80-CAC-2013 SALA DE LO CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las nueve horas del cinco de diciembre de dos mil catorce. Vistos en casación la sentencia pronunciada a las quince horas y cinco minutos del seis de febrero de dos mil trece, por la Cámara de la Segunda Sección de Oriente, del Departamento de Usulután, que resuelve en apelación la sentencia pronunciada por el Juez de Primera Instancia de Santiago de María, Departamento de Usulután, a las quince horas y diecisiete minutos del siete de diciembre de dos mil doce, en el Proceso Declarativo Común de Nulidad de Contratos de Compraventas y Cancelación de Inscripciones, promovido por el abogado José Francisco P. A., como apoderado general judicial con cláusula especial de las señoras CLAUDIA LISSETH S. R., conocida por CLAUDIA RI. S., y GLENDA MARÍA R. S. o GLENDA MARÍA S. R., en contra del señor HERIBERTO ARNOLDO U. CH., o HERIBERTO ARNOLDO U. Han intervenido en primera Instancia el licenciado José Francisco P. A., como apoderado de la parte actora; la licenciada Flor de María G. G., y el doctor Romero G. M., como apoderados del señor Heriberto Arnoldo U. Ch., conocido por Heriberto Arnoldo U., y la licenciada Leyden Erenia E. T., como apoderada general judicial del señor José Carlos R., conocido por José Carlos R. C. En Segunda Instancia han intervenido las mismas partes actuando en las mismas calidades a excepción del doctor R. G. M. En casación lo ha hecho únicamente la licenciada Leyden Erenia E. T., como apoderada del doctor José Carlos R. conocido por José Carlos R. C. VISTOS LOS AUTOS; Y, CONSIDERANDO: I) La sentencia pronunciada en Primera Instancia dice: «POR TANTO: de acuerdo a lo antes expuesto y de conformidad a lo prescrito en los Arts. 3, 11, 14, 15 Y 172 de la Constitución de la República, Artículos y Arts. 1551, 1552, 1553, 1557 C.C., Y siguientes del Código Civil, Artículos 1, 2, 3, 4, 14, 15, 17, 90, 91, 216, 218, 222, 272, 416 y 417 del Código procesal Civil y Mercantil, en nombre de la Republica de El Salvador FALLO: A) DECLÁRASE NULO DE NULIDAD ABSOLUTA PARCIALMENTE LAS ESCRITURAS PUBLICAS DE COMPRAVENTAS de los inmuebles siguientes: 1) NUMERO CIENTO VEINTE que corresponde al Libro doce del Notario Rufino P. L., celebrada en esta ciudad a las ocho horas y diez minutos del día treinta de Abril del año de mil novecientos noventa y uno, por la cual la señorita ROSA MILAGRO R. conocida por ROSA MILAGRO U. R., y la señora ROSAURA M. U. DE R., o ROSAURA M. U. VIUDA DE R., le vendió al señor HERIBERTO ARNOLDO U., los inmuebles siguientes: a) un derecho proindiviso, equivalente a una quinta parte, sobre un terreno de naturaleza rustica, inculto, situado en la Jurisdicción de San Agustín ahora Villa, distrito de Berlín, Departamento de Usulután, de la capacidad de CUARENTA Y OCHO HECTÁREAS, NOVENTA Y NUEVE ÁREAS, cuya descripción detallada aparece en el titulo respectivo, b) otro derecho proíndivíso, equivalente a cuatro quintas partes sobre un terreno rustico, situado en la jurisdicción de la villa de San Agustín, distrito de Berlín, Departamento de Usulután, de una capacidad de VEINTISÉIS MANZANAS, equivalentes a DIECIOCHO HECTÁREAS VEINTE ÁREAS, cuya descripción detallada aparece en el titulo respectivo, c) Otro terreno rustico o inculto, situado en el Cantón El Corozo según antecedente pero en realidad está situado en el Cantón los Planes, de la jurisdicción de San Agustín, distrito de Berlín, departamento de Usulután, de SIETE HECTÁREAS DE EXTENSIÓN, cuya descripción detallada aparece en el titulo respectivo, d) otro terreno rustico también inculto, situado en el mismo lugar que el anterior, de la capacidad de VEINTIUNA HECTÁREAS DE EXTENSIÓN, cuya descripción detallada aparece en el titulo respectivo, e) otro lote o hijuela marcado con el número seis, de un terreno rustico, cultivado de café, sito en el punto denominado El Guarumal, de esta jurisdicción, distrito de Santiago de María, departamento de Usulután, de CIENTO TREINTA ÁREAS, conforme antecedente, pero en realidad de TRECE MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y SETECIENTOS CINCUENTA Y SIETE METROS CUADRADOS CUARENTA Y SIETE DECÍMETROS CUADRADOS, cuya descripción detallada aparece en el titulo respectivo.- f) Una porción de terreno rustico, inculto, situado en el cantón El Corozo, de la jurisdicción de San Agustín, distrito de Berlín, departamento de Usulután, de DOCE MANZANAS, o sean (sic) OCHO HECTÁREAS CUARENTA ÁREAS DE CAPACIDAD, cuya descripción detallada aparece en el titulo respectivo, g) otro derecho de propiedad proindiviso equivalente a la quinta parte de un terreno de naturaleza rustica, inculto, situado en la jurisdicción del pueblo de San Agustín, ahora villa, distrito de Berlín, departamento de Usulután, de CUARENTA CINCO (sic) HECTÁREAS NOVENTA Y NUEVE ÁREAS de capacidad, cuya descripción detallada aparece en el titulo respectivo, h) derecho proindiviso equivalente a la QUINTA PARTE de un terreno rustico, inculto situado en la villa de San Agustín, de SESENTA Y SIETE HECTÁREAS DIECINUEVE ÁREAS DE CAPACIDAD, cuya descripción detallada aparece en el titulo respectivo e, i) derecho proindiviso equivalente a la mitad de un solar y construcciones de naturaleza urbanos, sitos en calle Bolívar, números tres, y parte con salida a la Segunda Avenida Norte, en el Barrio El