12-ESTADO-2011 CÁMARA PRIMERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO: San Salvador, a las ocho horas y treinta y tres minutos del día veintidós de septiembre del año dos mil once. Agréganse los documentos presentados con la demanda de fs. 1 a 3. IDENTIFICACIÓN DEL PROCESO Y PARTES. El presente Proceso Declarativo Común de Terminación de Arrendamiento, es promovido por el licenciado CARLOS ALBERTO MORALES MENJÍVAR, como apoderado del demandante, señor JOSÉ APOLONIO ARÉVALO SOLORZANO, conocido por FEDERICO JOSÉ APOLONIO ARÉVELO SOLÓRZANO, FEDERICO JOSÉ APOLONIO ARÉVELO y por JOSÉ APOLONIO ARÉVALO, contra el ESTADO y GOBIERNO DE EL SALVADOR EN EL RAMO DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN, por medio del señor Fiscal General de la República, licenciado ROMEO BENJAMÍN BARAHONA MELÉNDEZ. EXAMEN DE ADMISIBILIDAD DE LA DEMANDA. Corresponde realizar el examen de los requisitos de admisibilidad del escrito de interposición de la demanda, a efecto de valorar si se cumplen tanto los formales así como los procesales para darle trámite, con base a lo estipulado en los artículos 90, 91 y 276 CPCM., los cuales son: A) Competencia. El ordinal 2° del Art. 29, relacionado con el inc. 1° del Art, 39, ambos del CPCM., establecen que las Cámaras de Segunda Instancia serán competentes para conocer de las demandas contra el Estado; B) Fundamentación del escrito de demanda: examinado el contenido de la demanda de fs. 1 a 3, esta Cámara considera que cumple con los requisitos mínimos formales; y C) Documentos que acreditan el cumplimiento de los presupuestos procesales y los que fundamentan su pretensión: al efecto, se observa que se presenta la copia certificada por notario de escritura matriz de poder general judicial y acta de sustitución; así mismo, se presenta los documentos mediante los cuales pretende fundamentar la pretensión aducida. Sobre la demanda presentada por el apoderado de la parte demandante, licenciado CARLOS ALBERTO MORALES MENJÍVAR, y de conformidad a lo establecido en el inc. 1° del 277 CPCM., este Tribunal formula las siguientes estimaciones jurídicas: EXAMEN DE IMPROPONIBILIDAD DE LA DEMANDA. I- El ejercicio del derecho de acción, se desarrolla encausado dentro de un proceso en el que predominan ciertas prerrogativas, que por su trascendencia jurídica son la categoría de principios; estando monopolizada la facultad de juzgar y ejecutar lo juzgado en manos del Estado, quien consuma dichas facultades a través del Órgano Judicial, por mandato constitucional, le corresponde a éste tutelar el cumplimiento del derecho al acceso a la tutela judicial, que además debe ser efectiva. No debe confundirse por un lado, que puede permitirse el dispendio superfluo de la actividad jurisdiccional, con el sólo fin de consentir el acceso a la tutela judicial; ni debe entenderse por otro lado, que la efectividad de éste derecho, se estima satisfecho siempre y cuando se favorezca a quienes buscan protección judicial. Lo que el derecho a la tutela judicial efectiva implica es, que toda persona tiene derecho a avocarse al Órgano Judicial en busca de satisfacer una pretensión en un debido proceso, en el que concurran con predominancia, todas las garantías para su legal desenvolvimiento, más si no concurren en la pretensión la correspondencia mínima del derecho que se alega y los hechos que se invocan, o emerge de su análisis un defecto absoluto que impide juzgar, corresponde entonces el rechazo in limine, y no por eso significa la negación al derecho apuntado. En relación a lo expuesto, se advierte que es facultad y deber del juzgador realizar un examen de proponibilidad de la pretensión en un proceso determinado. Así, la improponibilidad que padece una pretensión, siempre nace de algún vicio sufrido por los requisitos de ésta, y que trae como consecuencia un “defecto absoluto en la facultad de juzgar” de parte del Órgano Jurisdiccional. Es decir, que habrá improponibilidad de la pretensión cuando el juzgador –luego de realizar el juicio de proponibilidad- determine que se encuentra absolutamente imposibilitado para juzgarla. La improponibilidad debe aplicarse al resultado manifiesto que los hechos en que se funda la pretensión constitutiva de la causa petendi, considerados en abstracto, no resultan idóneos para obtener la satisfacción de lo pretendido, debiendo abarcarse no sólo defectos encaminados al objeto de la misma, sino que también a todos y cada uno de los elementos o requisitos que ésta debe contener; consideraciones, que por la severidad de las consecuencias debe tener aplicación ante un defecto o vicio absoluto que aparezca de manifiesto en la demanda misma o en los documentos en los que se funda, y que no tenga subsanación; como se ve, el juzgador debe incluir en el análisis realizado, tanto los aspectos vinculados a la proposición de la demanda, como a la postulación y otros elementos que condicionan el conocimiento efectivo