Sábado, 8 de noviembre de 2014 3 CARA DE NIÑO, ¿ALMA DE ADULTO? Foto: Ramón Barreras Valdés Por Liena María Nieves Portal D amián y Letty reconocen que lo suyo no es capricho de un mes, aunque no están seguros de nada más. La única responsabilidad de ambos se resume en aprobar Física y mantenerse entre los primeros del escalafón para optar por un buen preuniversitario. Él, ocasionalmente, acompaña a su papá al mercado del Sandino para ayudarlo a transportar las provisiones semanales; ella sabe que le toca fregar la loza en días alternos. Damián y Letty se las arreglan a como dé lugar para conjugar su tiempo entre la escuela y el banquito escondido del Parque del Carmen, donde los besos y las promesas no tienen cuota. Sin embargo, aunque no hayan mediado palabras ni explicaciones, ninguno puede concebir desvestirse uno frente al otro, más que por pudor, porque no tienen la menor idea de qué hacer, dónde tocar o qué decir. «No es que seamos ‘‘pajuatos’’, porque en varias ocasiones hablamos del tema, pero ahora mismo no me veo en condiciones para estarme preocupando por un embarazo o una enfermedad. Si todo continúa a este ritmo, llegará el momento de hacerlo, pero será cuando los dos lo queramos. Para mí, el sexo no es una competencia». En cambio, Juan Carlos define su situación como un desagradable estado de sitio en el que todos vienen, opinan, y dictan sentencia con nombres y fechas. «Para el varón las cosas son más complejas, porque se supone que a los 15 años no puedes ser ‘‘virgen’’. Me entran temblores de solo pensar que a la hora de la ‘‘verdad’’ no cumpla con mi papel, porque hay muchas chiquitas que salen y cuentan cosas de uno, y después de eso, date por perdido. Deseos sí tengo, aunque no estoy en eso de que tiene que ser especial y romántico; al menos nos tenemos que gustar para sentirnos bien los dos. Vamos a ver cuánto aguanto antes de que el ‘‘chucho’’ me obligue a acostarme con la primera que esté dispuesta». La adolescencia constituye, sin duda, uno de los momentos críticos en la vida del ser humano, y sobrevivirla con dignidad resulta un acto épico que se vence en familia. La revolución hormonal, el despegue de la rebeldía y la búsqueda de momentos que nos acerquen a la adultez y a los privilegios de la libertad, conforman el eje de comportamientos y actitudes propias de quienes se estrenan en el mundo. La curiosidad sexual, hasta ese instante limitada a anécdotas y cuchicheos, despierta con la fiereza de una avalancha y se posiciona entre los intereses primarios de los más jóvenes. Las cosas no han cambiado tanto desde los tiempos en que nuestros padres descubrieron que el cuerpo es una caja de sorpresas, y la natural transición entre las generaciones tampoco varió demasiado como para justificar los ataques de moralismo de algunas familias que prefieren inflar la burbuja de la ignorancia antes que llenarse de valor y explicar los cómos y los porqués del sexo. Lo cierto es que el adolescente promedio recibe los rafagazos ejemplarizantes de sus coetáneos con mayor convicción y confianza que la empleada para «digerir» un sermón de la madre o del profesor, y aunque no todos pequen de ingenuos o influenciables, la necesidad de atreverse, unida a la búsqueda de un placer desconocido, resultan peligrosamente efectivas. Ya es una certeza que la edad de «estreno» en los misterios del sexo se acorta a paso de gigante, de lo cual derivan riesgos inherentes a la inmadurez de muchachas y muchachos. Si hacemos una encuesta, casi todos podrían ofrecer precisiones exactas de sus fantasías y experiencias íntimas, mas la realidad indica que la percepción sobre el «después» del acto, apenas supera el pánico al embarazo o el temor de una zurra del padre si llega a enterarse del traspié de la hija. Una interrogante surge entre los dimes y diretes, mitos y suposiciones: ¿Están preparados los adolescentes para asumir una vida sexual responsable? Confío en que estas líneas arrojen luz sobre un tema que no admite brumas. el Karaoke Creo que los adolescentes estamos preparados, pues existe la confianza, y mientras contemos con ello todo saldrá bien, aunque nunca debemos olvidar la