Ref.149-CAS-2007 SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las nueve horas y trece minutos del día trece de Noviembre de dos mil siete. El anterior recurso de casación ha sido interpuesto por el Licenciado Germán Edwin Guzmán Ábrego, en calidad de Defensor Particular, contra la Sentencia Definitiva Condenatoria, pronunciada por el Tribunal Primero de Sentencia de San Miguel, a las catorce horas del día dieciséis de Febrero del presente año, en el proceso instruido contra, el imputado JOSE DANIEL BATRES VASQUEZ, por el delito de POSESION Y TENENCIA previsto y sancionado en el Art. 34 de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, en perjuicio de la SALUD PÚBLICA. En cuanto a la admisión del medio impugnativo, habiéndose interpuesto el recurso en tiempo y en cumplimiento de los requisitos exigidos por el Art. 423 del Código Procesal Penal, ADMÍTESE el presente recurso y procédase a dictar la sentencia correspondiente. RESULTANDO: I) Que mediante sentencia relacionada en el preámbulo de la presente resolución se resolvió: "….POR TANTO: De conformidad con los artículos 2, 11, 12, 14, 20, 72, 74 y 75 de la Constitución de la República; artículos 1, 2, 3, 4, 5, 57, 58, 62, 63, 64, 114 y 115 todos del Código Penal; 34 inciso 2° y 67 de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, 1, 2, 4, 19, 126, 130, 158, 184 inciso 4°, 314, 324, 354, 356, 357, 358, 359, 361 y 450 del Código Procesal Penal; 7 N° 6, 40, 219 N° 3, 221 INCISO 3°, 222 N° 1 ° del Código Electoral; 3, 10 y 11 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; 4, 7.5 y 8 de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos o Pacto de San José; 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; XXVI de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR FALLO: A) CONDENAR a JOSÉ DANIEL BATRES VÁSQUEZ, por el delito de POSESIÓN Y TENENCIA, en perjuicio de LA SALUD PÚBLICA, a cumplir la pena de CUATRO AÑOS DE PRISIÓN, desde el día diez de Febrero del dos mil siete hasta el día cinco de Agosto del año dos mil diez, en virtud de haber estado en detención seis meses y cinco días o en la fecha y lugar que determine el Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena de esta ciudad de conformidad a los artículos 441 del Código Procesal Penal y 44 de la Ley Penitenciaria, a quien se librará certificación de esta sentencia; b) IMPONER a JOSÉ DANIEL BATRES VÁSQUEZ una multa de SIETE SALARIOS MÍNIMOS MENSUALES URBANOS VIGENTES, equivalentes a ciento setenta y cuatro dólares con treinta centavos de dólar por mes, haciendo un total de UN MIL DOSCIENTOS VEINTE DÓLARES CON DIEZ CENTAVOS; e) Accesoriamente al condenado se le imponen las penas siguientes: l. Pérdida de los derechos de ciudadano; 2. La incapacidad para obtener toda clase de cargo o empleo público durante el tiempo de duración de la pena principal; e) Respecto a la responsabilidad civil se determina; e) 1. ABSUELVASE DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL a JOSÉ DANIEL BATRES VÁSQUEZ, en virtud de que la Fiscalía no se pronunció al respecto, ni se probó el daño causado; 2. Respecto a la droga secuestrada ordénase su destrucción de acuerdo a lo establecido en el artículo 184 inciso 4° del Código Procesal Penal y al artículo 66 de la vigente Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas; 3. No hay condena especial en costas para ninguna de las partes; f) Si no se recurriere de esta solución, oportunamente archívense las presentes actuaciones; g) Líbrese los oficios y certificaciones respectivas a donde correspondan. NOTIFÍQUESE." II) Contra el anterior pronunciamiento, el Licenciado GERMÁN EDWIN GUZMÁN ABREGO en calidad de Defensor Particular, interpone recurso de casación alegando como único motivo la Inobservancia de los artículos 178 y 130 Pr.Pn "por parte del Tribunal Primero de Sentencia de la ciudad de San Miguel, en la sentencia condenatoria aparece la relación que dice "se sostiene por parte de tres agentes de la Policía Nacional Civil del Cantón Plantar, que cuando realizaban un patrullaje preventivo, detuvieron al acusado mediante una requisa personal por parte de un agente Carlos Ernesto del Cid Gómez, encontrándole al referido acusado, diez porciones de polvo blanco, al parecer cocaína en la bolsa delantera derecha de su pantalón, tomando la droga, decomisada y guardándola consigo, y al siguiente día se la entregó a Ramón Romero (agente de la DAN), el tribunal de sentencia no tuvo ante su presencia dicha acta de requisa personal como medio probatorio documental donde si