Capítulo 6

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CAPÍTULO 6
ESPECTROPOLARIMETRÍA
6.1.
Introducción
En el capítulo anterior vimos que de una muestra de 12 quásares «normales», con
magnitud en V<15,2, en 8 se detecta polarización, generalmente entre el 0,5% y el 1%.
La polarización, por tanto, es una propiedad frecuente en estos objetos. Sin embargo, el
origen de la polarización en los quásares es un problema todavía no resuelto, quedando
además por explicar las variaciones en la polarización que presentan los blázares.
Particularmente, se ignora si la polarización del continuo de los blázares se extiende
también a (algunas) líneas espectrales de emisión. Se han hecho algunos estudios en
galaxias Seyfert (por ejemplo, McLean et al. 1983; Miller y Antonucci 1983; Antonucci
y Miller 1985; Goodrich 1989a-b) y menos en quásares (Goodrich y Miller 1988). El
descubrimiento por Antonucci y Miller (1985), de que la galaxia Seyfert 2 NGC 1068
aparece como una Seyfert 1 cuando se observa su espectro polarizado, llevó al
desarrollo de modelos unificados para galaxias Seyfert. Desde entonces, Miller y
Goodrich (1990) han encontrado al menos otras cuatro Seyfert 1 escondidas en galaxias
Seyfert 2. Estos trabajos han conducido al modelo de un toro grueso de material situado
en la región de líneas estrechas, que se extiende más allá de la región de líneas gruesas,
que puede ocultar, dependiendo de su orientación respecto al observador, la galaxia
Seyfert 1, apareciendo como una Seyfert 2. En general, los resultados de los trabajos
espectropolarimétricos muestran que las líneas suelen estar polarizados, pero que no
183
184
Espectropolarimetría
siempre comparten las características del continuo, y se ha propuesto un mecanismo de
dispersión por electrones para la polarización de las líneas. Aparte, las observaciones
espectropolarimétricas de una muestra de radiogalaxias por Jackson y Tadhunter (en
preparación), muestran un continuo azul polarizado que puede explicarse como
producido por la dispersión de la luz del núcleo galáctico, sin relación con la radiación
estelar integrada de la galaxia.
En
este
capítulo
se
presentan
los
resultados
de
las
observaciones
espectropolarimétricas obtenidas de una muestra de tres fuentes extragalácticas. Las
fuentes se han escogido por su conocida actividad tipo blázar, por su brillo (V<17) y por
sus distintas naturalezas. El primer objeto de la muestra, CTA 102, es un quásar
violentamente variable en el óptico (OVV), con una polarización alta y un corrimiento
al rojo z=1,037. El siguiente objeto, 3C 345, se trata de un blázar con z=0,595,
polarización alta y variable, actividad tipo OVV y variabilidad en todas las escalas de
tiempo, desde unos pocos minutos hasta más de diez años. Se trata también de uno de
los objetos mejor estudiados, y ha sido observado por nuestro grupo en fotometría
óptica e infrarroja y en polarimetría de banda ancha en el óptico durante varios años (v.
capítulos 2 y 4; Kidger et al. 1993). Cuando se realizaron las observaciones, 3C 345
estaba pasando una erupción (Takalo et al. 1992a; Kidger et al. 1993; Schramm et al.
1993), alcanzando su brillo en V la magnitud 16. El último objeto de la lista es 3C 273,
que también ha sido observado regularmente por nuestro grupo en fotometría óptica e
infrarroja y polarimetría óptica y del cual existe abundante fotopolarimetría UBVRI (cf.
Valtaoja et al. 1991 y referencias citadas), que cubre prácticamente la totalidad del
rango de nuestro espectro. Este quásar tiene un corrimiento al rojo de z=0,158, y es
muy distinto a los otros dos escogidos al ser un quásar sin actividad violenta y con un
grado de polarización típico del 0,5%. No obstante, se ha detectado dependencia del
grado y del ángulo de polarización con la longitud de onda en distintas ocasiones,
propiedad común en los blázares
Por último, cabe añadir que la dificultad intrínseca de las mediciones
espectropolarimétricas y la falta de instrumentos apropiados limita el número de
Espectropolarimetría
185
observaciones posibles, a pesar de la gran importancia que una muestra amplia de
objetos observados con esta técnica podría tener para esclarecer los procesos físicos que
se desarrollan en los núcleos activos.
6.2.
Método e instrumentación
El instrumento utilizado en las observaciones fue el espectrógrafo para objetos
débiles (FOS2), del Telescopio William Herschel (WHT), situado en el Observatorio
del Roque de los Muchachos, La Palma.
El método empleado para realizar las observaciones es el de polarimetría de
modulación. La polarimetría de modulación permite medir los dos haces polarizados
ortogonalmente con un mismo detector, en un espacio de tiempo menor que el tiempo
de variación de sensibilidad del sistema, entendiendo por sistema la atmósfera, el
telescopio, la óptica interna del instrumento y el detector. Puesto que la ganancia del
detector depende de la polarización, debe estabilizarse la polarización del haz que llega
al detector. Por ello, el último elemento de un polarizador de modulación es siempre un
polarizador lineal. Para que los dos haces polarizados ortogonalmente entre sí, lleguen
al detector con una polarización constante, se emplean diferentes láminas retardadoras.
La rotación de estas láminas convierte el haz polarizado incidente en un haz polarizado
que varía temporalmente, el cual incide en el polarizador (también llamado analizador).
Dado que los polarizadores lineales constan de un componente único, es conveniente
que el haz que sale del modulador sea lineal. Por esta razón, los moduladores
empleados son de un cuarto de onda para polarización circular, y de media onda para
polarización lineal. La frecuencia de modulación depende de la banda de las variaciones
de ganancia que se necesita evitar, siendo la componente atmosférica la que produce
perturbaciones más importantes. En el caso del WHT, los técnicos del telescopio han
calculado que una modulación de unos 10 Hz debe ser suficiente para evitar la mayor
parte de este ruido atmosférico.
186
Espectropolarimetría
El hecho de que el modulador y el analizador conviertan el haz polarizado incidente
en un haz de polarización constante de intensidad modulada, hace que el estado de la
polarización en el detector no tenga importancia. Así mismo, en un espectropolarímetro
de modulación, tampoco tiene importancia la polarización provocada por la red de
difracción, que causa una dependencia de la ganancia del sistema con la longitud de
onda.
La configuración utilizada consiste en:
• Una lámina de mediaonda superacromática, que se puede quitar y poner a voluntad,
girar a cualquier ángulo o bien dar vueltas continuamente a una velocidad de varias
revoluciones por segundo. Girar la lámina de mediaonda n grados, produce una
rotación de 2n grados del vector de polarización de la luz.
• Una rendija seguida de una máscara de tres orificios de 1″;4 de anchura. La
máscara impide que se superpongan los dos espectros producidos por la lámina de
calcita. (ver más abajo), permitiendo la detección simultánea del objeto y del fondo
de cielo. En la apertura central se sitúa el objeto, y en las extremas se recoge el
fondo. La medición de un fondo de cielo a cada lado del objeto es conveniente
para evitar el posible efecto de polarización diferencial del cielo.
• Una lámina de calcita del tipo Savart, que convierte el haz incidente en dos haces
totalmente polarizados y ortogonales entre sí: el haz ordinario y el extraordinario,
que están ligeramente desplazados en una dirección espacial. La intensidad relativa
