Nº 02 Primavera-Verano 1990 - e

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EL COMPORTAMIENTO
DEL GASTO PUBLICO EN ESPAÑA
DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA,
1931-1935*
N i i ; v i : s c¡AK(;iA
SANTOS
l'iiiwisiiliul (Jiniplutcnsí- ili- Mücliiil
PABLO MARTIN
ACHÑA
Universidad de Alialií
V i unducióii liiiipicsa Públiía
I.
INTRODUCCIÓN
F.l estudio de l;i economía y de la políiiea económica tímame la Según
dii República sigue despertando entre nosotros un gran interés. I!l advenimiento del nuevo régimen coincidió con el peor año de la depresión mundial
iniciada en 1929 y durante su corla existencia tuvo que sobrevivir en ciicunstancias económicas muy destavorables. En sus escritos, ION políticos republicanos hiciert)!! notar esie (Icsafortunnilo sucoso, destacando cómo la crisis
internacional limitaba seriamente su capacidad de acción ', Naturalmente, el
adverso escenario económico de la década de 1920 hubiera teniílo menor
trascendencia si no hubiese sido por las exageradas expectativas de mejoras
sociales y económicas que había siiscilatlo la llegaila al poder de los pariitlos
de izquierda y de los grupos repub!icant>s -.
Diversos autores han señalado que, además de la crisis internacional,
cuya correa de trasmisión fue el sector exterior, la economía española se vio
afectada negativamente por una caída de la demanda interior, resultado de
la adopción de políticas macroeconómicas erróneas. E\ hecho de que el principal objetivo de las autoridades económicas de la época fuera la estabilidad
del tipo de cambio, ha llevado a atribuir las causas del estancamiento interno
y de la recesión industrial, más que a factores externos, a una política monetaria restrictiva y a una política financiera ortodoxa, cuando las circunstancias
• Agradecemos a F. Cloniín y CI. loriella las observationes que han hecho a distintos
borradores de este trabajo. Pero la responsabilidad por errores y omisiones es sólo nuestra.
' Véase, por ejemplo, Indalecio Prieto (1967), vol. I, pp. 164-165.
' Parafraseando la conocida lisia de Salvador Madariaga (1931), del nuevo rcsinien se
esperaba la resolución de muchos problemas tradicionales del país: el problema de la
propiedad de la tierra, el problema de las libertades civiles, el problema del Kjc'rcilo, el
problema de la educación, el problema de la Iglesia, el problema de las nacionalidades
y. por último, aunque no (X)r ello menos impórtame, el problema de la modernización
económica, (lomo puede comprenderse, todas estas exigencias recaían, en última instancia,
sobre los recursos de la 1 lacienda pública. Sobre las tareas a las que se enfrentaba la
República, desde la perspectiva de otro contemporáneo, véase también Gil Robles (1968),
pp. -II el Sí't/
Herma tie Hislonti Ltononmu
Año V m . N.' :
IWI)
,^.^J
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MKVIS
(.AKCIA
SAN'I()>
V
l'AIil.o
MARTIN
A<:i NA
aconsejaban todo lo contrario; esto es, con sus acciones los políticos republicanos lejos (Je compensar los efectos de la crisis, tendieron a agravarlos '.
En varios trabajos, Comín y Martín Aceña, conjuntamente y por separado,
han puesto de relieve lo equivocado de tales argimientaciones. Ni la política
monetaria fue restrictiva (detlacionista) como para provocar una contracción
en la demanda interna, ni la jxjlítica fiscal invirtió la tendencia de años anteriores *. Además, es erróneo asignar al listado un pape! protagonista en la
tleierminación de la coyuntura económica, hasta el pimn) de afirmar que el
estancamiento de los años treinta sea responsabilidad de sus acciones. El Estado
de entonces era de dimensiones reducidas y los instrumentos de política monetaria y presupuestaria a su disposición, bastante rudimentarios. Como recientemente ha reiterado Comín en su extenso estudio de la Hacienda española,
no puede atribuirse al Estado la responsabilidad de los ciclos económicos,
ni los de alza ni los de baja; el sector privado condicionaba de forma más
importante que el público la evolución de la economía española \ Así pues,
aiín admitiendo que las autoridades económicas republicanas hubiesen adoptado una política macroeconómica restrictiva, el reducido tamaño del sector
piiblico en el conjimio de la economía limiiíi la incidencia que dicha política
pudo tener en la demanda agregada.
Pero es que, además, es preciso reconocer que la evolución de la economía española fue durante estos años (1930-35) menos negativa que para
el conjunto de la economía mundial. Aunque ciertamente el nivel de actividad cayó, ni la renta nacional en términos reales, ni el nivel de precios,
registraron un brusco descenso durante los años de administración republicana; como en su momentt) observaron los contemporáneos y más recientemente han confirmado los autores que se han ocupado del período,
España capeó la tempestad económica de los años treinta mejor que la mayor
parte de los países europeos".
