Edición completa en PDF

Anuncio
BREVES
Ciencia y educación en el INTA Castelar
Seguridad alimentaria de acá a la China
Año X - # 108 - Septiembre de 2010
Promueve el conocimiento y la valoración de las plantas mediante la investigación científica,
la educación ambiental, la recreación y la conservación de la diversidad biológica.
Las puertas de este jardín abren paso a 30 hectáreas de
especies nativas y exóticas provenientes de todo el mundo.
Allí hay colecciones de plantas vivas documentadas y
clasificadas con sus nombres científicos y vulgares.
Se trata del Jardín Botánico Arturo E. Ragonese, ubicado en el
Instituto de Recursos Biológicos del Centro de Investigación
de Recursos Naturales del INTA Castelar –Buenos Aires–.
Además de sus actividades científicas, el Jardín tiene una
finalidad educativa: la formación de valores, conocimientos y
conductas en las personas en relación con la conservación
ambiental y al desarrollo sustentable, a través de recorridos y
senderos de indagación por el predio.
Las especias autóctonas e introducidas que integran la
colección del Jardín conforman las diferentes regiones
fitogeográficas y comunidades vegetales. El grupo de las
Gimnospermas está compuesto por pinos, cedros, bingos,
cicas, encefalartos y agathis, mientras que el de las
Angiospermas incluye eucaliptos, calistemos y
robles, entre otros. También se destacan las
colecciones de palmeras, araucarias y
casuarinas. Entre los géneros nativos se puede
mencionar Podocarpus, del Norte argentino,
conocido vulgarmente como “pino del cerro”.
Además hay talas, chañares, jacarandaes,
lapachos, ceibos, palo borracho, ombú,
algarrobos, quebrachos, orquídeas y
bulbosas terrestres ¡y más!
Floreciente
Arturo E. Ragonese (1909-1992) fue un
investigador, viajero incansable y gran
conocedor de la flora argentina. En 1947
creó un Jardín botánico de introducción
y aclimatación de plantas con especies
provenientes de las exploraciones
botánicas que fueron realizadas en la
Argentina, con propósitos de
investigación, para confeccionar las
Floras Regionales del INTA. Se
incorporaron especies
exóticas gracias al intercambio de semillas con diversas
instituciones internacionales.
Ana María Molina, que en 1996 fue designada como
responsable de este espacio, puso en macha un Proyecto de
reactivación del Jardín Botánico, que entonces fue
denominado “Arturo E. Ragonese” en homenaje póstumo a
su impulsor.
Con el propósito de abrir ese proyecto a la comunidad, se
obtuvo un subsidio del programa Invirtiendo en la
Naturaleza, alianza entre Botanic Gardens Conservation
International (BGCI), Earthwatch, World Wild Life Foundation
(WWF) y el banco HSBC.
Para esto se restauró la colección viva, lo que implicó el
desmalezado, documentación e incorporación de numerosas
especies. A su vez, se delimitó el actual predio de 30
hectáreas con un alambrado perimetral y se construyó un
centro de visitantes, que cuenta con salón auditorio,
biblioteca, laboratorio y sala de exposiciones para
estudiantes y público en general. Además, se construyó un
anexo con todas las facilidades para desarrollar investigación
científica.
Promover el conocimiento
Este Jardín Botánico tiene como misión promover el
conocimiento y la valoración de las plantas a través de la
investigación científica, la educación ambiental, la recreación
y la conservación de la diversidad biológica, para contribuir
de manera efectiva a la conservación y al uso sustentable del
ambiente.
Luis Basterra –vicepresidente del INTA–, en el marco
de una misión institucional a China, recorrió centros
de investigación, participó del III Foro Global de Líderes
de Ciencia y Tecnología Agrícola donde se trataron
temáticas relacionadas con la seguridad alimentaria,
el rol de la ciencia y la tecnología, la aplicación de
políticas agrícolas y la cooperación internacional.
Asimismo, visitó plantas de procesamiento, zonas
industriales y centros de extensión.
En Santa Fe se festejaron 25 años del INTA
El Centro Regional Santa Fe cumplió 25 años y celebró
junto al presidente y director nacional de la institución
–Carlos Casamiquela y Néstor Oliveri,
respectivamente–, en un acto que también contó con la
presencia del ministro de la Producción provincial
–Juan José Bertero–, los intendentes de las ciudades
de Rafaela –Omar Perotti– y Rosario –Miguel Lifschitz–
y el director del Centro Regional –José Luis Spontón–.
Este Centro Regional –puesto en funciones el 12 de
agosto de 1985, con el ingeniero Carlos Torres como
director– fue el primero en operativizar la
transformación que implicó descentralizar y otorgar
mayor operatividad en regiones coincidentes con
ámbitos provinciales.
El cuarto elemento
Este espacio tiene abiertas sus puertas a la comunidad y
ofrece atención de lunes a viernes entre las 8.30 y 16.30
horas. Se promueven visitas guiadas, cursos, seminarios,
jornadas, talleres, asesoramiento técnico, pasantías y
voluntariados, cuenta con una asociación de amigos y
hospeda exposiciones de arte y actividades de interés
cultural.
INTA Castelar, a 30 km. de la Capital
Federal, accesos desde Acceso Oeste
y Camino del Buen Ayre.
Tel.: (011) 4621-1309
botanicoragonese@cnia.inta.gov.ar
www.inta.gov.ar/irb/investiga/jb.html
Bajo este lema se inauguró el XVIII Congreso Anual de
la Asociación Argentina de Productores en Siembra
Directa (Aapresid) que se realizó del 11 al 13 de agosto
en Rosario. Carlos Casamiquela –presidente del INTA–
participó del acto de apertura junto a Julián
Domínguez –ministro de Agricultura, Ganadería y
Pesca–, Hermes Binner –gobernador de Santa Fe– y
Miguel Lifschitz –intendente de Rosario–. El seminario
contó con paneles técnicos-productivos sobre diversos
cultivos, debates sobre el manejo de fertilizantes,
reducción del impacto ambiental y enfermedades,
entre otras temáticas.
