SOCIEDAD 48 EL PAÍS, miércoles 24 de mayo de 2006 El ‘ejemplo’ de los países nórdicos La edad media de las españolas al casarse supera ya los 30 años Las mujeres que dan a luz con más de 40 años se han duplicado desde 1997, según el INE CHARO NOGUEIRA, Madrid Bodas cada vez más tardías y creciente retraso de la maternidad. Las españolas ya se casan, de media, con 30 años cumplidos, y sus maridos, con 33. Y demoran cada vez más el momento de tener hijos (la edad me- tramo de edad, y en 2004, el doble (15.017). Los expertos vinculan estos fenómenos con la tardía emancipación de los jóvenes. Destacan factores como el elevado precio de la vivienda, la precariedad laboral y las dificultades para conciliar trabajo y familia. Matrimonios y nacimientos en España EDAD MEDIA AL PRIMER MATRIMONIO (años) Mujeres Hombres 31,24 27,81 30,16 26,23 27,03 29,16 26,83 29,17 25,60 28,12 23,87 24,79 27,10 24,29 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2004 EDAD MEDIA AL MATRIMONIO (años) 28,91 28,16 27,42 26,81 30,53 31,57 33,01 27,83 28,91 30,19 26,18 24,55 1975 24,15 1980 25,34 1985 1990 1995 2000 2004 500.000 Nacimientos Ellas a los 30,19 años y ellos, a los 33. Ésa es la edad media a la que se contrae matrimonio en España, según el Anuario Estadístico 2006 que acaba de difundir el INE. Estos datos se refieren a 2004, cuando se celebraron 216.149 bodas. Si se tienen en cuenta sólo las contraídas por personas solteras (187.602) se observa que la edad media al primer matrimonio se rebaja a los 29,17 años para las mujeres y a los 31,24 para los hombres. Pero ambos indicadores revelan que la edad nupcial no ha parado de elevarse, especialmente desde los años ochenta del pasado siglo, señala Pau Miret, investigador del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona. “Al socaire del desarrollismo, la edad para contraer matrimonio se rebajó desde finales de la década de 1950 hasta 1975, cuando la crisis petrolera trajo niveles de paro nunca vistos, sobre todo en la juventud”, explica Miret. Cuando murió Franco las españolas se estrenaban en el altar a los 24,29 años de media, y los españoles a los 26,83 (véase gráfico). “En los años ochenta, la crisis de la nupcialidad estaba ya instalada, y así sigue: se casan menos parejas y lo hacen cada vez más tarde”, prosigue el demógrafo experto en nupcialidad. Y ello por varios factores concatenados. “Pese a que a mediados de los años ochenta la situación económica había mejorado mucho, entra en liza la explosión del precio de la vivienda, que sube a un ritmo del 15% anual”, detalla. “A comienzos de los noventa se suma la precariedad laboral, desaparece el empleo para toda la vida”, añade. El resultado es que dia para la maternidad sube a 30,8 años). Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican también un aumento de las mujeres que son madres a partir de los 40 años, a punto de agotar el calendario biológico. En 1997 dieron a luz 7.561 mujeres en ese 400.000 Total de nacimientos 454.591 23,41% 25,08% Porcentaje de madres no casadas 16,30% 13,12% 19,73% 21,78% 17,74% 14,51% 300.000 Madres de más de 40 años 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 7.561 8.024 9.282 10.163 11.333 12.311 13.763 15.017 Fuente: INE. EL PAÍS los jóvenes retrasan su emancipación y, por tanto, la boda. “Ahora tenemos pisos muy caros, empleo precario y salarios bajos. Además, el nivel de instrucción de las mujeres ha aumenta- MARIANA ARCE / 31 años do y, en general, cuanta más formación tienen, menos se casan, porque perciben que es difícil compatibilizar la vida familiar con la laboral”, afirma Miret. Todos esos ingredientes que contribuyen a retrasar la boda también inciden en la natalidad, destaca la investigadora Margarita Delgado, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Y ello, “porque la mayoría de las parejas prefiere procrear dentro del matrimonio”. Pese al gran aumento de los hijos que nacen fuera del matrimonio (25,1% en 2004), el modelo dominante sigue siendo procrear tras acudir a la iglesia o el juzgado, en la tónica de los países mediterráneos. Así las cosas, la demora de la boda “reduce el calendario de la maternidad”, afirma Delgado. Cuanto más tarde se tenga el primer hijo (la edad media para ello es ahora de 29,29 años), menos posibilidades de tener más. La edad media de todas las mujeres que dan a luz ya es de 30,86 años, según los datos de 2004. El promedio de hijos por mujer, (1,32) ha repuntado en los últimos años entre otras cosas porque las amplias generaciones del baby boom de los años sesenta cumplen ahora su aspiración a la maternidad, aunque con notable retraso, según Miret. Las generaciones siguientes serán menos numerosas, recuerda. En España, donde las mujeres de más de 30 años ya dan a luz a seis de cada diez bebés, también aumentan las que lo hacen con 40 o más cumplidos. Se han duplicado entre 1997 (7.561 nacimientos, el 2% del total) y 2004 (15.017, el 3,3%), según el anuario del INE. “Es un aumento relevante, un indicador claro del retraso de la maternidad”, asegura la profesora de sociología María Victoria Gómez, de la Universidad Carlos III de Madrid, que ha realizado investigaciones sobre este fenómeno. LOURDES DELGADO / 33 años E. DE B., Madrid De los países nórdicos al Mediterráneo. El aumento de la edad a la que las mujeres se casan por primera vez es un proceso común a toda Europa, con los países escandinavos en la delantera. