Corte Suprema de Justicia de Bolivia

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Corte Suprema de Justicia de Bolivia
200003-Sala Penal-2-137
Violación
Facundo Tito Pocomani c/ Félix Mamani Tite
Distrito: Oruro
SENTENCIA
Pronunciada dentro el proceso penal seguido por Facundo Tito Pocomani contra Félix Mamani Tite, por el delito de violación.
VISTOS: La denuncia de fs. 1, diligencias de policía judicial de fs. 3 a 17, auto inicial de instrucción de fs. 19, indagatoria de fs.
20, auto final de instrucción de fs. 87 a 89, radicatoria del proceso en el plenario, acta de confesión de fs. 101 a 103, acta de
solemne apertura de debates y vista de la causa de fs. 116-117, actas de debates, lectura de prueba instrumental y aprobación de
actas de fs. 222, requerimiento fiscal en conclusiones de fs. 228, todo lo que ver convino y se tuvo presente.
CONSIDERANDO: Que la denuncia formulada por ante la División Menores y Familia de la Policía Técnica Judicial de esta ciudad,
por Facundo Tito Pocomani, sobre un hecho de violación ocurrido en la estancia de Susave de este Departamento, siendo víctima
la menor de 15 años de edad, Silvia Tito Huarachi, hija de aquél, se procede a la elaboración de diligencias de policía judicial las
que concluyen presumiendo la participación del denunciado en la comisión del delito.
Que previo requerimiento fiscal, se dicta el auto inicial de instrucción de fs. 19, donde se instruye sumario penal contra Félix
Mamani Tite por estar el hecho denunciado incurso en la sanción del art. 308-1) del Cód. Pen. en relación con el 43 de la L. N°
1674, Ley de Violencia Contra la Mujer y Familia. Que a fs. 20 se recibe la indagatoria del impugnado, quien sostiene que nunca
pudo hacer esa maldad, que lo que le culpan es una mentira y que la menor es su prima, con quien empero dice él que jamás
habría sostenido relaciones sexuales. Refiere dónde se hallaba las fechas en que habrían ocurrido los hechos: 30 de noviembre de
1995, 22 de agosto y 29 de septiembre de 1996. Por auto de fs. 20 vta. se dispone su detención preventiva en la cárcel pública
de esta ciudad.
Que procesada la instrucción conforme a sus propias reglas y siempre con el antecedente del requerimiento fiscal, concluye con el
auto final de instrucción de fs. 87-89, que decreta procesamiento contra Félix Mamani Tite, de generales de su indagatoria, por
existir en su contra suficientes indicios de culpabilidad en la comisión del delito por el que se abrió causa.
Que con tales antecedentes, se remiten obrados al plenario, radicando en este despacho a partir de fs. 91 vta.
CONSIDERANDO: Que de esta manera, se inicia el trámite de instancia recibiéndose en primer lugar la confesión del procesado
por acta que cursa a fs. 101-103, donde manifiesta que nunca cometió ese delito, que es pura calumnia, que la víctima es su
prima; en cuanto al lugar en que se encontraba las fechas de los hechos, responde: que el 30 de noviembre de 1995 participó de
una challa donde estaban entre 7 personas, entre ellas la menor Silvia y su abuelita que durmieron en un mismo cuarto y no
recuerda si durmió en otro catre o no; que el 22 de agosto estaba en esta ciudad de Oruro, aunque luego dice que encontró a la
menor escuchando una grabadora, él dejo harina y a ella le obsequió un plato con harina; que en realidad el 25 de agosto es que
la menor estaba sola; que no recuerda acerca del 25 de septiembre; concluye afirmando que Silvia andaba
"calinchando"(enamorando) con un tal Willy, con quien ella habría tenido relaciones sexuales en febrero y agosto y que sería para
él el embarazo de dicha menor. Supone que todo el problema que le hacen es porque su tío (no lo dice), le iba a nombrar su
heredero.
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Que advertido el procesado de su derecho de recurrir del auto final de procesamiento, plantea la alzada a fs. 104 que se le
concede a fs. 104 vta., más tarde el recurso termina con el A.V. de fs. 176 vta. que confirma el auto apelado. Que por acta de fs.
116-117, se procede a la solemne apertura de los debates y vista de la causa, cumpliendo estrictamente las formalidades
previstas en los diversos incisos del art. 234 del Cód. Pdto. Pen.
Que así prosigue la celebración de los demás actos del periodo de los debates, hasta arribar al cierre y apertura de conclusiones
como se apreciará adelante.
CONSIDERANDO: Que las partes generan los siguientes elementos de prueba que sirven de base para la pronunciación de esta
sentencia:
a) Pruebas de Cargo: Literales.- Diligencias de policía judicial de fs. 1 a 17, donde figuran especialmente el certificado médicolegal de fs. 4 vta., los documentos personales de la víctima de fs. 6 y 7 así como las declaraciones informativas pertinentes,
informe psicológico practicado en la menor de fs. 29, informe médico de fs. 30, certificado de nacimiento de fs. 131 (original),
certificación acerca de la relación de parentesco del procesado y la víctima de fs. 132, certificado médico de fs. 136 (simple
fotocopia), informe de la conducta del procesado de fs. 192, informe judicial de fs. 218, certificado médico de fs. 225.
