manejo de los cormos de gladiolos

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Núm. 17-18181 HD
iii^l
MANEJO DE
LOS CORMOS
DE GLADIOLOS
ANTONIO VERDEGUER MONGE
Ingeniero Agrónomo del
Servicio de Extensión Agraria
MINISTERIO DE AGRICULTURA Y PESCA
MANEJO DE LOS CORMOS
DE GLADIOLOS
El gladiolo, además de multiplicarse por semillas, puede
hacerlo por «cormos». La obtención y manejo de este elemento reproductor requieren ciertos cuidados y atenciones a las
que se va a hacer referencia a continuación.
El cormo es un órgano subterráneo que se utiliza normalmente para producir plantas para flor cortada. Son, por tanto,
poco frecuentes los casos en que el cultivo con este fin se
inicia a partir de semilla.
Tiene aspecto de bulbo. Es grueso, macizo y está cubierto
por unas escamas o túnicas que son los restos de las bases de
las hojas de la planta en que se ha formado. Posee nudos,
con yemas, y entrenudos. Botánicamente es un tubérculo caulinar, es decir, originado por el tallo, aunque debido a su
forma recibe también el nombre de «tuberibulbo» o«bulbo
macizo». Los bulbos y los cormos tienen en común la forma y
el hecho de ser órganos subterráneos, si bien los bulbos están
formados, en su mayor parte, por hojas engrosadas y carnosas insertas en un tallo corto y plano, llamado disco,
mientras que el cormo es macizo y está constituido fundamentalmente por un engrosamiento del propio tallo.
El cormo está cargado de sustancias de reserva, sobre
todo, almidón. En su parte superior se encuentra una yema
vegetativa principal y, situadas lateralmente, otras secundarias.
Si el cormo tiene vigor suficiente y está en buenas condiciones, desarrolla sólo la yema principal, inhibiéndose el desarrollo de las secundarias.
Cuando se planta un cormo, la yema principal brota, dando lugar a las hojas, a la vez que aparecen también las raíces.
A1 desarrollarse el gladiolo, el cormo utilizado se agota, pero
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es reemplazado por uno nuevo que se forma encima del
anterior y pegado a él.
Si se arranca una planta de gladiolo que haya emitido
la vara floral, al final de las hojas se verán dos cormos,
arriba el nuevo, de mayor tamaño, y debajo el antiguo, o
mejor dicho, sus restos. En general, sobre el cormo nuevo,
dependiendo de las variedades, se origina una cantidad variable de bulbillos, procedentes de yemas laterales, que, manejados convenientemente, adquieren, al cabo de uno o dos
años, tamaño adecuado para la producción floral. El cormo
nuevo, sometido a ciertos cuidados puede servir para la plantación siguiente.
CARACTERISTICAS FISICAS DE LOS CORMOS
Vamos a destacar aquellas características que, por su influencia en el buen desarrollo futuro de la planta, es necesario conocer y juzgar a la recepción de un pedido de cormos.
Fig. 1.-Representación gráfica de un
cormo.
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Tamaño
Los cormos se clasifican según la longitud de su perímetro
o circunferencia máxima, dando lugar con este criterio a los
diversos calibres. Estos vienen expresados por dos números
que indican que el cormo en cuestión está comprendido entre
los dos números indicados.
Los calibres más empleados para la obtención de plantas
de gladiolo para flor cortada son:
- 14/ +, es decir, cormos de 14 ó más cm de perímetro
- 12/ 14, cormos de perímetro comprendido entre 12 y 14 cm
- 10/ 12, cormos de 10 a 12 cm de perímetro, y
- 8/10, cormos de 8 a 10 cm de perímetro.
Dentro de una misma variedad los cormos de mayor calibre brotan antes y dan lugar a plantas más vigorosas y de
hojas más largas y anchas. Las varas procedentes de tales
cormos florecen entre siete y doce dias antes, según la variedad, son algo más largas y tienen mayor número de flores
por espiga. Estas diferencias son menos acusadas entre calibres contiguos, por ejemplo, entre el 14/ + y el 12/ 14.
Lógicamente, los cormos de calibres mayores tienen un precio más alto. Ahora bien, en muchas ocasiones, la diferencia
de precio entre unos y otros calibres no justifica el empleo
de los de mayor calibrado, pues la diferencia de cotización
alcanzada por las varas florales de unos y otros es muy
reducida.
