Avances en la jurisprudencia internacional con violencia sexual

Anuncio
+(,121/,1(
Citation: 15 J. Juris 443 2012
Content downloaded/printed from
HeinOnline (http://heinonline.org)
Mon Oct 26 16:06:06 2015
-- Your use of this HeinOnline PDF indicates your acceptance
of HeinOnline's Terms and Conditions of the license
agreement available at http://heinonline.org/HOL/License
-- The search text of this PDF is generated from
uncorrected OCR text.
-- To obtain permission to use this article beyond the scope
of your HeinOnline license, please use:
https://www.copyright.com/ccc/basicSearch.do?
&operation=go&searchType=0
&lastSearch=simple&all=on&titleOrStdNo=1836-0955
THE JOURNLJURISPRUDENCE
Avances en la Jurisprudencia Internacional
en Violencia Sexual contra Muieres en Conflictos Armados
BALTASAR GARZON*
The article by Judge Garzon aims to make a comprehensive study on the
regulation of sexual and gender crimes against women in armed conflict. He
examines the current law and developments in the international regulation
and regional systems of protection for women. The author also examines
the roles of the European Court of Human rights and the Inter-American
System of Human Rights Protection. The Judge makes a detailed analysis of
the jurisprudence concerning the International Criminal Court for the
Former Yugoslav, the International Criminal Court for Rwanda, Special
Court of Sierra Leone and the preliminary actions taken by the International
Criminal Court. In this context, Judge Garzon argues that violent crimes
against women, including sexual assaults, in armed conflict are a violation of
evolving erga omes norms and, as such, should be recognized as crimes
against humanity that can be prosecuted by the courts. Finally, the author
makes a review of national legislation in Spain and Colombia. The article
concludes by drawing attention to the progressive codification of the
Gender Crimes in contemporary international law and the auspicious
decisions in the courts in Cambodia and Colombia.
I. INTRODUCCION
Como primera afirmaci6n, se debe convenir en que las filtimas d~cadas han
supuesto un sustancial avance en materia del reconocimiento y efectividad
de los derechos de la mujer, y especificamente aquellos que ven vulnerados
mediante la violencia en el marco de los conflictos armados.
De conformidad a las estadisticas internacionales, por lo menos una de cada
tres mujeres ha sido golpeada, forzada a tener relaciones sexuales, o
maltratada de alguna manera en el curso de su vida. Esta cifra tiende a
aumentar en el contexto de conflictos armados. <<La violencia mundial
contra las mujeres es ya otro holocausto>> dijo Ayaan Hirsi Ali al
* Baltasar Garz6n Real. Actualmente Asesor de la Misi6n de Apoyo al Proceso de Paz en
Colombia de la OEA (MAPP-OEA), se ha desempefiado en los 1timos 30 afios como
magistrado, asesor del Fiscal de la Corte Penal Internacional, Miembro del Cornit6 contra la
tortura, abogado, docente, escritor y tratadista.
(2012) J. JURIs 443
THE JOURNLJURISPRUDENCE
comentar las cifras que se contenian en el Informe elaborado en 2004 por el
Centro para el Control Democrfitico de la Fuerzas Armadas de Ginebra:
"Entre 113 y 200 millones de mujeres de todo el mundo estin
desaparecidas demogrfificamente"
Contrariamente a dichas estadisticas, la referencia puntual a los crimenes de
violencia sexual contra la mujer en el marco de la normatividad
internacional ha sido escasa hasta hace muy poco tiempo. Pese a empezar a
esbozarse desde mediados del siglo pasado, los derechos de la mujer en
materia de igualdad, no discriminaci6n, la prohibici6n de tratos crueles, a no
sufrir agresiones sexuales, o a tener acceso a un recurso efectivo1 , han
estado ausentes de las resoluciones de los Tribunales nacionales e
internacionales. En el tIltimo supuesto, la jurisprudencia internacional deja
clara la obligaci6n de los Estados de perseguir los crimenes de violencia
sexual. Sin embargo, no es hasta 6poca reciente cuando su persecuci6n se
empieza a hacer efectiva en algunos imbitos. S61o cuando estos crimenes se
persiguen como delitos dejan de tener carcter de dafio colateral/inevitable
y privado y,se asumen como una grave violaci6n de derechos humanos, del
derecho penal internacional y del derecho internacional humanitario.
HistOricariente,
en ninguna
de las trnscripciones
de los juicios
de
Nuremnberg, se iicluveron referencis a.las -iolaciones, prostituci6-
ni a
nmgun otro crimen sexual, y ni siwuiera aparece la, palabra mujer, a pesar de
Que los crlerines contra las triujeres ffieron extensarnente documnentados.
Tampoco la Carta.de Londtes que cre
dicho tribunal, aparece referenciA al
delito de - iolaciClo
sexual. Pot su parte,en los 429 articulos de las
Convenciones de (iinebra del 1949, solo una. frase en el articiilo 27 de la IV
prohibe la viola.ciOn sexual y la prostituciOn forzada.
M~is increible an, es que la Declaraci6n sobre la Protecci6n de
Mujeres y Ninios en Emergencias y Conflictos Armados de 1974,
omite cualquier referencia explicita a la violencia sexual. En los
Protocolos Adicionales a las Convenciones de Ginebra de 1977, que
se negociaron con la idea de aclararlas y ilenar algunos vacios, s6lo
una frase en cada uno explicitamente protege contra la violencia
sexual, el art. 76 del Protocolo I, que establece que "Las mujeres
1
(art. 3 de la Declaraci6n Universal de Derechos Humanos 1948, el articulo 2 del Pacto de
Derechos Civiles y Politicos 1966, art. 3 del Pacto Internacional de Derechos Economicos,
Sociales, y Culturales, 1976, art. 1 y 2 de la convenci6n sobre la elirminaci6n de todas las
formas de Discrininaci6n contra la Mujer, 1979, art.1 de la Convenci6n contra la Tortura
y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes 1984).
(2012) J. JURIs 444
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
serin objeto de especial respeto y serin protegidas en
particular contra la violaci6n, la prostituci6n forzada y
cualquier forma de ataque indecente." y el art. 4 del Protocolo
II, que establece en el segundo pfrrafo, subpfirrafo (e) que habla de
"Los ultrajes a la dignidad personal, en particular el tratamiento
humillante y degradante, la violaci6n, la prostituci6n forzada y
cualquier forma de ataque indecente.
El Estatuto del Tribunal Penal Internacional para la Antigua
Yugoslavia menciona especificamente la violaci6n como crimen de
lesa humanidad de competencia de ese tribunal, mris no como
infracci6n de las leyes y costumbres de guerra. Es rfs, en las
primeras acusaciones formales de este tribunal, no se incluy6 ni
siquiera el delito de violaci6n sexual, a pesar de que el mundo entero
habia sido sacudido pot los reportajes en la prensa de la limpieza
6tnica que se habia practicado en esa reptiblica a trav&s del embarazo
forzado.2 .
La violencia sexual en escenarios de conflicto armado es uno de los
ejemplos mis reveladores acerca de c6mo el uso de la violencia nunca es
neutral al g~nero de la victima. Se utiliza de forma discriminatoria y
haciendo uso de los estereotipos y significados de g~nero para humillar,
vencer y controlar al adversario y premiar y cohesionar a su tropa. Algunos
de los crimenes de violencia sexual, pot su naturaleza s6lo se cometen
contra las mujeres y nifias, como en los casos de aborto forzoso, el
embarazo forzoso o la mutilaci6n de los pechos.
En estos contextos, la violencia contra la mujer es altamente utilizada como
herramienta de guerra.
Pot medio del cuerpo de la mujer agredida sexualmente, se produce una
agresi6n a la moral de los hombres con quienes la mujer agredida tiene
relaci6n de dependencia. En Congo, la destrucci6n del cuerpo de la mujer
en la que se destruyen sus genitales, es una forma indirecta pero de eficacia
extrema para destruir la moral del grupo tribal del que la mujer dependa.
Con anterioridad a la d6cada de los afios 90 la violaci6n y otros
delitos sexuales eran considerados como dafios colaterales de las
2 Las mujeres y la Code Penal Internanional Alda Facio http://www.uasb.edu.ec/padh/revista
1/anaisis/aldafacio.htm
(2012) J. JURIs 445
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
guerras y conflictos armados o bien como atentados al honor de la
familia, atentados al honor masculino u ofensas privadas.
Esta tendencia cambia a partir del trabajo realizado por los Tribunales
Penales Internacionales para la ex-Yugoslavia y Ruanda, responsabilizando
penalmente a los individuos por actos de violencia con base en g~nero y de
indole sexual, asi como tras la inclusi6n de varias formas especificas de
crimenes de g~nero en el Estatuto de Roma. Asimismo, esta extensi6n de la
implementaci6n de la perspectiva de g~nero en las jurisdicciones
internacionales tambi~n abarca a los tribunales de caricter regional, como la
Corte Inter-americana de Derechos Humanos (Women's link Worldwide.
Crimenes de g~nero en el derecho penal internacional. Guatemala. Agosto
2010).
II. TRATAMIENTO INTERNACIONAL DE LA VIOLENCIA DE
GENERO.
La violencia contra la mujer en cualquiera de sus formas, se encuentra
ampliamente reconocida por el derecho y la jurisprudencia internacional
como una forma de discriminaci6n con base al g6nero. Se entiende que una
de las causas principales de la violencia es la aplicaci6n de estereotipos de
g~nero sobre las mujeres y que, ademis, la violencia menoscaba o anula la
posibilidad para las mujeres de disfrutar y ejercer sus derechos y libertades
fundamentales.
