Documento de sistematización del tema

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“BARRIOS DEL MUNDO: HISTORIAS URBANAS”
Sistematización del primer año de proceso
Abril de 2005
Identidades Juveniles
Catherine Albert
A modo de introducción
La palabra « identidad » puede definirse de varias maneras según las distintas corrientes sociológicas.
En este texto, nos proponemos ofrecer algunos elementos teóricos y provenientes de las vivencias
sobre la identidad juvenil.
¿Qué es una identidad? Es la construcción de uno mismo. Cada cual se construye por etapas durante
toda su vida. Las diversas construcciones de cada persona crean conflictos con su entorno (familia,
grupo social, etc.) La identidad es un proceso dinámico.
Construimos nuestra identidad a través del contacto con los demás: con el entorno familiar que
transmite sus valores, su patrimonio y su capital cultural, económico y social, con el entorno social,
económico y cultural (como el lugar en que se vive y su situación socioeconómica, sus equipamientos
en servicios, su urbanismo), y con las « instancias de socialización » como la escuela, el trabajo, la
religión, la política, etc. Estas instancias tienen la función social de enseñarnos el modelo cultural de
nuestra sociedad y de facilitarnos la posibilidad de vivir en ella.
La construcción social se da en contacto con grupos como la familia, los amigos, los colegas. La
persona, que se encuentra en un sistema de pertenencia, va a identificarse con los demás (asimilación),
pero a la vez intentar afirmar su singularidad (reapropiación, protesta, diferenciación).Por eso, muchas
veces esta construcción crea conflictos entre uno mismo y los demás.
La identidad está relacionada con nuestra singularidad, y a la vez con nuestras similitudes: los jóvenes
de BDM muestran una gran diversidad, y al mismo tiempo -debido al hecho de vivir en barrios
populares- una identidad común.
« ¿Qué significa ser joven en estos barrios del mundo ?»
Comencemos con las palabras de los jóvenes en el vídeo internacional y colectivo para expresar « lo
que significa ser joven »: «Una etapa, un momento, tener entre 16 y 35 años, reír, jugar, trabajar, ser
responsable, depender de la familia, aprender, no tener una voz reconocida, ser considerado
inmaduro, peligroso, ser un recurso para un continente, tener poco dinero, poder realizar sus
sueños».
« Creo que es una etapa de nuestras vidas por la que debemos pasar, aprovecharla, madurar,
aprender, interactuar con los demás, con los más jóvenes…entre muchas otras cosas. » Joven de
Bogotá
Estas palabras aluden a una manera doble de ser joven: vivir con ligereza, libremente, construirse, pero
al mismo tiempo, a veces ya ser adulto, en el sentido de ser responsable. Los jóvenes muestran una
mezcla de despreocupación y de conciencia, con deseos de nunca envejecer, de realizar sus sueños.
1
A través de esta diversidad, los jóvenes nos muestran hasta qué punto su identidad está definida por
una sociedad –su visión y sus actores (los adultos y la familia, las políticas públicas)-, y a la vez
reconstituida de distintas maneras por ellos mismos, en su lenguaje, sus ideas, sus comportamientos.
Por ende, está en parte determinada, y sin embargo es dinámica, múltiple.
Ser joven, diversas definiciones según las sociedades
Las edades de lo que se considera juventud difieren según los países, pero parece ser que la edad
máxima es los 35 años. La juventud se distingue de la infancia, cuando se es aún poco autónomo, y la
edad adulta, cuando se tienen obligaciones, por ejemplo, familiares. Pero estas distinciones se
confunden en algunos barrios. Los jóvenes del barrio Lisboa de Bogotá son niños y a la vez jóvenes
trabajadores, autónomos en su actividad, que contribuyen a la economía familiar. En Pikine, se
considera que un joven es adulto cuando tiene un hijo, encuentra trabajo y funda su propio hogar.
Como nos lo recuerdan las autoridades religiosas, dada la creciente dificultad para encontrar trabajo, la
edad a la que se pasa a la vida de adulto va en aumento. En Europa, un joven que sale del sistema
educativo e integra el mundo laboral es considerado con frecuencia como un joven adulto, en el
sentido de que suele adquirir su independencia económica, pero esta edad aumenta debido a las
dificultades para encontrar trabajo en periodo de desempleo.
Así pues, la definición « biológica » de la juventud es distinta en cada país, pero evoluciona también
según los contextos socioeconómicos, y de la visión que la sociedad tiene de estos jóvenes. La noción
de joven como individuo es bastante reciente en los países. La idea de que un joven tiene una
« sicología » particular es también un hecho reciente, como lo son además las políticas para la
juventud, cuyo objetivo es acompañar el desarrollo de los jóvenes.
En primer lugar, abordaremos el entorno que influye en la creación de la identidad de los jóvenes: el
territorio, la familia, las diversas actividades como la escuela, el trabajo, etc. Veremos cómo la
sociedad construye un lugar para los jóvenes y cómo, a través de los distintas formas de
« socialización », contribuye a darle o incluso asignarle una identidad a los jóvenes.
En segundo lugar, estudiaremos de qué manera los jóvenes, lejos de ser exclusivamente producto de lo
que la sociedad proyecta sobre ellos, intentan reapropiarse lo que se les propone o se les dice que sean.
Las formas de la socialización de los jóvenes
1 El territorio en la construcción de la identidad
Ž Las desigualdades frente a la ciudad”
Vivir en un barrio pobre, con lo que esto significa en cuanto a la falta de acceso a un conjunto de
derechos y a una mirada social estigmatizante, es un factor determinante de la identidad juvenil. Las
condiciones socioeconómicas y la discriminación son dos elementos que inciden considerablemente en
la vida de los jóvenes.
Los jóvenes de estos barrios tienen una experencia común: la relegación urbana y cierta exclusión
social, dos tipos de marginalización que se autoalimentan y refuerzan los sentimientos de
estigmatización. Así pues, además de las privaciones y las necesidades básicas que quedan sin
satisfacer, los jóvenes han expresado lo que sienten sobre el hecho de vivir en esos barrios. La
naturaleza de estas vivencias es el fruto de la mirada de la sociedad y del Estado sobre su situación de
exclusión. Notamos una interiorización del estigma y una baja autoestima, pero también una gran
capacidad de construir otros tipos de identidades, consideradas fuera de lo común.
2
« Hoy en día, vivir en un barrio de “vivienda social” no es una situación neutral para un
adolescente, quien debe situarse y enfrentarse a la estigmatización, a veces a la discriminación. […]
Vivir en un barrio de vivienda social en la adolescencia es también hacer suya esa historia, negociar
el riesgo de exclusión y de relegación »1.
Ž La mirada estigmatizante de la sociedad
En general, la sociedad y el Estado no consideran a los habitantes de estos barrios como poseedores
de recursos para sobrevivir y construir su hábitat, sino como « delincuentes peligrosos »
potenciales…sobre todo cuando se trata de los jóvenes.