de estos haces depende del vector polarización (magnitud y orientación) del haz
incidente.
• Una red de difracción de 150 líneas por mm, centrada en 7300 Å, a la que sigue un
ensamblaje de prismas de dispersión que separan los órdenes espectrales.
• Una cámara de formato fijo y de focal f/1,4, que produce un factor de reducción de
7,8 entre la máscara y el detector. La dispersión en el detector es de 400 Å mm-1 en
el primer orden (4800-9800 Å), y de 200 Å mm-1 en el segundo orden
(3450-4800 Å), con una resolución de 8,8 y de 4,4 Å por pixel, respectivamente.
Espectropolarimetría
187
• Un detector CCD GEC(EEV) P8603, con recubrimiento para mejorar la respuesta
en la zona azul del espectro.
Con esta configuración, FOS opera como un espectropolarímetro por modulación,
con un analizador de doble haz (la lámina de calcita) y una lámina de mediaonda que, al
girar, actúa como modulador. Debido a la lentitud en la lectura del detector CCD
(varios segundos), la frecuencia de modulación del instrumento es mucho menor que
1 Hz1. Una modulación tan lenta hace que cada espectro esté contaminado con
variaciones de extinción, centelleo, desplazamientos de la imagen y toda suerte de
variaciones de seeing. Por esta razón, es necesario un segundo espectro, en el que todos
estos efectos estén en fase (invertidos) con el primero. Dividiendo ambos espectros
podemos eliminar estos efectos. Cuidando de que ambos espectros hayan sido obtenidos
con los mismos píxeles del detector, evitamos introducir más ruido debido a la
sensibilidad de cada píxel.
Tomando cuatro exposiciones a intervalos de 22°,5 de la lámina de mediaonda (ver
sección siguiente), obtenemos suficiente información para determinar los parámetros de
Stokes relacionados con la polarización lineal, y por tanto podemos calcular el grado y
el ángulo de polarización del haz incidente, facilitando así mismo la calibración de la
ganancia instrumental y permitiendo que las medidas no dependan de las condiciones de
transparencia del cielo.
La lámina de mediaonda puede girar, definiendo un sistema de referencia
instrumental para las medidas de polarización. Para pasar de este sistema de referencia
al sistemas astronómico estándar, en el que el ángulo de polarización va de Norte (0°) a
1En
un polarímetro cuyo detectores son fotomultiplicadores de lectura rápida y con
un tiempo de recuperación casi nulo, son posibles modulaciones mucho más rápidas. En
estos casos, se integra la señal a una frecuencia del orden de 100 Hz a 1 MHz, hasta
conseguir la relación S/R deseada. La lectura del chip CCD impone una modulación
máxima de aproximadamente 0,02 Hz. Además, para conseguir una modulación tal, la
exposición del chip debería ser de muy pocos segundos, con lo que las observaciones
serían muy ineficientes. Los tiempos de exposición típicos de nuestras observaciones
son del orden de unos 20 min.
188
Espectropolarimetría
Sur (180°) pasando por el Este, debe hacerse una calibración observando una estrella de
polarización estándar. Manteniendo la orientación de la lámina de mediaonda fija
respecto al cielo, el sistema de referencia instrumental se conserva constante. Por
conveniencia, se toma el ángulo paraláctico para la orientación de la lámina de
mediaonda.
6.3.
Observaciones y su reducción
Las observaciones se realizaron la noche del 11 al 12 de junio de 1991. Las
características de la cámara FOS2, apuntadas en la sección anterior, permiten realizar
espectropolarimetría de quásares con magnitud V=17 o más brillantes, con unos tiempos
de exposición de unos 20 minutos en cada una de las cuatro posiciones de la lámina de
mediaonda.
Antes de las observaciones, realizamos varias pruebas con la máscara para escoger
una configuración tal que asegurase que los espectros ordinarios y extraordinarios de
primer y segundo orden del objeto y de los dos fondos de cielo no se superpusieran. El
tamaño de la apertura (1″, 4) es suficiente para asegurar que la mayor parte de la luz del
quásar llega al detector, puesto que el seeing durante la noche se mantuvo entre 0″, 7 y
1″, 0.
Una de las componentes del vector de polarización del haz incidente (por ejemplo, el
parámetro Q en un sistema instrumental de referencia) se convierte en un contraste entre
las intensidades de los espectros ordinario y extraordinario. Puesto que ambos espectros
han sido obtenidos exactamente en las mismas condiciones, la razón entre sus
intensidades es independiente de las condiciones de transparencia del cielo. Tomemos,
por ejemplo, las exposiciones a 0° y a 45° y separemos el factor de conversión del flujo
recibido en señal en el detector en dos partes: un factor G dependiente de la
polarización e independiente del tiempo, y un factor F dependiente del tiempo e
independiente de la polarización. Los factores G= y G+ se refieren a los espectros
ordinario y extraordinario, respectivamente, en una imagen dada, e incluyen los efectos
Espectropolarimetría
189
de las eficiencias de la red, los coeficientes de reflexión de los espejos y la sensibilidad
del pixel a la luz polarizada incidente. Por otra parte, F0 y F45 aluden a los espectros
tomados con la lámina de calcita a 0° y 45°, e incluyen los efectos de transmisión
atmosférica, seeing, desplazamientos de la imagen y pequeñas variaciones de los
tiempos de exposición. Si I y Q son los flujos incidentes total y polarizado, las señales i
registradas por el detector se expresarán como:
i0, =
=
I
i0, +
=
I
i45, =
=
I
i45, +
=
I
+ Q
⋅ G= ⋅ F0
2
− Q
⋅ G+ ⋅ F0
2
+ Q
⋅ G= ⋅ F45
2
− Q
⋅ G+ ⋅ F45
2
Las dos exposiciones, separadas entre sí 45°, servirán para dar cuenta de las
diferencias en la respuesta del espectrógrafo y del detector a los rayos ordinario y
extraordinario altamente polarizados. El desplazamiento de 45° de la lámina de calcita
provoca una rotación de 90° en el ángulo de polarización del haz que la atraviesa. Esta
rotación invierte el contraste entre los rayos ordinario y extraordinario respecto a la
primera exposición, mientras que la respuesta del espectrógrafo permanece igual; la
respuesta del espectrógrafo se corrige entonces comparando las dos medidas. Las
operaciones realizadas para obtener el parámetro de Stokes de la polarización (esto es,
normalizado), pueden resumirse en:
PQ
=
R − 1
R + 1
con
R2
=
i0, = i0, +
i45, = i45, +
190
Espectropolarimetría
Para medir el vector de polarización total, se obtiene un segundo conjunto de dos
exposiciones con la lámina de calcita a 22°, 5 y a 67°, 5.
Para calibrar el instrumento, realizamos observaciones de estrellas estándar de
polarización. Para la calibración en ángulo, empleamos las estrellas HD 154445
(HR 6353) y HD 204827 (BD +58°2272) de la lista de estrellas estándar polarizadas de
Hsu y Breger (1982), y la estrella HD 172310 (SAO 86267) de la lista de estrellas
estándar de polarización cero del NOT para la calibración del grado de polarización
instrumental. Para la calibración en flujo, empleamos la estrella enana blanca HZ 44 y
las medidas de extinción en la banda V realizadas con el Carlsberg Automatic Meridian
Circle. Empleamos el modelo de King (1985) para calcular el flujo real en otras
longitudes de onda. Si C son las cuentas detectadas, A el coeficiente de extinción
estándar de la Palma, AV el coeficiente de extinción estándar en la banda V (0,102),
ACCM el coeficiente de extinción observado esa noche por el Círculo Meridiano
Carlsberg, m la masa de aire, F el flujo, y los subíndices obj y * hacen referencia al
objeto estudiado y a la estrella estándar de calibración de flujo, entonces:
Fobj = F* ⋅
C obj
C*
⋅10
m −m

