AMPARO EN REVISIÓN 474/2005. Número de registro: 19420 Novena Época Instancia: Segunda Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: Tomo XXIII, Marzo de 2006 Página: 1200 AMPARO EN REVISIÓN 474/2005. VALEO TÉRMICO, S.A. DE C.V. MINISTRO PONENTE: JUAN DÍAZ ROMERO. SECRETARIA: MAURA ANGÉLICA SANABRIA MARTÍNEZ. CONSIDERANDO: SEGUNDO. Los agravios expresados por la autoridad recurrente en esencia fueron los siguientes: 1. En el primero señala que el Juez de Distrito transgredió lo establecido en los artículos 77, 78 y 192 y demás relativos de la Ley de Amparo, toda vez que declara la inconstitucionalidad del artículo 31, fracción XV, primer párrafo, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, basándose en una tesis aislada que no es aplicable pues se refiere a un diverso numeral, el cual ya ha sido abrogado, y a pesar de que cada norma que se ponga a consideración del Poder Judicial se debe analizar individualmente, de acuerdo a sus propias características. 2. En el segundo señala que la sentencia recurrida viola lo dispuesto por los artículos 77 y 78 de la Ley de Amparo, por falta de observancia y debida aplicación ya que se hace notar que la capacidad contributiva de acuerdo con el criterio de esta H. Suprema Corte de Justicia de la Nación, consiste en que el gravamen de que se trate afecte al gobernado de acuerdo a su capacidad contributiva, situación que no se transgrede con el numeral que se defiende dado que se le permite la deducción del costo de la mercancía importada temporalmente pero, condicionada al retorno al extranjero lo cual no hace sino proteger al fisco federal, el que debe asegurarse de que la mercancía importada temporalmente, efectivamente, retorne al extranjero ya que de confirmarse el criterio del juzgador se estaría permitiendo la evasión de impuestos y cargas fiscales al importarse mercancía temporal con las particularidades de las importaciones definitivas, lo que provocaría no sólo evasión sino inequidad de las contribuciones. Al permitirse la deducción aunque diferida al momento en que retorne al extranjero la mercancía importada temporalmente, no se provoca inequidad alguna, sino que se respeta dicho principio al gravarse conforme a los ingresos y utilidades correspondientes. Asimismo, manifiesta que resulta infundado el argumento del Juez a quo en el sentido de que el artículo 31, fracción XV, de la Ley del Impuesto sobre la Renta transgrede el principio de -1- AMPARO EN REVISIÓN 474/2005. equidad tributaria en razón de lo siguiente: a) El numeral en comento ni prohíbe ni priva a la quejosa del derecho a deducir la mercancía que importe, sino que lo único que hace es establecer un requisito en cuanto al momento de su deducción, sin que ello implique un tratamiento diferente en lo que a deducciones se refiere, así, tampoco puede considerarse que sea inconstitucional por establecer un momento de deducción diferente entre los contribuyentes que importen temporalmente y los que importen de manera definitiva. b) Que en la hipotética consideración de que el artículo 31, fracción XV, de la Ley del Impuesto sobre la Renta otorgue un tratamiento fiscal diferente, dicha diferenciación no resulta inequitativa, sino que la misma atiende a la naturaleza de la operación realizada, conforme a la Ley Aduanera. c) El hecho de que la fracción XV del artículo 31 de la Ley del Impuesto sobre la Renta establezca que la deducción de los bienes importados temporalmente se realiza hasta el momento en que los mismos sean retornados al extranjero, mientras que quienes importen de manera definitiva pueden deducir de manera inmediata dicha mercancía, no implica una diferenciación que incurra en inequidad, sino que la misma atiende a las características y beneficios que otorga cada uno de los regímenes aduaneros a través de los cuales se realiza la importación. d) Una de las características esenciales que distinguen al régimen de importación definitiva es la permanencia de las mercancías en el país por tiempo ilimitado, es decir, que el acto de nacionalización de las mercancías de comercio exterior implica que éstas sean destinadas a su consumo o a su uso dentro del territorio nacional. Asimismo, para efectos de la importación definitiva de las mercancías se debe pagar todos y cada uno de los impuestos (tanto el comercio exterior como los impuestos internos) y el debido cumplimiento de las