(10 a 19 años) L as necesidades nutricionales de las y los adolescentes están estrechamente relacionadas con la maduración biológica y los cambios propios de la pubertad. En general los varones maduran unos dos años después de las mujeres. En la niñez, las necesidades nutricionales del varón y la mujer de la misma edad son muy similares, mientras que a partir de la pubertad hay una marcada diferenciación, que se hace más evidente al final de la adolescencia debido a la distinta composición y funciones fisiológicas del organismo según el sexo, como es el caso de una mayor necesidad de hierro y ácido fólico en las mujeres que menstrúan o que están embarazadas; y un mayor requerimiento de alimentos que forman masa muscular en los varones. La promoción de alimentación y nutrición saludable en la y el adolescente, tiene que tomar en cuenta estos factores y además los cambios propios en la evolución de la personalidad, como el afianzamiento de la independencia, la búsqueda de nuevos patrones de socialización, la preocupación por la figura corporal, etc., que condicionan nuevos estilos de vida y patrones de alimentación. La especial atención que ponen los adolescentes por la imagen corporal, los condiciona en ocasiones a llevar dietas restrictivas para acercarse a un patrón ideal de belleza, influenciado por los modelos sociales del momento, y puede dar lugar a serios trastornos de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia y vigorexia). Por ello, es muy importante trabajar a nivel familiar y la escuela aspectos relacionados con la autoestima, el respeto y amor por su cuerpo, al mismo tiempo adoptar adecuados hábitos alimentarios y de vida. Son muy limitados los estudios de requerimientos nutricionales en adolescentes y, por tanto, el establecimiento de ingestas recomendadas para este grupo de edad, se obtiene de la extrapolación de los estudios de niños y adultos. De los primeros se obtienen datos respecto a las necesidades de crecimiento, y, de los últimos, respecto a las demandas por mantenimiento. Los objetivos nutricionales durante la adolescencia se deben ajustar a la velocidad de crecimiento y a los cambios en la composición corporal que se producen durante este período de la vida. Por otro lado, se deben establecer hábitos alimentarios que promocionen la salud a corto, medio y largo plazo. En general, las necesidades nutricionales son considerablemente superiores a las de los niños y a las de los individuos adultos. Las necesidades nutricionales difieren según el sexo y el grado de madurez. Dichas necesidades guardan mayor relación con el grado de desarrollo puberal que con la edad cronológica. Durante la adolescencia, además del aumento en requerimientos energéticos, también se producen mayores necesidades en aquellos nutrientes implicados en la acreción tisular, como son nitrógeno, hierro y calcio. En general se recomienda comer la mayor variedad posible de alimentos, guardar un equilibrio entre lo que se come y la actividad física, elegir una dieta abundante en cereales, verduras y frutas, elegir una dieta pobre en grasa, grasa saturada y sal, y elegir una dieta que proporcione suficiente calcio y hierro para satisfacer los requerimientos de un organismo en crecimiento. (10 a 19 años) La Pirámide de los Alimentos es una buena guía para promocionar una nutrición saludable en los adolescentes. Los alimentos que están mas cerca de la base son los que se deben consumir con mayor frecuencia. Pan, cereales, arroz y pasta. Los alimentos de este grupo proporcionan carbohidratos complejos (almidones) y vitaminas, minerales y fibra. Los adolescentes necesitan un elevado número de porciones de alimentos de este grupo, cada día. En la práctica se debe: a) elegir panes y cereales integrales con objeto de proporcionar fibra; b) comer alimentos pobres en grasa y azúcares; c) evitar añadir calorías y grasa a los alimentos de este grupo, en forma de mantequilla, etc. Frutas. Las frutas y sus zumos al 100% proporcionan vitaminas A y C, y potasio. Son también pobres en grasa y en sodio. En la práctica se debe: a) comer frutas frescas y sus zumos al 100% y evitar la fruta enlatada edulcorada; b) comer la fruta entera; c) comer cítricos, melones y bayas, que son ricos en vitamina C. Verduras. Las verduras proporcionan