítmica Heráclito de Éfeso nos dice que si no pudo haber un comienzo de la Materia no tendría por qué tener un final; años después Demócrito precisa que la no existencia de la Nada absoluta abrigaba la existencia de una “nada llena de vacío” (el vacío existe), avizorándose así cómo la Materia sería “eterna”, sin creador ni destructor. Hoy la ciencia no sólo empieza a dudar de su santo grial, esa supuesta ocurrencia de la creación del Universo a partir de un súper denso puntosingularidad colapsando en un supuesto big-bam, sino también del concepto de “Vacío” ¿estaría el Vacío lleno de materia oscura y de energía oscura?, del concepto de Tiempo y, en general, de la estructura, forma y figura del Universo. Con respecto a la estructura, se dispone de la evidencia experimental sobre la existencia de unas “partículas” sólidas (con masa) perceptibles sólo por la nanotecnología como las “ondaspartículas” o unidades de energía, Quanta, pero queda pendiente aún saber si se manifiestan empaquetadas (fotón, triquark) o no, ignorándose aún si el Universo es un Discreto o un Continuo. De ahí que para poder intuir la estructura, forma y figura del Universo hubo necesidad de confrontarnos con la meta-paradoja del Tiempo, que no es realidad tangible ni realidad intangible pero que el Hombre “no-puede-no” sentirse y existir con él. Y ante el Tiempo, para no perdernos en su túnel, hubo que recurrir a los desarrollos teóricos del “Espacio-Tiempo”. Incapaz de captar ciertas estructuras de la realidad material del Universo, el Hombre, además El Gran Concilio de modelar abstracciones como la de Dios, ha necesitado del concepto de Espacio-Tiempo para comprender cómo es la estructura y el contenido del Universo, permitiéndole abstraer el modelo teórico que nos configure la realidad natural, humana y cósmica; la realidad de la Materia en Movimiento. Es mediante el concepto de Espacio-Tiempo que podríamos abstraer la estructura y forma del Universo, producto de la concentración de partículas fundamentales que van y vienen, emergiendo y diluyéndose entre vibraciones de ondas por todas partes, conformando así los campos cuánticos y haciendo que la Materia sea Energía y la Energía sea Materia. Y este proceso se daría por la razón inversamente proporcional de a más lenta la vibración del Campo de energía, más densa es la Materia; en tanto que mientras más rápido vibra la Energía, más sutil sería el contenido de la Materia. Ya no vamos a tientas tratando de explicarnos el porqué y el cómo de las cosas de la realidad circundante, en cuanto contenido, forma, figura y manera de existir en el mundo. El Espacio-Tiempo es un modo fundamental de existencia de la Materia y una propiedad del Movimiento de ondas gravitacionales y electromagnéticas. Emerge en un presente como imagen sólida en forma de Holograma, yendo irreversiblemente de pasado a futuro, tal como la Entropía que no deja el desorden de su marcha ni regresa al orden anterior. Si el sentido de la flecha del “espacio-tiempo” es el mismo de la marcha de la Entropía, en qué quedaría la otra intuición de los “agujeros de gusano” por donde pudiese viajar alguien hacia el pasado. A partir del concepto de “espacio-tiempo” intuimos que la verdadera estructura y forma del Universo se equipara con túneles entre túneles cónicos en forma de hologramas en expansión, de un Todo propiciando las condiciones convenientes para que en su interior se desarrollen a su manera cada una de las partes. La suma de las partes no siempre da cuenta del Todo. Así, la Materia en Movimiento se expandiría en Campos, Ondas y vibraciones electromagnéticas y de sonido; en partículas, electrones, gravedad cuántica, gravedad cósmica y sonido, interfiriéndose, superponiéndose y mezclándose armónicamente en formas sólidas de espirales logarítmicas de la realidad espacio-temporal. Es decir, la forma del Universo se equipararía con el Campo curvo del Espacio-Tiempo, donde cada fenómeno de la realidad sería una espiral El Gran Concilio logarítmica formando a manera de matriushka el conjunto de las sucesivas espirales logarítmicas dentro de la espiral logarítmica del Todo. En la gran espiral logarítmica del Universo se acunan otras espirales diferentes entre sí por su forma, pero no en cuanto información, como la célula, la vida, las especies, la sociedad, la biosfera, el sistema solar, la galaxia y la nebulosa. Y ninguna es imagen y semejanza preformada del Universo. Esta metáfora de la matriushka no tomarla por como un caso de “preformismo”, sino que el prototipo de la forma de la Materia en Movimiento sería la de una Totalidad conformada por mucho más que la suma de sus partes. Somos espirales logarítmicas en el “espaciotiempo” cuántico y cósmico que sucesivamente nos expandimos dentro de las condiciones convenientes del Todo, tal cual las ondas concéntricas que se extienden, superponen y contienen unas a otras al tirar la piedra al agua. Si desagregáremos la Materia en infinitésimos, nos encontramos con los “átomos” en el umbral entre Materia y Energía; pero ya desagregada en “partículas”, estaríamos en los umbrales entre Energía y Luz, en los predios del irrompible paquete tripolar de los Quarks. Entonces, no inmunes al “factor risa”, decimos que no habría necesidad de ningún “big-bam”, desde el cual se insuflara o eclosionara la Materia; ni antes de todo eran las tinieblas, ni la nada; ni la masa fue infinitamente densa en un punto-singularidad, sino que tal vez primero fue el Todo, en forma de Luz. En la inmensidad y profundidad del Cosmos, la Luz es el modo fundamental más sutil de existencia de la Materia. Otros dirán que el modo más sublime de expresarse la Materia es la Energía; o que todo lo sólido se transforma en el aire; o que E= mc2. Esto se ha prestado a interpretaciones propias de arrebatos místicos, ¿energetismo de Oswald?, por quienes creen entrar en estado de alteración de la conciencia o que al eperimentar el umbral de la muerte dicen al sobrevivir que se dirigían plácidos por un túnel hacia una luz. Pero nada más material que esa descarga fisiológica de energía corporal producida una vez que expiramos. Y al aceptar esto, ¿será un desliz conceptual y conciencial? Somos fractales “discretos” de un Universo en el que su unidad fundamental es un corpúsculo de Luz. Y antes que la misma ciencia, el sentido común anticipándose a toda religión podría augurarle a todos los existentes: ¡De Luz venimos, en Luz nos transformamos! . 99 Una vez pudo emerger la Vida acá en la Tierra no tenía muy garantizada su permanencia y desarrollo, ya que las mismas condiciones que la hicieron posible también pudieron conspirar en su contra. Bien, el hecho es que hubo y habemus Vida. La Vida es el más épico de los poemas, todo un Canto General, además de ser el más complejo de los enigmas aún sin dilucidar. Si el ¡Canto General! de Neruda es una serie de sagas sobre toda la gesta de América, igual debe ser cantada así toda la gesta de la Vida, evocándola e invocándola en toda su majestuosidad. El Canto General de la Materia en Movimiento nos revela los comienzos de la historia del Mundo y su continuidad en la infinitud cósmica, desde que los núcleos y protones empezaron a transformarse en átomos pesados y moléculas simples, generándose luego las moléculas complejas y las biomoléculas que estructurarían la Célula o la Vida. Hoy sabemos mucho de la historia de la Vida, pero no nos ponemos de acuerdo al preguntarnos por su Arché, siendo que hace 2.500 años en Jonia una comunidad de filósofos ya se preocupaba por saber si era el Ápeiron, el Agua, el Aire, el Fuego o las Homeomerías. Es el Canto General sobre cómo la Vida ha venido organizándose progresivamente por azar, posibilidad o necesidad, transformándose de estructuras simples a estructuras más complejas, hasta incluirnos. 63 Entre las teorías sobre el origen de la Vida, una de de las más plausibles es la Biogénesis (Francisco Redi) que, contra la común creencia en la generación espontánea de la vida a partir de materia orgánica en descomposición, desde el siglo XVIII nos dice que “la vida sólo puede surgir de una vida preexistente”, reafirmada luego por Louis Pasteur (1822-1895) al demostrar que efectivamente “Omne vivum ex ovo”. Como esta teoría de la Biogénesis también implica la existencia de un antepasado común de todos los seres vivos, aún se le objeta el porqué entonces se presenta tanta variedad de organismos y, si la vida era originada por otro organismo vivo, cómo se originó la primera forma viviente. La respuesta sería que la Vida es beneficiaria del progresivo proceso de evolución química donde las moléculas inorgánicas terminaron transformándose en biomoléculas, las pioneras de la evolución de los vivientes. Si para surgir y resistir la Vida debió esperar la emergencia de su prerrequisito sine-quanum del H2O (Agua), entonces el arché de la Vida sería el OH (Alcohol). De ahí en adelante la Vida emprendería, por cuenta propia, su gran Gesta. Así, la Vida ha surgido de la materia inerte o de moléculas inorgánicas, en procesos graduales de millones de años y circunstancias convenientes, ¿abiogénesis?, y no es que la biogénesis no va más, sino que son teorías complementarias que desvirtúan la tal generación espontánea. REEVES, Hoover. La más bella historia del mundo; edit. Andrés Bello, Chile, 1998, págs. 17-63. Los límites de la Física se sitúan a temperaturas de 1032 grados (la “temperatura de Plank”), donde las partículas estarían sometidas a campos de gravedad tan demasiado fuertes que no sabríamos calcular sus propiedades. Canto General 103 En la constelación de la “Molécula” Dicen que hace quince mil millones años unas partículas llamadas Quark se combinarían de tres en tres “quarks”, 2 quark “down” y 1 quark “up” que produce “nucleones” de neutrón y de 2 quark “up” y 1 quark “down” que produce “nucleones” de electrón; que al bajar la temperatura a unos 10(12) grados63dichos “nucleones” serían afectados por la “fuerza nuclear” y se generaría otra partícula de “dos protones y dos neutrones” y que esta partícula pasaría a ser el “núcleo atómico del Helio”. Que luego, al bajar la temperatura muy por debajo de los 10(32)grados se presentaría la irrupción de “núcleos de Hidrógeno”, que más tarde se combinarían con los núcleos de He en una proporción de 75% núcleos de H y 25% núcleos de He, redundando esto en la aparición de la “fuerza electromagnética”requerida para situar en la órbita de los “núcleos” a los electrones, produciéndose entonces los átomos de Hidrógeno y Helio. Que después, el He se desencadenaría en reacciones nucleares donde 3He producirían el átomo de Carbono y 4He el átomo de Oxígeno. Ya con H, He, C y O se presentarían combinaciones entre ellos, constituyéndose en moléculas y atmósfera de metano y amoníaco, para millones de años después bajo el influjo de la “fuerza gravitacional” condensarse en masa de Astros, y en algunos se generarían Agua y Vida. Hoy ya sabemos cómo entre los Elementos sus átomos de cargas de electricidad contrarias, y bajo cierta fuerza de atracción, se atraen y combinan en compuestos para formar “moléculas”. Pero, átomos de igual carga que se rechazan, también pueden conformar moléculas de elementos, puesto que O2, F2 y S8 también son “moléculas”. Existen moléculas monoatómicas (Cu, Fe, Au, Ag), moléculas diatómicas (N2, F2, H2), moléculas tetra-atómicas (X4), moléculas octo-atómicas (Y8), moléculas poliatómicas (CO, H2O, HNO3). En la conformación de “moléculas” de un mismo elemento, ninguno de sus átomos pudo incurrir en la pérdida de alguno de sus electrones, ya que los otros átomos por pertenecer al mismo elemento también quieren replicar lo mismo, lo que redunda en que tengan que combinarse entre sí sin tener que desnaturalizarse desprendiéndose de alguno de sus electrones periféricos, sino que han tenido que compartir en préstamo y temporalmente esos electrones con los de otros átomos. Esto, porque entre los átomos se completan cada uno su incompleta estructura de electrones, así fuese al precio de tener que conformar “moléculas”. 104 Si nos fijamos en la punta de nuestro lápiz y sacamos de ahí un diminuto granito, veríamos cómo ese minúsculo grano está conformado por miles de millones de átomos de Carbono ordenados en capas (moléculas) con estructura hexagonal, capas que se apilan unas sobre otras sin enlazarse químicamente. Un átomo es más pequeño que 1/10.000 del tamaño de una bacteria. En las “moléculas” de compuestos, constituidas por dos o más clases distintas de átomos, cada uno de los átomos busca arreglárselas con la limitación de no poder completar su estructura dentro de su respectivo Elemento y, debido a que no existen esas cargas eléctricas contrarias que los unan entre sí, aprovechan la oportunidad de encontrarse con átomos de otros elementos que les facilitarán combinarse perdiendo y ganando electrones. Al producirse estas liberaciones y capturas, mientras que una clase de átomos pierde un electrón la otra lo gana, dotarían a los átomos de las cargas eléctricascontrariasrequeridasparaqueatrayéndose puedan combinarse y formar las “moléculas” de compuestos. Al chocar dos átomos puede ocurrir que se transfieran los electrones que le sobran a uno de ellos hacia el átomo que le faltan electrones; o también puede ocurrir que los dos átomos que chocanpermanezcanencontactoentresíyterminen compartiendo sus electrones. En uno y otro caso los átomos que chocan, en circunstancias ordinarias, permanecerán unidos; y esta combinación estable de átomos es conocida como “molécula”. Si aprendiéramos a diseñar la distribución atómica como lo hace la Naturaleza, podríamos establecer un inesperado e in-imaginado control sobre la Materia que nos rodea, o sobre nuestros cuerpos; ya que unos átomos puestos en orden de una manera componen aire, tierra y agua, y con otro diseño, los mismos átomos formarían una naranja. Esto es, siguiendo unas determinadas leyes los “elementos” (átomos) se combinan para formar “compuestos” (moléculas), con la particularidad de que las propiedades de los compuestos son distintas de las propiedades de los elementos que contienen. Nada permanece estable a escalas moleculares. Una molécula de oxígeno viaja por el aire a una velocidad de 1.700 kilómetros por segundo, y en un segundo choca 5 mil millones de veces con el resto de las moléculas. Con respecto al tamaño de una “molécula”, un cm3 de Gas es un conjunto inimaginablementegrandedemoléculas;laburbuja más pequeña observable en un vaso de cerveza contiene varios miles de moléculas. Canto General Cuando se combinan átomos diferentes para formar moléculas, las sustancias resultantes son llamadas “compuestos”, como el agua (H2O). Hay dos clases de compuestos, los Orgánicos y los Inorgánicos; los compuestos orgánicos tienen átomosdeCarbonoensuestructurayloscompuestos inorgánicos no tienen átomos de Carbono en sus estructuras. Se define a la “molécula” como la parte más pequeña de un compuesto que mantiene las propiedades de este compuesto y no la de los elementos que la conforman; o como la partícula más pequeña de una sustancia que mantiene las propiedades químicas específicas de dicha sustancia. Otra definición de la Molécula la describe como una partícula constituida por átomos que presentan la mínima cantidad de un cuerpo que puede existir en estado libre; la Molécula es una de las tantas formas que se da la Materia, en forma de dos o más átomos en enlace covalente. Una “molécula” puede estar conformada por dos, tres, cuatro, cinco y más átomos. Existen “moléculas” necesariamente conformadas por millones de átomos en contacto, como las largas cadenas de átomos de carbono que caracterizan las moléculas de las proteínas, de los ácidos nucleicos del cuerpo humano y de los tejidos vivos. También existen algunas moléculas elementales en la naturaleza formadas por sólo un átomo, como las de los gases Argón, el Helio y Xenón; la mayoría de las moléculas elementales están formadas por dos o más átomos, como el Oxígeno (O2), el Hidrógeno (H2), etc. La Molécula sería la partícula indivisible de cualquier compuesto, sustancia o cuerpo químico, siendo el nivel en el que se encuentra la primera y más importante característica que diferencia la materia viva de la materia inanimada. La materia viva está constituida por moléculas de complicada estructura (macromoléculas), como las proteínas (enzimas), que confieren propiedades nuevas capaces de explicar la manera de actuar propia de la Célula. Los organismos vivos son sistemas de moléculas encadenadas que pueden organizarse en estructuras tridimensionales, llevar a cabo sus reacciones químicas (metabolismo), almacenar las instrucciones de su propia reproducción, usar esa información para reproducirse a sí mismos y evolucionar a través de mutaciones, alteraciones en la duplicación del material genético, selección natural, azar, etc. Canto General La partitura de la “Vida” La Vida es simple contingencia en el largo proceso de la Materia en Movimiento. La Química no estudia sólo la Materia en estado inmutable y estático, sino en movimiento y desarrollo, demostrándose que las leyes generales de la química también son aplicables a los cuerpos orgánicos. Esto da al traste con la teoría que niega cualquier nexo entre la naturaleza viva y la naturaleza muerta, ya que la Naturaleza es Una. Los átomos que conforman las moléculas de la materia inerte son los mismos que constituyen las moléculas de la materia viva, sólo que mientras en la inorgánica (inerte) se unen en moléculas simples, en la viviente se constituyen en moléculas tan complejas como los genes, el ADN. el ARN, los aminoácidos, las proteínas, etc. La unidad básica de la materia viva es la Célula, pero el origen, desarrollo y progresión de la materia viva se debe en principio a la concurrencia de factores físicos y químicos, los que según sea el grado e intensidad de interacción y reacción serían los responsables del florecimiento de la vida viral, la vida bacterial, la vida celular, la vida vegetal, la vida animal, la vida humana y la Gaia. Según sea la estructura generada y adoptada por la célula en su aglutinación o conglomeración con determinada función, dicho agregado de células asumiría su función de conformar tejidos, órganos, cuerpos, “cuerpo y mundo” y “Ello-Yo-criptoYo”. La Vida es un hecho que, a pesar de ser tan evidente y cotidiano, aún no ha podido definirse, pero mientras se discute si la Vida es materia envuelta en energía o es energía con contenidos de materia, digamos que es uno de los fenómenos fundamentales del Cosmos, como quiera que a pesar de mostrase tan elemental o silvestre a nuestra simple vista, en realidad es de tal complejidad que es de las cosas escasas del Universo. Cuando hablamos de Vida tendemos a relacionarla con los cuerpos animados, olvidando que mucho antes de nosotros ella pudo emerger acá en la Tierra bajo la forma micro-orgánica de una “molécula en crecimiento” que cibernéticamente pudo auto-organizarse tomando, canalizando y metabolizando la energía de su entorno. En la Tierra se presentarían las condiciones para que, por sus especiales características, varios elementos químicos (inorgánicos) adquirieran el estatus de “protovida”. Las moléculas orgánicas no son más que el ensamble de los inorgánicos átomos de C, encadenados indistintamente con los inorgánicos átomos de O, H, N, P y S. Veamos: 105 Las estructuras de los seres vivientes se constituyen con base en compuestos orgánicos, por moléculas que haciendo uso de una especie de “memoria química”64 sucesivamente van transmitiendo “forma e información” a otras moléculas y se van reconociendo entre sí. Son moléculas con la característica que al ser conformadas por cuatro o más elementos siempre poseerán el extraordinario e importante átomo de Carbono, puesto que la plástica y versátil geometría del Carbono le permite relacionarse de múltiples maneras con los demás átomos, formando estables estructuras moleculares y largas cadenas orgánicas, además de su capacidad para conducir fluidamente electrones de un extremo a otro de dichas cadenas. Esta sería la base de la constitución de las redes nerviosas naturales y de las artificiales redes de comunicaciones. Esto es, en la Tierra las moléculas vivientes son producto del ensamble del átomo de C con otros átomos, siendo seis los átomos fundamentales en la estructuración de las moléculas, sobre las cuales reposa la fabricación de las células y de la vida misma, además de que sin la existencia del Hidrógeno (H) no pudo haberse iniciado ningún proceso de la Vida, ya que el H también funge de enlace o puente en la constitución del abecedario genético. De todos los 20 elementos más comunes presentes en nuestro sistema solar,65en la Tierra se encuentran en el mismo orden jerárquico descendiente de abundancia el H, el O, el C, el N, el S y el P. Los principales constituyentes químicos de la Vida en la Tierra son el ensamble de átomos que producen: “H y O”, Agua, o el compuesto con la función de servir de “solvente universal de la vida”; “C, H y O”, Carbohidratos, o el compuesto con la función de servir de “fuente de energía de la vida”; “C, H y O”, Grasas, o el compuesto con la función de servir de “almacén (depósito) de energía de la vida”; “C, N, H, O”, Metano, Amoníaco y cadenas de Aminoácidos; “C, H, O, N y P", ADP-ATP Adenosín fosfatos, o el compuesto con la función de servir de “transportadores de la energía de la vida”; “C, H, O, N y P”, ADN-ARN Ácidos nucleicos o compuestos cuya función es servir de “patrones para síntesis de proteínas”; 64 65 106 “C, H, O, N, P y S”, cadenas de aminoácidos, Proteínas, moléculas vivientes, la Célula, la Vida, o los compuestos con la función de “estructurar y facilitar las reacciones químicas para la aparición de la unidad fundamental de la vida y la vida misma” Las “moléculas orgánicas” fundamentales en la construcción de la Vida, o los cuatro grandes grupos de sustancias esenciales para la Vida (el cuarteto de la vida), son los “ácidos nucleicos”, los “carbohidratos”, los “lípidos” y las “proteínas”. Estos cuatro tipos de compuestos se organizan para formar las estructuras de una Célula. Compuestos más complejos que las moléculas ordinarias son las combinaciones químicas de grupos iguales de átomos encadenados en forma de unas macromoléculas conocidas como “macro polímeros”, entre los que se encuentran las celulosas, almidones, albúminas, plásticos o cauchos, cuya especial particularidad es servir de insumo (albúmina) para formar materia viva, esclarecer la esencia de los fenómenos de la vida y poder incidir en la dirección de los procesos vitales. Engels, Darwin, Asimov y Humberto Maturana, entre otros, afirman cómo fue de necesaria la produccióndeunamoléculaorgánica(biomolécula), la “proteína”, para que la Vida se hiciese posible. La molécula de “proteína” sería el producto de un proceso de reacciones encadenadas circularmente, que de manera auto-poiética (por sí mismo-hacer) generaría el sistema de una molécula orgánica con capacidaddetomardistanciaconrespectoalentorno y, de esta manera, procurarse autónomamente su estructura, auto sostenerse y auto generarse; es decir, la molécula orgánica de la “proteína” forma parte de un círculo virtuoso o proceso cibernético de auto producción y retroalimentación. Las moléculas orgánicas y la misma Célula existen muchos millones de años antes que la vida humana. Fue hace 4.500 millones de años que emergieron de la sopa química de nuestro Planeta las primeras bacterias, pero sólo en los últimos doscientos años pudo tenerse conocimiento sobre la “teoría de la célula”, la naturaleza de la división celular, la base celular de la reproducción, la teoría de la evolución, el hecho de que las bacterias y los virus son agentes transmisores de enfermedades, la Herencia (Mendel), la genética, etc. El mundo molecular es un mundo de “señales”, siendo su lenguaje la Química. En su orden de abundancia en el sistema solar: H, He, O, C, N, Si, Mg, Ne, S, Ar, Al, Fe, Ca, Na, Ni, P, Cr, Mn, K y Cl. Canto General Aún no se ha esclarecido el enigma de ¿Qué es la Vida?, ni hay respuesta definitiva, ya que son muchas las hipótesis y las teorías igualmente plausibles que una vez proclamadas lo que hacen es abrir mucho más el abanico de las preguntas sobre el concepto de la Vida. Se ha intentado definir la Vida desde la física, la química, la biología, la antropología y la filosofía, encontrándose que son definiciones bien distintas entre sí, y dentro del campo conceptual de cada una de estas ciencias también son múltiples las definiciones de la Vida. La paradoja de la Vida está en que al emerger ella y garantizar su permanencia en la Tierra sería el monstruosocaníbaldeaquelprocesodesurgimiento de la Vida a partir de las combinaciones de C, O, H, N, P y S, puesto que si hoy quisiéremos replicarlo combinando las mismas moléculas partícipes en la generación de la Vida ya nos han preavisado de que sería algo imposible porque las condiciones de varios miles de millones de años atrás no son las mismas de hoy, siendo que la misma Vida las consumiría sin darles oportunidad de proliferar ni evolucionar. “Hoy, los mismos seres vivos aniquilarían todo intento de aparición de una vida nueva… Apenas nacida la vida, ha quemado los puentes detrás de ella… En cierto modo, la vida contaminó la Tierra”66 Un denominador común para conciliar los intentos por definir la Vida desde las diferentes disciplinas sería el concepto de la“Termodinámica”, estableciendohastaquépuntolaVidaesunfenómeno físico-energético que sí está o no está en equilibrio termodinámico, está o no está resistiéndose al segundo principio de la Termodinámica; así como fenómeno químico y biológico se nos muestre como lo más complejo y organizado. Una definición de la Vida desde la biología nos retrotraería a la misma química, sobre todo cuando descubrimos que un “gen” por sí solo o totalmente aislado no es Vida propiamente dicha, sino algo esencialmente químico. Una definición ensayada desde la psicología nos mostraría que no somos una abstracción sino un “Ello-Yo-criptoYo”, presentándose otra discusión sobre el tipo de “Yo”, si es un “Yo” cerrado o abierto; discusión que en nuestro caso hemos querido saldar optando por un constructo abierto y formando parte integral de la comunidad humana, biótica y cósmica, el 66 “Ello-Yo-criptoYo”, lo que estaría en concordancia con una definición de la Vida a partir de todas las dimensiones (física, química, biología, psicología, filosofía) y con la concepción de que la Vida es uno de los frutos de la Materia en Movimiento o del largo proceso de evolución de la Materia. Con base en el axioma de que el tiempo es un presente, el filósofo alemán George Simmel (18581918) presenta uno de los conceptos de la “vida” que más se ha aproximado a la comprensión de la realidad de la “vida humana”. La vida es “más vida” y “más que vida”, puesto que es de su esencia el “trascender” de lo actual a aquello que no es su actualidad; es “más vida” porque arrastra hacia sí algo para convertirlo en su vida y es “más que vida” porque trasciende de sus propios contenidos a una actitud creadora en que lo producido no se subjetiva. Esto es, la vida es un modo de existencia que “no” reduce su realidad al momento “presente”, sino que es una continuidad en que el “pasado” existe realmente penetrando en el “presente”, y el “presente” existe realmente dilatándose en el “futuro”; no obstante, la vida vivida subjetivamente se siente como algo real en una extensión “temporal”, y, como el hombre se propone siempre un fin futuro, el “presente” de la vida consiste en que ésta “trasciende el presente”, ya que el “futuro” es un punto inmóvil separado del “presente”. Naturaleza material de la Vida La Vida, como todo el mundo restante, es de naturaleza material; no es más que una forma especial de existencia de la Materia, que se origina y destruye de acuerdo con determinadas leyes. Toda la historia de la ciencia de la vida nos muestra lo fecundo que es el camino en el estudio de la naturaleza viva sobre la base de la observación objetiva, de la experiencia y de la práctica social histórica; esto es, la Biología aún tiene mucho por hacer, como la más protagónica de las ciencias contemporáneas. A diario observamos que los seres vivos nacen de otros semejantes. El ser humano nace de otro ser humano, la ternera de una vaca, el polluelo sale del huevo puesto por una gallina, los peces nacen de las huevas puestas por otros peces análogos, las plantas salen de semillas que han madurado en plantas semejantes. Pero no siempre ha debido ser así. DE ROSNAY, Joel. La más bella historia del mundo; edit. Andrés Bello, Chile, 1998, pág. 87 Canto General 107 Nuestro Planeta, la Tierra, tiene un origen, tuvo que haberse formado en cierto período. ¿Cómo aparecieron en ella los primeros antepasados de todos los animales y de todas las plantas? En el intento de explicar el origen y la variedad de las especies, muchas grandes inteligencias, como la del sabio sueco Carlos Linneo (17071778), no encontraron otra salida que recurrir a las hipótesis creacionistas y la participación de las leyes divinas, como si las parejas de uno y otro sexo obedecieran al plan divino de la creación, ya que toda forma de vida sería sólo y sólo sí producto de la creación y, por tanto, serían realidades invariables en el transcurso de los tiempos. La idea del “desarrollo de la naturaleza viva” es sustentada en 1809 por el naturalista francés J. B. Lamarck (1744-1829) al cuestionar a Linneo y su hipótesis de que la Especie era de