En este artículo se pretende anali/.ar la incidencia de la política fiscal
sobre la demanda agregada durante la Segunda Repiiblica. En particular
se miden los efectos del gasto piíblico a través del cálculo del multiplicador
de la renta y para ello se formula un modeU) econométrico de la economía
española para el período 1900-1935 '. Otros autores también han tratado
' Véanse l-iorcnsa (1981), t¡urcí¡i IWpado (1980|, Harrisoii (1983), Hernández An
drcu (1980, 1986) v Palalo.\ (1980. 1985).
' Martín Aceña (198-41, Martín Aceña v Comín (198-11 v Comín (1988 v 1989).
Comín (1988),
" Sobre la economía de la .Se>;unda República, los trabajos más recientes son los de
Hernández Andrea (19861, Tedde (1986) y Comín (1989), cap. 5, pp. 777-845.
" Se toman estos treinta y cinco años por la necesidad de considerar un período más
amplio que los años estrictos de nuestro interés, puesto que el comportamiento de las macromajínitirdes reflejan, además de las acciones coyuniurales de política fiscal, movimientos a largo plazo.
398
E:I. COMPORTAMIENTO DF.I. (,ASTO puni.ico I;N KSPAÑA DURANTI; I.A SI¡(;UNÜA REPÚBLICA
de medir la incidencia de la política presupuestaria en diversos países; al
estudio pionero de Brown (1956) para Estados Unidos han seguido ios de
Pryor (1979) para Checoslovaquia, y los de Middleton (1981) y Broadberry
(1984) para Gran Bretaña. Nosotros, con una metodología similar, intentamos estimar la incidencia de la política presupuestaria, tratando de ver si
el sector público se comportó de forma contractiva, contribuyendo a agravar
la crisis, o, por el contrario, de manera expansiva y, por tanto, con efectos
compensatorios y estabilizadores.
En la sección siguiente describimos el comportamiento de los principales
componentes del Producto Nacional Bruto (PNB) entre 1900 y 1935, a partir
de las series de que disponemos. A continuación se formula el modelo econométrico, se estiman sus parámetros y se calcula el multiplicador de la renta.
En la sección cuarta se examina la evolución seguida por el gasto público y
por la inversión privada durante la Segunda República y se compara con su
tendencia durante la Dictadura de Primo de Rivera, en un intento de diferenciar los comportamientos discrecionales dentro de la evolución a largo plazo
de ambas variables. El trabajo se cierra con una breve sección en la que
se exponen las principales conclusiones.
2.
LA RENTA N A C I O N A L Y SUS C O M P O N E N T E S "
El cuadro 1, que recoge la evolución del PNB y de cada uno de sus componentes entre 1900 y 1935, muestra que el ritmo de actividad descendió
a partir de 1931, registrándose tasas de variación negativas para 1931, 1933
y 1935. En este último año, la producción total se situaba todavía por
debajo del nivel alcanzado en 1929-30. Resulta obvio, por tanto, que la economía española durante la Segunda República atravesó, si no una profunda
crisis, al menos una fase de estancamiento. A continuación, empleando la
información que ofrecen los cuadros 1 y 2, examinamos el comportamiento
a largo plazo de los factores determinantes de la demanda agregada.
El consumo privado muestra una tendencia creciente y relativamente
estable. De 1900 a 1920 su tasa de crecimiento medio se situó en torno
a un 1,6 por 100 y cercana al 1,2 por 100 entre 1920 y 1930; de esta
última fecha a 1935 se registró una tasa negativa próxima al 2,0 por 100.
Por otra parte, la participación del consumo en el PNB presenta cierta tendencia a disminuir: pasa del 0,85 para el quinquenio 1900-1904 a un 0,76
' F.l examen de la evolución de la renta nacional y sus comixmentcs también ha sido
realizado por Carreras (1985) v por Cximín (19871.
J99
NIEVES GAKCIA SANTOS Y PABLO
MARTIN
ACEÑA
para 1925-1929, lo que supone una reducción de casi diez décimas, aunque
posteriormente entre 1930 y 1931 vuelve a incrementar su participación.
La inversión total (privada y pública) aumenta de forma continua entre
1900 y 1930, aunque en algunos años se registran tasas de variación negativas; de 1900 a 1920 su crecimiento medio se sitúa en torno al 1,1 por 100
y acelera su ritmo de forma notable en el decenio siguiente, alcanzando una
tasa del 6,6 por 100. Por el contrario, de 1930 a 1935 la demanda de inversión cae a una media anual del —7,4 por 100. En cuanto a su participación en el PNB, constatamos que se mantiene hasta 1919 y a partir
de esta fecha sube hasta alcanzar un máximo en 1929; de 1930 a 1935
la importancia de la inversión total en el PNB se reduce. El comportamiento de la inversión privada es el que determina, esencialmente, la demanda
agregada de inversión: de 1900 a 1920 crece al 0,9 por 100 y de 1920 a
1930 al 6,4 por 100, mientras que entre 1930 y 1935 se registra una
tasa negativa del —10,6 por 100.
Por lo que se refiere a las dos series que componen el total del gasto
público (consumo público más inversión pública), observamos que ambas
presentan una tendencia creciente para la totalidad del período (1900-1935) y
su participación en el PNB aumenta de forma notable. De 1900 a 1920 el
consumo público crece a una tasa del 2,1 por 100; de 1920 a 1930, la tasa
se sitúa en el 4,0 por 100, y se eleva al 4,9 por 100 para 1930-1935. En cuanto a la inversión pública, vemos que crece en los tres períodos que estamos
considerando, con la particularidad de que su ritmo de incremento se acelera
al pasar de una etapa a otra (3,7 por 100 para 1900-1920, 9,1 para 19201930 y 11,2 para 1930-1935).