Nuevas autoridades en Agroindustria
Por Jorge Nisi
Ing. Agr. Área Mejoramiento Genético Vegetal
INTA Marcos Juárez
jnisi@mjurez.inta.gov.ar
La siembra se ha realizado en condiciones muy favorables de
humedad en la región Pampeana Norte, NEA y NOA lo que permitió
una adecuada implantación del cultivo.
En la Región Pampeana Sur, especialmente en el sudeste, se ha
demorado la siembra por exceso de humedad, pero es posible
extenderla hasta fines de agosto.
Los característicos sistemas radiculares en cabellera tienen un
alto valor como agregantes de las partículas del suelo y sus
abundantes residuos en superficie protegen el efecto degradante
del impacto de las gotas de lluvia. Además de aumentar la
infiltración, disminuir el escurrimiento y la evaporación.
El valor del rastrojo de trigo no sólo puede medirse por esas
condiciones sino también por los residuos de cosecha que quedan
distribuidos en forma homogénea en la superficie del suelo y se
caracterizan por su duración en el tiempo, favorecida por su alta
relación carbono/nitrógeno y el alto contenido de lignina, lo cual
permite alcanzar el balance de carbono deseable.
Néstor Oliveri –director nacional del INTA– puso en
funciones a María Victoria Reyes, nueva directora del
Centro de Investigación de Agroindustria del INTA
Castelar. Reyes, quien dirigirá esa unidad por los
próximos cuatro años, accedió al cargo por concurso
público y cuenta con una larga trayectoria en el país y
el exterior vinculada a los agronegocios, la innovación
tecnológica y la agroindustria.
La frutilla del postre
El trigo es un cultivo que se siembra en una extensa área del país,
con una amplia diversidad de ambientes, habiendo una oferta de
cultivares de elevado potencial de rendimiento con germoplasma
diverso que le permite adaptarse a las diferentes condiciones
agroecológicas.
Por otro lado, el trigo es un cereal que responde a la inversión en
tecnología: genética, siembra directa, rotaciones, fertilizantes,
fitosanitarios, maquinarias, riego, etc.
Con respecto a la calidad, nuestro país cuenta con capacidad de
producir trigos con diversas calidades industriales, para distintos
usos.
Por último, es de señalar que la tendencia de los precios de trigo
en los próximos meses es muy favorable debido a la merma de la
producción mundial en países del hemisferio Norte,
especialmente Rusia, donde se estima una pérdida del 40% en la
cosecha actual por la incidencia de las altas temperaturas y déficit
hídrico.
Suscríbase gratuitamente al
semanario digital INTA informa:
NUEVOS LABORATORIOS
En los últimos años el INTA sumó obras y distinciones que benefician a la investigación. “La
institución aumentó sus inversiones veinte veces desde 2003 hasta ahora”, destacó Carlos
Casamiquela, presidente del organismo.
“En los últimos meses se inauguraron nuevos
laboratorios con equipamientos de última
generación”, reseñó Carlos Casamiquela, presidente
del INTA.
Estas inversiones de $20.000.000 permitieron equipar
y mejorar las capacidades científico-tecnológicas del
organismo para lograr un desarrollo equitativo de las
diferentes cadenas agroalimentarias y de territorios.
Casamiquela destacó que “la institución aumentó sus
inversiones veinte veces desde 2003 hasta ahora. Hoy
estamos con una ejecución promedio de entre 48 y 50
millones de pesos anuales de recursos propios y antes
de 2003 el monto era de 1,5 / 1,8 millón por año”.
En este sentido es que se inauguró, en mayo de 2010,
un nuevo complejo de laboratorios en el INTA Manfredi
–Córdoba–. Allí, en 2.600 metros de superficie, se
reúnen los laboratorios de biotecnología, de calidad
nutricional de granos, forrajes y nutrición animal y el
de suelos y agua, además de instalaciones de uso
común.
El proyecto fue financiado con fondos del organismo
para beneficio de investigadores, becarios y del
sistema productivo regional. Además del uso común
de los equipos y la mayor funcionalidad de la
infraestructura, a corto plazo se implementará un
punto único de recepción de muestras de materiales
–del INTA y de clientes externos– mediante la
utilización de una base de datos.
Alta tecnología mendocina
En el INTA Mendoza, por su parte, se inauguró un
laboratorio de biotecnología construido y
parcialmente equipado mediante fondos del INTA y de
la Agencia Nacional de Promoción Científica y
Tecnológica. La instalación permitió profundizar la
investigación básica en la genética de cultivos
frutícolas y hortícolas y aportará, principalmente, al
conocimiento de la cadena vitivinícola.
Las actividades se centran en el área de microbiología
– d e s a r ro l lo d e leva d u ra s e n o ló g i ca s – , e l
mejoramiento vitícola –obtención de nuevas
variedades de uva de mesa– y el apoyo técnico para las
selección clonal de las cultivares Malbec, Syrah y
Torrontés que realiza el INTA.
El presidente del INTA subrayó el hecho positivo de
“inaugurar un nuevo laboratorio de biotecnología, que
es un testimonio concreto de la visión política del
Gobierno y del INTA de recuperar el rol del Estado”.
Laboratorios distinguidos
La International Wool Textile Organization (IWTO)
renovó el licenciamiento que le otorgó por primera vez
en 2006 al Laboratorio de Fibras Textiles del INTA
Bariloche –Río Negro–. Dicho reconocimiento lo
mantiene dentro de un selecto grupo del que sólo
forman parte 18 laboratorios del mundo, ubicados en
Australia, Francia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, España,
Inglaterra, Uruguay y la Argentina.