A/ La evoluci6n normativa internacional sobre la violencia sexual en
el marco de conflictos armados.
A partir de los afios 90s, y gracias, entre otros factores, a las organizaciones
defensoras de derechos de las mujeres se gener6 una proliferaci6n de
recomendaciones y la adopci6n de normas puntuales frente a la violencia
sexual en el marco del conflicto armado, produci6ndose una gran
preocupaci6n internacional por la utilizaci6n de los delitos sexuales como
arma de guerra.
Asi, la Recomendaci6n General 19, formulada en 1992, el Comit6 para la
Eliminaci6n de la Discriminaci6n contra la Mujer interpret6 que el t~rmino
"discriminaci6n" utilizado en la Convenci6n sobre la Eliminaci6n de todas
(2012) J. JuRIs 446
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
las formas de Discriminaci6n contra la Mujer ("CEDAW" en sus siglas en
ingl&s) incluia la violencia de g~nero:
la violencia dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta
en forma desproporcionada. Incluye actos que infligen dafios o
sufrimientos de indole fisica, mental o sexual, amenazas de cometer
esos actos, coacci6n y otras formas de privaci6n de la libertad. La
violencia contra la mujer puede contravenir disposiciones de la
Convenci6n, sin tener en cuenta si hablan expresamente de la
violencia) y la responsabilidad de los estados si no se adoptaban las
medidas necesarias para impedir esos actos o para investigarlos y
sancionarlos. Asi mismo, se enfatizaba sobre
los peligros que corren las mujeres en caso de guerra o conflicto:
Las guerras, los conflictos armados y la ocupaci 6 n de territorios
conducen frecuentemente a un aumento de la prostituci6n, la trata
de mujeres y actos de agresi6n sexual contra la mujer, que requiere la
adopci6n de medidas protectoras y punitivas.
Por su parte, el prefimbulo de la Declaraci6n de las Naciones Unidas
sobre la Eliminaci6n de la Violencia contra la Mujer, formulada en
1994, se reconoce que la causa mis profunda de la violencia contra la mujer
es la subordinaci6n de 6sta en la sociedad:
la violencia contra la mujer constituye una manifestaci6n de
relaciones de poder hist6ricamente desiguales entre el hombre y la
mujer, que han conducido a la dominaci6n de la mujer y a la
discriminaci6n en su contra por parte del hombre e impedido el
adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujer es uno
de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la
mujer a una situaci6n de subordinaci6n respecto del hombre) y se
resalta la especial vulnerabilidad de determinados grupos de mujeres,
..como pot ejemplo las mujeres pertenecientes a minorias, las
mujeres indigenas, las refugiadas, las mujeres migrantes, las mujeres
que habitan en comunidades rurales o remotas, las mujeres
indigentes, las mujeres recluidas en instituciones o detenidas, las
nifias, las mujeres con discapacidades, las ancianas y las mujeres en
situaciones de conflicto
armado son particularmente
vulnerables a la violencia
En el articulo 4 se exhorta a los Estados a actuar:
Los Estados deben condenar la violencia contra la mujer y no
invocar ninguna costumbre, tradici6n o consideraci6n religiosa para
eludir su obligaci6n de procurar eliminarla
(2012) J. JURIs 447
THE JOURN kLJURISPRUDENCE
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha abordado la
violencia sexual ejercida contra las mujeres en situaciones de conflicto
adoptando diversas resoluciones al respecto:
En la Resoluci6n 1325, adoptada en el afio 2000, se pide a los
Estados miembros que incorporen una "perspectiva de g~nero" y
aumenten la participaci6n en pie de igualdad de las mujeres en la
"prevenci6n y soluci6n de los conflictos" y el "mantenimiento y el
fomento de la paz y la seguridad". Se exhorta tambidn a las partes
implicadas en un conflicto armado a que cumplan las leyes internacionales
que protegen los derechos de las mujeres y las nifias civiles e incorporen
politicas y procedimientos que protejan a las mujeres de delitos de g~nero
como la violaci6n y la agresi6n sexual.
En la Resoluci6n 1820, adoptada en 2008, se pide que se ponga
fin al uso de actos brutales de violencia sexual contra mujeres y nifias
como tActica de guerra y a la impunidad de los responsables. Se pide
tambi~n a las Naciones Unidas y a su Secretario General que faciliten
protecci6n a las mujeres y a las nifias en las iniciativas dirigidas por la ONU
sobre seguridad, incluidos los campos de refugiados, y que inviten a las
mujeres a participar en todos los aspectos de los procesos de paz.
En la Resoluci6n 1888, adoptada en 2009, se detallan medidas
para aumentar la protecci6n de mujeres y nifias frente a la violencia
sexual en situaciones de conflicto, como solicitar al Secretario General
que nombre a un representante especial para coordinar las misiones, envie a
un equipo de expertos en el caso de situaciones que susciten una
preocupaci6n especial y ordene a las fuerzas de mantenimiento de la paz la
protecci6n de las mujeres y los ni -os.
En la Resoluci6n 1889, adoptada tambi6n en 2009, se reafirma lo
expuesto en la Resoluci6n 1325, se condena la persistencia de la
violencia sexual contra las mujeres en las situaciones de conflicto y se
insta a los Estados miembros de la ONU y a la sociedad civil a que tengan
en cuenta la necesidad de proteger y empoderar a las mujeres y a las
nifias, incluidas aqu611as vinculadas con grupos armados, en las actividades
programticas que se leven a cabo despu&s de un conflicto.
El ESTATUTO DE ROMA de 1998, incluye la violaci6n sexual ya no
como una ofensa contra el honor, como esti en las Convenciones de
(2012) J. JURIs 448
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
Ginebra, sino como un delito tan grave como la tortura, la esclavitud, etc y
reconoce de forma explicita que la lista de crimenes sexuales no es cerrada.
En el preimbulo se declara que todos los Estados tienen el deber de ejercer
su jurisdicci6n penal sobre los responsables de delitos tipificados en el
derecho internacional. En el articulo 6 del Estatuto de Roma, se incluye
como crimen de genocidio, la agresi6n sexual y la imposici6n por la fuerza
de la reproducci6n; en el articulo 7.1.g, se identifican la violaci6n, la
esclavitud sexual, la prostituci6n forzada, el embarazo forzado, la
esterilizaci6n forzada o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad
comparable como crimenes de lesa humanidad cuando se cometan como
parte de un ataque generalizado o sistemitico contra una poblaci6n civil. En
el articulo 8, estos actos se tipifican tambi~n como crimenes de guerr
TRATADOS REGIONALES
En el articulo I de la Declaraci6n Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, formulada en 1948, se afirma que "[t]odo ser
humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona".
En el articulo V se establece que "[t]oda persona tiene derecho a la
protecci6n de la Ley contra los ataques abusivos a su honra, a su reputaci6n
y a su vida privada y familiar". En el articulo XVIII de la Declaraci6n se
afirma tambi~n que "[t]oda persona puede ocurrir a los tribunales para hacer
valer sus derechos".
En el articulo 3 de la Convenci6n Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convenci6n de
Belem do ParA), adoptada en 1994, se afirma que toda mujer tiene
"derecho a una vida libre de violencia, tanto en el Ambito publico
como en el privado". En el articulo 4.g se declara que toda mujer
tiene derecho "a un recurso sencillo y rApido ante los tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
[...]". Seg~in el articulo 7, los Estados Partes deben ejercer la diligencia
debida para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer e
"[...] incluir en su legislaci6n interna normas penales, civiles y
administrativas, asi como las de otra naturaleza que sean necesarias para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las
medidas administrativas apropiadas que sean del caso [...]".
En el articulo 3 del Protocolo a la Carta Africana de Derechos
Humanos y de los Pueblos Relativo a los Derechos de la Mujer en
Africa (en ingls) (Protocolo de Maputo), adoptado en 2003, se afirma:
(2012) J. JURIs 449
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
Los Estados Partes adoptarin y aplicarin las medidas necesarias para
garantizar la protecci6n del derecho de toda mujer a que se respete su
dignidad, asi como la protecci6n de la mujer contra todas las formas
de violencia, en particular la sexual y verbal.
En el articulo 4.a del Protocolo de Maputo se impone tambi~n a
los Estados Partes la obligaci6n de "promulgar y aplicar leyes que
prohiban todas las formas de violencia contra la mujer, incluidas las
relaciones sexuales no deseadas o forzadas, ya tengan lugar en
publico o en privado [...]". En el articulo 11 se subraya la vulnerabilidad de
las mujeres en las situaciones de conflicto armado, y se incluye el siguiente
pfirrafo: Los Estados Partes se comprometen a proteger a las mujeres
solicitantes
de
asilo, refugiadas,
retornadas
y desplazadas
internamente contra todas las formas de violencia, la violaci6n y otras
formas de explotaci6n sexual y a garantizar que tales actos se consideren
crimenes de guerra, genocidio o crimenes de lesa humanidad y que sus
autores scan llevados ante la justicia bajo la jurisdicci6n penal
competente.
En el apartado 4 de la Declaraci6n sobre la Eliminaci6n de la
Violencia contra la Mujer en la Regi6n de la ASEAN, formulada en
2004, los Estados Partes acordaron: Promulgar leyes para prevenir la
violencia contra la mujer y, cuando sea necesario, reforzarlas o
modificarlas; potenciar la protecci6n, curaci6n, recuperaci6n y reintegraci6n
de las victimas y supervivientes, por ejemplo, adoptando medidas para
investigar, procesar, castigar y, en caso pertinente, rehabilitar a los
perpetradores; e impedir que las mujeres y las nifias que hayan estado
sometidas a cualquier forma de violencia, ya sea en el hogar, el lugar
de trabajo, la comunidad, la sociedad o bajo custodia, vuelvan a ser
objeto de victimizaci6n [...]