regulaciones y de las restricciones no arancelarias, por lo que una de las finalidades más importantes de una mercancía importada a territorio nacional es su consumo interno y la libre disposición de su propietario. e) Por su parte, la importación temporal de mercancías se efectúa para efecto de permanecer en territorio nacional, sea para retornar al extranjero en el mismo Estado o para su elaboración, transformación o reparación en programas de maquila o de exportación, conforme a los programas autorizados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, caso este último en el que se encuentra la hoy quejosa. Dentro de las características del régimen aduanero de importación temporal, se encuentra el hecho de que no se causan impuestos al comercio exterior; asimismo, tratándose de los -2- AMPARO EN REVISIÓN 474/2005. impuestos internos se puede señalar que para efectos de la Ley del Impuesto al Valor Agregado causará el mismo impuesto, únicamente cuando dicha importación temporal se convierta en definitiva, por lo que sólo se pagará el derecho de trámite aduanero, y las cuotas compensatorias no se causarán en virtud de que éstas se aplicarán igualmente para el caso de importaciones definitivas de mercancías introducidas a territorio nacional en condiciones de prácticas desleales de comercio internacional sobre las cuales la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (sic) haya determinado previamente una cuota compensatoria en resolución provisional o definitiva en contra de la mercancía de que se trate. f) No pueden ser considerados iguales aquellos contribuyentes que importen bajo un régimen de importación definitiva, que aquellos otros que lo hagan a través de un régimen de importación temporal, pues, como se mencionó anteriormente, el régimen de importación temporal constituye un régimen de privilegio, en el cual el importador no se encuentra sujeto al pago de impuestos y, sobre todo, el bien importado no tiene como fin su consumo en territorio nacional, por tanto, no es procedente que el a quo señale que el contribuyente se ve obligado a pagar mayor impuesto. g) Cuando se trata de importaciones de inversiones en activo fijo, bajo el régimen aduanero de importación temporal, el precepto en comento permite la deducción de los mismos en el momento en que se cumplan los requisitos para la importación temporal, mientras que cuando no se trata de la importación de activos fijos, la deducción se difiere hasta el momento en que la misma retorne al extranjero. h) Al igual que lo señalado en el caso de la importación de activo fijo y de inventario debe considerarse que los contribuyentes no se encuentran en la misma situación, en virtud de que no obstante que los mismos se internan al territorio nacional bajo el mismo régimen aduanero, la diferencia en el momento de la deducción es justificable válidamente por los fines extrafiscales que persigue dicha diferenciación. i) Resulta pertinente dar un trato diverso en cuanto a la posibilidad de deducción entre las mercancías y los activos fijos, ya que estos últimos no serán sujetos a ninguna transformación o variación en su valor o contenido, mientras que los bienes obtenidos como materias primas o inventario, serán sujetos a una transformación que variará el contenido de los mismos, su valor, etcétera. j) Cuando se trata de inversiones en activo fijo que sean importadas bajo el régimen de importación temporal, éstas pueden deducirse desde el momento en que se cumpla con los requisitos para su importación temporal, ya que en la mayoría de los casos las inversiones en activo fijo que se importan constituyen una gran aportación en lo que a conocimiento tecnológico se refiere, aunado al hecho de que para la autoridad fiscal resulta más sencillo poder controlar el ingreso y el egreso de los bienes del activo fijo, que los de aquellos que -3- AMPARO EN REVISIÓN 474/2005. conforman el inventario de una persona. k) Que en el caso de la importación de mercancías sujetas al régimen de recinto fiscalizado estratégico, son distintos de los demás regímenes jurídicos, ya que éstas se introducen por tiempo limitado para ser objeto de almacenaje, custodia o exhibición, venta o distribución, elaboración, transformación y reparación. TERCERO. Los agravios expuestos por la autoridad recurrente, son inoperantes e infundados por lo siguiente: En cuanto al agravio contenido