En cada país, los medios de comunicación (herramientas del Estado y de las empresas) participan de la
construcción de imágenes de « la » población, especialmente los jóvenes de estos barrios. Los jóvenes
de Bogotá cuentan que tienen la impresión de que cuando dicen que son de esa ciudad, la gente los
identifica inevitablemente con el narcotráfico. Del mismo modo, « decir que uno es de Pyramides »
provoca en el interlocutor cierta desconfianza, como si « el » joven fuera necesariamente un
delincuente. De hecho, los jóvenes de Pyramides no quieren que se les considere como jóvenes en el
marco del proyecto, sino como facilitadores, pues para ellos se trata de una identidad negativa de parte
de las instituciones.
La discriminación desde el punto de vista económico, social, cultural y político que viven los
habitantes de estos barrios se multiplica en el caso de los jóvenes, estigmatizados por el hecho de ser
jóvenes de un barrio popular. Todos los jóvenes han señalado estas discriminaciones como elemento
común. Este sentimiento compartido es un factor importante en la construcción de las identidades de
los jóvenes: en Evry, « la discriminación es muy fuerte, y muchos jóvenes no se atreven a salir del
barrio. » No es de extrañarse que los jóvenes hayan escogido el tema de las discriminaciones para el
año 2005 de BDM.
Vemos entonces que la pertenencia al territorio es un elemento central de la identidad de los jóvenes.
Se trata de apropiarse y de protegerse en un espacio, creando así su sociabilidad juvenil.
Ž Identificación con el lugar donde se vive
El territorio representa el barrio donde se vive, el barrio al que se está relegado, el barrio que hay que
defender siempre para consolidar los servicios para la comunidad. Estos barrios dejados a un lado o
construidos en zonas poco hospitalarias (zona inundable en Pikine, pantano en Río, zona industrial en
Palma) se convierten en territorios de referencia para sus habitantes. “La primera actitud es un
rechazo del lugar, que se manifiesta por una falta de atención colectiva y por los daños causados por
los jóvenes. La segunda actitud es un fuerte apego a ese mismo lugar, que es en el que cada cual
imprime sus costumbres, su olor, sus sueños, e inscribe su existencia”2.
Todos los jóvenes se identifican con ese territorio en el que habitan3, la “cité”, el barrio, la comunidad,
la favela. “Somos de Pyramides” en Evry, y en Río: “la noción de barrio no es tan importante para
nosotros, la noción de comunidad y la de favela son más fuertes, e incluso la de “región”, más
cercana a la circulación de cada grupo”.
Frente a ese sentimiento de identificación, hay dos tipos de reacciones. Para algunos, es el “odio”, las
ganas de “prender fuego”, como en Evry, donde las relaciones entre los jóvenes y las autoridades
públicas se han “degradado”. Para otros, domina el deseo de valorar su barrio y de darle una función
de ciudad: un lugar de flujos, de intercambios, de encuentros. Así pues, los jóvenes de Rio das Pedras
1
Joëlle Bordet, psychosociologue, Revue Comme la ville n° 17, avril 2005.
M. Hatzfeld, Petit Traité de la Banlieue, Dunod, 2004, p.45.
3
El sentimiento de apartenencia a un territorio no es exclusivo de estos jóvenes. El asunto es comprender
detalladamente por qué el barrio es su territorio, considerando que: “El territorio es el producto de un proceso
de apropiación de un grupo social en el marco de funcionamiento de la sociedad. La conciencia de pertenecer a
un territorio existe en toda sociedad, incluyendo en los pueblos que están privados de éste.” Jacques Scheibling,
Qu’est ce que la géographie ?, Hachette, 1994
2
3
dibujan un cómic en el que hay turistas que visitan la favela, rompiendo con la idea de que “no se
puede pasar” por un barrio popular. En San Luis, en Bogotá, los jóvenes desean establecer recorridos
ecoturísticos en el barrio y sus alrededores, para hacer descubrir todas sus riquezas.
Como hemos dicho, una de las especificidades de la identidad juvenil es la estigmatización, lo cual nos
lleva también a una de las particularidades de los jóvenes en una sociedad: aún no están socializados e
integrados a las normas sociales establecidas por los adultos. Por eso, todavía son maleables y capaces
de “soñar” y de rebelarse contra el mundo como se les ha impuesto, lleno de desigualdades.
2 La socialización a través de la familia
La familia, primer lugar de construcción de los jóvenes, les transmite sus valores, su patrimonio
cultural, social y económico. En su seno, los jóvenes comienzan a aprender la existencia de un
“nosotros”, de la dinámica social. Partiendo de esa herencia, deben tratar de pensar por sí mismos, de
adquirir su autonomía, lo cual puede crear conflictos entre generaciones.
La familia, junto con la religión en Dakar y Bamako, es uno de los pilares de la socialización juvenil:
“Los hijos se cargan dos veces, los padres se ocupan de los hijos, y más adelante son los hijos quienes
cargan a los padres”, dicen en Pikine. Según las autoridades religiosas, lo primordial es que los
jóvenes tengan trabajo para que puedan ayudar a la familia, fundar la suya propia, y participar en la
vida de la comunidad. Los ejes del modelo de construcción de esos jóvenes son sobre todo la familia y
la vida del vecindario.
En otras sociedades, como en Francia y en España, las expectativas no son las mismas, y el acceso a
un empleo representa sobre todo la integración y la adquisición de autonomía de los jóvenes como
tales. Los padres no esperan esta independencia para el beneficio de la familia, sino más bien para el
joven como individuo. “Se nos hace muy dificil independizarnos de nuestros padres. No sé cual sea el
promedio, pero la mayoría de los jóvenes se van de la casa de los padres a los 25, 30 años.” Sara,
Barcelona.
Ž Familias inestables
Las familias están evolucionando: en Bamako y Dakar, notamos la aparición de “familias nucleares”.
A esto se añade el hecho de que los ritos de paso a la vida adulta se abandonan progresivamente, los
modos de transmisión de valores evolucionan en la ciudad, la transmisión oral se pierde (cuentos,
filosofía bambara, etc.)
Esta evolución de las familias puede presentar riesgos para los jóvenes. En El Alto, los jóvenes del
grupo de BDM vienen de familias profundamente fragmentadas, donde la violencia intrafamiliar y las
condiciones precarias son elementos determinantes para que los jóvenes decidan dejar sus hogares y
construirse viviendo en la calle, con todo lo que ello implica. Otras formas de construcción y de
aprendizaje están surgiendo y quedan por inventarse. “En estos momentos, para nosotros es muy
importante acercar a los padres y a los seres queridos al proceso que viven los jóvenes de BDM,
promoviendo una actitud más abierta a asumir el papel de educadores, referentes y promotores de sus
propios hijos en el marco de la vida cotidiana, fuera de la educación tradicional”. Equipo de Bogotá
La familia también está evolucionando en Europa: en Barcelona y en Evry, las familias
monoparentales cobran importancia. Las nuevas relaciones entre padres y jóvenes se crean a tientas, a
veces con dolor, y otras veces de manera más afortunada.