Centro de esta ciudad, departamento de Usulután, denominado lote "B", cuya descripción detallada aparece en el titulo respectivo, todos en relación a los derechos que le correspondían a la señorita ROSA MILAGRO U. conocida por ROSA MILAGRO U. R., quedando firme únicamente los derechos transferidos por la señora ROSAURA M. U. DE R. o ROSAURA M. URBINA VIUDA DE R., y, 2) NUMERO CIENTO CINCUENTA Y OCHO que corresponde al Libro OCTAGESIMO QUINTO del Notario Carlos O. V., celebrada en esta ciudad a las a las once horas del día doce de Marzo del año de mil novecientos noventa y uno, por la cual la señorita ROSA MILAGRO R. conocida por ROSA MILAGRO U. R., y la señora ROSAURA M. U. DE R. o ROSAURA M. U. VIUDA DE R., le vendió al señor HERIBERTO ARNOLDO U., tres terrenos rústicos que forman un solo cuerpo conocido como finca DUNKERQUE, que se describen así: I) un terreno de naturaleza rustica, cultivado de café, antes, ahora sin cultivos, situado en el lugar Las Cruces, Cantón la Peña, Jurisdicción de Alegría, distrito de Santiago de María, departamento de Usulután, de OCHO HECTÁREAS Y CUARENTA ÁREAS DE CAPACIDAD, cuya descripción detallada aparece en el título respectivo, II) otro terreno de naturaleza rustica, inculto, situado en el Cantón la Peña, Jurisdicción de Alegría, distrito del mismo nombre, hoy de Santiago de María, Departamento de Usulután, de la capacidad superficial de QUINCE ÁREAS, cuya descripción detallada aparece en el título respectivo, y 111) terreno de naturaleza rustica, inculto, situado en el mismo lugar que los anteriores, de TRES ÁREAS DE CAPACIDAD, cuya descripción detallada aparece en el título respectivo, todos en relación a los derechos que le correspondían a la señorita ROSA MILAGRO U. conocida por ROSA MILAGRO U. R., quedando firme únicamente los derechos transferidos por la señora ROSAURA M. U. DE R. o ROSAURA M. U. VIUDA DE R.. B) CANCÉLENSE PARCIALMENTE la inscripción de dichos títulos de propiedad en relación a los derechos que le correspondían a la señorita ROSA MILAGRO U., conocida por ROSA MILAGRO U. R., quedando firme únicamente los derechos transferidos por la señora ROSAURA M. U. DE R. o ROSAURA M. U. VIUDA DE R., inscritos en la NUMERO TREINTA Y CUATRO DEL LIBRO UN MIL CINCO DE PROPIEDAD USULUTÁN Y LA NUMERO CINCUENTA Y CUATRO DEL LIBRO NOVECIENTOS NOVENTA Y CUATRO DE PROPIEDAD DE USULUTÁN, ambas en el Registro de la Propiedad de la Segunda Sección de Oriente de la ciudad de Usulután y; CANCÉLENSE PARCIALMENTE las inscripciones de la compraventa otorgada por el señor HERIBERTO ARNOLDO U. conocido por HERIBERTO ARNOLDO U. CH., a favor del señor JOSÉ CARLOS R. conocido por JOSE CARLOS R. C., inscrito en el sistema de Folio Real Automatizado en las Matriculas números SIETE CINCO UNO UNO UNO CINCO UNO CUATRO-CERO CERO CERO CERO CERO, SIETE CINCO UNO UNO UNO CINCO UNO CINCO-CERO CERO CERO CERO CERO, Y SIETE CINCO UNO UNO UNO CINCO UNO SEIS-CERO CERO CERO CERO CERO, todas en el ASIENTO DOS, en relación a los derechos que le correspondían a la señorita ROSA MILAGRO U., conocida por ROSA MILAGRO U. R., quedando firme únicamente los derechos transferidos por la señora ROSAURA M. URBINA DE R. o ROSAURA M. U. VIUDA DE R. C) ORDENASE LA CANCELACIÓN de la Anotación Preventiva librada mediante oficio número 45 de fecha diecisiete de febrero del corriente año y, presentada bajo el número 201211003253, en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Segunda Sección de Oriente, oportunamente líbrese el oficio correspondiente. D) CONDENASE a los señores HERIBERTO ARNOLDO U. CH. conocido por o HERIBERTO ARNOLDO U., y JOSÉ CARLOS R., conocido por JOSÉ CARLOS R. C., al pago de las costas Procesales en ésta Instancia, Artículo doscientos setenta y dos inciso primero del código Procesal Civil y Mercantil. NOTIFÍQUESE LA PRESENTE SENTENCIA A LAS PARTES EN EL LUGAR SEÑALADO PARA ELLO.-HÁGASE SABER.» II) La sentencia de Segunda Instancia expresa: «POR TANTO: De acuerdo a las razones expuestas, disposiciones legales citadas y los Arts. 2 y 11 de la Constitución de la Republica, 217, 218, 219,510, 513,515 Inc. 2° y 517 del CPCM., a nombre de la Republica de El Salvador, esta Cámara FALLA: a) DECLARASE sin lugar lo solicitado por la Licenciada FLOR DE MARÍA G. G., en cuanto a que se REVOQUE LA RESOLUCION IMPUGNADA; b) DECLARASE sin lugar lo solicitado por la Licenciada LEYDEN ERENIA E. T., en cuanto a que se revoque la sentencia en lo que corresponde al párrafo "B" en donde se cancela las inscripciones registrales de los inmuebles de su representado; c) CONFIRMASE, en todas y cada una de sus partes la sentencia venida en apelación, por estar arreglada a derecho; y d) CONDENASE a la parte perdidosa al pago de las costas procesales de esta instancia. Oportunamente, devuélvase el proceso principal al Juzgado de Primera Instancia de Santiago de María, con certificación de esta sentencia. NOTIFIQUESE.» III) No conforme con dicha resolución, la licenciada Leyden Erenia E. T., apoderada del demandado José Carlos R. conocido por José Carlos R. C., interpuso recurso de casación, el cual en cuanto a los motivos admitidos dijo lo siguiente: «V) MOTIVO DE FORMA: Quebrantamiento de las formas esenciales del proceso por infracción de requisitos internos de la sentencia por motivos de INCONGRUENCIA, ya que vosotros has otorgado a la parte demandante más de lo pedido. Art. 523, Ord. 14° CPCM. a) NORMA QUE SE CONSIDERA INFRINGIDA: El precepto que se considera infringido es el Art. 218, Inciso 2° del CPCM, en relación con el Art. 517 del CPCM.