 − A * obj

2.5





⋅10
( AV − ACCM )( m* − mobj )
2.5
En el espectro de primer orden, se sustrajo la emisión de cielo. Desgraciadamente, el
detector CCD tiene una respuesta más baja en los bordes (coincidiendo con las
imágenes de cielo), que en el centro (posición del objeto). Este efecto, junto con el
escaso brillo de fondo del cielo a longitudes de onda menores que 5000 Å, hace que la
detección del espectro de segundo orden del cielo sea insuficiente para realizar una
sustracción correcta. Sin embargo, puesto que las observaciones se realizaron una noche
de luna nueva, la polarización del fondo es despreciable y el flujo detectado apenas se
ve afectado por el fondo de cielo.
La reducción de los datos a espectros monodimensionales la llevamos a cabo con el
paquete FOS en el ordenador VAX 8350 del Instituto de Astrofísica de Canarias. El
Espectropolarimetría
191
posterior análisis de estos espectros lo realizamos con el programa comercial MATLAB
en un PC.
Para realizar el análisis espectropolarimétrico, se necesita una relación señal ruido
(S/R) mucho más alta que la conseguida directamente de las observaciones de las
fuentes que se pensaba estudiar. Para calcular el error producido en la estimación de los
parámetros de Stokes para una detección de N0,=, N0,+, N45,=, N45,+ fotones por
elemento de resolución en los espectros ordinario y extraordinario para las dos
exposiciones se sigue el siguiente razonamiento (R. Rutten 1991, comunicación
privada): si los tiempos de integración para ambas exposiciones son iguales y el nivel de
polarización de la fuente es pequeña, N0,=≈ N0,+≈ N45,=≈ N45,+≈Ntotal/4, donde Ntotal
es el número total de fotones por elemento de resolución en las dos exposiciones de los
dos espectros. La bondad de esta aproximación puede estimarse viendo que R≈1 y Q≈0
(en nuestro caso, Q<10%). La estadística de Poisson aplicable a los fotones indica una
incertidumbre de
N para cada N, esto es, un error relativo en cada N de N-1/ 2 . Puesto
que en las multiplicacines y divisiones los errores relativos se suman en cuadratura, el
2
-1/ 2
error en R2 es N-1/ 2 =2N-1/
total . Siendo R≈1, el error absoluto en R-1 es también 2N total .
Dado que R +1 >> R -1, el error relativo de Q está dominado por el de R-1 y resulta ser
[
]
[
]
−1/2
1/2
2 N1/2
total ( R - 1) , que hace que el error total en Q sea 2 N total ( R − 1) ≈ N total . Así, para
la precisión de ∼0,1% a la que es posible llegar con el instrumento, se necesitan 106
fotones detectados por elemento de resolución. Dado que se desea una precisión similar
en el parámetro U, se necesita dos veces esa cantidad de fotones detectados. Para
obtener una buena relación S/R, sólo tenemos dos medios: sumar distintas exposiciones
o agrupar los datos en intervalos que alcancen la relación S/R deseada. Para alcanzar la
misma S/R que la de los datos presentados en este capítulo, la primera solución, sumar
distintos espectros, tiene el inconveniente de requerir una cantidad de tiempo de
observación unas diez veces mayor, tiempo del que no se disponía. El agrupamiento de
los datos, por su parte, lleva aparejada una pérdida de resolución espectral.
192
Espectropolarimetría
La precisión de las medidas es crítica en el sentido de distinguir posibles pequeñas
dependencias de la polarización con la longitud de onda. Por ello, los datos se
agruparon con el fin de reducir los errores de los parámetros de Stokes a unas pocas
milésimas. La tabla 6.1 muestra las relaciones señal-ruido y los errores de los
parámetros de Stokes de los datos agrupados (en el caso de los datos sin agrupar, la
relación S/R es unas 3 veces menor). Estos valores se escogieron debido a que se
obtienen errores suficientemente pequeños para estudiar las propiedades del espectro,
mientras que la resolución espectral es suficiente para analizar el comportamiento de las
líneas anchas de emisión. De todas formas, siempre cabe la posibilidad, si los resultados
justifican el esfuerzo, de volver a reagrupar parte de los datos para obtener una mayor
resolución espectral de las líneas, a expensas de un error mayor en la determinación de
los parámetros de Stokes.
Tabla 6.1. Observaciones espectropolarimétricas con el WHT.
OBJETO
CTA 102
3C 345
3C273
RANGO
ESPECTRAL
RELACIÓN
S/R
Azul
Rojo
Azul
Rojo
Azul
Rojo
150
300
200
300
300
700
ERRORES EN LOS
PARÁMETROS DE
STOKES
RESOLUCIÓN
APROXIMADA
(Å)
0,0040
0,0020
0,0025
0,0010
0,0020
<0,0010
90
85
100
220
140
120
Nota: El rango espectral en el azul, en el sistema de referencia
del observador, es de 3450 Å a 4800 Å, y en el rojo de 4800 Å
a 9800 Å
Puesto que uno de los fines de las observaciones era medir la polarización de las
líneas de emisión que, en caso de existir, se supone baja, era importante desarrollar un
procedimiento que permitiese el análisis estadístico de los datos con el fin de detectar si
una posible detección de polarización en las líneas podría deberse a causas espúreas.
Aunque la forma comunmente utilizada de realizar este análisis (por ejemplo en
galaxias Seyert 2) es comparar los anchos de banda de la línea en el espectro de emisión
Espectropolarimetría
193
y en el de polarización, ello implica una resolución espectral del que nuestros datos
carecen tras el necesario agrupamiento (tabla 6.1). En principio, se podría haber
calculado la probabilidad sobre los mismos datos de polarización, buscando
desviaciones significativas en ella. Sin embargo, finalmente la opción escogida fue algo
más elaborada y tediosa, pero tenía la ventaja de poder comprobar directamente que la
estimación de errores que se había realizado era correcta.
El objetivo del método de análisis que se explica a continuación es la detección de
polarizaciones distintas a la del continuo en líneas de emisión intensas y aisladas. Para
ello, empezamos separando la radiación polarizada en dos componentes: una debida al
continuo y otra componente debida a otras fuentes que también irradien luz polarizada.
Vamos a desarrollar un algoritmo que nos permita estimar la contribución de cada
componente. El recuadro de la página siguiente muestra un resumen de este algoritmo.
1. Estimación del flujo del continuo.
Ajustamos una ley de potencias al espectro en longitudes de onda:
ln Icont = κ ⋅ ln λ + Z
En donde κ está relacionado con el índice espectral α ( Icont ∝ ν−α ) de la forma
α = κ + 2 . El resultado es esencialmente correcto para κ, pero debido a la
presencia de componentes distintas al continuo (p.e., las líneas), Z no es
correcto. Se acomoda el parámetro Z a un ajuste razonable, de forma parecida a
como se ajusta la base del continuo en una línea espectral.
2. Estimación de los parámetros de Stokes del continuo.
Ajustamos un polinomio (de grado 1 ó 2) a los parámetros de Stokes
normalizados. Este ajuste proporcionará los parámetros de Stokes del continuo
normalizados a la intensidad del flujo observado. Los parámetros de Stokes
normalizados a la intensidad del continuo se obtienen multiplicando los
parámetros hallados anteriormente por la intensidad observada y dividiendo por
la intensidad estimada del continuo en 1. Para simplificar la notación, en
194
Espectropolarimetría
adelante se representarán los parámetros de Stokes normalizados por las letras Q
y U, en vez de por PQ y PU, y X podrá ser cualquiera de los dos. Queda pues:
X con =
(X
obs
− X ajustado )⋅ I obs
I cont
Algoritmo de Análisis de la Polarización
Flujo del continuo
Ajuste a una ley de potencias
Parámetros de Stokes del continuo
Ajuste polinomial a los parámetros de Stokes observados
Parámetros de Stokes residuales
Diferencia entre los parámetros de Stokes observados y del continuo
Errores en las estimaciones
Errores de los parámetros de Stokes y del flujo
Distribuciones residual y esperada
2
Test χ para comparar la polarización residual con el valor esperado
Interpretación
Interpretación de las desviaciones de la
polarización residual respecto a los valores esperados
3. Estimación de los parámetros de Stokes residuales:
La realizamos a través de la ecuación:
Xres =
Xobs ⋅ Iobs − Xcont ⋅ Icont
Iobs − Icont
Espectropolarimetría
195
4. Cálculo del error de los parámetros de Stokes residuales.
σ ( X res )
 ∂ X res
= 
 ∂ X obs
2

σ ( X obs )

 ∂ X res
 X
 ∂ cont
2
 ∂ X res
+ 
 ∂ I obs

σ ( X cont )

2

σ ( I obs )

 ∂ X res
+ 
 ∂ I cont
2
+ ...

