N° 130 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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1
Acuerdo N° 130
En la ciudad de Rosario, a los
25
Abril
días del mes de
de dos mil once,
se reunieron en acuerdo los señores miembros titulares
de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de
la ciudad de Rosario, doctores Ricardo A. Silvestri,
María
Mercedes
Serra
y
Ariel
Carlos
Ariza,
para
resolver en los autos: “BOGADO, Angela contra LEDEZMA,
Javier sobre Cobro de pesos”, Expte. Nro. 324/2010,
venidos del Juzgado de Primera Instancia de Distrito
Civil y Comercial N° 17 de Rosario.
Realizado
el
estudio
de
la
causa,
se
resolvió
plantear las siguientes cuestiones:
Primera: ¿Es justa la sentencia recurrida?
Segunda:
En
su
caso,
¿Qué
pronunciamiento
corresponde dictar?
A
la
primera
cuestión
el
señor
vocal
doctor
Silvestri, dijo:
1-
El
sentenciante
anterior
rechazó
la
demanda
interpuesta por Angela Patricia Bogado contra Javier
Ledezma e impuso las costas a la accionante. Reguló
los honorarios a los profesionales actuantes (fs.80 a
83). Apeló la actora a fs.84; radicada la causa en la
Cámara, expresó agravios a fs.109 a 110 vta.; que no
2
fueron
replicados
por
el
apelado.
Se
llamaron
los
autos para sentencia y la providencia fue notificada a
las partes a fs.115 a 116.
2)
Angela
patrocinio
P.
Bogado,
letrado,
por
derecho
propio
y
promovió
demanda
ordinaria
con
de
cobro de pesos contra Javier Mario Ledezma, con la
finalidad de lograr el cobro de la suma de $ 23.000.-.
Afirmó la demandante que vivió en concubinato con el
demandado desde el año 2003 hasta Mayo de 2008, en el
domicilio
que
ocupa
con
su
hijo,
el
que
fuera
alquilado por el accionado, acompañando copia de dicho
instrumento.
Señaló
que
después
de
sacrificios
y
esfuerzos por parte de ambos adquirieron un automóvil
0 km, marca Ford Fiesta, dominio GSN 094, en el mes de
Noviembre de 2007, pero ante su sorpresa Ledezma en
vez
de
inscribir
el
rodado
a
nombre
de
ambos
(en
condominio) lo hizo a su sólo nombre, cosa que le
reprochó en su momento. Expresó que como el demandado
la manifestó que no la perjudicaría no insistió con el
tema, pero sorpresivamente y sin mediar palabra alguna
en el mes de Mayo de 2008 Ledezma se fue de la casa y
llevó el automóvil consigo. Indicó que hizo diversos
reclamos
y
en
un
primer
momento
el
demandado
le
3
ofreció la suma de $ 10.000.- que su parte no aceptó.
Mencionó que en ocasión en que Ledezma fue a visitar
el
hijo
de
ambos,
la
actora
le
señaló
que
si
no
devolvía la mitad del valor de la unidad lo iba a
demandar por ello el accionado procedió a enajenarlo
poniéndolo a nombre de su tía materna Martha G. Figari
en Santiago del Estero. Puso de resalto que ambos son
empleados de la Provincia de Santa Fe. Postuló la suma
de $ 23.000.- que es representativa del 50% del valor
actual del rodado (fs.9 a 10). El demandado contestó a
la demanda a fs.18 a 20, negando todos y cada uno de
los hechos aducidos por la accionante, especialmente
que
en
existido
el
período
de
referenciado
convivencia
por
la
permanente
actora
y
haya
efectiva,
alegando que no hubo de su parte intención de formar
una relación de estabilidad y fidelidad. Señaló que no
hubo esfuerzo en común para adquirir el automotor y
negó que Bogado haya efectuado aporte de dinero para
la compra del mismo. Afirmó que el rodado lo adquirió
con el dinero que le prestó su tía materna Marta G.
Figari,
reconociendo
que
el
bien
fue
transferido
a
nombre de su tía para devolverle el dinero que le
había prestado. Pretende le rechazo de la demanda, con
4
costas.