- b) FUNDAMENTO DEL MOTIVO: (Quebrantamiento de las formas esenciales del proceso por infracción de requisitos internos de la sentencia por ser esta INCONGRUENTE, ya que se ha otorgado a la parte demandante, más de lo pedido).Considerando la sentencia como un acto procesal, esta puede adolecer de ciertos vicios que afectan su validez, tal es el caso cuando en su emisión se han infringido las reglas que fija la ley sobre la congruencia.- Es así como el Art. 523, Ord. 14° CPCM, señala como un defecto que afecta la validez de la misma cuando el Juez sentenciador incumple el deber regulado en el Art. 218 del CPCM, el cual en su inciso segundo en cuanto a la Congruencia, impone: "...EI juez deberá ceñirse a las peticiones formuladas por las partes, con estricta correlación entre lo que se pide y lo que se resuelve. No podrá otorgar más de lo pedido por el actor, menos de lo resistido por el demandado, ni cosa distinta a la solicitada por las partes...". (El connotado es propio).Honorable Cámara, el conflicto de intereses suscitado en el proceso declarativo común de nulidad de contratos de compraventas y cancelación de inscripciones, promovido en el Juzgado de Primera Instancia de Santiago de María, por el licenciado José Francisco P. A., como apoderado general judicial de las señoras Claudia Lisseth S. R., conocida por Claudia R. S.,; y Glenda María R. S., o Glenda María S. R., según las pretensiones expresas del demandante se han limitado a pedir la nulidad del instrumento público que ampara el dominio y posesión del señor Heriberto Arnoldo U. Ch., o Heriberto Arnoldo U., sobre las escrituras públicas de compraventa, la primera otorgada en la Ciudad de Santiago de María, Departamento de Usulután, a las ocho horas y diez minutos del día treinta de abril de mil novecientos noventa y uno, ante los Oficios del Notario Rufino P. L., inscrita en el Registro de Propiedad Raíz e Hipotecas de la Segunda Sección de Oriente, bajo el NUMERO TREINTA Y CUATRO, del LIBRO UN MIL CINCO, de propiedad del Departamento de Usulután; y la segunda otorgada en la Ciudad de Santiago de María, Departamento de Usulután, a las once horas del día doce de marzo de mil novecientos noventa y uno, ante los Oficios del Notario Carlos O. V., inscrita en el Registro de Propiedad Raíz e Hipotecas de la Segunda Sección de Oriente, bajo el NUMERO CINCUENTA Y CUATRO, del Libro NOVECIENTOS NOVENTA Y CUATRO, de propiedad del Departamento de Usulután, sobre los derechos proindiviso que le correspondían a la señorita Rosa Milagro R. o Rosa Milagro R. U., y en consecuencia cancelar las respectivas inscripciones registrales, es decir, el demandante delimito (sic) el objeto del proceso ciñéndolo a la nulidad de los contratos de compraventa en los que intervino la señorita Rosa Milagro R., conocida por Rosa Milagro R. U.; y que como consecuencia de dicha declaratoria de nulidad se cancelaran (sic) las inscripciones registrales que corresponde a dichas compraventas.- Pero vosotros Honorable Cámara, al decidir el recurso de apelación de la sentencia definitiva dictada por la Juez A Quo, has pronunciado un fallo que otorga a la parte demandante más de lo pedido, haciendo una serie de valoraciones y conclusiones de hechos que no fueron alegados, ni pedidos por el demandante, llevándote a pronunciar una sentencia que va más allá de las cosas litigadas y de la forma en que lo han sido, pues la parte demandante en ningún momento ha pedido la cancelación de las inscripciones a favor de mi mandante.- Asimismo, el Inciso tercero del Art. 218 CPCM, reza: "...Sin alterar la pretensión, y con respeto a los hechos alegados por las partes como base de sus causas de pedir, el juzgador podrá emplear los fundamentos de derecho o las normas jurídicas que considere más adecuadas al caso, aunque no hubieran sido invocados por las partes. (El connotado es propio) Al tenor de dicha disposición puede advertirse honorable Cámara, que la única facultad que vosotros tenéis es la de integrar adecuadamente las normas jurídicas para un caso en específico y con base en ellas fundamentar tus resoluciones, pero no podéis suplir las omisiones de hecho en las que incurran las partes, teniendo por alegados hechos que no lo han sido, ni como pretensiones aquellas que no han sido planteadas, es decir, vuestras facultades no te permiten suplir los errores u omisiones respecto de hechos que solo las partes pueden pedir y alegar, por lo que al ordenar en vuestro fallo la cancelación parcial de la inscripción que corresponde a la compraventa otorgada a favor de mi mandante, sin que la parte demandante lo haya pedido, el fallo de vuestra sentencia es incongruente por otorgar más de lo pedido por el demandante, infringiendo en esa forma el Art. 218 CPCM. Por otra parte Honorable Cámara, la ley te obliga a que si en la sentencia apelada observareis alguna infracción en cuanto a los hechos que se declaran probados o a las razones de derecho aplicadas, deberías revocarla y resolver sobre las cuestiones que fueran objeto de litigio, sin embargo y no obstante los errores apuntados, pronuncias una sentencia que otorga al demandante más de lo que ha