de la causa, es decir, tanto aspectos formales encaminados a la pretensión, como meramente de fondo, entendiéndose que dicha declaratoria debe circunscribirse a sus efectos básicos. ARGUMENTACIÓN DE ESTA CÁMARA. II- Consecuentemente con lo anterior, de conformidad con el art. 277 CPCM., se tienen como algunas causas de improponibilidad las siguientes: a) Que la pretensión tenga objeto ilícito, imposible o absurdo; b) Que carezca de competencia objetiva o de grado, o que en relación al objeto procesal exista litis pendencia, cosa juzgada, sumisión al arbitraje, compromiso pendiente; y c) Que evidencie falta de presupuestos materiales o esenciales u otros semejantes. A efecto de ejercer eficaz y efectivamente el derecho de acción, la parte que la ejercita y quien procura la satisfacción de su pretensión, debe poner en evidencia, todos los supuestos fácticos que envuelve el derecho que pretende]; pero no basta que los ponga de manifiesto, sus argumentos deben soportar incólumes, aunque sea de forma mínima, tanto el análisis lógico como el jurídico, que están íntimamente vinculados; su pretensión debe contener mínimamente los presupuestos materiales y esenciales, a fin de que pueda tutelarse. Entre los presupuestos materiales y la pretensión, debe de haber una exacta correspondencia, aunque sea exigua, del que resulte que potencialmente puede haber un pronunciamiento sobre el fondo; y en caso que falten dichos presupuestos, es que se prevé la improponibilidad de la pretensión. Es esa relación directa, exacta y real, la que debe de existir aunque sea en germen, entre el objeto y el sujeto, que culmine con dotar a quien pide de una categoría procesal de actitud suficiente para pedir, lo que se denomina legitimación ad causam. La legitimación ad causam, respecto a la parte actora, es la cualidad emanada por la ley que faculta a una persona para requerir una sentencia favorable respecto del objeto litigioso; situación que coincide en la mayoría de los casos con la titularidad de la relación jurídica sustancial, por lo que la falta de legitimación ad causam se configura, cuando el actor no es la persona especialmente habilitada por la ley respecto al objeto del litigio, y por lo tanto carece de esa actitud jurídica suficiente para pedir legítimamente. En tal sentido, es que se puede hablar de requisitos extrínsecos de la pretensión, y que conllevan a establecer de forma clara, que la relación jurídica procesal es cierta y válida; es el caso de los documentos que sirven de base para el ejercicio válido de la pretensión misma, donde se ampara el derecho que se exige o de donde deriva el cumplimiento del supuesto que la norma establece para adoptar una actitud jurídicamente activa para ejercer la acción; en otras palabras, que acreditan los presupuestos procesales y el fundamento del derecho. Si el documento es el sustento del derecho que se pretende, debe de observarse que, teóricamente podría tratarse del fundamento del derecho pretendido; las obligaciones (como contraposición del derecho) nacen, entre otros de los actos o contratos; sin embargo se trata del amparo del derecho en sí, del medio de prueba, que no sólo contiene los elementos probatorios para verificar el fondo de la pretensión, sino que se trata del documento idóneo de donde se deriva que, efectivamente la relación jurídica procesal puede configurarse desde su inicio por haberse presentado en legal forma. Por eso es que, el legislador en el art. 288 CPCM., estableció que, con los escritos iniciales deben de aportarse los documentos que acrediten los supuestos procesales, y que con carácter probatorio, implican el fundamento del derecho de las partes; de no ser así, la posibilidad de aportar documentos en tal carácter, precluye art. 289 CPCM. Empero, no basta con presentar los documentos de forma simplista sino que se trata a la vez, de presentarlos en legal forma. Para el caso de que nos trata, evidentemente, el documento base de la pretensión que se presenta, es una copia certificada por notario de un documento privado de contrato de arrendamiento. Lo anterior es así, porque puede colegirse del contrato de arrendamiento que se presenta en copia certificada por notario, que la administración pública Ministerio de Educación Gobierno y Estado de El Salvador, comparece en la relación contractual en su carácter de ente privado, y no como administración pública propiamente; aunado al hecho de que los contratos de arrendamiento de bienes inmuebles, no están regulados en la Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública, por lo que su regulación es de conformidad al derecho común, es decir, el Código Civil. En tal sentido, el contrato de arrendamiento en el presente caso, es un contrato privado y consta que éste se ha celebrado en documento privado, y de conformidad a lo establecido en el art. 30 inciso 1° de la Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria y de otras