Testificales: Las declaraciones de Iván Urioste Quiñonez de fs. 121 y vta., Emilio Tito Pocomani de fs. 122 a 123; Lidia Niza
Ramírez de fs. 128-129; Julio Quena Quenaza de fs. 187 y vta., Lorenzo Flores Cabrera de fs. 188 y vta., Máxima Ramirez Vaca
de fs. 189-190 y Teodocia Alejandrina Mamani Huarachi de fs. 214 a 215.
b) Pruebas de Descargo: Literales.- Certificado de buena conducta de fs. 81, copia del mismo certificado de fs. 111, informe
también de su conducta de fs. 112, certificado policial de antecedentes de fs. 113 (sin antecedentes policiales en Oruro), repetición
de este mismo certificado a fs. 114 vta.
Testificales: Las declaraciones de Froilán Ajana Marca de fs. 123 vta., Sabino Condori Cota de fs. 124 y vta., Mario Mamani
Choque de fs. 183 y vta., Carlos Ajata Vargas de fs. 184 y vta., Alfonso Osmar Espinoza Mamani de fs. 197 vta. a 198.
CONSIDERANDO: Que del cotejo y análisis de estas pruebas, con prudente arbitrio y conforme a las reglas de la sana crítica,
como es la orientación del art. 135 del Cód. Pdto. Pen., se llegan a las siguientes conclusiones:
1.- Que la menor Silvia Lucía Tito Huarachi, desde la edad de 15 años solía ausentarse de Oruro rumbo a la estancia de Susave,
Provincia Carangas de este Departamento, con el objeto de acompañar y cuidar a su abuelita (por vía paterna) de
aproximadamente 70 años de edad que radicaba en aquélla, a pedido de su padre.
2.- Que en este ínterin el 30 de noviembre de 1995, fiesta de San Andrés, hubo un cierto acontecimiento ritual familiar en dicha
estancia, que el procesado designa como "Marca-Kolla", al tiempo de su confesión, con la presencia de él mismo que
aparentemente habría sido invitado, luego la abuelita, la menor Silvia y otras personas, con las que harían un total de siete, entre
ellas Tiburcio Tite, Clara Pocomani, Julio Quena (que se nombran en la indagatoria de fs. 20). El último de ellos fue ofrecido como
testigo de cargo. Ese día hubo profusión de bebidas alcohólicas, tanto que en su propia versión, el procesado quedó rendido, en
su indagatoria expresa: "yo estuve duro, bien duro" Silvia Tito era "pasante" de esa festividad (fs. 102 vta.) y también estuvo un
poco mareado (fs. 187 vta.).
3.- Que ese día que es el primero de los hechos de violación que se señala en la denuncia, querella y la información de la misma
víctima, ocurre que quienes participaron del acontecimiento ritual se fueron de la casa, quedando únicamente "Félix, Silvia y su
abuelita", como se ilustra a fs. 187 vta. por el testigo de cargo Julio Quena Quenaza, que estuvo allí. La declaración informativa de
fs. 5 prestada por la menor, coincide en varios aspectos con lo relatado hasta aquí. En efecto, ella afirma que el 30 de noviembre
de 1995 se encontraba durmiendo junto con su abuela, cuando ingresó el hoy procesado en estado de ebriedad y la abusó
sexualmente a la fuerza. Consecuentemente, estos hechos circunstanciales llevan al convencimiento de que hubo efectivamente el
primer acto de violación atribuible al procesado, quien aprovechó el estado de ebriedad de sí mismo, de la abuela quien por lo
demás por su avanzada edad es de presumir que no habría advertido nada y la posible incapacidad de la menor para oponer
resistencia, ya que también se hallaba un poco mareada. Es más, el autor durmió en el mismo cuarto.
4.- Que según se infiere de las pruebas testificales generadas en conjunto, el procesado tenía un camión con el que visitaba el
lugar para talar y recoger leña. De esta manera, en agosto de 1996 estuvo en Susave (o Susavi, como también se dice). En una
suerte de contradicciones, el procesado sostiene en su confesión que el 22 de agosto de ese año estuvo en esta ciudad; pero
luego afirma que vio a la menor que "estaba escuchando una grabadora" y entonces dejó la harina y ella le regaló un plato de
harina. Cuando se le pregunta acerca del día exacto, dice que era el 25 de agosto de 1996. Poco después, cuando se le interroga
que ese día 25 fue a la casa de Silvia so pretexto de dejar el encargo, responde que no recuerda. Esto del encargo de la harina
se confirma por la otra declaración de fs. 12, cuando el procesado expresa "fui a entregar solo y la menor se encontraba sola e
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ingresé a su cuarto y debo indicar que incluso me regaló harina". Los sucesivos contactos sexuales se realizaron aprovechando
ciertas circunstancias, como el hecho de que la menor se hallaba sola. Aparentemente se confunde con las fechas, en fs. 12 pues
el incidente de la harina no fue en noviembre sino en agosto de 1996 más el procesado concurrió a la vivienda donde se
encontraba Silvia Tito en estado de ebriedad. Así nuevamente conduce a creer la versión que ella maneja a fs. 5, cuando señala
que en las ocasiones en que la abusó sexualmente, el hoy procesado estaba en estado de ebriedad. Aun más, la declaración del
testigo Emilio Tito Pocomani (fs. 122 a 123 vta.), tiene una gran relevancia en este aspecto. Si bien dicho testigo fue tachado
como se advierte del acta de apertura de debates, ocurre que la misma no le alcanza dentro la previsión del art. 148 del Cód.
