Revista OCET Nº 045 Feb. DCCCXCIII

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REVISTA Nº 045 – FEB. 2013
“ORDEN CATÓLICA ESPAÑOLA DEL TEMPLE”
ANNO TEMPLI DCCCXCIII
+Contenido:
 PORTADA
 PERSONAJES DE LAS CRUZADAS.
(Príncipes de Antioquía).
 MARAVILLAS DE AMÉRICA DEL SUR.
(Perú – El Valle del Colca 2)
 LAS RELIQUIAS.
(El Santo Cáliz o Santo Grial)
 El RINCON DE JOAQUÍN SALLERAS.
 HAERBOLARIUM
(El Anis)
 MALLORCA TEMPLARÍA.
 LOS PAPAS DE LA HISTORIA.
(San Aniceto).
 NOTICIAS OCET.
 LEYENDAS Y TRADICIONES POPULARES.
(La Cruz del Diablo de Cuenca).
 CONTRAPORTADA.
+Editorial:
 Federico Leiva i Paredes.
Editor y Director.
+Colaboradores:
 Joaquín Salleras Clarió
(Historiador de Fraga).
 Albert Coll Vilá.
 Fredy H. Wompner G.
 Juan A. Portales.
 Frey Jesús.
 Jesús Ávila Granados.
(Escritor y Periodista).
+Publicación de artículos:
 Email:
revista@ocet.org.es
+Contactos:
 www.ocet.org.es
 preceptor@ocet.org.es
 http://templariosdecristo.b
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Non Nobis
Domine
Non Nobis
EDITA: OCET
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Sed Nomine
Tuo Da Gloriam
Príncipes de Antioquía – Raimundo de Poitiers
<<<Raimundo de Poitiers da la bienvenida a Luis VII de
Francia en Antioquía.
Raimundo de Poitiers (1105? - 27 de junio de 1149)
fue príncipe de Antioquía de 1136 a 1149. Hijo menor de
Guillermo IX, duque de Aquitania y su esposa Felipa,
condesa de Tolosa. También conocido como Raimundo de
Antioquía.
Después de las regencias del principado de
Antioquía por parte de Balduino II de Jerusalén (11301131) y de Fulco de Jerusalén (1131-1136), Raimundo de
Poitiers asumió dicha regencia al casarse en 1136 con la heredera de Bohemundo II de
Antioquía, Constanza, una niña de 10 años. El matrimonio fue bendecido por el Patriarca de
Antioquía, pero no gustó a Alicia de Antioquía, madre de la niña, ya que creía que Raimundo
estaba destinado a ser su esposo.
Los primeros años del mandato de Raimundo y Constanza fueron de continuos
conflictos con el Emperador Bizantino Juan II Comneno, quien realizó varias incursiones al
sur de su imperio con el fin de recobrar Cilicia del poder de León de Armenia y, en segundo
lugar, exigir sus derechos sobre Antioquía. Raimundo se vio obligado a rendir homenaje al
Emperador e incluso a prometerle que le entregaría el principado a cambio de otro feudo,
feudo que el emperador Juan le entregaría tan pronto como pudiera conquistarlo de los
musulmanes en los territorios situados al Este de Antioquía. La expedición para llevar a cabo
dicha conquista se inició en 1138, Raimundo se unió a este ataque que, obviamente, resultó
un fracaso, dado que Raimundo no puso el más mínimo interés
en ella, debido a que el éxito en la conquista suponía por su
parte la pérdida de Antioquía. Juan II Comneno regresó sin
obtener resultado alguno a Constantinopla después de exigir a
Raimundo que le entregara la ciudadela de Antioquía,
exigencia que no encontró respuesta por parte de Raimundo.
A esta expedición le siguió una lucha entre Raimundo y
el Patriarca. Aquél estaba molesto porque se vio obligado a
rendir homenaje al Patriarca ortodoxo (Griego) en 1135, y la
forma irregular como dicho Patriarca había sido elegido dio
una excusa a Raimundo para oponerse a él. Inicialmente
Raimundo salió victorioso de esta lucha, ya que consiguió que
el Patriarca fuera depuesto en 1139. No obstante, Juan II
Comneno volvió al ataque en 1142 aunque esta vez Raimundo
se negó a renovar su acto de vasallaje, y aunque Juan II asoló
los alrededores de Antioquía no pudo hacer nada contra él. Tras la muerte de Juan II en
1143 Raimundo pidió a su heredero Manuel I Comneno, la cesión de varias ciudades de
Cilicia, encontrando en esta forma el Emperador Manuel ocasión para vengarse. Manuel
obligó a Raimundo a una humillante visita a Constantinopla, durante la cual tuvo que
renovar su juramento y rendirle homenaje nuevamente así como reconocer al Patriarca
Griego.
Como motivo de la Segunda Cruzada en 1148, Luis VII de
Francia y su esposa Leonor de Aquitania (sobrina de Raimundo)
visitaron Antioquía. Raimundo intentó impedir que Luis VII se
dirigiera a Jerusalén e inducirle a que se quedara en Antioquía con
el fin de que le ayudara a conquistar Alepo y Cesarea. Existen
muchos rumores de que Raimundo tuvo una relación incestuosa
con su bella sobrina Leonor. Según Juan de Salisbury los recelos
de Luis comenzaron al ver que Raimundo prestaba mucha atención
a Leonor así como al observar las largas conversaciones entre los
dos. Guillermo de Tiro dice que Raimundo sedujo a Leonor como
venganza ya que Luis se negó a ayudarle en su lucha contra los
Sarracenos, y que al contrario de lo que era esperable de su
dignidad real, Leonor renegó de sus votos matrimoniales y fue
infiel a su marido.
Fuera como fuese, Luis abandonó a toda prisa Antioquía
quedando Raimundo sin apoyo en sus planes. En 1149, durante una expedición contra Nur
al-Din, murió Raimundo en la batalla de Inab, Shirkuh, tío de Saladino, cortó su cabeza, que
fue introducida en una caja de plata y enviada al califa de Bagdad.
Raimundo según la descripción de
Guillermo de Tiro (la máxima autoridad
tratándose de él) era “un señor de gran
nobleza, de figura alta y elegante, el príncipe
más guapo sobre la tierra, una persona con
una amabilidad y conversación encantadoras,
espléndido y magnífico más allá de lo
conveniente”; notable en el uso de las armas
y en su experiencia militar, litteratorum,
licet ipse illiteratus esset, cultor (aunque no
versado en ciencias, fue un gran mecenas de
la literatura) – apoyó la composición del
cantar de gesta la Chanson des chétifs); un
marido fiel de una religiosidad media, fuerte
de corazón, irascible e irracional, con una
gran pasión por el juego.
Con su esposa Constanza tuvo tres
hijos, un hijo Bohemundo III de Antioquía y
dos hijas María de Antioquía y Felipa de
Antioquía.
Por F.L.P.
Perú – Valle del Colca 2
<<<Vendedores de recuerdos en el Cañón del
Colca (Perú).
Las principales expresiones folklóricas del
Colca se suelen representar en los días de fiestas
costumbristas entre ellos los más conocidos el
Wititi, el Qamili, el Tincachi, los Carnavales, el
Turcu Tusuy y las Corridas de Toros, mostrando su
gran peculiaridad en el desarrollo de su artesanía.
En su artesanía destaca los bordados con los
que las mujeres embellecen sus trajes y sombreros típicos. Además los tejidos a base de
fibra de alpaca y llama elaborados localmente por los pueblos de la parte alta.
<<<Colca, Perú. (Promcolca)
El Valle del Colca ha sido sujeto a una serie
de procesos que han modelado su fisiografía hasta
llegar a formar su paisaje actual; diversos agentes
han actuado ocasionando el desgaste y la
modificación del Valle del Colca a través de las
diversas eras geológicas.
Este valle interandino longitudinal, tuvo su
formación relacionada a procesos de fallamiento
ocurridos en las etapas finales del Levantamiento
Andino.
Los paisajes montañosos se presentan desde los 3,000 msnm hasta los 5,000 msnm
con pendientes pronunciadas, en ellas la erosión del agua ha provocado la formación de
fosos profundos, las tierras aquí son apropiadas para el pastoreo, ya sea basándose en el
aprovechamiento de las pastos naturales temporales, permanentes y semipermanentes, son
distritos netamente ganaderos y alpaqueros Tisco, Callalli y Sibayo.
De Tuti a Madrigal el valle es amplio, en el se ubican algunos poblados, estas son
superficies con pendientes suaves hacia el río Colca, en estas zonas las tierras tienen
aptitud y son aprovechadas para los cultivos.
De Pinchollo a Cabanaconde, el valle presenta un terreno de pendiente suave, que
comúnmente forma una terraza aproximándose hacia el encañonamiento del río Colca.
Debajo de este nivel empiezan las pendientes que bordean los 60° de inclinación, es común
observar paisajes con acantilados verticales de cientos de metros de desnivel con una
perfecta disyunción columnar, como los que se observan camino al Oasis, Tapay, Cosñirgua,
San Juan de Chuccho o Malata. La margen derecha tiene una pendiente fuerte y continua
desde la cima del nevado Bomboya hasta el fondo del cañón.
Otra de las principales características del Valle del Colca es la presencia de aguas
termales, desde Caylloma hasta Canco, con una disminución progresiva de la temperatura
del agua, así como un cambio en su composición química, desde sulfurosas a carbonatadas,
la composición química de las aguas es mayoritariamente de Ca, Zn, Fe, C, sales y otros, con
una temperatura máxima de 85 C° en la salida del manantial.
La presencia de geisers en Pinchollo, Cabanaconde y Tapay nos indica la presencia de
focos volcánicos calientes cercanos, estos se originan cuando el agua subterránea aflora a la
superficie, generalmente a través de una fisura, su temperatura se debe al contacto del
agua con las rocas en fusión.
<<<"Mirador la Cruz del Cóndor" en el Cañón del
Colca.
El río de Colca comienza en los Andes, en el
alto de Condorama Crucero. El Valle propiamente
dicho empieza donde el espacio cultivable de sus
márgenes se vuelve más ancho. Los circuitos
turísticos tradicionales comienzan el Valle cerca del
pueblo de Chivay, al pie del Nevado Mismi, el origen
más lejano del río Amazonas. Es desde este sector
donde los andenes o terrazas de cultivo formando curvas caprichosas a lo largo de las
márgenes del río, dominan el paisaje.