protección. Arturo Sí podemos llevar una vida sexual responsable, porque existen la confianza, el amor y las ganas de estar con una mujer. Axel William No creo que se pueda hablar de una gran madurez en ese sentido, porque aún somos El presidente de la Cátedra de Sexología de la Universidad de Ciencias Médicas defiende la tesis de que la educación sexual, desde las primeras etapas de la pubertad, constituye la clave para que las generaciones más jóvenes asuman una vida amorosa segura, placentera y responsable. SEXO, LUEGO EXISTO Mario Luis Castillo Albalat, licenciado en Enfermería y presidente de la cátedra de Sexología de la Universidad de Ciencias Médicas Serafín Ruiz de Zárate Ruiz, de Villa Clara, no vive de espaldas a las necesidades emocionales y físicas de los más jóvenes. Como profesor de Fisiología en esa casa de altos estudios y promotor de los derechos sexuales entre adolescentes y estudiantes de diversas enseñanzas, reconoce que una de las dudas más frecuentes entre la población se relaciona con la existencia o no de un momento biológicamente idóneo para sostener relaciones sexuales. «Desde el punto de vista fisiológico, los órganos de un adolescente no están preparados para asumir un impacto de este tipo. El cuerpo crece, y aunque puedan parecer desarrollados, eso no implica que el aparato reproductor de hembras y varones esté listo, dado que los cambios hormonales llevan la batuta en estas edades y cualquier alteración del ciclo natural del organismo puede influir de manera nefasta en el resto de los sistemas. Ante la alarmante precocidad de muchos jóvenes, abogamos por una educación integral, desde el seno familiar, la escuela y los medios de comunicación masivos, como estrategia de enfrentamiento a los riesgos inherentes al sexo». —Muchas adolescentes manejan una serie de teorías referentes a las formas de protección más efectivas. ¿Por qué esta preocupación se limita, casi de forma exclusiva, al sexo femenino? —La mujer, por desgracia, carga con el gravamen social del sometimiento, y en caso de que queden embarazadas, son ellas y sus familias las que generalmente se adjudican la responsabilidad, ya sea del aborto o de la crianza del niño. No obstante, dicha actitud viene ligada con la inmadurez, pues a la adolescente común le preocupa más el embarazo que el peligro real de infectarse con una enfermedad de transmisión sexual, muy comunes en esta etapa de la vida. «Los especialistas coinciden en que el método anticonceptivo ideal para quienes mantienen una relación sexual activa resulta el condón o preservativo, ya que es el único capaz de prevenir todos los riesgos. En la consulta de Infertilidad del niños, y aunque yo lo he hecho no me siento preparada, ya que continuamente estoy pensando en si salgo embarazada. Dayana Yo creo que sí puedo tener sexo, porque tengo la experiencia necesaria para asumir lo que venga. Ever Brayan Creo que si conocemos los riesgos y nos preparamos para enfrentarlos, podemos disfrutar la sexualidad. Ilenay Pienso que sí, porque cuando tenemos confianza, preparación y suficiente amor en la pareja, lo demás viene solo. Jean Nosotros tenemos confianza, buscamos preparación, sabemos de las enfermedades y los riesgos que corremos, y nos protegemos como adolescentes. Sofía y Karel Hospital Ginecobstétrico Mariana Grajales, donde participo como parte del equipo multidisciplinario, nos topamos con numerosos casos de mujeres que no pueden concebir, producto de inflamaciones crónicas, tupiciones tubáricas o desgarramientos del cuello del útero derivados del uso de dispositivos intrauterinos, o tras practicarse uno o varios abortos inducidos, pues aunque hayan pasado décadas, las secuelas pueden ser permanentes. Por otro lado, nos preocupa que tantas muchachas de apenas 13, 14 y 15 años, se tomen a la ligera el empleo de las tabletas de Misoprostol, un fármaco que si bien puede evitar la manipulación propia del legrado o la regulación menstrual, acarrea grandes traumas como la hemorragia vaginal severa». —Algunos varones alegan en su defensa que el semen de los primeros años de la adolescencia no contiene la cantidad requerida de espermatozoides