Por último, comprobamos que el sector exterior presenta saldos positivos de 1900 a 1919 y negativos, con excepciones, a partir de esta última
fecha; así pues, cabe suponer que mientras en el primer período los déficit
transmitieron impulsos expansivos sobre la demanda agregada, en el segundo
ejercieran una acción opuesta, esto es, tuvieran efectos claramente deflacionistas.
400
I;L C:OMI'OKTAMII;NTO DI.I GASTO PUBLICO UN I;SI'ANA DURANTU I.A SLOUNUA REPÚBLICA
CUADRO 1
Producto
Nacional
Brulo
(PNB:
Consumo
privíuto
1900
1901
1902
1903
1904
1905
1906
1907
190X
1909
1910
1911
1912
19H
1914
1 9 1 •>
19K,
1917
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
1930
1931
1932
1933
1934
1935
. •
73,6
84,9
90,0
87,6
75,1
75,5
89,7
73,2
85.7
84,7
86,6
87,0
88,4
75,5
84,8
84.8
Vi.l
8 5,2
93,4
86,5
101,3
96,1
88,0
97,7
86.9
101,6
98,0
97,8
107,0
99,5
114,2
89,8
123,5
103,9
115,9
103,7
Consumo
público
5,2
5,2
5,5
5,1
5,4
5,1
5,6
5,6
5,7
6,6
6,7
7,4
7,4
8,(1
8,4
in.s
7.7
6.5
5.4
6,3
7,9
12,1
12,9
11.6
11,9
11,9
12.6
12,3
12,3
12,1
11,8
11,5
12,5
14,0
14.5
15.1
y sus componentes
1913 =
Inversión
total
8,5
7,7
6,6
7,2
6,8
6,0
6,7
7,3
8,2
8,0
s.o
8,7
9,7
11,9
8,8
7.3
7,2
6,3
6,9
7,8
10,6
11,1
10,5
13,4
14,1
16,1
16.2
18,0
19.9
22.9
20,4
15,5
13,3
12,6
13,4
14,2
(19ÜÜ-19Í5)
100)
SiilJo
exterior ••
1,6
0,7
1,4
1 5
1.8
1,2
1,1
2,4
1.8
2.4
2,6
1.9
5,1
4,5
1,0
55
6.9
7.7
5.7
7.8
—0.1
—0,8
—2,0
— 1,3
0.2
0.6
1,2
—Ü.8
—0,9
—2.4
0,4
0,0
— 1.2
—0,8
— 1.6
—2.4
PNB •
Inversión
públUii
88.9
98,5
103,5
101,5
89,1
87,9
103,1
88,5
101,3
101,7
105,9
105,0
108.6
100,0
102,9
108,4
114,9
103,7
111,5
108,4
119,7
118,5
109,5
121,4
113.1
130,2
127,9
127,4
138,4
152,1
146,9
116.9
147,9
129,9
142.2
130.1
8,2
7,5
6.2
6,8
6,5
5,5
6,2
6,9
7,6
7.3
7,3
8,1
8,6
11,2
7,8
6,5
6,6
5.8
6,4
7,4
9,9
10,0
9,0
12.0
12.6
14.7
14.8
15.5
16.2
18.9
18.6
13.4
10.6
8,7
9,4
ll.ü
Inversión
privaJíi
0.5
0.4
0,3
0,4
0,5
0,6
0,5
0,4
0,6
0,7
0,8
0,6
1,1
0,7
1,0
0,8
0.6
0.5
0.5
0.5
0,7
1,1
1.5
1,4
1,6
1,4
1,5
2,5
3,7
4,0
1,8
2,1
2,7
3.9
4.1
3,2
•'•• Exportaciones menos importaciones
•'* Producto Nacional Bruto.
FUI;NTK: (barreras (1985).
401
NIKVES GAKCIA SANTOS Y l'ABLO
MARTIN ACKNA
CUADRO 2
Participación media del consumo, de la inversión
y del gasto público en el PNB
(En porcentajes)
Consumo
privado
1900-1904
1905-1909
1910-1914
1915-1919
1920-1924
1925-1929
1930-1935
NOTA:
0,85
0,85
0,81
0,80
0,80
0,76
0,80
Inversión
privada
0,043
0,041
0,049
0,035
0,055
0,071
0,048
Casto
público
0,077
0,081
0,095
0,155
0,225
0,213
0.251
El cuarto componente de la demanda agregada no incluido en este cuadro es el
sector exterior.
FUENTE: Carreras (1985).
3.
UN MODELO PARA LA ECONOMÍA ESPAÑOLA,
1900-1935
Acabamos de comprobar que el gasto piiblico registró una evolución
creciente durante todo el período que hemos considerado, incluidos los años
de administración republicana; de hecho, puede comprobarse cómo a partir
de 1931 aumenta en mayor medida que el resto de las magnitudes, lo que
permite suponer que ejerciera notables efectos expansivos que compensaron
la caída dé otras variables, principalmente la inversión privada. En esta
sección tratamos, precisamente, de contrastar este argumento y de medir
el efecto expansivo del gasto público sobre la renta nacional.