Es especialmente destacable para el caso colombiano, la Convenci6n
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la Mujer, conocida como Convencidn de Be/e'm do Pard. Esta
convenci6n -- -que entr6 en vigor en 1995 y ha sido aplicada en
innumerables ocasiones por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos- tiene caricter vinculante por lo que los estados integrantes de la
misma -entre ellos Colombia- tienen la obligaci6n de cumplir con sus
disposiciones para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las
mujeres.
(2012) J. JURIs 450
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
A la vez, la protecci6n contra la discriminaci6n basada en sexo, edad, etnia u
otra condici6n estfi arraigada en el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos y tiene carActer de jus cogens3 . Sefialar en este punto la
Convenci6n sobre la Eliminaci6n de todas las formas de Discriminaci6n
contra la Mujer ("CEDAW" en sus siglas en ingl&s) y especialmente la
recomendaci6n general nfitmero 12 del Comite para Eliminaci6n de la
Discriminaci6n de la Mujer sobre la violencia sexual y la obligaci6n
de su erradicaci6n. Asimismo, el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos consolida la protecci6n contra la violencia basada en genero
cometida durante los conflictos armados via las resoluciones del Consejo de
Seguridad y la Asamblea General4 y la interpretaci6n de tratados a nivel
internacional y regional. Los tribunales regionales y Comit&s de Naciones
Unidas han adaptado la defmici6n de violaci 6 n asentada por los Tribunales
Penales Internacionales 5 .
B/ LA PERSECUCION DE LOS DELITOS DE VIOLENCIA DE
GENERO EN EL DERECHO PENAL INTERNACIONAL.
Durante el tiempo en que se mantuvo el conflicto armado en Ruanda,
aproximadamente 500.000 mujeres fueron torturadas, violadas, mutiladas y
masacradas durante el conflicto de 1 994.' Por su parte en Bosnia-
3
Ver:
CED-A\W.
Recomeidacion
Genera/
nfimero
http:Ziiwwwx.un.org/womenwatch/daw,/cedaw,/recommnendations/recomm-
19.
1992.
sp.htmn#recoml 9
CORTE IDH. Caso GoniZf/e.zy otras ("Campo Agodonero') vs. Mxico. 16 de noviembre de
2009. http://w,,xx.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec 205 esppdf
4 Resoluciones del Consejo de Seguridad: 1325 de octubre 31 del 2000, 1822 de 30 de junio
de 2008, 1888 de 30 de septiembre de 2009, 1960 de 16 de diciembre de 2010. (Ver
DOCUMENTO ADJUNTO 1)
Resoluci6n de la Asamblea General: 61/438.
Plataforma de Acci6n de Beijing de 1995.
5 Ver, por ejemplo: Corte IDH. Caso Rosendo Cantfiy otra vs. Mxico. 15 de mayo de 2011.
ht tp:Zi iwww.corteidh.or.cr docs casos /articulos seriec_225 esp. df
Corte IDH. Caso FernandeZ Ortega 9 otros vs. Mlexico. 30 de agosto de 2010.
ht tp:Zi iwww.corteidh.or.cr docs /casos /articulos /seriec_215 esp. df
6
1nforme de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y
consecuencias, Sra. Radhika Coomaraswamy, Naciones Unidas. Comisi6n de Derechos
Humanos, 550 perfodo de sesiones. Integraci6n de los derechos de la mujer y la perspectiva
de g~nero: la violencia contra la mujer preparado de conforrmidad con la Resoluci6n
1997/44 de la Comisi6n de Derechos Humanos. E/CN.4/1999/68/Add.4. 21 de enero de
1999.
(2012) J. JURIs 451
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
Herzegovina, se calcula en rs
de 60.000 las mujeres y ninas violadas por
soldados, policias de forma organizada y sistematica' .
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cre6 en 1993 y 1994, los
tribunales para la Ex Yugoslavia y Ruanda, respectivamente. Por primera
vez es tratada la violaci6n como delito de lesa humanidad. A trav&s de sus
pronunciamientos, estos tribunales sentaron los precedentes en materia de
tipificaci6n y sanci6n de estos crimenes.
La jurisprudencia internacional sobre violencia sexual a partir de las
resoluciones de estos Tribunales y del Tribunal Especial para Sierra Leona
han dejado establecido que la violaci6n y las agresiones sexuales pueden
constituir en si mismas genocidio, crimen de lesa humanidad, crimen de
guerra y tortura. Asi mismo, establece que la violaci6n es un elemento de
otros crimenes como la esclavitud sexual y la prostituci6n forzada.
El genocidio y los crimenes de lesa humanidad poseen el estatus de ius cogens
e imponen a los Estados obligaciones o deberes no derogables: ob/igatio erga
omnes. La violencia basada en gdnero puede constituir el actus reus(hecho que
justifica) del delito de genocidio o de crimenes de lesa humanidad y pot tanto
su persecuci6n y reparaci6n es obligatoria en el derecho penal internacional.
La cvoluci6n
internacional
del
crimen
de
violaci6n
cn
la
jurisprudencia
El crimen de violaci6n, fue el priinero en set reconocido como crhnen de
lesa hurnanidad, genocidio o crirnen de guerra pot la jurisprudencia
internacional.
En la actualidad, podemos afirmar que bajo el Derecho Penal Internacional
y el Derecho Internacional Humanitario, la prohibici6n de la violaci6n y la
violencia
sexual
tienen
estatus
de
derecho
internacional
consuetudinario. En la misma linea, en el
mbito del Derecho
Internacional de los Derechos Hurnanos, los tribunales regionales y Comnit&s
de Naciones Unidas han adaptado la definici6n de violaci6n asentada pot
los Tribunales Penales Internacionales.
7 Informe del Secretario General naciones Unidas 1996, Agresi6n y violaci6n de mujeres en
las zonas de conflicto armado de la ex Yugoslavia. Citado por Roxana Arroyo Vargas y
Lola Valladares Tayupanta en Informe Violencia Sexual contra las mujeres. Serie
Documentos Juridicos Afno 1.
(2012) J. JURIs 452
THE JOURNALJURISPRUDENCE
La interpretaci6n del crirnen de violaci6n ha evolucionado gracias a la
jurisprudencia de los Tribunales Penales Internacionales para la ex
Yugoslavia y Ruanda, que ha sido posteriormente considerada por el
Tribunal Especial para Sierra Leona y la Corte Penal Internacional (CPI). En
el caso de los Tribunales Penales Internacionales para la ex-Yugoslavia y
Ruanda, dicha evoluci6n ha girado principalmente en torno a dos
elementos constitutivos del crimen de violaci6n, a saber, la
penetraci6n y el consentimiento.
Con anterioridad, se entendia que existia - iolaci6n cuando se producia
penetraci6n vaginal de la victina, sil su consentimiento, con el pene del
agresor.
Estos tribunales han ampliado el concepto de penetracin y han establecido
en qu6 casos podemos considerar per se clue no existe consentimiento de la
victirna.
Respecto a la penetraci6n, fue el Tribunal Penal Internacional para Ruanda
(TPIR), el que present6 en el caso Akayesm una definici6n de violacion
novedosa al ampliar, por un lado, los actos de violaci6n a cualquier tipo de
penetraci6n corporal, v a la vez a cualquier tipo de invasion corporal no
consentida con cualquier tipo de objeto.
Asi, en su decisi6n, el Tribunal explica que "la violaci6n es una hnvasion
fisica de naturaleza sexual, cometida sobre una persona bajo circunstancias
que son coactivas [...] La violaci6n sexual no est limitada a la hnvasion
fisica del cuerpo humano y puede hncluir actos que no suponen penetracion
o siquiera contacto fisico". Esta definici6n fue posteriormente asuniida por
el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPI) en el
denominado caso Celebici. No obstante, este Tribunal dio una nue a
definici6n de violaci6n en el caso Furundzija, donde estableci6 que los
elementos objetivos del crinen de violaci6n son: "i. Penetracin sexual,
incluso leve:a) de la vagina o ano de la victirna por el pene del perpetrador u
otro objeto utilizado por el perpetrador; o b) de la boca de la victirna por el
pene del perpetrador; ii. Bajo coercin o fuerza o anenaza contra la victina
o una tercera persona". Este nuex o pronunciamiento gener6 un anplio
debate en torno a la interpretaci6n del crhinen de violaci6n, que fue
finalmente abordado en la decisi6n del caso Musema, donde el TPIR analiz6
las dos definiciones dadas hasta el momento, y deterrnin6 que la defihicion
del caso Aka,,esm era preferible a la recogida en el caso Fmmfrzid#ija, porque
aquella comprendia todas las conductas definidas en esta 61tirna.
(2012) J. JURIs 453
THE JOURN kLJURISPRUDENCE
A pesar de ello, la discusiin volvi6 a surgir con el pronuncianiento del caso
Kunarac et al., donde el TPIY adopt6 nuevarnente la definici6n del caso
Furundzija, pero afiadi6 un nuevo asunto al debate, al analizar la
interpretaci6n del consentiniento en los casos de x iolaci6n sexual. Asi, el
Tribunal deternin6 que para que no exista violaci6n, el "[c]onsentimniento
debe ser dado voluntariamente, como resultado de la libre voluntad de la
victina evaluada en el contexto de las circunstancias existentes."