3) El a-quo luego de analizar la prueba de autos
estimó que no se había probado los extremos de la
pretensión. Indicó que no se acreditó que Bogado haya
realizado
automotor,
aporte
lo
concubinato,
concubinos
alguno
cual
ya
no
que
hace
no
para
cabe
la
la
presumir
mera
presumir
adquisición
del
invocado
convivencia
la
del
de
existencia
de
los
un
mandato ni de una sociedad de hecho entre éstos, como
así tampoco que la adquisición de bienes por uno de
ellos se efectuó con dinero de ambos y para los dos.
Así desechó por ineficaces los dichos de las testigos
Marcela S. Bogado y Elena E.E. Santana, entre otras
consideraciones.
4) La apelante procura la revocación del veredicto.
Asevera que no reclamó la mitad del valor del vehículo
en carácter de concubina, sino porque aportó la parte
correspondiente
comprado.
del
Manifiesta
dinero
que
con
tal
que
el
extremo
mismo
fue
ha
sido
acreditado en autos. Afirma que el demandado reconoció
que transfirió el rodado a su tía materna Figari y que
tanto su parte como el demandado percibían los mismos
ingresos. Señala que aportó el contrato de locación
5
del inmueble que ambos alquilaron, teniendo un hijo en
común, por que entiende que el concubinato ha sido
demostrado. Se queja de que el a-quo haya ponderado
las distintas copias de los boletos de compraventa de
automotores
firmando
en
los
como
cuales
el
adquirente
o
demandado
vendedor,
aparece
pero
se
pasa por alto que tales documentos privados no lucen
reconocidos
ni
tienen
fecha
cierta.
En
concreto,
expresa que demostró el concubinato y los aportes del
50%
del
valor
mención
a
la
de
adquisición
prueba
del
testimonial;
rodado,
así
como
haciendo
que
es
admisible el condominio entre concubinos y que puede
acontecer que ambos hayan aportado para la compra de
algunas
cosas
obstante
que
que
luego
frente
poseyeron
a
en
terceros
común,
aparezcan
no
de
titularidad de uno solo. Indica que existió una compra
por
interpósita
mismos
Santa
ingresos
Fe,
que
mandato
oculto,
dirigida
a
que
persona
como
debe
que
empleados
que
mandatario
ambos
de
encuadrarse
siendo
el
y
su
obtenían
la
en
la
Provincia
de
figura
del
pretensión
oculto
los
cumpla
estuvo
con
el
convenio (mandato oculto) que unía a las partes y que
el bien se inscribiría a nombre de ambos, cosa que el
6
accionado incumplió y dio origen al juicio. Aduce que
no hubo ánimus donandi y que “la causa por la cual la
inscripción registral no refleja la realidad económica
que le dio origen”.
5) Se ha dicho, con acierto, que en el derecho
argentino, a diferencia de otros ordenamientos de la
legislación
comparada,
carece
de
una
teoría
general de la comunidad de intereses. Las diferentes
posibilidades
legal;
así
recaer
de
por
sobre
co-titularidades
ejemplo,
cosas
el
tienen
condominio
(art.2674
régimen
sólo
del
puede
CC),
la
cotitularidades sobre créditos se regulan según éstos
sean solidarios o mancomunados (arts.690 y s.s. del
Código
Civil),
la
propiedad
intelectual
puede
dar
lugar a un condominio con indivisión forzosa (arts.17
y s.s. de la ley 11.723), la sociedad de hecho tienen
un régimen especial (arts.21 y s.s. de la LS). En
punto
a
sociedad
las
de
diferencias
hecho,
la
entre
teoría
el
condominio
clásica
y
la
encuentra
la
diferencia fundamental radica en la personalidad de la
sociedad; en cambio el condominio no hace nacer un
tercer sujeto de derechos, mientras la sociedad es un
contrato,
el
condominio
es
un
derecho
real,
sin
7
perjuicio de que la sociedad supone una explotación
común, mientra el condominio es una figura estática
(Suprema
Corte
de
la
Provincia
de
Mendoza,
La
Ley
1991-C.378; Videla Escalada, Federico, Las sociedades
civiles,