A partir de la distinción, esta área quedó autorizada
para emitir certificados de calidad, aceptados
mundialmente para transacciones de lana.
El ingeniero zootecnista Diego Sacchero, quien dirige
el laboratorio desde 2001, subrayó que “este logro
ubica al INTA como referente en el sector de la
producción lanera mundial”.
FRANQUEO A PAGAR
CTA Nº 11038 F3
Es importante destacar que el trigo es un cultivo clave por el
aporte de carbono en la rotación con oleaginosas, en donde las
gramíneas juegan un rol importante por su condición de
recuperadoras y mejoradoras de la estructura del suelo y
favorecen la sustentabilidad del sistema agrícola.
Desde el Instituto de Biotecnología (IB) el INTA Castelar
desarrolla investigaciones en las áreas estratégicas de biología
molecular, bioinformática y genética de avanzada, recursos
genéticos, mejoramiento y biotecnología y salud animal. Es
clave el trabajo que desarrolla en vacunas y mejoramiento de
cultivos.
Uno de los propósitos del Jardín es mantener y mejorar áreas
de exhibición de colecciones vivas existentes, crear nuevas
áreas y estudiar el manejo y la conservación del ambiente
natural, incluyendo la fauna del predio.
Jardín Botánico
Arturo E. Ragonese
Para el cultivo de trigo en la presente campaña se estima un área
de siembra de aproximadamente 4 millones de hectáreas que
representa un aumento del 43% con respecto al año anterior.
EL FUTURO PRESENTE EN LA CIENCIA
La ciudad tucumana de San Isidro de Lules, uno de los
polos agroindustriales de berries más importantes del
país, hospedó al Simposio Internacional de Frutas
Finas, que se desarrolló el 19 y 20 de agosto,
organizado por el INTA y la municipalidad local, en el
marco de la Expo Lules Productivo 2010. Contó con
conferencias de especialistas nacionales y extranjeros,
la participación de empresas, un vivero mendocino y se
brindaron charlas sobre la situación actual y las
tecnologías más utilizadas en los cultivos de frutilla y
arándano.
Casamiquela destacó que “la institución aumentó sus inversiones veinte veces desde 2003 hasta ahora.
El boletín INTA Informa es un producto de la Gerencia de Comunicación e Imagen Institucional del INTA (DNA SICyC).
BIOTECNOLOGÍA
Opinión
“A veces se requiere la visión biotecnológica
para el abordaje de los problemas”
Empujar la frontera del
conocimiento para
aumentar la productividad
en forma sustentable
y diferenciar productos
Elisa Carrillo –directora del Instituto de Biotecnología (IB) del INTA Castelar, Buenos Aires– aborda las líneas de acción en las
que hoy trabaja la institución. Vacunas y mejoramientos de cultivos de girasol son clave en esta línea de trabajo.
La misión del Instituto de Biotecnología (IB) del INTA
Castelar –Buenos Aires – es el desarrollo de la
biotecnología moderna y sus áreas conexas, lo que
constituye una plataforma científico-tecnológica que
aporta a la generación de conocimiento y la mejora e
implementación de nuevas tecnologías en el campo
agropecuario.
Los proyectos de investigación, las áreas de servicio y las
vinculaciones estratégicas del IB se enmarcan en las áreas
estratégicas de biología molecular, bioinformática y
genética de avanzada, recursos genéticos, mejoramiento y
biotecnología y salud animal.
El IB se consolida mediante redes multidisciplinarias de
investigación e integrándose a otras en las que se requiere
la visión biotecnológica para el abordaje de los problemas.
La investigación sobre nuevas vacunas e inmunógenos
constituye una de las líneas pilares abordadas con esta
perspectiva.
Vacunas inteligentes
“La vacunación es la estrategia más efectiva y económica
para prevenir enfermedades causadas por patógenos.
Básicamente consiste en suministrar antígenos en los
cuales han sido neutralizados y/o eliminados aquellos
componentes microbianos –bacterias, virus o parásitos–
que causan enfermedad conservando aquellos otros
capaces de despertar una respuesta inmune protectora”,
explicó Elisa Carrillo directora del IB –quien trabaja junto
Ruth Heinz, coordinadora del Área de Biotecnología
Vegetal del IB y del PPR "Mejoramiento Molecular"; y Oscar
Taboga, Coordinador de PE "Vacunas a subunidades
elaboradas en sistemas de expresión eucariotas y
procariotas: obtención de antígenos y optimización de su
presentación–.
Sobre este principio básico, el desarrollo de vacunas de
nueva generación incorpora e integra conceptos y
estrategias derivadas de la inmunología, la bioinformática,
la biología molecular y la biotecnología para un diseño
racional y controlado de las vacunas.
Así, conociendo íntimamente los mecanismos de la
respuesta inmune que resultan efectivos para prevenir la
infección por un patógeno determinado, es posible diseñar
inmunógenos basados en antígenos protectores
relevantes, los cuales son presentados al sistema inmune
en la forma más conveniente para conseguir una memoria
inmunológica duradera.
Carrillo destacó que “la posibilidad de diseñar los
antígenos a nivel molecular evita que estas vacunas
interfieran con el diagnóstico certero y sea posible
diferenciar entre los individuos vacunados e infectados, al
tiempo que se reduce la manipulación masiva del agente
infeccioso disminuyendo los riesgos asociados a una
incorrecta inactivación”.
Estrategias
En el Instituto de Biotecnología se desarrollan diferentes
estrategias para obtener vacunas contra patógenos que
afecten la producción pecuaria y puedan afectar la salud
humana.
Las vacunas a subunidades están basadas en unidades
proteicas del patógeno, simples o complejas, capaces de
inducir respuesta inmune protectora. El gen codificante,
exactamente seleccionado y caracterizado, se aísla del
patógeno y se introduce en otro organismo –virus, bacteria,
célula animal o planta– lo que permite producir grandes
cantidades de antígeno en condiciones de seguridad
biológica, conservando las características fisicoquímicas y
estructurales necesarias para no alterar la
inmunogenicidad del antígeno.