σ ( I cont )

2
con:
∂X res
∂X obs
∂X res
∂X obs
=
=
∂X res
=
∂X cont
∂X res
=
∂I cont
I obs
I obs − I cont
(X cont − X obs )⋅ I cont
(I obs − I cont )2
− I cont
I obs − I cont
(X obs − X cont )⋅ I obs
(I obs − I cont )2
A efectos prácticos, el segundo término es despreciable, porque el error del flujo
observado es muy pequeño, dado que el flujo se estima a partir de la suma de
todas las imágenes, por lo que la relación señal-ruido es muy alta.
5. Estimación de los errores para σ(Xcont) y σ(Icont):
El error para σ(Xcont) vendrá dado por el desarrollo:
 ∂X cont

 ∂X

=  cont σ ( X obs ) + 
σ ( X ajustado )
 ∂X ajustado
 ∂X obs


2
σ ( X cont ) 2
2
2
+
 ∂X cont

 ∂X cont

 ∂I σ ( I obs ) +  ∂I σ ( I cont )
 obs

 cont

2
El valor de σ(Xajustado) podemos estimarlo de la desviación estándar de
(Xobs-Xajustado), mientras que para Icont, el error habrá que ajustarlo
representando Icont para distintas estimaciones de Z (en los datos de las
observaciones presentadas en este capítulo, este error se estima en un número
cercano a 5 centésimas del valor adoptado para el parámetro Z, con I medido en
unidades de erg cm-2 s-1 Å-1). El error del continuo quedará como función de la
196
Espectropolarimetría
longitud de onda y tendrá la forma:
σ ( I cont ) ≈ σ ( Z ) e Z
λκ
Como en general, σ(Qres)#σ(Ures), el error de la polarización tendremos que
calcularlo por la fórmula general:
Q