una invariabilidad absoluta en la Naturaleza, como si las especies biológicas fuesen eternas e inmutables. Una vez Lamarck se afirma en su idea del desarrollo biológico de especies mutables, precisa que el factor fundamental del proceso evolutivo son las condiciones del medio ambiente, en las que se encuentran las causas determinantes de los cambios de los organismos vivos; es decir, ¡La Epigénesis! Así, las circunstancias exteriores determinarían, pero no de manera exclusiva, la forma y la organización de los animales, la mutabilidad de las especies biológicas, la aparición de especies nuevas y su adaptación a las condiciones del medio ambiente en que viven. Además de la incidencia del medio sobre la formación de los organismos vivos, Lamarck considera que la herencia de los caracteres adquiridos también cumple su papel; sólo que interpretaba el proceso de desarrollo de la naturaleza viva como puramente cualitativo y desprovisto de saltos o interrupciones de la gradualidad. Y consideraría Lamarck que el recurrente uso de un órgano redundaría en su mayor desarrollo y perfección; que los cambios adquiridos por los organismos bajo el influjo exterior se fijan y transmiten por herencia a las generaciones siguientes; que en la propia naturaleza no habían especies estables delimitadas entre sí, sino que sólo existían formas de organismos en tránsito gradual y cuantitativo a otras formas. Pero el proceso de desarrollo de la Naturaleza viva empieza a hacerse más entendible con los grandes descubrimientos, a comienzos del segundo tercio del siglo XIX, de la Teoría Celular. En 1837, 108 el fisiólogo y embriólogo Checo Jan E. Purkinje (1787-1869), expone sus conclusiones acerca del descubrimiento de las células nerviosas y de las células ganglionares del cerebelo. Demuestra que la célula no era aquel espacio vacío rodeado de una membrana sólida, sino que contenía una sustancia primaria, el protoplasma, y explica que había se dabaunaevidenteunidadestructuraldelosanimales y los vegetales. El científico alemán Teodoro Schwan (18101882), después de arrojar su revolucionaria tesis de que “toda vida surge de la interrelación producida entre las fuerzas físicas y químicas comunes”, profundiza la idea de J. E. Purkinje al exponer de manera más amplia que, una vez estudiado el cartílago y la médula espinal de los animales, efectivamente formaban parte de una misma unidad el mundo animal y vegetal, puesto que había observado la estrecha correspondencia entre las células animales y las células de las plantas. Con base en estos estudios, la comunidad científica de la época concluiría que el crecimiento y desarrollo de los seres vivos se producía en coherencia con la identidad de las leyes desarrollo de las células animales y vegetales, y que la íntima relación existente entre uno y otro reino de la naturaleza orgánica obedecía al hecho de que existe un principio general de desarrollo para las más diversas partes elementales del organismo, y este principio es el de la formación de “células”. Neguentropía y Vida La Materia en Movimiento, como la Vida, se va abriendo paso transformando energía química en energía mecánica, en medio de procesos simultáneos de organización y desorganización, entre momentos cibernéticos y termodinámicos. Una respuesta a la manera evolutiva como surgiría la vida sobre la Tierra sigue provocando una maraña de hipótesis. El conocimiento de las leyes de la termodinámica nos permite esbozar respuestas con base en preguntas como ¿es la Tierra un sistema aislado, o no aislado y/o cerrado?, ¿es el Universo un sistema aislado?, ¿qué cantidad de energía recibe la Tierra y cuánta cede al ambiente?, ¿el Universo recibe o cede energía del ambiente que lo rodea constituido por el vacío absoluto? Según sea nuestra capacidad para encontrar respuestas a estas preguntas, las más difíciles que pueden hacerse, así será nuestra concepción sobre el origen de la vida en la Tierra, el origen y Canto General evolución de los vivientes, el origen del Hombre, el futuro de la Tierra y el futuro del Universo. Iñaki Gil de Sanvicente considera cómo en la naturaleza la aparición espontánea de estados estructurados se produce cuando se obliga a un sistema abierto, o capaz de intercambiar materia y energía con su entorno, a traspasar cierto punto crítico por un continuo aporte de materia o energía; cómo a medida que un sistema físico de estas características se aleja del equilibrio, la existencia de un solo estado se convierte en inestable; cómo cuando una o varias magnitudes alcanzan un valor crítico particular, dicho sistema “salta” de improviso a alguno de varios estados que pueden exhibir, o no, mayor organización; cómo la formación espontánea de estados más estructurados se relaciona con un pequeño número de grados de libertad llamados “grados de orden”; cómo estos parámetros de orden describen la cooperación global de los componentes del sistema, el cual origina el tipo de comportamiento dinámico autoorganizado; cómo los ensayos embriológicos realizados recientemente prueban, sin lugar a dudas, que no todos los cambios continuos son posibles en el desarrollo morfológico de los individuos; cómo existiría un umbral de alteraciones por encima del cual la configuración de una estructura biológica quedaría trastocada de manera brusca (catastrófica). Ahora, es en el mundo físico, químico, biológico, psíquico y conciencial de la Materia en Movimiento que el fenómeno de la “entropía” se manifiesta como desorden y no susceptible de reversarse, puesto que la flecha del Tiempo va hacia futuro a golpes de Entropía. No obstante, en los sistemas biológicos es frecuente encontrarnos con procesos de desorden tendiendo al orden, cuyo sentido es de “entropía negativa” (neguentropía). Como la Vida es producto de la lucha entre entropía y neguentropía, tendría que auscultarse hasta dónde dicha neguentropía no es más que el movimiento del pasajero que dentro del tren se desplaza en la dirección norte-sur, pero el tren marcha en la dirección entrópica sur-norte, lo que terminaría mostrándonos al pasajero dirigiéndose en la misma dirección sur-norte del tren. Quiérase o no, la “entropía” (degradación, muerte) necesariamente termina ganándole el pulso a la “neguentropía”. 67 “La ciencia que nos enseña lo que va a pasar estudiando lo que ya ha sucedido dejó de ser la “maestra de la vida”, necesitando convertirse en una ciencia esencialmente abierta a un futuro que no se sabe cómo se va a desarrollar… Todo el Universo tiene una historia, sigue una línea, marcha hacia delante. El Universo es un enorme proceso, que no ha llegado a término porque se perfecciona… El Universo es irreversible”67 El hecho de que pueda interpretarse que la segunda ley de la termodinámica admite de manera temporal la “neguentropía” (construcción de orden a partir del caos) se debe a que la Vida es considerada como un sistema abierto dentro de ese gran sistema cerrado que sería el Universo, y éste no podría disminuir su “entropía” No es fácil llegar a comprender el concepto de “Neguentropía”, mucho más cuando éste no se relaciona tanto con los conceptos de energía, temperatura, presión o calor, como sí con el concepto de “Información”. La Neguentropía está estrechamente relacionada con la Información de un determinado sistema, siendo que ella es la capacidad que tiene la Información de dar las claves para producir Trabajo y aumentar el orden del sistema, pero la Información a su vez depende del grado de complejidad y heterogeneidad del ordenamiento estructural del sistema que proviene, y a su vez este sistema requiere de disponer de las condiciones que le faciliten obtener grandes cantidades de energía libre. La “neguentropía” se manifiesta en forma de Información y Energía potencial. Si el aumento de “entropía” significa pérdida de Información, la captación de “neguentropía” del medio exterior (alrededores) es ganancia de Información. Del medio ambiente, el Sol es el que nos proporciona la mayor Información en forma de energía libre útil. En el caso de ir descendiendo la temperatura de un sistema, la cantidad de energía no aprovechable para trabajo podría empezar a aprovecharse, utilizándose plenamente una vez la temperatura llegare al cero absoluto, puesto que a la temperatura del cero absoluto la “entropía” sería cero; y en el supuesto caso de que el sistema fuera cerrado, una disminución de su temperatura no haría disminuir la “entropía”. La Vida es la expresión más familiar de Neguentropía. TEILHARD DE CHARDIN, Pierre; citado por Fernando Riaza, en Teilhard y el Trabajo, editorial ZYX, Madrid, 1967, pág. 30 Canto General 109 El proceso “anti-entrópico” de la Vida pudo haberse insinuado desde el mismo momento que del plasma ionizado inicial del Universo emergiera esa estructura ordenada del primer átomo de Hidrógeno; y una vez la biomolécula, se nos mostraría como una de las estructuras más ordenadas, complejas, heterogéneas, desequilibradas e inestables, poseedora de la mayor Información y, por tanto, de una entropía menor que la entropía cero. Los seres vivos, por ser los sistemas más abiertos de los sistemas posibles, son los únicos con capacidad de captar “neguentropía” al tiempo que atrapan, conservan, liberan e intercambian energía libre, haciéndose así posible su heterogéneo y complejo orden estructural. Entre estos sistemas, el más abierto, ordenado, estructurado, complejo, heterogéneo y organizado, como el de mayor capacidad de captar “neguentropía” es el “Ello-YocriptoYo”. Por el contrario, en un sistema cerrado no podría captarse “neguentropía”, ya que ésta depende de la posibilidad y capacidad del sistema de intercambiar energía con sus alrededores; y así como uno puede llenar los alrededores de entropía, no puede hacerlo con la “neguentropía”. La estructuración de orden sólo ocurre dentro del sistema mismo, al costo de generar mayor desorden entrópico en sus alrededores. A mayor ritmo de crecimiento de los organismos vivos, mayor captación de “neguentropía” del medio ambiente, que empezaría a recibir las grandes dosis de entropía expulsada desde el interior del sistema; siempre y cuando se dé la proporcionalidad de que es mayor la entropía eliminada dentro del sistema (out-put) que la entropía insuflada dentro del sistema (in-put) por el trabajo químico y mecánico. La Neguentropía se capta en el momento que los organismos cumplen con sus funciones de alimentación, respiración, reproducción, adaptación, asimilación, ¡educación!. La Neguentropía es una propiedad de los sistemas abiertos, pero entre éstos captan mayor “neguentropía” los organismos vivos, y entre éstos lo hace con mayor intensidad el “Ello-Yo-criptoYo”. El crecimiento en “intensión” del “Ello-Yo-criptoYo” es del tipo 2 + 2 = 5, tal como lo hacen todos los organismos vivos durante su crecimiento. La Información, la Comunicación y los sistemas compuestosheterogéneamentedeMateriayEnergía 68 110 se estructuran y organizan merced a la captación de “neguentropía” del medio ambiente; es decir, la capacidad que da la Información para producir Trabajo y aumentar el orden del sistema sólo es posible en la medida que se dan las condiciones de captar orden del medio exterior. En el ciclo de la vida, y la vida es un evento energético, todo ser viviente (monera, hongo, protisto, planta o animal) para crecer y moverse tiene necesidad de energía noble, la que termina degradándose en energía térmica para luego ésta ser dispersada en el ambiente circundante. De ahí que la energía noble, tan utilizada por todos lo vivientes, necesite regenerarse. El motor de esta regeneración es un proceso representado por las plantas con su función clorofílica, que fijan en su interior parte de la energía recibida de los rayos del sol, acumulándola en forma de energía química, la que es consumida para su crecimiento; luego los animales herbívoros toman de las plantas la energía necesaria para vivir, y a su vez serán alimento para los animales carnívoros. Por tanto, la energía solar es la que alimenta el motor de la vida sobre la tierra. “En cualquier caso, en el marco del presente ciclo la naturaleza es capaz de dispensar a la Tierra y a sus huéspedes, durante un futuro aún prolongado, todo cuanto sirve para renovar los ciclos del movimiento y de la vida. A menos que el hombre, poniendo los frutos de su conocimiento al servicio de una estúpida presunción, decida él mismo borrar la vida de este grano de polvo inmerso en la infinidad del espacio”68 La virtuosidad del fenómeno de la Vida se explicaría, entre otras, por el carácter autorregulador de la “neguentropía” (cibernético); pero un desconocimiento de la ley de la conservación y transformación de la energía consistente en la indestructibilidad cuantitativa y cualitativa del movimiento, y de que el movimiento no puede existir plasmado en una sola forma, puesto que nunca cesará de transformarse de una forma a otra, podría llevarnos a renegar de la “entropía”, creyendo que la virtuosa complejidad creciente de la evolución de la Vida se debería exclusivamente a la “neguentropía”. Ante la inexorabilidad de la “entropía”, de una energía que se transforma y se degrada (Entropía) hacia un equilibrio termodinámico del Universo, debe resaltarse la función excepcional de esos núcleos de organización que son la Vida, que por SILVESTRINE, Vittorio. Qué es la entropía; edit. Norma, Bogotá, 2000, pág. 138 Canto General su capacidad de integrar estructuras ordenadas puede acumular “neguentropía” en forma de energía potencial y de información. Esto ha hecho decir a algunos que la Vida es la gran excepción del Universo, el gran bien que vale la pena vivir, puesto que en la infinitud del Cosmos la Tierra es la única partícula que ha podido acumular de la manera más ordenada posible esa “neguentropía” que es la Vida. Los sistemas organizados como la Vida irían temporalmente en contravía de esa gran tendencia de la marcha del Universo que es la “entropía”, lo que paradójicamente sería confirmado por la segunda ley de la termodinámica, en el sentido de que dicha ley admite ordenamientos transitorios o temporales de acumulación de orden como la “neguentropía” de la Vida, ya que esto sería compensado por las mayores acumulaciones de “entropía” generadas por la Vida en sus alrededores. Una Célula, por ejemplo, es un sistema abierto que se comporta en desequilibrio “termodinámico” con capacidad de mantener un estado estacionario, en el sentido que funciona como un sistema isotérmico que captura la energía libre de sus alrededores, procesándola, conservándola y liberándola, de tal manera que disminuye su propia “entropía” aumentando la de su entorno. Cualquier organismo vivo tiende a producir la mayor cantidad posible de Trabajo utilizando el menor consumo posible de Energía, es decir, la Vida tiende a economizar energía, atrapándola, procesándola y liberándola, pero ante todo ahorrándola; y busca sus toques de orden al darse sus estructuras, puesto que nada más ordenado que una estructura. Origen de la Vida en la Tierra “No saber nada de lo ocurrido antes de nuestro nacimiento, es seguir siendo por siempre niños” Cicerón. A partir de los conceptos fundamentales de Materia, Movimiento, Espacio, Tiempo y EspacioTiempo, podemos explicarnos un Universo que eclosionaría hace quince mil millones de años en forma de una gran espiral logarítmica; un sistema solar conformándose desde hace cinco mil millones de años, según las leyes reguladoras del 69 comportamiento de las fuerzas y las partículas, como las fuerzas gravitatorias, electromagnéticas y nucleares (fuerte y débil); unas teorías fundamentales como la relatividad (restringida y general), la cuántica y la termodinámica; el establecimiento de la relación dialéctica entre Materia y Energía y la constatación de cómo la fuerza gravitatoria deforma la trama del espaciotiempo en la descomunal escala del cosmos. Ahora, nada más pertinente que entrar a preguntarnos “cuándo”, “dónde” y “cómo” apareció la Vida acá en la Tierra. De considerar descartada cualquier posibilidad “creacionista”, no queda esclarecido ni mucho menos cancelado el debate sobre el origen de la Vida, ya que corresponde ver entonces si desde su origen la Vida siempre se ha manifestado mediante procesos organizados (organismos) portadores de la molécula ADN que han evolucionado hasta el homo sapiens sapiens; o si ha sido el fruto de la “generación espontánea”por la cual los organismos vivosemergeríanabruptamentedeotroscompuestos orgánicos (materia orgánica); o si es efecto de la “migración” de formas de vida errabundas por el cosmos; o si ha sido producto de la materia inerte transformándose en moléculas de aminoácidos y compuestos orgánicos; o si ha sido tan sólo un asunto del azar, entre otras hipótesis. Una explicación plausible sobre el origen de la Vida en la Tierra no podría pasar por alto observaciones sobre los extremófilos o cómo los organismos nos han podido medrar en los ambientes más insólitos y extremos, tanto a temperaturas por encima del punto de ebullición como por debajo del punto de congelamiento; cómo la Energía por sí sola no ha podido mantener una biogénesis, ni la química por sí sola podría explicar el proceso de la Vida; cómo se delimita la frontera entre la Química y la Vida, ya que todo lo que nos rodea, tocamos y olemos es básicamente químico, pero todos los organismos conocidos se basan en el ADN; no procedería, por tanto, establecer diferencias tajantes entre la Naturaleza y la Química.69 Este problema del “Origen de la Vida” en la Tierra se presta para la desbordada especulación, como si el límite fuese la imaginación, ya que es igual de probable su exclusiva emergencia acá en la Tierra o ser un legado del espacio sideral. La Naturaleza está conformada casi toda por los 90 Elementos básicos y cada una de las cosas tendría que ver con alguno de los 20 millones de compuestos químicos en que se han combinado dichos Elementos. Canto General 111 El Origen de la Vida es un fenómeno natural que acá en la Tierra pudo darse de manera gradual, o por causalidad, o por casualidad, como también es altamente probable que nos viniese de afuera. Si desde un tiempo muy anterior a la formación del PlanetaTierra deambulan por la infinitud del Cosmos millones de trillones de meteoritos impregnados de “aminoácidos”, “proteínas” y “bacterias”, es altamenteprobablequehayancaídoenunainfinitud de planetas con las condiciones propicias para fertilizar procesos de Vida, los que luego en nuestra Tierra evolucionarían hacia la vida humana. Tampoco la Vida no ha emergido para perdurar eternamente,yaqueentodomomentoestamosante el riesgo de ser alcanzados por las interestelares ondas radiactivas, las que a su paso han venido acabando y esterilizando en todo lugar algunos vestigios de Vida, sin descartarse que una de dichas ondas podría esterilizar de un tajo a toda la Vida. Entre las hipótesis o teorías más plausibles sobre el Origen de la Vida en la Tierra se han publicado con relativo éxito la “teoría de la “sopa química” (Oparin); la teoría de los “extremófilos”, de la vida emergiendo de las condiciones extremas de las altas temperaturas propia de los fluidos volcánicos o de las profundidades del mar; la teoría “panspérmica” de los microorganismos caídos del espacio estelar. Unas según cierto gradualismo de causalidades físico-químicas;otrassegúncasualidadesdesucesos aleatorios. Entre las teorías de que la Vida nos ha caído de los cielos,70dejando en igualdad de condiciones a la vida extraterrestre71y terrestre, vale tener presente que la mayoría de los meteoritos que caen sobre la Tierra provendrían de Marte, tal vez expulsados por rebote una vez el Planeta rojo fue chocado por cometas, portando agua congelada, aminoácidos y bacterias congeladas. Con respecto a las teorías que explican el surgimiento de la Vida en la corteza terrestre, son igual de plausibles la de las moléculas orgánicas simples que lograrían sintetizarse al recibir tormentas eléctricas, provenientes de los rayos del sol, como la que nos habla de combinaciones en seco entre los elementos Fe, S, Piritas genéticas y otros elementos yacentes en las arcillas genéticas, sin necesidad de la presencia del agua. 70 71 72 112 Sobre la teoría gradualista de la Vida emergiendo en la misma corteza terrestre, merced a la combinación de los elementos C, H, O, N, S y P, no olvidemos que en las mismas nubes estelares atómicas y radiactivas ya viene el carbono, el hidrógeno, el nitrógeno, el oxígeno y la silicona, entre otros elementos y compuestos. También es altamente probable que la Vida sólo pudo provenir de otra vida que ya existe, pero igual de probable es que el “mundo viviente” pudo constituirse a partir de la materia inerte de los átomos de carbono, oxígeno, hidrógeno y nitrógeno, con la participación eventual de otros átomos de azufre, fósforo y potasio. De la estructuración de estos átomos en moléculas encadenadas de aminoácidos, nucleótidos y azúcares, surgirían las Proteínas, el ADN, la Célula y la Vida organizada, en principio la vegetal, como si la inteligencia de la materia inerte y viviente fuese una sola y la misma, una inteligencia colectiva. “90% del cuerpo (biomasa) de un vegetal es carbono, hidrógeno y oxígeno tomados del aire por fotosíntesis (sol y atmósfera); la fotosíntesis ecuatorial es la mayor del mundo, con exhuberancia de selvas hechas con atmósfera y sol, y esta es la clave de la vida (riqueza) vegetal, e indica la vocación ideal ecuatorial; el árbol ecuatorial crece 5 veces más rápido. El 98% de cualquier planta es energía solar vuelta materia; las plantas se nutren de manera autótrofa, utilizando la energía solar y el agua y las sales minerales del suelo para sintetizar materia orgánica”72 El origen de la Vida es un secreto tan bien guardado que para escudriñarlo con algún grado de certeza tendríamos que infiltrarnos en la logia de sus fundadores, aquellos que 4.500 millones de años atrás emergerían como nuestros primeros antepasados, las Bacterias. Parece que hace unos 2.500 millones de años atrás, éstas empezarían a conspirar en sectas de a cuatro bacterias, poniéndose de acuerdo en conformar el consorcio o truts (unión temporal) de la primera célula vegetal. Y ésta pudo sobrevivir sintetizando la energía del Sol, pero aún nosotros los animales no hemos podido descubrir el secreto de vivir del aire, necesitando consumir materia orgánica para sobrevivir. En las tierras desérticas de Chihuahua (México) se han encontrado primitivas Bacterias calcinadas y fosilizadas, las que también son motivo de estudio en la Antártida. Este concepto de vida extraterrestre es muy relativo, en el sentido de que todo en la Tierra ha venido de los cielos, es decir, nada más extraterrestre que lo terrestre. FORERO BÁEZ, Roberto. Agricultura ecológica ecuatorial; Revista Soluciones Agrarias nº 1, Bogotá, 2004 Canto General ¿Geología de la Vida o Vida de la Geología? Según sea la concepción que se tenga sobre el “Movimiento”, y según se asuma la química y la física, así será la concepción sobre la Vida. Sobre esto ya se han reseñado ejemplos, como el de W. F. Ostwald y su teoría basada en el supuesto de que la Energía existe “por sí misma”, poseyendo elasticidad y trasladándose a través del vacío absoluto sin un portador material que la contenga, permitiéndonos desplazarnos de un lugar a otro. No se descartan del todo teorías sobre el origen de la Vida acá en la Tierra como la posibilidad de que la vida en la Tierra se debería a la visita de cuerpos estelares portadores de vida. Recordemos que esta misma idea la tuvieron Empédocles de Agrigento (-484-424) con la vida provocada por la caída de un león del cielo; Anaxágoras (-500428) con la vida a partir de unas semillas fértiles llegadas del espacio infinito a través del agua lluvia; Avicena (980-1037) con la vida producto de la caída del cielo de una vaca durante una tormenta; o la teoría de la “panspermia” cósmica, expuesta oficialmente en 1865 por el médico alemán H. E. Richter, de los gérmenes que se encuentran viajando dispersamente por el Universo, los que pueden llegar a depositarse en los planetas en movimiento. Aunque ya en 1821 el científio francés Sales Guyon de Montlivault exponía su teoría de los “cosmozoarios” consistente en que de la Luna llegaron las primeras semillas para la Vida en la Tierra; y en 1834 J. J. Berzelius insinuaba que en ciertos meteoritos se podían encontrar compuestos de carbono “caídos del cielo”. Hoy se siguen estudiando los meteoritos en búsqueda de indicios de vida, y se ha encontrado en ellos esporos de bacterias y bacterias vivas, idénticas a las formas que hay en la Tierra, pero no podría descartarse que podrían ser casos parecidos a los de la supuesta “generación espontánea” de la vida, a reseñar más adelante, o simples contaminaciones con las bacterias terrestres. Esto nos llevaría a tener que preguntarnos inmediatamente en qué momento la sucesiva presencia de tan ilustres visitantes pudo encontrar agua en la superficie de la Tierra, puesto que es impensable la vida en la Tierra sin la disponibilidad del agua. Al preguntarse sobre la sustancia vital provocadora de la vida en la Tierra, de verdad que no es fácil pensar una respuesta olvidándose del “agua” (Thales de Mileto). En 1904 René Quinton sostenía que, al observar que en el interior de todo ser vivo se encontraba algún líquido, todos los seres vivos provenían del agua marina. “Quinton considera que el mar tenía antiguamente una concentración en sales de ocho a nueve por mil con temperatura de unos 44º C., condiciones aproximadamente semejantes a las del protoplasma de los animales superiores. Así las especies que dejaron de ser marinas en un principio, conservaron una concentración en sales semejante a la que tenían en tiempos de vida marina.”73 También la Vida pudo no originarse de la materia inerte, existiendo por siempre en la Tierra, incluso cuando ésta era masa fundida, lo que llevaría a pensar en que, así fuese masa líquida en ignición, la Tierra sería como un solo organismo, cuya vida se manifestaría por el Movimiento de su Sustancia (Movimiento Vida). Pudo ser que al enfriarse la Tierra las partes que se solidificaron constituirían la materia inerte y las que se conservaron en estado líquido o gaseoso adquirirían el aspecto del “protoplasma” de hoy. Con la teoría del químico sueco Svante Arrhenius (1907) se quiso zanjar el asunto con su hipótesis extrema de que la vida era eterna; que la vida siempre habría existido migrando a través del espacio, en forma de esporas que escapaban al azar de la atmósfera de un planeta y luego eran impulsadas a través del espacio por la presión de la luz procedente del sol, colonizando así nuevos planetas. Pero esta interesante hipótesis de la presión de la luz como una fuerza impulsora, ya predicha por Maxwell, y pudiendo existir en algún lugar esporas resistentes a las radiaciones ultravioletas del espacio cósmico, sería derrotada por sucesivas investigaciones donde las esporas constituidas por proteínas y ácido nucleico no soportaron estos rayos, muriendo en el acto. “Svante Arrhenius piensa que los seres vivos no pueden ser transportados en los meteoritos puesto que éstos, como se sabe, llegan a la Tierra en estado incandescente porque, según Lockyer, atraviesan la atmósfera a una velocidad de 40 a 60 Km./seg., lo que se ha calculado que puede elevar su temperatura hasta 6.000ºC., provocándose así la destrucción de la materia viva”74 73 SORIANO, Lleras Andrés; Elementos de Biología, Universidad Nacional, Bogotá, 2ª edic., 1950, pág.50 74 Ibíd., pág. 54 Canto General 113 Si en todo momento podemos ver cómo en nuestro Planeta laVida está representada por la gran variedad de organismos, cualquier estudio de laVida no debería enfocarse sólo a partir de organismos aislados, a la luz de las leyes biológicas (leyes de la vida), sino también a la luz del estudio de los procesos que darían lugar a su origen; es decir, la aparición de la Vida y su consecuente evolución necesita explicarse, además de las leyes biológicas, a la luz de las leyes físico-químicas. Todo esto, porque la materia inorgánica y la materia orgánica son una sola y la misma Materia en Movimiento. Ir en la búsqueda de una relación entre la Geología y la Vida no significa que estemos negando la biogénesis de la Vida o que la Vida no sea producto de un largo, lento e intenso proceso de “quimio-bio-génesis” en desarrollo, cosa esta que sí negaría George Cuvier (1769-1832) cuando en 1821 publicara la absurda teoría de los cambios repentinosproducidosporloscataclismos,negando el desarrollo en la naturaleza y la propia idea del desarrollo al considerar que en la Tierra se contarían tantas eras geológicas como cataclismos hubiesen ocurrido en su superficie. En el Fausto, de Johan Wolfgang Goethe (17491832), encontramos una oposición a la teoría de los “cataclismos” que pretendía explicar el desarrollo de la Tierra y de la Naturaleza viva mediante acontecimientos fortuitos que no respondían a ninguna causa y que, por tanto, modificaban periódicamente el globo terrestre quebrantando así los nexos reales entre las diferentes fases de la vida en la Tierra. La Naturaleza se debía, según Goethe, a sus propias leyes que explican la vinculación íntima entre todos los procesos terrestres, ya que “no hay por qué dividir la naturaleza en cáscara y almendra, ya que toda ella es indivisible” Pero una teoría como la del meteorito que en pleno auge de la era cretácica hace 65 millones de años nos impactara, probablemente en lo que hoy conocemos como el golfo de México, desatando huracanesymega-tsunamisdeterroríficasyrasantes ondas expansivas arrasando toda la circunferencia superficial de nuestro Planeta, no estaría en la de los cataclismos, ya que no extinguió toda la Vida en el Planeta, sino a una que otra especie viviente, en particular a los Dinosaurios. 