Para ello estimamos, en primer lugar, un modelo explicativo del comportamiento de la economía española para el período 1900-1935. El modelo
está formado por tres ecuaciones *. La primera es una ecuación de consumo,
en la que la tasa de crecimiento del consumo en términos reales depende
de la tasa de crecimiento de la renta real en el mismo período {
),, del
' Todos ios cálculos en esta sección y en las siguientes se han hecho con las magnitudes expresadas en términos reales.
402
EL C O M P O R T A M I E N T O DKl (¡ASTO PUBLICO EN ESPAÑA DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
diferencial del tipo impositivo respecto al año anterior (Ati-i) y del diferencial entre la tasa de crecimiento de la renta y del consumo del período
anterior (Yi-i — Q-i) '"•
La segunda es una ecuación de importaciones, cuya tasa de crecimiento,
en términos reales es función de la tasa de crecimiento de la renta real del
período actual (
)t, de la tasa de crecimiento de los precios en el período
anterior (Pi-i), del diferencial de tipos de cambio en el período anterior
(AtCi-i), de la tasa de importaciones, en términos reales, del período anterior (
),_i, y, finalmente, de una variable ficticia (D) que recoge los efectos
P
de la Primera Guerra Mundial sobre el comercio exterior ".
La tercera ecuación es la identidad del PNB (Y = C + I + G + X — M),
expresada en términos reales y en tasas de crecimiento:
Y
C
(
)=
P
C
^
(
Í
,
)+
P
Y
P
G
(
P
Y
I
)+
Y
P
G
I
P
)+
Y
Y
'° La ecuación de consumo se obtiene a partir del supuesto de una íunción en la que
el consumo depende de la renta disponible (Y); esto es, C = f (Yj), donde Yj = (Y — tY);
luego C = f(l — t)Y. Expresando dicha ecuación en tasas de crecimiento, tenemos que
C, = AlnC, y Vj, = A l n ( l - t ) Y , = - A t +AlnY, ~ — A t +Y,;
luego C, = g(Yd,) = Í5(—AI + Y,). Hl último término de la ecuación de consumo es
de corrección de error: el exceso de la tasa de crecimiento de la renta sobre la tasa de
crecimiento del consumo en el período anterior influye en el consumo del período presente.
" No presenta ningún problema suponer que las importaciones sean una función del
nivel de renta; también parece lógico suponer que dependan del nivel de precios interiores y del tipo de cambio. Además de la variable artificial que se incluye, se experimentó
con otra dummy que recogiese los efectos del arancel de 1922, pero su influencia nunca
resultó significativa. Por último, al incluir como variable independiente la tasa de crecimiento de las Importaciones del período anterior, se quiso recoger el carácter tendencial
de dicha variable.
'•' A esta ecuación se llega a partir de la identidad contable del PNB, Y = C -I- I -(+ G -I- X — M, expresándola en tasas de crecimiento y en términos reales; esto es:
Y
(
Y,-Y._,
)= (
P
Y,
1
1
) - ^ = (Y, - Y,_,)
P
ͻY,
403
NIEVES GARCÍA SANTOS y PABI.l)
MARTIN ACI.NA
La estimación conjunta del modelo se ha hecho por método irietápico,
que produce estimadores consistentes y asintóticamente eficientes, y los resultados se exponen en el cuadro 3. Los estadísticos muestran un alto grado
de asociación y no existe correlación serial de primer orden en los residuos.
La estimación del modelo es, por tanto, válida. En primer lugar, hemos realizado un test de estabilidad con objeto de comprobar si los períodos 19001930 y 1931-1935 pueden considerarse estructuralmente homogéneos o, por
el contrario, entre ambos existe una ruptura que sugiera la conveniencia de
analizarlos separadamente ". Según nuestras estimaciones, el valor obtenido
para el test de estabilidad es de 10,55, que comparado con el teórico de una y}
de 43,77, sugiere que se puede aceptar la hipótesis de estabilidad para 19311935; esto es, puede afirmarse que existe continuidad entre este período y
el anterior (1900-1930), no registrándose, por tanto, ninguna ruptura de
carácter estructural.
y, sustituyendo Y, c Y,_| por sus componentes, obtenemos:
Y
(
1
), = [(C, -(- I, -l-G, -(-X, — M , ) — ( C , _ , -f 1,_, -(-G,_| -I- X,_, — M , _ , ) ] ( — :
P
)
PY,
y agrupando términos:
Y
(
), = [(C, —€,_,)-!- ( I , - I , . | ) - t - ( G , - G , _ , ) - ( - ( X , - X , _ , ) P
1
-(M,-M,_,)]-;
PY.
y de aquí obtenemos que
Y
c e ,
i
I.
G
G,
X
X,
(
)= (
),
+ (
),
-1- (
),
+ (
),
P
P
Y,
P
Y,
P
Y,
P
Y.
M
(
M,
),
P
Y,
" En este caso, el tratamiento conjunto del período 1900-35 conduciría a no tener en
cuenta rasgos diferenciales, lo que llevaría a conclusiones equivocadas.