Todo lo que se acaba de decir es válido, siempre que los
cormos unan a su tamaño una buena calidad. De no ser así,
puede ocurrir que cormos de menor calibre den mejores floraciones que otros de calibre mayor, pero de peor calidad.
Esto ocurre frecuentemente con cormos de un calibre enorme
16/18 ó 18/+ formados después de varias reutilizaciones.
Peso
El peso de los cormos, una vez recogidos, va disminuyendo desde el momento de sacarlos hasta el momento de la plan-
Fig. 2.-Cormos nuevos obtenidos en un cultivo para
flor cortada.
Fig. 3.-Cormos desprovistos de las escamas exteriores. El color de la peridermis suele corresponderse con
el de la flor.
Fig. 4.-Plan[as procedentes
de cormos de diferente calibre al mes de su plantación.
Fig. 5.-Plantas procedentes
de cormos de diferente calibre, a los dos meses de su
plantación.
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tación. Esta disminución depende fundamentalmente del manejo, secado y almacenamiento a que son sometidos.
El peso difiere de unas variedades a otras y, dentro de
una misma variedad, según el tamaño. También hay que indicar que cormos del mismo calibre e idéntica variedad difieren
en su peso a causa de las distintas condiciones de cultivo en
que se han formado o por el diferente manejo que han recibido.
En general, dentro de una misma variedad y para cada
calibre, el peso del cormo puede dar una idea de su calidad,
ya que cuanto mayor sea su peso mayores serán las reservas
que posee. Los cormos de peso muy bajo hacen suponer un
manejo incorrecto de los mismos. Como orientación, puede
atenderse al siguiente cuadro relativo a cormos una vez secos
y sin pasar por un almacenamiento prolongado.
PESO DE 1.0(10 CORMOS F,N KG.
Calibre
Peso
14/ +
12/14
10/12
8/10
30 a 3 ^
20 a 2^
13 a 1(^
7 a 10
Altu ra
En opinión general, los cormos de mejor calidad destacan
por presentar una mayor altura. A igualdad de peso, los de
más altura brotan mejor. En ensayos realizados con cormos
del mismo peso, unos de 5 cm de calibre, pero más altos que
otros de 6 cm de calibre, se ha comprobado que brotan
mejor los altos.
Las sucesivas reutilizaciones hacen que los cormos que se
obtienen vayan siendo cada vez más grandes si bien se van
aplastando y tomando forma de disco.
-^Color de la peridermis
Para poder determinar esta característica hay que quitar
las escamas o túnicas exteriores. Los cormos de cada variedad
tienen un color característico que, en ciertos casos, facilita
la identificación de ésta.
De forma general puede decirse que:
- Los cormos de las variedades de flor roja tienen colores rojizos, más o menos intensos. Así, los cormos de la variedad «Oscar» son de color rojo oscuro y los de la variedad
«Life flame» son de color rojo claro.
- Los cormos de las variedades de flor rosa y salmón
tienen diversos colores, abundando más los colores rosados
como, por ejemplo, los de la variedad «Ben Trovato». Hay
que señalar el color blanco hueso de los cormos de la variedad
«Friendship» y el amarillo de los de las variedades «Deciso»
y«Spic and Span». Los de la «Peter Pears» tienen color
amarillo melocotón con algo de rosa.
- Los cormos de las variedades de flor blanca tienen color amarillo claro. Los de la variedad «White Friendship» son
de color blanco hueso.
- Los cormos de las variedades de flor amarilla tienen
colores claros. Por ejemplo, los de «Yellow Supreme» son ligeramente rosados, y los de «Goldfield», blancos.
OBTENCION DE LOS CORMOS
Los floricultores que cultivan gladiolos suelen obtener los
cormos o bien por compra en explotaciones especializadas, en
las que no se aprovecha la flor, o bien por recogida de los
formados en los cultivos propios de gladiolo para flor cortada.
En el primer caso, los cormos reciben, antes de su venta,
ciertos tratamientos que deben ser conocidos por los compradores para poder explicarse los resultados del cultivo. En el
segundo caso, los cormos producidos en la propia explotación
deben también recibir los tratamientos adecuados.