A través de estas evoluciones, el lugar de la familia en la construcción de los jóvenes se va
modificando progresivamente.
4
Ž El surgimiento del individuo en la familia
La evolución de las familias viene acompañada de comportamientos más individualistas. Con
frecuencia se considera que éstos son negativos (pérdida de cohesión familiar): el individuo estaría
esencialmente en contra del grupo y del interés general. Sin embargo, hay también aspectos positivos
en juego: el reconocimiento de la individualidad permite adquirir derechos civiles como persona, sobre
todo en el caso de las mujeres. De esta manera, han podido liberarse de la dependencia de la familia y
del hombre como jefe de familia. El surgimiento del individuo también ha permitido que se tome en
cuenta la protesta de los jóvenes ante los límites de la familia. Los jóvenes muestran que pueden
existir diferencias con respecto a este modelo. “La familia se considera como una etapa a la que uno
se lanza después de haber realizado sus sueños, y no como un sueño en sí. Algunos se ven sin hijos de
aquí a unos años, otros no quieren tener familia, y para ciertos jóvenes, tener un hijo es una razón
para luchar y para salir adelante.” Equipo de Bogotá
Ž La familia, punto de orientación
A pesar de estos cambios, la familia sigue siendo, en todas las ciudades, uno de los lugares de
“refugio” frente a las incertidumbres y las dificultades económicas y sociales: “El amparo que ofrece
la familia es un elemento central de la separación entre la esfera privada de la vivienda y el espacio
público del barrio. La familia es representada, sobre todo por las chicas, como el bien relacional
privilegiado de la felicidad íntima y como el espacio que les permite resistir en momentos de
vulnerabilidad social. En su seno, uno se define positivamente como persona, mientras que la imagen
que proyecta el barrio es negativa.”Equipo de Evry.
En las ciudades europeas, las redes familiares desempeñan un papel importante en el recibimiento de
los inmigrantes en el nuevo país.
En Dakar y Bamako, “lo religioso, lo étnico, el linaje y la familia son catalizadores de dinámicas
económicas y políticas”4. Podemos partir de la hipótesis de que estos elementos de socialización son
inversamente proporcionales a la debilidad de las autoridades públicas. Difieren de las formas de
socialización llevadas a cabo por el Estado, por ejemplo, en Europa. De este modo, la familia, que
tiene una gran importancia para la socialización de los jóvenes de todos los países, ocupa un lugar
preponderante en aquellos en los que las otras formas de socialización son deficientes (escuela,
políticas públicas).
3 Las religiones5
Ž Religiones y obligaciones
La religión es uno de los espacios que contribuye a establecer ciertas normas de vida, una concepción
inmutable del mundo y de la vida en las sociedades. De esa manera, participa en la construcción de la
identidad de los creyentes. Las religiones inciden considerablemente en la construcción de los roles
bien definidos y considerados naturales entre niños y niñas. El predominio de la religión contribuye
(sin ser la única instancia) a crear construcciones programadas: las religiones están muy presentes en
la definición del lugar de la mujer en lo público y en la posición sobre las cuestiones de sexualidad
(aborto, embarazo, sexualidad diferenciada entre varones y chicas, orientación sexual).
Los diferentes equipos señalaron su fuerte influencia en la construcción de los jóvenes. En América
Latina, las iglesias evangélicas se desarrollan, transmitiendo mensajes distintos de los de la Iglesia
4
Enda Tiers Monde, Villes du Sud: et pourtant elles fonctionnent, 2004
Nuestro objetivo no es interrogarnos sobre las creencias religiosas, sino sobre en qué medida lo religioso
interviene en la esfera pública y en la construcción de los jóvenes.
5
5
Católica. Tratan de acercarse más a la gente, a los barrios pobres, proponiendo proyectos sociales, de
ocio. En la región de París muchas iglesias evangélicas atraen también a los inmigrantes procedentes
de las Antillas o de África, gracias a su acogida y a una manera más libre y alegre de vivir la religión a
través del canto, el baile, etc.
En el Casc Antic y en Pyramides, las nuevas mezquitas (con frecuencia aún clandestinas) y las
prácticas de la religión musulmana se han hecho más visibles en el espacio público. En Barcelona, el
equipo señala que los espacios religiosos son los “únicos espacios de socialización” de los jóvenes
marroquíes.
Cierto número de jóvenes ha expresado su religiosidad en el proyecto BDM, junto con una fidelidad a
los valores transmitidos por las autoridades religiosas, y que a veces choca con sus deseos de construir
otra manera de vivir. Cuando seguir los principios religiosos se convierte en la única posibilidad para
construir su vida, es preocupante que una faceta de la religión sea factor de opresión para los jóvenes.
Por el contrario, cuando los sacerdotes del movimiento de la Teología de la Liberación, o pastores
como Martin Luther King exhortan al pueblo a rebelarse para adquirir sus derechos, su influencia
parece ser más bien positiva en términos de emancipación.
Las religiones son productos culturales y sociales; por lo tanto, evolucionan según los contextos
sociales e históricos. En ese sentido, podemos ver cómo los jóvenes se han reapropriado de la religión
como una reivindicación frente al fracaso de los otros espacios de construcción, como si ésta fuera
para algunos, en un momento dado, el único lugar donde existen y se sienten reconocidos. “Podríamos
decir que a través de esta identificación con una categoría de la población en particular, a través de
ese compromiso con la identificación musulmana, se manifiesta la voluntad de reconquistar una
palabra confiscada, de defenderse ellos mismos desarrollando una estrategia muy común en los
grupos estigmatizados, que consiste en hacer del estigma musulmán, magrebí, árabe, un emblema:
somos procedentes de la inmigración, somos musulmanes, y es desde esa posición que tomamos la
palabra. Pienso que esta afirmación religiosa o comunitaria está muy ligada a todas las demás vías
de promoción o de legitimización que no están abiertas a los habitantes de estos barrios.”6
4. Políticas públicas y juventud
Ž La escuela
La escuela es un lugar de aprendizaje primordial de los códigos sociales, de los « saberes legítimos » y
de control de la construcción de la identidad de los jóvenes. Sin embargo, está más o menos presente
en la vida de los jóvenes de los barrios y por ende, participa más o menos bien de la intergración de los
jóvenes a las normas sociales.
Desigualdad en el acceso a la escuela
Todos viven una desigualdad en el acceso a la educación, pero de forma distinta. En las ciudades del
Sur, pero también en Palma, la tasa de escolarización es baja. Los jóvenes trabajan y no van a la
escuela. Por otro lado, las condiciones de acceso a la escuela son difíciles. Un joven de Río explica
que el gobierno no le presta igual atención a la educación en las favelas que los barrios ricos. En
Bogotá también: “la verdadera buena educación es para el centro de la ciudad”. La dificultad de
acceso a la educación la encontramos también en la competencia creada por la selección financiera
para entrar a la universidad. Las autoridades favorecen la privatización de la educación pública,
dándole una calidad mediocre.