404
1.L t ü M F O R T A M I h N T O
Ul I ÜASIO l ' U B I l C ü
EN tSPAÑA D U R A N l t LA SEGUNDA REPÚBLICA
CUADRO
Modelo
para
la economía
española,
(Estimación trietápica)
C
(
3
l')ÜO-l'-)}3
V
)-ü,9i(
) —0,002 At, + 0 . 4 3 ( Y — 0 ) , ,
(16.5)
(—2.93»
lU
(3,15)
N ^ 3-4; SSK -- 0,026; R'
0,98; DW =. 2,0-1
M
(
V
M
) = o,97(
) + 1,3 P, , -"."25 Atc,^, + 0,53(
) —0.23D
\>
I (3,15) V
I (5,16)
(—2,62)
(—2,33) P,_, (3,98)
[2\
N - 54; SSR - 0,17; R' -- 0,67; DW -= 2,15
V
(
(':
C
)= (
P
)(
P
i
)+ (
^^
X
; (
I
)+ (
P
X
)(
P
G
)i
V
P
M
, +
[3]
Y
M
¡_|
\
G
)(
)(
P
)
Y
NOTAS:
Y
Y. ¿ , P, (
C
), (
P
M
), (
P
i
), (
P
G
). (
P
X
), (
P
)
P
respectivamente, son la tasa de crecimiento del PNB nominal, la tasa de crecimiento del
consumo privado nominal, la tasa de crecimiento del nivel de precios, y las tasas de crecimiento en términos reales del PNB, del consumo privado, de las importaciones, de la
inversión privada, del gasto público y de las exportaciones. D es una variable artificial
que toma el valor 1 entre 1914 y 1918, y O en el resto; Ale, , es el diferencial del tipo
de cambio peseta-libra del período con el período anterior; At, es el diferencial del tipo
impositivo directo del período con el del período anterior. La serie del PNB que se
utiliza en el modelo es la estimada por Alcaide (1976); empleamos ésta, en lugar de la
serie de Carreras, para evitar problemas de multicolinealidad.
Las cifras en paréntesis son los estadísticos «t» de Student; N = número de observaciones; SSR = error estándar de la ecuación; R- = coeficiente de determinación;
DW = Durwin-Watson.
405
N l b V b S GAKCIA SANTOS Y HABLO MAKTIN ACtNA
Respecto a las estimaciones obtenidas observamos que el consumo depende muy estrechamente del nivel de renta real disponible y que los impuestos personales ejercen una influencia de poca importancia; la elasticidad
del consumo respecto a la renta es de 0,93. La ecuación de importaciones
muestra que las dos variables más significativas son el nivel de precios
interiores y la renta nacional; la elasticidad con respecto a los precios es
mayor que uno, lo que sugiere que sus variaciones producen una respuesta
más que proporcional de la demanda de importaciones; en cuanto a la elasticidad con respecto a la renta, comprobamos que se aproxima a la unidad,
por lo que sus variaciones provocaban cambios casi proporcionales en las
importaciones. La influencia del tipo de cambio es reducida y la variable artificial nos indica que la Guerra Mundial provocó una caída de las exportaciones europeas hacia España.
Para conocer el efecto de un cambio unitario en la tasa de crecimiento
del gasto público sobre la tasa de variación de la renta nacional, hemos de
calcular el multiplicador de la renta. Resolviendo el modelo y teniendo en
cuenta la fórmula del multiplicador en una economía abierta, llegamos a la
expresión;
1
0,93
C
+ 0,98
M
Tanto para el cálculo del multiplicador de la inversión privada como para
el cálculo del multiplicador gasto público tenemos en cuenta la respectiva
participación de ambas magnitudes en la renta, de modo que el primero
se obtiene a partir de la expresión m • I/Y y el segundo a partir de m • G/Y.
Las estimaciones se ofrecen en el cuadro 4 y se presentan en promedios
quinquenales. Observamos que el multiplicador del gasto público muestra
cambios sustanciales en el período 1900-1935: la tendencia es creciente entre
1900 y 1920, se reduce ligeramente de 1925 a 1930 y vuelve a aumentar
entre 1931 y 1935. Así pues, estos primeros resultados sugieren que los
efectos de la política fiscal fueron más intensos (expansivos) durante la Segunda República que en la década anterior. En cuanto al multiplicador de la
inversión comprobamos que se mantiene relativamente constante, aunque alcanza sus valores máximos en el período 1925-1935.
406
EL COMPORTAMIENTO DEL GASTO PUBLICO EN ESPAÑA DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
CUADRO 4
Multiplicador
del gasto público y de la inversión
1902-1904
1905-1909
1910-1914
1915-1919
1920-1924
1925-1929
1930
1931-1935
privada
Multiplicador
del gasto público
Multiplicador
de la inversión
Ü.28
0,28
0,30
0,50
0.54
0,49
0,49
0,82
0,14
0,14
0,15
0,12
0,13
0,17
0,18
0,16
NOTA: Recuérdese que el cálculo de los multiplicadores se hace a partir de las expre
siones mG/Y y m I/Y (véase texto en la sección 3); esto es lo que explica que
los valores estimados sean inferiores a la unidad.