nº
Sociedades
122
de
edición
hecho
e
1962;
Piantoni,
irregularmente
Mario,
constituidas
civiles y comerciales, Lerner, 1979). Ahora bien, nada
impide la existencia de condominio entre concubinos;
en efecto, puede ocurrir que ambos hayan aportado para
la compra de algunas cosas, que luego poseyeron en
común, no obstante que frente a los terceros aparezcan
como de titularidad de uno solo. Pero se debe partir
de la premisa de que el concubinato no hace nacer, por
sí
mismo,
analizarse
concubinato
efectos
un
condominio
y
con
severidad,
pues
podría
llegar
patrimoniales
que
que
la
de
prueba
otro
a
producir
el
matrimonio
debe
modo
los
el
mismos
(Bossert,
Gustavo, Régimen jurídico del concubinato, nº 60, año
1982; Etcheverry, Raúl, Sociedades irregulares y de
hecho,
nº
89,
1981;
Radresa,
Emilio,
Sociedad
de
hecho, p.101, año 1977; jurisprudencia citada en nota
de
redacción:
El
concubinato
y
sus
consecuencias
frente a la sociedad irregular o de hecho, E.D. 4-331;
8
Suprema
Corte
de
la
Provincia
de
Mendonza,
La
Ley
1991-C.378). En este mismo sentido conceptual se ha
expuesto que la convivencia de los concubinarios no
hace presumir que la adquisición de bienes de uno de
ellos se efectuó con dinero de ambos y para los dos,
ya que la comunidad de vida sólo atañe a los asuntos
personales, pero no alcanza a los patrimoniales (vid.
C.N.Civil,
Sala
I,
Doctrina
Judicial
2002-1-471;
C.N.Civil, Sala F, E.D. 145-293), pues la presunción
de ganancialidad de los bienes adquiridos durante el
matrimonio
no
puede
aplicarse
por
analogía
al
concubinato, toda vez que es una situación de hecho
que no produce efectos similares a los del matrimonio
en los términos del art.1261 del CC (C.N.Civil, Sala
H, La Ley 2000-D.810). Por lo que planteado que uno de
los concubinos compró bienes con dinero proporcionado
en parte por el otro y para ambos, no sólo es menester
acreditar el origen de los fondos sino, además, la
existencia de un mandato oculto y de sus respectivas
instrucciones, o bien el ánimo con que aquéllos fueron
adquiridos. La mera convivencia no hace presumir la
existencia
de
entre
concubinarios,
los
un
mandato
ni
una
como
sociedad
así
tampoco
de
hecho
que
la
9
adquisición de los bienes por uno de ellos se efectuó
con dinero de ambos y para los dos, pues por más que
haya comunidad de vida, ésta atañe solamente a los
aspectos
personales,
pero
no
alcanza
a
los
patrimoniales (C.N.Civil, Sala G, J.A. 2001-II.131). Y
cuando el bien registrable se inscribe a nombre de uno
de los convivientes pero el actor dice comprado con el
aporte de ambos, en este caso el miembro no titular
debe
probar
tres
cosas:
a)
el
aporte
económico
realizado para la compra; b) la causa por la cual la
inscripción registral no refleja la realidad económica
que
le
dio
origen;
c)
la
inexistencia
de
ánimus
donandi al entregar el dinero para la adquisición del
bien (C.C.C. de San Isidro, con nota doctrinaria de
Ricardo E. Antón, Lexis Nexis nº 0003-009363, A.P. On
Line; con remisión a la sentencia de la Corte de la
Provincia de Mendoza, La Ley 1991-C.379; Belluscio,
Augusto C. La distribución patrimonial en las uniones
de hecho, La Ley 1991-C.969; Azpiri, Jorge O. Uniones
de hecho, año 2003, p.143 y s.s.).
6) Estudiada la causa, las posturas de las partes,
bajo
el
encuadramiento
conceptual
antes
citado,
se
debe arribar a la conclusión que los agravios de la
10
apelante deben ser rechazados.
7)
En
primer
orden
de
ideas,
respecto
de
la
existencia de la unión de hecho entre Angela Bogado y
Javier
Ledezma,
se
ha
visto
corroborado
que
ella
existió pero de una duración mucho más breve que la
afirmada
por
la
actora
en
la
demanda.