Pdto. Pen., pues el impedimento se refiere a parientes del procesado y no de la parte civil o menos aún de la víctima (el testigo
dice ser tío de ella). En esa declaración se asegura que se los halló tanto a la víctima como al procesado, durmiendo en un mismo
cuarto, si bien en catres separados; como era su tío (el procesado) no pensó nada malo. De otro lado, Félix Mamani solía estar
regularmente en Susave en la casa de la abuela de la menor Silvia, talando leña. En 1996, estuvo desde junio hasta octubre,
dejando esporádicamente el lugar. Algo que llama la atención, es la testificación de Froilán Ajata Marca (de descargo), quien
refiere que en cierta oportunidad, cuando estuvo de viaje, ella le molestó y Félix no se puso celoso. Cómo alguien tendría que
ponerse celoso de la actitud de una mujer si con ella no existía nada? o es que realmente el procesado sí tenía motivos para
ponerse celoso, pero que esa vez no lo manifestó?. Nuevamente se llega a la conclusión de que en aquel mes no hubo la
repetición del hecho denunciado y querellado.
5.- Que la última de las tres ocasiones del acceso carnal habría sucedido el 29 de septiembre de 1996. ¿Qué elementos de juicio
la corroboran? Pues, a saber la víctima sólo indica el mes y no especifica el día, por su parte, el incriminado arguye en su
información policial que el 21 de ese mes estaba en la localidad de Lupe de la Provincia Carangas, participando de una fiesta. En
su indagatoria no recuerda qué hizo el 29; pero que el 21 estuvo en Andapata Lupe festejando el día del estudiante. En su
confesión expresa que no fue a la casa de la menor (siempre hablando de la estancia); más, enseguida, cuando se le pregunta
que se plantó el camión (¿su camión?) y fueron a talar leña, aprovechó para ir a esa casa, contesta: "Esa vez estaba con su
abuelita, desde afuera se veía". Esto quiere decir, en buen romance, que sí estuvo en la casa, porque de lo contrario cómo habría
advertido la presencia de la abuela?. Aunque lo negase, hubo gente que vio el suceso. Por ejemplo a fs. 188 se alude que los
días 19 o 20 de septiembre de ese año, llegó Félix (el procesado) en su camión, tocó bocina y recogió a la chica para llevarla al
campo; esto fue entre las 10 u 11 de la mañana. Para más señas, se dice que era el año 1996 y no había otras personas.
6.- Que las otras pruebas testificales -particularmente- son sólo referenciales, pero tienden a ilustrar que ciertamente Silvia Tito
estuvo embarazada para Félix Mamani, que éste la abusó a la fuerza hasta en tres oportunidades. A consecuencia de ello, Silvia
Tito manifestó de un lado su deseo de irse de la ciudad y después cayó en un estado depresivo, porque tenía dificultades de
adaptación a su condición de embarazo, por los hechos sucedidos anteriormente, cual ilustra el informe psicológico de fs. 29.
7.- Que lo peor del caso, el autor de los abusos sexuales resultó ser un pariente cercano de la víctima. Así mientras la menor
Silvia Tito y otras pruebas (literales y testificales V. gr. fs. 132) afirman que Félix Mamani Tite es su tío, el autor expresa que son
primos. De cualquier manera, esa relación de parentesco le obliga a guardar todas las consideraciones necesarias para evitar
cometer los actos que hoy se juzgan, en tal virtud, se añade la agravante que señala el art. 310-2) del Cód. Pen.
8.- Que la base del juicio penal es la comprobación, conforme a derecho, de la existencia de alguna acción u omisión punible y se
podrá comprobar el cuerpo del delito por cualquier medio legal que acredite los elementos constitutivos del tipo (art. 133 del Cód.
Pdto. Pen.). A ese fin, se tienen los certificados médicos de fs. 4 vta. a 30, 136 y especialmente el de fs. 225, que diagnostica a la
menor como "Primipara". Actualmente se desconoce el estado en que se halla la novel madre y su criatura. No obstante, el art.