Habitualmente estas subunidades pueden resultar pobres
inmunógenos. Una estrategia para corregir este problema
es fusionar los antígenos protectores a diferentes
transportadores o presentadores.
Así es que en el IB “se han desarrollado sistemas de
presentación antigénica basados en proteínas virales
derivadas del Rotavirus de Simio. Estas proteínas son
capaces de autoensamblarse y originar estructuras
multiméricas conocidas como VLP –del inglés, virus-like
particles o partículas semejantes a virus”, remarcó la
directora.
Mediante el diseño de las VLP es posible modular el perfil
de la respuesta inmune protectiva adecuada para cada
patógeno particular. Ejemplos de este desarrollo en el IB
son las vacunas experimentales para leptospirosis, fiebre
aftosa, babesiosis y anaplasmosis – síntomas conocidos
como tristeza bovina–, enfermedad de Newcastle y
Gumboro.
Una para cada necesidad
Las vacunas atenuadas derivan de microorganismos
patógenos a los cuales se les ha eliminado, mediante
técnicas de ingeniería genética, los factores de virulencia
previamente caracterizados.
Estos microorganismos antigénicos poseen intactas sus
propiedades inmunes, mientras que por el contrario su
patogenicidad ha sido disminuida a niveles compatibles
con su inoculación segura.
Su empleo no interfiere con el diagnóstico, ya que se trata
de antígenos que pueden incluir en su diseño “marcadores
moleculares” que permiten identificarlos fácil y
rápidamente.
“Actualmente en el IB se producen y evalúan vacunas
experimentales basadas en cepas mutantes de
Micobaterium bovis –una micobacteria de creciemiento
lento, 16 a 20 horas como tiempo de generación, y el
causante de tuberculosis bovina– y Brucella abortus
–agente causal de la brucelosis bovina–”, dijo Carrillo.
Las vacunas vectorizadas que utilizan como transporte de
inmunógenos, virus o bacterias vectores, capaces o no de
replicar en el individuo receptor. Estos sistemas toman
ventaja de la capacidad del vector de impactar en el
sistema inmune innato y perfilar la respuesta deseada
contra el antígeno transportado. Mediante esta estrategia
es posible dirigir la respuesta inmune dependiendo de la
localización del antígeno heterólogo –derivado o
procedente de una especie distinta de la de referencia– en
el vector.
La técnica del INTA indicó que “en el IB se han desarrollado
vectores basados en canarypoxvirus, baculovirus y
Brucella abortus. Estos vectores se emplean para el diseño
y obtención de vacunas experimentales contra la
tuberculosis, la anaplasmosis, la paratuberculosis, la
fiebre aftosa, el HIV y procesos tumorales”.
Girasol sin nubes
Otra línea de investigación que lleva adelante el IB está
relacionada con el mejoramiento de cultivos relevantes
para la agricultura del país.
La integración de estrategias derivadas de la
biotecnología, genómica, transcriptómica –se caracteriza
por el monitoreo y análisis de expresión simultáneo de
muchos genes utilizando macro- o micro-matrices de ADN–
y metabolómica –estudio y comparación de la colección de
todas las moléculas de bajo peso molecular presentes en
una célula, tejido u organismo en un momento dado–
permite generar herramientas moleculares útiles para el
mejoramiento asistido de caracteres complejos en girasol.
“Entre los caracteres que causan mayores limitantes al
cultivo de girasol se destacan las enfermedades de origen
fúngico, como la causada por el hongo necrotrófico
Sclerotinia sclerotiorum –que matan a las células y luego
extraen nutrientes– y los estreses abióticos, como el estrés
hídrico. A su vez, ambos tipos de estreses desencadenan el
proceso de senescencia –envejecimiento–, afectando el
área fotosintéticamente activa y reduciendo
consecuentemente el rendimiento del cultivo”, expresó
Carrillo.
“La resistencia a estos factores, de base genética compleja
–completó la investigadora–, está determinada por varios
loci –posicion especifica de un gen sobre el coromosoma–
de carácter cuantitativo (QTL), específicos de genotipo y
altamente influidos por el ambiente que requieren la
aplicación de herramientas derivadas de nuevas
disciplinas para asistir al mejoramiento tradicional.
Un mapa del tesoro
En el IB se desarrollaron herramientas genómicas que
incluyen una colección de 550 marcadores microsatelitales
(SSR) altamente polimórficos –cambiantes–, un mapa
genético saturado y de referencia para girasol, colecciones
de secuencias expresadas (ESTs) caracterizadas
estructural y funcionalmente para resistencia a esteres
abióticos.
Estas herramientas permitieron abordar en forma conjunta
con las unidades del INTA Balcarce –Buenos Aires– y
Manfredi –Córdoba–, una estrategia integrada y
multidisciplinaria para identificar de nuevas fuentes de
resistencia a Scleotinia y generar marcadores útiles para el
mejoramiento.
Carrillo profundizó: “Esta estrategia incluye la
caracterización fenotípica y genotípica de poblaciones
biparentales que permitió la identificación de tres QTLs
asociados al carácter resistencia al patógeno; la
identificación de nuevos genes candidatos a través de la
construcción de colecciones ADN substractivas a distintos
tiempos post infección; la identificación de cambios
concertados de perfiles metabólicos y hormonales en
genotipos resistentes y susceptibles en respuesta al
patógeno; la caracterización estructural y funcional de una
familia de genes candidatos de tipo germinas asociados a
defensa a patógenos en girasol y el mapeo de genes
candidatos basados en la identificación de polimorfismo
de simple nucleótido (SNP) por mapeo de asociación”.