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EI letargo
Para determinar los tratamientos a que se debe someter
un cormo, tiene que conocerse su estado de reposo vegetativo,
denominado letargo, en el momento de la recolección. A este
respecto, se sabe que los cormos formados en cultivos realizados en verano y cosechados a finales de esta misma estación
o primera mitad del otoño están «durmientes», o sea, que se
encuentran en estado de letargo, mientras que los originados
en cultivos de invierno y cosechados en primavera no lo
están. El estado de los formados en primavera y otoño es
intermedio.
En último término, las variaciones de temperatura y las
longitudes de los dias habidos durante el desarrollo del nuevo
cormo son las que ocasionan estas diversas situaciones que
afectan al manejo de los cormos.
La duración del letargo depende, además, del manejo dado
a los cormos después de la recolección, especialmente en lo
que se refiere a temperatura de conservación. Esta duración
está también relacionada con la variedad y el tamaño del
cormo. En cormos cosechados a finales de verano el letargo
es, aproximadamente, de tres meses.
El letargo es la causa de las lentas e irregulares brotaciones
que ocurren cuando se plantan cormos cosechados recientemente.
Inhibición del letargo
Los efectos del letargo pueden evitarse de una forma rápida sometiendo a los cormos a temperaturas bajas o medias,
iguales o menores de 15° C, y de forma lenta a base de temperaturas elevadas, mayores de 20° C. Las temperaturas de
30° C pueden mantener el estado de letargo.
Cuando por medios artificiales se ha anulado o disminuido el período de letargo, o bien cuando este período ha
transcurrido naturalmente, las temperaturas elevadas favorecen
el crecimiento. La yema principal se hincha y se alarga, se
forman los esbozos de raíces y hay que plantar los cormos
cuanto antes. Por el contrario, una vez que se ha eliminado el
letargo las temperaturas bajas inhiben o retardan la brotación
del cormo.
Ciertos ensayos han df:mostrado que se rompe el letargo
de la variedad «Hector» remojando los cormos en una solución de benciladenina a razón de veinte partes por millón durante veinticuatro horas y volviendo a remojarlos, a los tres
días, en otra solución de giberelina a razón de 100 partes
por millón. Después de estos tratamientos los cormos brotaron y las longitudes del brote y de las raíces eran de unos
3 cm, a las tres semanas.
MANEJO DE LOS CORMOS
Consiste principalmente, en el secado y posterior almacenamiento a baja temperatura de los cormos. Puede considerarse también como tal algunos de los tratamientos especiales
que se efectúan para conseguir los llamados cormos «preparados» o «acelerados».
Secado
Esta operación es muy importante y tiene por finalidad
promover la rápida formación de la peridermis, tejido protec-
Fig. 6.-Cormos normales, calibre
10/12.
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tor constituido por una capa de suberina que sustituye a la
epidermis cuando ésta muere o recibe algún daño. La peridermis se forma por la actividad de las células situadas debajo de la superficie dañada. La capa de suberina previene la
penetración de hongos patógenos, por ejemplo, Fusarium, y
retarda la pérdida de humedad.
La condición óptima para la formación de la peridermis
es la circulación lenta de aire caliente y húmedo sobre los
cormos. Estos deben estar en capas de poco espesor para estar
en el mayor contacto posible con el aire.
Los cormos húmedos y llenos de barro deben secarse lo
más rápidamente posible. Para ello se les someterá a una corriente de aire a unos 35° C, durante dos o tres horas. Al
cabo de este tiempo y con la capa exterior seca, se bajará la
temperatura del aire a unos 33 ° C, manteniendo la humedad
relativa alrededor del 90 por 100. El movimiento del aire será
siempre ligero, de 2,5 a 5 cm/seg.
Los cormos que preparan las casas comerciales se secan
hasta que pierden, aproximadamente, un 10 por 100 de su
peso inicial, lo que se consigue a los seis u ocho días de
estar en las condiciones indicadas anteriormente. Este secado
se lleva a efecto en cámaras o secaderos especialmente diseñados para este fin.