El
único
elemento de prueba producido en autos es el contrato
de locación de fs.1 a 3 vta. en el que consta que
Bogado
y
Ledezma
firmando
como
locatarios
de
una
propiedad de calle 1º de Mayo 2263 de Rosario. Este
contrato de locación del inmueble tuvo un plazo de
vigencia que principió el 1º de Diciembre de 2005 y
venció el 1º de Diciembre de 2007. La demandante no ha
logrado demostrar que la unión de hecho haya durado el
plazo sostenido en la demanda de fs.9, es decir cinco
años, desde el año 2003 hasta mayo de 2008. Por lo
tanto, corresponde atenerse al contrato de locación y
su plazo de vigencia, por lo que la convivencia no
pasó
los
dos
años.
El
resto
del
escaso
material
probatorio de autos no confirma el hecho afirmado por
Bogado en punto a la duración de la unión de hecho.
Esto significa que ésta unión ha sido fugaz, carente
de
perdurabilidad.
Y
si
se
sostiene
por
la
buena
11
doctrina que la mera duración extensa de la unión de
hecho
es
insuficiente
para
probar
los
invocados
aportes comunes (Zannoni, Eduardo, Derecho de Familia,
T.II,
nº
678,
año
1978);
con
mayor
razón
es
una
circunstancia que influye en el razonamiento judicial,
en sentido negativo a la pretensión, el hecho de estar
en
presencia
perdurable
de
una
(v.
relación
concubinaria
conceptualmente:
Corte
muy
poco
Suprema
de
Justicia de Mendoza, La Ley 1991-C.378; cita de la
Dra.
Kemelmajer
de
Carlucci
de
la
obra
de
Temple,
Henri, Les societé de fait, nº 148, Librairie Génerale
de Droit et Jurisprudence, París, 1975).
8)
Por
otro
lado,
tampoco
los
extremos
fáctico-jurídicos de la pretensión pueden considerarse
acreditados con los dichos testimoniales de Marcela
Soledad
Bogado
vta.).
Este
ineficaz
por
y
Elena
medio
diversos
Ester
probatorio
E.
Santana
es
argumentos:
i)
(fs.53
y
manifiestamente
tanto
Marcela
Soledad Bogado como Elena E. E. Santana, son personas
allegadas a la actora, la primera es hermana y la
segunda amiga y compañera de trabajo, afectadas por
las generales de la ley, más allá de que la segunda
deponente sostenga lo contrario; ii) ninguna de las
12
deponentes ha prestado juramento de ley o promesa de
decir verdad (art.209 CPCC). Cuando los declarantes no
han cumplido con el juramento de ley, tal carencia
implica
un
defecto
sustancial
por
falta
de
un
requisito esencial. Por ende, la prueba no vale como
testigo aunque puede considerarse con un alcance menor
o indiciario (CCCR, Sala I, causa Quilici c. DIPOS s.
Usucapión, Acuerdo nº 78-1999 y sus citas; igualmente
Alvarado Velloso, Adolfo, Estudio Jurisprudencial del
CPCC,
T.II-p.754;
CCCR,
Sala
II,
Zeus
T.24-R.21;
CCCSF, Sala I, Juris T.44-235; Zeus T.18-R.5; CCCR,
Sala III,
T.38-208;
Zeus
es
T.1-J.258;
igualmente
CCCSF,
la
Sala II,
doctrina
de
Juris
la
Corte
Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe, causa
Comuna de Murphy s. Recurso Contencioso-Administrativo
de Plena Jurisdicción, del 10 de Marzo de 1993, entre
otros);
iii)
el
interrogatorio
presentado
a
las
declarantes de fs.53 y vta. es claramente sugestivo
(art.204 CPCC), por ende desechable por tal vicio, aún
cuando la parte no lo acuse el tribunal debe suplir
tal
negligencia
probatoria,
sin
perjuicio
de
la
valoración de acuerdo a las reglas de la sana crítica,
teniendo
especialmente
en
cuenta
la
forma
de
la
13
interrogación para controlar su eficacia (CCCR, Sala
II, Jurisprudencia
de
los
Tribunales
de
Santa
Fe, T.26-602; CCCR, Sala IV, Juris T.51-47; Alvarado
Velloso,
Adolfo,
Estudio
Jurisprudencial
del
CPCC,
T.II-p.751). Es decir, la persona debe ser interrogada
de
forma
quiere
tal
que
probar,
pueda
pero
sin
indagarse
el
mencionarlo
hecho
(CCCR,
que
se
Sala
I,
Zeus T.23-J.141), recaudos no cumplidos en la especie.