FUENTE: Cuadro 3 (Modelo).
4.
SIMULACIONES CON EL GASTO PUBLICO
Y CON LA INVERSIÓN PRIVADA
Utilizando el modelo que hemos estimado para la economía española,
podemos obtener una serie de tasas estimadas de crecimiento del PNB en
términos constantes, y su mayor o menor divergencia con los valores originales indican la existencia o no de sucesos aleatorios e imprevistos no recogidos en las ecuaciones del modelo. En el cuadro 5 se comparan ambas series,
las tasas originales y las estimadas a partir del modelo, y se comprueba que
la evolución del PNB queda bien explicada por los argumentos de los que
se ha hecho depender y que son los que figuran en el modelo. Los sucesos
aleatorios no son significativos, ni siquiera durante los años iniciales de la
recesión económica de los años treinta (1931 y 1932).
4Q7
NIEVES GARCÍA SANTOS Y PABLO
MARTIN ACEÑA
CUADRO 5
Tasas Je crecimiento del PNB original y estimado
(En porcentajes)
PNb
1902-1909
1910-1914
1915-1919
1920-1924
19251929
1930
1931-1935
original
P/VB cslimudo
0,049
—0,012
—0,752
0.263
0,223
0,110
—0,100
0,030
—0,156
—0,165
0,257
0,196
0,107
—0,165
FUENTE: Cuadro 3 (Modelo).
i)
Gasto público e inversión privada nulos
Con el modelo estimado se pueden efectuar simulaciones suponiendo que,
primero, el gasto público hubiese sido cero y, segundo, que lo hubiese sido
la inversión privada. En ambos casos podemos obtener tasas de crecimiento
del PNB en ausencia de cada una de estas dos variables, y la diferencia entre
la tasa estimada y la simulada nos proporcionaría la contribución de la inversión y del gasto público al crecimiento de la renta. Los cálculos, para distintos períodos, se ofrecen en el cuadro 6.
CUADRO 6
Tasas de crecimiento del PNB simuladas
(En porcentajes)
Gasto público
nulo
1902-1909
1910-1914
19151919
19201924
1925-1929
1930
1931-1935
FuEUTE: Cuadro 3 (Modelo).
408
—0,0290
0,1327
—0,2108
0,1720
0,1140
0,1100
—0.2350
Inversión
nula
0,050
0,174
—0,066
0,151
0,131
0.092
—0.080
II
COMPORTAMIKNTO
DI 1 GASTO I'llBLlCO K\ KSPANA BlIRANTF
LA SEGUNDA REPÚBLICA
En ausencia de gasto público, entre 1951 y 193^ la tasa de crecimiento
del PNB rea! hubiese sido un 42,2 por 100 menor de la que efectivamente
se registró, y para 1925-1929 y 1920-1924 hubiese sido un 41,8 y un 33,1
por 100 menor, respectivamente. En 1930 el gasto pijblico fue, sin embargo,
ligeramente contractivo, ya que sin su presencia el PNB real habría crecido
a una tasa situada un 2,8 por 100 por encima de la efectiva. Estos resultados están en consonancia con los puestos de manifiesto por el multiplicador
de la renta, que nos mostraba el efecto de un incremento del gasto público
sobre la tasa de crecimiento del PNB. Los valores del multiplicador para el
período 1900-1935 reflejaban un efecto expansivo del gasto público .sobre
el PNB cada vez mayor, que se debían tanto al multiplicadt)r en sí mismo (m)
como al hecho de que aumentase la participación del gasto público en el
PNB (C]/Y). Ahora, en la simulación que acabamos ile realizar, se confirma
el poder expansivo del multiplicador.
Sin inversión privada el PNB real simulado ofrece un panorama distinto.
Durante los años 1920-1929 la contribución aparece con signo positivo, lo
que sugiere que su ausencia hubiera hecho caer la tasa de crecimiento del
PNB real en torno a un 40 por 100; de 1920-1924 la inversión privada contribuyó más al crecimiento del PNB que el gasto público, aunque en la segunda mitad de los años veinte la siiuaciim se invierte. A partir de 1931 la
presencia de tasas ile crecimienio negativas tie la inversión privada hace que
su contribución al crecimiento sea muy contractiva. Puede afirmarse que si
entre 1931-1935 no hubiera existido inversión privada, la tasa de crecimiento del PNB real hubiese sido un 51,5 por 100 mayor de la que en realidad
se registró.