208 del Cód. Fam. regula que en caso de seguirse acción penal como consecuencia de rapto o violación, comprobada que fuese
la paternidad, la sentencia penal ejecutoriada será suficiente para establecer la filiación paterna. En la especie, es indudable que
las pruebas aportadas y los indicios y presunciones concurrentes, dejan el convencimiento de que efectivamente el procesado es
autor de los tres accesos carnales forzados con Silvia Tito y de consiguiente padre del hijo (a) que ella dio luz. A falta de
documentación del neonato, se presume el período de la concepción entre la última relación sexual (29 de septiembre de 1996) la
fecha probable del parto que debió ser anterior al 19 de agosto de 1997, que es cuando se emite el certificado médico de fs. 225.
Transcurre así el tiempo que supone la última parte del referido art. 208 del Cód. Fam.
9.- Que respecto a la condición personal del procesado a los fines de los arts. 37 y 38 del Cód. Pdto. Pen., se tienen los
siguientes extremos. Además de la prueba testifical pertinente, pretende demostrar su buena conducta anterior al delito, con las
certificaciones de fs. 81 y 112, suscritas por autoridades comunales de la localidad de Andapata-Lupe, jurisdicción de Corque,
Provincia Carangas de este Departamento. En tales documentos se manifiesta que Félix Mamani Tite no tiene antecedentes en su
contra y que es una persona respetuosa y colaboradora. Sin embargo, en otra certificación posterior y suscrita por la misma
autoridad que concurre en la primera Juan Mamani Quina, Corregidor de Andapata Lupe, cursante a fs. 192, se indica que Félix
Mamani Tite "tiene inconductas inmorales aquí en esta comunidad", tuvo problemas con Máximo Mamani y recientemente el caso
de la violación a la menor Silvia Lucía Tito quien declaró que dicho señor no se puede negar, aparte de tener mal comportamiento
es borracho y es verdad que ultraja a las personas "y no tiene el menor respeto a las personas de la comunidad de Andapata
Lupe del ayllu Ayocata y es considerado como una persona ingrata dentro la comunicad..." Ante tales contradicciones, es de
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factible aplicación el viejo aforismo de que "hay que atenerse a lo más verosímil cuando las palabras con obscuras" (Repertorio
jurídico" de Guillermo Cabanellas, Edit. Heliasta 1992, Argentina p. 130). Lo más creíble; en consecuencia, es la conducta
conflictual del procesado, lo que se corrobora con los antecedentes que se mencionan a fs. 190 y 214 vta.
CONSIDERANDO: Que el auto final de instrucción que es la base procesal sobre la que gira el juzgamiento de instancia, como
manda el art. 224 del Cód. Pdto. Pen. tipifica el delito en el art. 308-1) del Cód. Pen. con relación al 43 de la L. Nº 1674, Ley
contra la Violencia en la Familia o Doméstica. Precisamente, por no haberse consignado este último artículo fue que anuló la
anterior sentencia.
Que para la calificación real del delito de acuerdo con las leyes sustantivas penales, habida cuenta de que dicha primera
sentencia que se la toma sólo como punto referencial, tipificado en el art. 309 y 310-2) del Cód. Pen., es preciso examinar lo
acontecido en función de lo dicho. La prueba acumulada alude al ejercicio de la fuerza y la intimidación por parte del hoy
procesado, para conseguir su objetivo. Es así que la primera violación ocurrió estando la víctima prácticamente sola e indefensa,
con una abuela anciana y mareada, la menor misma un poco mareada y el autor, olvidando que estaba eventualmente en casa
ajena, actuando solapadamente. La segunda vez, cuando la menor estaba completamente sola y sin posibilidades de pedir auxilio.
Estas circunstancias configuran los incs. 1) y 2) del art. 308 en su primera parte del Cód. Pen., Silvia Lucía Tito Huarachi, al 30 de
noviembre de 1995 (primera fecha de los contactos carnales), contaba con la edad de 15 años y 3 meses en atención a su
certificado de nacimiento adjunto a obrados. Es decir, había llegado a la edad de la pubertad, siendo prueba clara de ello su
embarazo ulterior. Pero, lo que diferencia al "estupro" de la "violación", es además del requisito de la edad, la ausencia del
empleo de la violencia física o intimidación, la enajenación mental o la incapacidad para resistir merced a cualquier causa, en la
especie, se da el requisito de la edad, más no la ausencia de los otros elementos. Pues, que hubo ejercicio de fuerza, lo hubo;
que la menor estuvo impedida de resistirse por las causas ya señaladas, la estuvo.
Que la prueba de descargo, en definitiva no enerva la comisión del delito atribuido al procesado, cuando mucho, ciertos elementos
de su conducta.
Que por todo lo anterior, sin que sea la pena una respuesta sindicativa al hecho cometido, habida cuenta de la humanización del
derecho, corresponde sancionar al autor con el término medio de la pena máxime al cual se añadira el tercio, como agrava el art.
310-2) del citado Cód. Pdto. Pen.