Luego de su paso por la antigua población de Maca, la pendiente del río aumenta
notablemente y el río se va alejando en profundidad del nivel del valle en el que se
encuentran las poblaciones. Es aquí donde empieza el Cañón del Colca propiamente dicho.
Alcanza su mayor profundidad cerca del famoso mirador de Cruz del Cóndor. Es uno de los
cañones más profundos del mundo, con 3670 o 3200 m. de profundidad. Luego de un
descenso notable, caracterizado por lo que los piragüistas consideran algunos de los mejores
rápidos del hemisferio occidental, el río toma el nombre de Majes al entrar al Valle del
mismo nombre. Finalmente y luego de un descenso mayor hacia la costa del Pacífico, el río
toma el nombre de Camaná y desemboca en el mar cerca de la ciudad del mismo nombre.
El río Colca tiene su origen en las alturas de los cerros Yaretane y Torre, ubicados a
4,750 msnm, alimentando sus cursos de agua primordialmente con las precipitaciones que
caen en las alturas del flanco Occidental de la Cordillera de los Andes y con los aportes de
precipitaciones y aguas subterráneas (manantiales), así como de los diferentes riachuelos
ubicados en ambas márgenes.
El río Colca cuenta con más de 129 km de recorrido, con dirección Suroeste-Noreste,
drena sus aguas hacia el Océano Pacífico. Por el lado izquierdo está flanqueado por una
cadena de montañas de origen volcánico, entre las que destacan el Ampato, Sabancaya y
Hualca-Hualca, mientras que por el lado derecho se alinea la Cordillera volcánica del Chila,
que incluye al Mismi (5598 msnm), donde se sitúa el origen más remoto del río Amazonas.
En su recorrido toma varios nombres: Al confluir con el río Andamayo toma el nombre de río
Majes; y al confluir con el río Pucayura, cerca de la costa, toma el nombre de río Camaná.
En la mayor parte de su trayecto el río es encajonado en un valle profundo, limitado
por cadenas montañosas interandinas, en las altiplanicies encontramos la mayor cantidad de
bofedales, producto de las filtraciones del río. Actualmente las terrazas en el río Colca han
quedado colgadas, en ellas se desarrolla el total de la actividad agrícola de la cuenca del
Colca. Las quebradas tienen taludes casi verticales, donde ocurren deslizamientos en
tiempos de lluvias, facilitando la presencia de depósitos lacustres.
El Río Colca presenta en su recorrido tramos largos de fondos estrechos, labrados
generalmente sobre roca volcánica. En la parte del valle medio su recorrido no corta roca
ígnea alguna y por lo tanto su cauce presenta un trazo recto.
El origen del encajonamiento del Río Colca tiene origen en el periodo de formación de
valle, en la etapa final del Levantamiento Andino. La deflexión de Abancay habría dado
lugar a depresiones, zonas de debilidad y macizos elevados, que de alguna forma ejercieron
un control en la dirección de los cursos de agua y formación de cuencas lacustres.
Posteriormente a todos estos procesos, la profundización actual se ha producido
mayormente por erosión fluvial, es decir, la rotura del nivel de base debido al brusco y
repentino (en tiempo geológico, naturalmente) levantamiento de los Andes ocasionó el
encajonamiento del río.
<<<El Cañón del Colca.
En 1981, una expedición polaca,
luego de estar internados 33 días dentro de
cañón, midió con aparatos de poca precisión
y estimaron que tenía 3250 metros de
profundidad.
En la última expedición realizada al
Cañón del Colca en el 2005, encabezada por
el matemático y expedicionario polaco
Andrew Pietowski se reveló que en la zona
adyacente a la localidad de Quillo Orco, en
el distrito de Huambo, la profundidad del
Cañón Colca alcanzaba 4,160 m en el lado
norte y 3.600 metros en el lado sur. El
investigador polaco explicó que las mediciones varían con el paso de los años debido a varios
factores, entre ellos, el hundimiento del lecho del río y el uso de tecnologías cada vez más
precisas.
La formación de Cañón del Colca se dio aproximadamente en las etapas tectónicas
Andina y Quechua, es decir en los últimos 150 millones de años, pero su proceso de
profundización se debe a varios factores como el crecimiento de la Cordillera de los Andes,
desglaciaciones durante el Cuaternario y principalmente por los procesos erosivos
acelerados causados por el río Colca. Finalmente, la formación del primitivo Cañón Colca
debe haberse iniciado aproximadamente hace unos 10 millones de años atrás, pero su forma
actual corresponde probablemente al último millón de años, es decir al Cuaternario.
La morfología del gran Cañón del Colca, se vio influenciada por las actividades
volcánicas del Sabancaya y Hualca, ocurridas dentro del último millón de años, cuyos
depósitos formaron un dique natural de más de 5 km de base y 500 m de altura,
entrampando al río Colca por cientos a miles de años, generando así la formación de un gran
lago, que se habría extendido desde el poblado de Madrigal hasta Yanque. Luego de miles de
años se produjo la ruptura abrupta del dique originando la profundización actual del cañón,
es en esta etapa que el cañón del Colca se presenta como un desfiladero de varios metros de
profundidad y poco ancho, que localmente se angosta en los parajes Incasaltana y Puente
Inca; se profundiza aguas abajo, para transformarse abruptamente en un cañón de grandes
proporciones con pendientes que bordean los 60° de inclinación, es común encontrar
acantilados verticales de cientos de metros de desnivel con una perfecta disyunción vertical
(Oasis-Cabanaconde). La margen derecha tiene una pendiente fuerte y continua desde la
cima del nevado Bomboya hasta el fondo del cañón.
Los monolitos o bosques de piedra también son comunes en las inmediaciones del
Cañón del Colca, estas rocas de formas caprichosas sobresalen del resto del paisaje, su
presencia se debe probablemente a explosiones volcánicas o bien a plegamientos fracturas o
fallas, que han sido sometidas a fuertes acciones de intemperismo o erosión, tanto hídrica
como eólica. También es común observar paredes y columnas pétreas en todo el cañón,
estas formaciones rocosas conservan su posición de enfriamiento original vertical y
horizontal y siguen en proceso de erosión por la acción del viento y la lluvia. Otras
formaciones que presenta la zona son cavidades naturales (grutas, cavernas, cuevas), en
algunas de las grutas existen vestigios de culturas pasadas, restos humanos, objetos de
metal, cerámica, fósiles, petroglifos.
A pesar de las condiciones extremas encontramos una flora diversa enfocada por
cerca de 300 especies, de las cuales algunas son usadas como medicinales, otros como
combustible, otros como tintoreras, y otros como pasto nutritivo para el ganado
domesticado y los animales silvestres.
Queñual representa una fuente energética de gran valor para el campesino; debido a
sus peculiares condiciones caloríficas, los árboles de este bosque han sufrido una
explotación indiscriminada por parte de los carboneros y leñadores hasta tal punto que hoy
solo constituyen relictos de bosque. También constituye el recurso forestal de porte arbóreo
más importante de la provincia de Caylloma. El mejor conservado se encuentra entre
Cabanaconde, Huambo y Huanca. Se calcula que en la actualidad debe existir alrededor de
10 mil hectáreas de bosque de Queñua en toda la provincia.
Ichu o Césped de Puna. Se localiza entre 3800 y 4700 msnm. Está cubierta vegetal es
utilizado principalmente como forraje basado en pastos naturales, destinado a camélidos
sudamericanos.
Bofedal. Se localiza en terrenos depresionados con problemas de mal drenaje,
comprendidos aproximadamente entre 4200 y 4700 msnm. La vegetación está compuesta de
especies de porte arrosetado y tipo césped que permanecen siempre verdes durante todo el
año; esta vegetación pegada al suelo soporta un intensivo pastoreo por parte de los
camélidos sudamericanos principalmente.
Yareta. Se localiza sobre terrenos de topografía
muy accidentada, comprendido entre 4500 y 5 000
msnm. Debido a las condiciones ambientales limitantes,
solo es posible el desarrollo de una vegetación
hemicriptofítica, de porte almohadillado, muy dispersa y
con poca diversidad florística, siendo esto más severo en
los niveles altitudinales superiores, donde es mayor la
presencia de afloramientos líticos y la ausencia total de
la vegetación. Podemos encontrar poblaciones alrededor
de los cerros más altos y nevados, en lugares como
Patapampa, Pampa de Arrieros, Chucura y la bajada a
Chivay.
Cactáceas columnares. Pueden ser observadas entre los 2,300 y 3,000 msnm crecen
sólo en la época de lluvia. Cuando las condiciones de humedad son buenas, los arbustos que
la mayor parte del año se observan secos reverdecen. Los especies más abundantes son
Corryocactus brevistylus en las alturas y Echinopsis peruviana en los valles.
Tolar. Ubicado entre los 4,000 y 4,500 msnm, se encuentan en áreas suaves con
colinas y laderas de poca a mucha pendiente, de suelos arenosos o arcillosos y pedregosos.
Rodal de Puya Raymondi. Se encuentra cerca al pueblo de Huambo, en la ladera
noroeste del cerro Tururunka, se le ubica cerca de los 3,800 msnm. La población no es muy
abundante, se han podido contar cerca de 150 unidades. También pueden encontrarse en
menor cantidad en el distrito de Madrigal. Esta planta mide cerca de 8 m de altura, 3.5 m de
tallo con hojas en forma de roseta y unos 4.5 m de escapo floral con cerca de 2,000 flores
en cada inflorescencia. También podemos encontrarla en algunos distritos como Tapay y
Madrigal.
La fauna de la provincia de Caylloma, pese a encontrarse en un hábitat con
condiciones desérticas y de alta montaña presenta una elevada biodiversidad. En la
actualidad se han registrado 231 especies de vertebrados especialmente adaptadas. El
hábitat de estas especies son algunos ecosistemas específicos como el bofedal, el queñual o
la laguna. De esta variada fauna destacan los siguientes ejemplares: el Cóndor, la Parihuana,
la Llama, el Huanaco, la Alpaca, la Vicuña, la Taruca, el Zorro, la Vizcacha, entre otros.