75 76 114 De haber tenido la poderosa fuerza mecánica ondulatoria desatada por el impacto un efecto Radiactivo, sí estaríamos hablando del cataclismo que acabaría con todo vestigio de vida, pero a pesar de lo súbito de la catástrofe la inteligencia animal sí pudo adaptarse a las nuevas condiciones, hasta el punto de que la vida ha seguido evolucionando en nuevas especies como la humana. No estamos blindados ante las catástrofes que nos caigan de los cielos, ni es mucho lo que podamos hacer de repetirse un evento que altere y recomponga todo el mapa de la geografía animal, pero sí podríamos ser previdentes y providentes para no correr la misma suerte de los Dinosaurios supervivientes que terminaron pereciendo de física hambre, puesto que el polvo terráqueo cubriría por mucho tiempo nuestra atmósfera, impidiendo así el paso de los rayos de sol, provocando el marchitamiento de los bosques y cortando de tajo el ciclo natural de la cadena alimenticia.75 Mientras no se presenten otras evidencias, son igualmente plausibles otras versiones como las cuatro grandes extinciones sufridas por la Tierra en sus 5.000 millones de años de existencia, siendo la de los Dinosaurios la quinta de ellas y tocándole a los humanoides testimoniar otras extinciones menores como las provocadas por las glaciaciones, o algún otro meteorito, u otra contingencia. Los científicos estudian entre otras causas aquellas que responsabilizan de las extinciones a los cambios del eje magnético de la Tierra, con sus respectivas variaciones catastróficas de la geología y de los climas, o a ciertos virus, enfermedades y/o hambrunas, o a cierta degradación y degeneración esterilizante76de la capacidad de procrear, la que también pudo afectar a los grandes Saurios no mamíferos haciéndolos entrar en el mismo estado endémico de infertilidad que extinguiría su respectiva línea genética, y sin ninguna posibilidad de recurrir a la tan “mal comprendida” clonación. No obstante, y esto es lo más dramático, ahora nos preocupamos porque la gran sexta extinción no sea la provocada, por primera y única vez, por la misma especie humana. En la estrecha relación entre la geología y la vida se resalta que además de la Vida tener que ver con las sustancias inorgánicas y orgánicas, con seres Se tienen evidencias de grandes extinciones debidas a la fracturación de los continentes (Pan-gea) hace 420 y 200 millones de años, y también se ha comprobado que en muchas de las grandes catástrofes los mayores sobrevivientes han sido los animales, como en el reciente Tsunami del mar indochino que produjo la muerte de 300.000 humanos, mientras que no se tuvo noticia de un solo animal marino o terrestre que hubiera muerto en dicha catástrofe. Motivo de alarma tiene que ser al actual descenso de la tasa de fertilidad de la humanidad. Canto General inertes que no tienen ni han tenido vida y, por supuesto, con seres que poseen la propiedad de la vida, también es procedente ver en qué sentido la geología y la vida han podido retroalimentarse. Tanto los seres vivos como los inertes son Materia constituida de átomos y moléculas, de moléculas formadas por elementos químicos (inertes) como carbono, nitrógeno, hidrógeno, oxígeno, hierro y calcio, cuyo comportamiento puede explicarse con base en ciertas leyes físicas y químicas que afectan lo mismo a un ser vivo que a uno inerte, además de que las reacciones energéticas fundamentales de los procesos químicos se explican por igual en los organismos vivos y en la materia inerte. Las sustancias inorgánicas no están vivas, pero forman parte de los seres vivos y los procesos vitales; las aguas y las sales minerales son inorgánicas pero nutrientes de la vida vegetal y animal. Y si en la Tierra desde hace 4.500 millones de años se da la estrecha relación entre la Vida y la Geología, donde los protozoos (bacterias primitivas) aprendieron a alimentarse de minerales, porqué considerar éstos como materia inerte, siendo que son alimento de la Vida; si han sido los incontables mega trillones de bacterias las que a través de los tiempos se han ido precipitando, fosilizando y acumulando junto a iguales cantidades de excrementos y fósiles crustáceos en forma de rocas, porqué no considerar las rocas como materia viva. Si la Tierra va rauda por el Cosmos a más de 100.000 Km./h, nave y hogar de todos que nos lleva como formas más o menos organizadas y complejas de Vida, por qué la Vida no podría ser Geología; si la Geología se la pasa atrapando, liberando y conservando energía, porqué la Geología no podría ser Vida. De darse en todo lugar del Cosmos la estrecha relación entre Vida y Geología observada en la Tierra, lo que ha llevado a los científicos a concluir que significa lo mismo expresar que “la Geología es un proceso biológico” y que “la Vida es un proceso geológico”, nos llevaría a reflexionar que si los entes inorgánicos y los entes orgánicos están conformados por las mismas partículas, porqué entonces seguimos hablando de materia inerte y de materia viva, cuando en últimas todo puede verse como la Materia en Movimiento. Ahora, si la “evolución del Hombre es un caso especial de la evolución de las especies, ¿la evolución de las especies es un caso especial de la evolución geológica de la Tierra?, ¿la Tierra es un caso especial de la evolución del sistema solar?, ¿el sistema solar es un caso especial de la evolución de la Galaxia? Canto General La Vida es polvo estelar Hoy tenemos evidencias de la Vida como producto de unos aminoácidos, a la par formando parte de ciertas proteínas como prerrequisito sinequanum de generación de la Vida; como viajera invitada del polvo cósmico, a pesar de la misma Tierra, donde ésta tan sólo sería otro vertedero más de esa infinidad de meteoritos. Si por el Cosmos van los raudos Cometas en apacible marcha a más de 130.000 Km./h llevando en sus entrañas las condiciones para la Vida, como energía y esperma cósmico, incluso a la vida misma en forma de rocas de agua congelada, biomoléculas, etc., y si la Vida es Materia en Movimiento, qué duda entonces de que somos polvo de estrellas. Si a las extremas temperaturas, que en el Cosmos son mínimas y máximas, la vida ha supervivido y conservado la competencia para desarrollarse, queda en entredicho si sólo con las condiciones químicas de los entornos es suficiente condición para que emerja la vida. Y si la química es condición imprescindible de la vida, ¿acaso los elementos químicos no son polvo estelar? Hay quienes piensan que el próximo gran hito de “especiación” se tendría que dar en algún ambiente extraterrestre, lo que es plausible, pero ¿qué pasaría si el Movimiento, por ejemplo, produce un pequeño y gradual cambio en la inclinación del eje de la Tierra?, modificando significativamente su trayectoria y respectivas velocidades de precesión, rotación y traslación, estableciendo otro tipo de comunión con el Sol. Al recibirse otras cantidades, intensidades y cualidades de la nutrientes luz, se alterararían ni más ni menos nuestros regímenes de Ingestión, Absorción, Fotosíntesis y Fagocitosis, implicando cierto tipo de mutaciones. Esto es, sería como si la especie hubiese emigrado a otro Planeta, encontrando otras condiciones eco-ambientales, pero siguiendo acá en la Tierra, permitiendo nuevos e interminables procesos de “especiación”. Ya se están aislando genes para alterarlos, incluso seleccionando genes (eugenética) de ciertos organismos vivos para insertarlos en otros, aunque aún no se han podido insertar genes en las células de seres vivientes, pero a partir de las células embrionarias madres tomadas de nuestro cordón umbilical se han podido activar procesos de regeneración de tejidos y órganos de seres vivos, y ni para qué hablar de las potencialidades de la clonación. De una u otra manera, serían como procesos de “especiación” adelantados acá en la Tierra. 115 El momento Biomolecular de la “Vida” El peso de la Célula, que es la unidad más completa y eficiente de la Vida, está constituido en un 70% por una sustancia química, el Agua H2O. Y, El Agua es determinante en la Vida y en las cuatro grandes familias de moléculas orgánicas: Carbohidratos (Glúcidos), Lípidos, Aminoácidos y Ácidos nucleicos (Nucleótidos). Los Carbohidratos son azúcares con la función de ser fuente de energía y conformar la estructura de las células; los Lípidos son insolubles en agua y tienen la función, además de proporcionar energía al organismo, de formar las membranas celulares; los Aminoácidos son unidades básicas con la función de componer las Proteínas que, además de estructurar las células, cumplen el servicio de ser nutrientes y reserva; los Ácidos nucleicos, ADN y ARN, están formados por cadenas de nucleótidos y son los responsables de la información genética. Esto es, algunos biocompuestos orgánicos como los Carbohidratos y los lípidos funcionan como los almacenes energéticos requeridos para los trabajos de la Vida; otros, como los Aminoácidos, cimientan la competencia de los organismos para reconstituir permanentemente esos compuestos nitrogenados que tanto necesitan consumir para poder vivir, las Proteínas. Pero, la Vida no pudo darse de no contar con el aporte de los “biocompuestos inorgánicos” como el Agua, las sales minerales y las vitaminas, que también fungen de ser representativas de la Vida. El Agua refrigera el trabajo de los organismos vivos y disuelve los compuestos orgánicos; las sales minerales se ocupan de regular el equilibrio entre las bases y los ácidos, fortalecer el aparato óseo, formar glóbulos rojos y conformar los tejidos; las vitaminas se ocupan del crecimiento, fortalecimiento y desarrollo de los productos de la célula como tejidos, órganos y cuerpos. Los procesos de la formación de las proteínas, coacervados y “cobiones” son el punto de partida de la producción de la Vida, generada ésta tras extensos e intensos procesos simultáneos de interacciones físico-químicas y biológicas; pero no podríamos pensar que ello aparecería de la nada, sino debido a la pre-existencia de otras sustancias básicas y fundamentales en la formación de la Vida que, siendo químicas, podríamos llamarlas “bioelementos primarios” (H, O, C, N, S y P) y “bioelementos secundarios” (Na, Cl, K, Mg, Fe, Y). Y estos “bioelementos” se combinarían para conformar “biocompuestos” orgánicos e inorgánicos. 116 Bioquímica, Biogénesis y Teorías de la Vida Entre la quimiogénesis de la vida y la biogénesis de la Vida se encuentran múltiples versiones del proceso de desarrollo de la Vida, igual de interesantes y unas más plausibles que otras. A veces olvidamos que la Vida es producto de la Materia en Movimiento; que la Vida es miles de millones de años anterior al Hombre; que es el Hombre quien depende de la Vida y no la Vida del Hombre; que la Vida no es un atributo de los seres orgánicos, sino de un holismo inorgánicoorgánico como el cuerpo vivo que es nuestro planeta Tierra; que el Hombre no es tan poderoso como para destruir totalmente la Vida, pero sí lo suficiente para autodestruirse él mismo; que la Vida no es una cosa sino un proceso; que la Vida es la que impone sus reglas al juego de la evolución; que en la medida que nuestra perturbación del proceso de la Vida sea irreversible, entonces la Vida podría prescindir de nosotros, pero nosotros nunca podríamos prescindir de la Vida; que producto de nuestra ignorancia y desquicie afectamos tanto el equilibrio del cuerpo vivo planetario que lo que estaría ad portas de la extinción no es la Tierra (Gaia) sino el Hombre mismo, y tan sólo él, ya que después de la extinción del proyecto humano quedarían vivas otras especies, y en caso de también extinguirse éstas quedaría la Vida del complejo entramado de micro-organismos con la capacidad de reiniciar a su manera los respectivos procesos de evolución y especiación, que por supuesto no sería una evolución hacia la re-aparición del Hombre. Por ejemplo, la desaparición de la capa de ozono no es una amenaza para la Vida, sino para la supervivencia de aquellas especies que afectadas directamente por los rayos ultravioleta adquirirían enfermedades degenerativas e irreversibles, en particular la especie humana. La Tierra no necesita quenosotroslasalvemos;nosotrosmismosseríamos los llamados a auto salvarnos. Desde la Bio-química se ha tratado de esclarecer cómo la Vida es una fuerza interna sustancial, que a partir de una determinada combinación de los Elementos (químicos) primarios de la Naturaleza pudo darse una determinada organización en aminoácidos, los que se organizarían en proteínas, organizándose a su vez éstas en células y generándose otras organizaciones más complejas como las Móneras (cianobacterias, bacterias), Protistas (algas, protozoos), Hongos (levaduras, mohos), Vegetales (fanerógamas, criptógamas) y Animales (invertebrados, vertebrados). Canto General Todos estos procesos de organización de la Vida se darían al fragor del metabolismo, el crecimiento, la reproducción, la adaptación y la transformación en función del medio ambiente, determinados por éste y en capacidad de transformarlo, y, en no pocos casos, independientemente con respecto a las restricciones del medio ambiente; que cuando se adapta al medio ambiente es supervivencia y cuando pasa por encima de sus restricciones es transformación liberadora. Desde la Física también se ha querido ver la Vida como aquella energía (fuerza) que trasciende a los cuerpos (moneras, protistas, hongos, plantas, animales) que la poseen, puesto que la destrucción del cuerpo no significa destrucción de la energía que tenía, sino su transformación. No se ha podido llegar aún al punto de poder esclarecer cómo a pesar de saber casi con exactitud cuáles son los elementos, los compuestos y los orgánulos constitutivos de la Célula, y si después de desagregados todos ellos se pusieran sobre una de las mesas del más prestigioso de los laboratorios, ningún equipo de científicos por más brillantes que fuese, ni por más nano-tecnología que esté a su disposición, ha podido rearmar todas estas partes en el Todo de la Célula del que provienen. Aún nadie ha podido sintetizar la Vida, ni siquiera al nivel de una proto-célula, pudiéndose esperar tan sólo cierta síntesis de determinada bio-molécula; como tampoco aún se ha podido decir: Esta es la fuerza o energía que es hálito de Vida; lo que se hace más complejo si observamos que todo lo vivo está formado por elementos inorgánicos, moléculas inorgánicas y orgánicas, sustancias inorgánicas y orgánicas y micro-organismos. La Vida no podría comprenderse sólo a partir de poner mayor énfasis en la bioquímica o en la biogénesis, lo que no deja de ser una necedad, puesto que a la luz del sentido común y de los hechos tozudos ofrecidos por sus desarrollos teóricos y prácticos una y otra teoría son necesariamente complementarias. Es mucho más reciente la historia de la Bioquímica que la de la Biología, siendo la Bioquímica una ciencia relativamente joven de algo más de 100 años, como tan reciente son: La Teoría de la Herencia por los cromosomas (W. Sutton,Th. Boveri); los trabajos genéticos deThomas H. Morgan; el descubrimiento de la naturaleza de las enzimas en 1897, de los grupos sanguíneos por Karl Landsteiner en 1900 y de la primera Hormona en 1901; el descubrimiento en 1908 del primer virus animal (D’ Herrelle); el descubrimiento de las “auxinas” y su aplicación al crecimiento acelerado Canto General de los vegetales (Boysen Jensen, Fritz Went); el descubrimiento del desarrollo embrionario animal en 1920 (Hans Speman); el descubrimiento en 1927 de la aplicación de los rayos X en genes de animales y plantas para alterar los agentes hereditarios (J. Muller, J. Stadler); la producción artificial de especies de plantas por G. D. Karpechenko en 1927; la modificación de genes y la producción de nuevas formas de vida en la Tierra en 1930 (R. A. Fisher, J. B. S. Haldane, Sewall Wright); el descubrimiento de las vitaminas (A, C, D, E); la aplicación de la química en la inducción de mutaciones (J. A. Rapoport, Ch. Auervach, F. Oehlkers); el descubrimiento en 1950 de la doble espiral de la estructura de la molécula ADN por J.D. Watson y F. H. Crick, quienes pudieron explicar cómo el ADN transmitía información al ARN y cómo el ARN a su vez especifica la estructura del aminoácido de la proteína (polipéptidos en cadena); el desarrollo de las bases para la producción de genes artificiales por Arthur Kornberg; el descubrimiento en 1960 de las vitaminas B-12, ácido fólico, piridoxina, nicotinamida; el aislamiento (descubrimiento) por primera vez en 1969 de un solo “gen” de cierto micro-organismo, permitiendo poderlo hacer también con todos los seres vivos, lo que abriría la posibilidad de investigar sobre la clonación de individuos de las especies y el descubrimiento del mapa del genoma humano, etc. Si en la Vida primero es la “estructura” y luego la “función”, para producir Vida en un laboratorio tendría que empezarse por diseñar y producir el esqueleto sobre el cual estructuraríamos una determinada molécula, a la cual se le darían los ensambles adecuados ¿tipo proteico? que procesen una determinada información y activen la función de producir una célula, la que a su vez necesitaría adquirir la función de reproducción celular, etc., pero podría resultar inútil esta pretensión de recetar la producción de vida, como si esta fuese una pócima de agua, aminoácidos, proteínas, ATP, etc., cuando aún estamos desentrañando todos los recovecos de la estructura de los seres vivos, y la mejor definición de la Vida todavía es una hipótesis. Entre todos los existentes lo que distingue a los seres vivos (organismos) de los seres inertes es la más compleja “organización” de los seres vivos y su capacidad de “reproducción”, ya que la Reproducción es la característica de Vida que permite al individuo hacer copias de sí mismo. Si algunas moléculas orgánicas son capaces de hacer duplicados de ellas mismas, ellas carecerían de las otras características de los seres organizados. 117 El proceso de laVida es un fenómeno relacionado con acontecimientos inicialmente fisicoquímicos y luego biológicos (orgánicos), que encuentran su punto crucial en el momento que el ADN permite las condiciones para que dentro de la Célula se desarrolle el proceso bioquímico de producción de proteínas tan fundamental al proceso de la Vida. La Bioquímica resulta ser es una secuencia de eventos de fluctuación energética, preámbulo de la Biogénesis, formando parte de la continuidad evolutiva de la materialidad de un Mundo en el que sus “organismos” están constituidos por elementos químicos, en una magnitud tal que de los 92 “elementos naturales”conocidos sólo 25 elementos forman parte de la materia viviente. De estos 25 elementos, el Carbono, el Oxígeno, el Hidrógeno y el Nitrógenoestánpresentesenel96%delasmoléculas de la Vida, estando los elementos restantes en el 4% de la Materia viva, sobre todo el Fósforo, el Potasio, el Calcio y el Azufre; y cómo dicho proceso tiene que ver con una Vida que es Una, es decir, cuyos cinco Reinos de las “Moneras”, los “Protistas”, los “Hongos”, las “Plantas” y los “Animales” disponen de la misma esencia o del mismo código genético común. Eso de que la Vida sólo procede la Vida (omnis cellula es cellula), sin tener que remontarse a la explicación causal a partir de la materia inerte, siendo que la Vida no podría provenir de la nada, sería el campo de la Biogénesis. De la Vida ser un evento energético, el axioma de la Biogénesis quedaría así: “Un determinado ser vivo habrá procedido de otros seres vivos pre-existentes, ya que los seres vivos no podrían originarse de materia inerte, a menos que ésta se sitúe espontáneamente en un campo de densidad de energía adecuado.” El fisiólogo alemán Rudolf Virchow (1821-1902), fundador de la patología celular, enuncia la teoría de que “todos los seres vivos provienen de otros preexistentes (progenitores) y portadores de las mismas características físicas y genéticas”. A la luz de la “biogénesis”, cabe decir que la “ontogénesis” se refiere al desarrollo individual de los organismos vivos, a través de sus dos fases de “embriogénesis”, en la que se fecunda el huevo como célula única y totipotente, y la de maduración sexual, reproducción y envejecimiento. A los seres vivos los caracteriza el movimiento, la sensibilidad (irritabilidad), el intercambio de materia y energía con el medio, el metabolismo, la organ-ización de las funciones vitales y, en especial, el hecho de ser organismos, puesto que constan de partes o subsistemas bien estructurados y a su vez son sistemas parciales de otros seres vivos. La Vida es una “Función”. La Vida (Célula), gestada como un proceso de emergencia, desarrollo y evolución puramente química (célula química), para después desarrollarse comovidamicro-orgánica(biocompuestos),vegetal (célula vegetal) y animal (célula animal), hoy ya no es posible que surja en la Tierra a partir de la simple concurrencia de la energía de las radiaciones ultravioleta y de la radiactividad. Claro que no, ya que dicha condición energética ha desaparecido del medio ambiente terrestre. “La vida ya no puede originarse y desarrollarse merced a un proceso de evolución puramente química. Por un simplehecho,lasformasdeenergíaquelahicieronsurgir en un principio -la energía de las radiaciones ultravioleta y la radiactividad - han cesado prácticamente. Por otro lado, las formas de vida bien establecidas consumirían con gran rapidez cualquier molécula orgánica que se originara en forma espontánea. Por estas dos razones no existe virtualmente la posibilidad de un resurgimiento independiente de lo inanimado en lo animado (salvo por alguna futura intervención del ser humano, si llega alguna vez a descubrir el procedimiento) Hoy en día la generación espontánea es tan improbable, que puede ser considerada como básicamente imposible”77 Una respuesta clara y rotunda sobre cómo empezó la vida no la hay porque, dice Asimov, al iniciarse ella no pudo nadie estar presente allí para que así lo testimoniase. Si la Tierra tenía al principio una atmósfera rica en compuestos de hidrógeno como amoníaco, metano, cianuro de hidrógeno, sulfuro de hidrógeno y vapor de agua, para que se iniciase la vida en un mundo como éste es preciso que las moléculas elementales que existían al principio se combinaran entre sí para construir moléculas complejas; y la construcción de estas moléculas requirió del aporte de energía suministrado por el Sol, sobre todo de sus rayos ultravioletas. La teoría de Haeckel afirma que el origen de la vida en nuestro planeta pudo haberse iniciado con la aparición de los primeros seres vivos vegetales en el fondo de los mares. En el fondo del mar, las variaciones del ambiente son lentas e imperceptibles, lo que hace más fácil la conservación de cualquier ritmo metabólico. Allí ocurre una especial agrupación de complejas moléculas de carbono, creándose así los anillos propios de la serie orgánica de la química que harían surgir las primeras “micelas” protoplásmicas. 77 ASIMOV, Isaac. Introducción a la Ciencia; P&J, 1973, pág. 585 118 Canto General En este primitivo “protoplasma”, sus micelas se afectarían por cambios bruscos del ambiente físico-químico, como alteraciones de tensión osmótica y de cargas eléctricas, que modificarían su ritmo metabólico debido a que la resistencia de su interior tuvo que ceder ante la capacidad alterante del exterior. Luego las micelas entrarían en un proceso de precipitación coloidal o fase de “gelificación”, que en un comienzo disminuiría sus signos vitales (muerte protoplásmica), pero después se revertiría el proceso merced a su capacidad de recuperación vital. A partir de esta reacción, la masa viva empieza a adquirir una fisonomía de “individualidad” coetánea con la persistencia de sus límites morfológicos. Otros son del parecer que el Organismo primitivo, del cual se derivarían todos los seres vivos, sería un micro-organismo muy parecido a los “flagelados” actuales denominado el“Protobionte”, que reunidos en gran cantidad se constituirían en “Metabiontes”, de los cuales por evolución se habrían formado las distintas especies multicelulares; tal cual hoy podemos observarlo en las algas “Volvox”, cuya forma es la de una microscópica esfera hueca con capacidaddereproducirsesexuadaoasexuadamente, formándose luego ciertas células madres (más grandes que las del resto del alga) en las que a su interior se producirían pequeños esporos ciliados que después salen nadando a reunirse en nuevas esferas huecas para dar surgimiento a otro Volvox. Con respecto a las teorías científicas de la Vida, el gran pionero sería el científico ruso Alexander I. OParin (1894-19 ), quien lanza en 1922 la tesis de que no es posible entender la naturaleza de la Vida ignorando el Movimiento de la Materia y los orígenes y evolución de la Tierra, sosteniendo que la aparición de la Vida está determinada por las primitivas condiciones químicas y ambientales de la Tierra, sobre las cuales empezaría a ocurrir un largo período de evolución bioquímica, desde su forma más simple inorgánica hasta el complejo y maravilloso mundo de la naturaleza animada. Oparin toma el Carbono como el punto central de su estudio,yaqueeselelementodemayorparticipación directa en el paso de lo inerte a lo viviente, en la transformación progresiva de compuestos simples inorgánicos a los compuestos más complejos de las sustancias orgánicas. La teoría de Oparin explica el origen de la vida a partir de aquella catástrofe cósmica en la que se desprendería la masa incandescente de la Tierra; formándose luego las nubes de carbono que se precipitaron entrando en contacto con los otros Canto General elementos de la corteza terrestre; después se formarían los carburos metálicos; mucho después se formaría la atmósfera de vapor de agua supercaliente; mucho después se presentaría la ruptura de la corteza terrestre y la formación de hidrocarburos, presentándose entonces las reacciones que harían aparecer la diversidad de compuestos orgánicos; luego se enfriaría y condensaría el agua, por lo que los compuestos orgánicos diluidos en mares y lagos reaccionarían para formar moléculas complejas; y luego se formarían los sistemas coloidales que al mezclarse entre sí generarían los primeros “coacervados”. En otras palabras, según Oparin, el origen de la vida se explicaría a partir de la transformación de las sustancias químicas en materia orgánica, cuyo inicio de la vida habría sido pre-celular, en la que los primeros aglomerados serían los “coacervados” o agrupación de moléculas rodeadas por una envoltura parecida a la membrana celular, y luego a cada gota de coacervado la influiría el medio de tal manera que irían produciéndose cambios en su constitución interna. El Carbono es el elemento primordial y más versátil de toda sustancia orgánica. En el análisis de la composición química de la materia gaseo-pulverulenta se encuentra la presencia de compuestos químicos como el Metano, el Amoníaco y el Agua, los que enlazados de manera simple con el Carbono y el Hidrógeno que se encontraban libres formarían la sustancia orgánica más simple de los hidrocarburos, además de conformar otras sustancias como los cianógenos. A partir de los hidrocarburos se puede obtener cualquier tipo de combinación orgánica constitutiva de los organismos vegetales y animales. El Hidrógeno (H), el Oxígeno (O), el Carbono (C) y el Nitrógeno (N), constitutivos de más del 95% de nuestros tejidos vivos, en alguna forma estuvieron disponibles en la atmósfera y las aguas de la tierra primitiva. Sobre estos elementos actuaría el ambiente con el sol, de energía y luz ultravioleta, con la energía térmica, con el calor húmedo de ebullición y con el calor seco de cocción, para formar, partiendo de cualquiera de estas fuentes de energía, un caldo diluido en los mares y lagos de la tierra primitiva; donde las moléculas presentes en la superficie terrestre se convertirían en una variedad decompuestosorgánicoscomplejos,produciéndose asítodoslosaminoácidoscomunesylosnucleótidos, que son los componentes esenciales del código de la vida, el ADN y el ARN. 119 Algunas hipótesis de A. I. Oparin, serían verificadas en 1950 por Stanley Miller y Harold Urey en los laboratorios de la Universidad de Chicago, quienes demostrarían cómo a partir de descargas eléctricas aplicadas a una mezcla de hidrógeno, metano, amoníaco y agua, que era la misma mezcla gaseosa presente en la atmósfera primitiva de la Tierra, se formaban aldehídos, ácidos carboxílicos y aminoácidos. Luego, en 1952, el químico usamericano Stanley L. Miller prepararía una mezcla de sustancias parecida a la existente en la primitiva atmósfera terrestre y después de cerciorarse de que estaba completamente estéril la expondría a descargas eléctricas para adquirir así su propia fuente de energía. El resultado sería una sustancia de moléculas más complicadas que las iniciales, del tipo que se encuentran en los tejidos vivos, con presencia de “aminoácidos”, que son el principal componente de las proteínas. En 1958, al bioquímico usamericano Sydney W. Fox le pareció que la Tierra primigenia debió estar muy caldeada y que la energía del calor pudo ser suficiente para formar compuestos complejos a partir de los más simples; entonces