"El mens rea es la h1tencin de efectuar la penetracin sexual, y el
conocirniento de que ello ocurre sin el consentimiento de la victirna'. La
Sala de Apelaci6n que estudi6 el recurso interpuesto en el caso Kunarac
esruvo de acuerdo con esta definici6n, y adenims matiz 6 que "hay factores
'mis all de la fuerza' que podrian dar lugar a un acto de penetracin sexual
no consensual o no voluntario por parte de la victina. Un enfoque reducido
sobre la fuerza o la arnenaza de fuerza podria permitir a los perpetradores
eludir responsabilidad por la actividad sexual a la que la otra parte no ha
consentido por tomar ventaja de las circunstancias coercitivas sin depender
de la fuerza fisica". La Sala fue ris all y sefial6 que las circunstancias que
daban lugar a los cargos de Aiolacion corno crimenes de lesa hurnanidad o
crimenes de guerra "serin casi universalmente coercitivas", de manera que
"el verdadero consentimiento no seria posible".
Finalmente, el consenso respecto de la definici6n de violaci6n lleg 6 con la
sentencia del caso Muhhinana, donde el TPIR seial6 que "la definici6n de
Akayesu y los elernentos dados en Kunarac no son incompatibles o
sustancialmente diferentes en su aplicacin. Mientras que Akayesu se referia
en t~rminos generales a una 'hx asion fisica de naturaleza sexual', Kunarac
se centr6 en articular los parmetros qu6 deberia reunir una hnvasi6n fisica
de naturaleza sexual para que constituyera Aiolaci'n".
En el caso Kunarac, ademis de lo dicho deben resaltarse algunos elementos
importantes del fallo: se establece que "las formas de penetraci6n sexual
forzada infringidas sobre las mujeres con el prop6sito de interrogar, castigar
o ejercer coerci6n constituyen tortura que el acceso sexual a las mujeres
ejercido como el derecho de propiedad constituye una forma de esclavitud
bajo los crimenes de lesa humanidad"'8 .
1 Viseur-Seller, Patricia: Gender-Based Persecution, United Nations, Expert Group
Meeting on Gender-based Persecution, Toronto, Canada 9-12 Nov, 1997.
EGM/GBP/1977.3. 6 de noviembre de 1997.
(2012) J. JURIs 454
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
Frente a la esclavitud, la Sala de apelaciones estableci6 que la esclavitud
tiene lugar a travs de la explotaci6n sexual de las mujeres y ninas.
Considera que para que se configure la misma se deben tener en cuenta
factores como "control del movimiento de alguien, el control del ambiente
fisico, el control psicol6gico, las medidas tomadas para prevenir el escape, la
fuerza, la amenaza, la coerci6n, la duraci6n, la afirmaci6n de exclusividad, la
sujeci6n al tratamiento cruel y al abuso, el control de la sexualidad y el
trabajo forzado'.
En cuanto al consentimiento en la esclavitud, la Sala de Apelaciones
acept6 que la falta de consentimiento no era un elemento del crimen que el
Fiscal debia probar, porque la esclavitud se basa en el ejercicio del derecho
de propiedad y consideraron que en tales circunstancias, era imposible
expresar el consentimiento, por lo que era suficiente presumir la ausencia de
tal 1 .
En cuanto a
la tortura, la Sala de Apelaciones consider6 que estfi
constituida pot un acto o una omisi6n que da lugar a dolor o sufrimientos
graves, ya sean fisicos o mentales, pero no existen otros requisitos
especificos que permitan una clasificaci6n exhaustiva o una enumeraci6n de
los actos que podrian constituir tortura 11.
Previamente la Sala de juicio habia
desechado el argumento de los apelantes que plantearon que el sufrimiento
debia set visible, porque consideraron que algunos actos establecen per se' el
sufrimiento de las victimas, y la violaci6n es uno de ellos. La Sala fue mis
alli y tuvo por probado el sufrimiento a6n sin un certificado mddico,
estableciendo que la violencia sexual daba lugar a dolor o sufrimientos
graves, ya sean fisicos o mentales. Es decir, una vez que se prueba la
violaci6n, se tiene por probado el sufrimiento o dolor severo de la tortura,
porque la violaci6n leva implicito dicho dolor o sufrimiento12
Caso Cesic
En este caso el acusado, Ranko Cesic fue investigado por varios cargos
entre los que estaba el "asalto sexual" de 2 musulmanes detenidos. Durante
el proceso, el acusado acept6 los cargos y fue condenado por el tribunal por
crimenes de lesa humanidad por forzar intencionalmente a 2 hermanos
musulmanes a realizar sexo oral entre ellos mientras eran observados pot
9 Sentencia Sala de Apelaciones. Pdrrafo 119
10 Idem. Prrafo 120
1 Idem. Prrafo 129
12Sentencia de la Sala de Juicio, pdrrafo 205. En:
http: //www.rnw.nl/informarn/html/ actOlO222-tpicasofoca.html
(2012) J. JURIs 455
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
otros soldados. Consider6 el tribunal que ese tipo de acciones constituye un
acto degradante y humillante, contrario al derecho internacional
humanitario.
El tribunal valor6 la acci6n como agravada teniendo en cuenta el impacto
que las mismas causan a las victimas y sus familiares al mismo tiempo por
haber sido cometidos frente a terceros lo que incrementa la humillaci6n de
las victimas.
Caso Tadic
Miembros de las fuerzas serbo-bosnias que actuaban en el municipio de
Prijedor, fue declarado culpable por la Comisi6n de crimenes de lesa
humanidad y crimenes de guerra perpetrados durante 1992. No fue
condenado directamente por cometer acto de agresi6n sexual pero si de
participar en una campafia de terror generalizada y sistemfitica mediante
acciones como golpizas, tortura y agresiones sexuales. Pese a que en la
acusaci6n original se incluy6 el delito de violencia sexual, fue retirado
posteriormente debido a que la victima se neg6 a declarar.
La sentencia afirma categ6ricamente que
la violaci6n y el abuso sexual pueden considerarse como parte de
una campafia generalizada o sistemitica de terror contra la poblaci6n
civil. No es necesario probar que la violaci6n misma fuera
generalizada o sistemitica sino que la violaci6n constituia uno o tal
vez muchos tipos de crimenes, cuyo espectro se cometia de forma
generalizada o sistemfitica e incluia una campafia de terror por parte
del agresor
Pot su parte, el Tribunal Especial para Sierra Leona (TESL) en el caso
P'osecutor iv. Issa Hassan Sesa,, Mor, s Kallonjy Algistine Gbao, conocido como
caso RUF, considera que existe violaci6n cuando el acusado invade el
cuerpo de otra persona mediante cualquier conducta que resulte en la
penetraci6n, pot minima que sea, de cualquier parte del cuerpo de la
victima, utilizando su 6rgano sexual o penetrando el ano o genitales
de la victima con cualquier objeto o cualquier parte de su cuerpo,
siempre que la invasi6n haya sido el resultado del uso de la fuerza o la
coacci6n. El Tribunal considera que el uso de la fuerza o su amenaza se
producen de tal manera que la victina sufre un temor a la violencia, la
agresividad, la detenci6n, la opresi6n psicol6gica o un temor pot el abuso de
poder, contra ella misma o alguna otra persona, o aprovechando un
ambiente de coaccion.
(2012) J. JURIs 456
THE JOURN-ULJURISPRUDENCE
Asimismo, en el Estatuto de Roma se sefiala que el consentuimento
no podrn inferirse de ninguna palabra o conducta de la victirna
cuando la fuerza, la amenaza de fuerza, la coacci6n o el
aprovecharniento de un entorno coercitivo hayan disininuido su
capacidad para dar un consentimiento voluntario y libre
y tampoco cuando la victirna sea ihcapaz de dar un consentirniento libre.
Tambi6n en el Estatuto del TESL se sefiala que no podr entenderse que
existe consentimiento cuando la victima se mantiene en silencio o no pone
resistencia a la violencia sexual, y matiza que "la credibilidad, la
honorabilidad o la disponibilidad sexual de la victina o de un testigo no
podrin ilferirse de la naturaleza sexual del comportamiento anterior o
posterior de la victina o testigo".
Como podemos observar, las definiciones de Aiolaci6n dadas por el TESL y
la Corte Penal derivan de las definiciones emanadas de los Tribunales ad hoc.
Igualmente, las consideraciones en torno al consentiniento son fruto de la
evoluci6n de la jurisprudencia de los Tribunales para la ex-Yugoslavia V
Ruanda.
En la actualidad, la violaci6n y las agresiones sexuales pueden
constituir en si mismas genocidio, crimen de lesa humanidad, crimen
de guerra y tortura. Igualmente, la violaci6n es un elemento de otros
crimenes como la esclavitud sexual y la prostituci6n forzada.
C/ Corte Penal Internacional.
Los primeros casos de investigaci6n sobre violencia sexual en el marco de la
CPI se han desarrollado frente a la situaci6n de la Repfblica Democrfitica
del Congo. Los informes allegados a la Corte se centran en torturas,
desplazamiento forzado, reclutamiento de menores y violaciones sexuales.
Naciones Unidas estim6 que mis de 40.000 mujeres y nifias fueron violadas.