6
Olivier Masclet, La gauche et les cités, enquête sur un rendez vous manqué, La Dispute, 2003
6
En Francia y en España, las desigualdades en el acceso a la educación se materializan en una tasa de
deserción escolar precoz (15-16 años sin diploma). Los jóvenes en situación de deserción escolar
conocen entonces otras formas de socialización: la entrada al mundo profesional, etapa en la que
intentan construirse a través del contacto con otros actores (instructores, trabajadores sociales). La
estabilización social y profesional de estos jóvenes se logra con frecuencia luego de un largo proceso
de inserción, poco valorada en la sociedad.
Palma se distingue por tener “la tasa de actividad profesional juvenil más alta de Europa”; el empleo le
hace competencia a la escuela. Muchos jóvenes dejan de estudiar, ya que no es necesario para
encontrar trabajo en el sector del turismo. Desafortunadamente, a largo plazo, estos jóvenes resultan
fragilizados frente al mercado laboral y en la construcción de su propia personalidad.
Entre los jóvenes de estos barrios del mundo que tienen acceso a la escuela y los que están
completamente excluidos de ella, vemos representaciones diferenciadas de la escuela. Así pues, en
América Latina y en África, hay un gran apego a la escuela, a los horizontes que ella puede abrir. La
escuela podría ser un vector de triunfo y de acceso al trabajo si fuera de calidad para todos. “-Y tú,
¿estudias?-Estudiaba, pero lo dejé para trabajar en el reciclaje, para ayudar a mi madre y a mi
padre. –Y ¿te gustaría estudiar? –Sí, me gustaría retomar los estudios, ver qué resulta, los dejé en 5to
grado, así que me gustaría volver a estudiar para que después, cuando sea grande, pueda tener un
buen trabajo.” Joven de Bogotá.
Por el contrario, en Francia y España, aunque el paso por la escuela y la obtención del diploma siguen
siendo necesarios, no son garantía de protección contra el trabajo precario o el desempleo. Notamos
que la escuela es también sinónimo de fracaso. Los jóvenes explican que la escuela reproduce las
desigualdades sociales y no permite que la ascensión social sea una realidad. La exclusión escolar va
de la mano con la marginalización de los jóvenes frente al modelo mayoritario de construcción juvenil,
con el conjunto de sufrimientos que esto engendra.
Los jóvenes de los barrios populares se construyen entonces con frecuencia a un lado o en ruptura con
la escuela, uno de los principales sistemas de socialización. Esto explica en parte las dificultades que
el Estado y la sociedad enfrentan para controlar la construcción de estos jóvenes, y al mismo tiempo la
capacidad de las empresas para explotar esta joven mano de obra.
Ž Las políticas dirigidas a la juventud
Las políticas dirigidas a la juventud se desarrollan sobre todo en los países ricos y de tendencia más
bien social. Este espacio permite también a los jóvenes construirse a través del contacto con otros
adultos además de los padres o los profesores.
El trabajo educativo y social constituye un marco de construcción para los jóvenes de los barrios. Este
marco lo proveen tanto asociaciones como las autoridades públicas, y oscila entre pedagogía activa y
asistencia. “Existen distintas perspectivas de trabajo social, pero están lejos de ser un espacio
pedagógico y una práctica de aprendizaje. Se limitan más bien a ocupar a los jóvenes en trabajos
secretariales y tareas logísticas como el apoyo a funcionarios e instituciones. No se considera como
un proceso serio, ya que no tiene sentido para los jóvenes en la medida en que está desconectado de
sus intereses y sus necesidades.” Equipo de Bogotá
Poco espacio de construcción alternativa para los jóvenes
Estas políticas están poco desarrolladas en el Sur, donde vemos “la ausencia total de equipamientos
para el ocio, de espacios de socialización, de espacios de educación y de orientación para los jóvenes
en el barrio.” Equipo de Salé
7
“Los salones municipales no sirven para nada, si queremos utilizarlos hay que alquilarlos o algo,
pero no los prestan. Podríamos hacer muchas cosas, una biblioteca, actividades, muchas cosas, pero
son lugares que no se prestan, simplemente porque son privados.” Jóvenes de Bogotá
Algunos jóvenes desean participar, actuar, pero el margen de maniobra es estrecho. Además, las
organizaciones formadas por los jóvenes son “estigmatizadas”. En ese contexto, a veces es difícil
llevar a cabo la movilización de los jóvenes.
Pocos espacios con y a partir de los jóvenes
Las políticas a favor de la juventud, cuando existen, no siempre son espacios donde los jóvenes
pueden construirse de manera autónoma. El equipo de Bogotá señala las contradicciones de esas
políticas, que tratan a los jóvenes como mano de obra barata o como “enemigos públicos potenciales”
sometidos con frecuencia a controles policiales.
En Europa se desarrollan políticas de actividades de ocio para los jóvenes: “Sí, podemos hacer muchas
actividades, pero si tratas de organizar algo desvinculado de una organización institucional, tienes
muchos problemas, no sé.” Joven de Barcelona
Este tutelaje de las estructuras públicas, o sea, de adultos, no facilita la participación de los jóvenes en
la definición de las acciones. ¿Causa o consecuencia? A los jóvenes se les cataloga con frecuencia
como consumistas y pasivos. Una parte de ellos parece haberse integrado bien a ese “papel”. “Una
chica decía siempre: “¿Cuándo pasamos a la acción?” Le preguntamos al grupo de qué acción se
trataba y cuál era el objetivo y el resultado buscado. Nos explicó que estaba acostumbrada, cuando
iba al centro social, a hacer acciones: a pedir (salidas, juegos, etc) y a obtenerlas... ¡eso es la acción!
“Los más grandes” explicaban también que en los centros de ocio, sociales u otros, los facilitadores
tenían que entretener a los adolescentes todo el día” Equipo de Evry.
Relaciones conflictivas entre los jóvenes y las políticas dirigidas a ellos
Los jóvenes no siempre ven con buenos ojos estas acciones llevadas a cabo por las autoridades
públicas para ellos. En los barrios del Norte, se siente un miedo constante de convertirse en
instrumento de los poderes públicos.
En Barcelona y en Evry, se ha instaurado un círculo vicioso entre adultos y jóvenes: los adultos
consideran que los jóvenes son incapaces, apáticos. Pero si éstos participan en los consejos de barrio,
no se les escucha, así que no regresan la siguiente vez, lo que contribuye a confirmar la idea que se
tiene de ellos. Sin embargo, “contrario a lo que se suele escuchar, su falta de participación no se debe
a un desinterés y a una apatía propia de su edad; la participación de los jóvenes depende de las
oportunidades que se les ofrecen, del reconocimiento que se les dé, de su confianza en sí mismos, del
acceso a la información.” Equipo de Bogotá
Ž Jóvenes bajo control
Uno de los rasgos propios de esta juventud es el ser clasificados con frecuencia como peligrosos.
Durante el Encuentro Internacional, los jóvenes hablaron de violencias: violencias policiales,
violencias de los poderes paralelos, violencias simbólicas y sicológicas también.