El interrogatorio de fs.10 se limita a contener como
pregunta
segunda
conocen
los
“para
hechos
que
digan
manifestados
los
testigos
en
la
si
presente
(demanda)”. La forma del interrogatorio remite a los
hechos afirmados por Bogado en la demanda de fs.9 a
10,
lo
que
trae
como
consecuencia
una
manera
de
sugerir las respuestas al dar por hechos ciertos lo
expuesto en la pretensión; iv) Marcela Soledad Bogado,
hermana
de
la
actora,
que
ni
siquiera
menciona
la
existencia del concubinato entre las partes, se limita
a sostener que su padre (o sea, el padre de la actora)
le prestó dinero a la actora, para poder aportar el
dinero
que
para
luego
la
compra
mensualmente
del
rodado
Angela
en
Bogado
cuestión
lo
y
devolvía
(fs.53 vta., a la segunda). También menciona que la
14
tía de Lezcano le prestó dinero a éste (fs.53 vta., a
la
segunda).
supuesto
No
hay
préstamo
ninguna
ni
corroboración
identificación
de
ese
concreta
del
alegado prestamista, no dice qué hizo la actora con el
dinero, ni a qué imputó el mismo, ni menciona cuánto
dinero
representó
préstamo
Bogado,
el
préstamo.
mencionado
ni
siquiera
por
la
fue
Más
aún,
declarante
un
hecho
el
aducido
Marcela
mencionado
en
S.
la
demanda por Angela Bogado, como para justificar de qué
modo
tenía
tal
dinero
para
la
compra
en
supuesto
condominio del automotor (v. fs.9 a 10); v) las mismas
objeciones merece el testimonio de Santana (fs.53 y
vta.) en cuanto afirmara que el padre de Bogado le
habría
prestado
ampliación).
Es
la
un
suma
de
$
15.000.-
hecho
no
acreditado
(primera
por
otros
medios confirmatorios, sin perjuicio de reiterarse que
tal hecho nunca fue sostenido por la propia Bogado en
la demanda de fs.9 a 10. Por lo demás la inclinación a
favorecer
amistad
o
la
una
postura
de
relación
la
muy
demandante,
estrecha
denotando
entre
ellas,
proviene del hecho de que la actora le contaba que
hacía con su dinero, o le manifestaba su tristeza o la
encontró
llorando
porque
el
demandado
no
había
15
registrado
el
rodado
a
nombre
de
ambos
(fs.53
vta., a la segunda); compartiendo, así, sentimientos
personalísimos que sólo se manifiestan entre personas
de
gran
amistad.
Tampoco
esta
declarante
tuvo
una
percepción directa de las cuestiones debatidas en el
pleito (unión de hecho, el aducido préstamo lo sabe
porque
se
lo
contó
la
actora,
etc.).
Se
limita
a
declarar sobre la base de supuestas manifestaciones de
la accionante, por lo que pierde eficacia por no haber
percibido los hechos personalmente, no ofreciendo sus
propias percepciones y la causa de su certeza (CCCR,
Sala
I,
Revista
de
Santa
Fe,
T.22-92).
Todo
ello
enmarcado en un contexto en el que las declarantes
Bogado y Santana no pueden ser consideradas desde el
punto de vista testimonial sino de un grado menor, a
nivel indicarlo.
