tivar con mayor aprovechamiento las producciones que despachan para Madrid , por medio de los tratantes de A l c o bendas. Surten estas huertas de hortalizas, no solamente á esta villa , sino también á Brihuega y pueblos c o m a r c a nos. Crian principalmente l e c h u g a s , ajos , cebollas, t o m a t e s , patatas , pepinos , berzas, r e p o l l o s , escarolas, p o cos cardos y menos apio , y ninguna coliflor ni broculis. Están por lo general los terrones de las huertas sin a l l a nar ni aquartelar j regándolos por inundación , de manera que se empantanan unos puntos , sin que alcance el beneficio del riego á otros. Fuera del desaliño y descrédito de semejantes prácticas , es grande el desprecio que resulta al colono. Cultivan en lomos angostos los melones, pepinos, tomates y calabazas j cuelgan de resultas los t a llos á las caceras ó regueras, que nombran badeñas , y con el mal orden se inundan , mojan y alegaman las flores y frutos tiernos de estas plantas delicadas , con no pequeño desperdicio. L o s tratantes de Alcobendas ajustan la fruta por j u n to , determinándose á dar según las castas los precios s i guientes , graduados por quinquenio : las peras de Roma á razón de 26 rs. arroba ; las camuesas á 18 rs., los peros esperiegos á r 5 rs., los peros pardos , y manzanas aguazuelas y las escandamias á 1 4 rs., las peras cameles ó de invierno< las de donguindo, de pan, y de higo ordinario á 9 r s . , las peras de campanilla, de higo fino y bergamotas á 1 2 rs. E n quanto á las g u i n d a s , ciruelas, y otras peras de menos aguante , es diñcil graduar su valor por ser mas necesario su breve y pronto despacho. C o g e n la fruta sin cuidado , la apalean y derriban 3 patadas , subiendo los jornaleros al árbol; magullándose, pudriéndose, y desperdiciándose mucha parte de resultas de tan mal método. Si alguna vez la guardan , la tienen amontonada en las cámaras , sin cuidado ni esmero , p u driéndose la mayor parte. Se nota mucha analogía entre casi todas las variedades de frutales que se cultivan en Jadraque , y es tal su semejanza , que me hacen sospechar con justo motivo que t o 9 TOMO xxr. P 3