El caso mis avanzado corresponde a la investigaci6n contra Germain
Katanga "Simba" y Mathieu Ngudjolo chui,
dos lideres guerrilleros de la Reptiblica Democrfitica de Congo,
acusados de reclutar nifios soldado, asi como de asesinato, violacidn
y de haber forzado a las mujeres al esclavismo sexual. Su caso es el
segundo en legar a la Corte, y se centra en lo ocurrido en 2003 en
Bororo, un pueblo de la regi6n de Ituri, al noreste del pais. Segiin la
fiscalia, Katanga y Chui lanzaron alli conjuntamente a sus tropas
contra los habitantes y mataron a 200 vecinos. Luego se levaron al
(2012) J. JURIs 457
THE JOURNALJURISPRUDENCE
menos a 15 menores para combatir en sus filas. Muchas de las
victimas fueron mutiladas con machetes mientras las mujeres eran
violentadas.
Katanga, alias Simba, era el jefe de la Fuerza Patri6tica de
Resistencia. Pertenece a la etnia lendu, de tradici6n agricola, y
enfrentada a los hema, dedicada al pastoreo. Chui, tambi~n de la
comunidad lendu, comandaba el Frente Nacional Integracionista.
Luis Moreno Ocampo, fiscal jefe de la CPI, asegura que el conflicto
de Ituri, zona rica en oro, "forma parte de la guerra civil que arras6
Congo tras el genocidio perpetrado en la vecina Ruanda en 1994".
Despu&s de revisar casi 17.000 documentos, la acusaci6n llamar i a
26 testigos. De estos, 21 declararfn ocultando su identidad por
temor a represalias. Antes de la apertura del proceso, Katanga se
mostr6 "confiado en la imparcialidad" del mismo. En cuando a
Chui, se considera "una victima masl' .
La decisi6n de conftrmaci6n de cargos se dio en septiembre de 2008, y el
caso se encuentra en etapa de juicio desde el 24 de noviembre se 2009.
La defensa ha alegado que se est6i adelantando la investigaci6n por los
mismos hechos por en el orden interno por lo cual se deberia respetar el
principio de complementariedad.
En la decisi6n de confirmaci6n de cargos por mayoria se encontr6
suficiente evidencia para confirmar los cargos de crimenes de guerra y de
lesa humanidad frente a las acusaciones por violaci6n y esclavitud sexual
ocurridas el 24 de febrero de 2003 durante la toma de la ciudad de Bogoro,
de forma consciente y conjunta, en el marco de un ataque sistemfitico y
generalizado contra la poblaci6n civil. En este contexto, la decisi6n de
confirmaci6n de cargos, junto con la decisi6n de confirmaci6n de cargos en
el caso Lubanga son las dos 6nicas decisiones de caricter sustantivo
emitidas hasta el momento por la Corte. En la misma, se abordan por
primera vez los elementos contextuales de los delitos de lesa humanidad
previstos en el Estatuto de Roma (ER) y en los Elementos de Crimenes
(EC),asi como los elementos especificos de ciertos delitos de violencia
sexual (violaci6n y esclavitud sexual) tipificados en el ER como crimenes de
guerra o de lesa humanidad.
Sin embargo en el caso Lubanga, no se ha producido condena por este tipo
de delito, a pesar de que lo solicitaba el Fiscal.
13 httt:iw x,-.avenciacna.com/2/nota 1.phvnoticia id=27976
(2012) J. JURIs 458
THE JOURN LJURISPRUDENCE
D/ JURISDICCIONES REGIONALES
A.
Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
El Sistema interamericano de Derechos Humanos tambign ha generado
avances importantes a trav~s de las decisiones de la Comisi6n y la
jurisprudencia de la Corte. En primer lugar la Comisi6n Interamericana
entre 1991 y el afio 2000 habia identificado ya 14 casos relacionados con
derechos sexuales y reproductivos, de los cuales 6 involucraba el uso de la
violencia sexual como tortura pot parte del Estado. Pot su parte la Corte
Interamericana ha establecido la responsabilidad de los Estados en casos de
esterilizaci6n forzada, violencia intra familiar, y tortura con base en la
violaci6n sexual.
En lo que respecta a la Comisi6n Interamericana, tambian han sido
objeto de desarrollo, los delitos sexuales y la justicia de g~nero, en forma
paralela al desarrollo jurisprudencial referido.
Dicha Comisi6n, se pronunci6, respecto de la violaci6n sexual, en dos
Informes: el Injbrme sobre Haiti de 1995: donde sostuvo que los actos de
violencia contra las mujeres califican como delitos de lesa humanidad
cuando son utilizados como arma para infundir terror y el Injbrme
s/Perz de 1996: en donde, luego de definir la violaci6n sexual como "todo
acto de abuso fisico y mental perpetrado como acto de violencia", lo
calific6 como forma del delito de tortura.
Paralelamente la Corte Interamericana de DDHH cuenta a la fecha con
dos pronunciamientos relevantes sobre violencia de g~nero y delitos
sexuales: "Castro Castro c. Perzi" (2006) y "Campo Algodonero c. M'xico" (2009).
La perspectiva de gdnero se introduce por primera vez en la jurisprudencia
de la Corte IDH a trav&s de la sentencia de fondo emitida en la causa
"Castro Castro".
La Corte IDH, en el caso citado considera demostrado que durante los
conflictos armados internos e internacionales las partes que se enfrentan
utilizan la violencia sexual contra las mujeres como un medio de castigo y
represi6n. La utilizaci6n del poder estatal para violar los derechos de las
mujeres en un conflicto interno ademis de afectarles a ellas en forma directa
puede tener como objetivo causar un efecto en al sociedad a trav&s de esas
violaciones o dar un mensaje o lecci6n.
(2012) J. JURIs 459
THE JOURN kLJURISPRUDENCE
La Corte afirma en sus razonamientos juridicos (apartado 206) que las
mujeres privadas de libertad en el penal Castro Castro
... ademis de recibir un trato violatorio de su dignidad personal,
tambi6n fueron victimas de violencia sexual, ya que estuvieron
desnudas y cubiertas con tan solo una sbana, estando rodeadas de
hombres armados, quienes aparentemente eran miembros de las
fuerzas de seguridad del Estado. Lo que califica este tratamiento de
violencia sexual es que las mujeres fueron constantemente
observadas por hombres.
La Corte, siguiendo la linea de la jurisprudencia internacional y tomando en
cuenta lo dispuesto en la Convenci6n para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer (Beln do Para), consider6 que "la violencia
sexual se configura con acciones de naturaleza sexual que se cometen en una
persona sin su consentimiento, que ademis de comprender la invasi6n fisica
del cuerpo humano, pueden incluir actos que no involucren penetraci6n o
incluso contacto fisico alguno".
Asi mismo, la Corte reconoce (apartado 311)
que la violaci6n sexual de una detenida pot un agente del Estado es
un acto especialmente grave y reprobable, tomando en cuenta la
vulnerabilidad de la victima y el abuso de poder que despliega el
agente. Asimismo, la violaci6n sexual es una experiencia sumamente
traumitica que puede tener severas consecuencias y causa gran dafio
fisico y psicol6gico que deja a la victima "humillada fisica y
emocionalmente", situaci6n dificilmente superable por el paso del
tiempo, a diferencia de lo que acontece en otras experiencias
traumaticas
Paralelamente, en la causa "Campo Algodonero" la Corte IDH avanza
sobre los conceptos vertidos en el precedente citado y establece la
responsabilidad del Estado por "haber permanecido indiferente frente a una
situaci6n cr6nica de violencia... ante la existencia de una cultura de
discriminaci6n contra la mujer". Para la Corte IDH el Estado es responsable
por los actos cometidos por particulares atento su condici6n de garante
respecto del riesgo de violencia basada en g6nero: teoria del riesgo creado
(art. 7 de la Convenci6n de Bel6n do Pard).
A la luz de los
internacional e
desarrollo de
advirti6ndose
antecedentes citados, puede concluirse que la jurisprudencia
interamericana se presenta como un punto de inflexi6n en el
los delitos sexuales como delitos de lesa humanidad,
s6lo algunas disidencias al momento de precisar su
(2012) J. JURIs 460
THE JOURN-LJURISPRUDENCE
tipificaci6n: algunos fallos u opiniones postularon su condici6n de delito de
lesa humanidad aut6nomo, y otros lo valoraron como una forma del delito
de tortura.
E/ CASOS CONCRETOS RESUMIDOS EN EL ESPACIO
INTERAMERICANO
1. Caso Fernandoy Raquel Mejia vs Peri
Se acusa en el presente caso al Estado Peruano pot los hechos ocurridos en
junio de 1989 cuando un grupo de militares irrumpi6 en la residencia de
Fernando Mejia Egocheaga y su esposa Raquel Martin; a 61 se lo levaron y
su esposa fue objeto de violaci6n en 2 oportunidades.
El sefior Fernando Mejia fue encontrado muerto 2 dias despuds con signos
de tortura, y la sefiora fue objeto de amenazas e intimidaci6n, que la
obligaron a salir del pais.
En el caso de la violaci6n, la Comisi6n Interamericana de Derechos
Humanos determin6 que se habian cumplido los elementos constitutivos
de la tortura establecidos por la Comisi6n Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura (Un acto cometido intencionalmente para infringir
sufrimientos fisicos o mentales, con el fin de castigar o intimidar, y
cometido pot un funcionario piblico o instigado por el.), considerindose el
abuso sexual como un ultraje deliberado. Estableci6 que se violan los
derechos a la integridad personal (art.5), y al honor y dignidad ( art. 11) de
la Convenci6n Americana de Derechos Humanos.
2. Caso Dianna Ortiz v. Guatemala
Dianna Ortiz, era una mujer monja quien denuncio haber sido secuestrada y
torturada pot agentes del Gobierno de Guatemala en 1989. En varias
ocasiones fue violada por mltiples agentes y fue objeto de tortura
mediante amenazas, y lesiones como quemada por cigarrillo.