pedido, de tal suerte que vuestra sentencia no es la conveniente, pues para que lo sea debe ajustarse a lo preceptuado en el Art. 218 CPCM, y al no estarlo, además estáis infringiendo el Art. 517 del CPCM, siendo así como las infracciones apuntadas configuran las condiciones necesarias para el recurso de casación que interpongo, para que vuestra sentencia sea casada. En cuanto al motivo alegado -Art. 523, Ord. 14° CPCM-, y ante la existencia de una sentencia incongruente, pues has otorgado al demandante más de lo pedido, la Honorable Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia en reiterada jurisprudencia ha establecido: "Para que la incongruencia entre la pedido y lo resuelto en la sentencia, sea motivo de casación, es necesario que la sentencia de segunda instancia contenga resoluciones o pronunciamientos que no forman parte de la litis, es decir, que no han sido pedidas en la demanda ni por reconvención (extra petita) o que deje de resolver sobre puntos que han formado parte del litigio, como peticiones de la demanda o excepciones perentorias del demandado (cifra petita o mínima petita), o que condene a más de lo pedido por el demandante (ultra o plus petita). Como falta de consonancia es lo mismo que falta de congruencia, la incongruencia debe aparecer formalmente entre la parte resolutiva de la sentencia y las pretensiones y excepciones o sea, pues, que las peticiones de la demanda del juicio deberán interpretarse en relación con la causa petendi, formada por los hechos de la demanda y que ésta limita el contenido de la sentencia. No basta dar lo que se pide, sino que ha de ser con base precisamente en la causa petendi alegada en la demanda y no en otra distinta, aun cuando se haya probado durante el juicio. Si esto sucede, estaremos en presencia de esta causal, porque es lo mismo condenar a lo no pedido que hacerlo por causa distinta a la invocada n. (Sentencia REF: 136-C-2006, Fecha: 11/10/2006).- "De acuerdo a la doctrina y la jurisprudencia casacional, el fallo incongruente puede presentarse en las siguientes formas: cuando el juzgador en su sentencia concede más de lo pedido; cuando resuelve una cuestión no planteada; cuando omite fallar sobre uno, varios o todos los puntos litigiosos; y, cuando resuelve de manera distinta a lo pedido." (Sentencia Ref. 134-C-2005 de Fecha: 22/11/2005).- "La falta de congruencia en la sentencia se ha estimado por la doctrina como error in procedendo, el cual puede presentarse en tres formas: cuando se otorga más de lo pedido; cuando se otorga algo distinto de lo pedido; y, cuando se deja de resolver algo pedido". (Sentencia REF: 176-C-2004, Fecha: 27/04/2005).- "El sub motivo de casación consistente en la incongruencia del fallo, se configura cuando no hay correspondencia o conformidad entre lo RESUELTO EN EL FALLO con las PRETENSIONES hechas por las partes en el proceso; es decir, cuando hay falta de congruencia entre lo PEDIDO y lo RESUELTO. (Sentencia REF: 166-C-2006, Fecha: 23/10/2007). VI) MOTIVOS DE FONDO: Con la sentencia impugnada se ha producido una infracci6n de ley segun 10 establecido en el Art. 522 CPCM.»....«En cuanto a los motivos concretos POR LA NO APLICACIÓN DE LAS NORMAS QUE REGULAN EL CASO: Hemos de entender que existe Infracción o Violación de Ley cuando se deja de aplicar la norma que debió aplicarse, haciéndose una falsa elección de otra. Pues bien, en la sentencia impugnada debieron aplicarse los artículos 375, 378, 416, del Código Procesal Civil y Mercantil, 295 del Código de Familia, el primero en virtud de no haberse vertido prueba pericial dentro del proceso, el segundo, al no haberse vertido prueba pericial como efecto trae una mala valoración conforme a las reglas de la sana crítica y el tercero en razón de que para que sean nulos los contratos deber verterse la prueba idónea, y el Art. 1318 del Código Civil, y no los Art. 1316, 1551, 1552, 1553 y 1557 del Código Civil, en los siguientes términos: El Art 1318, del Código Civil regula lo que son las causales de incapacidad al no establecer la Síndrome Down, dentro del mismo, no puede interpretarse de manera extensiva e incluir dicho padecimiento y como consecuencia declarar nulos los contratos celebrados por una persona. Cuando se alega nulidad de contratos de compraventa otorgados por persona con Síndrome Down, debe probarse dentro del proceso y mediante la prueba idónea tal circunstancia, que en este caso sería la prueba pericial, proponerse el perito, juramentarse, que explique el peritaje, y demás aspectos relativos a dicha prueba en el caso en comento ello no sucedió, por lo cual debió desestimarse la pretensión en primera instancia, y en segunda instancia revocarse la sentencia, al no aplicar los Art. 375 y 378, del Código Procesal Civil, traen como efecto de cascada falta de prueba idónea y ello nos lleva a una mala valoración de la misma, violentando los Art. 375, 378, 416, del Código Procesal Civil y Mercantil, 295 del Código de Familia, y el Art. 1318 del Código Civil. Es así como al tenor de la ley, puede decirse que los hechos que han quedado probados es que la señorita R. U., legalmente, quedo incapacitada para administrar sus bienes a partir del año dos mil, y no antes, siendo esta la forma en que considero infringido el Art. 341, Inc. 1° CPCM., pues si te hubieseis ceñido a su contenido normativo, vuestro