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Suecia e Islandia fueron los primeros en cruzar la barrera de los 30 años. En 2002, la edad media en que se casaban sus mujeres era de 30,1 años y 30,3 años, respectivamente. Pero hay que tener en cuenta que en esos países la convivencia con la pareja sin casarse se popularizó mucho antes. En 2003 —último año con datos en la web del INE— otro país nórdico había superado ese límite: Dinamarca. La media para la UE de antes de la ampliación era de 28,2 años. Con los países de la ampliación, el promedio se rebaja a 27,7. Primero, las búlgaras En 1975, primer año con datos, la media de edad a la que se casaban las mujeres de la UE estaba en 23 años. Las más precoces de los países con datos eran las búlgaras (21,3). Las más mayores, las irlandesas (25). Las españolas estaban entonces en 23,9. Respecto a los hombres, los suecos fueron los primeros que pasaron de los 30 años, en 1988. Los españoles pasaron esa barrera en 2002. Los que se casaban antes en 1975, de los países para los que había datos, eran los húngaros, con 23,4 años. Entonces, los que retrasaban más la primera boda eran los griegos, que no se casaban hasta los 28,5 años. En 2003, año de los últimos datos, los que antes pasaban por el altar o el juzgado son los lituanos, que lo hacen con 26,6 años. Los que más retrasan ese momento son los suecos, que se casan con más de 32. VICENCIA MARTÍNEZ / 42 años “Si formas una familia, “Con 26 años me veía “No tuve a mi hija hasta echas el freno laboral” joven para casarme” que no me estabilicé” M. C. B., Madrid Mariana Arce, de 31 años, es una de las españolas que deciden casarse pasada la treintena. Lo hará el próximo sábado. ¿Por qué no antes? “Si formas una familia, echas el freno en el trabajo, y yo no quiero frenar”, explica. “Compaginar el inicio de una carrera profesional con hijos y marido es muy complicado”. Como en tantos casos, la inestabilidad laboral ha retrasado su emancipación, la boda y la maternidad. Es química y trabaja desde 2000 en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Los primeros siete meses no cobró nada. Desde agosto de 2001 ha sobrevivido con becas intermitentes, todas de menos de 1.000 euros al mes. Con 28 años decidió que ya era hora de vivir por su cuenta. De alquiler y con su novio, que ganaba lo suficiente como para que un mes sin beca no la dejara sin casa. Después ha tenido un contrato de dos años —con el que vivía “muy bien”—, pero ha vuelto a ser mileurista. Ahora se casa. “Pero no sé cuando podré tener hijos”, señala. Se queja de la falta de ayudas para trabajadoras. “Todavía somos las mujeres las que llevamos al niño al médico y lo cuidamos cuando está enfermo. Si no hay abuelos, ¿qué hacemos? No podemos ocuparnos de todo”. M. C. B., Madrid No siempre es la precariedad laboral la responsable de que las españolas se casen más tarde. Lourdes Delgado, periodista de televisión, lleva 10 años contratada en su empresa y viviendo de forma independiente. Pero, a pesar de su envidiable situación profesional, se casa el próximo 3 de junio, cumplidos los 33. La razón: “Hasta ahora no he encontrado al hombre adecuado”, explica. Su madre celebró su boda con 22 años. ¿Antes aparecía más pronto el hombre o mujer ideal? Lourdes cree que ahora las expectativas vitales son muy distintas y que la independencia económica de las mujeres les permite deci- dir con tranquilidad. “Y hacer lo que nos da la gana”, opina. “Con 26 años me propusieron matrimonio, pero yo me veía joven como para asumir ese compromiso. Quería disfrutar un poco de la vida”. Casi todos sus conocidos están en una situación parecida. “La gente cada vez se casa más tarde. En el programa en el que trabajo, de 25 personas con una edad media de entre 30 y 40 años, sólo nueve están casados y con hijos”. Ella quiere quedarse embarazada pronto y piensa que no perjudicará a su carrera profesional. “A mis compañeras madres se las trata con respeto”, dice, aunque cree que su empresa es una excepción. Á. DE C., Madrid “Cuando llegas a una edad, se te enciende una luz y te dices: ahora o nunca”. A Vicencia Martínez, de 49 años, la luz se le encendió cuando tenía 42. A esa edad se quedó embarazada de una niña. El porqué de esa tardanza tiene varias explicaciones. “Por un lado, no tenía una situación estable. Trabajaba como diseñadora y tenía una tienda. Y tampoco era partidaria de tener hijos sin una pareja así que, hasta que no tuve una relación más duradera, no me lo planteé”. El primer intento no dio resultado. Vicencia tuvo un aborto, pero no se desanimó. Poco después se volvió a quedar embarazada. “To- do fue bien”, comenta, “a los 42 años se es joven todavía”. “Creo que, al menos para mí, ha sido mucho mejor tenerlo a esta edad. A los 25 no habría estado preparada. Pero soy autónoma, doy clases de gimnasia y eso me hace tener un horario horroroso. Una chica se encarga de mi hija durante el día. Luego llega mi marido y está con ella. Después estoy yo, con el tiempo justo para leerle un cuento. El fin de semana lo dedico todo a su educación”, dice. “¿Qué le digo a las más jóvenes? Que no se preocupen, que se preparen, que hagan su vida y que tengan los niños cuando puedan. A los 40 también pueden ser madres”, concluye.