Ficha 3. POLÍTICA DE FUSIÓN (1852-1862) Se llamó política de fusión al intento demostrado impracticable de prescindir de las divisas y obtener una unión nacional que hiciera posible el gobierno pacífico del país. BERNARDO BERRO (1860- 1864): La defensa de la nacionalidad. Luego de los hechos de Quinteros, el país volvió a un período de paz. En ese marco, en marzo de 1860, Bernardo P. Berro fue elegido presidente constitucional. Nacido en 1803, peleó por la libertad de la Provincia Oriental. Cercano a Lavalleja y Oribe, fue diputado, senador y también ministro de los gobiernos del Cerrito y de Giró. Su administración fue contraria a los partidos tradicionales como al caudillismo, pero la evidente incidencia que algunos hombres del Cerrito tenían en su gobierno hizo que hasta hoy muchos historiadores consideren el período de Berro como un gobierno blanco. No obstante, en junio de 1860 decretó que, quien portara una bandera blanca o colorada, sería apresado y juzgado, lo que le valió la oposición de los colorados y de los blancos, adictos a los caudillos y al uso de la divisa. Para sanear el sistema electoral, Berro prohibió la intervención de los jefes políticos de cada departamento en las elecciones. También auspició la autonomía de los gobiernos departamentales, mediante la creación de Juntas Locales, e impulsó la separación de las jefaturas de los departamentos de las comandancias militares. También fue claro su intento de llevar a cabo una política neutral, sobre todo respecto a Brasil y Argentina. Como contrapeso, procuró un acercamiento al Paraguay, país como el que suscribió convenios comerciales y una alianza de defensa militar. En lo que se refiere al Imperio de Brasil, Berro procuró frenar la colonización brasileña de la región fronteriza uruguaya. Para ello, en mayo de 1862 fundó Villa Cevallos –actual Rivera- e incrementó la contribución que pagaban los estancieros, lo que afectó los intereses de los extranjeros establecidos en la frontera. La no renovación del tratado de comercio y navegación de 1851 pautó la política que Berro sintetizó en la consigna de “nacionalizar nuestros destinos”. Con relación a los vecinos del Plata conservó una total neutralidad ante federales y unitarios. En lo económico, en 1861, Tomás Villalba, su ministro de Hacienda, propuso una ley de aduana librecambista, convencido de que la competencia extranjera sería saludable para la industria nacional. En 1862 se promulgó la ley que estableció el sistema métrico decimal. Entre 1867 y 1868, se unificó el sistema monetario, considerando el peso plata y el doblón de oro como “moneda nacional”. En medio de constantes enfrentamientos con la Iglesia Católica y discusiones entre masones y católicos, en 1861, a raíz de que en San José no habían querido enterrar a un masón protestante, Berro secularizó los cementerios. En 1862, por diferencias con respecto al derecho de patronato del gobierno, fue desterrado monseñor Jacinto Vera. Pese a la política de unidad impulsada por Berro, desde el inicio de su mandato se vislumbró la reanudación de la actividad partidaria. Tomado de: Mi Historia Uruguay. Coordinadora: Eileen Hudson. El Observador. Montevideo. 1998. Síntesis de su obra: - Intentó pacificar al país y crear hábitos republicanos. - Creó poblaciones en la frontera con Brasil. Luchó por eliminar la esclavitud. No renovó los tratados de Comercio y Navegación con Brasil SECULARIZÓ los cementerios. Tuvo una política de neutralidad y equilibrio en el área platense. ATENCIÓN: En este repartido aparecen varias obras de Juan Manuel Blanes. Sus nombres son: La Revista de 1885. Asesinato del general Flores. La muerte del general Flores. Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires. 1- Une el nombre con la obra. 2- Busca información de cada una de ellas. LA MUERTE DE BERRO Y FLORES. “El 19 (de febrero de 1868), en medio de un calor insoportable, al sonar en el reloj de la Matriz la segunda campanada de las dos, estallaba la revolución: Berro, con veinte hombres asaltaba la Casa de Gobierno, sin poder atrapar a Varela (presidente) que escapó por los fondos… Berro, en el Fuerte… no pudo con sus escasas fuerzas, sostenerse ante los efectivos al mando de Olave y abandonó la posición, dirigiéndose por la calle Alzáibar hacia la costa, en procura de un bote que lo llevara a