El secado puede también realizarse en habitaciones caldeadas a unos 33 ° C, en invernaderos calientes con temperatura
entre 22 y 33 ° C y humedad relativa comprendida entre el 60 y
el 85 por 100, o en cobertizos cuya temperatura en verano
se mantenga entre 19 y 27° C. En estos casos, la duración
del tratamiento varía entre las dos y cuatro semanas.
Se ha comprobado que los cormos que se secan a bajas
temperaturas (25 a 27 ° C), durante un período largo, producen
plantas menos vigorosas y peores floraciones.
Las temperaturas superiores a los 35° C ocasionan zonas
muertas en los cormos que, posteriormente, son fácilmente
atacados en el terreno por ácaros.
Las condiciones inadecuadas de secado producen en los
cormos pérdidas de peso superiores al 25 por 100 del peso
inicial, lo cual da origen a floraciones irregulares y bajos
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rendimientos. Por otra parte, cormos que no se hayan secado
no deben pasar a frigorífico porque, al no haberse formado la
peridermis, las pérdidas de humedad durante la conservación
en frío son muy altas.
Almacenamiento
El almacenamiento a bajas temperaturas tiene por objeto
romper el letargo de los cormos «durmientes» y retrasar la
brotación tanto de éstos como de los que no lo son.
Si los cormos deben almacenarse durante cuatro o cinco
meses se mantendrán a una temperatura baja. Lo normal es
introducirlos en cámaras frigorificas con una humedad relativa
comprendida entre el 70 y el 90 por 100, a una temperatura
de 3 ó 4° C si los cormos son «durmientes» y de 4 a 6° C si
no lo son.
En un almacén comercial la pérdida de peso de cormos
almacenados durante cuatro meses a 5° C y 70 por 100 de
humedad relativa fue de 5,4 por 100, disminución totalmente
aceptable.
Los cormos pueden mantenerse en frigorífico hasta que
aparecen los primeros esbozos de raíces. Por otra parte, un
almacenamiento a baja temperatura excesivamente largo provoca en un número anormalmente alto de cormos de tamaño
grande y mediano la emisión de varios brotes que posteriormente darán varas florales de mala calidad, no comercializables.
Entre la etapa de almacenamiento a baja temperatura y
la plantación conviene que el cormo pase a un local con una
temperatura de 20 a 25° C durante una o dos semanas. Esto
hará que se comiencen a desarrollar adecuadamente las raíces.
En general, los cormos que no son «durmientes», son muy
sensibles a los cambios de alta a baja temperatura, por lo
que aún recogidos en primavera deben llevarse inmediatamente
a conservación a baja temperatura. Si se conservan durante
unos tres meses a una temperatura elevada (30° C), producen
plantas que, si bien son muy precoces, son poco vigorosas
y dan varas florales de escasa altura y con menor número
de flores del normal. Por el contrario, si se mantienen a una
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temperatura elevada y posteriormente se pasan a cámara frigorífica producen a su salida un bajo porcentaje de varas florales, ^ortas y con pocas flores por espiga.
CORMOS NORMALES
Aunque existen firmas comerciales que producen y venden
cormos de gladiolo en España y Francia, el comercio más
importante está en manos de empresas holandesas.
Estas empresas realizan, normalmente, la recolección de los
cormos entre el final del verano y la primera mitad del otoño.
Son, por tanto, cormos «durmientes» que antes de entrar en
vegetación necesitan pasar un período de reposo de unos tres
meses. Estos cormos, tras su limpieza, clasificación y secado,
reciben, comercialmente, el nombre de cormos «normales».
Suelen estar a la venta hacia final de diciembre, por lo
que, a partir de principios de enero, pueden plantarse en las
regiones de clima invernal suave y luminoso, siendo recomendable hacerlo bajo cubierto si las primeras plantaciones se hacen en enero y febrero.
La ventaja de estos cormos estriba en su menor precio
y, en general, en sus buenas condiciones que permiten resultados satisfactorios con calibres 8/10 y 10/12. Hay que sacarlos inmediatamente del envase de cartón en que vienen desde
Holanda, ya que este envase está concebido exclusivamente
para transporte.
Para su conservación hasta la plantación se pondrán en
almacenes aireados, sin fuertes corrientes de aire y con poca
o ninguna luz. Conviene colocarlos en cajas de madera con
fondo de malla metálica, y en cualquier caso extendidos en
capas de poco espesor.