En el foro de teatro realizado durante el Encuentro Internacional, los jóvenes africanos expresaron su
asombro frente al poder considerable y arbitrario de los policías y paramilitares en América Latina.
Los jóvenes de Río explicaron que “los negros no van a la policía, ya que siempre se les considera
culpables”. Por el contrario, la escena sobre la familia sorprendió a los jóvenes latinoamericanos por
la importancia del papel de la religión y de la familia en el control social y el orden público en Dakar o
Bamako.
8
El equipo de Bogotá nos recuerda que el código de policía en la ciudad sirve para mantener el orden.
Los jóvenes, excluidos de ciertos proyectos educativos y sociales, están por el contrario bien
“integrados” al sistema penal. La modernización se lleva a cabo mediante“una política mal llamada
de “limpieza social” en ciudades como Medellín o Bogotá, dirigida por las autoridades y por los
grupos paramilitares, y cuyo resultado son miles de muertes de jóvenes.”
El control que ejerce la policía sobre los jóvenes no es exclusivo de América Latina. Guardando
proporciones, en Francia, por ejemplo, la violencia policial y el encarcelamiento de los jóvenes van en
aumento, en particular en el caso de los jóvenes llamados “provenientes de la inmigración”. Los
“errores” de la policía en los barrios populares son raras veces castigados por la justicia.
Este aspecto del control policial se relaciona otro problema global de estos jóvenes: la discriminación
por venir “del extranjero” o ser hijo de inmigrantes.
En Pikine y Bamako, la policía y el Estado están poco presentes. La religión y la comunidad son
formas de regulación que están más presentes. La policía sólo se moviliza si estas primeras instancias
de gestión de conflictos fracasan.
Las distintas autoridades que representan la ley y el orden social están presentes en cada país en
distintos grados, y por ende participan de distintas maneras en la construcción de los jóvenes. Un
joven de Bogotá no puede salir de noche por la presencia de los paramilitares que van tras los que
beben, o que simplemente los consideran “sospechosos”. En Pikine, ya no se puede ir al bar
clandestino que las autoridades religiosas decidieron cerrar.
5. Jóvenes entre producción y consumo
Ž Una construcción por medio del trabajo
El trabajo es una experiencia central para los jóvenes, aunque el lugar que ocupa difiere entre los
países del Sur y del Norte. Sin embargo, en general, el trabajo de los jóvenes es particularmente difícil.
Considerados como mano de obra barata, los jóvenes son con frecuencia víctimas de explotación y
tienen pocas posibilidades de realizarse y de lograr cierta promoción social.
El trabajo aparece temprano en la construcción de los jóvenes del Sur: “Desde los 8 años, los jóvenes
se definen casi integralmente por su trabajo, por una vida muy difícil, de supervivencia. [...] En
efecto, cuando la mayoría de los niños en la ciudad duermen, los jóvenes de Lisboa están en la calle,
recogiendo lo que para los otros no tiene utilidad.” Estos jóvenes exhiben cierto orgullo de su
identidad de trabajadores, dedicados al reciclaje.
Otros jóvenes realizan muchos “trabajitos”. “Yo trabajo entregando agua.” Joven de Río
Por lo general, la experiencia de trabajo de los jóvenes del Sur forma parte de la economía informal7.
Por lo tanto, no está vinculada a una actividad asalariada, a un empleo y a las garantías que le
corresponden (condiciones de trabajo, seguridad social). Una de las consecuencias indirectas es una
mayor libertad con respecto al Estado y al sistema económico para crear sus propias actividades de
manera autónoma. “Las instancias de integración clásicas como la escuela, el trabajo asalariado ven
su dominación remplazada por tipos de educación informales y no reconocidos, en los que la
acumulación económica se apoya en redes sociales y las alimenta.” 8 Sin embargo, las economías
formales se benefician de formas de comercialización informales, deshaciéndose de la responsabilidad
y del costo de la relación patrón-empleado. Por ejemplo, los vendedores ambulantes de teléfonos
móviles participan del monopolio de las comunicaciones. Son ellos quienes obtienen menos beneficios
y quienes son más perseguidos por las fuerzas de orden público.
7
8
En la mayoría de las ciudades del Sur, el sector informal representa 80% de la actividad económica.
Enda Tiers Monde, Villes du Sud : et pourtant elles fonctionnent, 2004
9
En los barrios populares del Norte, la economía informal también es productiva, aunque como es
ilegal, con frecuencia se le condena. En algunos sectores de actividad, hay políticas públicas que
permiten pasar a la economía legal a través de ayudas (microcréditos, fondos para la creación de
empresas.)
Por todos lados, la flexibilización y la precariedad del trabajo afectan la construcción de los jóvenes.
En Europa, los jóvenes trabajan más tarde, pero cada vez más con contratos precarios, por periodos
cortos, haciendo trabajos para mantenerse.9 Las altas cifras del desempleo en Evry y en Barcelona
dificultan el acceso a los modos de construcción propios del mundo laboral (vida en colectividad,
derechos y deberes, sentimiento de utilidad social.) Como el estatus social depende considerablemente
del acceso al trabajo asalariado, el desempleo va acompañado de una pérdida de reconocimiento
social.
Ž Jóvenes y consumo
El tema de las actitudes de consumo de los jóvenes se trató con frecuencia. “Para los jóvenes, el
barrio llega hasta el Mc Donald; ese lugar de encuentro importante “pertenece al barrio Pyramides.”
A falta de verdaderos lugares de encuentro accesibles a todos, los centros comerciales son muchas
veces los únicos lugares donde los jóvenes pueden cruzarse y conocerse.” Equipo de Evry
Los jóvenes van a los centros comerciales para adquirir cierta visibilidad y participar de uno de los
principales motores de la sociedad liberal actual. Pero en las sociedades en las que el consumo está
omnipresente, los jóvenes de los barrios populares pueden sentirse frustrados frente a la abundancia de
las riquezas a las que no tienen acceso. “En un mundo en el que el poder adquisitivo es bajo pero la
oferta abundante, la vida cotidiana se caracteriza por robos, fraudes, trabajo infantil.” Equipo de
Bogotá
La publicidad, que difunde masivamente el mensaje de que hay que poseer ciertos productos para ser
alguien en la sociedad, crea en los jóvenes de los barrios populares unas ganas de consumir que
chocan violentamente con su condición social. Sobre todo, debido a que el público al que la publicidad
se dirige con más agresividad son los jóvenes.
Sin embargo, los jóvenes no son sólo víctimas pasivas de la sociedad de consumo. La cuestión de la
relación con el consumo es compleja y contradictoria, como lo ilustra la cultura hip hop (baile, rap,
ropa, grafitti). En efecto, los jóvenes critican un sistema social de desigualdades, alimentado por el
dinero, mientras exhiben y reivindican sus atributos (ropa de marca). “Como quiera que sea, en su
tentativa de construirse como sujetos, los jóvenes astutos muestran la voluntad de ser actores
conscientes y no sólo consumidores que sufren.10
6. La movilización social de los jóvenes
Los distintos lugares de acción colectiva, de acción política en el sentido de “ocuparse de los asuntos
del barrio, de la comunidad” participan de la construcción juvenil: aprendizaje de una vida colectiva,
de un hacer juntos, de formular proyectos, de cuestionar a la sociedad...