fallo hubiera sido reconociendo que la incapacidad señalada por el demandante, en la fecha en que las compraventas cuya nulidad se reclama, no fue probada y que por lo tanto su pretensión debe desestimarse, de tal suerte que con este error en la apreciación de la prueba se cumple otra de las condiciones para que vuestro fallo sea Casado por la Honorable Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia, quien sobre este motivo ha sostenido: "Error de Hecho en la apreciación de la prueba", el cual se produce cuando el juicio u opinión que se ha formado el juzgador, no corresponde a la realidad esto puede suceder de dos formas: 1° como consecuencia de no haber tomado en consideración la prueba instrumental aportada al proceso, ó, 2° cuando supone prueba donde no la hay" (el enfatizado es mío), sentencia REF. 103-2000, Fecha: 25/09/2000. e) NORMA SUSTANTIVA QUE SE CONSIDERA INFRINGIDA: El precepto que se considera infringido es el Art. 1317, Código Civil. f) FUNDAMENTO DEL MOTIVO: (Error en el manejo y aplicación de las normas sustantivas).- La pertinencia y procedencia de este motivo, radica en el error que vosotros honorable Cámara habéis cometido en relación al derecho material, pues al momento de emitir tu fallo, hacer la calificación jurídica de los hechos y deducir las consecuencias legales, has omitido la aplicación del Art. 1317 del Código Civil, que para el caso que nos ocupa es indispensable su aplicación para delimitar el tema de la capacidad.- El Art. 1317 del Código Civil, a su tenor reza: "Toda persona es legalmente capaz, excepto aquellas que la ley declara incapaces" (el subrayado es propio); y en ese sentido vos misma en el Romano VII) de tu sentencia has reconocido que la incapacidad de una persona, SOLO SURTE EFECTOS cuando esta ha sido declarada por sentencia judicial.- (Art. 292 Código de Familia).- En relación a la incapacidad alegada, es necesario acotar que contrario a las conclusiones a las que vos has llegado en vuestra sentencia, el demandante únicamente ha probado que la señorita Rosa Milagro R. U., fue declarada incapaz por sentencia judicial hasta el año dos mil; y que es a partir de esa fecha que dicha incapacidad surte efectos legales, por lo que si hubieseis aplicado correctamente el Art. 1317 del Código Civil, vuestro pronunciamiento hubiera sido en el sentido que al momento en que la señorita R. U., otorgó las ventas mencionadas, la compareciente era legalmente capaz. Es así como habéis infringido el Art. 1317 del Código Civil, pues a su tenor literal, mientras la incapacidad no sea declarada Judicialmente, toda persona es legalmente capaz y puede administrar sus bienes.- Si vosotros en la valoración de los hechos y en vuestra conclusiones, hubieras aplicado a su tenor esta norma del derecho, también hubieres llegado a la conclusión que en el momento en que la señorita R. U., otorgo (sic) los contratos de compraventa que se acusan de nulos, esta no había sido declarada incapaz (a través de sentencia judicial como lo requiere la ley para que surta efectos), y que por tanto en el año de mil novecientos noventa y uno (cuando se otorgaron las ventas), ella estaba comprendida dentro del supuesto que integra la primera parte del Art. 1317 del Código Civil, es decir, que la señorita R. U., era capaz para otorgar los contratos de venta antes mencionados, es así como la infracción de ley que habéis cometido con respecto a dicha norma, configura la procedencia del recurso de casación por este motivo.» IV) COMPENDIO DEL CASO: El día diez de febrero de dos mil doce, el licenciado José Francisco P. A., actuando en su carácter de apoderado general judicial con cláusula especial de las señoras Claudia Lisseth S. R. conocida por Claudia R. S. y Glenda María R. S., o Glenda María S. R., interpuso demanda contra el señor Heriberto Arnoldo U. Ch., o Heriberto Arnoldo U., en razón del cuadro fáctico que a continuación se relaciona: Según lo dicho por el abogado P. A., sus mandantes han sido declaradas herederas definitivas de los bienes que a su defunción dejó la señorita ROSA MILAGRO R., conocida por ROSA MILAGRO R. U., quien padecía del síndrome down, según constancia extendida en el Hospital Nacional de Santiago de María por el doctor Alfredo Ricardo A. M. No obstante lo anterior, la señorita ROSA MILAGRO R. o ROSA MILAGRO R. U. compareció ante los notarios Rufino P. L., y Carlos O. V. a otorgar compraventa sobre derechos proindivisos que recaen sobre unos inmuebles de los cuales era propietaria, ventas que se hicieron a favor del señor Heriberto Arnoldo U. Ch., o Heriberto Arnoldo U., por lo que -según manifiesta- la señorita R. U. no tenía la capacidad legal para obligarse por sí misma. En virtud de lo anterior, con expresas instrucciones de sus mandantes, pide se declare la nulidad de tales instrumentos de compraventa de los inmuebles a favor del señor Heriberto Arnoldo U. Ch., o Heriberto Arnoldo U., el primero otorgado a las once horas del día doce de marzo de mil novecientos noventa y uno ante los oficios del notario Carlos O. V., inscrito en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Segunda Sección de Oriente, bajo el número CINCUENTA Y CUATRO del LIBRO NOVECIENTOS NOVENTA Y CUATRO de Propiedad, del Departamento de Usulután. El segundo instrumento otorgado a las ocho horas y diez minutos del día