σQ 

P

σP =
2
U
+ 
P

σU 

2
6. Distribución teórica de la polarización:
Suponemos que la polarización resultante, no debida al continuo, es cero (en
notación estadística, ésta sería la hipótesis nula). Esto significa que sus
parámetro de Stokes son cero. Pero como la polarización se calcula como la raíz
cuadrada de la suma al cuadrado de los parámetros de Stokes, su valor siempre
será positivo o cero. Por tanto, la polarización (cero) esperada debería ajustarse
a una distribución de media igual a su error estándar, esto es, Pesp=σ(Pres).
7. Test χ2 de bondad de ajuste entre los valores residuales y los esperados:
χ
2
=
∑
(P
res
2
− Pesp )
Pesp
La hipótesis nula es que las dos distribuciones son iguales. El test debe ser de
una sola cola, en el sentido que la hipótesis alternativa sólo puede ser que
Pres>Pesp, por corresponder Pesp a la mínima polarización (Pesp=0). Nótese que,
a menos que el polinomio ajustado sea inadecuado, el resultado de este test no
debería nunca poder descartar la hipótesis nula [Pesp=σ(Pres)]. Por tanto, este
test permite comprobar la bondad en la estimación de los errores de los
parámetros de Stokes.
8. Aunque en conjunto Pres y Pesp coincidan, algunos datos pueden estar alejados
de la distribución esperada. Estos datos discrepantes pueden ser identificados
fácilmente en una gráfica en la que se haya representado a la vez Pres y Pesp.
Además, en tales gráficas, Pesp coincide con los valores de los errores en la
estimación de Pres [Pesp=σ(Pres)]. Para encontrar regiones que puedan tener una
Espectropolarimetría
197
polarización propia, diferente de la del continuo, basta con mirar estas gráficas y
buscar puntos tales que Pres>3Pesp, o regiones con varios puntos tales que
Pres>3Pesp.
9. Una vez hallados estos puntos, debemos comprobar si están separados
significativamente de la distribución esperada usando un test de cola superior de
Student para la media de los residuos y la media de la distribución esperada en
el mismo rango de longitudes de onda. Si la distribución de los datos difiere
significativamente de los valores esperados, todavía debe comprobarse, además,
la probabilidad de que semejante resultado, o uno aún más improbable, se
produzca por azar en todo el conjunto de datos. Por último, si el resultado
anterior es significativo, cabría calcular la probabilidad de que la polarización
resultante esté relacionada con alguna línea espectral, calculando para ello la
probabilidad de que el rango del efecto observado y el rango de la línea
involucrada se superpongan por casualidad.
6.4.
Resultados
6.4.1. CTA 102
El espectro de CTA 102 muestra algunas líneas usuales en los quásares (figura 6.1):
C III (λ1909), Mg II (λ2798), [Ne V] (λ3426), [O II] (λ3727), [Ne III] (λ3869-3965),
Hδ, Hγ, así como mezclas de líneas de Fe II entre 2200 y 2700 Å, cuya presencia está
asociada con profundidades ópticas grandes (Netzer 1990). En realidad, las mezclas de
líneas de Fe II se extienden por todo el espectro, desde el ultravioleta hasta el infrarrojo.
El grado de polarización tiene una distribución compleja. Un test χ2 para varianzas
muestra que la presencia de dependencia del grado de polarización con la longitud de
onda alcanza un nivel de significación del 0,5% (fig. 6.2). Este hecho sugiere que las
mezclas de Fe II pueden tener una contribución apreciable en el espectro polarizado,
especialmente entre 2000 y 3000 Å. Con el fin de confirmar este resultado,
198
Espectropolarimetría
reagrupamos las observaciones de distintas maneras, obteniendo siempre resultados
similares.
C III
Mg II
[Ne V]
[O II]
Hδ
Hγ
[Ne III]
Figura 6.1. Espectro de CTA 102. La línea continua muestra el ajuste del continuo a una
ley de potecias. Las longitudes de onda de ésta y las demás figuras se refieren al sistema
de referencia en reposo.
Debe destacarse que la posible polarización de las mezclas de Fe II en CTA 102 está
basada en nuestra propia percepción, pero no se ve confirmada por las pruebas
estadísticas. La principal razón que nos hace pensar que las pruebas estadísticas para las
mezclas de Fe II que aparecen en nuestros datos son inadecuadas es que las
observaciones se obtuvieron para comprobar la polarización de líneas de emisión
intensas y aisladas. Así, aunque la contribución integrada de las mezclas de Fe II al flujo
total es grande, lo cierto es que se extienden sobre un rango espectral muy amplio
Espectropolarimetría
199
Figura 6.2. Grado de polarización de CTA 102. La gráfica en longitudes de onda más
cortas corresponde al espectro de segundo orden, mientras que la correspondiente a
longitudes de onda más largas representa los datos obtenidos con el espectro de primer
orden. La línea punteada representa la emisión de Fe II (sin unidades) del quásar 0405-123
extraída de la figura 3 de Wills et al. 1985.
(unos 500 Å, casi una quinta parte del rango total del espectro). Este hecho, junto con la
resolución efectiva de nuestros datos, nos impide separar la posible contribución de las
mezclas de la contribución estimada para el continuo. Aún así, existen varias
circunstancias que nos hacen sospechar de que la polarización de las mezclas de Fe II
sea real. El máximo de la polarización en la parte azul del espectro coincide con el pico
de las mezclas de Fe II. Si estas mezclas no estuvieran polarizadas, debería esperarse
una disminución de la polarización en el rango correspondiente de longitudes de onda,
en vez del incremento cercano al 1,5% que observamos entre 2300 y 2600 Å (fig. 6.2).
Además, sabemos que este efecto se produce en otros núcleos activos, ya que se ha
detectado polarización en las mezclas de Fe II en la galaxia Seyfert 2 NGC 1068
(Antonucci y Miller, 1985), cuya magnitud aparente (mV=10,5) la hace más fácil de
observar. Por último, no apreciamos ningún efecto similar en 3C 345 (el espectro
obtenido de 3C 273 comienza a 3000 Å).
200
Espectropolarimetría
El ángulo de polarización también muestra variaciones irregulares centradas
alrededor de 160°, con una dispersión mayor que los errores en la medida (fig. 6.3). Un
test de varianzas muestra que estas variaciones son reales al nivel del 0,5%. Las
variaciones del ángulo de polarización se extienden a lo largo de todo el espectro con
una amplitud similar, por lo que no podemos relacionarlas con la posible polarización
de las mezclas de Fe II, pues entonces sólo deberían tener lugar entre 2300 y 2600 Å.
Tampoco se encuentra que el ángulo y el grado de polarización estén relacionados,
según pone de manifiesto un ajuste de mínimos cuadrados. El origen de la compleja
dependencia del ángulo de polarización con la longitud de onda debe estar vinculado a
una complicada combinación de efectos, de los que no puede darse cuenta con los datos
de los que se dispone.
Figura 6.3. Ángulo de polarización de CTA 102.
Para sustraer el continuo y llevar a cabo el test para hallar polarización en las líneas
de emisión intensas y aisladas, ajustamos una ley de potencia a los datos, tal como se
explicó en la sección anterior, con κ=-1,6. Este ajuste del continuo se muestra en la
figura 6.1 como una línea continua suave.
Espectropolarimetría
201
La figura 6.4 muestra la polarización residual calculada como se indicó en la sección
anterior. En la figura aparece también la polarización residual esperada si el flujo
correspondiente al continuo no está polarizado, que es igual al error de la medida
experimental en cada punto. Como puede apreciarse, ambas gráficas ajustan muy bien,
lo que confirma lo acertado de la estimación de los errores. Tras realizar el test
estadístico expuesto en la sección anterior, se confirmó el ajuste entre las distribuciones
esperada y observada y quedó claro asimismo que el aumento de la polarización en las
mezclas de Fe II podía ser explicado mediante los errores en las medidas (el nivel de
significación de las discrepancias resultó ser del 17,4%). De ello se deduce que, en el
límite de nuestras observaciones, no se halla polarización en las líneas de CTA 102.
Figura 6.4. Polarización residual de CTA 102, resultado de sustraer una estimación de los
parámetros de Stokes del continuo a los calculados directamente a partir de las
observaciones. La polarización residual así calculada se muestra como una línea continua.
La línea a trazos corresponde a la polarización que se espera detectar en una fuente no
polarizada, como resultado de los errores de medida.
6.4.2. 3C 345
La figura 6.5 muestra el espectro de 3C 345 y la estimación del continuo. Como en
CTA 102, es posible ver las mezclas de Fe II, Mg II (λ2798), [Ne V] (λ3426),
202
Espectropolarimetría
Fe II-[Ne III] (λ3869), Hδ, Hγ y Hβ. El continuo puede ajustarse con una ley de
potencias en la que κ=-1,6. El grado de polarización típico de este blázar se encuentra
entre un 2 y un 12%, aunque en la erupción de 1983 de erupción se llegó a observar un
valor del 36,2% (Smith et al. 1986).
Mg II
[Ne V]
Fe II - [Ne III]
Hδ
Hγ
Hβ
Figura 6.5. Espectro de 3C 345. La curva suave representa la estimación del continuo. Las
longitudes de onda se refieren al sistema de referencia en reposo. La gráfica pequeña
muestra el ajuste del espectro de datos agrupados a una línea recta. Las unidades de la
gráfica pequeña y de la grande son las mismas, aunque la gráfica pequeña está escalada
en logarítmos.
Los datos polarimétricos de banda ancha obtenidos previamente con el Telescopio
Nórdico no suelen mostrar dependencia respecto a la longitud de onda (p.e., Kidger
et al. 1993). Los resultados obtenidos con el Telescopio William Herschel están
representados en la figura 6.6, en donde se ve que el blázar presenta un mínimo en el
grado de polarización cerca de la línea de Mg II, un aumento considerable a 3000 Å, y