Taruca o Venado Andino. (En vías de extinción). Habita en
alturas sobre los 3500 msnm es un mamífero peligro de extinción,
posee sus pezuñas perfectamente adaptadas para la marcha en
terrenos pedregosos, su tronco y cabeza son relativamente gruesos
en comparación con sus patas, la altura de los ejemplares adultos
al nivel de la cruz o alto del dorso es de entre 70 a 80 cm siendo
más corpulentos los machos. Poseen cuernos de hasta 30 cm de
longitud.
Osjollo. Este felino presenta una amplia distribución
geográfica en América del Sur, habita variados hábitats desde las
altas cumbres andinas hasta las regiones costeras, no ingresa a las
áreas amazónicas. En Caylloma es escaso, aunque en el pasado fue más abundante a decir
de los pobladores. Se les ha registrado en roqueríos, matorrales y pajonales generalmente
alejados del hombre.
Gato andino. Habita en las partes altas del altiplano.
En Arequipa existe solamente un reporte formal de su
existencia, sin embargo Caylloma se encuentra dentro de su
rango de distribución y ha sido avistado por algunos
personas.
Guanaco. Es el mamífero silvestre de mayor talla de
los Andes, herbívoro por excelencia. En Caylloma como en
todo el país se ha notado una constante declinación. Esta
especie sufre severa presión
por cazadores, al parecer en
algunas
áreas
de
su
distribución ha ocurrido una
disminución de la calidad del
hábitat.
Parihuana de James. Este flamenco habita en los Andes
centrales, principalmente en salares altoandinos. En Arequipa
se les ha reportado en tres sitios, un ejemplar en Mejía, otro en
Quese en Caylloma y también la Laguna de Salinas donde habita
una pequeña población. Es también muy especializado ya que
se le encuentra en bofedales inundados y aguas salinas someras
de la laguna de Salinas.
Cóndor andino. (En situación vulnerable).
Cóndor sobrevolando el Cañón del Colca. Es una
especie de ave de la familia Cathartidae. Es
reconocido como el ave voladora más grande y
pesada del planeta. Y el que mayor superficie
alar presenta. Los adultos llegan a medir hasta
142 cm de altura, y entre 270 y 330 cm de
envergadura, y pesan de 11 a 15 kg los machos
y de 8 a 11 kg las hembras. Es una de las aves
que vuela a mayores alturas, utilizando las
corrientes térmicas ascendentes verticales de
aire cálido para poder trepar con relativa
facilidad los 7000 metros; luego puede volar por
cientos de kilómetros planeando el territorio casi sin mover las alas extendidas.
Se alimenta generalmente de animales muertos, pero no los comen inmediatamente
pues una vez localizada la carroña, los cóndores no descienden a comer de manera
inmediata sino que se limitan a volar sobre la misma y pueden pasar hasta dos días hasta que
se acerquen a su presa para empezar a alimentarse primero de las partes más blandas. En
Caylloma se les ve con regularidad en el Cañón del Colca, aunque a decir de los pobladores
antes eran más frecuentes. Se desconocen las causas de su descenso poblacional, aunque se
ha sugerido la presión antrópica y la fragmentación de sus hábitats.
Vicuña. Son camélidos pequeños, que pesan entre 40 y 50 kg, y tienen una longitud
de 80 cm. Su color es beige o vicuña (marrón claro rojizo) en el lomo y blanco en la zona
ventral y las patas, con variaciones dependiendo de las zonas geográficas donde habitan.
Son animales muy territoriales y su organización social se basa en grupos familiares y grupos
de animales solteros cuya distribución es muy variable siendo comunes las fusiones y
fisiones de los mismos. El número medio de animales por grupo familiar es de un macho,
tres a cuatro hembras y dos crías, estos machos defienden su territorio con peleas.
Halcón peregrino. Esta es una especie migratoria que visita Caylloma pero en pequeño
número. No encuentra en la zona presión que atente contra su existencia.
Ajoya. Esta especie habita típicamente los humedales de la región altoandina,
preferentemente en las lagunas; anida en medio de ellas o en las orillas de sitios muy
alejados. En Caylloma existe una población precaria especialmente asociada a la laguna del
Indio donde no llegan a 100 individuos.
Por J.A.R.
EL SANTO CÁLIZ
El Santo Cáliz de Valencia suscita a la vez las sensaciones de
admiración y escepticismo. El visitante se siente primero
cautivado por la belleza del Grial, su forma perfecta y extraña, los
detalles de oro y las perlas y piedras preciosas; viene también el
observador con la mente llena de leyendas, películas e incluso
prevenido por las novelas y la literatura pseudocientífica de temas
“griálicos”.
En realidad, la reliquia es la parte superior, que es una taza
de ágata finamente pulida, que muestra vetas de colores cálidos
cuando refracta la luz; es una preciosa “copa alejandrina” que los
arqueólogos consideran de origen oriental y de los años 100 al 50
antes de Cristo. Ésta es la conclusión del estudio efectuado por el profesor D. Antonio
Beltrány publicado en 1960 (“El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia”), nunca refutado, y
que está en la base del creciente respeto y conocimiento del Santo Cáliz.
Mucho más posteriores son las asas y el pie de oro
finamente grabado, que encierra una copa o “naveta” de
alabastro, de arte islámico, diferente a la copa; todo ello, lo
mismo que las joyas que adornan la base son de época
medieval. Las dimensiones son modestas: 17 cm. de altura, 9
cm. de anchura de la copa y 14,5 x 9,7 cm. que tiene la base
elíptica.
Venecia y otros lugares conservan cálices de piedras semi
preciosas de origen bizantino y en España hay ejemplares similares de los siglos XI y XII,
pero se trata de vasos litúrgicos, engarzados en oro y plata y cubiertos de metal en su
interior. Sin embargo, al componer el cáliz de Valencia, los orfebres destacaron la copa,
desnuda de adornos, con grandes asas para llevarla sin tocar el preciado y delicado vaso de
piedra traslúcida.
LA TRADICIÓN DE LOS PRIMEROS SIGLOS
La tradición nos dice que es la misma Copa que utilizó el Señor en la última Cena para
la institución de la Eucaristía, que luego fue llevado a Roma por San Pedro y que
conservaron los Papas sucesores a éste hasta San Sixto II, en que por mediación de su
diácono San Lorenzo, oriundo de España, fue enviado a su tierra natal de Huesca en el siglo
III para librarlo de la persecución del emperador Valeriano. Recomienda esta permanencia
del Santo Cáliz en Roma la frase del Canon Romano mencionada antes: “Tomo este Cáliz
glorioso”, hoc praeclarum calicem; expresión admirativa que no encontramos en otras
anáforas antiguas, y no podemos olvidar que la plegaria eucarística romana es la versión
latina de otra en lengua griega, pues ésta fue la propia de la Iglesia de Roma hasta el
Papa San Dámaso en el siglo V.
San Juan de la Peña
EL CÁLIZ EN ESPAÑA
Durante la invasión musulmana, a partir del año 713, fue ocultado en la región del
Pirineo, pasando por Yebra, Siresa, Santa María de Sasabe (hoy San Adrían), Bailio y,
finalmente, en el monasterio de san Juan de la Peña (Huesca), donde puede referirse a él
un documento del año 1071 que menciona un precioso cáliz de piedra.
La reliquia fue entregada en el año 1399 al Rey de Aragón, Martín el Humano que lo
tuvo en el palacio real de La Aljafería de Zaragoza y luego, hasta su muerte, en el Real de
Barcelona en 1410, mencionándose el Santo Cáliz en el inventario de sus bienes (Manuscrito
136 de Martín el Humano. Archivo de la Corona de Aragón. Barcelona, donde se describe la
historia del sagrado vaso) Hacia 1424, el segundo sucesor de Don Martín, el Rey Alfonso V el
Magnánimo llevó el relicario real al palacio de Valencia, y con motivo de la estancia de este
Rey en Nápoles, fue entregado con las demás regias reliquias a la Catedral de Valencia en el
año 1437 (Volumen 3.532, fol. 36 v. Del Archivo de la Catedral).
Fue conservado y venerado durante siglos entre las reliquias
de la Catedral, y hasta el siglo XVIII se utilizó para contener la forma
consagrada en el “monumento” del Jueves Santo. Durante la guerra
de la Independencia, entre 1809 y 1813, fue llevado por Alicante e
Ibiza hasta Palma de Mallorca, huyendo de la rapacidad de los
invasores napoleónicos. En el año 1916 fue finalmente instalado en
la antigua Sala Capitular, habilitada como Capilla del Santo Cáliz.
Precisamente esta exposición pública permanente de la sagrada
reliquia hizo posible que se divulgara su conocimiento, muy reducido
mientras permaneció reservado en el relicario de la catedral.
Durante la guerra civil (1936-1939) permaneció oculto en el
pueblo de Carlet. El Beato Juan XXIII concedió indulgencia plenaria
en el día de su fiesta anual, el Papa Juan Pablo II celebró la Eucaristía con el Santo Cáliz
durante su visita a Valencia el 8 de noviembre de 1982 y lo mismo sucedió con Su Santidad
Benedicto XVI que celebró la Eucaristía con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias,
el 8 de Julio de 2006.
EL GRIAL
La palabra grial (pronunciada graal en inglés medio)
parece
ser
una
adaptación
francesa
del
término
latino gradalis que implica la idea de un plato, escudilla o
bandeja con viandas que es llevado a la mesa en diferentes
momentos (gradus) de una comida. Al respecto dice Helinand de
Froidmont en su Chronicon (siglo XIII): “... un plato ancho y algo
profundo en que habitualmente se colocan las carnes caras para
el rico... normalmente se denomina grial”
En algunos textos de la Baja Edad Media aparece trascrito
como “San Gréal” lo que ha dado lugar a interpretaciones
esotéricas según las cuales el nombre derivaría de una supuesta
forma Sang Réal, es decir, sangre real. Según los defensores de esta idea, que no es
aceptada por los medievalistas, la mención de la sangre no se refiere a la recogida del
cuerpo de Cristo, como sostienen unánimemente los textos, sino a sus descendientes.
Tal hipótesis es desarrollada por algunos escritores en libros que no vale la pena ni
mencionar.
El primer autor en mencionar al Grial es, entre 1181 y 1191, el poeta Chrétien de
Troyes en su narración Perceval (también llamada Le Conte du Graal). La obra, presentada
como tomada de un libro antiguo, habla de la visita de Perceval —quien aspira a ser
caballero del Rey Arturo— al castillo del Rey Pescador, en el cual le es mostrado un grial.