un barco español que estaba próximo. Entre tanto el Gral. Caraballo se llegaba apresuradamente a la casa de Venancio Flores, en la acera oeste de la calle Florida casi esquina Mercedes, para hacerle conocer los hechos. Don Venancio no le creyó, retirándose disgustado Caraballo por lo que creyó inusitada tozudez. Pero a las dos y media, “llegaba el ayudante del Ministro de Guerra, y le dijo al General, que en el cuartel del “Constitucional” andaban a los balazos. Entonces, Flores y sus amigos… tomaron algunas pistolas sin examinar si estaban o no cargadas y subiendo a un carruaje, que había en la puerta, se dispusieron a marchar hacia el lugar de los acontecimientos”, valga la deposición de un testigo… Al llegar el coche de Flores a la calle Rincón entre las de Ciudadela y Juncal, se vio interceptado por una carreta cargada de pasto, frente al almacén de Correa. De pronto siete u ocho encapuchados lo asaltan a balazos; los acompañantes del caudillo intentaron una inútil defensa, mientras llegaba a caballo el Mayor Evia que tampoco pudo interceptar a los asesinos que, al bajarse Flores del carruaje, le habían apuñaleado… Los criminales huyeron, quedando el cuerpo de Flores tendido en la vereda donde un sacerdote que por allí pasaba – Juan del Carmen Soubervielle- se agachó piadosamente y oró por el alma del muerto. Poco después, familiares y amigos, llevaron el cadáver al Cabildo. Entretanto, Berro era preso y conducido al Cabildo, donde “ya estaban los ánimos en plena efervescencia por el asesinato de Flores. Allí fue cacheteado y luego ultimado a balazos, corriendo igual suerte varios compañeros de armas”, dice Eduardo Acevedo. Poco después, en medio de una ciudad asolada por el terror y la peste del cólera, el cadáver de Berro era paseado en un carro de basura, con un letrero que decía: “El asesino de Flores”… Latorre, la forja del Estado. Washington Reyes Abadie. La República- EBO. Montevideo. 1998. Páginas 38 y 39.. Se inicia el Proceso de Modernización (1851-1875). LA REVOLUCIÓN DEL LANAR. En 1852 el país contaba con 800.000 ovinos, en 1868 con 17.000.000. A ese gran cambio se le llamado “Revolución del Lanar” y fue la que provocó el primer cambio radical en la economía rural desde el período colonial. Se produjo por: La demanda de los mercados europeos. La cría de lanares por estancieros. La baja del precio de los vacunos. Consecuencias: Cría conjunta de vacunos y ovinos. Sedentarización de la población rural. Surge el estanciero-empresario. Se fortaleció la clase media rural. El inmigrante tuvo la posibilidad de ascenso social. La lana diversificó la producción y permitió no depender de un solo comprador. Nos incorporamos al mercado mundial “creciendo hacia afuera”. INVERSIONES EXTRANJERAS. 1863- Se fundó el Banco de Londres. Se invirtió en la industria de la carne (capitales ingleses y alemanes). 1867- Se establecieron ferrocarriles y telégrafos. LA MODERNIZACIÓN (1876- 1886) A este período tradicionalmente se le denomina militarismo por el predominio del elemento militar en el gobierno del Estado. La crisis económica y política que vivía el país creó un vacío de poder que va a ser llenado por gobiernos autoritarios apoyados por grupos de presión fuertes en lo económico y el ejército. Durante este período el Estado se fortaleció y amplió su campo de acción transformándose en un Estado fuerte y moderno. Se consolidó la paz interior y el desarrollo productivo del campo. Los inversores extranjeros, apoyándose en el “patriciado” urbano y rural así como el gobierno fuerte, incrementaron sus actividades. GOBIERNO DE LORENZO LATORRE. (PROVISORIO 1876-1879). PRESIDENCIA (1879-1880) Fue apoyado por las clases alta rural y urbana, los estancieros, los grandes comerciantes y el ejército así como los inversores extranjeros quienes se verán beneficiados por la paz y el orden logrado por su gobierno. Elementos que favorecieron su gobierno: - Nuevo armamento: fusiles Mauser y Remington. Comunicaciones: telégrafo, ferrocarril y correo favorecieron la centralización del poder. Obra de Latorre. - Unidad nacional y afirmación del principio de autoridad. Redacción de códigos Civil, Criminal y Rural. Creación del Registro del Estado Civil (1879) secularizando nacimientos, defunciones, matrimonios, reconocimientos y legitimaciones. Reforma educativa con la Ley de Educación Común 1877. Creación de la Facultad de Medicina y la Escuela de Artes y Oficios. Garantizó la propiedad privada de la tierra y el ganado. Para ello se valió de medidas drásticas: ejecuciones sin juicios, enrolamientos forzosos en el ejército. Alambramiento de los campos, que posibilitó: a) Afirmar la propiedad. b) Mejorar los cuidados del ganado. c) Existencia de la gran propiedad por la medianería forzosa. d) Desocupación. 