CORMOS ACELERADOS Y RETARDADOS
Las exigencias del mercado han obligado a las empresas
productoras de cormos de gladiolo a ofrecerlos durante todo
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el año. Para poder hacer esto han tenido que aplicar diversas
técnicas de preparación y conservación posteriores a la recolección.
Los cormos «acelerados» suelen ser de calibre grueso,
14/ + y 12/ 14, escogidos tras el secado y clasificación de la
cosecha, que se han sometido a un tratamiento especial a base
de humedad y temperaturas altas con objeto de anular su
letargo y ofrecerlos a la venta antes de diciembre, para plantaciones de diciembre y enero.
Sin embargo, en nuestras condiciones, no es recomendable
este tipo de cultivo por las siguientes razones:
- Es un cultivo forzado, difícil y que requiere un control
Fig. 7.-Cormos aparentemente sanos
produjeron estas plantas afectadas por
STROMAT/NIA y otros hongos.
Fig. 8.-AI recolectar las varas florales
hay que dejar en las plantas una o dos
hojas para obtener cormos adecuados
para la siguiente plantación.
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de temperatura del ambiente y del suelo muy exacto, con una
probabilidad alta de fallos en la floración.
- Hay pocas variedades que se presten bien a este tipo
de cultivo.
- El tiempo que debe transcurrir desde la salida de los
cormos del almacén de preparación hasta la plantación no
debe pasar de los doce dias. Esto es muchas veces difícil de
conseguir debido a retraso de aduanas y transportes.
- La rapidez de brotación de estos cormos hace que las
plantas se encuentren enseguida sometidas a condiciones desfavorables de luz, ya que los días son entonces cortos y con
débil intensidad luminosa, circunstancia que influye negativamente en la floración, por aborto de muchas varas florales
mientras que otras quedan cortas y con pocas flores.
Los cormos «retardados» son cormos normales que, una
vez ha transcurrido su período de reposo, se almacenan en
cámaras frigoríficas para retrasar el comienzo de su brotación.
El almacenamiento se inicia a finales de diciembre, para las
variedades «Friendship» y«White Friendship», y en enero,
para el resto de las variedades. De este modo se puede disponer de cormos para las plantaciones de junio a octubre,
momento en que no existirían sin aplicar este sistema de conservación por haber brotado todos anticipadamente debido a
las elevadas temperaturas de la época.
Las cámaras de conservación deben mantener una temperatura de 3 a 4° C y una humedad relativa del 85-90 por 100,
estar dotadas de ventilación permanente y no almacenar en su
interior productos que desprendan etileno, como ocurre con
las manzanas y flores.
Los cormos deben estar en cajas de madera con el fondo
de malla metálica para conseguir una buena aireación. Se
controlará periódicamente su estado sanitario y el progreso
de la brotación.
En general, los pedidos de estos cormos se hacen en diciembre del año anterior, ya que se introducen en las cámaras previo encargo, si bien en mayo o junio suelen aparecer
pequeñas ofertas de partidas sobrantes.
-lsDeben rechazarse para el cultivo retardado los cormos,
provenientes de los sobrantes de tipo normal, que se introducen en cámara por primera vez a finales de abril, y que
ciertos proveedores desaprensivos ofertan como si fueran auténticamente «retardados». La floración de estas plantas, por
haber movido ya la vegetación los cormos antes de entrar en
las cámaras, suele ser escasa y de mala calidad.
EI coste de los cormos retardados es algo mayor que el de
los normales, debido a los gastos ocasionados por la permanencia en el frigorífico. Los calibres más empleados para
este tipo de cormos son 14/ +, 12/ 14 y 10/ 12.
EI mismo tratamiento frigorífico de todo un lote hace que
el comportamiento de los cormos de éste sea bastante uniforme y que su nascencia y floración, sean más homogéneas
que las de los cormos normales.
En las plantaciones con estos cormos se ha observado una
mayor proporción de plantas con dos tallos e incluso casos
de tres y cuatro tallos. Este es uno de los efectos de las
conservaciones largas a bajas temperaturas.