Dentro del mismo hay una especie de oblea que, milagrosamente, alimenta al herido padre
del Rey. Perceval no pregunta por el significado de este objeto, lo cual le es reprochado más
tarde.
Aunque posee un claro simbolismo cristiano, Chrétien no explica en qué consiste el
grial, y la obra se interrumpe bruscamente. El autor no lo denomina «santo», ni lo designa
como el grial, sino simplemente como “un grial” y considera más importante su contenido
(la hostia consagrada del catolicismo) que el recipiente. De hecho, teniendo en cuenta la
etimología de la palabra, es muy posible que Chrétien aludiera a una sencilla bandeja.
La obra de Chrétien de Troyes marcaría el comienzo de la leyenda, pero serían Robert
de Boron y Wolfgang von Eschenbach quienes la desarrollarían de la manera que la conoció
la Europa medieval. Robert de Boron, en Joseph d'Arimathie y Estoire del San Graal, es el
responsable de transformar el «grial» de Chrétien en “El Santo Grial”. Este autor inglés
espiritualiza el simple plato mencionado por el francés y lo convierte en la copa de la Última
Cena, la misma que, según sostenían las leyendas, José de Arimatea
usó después para recoger la sangre de las heridas durante la
crucifixión de Cristo. De Boron es también el primero en afirmar
que José y su familia llevaron el Grial a partes no especificadas de
Britania.
EL PERCEVAL DE CHRÉTIEN
Esta obra francesa inacabada dejó paso a numerosas
terminaciones en muchos casos inconsistentes entre ellas. Los
elementos de esta novela en relación con la leyenda son, de una
parte, la caracterización de Perceval como caballero que se ve
involucrado sin saberlo en la demanda del grial y el castillo del grial
custodiado por caballeros que sirven al rey del grial o rey pescador.
EL PARSIFAL DE ESCHENBACH
Este libro refleja la tradición alemana que luego inspiraría
la ópera de Richard Wagner. La historia presenta grandes
paralelismos con la tradición francesa, aunque tiene elementos
específicos de la misma; el más importante de los cuales es la
identificación del Grial con una piedra preciosa del más puro
origen. Según algunos estudiosos, Wolfgang von Eschenbach se
inspiró para esta descripción en el pasaje del Apocalipsis (2, 17)
en el cual se habla de una piedra blanca entregada por el Señor a
su elegido. La abadesa y mística Hildegard von Bingen, en el siglo
XII, lo relaciona con la lapis exillis, piedra desprendida de la
corona de Lucifer en el momento de su rebelión contra Dios.
Algunos autores ligados al esoterismo y en base a
supuestos hallazgos arqueológicos, no confirmados, han elaborado la teoría de una presencia
Templaría en Argentina, transportando el Santo Grial. Se aducen, entre las pruebas, los
siguientes versos del poema mencionado:
“Solo Parsifal, el ángel, por los mares irá con los tres caballeros del número impar, en
la Nave Sagrada y con el Vaso del Santo Grial, por el Atlántico Océano un largo viaje
realizará hasta las puertas secretas de un silencioso país que Argentum se llama y siempre
será”.
Sin embargo, este texto no corresponde a ninguna de las versiones conocidas de la
obra de Eschenbach y es, casi con certeza, una falsificación moderna.
Ciclo de la Vulgata
Esta fuente, fuertemente influida por los
escritos de Bernardo de Claraval, presenta la demanda
del Santo Grial imbricada dentro del universo artúrico,
enriqueciendo la tradición con otros elementos como
una descripción del origen y significado del Grial.
Según esta fuente, el cáliz habría pertenecido al
servicio de mesa de José de Arimatea, un rico
comerciante judío, quien según la tradición organizó
la Última Cena.
José de Arimatea habría solicitado a Poncio
Pilatos que se le entregara el cuerpo de Jesús (a quien
hizo enterrar en una tumba de su propiedad) y la lanza
con que fue herido (que quedó en su poder, junto con
la copa).
Como José era un próspero comerciante, en un
viaje de negocios habría llegado hasta Albión (antiguo
nombre de Gran Bretaña) y estableció su residencia en
ella, levantando una capilla en Glastonbury.
Al morir José, los poemas aseguran que se tomaron recaudos para custodiar
las reliquias, nombrándose un caballero para tal fin. Siendo Sir Pelles el guardián del Grial,
otro caballero Sir Balin el Salvaje, quiso robarlo junto con las demás reliquias; ambos se
batieron en una justa pero, al perder su espada, Sir Balin tomó la lanza sagrada e hirió a
Pelles; inmediatamente el castillo se derrumbó debido a la profanación.
Abadía de Glastonbury
El Grial, entonces, desapareció de la vista de los hombres hasta que un caballero puro
de corazón las encontrara. Finalmente sir Galahad, el más santo de los caballeros de la Mesa
Redonda, halló el cáliz. Al morir, según los relatos del ciclo, el Grial fue llevado junto al
caballero al Reino Celestial.
VARIANTE NEOPAGANA
Algunos estudiosos vinculados al esoterismo, como Malcolm Godwin, quieren
identificar la pérdida del Grial con hechos reales acaecidos a finales del Neolítico, cuando
supuestamente existían en Europa diversas tribus matriarcales asentadas y pacíficas, cuya
forma de vida se vio violentamente alterada por oleadas de tribus guerreras y violentas
provenientes de Asia. Estos sucesos, que no cuentan con testimonios históricos o
arqueológicos, habrían quedado en una posible memoria colectiva y adquirido una
dimensión simbólica en la mitología celta hasta que, finalmente, fueron cristianizados por
autores como Chrétien de Troyes, Wolfgang von Eschenbach y otros. En esta interpretación,
altamente especulativa, el Grial evocaría lo femenino (como símbolo del seno materno y de
la vulva) y la Madre Tierra.
Por F. L. P.
El Castillo de Saidí (Zaidín)
en tiempos de los
Templarios
Una parte de este artículo, en formato más breve,
fue escrito en por el malogrado amigo José Mª Pascual
Penedés. Su aportación no hacía referencia alguna a la
presencia Templaría en Saidí (castellanizado Zaidín), que
insertaremos entre sus líneas. Esa será la razón que
incluya su nombre junto al nuestro al pie del mismo.
El castillo de Saidí estuvo en el ángulo noroeste de
la población actual. La primera referencia documentada
al mismo es del año 1089, cuando Ramón Berenguer III
recuperó el castillo de Monzón. En dicha empresa destacó uno de sus caballeros: Pedro
de Estopinyan o Estopiñán, al cual donó Castejón del Puente, Alins, y los castillos de
“Tamarit e de Zaidí quando Dios nos los conceda”. Suceso que no ocurrió, porque ni
Tamarite ni Zaidín fueron recuperaron por dicho conde. No obstante, el dicho conde de
Barcelona había conseguido en la firma con el noble don Pedro de Estopinyan que éste
respetaría las donaciones que el de Barcelona pudiera ofrecer a los Templarios.
Una segunda referencia corresponde a otra donación. Esta es del 1092, hecha por
el noble Pedro Sánchez (luego rey Pedro I de Aragón), hijo de Sancho Ramírez (10631094). Donación en favor de Pedro Ramón de Eril (o
Erill), con retención de la mitad de la Dominicatura, así
como una quadra (o casa fortificada) que estaba entre
esta villa de Saidí y el río Cinca. A cambio, Pedro Ramón de
Eril o Erill cedía el castillo y lugar de Sopeira al citado
Pedro Sánchez, -entonces rey de Sobrarbe, de Ribagorza y
de Monzón-, por voluntad de su padre Sancho Ramírez. A
su vez, Pedro Ramón de Eril o Erill lo cedió al obispo de
Roda.
Debemos recordar que correspondió al rey Pedro I
de Aragón (11094-1104) la edificación de la fortaleza de
Trava -a la altura del Clamor de Fraga, o clamor de
Almacelles. Había de servir como punto defensivo
avanzado frente a las incursiones sarracenas provenientes
de Fraga hacia el castillo de Saidí. Esta fortaleza quedó
bajo la responsabilidad de Pedro Sanz, caballero, que fue a
su vez el responsable del castillo de Saidí al año siguiente (1093). Poco estuvo bajo su
control, pues volvió a los Erill o Erill un año más tarde.
Durante la primera mitad del siglo
XI esta zona del Cinca cambiará de manos
varias veces entre moros y cristianos.
Como es ya sabido, los Templarios recibieron
en las Cortes de Gerona de 1143 la
compensación esperada por la renuncia la
corona de Aragón que tan generosamente les
había concedido el rey Alfonso I el Batallador
(1104-1134) en su último testamento de
1134. La definitiva recuperación de Saidí se
produjo en 1149 con la intervención de
Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona y
Príncipe Regente de Aragón, en vida del
don Ramiro el Monje (1134-1157). Las
antiguas donaciones del dicho Pedro de
Estopanyà o Estopiñán –Saidí, Castell Ceboller
o Castejón del Puente, Celis, Duo Castra,
Tamarite y otros derechos, pasaron a los templarios, en compensación por haberle ayudado
a la posesión del castillo de Monzón, instaurando, además, en él un casa de Templarios.
Mientras la Orden del Temple percibía tierras, derechos en el molino, y otros
derechos sobre Saidí, el castillo se mantuvo en poder de los Eril o Erill. Concretamente en
1173, el obispo de Lleida se vio envuelto en disputas con los templarios establecidos en
Monzón sobre el reparto de derechos entre ambas partes. Sobre esta concordia dimos
noticia en un número anterior. Sólo recordar que el espacio en litigio era el comprendido
entre el Cinca y Clamor de Almacellas y entre Tamarite de Litera, San Esteban, Albalate de
Cinca y Saidí.
En 1174 el castillo de Saidí había de cambiar de manos. Pasó al señorío de doña
Sancha de Castilla, esposa del monarca Alfonso II de Aragón, primer rey de la Corona de
Aragón. Ese es el motivo por el que el archivo condal o Archivo de la Corona de Aragón
empiece con este rey con la numeración de Alfonso I, II de Aragón.