para embarazar a una muchacha… —Basta con un solo espermatozoide para fecundar el óvulo; aunque es cierto que en etapas tempranas de la pubertad el líquido seminal no presenta gametos masculinos. Sin embargo, a partir de los 13 años, el semen del adolescente ya puede contener espermatozoides, maduros o no, pero perfectamente capaces de embarazar a una muchacha. «Con frecuencia nos topamos algunos mitos, como el que resulta imposible quedar encinta en la primera relación sexual. Un óvulo y un espermatozoide inmaduro son suficientes para fecundar una nueva vida, que estará ceñida a la calidad de las células sexuales de los padres. De ahí derivan las anomalías físicas y neurológicas que en tantas ocasiones presentan los hijos de adolescentes, por no mencionar los traumas fisiológicos y sociales que enfrenta una pareja de jóvenes que apenas rebasan la infancia al asumir una maternidad prematura e indeseada. «Para concluir con el tema, quisiera aclarar que aunque el líquido seminal del adolescente resulte temporalmente ‘‘seguro’’, lo cierto es que sí infecta en el caso de que exista alguna infección de trasmisión sexual, sobre todo si hablamos del VIH/sida. De hecho, está científicamente demostrado que, al compararlo con el semen, en este fluido se contabiliza el mayor porciento de gérmenes, bacterias y virus. De ahí nuestra insistencia en el uso del condón, pues hasta la fecha no existe terapéutica más efectiva ni simple para garantizar la protección sexual». —¿Cuáles serían las prácticas acertadas para una sexualidad segura? —Para muchas familias y adolescentes resulta un tabú hablar o siquiera pensar en la abstinencia. La mayoría supone que en esas edades una estrategia semejante es casi imposible. El desarrollo del cuerpo impone nuevos intereses y motivaciones, por lo que la masturbación y los juegos sexuales se proponen como las técnicas más saludables y recomendadas para quienes exploran su sexualidad. En ello no hay nada de aberrante ni patológico, todo lo contrario, pues un joven que ya posea cierto conocimiento al respecto, podrá aplazar el sexo hasta que se sienta bien seguro y decidido. «No resulta menos cierto que la influencia del grupo de amigos, así como las imposiciones socialmente establecidas, pueden incidir en una decisión tan trascendental como el cuándo y el con quién hacer el amor, pero si priman la confianza y la autoestima, el propio joven podrá rebatir la presión externa, y apostar por su bienestar y satisfacción. «Por tanto, la esencia de este tema no puede limitarse al apuro por estrenarse en la cama, sino a la manera en que los adolescentes se responsabilizan por un paso que no admite marcha atrás. Si la pareja está preparada en el sentido de dominar las formas de protección más adecuadas para su edad, y prevalecen la comunicación, la confianza, el amor y la fidelidad, entonces podría valorarse la posibilidad de mantener relaciones íntimas, que es completamente natural. De lo contrario, postergar ese momento hasta encontrar a la persona que nos proporcione ese clima de seguridad, constituye la medida más inteligente. Para amar siempre habrá tiempo». Yo no creo estar preparado, necesito más información y preparación, que ella no se sienta incómoda, saber lo que hay que hacer en ese momento y ella esté relajada. Luis Esteban Los adolescentes aún no estamos preparados, necesitamos consejos de las personas mayores, porque no calculamos las consecuencias que pueden traernos las locuras. Omar Javier Sí estamos preparados, pero se debe tener confianza en la pareja, tener protección, saber cómo hacerlo y una preparación adecuada, de lo contrario podemos correr riesgos como el embarazo no deseado, aunque si usamos condón, podemos llegar adonde queramos. Reimundo, Mariatny y Rey David Anuncio del tema de diciembre: Como resulta habitual, les anunciamos el tema del próximo Sexeando, que será el último de 2014. ¿Conocen los jóvenes cubanos cuáles son sus derechos sexuales? La diversidad de criterios constituye la principal motivación de este espacio, hecho por los jóvenes y para ellos. Recuerden que esperamos sus opiniones a través del correo liena@vanguardia.cip.cu