calentó una mezcla de aminoácidos observando cómo todos ellos formaban largas cadenas semejantes a las de las moléculas proteínicas, en las que los catalizadores más precisos de la naturaleza como las enzimas se engullían las proteínas ordinarias y hacían lo mismo con aquellos “proteinoides”, los que, por tanto, pudieron utilizarse como alimento de bacterias. Al disolver los proteinoides en agua caliente y dejar enfriar la solución descubre cómo todos ellos se agrupan en diminutas “micro esferas” de tamaño aproximadamente al de una bacteria pequeña; cómo dichas micro esferas, aunque no vivían tal como se entiende usualmente este concepto, no sólo se comportaban igual que las células sino que se hincharon, contrajeron, echaron brotes, crecieron, explosionaron, se dividieron en dos y se apiñaron formando cadenas. En una entrevista de Guy Sorman78 a Carl Sagan, publicada en el libro “Los Verdaderos Pensadores”, nos explica Sagan cómo en su laboratorio de la Universidad de Cornell pudo generar Vida dentro de una botella. Dentro de un globo de vidrio insertó y presionó cualquier cantidad de los gases más abundantes en nuestro entorno, aplicándoles descargas eléctricas similares a las producidas en 78 120 la atmósfera terrestre, incluso con algunos rayos ultravioleta, y pudo observar cómo a los diez minutos seprecipitabaunamanchaamarillaqueimpregnaba las paredes de la botella, la que estudiada arrojó ser un Alquitrán conformado por moléculas con base en Carbono. ¡Y todos estaríamos hechos de Carbono! No obstante, por más completo que sea su laboratorio de experimentación, ni el más fundamentado de los científicos podría hacer de la Vida un producto de la alquimia, puesto que aún no sabría qué y cómo insuflar ese chispazo ¿“entraño trascendental”? que finiquitaría la generación de nuestra primera biomolécula. Con respecto a ese oscuro concepto de “entraño trascendental”, es una ocurrencia que se introduce a manera de ensayo y error, sabiendo que no está descrito por las religiones, ni por la ciencia. Aún no estaría el Hombre a la altura del gran laboratorio del Universo, además de que si pudiéramos provocar hoy en un laboratorio esas condiciones primigenias pre-bióticas, el resultado no tendría que ser necesariamente el mismo. No se pretende reeditar una especie de“vitalismo” o doctrina de los fenómenos orgánicos irreductibles a principios físico-químicos, como si las funciones de los seres vivos se corresponderían con la actividad de un principio especial no material ¿elan vitae de Bergson? y sustancialmente distinto de las fuerzas físicas, ya que esta concepción se quedaría corta ante la evidencia de que la Vida también es materia físico-química, biológica, animal, humana y cultural, las que también detentan ese principio vital de atrapar, procesar, conservar y liberar energía. Sinfonía de la Organización de la Vida Los caracteres esenciales de cualquier unidad de Vida (organismo) son la “autoconservación”, la “auto-reproducción” y la “autoregulación”. Si los seres vivos manifiestan el poder de conservar la Vida, mediante procesos de fotosíntesis, respiración o síntesis, entonces tienen la propiedad de “auto-conservación”; si manifiestan el poder de propagar la vida reproduciéndose a sí mismos, entonces tienen la propiedad de “auto-reproducción”; si manifiestan el poder de gobernarse a sí mismos mediante el control permanente ejercido sobre su propia actividad, entonces tienen la propiedad de “autoregulación”. GUY, Sorman. Los verdaderos pensadores; Seix Barral, Colombia, 1998 Canto General Hoy, todas las sustancias orgánicas tienen la particularidad de capturar, procesar, conservar (ahorrar) y liberar energías, aunque algunas inorgánicas (uranio) también son liberadoras de energía, y la Vida es una forma particular y compleja de la Materia en Movimiento. En la idea de que la Vida requiere de la preexistencia del Movimiento, a la par que éste requierededeterminadaEnergía,esplausiblepensar cómo antes de los Procariontes y los Eucariontes, cuatro mil quinientos millones de años atrás cuando la primitiva atmósfera terrestre carecía de Oxígeno gaseoso,yahabíanflorecidounosmicro-organismos primitivos demasiado simples que necesitaron ser “heterótrofos” (no autotróficos) y “anaeróbicos” (sin oxígeno) para poder respirar únicamente el metano (gas natural) de la atmósfera de aquellos tiempos. Pero esto, sin las habilidades de alta complejidad requeridas para sintetizar alimentos mediante fotosíntesis que sí ostentarían las “arqueas” (arqueobacterias) de genes fragmentados, las que pudieron alimentarse de las moléculas orgánicas constituidas por el Carbono, Nitrógeno y Fósforo ya disponibles. También se ha explicado cómo 4.500 millones de años atrás el Movimiento nos traería a la Tierra las “arqueas”, tal vez las mayores responsables de que en nuestro Planeta se desataran los primeros procesos extremófilos de la Vida. Las “arqueas” se han encontrado en el hábitat de volcánicos caldos tóxicos, en el lecho marino a profundidades mayores a los 3 kilómetros y en las mismas profundidades de la Tierra; y en el hábitat anaeróbico, en los que no existe el Oxígeno, las “arqueas” se pueden dar el lujo de respirar Hierro. De ahí que se diga que el día en que la Tierra vuele en pedazos, los únicos vivientes que se diseminarían como tales en las profundidades del Cosmos serían las “arqueas”, las que han aprendido a soportar las elevadísimas y bajísimas temperaturas. Ya sabemos entonces con qué tipo de vida nutriremos a la infinitud del Universo. Mientras se decanta esta teoría de las “arqueas”, se investiga cómo es que en el seno de los océanos, a más de ocho mil metros de profundidad donde nunca entra la luz del Sol y la presión es de dos toneladas por pulgada cuadrada, no sólo hay vida, sino que hay muy serios indicios de que allí se inició la vida. Una vida que no necesitó de la fotosíntesis, que ha sido producto de la “quimiosíntesis”. Dos mil quinientos millones de años atrás empiezaaproducirseOxigenogaseoso,permitiendo que los micro-organismos evolucionen mediante el Canto General adelanto de procesos de Fotosíntesis (aeróbica); o la utilización de la energía solar para producir alimentos como los hidratos de Carbono a partir de CO2 y H2O; o de Quimiosíntesis; o la fijación del Nitrógeno atmosférico, apareciendo así los Procariontes, que son organismos económicos muy eficientes en el uso de los recursos escasos. Pero al mismo tiempo empezaría a liberarse el destructor de las moléculas orgánicas, el Oxígeno molecular, lo que llevaría a la extinción de los microorganismos ancestrales que no pudieron dar el salto de anaeróbicos (anaerobia) a aeróbicos (aerobia). Esto es, el oxígeno gaseoso actuando en medio de los ciclos metabólicos preexistentes (fotosíntesis anaeróbica y quimiosíntesis) sería el proceso generador de nuevos compuestos de la Vida, como el desarrollo de las membranas protectoras de las Células. Dos mil trescientos millones de años atrás, el proceso de fotosíntesis aeróbica cambia la composición de la atmósfera con la producción de la capa protectora de “ozono”, que es la protectora de los mensajes genéticos, puesto que filtra los rayos destructores del ADN, los rayos ultravioleta. Luego aparecerían las cianobacterias, los estromatolitos, los leucothrix, los chloroflexaceae, los pseudomonas y los paracoccus. Mil cuatrocientos millones de años atrás, con una atmósfera más rica en oxígeno se adelantarían los procesos de respiración aeróbica, con lo que aparecerían unos orgánulos, las “mitocondrias”, conformadas por macromoléculas informáticas y estructurales de la Vida. Mil millones de años atrás, las “mitocondrias”, además de su capacidad de auto-reproducirse y de sintetizar la totalidad de sus proteínas, ya empezaban a formar parte de los Eucariontes (células) con la función de llevar el mensaje genético (mensaje mitocondrial) por fuera del núcleo de la Célula, cumpliendo esta función dentro del núcleo la macromolécula ADN. En la ineluctable tendencia de la Entropía del Universo, expandiéndose en degradación y desorden, no sólo los organismos vivos nos muestran momentos de “orden biológico” (neguentropía), sino que también podemos encontrar complejos procesos de organización desde los mismos átomos (física) hasta el más complejo de los seres vivos (biología). Y esto debe reflejarse en la Academia, para que la Física, que está en todo su derecho de capitalizar el conocimiento sobre la Termodinámica y la Entropía, se complemente con los enfocado 121 desde la Biología, la Ecología y la Bioética, ya que también le son comunes a las sistemas vivos. “A fines del siglo XIX creyeron los sabios materialistas que la materia viva podría llegar a sintetizarse y pensaron que tal cosa se lograría cuando se obtuviera la síntesis de la albúmina. Pero como lo dice Morales Macedo: La organización de la materia no es creadora de vida... Es claro que la posibilidad de verificar la síntesis de la materia viva no puede descartarse en forma definitiva, ya que algún día bien puede llegar a descubrirse algún fenómeno físico o químico que dé la clave del problema, pero a lo que se ve hoy, puede pensarse esto como muy poco probable por el momento.”79 En su corta historia la Biología aún tiene mucho por hacer, tanto en los estudios de los ecosistemas que en la Tierra conforman la Biosfera como en el campo de conocimiento e investigación que se abre merced a la actual revolución genética de la recombinación genética, el genoma humano, la instauración de la gran biblioteca de los genes, las células madre y las células embrionarias ( “stem”). Con respecto a dichas células madre, no todas ellas serían embrionarias o germinales, ya que las de la sangre y la médula ósea no lo son y las del cordón umbilical sí lo son. Son enormes las expectativas que se tienen de las posibles aplicaciones terapéuticas de las células madre; se está hablando que en laboratorio ya se ha producido “esperma” artificial de ratones, a partir de sus mismas células madre, generando la obvia discusión bio-ética entre quienes se alarman y quienes piensan que sería una buena oportunidad de ser previdentes y providentes ante el hecho de una degeneración del esperma humano, que podría producir la gran extinción de nuestra Especie, como cierta teoría afirma que pudo haber ocurrido con los dinosaurios. Ahora la Biología pasa por las nuevas preguntas que nos plantea la Bioética con respecto a la Clonación, centrándose la discusión en las implicaciones de una incontrolada práctica reproductiva de copias a imagen y semejanza que terminaría despojando a la Evolución de su gran secreto, el de la selección natural y la diversidad. Pero, por ahora, mejor avanzar en las bondades de la Clonación por motivos de terapia genética (eugenética), sin perder de vista la gran capacidad manipuladora del Poder que mediante la selección artificial sólo dará franquicia a los suyos. El Cosmos en la Célula La Célula es el centro de centros de ese proceso donde los átomos se organizan formando moléculas, las moléculas en bioelementos y biocompuestos, los biocompuestos en la conformación de la Célula, las células se agrupan según funciones y estructuras comunes para formar tejidos (vegetales y animales), los tejidos se agrupan según una determinada función específica para formar órganos, los órganos para constituir sistemas (aparatos) y éstos estructurando el ser vivo como un todo. Con la Teoría Celular, formulada inicialmente en 1839 por los alemanes M. Schleiden (botánico) y T. Schwan (zoólogo) al observar las similitudes entre los organismos vegetales y animales formando pequeñas unidades vivientes no visibles a simple vista, a los que llamaron “células”, pareciera estar ocurriendo lo mismo que con la lógica formal de Aristóteles, que después de más de dos mil años es muy poco lo que ha cambiado. En la escala del tiempo, los años que lleva la teoría celular (170 años) son un simple instante comparado con la gradualidad de los millones de años que puede llevar un cambio sustancial dentro de la Célula. Todo está en movimiento; los átomos, las moléculas, las células, los tejidos, los órganos, los cuerpos, el tejido social, la biosfera y el cosmos no cesan de moverse, siendo elementos del movimiento el “cuerpo” (móvil, masa), la “trayectoria”, el “espacio” n-dimensional y el “tiempo” (¡espacio-tiempo!). La Célula es un sistema abierto con capacidad de retroalimentar con el Medio información de materia y energía. Intercambios que se producen una vez la excitabilidad e irritabilidad se da sobre los componentes anatómicos, como en el caso del protoplasma que bajo el influjo de excitantes exteriores reacciona entrando en actividad. La Célula no es ajena a los intercambios energéticos que provocan excitaciones mecánicas, térmicas, luminosas y radiactivas sobre los seres vivos, incluso sobre ciertos insumos orgánicos como los ácidos, las bases y las sales, ya que, además de atrapar, procesar y conservar energía, también necesita liberar energía al medio ambiente, ya sea bajo la forma de movimiento (contráctil, ciliar, flagelar), de luz, de corriente eléctrica o de calor, en especial cuando están participando en la síntesis de moléculas complejas. 79 SORIANO, Lleras Andrés; Elementos de Biología, Universidad Nacional, Bogotá, 2ª. Edición, 1950, pág.28 122 Canto General La “Célula” Si el “Quark” es la unidad básica fundamental de la Materia y el “gen” es la unidad básica fundamental de la Vida, la Célula sería la unidad estructural y funcional integradora de la Vida. La Célula es la unidad básica de la Vida. Se dice que la Célula es la menor unidad de Vida que posee todos los caracteres propios del ser vivo porque no podría ser simplificada sin perder alguna de sus propiedades; que la unidad básica (no fundamental) de la Vida es la Célula, que en sí misma está constituida por la sociedad compleja de un mundo de moléculas regidas de cierto gobierno, comportándose como si fuese un organismo vivo total en miniatura, realizando todas las funciones propias de los pluricelulares seres vivos, como las de relación (respuesta a estímulos), nutrición y reproducción. La Célula nace, se nutre, crece, se desarrolla, se reproduceymuere,relacionándosepermanentemente con su entorno para allegar y asimilar información y nutrientes, acomodarse y adaptarse a las condiciones y aprestando las competencias de sensibilidad, excitabilidad, irritabilidad y capacidad de respuesta que le permitan abrirse paso de la manera más competente dentro de un medio que es indistintamente favorable y hostil. La Célula es la unidad básica “funcional y estructural” de todo ser vivo; todos los seres vivos están constituidos por Células; cada Célula procede de otra Célula (Biogénesis); las reacciones químicas y los cambios de energía de un organismo, incluyendo la biosíntesis, ocurren en la Célula; cada Célula contiene el material hereditario total (genoma), el cual es donado por las células madre a las células hijas y, n general, los biosistemas están formados por Células. El ingrediente vivo de la Célula es el“citoplasma”; el “citoplasma” es un complejo campo espacial contenedordebiocompuestosysustanciasorgánicas e inorgánicas, básicamente, “proteínas”, “ácido nucleico”, “lípidos”, “carbohidratos”, “minerales” y “agua”. Debido a sus diferentes funciones, las células adoptan diferentes formas, por lo que no todas las células son iguales, siendo que las constitutivas de nuestro cuerpo humano, por ejemplo, en número aproximado a los cien trillones se aglutinan en diferentes formas y varios grupos para ir conformando el conjunto de los tejidos (nervioso, óseo, muscular, epitelial, conjuntivo, adiposo, cartilaginoso), órganos, sistemas, aparatos y un cuerpo (cuerpo humano). Canto General Tal como vive, se desarrolla, se autocontrola, se reproduce y funciona la Célula, así mismo funcionan los tejidos, los órganos y los sistemas sanguíneo, respiratorio, circulatorio, gastrointestinal, digestivo, nervioso, metabólico, endocrino, reproductivo, óseo, muscular y sensorial. Todos los vivientes tienen cromosomas, mas no en la misma cantidad, ya que cada una de las células del cuerpo humano tiene 46, el chimpancé tiene 48 cromosomas y el perro tiene 78 cromosomas. Una particularidad de la célula de los humanos está en el hecho de que el hombre y la mujer comparten la misma combinación de 44 cromosomas (22 X y 22 Y cada uno), diferenciándose en que el hombre completa los 46 con un par de cromosomas constituido por un X y unY restringido, mientras que en la mujer los completa con un par de cromosomas XX.. En la fecundación, 23 cromosomas se heredan del padre y otros 23 cromosomas se heredan de la madre. El espermatozoide contribuye con 22 cromosomas y 1 cromosoma sexual Y (Y) , y el óvulo con 22 cromosomas y 1 cromosoma sexual X. Según la función que realicen, la forma de la Célula es prismática, cúbica, cilíndrica, fusiforme, estrellada, ramificada o redondeada. Según sea la disposición del material genético con respecto al citoplasma, las células son procarióticas y eucarióticas; en el caso de no poseer un núcleo celular claramente diferenciado son “procarióticas” y las que se diferencian claramente por sus tres partes núcleo, citoplasma y membrana citoplasmática son “eucarióticas. Las células se caracterizan por asegurar su vida nutriéndose de manera casi idéntica al utilizar los mismos elementos nutritivos; transformar estos nutrientes en energía mediante la utilización del oxígeno combinado con hidratos de carbono, grasas y proteínas; mandar los productos terminales de sus reacciones químicas a los líquidos que las rodean y tener la capacidad de reproducirse. Cada una de los cien trillones de células del cuerpo humano es una estructura viva y constante que puede sobrevivir indefinidamente, ya que dentro de un mismo tipo de células si algunas son destruidas por una u otra causa, las filiales sobrevivientes se dividen una y otra vez hasta recuperar aproximadamente su población original. El “deux ex machina” que interviene en las esenciales funciones de “auto-reproducción” y “auto-regulación” de la Célula es una majestuosa molécula orgánica, el ADN, portadora de los códigos del lenguaje de la vida. 123 Estructura celular Con respecto a su estructura intra-celular, la forma de la Célula es equiparable a una gigantesca y compleja aldea viviente con sus habitantes (moléculas, biocompuestos y sustancias) en permanente interacción de convivencia. La variedad de formas de la “célula” depende de su actividad, sus funciones y sus relaciones con el Medio. No se ha dicho la última palabra sobre la compleja estructura de cada uno de los 200 tipos de células de nuestro cuerpo, haciéndose difícil poder describirla por completo y entenderla en sus detalles. No todos los trillones de células que constituyen el cuerpo humano tienen idéntica morfología y estructura molecular, ya que entre ellas podemos observar notables diferencias en cuanto a tamaño y forma, pero sí podemos enfocarlas en cuanto a un plan estructural general que es común a cada una de ellas. La Estructura de la Célula, en el caso de las células eucarióticas, estaría constituida por el “Núcleo” y el “Citoplasma” separados entre sí por la Membrana nuclear. El “Citoplasma” es contenido por los líquidos que le rodean (Protoplasma) y por la membrana celular. El conjunto de las sustancias químicas presentes en toda la conformación de la Célula se conocen como el Protoplasma, conformado por sustancias como el Agua, los Electrólitos, las Proteínas, los Lípidos y los Hidratos de Carbono. Además de la energía extraída del Oxígeno y de las grasas, las sustancias químicas del Protoplasma que también le sirven de nutrición a la Célula son las Proteínas y los Carbohidratos.80 La Membrana celular es una sustancia semi permeable que contacta a la “célula” con el medio externo,queporsupermeabilidadpermitelaentrada y salida de sustancias hacia la célula y hacia el medio, lográndose así que la “célula” pueda tomar del exterior los materiales que necesita para realizar sus propias funciones y eliminar desechos. También la Célula está constituida por estructuras físicas bien definidas denominadas “organitos”, como las diferentes membranas, las mitocondrias, los lisosomas, el retículo endoplásmico, los ribosomas y el complejo de Golgi con sus centríolos, cilios y microtúbulos. “El Núcleo” es el centro controlador de la Célula, tanto de las reacciones producidas a su interior como de su reproducción. Es uno de los componentes fundamentales de la Célula conformado por el “nucleoplasma” o plasma nuclear, en donde se encuentran los“nucleolos”que son condensaciones del ARN, y un complejo material de proteínas y ácidos nucleicos, la “cromatina”. El Núcleo es el centro rector (trófico regulador) y de información de las funciones que influyen en la reproducción y transmisión de la herencia biológica; es el responsable de dirigir la reproducción de la célula y controlar todas las actividades celulares. Al contener ácido desoxirribonucleico ADN, conformado a su vez de Genes, el Núcleo tiene la función de custodiar los caracteres hereditarios. En la época previa a la reproducción la “cromatina” del Núcleo se dispersa cual madeja deshilachada y en plena reproducción es cuando la “cromatina” se recompone y condensa en “cromosomas” para poder alojar todo el material genético que viene empaquetado en forma de macromoléculas ADN con su respectivo set de genes, garantizándose así la transmisión de los caracteres hereditarios de generación en generación. Los Cromosomas son estructuras celulares permanentes en el Núcleo, con capacidad de auto duplicarse; son los encargados de portar los“genes”, que son las entidades biológicas responsables de la transmisión de las características hereditarias, de la informacióngenéticanecesariaparalareproducción celular y del correcto funcionamiento de las nuevas células. Según sea el tipo de célula así será la forma del Cromosoma, mostrando siempre sus tres partes fundamentales: La“Matriz”o capa proteica externa; el “Centrómetro, a partir del cual el Cromosoma de divide en dos brazos; la “Cinta” de ADN contenida en la matriz. Los Cromosomas son compuestos de ADN y Proteínas con la función de ordenar y compactar la información en la Célula. Se dice que cada Cromosoma contiene una única molécula de ADN, pero, ya que cada molécula de ADN necesita empaquetarse para poder producir un Cromosoma, la causalidad va del ADN al Cromosoma. El ADN presente en cada cromosoma contiene los genes de cada cromosoma. 80 Los “carbohidratos” son vistos como el patito feo de los cuatro grandes grupos de sustancias esenciales para la Vida, pero cumplen el importante papel de ser mucho más que el combustible celular o el cemento para estructurarlas, ya que también pueden ser vistos como los percutores de ese proceso mediante el cual la energía pone en movimiento la vida. 124 Canto General Los Cromosomas se encuentran en todos los organismos, ya sean de células procarióticas (sin núcleo) o eucarióticas (con núcleo), siendo mucho más complejo para el ADN empaquetarse en una célula eucariótica. Las nuevas células obtienen sus cromosomas de las células viejas a través de un proceso de división celular o “mitosis”, previamente haciendo la célula una copia de cada uno de sus cromosomas y facilitando así que los cromosomas se condensen y se junten de a pares conformado cada par por una copia vieja y una copia nueva del mismo cromosoma. Una vez los pares de cromosomas toman su respectiva posición, cada uno de ellos se separan y como individuos se retiran a reubicarse hacia lados opuestos. Y el éxito de la obtención de cromosomas se da cuando cada nueva célula se queda con un paquete completo de cromosomas. Los nuevos organismos que se reproducen asexualmente (bacterias, algas) obtienen sus cromosomas mediante la división celular o mitosis; los demás nuevos organismos que sí se reproducen sexualmente se dotan de sus cromosomas después de realizarse el proceso de “meiosis”, cuando la cromatina se condensa. En los humanos la “meiosis” se presenta cuando la cromatina se dispersa (época previa a la reproducción) y la célula empieza a copiar sus cromosomas, para luego dividirse dos veces y producirse así cuatro células germinales que se caracterizan por tener sólo 23 cromosomas sencillos y no 23 parejas o 46; es decir, cada célula germinal contiene la mitad del número normal de cromosomas. Pero, al penetrar el espermatozoide al óvulo para formar un nuevo organismo, la cromatina se condensa y cada célula germinal se transforma en célula, restaurándose el número normal de cromosomas. Y como el nuevo organismo (niño) adquiere una determinada mezcla de las características de sus padres y un nuevo hermano adquiriría una mezcla diferente, un hermano no es idéntico al otro. Este proceso de obtención de cromosomas sólo quedará aceptablemente explicado al relacionar más adelante cómo se desempeña el ADN en los procesos de mitosis y meiosis, sobre todo en el caso de las células eucariotas. Como el Núcleo y Citoplasma están en necesaria interdependencia,yaqueelmetabolismodelacélula depende del momento en que la masa nuclear logre alcanzar la masa citoplasmática, volvamos otra somera mirada por fuera del Núcleo al Citoplasma y el Protoplasma. Canto General El “Citoplasma”, conformado por el Protoplasma (sustancias químicas) y Orgánulos físicos, es una sustancia coloidal, viscosa y transparente formando parte del mayor volumen de la Célula y conformado por 85% de agua, 10% de proteínas y 5% de otras sustancias; ocupa la Célula entre el Núcleo y la membrana celular; en su medio interno lleva sustancias como proteínas (enzimas), azúcares, carbohidratos y grasas (lipos) en disolución, y todos los orgánulos celulares como los ribosomas, el retículo (red) endoplásmico, sáculos de Golgi, lisosomas, plastos, mitocondrios y centríolos. Y en él tienen lugar todas las reacciones bioquímicas de almacenamiento y liberación de energía. El Protoplasma constituye buena parte de toda la masa celular, sin incluir el volumen del Núcleo y de las respectivas membranas; además de estar conformado en un 80% de agua y un 20% de proteínas, en su medio aloja moléculas de Agua, Electrólitos, Proteínas, Enzimas, Lípidos (grasas, colesterol) y Carbohidratos. Entre los Orgánulos del Citoplasma tenemos los “retículos endoplásmicos”, que ínterpenetran la misma membrana celular para dejarle las aberturas mediante las cuales se comunica con el exterior de la Célula; los “ribosomas”, conformados por el ácido ribonucleico, intervienen en la síntesis de la proteína celular y funcionan como el gran taller donde se fabrican las moléculas de aminoácidos, a partir de las cuales se sintetizan las moléculas de proteínas; el “aparato de Camilo Golgi” (1898), cuya función principal es regular la secreción intracelular o transcelular (exterior de la célula); los “lisosomas”, orgánulos presentes en la célula animal, cuya función es hacer de estómago de la Célula digiriendo el alimento que entra en el citoplasma; las“mitocondrias”(condriomas) son los orgánulos productores de la energía que la Célula logra liberar a manera de respiración, como si los mitocondrios fuesen los pulmones de la Célula; el “centrosoma” es un corpúsculo (orgánulo) cuya función es facilitar el proceso de mitosis o división celular; las “mitocondrias”, cuyo número por célula depende de la cantidad de energía que necesita cada célula para sintetizar el trifosfato de adenosina ATP y realizar sus funciones, contienen un tipo especial de ácido desoxirribonucleico parecido al ADN que se encuentra en la Núcleo, y a medida que la Célula requiera de mayores cantidades de ATP las “mitocondrias” entrarían a duplicarse formando una segunda, una tercera, una cuarta, etc., como si se tratara del mismo ADN controlando la duplicación de toda la Célula. 