en el inciso 1) en el que la autoridad recurrente señala que el juzgador resolvió la cuestión de constitucionalidad planteada con apoyo en una tesis relativa a un precepto legal diverso, debe señalarse que tal argumento resulta inoperante, toda vez que las tesis invocadas por el juzgador si bien se refieren al artículo 24, fracción XVI, de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en el año de mil novecientos noventa y siete, son aplicables por identidad jurídica al diverso 31, fracción XV, de la ley en comento, vigente a partir del año de dos mil tres, por prever el mismo supuesto legal y adolecer de los mismos vicios de inconstitucionalidad, sin que la autoridad responsable hubiera demostrado lo contrario, a través del recurso que se analiza. Además, cabe señalar que el juzgador al momento de dictar la sentencia recurrida, no se limitó a aplicar las tesis que señala la autoridad responsable de una forma dogmática, sino que lo hizo después de dar los argumentos legales suficientes para demostrar la inconstitucionalidad del precepto reclamado en la especie, y ya como un apoyo a sus consideraciones aplicó las tesis relativas al artículo 24, fracción XVI, de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en el año de mil novecientos noventa y siete que, como quedó señalado, adolecía del mismo vicio de constitucionalidad que el artículo 31, fracción XV, vigente a partir del ejercicio fiscal de dos mil dos. Atento a lo anterior, el agravio en comento debe considerarse inoperante. En relación con los argumentos en los que la autoridad recurrente señala que el artículo 31, fracción XV, de la Ley del Impuesto sobre la Renta contrario a lo resuelto por el Juez a quo, no viola en perjuicio de la parte quejosa, el principio de proporcionalidad tributaria consagrado en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal, esta Segunda Sala estima lo siguiente. El artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal establece que es obligación de los mexicanos contribuir al gasto público de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes, al disponer textualmente que: -4- AMPARO EN REVISIÓN 474/2005. "Artículo. 31. Son obligaciones de los mexicanos: "... "IV. Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del Estado y Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes." Por su parte esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha sostenido que el principio de proporcionalidad tributaria radica, medularmente, en que los sujetos pasivos deben contribuir a los gastos públicos en función de su respectiva capacidad contributiva, debiendo aportar una parte justa y adecuada de sus ingresos, utilidades, rendimientos o la manifestación de riqueza gravada. De acuerdo con este principio, los gravámenes deben fijarse de acuerdo con la capacidad de cada sujeto pasivo, es decir, en función de su potencialidad real para contribuir a los gastos públicos. En otras palabras, la garantía de proporcionalidad tributaria se encuentra vinculada con la capacidad contributiva de los causantes, para que en cada caso el impacto sea distinto, no sólo en cantidad sino en lo tocante al mayor o menor sacrificio, reflejado cualitativamente en la disminución patrimonial que proceda y que debe encontrarse en proporción a los ingresos, utilidades, rendimientos o a la manifestación de riqueza gravada. Asimismo, este Alto Tribunal ha estimado que para que un gravamen sea proporcional, debe existir congruencia entre el impuesto creado por el Estado y la capacidad contributiva de los causantes, entendida ésta como la potencialidad real de contribuir a los gastos públicos que el legislador atribuye al sujeto pasivo del impuesto en el tributo de que se trate, tomando en consideración que todos los presupuestos de hecho de las contribuciones tienen una naturaleza económica en la forma de una situación o de un movimiento de riqueza y las consecuencias tributarias son medidas en función de esa riqueza. De acuerdo con lo anterior, la potestad tributaria implica para el Estado, a través de las autoridades legislativas competentes, la facultad de determinar el objeto de los tributos, involucrando cualquier actividad de los gobernados que sea reflejo de capacidad contributiva, de ahí que uno de los principios que legitima la imposición de las contribuciones sea, precisamente, el de la identificación de la capacidad para contribuir a los gastos públicos por parte de los gobernados. De lo anterior se desprende que la garantía de proporcionalidad tributaria se respeta en la medida en que se atiende a la capacidad contributiva de los sujetos pasivos, pues debe pagar -5- AMPARO EN REVISIÓN 474/2005. más quien tiene una mayor capacidad y menos el que la tiene en menor proporción. Corroboran lo anterior, las siguientes tesis aprobadas por esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyos rubros y datos de identificación, son del tenor literal siguiente: "CAPACIDAD CONTRIBUTIVA. CONSISTE EN LA POTENCIALIDAD REAL DE CONTRIBUIR A LOS GASTOS PÚBLICOS. Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha sostenido que el principio de proporcionalidad tributaria exigido por el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, consiste en que los sujetos pasivos de un tributo deben contribuir a los gastos públicos en función de su respectiva capacidad contributiva. Lo anterior significa que para que un gravamen sea proporcional, se requiere que el hecho imponible del tributo establecido por el Estado, refleje una auténtica manifestación de capacidad económica del sujeto pasivo, entendida ésta como la potencialidad real de contribuir a los gastos públicos. Ahora bien, tomando en consideración que todos los presupuestos de hecho de los impuestos deben tener una naturaleza económica en forma de una situación o de un movimiento de riqueza y que las consecuencias tributarias son medidas en función de esta riqueza, debe concluirse que es necesaria una estrecha relación entre el hecho imponible y la base gravable a la que se aplica la tasa o tarifa del impuesto." (Novena Época, Pleno, tesis P.J. 109/99, visible en la foja 22 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo X, noviembre de mil novecientos noventa y nueve). "CONTRIBUCIONES. LA POTESTAD PARA DETERMINAR SU OBJETO NO SE RIGE POR EL PRINCIPIO DE GENERALIDAD, SINO POR EL DE CAPACIDAD CONTRIBUTIVA. La potestad tributaria implica para el Estado, a través de las autoridades legislativas competentes, la facultad de determinar el objeto de los tributos, involucrando cualquier actividad de los gobernados que sea reflejo de capacidad contributiva, de ahí que uno de los principios que legitima la imposición de las contribuciones no es precisamente el de generalidad, sino el de la identificación de la capacidad contributiva de los gobernados, por lo que no existe obligación de contribuir si no existe la relativa capacidad contributiva, y consecuentemente, habrá de pagar más quien tiene una capacidad mayor, y menos el que la tiene en menor proporción; todo lo cual descarta la aplicación del principio de generalidad en la elección del objeto del tributo." (Novena Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VIII, diciembre de 1998, tesis P. LXXIX/98, página 241). Así como la tesis de jurisprudencia P./J. 10/2003, que dice: "PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA. DEBE EXISTIR CONGRUENCIA ENTRE EL TRIBUTO Y LA CAPACIDAD CONTRIBUTIVA DE LOS CAUSANTES. El artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal establece el principio de proporcionalidad de los tributos. Éste radica, medularmente, en que los sujetos pasivos deben contribuir al gasto -6- AMPARO EN REVISIÓN 474/2005. público en función de su respectiva capacidad contributiva, debiendo aportar una parte adecuada de sus ingresos, utilidades, rendimientos, o la manifestación de riqueza gravada. Conforme a este principio los gravámenes deben fijarse de acuerdo con la capacidad económica de cada sujeto pasivo, de manera que las personas que obtengan ingresos elevados tributen en forma cualitativamente superior a los de medianos y reducidos recursos. Para que un gravamen sea proporcional debe existir congruencia entre el mismo y la capacidad contributiva de los causantes; entendida ésta como la potencialidad real de contribuir al gasto público que el legislador atribuye al sujeto pasivo del impuesto en el tributo de que se trate, tomando en consideración que todos los supuestos de las contribuciones tienen una naturaleza económica en la forma de una situación o de un movimiento de riqueza y las consecuencias tributarias son medidas en función de esa riqueza. La capacidad contributiva se vincula con la persona que tiene que soportar la carga del tributo, o sea, aquella que finalmente, según