9
« Muchos de los pobres de este país viven en los suburbios...Las diferencias de riqueza de los países de Europa
han aumentado considerablemente en los últimos 30 años, de manera que una parte importante de la población
se mantiene a penas sobreviviendo...Las familias que viven en los suburbios tienen menos recursos que los que
necesitan para tener una existencia decente según los valores y las necesidades de la colectividad.”
10
Manuel Boucher, Le Rap et les logiques d’action combinatoires des Lascars, Claris, 1999.
10
Ž Compromiso y partidos políticos
Se ha evocado con frecuencia la brecha entre los jóvenes y las organizaciones políticas. Todo parece
indicar que a los jóvenes les interesa más el compromiso político en las asociaciones que en los grupos
políticos tradicionales, como los partidos. Los partidos están más bien enfocados hacia los temas de
políticas nacionales e internacionales, y desconectados de las necesidades locales de las poblaciones
de los barrios populares. Además, “las estrategias y los instrumentos de participación son poco
atractivos y no suficientemente activos. Por eso, los jóvenes apreciaron el espacio de participación de
BDM, donde se les considera como “personas”. Equipo de Bogotá
Por otro lado, los jóvenes tampoco están vinculados a los sindicatos, lo cual puede explicarse por la
importancia de las actividades de la economía informal. “El contexto en el que se desarrollan los
niños trabajadores africanos, así como la mayoría de los adultos, es el de la economía popular...es
decir, allí donde los sindicatos no llegan y toda forma de protección es fruto de la solidaridad”11. En
Europa, los jóvenes desempleados tampoco están en contacto con ese tipo de organización colectiva.
Ž Compromiso asociativo
La implicación política como participación en la vida de la ciudad se vive por ende fuera de los
partidos políticos. En Bamako, los jóvenes participan de acciones de desarrollo local que son también
lugares de aprendizaje intergeneracional. “Los jóvenes son los socios privilegiados de las autoridades.
Intervienen a través de clubes, asociaciones, etc., y tienen una incidencia considerable en la política
pública. La participación es un deber para todo joven.” El compromiso asociativo, considerado como
“puro” se opone al político, que tiene una connotación negativa (espacio corrupto). “Sus compañeros
no se frecuentan lo suficiente debido a la politización de la juventud...La diversidad de los partidos
políticos, la afiliación de cada cual, hacen que los jóvenes estén dispersos entre los partidos sobre
todo a la hora de las elecciones, cuando cada cual busca su interés.”
Ž ¿Pasividad política o nuevas premisas de movilización?
Los equipos europeos se preguntaron a veces si la satisfacción de las necesidades básicas reducía la
motivación de los jóvenes para actuar y creer en un futuro distinto. Recordemos que las grandes
manifestaciones de jóvenes en mayo del 68 surgieron en un periodo de fuerte crecimiento compartido.
Y sin embargo, el día anterior, la prensa escribía: “Francia se aburre”.
Por otro lado, los equipos aportaron algunos elementos para explicar esta situación: en Palma, vemos
movimientos sociales debilitados. En Barcelona y Evry, los lugares de toma de decisiones están
cerrados para los jóvenes, y los poderes públicos tienden a instrumentalizar las dinámicas populares o
a dirigirlas en cuanto pueden. Olivier Masclet señala que el renacimiento del militantismo de los
jóvenes de los barrios (lista de jóvenes en las últimas elecciones municipales) no fue constante en
Francia. Su debilitamiento no debe entonces sorprendernos.
Los equipos han observado además expresiones de tipo “infra-político”: solidaridad con Palestina de
los jóvenes marroquíes del Casc Antic, movilización cuando matan a un joven en el barrio Pyramides
en Evry. Según el sociólogo Michel Kokoreff, este tipo de movilización es una “repolitización de la
acción que toma nuevas formas que no siempre logramos descifrar, ya que no corresponden a
nuestros esquemas preestablecidos [...] Rebelarse contra un control de documentos que degenera en
agresión y hasta violencia por parte de la policía, rebelarse contra la doble condena12, es enviar un
mensaje a los representantes del Estado” 13
11
Enda Tiers Monde, Villes du Sud : et pourtant elles fonctionnent, 2004
la doble condena: cuando una persona extranjera despues de haber cumplido su condena en la prision francesa
es enviada de vuelta a su pais de origen, sin posibilidad de retorno.
13
Miche Kokoreff, La force des quartiers : de la délinquance à l’engagement politique, Payot, 2003
12
11
Ž Lo internacional, una herramienta de movilización
Los intercambios internacionales suscitaron en los jóvenes una dinámica animada y mucho placer.
Compartir quien se es, crearse una identidad común a pesar de la diversidad, vivir el mismo
deseo: ¡cambiar el mundo! Construirse una nueva identidad, una identidad internacional, parece
formar parte de una nueva manera de construirse. Un joven de Salé señaló que durante el Encuentro
Internacional en Dakar, podía por fin hablar de temas que no podía tocar en su ciudad.
“Los jóvenes del barrio están abiertos a los encuentros culturales. A pesar de la falta de medios,
muchos de ellos frecuentan los cafés Internet para intercambiar con sus corresponasales
extranajeros.” Equipo de Bamako
“[Los jóvenes] regresaron a sus barrios, a sus ciudades, recargados de energía y con otra visión del
mundo. El trabajo local ya no será igual, ahora que tenemos un nuevo impulso y esa dimensión global
que, como lo decíamos en el informe, está presente en todos lados.” David Abril, Palma, foro virtual
Del mismo modo, los foros internacionales resultan ser una nueva forma de acción y de construcción
juvenil. Los foros llevan inevitablemente a otras formas de compromiso colectivo más espontáneas.
Más allá de los aspectos difíciles y de las formas de socialización de la vida del barrio, los jóvenes
expresaron muchas otras formas de vivir. Estos jóvenes están determinados por su contexto global,
pero a la vez son autores de su propia construcción.
Las dinámicas de los jóvenes
Ser joven, ¿será ser incomprendido ?
“Los jóvenes no son siempre fáciles de entender desde la perspectiva del mundo adulto, del gobierno,
de los intelectuales y de la publicidad. Con frecuencia se habla de ellos como “rebeldes sin causa”,
como “aprendices inexperimentados”, como “humanos en proceso de transición hacia la madurez”.