125 Otros aspectos del contexto celular Al asimilar y transformar las sustancias adquiridas del medio en sustancias propias se incrementa así la cantidad de materia viva, lo que se hace de manera “autótrofa” cuando transforma la materia inorgánica adquirida del medio (minerales, energía) en materia orgánica propia y de manera “heterótrofa” como cuando los vegetales y los animales transforman la materia orgánica adquirida del medio (alimentos) en materia celular propia. Al reproducirse la Célula según su información hereditaria y a partir de una determinada célula madre generando varias células hijas, lo hace a manera de “mitosis” si cada una de las células somáticas se divide equitativamente en dos células totalmente idéntica la una a la otra, conservando toda la descendencia, información genética y material nuclear cromosómico de la célula madre; y a manera de “meiosis” si cada una de las células sexuales (gametos) sólo adquiere la mitad del paquete cromosómico de la célula madre. Las células madre pueden extraerse del feto, del cordón umbilical, del embrión, de la médula ósea y de la misma sangre (periférica), ya sea para insertarlas en el mismo individuo del que se extraen o en otro que las recibe a manera de donación, y a diferencia de la otra muchedumbre de células que envejecen y mueren todos los días, las células madre se están produciendo todos los días como si fuesen la misma sangre. Esta característica hace que hoy la comunidad científico haya centrado tanto su atención en el estudio de las células madre, en particular por los exitosos resultados obtenidos en los casos de tratamiento de enfermedades que se consideraban caso perdido. No todos nuestros trillones de células son“células madre”, siendo éstas unas células bien especiales con la particularidad de ostentar la capacidad de multiplicarse y de regenerar tejidos y órganos, como por ejemplo la regeneración de regiones del corazón, del cerebro, del hígado, de los huesos, de placentas, del aparato bucal (dientes), entre otros. La Célula es “procariótica” cuando no posee un verdadero núcleo (bacterias) y“eucariótica”cuando posee un núcleo definido (animal y vegetal). La diferencia entre células animales y células vegetales estriba en que las animales poseen una 81 126 sola membrana celular, no presentan plastidios, sino centríolos, poseen lisosomas y por lo general son heterótrofas, mientras que las vegetales poseen además de la membrana celular otra pared celular, presentan plastidios y no poseen centríolos, sólo algunas poseen lisosomas y por lo general son autótrofas. En todos los organismos pluricelulares que poseen tejidos más o menos diferenciados se da el fenómeno de la división y reproducción celular, produciendo células somáticas mediante“amitosis” y “mitosis” y células sexuales o reproductoras mediante “meiosis”. Hoy se sabe que desde los protozoarios más simples hasta los metazoarios más complejos están constituidos por células, las que realizan todas las funciones propias de los seres vivos, y que en ella se conserva la información generadora del ser vivo. La Célula sería como el más intenso de los reactoresquímicos,otúnelaceleradordepartículas81, dentro del cual y gracias a disponer de un medio líquido acuoso (citoplasma) permanentemente pueden estar chocando entre sí sus moléculas y otros componentes bioquímicos a enormes velocidades, que debido a tanto Movimiento, el que no podría darse tan fluidamente dentro de un medio sólido, todos sus componentes no sólo logran mantenerse unidos en un unitario cuerpo celular sino que también termina produciéndose la Vida. Y así ocurren las cosas en el gran huevo del Cosmos, donde las estrellas obtienen su energía gracias a las infinitas reacciones de “fusión” nuclear, las que a su vez generarían la Gravedad; donde van raudas dentro de los Cometas rocas de hielo fundido (agua congelada) esperando que se presentendeterminadascondicionesparaadoptarla forma líquida y ofrecerse como prerrequisito para la Vida. De ahí que se defina la “célula” como la unidad atómica, molecular, genética, fisiológica, funcional y genética más perfecta de la naturaleza; que constituye el mínimo componente de todos los seres vivos; que es capaz de engendrar otros semejantes que cumplen sus mismas funciones (omnis celulla de celulla). La Célula es el mínimo organismo de máxima inteligencia, ya que es una máquina altamente organizada procesando en todo momento “in put” (nutrientes) de Oxígeno, Carbono, Hidrógeno, También puede verse la Célula como el más perfecto de los software de la Vida, como el más inteligente y complejo ordenador programando la Vida. Canto General Nitrógeno y Azufre, en forma de códigos, mensajes e información; produciendo “out put” de materia y energía como glóbulos (rojos y blancos), tejidos, órganos y cuerpos; informándose de lo que sucede alrededor y tomando las respectivas decisiones que le permitan adaptarse a las condiciones del medio; rigiéndose por principios de organización y control de autorregulación y retroalimentación que la llevan a nacer, crecer, reproducirse y morir. En el ciclo de su vida la Célula adquiere, asimila, entrega, aprende y piensa, excitándose, irritándose, inhibiéndose, reprimiéndose, expresándose, conteniéndose, solidarizándose, multiplicándose, asimilando, memorizando, recordando, deseando, comprendiendo y, en general, decidiendo. Mientras que las células dispongan de las condiciones apropiadas (homeostáticas) de presencia de oxígeno, glucosa, electrólitos, aminoácidos y sustancias grasas, serían capaces de vivir, desarrollarse y funcionar de una manera más o menos autónoma. Por ejemplo, los procesos de “respiración” no se inician en los pulmones, sino que han empezado en las mitocondrias de la Célula, con la participación del grupo de enzimas “citocromos”. “Hay bastantes motivos que podrían llevarnos a decir que la sede de la memoria no se encuentra en el mismo intelecto (¿cerebro?), sino en el sistema muscular. O, por lo menos, reside más en el flanco que reacciona que en el meramente receptivo de nuestro ser. Aprendemos actuando y expresándonos; empleándolo, conservamos el saber de la manera como mantenemos el vigor de los músculos mediante el ejercicio”82 La Célula sería como gobernada por cierta especiedecerebro,eldelosprincipiosorganizadores y autorreguladores; se regiría por cierto principio de economía, ya que es la máxima expresión de la eficiencia económica comportándose como un circuito de flujos (económicos) en el que se procesan mínimos insumos de información para generar el máximo producto de tejidos, órganos y cuerpos. La Célula es como una de las huellas digitales del Cosmos, que es lo que es merced a su permanente función de estar “intercambiando regalos”; es la unidad anatómica, fisiológica, estructural, genética y funcional de los seres vivos. ¡Ah!, y quienes saben dicen que también en ella se han encontrado con materia oscura, energía oscura y agujeros negros. Quimismo celular A diferencia de una simple molécula, sólo la célula está en condiciones de adelantar complejos procesos de “quimismo” consistente en el trabajo energético de descomponer sustancias presentes en su medio con el propósito de contrarrestarlas en sus acciones disolventes y destructoras. Este movimiento sería propio de un sistema termodinámico trabajando en la transformación de energía química (recibida) en energía eléctrica (cedida), que si la célula no contrarrestara la acción de dichos agentes destructores apoyándose en las mismas sustancias que le brinda el medio, o si no pudiera tomar el oxígeno que le proporcionan sus mitocondrias, tendría que recurrir a sus propias reservas, lo que terminaría agotándola (entropía) hasta el punto de tener que morir. Este movimiento o proceso de transformación energética es conocido como el “metabolismo”, característico sólo de la materia viva (orgánica, biosfera), que para sobrevivir tiene que gastar energía cuando está en estado de potencial reposo; lo que no ocurre con la materia inerte, que no realiza intercambios energéticos ni materiales con el medio cuando se encuentra en estado de reposo, y cuya intensa actividad en la escala subatómica es exclusivamente intrínseca. El “quimismo” tiene que ver con el metabolismo de la célula, que se explica por su misma actividad celular, consistente en el permanente trabajo energético mientras está en su estado de potencial reposo, la necesidad de su preparación permanente para estar recibiendo las descargas eléctricas del medio y liberando energías (catabolismo), conservar la cohesión de todos sus elementos constitutivos, contrarrestar el efecto de los agentes que pretenden despolarizarla, evitar la pérdida de algunos de sus componentes y la destrucción de su misma estructura, reparar aquello en que haya podido salir afectada (anabolismo). El catabolismo es un metabolismo liberador de energía, mientras que el anabolismo es un metabolismo reparador y creador de la carga eléctrica merced al cual la célula restablece su potencial originario y restaura el equilibrio entre su condición interna celular y el medio externo, neutraliza el agente excitante despolarizador y, haciendo despliegue de su excitabilidad, le responde eficazmente gracias a su alto grado de sensibilidad. 82 MACE, C. A. Psicología del Estudio; editorial Kelly, Bogotá, 1946, pág.54 Canto General 127 Con base en el tipo de su metabolismo, los vivientes vegetales tendrían un comportamiento “autótrofo”, característicodequienessóloconsumen del Medio sustancias inorgánicas; en cambio, los vivientes animales serían “heterótrofos” que parasitan a los autótrofos. Mientras que para un árbol es suficiente contar con agua (H2O) y luz para desarrollar su quimismo, ya que la célula vegetal es la de mayor autonomía metabólica, sintetizando de ellos la materia orgánica que necesita como fuente energética, en los animales (hongos) su quimismo se inicia una vez que han recibido de los vegetales la sustancia orgánica fuente de energía sintetizada en glucosa, como también el oxígeno desprendido por éstos. El estudio del quimismo celular ha motivado que diferentes disciplinas del conocimiento como la Química, la Geología y la Biología avancen en sus investigaciones sobre el Origen de la Vida, como quiera que están interesadas en la existencia y características de una sustancia que es intermedia entre la materia inerte y la viviente, entre la molécula y la célula, el Plasma o primitivo protoplasma. El ADN sería como el “eslabón perdido” del enlace entre la química de la materia muerta y la química de la materia viva. Cómo los factores del medio inciden sobre los estados del protoplasma, cuyo metabolismo es insuflado según sea la superioridad de la capacidad alterante del exterior con respecto a la resistencia de su interior, y que de inclinarse a favor de la capacidad alterante entonces sobreviene una fase de “gelificación” o proceso de precipitación “coloidal”. Esta sustancia coloidal sería como una macromolécula en la que no es observable una solución de continuidad entre los precipitados visibles a primera vista y los polímeros. “La célula adquiere una carga eléctrica, que se manifiesta positiva en la superficie y traduce una diferencia de concentración iónica con el medio externo. El interior, por el contrario, se revela eléctricamente neutro o de carga negativa, lo cual crea una barrera protectora que bloquea los constituyentes y selecciona los que penetran. La desaparición de las cargas eléctricas implica la desagregación de la materia celular. Este fenómeno eléctrico, denominado potencial de reposo o de demarcación, es general para todas las células y su papel está presente en las etapas evolutivas de la vida, cualquiera sea su nivel”83 Psiquismo celular La condición psíquica de la célula empieza a darse en el mismo proceso de su “mitosis” cuando padece ese desgarramiento de tener que dividirse en dos para poder renovarse y vivir, viendo cómo se dividen sus generadores de ácidos nucleicos específicos, los cromosomas. Con el“psiquismo”empiezan a darse los primeros fundamentos de la evolución de la “psicogénesis”, haciendo mucho más complejo el mundo de la Célula. Los procesos de “psiquismo” de todos los vivientes se dan desde las entrañas de la misma célula, la que necesita garantizarse una relativa estabilidad en su estructura (arquitectura), su forma y su función. Es característico de la célula ofrecer siempre un cuerpo central en el que reside un citoplasma, en el que a su vez reside una cromatina hereditaria o cromosomas, los que a su vez están conformados por genes, radicando ahí la unidad de la materia viviente y su origen común. El “psiquismo” se ha visto en los procesos de excitación e irritación, referido a los tipos de reacción inmediata o mediata, de rechazo (superación) o acomodo(adecuación)antelasmodificacionesquese van produciendo en su misma constitución material (mutaciones), independientemente de un estado de actividad o de reposo. La Excitación, Inhibición y Asimilación, son reacciones esencialmente de tipo psíquico. Las reacciones psíquicas de la célula pueden observarse una vez que es sometida a diferentes descargas de electricidad, reflejando a su vez en mensajes eléctricos si su estado es de excitación, inhibición o asimilación. Al sufrir una carga disminuida la célula se excita fácilmente, reaccionando de manera rápida, automática o espontánea, pero condicionada por cierto límite en el cual entraría por sí misma en actividad. Si la carga eléctrica se eleva puede resultar difícil o imposible de excitar, siendo este estado de freno o bloqueo funcional la “Inhibición“. Si al absorber o capturar del medio exterior información inorgánica o extraña a ella misma la célula consigue interpretarla y traducirla, haciéndola familiar o semejante a su propia condición de viviente para incorporarla y facilitar a su vez la función reparadora (anabolismo), estamos entonces ante un proceso de Asimilación. 83 MERANI L., Alberto. De la Praxis a la Razón, Grijalbo, Barcelona, 1980, pág. 91 128 Canto General La Asimilación es una especie de intercambio molecular que la célula establece con su medio, pero que después de destinar cierta cantidad de las células absorbidas al medio en su propio proceso anabólico (reparación) siempre le habrán de quedar disponibles muchas más moléculas, las que la nutrirán hasta el límite de su “mitosis”. El “psiquismo” es explicado por Emilio Mira y López mediante los, por él llamados así, tuétanos mentales del Miedo, la Ira, el Amor y el Odio, que serían reflejos y deflejos de huida (inhibición), agresión (excitación) y posesión (asimilación), los queseproduciríanenmediodeunaintermitenteserie depulsionesypasionesdeterminadas,tambiénsegún él, por la interacción de las energías contenidas en el plasma germinal (potencial hereditario), el aporte nutritivo (citotípico) y las constantes modificaciones producidas por el medio ambiente. Las células Aman, según lo explica Emilio Mira y López,84ya que si observamos un organismo vivo unicelular, como una ameba, se verán en éste los fenómenos de “inhibición” y “excitación”, según sean las condiciones del ambiente físico-químico en que viva dicha célula. Luego, como el crecimiento protoplasmático de la ameba la lleva a crecer considerablemente en su masa orgánica, se harían muy difusas sus fronteras con el medio ambiente, lo que dificultaría sus intercambios de “asimilación”, tanto de absorción de productos nutricios como de expulsión de residuos tóxicos; y, ante una precaria asimilación, la frontera entre la célula y su medio empezaría a ser poblada por moléculas químicas (catabolitos o metabolitos degradados) de un peso muerto que amenazarían la pervivencia del ser. Por tanto, a la ameba sólo le quedaría la alternativa de renovarse o morir, motivo por el cual en un verdadero acto de amor no se aferra a una vida que seguiría siendo de anquilosamiento y perduración anacrónica hacia el total deterioro, sino que decide morir para surgir transformada y reproducida en dos (mitosis). Las células reaccionan (relacionan). Como si fuese Ira y Odio, al observar cualquier célula viva es característico en ella su “irritabilidad”, puesto que todas las formas de sustancia viva tienen la particularidad de transformarse de pacientes en actuantes, ripostando con creces la agresión recibida. Ya en organismos más complejos, este fenómenoseobservamásclaramenteenlosórganos de secreción y de movimiento, mediante los cuales algunos vivientes vegetales y casi todos los vivientes animales no sólo se defienden sino que atacan a sus agentes vulnerables. Las células se protegen. Como sintiendo miedo instintivo, mas no en cuanto a otro tipo de miedos como el racional condicionado o el irracional paranoico, Emilio Mira lo explica como la reacción al influjo dañino de cierta acción directa e inmediata sobre las células corporales, generando cesación de actividad celular, inhibiciones o bloqueos, con la idea de recibir el menor daño. A la luz del psiquismo celular se explicaría cómo en el Hombre se originan y presienten aquellos miedos percibidos antes de sentirlos, los que llega incluso a sentirlos antes de pensarlos. El tuétano mental del miedo tendría entonces una condición entraña, puesto que sólo después de que la onda de estimulación ha provocado sus respectivos reflejos e inhibiciones en los niveles medulares y subcorticales hasta llegar por fin a los mismos centros corticales, es que el hombre llega a ser sintiente y consciente de su miedo. Entre los Genes y la Molécula ADN La comunidad científica aún no ha podido saber cuántos genes poseemos en cada una de nuestras células, si son 30.000 o 35.000 o 65.000 o 75.000 o 100.000 genes. Pero saber con exactitud cuántos son, no nos dice nada, ya que lo verdaderamente interesante es comprender cuáles son las funciones precisas de cada uno de los genes y qué es lo que hacen entre todos ellos para llegar a formar y poner en funcionamiento a un viviente y cómo se coordinan los productos originados por el gen para cumplir las actividades biológicas propias de un ser vivo. Los “genes”, contenidos en la molécula ADN localizada en sus cromosomas, son una secuencia de pares de bases a lo largo de un trozo de ADN; son tiras de “nucleótidos” separadas entre sí por otras tiras de ADN. El “gen”, que determina la herencia de una característica determinada o de un grupo de ellas, posee entre 1.000 a 2.000 pares de nucleótidos. Y para comprender cómo se sincronizan las funciones de miles de genes para formar y asignarle funciones al ser humano es necesario conocer en detalle los productos de los genes, lo que sólo funcionan coordinados en equipo, ya que entre ellos no existe ningún llanero solitario. 84 MIRA y LÓPEZ, Emiro. Cuatro gigantes del Alma; el Ateneo, Buenos Aires, 1984 Canto General 129 A partir del “Gen” se regula la formación del ARN, imprescindible en la formación de las “proteínas” (estructurales y enzimas), las que a su vez son imprescindibles para la función celular. Como en cada célula del organismo humano se encuentran 25 moléculas diferentes de ADN, los genes son “mitocondriales”, ya que una molécula especial de ADN se encuentra en las mitocondrias, y “nucleares” que se corresponden con las otras 24 moléculas de ADN localizadas en el núcleo de la célula El ADN de cada cromosoma sólo contiene los genes de ese cromosoma y no de otro, es decir, sólo existe una molécula de ADN correspondiente a su respectivo cromosoma. Y sólo al identificar toda la secuencia de las bases químicas de los nucleótidos que componen el ADN de ese cromosoma, podría determinarse que trozo de ADN constituye los genes propios de ese cromosoma No existe un número fijo de genes por cada cromosoma y dentro de este cromosoma no se distribuyen equitativamente, sino que ocupan una posición específica concentrándose más en unas regiones que en otras. Se ha investigado qué tan determinante es la posición ocupada por un “gen” dentro de cromosoma en el tipo de carácter o información hereditaria guardada. Pero, la Biología molecular ha descubierto cómo uncarácternoestádeterminadoexclusivamentepor las informaciones contenidas en un lugar concreto de un cromosoma, sino que sería determinado por la información contenida en dos o más cromosomas. El “gen” es la unidad de información genética; que el “gen”, según la genética clásica instaurada por Johan Mendel, es una noción morfológica que lo define como elemento de un cromosoma situado en un lugar concreto, a manera de un soporte material no bien definido que rige la síntesis de la Enzima responsable de los caracteres hereditarios manifestados en el fenotipo; que los “genes” son una entidad bioquímica portadora de mensajes (información) y contenidos dentro de la compleja macromolécula de ADN; que los“genes”determinan qué función debe realizar la Célula, en cuanto a las sustancias a ser sintetizadas por la Célula para su nutrición y reproducción; que los “genes” se organizan adhiriéndose alrededor del hilo de ADN; que los “genes” son transmisores de información o mensajes, y, en últimas, podríamos vernos como un cuerpo formado íntegramente de puros “genes”. El ADN es el soporte físico que contiene toda la información genética de un organismo; el “gen” es cada una de las porciones de la molécula de ADN que transformada en ARN se pueden traducir en una proteína. Como cada “gen” tiene la competencia de producir cierta copia del ADN denominada ARN mensajero en la que se realiza la síntesis de proteínas, entonces el “gen” está representado por dos copias, una procedente de la madre y otra del padre. Como cada “gen” tiene la propiedad de afectar un carácter particular,siendo unosdominantesyotrosrecesivos, puede presentarse que las copias sean idénticas cuando padre y madre aportan en forma igual o que sean diferentes cuando los dos progenitores han aportado en forma distinta su paquete hereditario y manifestándose en mayor medida los caracteres de quien tenga los genes dominantes. Si la investigación genética está revolucionando el campo de conocimiento de la arqueología y la paleontología, aún la última verdad no se encuentra en los textos de genética, ni siquiera en el genoma humano tal como está secuenciado, sino que sigue estando en la Naturaleza y el Universo. Como si fuesen genes trabajando en equipo, la investigación genética ofrece resultados maravillosos, merced a los estudios de James D. Watson, Francis H. C. Crick y Rosalind Franklin, a mediados del siglo XX, y los de Greg Venter y Francis Collins en pleno siglo XX, entre tantos otros. 85 Capítulo especial será comprender: Cómo cada par de nucleótidos se fija en una de las dos tiras de la doble hélice del gen ADN, ya que la estructura de las dos cadenas van en dirección opuesta.86 Cómo el ADN se produce a partir de un “nucleótido” (ácido) que se ha conformado mediante la combinación de una molécula de ácido fosfórico con una molécula de desoxirribosa (azúcar) y con una de las cuatro bases nitrogenadas (adenina, guanina, timina, citosina), es decir, por 85 Sería suficiente con observar, por ejemplo, cómo los grandes resultados obtenidos por nuestro científico Manuel Elkin Patarroyo en la producción de la vacuna contra la malaria se deben a todo un extenuante trabajo en equipo. 86 La anécdota dice que estando Watson jugando con los componentes de su molécula modelo, intentaba acomodarlos dedistintos modos, dándose repentinamente cuenta de que no era cierto eso de que cada segmento tenía que ser combinado con su respectivo par, ya que se habían unido pares invertidos manteniendo su unión en la misma dirección, descubriéndose entonces la doble hélice. 130 Canto General cada combinación con una base hay un nucleótido, resultando así los cuatro nucleótidos conocidos como el ácido adenílico, el ácido guanílico, el ácido timidílico y el ácido citidílico. Cómo dichas cuatro bases se agrupan en purinas (adenina y guanina) y pirimidinas ( timina y citosina), pero que se combinan separándose en dos pares, formando un par el ácido adenílico con el ácido timidílico y el otro par el ácido guanílico con el ácido citidílico. Cómo en un cromosoma se aloja la molécula ADN, cuya forma es extensamente alargada y fragmentada en peldaños o “nucleótidos”. Cómo se comporta la molécula de ADN en el momento de ocurrir los procesos de mitosis y meiosis de la célula y de los cromosomas, cuando se dividen en dos. Cómo, en el caso del cromosoma humano, la molécula de ADN podría estar fragmentada en cinco mil millones de pares de nucleótidos, donde el contenido de mensajes e instrucciones genéticas pueden ser decodificados mediante el lenguaje binario de “bits” (0, 1; Sí, No). Cómo debido a los diferentes cuatro tipos de nucleótidos, y sólo cuatro, el lenguaje de la herencia está escrito en un alfabeto de sólo cuatro letras, de tal manera que a los cinco mil millones de pares de nucleótidos presentes en un cromosoma humano se corresponden veinte mil millones de bits (posiciones) de información (5.000 x 4). “El caudal informativo de un solo cromosoma humano es de veinte mil millones de bits, que corresponden poco más o menos a tres mil millones de letras, quinientos millones de palabras, dos millones de páginas, cuatro mil tomos... Los computadores del Viking I y II que se posaron sobre Marte en 1976 habían sido previamente programados con un volumen de instrucciones de algunos millones de bits. Por tanto, llevaban un poco más de información genética que una bacteria, pero muchísima menos que un alga.”87 Cómo el ADN confinado en el Núcleo logra cumplir la importante función de controlar mediante el código genético la formación de proteínas y otras substancias al interior de la Célula, dándole al ARN las funciones de auditaje o control. Cómo el ADN de la Célula de un individuo siempre es el mismo, logrando distinguirse por la condición de sus proteínas. Cómo, en últimas, los “genes” controlan la herencia de padres a hijos. La galáctica molécula de la Vida: “ADN” A mediados del siglo XIX naturalistas, biólogos, geólogos, botánicos y humanistas encuentran un gran aliciente para desentrañar el enigma de la Vida y el problema de la Herencia con la publicación del “Origen de las Especies” Al interesarse por la manera como se producía la información genética, tendrían la intuición de que todo tenía que ver con una Molécula. De ahí en adelante los esfuerzos se centrarían en descubrir la estructura de dicha Molécula, la molécula de la Vida. La compleja molécula de ADN, que sería aislada por primera vez en 1869 por el médico alemán Friedrich Miescher, es un compuesto químico consistente en una sustancia blanca y viscosa (plasmática) con la propiedad de ser azucarada, ligeramente ácida y contener fósforo, que se encuentra enraizada en los cromosomas de cada una de las células de cualquier organismo vivo. El primer nombre asignado a la molécula de la vida, denominada así por Miescher, es el de “Nucleína”; luego, al conocerse más en detalle sus características, se le llamaría “Ácido nucleico”, y después hubo necesidad de precisar que era“Ácido desoxirribonucleico”, diferenciándola del otro “ácido ribonucleico” (ARN) presente en la Célula. En 1925, P. A. Levene demostró que el ADN está conformado por un grupo azucarado de 5 carbonos, un grupo fosfato y cuatro bases nitrogenadas. Dos de estas bases son “purinas” y las otras dos son “pirimidinas”. Las “purinas” son la Adenina (A) y la Guanina (G); las “pirimidinas” son la Timina (T) y la Citosina (C). Cada base nitrogenada está unida a una molécula de azúcar que, a su vez, está unida a un grupo fosfato, y los pares de base están unidos por puentes de Hidrógeno, formándose así una molécula única conocida como “nucleótido”. Cada “nucleótido” está formado por un Fosfato (ácido fosfórico) P, un Azúcar (desoxirribosa) D y cuatroBasesnitrogenadas.Estasbasesnitrogenadas son de tipo púricas: Adenina (A) y Guanina (G); pirimidínica: Citosina (C) y Timina (T). El ADN es el materiál genético común de todos los seres vivos, ya que sus componentes son universales en el ADN de todos los seres vivos, pero de las 25 moléculas de ADN de un ser humano una es exclusivamente femenina, el ADN mitocondrial, y otra exclusivamente masculina, el ADN derivado de aquel cromosoma (Y). Se considera que después de la Eva mitocondrial el ADN mitocondrial muta cada 2000-3000 años. 87 SAGAN, Carl. “Los Dragones del Edén; Grijalbo, México, 1984, pág. 38 Canto General 131 Una molécula de ADN es una sucesión de “nucleótidos”. El“nucleótido es la unidad estructural constituyente del ADN. Se distinguen dos tipos de “nucleótidos”: Los Desoxirribonucleótidos que son unidades estructurales del ADN y los Ribonucleótidos que constituyen el ARN. La molécula de ADN es una estructura en doble hélice, conformada por dos cadenas de nucleótidos enfrentadas y complementarias, que se mantienen unidas entre sí mediante enlaces o puentes de hidrógeno unidos a las bases nitrogenadas de cada una de las cadenas, que se alinean según la condición química de que la Adenina (A) sólo se puede unir con la Timina (T) y la Guanina (G) con la Citosina (C), de tal manera que el orden o secuencia de bases de una de las cadenas delimita automáticamente el orden de la otra. La molécula de ADN está conformada por Carbono, Nitrógeno, Oxígeno y Fósforo (P), dentro de la cual el Hidrógeno funciona como puente entre los sucesivos peldaños. Cada una de las dos serpentinas que conforman el ADN es producto de las combinaciones entre el Carbono, Nitrógeno, Oxígeno y Fósforo, que en la cadena se sostienen gracias a un esqueleto estructurado por ácido fosfórico (P) y azúcar desoxirribosa (D). La forma de la estructura del ADN se asemejaría a dos entramadas carrileras (cordones) que avanzan trenzándose en serpentinas, como si acabaran de chocar entre sí dos galaxias y una estuviese engulléndose a la otra; y de cuyo impacto o colisión de grupos de materia y energía surgiría el universo de la Vida, expandiéndose en espiral logarítmica. El ADN, Lenguaje de la Vida La Célula es la evidencia de la comunicación entre el “lenguaje nucleotídico” del ADN y el lenguaje “aminoacídico” de las proteínas. El ADN, una vez desarrollado en la célula que lo contiene, sólo se escribe una sola vez y se puede leer millones de veces. La forma de la cadena es en espiral y sus partes expresan cierta secuencia donde se alternan “nucleótidos” constituidos por el azúcar D unido a una Base A, C, G o T, comunicados sucesivamente con los otros “nucleótidos”. El ácido fosfórico P (fosfato), el Azúcar D (desoxirribosa) y la Base (A, G, C, T) hacen que surja el ADN cuando se unen parejas de bases,... . El alfabeto del ADN sólo tiene cuatro letras (A, G, C, T); pero, igual que el sistema binario (O, 1), 88 132 permite que miles de millones de combinaciones con significado genético, las que son transmitidas por el ARN y de las cuales se sirve la célula para poder regular su metabolismo, realizar sus funciones y multiplicarse. De revelarse el secreto de cómo se suscitan las combinaciones de las sustancias Base A, G, C, T, tal vez el hombre podría desentrañar así la posibilidad de generar tejidos, organismos y seres vivos, bajo el riesgo de caer en la tentación o arrogancia de controlar la evolución, suplantando a la