se hubiere tenido a la vista que en dicha acta les estaba dando a demostrar una verdad real de todo lo acontecido en una requisa personal, de que forma y manera se encontró la evidencia es decir la droga, ni tampoco tuvo dicho tribunal ante su presencia la prueba testimonial de Ramón Romero, para preguntarle qué hizo la droga, que le entregó el agente del Cid Gómez, para probar la culpabilidad y participación del sentenciado, con dichos dos testimonios y acta que se hubiera tenido ese día de la presente vista pública el tribunal de sentencia ante su vista y ante su presencia hubiera habido certeza de la culpabilidad del sentenciado de poseer y tener 2.2 gramos de droga, pero como no fue posible reproducir dicha prueba del día sábado cinco de agosto del año dos mil seis, que hiciera referencia el agente requirente al acusado requerido de dicho hallazgo y decomiso, porque cuando se celebró dicha audiencia oral y pública, no se comprobó, dicho acto que dijeron los tres agentes haber realizado uno de ellos una requisa personal, que se iba a demostrar con la prueba recogida y realizada el día cinco de Agosto del año recién pasado, la culpabilidad del señor Vásquez Batres, ya que el objeto de la presente vista pública era probar los hechos que a dicho acusado se le encontró droga adherida en su cuerpo mediante una requisa personal, realizada por parte de un agente policial, quien realizó dicha requisa personal y encontró la droga en la parte delantera del pantalón. Al no contar con dicha prueba o medio probatorio legal establecido en el Artículo 178 Pr.Pn En el cual era un acta que tenia que elaborarse, entre quien hizo la requisa y el requisado, pero no se elaboró, ni tampoco, la prueba para hacerla reproducir en la presente vista pública de hecho y en derecho los señores jueces del Tribunal Primero de Sentencia de San Miguel, no contaron con dicha prueba, inobservando de esa manera el artículo 178 Pr.Pn. Por lo tanto no había certeza para condenar, se dice de que manera encontraron la droga, a quién se le encontró, por parte de quien, mediante el acto en una acción de una requisa personal, pero en el desarrollo de la sentencia condenatoria no se establece la forma legal para encontrar culpable al señor Vásquez Batres. Debiéndose anular dicha sentencia condenatoria, de conformidad al artículo 224 N° 6 Pr.Pn." III) Por su parte, la Licenciada Lorena Mercedes González Zura, en su calidad de Agente Auxiliar del Fiscal General de la República, a pesar de haber sido emplazada en legal forma, no hizo uso del derecho a contestar el recurso interpuesto. IV) Vistos los autos y analizados que han sido los argumentos del recurso, se procede a conocer del fondo del mismo; y se CONSIDERA: La fundamentación probatoria requerida en una sentencia, tiene un sustento descriptivo e intelectivo, encontrándose referido el primero de ellos, a la trascripción de la prueba recibida de viva voz y con inmediación; y el segundo, a la valoración de la prueba que se ha insertado en el fallo. Si se incluye en la resolución únicamente el sumario de prueba (sin valorar) habrá falta de fundamentación intelectiva; y a la inversa, si solo se incluye la apreciación del material probatorio sin transcribirlo previamente, habrá falta de fundamentación descriptiva (sobre estos conceptos v. CAFFERATA NORES, algunos aspectos de la motivación de la sentencia temas de Derecho Procesal Penal, pp. 284-291). La parte recurrente aduce la existencia de una falta de fundamentación probatoria intelectiva, en virtud que el A Quo emitió un fallo condenatorio a pesar que no tuvo en su presencia el acta de requisa personal y la prueba testimonial de Ramón Romero, elementos probatorios a criterio del impetrante indispensables para la determinación del ilícito y de la participación del procesado en la comisión del mismo, la ausencia de tales elementos probatorios hace imposible establecer la culpabilidad del imputado. Los fundamentos sobre los que ampara el recurrente la existencia del vicio en mención, parten de una clara y expresa valoración personal que éste lleva acabo respecto al efecto que ocasiona en el pronunciamiento de mérito la prueba antes referida -acta de requisa y testimonio de Ramón Romero-, aunado ello, a una crítica de la convicción que le generó al Juzgador los elementos probatorios vertidos en juicio, en virtud de no ser estos a criterio del impetrante suficientes e idóneos para que tuviese por establecido el juzgador el delito y la participación del imputado. Respecto a ello tenemos que en la