treinta de abril de mil novecientos noventa y uno ante los oficios del notario Rufino P. L., inscrito en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la Segunda Sección de Oriente, bajo el número TREINTA Y CUATRO del LIBRO UN MIL CINCO de Propiedad, del Departamento de Usulután. La demanda fue contestada en sentido negativo y se alegó que a la fecha de realización de las ventas cuya nulidad se reclama la señorita ROSA MILAGRO R. o ROSA MILAGRO R. U., no había sido declarada interdicta judicialmente. En la audiencia preparatoria el abogado de la actora manifestó que al anotarse preventivamente la demanda en el Registro, se constató que actualmente el dominio de una porción del inmueble cuya venta se pretende se anule pertenece al señor JOSÉ CARLOS R. C., conocido por JOSÉ CARLOS R., por lo que el Juez procedió a suspender la audiencia y conceder un plazo de diez días al abogado demandante para que presentara el escrito integrando el litis consorcio pasivo, todo ello sin modificar la pretensión. Cumplido lo anterior, el Tribunal constituyó el litis consorcio pasivo y ordenó el emplazamiento del señor JOSÉ CARLOS R., conocido por JOSÉ CARLOS R. C. La licenciada Leyden Erenia E. T., en representación del señor R., contestó la demanda en sentido negativo e interpuso la excepción de improponibilidad de la demanda. Por sentencia definitiva dictada por el Juzgado de Primera Instancia de Santiago de María, Departamento de Usulután, a las quince horas diecisiete minutos del día siete de diciembre de dos mil doce, se declararon nulas, parcialmente, de nulidad absoluta las escrituras públicas de compraventa de los derechos proindivisos sobre los inmuebles que correspondían a la señorita ROSA MILAGRO R., o ROSA MILAGRO R. U., escritura otorgadas a favor del señor Heriberto Arnoldo U., y se ordenó además la cancelación parcial de la inscripción registral de dichos títulos de propiedad así como también se ordenó la cancelación parcial de las inscripciones de compraventa otorgada por el señor Heriberto Arnoldo U. conocido por Heriberto Arnoldo U. Ch., a favor de José Carlos R. conocido por José Carlos R. U. C., en relación a los derechos que le correspondían a la señorita ROSA MILAGRO R., o ROSA MILAGRO R. U. No conformes con dicha resolución, las abogadas de los demandados interpusieron recurso de apelación en contra de la misma, verificándose la notificación y emplazamiento de ambas partes con el objeto de que éstas comparecieran en Segunda Instancia. La Cámara, en lo principal, confirmó el pronunciamiento de Primera Instancia. Debido al desacuerdo con ese fallo, la parte agraviada interpuso Recurso de Casación por los motivos antes expresados. VIII) ESTUDIO DEL RECURSO DE CASACIÓN INTERPUESTO. MOTIVO DEL RECURSO POR QUEBRANTAMIENTO DE LAS FORMAS ESENCIALES DEL PROCESO: INFRACCIÓN DE LOS REQUISITOS INTERNOS DE LA SENTENCIA, AL SER ÉSTA INCONGRUENTE POR HABER OTORGADO EL JUEZ MÁS DE LO PEDIO POR EL ACTOR, CON INFRACCIÓN DE LOS ARTS. 218 INCISO SEGUNDO y 517 CPCM Las disposiciones que se consideran quebrantadas dicen lo siguiente: «Art. 218.-El juez deberá ceñirse a las peticiones formuladas por las partes, con estricta correlación entre lo que se pide y lo que se resuelve. No podrá otorgar más de lo pedido por el actor, menos de lo resistido por el demandado, ni cosa distinta a la solicitada por las partes.» «Art. 517.- Si al revisar los hechos que se declaran probados en la sentencia impugnada o las razones de derecho aplicadas en la misma el tribunal observara alguna infracción revocará la sentencia y resolverá sobre la cuestión o cuestiones que fueran objeto del proceso.» Según la recurrente, la pretensión de las demandantes se ha limitado a pedir la nulidad de las escrituras públicas de compraventa de inmuebles otorgadas por la señorita ROSA MILAGRO R. o ROSA MILAGRO R. U., a favor del señor Heriberto Arnoldo U. Ch., o Heriberto Arnoldo U., y que como consecuencia de dichas declaratorias de nulidad se cancelaran las inscripciones registrales que corresponden a dichas compraventas. Dice la licenciada E. T., que la Cámara ha otorgado a la parte demandante más de lo pedido pues ésta en ningún momento pidió la cancelación de las inscripciones a favor del señor José Carlos R. conocido por José Carlos R. C. La Cámara ha sostenido que al declararse nulo el título inscrito que ampara el dominio sobre un inmueble, obligadamente debe cancelarse la inscripción en el Registro de la Propiedad de conformidad con el Art. 732 N°2 C. Agrega la Cámara que el efecto propio de esta cancelación registral producto de la nulidad del título respectivo, es que el dominio sobre el inmueble queda en manos del anterior propietario que aparece registrado, interrumpiéndose el tracto sucesivo que debe existir en la cadena de traspasos, razón por la cual, y por la fe pública registral, deben cancelarse las inscripciones derivadas de la primera que fue cancelada, en virtud de la nulidad del título. Es decir que cancelada una inscripción registral deben cancelarse también las que fueren su consecuencia. Sobre lo anterior esta Sala hace el siguiente análisis: Ciertamente, tal y como lo señala la Cámara, el principio de tracto sucesivo es uno de los que orienta nuestro sistema registral y, en ese sentido, se ha establecido en el Art. 43 del Reglamento de la Ley de Reestructuración