Asimismo se generó una micromatriz de oligonucleótidos pocas moléculas orgánicas- representando 42.000
unigenes de girasol que se utiliza para identificar genes
candidatos tanto para resistencia a Sclerotinia como de
genes asociados al proceso de senescencia
–envejecimiento– y estrés hídrico en girasol.
Así, en el IB se ha optimizado el protocolo de regeneración
y transformación de girasol que permite disponer de un
sistema eficiente para validar funcionalmente los genes
seleccionados a través de la expresión en plantas
transgénicas en la misma especie de interés.
Por Esteban Hopp
Coordinador de Biología molecular,
Bioinformática y Genética de avanzada (INTA – Castelar)
El cambio de paradigma introducido por las
tecnologías de la información y las biotecnologías
permitió incorporar al conocimiento como un
insumo de máxima relevancia para agregar valor a
la producción de bienes y servicios.
Desde el área estratégica de Biología molecular,
Bioinformática y Genética de avanzada (AEBio), el
INTA está decidido a posicionarse como un actor
central en el sistema nacional de investigación e
innovación en materia agropecuaria estableciendo
una red integrada de institutos y estaciones
experimentales para el desarrollo de disciplinas
relacionadas a la biología molecular mediante la
instrumentación de proyectos de investigación, con
particular atención en la formación de recursos
humanos y a interrelacionar disciplinas básicas en
forma sinérgica con disciplinas de aplicación
–como mejoramiento, epidemiología, diagnóstico,
alimentación –.
El AEBio apunta a generar capacidades,
conocimientos de base y tecnologías innovativas
que servirán de insumo para, por ejemplo,
programas de mejoramiento genético mediante un
entramado interdisciplinario de institutos y
estaciones experimentales de todo el sistema
científico. De esta manera, el área estratégica
invierte en soluciones para los problemas difíciles
que sólo se obtienen mediante investigación de
mediano y largo plazo.
La mejor estrategia
Una red con forma de rubí
La Argentina es uno de los países con mayor adopción de cultivos modificados genéticamente. En el Instituto de
Biotecnología funciona un laboratorio de detección de organismos genéticamente modificados y un servicio
interno de genotipificación y secuenciación de ADN.
La Red de Bancos de Germoplasma del INTA tiene 40 años de trayectoria, conserva algunas colecciones de las
más importantes a escala mundial –como las de maní y sorgo– y el 93% de los recursos genéticos integran el plan
de acción mundial de la FAO.
La Red de Bancos de Germoplasma del INTA conserva algunas
colecciones de las más importantes a escala mundial –como
las de maní y sorgo– y el 93% de los recursos genéticos
integran el plan de acción mundial de la FAO.
Actualmente, la red del INTA está conformada por un Banco
Base en el INTA Castelar y nueve Bancos Activos distribuidos
en distintas estaciones experimentales, a lo que se suman
once colecciones de germoplasma en distintas áreas
ecológicas del país.
“El panorama en cuanto a especies es muy amplio”, detalló
Beatriz Rosso, una de las referentes del Banco del INTA
Pergamino –Buenos Aires– . Las actuales colecciones de la
institución están constituidas, según el cultivo, por especies
silvestres y aquellas emparentadas con los cultivos,
variedades obsoletas, variedades tradicionales, razas locales
y razas criollas bovinas, producto de la selección empírica en
las áreas de producción, variedades modernas actualmente en
uso, líneas avanzadas y materiales genéticos especiales
–mutantes, aneuploides, stocks genéticos– producto de la
actividad de investigación.
En este sentido, Rosso explicó: “Cada banco es responsable
por algunas colecciones que son características de esa zona
agroecológica: en Alto Valle –Río Negro– se trabaja con frutales
de pepita; en la zona de Cuyo con especies hortícolas, frutales
de carozo y frutos secos; vides en Mendoza; maíz y especies
forrajeras en Pergamino, soja y trigo en Marcos Juárez; maní,
sorgo y girasol en Manfredi –Córdoba–; algodón en Chaco;
poroto en Salta”.
“La red del INTA cuenta con más de 30 mil entradas y conserva
aproximadamente un 93 % de los recursos genéticos que han
sido informados en la elaboración del último informe del plan
En el Instituto de Biotecnología
funciona la Unidad de Servicios
Estratégicos. En la cual se encuentra el
laboratorio de detección de organismos
genéticamente modificados (OGMs) y el
servicio interno de genotipificación y
secuenciación de ADN (Sigysa).
de acción mundial de la FAO”, indicó Rosso, quien también
coordina el proyecto Conservación ex situ y valoración de las
colecciones de germoplasma de la Red de Recursos Genéticos
del INTA.
De colección
La Argentina es unos de los países con
mayor adopción de cultivos
modificados genéticamente y
representa a escala mundial el 20 % del
área sembrada para este tipo de
cultivos.
En 1969 nació el primer Banco de Germoplasma del INTA
ubicado en Pergamino que conserva las colecciones de maíz y
especies forrajeras a nivel nacional. Casi veinte años más
tarde, el INTA creó una Red con el propósito de realizar
actividades sistemáticas en la conservación de germoplasma.
¿Para qué se conservan los recursos genéticos?
Las actividades de introducción, recolección y conservación de
germoplasma mediante colecciones bien identificadas,
principalmente en forma de semilla o fruto, comienzan en el
país a principios del siglo XX, con el establecimiento de
programas de mejoramiento de los principales cultivos por
parte de los colonos europeos y los primeros fitomejoradores
argentinos, que trabajaban en el Ministerio de Agricultura.
Desde entonces han sido estudiadas e implementadas rutinas
y procedimientos para manejar y conservar adecuadamente
los recursos genéticos.
En el caso particular de la red del INTA, no sólo se ocupa de la
conservación sino de caracterizar y evaluar los recursos
ingresados y de disponerlos para su utilización en un espectro
que abarca tanto el mejoramiento genético como el rescate de
especies ancestrales.