9)
La prueba confesional (arts.157 y s.s. CPCC) de
Javier Ledezma (fs.53) no aporta prueba relevante para
la
procedencia
de
la
pretensión:
i)
negó
el
concubinato con la actora (nº1), aunque se demostró
una fugar unión de hecho (fs.1 a 3); ii) negó que con
los ahorros de ambos compraron el auto Ford Fiesta Max
(nº
2);
iii)
admitió
que
su
apellido
materno
sea
16
Figari (nº 3); iv) reconoció
que
es
v)
su
tía
materna
(nº
4);
Martha
G.
también
Figari
confesó
que
trabajaba en la Alcaidía de Melincué (nº 5); vi) y que
alquilaba con la actora una vivienda en calle Juan
Manuel de Rosas 2094, Piso 2º, Departamento 1º A (nº
6); vii) como que ambos percibían los mismos ingresos
(nº 7) aunque agregó que realizaba otras tareas como
extras
negó
y
mantenimiento
que
el
del
rodado
hogar
haya
en
sido
general;
viii)
comprado
por
ambos(primera ampliación).
10)
La
accionante
afirmó
que
“ambos
logramos
adquirir el vehículo Ford Fiesta Max, Dominio GSN 094,
O Km, en el mes de Noviembre de 2007” (fs.8), sin
acreditación
de
tal
aseveración,
ni
con
las
declaraciones de fs.53 a 53 vta. de Marcela S. Bogado,
ni
Elena
posiciones
E.
Santana,
ni
con
la
de
Ledezma.
No
surge
absolución
ello
tampoco
de
del
informe histórico del estado de dominio y titularidad
del automotor (fs.4 a 7), ni del recibo de sueldo de
Junio de 2008 de la actora a fs.8, que acredita un
ingreso de $ 1.861,69 mensual. Tal sueldo no hace más
que
ratificar
que
sus
ingresos
no
pudieron
aportar
nunca para la compra de un automotor de $ 38.430.-
17
(fs.29).
Adicionalmente,
Angela
Bogado
no
ha
explicitado en la demanda, en forma alguna, cómo pudo
colaborar en la compra del rodado, si su ingreso era
el indicado a fs.8.
11)
con
En concreto, la demandante no ha demostrado
grado
de
certeza
el
aducido
aporte
que
dice
realizado para la compra del bien registrable, en un
contexto
en
el
que
se
impone
la
exigencia
y
la
estrictez, pues de otro modo la unión de hecho podría
llegar
que
a
el
producir
los
matrimonio
mismos efectos patrimoniales
(Etcheverry,
Raúl,
Sociedades
irregulares y de hecho, nº 89, 1981; Radresa, Emilio,
Sociedad
de
hecho,
p.101,
1977,
entre
otros).
Y, sobre-abundantemente, Bogado tampoco ha explicado
ni
acreditado
la
causa
concreta
por
la
cual
la
inscripción registral no refleja la realidad económica
que le dio origen (CCC, San Isidro, Sala II, Lexis
Nexis
nº
0003-009363;
Belluscio,
Augusto
C.
La
distribución patrimonial en las uniones de hecho, La
Ley 1991-C.969). Sobre el particular la demandante a
fs.9 a 10 sólo ha mencionado que había acordado con
Ledezma que “el automóvil sería inscripto a nombre de
los dos, pero Ledezma aparece con el auto inscripto
18
sólo a su nombre, cosa que le fue reprochada en su
momento, pero como el demandado manifestó que no la
perjudicaría, su pareja era sólida y me sentí segura
de él, no insistió más”. Luego reaccionaría con el
reclamo ante la terminación de la relación.
12) Sin perjuicio de la carencia de prueba certera
y
eficaz
sobre
los
extremos
aludidos,
tampoco
tal
hecho relatado importa una explicación razonable de la
causa de la interposición de persona o la causa por la
cual la inscripción registral no refleja la realidad
económica que le dio origen. No parece creíble que las
partes
hayan
acordado
primero
la
registración
del
automóvil a nombre de ambos (como condominio), pero
ante el alegado incumplimiento de Javier Ledezma sólo
haya
merecido
de
Bogado
una
actitud
pasiva
de
conformidad, para luego reaccionar terminada la breve
unión
de
hecho
(la
demanda
fue
incoada
el
3
de
Noviembre de 2008 a fs.10 vta.; y la relación afectiva
entre las partes parace concluida a fines de Diciembre
de 2007; fs.1 a 3; la duración de la unión de hecho en
Mayo
de
Incluso,
2008
ni
no
ha
siquiera
sido
ha
demostrada
sido
por
acreditado
Bogado).