En este caso la Comisi6n determin6 que el trato inhumano que sufri6 la
Hermana Ortiz en manos de agentes del Gobierno corresponde a la
definici6n de tortura al infringir sufrimiento fisico y mental para castigarla e
intimidarla por su participaci6n en ciertas actividades y pot su asociaci6n
con ciertas personas y grupos. Los agentes del Gobierno fueron
responsables de las violaciones de derechos de la Hermana Ortiz, quienes
actuaban al amparo de su capacidad oficial. El secuestro y la tortura de la
Hermana Ortiz corresponden a una pauta de actividades cometidas por el
Gobierno de Guatemala en violaci6n a los Derechos Humanos.
(2012) J. JURIs 461
THE JOURN kLJURISPRUDENCE
La comisi6n concluy6 que el Estado de Guatemala es responsable por
violaciones de los Derechos Humanos de Dianna Ortiz a la integridad
personal, a la libertad personal, a las garantias judiciales, a gozar de
protecci6n para la honra y la dignidad, a la libertad de conciencia y de
religi6n, a la libertad de asociaci6n y a la protecci6n judicial, todos
consagrados en los articulos 5, 7, 8, 11, 12, 16 y 25 de la Convenci6n
Americana y ha omitido cumplir con la obligaci6n establecida en el articulo
1.
3. Caso Ana, Beatriz y Celia Gonzfilez Parez v. Mxico
Las hermanas Ana, Beatriz, y Celia Gonzilez P~rez y su madre Delia P~rez
de Gonzfilez fueron detenidas en 1994 por agentes estatales para set
interrogadas. Una de las victimas era menor de edad. Pot dos horas fueron
detenidas, golpeadas y violadas en varias ocasiones por militares. Se
denuncia tambifn la violaci6n al deber de investigar por parte del Estado, la
falta de castigo a los responsables y de reparaci6n a las victimas.
Al respecto La Comisi6n reitera la configuraci6n de tortura
violaci 6 n y determin6 que:
en casos de
La violaci6n sexual cometida por miembros de las fuerzas de
seguridad de un Estado contra integrantes de la poblaci6n civil
constituye en todos los casos una grave violaci6n de los Derechos
Humanos protegidos en los articulos 5 y 11 de la Convencidn
Americana, asi como de normas de Derecho Internacional
Humanitario. Recuerda ademfis que la Convenci6n Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
garantiza a toda mujer el derecho a una vida libre de violencia.
La Comisi6n Interamericana considera que los abusos contra la integridad
fisica, psiquica y moral de las tres hermanas Tzeltales cometidos por los
agentes del Estado mexicano constituyen tortura y configuran una violacidn
de la vida privada de las cuatro mujeres y de su familia y un ataque ilegal a su
honra o reputaci6n, que las llev6 a huir de su comunidad en medio del
temor, la vergiienza y humillacidn.
Segiln la jurisprudencia internacional de Derechos Humanos, en
ciertas circunstancias, la angustia y el sufrimiento impuestos a los
familiares directos de las victimas de violaciones graves de Derechos
(2012) J. JURIs 462
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
Humanos configuran adicionalmente una violaci6n del derecho a la
integridad personal de aquellos.
En el presente caso, la CIDH estima que el trato que se dio a la madre de las
victimas, Delia Perez de Gonzilez, quien tuvo que asistir impotente a la
vejaci6n de sus tres hijas por integrantes de las fuerzas armadas mexicanas y
luego compartir con ellas el ostracismo de su comunidad, constituye una
humillaci6n y degradaci6n violatoria del derecho a la integridad personal que
le garantiza la Convenci6n Americana.
La Comisi6n concluy6 que el Estado mexicano viol6 en perjuicio de la
sefiora Delia Perez de Gonzilez y de sus hijas Ana, Beatriz y Celia Gonzilez
Pirez los siguientes derechos consagrados en la Convenci6n Americana:
derecho a la libertad personal (articulo 7); a la integridad personal y a la
protecci6n de la honra y de la dignidad (articulos 5 y 11); garantias judiciales y
protecci6n judicial (articulos 8 y 25). Respecto de Celia Gonzilez P~rez, el
articulo 19 de la Declaraci6n de los Derechos del Nifio y todos los articulos
relacionados con la obligaci6n general de respetar y garantizar los derechos,
prevista en el articulo 1(1) de dicho instrumento internacional. La CIDH
establece igualmente que el Estado mexicano es responsable por la violaci6n
del articulo 8 de la Convenci6n Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura.
De otra parte, La Corte Interamericana en sus fallos ha sentado
jurisprudencia importante que puede considerarse un avance en la
investigaci6n y sanci6n de delitos sexuales a nivel internacional.
4. Caso Inas Fernandez Ortega Vs. MWxico
Este caso trata tiene como victima a una mujer indigena, del pueblo
Me'phaa (tlapaneco), que fue amenazada, golpeada y violada por tres
miembros del Ej)rcito Mexicano, en el estado de Guerrero el afio 2002.
En 2004, despu&s de una serie de irregularidades ante las autoridades
mexicanas, el caso fue levado ante la Comisi6n Interamericana de Derechos
Humanos. En 2009, la Comisi6n present6 una demanda contra M6xico ante
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la que reclam6 diversas
violaciones a los derechos humanos de In&s Fernindez Ortega, su esposo y
sus cinco hijos.
El 30 de agosto de 2010, M6xico fue declarado responsable por la violaci6n
de los derechos humanos a la integridad personal, a la dignidad, a la vida
(2012) J. JURIs 463
THE JOURNYL JURISPRUDENCE
privada y a no ser objeto de injerencias arbitrarias en el domicilio, en contra
de Ins Fernindez Ortega. En t&minos de la Corte "Este Tribunal
recuerda, como lo sefiala la Convenci6n de Bel6m do Pan, que la violencia
contra la mujer no s6lo constituye una violaci6n de los derechos humanos,
sino que es "una ofensa a la dignidad humana y una manifestaci6n de las
relaciones de poder hist6ricamente desiguales entre mujeres y hombres",
que "trasciende todos los sectores de la sociedad independientemente de su
clase, raza o grupo 6tnico, nivel de ingresos, cultura, nivel educacional, edad
o religi6n y afecta negativamente sus propias bases"....La Corte, siguiendo
la jurisprudencia internacional y tomando en cuenta lo dispuesto en dicha
Convenci6n, ha considerado anteriormente que la violencia sexual se
configura con acciones de naturaleza sexual que se cometen contra una
persona sin su consentimiento, que ademis de comprender la invasi 6 n fisica
del cuerpo humano, pueden incluir actos que no involucren penetraci6n o
incluso contacto fisico alguno.. .En particular, la violaci6n sexual constituye
una forma paradigmitica de violencia contra las mujeres cuyas
consecuencias, incluso, trascienden a la persona de la victima....
La Comisi6n seial6 que la violaci6n sexual cometida por miembros
de las fuerzas de seguridad de un Estado contra integrantes de la
poblaci6n civil constituye una grave violaci6n a los derechos
humanos protegidos en los articulos 5 y 11 de la Convenci6n
Americana. En los casos de violaci6n sexual contra mujeres
indigenas, el dolor y la humillaci6n se agrava por su condici6n de
indigenas debido "al desconocimiento del idioma de sus agresores y
de las demis autoridades intervinientes[, y] por el repudio de su
comunidad como consecuencia de los hechos".
La sentencia condena violaciones a los derechos humanos de su esposo y
sus hijos, igualmente establece; que el estado mexicano deberi realizar
reformas legislativas a la legislaci6n militar, otorgar becas de estudios a los
hijos de Fernindez Ortega, pagar una compensaci6n econ6mica y brindar
tratamiento m6dico y psicol6gico a las victimas.
5. Caso Castro Castro vs. Perti (2006)
Este caso se refiere a la masacre desatada durante cuatro dias que dur6 el
lamado "Operativo Mudanza 1" en la prisi6n Castro Castro en el Peril. Los
internos de los pabellones 1A y 4B vieron constantemente amenazadas sus
vidas por la intensidad del ataque, que implic6 el uso de armas de guerra y la
participaci6n de agentes de la policia, del ej6rcito y de fuerzas especiales. Se
(2012) J. JURIs 464
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
pudo identificar la muerte de 41 reclusos y muchos otros fueron sometidos
a tratos crueles y degradantes.
La importancia de este caso radica en que se reconoce el efecto diferenciado
que tuvo el accionar militar en las mujeres. Segtin lo expresa la Corte "la
masacre fue inicialmente dirigida contra las aproximadamente 133 mujeres
que se encontraban en el pabell6n 1-A de la prisi6n Miguel Castro Castro,
con el objeto de exterminarlas, convirti6ndose en blancos singularizados del
ataque contra la prisi6n. Muchas de las internas fueron asesinadas a
quemarropa." La Corte tambi6n consider6 que la desnudez forzada a la que
fueron sometidas varias personas internas representaba una forma de
violencia sexual y como tal una violaci6n del derecho a la integridad
personal.
6. Caso Campo Algodonero (2009)
La demanda se relaciona con la supuesta responsabilidad internacional del
Estado por "la desaparici6n y ulterior muerte" de las j6venes Claudia Ivette
Gonzfilez, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monfirrez,
cuos cuerpos fueron encontrados en un campo algodonero de Ciudad
Jufirez el dia 6 de noviembre de 2001. Se responsabiliza al Estado por "la
falta de medidas de protecci6n a las victimas, dos de las cuales eran menores
de edad; la falta de prevenci6n de estos crimenes, pese al pleno
conocimiento de la existencia de un patr6n de violencia de g6nero que
habia dejado centenares de mujeres y nifias asesinadas; la falta de respuesta
de las autoridades frente a la desaparici6n [...]; la falta de debida diligencia
en la investigaci6n de los asesinatos [...], asi como la denegaci6n de justicia
y la falta de reparaci6n adecuada."