POR TANTO: El suscrito Juez 2º de Partido en lo Penal de la Capital (Oruro Bolivia), en suplencia legal del Juzgado 1º de Partido
en lo Penal también de la Capital, administrando justicia en primera instancia, a nombre de la ley y la jurisdicción ordinaria que
por ella ejerce, ligeramente en desacuerdo con el requerimiento fiscal de fs. 228, FALLA: Declarando PROBADA la denuncia y
querella formulada por Facundo Tito Pocomani y según el art. 243 del Cód. Pdto. Pen., dictando sentencia condenatoria en contra
de Félix Mamani Tite, de las generales de su confesión de fs. 101 a 103, señalándole como AUTOR del delito de violación con
agravante, tipificado en el art. 308 primera parte inc. 1) y 2) in fine art. 310-2) ambos del Cód. Pen. relacionado con el art. 43 de
la L. Nº 1674, "Ley Contra la Violencia en la Familia o Doméstica", sancionándole en consecuencia con la pena de seis años y
seis meses de reclusión a cumplir en el Penal de San Pedro de esta ciudad, más el pago de daños civiles en favor de la parte
civil, así como del Estado, averiguables en ejecución de sentencia.
Esta sentencia de la que su copia se archivará donde corresponde, se funda en las disposiciones legales citadas en su contexto, y
es pronunciada y leída en audiencia pública, en Oruro a 1º diciembre de 1997 a hrs. 15:30.
Fdo.- Dr. Zenobio Calizaya V.- Juez 2º de Partido en lo Penal.
Ante mí: Dr. Juan Robles Ordóñez.- Secretario.
AUTO DE VISTA
Oruro, 7 de enero de 1998.
VISTOS: En grado de apelación la sentencia de fs. 275 a 278 vta., los antecedentes que nos informa el cuaderno procesal, la
fundamentación en instancia, requerimiento fiscal de fs. 284; y
CONSIDERANDO: Que el Juez 3° de Partido en lo Penal, en suplencia legal, en 1º de diciembre de 1997, pronuncia sentencia
condenatoria contra Félix Mamani Tite, de generales conocidas de su confesión, imponiéndole la pena privativa de libertad de seis
años y seis meses de reclusión a cumplir en el Penal de San Pedro de esta ciudad, más el pago de daños civiles y costas en
favor de la parte civil, así como del Estado, averiguables en ejecución de sentencia, por ser autor del delito de violación con
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agravante, tipificado en los arts. 308 primera parte inc. 1) y 2) y 310-2) del Cód. Pen., notificadas las partes con la sentencia, el
procesado Félix Tite, por memorial de 4 de diciembre de 1997, apela para ante esta instancia de alzada, recurso que es
concedido por el plenariante por auto de fs. 281 vta.
CONSIDERANDO: Que en previsión de la disposición contenida en el art. 278 del Cód. Pdto. Pen., este tribunal circunscribe su
resolución a los puntos recurridos por el apelante, de cuyo análisis y estudio de todos los antecedentes reales, formales,
materiales a históricos, sometidos a la sana crítica y prudente arbitrio como estatuye el art. 135 del cuerpo adjetivo punitivo
mencionado, llegamos a las siguientes conclusiones de orden legal:
1º El apelante en su fundamentación expresa que la menor cuando se sucedieron los hechos delictuales tenía más de 16 años de
edad, nada más falso, pues, el certificado de nacimiento (fs. 7) establece que la víctima nació el 11 de junio de 1980 y si se
considera que la primera violación fue el 30 de noviembre de 1995, de acuerdo a los cálculos aritméticos a esa fecha Silvia Lucía
Tito Huarachi tenía 15 años, 5 meses y 19 días, en cuanto al hecho que las relaciones íntimas hubiesen sido de mutuo acuerdo,
no coincide con la verdad, una vez que en la declaración informativa de la menor a fs. 5 expresa: "A la pregunta puedo decir que
en el año 1995 más propiamente el 30 de noviembre mi persona se encontraba durmiendo en mi casa juntamente con mi abuela,
él entró a mi cuarto en estado de ebriedad, me empezó a agarrar, indicándome que él quería hacer el amor conmigo, donde me
opuse a todo esto, pero él con la fuerza que tiene abusó de mí, pero yo le indiqué que le avisaría a mi papá y él me dijo que no
le avisara, que el hacer el amor no es nada, cometiendo el delito él se fue, donde a nadie avisé de lo ocurrido hasta que el
viernes les avise a mis padres para que sentaran denuncia", ante otra pregunta afirma: "A la pregunta puedo decir que todo fue a
la fuerza, la otra fue en agosto de 1996, donde también vino en estado de ebriedad, la otra en el mes de septiembre del mismo
año...; es de suponer que a consecuencia de estas violaciones cometidas por Félix Mamani Tite, apareció en estado de gravidez
Silvia Lucía Tito Huarachi, como está establecido por el certificado médico forense de fs. 4 vta., de donde se establecen dos
aspectos: a) En lo que respecta a la determinación de la paternidad sugerido por el forense tiene otro trámite procesal, que no es
del caso analizar; b) por otra parte, no puede determinar si hubo violación, por cuanto el certificado médico era para conocer si
estaba embarazada a consecuencia de las consecutivas violaciones de que fue objeto la menor, en mérito de ello, no tiene
consecuencia lógica lo afirmado por el procesado en su fundamentación.