del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas que «De acuerdo al principio de tracto sucesivo, en el Registro se inscribirán, salvo las excepciones legales, los documentos en los cuales la persona que constituye, transfiera, modifique o cancele el derecho, sea la misma que aparece como titular en la inscripción antecedente o en documento fehaciente inscrito. De los asientos existentes en el Registro, relativos a un mismo inmueble, deberá resultar una perfecta secuencia y encadenamiento de las titularidades del dominio y de los demás derechos registrados, así como la correlación entre las inscripciones y sus modificaciones, cancelaciones y extinciones.» En armonía con lo transcrito, la inscripción de un documento requiere que el que transfiere, modifica o cancela un derecho conste como titular en el Registro, si un eslabón de esta cadena es declarado nulo obligatoriamente acarrea que el resto de inscripciones registrales pierdan el soporte del cual gozaban. En el presente caso al declararse la nulidad de las escrituras otorgadas por la señorita ROSA MILAGRO R. o ROSA MILAGRO R. U. a favor del señor Heriberto Arnoldo U. Ch. o Heriberto Arnoldo U., y ordenarse la cancelación de la inscripción registral respectiva, necesariamente las posteriores inscripciones existentes deben también cancelarse, pues -como muy bien señala la Cámara- el dominio de los inmuebles queda en manos del anterior propietario que aparece registrado, propietario que no ha transferido ni constituido ningún derecho en favor del señor José Carlos R., conocido por José Carlos R. C. La Cámara ha aplicado certeramente el Art. 732 numeral 2° del Código Civil que autoriza la cancelación de una inscripción registral cuando se declare la nulidad judicial, en todo o en parte, del título en cuya virtud se haya hecho la inscripción. En este caso, las nulidades absolutas de los contratos y cancelación de inscripciones pedidas por la actora producen el efecto en cascada de cancelar los posteriores asientos registrales existentes y que hayan sido sustentados sobre el título declarado nulo. Recuérdese que el registro cumple una función legitimadora, según la cual quien tiene inscrito un derecho es beneficiado por la presunción de que el derecho existe y le pertenece, de manera tal que no es posible que perdure la inscripción a favor del señor José Carlos R., conocido por José Carlos R. C., pues no es cierto que sea el titular del derecho de dominio una vez producida la nulidad del título en base al cual se le transfirió el dominio, el cual se encuentra en manos de las herederas de la señorita ROSA MILAGRO R. o ROSA MILAGRO R. U., a quienes les asiste el derecho de obtener las inscripciones registrales a su favor y quienes en la realidad son las titulares del derecho de dominio sobre los bienes que fueron de la señorita U., en virtud de la declaratoria de herederas que opera en su favor. Respecto del Art. 517 CPCM, al no existir ninguna infracción en los hechos que se declaran probados o en las razones de derecho aplicadas, pues como se ha visto la Cámara ha procedido en legal forma al ordenar las cancelaciones registrales, no tiene lugar la revocatoria pretendida por la recurrente. De lo dicho se infiere que la incongruencia alegada e infracción al Art. 517 CPCM no ha tenido lugar, por lo que no procede casar la sentencia de mérito por este motivo y así se declarará. MOTIVO DEL RECURSO POR INFRACCIÓN DE LA NORMA DE DERECHO. INAPLICACIÓN DE LA NORMA QUE REGULA ES SUPUESTO QUE SE CONTROVIERTE, CON INFRACCIÓN DEL Art. 341 INCISO 1° CPCM Y 1317 C. El inciso primero del Art. 341 CPCM literalmente dice: «Los instrumentos públicos constituirán prueba fehaciente de los hechos, actos o estado de cosas que documenten; de la fecha y personas que intervienen en el mismo, así como del fedatario o funcionario que lo expide.» Por su parte el Art. 1317 C. ordena: «Art. 1317. Toda persona es legalmente capaz, excepto aquellas que la ley declara incapaces.» En cuanto a la infracción del Art. 341 inciso 1° CPCM, según la impetradora, en el proceso ha quedado probado que la señorita ROSA MILAGRO R. o ROSA MILAGRO R. U., quedó legalmente incapacitada para administrar sus bienes a partir del año dos mil, de manera tal que a la fecha en que las compraventas cuya nulidad se reclama fueron otorgadas no había prueba de la incapacidad legal de la vendedora. En cuanto a la inaplicación del Art. 1317 C., dice la recurrente que la infracción reside en el hecho de que mientras la incapacidad no sea declarada judicialmente, toda persona es legalmente capaz y puede administrar sus bienes. De haberse aplicado esta norma- dice- al momento en que la señorita ROSA MILAGRO R. o ROSA MILAGRO R. U., otorgó los contratos de compraventa que se acusan de nulos, ésta no había sido declarada incapaz, por lo que —a la inversa- era capaz para otorgar las ventas cuya nulidad se discute. La Cámara ha argumentado que se ha probado mediante constancia extendida por el médico del Hospital Nacional de Santiago de María, doctor Alfredo Ricardo A. M., que la señorita la señorita ROSA MILAGRO R. o ROSA MILAGRO R. U., presentaba diagnóstico de síndrome down y mediante peritaje psiquiátrico realizado por la doctora Luz María D. de S., quien es psiquiatra forense del Instituto de Medicina Legal de San Salvador, se ha establecido también- que