las diversas características de cada contribución, ve disminuido su patrimonio al pagar una cantidad específica por concepto de esos gravámenes, sea en su calidad de sujeto pasivo o como destinatario de los mismos. De ahí que, para que un gravamen sea proporcional, debe existir congruencia entre el impuesto creado por el Estado y la capacidad contributiva de los causantes, en la medida en que debe pagar más quien tenga una mayor capacidad contributiva y menos el que la tenga en menor proporción." (Novena Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XVII, mayo de 2003, tesis P./J. 10/2003, página 144). Así, el principio de proporcionalidad tributaria radica, medularmente, en que los sujetos pasivos deben contribuir al gasto público en función de su respectiva capacidad contributiva, aportando una parte adecuada de sus ingresos, utilidades, rendimientos, o la manifestación de riqueza gravada; esto es, para que un gravamen sea proporcional debe existir congruencia entre el impuesto creado por el Estado y la capacidad contributiva de los causantes, en la medida en que debe pagar más quien tenga una mayor capacidad contributiva y menos el que la tenga en menor proporción. Adicionalmente, debe considerarse que en los términos descritos en la jurisprudencia transcrita en último lugar, la capacidad contributiva se vincula con la persona que tiene que soportar la carga del tributo, o sea, aquella que finalmente, según las diversas características de cada contribución, ve disminuido su patrimonio al pagar una cantidad específica por concepto de esos gravámenes, sea en su calidad de sujeto pasivo o como destinatario de los mismos. Pues bien, una vez precisado lo anterior, procede analizar el artículo 31, fracción XV, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, vigente en dos mil tres, que establece lo siguiente: "Artículo 31. Las deducciones autorizadas en este título deberán reunir los siguientes requisitos: -7- AMPARO EN REVISIÓN 474/2005. "XV. Tratándose de adquisición de bienes de importación, se compruebe que se cumplieron los requisitos legales para su importación definitiva. Cuando se trate de la adquisición de bienes que se encuentren sujetos al régimen de importación temporal, los mismos se deducirán hasta el momento en que se retornen al extranjero en los términos de la Ley Aduanera o, tratándose de inversiones de activo fijo, en el momento en que se cumplan los requisitos para su importación temporal. También se podrán deducir los bienes que se encuentren sujetos al régimen de depósito fiscal de conformidad con la legislación aduanera, cuando el contribuyente los enajene, los retorne al extranjero o sean retirados del depósito fiscal para ser importados definitivamente. Tratándose de la adquisición de bienes que se encuentran sujetos al régimen de recinto fiscalizado estratégico, los mismos se deducirán desde el momento en que se introducen a dicho régimen, el Servicio de Administración Tributaria podrá establecer las reglas necesarias para su instrumentación. El importe de los bienes e inversiones a que se refiere este párrafo no podrá ser superior al valor en aduanas del bien de que se trate." El artículo reproducido, establece como requisito que cuando se trate de la adquisición de bienes que se encuentren sujetos al régimen de importación temporal, bajo un sistema de deducción de adquisiciones, los mismos se deducirán hasta el momento en que se retornen al extranjero en los términos de la Ley Aduanera, situación que no atiende a la manifestación reveladora de riqueza que constituye el presupuesto generador de la obligación tributaria y, a su vez, de la aplicación de recursos que ello implica, aspectos reveladores de la capacidad contributiva del sujeto pasivo. Lo anterior, en virtud de que no permite que la deducción se haga en el momento en que se realiza la erogación para adquirir los bienes, sino que difiere su aplicación, condicionándola a un elemento ajeno del objeto del impuesto sobre la renta (obtención de ingresos), tal como lo es "hasta" que los bienes relativos "retornen al extranjero en los términos de la Ley Aduanera". En efecto, si tratándose del impuesto sobre la renta, la capacidad contributiva está dada en función de los ingresos que los sujetos pasivos perciben, así como por el reconocimiento legal de los gastos necesarios en que éstos tienen que incurrir para la