EMPLEO DE LOS DIFERENTES TIPOS DE CORMOS,
SEGUN LA EPOCA DE PLANTACION
Gon los tipos de cormos descritos se pueden efectuar
plantaciones de gladiolos durante los doce meses del año, si
bien, no se aconsejan las de noviembre y diciembre por falta
de luminosidad en esa época que ocasionará problemas de
abortos de varas florales, varas de baja calidad con espiga
corta y poco número de flores. En general, puede seguirse
la norma que se indica a continuación en el cuadro.
Fecha de plantación
Enero a febrero ...........................
Marzo a mayo-junio .....................
Junio-julio a agosto .....................
Septiembre a octubre ... ..................
Tipo de cormo
Normales
Normales
Retardados
Retardados
Calibre
12/14 y 10/12
]0/12 y 8/]0
12/14 y 10/12
14/+ y 12/14
Fig. 9.-Al recibir los cormos, hay que comprobar que estén sanos, sin daños mecánicos ni tierra adherida y con indicios de brotación.
La iniciación del cultivo en las plantaciones de enero a febrero y de septiembre a octubre, conviene hacerla bajo cubierta.
Recepción de los cormos
Los cormos facilitados por empresas de reconocida solvencia suelen enviarse en bolsas de red plástica que, a su vez,
van en cajas de cartón. A su llegada, hay que inspeccionar
cuanto antes la mercancía y comprobar que los cormos están
sanos, no tienen daños mecánicos y no llevan tierra adherida.
Hay que comprobar, igualmente, su estado de brotación. Este
es correcto si apuntan o se ven los esbozos radiculares y
la yema principal ha comenzado a brotar. Si las raicillas
están muy desarrolladas y la yema principal ha originado
un brote largo que ocupa una posición horizontal, la brotación está demasiado adelantada.
-»Los lotes de cormos que llegan muy brotados suelen tenet
un alto porcentaje con el brote roto. Estos cormos dan peor
resultado porque, bien al plantarlos, o bien antes, brotan las
yemas secundarias que, en general, dan plantas que no florecen o que, en el mejor de los casos, proporcionan una vara
de poca calidad.
Cuanto más adelantada está la brotación, el manejo de los
cormos habrá de ser más cuidadoso para no romper el brote
principal. En el caso de que el cormo presente un brote horizontal conviene plantario algo inclinado para favorecer su
salida fuera del terreno.
En los cormos de algunas variedades, como, por ejemplo,
«Córdula» , suelen brotar, además de la yema principal, las
yemas secundarias. En estos casos es aconsejable suprimir
estas últimas antes de la plantación para evitar la eliminación
en el terreno de cultivo de los varios brotes que se originan,
operación muy costosa.
Los cormos recién recibidos conviene desinfectarlos sumergiéndolos durante quince a treinta minutos en una solución
de benomilo a la dosis de 10-20 gramos en 10 litros de agua.
Si no se van a plantar seguidamente hay que dejarlos secar
y manejarlos a continuación de la forma que se ha indicado
para los cormos normales. El tratamiento indicado sirve para
combatir posibles ataques de hongos, especialmente Fusarium.
Los cormos enfermos cortados por la mitad muestran vasos
necrosados; los anillos y la base del cormo ofrecen coloraciones que van desde el marrón claro al oscuro.
Uso de los cormos producidos en la propia explotación
Como ya se indicó, existe la posibilidad de utilizar los
cormos obtenidos en la propia explotación de cultivo para flor
cortada.
Antes de explicar el procedimiento de preparar y usar estos cormos conviene destacar la necesidad de que cada flori-
- IS -
cultor contraste la conveniencia económica de esta práctica.
Para ello se pueden realizar pequeños ensayos en los que
se comparen ambas posibilidades. Suponiendo iguales gastos
de cultivo, los parámetros a comparar serían:
a) Plantación con cormos propios. -Gastos de obtención
de los cormos (recolección, limpieza y almacenamiento) y
producto bruto (número de flores x precio de venta).
b) Plantación con cormos comprados. -Gastos de obtención de los cormos (precio de adquisición) y producto bruto.
En general, se puede recomendar la utilización de cormos
propios para un segundo cultivo de flor cortada, usando este
procedimiento una sola vez, es decir, que después de un cultivo con cormos propios es conveniente que el cultivo siguiente
se efectúe con cormos comprados a empresas especializadas,
el siguiente con cormos propios, comprar los siguientes y asi
sucesivamente. Esta recomendación se basa en que el cultivo
repetido con cormos propios provoca degeneración de las
variedades e infecciones difícilmente salvables por el floricultor.