la señorita ROSA MILAGRO R., o ROSA MILAGRO R. U. presentaba síndrome down con un desarrollo psíquico retardado y que por lo tanto no era apta para administrarse a sí misma ni a terceros. De igual manera existe una sentencia pronunciada en el Juzgado de Familia de Usulután, de fecha quince de mayo de dos mil que declara incapaz a la señorita Urbina. La Cámara también invoca el Art. 295 del Código de Familia que establece que los actos y contratos ejecutados o celebrados antes del decreto de incapacidad son válidos, a menos de probarse que el que los ejecutó o celebró estaba entonces mentalmente enfermo. La Sala en cuanto a este motivo de casación alegado considera lo siguiente: La capacidad es un requisito para la validez de los actos jurídicos y supone un nivel de discernimiento en grado tal que permita comprender a una persona el alcance y consecuencia de los actos que celebra. Esta capacidad debe existir en la persona al momento de intervenir en un acto jurídico, así debe entenderse de lo dicho por el Art. 1316 ordinal 1° que establece que para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es necesario : 1) Que sea legalmente capaz. El Art. 1318 C. dice que son absolutamente incapaces los dementes, los impúberes y los sordos que no puedan darse a entender de manera indudable. Guillermo Ospina Fernández y Eduardo Ospina Acosta en la Teoría General del Contrato y del Negocio Jurídico, sexta edición, pág. 89 explican que «La expresión demencia, empleada por la ley para los efectos de la incapacidad, no sólo se refiere a los estados permanentes de locura, imbecilidad, cretinismo y similares, sino, en general, a todas las afecciones sico-patológicas, aunque sean transitorias, que coloquen a la persona que las padece en imposibilidad de emitir una manifestación normal y seria de voluntad. » De manera tal que en el caso de la señorita U., al padecer síndrome down, el cual es de carácter congénito, es decir que desde que ella nació se vio disminuida en su capacidad de discernir y medir las consecuencias de sus actos, incluidos -por supuesto- los de naturaleza jurídica, tenía la calidad de incapaz y su situación mental no era de aquellas en las que tuviese intervalos lúcidos, sino que desde su nacimiento se encontraba disminuida mentalmente como para celebrar un acto jurídico válido. De manera tal que la existencia o no de una declaratoria de incapacidad al momento de la celebración de los contratos de compraventa que se cuestionan es intrascendente porque de manera indudable se sabe que ella nunca tuvo la aptitud legal para celebrarlos, jamás gozó de intervalos lúcidos que den la pauta para pensar que probablemente las compraventas fueron válidas. La declaratoria judicial de incapacidad de la señorita Rosa Milagro R. conocida por Rosa Milagro R. U., no riñe con la realidad comprobada con las certificación médica y peritaje psiquiátrico agregados en el proceso. La declaratoria de incapacidad que también consta en el proceso ha permitido formalizar una situación preexistente y ha dado pie al nombramiento de un curador que represente a la incapaz pero en manera alguna significa que la señorita U., haya sido capaz legalmente previo a tal declaratoria. La Cámara con buen tino hace aplicación del Art. 295 del Código de Familia, que es totalmente aplicable al caso que nos ocupa y que es una disposición que está en total consonancia con el Art. 1317 C, pues parte de la capacidad general de las personas naturales, pues previo a la declaratoria legal de incapacidad presume lo contrario, es decir, la capacidad salvo que se compruebe que la situación de una persona en particular califica dentro de los supuestos de excepción que contiene el Art. 1317 C. , como ha ocurrido en el caso que nos ocupa. Es evidente que aunque no se nomine expresamente, la Cámara si ha hecho aplicación de los principios y contenidos del Art. 1317 C. y 341 CPCM. De tal razonamiento se concluye que no ha existido la infracción a los Arts. 341 inc. 1° CPCM y Art. 1317 C, por lo que no procede casar la sentencia por este motivo y así se declarará. POR TANTO: De acuerdo a las razones expuestas, disposiciones legales citadas, y Arts. 15, 216, 217, 218 y 536 del Código Procesal Civil y Mercantil a nombre de la República, la Sala FALLA: a) Declárase que no ha lugar a casar la sentencia de que se ha recurrido, por la causa genérica de infracción de la norma de derecho, por el motivo de forma de quebrantamiento de las formas esenciales del proceso por infracción de los requisitos internos de la sentencia, al ser ésta incongruente por haber otorgado el juez más de lo pedido por el actor, Art. 523 ordinal 14° CPCM con infracción de los Arts. 218 inciso segundo y 517 CPCM; b) Declárase que no ha lugar a casar la sentencia de que se ha recurrido, por la causa genérica de infracción de ley, por haberse dejado de aplicar la norma que regula es supuesto que se controvierte, con infracción del Art. 341 inc. 1° CPCM y del Art. 1317 C; y c) Condénase en costas al doctor José Carlos R., conocido por José Carlos R. C. ------M. F. VALDIV. ------M. REGALADO.--------O. BON F.--------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.--------R. C. CARRANZA S-------SRIO. INTO-------------------RUBRICADAS-------------- --------------------------------------------------------------------------------