Naturaleza en sus decisiones. El ADN, que guarda el código genético, envía órdenes al exterior de su núcleo, hacia el resto de la célula, a través del mensajero ARN. La complejidad de un organismo no depende de la cantidad de “genes”, sino de la cantidad y calidad de los mensajes, que depende del tipo de conexiones que las proteínas entablen con aquella información que esté a su alcance. El estudio de los “genes” ha permitido esclarecer que no era tan cierto aquello de que cada “gen” era una unidad específica de información con uso único, puesto que cada “gen” al agrupar entre 2.000 y 2.000.000 de pares de nucleótidos puede enviar distintos mensajes, con base en los cuales se estructura la molécula de ADN. De los genes sólo se ha podido interpretar su respuesta por las diferencias morfológicas y comportamentales entre los individuos de una especie o entre una especie y otra, pero ya nadie discutiría si los genes son las unidades básicas de información que le otorgan las características a un organismo vivo. Llegar a comprender la“forma”de un organismo es fundamental para comprender su “función”. Con respecto a la forma del ADN de la célula humana ya sabemos que se trata de una multi-molécula alargada, que si se extendiera en una hebra única mediría casi 2 metros de largo; que se encuentra en todos los organismos vivos, puesto que todos los seres vivos portan la misma constitución genética y la misma estructura de base celular; que está ubicado en el nicho de los cromosomas, los que a su vez se encuentran en el núcleo de todas las células. “Si pudiésemos extender el ADN de una célula humana, formaríamos un hilo de unos tres metros de longitud. Y si se tiene en cuenta el número de células que poseemos, todo el ADN de una persona formaría un hilo de una longitud más de veinte veces la distancia que separa al Sol de la Tierra” 88 SÁNCHEZ RON, José Manuel. Diccionario de la Ciencia; Planeta, Colombia, 1997, pág. 19 Canto General Igualmente, aunque pareciera ser de ciencia ficción establecer la forma espacial de cada uno de los “genes”, especulándose que en su n-dimensionalidad dicha microscópica realidad no sería tetradimensional, sino la intuida por la teoría M (cuerdas) de un Universo, con once (11) dimensiones (10 espacios + 1 Tiempo), formando parte de los infinitos e ínfimos universos en expansión y en los que las probabilidades de surgir la Vida son las mismas de la Tierra. Esto es, también podría pensarse que la forma de la Vida, como la del Universo, es de una dimensión espacial más compleja que la simple tetradimensional. En el escenario genético, que unos lo ven como la gran tómbola y otros como una verdadera organización desplegándose e interactuando en su máxima complejidad, encontramos: A las células recibiendo información del ADN y dictando las instrucciones para fabricar proteínas, entrando en “meiosis” para que las células hijas adquieran la mitad de los cromosomas de la célula madre; A los genes portando y transmitiendo tales instrucciones. Al Genotipo, haciendo referencia de lo generativo y al fenotipo de lo fenoménico, de tal manera que el fenotipo se debe a la intervención de cierto gen, mientras que el genotipo es producto de la compleja combinación, en el caso de los humanos, de sus 23 pares de cromosomas homólogos. A los rasgos dominantes y los rasgos recesivos interactuando. Al ADN portando toda nuestra información hereditaria, codificando y modelando todos nuestros rasgos. Así es el proceso ininterrumpido de las moléculas de ADN, de abrir y copiar sucesivamente, mediante el cual los cromosomas logran transmitir la información, hasta llevarnos a ser lo que somos y lo que seremos, en el contexto de unas especies que han podido evolucionar gracias a las mutaciones. Uno de los grandes hitos de la investigación genética lo constituye la reciente publicación del Mapa del “genoma humano”, conformado por el conjunto de genes o instrucciones que permitieron construir el organismo humano. En la tarea de descifrar el sentido y la gramática del Mapa, después de recorrer y secuenciar las astronómicas distancias a lo largo de sus hilos, se han publicado avances donde se observa cómo en los seres humanos existen mucho menos de los 100.000 genes diferentes que inicialmente se consideraban. Los conteos más rigurosos coinciden en que Canto General son entre 30.000 y 40.000 genes, los que no serían muchos si los comparamos con los 13.000 genes de la mosca, los 19.000 de la lombriz o los 350 genes de una bacteria. También el Mapa del “genoma humano” nos está mostrando cómo tendríamos alrededor de 3.200 millones de pares nucleótidos debidamente organizados en secuencias y que las proteínas producidas por el cuerpo humano no serían las 100.000 proteínas diferentes, como se pensaba, sino sólo unas 30.000 aproximadamente. En el ser humano, la mínima estructura química de información o molécula de ADN se distribuye en 23 pares de cromosomas de cada una de sus trillones de células. Tanto el ADN de un virus o de una bacteria se comportarían de igual manera que el ADN humano, ya que el mínimo número de “genes” indispensable para que funcione un micro-organismo sería de unos 260, común a cualquier organismo vivo. El Hombre va y viene por el mundo llevando desde hace 100.000 años la misma dotación genética básica, excepto algunas mutaciones mitocondriales. Pretenderreconstruirundesaparecidoorganismo a partir de alguno de sus genes, en la misma idea “omnis celulla de celulla” (nuevas células sólo pueden originarse a partir de sus pre-existentes), pero generar células a partir de un “gen” es algo sólo visto en la película “Jurasic Park”. El “Ácido Ribonucleico” ARN Mientras el ADN tiene la función fundamental de transmitir los caracteres hereditarios, el ARN cumple con sintetizar las proteínas. El Ácido Ribonucleico ARN es una molécula de estructura similar al ADN, pero de una sola cadena, con azúcar ribosa en vez de desoxirribosa y con “uracilo” en lugar de “timina”. Uno y otro son depositarios de la información hereditaria, incluso algunos le atribuyen el origen del sistema genético al ARN y no al ADN. Si bien todo el ADN reside en el Núcleo de la Célula, la verdad es que la mayor parte de funciones en la Célula ocurren en el Citoplasma. El Ácido ribonucleico ARN, a la par que es controlado en su formación por el ADN intermedia para que los “genes” del Núcleo puedan controlar las reacciones químicas del Citoplasma. La síntesis proteínica se produce en el Citoplasma de la Célula, y es el ARN quien transmite la información genética que dirige la síntesis de las proteínas, además de que los ácidos ribonucleicos se sintetizan con mayor facilidad que los ácidos desoxirribonucleicos. 133 La genética molecular moderna aún concibe el flujo de información primordial de la Vida como la secuencia de información genética que, durante la <transmisión> del genotipo, se transfiere primero de ADN a ADN, por <replicación>, y después de ADN a ARN, por <transcripción>. El “genotipo” es la constitución genética contenida en los cromosomas de un individuo, que se <transmite> de una generación a la siguiente por <replicación> y por <transcripción>, yendo desde el ADN hacia el ARN y desde el ARN hacia las Proteínas. El “código genético” es al ADN lo que el “código de codones” es al ARN. Un “codon”, representado mediante tres letras, forma un nucleótico y cada serie de tres nucleótidos conformaría un aminoácido. No obstante, el ADN controla la formación de ARN sintetizándolo mediante un complejo proceso iniciado en una de sus dos tiras (hélices) de la molécula de ADN, la que sí tiene función genética, que funge de plantilla o cadena-molde para la síntesis de cada tipo de molécula de ARN, produciendo moléculas ARN “mensajero”, ARN de “transferencia” y ARN “ribosómico”. El ADN dota al ARN de una estructura básica muy parecida a la suya, diferenciándose tan sólo en que para la construcción del ARN no utiliza el azúcar desoxirribosa, sino el azúcar ribosa, y en vez de utilizar la timina recurre a otra pirimidina como el “uracilo”. En la formación de los cuatro “nucleótidos” del ARN, a imagen y semejanza de los cuatro del ADN, intervendríanlascuatrobasesnitrogenadasadenina, guanina, citosina y uracilo, además de que esta pirimidina uracilo se acopla con la pirina adenina para conformar el respectivo par. Luego de que estos nucleótidos activados con base en el azúcar-ribosa se combinan con aquella tira de ADN se produce la molécula de ácido ribonucleico ARN, aún adherida a una de las tiras de la molécula ADN, pero después habrá de presentarse la intervención de una enzima polimeraza haciendo que la tira de ARN automáticamente se separe de la tira ADN, transformándose así el ARN en una molécula libre. Aún es un misterio cómo el ARN naciendo en las mismas entrañas del Núcleo celular logra ser enviado por el ADN a los extraños mundos del Citoplasma para auditar y controlar la manera como la Célula esté ejerciendo su gobierno dentro de los predios del Citoplasma y para cumplir otras funciones. 134 Es correcto decir que a partir de una molécula ADN se origina una de mARN, pero más preciso que el ARNm es el producto inmediato de un “gen”. A la molécula ARN “mensajero”, formada por varios miles de nucleótidos, le corresponde llevar el código genético del ADN al Citoplasma y complementarlo con sus propios“codones”(código ARN) para poder transcribir el código genético e iniciar el proceso de síntesis de “proteínas”. A la molécula ARN de “transferencia” (soluble), formada por sólo 75 nucleótidos, le corresponde transferir o incorporar moléculas de aminoácidos a las moléculas de proteína en formación. El ARN de “transferencia”, por no ser de un único tipo y combinarse tan sólo con uno y sólo uno de los 20 aminoácidos, es visto como el transportador de su propio tipo específico de aminoácido hacia los ribosomas, donde efectivamente es que se forman las moléculas de proteína. A la la molécula ARN “ribosómico” no se le conoce una función precisa, sólo que por constituir casi el 50% del mismo ribosoma sobre el cual se forman las proteínas algún papel tendría que estar cumpliendoenelprocesodeformacióndeproteínas. Es merced al ARN que el proceso de síntesis de proteínas se realiza en los ribosomas. En general, el ARN logra emparejarse con otra molécula de ARN captando cortos fragmentos de nucleótidos unidos a aminoácidos para producir así todas las proteínas que dan a los vivientes sus formas y configuraciones. Una cadena molde de ADN se transcribe en una sola cadena larga de ARN, cuya molécula es conocida como ARN mensajero (m ARN) y este proceso de transcripción es catalizado por la enzima ARN polimeraza. El ARN mensajero se sintetiza siguiendo los principios de apareamiento de bases, donde cada núcleo de 3 nucleótidos en la molécula de este ARN mensajero es el “codón” para una aminoácido particular, determinándose así qué aminoácido corresponde a un “codón” dado de ARN mensajero. El proceso de síntesis proteínica culmina después de 61 combinaciones, de las 64 posibles de tripletas del código de nucleótidos de 4 letras, correspondiente a los 20 aminoácidos constitutivos de las moléculas de proteínas, donde las 3 tripletas restantes funcionan como señales de detención. Dentro de no se sabe cuántos años cada uno de nosotros podría comprar a precio de ganga la información de su propio genoma humano, siempre y cuando las cosas no dependan sólo de la buena voluntad e ingenuidad de la academia. Canto General El ADN y los procesos de Mitosis y Meiosis El ciclo vital de la célula se diferencia en un período de estabilidad “interfase” y otro de división o “mitosis”. En la interfase las moléculas de ADN asociadas a algunas proteínas y a las de ácido ribonucleico (ARN) se muestran desorganizadas y de estructura indefinida; son la Cromatina. En la “mitosis”, cuando la división va a comenzar, la Cromatina se reorganiza, condensándose y compactándose, debido a que el ADN duplica su conformación molecular, y adopta una configuración en espiral en dos secuencias sucesivas. La comunicación de la Célula con el ADN ocurre de doble vía. Mientras que el ADN le suministra a la Célula la información para que ésta pueda producir las “proteínas”, información que la Célula la encuentra en los “genes”, a la Célula le corresponde estar copiando permanentemente multi-moléculas de ADN, de tal manera que una molécula de ADN siempre termina duplicándose, y así sucesivamente. Toda Célula proviene de otra Célula pre-existente que se ha dividido en dos, “omnis cellula es cellula” enunciado a mediados del siglo XIX por Wirchow, dándose dicha división mediante las diferentes modalidades de “amitosis”, “mitosis” y “meiosis”. Por “amitosis”, cuando de manera tajante un estrangulamiento divide el núcleo de cualquier Célula en dos partes sensiblemente iguales, lo que a su vez provoca la partición en dos de la masa citoplasmática, llevándose cada parte una de las mitades del núcleo original; pero la ocurrencia de “amitosis” significa que la Célula estaría agonizando, a punto de morir, ya que cada una de las dos nuevas células hubo de perder alguna de sus propiedades esenciales. Por “mitosis”, cuando la división celular se caracteriza por la perfecta simetría de la duplicación de todos los elementos constitutivos de la célula madre y de su equi-repartición en dos células hijas; en las que el núcleo de la célula germinal puede dividirse una vez que previamente se han duplicado los cromosomas en dicho núcleo para ser repartidos equitativamente entre dos nuevos núcleos, cada uno de los cuales irá a formar parte de una de las células hijas, las que conservan las mismas características estructurales y funcionales y el mismo número de cromosomas. Por “meiosis”, o mitosis reduccional, cuando estamos ante la reproducción sexual, en la que también se reproducen mediante la secuencia Canto General inmediata de dos divisiones mitóticas (mitosis), la primera reduccional en donde una célula germinal da origen a dos células que contienen la mitad del número de cromosomas de la célula germinal e inmediatamente estas células sufren la segunda mitosis en la cual se reparten las cromátidas formando así 4 células. Es decir, en la “meiosis” cada una de las células formada durante la primera mitosis entra en otro proceso mitótico donde los cromosomas se reparten entre las células hijas, quedando así constituidas 4 células (haploides). Si las células siempre estuviesen en permanente crecimiento y reproducción, reemplazándose las viejas células muertas por células nuevas y mostrándose así que la línea de vida en las células es infinita, sería apenas obvio pensar que dicha reproducción comienza en el propio Núcleo, como también podríamos pensar que antes de que la mitosis de la Célula se haga efectiva tendría que darse un proceso equivalente en el mismo Núcleo. En el Núcleo se cumple la primera etapa de la reproducción de la Célula, primero en la réplica o duplicación de todos los genes y de todos los cromosomas y luego en la división de las dos series de genes entre los dos núcleos separados, para después la Célula disociarse formando dos nuevas células hijas, en lo que conocemos como el proceso de “mitosis”. Es en el Núcleo donde nacen, crecen y se reproducen los “genes” y los cromosomas. Los “genes2 se reproducen en sí mismos mediante la simultánea réplica de todos los genes y no de una parte de los mismos, además de que los genes sólo se duplican por una sola vez. Al duplicarse exactamente todos los genes, éstos se transforman en los genes de cada una de las dos células hijas nuevas resultantes de la mitosis. El procedimiento mediante el cual se replican (duplican) los “genes” es muy parecido al de la ya descrita formación del ARN a partir del ADN, diferenciándose sólo en que la nueva tira sigue unida a la vieja tira que la ha formado constituyendo una nueva hélice ADN de dos tiras, al mismo tiempo que la otra tira de la hélice original forma su tira complementaria de ADN, lo que redunda en una nueva hélice de dos tiras. La duplicación de los Cromosomas no podría explicarse de manera tan plausible como la duplicación genética ADN debido al mayor conocimiento que tenemos de la estructura ADN conrespectoalpocoquetenemossobrelaestructura de los Cromosomas. 135 Recordemos cómo los Cromosomas están formados por una parte genética ADN y otra de Proteína; cómo el ADN aparece unido débilmente con la proteína, separándose en varias situaciones; cómo el gen ADN del Cromosoma sigue dispuesto en su misma larga hélice doble, pero en una posición de repliegue causada por sus uniones con moléculas proteínicas; cómo la Proteína en nada influiría sobre la potencia genética del Cromosoma, a tal punto que permanentementelasmoléculasdeproteínapueden ser substituidas por nuevas moléculas proteínicas sin que se altere ninguna función de los genes; cómo los Cromosomas se duplican tan sólo después de darse la duplicación de la tira de ADN. De la estructura del Cromosoma sólo conocemos que su parte proteínica cumple una función accesoria mientras que el ADN es la verdadera columna vertebral del nuevo Cromosoma reproducido. Como los “genes” aparecen con varias de sus duplicaciones en el Cromosoma, es posible perder alguno de ellos sin que desaparezca totalmente una característica determinada de una Célula. El ADN aparece en forma de filamentos en los Cromosomas, que se encuentran en el núcleo de cualquier célula de cualquier individuo, con la particularidad de que en cada especie el número de cromosomas es fijo, como en la célula humana que su número es de 46 Cromosomas dispuestos en 23 pares, siendo los responsables de que los caracteres biológicos se transmitan de padres a hijos. La Mitosis es el proceso de división automática de la Célula en otras dos células nuevas, una vez que los “genes” se han duplicado y que cada Cromosoma se ha abierto para forma dos nuevos cromosomas. Este proceso no se realiza en el Núcleo, que es donde se inicia, sino en los centríolos del Citoplasma que en cantidad de dos pares se encuentran adosados a uno de los polos del Núcleo, los que también después de auto replicarse desatan el proceso de Mitosis a través de las sucesivos momentos de profase, metafase, anafase y telofase. “Vecino al núcleo, el centríolo se divide y adopta una posición diametralmente opuesta, de modo que cada uno atraiga a los cromosomas resultantes de la división de los cromosomas originales. Poco a poco la célula se alarga y se estrecha en su centro. En las extremidades opuestas los cromosomas se entrelazan en un abrazo tan apretado que sus cuerpos se hinchan, mientras que una nueva membrana se dibuja alrededor de ellos señalando un nuevo núcleo. El núcleo absorbe y envuelve a los cromosomas; la membrana de la célula madre, estrangulada en forma de ocho, se rompe, lo que permite que las hijas se separen completamente una de otra. Esas hijas, crecidas y bien alimentadas, generarán otras células. Es así como los tejidos y los órganos renuevan sucesivamente sus células”89 El proceso de crecimiento de la Célula depende exclusivamente de la cantidad de ADN en el Núcleo, estancándose una vez no se produce la duplicación de los “genes”, pero pudiéndose presentar el caso de poder evitarse la Mitosis aunque persista la duplicación de los “genes”. Si las células se reproducen por mitosis no implica esto que a todo momento las células estén duplicándose, ya que no es una duplicación continua; ni es al ritmo incesante que las moléculas de ADN se están expandiendo y copiando para que los cromosomas no dejen de transmitir la información. De no ser porque en nosotros la misión central de nuestras células no es la de permanecer autocopiándose fielmente, como sí lo hacen en las bacterias, en sólo 40 días nos arrojaría una descomunal masa de células cuyo peso equivaldría al de la tierra. Sólo desarrollados los filamentos cromosómicos duplicados (ADN), la misión es producir las nuevas células que sean verdaderas estructuras vivas, la vida. Los organismos y los tejidos renuevan incesantemente sus células, pero son las especialísimas “células embrionarias madres” las únicas que podrían transformarse, creciendo desde dentro hacia fuera, en forma de tejidos, piel, neuronas, glándulas, y/o órganos; son las que nos permiten auto regenerarnos, como si fueran inmortales, pero sólo podríamos disponer de ellas en el momento de la ovulación. Así ninguna especie perdure para siempre, cuando se comprenda cómo es que una célula embrionaria madre logra transformase en, por ejemplo, determinado órgano específico, la ciencia podría alterar procesos genéticos tan naturales como el de envejecimiento. Al reproducirse las células por “división”, algunos biólogos vieron esto de una manera simplista, unilateral y mecánica, como si fuera un proceso meramente cuantitativo de simple crecimiento y aumento, y no como un proceso 89 BETTO, Frei. La obra del artista - Una visión holística del universo; Editorial Trotta, Madrid, 1999 136 Canto General que conduce a cambios radicales y cualitativos en las propias células. Emilio Mira y López explica cómo a la “ameba” se le presenta el trágico dilema Shakespeare-eano de transformarse o morir, empezando entonces por estrangularse su centro hasta convertirse en un ocho y dividiéndose en dos células que pronto se distanciarán y vivirán independientemente, iniciando su proceso de crecimiento, expansión y cualificación dispersado en el espacio-tiempo. El estudio de los “genes” ha facilitado la identificación de los defectos genéticos responsables de las enfermedades, conociéndose más de cuatro mil defectos en los que un solo “gen” provoca trastornos en los seres humanos, permitiendo concluir que a pequeños cambios en la estructura química de un “gen” se podrían obtener rectificaciones y consecuencias mutantes bien interesantes. En la evolución de las especies, las mutaciones del ADN son de vital importancia; pero estas mutaciones son escasísimas, sólo ocurren de manera accidental, aunque un virus podría modificar el ADN. Siempre que una célula se divide (mitosis), a su vez se reproduce tal cual el ADN. También se ha comprobado la incidencia de factores ambientales en ciertas alteraciones genéticas, las que se manifiestan como alteraciones fenotípicas. El enigma de los vivientes podría descifrarse si a nuestro alcance estuviera la posibilidad de estudiar a profundidad uno de estos compuestos; que es lo que viene haciéndose con la macromolécula ADN (ácido desoxirribonucleico), en cuya conformación química codificada se encuentra toda la información necesaria para controlar, mantener y construir un organismo vivo. En el Centro de Regulación Genómica CRG el grupo de investigadores españoles liderado por Xavier Estivill90acaban de demostrar cómo la variabilidad del genoma humano es diez veces mayor de lo que se pensaba hasta ahora, además de concluir que: La diferencia entre dos personas no sería la de un millón entre más de 3.000 millones de nucleótidos que componen el genoma humano, sino en más de veinte millones de nucleótidos. Los nucleótidos se agrupan en al menos 1.400 regiones del genoma, enlazando genes en forma de un complejo entramado vial de carreteras o en forma de una serie de puzzles casi iguales, pero con ligeras variaciones. Las regiones se parecen mucho entre ellas, haciéndose necesario interpretar cada pieza para saber la posición correcta a ocupar. No hay un genoma humano único, sino varios genomas, por lo que el genoma humano publicado hace pocos años tan sólo sería uno de dichos puzzles, que se organizan de distintas formas según la variabilidad de cada una de las regiones. Esta investigación será de mucha importancia no sólo para comprender cómo funcionan aspectos de nuestra biología que son fundamentales para la Adaptación al entorno, sino también para descubrir las claves sobre la razón de nuestras enfermedades más catastróficas.. Pero también estaríamos ad portas de tener que afrontar el problema de la inminente incidencia de una variable artificial, como la manipulación genética, en nuestro proceso evolutivo. Es un riesgo insoslayable, para bien y para mal. Una idea justa para una causa justa sería pensar que la posibilidad de intervenir en las características biológicas para reorientar la evolución de la especie humana podría implicar regresos en los estadios de la evolución biológica, llevándonos entonces a ser providentes en contrarrestar tal retroceso en el movimiento evolutivo del ser humano, para que nuestra realización entre natura y cultura no quede impregnadadelaimprontadeundesgarramientoen nuestro paquete genético. No obstante, el Hombre, como animal superior e inteligente que es, sabrá desplegar el sentido común para no pretender determinar lo que por su misma naturaleza es complejo e indeterminable; como el ser social que es sabrá extraer de sus vivencias y experiencias las lecciones de la vida que le aconsejarán poner los pies en tierra y no dejarse llevar por su arrogancia y prepotencia. No nos faltará la sindéresis para desistir de hacer nacer a alguien con su destino previamente escrito y determinado. “Uno de los hallazgos de la biología molecular es que existen secuencias de bases sensibles a la acción de factores ambientales determinados, como los que se pueden encontrar en algunos puestos de trabajo... pero también puede conducir a que las empresas encaminen sus esfuerzos no a modificar las circunstancias medioambientales de sus centros de trabajo, ni a introducir cambios estructurales, sino, simplemente a buscar empleados genéticamente resistentes, lo que tal vez conduciría a nuevas clases o castas sociales”91 90 El País.com, Madrid, EFE 22/11/2006 91 SÁNCHEZ RON, José Manuel. Diccionario de la Ciencia; Planeta, Colombia, 1997, pág. 159 Canto General 137 En la propiedad del ADN de “replicarse” o auto copiarse a sí mismo de manera exacta (reproducirse) su material genético, de tal manera que la cadena original produce otra nueva, está la explicación de que la información hereditaria pase de generación en generación. La manera como se duplica la información genética fue explicada por los científicos Watson y Crick que, apoyados en los datos previamente registrados por Rosalind Franklyn en su famosa fotografía de la doble hélice del ADN, tuvieron la suficiente intuición para descubrir cómo a partir de cada cadena vieja se formaba el molde para la producción de una nueva. Que si había una “T” presente en la cadena vieja sólo se ubicaría una “A” en el lugar adecuado de la cadena nueva y que una “G” sólo se aparearía con una “C”, y así sucesivamente hasta que cada cadena produce una copia de la cadena original, produciéndose las réplicas exactas de la molécula. El inicio de la replicación del ADN es una secuencia específica de “nucleótidos” que requiere de unas proteínas especiales iniciadoras y de las enzimas que son las que rompen los puentes de hidrógeno, abriendo así la hélice para que pueda ocurrir la replicación. Entonces, la propiedad del material genético para llevar información sólo sería cumplida por la molécula de ADN con su secuencia de bases. El ADN sería el portador y transmisor de la información genética. Al descubrir la doble hélice estructural del ADN, J. D. Watson pudo decir que, como ya había sucedido con Laplace ante una pregunta de Napoleón, no necesitó de la hipótesis de Dios. La Vida gobernada por las Proteínas El “Genoma” es el conjunto de las diferentes moléculas de ADN de una célula. El“Transcriptoma” es el conjunto de los mARN presentes en una célula producto del proceso de transcripción del ADN en el mARN. El “Proteoma” es el conjunto de las proteínas formadas a partir de los mARN. Como un solo “gen” puede producir varios mARN, a partir de los cuales se forman las “proteínas”, son mucho más complejos los procesos de Transcriptoma y Proteoma que el de Genoma, ya que mientras éste es idéntico en casi todo tipo de células aquéllos son variables y distintos para cada tipo de células, debido a que el medio ambiente los modifica. En el complejo funcionamiento de una célula viva, las “proteínas” son el producto final de la actividad del Genoma. 