Todavía en el año 1179 el citado rey Alfonso II de Aragón reconocía y confirmaba las
donaciones a los Templarios de Monzón, en Montgay, en Xalamera o Chalamera, en Barberá
y en Remolins; así como las décimas, réditos y censos que se recogían por costumbre por los
eclesiásticos; más otros 1.000 sueldos anuales sobre la ciudad de Osca (Huesca), lo mismo
en Cesaraugusta (Zaragoza). Recordando que se respetaría la donación de los quintos de
todas las expediciones que se efectuasen todavía sobre Hispania (España). Es decir, el
establecimiento de los Templarios en el Cinca iba más allá de la encomienda de Monzón.
Años más tarde, el castillo de Saidí fue cedido a los Montcada de Fraga, en buena
medida por el matrimonio de Sibilla de Erill con Ramón de Montcada, en 1253. Precisamente
con este Ramón de Montcada empezó el señorío de los Montcada de Albalate de Cinca y de
Saidí, entre otros lugares, hasta que lo heredaría su hijo varón don Simón de Montcada.
Nuevas noticias sobre los Templarios establecidos en Saidí fueron registradas en junio
de 1257, como queda evidencia de allò en el Archivo de la Corona de Aragón (Liber
Feudorum, I, pág. 142. Armario del Temple, Saco C, pergaminos de Jaime I nº 1485), donde
señala que el rey Jaime I, el Conquistador de nuevos reinos, declaraba a los Templarios
francos o libres de pagos a la corona. Documento redactado y escrito en Lleida por Jaume de
Montjuic, con el testimonio y firma de Guillem de Montcada señor de Fraga, Guillem de
Peralta, Bertrán de Ahonés, Bernat Guillem de Entenza pariente del rey y de Guillem de
Cardona.
Sucediendo al noble Sant Climent, hallamos como señor de Albalate de Cinca a don
Ramón de Montcada, quien, en 25 de octubre de 1262 firmaba la entrega de los 7.000
morabatines de oro al obispo de Tortosa, por el contencioso que tuvo dicho obispo y los
Templarios en años precedentes, sobre la posesión de la plana de sus términos.
Poco después, en 13 de abril de 1265, se hizo mención al acuerdo hecho entre el
obispo de Lérida –Guillermo de Montcada (1257-1278) y los Templarios del Cinca, respecto a
las 28 iglesias de su diócesis en las que tenían jurisdicción los Templarios. La orden del
Temple defendía con ello un privilegio confirmado por el papa Clemente IV. Según el cual,
correspondía a los Templarios el derecho a cobrar las décimas de todos esos lugares, entre
los que se incluyen los términos de Saidí (Çaydino) y los de Fraga.
Especialmente relevante en este sentido de disputas sobre derechos en la Ribera
fueron los meses de julio y agosto de 1279. Así lo muestra una carta del rey desde Valencia
al lugarteniente del veguer Guillem de Curt, pidiéndole que no exigiera la lezda o peaje en
los lugares de Templarios de: Rafals, Alcolegia, Vall Corna, Mequinensa, Flix y Castro
Serany. Del mismo modo, desde Biar (Valencia) el monarca notificaba al bayle y universidad
de Ballobar (Vallobar) para que desistiera en la prohibición o contradicción contra el
castellán Templario de Monzón y del comendador de Chalamera y sus hombres, en las
cuestiones de pastos, leñas, maderas, propias de los términos de Chalamera, y sobre
heredades que los Templarios poseían más allá del río Alcanadre, afluente del Cinca. Dicha
causa fue encomendada a Ramón de Montcada, señor de Albalate y Saidí, como Procurador
General de Aragón.
También surgieron controversias entre los hombres de Alcolea de Cinca y los de
hombres del Temple de Chalamera. Intervino en nombre del rey don Gonzalo Pérez de Sana,
que procedió contra García Martín, Jordán Civera y Domingo Civera, así como contra el abad
y otros vecinos de Alcolea de Cinca, como su bayle Johan Sinyó, por haberse desplazado con
armas alzadas hasta el lugar de Chalamera (Xalamera). También los Templarios de
Ontinyena tuvieron que ser defendidos en el cobro del quinto a su favor que les disputaban
el castellán de Monzón, el vecino e Alcolea Raymundo de Alós y Bertran Benaran, éste
vecino de Ontinyena. También el quinto de conquista sobre Alcolea de Cinca pertenecía a
los Templarios, aunque el señorío del lugar fuera de don Bernardo Guillem de Entenza.
Todavía en marzo de 1287, el venerable noble Blasco de Alagón había de recibir
órdenes reales sobre la cuestión planteada por el maestre del Temple en Aragón y Cataluña,
atendiendo a la instalación permanente de un fraile del Temple, en calidad de lugarteniente
del comendador de Saidí, de forma que residiera en dicho lugar, junto con su familia, para
defender la tierra y sus derechos. Este fraile podía aplicar justicia en el lugar, siendo
acogiendo a dicho Templario en Saidí sin que se le pudiera hacer guerra contra él.
Aunque disponemos de pocas noticias, el lugar de Saidí dispuso de un molino harinero
propio, que disputaba el noble Ramón de Montcada en 1291, viéndose obligados algunos
hombres de Saidí a moler sus granos al molino de Almenar, propio del Temple. Un
documento del rey Jaime II (1291-1327) nos informa sobre este respecto, pues el citado
Ramón de Montcada, señor de Albalate de Cinca y de Saidí, pleiteó contra el Maestre del
Temple, Berenguer de Cardona, por cobrar el censo que los Templarios de Saidí pagaban por
utilizar el molino de Almenar. El rey dio la razón a los Templarios.
Debido a la muerte prematura de Simón de Montcada, hijo del dicho Ramon de
Montcada, asesinado en 1292 por otros nobles de la Ribera, el castillo y señorío de Saidí
acabó en manos de Guillén de Montcada, señor de Fraga, quien, para asegurarse su
posesión conmutó esta localidad y la de Ballobar (Vall·lobar) por su parte en el señorío y
rentas de Tortosa. Acuerdo ampliamente conocido de 1294.
Desde 1300 –prolongada la ausencia de Guillem de Montcada señor de Fraga de sus
posesiones de Saidí, por haber sido nombrado Procurador de Mallorca- continuaron los
conflictos entre vecinos y entre señoríos. Se prolongaron prácticamente hasta la disolución
de la Orden. Coincidieron dichas circunstancias con la revisión de límites entre Candasnos
(Campdasens, Campdasnos) y Ballobar (Vallobar, Vallupario) en cuya delimitación intervino
el castellán de Saidí. Los conflictos sobre términos derivaron asignando a Saidí, castillo y
términos al reino de Aragón, de la misma forma que ocurrió pocos años antes con los lugares
de Mequinensa y Torrente de Cinca, todos ellos pertenecientes a la actual comarca del
Bajo/Baix Cinca.
De todos es sabido que los Templarios del Cinca y del Segre, junto con sus bienes,
pasaron a la orden de San Juan de Jerusalén después de la definitiva disolución de aquellos
en 1314.
En la nueva castellanía Hospitalaria de Monzón fue nombrado como administrador de
bienes a Pedro de Canelles, que se vio obligado a intervenir en el acondicionamiento del
azud y cequia de la castellanía de Belver (Belveer) en agosto de 1317, de forma que
pudieran también regar los hombres de Osso de Cinca, al norte de Saidí.
Tras el abandono de los Templarios de las tierras del Cinca, el castillo de Saidí siguió
ocupando el espacio en el que actualmente se observa una zona ajardinada y parque
infantil. Junto a ellos, los restos de murallas que visten la parte Oeste de la localidad.
Joaquín Salleras Clarió
José Mª Pascual Penedés
Fotografías de Roberto Pena Costa
Pimpinella anisum L., popularmente el anís,
anís verde o matalahúva, es una hierba de la familia
de las apiáceas originaria del Asia sudoccidental y
la cuenca mediterránea oriental.
Planta herbácea anual que forma matas de
hasta 1 m de altura. Las hojas en la base son simples,
de 2 a 5 cm de largo ligeramente lobuladas mientras
que en la parte superior del tallo son pinnadas y más
profundamente divididas. Las flores, de 3 mm, son
blancas, pentapétalas y surgen en densas umbelas.
Elfruto es un esquizocarpio oblongo de 3 a 5 mm de
largo con un fuerte sabor aromático.
SUS USOS
Sus semillas se utilizan como condimento en
panadería y repostería, en la elaboración de licores
(anís, anisette) así como en algunos currys y platos de
marisco.
Todas las partes vegetales de la planta joven
son comestibles. Los tallos tienen una textura
parecida alapio y son mucho más suaves de sabor que
las semillas. Se elaboran aguardientes como el Aceite
de anís.
PRINCIPIOS ACTIVOS
La destilación de las semillas libera un aceite volátil que se utiliza en el tratamiento
de cólicos flatulentos. Como infusión sirve para trastornos digestivos.
El elemento principal del aceite (más del 90%) es el anetol (C10H12O o C6H4 [1.4]
(OCH3) (CH: CH.CH3.) También contiene chavicol metileno, aldehído anísico, ácido anísico y
un terpeno.
El anís estrellado obtenido de los pericarpos en forma de estrella de la planta Illicium
verum, nativa de China, también contiene anetol, pero no está emparentado botánicamente
con el anís, aunque debido a su sabor y aroma similar se utiliza frecuentemente como un
sustituto más barato en panadería y elaboración de licores.
Medicinales
Se utiliza la semilla. Favorece la digestión, mejora el apetito, alivia los cólicos y las
náuseas, la flatulencia, y los cólicos infantiles frecuentes en los bebes lactantes.
El agua de anís estimula la producción
de leche en las madres lactantes, puesto que
pasa a la leche materna, el bebé puede
beneficiarse de sus propiedades si la madre lo
consume. Puede estimular el inicio de la
menstruación cuando se le toma en infusión.
Para la infusión hervir una taza de
agua, dejar reposar una cucharadita de
semilla de anís molidas, por 10 minutos,
tomar 1 - 2 tazas al día.
El aceite de anís ayuda a aliviar los
cólicos,
y
espasmos
estomacales.
La
decocción para el cólico, se prepara al hervís
1 cucharadita de semilla en 1/2 litro de leche durante 5 – 10 minutos. Se debe tomar
caliente y removiendo continuamente para que no se quede en el fondo de la taza su
esencia.