Para muchos otros, constituyen un mundo complejo e inintelegible de imágenes, de ruidos, de
comportamientos, de vestimenta, de relaciones y de sentidos éticos.” Equipo de El Alto
En efecto, una de las características de estos jóvenes es el ser múltiples, en “recomposición” casi
permanente. “Estamos frente a identidades más flexibles, a las temporalidades menos largas y
dotadas de una flexibilidad que les permite amalgamar ingredientes procedentes de mundos culturales
distantes y heterogéneos. La atraviesan discontinuidades en las que coexisten gestos antiguos y
reflejos modernos, complicidades secretas y rupturas radicales”.14
Ž Organización en grupos
La organización en grupos es característica de las identidades juveniles: las bandas se encuentran en
todos los barrios. Los grupos de jóvenes representan un espacio de protección, de distinción frente a
los adultos, pero también son un lugar de aprendizaje de las reglas, de los códigos, de las decisiones
colectivas relacionadas con asuntos de poder. A veces, estos grupos son una especie de “zona límite”
entre los jóvenes y el ambiente, especialmente los adultos. La vida en grupo se desarrolla en el espacio
público. Así pues, la calle es un lugar importante de socialización y de experiencia para los jóvenes de
los barrios populares.
14
Jesús Martín-Barbero, Documento de sistematización del equipo de Barcelona, marzo 2005.
12
Para los jóvenes del barrio Lisboa en Bogotá, el grupo no es simplemente “una banda de amigos. Es
más que eso, en términos de identidad, es casi una familia, como punto de referencia y de
pertenencia.”
A veces, el grupo puede ser sinónimo de protección: “Para las chicas de origen africano, la plaza
Jules Vallès es un lugar acogedor, donde se encuentran a gusto. Se sienten protegidas por la
comunidad y se les permite desplazarse sin ser controladas.” Equipo de Evry
En Bamako y Dakar, los jóvenes se organizan en “grins”, lugares de encuentro donde los jóvenes se
reúnen para conversar y tomar té. Esta forma de organización es parte de la socialización de los
jóvenes, a tal punto que se utiliza para transmitir mensajes relacionados con BDM.
Pero el grupo también puede tornarse violento: en Palma y Evry, pueden existir conflictos entre grupos
de distintos barrios. Estos grupos, también en Barcelona, están formados principalmente según el
« origen » de los jóvenes, con formas de socialización distintas. La banda puede resultar opresora,
especialmente para los jóvenes que son más solitarios, debido a las reglas y los códigos de conducta
que ésta impone, y en los asuntos de poder y de territorio.
Ž Expresiones juveniles y nuevos lenguajes
Los jóvenes oscilan con frecuencia entre tradición y modernidad. Sus creaciones culturales son una de
sus maneras de crear y recrear un mundo, de encontrarse, reconocerse y otorgarse una existencia. Se
trata de adquirir una identidad construida mediante una mezcla de normas sociales y un modo de vida
propio, distinguiéndose del mundo adulto.
Por ejemplo, mezclan música compuesta a la vez de sonidos electrónicos modernos y de instrumentos
tradicionales. Los jóvenes pueden demostrar la capacidad de recomponer influencias múltiples y
adaptarse a un contexto de globalización que toda cultura viva necesita, lo cual da pie a nuevas formas
de expresión, de recomposición y de contradicciones. « El deseo de « blanquearse » culturalmente
coexiste con el deseo de autoafirmación y de búsqueda de lo auténtico. Es la diversidad de la
diversidad… Pero de ninguna manera esto implica el remplazo de la cultura aymara, que condiciona
significativamente las relaciones sociales urbanas. » Equipo de El Alto
Respecto a este tema, el rap es una expresión musical compartida por todos los jóvenes que participan
en el proyecto: el rap habla de ellos, de sus vidas, de su opinión sobre las noticias, de sus condiciones
de vida, de la segregación socioeconómica y de la discriminación. Puede ser incluso una forma de
protesta política: «El rap no es sólo un elemento de un estilo de vida, es la expresión de una negación,
la denuncia de una injusticia y de un abandono dirigido al exterior. Y es también, hacia el interior,
una reacción de orgullo, un llamamiento a no dejarse encerrar en una situación de dominación, una
forma de movilización colectiva.»15
El interés por las formas de expresión fue tratado durante las sesiones de trabajo de BDM. Con los
jóvenes de Lisboa, la música como medio para hablar de sus vidas era una de los únicos métodos
posibles. Como afirma Martín Barbero : « frente a las culturas letradas –ligadas estructuralmente al
territorio y a la lengua- las culturas audiovisuales y musicales sobrepasan este tipo de adhesión
armándose como comunas hermenéuticas que responden a nuevas maneras de sentir y de expresar la
identidad, incluyendo la nacional. » Equipo de Bogotá
En Barcelona, es en torno a la música que los jóvenes dominicanos se reúnen y que trabajaron sobre su
historia de inmigración.
15
Laurent Mucchuelli, Le rap : tentative d’expression politique de jeunes des quartiers relégués, Claris, 1999
13
Además, los jóvenes desarrollan un lenguaje que les pertenece: en Palma, nos preguntamos si no
podríamos hacer un diccionario, así de rico es el vocabulario; en Bamako, « cada edad tiene sus
palabras, su código para decir, localizar o incluso hablar de algo o de alguien. Un ejemplo es el
kokan, que consiste en leer las cosas al revés. »
Esta creatividad juvenil se expresa de maneras que les son propias y que muchas veces son
incomprensibles para quienes no pertenecen al grupo, en especial los adultos.
¿Qué construcciones son posibles para los jóvenes?
Los jóvenes se hacen ciertas preguntas sobre su futuro, expresan sus dudas y su miedo de no poder
salir de la exclusión frente a un mañana que les parece incierto. Sin embargo, los sueños subsisten: en
Bogotá, un joven reciclador de 8 años espera poder cambiar de trabajo, educarse; una chica espera que
sea su hija quien pueda ir a la escuela. En Evry, el barrio « soñado » es un lugar agradable para todos,
donde se toma en cuenta a la GENTE.»
Los jóvenes expresan el deseo de luchar por sus barrios y para salir adelante. En este sentido, su
manera de ver sus vivencias es un recurso importante. A través del conjunto de esas vidas, la vitalidad,
la capacidad de actuar y de cuestionar a la sociedad se sienten y muestran innumerables cualidades
valiosas para la participación en acciones de transformación política.
Ž Los jóvenes como recursos
Estos jóvenes desarrollan, junto con los otros habitantes, un sinnúmero de medios de resistencia y de
recursos para combatir las desigualdades de las que son víctimas. Son un recurso fundamental para
estos barrios.
No hay un modelo preestablecido para facilitar el « protagonismo juvenil», pero según las distintas
experiencias sobre el terreno, nos parece necesario reunir ciertos elementos de facilitación: apoyarse
en los recursos de los jóvenes y acompañarlos en su necesidad de mejorar su autoestima.
ƒ Acompañar el reconocimiento
Frente a la desvalorización que viven estos jóvenes, debido a su pertenencia a una clase social, a un
grupo étnico, o a su origen extranjero, se siente una necesidad de valoración y de igualdad, que debe
ser tomado en cuenta en su acompañamiento. Habrá que desarrollar actividades que permitan a los
jóvenes reapropiarse de lo que son, fuera del estigma que la sociedad les asigna. El objetivo es
acompañar a los jóvenes en la construcción de su identidad, utilizando como base su potencial y no las
dificultades, como la sociedad les hace sentir por lo general.