Gasto público e inversión privada se comportaron de manera opuesta
durante la Segunda República '*. La inversión privada experimentó un comportamiento contractivo, mientras que el gasto público, al ser más expansivo
que durante los años veinte, permitió compensar el descenso de las tasas
de crecimiento del PNB en un 40 por 100. Así pues, la acción del gasto
públici) fue estabilizadora, si bien nt) pudo contrarrestar del todo los efectos
contractivos de la inversión privada.
ii)
(uis/o ptihliio (• iiircrsió)! pr/nulti HUIÍI/ IÍI li'iidciuiii
y Jt' l')18 l')itl
ilc
1W()-¡^JÍ()
Acabamos de comprtibar que durante los años treinta no se interrumpe
la tendencia de crecimiento del gasto público y que, además, éste estimula
" A esta misma aiiK-liisióii licuaron, L-II SUS uabajos respectivos, Carreras (1985) v
Comín (19871
40 y
NIKVKS (.AKCIA SANTOS N 1'AUI.O
MAKTIN ACUNA
en mayor medida que en años precedentes al Producto Nacional Bruto. Ahora
bien, es preciso tener en cuenta que el gasto público, en un determinado período, no es sólo resultado de la política fiscal discrecional que se adopte en
dicho período, sino que su evolución tiene también un componente tendencial
o secular. En consecuencia, interesa distinguir si a partir de 1931 existe
algún cambio de tendencia en el gasto público con respecto a la que se observa
durante la Dictadura o. por el contrario, su evolución en los años treinta es
una simple continuación de su comportamiento de años anteriores. En el epígrafe siguiente se aborda este problema, y el ejercicio se realiza tanto para el
gasto público como para la inversión privada.
Evolución según la tendencia de / 900-J9iO.
Suponemos, en primer lugar, que durante los años 1931-1935 el gasto
público ha seguido la misma tendencia de los años 1900-1930. Para conocer
dicha tendencia efectuamos una regresión mínimo cuadrática frente al tiempo (cuadro 7) y extrapolamos la estimación para 1931-1935. De las ecuaciones se deduce que durante los años 1931-1935 el gasto público creció a
un ritmo superior de lo esperado de acuerdo con la tendencia de años precedentes. Así, si con el gasto extrapolado calculamos las tasas de crecimiento
que habría seguido el PNB durante los años 1931-1935, observamos, conforme a lo que cabía esperar, que el PNB habría conocido un mayor estancamiento (su tasa de crecimiento hubiera sido menor).
CUADRO 7
Gasto público e inversión privada, según la tendencia de 1900-1930
A. Esiimacioneü mínimo cuadráticas:
G
(
G
), = 35,11 -(-2,4t-t-0,31 (
),_,
P
(3,16) (3,48) (1,75) P
[1]
N = 30; R' = 0,79; DW = 2,19; F^,,, --^ 54.78; Qj = 5.5
(
t
i
) = o.38t + 0,91 (
),_,
P
(1,96) (16.2) P
N = 30; R- = 0.72; DW = 1.79; F , ^ = 75,04; Qj = 1,42
410
[2]
EL COMPORTAMIENTO DKI GASTO PUBLICO KN ESPAÑA DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA
C U A D R O 7 (Continuación)
Gasto público e inversión privada, según la tendencia de
190ü-l^J30
B. Tasas del crecimiento del PNB:
Estimación según
el multiplicador
del modelo cuadro 3
üsliinuaún cxirapulundo
la tendencia de 1900}'l)U
(modelo cuadro 7)
Período
1931-1935
—0,165
en el gasto
ptibliai
<ii la
inversión
—0,279
—0,040
NOTAS: «t» es la variable de tendencia temporal, y las demás variables y estadísticas
responden a la nomenclatura definida en el cuadro 3.
Realizando el mismo ejercicio para la inversión privada, esio es, suponiendo que su evolución hubiera seguido la tendencia de los años 1900-1930,
lo que se deduce en este caso es que la inversión habría sido mayor que lo
que efectivamente fue y el PNB habría experimentado una caída menor.
Evolución
según la tendencia
de
l'J18-193U.
Ahora suponemos que ambas variables, gasto piiblico e inversión privada,
hubieran seguido la tendencia correspondiente al período 1918-1930. La razón
de elegir estos años es que constituyen un período de crecimiento homogéneo
tras la guerra europea, recogiendo de torma más precisa lo acontecido durante
la Dictadura de Primo de Rivera. En el cuadro 8 se recogen las ecuaciones
que reflejan la tendencia del gasto público y de la inversión en dicho período.
De acuerdo con las estimaciones, si durante los años 1931-1935 el gasto piiblico real hubiera seguido la tendencia reflejada en los años 1918-1930,
habría tenido un crecimiento medio similar al que en efecto tuvo y en consecuencia el PNB habría crecido, empleando el gasto pijblico predicho según
dicha tendencia, a una tasa similar a la realmente registrada.
411
NIEVES ÜAKCIA SANTOS V PABLO MAKTIN ACEÑA
CUADRO 8
Casto público e inversión privada según la tendencia de 1918-l'J3ü
A. Estimaciones mínimo cuadráticas:
C
(
C"
), = 3,8t + 0.29 (
),_,
P
(3,5) (1,4) P
[1]
N = 12; ií- = 0,67; DW = 1,9; F,,„ = 23,7; Qj = 0,098
i
(
P
), = —89,2 + 6,13t
(—13.5)(23,5)
[2]
N = 13; R- = 0,98; DW = 2,18; F,,„ = 554,0; Q, = 62
B, Tasas (If crecimiento del PNB:
Estimación según
el mulliplicador
del modelo cuadro 3
PtrioJn
193M935
—0,165
¡íslimación extrapolando
la tendencia de ¡918-1930
(modelo cuadro 8)
en el gasto
público
en la
inversión
—0,168
0,0091
Los resultados que se deducen para la inversión privada son diferentes.