Es muy valioso contra la tos fuerte y seca, con expectoración difícil, así como
problemas respiratorios asociados a la gripe. Para ello, recomiendan el consumo de limonada
caliente, preparada con una infusión de anís y tipo (Bistropogum mollis). Colocando en un
litro de agua hirviendo 1 cucharadita de anís de pan y 1 cucharadita de tipo, luego cernir y
adicionar el jugo de 3 – 5 limones (Citrus limón). Preparación que se toma 3 veces al día por
6 a 8 días.
ANIS ESTRELLADO
El anís
estrellado, anís
estrellado
chino, badiana o badiana de China, es
una especia que se asemeja al anís en su
sabor, que se obtiene del pericarpo con
forma de estrella del Illicium verum.
El Illicium verum es un árbol perenne
nativo de la pequeña región suroeste
de China. Los frutos, que presentan forma de
estrella, se cosechan momentos antes de la
maduración. Se utiliza extensamente dentro
de la cocina china, y un poco menos dentro
de Asia
del
Sur e Indonesia.
El anís
estrellado es un ingrediente del tradicional polvo de las cinco especias de la cocina china. Es
también uno de los ingredientes usados para hacer el caldo para la sopa de tallarines
vietnamita llamada phở.
El anís estrellado contiene anetol, el mismo principio activo que le da al anís su sabor.
Recientemente, se está utilizando en el mundo occidental como un sustituto menos caro del
anís para los anises en repostería, además de en la producción de licores , tal como el
licor Galliano o el licor francés Pastis.
El anís estrellado se ha usado en forma de té como un remedio contra el cólico y
el reumatismo, y las semillas se mastican después de una comida para ayudar a hacer la
digestión.
Si bien se produce en la mayoría de los
organismos autótrofos, el anís estrellado es la
fuente industrial del ácido shikímico, el
ingrediente primario que se usa para crear el
medicamento antigripal Tamiflu. Se considera al
Tamiflu como el medicamento más prometedor
para mitigar la severidad de la gripe aviar
(H5N1); sin embargo, algunos informes nos
indican que algunas formas del virus ya se han
adaptado al Tamiflu.
La escasez de anís estrellado es una de las
razones dominantes por las que hay una escasez
mundial de Tamiflu (con fecha 2005). El anís
estrellado se produce en cuatro provincias
de China y se cosecha entre marzo y mayo. El ácido shikímico se extrae de las semillas en un
proceso de fabricación de diez etapas que toma un año. Los informes dicen que el 90% de la
cosecha se utiliza ya por el fabricante farmacéutico suizo Roche en la fabricación deTamiflu,
pero otros informes dicen que hay una abundancia de la especia en las regiones
principales: Fujian, Guangdong, Guangxi y Yunnan.
En un principio, se creía que el anís estrellado era muy beneficioso y se le daba a los
niños pequeños e incluso recién nacidos, pero recientes estudios determinan que en
grandes cantidades, puede resultar mortal. Por eso se retiró del mercado en 2001 (el anís
estrellado se continua vendiendo en herbolarios de manera totalmente legal).
ADULTERANTES
El anís estrellado de Japón es el fruto de Illicium anisatum y es muy venenoso. Como
es muy parecido morfológicamente a la badiana, es un adulterante común que debe
controlarse con cuidado. Dicho fruto contiene 1% de aceite esencial y shikimina a la cual se
debe sus propiedades venenosas. El olor es distinto al del anís estrellado chino, ya que se
asemeja más a la esencia de laurel o sasafrás.
Por Fray Jesús (Hermano Herbolario)
Mallorca Templaría
El archipiélago balear, gracias a su estratégica
ubicación en los confines del Mediterráneo
occidental, ha sido la encrucijada y la antesala de
todos y cada uno de los pueblos y culturas que, por
el Mare Nostrum, han alcanzado la Península Ibérica.
Fruto de ello es una acumulación socio-cultural que
se pone de manifiesto a nivel general –en las islas- y
a nivel particular –en las ciudades, pueblos y aldeas-.
En la capital, Palma, se condensan buena parte de
los mitos y leyendas de Mallorca –la mayor del
archipiélago-, ciudad que albergó a judíos (chuecas),
alquimistas e hispano-musulmanes, gracias a la
atenta vigilancia de los templarios, cuyos caballeros
no sólo participaron en la conquista cristiana de Mallorca, sino también en las tareas de
repoblación y mantenimiento de las culturas antecesoras, a través de unos ritos, que se
llevaron a cabo en lugares cargados de energía, como veremos a continuación.
El archipiélago balear durante los siglos
medievales –exactamente entre los años 902 y
1349- fue un territorio de la España insular muy
codiciado, primero por los hispano-musulmanes:
Califato de Córdoba (902-1015); reino taifa de Denia
(1015-1076); después por los taifas de Zaragoza;
luego un período de taifa independiente, durante la
cual, en 1114-1115, la isla de Mallorca sufrió un
sangriento saqueo por parte de una flota de barcos
pisanos y catalanes; seguidamente se establecieron
los almorávides (1115-1203), y después los
almohades, quienes poseyeron el archipiélago balear hasta 1229, fecha de la conquista
cristiana, protagonizada por el monarca Jaime I, quien, tras partir del puerto (grao) de Salou
(Tarragona), después de un sangriento y prolongado asedio de tres meses, convirtió las islas
en un territorio cristiano independiente del Reino de Aragón; con ello, se produjo la
progresiva sustitución socio-cultural de los autóctonos de las islas, por un sustrato humano
de importante naturaleza catalana, como se desprende de los apellidos; algunos de los
cuales, también occitanos, por la estrecha relación que mantuvo especialmente Mallorca con
la ciudad de Montpellier (Languedoc). Durante este período, que culminó en 1349, se
sucedieron tres monarcas en la corona cristiana balear: Jaime II (1276-1311), Sancho (13111324) y Jaime III (1324-1343). Con la muerte de éste último, en 1349, en la villa de
Llucmajor, cerca de la montaña sagrada de Randa, y el encarcelamiento de su hijo, el futuro
Jaime IV de Mallorca, en la terrorífica fortaleza de Xàtiva (Valencia), por orden de Pedro IV
de Aragón, se disipó todo intento de mantener independiente este territorio, llamado por
los hispano-musulmanes: las “Islas Orientales de al-Andalus”. Y el archipiélago balear volvió
a integrarse plenamente en el Reino de Aragón.
Hasta aquí, hemos resumido en grandes trazos las principales etapas de las Islas
Baleares durante los siglos medievales; sólo nos ha faltado decir, que, con las masacres del
pogrón (1391), la judería de Mallorca cayó en desgracia, por haber sido asesinados la
mayoría de sus miembros, para desaparecer definitivamente en 1435; detrás, un brillante
legado cultural y científico, en materia de cartografía y mapas, que hoy, siete siglos
después, siguen siendo materia de estudio por eruditos de la navegación de todo el mundo;
a uno de estos miembros de la judería de Palma, Abraham Cresques, le debemos la
confección de “El Atlas Catalán”, realizado en 1375, actualmente conservado en la
Bibliothèque Nationale de París, fruto de un regalo de la Corona catalanoaragonesa al
monarca francés Luís XI.
LOS TEMPLARIOS
Al igual que sucedió en las más importantes conquistas cristianas de las ciudades
hispano-musulmanas, con los ejércitos de Jaime I iban las órdenes militares de su tiempo, y
del Temple no fue una excepción. La ciudad hispano-musulmana de Palma, como hemos
dicho antes, cayó después de tres largos y sangrientos meses de asedio cristiano, durante los
cuales se protagonizaron, por ambas partes contendientes, escenas que superan los límites
de lo humano, como la colocación por parte de los almohades en los muros exteriores de la
alcazaba, los prisioneros vivos cristianos, para recibir en sus cuerpos los impactos de las
catapultas lanzadas desde las maquinarias de asalto; o bien el lanzamiento al interior de la
ciudadela de las cabezas de los prisioneros musulmanes degollados, para intimidar y causar
pánico a los defensores…; esta conquista, que tuvo lugar en 1229, de la que poco se han
ocupado los historiadores medievales, merecería un estudio especial; en aquel tiempo, da la
casualidad, estaba como máximo dignatario del Temple, un maestre provincial: Guillém
Cadell (1229-1232).
Palma, conocida tras la conquista cristiana como “la Ciutat”, era la ciudad por
excelencia, la capital administrativa y comercial de la mayor isla del archipiélago. Con el
reparto del territorio, los Templarios recibieron la quinta parte de Mallorca, y fijaron en “la
Ciutat” su sede oficial, concretamente en el “Castell dels Templers”, baluarte que se
hallaba anexo a la muralla; aún se conoce en nuestros días esta zona urbana de la ciudad de
Palma: “Partita Templi”; lo curioso es que en este barrio también se encuentre el convento
de los Franciscanos, en cuyo interior reposan los restos de Ramon Llull (1235-1315),
llamado con justicia “el Doctor Iluminado”, el mallorquín más universal, a quien se debe el
descubrimiento de la piedra filosofal, autor de la obra “Ars Magna”; estudios herméticos que
llegaron a causarle unos serios problemas con la Iglesia; según Llull, Dios creó de la nada una
sustancia: el mercurio, conocido como “plata viva” (argentum vivum), de la cual surgieron
las demás cosas.
Después de realizar el peregrinaje a Santiago y a la villa de Rocamadour (Francia),
Ramon Llull, en 1305, decidió ir a Tierra Santa, pero, en plena travesía, fue víctima de un
envenenamiento por parte de sus propios servidores, sobornados por el pontífice Clemente
V; pero, gracias a la fortaleza física de Llull, y también a la intervención de los médicos
Templarios, en la isla de Chipre, el más célebre de los alquimistas hispanos logró salvar su
vida, falleciendo una década después, con la profunda tristeza de haber contemplado la
caída de sus queridos Templarios, víctimas del mismo pontífice que atentó contra su
existencia, y también de las ambiciones del monarca francés Felipe IV “el Hermoso”.