3- Nombra cada uno de éstos textos: (a) “Cada estancia que se cerca representa 10, 15 o 20 individuos o familias que quedan en la miseria, sin otro horizonte que una vida incierta, degradada por el servilismo del que tiene que implorar la caridad para vivir, y alentando en su corazón odios hacia esos cercos, causa de su terrible estado; que quisieran ver destruidos, y que como única esperanza alientan la risueña perspectiva de una revolución que les permita la destrucción de todos ellos”. Tomado de Federico E, Balparda, Revista de la Asociación Rural del Uruguay, 15/10/1979. (b) “…¿ por qué la guerra encuentra en ese país (Uruguay) un ambiente favorable? En primer término, porque la mayoría de la gente no tiene hogar y lleva una vida nómada. Mejor que ganar ocho pesos por mes, es lanzarse a una aventura que dura unos meses y ganan más y comen mejor. Es una huelga armada de protesta de los desgraciados que explota la política en su provecho” Luis Mongrell, 1911, extraído de Barrán y Nahum. (c) “… ansioso de incorporarse a la causa de Flores – de la divisa colorada y de la religión tradicional, cuya doble fe profesaba- se fue del hogar y abandonó la ciudad, después de mantener un violento altercado con su padre que, según referencias contemporáneas, era de “genio irascible hasta la barbaridad y como costilla de bagual, de blanco” y “no sé por qué ideas que Latorre manifestó a favor de Flores” fuera, de sí, lo golpeó, diciéndoles: “toma vete ahora, con los tuyos, esos bandidos como tú”. Valga el testimonio de su antiguo subalterno Cipriano Herrera”. Tomado de: Latorre, la forja del Estado. Washington Reyes Abadie. La República- EBO. Montevideo. 1998. Página 15. (d) “Se invitó al pueblo a seguir a casa del Coronel Latorre y todos concurrieron; al llegar a su casa habitación, se le encontró… esperando al pueblo en la esquina de las calles Soriano y Convención…. El pueblo esperaba que el Cnel. Latorre asumiera el mando, a fin de salvar la afligente situación porque actualmente atraviesa. El coronel Latorre, dijo: que dada la triste situación del país no se animaba a asumir el mando, mientras una comisión nacida del pueblo no le respondiera que lo acompañaría en el gobierno; que él quería hacer un gobierno honrado y no de ladrones; que mientras él gobernara no se cometerían robos, y si tal cosa sucediera él sería el único responsable; que era necesario que supieran que el Estado no tenía con qué marchar, ni con qué hacer frente a ninguno de sus compromisos; y que por lo tanto, antes de asumir el mando, quería contar con el apoyo efectivo y no de palabras, pues con hechos y no con promesas, se gobierna”. Ob cit. W. R. Abadie. Páginas 80 y 81. (e) “Los motivos más corrientes de las faltas comunes, sujetas a multas de la policía eran, según datos de la época: (1877) “Por uso de armas, por orinar en la vereda, por jugar a los naipes, por comprar prendas robadas, por tener carro sin traba, por castigar a las bestias en la cabeza, por tener animales sin pastor, por galopar en las calles, por vender fruta verde, por casas de juegos prohibidos, por tirar tiros a deshoras en la noche, por pasar a caballo por la plaza, por no tocar la corneta en las bocacalles ( las carruajes), por destrozar árboles, por entrar a la ciudad con yuntas de bueyes…” Ob cit. W. R. Abadie. Página 92. (f) “Central, 23.10.1877-10,50. Gobernador Provisorio Latorre. Montevideo, al Capitán de la 2° Compañía destacada en Salto. Noticias oficiales de ésa, me hacen saber que una gavilla ha pretendido dar un malón. ¿Qué hacen sus infantes que no se han puesto en campaña? ¿Para qué están al servicio del orden y de las garantías en los Departamentos? Quiero que, de acuerdo con el Jefe Político, se mueva Ud. A fin de acabar con esos bandidos. Si sus soldados no son capaces de nada, dígamelo, para quitarlos a Ud. Y a ellos. Lo saluda.” Ob cit. W. R. Abadie. Página 92.