138 Las “proteínas” son los constituyentes más importantes de la “materia viva”. Lo característico de cada una de las 100 mil diferentes proteínas existentes en el cuerpo humano es la combinación entre el número de aminoácidos que contiene, el tipo de estos aminoácidos y el orden en que éstos se encuentran acomodados a lo largo de la cadena de la “proteína”. Igual que los aminoácidos (C4, O2, N, H4), las “proteínas” son biomoléculas por lo general conformadas por Carbono (C), Hidrógeno (H), Oxígeno (O) y Nitrógeno (N), siendo frecuente encontrar en ellas Azufre (S), y en algunas “proteínas” podrían encontrarse otros elementos como Fósforo (P), Hierro (Fe), Magnesio (Mg) y Cobre (Cu) Las “proteínas” son polímeros de aminoácidos (monómeros) En todas las células de nuestro cuerpo se presenta el proceso de sintetizar “proteínas”, haciendo esto que las características funcionales de cada célula dependen de los tipos de proteínas que es capaz de fabricar. Las “proteínas” se inician a partir de los “enlaces péptidos”, uniendo aminoácidos para formar “péptidos”, cuyo fuerte enlace covalente se establece entre el grupo carboxilo de un aminoácido y el grupo amino del siguiente aminoácido, provocandoinmediatamenteeldesprendimientode una molécula de agua. En parte, la unidad de la vida actual se demuestra por el hecho de que todos los organismos están compuestos de “proteínas”, creadas a partir de los mismos Aminoácidos. Las sustancias complejas de la Vida tienen la forma de largas cadenas de Aminoácidos, que vienen a conformar las “proteínas”. Éstas, son formadas mediante cierto mecanismo que se inicia con los Aminoácidos, ofreciéndose así otra explicación científica y plausible de la teoría de la Evolución. Entonces, las proteínas sólo son polipéptidos; sonunasustanciabiológicacompleja,indispensable para los organismos vivos; son moléculas orgánicas solubles en agua, compuestas por carbono, oxígeno, hidrógeno y nitrógeno; y se agrupan en complejos enjambres de gotas flotantes o “coacervados”, en raudo camino hacia la Vida. Nos dice Francisco Sierra Gutiérrez que gracias a la reducción biológica desarrollada por Jacques Monod una de las grandes conquistas de la biología moderna consiste en mostrar cómo se efectúa la síntesis de las proteínas en las moléculas, ya que en el comportamiento de las moléculas estaría la clave de la explicación de todo comportamiento humano. Canto General Acá hay un riesgo, puesto que se caería en el reduccionismo de ver que fenómenos tales como la culturaestaríangerminalmentedescritoscomoseries de variaciones en las combinaciones moleculares de manera inteligible o por azar. No obstante, aún nos preguntamos por qué en el caso de un feto que al tercer mes no ha recibido todos los nutrientes que le son necesario recibir, automáticamente dicho feto se angustia ante la carencia como si estuviese consciente de estar adquiriendo la condición de desnutrido, y que tal angustia la llevará de por vida después de nacer hasta el punto de que si a los sesenta años, por ejemplo, llega a hacerse multimillonario la supuesta nueva seguridad no evitaría que desde el páncreas no se sigan recibiendo los mismos mensajes de angustia enviados cuando se era feto. Como si nuestro comportamiento fuese un efecto simpatía, ni más ni menos que del mismo comportamiento de las células. Síntesis de Proteínas a partir de los Aminoácidos El fenómeno de sintetizar “proteínas” es el verdadero artífice de la función de la célula y de la vida, ya que las “proteínas” constituyen las tres cuartas partes de los sólidos de nuestro cuerpo. Lo característico de un Aminoácido es el poseer unnúcleocentralcomún,formadopordosátomosde Carbono, dos de Oxígeno, uno de Nitrógeno y cuatro de Hidrógeno. No existe una relación directa entre los aminoácidos y la célula, ya que inmediatamente losaminoácidosatraviesanlamembranacelularpara entrar en la célula, se combinan automáticamente unos con otros transformándose en “proteínas”. Los “aminoácidos” tuvieron que presentarse en la Tierra antes de que surgiera la vida, cuando abundabanenlaatmósferayenlasuperficieterrestre los elementos que los componen, iniciándose desde entonces el proceso donde cada uno de los veintiún Aminoácidos básicos, a medida que uno se iba tocando con el otro, el extremo H de uno de ellos se acerca al OH del otro, formando el agua (H2O) que sirve como enlace entre uno y otro. Dos Aminoácidos se combinan para formar un “péptido”, y de ahí en adelante se dispara la secuencia de formación de los “polipéptidos”. Se calcula que somos portadores de más o menos 1900 tipos de aminoácidos, responsables de las características constitutivas de tejidos y órganos, pero los “aminoácidos esenciales” serían 24. Aunque algunos científicos sólo reconocen 19, ahora prolifera la creencia de que algunos humanos superdotados portan 25 aminoácidos esenciales. Canto General Los “aminoácidos” una vez activados se acoplan al ARN de transferencia, de tal manera que un solo aminoácido se fija a una molécula de ARN, la que a su vez tiene como función transportar los aminoácidos desde su lugar de almacenamiento en el citoplasma hasta esos talleres de ensamblaje móvil de las proteínas que son los “ribosomas”, en donde se efectúa su acoplamiento. De las descargas eléctricas sobre las mezclas gaseosas (metano, amoníaco, agua) presentes en la atmósfera primitiva de la Tierra, se formaría el Caldo en el que surgirían las cadenas de “aminoácidos”, los que se desarrollarían perfeccionando su estructura secundaria acercándose a los ácidos nucleicos y situándose en la antesala de las proteínas. Los “aminoácidos” son los más simples de los prótidos; son ácidos orgánicos que fungen como los constituyentes elementales de las “proteínas” (estructuras complejas), siendo el más simple de los aminoácidos la “glicocola”. Son moléculas (monómeros) que campean por nuestro cuerpo dentro de las “proteínas”, de los cuales poseemos 21 variedades, pero rara vez los encontramos libres en las células. Su contenido o composición química es la de un grupo carboxilo (-COOH) asociado con el grupo amino (-NH2); su forma la de una combinación en cadenas largas mediante “enlaces peptídicos” y su cantidad varía según la clase de “proteína”, que en la más simple serían 20 y en la más compleja podrían ser varios cientos de miles. Un Aminoácido combinado con otros Aminoácidos forma una “cadena peptídica” dentro de la “proteína”, pero según fuere la complejidad de ésta podría contener varias cadenas peptídicas enlazadas entre sí a través de “puentes de hidrógeno”. El acoplamiento de aminoácidos da como resultado unas macromoléculas de “prótidos”, las que a su vez devienen en las estructuras más complejas de las “Proteínas”. Ante la presencia de agua durante el proceso de digestión, las“proteínas” se escinden de nuevo en Aminoácidos. La unión de los Aminoácidos presentes en la de una célula viva genera un “péptido”; si la molécula se dispusiera a enlazar un número no mayor de 10 Aminoácidos, sería un “oligopéptido”; si necesitara hacerlo con más de 10 sería un “polipéptido”; y si son más de 50 Aminoácidos de un mismo tipo se hablaría entonces de la “Proteína”. Los Aminoácidos se van enlazando a medida que se produce la síntesis de Proteínas. 139 Los elementos que intervienen en la“biosíntesis de las proteínas” son: El Núcleo celular, los Ribosomas, el ADN, el ARN mensajero, el ARN de transferencia y los Aminoácidos. La síntesis de proteínas se realiza mediante un proceso en el que: a) el ADN da la información necesaria para la síntesis de una proteína determinada; b) la información es transportada por el ARN hasta los ribosomas; c) los ribosomas empiezan a recibir los aminoácidos traídos por un tipo especial de ARN; d) los ribosomas ensamblan los aminoácidos de acuerdo con la orden establecida en el mensaje dado por el ADN y transportado por el ARN; e) se forman las largas cadenas de aminoácidos y se dan origen a los polipéptidos; f ) dos o más polipéptidos se fusionan y forman la proteína específica. De los 21 Aminoácidos, los 10 que no son sintetizados por nuestro organismo son: Treonina, Lisina, Metonina, Arginina, Valina, Fenilalanina, Leucina, Triptofano, Isoleucina e Histidina, los que son considerados por esta misma razón como Esenciales. Los otros 11 que sí son sintetizados por nuestro organismo son: Glicina, Alanina, Serina, Cisteína, Ácido aspártico, Ácido glutámico, Hidroxilisina, Cistina, Tirosina, Prolina e Hidroxiprolina. Como la cantidad de Proteínas almacenada por cada Célula es limitada, ocupando tan sólo el 10% de su región citoplasmática, una vez copada su capacidad los Aminoácidos se desdoblan y metabolizan en forma de energía. Y al ingerir Proteínas, las ya presentes en el cuerpo reversan su proceso desdoblándose en Aminoácidos, los que no producen nuevas Proteínas sino que se des-aminan y oxidan, presentándose así una obligada pérdida de Proteínas en el cuerpo en la cantidad de 30 grs. diarios, razón por la cual para la seguridad nutricional se recomienda un consumo entre 30 gr. y 75 gr. de proteínas por día. En nuestra alimentación, no ingerir los aminoácidos no esenciales (11) no es problema, puesto que nuestras células están en condiciones de sintetizarlos; pero de no ingerirse los aminoácidos esenciales (10), simplemente no se daría la síntesis de proteínas. Una vez que los 10 aminoácidos esenciales o necesarios entrar a formar parte de los líquidos corporales, todos a una los 21 aminoácidos rodean la célula para introducirse en ésta y permitirle ahora sí acelerar la síntesis de proteínas, las que iría almacenando en su interior. 140 Los Aminoácidos sólo son almacenados dentro de la célula en forma de“proteínas”y el nicho donde se realiza el proceso de síntesis de proteínas sería el “gen”molecular. De no ingerirse los 10 aminoácidos esenciales, incluso en el caso de ingerir 9, los consumidos resultarían inocuos debido a que las células fabrican proteínas completas o no fabrican ninguna, y los aminoácidos presentes empezarían a des-aminarse y oxidarse con el consecuente faltante de proteínas en el organismo. La inanición o pérdida de proteínas se compensaría con la ingesta de carbohidratos, obteniendo de éstos la energía faltante; si consumimos carbohidratos economizaríamos proteínas, al eximirla de que nos faciliten la energía que necesitamos. Estructura funcional de las Proteínas No todas las proteínas son iguales en todos los organismos, siendo que cada individuo posee proteínas específicas tan suyas que puede rechazar algún implante u órgano transplantado. Con base en la semejanza entre Proteínas podría establecerseelgradodeparentescoentreindividuos y construirse el respectivo “árbol filogenético”. Las Proteínas, asumen determinados caracteres físicos, adoptando forma Fibrosa o Globular. Las Fibrosas o no activas (colágeno, tubulina) sirven de andamiaje, estructura o esqueleto para las células. Las Globulares o activas realizan las actividades catalíticas (reacciones químicas). Si la Proteína está formada sólo por la cadena de aminoácidos es Sencilla y se llaman“Holoproteínas”; si lleva alguna sustancia más (glúcido, lípido, metal) es Conjugada y se llaman “Heteroproteínas. Las “Holoproteínas” pueden ser Globulares y Fibrosas. Las Globulares son “prolamidas” (zeína-maíz, gliadina-trigo, hordeína-cebada), “gluteninas” (orizanina-arroz), “albúminas” (seroalbúmina-sangre, ovoalbúmina-huevo, lactoalbúmina-leche), “hormonas” (insulina, prolactina, tirotropina) y “enzimas” (hidrolasas, oxidasas, ligasas, liasas, transferasas). Las Fibrosas (fibrilares) son “colágenas” (tejidos, tendones, cartílagos y huesos), “elastinas” (tejidos, tendones, vasos sanguíneos), “queratinas” (pelos, uñas, plumas, cuernos) y “fibroínas” (sedas, telarañas) Las “Proteínas conjugadas” son sustancias no proteínicas: “nucleoproteínas”, “mucoproteínas”,“li poproteínas”, “cromoproteínas”, “fosfoproteínas” y las “metaloproteínas”. Las “Proteínas plasmáticas: “albúminas”, “globulinas” y el “fibrinógeno”, que casi en su totalidad son fabricadas por el Hígado. Canto General Las “Heteroproteínas”: Las “glucoproteínas”, las “lipoproteínas”, las “nucleoproteínas” y las “cromoproteínas”, que están conformadas por una fracción proteínica más un grupo prostético (no proteínico). Las Heteroproteínas-gluco: las “ribonucleasas”, las “mucoproteínas”, los “anticuerpos” y las “hormonas luteinizantes”. Las Heteroproteínas-lipo son las que transportan lípidos en la sangre. Entre las Heteroproteínas-núcleo están la “cromatina” y los “ribosomas”. Las Heteroproteínas-cromo que transportan el Oxígeno son la “hemoglobina”, la “hemocianina” y la “mioglobina”, y las que transportan electrones son los “citocromos”. Si se trata de una secuencia de aminoácidos, se habla de una Estructura “primaria” de la Proteína, indicándonos qué aminoácidos componen la cadena y en qué orden se encuentran. Si no se da la estructura primaria, no podrían manifestarse las siguientes, ya que según sea la conformación espacial de su estructura primaria cada una de las proteínas cumple una determinada función, es decir, una alteración en la estructura primaria podría hacer perder determinada función. Si se trata de informar la disposición adquirida por estas estructuras primarias en el espacio, se habla de Estructuras “secundarias” (alfa-hélice y beta-zigzag). Si se trata de informar sobre la disposición de la estructura secundaria en el espacio, se habla de una Estructura “terciaria” de conformación globular. Si se trata de informar sobre una unión de varias cadenas polipeptídicas (protómeros) con estructuras terciarias, mediante enlaces débiles (no covalentes), se habla de la formación de un complejo “proteico” con Estructura “cuaternaria”. Proteínas de estructuras cuaternarias serían, por ejemplo, la “Hexoquinasa”, conformada por dos protómeros, la “Hemoglobina” de cuatro protómeros y la “Cápsida” del virus de la poliomielitis compuesta por 60 unidades proteicas. Las Proteínas sometidas a efectos eléctricos (magnéticos), elevadas temperaturas o variaciones de su pH, por ejemplo, pueden desnaturalizarse y perder muchas de sus propiedades, debido a que se ha roto su estructura terciaria, como en el caso los huevos sometidos al calor extremo que se fritan o cuecen. Si se recuperan las condiciones iniciales, en algunos casos (no con todas las proteínas) podría darse el proceso de renaturalización. Y las alteracionesproducidasporsometersealosextremos de temperaturas, presiones y/o pH se evitarían mediante la intervención de las “Enzimas”. Canto General Las Hormonas, proteínas mensajeras Las Hormonas son “holoproteínas” globulares (no fibrosas), es decir, proteínas sencillas conformadas sólo por aminoácidos. Sin las “hormonas”, no se hubiese desarrollado la vida humana. El ARN no es el exclusivo mensajero de la Vida. Las “Hormonas” fungen de ser los mensajeros químicos que viajando a través de la sangre llevan recados de una célula a otra. Todas las actividades del cuerpo, incluso la de pensar, dependerían de las “Hormonas”. Las Hormonas son el lenguaje químico mediante el cual se comunican las células de un órgano con las de otro, realizando así la función de estimular y regular las funciones vitales de todos los seres vivos (animal, vegetal, hongos, protista, moneras). El sistema nervioso sólo puede asegurar la coordinación entre los distintos órganos del cuerpo, en la medida que las “hormonas” logren coordinar las funciones de las células y de los tejidos que forman dichos órganos. Las Hormonas animales son segregadas por las glándulas y la Hormonas vegetales por los meristemos. Las glándulas segregan sustancias orgánicas, pero no todas éstas son “hormonas”, ni todas las glándulas segregan “hormonas”, ya que las “hormonas” son segregadas por las glándulas de secreción interna (endocrina), a diferencia de otras secreciones como el sudor, las lágrimas y la saliva que son vertidas por las glándulas por fuera del torrente sanguíneo. Las glándulas que tienen la competencia de segregar “hormonas” son la tiroides, las paratiroides, las adrenales, el páncreas, las gónadas, la hipófisis y la pineal. El sistema “hormonal” (endocrino) tiene que ver con los procesos de control y regulación internos para que los diferentes órganos funcionen correctamente, complementando así los esfuerzos realizados por el sistema nervioso cuya tarea es procesar las informaciones y estímulos procedentes del medio externo que a su vez son recibidas por todos los seres vivos. El nivel de segregación de “hormonas” dependería de la determinación genética y de la disposición ambiental y cultural, además de depender del mismo sistema endocrino (hormonal) en sí, ya que éste al estar conformado por una serie de células organizadas en glándulas y cúmulos celulares puede liberar mensajeros químicos como las “hormonas” que, viajando a través del torrente sanguíneo, llevan los recados a regiones distantes (larga distancia) poniendo en marcha alguna función vital. 141 Las Hormonas funcionan sincronizada y autorreguladamente ¿cibernéticas?, tal como la “insulina” que es la Hormona del páncreas actúa sobre los tres metabolismos de glúcidos, lípidos y prótidos, favoreciendo los procesos de síntesis, estimulando la incorporación de los aminoácidos en las proteínas y facilitando su penetración en las células. Y son muchos los casos que explicarían uno a uno porqué se presenta el maravilloso hecho de que todos los órganos del cuerpo humano sean Uno, necesaria y perfectamente articulados, sincronizados e intercomunicados. Las Enzimas, percutoras de la Vida También las Enzimas son “holoproteínas” globulares (no fibrosas), es decir, proteínas sencillas conformadas sólo por aminoácidos. Si bien la Célula es la unidad fundamental de la Vida, en la base de los procesos bioquímicos de ella juegan papel fundamental las “enzimas”, con su competencia en catalizar, facilitar y agilizar procesos sintéticos y analíticos. A la par de ello, tras de las “enzimas” está el papel regulador ejercido sobre éstas por los mismos “genes”. Por su naturaleza, el origen de las “enzimas” sería el mismo de las “proteínas”, si no es que son las mismas proteínas, ya que unas y otras están conformadas por aminoácidos, y éstos constituyen los cimientos del edificio proteico. Enzimas y Proteínasparecierantenerlamismaestructura,yaque unas y otras se desnaturalizan a altas temperaturas, al contacto con ácidos fuertes y metales pesados; ofrecen las mismas propiedades de viscosidad y solubilidad, sobre todo son igualmente solubles en agua y soluciones salinas, y son insolubles en alcohol. La eficacia del funcionamiento de las “enzimas” depende del pH, del medio donde actúan y de la temperatura. El espermatozoide a pesar de no tener citoplasma conserva un rico equipo “enzimático”. Las“enzimas”son sustancias químicas que, según sean las condiciones de temperatura, pH y presión, funcionan como potentes y eficaces “catalizadores orgánicos” (biocatalizadores), acelerando los procesos de síntesis, degradación, oxidación, etc.; químicamente son el compuesto o combinación de carbono (C), Hidrógeno (H), oxigeno (O), Nitrógeno (Ni), y Azufre (S). Las “enzimas” son catalizadores “proteínicos”, reguladores de la velocidad de reacción de los procesos fisiológicos propios de los organismos vivos, cuyo habitáculo en el interior de la célula es el citoplasma. 142 Las“enzimas” se estructuran en macromoléculas o biocompuestos proteicos, por el mismo hecho de ser proteínas, a partir de aminoácidos; son las más importantes de las proteínas funcionales, ya que intervienen y actúan como catalizadores naturales en todas las reacciones químicas que se dan en los organismos vivos; están localizadas en el citoplasma, pero no forman parte de sus organelos celulares. Estas macromoléculas proteicas son producidas por las mismas células vivas; son proteínas con aspecto de fermentos, producidas por las células para acelerar los procesos de reacciones químicas, mas no allí donde las condiciones no están dadas y se hacen imposible dichas reacciones. La estructura molecular de las “enzimas” es de una forma geométrica tan específica que su configuración superficial de entradas y salidas facilita que en ella encaje (invaginación) otra molécula como la del substrato sobre el cual esté actuando. De ahí que las “enzimas” sean específicas para un substrato determinado. Por su función, los diferentes procesos metabólicos como la locomoción, la excitabilidad, la irritabilidad, la división celular y la reproducción, dependen de la“actividad enzimática”, responsable de que la aceleración de las reacciones químicas que se dan al interior de la célula y en los otros procesos fisiológicos de los seres vivos (vegetales, animales) se adelante sin consecuencias adversas. En cuanto biocatalizadores, las “enzimas” reducen la energía de activación para poder acelerar ciertasreaccionesquímicas,haciéndolasmásrápidas o casi instantáneas, sin los riesgos de adquirir alguna contraindicación o de producir algún subproducto. De ahí que las“enzimas”actúen en pequeña cantidad y se recuperen (regeneran) indefinidamente; no se aventuren a ensayar reacciones (químicas) que sean energéticamente desfavorables, ni pretenden modificar el sentido de los equilibrios químicos, sino que se limitan a acelerar las reacciones que previamente han cumplido con los contenidos requeridos para su realización. Según sea el tipo de “enzima” presente en una célula, así serán las propiedades específicas de esta célula. La característica más sobresaliente de las “enzimas” es su doble y elevada especificidad que explica porqué cada una sólo se especializa en catalizar un tipo de reacción o solo una reacción determinada, en la que cada “enzima” actúa sobre un substrato y puede cambiarlo sólo de una cierta manera, siendo su función siempre la misma pero diferente de la función de las otra enzimas. Canto General Es decir, las enzimas trabajan según una función específica actuando sobre un sustrato y generando unos productos, sin subproductos, ya que la acción catalítica de los “enzimas” actúa sobre un substrato molecular (S) y cada reacción es producto del proceso catalizador de una “enzima” específica. Investigaciones adelantadas por la biología molecular han descubierto cómo a partir del ácido nucleico ADN se construyen las proteínas propias de cada especie, en particular las “enzimas”, y cómo las proteínas son“enzimas”cuando tienen actividad enzimática. Además de ser proteínas, las “enzimas” son compuestos químicos catalizadores biológicos naturales (biocatalizadores) que tienen la función de activar, desencadenar y acelerar las reacciones químicas propias de la materia viva. De las dos regiones de una “enzima”, una es el grupo proteico “apoenzima” y otra el grupo nucleótido “coenzima”; mientras la apoenzima ejecuta el enlace específico entre la enzima y el substrato, la “coenzima” dirige la reacción bioquímica. Y para su buen funcionamiento, las “enzimas” no podrían aparecer acomodadas al azar dentro de la célula, sino en lugares muy precisos dentro del citoplasma, lo más cerca posible de las mitocondrias distribuidoras de la energía, aunque éstas también se desplazan. Las “enzimas” son sintetizadas por la célula de acuerdo con la información suministrada por el ADN contenido en los cromosomas. Con la sola presencia de un substrato reclamando una“enzima” que actúe sobre él, la célula induce la producción de dicha “enzima”. Un posterior y más detallado estudio sobre los procesos de fermentación y de putrefacción adelantado porelquímicoAntoine-LaurentLavoiser (1743-1794) le permitiría corregir su afirmación de quelafermentaciónpodíaserconsideradacomouna reacción química cualquiera, demostrándose cómo la putrefacción y la fermentación eran provocadas por la presencia de bacterias y levadura. J. Jacobs Berzelius (1779-1848) observa cómo de la Levadura se podía extraer una sustancia capaz de regular ciertos procesos químicos, como aquellos en los que por la acción del jugo salival el almidón se degrada en monosacáridos y disacáridos, cómo se degradaba en disacáridos y dextrina a partir del extracto de trigo y cómo se aislaban fermentos a partir de los vegetales, concluiría que dicha sustancia era un hongo unicelular que funcionaba como el “catalizador” que aceleraba determinadas reacciones químicas sin ser destruido ni aparecer en los productos finales. Canto General Después en el siglo XX, Richard Kuhne (19001967) denominaría “enzimas” a dichas sustancias, puesto que así se escribía en griego la expresión “en levadura”, pero sin que la enzima pudiera ser ninguna levadura, ni tener forma celular claro está. Ahora se prenta un auge en las investigaciones sobre las “enzimas” a partir de esa chispa generada por la primera síntesis de la Enzima “Ribonucleasa”, experimentada en 1969 por Merrifield en la Universidad de Rockefeller Con base en su forma geométrica definida en cóncavos y convexos, las “enzimas” se invaginan actuando sobre un determinado “substrato”, con el que puedan encajar (invaginar) perfectamente, produciendo un compuesto. El“substrato”se une a la Enzima a través de numerosas interacciones débiles como los puentes de hidrógeno, las electrostáticas y las hidrófobas, en un lugar específico de su centro activo. Este centro es una pequeña porción de la “enzima”, constituido por una serie de aminoácidos que interaccionan con el substrato. Los“substratos”se denominan: Cofactor, cuando se trata de iones o moléculas inorgánicas; Coenzima, cuando es una molécula orgánica, siendo que algunas “vitaminas” funcionan como coenzimas, pero las deficiencias producidas por la falta de vitaminas responden a que no se puede sintetizar una determinada enzima en el que la vitamina es la “coenzima”. En Biología el “substrato” es el medio enelcualsedesarrollaunorganismo,enbacteriología lo sería el medio cultivo y en horticultura el suelo sobre el que crecen los vegetales. Según sea el tipo de invaginación y actuación de la “enzima” sobre el substrato, se clasifican en seis grupos: 1. Óxido-reductasas (Reacciones de oxido-reducción); si una molécula se reduce, tiene que haber otra que se oxide. 2. Transferasas (Transferencia de grupos funcionales); grupos aldehídos, grupos acilos, grupos glucosilos, grupos fosfatos (kinasas) 3. Hidrolasas (Reacciones de hidrólisis), que transforman polímeros en monómeros. 4. Liasas 5. Isomerasas (Reacciones de isomerización) 6. Ligasas La enzima “ptialina” se produce en las glándulas salivales y actúa en la boca sobre el substrato Almidón (CH2O)n, produciendo la maltosa C12H22H11; la “pepsina” se produce en las glándulas gástricas y actúa en el estómago sobre el substrato proteínas, produciendo péptidos; la “renina” se produce en las glándulas gástricas y actúa en el estómago sobre el substrato “caseína” (proteína leche), produciendo péptidos; la“maltasa” se produce en las glándulas intestinales y actúa en 143 el duodeno sobre el substrato maltosa, produciendo glucosa C6H12O6; la “sacarasa” se produce en las glándulas intestinales y actúa en el duodeno sobre el substrato sacarosa, produciendo glucosa fructosa; la “lactasa” se produce en las glándulas intestinales y actúa en el duodeno sobre el substrato lactosa (azúcar de leche), produciendo glucosa galactosa; la “tripsina” se produce en el páncreas y actúa en el duodeno sobre el substrato péptido, produciendo aminoácidos; la “lipasa” se produce en el páncreas y actúa en el duodeno sobre el substrato grasas, produciendo ácidos grasos (glicerol); la “nucleasa” se produce en las glándulas intestinales y actúa en el duodeno sobre el substrato ADN y ARN, produciendo nucleótidos. El “pH” y la Temperatura influyen en la velocidad de la acción de las enzimas (reacciones enzimáticas). El pH puede afectar el centro activo donde se encuentran aminoácidos con grupos ionizados y la ionización de aminoácidos que no están en el centro activo puede provocar modificaciones en la conformación de la Enzima. A temperaturas bajas las “enzimas” se muestran muy rígidas y a temperaturas altas (mayor de 50º) la actividad cae bruscamente. Comoproteínaquees,la“enzima”sedesnaturaliza de la misma manera que se desnaturaliza un huevo puesto a elevadas temperaturas. Sin las “enzimas” no hubiese podido surgir la Vida. La Vida también es expresión de una cadena de procesos enzimáticos, los más simples como el proceso de formación de hidratos de carbono que es producto de la interacción entre el H2O y el CO2, o los más complejos como el proceso de la clorofila que mediante una cadena de complejas reacciones transforman compuestos inorgánicos (agua y anhídrido carbónico) en alimento animal. Una deficienciaosobreactuacióndelafunciónenzimática redunda en una determinada enfermedad. Las Vitaminas Las Vitaminas no son moléculas ni sustancias orgánicas, sino sustancias químicas que no poseen un valor nutritivo pero que son fundamentales para la conversión en energía de los componentes nutritivos básicos de los alimentos y la regulación de muchas funciones de nuestro cuerpo. Como nuestro organismo no las produce, ni puede sintetizarlas, necesita adquirirlas de los alimentos de origen vegetal y animal, y en ningún caso puede prescindirse de ellas, puesto que su carencia ocasionaría enfermedades, infecciones y disfunciones en el desarrollo y la vitalidad del organismo. 