Por otra parte, para conseguir los cormos adecuados hay
que tener la precaución de dejar las plantas con dos hojas
en el momento de recolectar las varas florales. Terminado el
corte de todas las flores de la parcela se da un abonado y
un riego a ésta. A1 mes se pueden sacar los cormos del terreno, sin esperar a que se sequen las hojas dejadas. Esta
recolección temprana, incluso antes de la madurez del cormo,
es importante para reducir la posibilidad de enfermedades y
evitar la prematura rotura del letargo cuando va a haber
almacenamiento en frio durante largo tiempo.
Una vez recolectados los cormos se cortan las hojas que
se habían dejado, justo por encima de ellos. Dichas hojas,
junto con los cormos desechados por heridas u otras causas,
se quemarán rápidamente como medida para evitar ataques de
insectos y enfermedades de los cormos. Con esta misma finalidad se tratarán los cormos con insecticidas y fungicidas,
inmediatamente de recolectados.
Se ha comprobado que los fungicidas como el folpet y
el captan aplicados de doce a veinticuatro horas de la recolección son más efectivos que cuando se aplican al cabo de
Fig. 10.-Cormos obtenidos
después de un cultivo para
flor cortada. Los más grandes proceden de plantas que
no han florecido.
tres o más días de ésta. Parece que su poder de penetración
es mayor antes de empezar el secado.
Los cormos no deben secarse al sol, ya que con este
sistema no se tiene unas condiciones mínimas de control sobre
las condiciones de secado y, por lo tanto, la irregular manera
en que se efectúa provoca una influencia negativa en la floración posterior.
Es frecuente limpiar los cormos antes del secado, separando el cormo antiguo y las raíces del nuevo. Sin embargo,
ciertos ensayos realizados con las variedades «Peter Pears»
y«Friendship» han dado como resultado la obtención de mejores floraciones con cormos que se han secado antes de limpiarlos. Los cormos que se secan sin limpiar pierden peso
más lentamente.
Por todo lo anterior, para conseguir el mejor control
sobre plagas y enfermedades, además de óptimas floraciones
partiendo de cormos propios, se aconseja realizar las siguientes
prácticas.
- Extracción de los cormos.
- Sumergir los cormos, antes de que pasen veinticuatro
horas de la recolección, en una solución que contenga captan
o folpet, o también captan y benomilo, a la dosis de 30 a
50 gramos por 10 litros de agua, durante un tiempo comprendido entre quince y treinta minutos. Si fuese necesario, a la
solución fungicida se puede añadir algún producto adecuado
para el control de trips.
- Secado de los cormos hasta que pierdan el 8 ó 10 por
100 de su peso inicial. Para ello se colocan en capas delgadas
en sitio sombreado. Si se emplea el calor artificial, el aire
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debe circular a baja velocidad y tener una humedad relativa
alta, como ya se indicó anteriormente.
- Limpieza y clasificación de los cormos.
- Colocación en cajas de madera de poca profundidad
con fondo de malla metálica.
- Almacenamiento en cámara frigorífica en las condiciones que se apuntaron con anterioridad. Si no se dispone de
ella, se utilizarán locales frescos con temperaturas entre 8 y
10° C, aireados, pero sin fuertes corrientes de aire y con poca
o ninguna luz. No deben guardarse nunca cormos húmedos.
En el local de almacenamiento no debe haber frutas,
especialmente manzanas, ni otros productos que desprendan
etileno.
- Controlar periódicamente el estado de los cormos durante su almacenamiento.
- En todas las fases del manejo de los cormos se debe
proceder con el máximo cuidado para evitar producirles heridas.
PUBLICACIONES DE EXTENSION AGRARIA
Bravo Murillo, 101 - Madrid-20
Se autoriza la reproducción íntegra
de esta publicación mencionando
su origen: «Hojas Divulgadoras del
Ministerio de Agricultura y Pesca».
LS.B.N.: 84-341-0271-4 - Depósito legal: M. 36.567-1981 (11.000 ejemplares)
Neografis, S. L. - Santiago Estévez, 8- Madrid-19
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