Junto al convento de San Francisco, también en
el arrabal conocido actualmente como “Partita
Templi”, se alza la iglesia de Santa Eulalia; edificio que
no es una casualidad que estuviese estrechamente
vinculado con las logias de canteros, colectivo que
contaba con el respaldo total del Temple; aún se
pueden apreciar una gran variedad de marcas grabadas
en las piedras que forman parte del aparejo, algunas de
las cuales con signos masónicos (el mallete, el compás,
la escuadra…); y otro dato de interés: gran parte de la
judería de Palma también se hallaba dentro de este
arrabal Templario; la abadía Templaría, de la que sólo se conserva su magnífica fachada, se
alza sobre cimientos de construcciones defensivas que habían formado parte de la ciudadela
almohade, la Madina Mayorga (Alcazaba de Gomera), la fortaleza roja, formada por tres
recintos; y fue precisamente sobre el tercero de estos recintos, en donde los Templarios
alzaron sus construcciones más sagradas, como fue esta abadía, cuyo templo sigue
ofreciendo una luz y unas dimensiones catedralicias. Este enclave Templario, en tiempos del
monarca Jaime I, sirvió, además, para guardar el inmenso botín arrebatado a los almohades,
tras la conquista cristiana, y luego, tras la desaparición del Temple, para encerrar a los
últimos caballeros de la isla, en tiempos del monarca mallorquín Sancho. A finales del siglo
XIX, al llevarse a cabo unas obras de urbanismo en las calles de Llull y San Buenaventura, se
descubrió una galería –de unos trece palmos de altura, y por la cual podían pasar juntos tres
hombres- que enlazaba el convento Templario con el palacio de la Almudaina.
Pero los Templarios no sólo se fijaron en “la Ciutat”, desde la cual controlar el resto
de Mallorca, también les atrajo muy especialmente algunos de los lugares de poder de la
isla; entre los cuales, y de forma muy particular, la Serra de Tramontana, que, en sentido
SO-N, recorre todo el contorno de poniente de Mallorca, y es en donde se alzan las
montañas más altas y los puntos de mayor energía de la isla.
El santuario del Llull, donde se rinde culto a una imagen coronada en 1884 como reina
y patrona de Mallorca, es uno de los lugares más interesantes de la geografía Templaría de la
isla. Allí arriba, después de haber atravesado un territorio de viejos olivos, el viajero
descubre un enclave místico y, al mismo tiempo, cargado de energía, donde los magos
Templarios implantaron el culto mariano en Mallorca; la imagen, conocida también como “La
Moreneta”, de 61 cm de altura, según la tradición, fue hallada por un pastor y ermitaño en
1240 en el interior de una gruta; en su tocado se lee: “nigra sed formosa sum”; el Niño
reposa en el brazo izquierdo portando un libro abierto, como animando a descubrir las
esencias de los saberes gnósticos; a ella están vinculadas otros cultos en esta misma iglesia
(Ana, San Bernardo, María Magdalena, San Juan Bautista, etc.), que igualmente forman parte
del Cosmos espiritual del Temple. Es importante recordar que toda la zona en donde se alza
este santuario está preñado de montañas sagradas, grutas que sirvieron de marco de
celebración de ancestrales cultos paganos, innumerables construcciones megalíticas y
calzadas que, más que para enlazar poblaciones, marcarían las líneas de ley de la isla, entre
enclaves cargados de energía.
Uno de estos enclaves es, sin duda, la villa de Pollensa, que se corresponde con una
importante posesión Templaría, recibida por el Temple, en 1230, tras la conquista cristiana;
se sabe que, desde Sóller y Alcudia, que marcan los límites de la Serra de Tramontana, los
Templarios tuvieron veintidós alquerías. Una de estas fue la de Pollensa; pero dejemos que
sea el erudito Juan García Atienza quien nos describa el lugar: “Camino de La Alcudia, una
senda remonta la ladera del montecillo llamado el Puig Son Vila, hacia la masía de Sa Torre.
A poca distancia nos encontramos con los restos, bastante bien conservados, de un talayot
que todo el mundo conoce como El Fort dels Templers, que pudo servir de torre de
vigilancia de los freires”. Lamentablemente, de aquel recinto sólo quedan algunos
fragmentos de columnas; sin embargo, es la referencia para alcanzar la meta que buscarán
afanosamente nuestros lectores: la Cova de Sant Martí, en las entrañas del Puig de Sant
Martí, ya en el municipio de La Alcudia.
La gruta de Sant Martí es un lugar
que sorprende porque no es horizontal,
sino vertical, como si de un tubo
volcánico emergiera de las entrañas de
la tierra, y en cuyas paredes laterales
se abren las dependencias de unos
espacios sagrados excavados en la roca
viva por los Templarios, para que los
magos del Temple, en el más absoluto
silencio e intimidad, pudiesen llevar a
cabo sus ritos, bajo una luz cenital que
entra por el agujero superior, a modo
de chimenea natural; dentro de este
enigmático enclave no faltan graffitis, igualmente Templarios, para transmitir unos mensajes
que, al día de hoy, aún no han logrado descifrarse; algunos de los cuales, relacionados con
el mar; es importante recordar que la costa está a pocos metros de allí, y no sería nada
extraño que, en su día, los Templarios lograran alcanzar la costa alargando las excavaciones
subterráneas de esta gruta.
Dentro de Pollensa aún se conservan numerosos testimonios legados por los
Templarios; entre los cuales: la casa en donde fijó su residencia el lugarteniente de la
Orden, ubicada en la esquina entre las calles Colón y del Temple, lamentablemente muy
transformada en nuestros días; también fueron Templarías la “Casa de s’Aigua” y la de
“S’Ombra”; todo ese arrabal perteneció a los caballeros de la cruz paté. A pocos metros se
encuentra la iglesia de Santa María dels Àngels, que fue el convento Templario de Pollensa;
también fue del Temple el calvario, enclavado en el todavía llamado “Puig del Temple”,
cuyo camino de subida constituye un viaje al más profundo recogimiento.
La isla de Mallorca, por lo tanto, gracias a su estratégica ubicación, fue escenario de
singulares gestas, donde los Caballeros Templarios escribieron momentos de gran belleza
socio-cultural, que debemos rescatar de la historia no oficial.
Por Jesús Ávila Granados
S. Aniceto I (155-166) Nació en Siria. Llegó a Roma como
colaborador de S. Justino en la lucha contra los herejes. Confirió
nueva vigencia al decreto de S. Anacleto (3° papa) acerca de la
consagración de los obispos y sobre la vestimenta de los
eclesiásticos: sin barba y sin cabellos largos, y más rigor en el
comportamiento. Confirmó que la Pascua debía celebrarse el
domingo, no obstante el parecer contrario de S. Policarpo, quien
reclamaba el derecho a poder seguir su propia tradición, recibida
de S. Juan Evangelista.
En el caso de S. Policarpo, Aniceto no insistió ni intentó
disuadirle. Cuenta Ireneo que los dos por respeto no intentaron
convencerse el uno al otro y "se separaron en paz". Se evitó un
cisma.
Otra herejía florecía en esa época, el montanismo. Los que lo profesaban pretendían
poseer una más directa inspiración divina. Entre las prácticas de esta herejía existía una
forma de ascetismo espiritual acompañada por manifestaciones histéricas, con acentos
antiestatales que contribuían a desacreditar a los cristianos ante el poder imperial. Esto
causó detenciones, juicios y algunas condenas. Fueron
muchos los que sufrieron el martirio, entre éstos Policarpo y
el mismo Aniceto.
San Aniceto, fue originario de Siria. Nació hacia el fin
del primer siglo, y la grande reputación que ya tenía en la
Iglesia hacia la mitad del segundo es testimonio de la santidad
con que pasó los primeros años de su vida. Fue azote de los
herejes y era venerado por uno de los más sabios y más
santos presbíteros de la Iglesia de Roma, cuando habiendo
sido coronado del martirio del Papa Pío I, el año 155, fue
nombrado por sucesor suyo.
Echó Dios bendición al celo y a los trabajos de Aniceto.
En poco tiempo se vio libre el rebaño de las herejías.
Descubiertos y confundidos los Valentinianos, los Marcionistas
y todos los demás herejes por el celo de Aniceto, fueron
objeto de la execración de todos. Instruyó y cultivó a su
pueblo con tal feliz suceso, que Roma, centro de la unidad y
de la fe, lo fue igualmente de la santidad, y teatro de la
virtud cristiana: así lo testifica Egesipo, que vino a Roma en
tiempo de San Aniceto.
Habiendo Egesipo tratado en su viaje a muchos obispos de Occidente, y habiendo
observado en Roma así la pureza de la fe como la santidad de las costumbres de los fieles,
admirado de una y de otra, hizo un magnífico elogio al pastor y del rebaño.
Escribió en 5 libros la Historia
eclesiástica, desde la Pasión de Cristo hasta
su tiempo, que se reducía a una sincera
colección de las tradiciones apostólicas;
pero que ya no nos han quedado de una
obra tan antigua y tan auténtica más que
algunos
fragmentos
conservados
por
Eusebio, en los cuales se ve la sinceridad
que San Egesipo, da testimonio de que hasta
su tiempo no había silla episcopal, ni ciudad
cristiana, y sobre todo Roma, donde no se
observase lo que manda nuestra Santa Ley,
lo que los Apóstoles habían predicado, y lo
que había enseñado el mismo Jesucristo.
Al principio de su pontificado le vino a visitar San Policarpo, que lleno de estimación y
de singular admiración a Aniceto, tuvo especial consuelo en pasar a conferir con él algunos
puntos de disciplina eclesiástica en que aún no habían convenido las Iglesias griega y latina,
y todavía no estaban decididos. Presto se concordaron los dos Santos. Y como era tanto lo
que San Policarpo defería y respetaba al Vicario de Cristo, y era tan singular la estimación
que Aniceto hacía de Policarpo, estrecharon entre sí una íntima amistad.
San Justino, estableció en Roma, según el plan que le dio el mismo Aniceto, una
escuela de virtud en que daba lecciones de religión a cuantos querían ser instruidos.
Gobernó la Iglesia San Aniceto, según Eusebio y Nicéforo, por espacio de cerca de doce
años con admirable celo. Prohibió que los clérigos trajesen el cabello largo, y mandó que
todos anduviesen con corona o tonsura clerical. Afirma San Gregorio Turonense que el autor
de esta corona fue San Pedro; en memoria de la corona de espinas del Salvador, y así es
probable que San Aniceto estableciese por decreto lo mismo que hasta allí no era más que
una mera y piadosa costumbre. Lo cierto es que antiguamente sólo se dejaba una especie de
cerquillo alrededor de la cabeza, estando todo lo demás raído a navaja, a la manera que aún
el día de hoy lo observan muchos religiosos.