generación de los ingresos que modifiquen su patrimonio, en tal virtud, la deducción prevista en el numeral que se impugna respecto de bienes que se encuentren sujetos al régimen de importación temporal, no atiende al hecho imponible de la contribución relativa, lo que provoca como consecuencia, la inobservancia de uno de los principios constitucionales que rigen en materia tributaria, a saber: de proporcionalidad. A ese respecto es menester señalar que, en lo esencial, similares consideraciones han sido sustentadas por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis -8- AMPARO EN REVISIÓN 474/2005. siguiente: "RENTA. EL ARTÍCULO 31, FRACCIÓN XV, DE LA LEY DEL IMPUESTO RELATIVO, VIGENTE EN 2002 Y 2003, QUE ESTABLECE EL MOMENTO EN QUE SE EFECTUARÁN LAS DEDUCCIONES TRATÁNDOSE DE LA ADQUISICIÓN DE BIENES SUJETOS A IMPORTACIÓN TEMPORAL, VIOLA EL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA.-El referido precepto viola el principio de proporcionalidad tributaria previsto en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al establecer como requisito que cuando se trate de la adquisición de bienes sujetos al régimen de importación temporal, éstos se deducirán hasta el momento en que se retornen al extranjero en los términos de la ley Aduanera. Ello es así, porque el artículo 31, fracción XV, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, vigente en 2002 y 2003, no atiende a la capacidad contributiva real del sujeto pasivo del impuesto, en tanto que no permite que la deducción se haga al momento de realizar la erogación para adquirir los bienes, que es cuando el patrimonio sufre una disminución, sino que la difiere hasta que retornen al extranjero, lo que implica que el sujeto obligado esté constreñido a la eventualidad de pagar un impuesto mayor al que le correspondería si se reconociera la procedencia de la deducción en el momento en que se cumplieran los requisitos para su importación temporal. Lo anterior en virtud de que, tratándose del impuesto sobre la renta, la capacidad contributiva se da en función de los ingresos que los sujetos pasivos perciben, así como por el reconocimiento legal de los gastos necesarios en que éstos tienen que incurrir para generar los ingresos que modifiquen su patrimonio, razón por la que el diferimiento de la mencionada deducción trae como consecuencia que se obligue a pagar el impuesto sobre una base gravable más elevada, por no permitir tomar en consideración la deducción correspondiente a las adquisiciones de materia prima o mercancías, circunstancia que opera en detrimento del potencial económico del contribuyente." (Novena Época, Primera Sala, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XX, diciembre de 2004, tesis 1a.CXXXVII/2004, página 374). Por lo anterior, el artículo 31, fracción XV, de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en dos mil tres, es violatorio del principio de proporcionalidad tributaria, los argumentos expuestos por la autoridad recurrente, son infundados. Finalmente, al igual que lo consideró la Juez de Distrito, el efecto de la concesión del amparo es para que la quejosa pueda deducir de sus ingresos acumulables para el impuesto sobre la renta, la adquisición de bienes que se encuentren sujetos al régimen de importación temporal en el momento en que cumpla con los requisitos relativos a ese régimen. En las relatadas consideraciones, lo procedente es, en la materia de la revisión, confirmar la sentencia recurrida y conceder el amparo solicitado. -9- AMPARO EN REVISIÓN 474/2005. Por lo expuesto y fundado se resuelve: PRIMERO.-En la materia de la revisión, competencia de esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se confirma la sentencia recurrida. SEGUNDO.-La Justicia de la Unión ampara y protege a Valeo Térmico, Sociedad Anónima de Capital Variable, en contra del artículo 31, fracción XV, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, vigente en el año de dos mil tres. Notifíquese; con testimonio de esta resolución vuelvan los autos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el presente toca como asunto concluido. Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros: Margarita Beatriz Luna Ramos, Genaro David Góngora Pimentel, Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y presidente Juan Díaz Romero. Fue ponente el último de los señores Ministros antes mencionados. -10-