Sabemos que en 1931, 1932 y 1933 se registraron tasas de variación negativas, a diferencia de los incrementos de años anteriores, por lo que si la
inversión privada hubiese mantenido su tendencia del período 1918-1930,
el PNB para 1931-1935 habría experimentado una tasa media de crecimiento
positiva, muy al contrario de lo que acaeció.
En conclusión, el gasto público efectivo durante los años de la Reptíblica
fue superior al esperado, según la tendencia correspondiente a 1900-1930 y
similar al que corresponde a la tendencia de 1918-1930. Su efecto sobre el
crecimiento del PNB habría de considerarse expansivo en el primer caso y
neutro en el segundo; esto es, en el primer caso las autoridades económicas
habrían elevado discrecionalmente el gasto por encima de lo esperado, y en
el segundo habrían seguido la misma política fiscal de la Dictadura. Por el
contrario, la inversión privada durante los años 1931-1935 cayó respecto a
412
LL i : ( ) M l ' ( ) K T A M l l . M ( )
UKl (,AM()
I'IIBI ICO I.N tSPANA UURANTi: I.A StüUNDA REPÚBLICA
los valores esperados, tamo si consideramos la de 1900-1930 como si lo hacemos con la de 1918-1930. Así pues, el hecho de que el gasto piíblico fuera
mayor que el esperado hizo que la recesión fuera menor; contrariamente, el
hecho de que la inversión privada fuera menor provocó que la recesión adquiriera mayores dimensiones. La inversión privada fue, en definitiva, la
causa del estancamiento económico de escjs años.
Los resultados se confirman calculando los multiplicadores de la renta
que resultarían segiín esas magnitudes predichas (cuadro 9). En efecto, si el
gasto piibiico hubiera seguido la tendencia marcada por el período 1900-1930,
su efecto multiplicativo sobre la renta habría sido menor que el que en realidad fue. Si hubiera seguido la tendencia de 1918-1930 habría sido prácticamente igual. Por el contrario, si la inversión privada hubiera seguido la
tendencia de los años 1900-1930, su impacto sobre la renta habría sido mucho
mayor y la diferencia habría aumentado si hubiera seguido la pauta de los
años veinte. Así pues, el comportamiento de la inversión privada durante
los años treinta fue más contractivo de lo esperado, tanto si se compara con
su evolución del período 1900 1930 como si -«e hace con respecto a la de los
años 1920-1930.
CUADRO 9
MullipltcdJor Je la rciila con d f^ui/o fnihlico
V ion Ici inversión privada extrapolados
1931
I9J2
1933
195-4
1935
Con gusto público
original
Con gasto público
según tendencia
l'M)0-19}0
Con gasto público
según tendencia
1918-I9}0
(1,70
Ü,8I
0.86
0,87
0,87
0,70
0,68
0,72
0,72
0.75
0,77
0,81
0,81
0,85
0,87
(Ion inversión
original
f.ow inversión
según tendencia
l'mi-l'Jil)
(.on inversión
según tendencia
r)lS-19}ll
0,19
0,16
0,13
Ü.13
0,19
0,26
0,28
0,29
0,29
0,31
0,28
0,30
0,32
0,34
0,35
B.
1931
1932
1933
1934
1935
413
NIKVES
5.
(>AKC1A
SANTUS
V PABLO
MARTIN
ALKNA
CONCLUSIÓN
El análisis cuantitativo que hemos llevado a cabo en las secciones anteriores establece, de forma definitiva, que la política fiscal española durante
la Segunda República no tuvo carácter restrictivo, ni fue causa de la crisis
industrial, ni tendió a agravar la situación económica. Por el contrario, la
evolución del gasto público compensó, en parte, la caída de la inversión
privada y de la demanda exterior. El nivel de gasto público no descendió y
su tasa de crecimiento fue incluso superior a la esperada según su tendencia
en años anteriores. La desaceleración en el ritmo de incremento del PNB debe
atribuirse al comportamiento negativo de la inversión privada y del sector
exterior, que, conjuntamente, ejercieron fuertes impulsos depresivos. La política fiscal contribuyó a que la crisis económica española fuese menor de lo
que en otro caso hubiese sido.
Naturalmente, este resultado no fue producto de una política keynesiana
avant la lettre. Como ha recordado Comín recientemente, la ortodoxia financiera no fue abandonada y los ejecutores de la política económica sólo estuvieron preocupados por un deseo: liquidar el presupuesto sin déficit. Pero,
como también se señala por este mismo autor, la realidad de la política fiscal
muchas veces difería de los deseos de los ministros de Hacienda "; esto es,
los presupuestos se liquidaban con saldos negativos a pesar de los encargados del Tesoro. En definitiva, parece demostrado que cualesquiera que
hubiesen sido los deseos o las intenciones de las autoridades fiscales republicanas, su acción quedó lejos de la ortodoxia financiera. La política presupuestaria de la Segunda República fue de carácter anticíclico.
" Comín (1988), pp. 847-848.
414
EL COMPORTAMIbNTO U l t . ÜASTO I'UBI.ICO |,N lUSPAÑA DURANTE l.A SEGUNDA REPÚBLICA
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