Aniceto fue coronado del martirio en la persecución de Marco Aurelio, hacia el año
del Señor de 166, y su santo cuerpo fue enterrado por los cristianos en el Cementerio de
Calixto.
El año 1590, Minucio, arzobispo de Múnich, y secretario de Guillermo, duque de
Baviera, llevó a aquella ciudad la cabeza de nuestro Santo, y la colocó en la Iglesia de los
Padres de la Compañía, donde es reverenciada con singular devoción. En el 1604, habiendo
mandado San Clemente VIII que todos los cuerpos santos que se hallasen en dicho
Cementerio de Calixto fuesen sacados de él, y trasladados a lugar más decente: Juan, duque
de Altemps, pidió y consiguió del Papa el cuerpo de San Aniceto, y mandado labrar una
magnífica capilla, colocó en ella tan inestimable tesoro en un suntuoso sepulcro de mármol,
donde es reverenciado con la mayor devoción.
Por F.L.P.
El día 2 de marzo del presente año se celebrará en la
ciudad de Alcantarilla en Murcia, el IV Homenaje a las
Víctimas del terrorismo y en Acto de Servicio de las FFAA,
Cuerpos de Seguridad del Estado y Seguridad Privada.
El acto está organizado por la Asociación Nacional de
Guardias Civiles “Marqués de las Amarillas” y se celebrará
en la Iglesia de San Pedro Apóstol donde se ofrecerá una
misa en memoria de las víctimas del terrorismo. Y
posteriormente en el Centro Cultural Infanta Elena, en
donde se hará un homenaje a la bandera y posterior entrega
de diplomas y medallas.
A este acto acudirá en representación de la OCET,
nuestro Preceptor Federico Leiva i Paredes quien recogerá
la Encomienda de Caballero de Santiago.
-----------------El pasado 22 de enero se presentó en la
Casa del Libro de la Ciudad Condal la última
novela de nuestro apreciado Jesús Ávila
Granados, “El último hereje”. En la imagen
vemos a Jesús Ávila Granados y a su lado otro
entrañable amigo D. Pepe Figueredo Aguilera
quien actuó de maestro de ceremonias.
Próximamente
se
celebrará
una
presentación en la ciudad de Valencia y será
nuestro Preceptor Federico Leiva i Paredes el
encargado de presentar a nuestro estimado
Jesús.
Cátaros y Templarios se cruzan en esta trepidante obra, una
novela histórica que narra, en primera persona, la vida
de Bélibaste; el último perfecto, después de superar las pruebas
de iniciación -explicadas y analizadas con todo lujo de detalle-,
tras evadirse de las mazmorras de Carcasona, se ve obligado a huir
a través de rutas secretas, en busca de su libertad, al acecho de
traidores, conspiradores e inquisidores, recibiendo el apoyo de
sorprendentes aliados.
"El último hereje", no deja indiferente al lector, porque es
una aventura que sobrecoge por el realismo y la magia que le
envuelve de principio a fin.
La Cruz del Diablo de Cuenca
Esta no es si no, una de las tantas leyendas con un
titulo coincidente pero con contenidos divergentes, aunque
en muchos de los casos con es el mismo hilo moralista el que
subyace entre las costuras de las diversas narraciones. Algo
que como digo ocurre con la cruz del diablo.
La tradición sitúa esta leyenda en el siglo XVIII, siendo
su protagonista un joven apuesto y galán llamado Don Diego,
hijo de una e ilustre familia de Cuenca, amigo de las juergas,
bravucón, pendenciero, embustero y un gran conquistador al
que se le conocían aventuras con varias mujeres a las que
luego había abandonado. Un libertino comportamiento que
avergonzaba a sus padres y que alimentaba los rumores de
escándalos sobre su persona.
El espíritu seductor de Don Diego se acrecentó al llegar
a Cuenca una extraña familia llegada de otras tierras atraída
por el clima y la fama de las aguas de esta ciudad. Tal familia tenía una hija, llamada Diana,
cuyos veinte años atesoraban una hermosa belleza. Y un terrible secreto como veremos
más adelante.
En una ciudad pequeña como era este no fue
difícil que ambos, don Diego y Diana, se
encontraran por casualidad por la calle. Aquella
hermosa joven que atraía las miradas de todos
conquistó el interés y el corazón del joven libertino
que vio en la muchacha un nuevo trofeo de sus
correrías. En uno de aquellos encuentros, don
Diego se presentó ante Diana y esta le correspondió
de inmediato. Intercambiaron palabras de saludo y
miradas de complicidad que demostraba la
atracción entro los dos jóvenes. Los días fueron
pasando y la relación entre ambos se fue acrecentando, con la reprobación del padre de don
Diego, que recelaba de esa relación y la reprobaba por considerarla pecaminosa.
Don Diego estaba obsesionado con la belleza de Diana y el deseo le encendía hasta el
punto de hacerle cambiar de humor y dejar de alternar con sus amigos. Estaba decidido
hacer suya a la joven, al precio que fuera. Había embelesado y enamorado de tal forma al
muchacho que este andaba obsesionado con ella, hasta el punto de hacerle cambiar su
humor y sus ganas de divertirse con sus amigos. Su mente estaba ocupada siempre con Diana
y apenas tenía ganas de otra cosa. Tenía que hacerla suya, al precio que fuera. Ella,
mientras tanto, no parecía darle importancia a la mala fama que acompañaba a su
enamorado, más bien al contrario, le daba esperanzas de entregarse a él. Era cuestión de
tiempo.
La noche de difuntos era una fecha en la que
tradicionalmente los vecinos se recogían en sus
hogares para rezar por el alma de los fallecidos, en
la creencia de que el espectro de estos vagaba por
las calles y campos de la ciudad. Don Diego y Diana
estaban en una fiesta con sus amigos, cuando el sol
empezó a esconderse por el horizonte. Todos se
aprestaron a recogerse aludiendo a la superstición,
pero los dos jóvenes se rieron de aquella creencia.
Fue entonces cuando don Diego se apostó con sus
amigos de que a las doce de la noche él estaría en la
calle y desafiaría la costumbre de estar en casa,
acudiendo al lugar más solitario de la ciudad, como
era el santuario de la Virgen de las Angustias, al
final de la empinada cuesta de la calle Pilares. Era
esta una ermita levantada en el siglo XIV, aunque
reformada en el siglo XVIII.
Los amigos se miraron aterrados e intentaron
convencerle para que no llevara a cabo semejante
locura, que podría traerle graves consecuencias.
Pero don Diego se rio de sus miedos y se dispuso a
llevar a cabo su promesa. Sobre todo porque Diana
le había entregado una carta el día anterior en la
que decía: “Te espero en la puerta de las Angustias. Seré tuya en la Noche de los Difuntos”.
Aquella carta había emocionado de tal manera al muchacho, que estaba dispuesto a desafiar
cualquier peligro por poseer a la dama.
Nada iba a hacerle cambiar de opinión.
SANTUARIO DE LAS ANGUSTIAS>>>
Ni siquiera la fría y tormentosa
noche, en la que los truenos golpeaban con
inusitada furia y los relámpagos iluminaban
la tétrica oscuridad de la noche. En medio
de aquella tormenta, don Diego salió a la
hora prevista desafiando la noche. Raudo y
veloz, con el corazón palpitando con gran
fuerza, por amor, el esfuerzo y la emoción
contenida, y bajó la empinada cuesta para dirigirse a la puerta de las Angustias al encuentro
con su amada. Al bajar la cuesta, la vio allí, en el lugar señalado, toda vestida de blanco,
resplandeciente por la luz de los relámpagos. Corrió a su encuentro. Cuando estaban uno
enfrente del otro, ella le pidió que la poseyera, allí mismo, en aquel lugar y en aquella
noche.
Se abrazaron ambos jóvenes con todas sus fuerzas y se besaron con ardorosa pasión.
Ella le pidió que no se detuviera. El, fuera de sí por su pasión, intensificó sus caricias hasta
que sus manos comenzaron a levantar su vestido. Mientras, los rayos y truenos caían a su
alrededor sin que ambos se preocuparan por ello. La muchacha se dejó hacer y ayudó al
joven a que consiguiera su propósito. Pero de repente, algo extraño notó el muchacho. Bajo
aquel vestido no sintió una piel suave y sedosa sino una piel áspera y peluda. Fue entonces
cuando un rayo iluminó la escena y el joven vio, horrorizado que sus manos no tocaban una
pierna, sino una pata y que aquellos no eran pies, sino pezuñas. No era una mujer lo que
tenía en sus brazos, sino un macho cabrío.
Ahora lo entendía todo. Había vivido en pecado, había deshonrado a su familia y el
diablo se le aparecía en forma de una hermosa mujer para poseer su alma pecadora.
Aterrorizado, el joven salió corriendo dando gritos de terror y espanto. A su vez el diablo,
con una voz profunda, cavernosa y estrepitosamente desgarrada, lanzaba carcajadas que
resonaban entre las antiguas piedras del santuario. El joven, presa del pánico, se abrazó a la
Cruz de los Descalzos que había en la puerta de las Angustias rogando a Dios que le
perdonara, implorando su ayuda.
El diablo se abalanzó sobre él, lanzándole un zarpazo al tiempo que sonaba un trueno
inmenso. Pero el zarpazo solo le había rozado el hombro y había dejado una marca en la
piedra, todavía humeante.
El muchacho huyó despavorido subiendo la cuesta y nunca más se supo de él. En
realidad, se dice que ingresó en el santuario de las Angustias donde ingresaría para redimir
sus pecados y nunca más se le volvió a ver salir de allí.
Hoy en día, en ese lugar, frente al Convento de los Descalzos, donde ingresó el joven,
protegida tras una verja, podemos ver la Cruz de los Descalzos, también llamada Cruz del
Convertido, a la que alude esta leyenda. Y en ella, la mano, o la garra, marcada en la
piedra, junto con otros motivos de la Pasión grabados en ella, prueba de lo que allí
aconteció. Aunque la leyenda también dice que tal huella es la mano del propio joven, que
quedó marcada en la cruz por la intensidad y su deseo de perdón.
Por F.L.P.
Fuente Leyendas de Cuenca.
Orden de los Pobres Caballeros de Cristo
y del Templo de Jerusalén
(Orden Católica Española del Temple)
Maestrazgo Templario Católico Internacional
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