2.- la sentencia pronunciada por el Juez 1° de Partido en lo Penal ha sido anulada por auto de vista de Sala Penal, por un defecto
procesal en la notificación al personero legal de D.A.S., además por no haberse pronunciado el plenariante sobre el delito juzgado
en la etapa de la instrucción calificado en el auto inicial de la instrucción y auto final de procesamiento en el art. 308-1) del Cód.
Pen.; como consecuencia de lo referido dictó nueva sentencia el Juez 2° de Partido en lo Penal en suplencia legal, habiendo
subastado las omisiones mencionadas en el auto de vista; no puede ponerse en duda la capacidad de los operadores de justicia,
por expresa disposición constitucional del art. 116-VI de la Carta Magna; consecuentemente no puede haber... desconfianza en la
administración de justicia, estableciendo penas desiguales e injustas calificaciones ilegales y lógicamente que riñen con la correcta
administración de justicia...; como afirma el imputado.
3.- No podemos comprender las apreciaciones de amenazas que hace el procesado a los operadores de justicia, cuando expresa:
"muchas veces tenemos que adoptar medidas que más favorecen o más pronto sea la justicia...", será que se refiere a una huelga
de hambre o quien sabe crucifixión?; luego aparece contradicciones como éstas: "...sin aceptar el delito de estupro calificado en la
sentencia anulada, nos parece acertado admitir dicha calificación. De ahí que elegimos la sentencia dictada por el Dr. Raúl
Basualto Caro...", de donde se infiere que el encausado reconoce el delito por el que está siendo juzgado, buscando forzar que
sea por estupro y no violación.
Que de los antecedentes que han sido necesarios enumerarlos, corresponde señalar los aspectos siguientes:
a) La acreditación procesal analizada, sin lugar a dudas refleja que hubo violación en la persona de Silvia Lucía Tito Huarachi por
parte del procesado Félix Mamani Tite en tres accesos carnales forzados; al respecto la doctrina expresa que existe este delito
cuando el hombre obliga a una persona de sexo femenino, distinta de su esposa a soportar la cúpula sexual, mediante el empleo
de la fuerza física o de la grave coacción moral; consecuentemente el bien jurídico tutelado es la libertad sexual, el derecho de
toda persona para elegir el objeto de sus relaciones sexuales, la comisión del delito de violación está demostrado por el empleo
de la fuerza, así está reflejado por la prueba aportada durante el plenario, por parte de Facundo Tito Pocomani padre de la menor.
b) El encausado para cometer el delito de violación las primeras veces lo hacía en estado de ebriedad, que sirve para
fundamentar el grado de peligrosidad, en el entendido que se vele de la fuerza, violencia e intimidación para conseguir la cúpula
carnal contra la voluntad de la víctima, como en este caso ha sido cometido contra la voluntad de la damnificada; al respecto, nos
ilustra el siguiente auto supremo. "Probada la fuerza y violencia en el hecho que se juzga y siendo la víctima mayor de 14 años y
menor de 17, se ha aplicado correctamente el art. 420 (308) del Cód. Pen. (G.J. Nº 1320 de 118).
c) Si partimos del concepto que el estupro es todo acceso carnal ilegítimo no acompañado de violencia, se comprenderá que
como elementos de este tipo legal, están la seducción o engaño, analizadas las pruebas y antecedentes que se encuentran en el
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cuaderno procesal, no ha demostrado con prueba alguna el procesado Félix Mamani Tite que para tener acceso carnal con Silvia
Lucía Tito Huarachi hubiese recurrido a ellos, más al contrario, se agrava su situación delictual, porque se presume que la mujer
antes de los 17 años de edad, aún no tiene la capacidad suficiente de comprender lo que hace, más aún si la víctima apenas
alcanzaba a 15 años, 5 meses y 19 días y el procesado a 34. Por lo anotado líneas precedentes ni remotamente se puede dar al
tipo legal de estupro, precisamente por las pruebas cursantes en el expediente.
d) Finalmente, el delito juzgado de violación tiene se agravante una vez que el incriminado es tío de la víctima, lo que quiere decir
que el encausado no ha respetado ni siquiera los vínculos familiares que le unía con su sobrina, causando el grave daño a la
salud de la víctima, agravando de esta manera su conducta delictual.
Que el procesado en su apelación no ha demostrado con datos auténticos la equivocación manifiesta del Juez 3º de Partido en lo
Penal en suplencia legal, por el contrario ha valorado correctamente todas las pruebas en su conjunto, como determina el art. 135
del Cód. Pdto. Pen.
POR TANTO: La Sala Penal de la Corte Superior del Distrito Judicial de Oruro, en desacuerdo con el requerimiento fiscal de fs.
253, ratificado a fs. 284, CONFIRMA la sentencia apelada de diciembre de 1997, cursante de fs. 275 a 278 vta.