En este caso, la Corte determin6 que la desaparici6n y posterior muerte de
tres mujeres en el contexto de discriminaci6n en Ciudad Juarez (mexico)
constituia violencia contra la mujer, acudiendo a la Convenci6n Americana
de Derechos Humanos y a la Convenci6n Bel6m do Para.
7. Caso Rosendo Cantfi y otra Vs. Mxico. (2010)
Los hechos de este caso se relacionan con la supuesta violaci6n sexual de la
indigena Me'phaa Valentina Rosendo Cant6i, asi como con la alegada falta
de debida diligencia en la investigaci6n y sanci6n de los responsables de los
hechos; las alegadas consecuencias de los hechos del caso en la hija de la
presunta victima; la supuesta falta de reparaci6n adecuada en favor de la
(2012) J. JURIs 465
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
presunta victima y sus familiares; la alegada la utilizaci6n del fuero militar
para la investigaci6n y juzgamiento de violaciones a los derechos humanos,
y a las supuestas dificultades que enfrentan las personas indigenas, en
particular las mujeres, para acceder a la justicia y a los servicios de salud. La
Corte seial6 que la violaci6n sexual sufrida por la indigena representa una
violaci6n del derecho a la integridad personal, la dignidad personal y la vida
privada.
El 8 nov 11 la Comisi6n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
admiti6 el caso de tortura sexual de 11 mujeres violadas durante los
operativos policiacos del 3 y 4 de mayo de 2006, en Texcoco y San Salvador
Atenco, Estado de M~xico.
F/ SISTEMA EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
La Corte Europea de Derechos Humanos tambi6n ha determinado que la
violaci6n sexual puede constituir tortura, asi se pronunci6 en el Caso Aydin
vs. Turquia,
una joven de diecisiete anios, que vivia con sus padres en una aldea
en Turquia suroriental, de la cual ella nunca habia salido. En 1985 se
presentaron serios disturbios en esa parte del pais entre las fuerzas
de la seguridad y los miembros del Partido separatista Kurdo.
Turquia denunci6 que a causa de esta situaci6n habian muerto mis
de 4.000 civiles aproximadamente y un nilmero similar de miembros
de las fuerzas de seguridad.
En este contexto Aydin fue golpeada, y violada mientras a su padre y
familiares los detuvieron ilegalmente. Cuando Aydin fue a reclamar por sus
familiares, unos guardias la levaron a un cuarto, la desnudaron y la pusieron
en un neum~tico de carro y le hicieron girar. Luego le golpearon, le
lanzaron agua fria a alta presi6n, le volvieron a vestir y con los ojos
vendados fue conducida a un cuarto de interrogatorios, donde un individuo
vestido de militar le arranc6 las ropas y la viol 6 .
Finalmente el caso lleg 6 a conocimiento de la Corte Europea de Derechos
Humanos, la misma que en sentencia pronunciada en Estrasburgo el 25 de
septiembre de 1997, sostuvo que la Sra. Aydin habia sido sometida a
torturas, violada y maltratada mientras estaba detenida por las fuerzas de
seguridad turcas, en contra del articulo 3 del Convenio.
(2012) J. JURIs 466
THE JOURNALJURISPRUDENCE
En ese caso, el Tribunal consider6 que la violaci6n de una detenida por un
funcionario del Estado era una forma especialmente grave y aborrecible de
malos tratos, de caricter tan grave como para constituir tortura. Ademfis, el
Tribunal sostuvo que las autoridades turcas no habian levado a cabo una
investigaci6n completa y eficaz de la denuncia de Aydin que no existian
remedios eficaces para resolver su denuncia 4.
La Corte determin6 que la violaci6n puede constituir tortura y expres6:
(...)La violaci6n de una persona detenida por un agente del Estado debe
considerarse como una forma especialmente grave y aberrante de
tratamiento cruel, dada la facilidad con la cual el agresor puede explotar la
vulnerabilidad y el debilitamiento de la resistencia de su victima. Ademfis, la
violaci 6 n deja profundas huellas psicol 6 gicas en la victima que no pasan con
el tiempo como otras formas de violencia fisica y mental."
La Corte concluy6 que la acumulaci6n de actos de violencia fisica y mental
cometidos en contra de la recurrente, y el acto especialmente cruel de
violaci6n a que se vio sometida, son constitutivos del delito de tortura
penado en el Articulo 3 de la Convenci6n.
En estos t~rminos concluyo la presente intervenci6n resaltando que la
responsabilidad de investigar, castigar y reparar los dafios ocasionados
corresponde a los Estados. La jurisdicci6n internacional es complementaria,
por lo que se hace necesario, para evitar la impunidad de dichos crimenes
fortalecer los sistemas judiciales y de atenci6n nacionales que permita
contrarrestar la impunidad frente a la cual han estado sometidos los hechos
de violencia sexual en el marco de los conflictos armados.
G/ LA PERSECUCION DE LOS DELITOS DE VIOLENCIA
SEXUAL EN LOS TRIBUNALES NACIONALES.
Las jurisdicciones nacionales empiezan a tomar en cuenta los grandes
avances de la jurisprudencia internacional (tanto del DPI como de los
Derechos Humanos) en materia de violencia sexual y estin conociendo de
estos crimenes, creando nueva jurisprudencia, enriqueciendo la existente,
todo esto con mira a ofrecer reparaci6n a las victimas. Algunos antecedentes
se encuentran en el Juzgado Central de Instrucci6n n' 5 de la Audiencia
14
http:/ /www.unhchr.ch/Huridocda/Huridoca.nsf/O/a193f67c546ae776c1256b730057a340
?Opendocument
(2012) J. JURIs 467
THE JOURNLJURISPRUDENCE
Nacional de Espafia en la investigaci6n de los crimenes de la dictadura
argentina y chilena en los caso seguidos por el juez Baltasar Garz6n al
amparo del principio de Jurisdicci6n Universal por crimenes de genocidio,
torturas, terrorismo y crimenes contra la humanidad. Posteriormente, con
rfs amplitud, deben destacarse varios casos en Argentina y uno rfs en
Espafia, que pueden servir al caso colombiano.
a) En Argentina se puede consultar, por ejemplo la sentencia en el caso
N' 2086 y su acumulada N' 2277 contra Gregorio Molina15 , en la que el
tribunal en lo Criminal de Mar del Plata en julio de 2010, establece que, a
nivel nacional, ha quedado acreditado en el Juicio a las Juntas y en los
informes efectuados pot la Comisi6n Interamericana de Derechos
Humanos y la Comisi6n Nacional sobre la Desaparici6n de Personas que las
violaciones sufridas por las mujeres que se encontraban en los centros
clandestinos de detenci6n no fueron sucesos aislados u ocasionales sino que
constituyeron prcticas sistemfiticas ejecutadas dentro del plan clandestino
de represi6n y exterminio montado desde el Estado y dirigido por las
Fuerzas Armadas.
Asi mismo afiade que, la jurisprudencia internacional es unanime al sostener
que los delitos de violaci6n y violencia sexual cometidos contra mujeres en
6poca de guerra o conflicto interno en un pais constituyen delitos de lesa
humanidad.
En esta direcci6n se han pronunciado los Tribunales Internacionales,
creados para Juzgar los crimenes cometidos en la ex Yugoslavia y Ruanda.
El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional menciona
especificamente la violaci6n, la esclavitud sexual, la prostituci6n forzada y la
esterilizaci6n forzosa, cuando se cometan en tiempo de guerra o conflicto
armado, como crimenes contra la humanidad); la Resoluci6n en
"Actuaciones Complementarias del Centro Clandestino de Detenci6n
ARSENALES MIGUEL DE AZCUENAGA sobre Secuestros y
Desapariciones y conexos", el Tribunal, el 27-12-2010 en Tucumfn
DECLARA que los delitos de violaci6n de domicillo, privaci6n ilegitima de
libertad con apremios y vejaciones, torturas, torturas seguidas de muerte,
abuso deshonesto, violaci6n sexual y homicidio investigados en la presente
causa, se habrian perpetrado en el contexto de un ataque sistemfitico desde
el Estado contra una parte substancial del grupo nacional argentino (grupos
politicos, politicos nilitares, y grupos de personas involucradas con la lucha
15 Vetr:
DOCUMENTO ADJUNTO 2.
(2012) J. JURIs 468
THE JOURNLJURISPRUDENCE
social sin pertenencia politica partidaria) a los que se habria identificado
como "enemigos" del pensamiento "occidental cristiano" (cfr. Apartado
5.8), lo que configuraria el contexto del delito internacional de
GENOCIDIO. La violencia sexual acaecida durante la represi6n
es
descrita en los siguientes trminos: "Durante la vigencia de las leyes de
impunidad (1987/ 2004), solo se iniciaron acciones penales por el delito de
sustracci6n y ocultamiento de menores y algunas pocas por apropiaci6n de
bienes. Los delitos sexuales denunciados por las victimas en sus testimonios,
no fueron objeto de acci6n penal habiendo permanecido invisibilizados
hasta fechas recientes.