otro mínimo en Hβ. Sin embargo, ninguna de estas particularidades es consistente con
la hipótesis de polarización de las líneas. La figura 6.7 muestra la polarización residual
Espectropolarimetría
203
de 3C 345. Al igual que los casos de 3C 273 y de CTA 102, la distribución de esta
polarización residual puede ser explicada enteramente por los errores de medida, por lo
que no se consigue evidencia de que las líneas de emisión intensas y aisladas estén
polarizadas.
Figura 6.6. Grado de polarización de 3C 345.
El ángulo de polarización obtenido en las observaciones con el Telescopio Nórdico
presenta a veces una compleja dependencia respecto de la longitud de onda, y en otras
ocasiones no muestra variaciones. En los resultados del WHT (figura 6.8), se observa
un máximo entre 2400 y 3000 Å, una variación neta de 8° entre 3000 y 4000 Å, y a
partir de esta longitud de onda el ángulo de polarización se mantiene constante.
204
Espectropolarimetría
Figura 6.7. Polarización residual de 3C 345. La línea continua muestra los resultados de
las observaciones, mientras que la línea a trazos representa la polarización esperada,
debida a los errores, de una fuente no polarizada.
Figura 6.8. Ángulo de polarización de 3C 345.
Espectropolarimetría
205
6.4.3. 3C 273
En las observaciones efectuadas del quásar 3C 273 pueden observarse las líneas Hδ,
Fe II-[Ne III] (λ3869), mezclas de Fe II a 3950 Å, Hγ, Hδ, Hβ, [O III] (λ5007), He I (λ
5876) y Hα, así como las mezclas de Fe II entre 4000 y 5300 Å (fig. 6.9). Su índice
espectral, dado por I ν ∝ν−α , varía de α=0,38 a -0,26 desde el rojo al azul. Puede
apreciarse también un abombamiento a 7100 Å. Por desgracia, la línea más visible de
este espectro, Hα, está situada en la banda de absorción del O2 atmosférico entre 7600 y
7700 Å. Esta coincidencia hace que la calibración del flujo de esta línea sea menos
precisa que otras estructuras espectrales, aunque no debe afectar a las medidas de
polarización, ya que la absorción por parte del O2 atmosférico no depende del estado de
polarización de la radiación.
Hα
Fe II - [Ne III]
Hβ
Hγ H δ
Figura 6.9. Espectro de 3C 273. La línea continua muestra el ajuste a una ley de potencias.
La polarización medida aquí es bastante alta para lo acostumbrado en este objeto.
Valtaoja et al. (1991) observaron 3C 273 por un período de 15 meses entre 1989 y
206
Espectropolarimetría
1990, encontrando que la polarización promedio era inferior a un 1%. Los resultados
obtenidos en nuestras observaciones (fig.6.10) muestran que la polarización llega hasta
el 2,5% en la zona más roja del espectro; este valor es el mas alto registrado en 3C 273,
junto con una detección similar encontrada por Courvoisier et al. (1988).
Puede observarse un mínimo de la polarización a 3900 Å. Desde 3000 hasta 3900 Å,
hay una clara disminución del grado de polarización que luego se invierte desde ese
punto hasta 7600 Å. Este resultado es similar al obtenido por Impey, Malkan y Tapia
(1989), quienes hallaron que, cuando el grado de polarización es alto, aumenta hacia
mayores longitudes de onda. Sin embargo, algunas zonas se desvían de la tendencia
general. La más importante es el profundo mínimo en la posición de la línea Hα. Parece
haber un máximo a aproximadamente 6090 Å, así como un mínimo coincidente con las
mezclas de Fe II a 5190 Å. En la posición de la línea Hβ también aparece un profundo
mínimo, que posiblemente se extiende a la región de Fe II-[O III] a λ5007.
Figura 6.10. Grado de polarización de 3C 273.
Espectropolarimetría
207
En este espectro, que es el que tiene mayor resolución de todos los mostrados, puede
ponerse de manifiesto la ventaja del procedimiento estadístico adoptado para determinar
si existe polarización distinta del continuo o no. No hace falta hacer un estudio muy
profundo de la figura 6.10 para darse cuenta de que el grado de polarización en la
región de la línea Hα es muy inferior al de su vecindad espectral. Pero esto no nos dice
si la línea está o no polarizada: la disminución puede deberse tanto a que la línea no está
polarizada, como a que posea una polarización distinta a la del continuo. El
procedimiento estadístico desarrollado en la sección anterior nos permite salir de dudas
fácilmente. En la figura 6.11 puede apreciarse que, en el límite de resolución de
nuestras observaciones, no existe polarización alguna que no pueda ser explicada como
consecuencia de los errores de medida. En contraste, un test estadístico menos
sofisticado, basado sólo en la pendiente general de los resultados del grado de
polarización, indica una probabilidad del 90% de una polarización distinta del continuo
en la región de longitud de onda de 6090 Å.
Figura 6.11. Polarización residual en 3C 273. La línea sólida es la polarización residual
obtenida de los datos observados. La línea de trazos es la polarización esperada de los
errores de medida.
208
Espectropolarimetría
McLean et al. (1983) encontraron que en la región entre Hβ y He II (λ4686) en M77
disminuye
el
grado
de
polarización.
En
3C 273,
esta
disminución
llega
aproximadamente hasta 3500 Å (fig. 6.10). En conjunto, el espectro del grado de
polarización se asemeja al espectro de flujo invertido.
El ángulo de polarización de 3C 273 parece variar poco alrededor de 130° (fig.
6.12), tal como puso de manifiesto Impey et al. (1989), pero entre el extremo azul y
5500 Å hay una variación de ≈10° (excepto por un punto muy extremo en el extremo
azul, a 108°). Entre 5500 Å y el extremo rojo, las variaciones oscilan con una amplitud
de unos 5°.
Figura 6.12. Ángulo de polarización de 3C 273.
6.5.
Discusión
Los resultados obtenidos en la sección anterior han servido para mostrar como, en el
límite de nuestras observaciones, las líneas de emisión de los tres objetos estudiados no
presentan polarización detectable. Una posible excepción la constituye las mezclas de
Espectropolarimetría
209
Fe II en el caso de CTA 102 aunque, por las razones expuestas al tratar de este objeto en
particular, este resultado está pendiente de confirmación, ya que nuestras medidas no
son las apropiadas para detectar este efecto. Queda claro no obstante que, a la vista de
las figuras 6.2-6-10, el grado de polarización en todos los objetos de esta muestra
presenta una dependencia con la longitud de onda. Aunque de forma no siempre tan
clara, la dependencia con la longitud de onda también se extiende al ángulo de
polarización (figuras 6.3-8-12). Esta dependencia no puede explicarse simplemente
considerando una fuente de emisión no térmica (efectos sincrotrón o Compton inverso),
pues una fuente tal produciría un grado y un ángulo de polarización básicamente
constantes.
Vamos a centrar nuestra discusión en el blázar 3C 345, para luego comentar el
quásar 3C 273. En el caso de CTA 102, la dependencia tanto del grado como del ángulo
de polarización es tan compleja que se necesitan mejores datos y una mayor
comprensión de los procesos que tienen lugar en los núcleos de los quásares para estar
en posición de proponer modelos capaces de explicar las observaciones.
Se han sugerido muchos mecanismos para explicar el origen de la dependencia de la
polarización respecto a la longitud de onda en los blázares. La polarización de las tres
fuentes estudiadas es variable, lo cual limita la capacidad de modelos tales como
transmision a través de regiones con polvo y dispersión por polvo o electrones, de
explicar las características de estos objetos. Sin embargo, deben tenerse en cuenta estas
regiones dispersoras si las consideramos como un efecto complementario que actúa
sobre otra componente variable. En la siguiente discusión, no incluiremos la
contribución de nuestra propia galaxia sobre la polarización del objeto pues, dado que
esta
contribución
es
conocida
y
puede
calcularse
mediante
la
ley
de
Serkowski-Mathewson-Ford (Serkowski et al. 1975), sabemos que la latitud galáctica a
la que se encuentra 3C 345 (40°) es demasiado grande para tener un efecto apreciable
sobre la polarización del objeto.
210
Espectropolarimetría
6.5.1. Mecanismos de polarización posibles
En primer lugar, haremos un repaso de los mecanismos de polarización posibles
aplicados a nuestras observaciones de 3C 345, y de como pueden combinarse estos
mecanismos y otros efectos para producir la polarización que observamos en este
blázar. Finalmente, escogeremos el modelo que pensamos puede explicar mejor las
observaciones de forma cualitativa, y trataremos de comprobar si también puede
explicarlas de manera cuantitativa.
Varios de los mecanismos propuestos para generar polarización tienen grandes
dificultades para poder explicar nuestros resultados, por lo que pueden ser rechazados
rápidamente. Sin embargo, están incluidos en la siguiente discusión con el fin de dar
una imagen completa de todos ellos, y serán estos los primeros que trataremos, aunque
de forma breve. Otros son más razonables, pero por alguna razón resultan también
incompatibles con nuestras observaciones de 3C 345. Por último, se discutirá un
modelo que no supone ninguna contradicción insuperable con los datos obtenidos.
Cuando la distribución de electrones no se ajusta a una ley de potencias, las distintas
regiones de la fuente pueden tener contribuciones relativas distintas respecto al flujo
total. Norsieck (1976) consideró el efecto de pequeñas simetrías en la distribución de
electrones, consiguiendo una débil dependencia del grado de polarización con la
longitud de onda y necesitando también una curvatura del espectro. Björnsson y
Bluenthal (1982) relacionaron la dependencia de la polarización con un cambio en la
geometría de la fuente con la componente normal del campo magnético, pero la
tendencia de la dependencia del grado de polarización obtenida con su modelo es la de