No intervienen los vocales de Sala Penal, Dres. Facundo Ramírez V. y Rodolfo Fuentes B., el primero por estar jubilado y el
segundo por haber cesado en sus funciones, conforme Sala, el Dr. Juan Domingo Ferrufino E. vocal de Sala Civil, convocado a
fs. 288 vta.
Vocal relator: Dr. Ernesto Araníbar S.
Regístrese.
Fdo.- Dres.: Ernesto Araníbar Sagárnaga.- Juan Domingo Ferrufino Encinas.
Ante mí: Dr. José Romero Soliz.- Secretario de Cámara.
REQUERIMIENTO FISCAL
SEÑORES PRESIDENTE Y MINISTROS DE LA EXCMA.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
REQUIERE:
En el proceso penal seguido por Facundo Tito Pocomani contra Félix Mamani Tite por el delito de violación.
En ejercicio de la atribución conferida por el inc. 1) del art. 136 de la L.O.J., el Juez 2º de Partido en lo Penal de Oruro, por
sentencia pronunciada en 15 de septiembre de 1997 corriente a fs. 275-278, declara al procesado Félix Mamani Tite autor del
delito de violación con agravante tipificado en el art. 308 primera parte inc. 1) y 2) in fine, art. 310-2) ambos del Cód. Pen.
relacionado con el art. 43 de la L. Nº 1674 sancionándole con la pena de seis años y seis meses de reclusión en el Penal de San
Pedro de esa ciudad, al pago de daños civiles y costas en favor de la parte civil así como del Estado, averiguables en ejecución
de sentencia.
En su calidad de tribual de alzada, la Sala Penal de la Corte Superior del Distrito Judicial de Oruro, mediante auto de vista de 7
de enero de 1998, confirma la sentencia apelada.
Contra el citado auto de vista interpone recurso de casación a fs. 292 el procesado Félix Mamani Tite acusando la infracción del
art. 308-1) y 2) in fine, art. 310-2), 309 del Cód. Pen. y 135 del Cód. Pdto. Pen.
Del estudio de datos que cursan en el cuaderno procesal con relación a la fundamentación e infracción de leyes acusadas, se
puede advertir que los tribunales de instancia, han ejercido a plenitud la facultad que les confiere el art. 135 el Cód. Pdto. Pen.,
para poder valorar y apreciar en su conjunto todos los elementos de prueba aportados por las partes a su prudente arbitrio, y
conforme a las reglas de la sana crítica siendo incensurable en casación, salvo que se hubiese incurrido en error de hecho o de
derecho debidamente comprobados por elementos de convicción contundentes, lo que no sucede en la especie al haberse
comprobado que el encausado Félix Mamani Tite tuvo tres accesos carnales forzados con la menor Silvia Lucía Tito Huarachi, la
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primera ocurrió el 30 de noviembre de 1995, cuando la víctima se encontraba en estado de ebriedad durmiendo con su abuelita
de 70 años de edad, igualmente ebria por haber ingerido profusamente bebidas alcohólicas en la festividad de San Andrés,
aprovechando esa circunstancia el procesado también ebrio ingresó a la habitación donde dormía la referida menor y la abusó
sexualmente utilizando la fuerza y la intimidación para conseguir su objetivo; los otros contactos sexuales se realizaron cuando la
menor se encontraba sola y sin posibilidades de pedir auxilio, a cuya consecuencia quedó embarazada conforme sale de los
certificados facultativos cursantes a fs. 4, 30 y 136 de actuados, por lo que la conducta antijurídica del encausado Félix Mamani se
encuadra a cabalidad dentro del delito previsto por los arts. 308 primera parte inc. 1) y 2) y 310-2) del Cód. Pen. con relación al
43 de la L. Nº 1674, Ley Contra la Violencia en la Familia o Doméstica, máxime si la menor cuando ocurrió la primera violación
contaba con apenas 15 años 5 meses y 19 días, siendo prácticamente una niña que aún no tenía la capacidad suficiente para
comprender lo que hacía, situación que se agrava al comprobarse que el incriminado es tío de la víctima.
En el transcurso del proceso no se ha enervado o destruido con prueba alguna la imputación penal existente en su contra,
habiéndose procedido a una acertada imposición de la pena con sujeción a la previsión contenida en los arts. 37 y siguientes del
Cód. Pen.
En consecuencia, la Corte de apelación al pronunciar el auto de vista recurrido con las fundamentaciones que confiere, ha
interpretado en forma debida las disposiciones legales aplicadas sin haber incurrido en infracción de ninguna norma, mucho
menos en las disposiciones legales acusadas en el citado recurso.
Por tanto, en mérito a lo analizado, corresponde a la Sala Penal de la Excma. Corte Suprema de Justicia de la Nación, en
ejercicio de la atribución conferida por el inc. 1) del art. 59 de la L.O.J. y en aplicación del inc. 2) del art. 307 del Cód. Pdto. Pen.,
declarar INFUNDADO el recurso intentado a fs. 292 de obrados.
Sucre, 23 de octubre de 1998.