sentencia impugnada se evidencia por parte del Tribunal de mérito la determinación de la fundamentación probatoria descriptiva en la cual se enmarca la incorporación de la prueba siguiente: a) Acta policial de fecha cinco de Agosto de dos mil seis, b) Hoja de recibo y entrega de evidencia procedente del Laboratorio Criminalístico de la División Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil, c) Oficio número quinientos diecinueve, procedente del Juzgado de Paz de la Ciudad de Moncagua, d) Oficio número dos mil ciento sesenta y siete, procedente del Juzgado Segundo de Instrucción de San Miguel, e) Oficio número ochocientos setenta y tres, procedente del Departamento de Investigación de la Policía Nacional Civil, f) Oficio numero dos mil novecientos noventa y nueve, procedente del Departamento de Registro y Control Penitenciario de la Dirección General de Centro Penales, g) Declaración del Perito Kelvin Ulises Juárez Hernández, h) Declaración del agente captor Carlos Ernesto del Cid Gómez, i) Declaración del agente captor Guillermo Antonio Montoya y j) Declaración del agente captor José Daniel González Rivas. Posterior a la descripción de los elementos mencionados el A Quo llevó a cabo la fundamentación probatoria intelectiva, tomando por base para la determinación del delito, la concurrencia del acta policial de fecha cinco de Agosto del dos mil seis, en la que manifiesta "consta la requisa personal practicada al acusado, la detención en flagrancia de éste y el secuestro de la droga efectuado, por los Agentes Carlos Ernesto del Cid Gómez, Guillermo Antonio Montoya y José Daniel González Rivas siguiente: ". Esta Sala denota que el primero de los elementos probatorios descritos por el A Quo, es el acta policial, prueba documental de la cual desprendió la determinación de la manera en que se ejecutó la requisa al procesado; siendo tal adecuación a criterio de esta Sede Casacional conforme a derecho puesto que mediante tal acta se dio cumplimiento con 1o dispuesto en el Art. 178 del Pr.Pn; ello a pesar que, tal documento no lleve el nombre expreso de acta de requisa, lo cual no lo exime de ser tal, en virtud que el legislador dispuso el levantamiento de un acta en la que se detalle todo lo sucedido, presupuesto que conforme a la valoración probatoria descriptiva manifestada por el Juzgador se ha llevado a cabo, y ello lo encontramos plasmado en el fundamento intelectivo donde razona: "que la existencia del delito de posesión y tenencia ilícita de drogas, se estableció con: 1) Acta policial de fecha cinco de agosto del dos mil seis, en la que consta la requisa personal practicada al acusado... acompañada ella con otros elementos de prueba... y la autoría de José Daniel Batres Vásquez, mediante la declaración de los testigos agentes captores los cuales conforme aparece plasmado en el pronunciamiento detallaron de viva voz el día en que sucedieron los hechos, el procedimiento de requisa y la detención del procesado". En lo que respecta a la incidencia que el recurrente aduce hubiese tenido el testimonio de Ramón Romero para el establecimiento de una cadena de custodia legítima, este Tribunal advierte que el A Quo al hacer un enlace de los elementos probatorios vertidos en juicio denota una secuencia legal y válida del trámite que se dio a la droga secuestrada, estableciendo clara y expresamente como la conducta encaja en el tipo y la participación del imputado, siendo el elemento que matiza la esencialidad para la determinación de ambos presupuestos: el hallazgo de la droga en posesión del procesado, acto que conforme a lo expuesto por el A Quo ha sido probado mediante la prueba vertida en juicio, de tal manera que le ha generado certeza suficiente para la emisión de una condena,. Por lo antes expuesto, esta Sala considera no procedente casar la sentencia de mérito. POR TANTO: Con base en la razones apuntadas, disposiciones legales citadas y Arts. 1, 4 y 6 del Código Penal; Arts. 50 lnc. 2° N 1°, 130, 356, 357, 406, 407, 413, 421, 422 y 427 del Código Procesal Penal, a nombre de la República de El Salvador, esta Sala FALLA: a. NO HA LUGAR A CASAR la sentencia de mérito por el motivo de casación invocado por el Licenciado Germán Edwin Guzmán Ábrego, en calidad de Defensor Particular, b. REMÍTASE las actuaciones al tribunal de origen. NOTIFÍQUESE.--------- GUZMAN U. D. C.--------------------------------------- R. M. FORTIN H.-----------------------M. TREJO---------------- PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN----------RUBRICADAS-----------ILEGIBLE.