Las colecciones permiten disponer de variabilidad genética y
posibilitar distintas tareas de mejoramiento en diversos
Las colecciones permiten disponer de variabilidad
genética y posibilitar distintas tareas de mejoramiento en
diversos cultivos
cultivos. Para explicar la amplitud de usos posibles, cabe
mencionar que los ejemplos incluyen desde materiales con
resistencia a enfermedades tan importantes como la roya de la
soja, la exploración de materiales aptos para la producción de
biocombustibles como en el caso de la caña de azúcar o la
reintroducción en el mercado de especies como Ilex dumosa,
una planta emparentada con la yerba mate que presenta
propiedades antioxidantes y menor contenido de cafeína que
ésta.
Este rescate de especies permite pensar en desafíos
relacionados con la sustentabilidad ambiental –como el caso
de especies arbustivas nativas de la Patagonia que se utilizan
para revegetar sitios degradados por los hidrocarburos– y
territorial, ya que la conservación en los bancos de
germoplasma ha permitido, incluso, la devolución a pueblos
originarios de materiales –de maíz o papa, por ejemplo– que
ellos habían dejado de cultivar y que ahora han recuperado.
Debido a la importancia del país como
agro exportador y a la exigencia
internacional en la identificación de los
cultivos modificados genéticamente y
sus derivados, fue necesario desarrollar
nuevos y rigurosos métodos analíticos
destinados a cumplir con los programas
de segregación y trazabilidad exigidos
para ese tipo de de productos.
En este sentido, desde 1998 el
laboratorio presta servicios de
detección, cuantificación e
identificación de OGMs por técnicas de
biotecnología moderna en cultivos,
granos, sus derivados y alimentos.
Allí se analizan algodón, arroz, canola,
maíz, soja, tabaco y trigo como apoyo a
exportadores, productores de granos,
semilleros, industria alimenticia,
productores regionales y organismos
estatales de control.
Además, se organizan cursos de
entrenamiento y capacitación a nivel
nacional e internacional.
Para esta tarea, el laboratorio cuenta
con acreditación de las Norma ISO/IEC
17025 (IRAM 301).
Por su parte, el servicio interno de
genotipificación y secuenciación de
ADN, desde 2005, presta los servicios
de análisis y entrenamiento en el uso de
programas de genotipificación con
marcadores moleculares y de
secuenciación de ADN.
Este laboratorio se encuentra equipado
con secuenciadores automáticos de
capilares, termocicladores y un robot
para el procesamiento de muestras.
Los principales aportes tienen que ver con la
articulación de redes de investigación,
publicaciones en revistas internacionales con altos
índices de impacto, tesistas doctorados, mapas
genéticos, secuenciación de genomas y
decodificación de los mismos, marcadores
moleculares, biomarcadores, indicadores de
diversidad genética, construcciones genéticas,
software, entre otros.
Uno de los más importantes fue el desarrollo de
recursos humanos y tecnológicos tanto para
responder a las demandas programadas como a
las coyunturales “no programadas”, como en el
caso de la epidemiología de influenza H1N1
–demandado por Salud Pública– y del sorgo de
Alepo resistente a glifosato –solicitado por el
Senasa–, así como el diseño de un sistema de
genotipificación para cultivares de origen forestal
–demandado por el INASE– y el diseño de
estrategias sustentables para controlar el picudo
del algodonero –demandado por las provincias
algodoneras–.
El AEBio dicta varios cursos de excelencia
académica, tanto regulares acreditados para los
postgrados de la UBA como especiales
–nacionales e internacionales– que son cursados
por graduados de distintas partes del país y del
exterior por su prestigio y calidad de formación
como son: Genómica Aplicada, Fitopatología
Molecular, Herramientas de Bioinformática y
Ecología Molecular.
BREVES
Ciencia y educación en el INTA Castelar
Seguridad alimentaria de acá a la China
Año X - # 108 - Septiembre de 2010
Promueve el conocimiento y la valoración de las plantas mediante la investigación científica,
la educación ambiental, la recreación y la conservación de la diversidad biológica.
Las puertas de este jardín abren paso a 30 hectáreas de
especies nativas y exóticas provenientes de todo el mundo.
Allí hay colecciones de plantas vivas documentadas y
clasificadas con sus nombres científicos y vulgares.
Se trata del Jardín Botánico Arturo E. Ragonese, ubicado en el
Instituto de Recursos Biológicos del Centro de Investigación
de Recursos Naturales del INTA Castelar –Buenos Aires–.
Además de sus actividades científicas, el Jardín tiene una
finalidad educativa: la formación de valores, conocimientos y
conductas en las personas en relación con la conservación
ambiental y al desarrollo sustentable, a través de recorridos y
senderos de indagación por el predio.
Las especias autóctonas e introducidas que integran la
colección del Jardín conforman las diferentes regiones
fitogeográficas y comunidades vegetales. El grupo de las
Gimnospermas está compuesto por pinos, cedros, bingos,
cicas, encefalartos y agathis, mientras que el de las
Angiospermas incluye eucaliptos, calistemos y
robles, entre otros. También se destacan las
colecciones de palmeras, araucarias y
casuarinas. Entre los géneros nativos se puede
mencionar Podocarpus, del Norte argentino,
conocido vulgarmente como “pino del cerro”.
Además hay talas, chañares, jacarandaes,
lapachos, ceibos, palo borracho, ombú,
algarrobos, quebrachos, orquídeas y
bulbosas terrestres ¡y más!
Floreciente
Arturo E. Ragonese (1909-1992) fue un
investigador, viajero incansable y gran
conocedor de la flora argentina. En 1947
creó un Jardín botánico de introducción
y aclimatación de plantas con especies
provenientes de las exploraciones
botánicas que fueron realizadas en la
Argentina, con propósitos de
investigación, para confeccionar las
Floras Regionales del INTA. Se
incorporaron especies
exóticas gracias al intercambio de semillas con diversas
instituciones internacionales.