por
la
demandante la existencia de un mandato oculto, como
19
que Ledezma haya violado las instrucciones recibidas
(no se confirmaron que hayan existido instrucciones,
menos
un
punto
al
comportamiento
cumplimiento
infiel
del
del
aducido
demandado
mandato
en
oculto;
Josserand, Les mobiles Dans les actes juridiques du
droit prive, edición du CNRS, año 1984, París)[sobre
la interposición real de personas como acto indirecto,
en el cual para la consecución de un fin se utiliza
una vía oblicua, es decir, no se toma la vía normal, a
diferencia del contrato de compraventa simulado, el
contrato de venta es real pero el comprador utiliza
una persona interpuesta: Vid. Kemelmajer de Carlucci,
Aída, Primeras aproximaciones al tema de insolvencia y
el
régimen
Nacional
de
de
bienes
Derecho
y
en
el
Ciencias
matrimonio,
Sociales
Academia
de
Buenos
Aires, Abril 2002, La Ley, citando el fallo de la
Corte Suprema de Justicia de Mendoza, E.D. 144-1154,
con nota de Bidart Campos, Germán, La verdad real y
veracidad judicial, La Ley 1991-C.378, en la Revista
de Derecho de Familia, nº 5, p.98; C.N.Civil, Sala A,
voto del Dr. Llamías, E.D. 3-340; donde el actor debe
fundar
su
acción
no
en
el
acto
originario
de
transmisión de bienes, sino en el convenio paralelo,
20
de
prestanombre,
que
haya
sociedad
celebrado
Cifuentes,
Santos,
con
oculta,
su
mandato
supuesto
Negocio
oculto,
testaferro;
Jurídico,
año
1986;
Belluscio-Zannoni, Código Civil Comentado, T.4-p.399,
entre
otros;
de
cualquier
modo,
esta
descripción
es conceptual-teórico, pues se reitera la demandante
Bogado no ha demostrado la existencia de un mandato
oculto o un negocio indirecto, ni sus instrucciones o
su
transgresión
por
el
demandado;
ni
el
invocado
aporte de dinero, como tampoco la causa de la invocada
interposición
de
persona,
por
la
la
inscripción
la
realidad
13.
cual
económica
es
que
decir,
registral
le
dio
la
no
causa
refleja
origen].
Sin costas de Alzada por no mediar réplica
del apelado.
Así voto.
Sobre la misma cuestión, la señora vocal doctora
Serra, a quien le correspondió votar en segundo lugar
dijo: Que coincide con los fundamentos expuestos por
el señor vocal doctor Silvestri, y vota en el mismo
sentido.
Concedida la palabra al señor vocal doctor Ariza,
a quien le correspondió votar en tercer término, y a
21
esta cuestión dijo: Que habiendo tomado conocimiento
de los autos y advertir la existencia de dos votos
totalmente
caso
de
concordantes,
lo
dispuesto
invoca
por
el
la
aplicabilidad
art.26,
ley
señor
vocal
al
10.160,
absteniéndose de emitir opinión.
A
la
segunda
cuestión
el
doctor
Silvestri dijo que corresponde: a) Rechazar el recurso
de apelación; b) Sin costas en la segunda instancia.
Regular los honorarios de la Dra. María E. Yriarte, en
esta sede, en el 50% de lo regulado en la primera
instancia.
Así me expido.
Sobre la misma cuestión, la señora vocal doctora
Serra, dijo: Que coincide con la resolución propuesta
por el señor vocal preopinante, y vota en igual forma.
Concedida la palabra al señor vocal doctor Ariza,
a esta cuestión dijo: Que se remite a lo considerado
en la primera cuestión, y se abstiene de votar.
En
mérito
a
los
fundamentos
del
acuerdo
que
antecede, la Sala Primera de la Cámara de Apelación,
Civil y Comercial de Rosario, RESUELVE: a) Rechazar el
recurso
de
apelación;
b)
Costas
de
la
segunda
instancia a la parte apelante. Regular los honorarios
22
de los letrados actuantes en la sede en el 50% de lo
regulado en la primera instancia. Insértese, hágase
saber y bajen. (Expte. Nro. 324/2010).
mm.
SILVESTRI
SERRA
ARIZA
-art.26 Ley 10.160-
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