disminuir con la longitud de onda (Björnsson, 1985), que es justo lo opuesto a nuestras
observaciones de 3C 345.
La dispersión por electrones libres puede producir polarización que no dependa de la
longitud de onda, y se espera que este efecto produzca que las líneas de emisión
compartan la misma polarización que el continuo, a menos que se impongan en el
modelo restricciones sobre la localización relativa de las regiones dispersora, emisora
Espectropolarimetría
211
del continuo y la de líneas de emisión. Una combinación de dispersión por electrones y
una fuente no térmica puede producir dependencia tanto del grado como del ángulo de
polarización con la longitud de onda. Sin embargo, puesto que la dispersión de
electrones es de por sí independiente de la longitud de onda, la dependencia resultante
de la polarización debería ser muy simple y bastante suave. Aunque ciertamente un
medio dispersión inhomogéneo podría producir una polarización dependiente de la
longitud de onda, se necesita un ajuste muy fino para explicar las variaciones del ángulo
de polarización entre 2500 y 3000 Å.
Cuando la transmisión a través de un medio dispersivo depende de la longitud de
onda (p.e., la rotación Faraday, la transmisión y extinción por polvo), también puede
producirse dependencia de la polarización respecto a la longitud de onda. Así, la
extinción, combinada con una componente polarizada no térmica, puede producir
dependencia del grado de polarización con la longitud de onda, pero no afectaría al
ángulo de polarización, mientras que la rotación Faraday sí podría producir ambos
efectos. El efecto Faraday produce la rotación del ángulo de polarización y la
consiguiente depolarización de la radiación que atraviesa una región en la cual existen
electrones libres y un campo magnético longitudinal. El efecto es una función del
cuadrado de la longitud de onda y por tanto más apreciable en la región de
radiofrecuencias del espectro. Aunque el medio en los quásares puede reunir las
condiciones necesarias para que se produzca rotación Faraday en longitudes de onda en
el óptico (es decir, campos magnéticos intensos y altas densidades de electrones, p.e.,
Brown et al. 1989a; Kidger y de Diego 1992), el efecto debería hacerse notar más en la
zona roja del espectro, al contrario de la dependencia del ángulo y del grado de
polarización en 3C 345, donde observamos que es más fuerte en la región azul. De
hecho, nunca se ha detectado rotación Faraday en longitudes de onda en el óptico en
ningún quásar (cf. Puschell et al. 1983). Este hecho refuerza la presunción del origen no
térmico del continuo. La probable explicación es que los procesos no térmicos necesitan
campos magnéticos intensos orientados normalmente respecto al observador, pues al
212
Espectropolarimetría
intensidad y el grado de polarización disminuyen abruptamente al desviarse la
orientación del campo de la normal. En cambio, la rotación Faraday necesita que el
campo magnético esté orientado longitudinalmente respecto al observador. El resultado
es que, cuando hay polarización de origen no térmico, no puede haber rotación Faraday,
y cuando podría ocurrir este efecto, no puede observarse porque no hay polarización de
origen no térmico.
La transmisión de radiación a través de un medio de granos de polvo alineados es
capaz de producir polarización y extinción. Sin embargo, la ley de Serkowski,
Mathewson y Ford (1975) predice una dependencia del grado de polarización mucho
más suave que la obtenida en 3C 345, y se necesitaría un alineamiento no uniforme de
los granos de polvo y un cambio en sus propiedades a lo largo de la línea de visión para
producir la dependencia observada del ángulo de polarización (Martin 1974), en otras
palabras, un conjunto de de circunstancias bastante improbables. Al igual que en los
casos de reflexión por polvo y de dispersión de electrones, se necesita imponer algunas
restricciones geométricas para evitar que las líneas de emisión también estén
polarizadas.
La reflexión producida por el polvo en un medio ópticamente delgado produciría un
ángulo de polarización constante y un aumento rápido del grado de polarización hacia
longitudes de onda en la región azul. En lugar de esto, el grado de polarización de
3C 345 disminuye hacia longitudes de onda cortas y el ángulo de polarización varía
claramente a lo largo del espectro. El aumento en el grado de polarización en el azul
podría evitarse si el medio fuese ópticamente grueso (Rudy y Schmidt 1988), en cuyo
caso la geometría efectiva de dispersión podría ser dependiente de la longitud de onda
(Martin 1985) y producir variaciones dependientes de la longitud de onda en el grado y
en el ángulo de polarización. Aún así, las líneas de emisión también deberían mostrar
polarización. Por otra parte, la transmisión y extinción producida por el polvo,
combinada con una fuente no térmica, pueden provocar cambios en el grado de
polarización que dependan de la longitud de onda, principalmente a través de la
extinción, y producir también una dependencia del ángulo de polarización con la
Espectropolarimetría
213
longitud de onda, puesto que la polarización resultante de la componente no térmica se
ve disminuida tras la extinción. Sin embargo, las variaciones observadas en el ángulo de
polarización entre 2500 y 3000 Å son demasiado grandes para poderse haber producido
por una simple combinación de estos efectos.
Un efecto similar puede producirse cuando en vez de polvo consideramos partículas
más pequeñas. Los átomos, iones y moléculas interaccionan con el campo de radiación,
produciéndo una dispersión de tipo Rayleigh. La característica que nos permite
identificar este efecto es una dependencia del grado de polarización en forma de ley de
potencias con índice -4, siendo esta dependencia tanto más fuerte cuando el ángulo de
dispersión se acerca al valor π 2 . La dispersión por partículas cada vez mayores, como
por ejemplo el caso del polvo visto anteriormente, produce una dependencia menor y
con un índice mayor que -4.
La contaminación de la luz polarizada por la galaxia de fondo puede producir
dependencia del grado de polarización con la longitud de onda. Este efecto puede
explicar las observaciones de algunos blázares, como Markarian 501 (Takalo et al.
1992a), en donde la galaxia de fondo puede detectarse con facilidad. Como
consecuencia de que las componentes térmicas de la galaxia emiten la mayor parte de su
radiación en el rango infrarrojo, el grado de polarización disminuye a longitudes de
onda más largas, sin que se produzca ninguna variación en el ángulo de polarización.
Obviamente, este efecto no puede explicar las observaciones espectropolarimétricas de
3C 345 y, además, con un corrimiento al rojo de z=0,595, no se detecta la galaxia de
fondo. Si la contaminación de la radiación polarizada se produce por la contribución del
abombamiento azul detectado en el espectro de muchos núcleos activos (como 3C 345),
la dependencia del grado de polarización con la longitud de onda se invertiría, pero
seguiría sin haber dependencia del ángulo de polarización.
Un mecanismo que se ha propuesto frecuentemente es la superposición de dos o más
componentes no térmicas independientes con cortes bruscos en sus distribuciones de
frecuencias. Probablemente, tal modelo puede explicar las dependencias del grado y del
214
Espectropolarimetría
ángulo de polarización observadas en cualquier objeto. En el caso de 3C 345, sería fácil
explicar la coincidencia del mínimo en el grado de polarización con las variaciones
mayores del ángulo de polarización. El problema reside en que una fuente de múltiples
componentes no térmicas, con distribuciones en forma de ley de potencias, mostraría un
espectro curvado, en el cual el índice espectral variaría con la frecuencia, dependiendo
de la distribución de electrones de cada una de las fuentes. La figura 6.5 pone de relieve
que el espectro de 3C 345 se ajusta muy bien a una línea recta (con un coeficiente de
correlación -0,9869). Por consiguiente, ni en nuestros datos, ni en las observaciones de
otras fuentes por otros investigadores, se ha encontrado tal dependencia del índice
espectral (cf. Cruz-Gonzalez y Huchra 1984; Puschell et al. 1983), aunque algunos
objetos si muestran una curvatura espectral, como AO 0235+164 o BL Lac. Estos
resultados discrepantes implican que el modelo de componentes múltiples debe usarse
con algunas precauciones.
Resta la posibilidad de que la dependencia de la polarización con la longitud de onda
sea un efecto producido fuera de la fuente de radiación polarizada. Las zonas exteriores,
a la de producción del continuo no térmico, si bien no emiten radiación polarizada,
pueden alterar el estado de polarización de la radiación que las atraviesa. En primer
lugar, por su propia emisión, que sumada a la de un continuo polarizado, hará que el
grado de polarización resultante sea menor que el del continuo. En segundo lugar,
dispersando la radiación de ese continuo.
En la figura 6.13 se muestra el grado de polarización ajustado a la emisión del
continuo observado de 3C 345. Si la causa de la dependencia del grado de polarización
con la longitud de onda es la la transmisión mediante dispersiones elásticas de fotones
por un medio isótropo que es atravesado por la radiación original, podemos suponer que
esta radiación original emitida por la fuente no térmica tenía un grado de polarización
próximo al 8%. Asimismo, el ángulo de polarización de esta radiación original debía ser
cercano a 5°, como se deduce de la figura 6.8. La contribución al flujo total obsevado
de las fuentes térmicas (líneas y continuo térmico) no consigue explicar la dependencia