Diligencias, es que dicho documento no está presentado en legal forma; pues el citado artículo claramente establece que, “en cualquier procedimiento, las partes podrán presentar en vez de los documentos originales, copias fotográficas o fotostáticas de los mismos, cuya fidelidad y conformidad con aquéllos haya sido certificada por notario. Esta disposición no tendrá lugar en el caso del juicio ejecutivo o cuando se trate de documentos privados” (el connotado es nuestro). En tal sentido, es que existe un obstáculo que no permite conocer del fondo de la pretensión incoada, pues el vicio en comento no permite a esta Cámara resolver el derecho exigido, porque al analizar los presupuestos materiales extrínsecos, es decir, el documento base de la pretensión, se advierte que no está presentado conforme a derecho corresponde; es decir, considerando que pretende fundamentar su derecho en una copia certificada por notario de documento privado de contrato de arrendamiento. CONCLUSIÓN DE ESTA CÁMARA. III- De lo expuesto este Tribunal estima, que la pretensión que contiene la demanda presentada, está falta de presupuestos materiales extrínsecos, que se derivan de la falta de presentación en legal forma del documento base de la pretensión, aunado al hecho que, es con los escritos iniciales el momento procesal idóneo para presentar los documentos necesarios que acrediten los supuestos procesales y fundamenten el derecho de las partes, por lo que en el presente caso, dicho requisito no se ve cumplido, y no es posible encausar la proposición de dichos documentos en otro momento procesal, por precluír por Ley la oportunidad; de tal forma que no es posible proponer la pretensión como lo ha hecho el apoderado de la parte demandante, licenciado CARLOS ALBERTO MORALES MENJÍVAR, y se debe rechazar su demanda por ser improponible la pretensión que ella contiene, sin necesidad de prevención, ya que el defecto señalado afecta directamente la pretensión como requisito material extrínseco de la misma, desembocando en la improponibilidad de la pretensión, a la que se refiere el inc. 1° del art. 277 CPCM. Por otra parte, este Tribunal observa que el poder general judicial otorgado a las diez horas y quince minutos del día ocho de mayo del año dos mil diez, con que el impetrante, licenciado CARLOS ALBERTO MORALES MENJÍVAR, pretende legitimar su personería, es defectuoso por contener disposiciones legales del derogado Código de Procedimientos Civiles, las cuales no armonizan con las disposiciones legales del Código Procesal Civil y Mercantil que entró en vigencia el día uno de julio del año dos mil diez, que en los artículos del 67 al 72, regula lo pertinente a la postulación en el caso que nos ocupa, y cuyo contenido tiene que relacionarse en el poder, por la razón que se está litigando en un proceso bajo la nueva normativa citada; por lo que la personería con que actúa el postulante, licenciado CARLOS ALBERTO MORALES MENJÍVAR, no está suficientemente legitimada, que también constituye una formalidad extrínseca del proceso, ya que la presentación del poder en legal forma, es un presupuesto procesal que tiene que ver también con el acompañamiento de la documentación relacionada en la demanda, no haciendo prevención al respecto por economía procesal, en virtud de lo expresado en esta resolución sobre el documento base de la pretensión, pues aunque el poder se hubiera presentado en legal forma, siempre la pretensión invocada, se hubiera resuelto de la misma manera. Consecuentemente, no se vaya a pensar que se está prejuzgando, o que a priori se le está negando a la parte demandante la oportunidad de satisfacer su pretensión, o que se están violentando los principios constitucionales de acceso a la justicia y derecho a la protección jurisdiccional, enmarcados en el art. 1 CPCM.; pues de qué serviría admitir y darle trámite a una demanda, que al examinarla desde su inicio está fracasada, y los suscritos son del criterio que el acceso a la justicia tiene que ser eficaz, para evitar el dispendio innecesario del sistema judicial y que las partes no incurran en gastos superfluos, evitando así un despilfarro tan inútil como ocioso de la actividad procesal. Sobre la base de los razonamientos expuestos, disposiciones legales citadas y de conformidad a lo establecido en los arts. 11, 15, 18, 172 inc. 1° y 182 atribución 5ª Cn., 212, 215, 216 y 219 inc. 1° CPCM., esta Cámara RESUELVE: DECLÁRASE IMPROPONIBLE LA PRETENSIÓN contenida en la demanda presentada por el licenciado CARLOS ALBERTO MORALES MENJÍVAR, como apoderado general judicial del demandante, señor JOSÉ APOLONIO ARÉVALO SOLORZANO, conocido por FEDERICO JOSÉ APOLONIO ARÉVELO SOLÓRZANO, FEDERICO JOSÉ APOLONIO ARÉVELO y por JOSÉ APOLONIO ARÉVALO, contra el ESTADO y GOBIERNO DE EL SALVADOR EN EL RAMO DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN. Hágase saber. Pronunciado por los señores Magistrados que lo suscriben.