ƒ Dejar de ser los « silencios de la historia »
El trabajo de recopilar la información histórica, realizado por los jóvenes mismos mediante la
Cartografía Social, la IAP, los relatos de vida y de barrio, parece ser esencial para la construcción de
los jóvenes y para sus deseos de actuar. Esto demuestra, por un lado, la importancia de la historia en la
configuración de las identidades, y al mismo tiempo el sufrimiento causado por el silencio de la
Historia Oficial sobre sus vivencias y los territorios en los que viven.
En Barcelona, el equipo ha establecido el principio de dar la palabra a los jóvenes, de facilitar la
expresión de las identidades múltiples, de apropiarse de los procesos migratorios. Para el equipo, esta
acción les permite enfrentarse a la posición del Estado: « Los jóvenes del barrio necesitan contar sus
historias, ver el reconocimiento de sus diferencias y de sus formas de expresión, que entran en
14
conflicto con la cultura, en este caso catalana, que les impone una estética, una historia y unas
tradiciones que no les pertenecen, con las que no se identifican. En este caso, no sólo se producen
fracturas generacionales, sino también culturales. En la calle, se cree que los inmigrantes, que son
tan distintos, tienen que integrarse, imitando la cultura local para no llamar la atención. Esta es una
de las causas de la radicalización y de la exacerbación de las diferencias entre los jóvenes
extranjeros, que refuerza la “guetización” de los grupos culturales. »
Es al no negar estas experiencias propias, estas culturas de origen, que se logra vincularse
progresivamente con el resto del grupo y con los otros grupos culturales.
También en Barcelona, el interés de la cartografía « realizada por los jóvenes dominicanos fue muy
interesante, ya que les permitió contar sus vidas, su viaje para llegar aquí, su visión nostálgica del
lugar de origen y su visión, desconcertada y a veces molesta, sobre el lugar donde viven ahora. »
Están realizando una exposición sobre su país, así como un festival caribeño. El propósito es mantener
viva esa cultura en el espacio público. Es importante señalar que estos jóvenes acababan de ser
expulsados de la escuela.
Estas iniciativas permiten a los jóvenes enfrentarse a los que hablan en su lugar. Según el sociólogo
Abdelmalek Sayad: dado que la migración es una experiencia de « doble ausencia », todo trabajo sobre
la emigración-inmigración, «el recoger la palabra es el primer trabajo de construcción de un saber. »
Sobre estos asuntos, es importante que todos puedan ser considerados como « analistas de su propia
historia ». Podemos decir que el proyecto de BDM se inscribe en esta dinámica.
ƒ
Los jóvenes toman la palabra
En todos los barrios, vemos el comienzo de un acercamiento entre los jóvenes, la población y las
instituciones, ya sea en las instancias juveniles, en las asambleas de vecinos, en el Consejo Municipal
de la Juventud, frente al « presidente del sector de Laâyayda », o en el Consejo de Mujeres de
Barcelona.
La presencia de los jóvenes en estos lugares de los que estaban excluídos anteriormente se acompaña
progresivamente de posiciones argumentadas y claras. De esta manera, el « Construyamos juntos
nuestro desarrollo » es una expresión que invita a todos los jóvenes de El Alto a construir un proyecto
común de políticas juveniles a través del Consejo Municipal de los Jóvenes.
A través del proyecto, las capacidades de comunicación orales y escritas de los jóvenes se ven
reforzadas, lo cual les permite ser mejor escuchados. «Ya no somos objeto de observación y de
investigación, sino actores que participamos de la planificación de todas las actividades que
realizamos en el proyecto. Somos nosotros quienes, a partir de nuestras diferentes necesidades y
preocupaciones, hacemos proposiciones y queremos que la sociedad y nuestros gobernantes nos
tomen en cuenta y nos escuchen. » Sistematización de El Alto, 2005
No queremos más actividades folclóricas. Tocamos a la puerta de las autoridades y esperamos que
nos abran y que dialoguen con nosotros. » Ousmane, Pikine
Los jóvenes se convierten en actores, mientras los adultos se reinterrogan sobre su modo de
acompañamiento, sobre su relación con los jóvenes. Los facilitadores del proyecto están seguros de
que los jóvenes poseen un saber.
Es a partir de un mejor conocimiento de las identidades y de los mecanismos de socialización que
operan en el barrio de parte de los equipos de jóvenes y de adultos que los facilitadores han integrado a
las actividades de BDM dos principios, muchas veces negados: la diversidad de los jóvenes y los
jóvenes como talentos para sus barrios.
15
A modo de conclusión…
Quisiéramos decir que uno de los requisitos del acompañamiento por parte de los facilitadores es
adoptar una postura distinta a la de la mayoría de las políticas dirigidas a la juventud. Es decir que
creemos que todo joven tiene el potencial y la capacidad de ser actor. La IAP y la Cartografía Social
parten de la hipótesis de que las personas se construyen en gran parte por su territorio, su clase social,
pero que esas mismas personas socializan el espacio y actúan en él. A través de su metodología, BDM
participa de la construcción de una identidad valorizante, en la que los jóvenes pueden construirse y
escoger lo que quieren ser.
Tenemos ahora que continuar comprendiendo la construcción de las identidades juveniles. Si bien
hemos podido demostrar las diversas formas de socialización, nos queda por reforzar nuestro análisis
sobre su impacto en las identidades juveniles.
Podríamos preguntarnos entonces si el discurso positivo de los adultos sobre los jóvenes en Bamako y
en Pikine, como “el joven es la fuerza del desarrollo de su barrio”... facilitó o no, la acción de los
jóvenes en estos barrios. ¿Los jóvenes de Pikine y de Bamako serán menos discriminados que los
otros?, ¿O lo estan, pero de otra manera?
Por otro lado, uno de los aspectos abordados y sobre el cual se podrá profundizar es el de las formas
de socialización creadas por el trabajo de los jóvenes, ya sea en términos de limitaciones y de
violencia o en términos de una red de solidaridad.
También podría ser interesante estudiar más detalladamente el lugar que ocupa la violencia y su
evolución. ¿Qué lugar ocupa la violencia policial del Estado en la construcción de las identidades?
¿Cuál es el impacto del poder de los traficantes?
Además, ¿qué lugar ocupan otros tipos de grupos: religiosos, comunitarios u otros en la construcción
de los jóvenes?
Así, podremos identificar y comprender mejor la implicación de los jóvenes en la vida instutucional o
en las formas políticas alternas, realizando una investigación sobre el compromiso de los jóvenes en el
pasado, el presente y el futuro.
Podremos continuar el análisis de los siguientes temas: hasta qué punto la participación en los foros
internacionales contribuye a un nuevo tipo de compromiso para los jóvenes, cómo los jóvenes
expresan este compromiso, si consideran que pertenecen a un movimiento, y si vemos el surgimiento
de una nueva manera de hacer política.
Finalmente, dada la importancia de la memoria en la construcción de los jóvenes, convendría reforzar
los intercambios de conocimientos y de prácticas sobre el tema de las trayectorias migratorias en la
red.
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