Dr. Luis Andrade Chacón
Fiscal de Sala Suprema
AUTO SUPREMO
VISTOS: El recurso de fs. 292-295 interpuesto por Felix Mamani Tito, impugnando el auto de vista pronunciado por la Sala Penal
de la Corte Superior del Distrito Judicial de Oruro, dentro del juicio penal seguido a querella de Facundo Tito Pocomani, contra el
procesado recurrente por el delito de violación; sus antecedentes, el requerimiento del Fiscal de Sala Suprema de fs. 298-299; las
infracciones acusadas en el recurso; y
CONSIDERANDO: Que cumplidos los presupuestos procesales previstos en el art. 240 del Cód. Pdto. Pen. y siguiendo las reglas
y contenido del art. 242 del mismo cuerpo de leyes, el Juez 1° de Partido en lo Penal de Oruro, a fs. 275-278 de obrados,
pronuncia la sentencia de primera instancia por la que declara al procesado Felix Mamani Tito autor del delito de violación previsto
y sancionado por el art. 308-1) y 2) in fine del Cód. Pen. y con la agravante prevista por el art. 310-2) del mismo cuerpo sustantivo
de leyes, con relación al art. 43 de la L. No. 1674 "Contra la Violencia en la Familia y Doméstica", condenándolo a la pena de seis
años y seis meses de reclusión a cumplir en el Penal de San Pedro en la ciudad de Oruro, más el pago de daños civiles y costas
a favor de la parte querellante y del Estado a ser averiguados en ejecución de sentencia.
Que elevado el proceso ante la Corte Superior del Distrito de Oruro, ésta por conducto de su Sala Penal, conoce en recurso de
alzada el fallo de primera instancia, el mismo que es confirmado por auto de vista de 7 de enero de 1998 que cursa a fs. 289-290
de obrados.
Que contra el auto de vista del exordio, recurre de casación el procesado, denunciando una errónea valoración de la prueba; que
se ha calificado de manera equivocada su conducta e impuesto una pena no acorde con los datos del proceso, señalando como
infringidos los arts. 308-1) y 2) in fine; 310-2) y 309 todos del Cód. Pen.; si como el art. 135 del Código adjetivo de la materia.
CONSIDERANDO: Que analizados los datos del proceso con relación a la fundamentación e infracción de leyes que se acusan, se
llega a la evidencia cierta que los jueces de instancia, han efectuado una correcta calificación de la conducta delictual del
incriminado, al estar encuadrada en el tipo descrito por el art. 308 primera parte incs. 1) y 2) in fine, con la agravante contenida en
el inc. 2) del art. 310 del Cód. Pen., cuyos elementos constitutivos se traducen en la violencia física y psicológica ejercida sobre el
sujeto pasivo, que en el presente caso resultó ser una menor púber de 15 años de edad, que como consecuencia del abuso
sexual ejercido por su tío el procesado Felix Mamani Tito; quedó embarazada; si bien el nombrado trató de eludir su
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responsabilidad, manifestando que se encontraba en completo estado de ebriedad el día de los hechos (30 de noviembre de
1995) situación por la que no sabía lo que hacía, no es menos cierto que un ser humano en completo estado de ebriedad pierde
muchas de las facultades mentales y físicas que tiene, por lo que la hipótesis sustentada por el incriminado no es creíble por la no
existencia del análisis de alcoholemia que demuestre la embriaguez plena de Felix Mamani Tito.
CONSIDERANDO: Que en cuanto a la mala apreciación de las pruebas y la no existencia de plena prueba, la fundamentación del
recurso que se examina, no tiene consistencia jurídica, porque si se analiza la actuación plenarial, el juzgador público enmarcó su
apreciación al prudente arbitrio y la sana crítica que hizo en la exégesis de las pruebas no sólamente de las de cargo sino también
de las de descargo. Se debe entender que en esta clase de actos, no de hechos, de carácter sexual se impone las pruebas
indiciales y de presunción, porque tienen primacía sobre cualquier otra prueba, siempre que reúnan las siete condiciones que
establece el art. 144 del Cód. Pdto. Pen. como ha acontecido en el presente caso, donde además ha primado más la fuerza moral
que física. Consiguientemente no son evidentes las infracciones acusadas en el recurso que se analiza.
POR TANTO: La Sala Penal Segunda de la Excma. Corte Suprema de Justicia de la Nación, en ejercicio de la atrib. 1ra. del art.
59 de la L.O.J., de acuerdo con el requerimiento fiscal de fs. 298-299 de obrados, declara INFUNDADO el recurso interpuesto a
fs. 292-295 de obrados, en estricta aplicación del art. 307-2) del Cód. Pdto. Pen.
Relator: Ministro Dr. Armando Villafuerte Claros.
Regístrese, hágase saber y devuélvase.
Fdo.- Dr. Armando Villafuerte Claros.
Dr. Jaime Ampuero García.
Sucre, 10 de marzo de 2000.
Proveído.- Lic. Carlos Alberto Peláez Troncoso.- Secretario de Cámara.
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