Ana María Molina, que en 1996 fue designada como
responsable de este espacio, puso en macha un Proyecto de
reactivación del Jardín Botánico, que entonces fue
denominado “Arturo E. Ragonese” en homenaje póstumo a
su impulsor.
Con el propósito de abrir ese proyecto a la comunidad, se
obtuvo un subsidio del programa Invirtiendo en la
Naturaleza, alianza entre Botanic Gardens Conservation
International (BGCI), Earthwatch, World Wild Life Foundation
(WWF) y el banco HSBC.
Para esto se restauró la colección viva, lo que implicó el
desmalezado, documentación e incorporación de numerosas
especies. A su vez, se delimitó el actual predio de 30
hectáreas con un alambrado perimetral y se construyó un
centro de visitantes, que cuenta con salón auditorio,
biblioteca, laboratorio y sala de exposiciones para
estudiantes y público en general. Además, se construyó un
anexo con todas las facilidades para desarrollar investigación
científica.
Promover el conocimiento
Este Jardín Botánico tiene como misión promover el
conocimiento y la valoración de las plantas a través de la
investigación científica, la educación ambiental, la recreación
y la conservación de la diversidad biológica, para contribuir
de manera efectiva a la conservación y al uso sustentable del
ambiente.
Luis Basterra –vicepresidente del INTA–, en el marco
de una misión institucional a China, recorrió centros
de investigación, participó del III Foro Global de Líderes
de Ciencia y Tecnología Agrícola donde se trataron
temáticas relacionadas con la seguridad alimentaria,
el rol de la ciencia y la tecnología, la aplicación de
políticas agrícolas y la cooperación internacional.
Asimismo, visitó plantas de procesamiento, zonas
industriales y centros de extensión.
En Santa Fe se festejaron 25 años del INTA
El Centro Regional Santa Fe cumplió 25 años y celebró
junto al presidente y director nacional de la institución
–Carlos Casamiquela y Néstor Oliveri,
respectivamente–, en un acto que también contó con la
presencia del ministro de la Producción provincial
–Juan José Bertero–, los intendentes de las ciudades
de Rafaela –Omar Perotti– y Rosario –Miguel Lifschitz–
y el director del Centro Regional –José Luis Spontón–.
Este Centro Regional –puesto en funciones el 12 de
agosto de 1985, con el ingeniero Carlos Torres como
director– fue el primero en operativizar la
transformación que implicó descentralizar y otorgar
mayor operatividad en regiones coincidentes con
ámbitos provinciales.
El cuarto elemento
Este espacio tiene abiertas sus puertas a la comunidad y
ofrece atención de lunes a viernes entre las 8.30 y 16.30
horas. Se promueven visitas guiadas, cursos, seminarios,
jornadas, talleres, asesoramiento técnico, pasantías y
voluntariados, cuenta con una asociación de amigos y
hospeda exposiciones de arte y actividades de interés
cultural.
INTA Castelar, a 30 km. de la Capital
Federal, accesos desde Acceso Oeste
y Camino del Buen Ayre.
Tel.: (011) 4621-1309
botanicoragonese@cnia.inta.gov.ar
www.inta.gov.ar/irb/investiga/jb.html
Bajo este lema se inauguró el XVIII Congreso Anual de
la Asociación Argentina de Productores en Siembra
Directa (Aapresid) que se realizó del 11 al 13 de agosto
en Rosario. Carlos Casamiquela –presidente del INTA–
participó del acto de apertura junto a Julián
Domínguez –ministro de Agricultura, Ganadería y
Pesca–, Hermes Binner –gobernador de Santa Fe– y
Miguel Lifschitz –intendente de Rosario–. El seminario
contó con paneles técnicos-productivos sobre diversos
cultivos, debates sobre el manejo de fertilizantes,
reducción del impacto ambiental y enfermedades,
entre otras temáticas.
Nuevas autoridades en Agroindustria
Por Jorge Nisi
Ing. Agr. Área Mejoramiento Genético Vegetal
INTA Marcos Juárez
jnisi@mjurez.inta.gov.ar
La siembra se ha realizado en condiciones muy favorables de
humedad en la región Pampeana Norte, NEA y NOA lo que permitió
una adecuada implantación del cultivo.
En la Región Pampeana Sur, especialmente en el sudeste, se ha
demorado la siembra por exceso de humedad, pero es posible
extenderla hasta fines de agosto.
Los característicos sistemas radiculares en cabellera tienen un
alto valor como agregantes de las partículas del suelo y sus
abundantes residuos en superficie protegen el efecto degradante
del impacto de las gotas de lluvia. Además de aumentar la
infiltración, disminuir el escurrimiento y la evaporación.
El valor del rastrojo de trigo no sólo puede medirse por esas
condiciones sino también por los residuos de cosecha que quedan
distribuidos en forma homogénea en la superficie del suelo y se
caracterizan por su duración en el tiempo, favorecida por su alta
relación carbono/nitrógeno y el alto contenido de lignina, lo cual
permite alcanzar el balance de carbono deseable.
Néstor Oliveri –director nacional del INTA– puso en
funciones a María Victoria Reyes, nueva directora del
Centro de Investigación de Agroindustria del INTA
Castelar. Reyes, quien dirigirá esa unidad por los
próximos cuatro años, accedió al cargo por concurso
público y cuenta con una larga trayectoria en el país y
el exterior vinculada a los agronegocios, la innovación
tecnológica y la agroindustria.
La frutilla del postre
El trigo es un cultivo que se siembra en una extensa área del país,
con una amplia diversidad de ambientes, habiendo una oferta de
cultivares de elevado potencial de rendimiento con germoplasma
diverso que le permite adaptarse a las diferentes condiciones
agroecológicas.
Por otro lado, el trigo es un cereal que responde a la inversión en
tecnología: genética, siembra directa, rotaciones, fertilizantes,
fitosanitarios, maquinarias, riego, etc.