(Cfr. Sentencia del Tribunal Oral de Santa Fe en la Causa
"Barcos" (n.43/08) donde se analiza el delito de violaci6n sexual
como una forma de del delito de tormento; Sentencia del Tribunal
Oral de Mar de Plata en la causa "Molina" (n.2086/10) donde se
considera probado que en el marco del plan sistem tico de represi6n
era habitual que las mujeres ilegitimamente detenidas en centros
clandestinos fueran sometidas sexualmente por sus captores o
guardianes , afirmando en consecuencia que los actos de violencia
sexual no constituyeron hechos aislados ni ocasionales sino que
formaron parte de practicas sistemiticas y generalizadas). - Tal
situaci6n fue debidamente advertida por el Comit6 para la
Eliminaci6n de la Discriminaci6n contra la Mujer (CEDAW) quien
recomend6 al Estado argentino que adopte medidas proactivas para
hacer piblicos, enjuiciar y castigar los incidentes de violencia sexual
perpetrados durante la pasada dictadura, en el marco de los juicios
por crimenes de lesa humanidad, de conformidad con lo dispuesto
en la Resoluci6n 1820 / 2008 del Consejo de Seguridad y que se
concedan reparaciones a las victimas( observaciones finales, 460
Periodo de Sesiones del 12 al 30 de julio de 2010, punto 16).
Por su parte el auto de procesamiento en el caso del Penal de Villa
Urquiza, de fecha 19-5-2011 establece la comisi6n de Torturas agravadas
por la condici6n de ganero, Violencia de ganero: Situaci6n de las
mujeres detenidas clandestinas durante la vigencia del terrorismo de
estado Violaci6n sexual y Abusos Sexuales, y, en particular analiza la
autoria mediata o indirecta, que aparece cuando el agente se vale de otro que
act6a pero no comete el injusto sea porque acttia sin tipicidad objetiva, sin
dolo, o justificadamente. En el marco de tales conceptos, Roxin elabor6 la
tesis de que existe otra forma de autoria donde el dominio del hecho se da
por fuerza de un aparato organizado de poder, sosteni6ndose en que los
conceptos usuales no son aplicables cuando se trata de crimenes de estado,
(2012) J. JURIs 469
THE JOURNLJURISPRUDENCE
de guerra y de organizaci6n en los que el determinador y el determinado
cometen el mismo delito, siendo decisivo el carkcter fungible del filtimo, que
puede ser cambiado a voluntad como si se tratara de un artefacto mecnico:
cuanto mis alejado de la victima y de la conducta lesiva esta el
ejecutor, mis cerca esti entonces de los 6rganos ejecutivos de poder
lo que le proporciona mayor dominio del hecho (Zaffaroni, Alagia,
Slokar; Manual de Derecho Penal Parte General, Ediar, 2005,
Capitulo 24)
Consecuentemente, conforme la teoria expuesta, para determinar si una
persona actu6 como autor mediato en virtud de dominio de la organizaci6n,
es necesario demostrar que el imputado ejercia un cargo y cumplia
funciones con capacidades decisorias dentro de la organizaci 6 n, y que en tal
condici6n habria intervenido en los hechos delictivos en tanto estos habrian
sido perpetrados
por fuerzas bajo su mando y control efectivo, o su autoridad y
control efectivo, segiin sea el caso", y su responsabilidad deviene
"... en raz6n de no haber ejercido un control apropiado sobre esas
fuerzas cuando: a) hubiere sabido o, en raz6n de las circunstancias
del momento, hubiere debido saber, que las fuerzas estaban
cometiendo esos crimenes o se proponian cometerlos; y b) no
hubiere adoptado todas las medidas necesarias y razonables a su
alcance para prevenir o reprimir su comisi6n o para poner el asunto
en conocimiento de las autoridades competentes a los efectos de su
investigaci6n y enjuiciamiento (art. 28 del Estatuto de Roma).
Aplicado al caso que nos ocupa, puede afirmarse que los testigos/victimas
que declararon en autos son claros y coincidentes en afirmar que entre 1975
y 1983 habria funcionado en el Penal de Villa Urquiza un lugar de detenci6n
en el cual eran alojadas personas secuestradas por fuerzas de seguridad, pot
motivos politicos o pot haber sido calificadas de "subversivas", quienes
habrian soportado un trato cruel, inhumano y degradante.
Dicho lugar de detenci6n habria funcionado como un "centro clandestino
de detenci6n" administrado y vigilado principalmente por personal del
Penal -guardiacirceles-, personal de la Policia de la Provincia, de
Gendarmeria y del Ej6rcito, y en 61 se habrian infringido torturas fisicas y
psicol6gicas a los que se encontraban alli detenidos, y en algunos casos se
habria decidido su muerte.
(2012) J. JURIs 470
THE JOURNkL JURISPRUDENCE
Para determinar la responsabilidad penal por autoria mediata, corresponde
entonces indagar si, atento el cargo y la funci6n que ejercian los imputados y
al rmbito donde esta se desarrollaba, puede presumirse que habrian tenido
intervenci6n en la comisi6n de los comportamientos delictivos
corroborados en autos, por haber ejercido el dominio sobre los mismos a
trav~s del dominio de /a organz<acdnb) En Espaiia, en el reciente Auto del Juzgado Central de Instruccion num.
1 de la Audiencia Nacional (D.P 331/1999) del 26 de junio de 2011, se
sienta un precedente 6nico al ser la primera vez que un tribunal nacional
afirma que existe la obligacidn de investigar los crimenes de violencia sexual
ocurridos durante el genocidio en Guatemala (1960- 1996).1" Es necesario
destacar tambin los recientes esfuerzos hechos en Guatemala para
investigar y perseguir estos crimenes.
111. CONCLUSIONES
La jurisprudencia internacional sobre violencia sexual desarrollada pot los
tribunales ad hoc de la ex-Yugoslavia y Ruanda, en aplicaci6n del Derecho
Penal Internacional, ha conducido a la actual codificaci6n de estos graves
crimenes internacionales en el Estatuto de Roma para la Corte Penal
Internacional (CPI)."
A pesar de que la CPI a6n no ha emitido ninguna sentencia sobre este tema,
en la actualidad tiene investigaciones abiertas por los crimenes cometidos en
la Reptblica Centroafricana, la Repfblica Democrfitica del Congo, la region
de Darfur en Sudn yen Uganda. Estas investigaciones incluyen cargos pot
esclavitud sexual y violaci6n como crimenes de lesa humanidad y crimenes
de guerra.
Es de suponer que esta jurisprudencia, cuando exista, ser i de particular
relevancia pero, mientras, su investigacion supone un decidido mensaje
sobre el compromiso internacional para con la sancidn y persecuci6n de la
violencia sexual en conflicto armado. M~is an, los nuevos procedimientos
implementados por la CPI para garantizar la participaci6n de las victimas,
Disponible
en
ht p:iiwww'xxwmenslinkxorldwide'org/wlxinew.p h?modo=detalle provectos&tp proy
ectos&dc=22
17
Consultar:
Articulo
7
del
Estatuto
de
Roma.
httt:iiwww.un.org/spanish/law,/icc.statute/spanishiromestatute%28s%29.pdf
16
(2012) J. JURIs 471
THE JOURNALUJURISPRUDENCE
tambin incorporados por las Cimaras Extraordinarias de Camboya, envian
un mensaje sobre la necesidad de reparar a las victimas.18
En suma, es evidente que, de acuerdo con la jurisprudencia internacional
tanto en el imbito del derecho penal internacional como de los derechos
humanos, existe una obligaci6n de investigar y enjuiciar los crimenes de
naturaleza sexual. Asi, es el turno ahora de los tribunales nacionales de
fortalecer la mentada jurisprudencia en materia de g6nero aplicindola y
conociendo de estos crimenes a nivel domstico. En Colombia, el hecho de
que en el proceso de justicia y paz colombiano tan solo se haya pronunciado
una condena por crimenes de g6nero cometidos en el contexto del
conflicto armado (por guerrilla, paramilitares, policia y militares). Esta
carencia, despu& de 6 afios, no tiene justificaci6n. El Estado y la justicia
colombiana deben afrontar este reto de manera prioritaria e inexcusable. Es
una deuda con las mujeres y nifias colombianas que exigen una respuesta
firme y decidida por parte de las Instituciones, especialmente la judicial, para
hacer efectivo el derecho a la verdad, la justicia y la reparacion.
IV. NOTAS: (Chile: informe 2005)
1.
"El miedo a la vergiienza social pot parte de los hombres, incluidos
los jueces, impiden asumir y asimilar ese plus que comporta el desprecio y la
humillaci6n de la mujer"
2.
"Se tenia derecho a la violaci6n, como al cuerpo de la mujer en
general; no habia nada que constriiera o impidiera actuar contra la misma".
"Era lo 16gico"
3.
"La violencia de g6nero, puede integrar el delito de genocidio
(agresi6n sexual) si concurre el requisito del prop6sito de destruir total o
parcialmente un grupo nacional, racial, &nico o religioso" (art. 6 ECPI).
4.
"En Chile, fue sistemitica la tortura mediante agresi6n sexual en
todas las presas, pot el hecho de set mujer. La Comisi6n Nacional sobre
prisi6n politica y Tortura, emiti6 un informe en 2005 en el que se
constataron 3.394 casos de violencia sexual, sin distinci6n de edades,
durante el periodo de represi6n de la dictadura pinochetista."
Bogot. a 13 de julio de 2012
Is SACOUTO, Susana. Victim participation at the International Criminal Court and the
Courts of Cambodia: a feminist project? Ver:
Extraordinary Chambers in the
DOCUMENTO ADJUNTO 5.
(2012) J. JURIs 472
Descargar