observada del grado de polarización con la longitud de onda, como puede entenderse
Espectropolarimetría
215
fácilmente del hecho de que esta contribución no tiene una tendencia a ser mucho
mayor a menores longitud de onda (véase la figura 6.5).
Figura 6.13. Estado del grado de polarización del continuo de 3C345 hallado en los
cálculos de la sección anterior.
Debemos considerar pues el caso de que las regiones de emisión térmica tengan una
profundidad óptica que sí dependa de la longitud de onda. Consideremos el efecto
conocido de que la dispersión de la radiación a longitudes de onda cortas es mayor que
a longitudes de onda largas, y que la profundidad óptica no puede ser mucho mayor que
la unidad, puesto que entonces no se observaría radiación polarizada emergente. El flujo
total observado no varía con la longitud de onda, como consecuencia de la dispersión
elástica de la radiación, pero si las partículas dispersoras no muestran preferencia por
ningún estado de polarización de la radiación incidente, la isotropía del medio hace que
la radiación emergente esté depolarizada. La figura 6.14 muestra la dependencia de la
profundidad óptica con la longitud de onda necesaria para reproducir las observaciones
del grado de polarización según este modelo. Obsérvese como esta dependencia se
216
Espectropolarimetría
ajusta a las dos consideraciones iniciales, esto es, una profundidad óptica menor que la
unidad y una dependencia con la longitud de onda en el sentido de disminuir la
profundidad óptica al aumentar la longitud de onda.
Figura 6.14. Modelo de dependencia de la profundidad óptica con la longitud de onda en
3C 345. Con esta dependencia, se consigue reproducir el grado de polarización observado
en este objeto, pero no el ángulo de polarización.
El modelo de transmisión a través de un medio dispersor isótropo que no sea
ópticamente grueso es pues capaz de explicar las observaciones de la dependencia del
grado de polarización con la longitud de onda en 3C 345, pero no explica en absoluto la
dependencia observada en el ángulo de polarización.
6.5.2. Un modelo para 3C 345
Hemos visto que ninguno de los mecanismos expuestos pueden por sí mismos
explicar satisfactoriamente todos los aspectos de nuestras observaciones. Más aún, a
menos que introduzcamos alguna fuente no térmica, estos mecanismos tampoco son
capaces de dar cuenta del hecho que la polarización de 3C 345 es variable en el tiempo.
Espectropolarimetría
217
Finalmente, hemos considerado un modelo basado en la dispersión por polvo o por
gas, combinada con una componente no térmica de radiación polarizada. Este modelo
es capaz de producir la dependencia observada del grado de polarización con la longitud
de onda, aunque deberán incluirse algunas restricciones de orden geométrico para dar
cuenta de la falta de polarización de las líneas de emisión. Viendo las figuras 6.6 y 6.8,
podemos suponer la existencia de una componente no térmica, con un grado de
polarización constante de 0,058, normalizado al flujo total, y un ángulo de polarización
también constante de 6°. Calculando los parámetros de Stokes de esta componente (Qnt
y Unt) y restándoselos a los observados (Qobs y Uobs), obtenemos unos parámetros de
Stokes complementarios:
Qcmp
= Qobs
− Qnt
Ucmp
= Uobs
− Unt
Estos parámetros de Stokes así calculados pueden ajustarse mediante distintas
funciones. En particular, cualquier ley de potencias de la forma S ∝ λp , donde S es uno
de los parámetros de Stokes Q o U, y −4 ≤ p ≤ −2 , puede ajustarse a los valores
calculados. Recordemos que una ley de potencias con el índice p=-4 corresponde a una
dispersión Rayleigh, que puede atribuirse a un gas dispersor, mientras que índices
mayores pueden ser atribuidos a dispersión debida al polvo. Utilicemos el valor p=-4,
correspondiente a una dispersión Rayleigh, para ver la capacidad del modelo para
explicar las observaciones. El grado de polarización de esta componente se muestra en
la figura 6.15, mientras que el ángulo de polarización resulta ser constante, con un valor
de -67°;5.
La figura 6.16 muestra el grado y el ángulo de polarización de 3C 345 y el ajuste
obtenido con el modelo de dispersión Rayleigh. Los modelos de dispersión Mie
consiguen resultados similares, por lo que no es posible discernir si es el polvo o
partículas de tamaño atómico los posibles responsables de la dependencia de la
polarización con la longitud de onda.
218
Espectropolarimetría
Figura 6.15. Grado de polarización de la componente resultante de dispersión Rayleigh.
Figura 6.16. Grado de polarización (izquierda) y ángulo de polarización (derecha) del
blázar 3C 345 y el ajuste conseguido con el modelo de fuente no térmica y dispersión
Rayleigh explicado en el texto (líneas continuas).
Espectropolarimetría
219
Las regiones cuyo grado de polarización se aleja más de las predicciones del modelo
de dispersión Rayleigh coinciden con las líneas de Hβ y Mg II. El menor valor
observado puede explicarse como efecto de contaminación de la radiación polarizada
por la emisión de las líneas. El ángulo de polarización en la línea de Mg II se aparta del
modelo y vuelve al valor original cercano a 6°. Una explicación de este comportamiento
podría ser que la región de emisión de la línea de Mg II fuese ópticamente gruesa, lo
cual es muy probable, pues la región de líneas anchas se considera que tiene esta
propiedad, y que, por efecto geométrico, ocultase más a la región dispersora que a la de
emisión no térmica.
6.5.3. Consideraciones sobre 3C 273
La mayor parte de las consideraciones hechas en el caso de 3C 345 sobre los posibles
mecanismos de polarización, son igualmente aplicables a 3C 273. El hecho de que la
polarización de este quásar sea variable (por ejemplo, Courvoisier et al. 1988, Impey
et al. 1991), excluye los efectos de transmisión o de reflexión como causa única de la
polarización. La emisión sincrotrón por una fuente sencilla sirve para explicar el hecho
de que las líneas de emisión no estén polarizadas, pero también produce un grado de
polarización constante en longitud de onda. La contaminación de la luz por la galaxia
de fondo produciría el efecto opuesto al observado en el grado de polarización, que
disminuiría hacia la zona de longitudes de onda más largas. Sin embargo, la presencia
de una componente térmica tipo cuerpo negro, con el máximo en la zona de emisión
ultravioleta, contaminaría la componente sincrotrón y podría producir una disminución
del grado de polarización en la zona de longitudes de onda más cortas (cf. Malkan y
Sargent 1982, Malkan 1983). Esta componente térmica podría identificarse con el
exceso ultravioleta (blue bump) observado en esta objeto. Impey et al. (1989) proponen
un modelo de dos componentes: un miniblázar responsable del 10% del flujo en el
óptico y una componente de baja polarización (≈0,3%) que emite el 90% del flujo, con
su máximo en la región ultravioleta.
220
Espectropolarimetría
La emisión sincrotrón por una componente múltiple puede explicar también la
dependencia con la longitud de onda, como el modelo propuesto en el capítulo anterior,
basado en observaciones polarimétricas de 3C 273 en radio y en óptico, que evita la
dependencia del ángulo de polarización con la longitud de onda. Por último, no puede
excluirse una combinación de fuente sincrotrón múltiple y contaminación por la
radiación del exceso ultravioleta.
6.6.
Conclusiones
En este capítulo se ha discutido las observaciones espectropolarimétricas de una
muestra de tres objetos. Se ha presentado una metodología de reducción de datos y de
contraste estadístico de los resultados con el fin de determinar la existencia de
polarización en las líneas de emisión de los objetos estudiados.
Las observaciones espectropolarimétricas de los tres objetos tratados muestran que
las líneas de emisión no están polarizadas salvo, posiblemente, el caso de las líneas de
Fe II en CTA 102. Este hecho viene a confirmar que las regiones de formación de líneas
y de emisión del continuo no coinciden. La conocida variabilidad de la polarización de
las tres fuentes estudiadas excluye procesos de dispersión o transmisión como únicos
responsables de la misma, aunque no afecta la facultad de estos y otros fenómenos de
afectar el estado de polarización original de la radiación.
En CTA 102, los resultados ponen de manifiesto una dependencia muy compleja de
la polarización con la longitud de onda. Entre 2200 y 2700 Å, coincidiendo con la
región del espectro observado en que las mezclas de Fe II tienen una mayor
contribución de flujo, el grado de polarización aumenta en un 1,5%. La resolución
conseguida en las observaciones de CTA 102, unida a la compleja dependencia del
grado de polarización con la longitud de onda a lo largo de todo el espectro, no permite
separar lo que podría ser la contribución de estas mezclas a la polarización total.
En el caso de 3C 345, la combinación de una fuente no térmica de radiación
polarizada, con fenómenos de dispersión por polvo o gas, es capaz de explicar las
Espectropolarimetría
221
observaciones realizadas. La variación observada en el ángulo de polarización en la
posición de la línea de Mg II puede tener su origen en una distribución geométrica
apropiada de las regiones de dispersión y las emisoras del continuo y de la línea.
En 3C 273, los datos obtenidos son compatibles con los modelos expresados por
Malkan y Sargent (1982) y por Malkan (1983) de fuente sincrotrón y fuente térmica
responsable del exceso ultravioleta, y por Impey et al. (1989) y Valtaoja et al. (1991b)
(véase también el capítulo anterior) en la que la dependencia de la polarización con la
longitud de onda tiene su origen en la radiación integrada de múltiples fuentes.
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