144 Estas sustancias químicas indispensables para el buen desarrollo de los organismos vivos también son muy necesarias en la actividad de determinadas “enzimas”, ya que pueden funcionar como “coenzimas” facilitando así diferentes procesos metabólicos. Las Vitaminas con función de “coenzimas” podrían considerarse como un segundo substrato, ya que sus cambios químicos compensan y se equilibran con los realizados sobre el substrato principal. Una carencia de vitaminas origina importantes defectos metabólicos y enfermedades, como pudo ocurrirle a los tripulantes de los veleros ingleses en el siglo XVIII que siempre adquirían el escorbuto en sus largos viajes, hasta que incluyeron en su dieta los cítricos y no volvieron a sufrirlo, investigándose después que la sustancia sanadora era el ácido ascórbico, después llamado Vitamina C. Otros ejemplos: La carencia de vitamina A, indispensable para mantener el tejido epitelial y regular las funciones de la visión, produce ceguera nocturna y facilita la invasión de microorganismos; la carencia de vitamina C (ácido ascórbico), indispensable para el mantenimiento de los tejidos óseos, produce el escorbuto; la carencia de vitamina B1 (tiamina), indispensable para el sistema enzimático de los tejidos, produce la anorexia y la baja presión sanguínea; la carencia de vitamina B2 (riboflavina), indispensable para el sistema enzimático respiratorio, produce dermatitis y lesiones en las mucosas; la carencia de vitamina B3 (ácido pantotínico), produce la fatiga y los trastornos del sueño; la carencia de vitamina B5 (niacina), indispensable para el funcionamiento de las enzimas, produce la pelagra aguda; la carencia de vitamina B6 ( piridoxina), que actúa como enzima esencial para la síntesis de la hemoglobina, produce deficiencias en el sistema nervioso central, la depresión y la anemia; la carencia de vitamina B12 (cobalamina), indispensable para la síntesis del ADN y la maduración de glóbulos rojos (eritrocitos), produce lesiones en el sistema nervioso; la carencia de “biotina”, indispensable factor enzimático, produce deficiencias metabólicas de síntesis; la carencia de Vitamina D, calcificadora que fija las sales de calcio necesarias para la reconstrucción de los huesos y aumenta la resistencia a las infecciones, se encuentra en el aceite de hígado de bacalao y la yema de huevo, produce el raquitismo y la osteomalacia; la carencia de Vitamina K, útil en la coagulación de la sangre, y se encuentra en las espinacas, la coliflor y la zanahoria, produce hemorragias por las causas más insignificantes. Canto General Las Mitocondrias En la reconstrucción del árbol genealógico de la especie cuenta la Teoría evolucionista del “humanoide cognado”, diferente de otras como las mutaciones y los intercambios genéticos. Como sólo la madre transmite las Mitocondrias a los hijos, sería de la naturaleza humana tener una condición Ductriz (femenina), ya que las Mitocondrias del varón mueren en el momento que el espermatozoide fecunda el óvulo, sobreviviendo sólo las de la mujer. El ADN mitocondrial y el cromosoma Y son ideales para la reconstrucción de árboles o cadenas evolutivas, debido a su escasa recombinación. Mientras que del cromosoma Y se obtiene un ADN exclusivamente masculino, el ADN mitocondrial es de naturaleza femenina. Desde la aparición de la Eva mitocondrial hace 100.000-150.000 años, se estima que han ocurrido cambios en el ADN mitocondrial cada 2000-3000 años.. Sin las Mitocondrias tampoco hubieran surgido los vivientes, al no poder utilizar el Oxígeno. Están presentes en todas las células vivas evolucionadas, en particular las células eucarióticas. Recordemos que de las 25 moléculas diferentes de ADN que existen en el organismo humano, 24 de ellas constituyen el ADN presente en el núcleo de la célula y que la molécula de ADN especial se encuentra en las mitocondrias. Son orgánulos localizados en el citoplasma que funcionancomoverdaderascentralesdeproducción de energía. Como pequeña célula (orgánulo) en el interior de una célula, la “mitocondria” contiene un ribosoma, lugar donde se realiza la “síntesis de las proteínas”. Tienen una vida propia, más o menos independiente de la célula en que se encuentran, ya queeldesarrollodelasmitocondriasesindependiente del de la célula. No es extraño que se localicen fuera del núcleo de la célula, nadando en el líquido existente entre el núcleo y la membrana celular, tal como hace tres mil millones de años nadaban en las aguas primitivas de la Tierra respirando Oxígeno. Como se encargan de la respiración celular, al utilizar el Oxigeno aportado por la respiración para producir energía las calorías que se liberan a partir de las glucosas son almacenadas en el ATP. Las “mitocondrias” son en las células animales lo que los cloroplastos son en las células vegetales. Sonpequeñosorganeloslocalizadosenlascélulasde los organismos eucarióticos; tienen la forma de una microscópica esfera que constituye el “condrioma” o conjunto de todas las mitocondrias de una célula. Canto General Algunos miles de millones de años atrás, el proceso de laVida estaría pasando por la generación deenergíamitocondrial,producidaprecisamentepor unas bacterias o mitocondrias, las que al ser tomadas en forma de Oxígeno por otros microorganismos daría cuerpo a lo que hoy conocemos como la Célula, y así se desataría el proceso de la Vida. Los cambios de las proteínas y los ADN cromosómicosseacumulancondemasiadalentitud, dificultando su observación con el propósito de poder dar una información oportuna acerca de la historia de la evolución, pero gracias al uso de ciertas supercomputadoras se están consiguiendo revolucionarios avances en el estudio del ADN; considerándose también la posibilidad de dedicar similares esfuerzos en el estudio de las moléculas de “genes mitocondriales”, ya que el reloj mitocondrial funciona 10 veces más rápido que el reloj nuclear. Conclusiones científicas como la de un código genético universal, donde el genoma de la progenie de organismos se reproduce sexualmente mediante la combinación de genes maternos y paternos, están quedandoenentredicho,puestoquelosmitocondrios u orgánulos energéticos de la célula eucariota, contienen su propio ADN, el que se replica dentro del orgánulo y se forman nuevos mitocondrios por división simple, los que, a su vez, se transcriben. Además, una molécula de ADN de mitocondrios es más fácil de secuenciar porque sólo combina 16.569 pares de bases y los depositarios de la información genética serían los genes mitocondriales, mas no el ADN cromosómico. El Adenosín-Trifosfato ATP El ATP es la molécula universal inherente a todos los organismos vivos de la que emerge la energía requerida para poder fabricar la Vida. Si la Vida es todo aquello capaz de capturar energía de sus alrededores, procesándola, conservándola y liberándola, entonces la energía no está en las mismas entrañas del organismo, mucho menos cuando ya hemos precisado que los sistemas más abiertos son los de la Vida. Pero sí necesitamos saber cómo se las arregla el organismo vivo en su lucha contra el equilibrio termodinámico entrópico, capturándole energía libre y neguentropía a sus alrededores. Una característica de los seres vivos es adelantar procesos de “metabolismo”, ya sea mediante síntesis, degradación y/o transformación, que son procesos químicos de obtención, gasto o conservación de energía. La obtención de energía es un proceso metabólico de “degradación”, 145 y aunque la síntesis implica un gasto de energía en realidad ocurre una transformación, manteniéndose constante la energía. El normal funcionamiento de los seres vivos requiere de la obtención de energía (degradación), para lo cual dichos organismos han conseguido un sistema mediante el cual toman moléculas combustibles (azúcares) del medio y las “degradan” hasta obtener de ellas la energía necesaria. El ATP o fosfato orgánico es un compuesto orgánico de alta energía, en forma de una macromolécula pre-celular, utilizado en todas las funciones de los organismos que requieran de energía; formado a partir de los fosfatos y los fosforados presentes en los océanos primitivos, que en la actual fase evolutiva se generan en el proceso respiratorio de la célula. Al romperse el ATP en otras moléculas, el Adenosín difosfato (ADP) y el ácido fosfórico, libera energía. La energía exigida o requerida para las actividades de las células, de los organismos y de los seres vivos es tomada del medio externo y almacenada bajo la forma de esta macromolécula “adenosín trifosfato”. Para el pleno funcionamiento la Célula siempre tendrá a su disposición esta reserva de energía, porque el ATP tiene la propiedad de regenerarse a partir de la misma respiración realizada por la Célula en el ámbito de sus mitocondrias y de enzimas como los citocromos. El ATP sería como la batería de acumulación de todos los organismos. Tanto el ATP como el ADN tienen un compuesto común, la Adenina. Todas las reacciones químicas que se dan en los seres vivos para la obtención y gasto de energía conforman el “metabolismo”, que puede ser de síntesis (anabolismo), degradación (catabolismo) y transformación. La síntesis implica gasto de energía; la degradación implica ganancia de energía; la transformación implica que se conserva la cantidad de energía. Con respecto a la Síntesis, por su importancia se recomienda tener muy presente la “síntesis de proteínas” y Fotosíntesis. La Fotosíntesis es un proceso mediante el cual los organismos vegetales sintetizan toda la materia orgánica necesaria para vivir, utilizando la energía lumínica como fuente primaria del proceso, produciéndonos a su vez unas moléculas ricas en energía que son aprovechadas por otros seres vivos y purificándonos la atmósfera al capturar el CO2 y brindarnos el oxígeno (O2). 146 En presencia de levaduras se da un proceso de fermentación donde la glucosa, una vez atacada por la levadura y después de una compleja serie de reacciones químicas, no sólo requiere de la intervención de varias “enzimas” para la obtención de alcohol y gas carbónico, sino que el resultado final para la célula y el organismo es una regeneración del ATP a partir del ADP. Es decir, el ATP tendría que ver con el proceso anaeróbico de fermentación (sin O2) y el proceso aeróbico de respiración (con O2). El Mapa del Genoma Humano El Genoma Humano es el conjunto de instrucciones precisas de carácter químico que definen el conjunto de las diferentes moléculas de ADN que se encuentran en cada una de nuestras células. Robert Sinsheimer y Charles de Lisi idearon el Proyecto Genoma Humano en 1985 Aquella discusión sobre cuál era el lenguaje de la vida, si el de las Proteínas (aminoácidos) o el del ADN, o el del ARN ¿estaría siendo saldada en favor del ADN?, aunque los verdaderos artífices del funcionamiento de la célula son las proteínas. La comunidad científica ahora discute si el código de la Vida es el ADN cromosómico normal o el ADN mitocondrial. Es posible que el ADN mitocondrial heredado sólo de la madre es el que contiene la historia del genoma humano, de la vida evolutiva del Hombre, mas no de la Vida en general. El ADN es el archivo de toda la información hereditaria. Si se extendiera el ADN de una célula humana en forma de hebra alcanzaría una longitud de 2 metros; en el virus más simple puede suceder una secuencia de 5.000 pares de bases; en cada uno de los 46 cromosomas humanos puede ocurrir una secuencia de 5,000.000 de pares de bases; y en una célula humana su ADN podría contener una información equivalente a 600.000 páginas de un libro. El Mapa del Genoma Humano es producto del conocimiento acumulado por la humanidad, ya que viene diseñándose desde 470 años antes del evento inaugural del Gran Concilio cuando, entre otros hitos, los babilonios celebran con ritos religiosos la polinización de las palmeras; Aristóteles (-323) especula sobre la naturaleza de la reproducción y la herencia; en 1676 se confirma la reproducción sexual de las plantas; en 1838 se descubre cómo todos los organismos vivos están compuestos por células; en 1866 Mendel descubre en los guisantes las unidades fundamentales de la herencia; en 1871 se aísla el ADN en el núcleo de una célula; en 1887 se Canto General descubre que las células reproductivas constituyen un linaje continuo, diferente de las otras células del cuerpo; en 1909 las unidades fundamentales de la herencia biológica reciben el nombre de genes; en 1910 Thomas Morgan presenta sus experimentos con la mosca de la fruta, revelando cómo algunos fragmentos genéticos son determinados por el sexo; en 1943 el ADN es identificado como la molécula genética por O. T. Avery, de la Universidad de Rockefeller, quien demostraría cómo los factores genéticos de una cepa bacteriana u otra similar se transmitían gracias al ADN y, por tanto, el material hereditario (genético) de los virus no era una proteína sino el ácido desoxirribonucleico ADN.; en 1956 se identifican 23 pares de cromosomas en las células del cuerpo humano; en 1966 se descifra el código genético completo del ADN; en 1983 se inventa la técnica PCR (reacción en cadena de la polimerasa), que permite producir millones de copias de una región específica de ADN, siendo este PCR un instrumento esencial en el desarrollo de técnicas de diagnóstico, medicina forense y la detección de genes asociados con errores innatos del metabolismo; en 1988 se crea la organización HUGO para llevar a cabo el Proyecto Genoma Humano; en 1995 se completan las primeras secuencias de genomas de bacterias; en 1996 por primera vez se completa la secuencia del genoma de un organismo eucariótico, la levadura de cerveza; en 1997 Ian Wilmut y su equipo de investigadores clonan al primer mamífero, la oveja Dolly. Uno de los logros científicos más importantes en la historia de la ciencia moderna es el anuncio sobre los resultados de la secuencia del ADN del genoma humanoqueel26dejuliode2000hicierondemanera conjunta los proyectos privado y público, dirigidos respectivamenteporlosinvestigadoresCraigVenter, quien se haría poderoso y rico usufructuando para su peculio personal los resultados de una investigación financiada con recursos públicos, y Francis S. Collins. Después de publicarse en el 2001 el mapa provisional y en el 2003 la secuencia del Genoma Humano, se vienen publicando avances sobre su contenido,perotodavíanosalberganmásincógnitas que certezas, ya que los nuevos datos obligan a la comunidad científica a replantearse qué son los genes y qué hacen. Se creía que los genes eran unidades independientes, separadas por huecos en los que sólo había ADN basura (se estima que ocupa el 95% del genoma); que los únicos que podían codificar eran los genes y que cada uno codificaba Canto General una sola proteína; pero hoy se sabe que los genes no son unidades independientes, sino que muchos se superponen actuando en red y compartiendo información; que era falso eso de los genes basuras, ya que todos cumplen una función vital. Esto es, la estructura y el funcionamiento de un solo “gen” ofrece todavía muchas incógnitas. Por ahora, sabemos que: La ciencia nos ha revelado el misterio de nuestros nucleótidos A, C, G y T y la secuencia del genoma humano, pero la misma célula aún nos oculta cosas sobre el mARN que nos impiden predecir con precisión la secuencia proteica basándonos sólo en la secuencia de ADN. Y el mundo de los “genes” es todavía más extraño, tanto que no sabemos cuántos poseemos De los aproximadamente 30.000, 66.000, 75.000 o 100.000 genes que unos y otros nos dicen que poseemos aún nos quedan muchos por descubrir, sin saberse cuándo tendríamos a la mano el catálogo completo de los genes que componen el genoma humano. La información genética está codificada en la secuencia de “nucleótidos” en las moléculas de ADN; las moléculas de ADN determinan la secuencia de aminoácidos en las moléculas de proteínas y son los genes los que influyen en la producción de moléculas específicas de proteínas. Los “genes” son el tesoro oculto del ADN, pero no son proteínas, así antes se le hubiese considerado una Enzima, sino un Polipéptido. Y es el cambio en un solo Aminoácido de una cadena polipeptídica el causante de un dramático cambio en la función de la proteína resultante. Nuestro ascendiente común sería una molécula original que, después de extraer energía de su ambiente circundante, pudo producir copias de ella misma y escribir su propio manual de supervivencia en la Tierra, proceso este que no podría ocurrir de no estar regido por el ADN. Una vez descubierto que en el núcleo de la célula se encontraban los cromosomas y que dentro de los cromosomas venía empacado el ADN, a manera de una madeja de entramadas hebras (moléculas) alargadas ADN de dos metros cada una, no sólo vendría la Biología a encontrar nuevos campos de desarrollo y aplicación, merced a los grandes saltos provocados por las investigaciones sobre lo que ocurre dentro de la célula, con respecto a la molécula de ADN, los genes con sus mensajeros ARN, los cromosomas y las proteínas, sino que la misma concepción de la Vida y del mundo ha cambiado radicalmente. 147 No hay fundamento alguno para hablar de razas humanas, ya que entre dos genomas de diferente especie un considerable número de genes comunes aparecen aproximadamente en el mismo orden, como el caso del cromosoma humano 21 que corresponde parcialmente de manera estricta al cromosoma 16 del ratón, complementado con parte de sus cromosomas 17 y 10. El Hombre y el ratón serían suficientemente cercanos como para que haya entre sus genes elevada correspondencia. Ergo, nuestro ancestro la Geo-bioquímica Así como hoy puede descubrirse qué estrellas se aproximan a su muerte y calcular su masa, arrojándonos una elevada correlación ente la masa de una estrella y su longevidad, igualmente se calcula que el sistema solar pudo formarse hace 5.000 millones de años. Con base en la velocidad de transformación del uranio 238 en plomo 206 y su consecuente degradación, la edad de la Tierra estaría por los 4.500 millones de años. Y con base en el estudio de las proporciones atómicas del Carbono 14 y de los isótopos del Carbono, (C12 y C13), se considera que la Vida habría aparecido en la Tierra hace 4.000 millones de años. Como sólo merced a la fuerza gravitacional un Planeta puede atraer y retener los Elementos originarios de su atmósfera, (la Luna no pudo retener ninguno, Júpiter los retuvo todos y la Tierra sólo algunos), se explica entonces porqué la atmósfera originaria de la Tierra se conformó por dos elementos gaseosos, Hidrógeno y Helio. El H y el He, por ser químicamente los más ligeros no pudieron ser retenidos por la atracción terrestre, desapareciendo casi totalmente el Helio por su escasa reactividad a entrar en enlaces químicos y, en cambio, el Hidrógeno por su alta propensión reactiva pudo diluirse en moléculas de “metano” (CH4), “amoníaco” (NH3) y “agua” (H2O), siendo estas tres sustancias las comadronas de la Vida en la Tierra, la que a su vez produciría al Oxígeno como su tutor. Luego vendrían los Aminoácidos, las Proteínas, las Enzimas, los Nucleótidos, el Adenosín trifosfato ATP y los ácidos nucleicos (ADN y ARN), macromoléculas orgánicas básicas de la materia viva. Así, las reacciones químicas entre los Elementos terminarían por producir el universo de los seres vivos. Mucho antes de que Oparin revolucionaria el campo de las teorías de la Vida con su afirmación de que las primeras formas de Vida aparecidas en la superficie de la Tierra serían los “coacervados”, ya Engels había intuido que el antepasado común de la Biogénesis era el biocompuesto de las “proteínas”. “Todas las investigaciones químicas del mundo orgánico nos retrotraen, en última instancia, a un cuerpo, que, siendo resultado de procesos químicos corrientes, se distingue de todos los demás por el hecho de ser un proceso químico permanente que se desarrolla por sí mismo: La Proteína. Cuando la química logre obtener la proteína de la manera específica en que evidentemente ha surgido, la del llamado protoplasma, o más bien en ausencia de ella, la que contiene potencialmente todas las demás formas de proteína (lo que no quiere necesariamente decir que sólo exista un tipo de protoplasma), se habrá logrado exponer la transición dialéctica de un modo real y, por tanto, completo”92 Las Proteínas, tan esenciales para que el ADN se pueda multiplicar, son el producto de haber utilizado C, H, O y N, elementos originarios de la tierra primitiva, como materia prima; son moléculas orgánicas, estructuradas en polímeros de aminoácidos y dispuestos en una secuencia lineal, tales como las enzimas, las hormonas, las inmunoglobulinas (anticuerpos) y las presentes en los huevos, semillas, membranas y músculos; en las que sólo 20 o 21 tipos de aminoácidos, que son las unidades estructurales de las proteínas, intervienen en la construcción de ellas. Isaac Asimov observa cómo todas las formas de vida terrestre, sin excepción, están fundamentadas en las grandes moléculas de “proteínas” y “ácidos nucleicos”, ya que todas ellas utilizan la misma clase de reacciones químicas, mediadas por la misma especie de enzimas, además de que todas las moléculas de proteínas de la Tierra están construidas de “aminoácidos”. Antes de que la ruta de la Vida comenzara con el ADN y prosiguiera por etapas intermedias de ARN, las ancestrales moléculas orgánicas habían encontrado que la biomolécula ARN era el sostén para empezar a configurarse como “protocélula”. Ya se ha demostrado, por parte de la neurociencia, cómo la esencia de la Vida está en el escenario genético de moléculas ARN-ADN, en los Aminoácidos, las Proteínas y las Mitocondrias. 92 ENGELS, Federico. Dialéctica de la Naturaleza; Grijalbo, México, 1961, pág. 218 148 Canto General Y serían los Aminoácidos, enlazados entre sí peptídicamente puesto que el grupo “amino” de uno siempre tiende a conectarse o unirse con el grupo “carboxilo” de otro, los constituyente esenciaesl de esos compuestos de elevado peso molecular denominados “proteínas”. Para que en el Citoplasma pudieran producirse las Proteínas se hace necesaria la participación de los “ribosomas”, que son los responsables de transcribir las instrucciones o información llevada por el mensajero ARN en sus moléculas, información que ha sido enviada por el ADN. Investigaciones sobre los “ribozimas” o enzimas primitivas esclarecen cómo las Proteínas o “enzimas proteicas”son moléculas formadas por las innumerables combinaciones de 20 aminoácidos que funcionan como catalizadores biológicos, pero también han descubierto cómo la molécula del ARN puede funcionar como catalizador biológico, diciéndose incluso que las precursoras de las catálisis orgánicas serían esas moléculas de ARN llamadas “ribozimas” (ribo-enzimas), las que a su vez vienen siendo utilizadas para reparar, sustituir o destruir moléculas de ARN. Las Proteínas son vitales para la conformación estructural de las células y para sus funciones biológicas; actúan como factores nutrientes y de reserva; en sus funciones de defensa forman parte del sistema inmunitario, pudiendo actuar como anticuerpos y ser capaces de neutralizar virus y bacterias. Es tan prodigioso el servicio prestado por las Proteínas, que también pueden fabricarse con propósitos eco-ambientales, ya que a partir de ellas pueden obtenerse fibras súper resistentes como la las fibras producidas por las arañas y las anguilas, totalmente biodegradables. Somos portadores de unas 30.000 especies diferentes de proteínas, formadas todas ellas por las múltiples combinaciones entre los mismos 20-21 aminoácidos (¿o más?); tenemos proteínas en forma de enzimas en nuestro estómago para poder digerir los alimentos, en nuestros vasos sanguíneos y el tejido de nuestra piel. Merced a la participación de las proteínas, el ADN puede fotocopiarse (duplicación, réplica) a sí mismo en forma de mARN. Pero ahora la ciencia nos dice que las proteínas no tienen la propiedad de garantizar su propia replicación precisa, ni son depositarias de la información genética; que así como no lo era la molécula de proteína tampoco lo es el ADN cromosómico, sino otro tipo de molécula, la de los “genes mitocondriales”. Canto General Esto nos urge identificar qué trozos o segmentos de la larga cadena de ADN presente en el cromosoma poseen realmente la actividad propia de un “gen”, lo que requiere saber sobre su estructura, su organización, su función bioquímica y celular y las consecuencias que se derivarían de la modificación estructural de dicho “gen”, ya sea por mutaciones, supresión o cambio en algún aminoácido, duplicación de una secuencia, duplicación del “gen” o anulación del “gen”. Pero no es tarea fácil. El ADN nos podría explicar también cómo se produjo la primera Célula en la Tierra primitiva, ya que sin ADN la Célula quedaría sin brújula, y así ninguna Célula funcionaría ni se reproduciría. El misterio está en poder explicar cómo se formó esa escala en espiral, ADN, portadora de todas las informaciones que la Célula necesita para crecer, corregir defectos y reproducirse; cómo es el proceso de comunicación del ADN, que viene suministrando información genética durante 4.000 millones de años con un margen mínimo de error, que cuando yerra o por una mutación accidental casi siempre es para bien, para perfeccionar. ¿Eugenesia? Si es cierto que tenemos vida celular porque el ADN se transforma en ARN, el que a su vez está conformado por una sola cadena que sintetiza enzimas, y proteínas, interviniendo por tanto en lo que llamamos código genético, no hay que plantearse el código genético como un problema matemático. Se acepta que las dos primeras bases del ARN codifican un Aminoácido genérico y la tercera un aminoácido específico y que la enzima retrotranscriptasa copie ARN en ADN, pero ello no invalida que la información genética fluya de ADN a ARN, y de éste a la enzima o la proteína. Otra teoría nos dice que el antepasado común sería la Bacteria, ya que este organismo unicelular pudo tal vez instalarse en la base del árbol de la Vida por ostentar el honroso honor de ser la bisagra entre la separación y unión del reino vegetal y el reino animal. No es que la Vida haya empezado en ceros a partir de una Célula, pero la clave de la Vida sí estaría en ella; es decir, la Vida nace en la Célula, en particular las células germinales madre y embrionarias. El trayecto del proceso natural de la Vida va de las células germinales (madre, embrionarias) a células especializadas, susceptible de ser reversado artificialmente en el proceso de adquisición de 149 células germinales a partir de unas determinadas células especializadas, lo que estaría en la idea de inducir un incesante proceso de retroalimentación y regeneración de células especializadas, tejidos, órganos y el mismo cuerpo, a partir de células madre.93 El descubrimiento de que las células se reproducen mediante un proceso de “división” no es un asunto meramente cuantitativo, sino que conduce a cambios tan radicales y cualitativos en las mismas células que le merecería a F. Engels afirmar que la capacidad de variación de la “célula” nos señala el camino por el que los organismos pueden cambiar de especie y, por tanto, poder recorrer una trayectoria superior a la individual. Pero la ruta de la Vida no se reduce al proceso de la vida humana. El proceso de desarrollo de la naturaleza viva es un proceso vinculado al paso de los cambios cuantitativos a los cualitativos, lo que es confirmado con la aparición de un organismo pluricelular por “división” de una sola célula. Si en la Naturaleza todos los organismos antes de forzar una situación al extremo de tener que adaptarse o morir, mejor intentan realizar el menor esfuerzo y migran hasta encontrar el medio ambiente que le ofrezca las condiciones convenientes para vivir, la Teoría de la Vida que se fundamenta en la Biogénesis, la Epigénesis y el antepasado común de la Geo-Bioquímica sería la más plausible. ¿Cómo llamar a esta Teoría? Como si fuésemos caja musical,94 interpretamos el Canto General entonando las notas de cada uno de los entrañables elementos que participan a lo largo de la bioquímica y la biogénesis emitiendo su tonalidad al ritmo de pulsaciones y respiración, y así componiéndose entre todos la más bella de las óperas, la Sinfonía de la Vida. Sólo sintiendo el entraño ritmo musical ¿trascendental? de la Materia en Movimiento le encontraríamos el verdadero significado y sentido a la épica de la Vida, a partir de la elemental Célula. La Vida va de la química de materia muerta a la química de la materia viva. Todos los organismos portadores de Vida se caracterizan por tener un antepasado común, cual es provenir de la materia inanimada geoquímica. La evolución de la Vida y del Hombre forma parte de la evolución general de la Materia, que se ha configurado como Vida a partir de la formación de hidrocarburos, aminoácidos y ácidos grasos, formándose luego los coacervados o macromoléculas de forma y unidad definida para poder alojar a los ácidos nucleicos, y desarrollándose merced a la capacidad de utilizar energía. De esta manera se desbarajusta el andamiaje de la teoría biológica mecanicista que considera el organismo como un simple agregado de células independientes entre sí, se interpreta el desarrollo como simple crecimiento y aumento (evolución vulgar) y se niega el desarrollo como simple proceso de pasar de los cambios cuantitativos a los cambios cualitativos. Por tanto, entre la vida de la geología y la geología de la vida encontramos una razón para pensar que la Geo-Bioquímica es nuestro antepasado común, en la espiral logarítmica de la Vida. Esto es, en la explicación de cómo se ha formado y funcionado la Vida no vale distinguir entre química inorgánica y química orgánica; ni entre física, química, biología y psicología. Si la química es una ciencia física, cómo entender que los físicos no sepan de química, ni de biología, ni de psicología; o cómo hacerlo con respecto a un psicólogo que no entienda de física. De saber aprovechar la oportunidad de tener una visión más holista de la Vida, poniendo la física, la química, la biología y la psicología bajo el mismo horizonte y haciéndolas una sola ciencia, tal vez daríamos un gran salto en el propósito de esclarecer el enigma de la Vida. Aunque no hay direcciones necesarias en la Naturaleza, ya una vez la Vida los ritmos de su sinfonía obedecen a los acordes de la concurrencia simultánea de determinados eventos no linealmente acumulativos, los que después de progresivos desarrollos y abruptos saltos y retrocesos en la gran espiral logarítmica del Todo tendría el sentido de la secuencia genealógica: ¿Luz?, Energía, Partículas y Fuerzas, Átomos, Moléculas (inorgánicas), MacroMoléculas (orgánicas), Biomoléculas, ARN, ADN, ATP, Aminoácidos, Enzimas, Proteínas (Hormonas), Mitocondrias, Célula, Tejidos, Glándulas, Órganos, Aparatos, Sistemas, Cuerpos, Organización, Evolución, ... ... ¿Luz?, ... , ... 93 Sería como estar ad portas de la ciencia-ficción de la eterna juventud. 94 Todo lo que está en movimiento vibra con su respectiva nota musical y necesita expresarse en forma de danza, tal cual el movimiento telúrico lo haría en la escala “Fa”. 150 Canto General