Con respecto a la calidad, nuestro país cuenta con capacidad de
producir trigos con diversas calidades industriales, para distintos
usos.
Por último, es de señalar que la tendencia de los precios de trigo
en los próximos meses es muy favorable debido a la merma de la
producción mundial en países del hemisferio Norte,
especialmente Rusia, donde se estima una pérdida del 40% en la
cosecha actual por la incidencia de las altas temperaturas y déficit
hídrico.
Suscríbase gratuitamente al
semanario digital INTA informa:
NUEVOS LABORATORIOS
En los últimos años el INTA sumó obras y distinciones que benefician a la investigación. “La
institución aumentó sus inversiones veinte veces desde 2003 hasta ahora”, destacó Carlos
Casamiquela, presidente del organismo.
“En los últimos meses se inauguraron nuevos
laboratorios con equipamientos de última
generación”, reseñó Carlos Casamiquela, presidente
del INTA.
Estas inversiones de $20.000.000 permitieron equipar
y mejorar las capacidades científico-tecnológicas del
organismo para lograr un desarrollo equitativo de las
diferentes cadenas agroalimentarias y de territorios.
Casamiquela destacó que “la institución aumentó sus
inversiones veinte veces desde 2003 hasta ahora. Hoy
estamos con una ejecución promedio de entre 48 y 50
millones de pesos anuales de recursos propios y antes
de 2003 el monto era de 1,5 / 1,8 millón por año”.
En este sentido es que se inauguró, en mayo de 2010,
un nuevo complejo de laboratorios en el INTA Manfredi
–Córdoba–. Allí, en 2.600 metros de superficie, se
reúnen los laboratorios de biotecnología, de calidad
nutricional de granos, forrajes y nutrición animal y el
de suelos y agua, además de instalaciones de uso
común.
El proyecto fue financiado con fondos del organismo
para beneficio de investigadores, becarios y del
sistema productivo regional. Además del uso común
de los equipos y la mayor funcionalidad de la
infraestructura, a corto plazo se implementará un
punto único de recepción de muestras de materiales
–del INTA y de clientes externos– mediante la
utilización de una base de datos.
Alta tecnología mendocina
En el INTA Mendoza, por su parte, se inauguró un
laboratorio de biotecnología construido y
parcialmente equipado mediante fondos del INTA y de
la Agencia Nacional de Promoción Científica y
Tecnológica. La instalación permitió profundizar la
investigación básica en la genética de cultivos
frutícolas y hortícolas y aportará, principalmente, al
conocimiento de la cadena vitivinícola.
Las actividades se centran en el área de microbiología
– d e s a r ro l lo d e leva d u ra s e n o ló g i ca s – , e l
mejoramiento vitícola –obtención de nuevas
variedades de uva de mesa– y el apoyo técnico para las
selección clonal de las cultivares Malbec, Syrah y
Torrontés que realiza el INTA.
El presidente del INTA subrayó el hecho positivo de
“inaugurar un nuevo laboratorio de biotecnología, que
es un testimonio concreto de la visión política del
Gobierno y del INTA de recuperar el rol del Estado”.
Laboratorios distinguidos
La International Wool Textile Organization (IWTO)
renovó el licenciamiento que le otorgó por primera vez
en 2006 al Laboratorio de Fibras Textiles del INTA
Bariloche –Río Negro–. Dicho reconocimiento lo
mantiene dentro de un selecto grupo del que sólo
forman parte 18 laboratorios del mundo, ubicados en
Australia, Francia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, España,
Inglaterra, Uruguay y la Argentina.
A partir de la distinción, esta área quedó autorizada
para emitir certificados de calidad, aceptados
mundialmente para transacciones de lana.
El ingeniero zootecnista Diego Sacchero, quien dirige
el laboratorio desde 2001, subrayó que “este logro
ubica al INTA como referente en el sector de la
producción lanera mundial”.
FRANQUEO A PAGAR
CTA Nº 11038 F3
Es importante destacar que el trigo es un cultivo clave por el
aporte de carbono en la rotación con oleaginosas, en donde las
gramíneas juegan un rol importante por su condición de
recuperadoras y mejoradoras de la estructura del suelo y
favorecen la sustentabilidad del sistema agrícola.
Desde el Instituto de Biotecnología (IB) el INTA Castelar
desarrolla investigaciones en las áreas estratégicas de biología
molecular, bioinformática y genética de avanzada, recursos
genéticos, mejoramiento y biotecnología y salud animal. Es
clave el trabajo que desarrolla en vacunas y mejoramiento de
cultivos.
Uno de los propósitos del Jardín es mantener y mejorar áreas
de exhibición de colecciones vivas existentes, crear nuevas
áreas y estudiar el manejo y la conservación del ambiente
natural, incluyendo la fauna del predio.
Jardín Botánico
Arturo E. Ragonese
Para el cultivo de trigo en la presente campaña se estima un área
de siembra de aproximadamente 4 millones de hectáreas que
representa un aumento del 43% con respecto al año anterior.
EL FUTURO PRESENTE EN LA CIENCIA
La ciudad tucumana de San Isidro de Lules, uno de los
polos agroindustriales de berries más importantes del
país, hospedó al Simposio Internacional de Frutas
Finas, que se desarrolló el 19 y 20 de agosto,
organizado por el INTA y la municipalidad local, en el
marco de la Expo Lules Productivo 2010. Contó con
conferencias de especialistas nacionales y extranjeros,
la participación de empresas, un vivero mendocino y se
brindaron charlas sobre la situación actual y las
tecnologías más utilizadas en los cultivos de frutilla y
arándano.
Casamiquela destacó que “la institución aumentó sus inversiones veinte veces desde 2003 hasta ahora.
El boletín INTA Informa es un producto de la Gerencia de Comunicación e Imagen Institucional del INTA (DNA SICyC).
Descargar