vitaminas, incluyendo las vitaminas A y C, y los folatos, minerales, tales como hierro y magnesio, y fibra. Además, son pobres en grasa. Un adolescente debe ingerir 2-4 porciones cada día. En la práctica se debe: a) comer una variedad de verduras para proporcionar todos los diferentes nutrientes que suministran, incluyendo verduras de hojas verdes, verduras de color amarillo, verduras ricas en almidón (patatas, maíz, guisantes), legumbres y otras verduras (lechuga, tomates, cebollas y judías verdes); b) no añadir mucho aceite a las verduras, y evitar la adición de mantequilla, mayonesa y arreglos para ensalada. Leche, yogur, queso. Los productos lácteos proporcionan proteínas, vitaminas y minerales y son excelentes fuentes de calcio. Un adolescente debe consumir 2-4 porciones de lácteos cada día. En la práctica se debe: a) elegir leche descremada y yogur descremado; b) evitar quesos grasos y helados cremosos. Carne, pollo, pescado, legumbres, huevos y frutos secos. Los alimentos de este grupo proporcionan proteínas, vitaminas y minerales, incluyendo las vitaminas del grupo B, hierro y zinc. Un adolescente debe consumir 2-3 porciones de alimentos de este grupo cada día, consumiendo el equivalente de 150-210 g de carne magra. En la práctica se debe: a) elegir productos con la menor cantidad de grasa posible, como carne magra, pollo sin piel, pescado y legumbres; b) preparar las carnes con poca grasa: a la brasa, a la parrilla, cocidas, mejor que fritas; c) recordar que los frutos secos son ricos en grasa y la yema de huevo lo es en colesterol, y por tanto todos estos alimentos deben comerse con moderación. Grasas, aceites y dulces. No más del 30% de la dieta debe proceder de las grasas. Para una dieta de 2200 kcals, ello equivale a 73 g de grasa cada día y, para una de 2800, de 93 g diarios. Es también importante el tipo de grasa. La grasa saturada, que se encuentran en carne, lácteos, aceite de coco y de palma, aumenta las tasas de colesterol sérico, más que las monoinsaturadas, que se encuentran en el aceite de oliva o de cacahuete, o que las poliinsaturadas del girasol, maíz, soja y algodón. La ingesta de grasas saturadas no debe ser superior al 10% de las calorías diarias. (10 a 19 años) Las causas de desequilibrio alimentario y nutricional en adolescentes se pueden agrupar básicamente en tres: Hábitos alimentarios no convencionales, trastornos del comportamiento alimentario y práctica de deportes de alta competición. Los hábitos de los adolescentes se caracterizan por: a) una tendencia aumentada a saltarse comidas, especialmente el desayuno y, con menos frecuencia, la comida de mediodía; b)realizar comidas fuera de casa; c)consumir snacks, especialmente dulces; d)comer en restau rantes de comida rápida; y e)seguir gran variedad de dietas. La obesidad nutricional, ligada a un balance energético positivo, por consumo de dietas hipercalóricas y disminución progresiva de la actividad física, se presenta en una proporción importante de los adolescentes. La obesidad constituye a cualquier edad un problema sanitario de primer orden. Su desarrollo durante la adolescencia incluye, además de los aspectos comunes a esta situación, a cualquier edad, un impacto negativo en el desarrollo psicosocial. Restricciones voluntarias de la ingesta de alimentos pueden conducir, en situaciones extremas, a la anorexia nerviosa, que afecta preferentemente a adolescentes jóvenes, predominando en el sexo femenino en una proporción de 10 a 1. Su perfil clínico es bien conocido, permaneciendo inaclarada su etiopatogenia. Los adolescentes que practican deportes de alta competición, con frecuencia se ven abrumados por las recomendaciones de sus entrenadores, en relación con la necesidad de ingerir suplementos dietéticos con el fin de mejorar su rendimiento físico. Probablemente la actividad física intensa no aumenta los requerimientos de nutrientes específicos, excepto agua y calorías, para compensar el aumento de gasto energético y la pérdida de agua causada por el ejercicio. La cantidad de agua necesaria, en circunstancias normales, es generalmente de 1 ml/kcal de energía consumida. Hábitos alimenticios de los adolescentes En los últimos años, en varios estudios realizados para conocer los hábitos éticos de los adolescentes, se detectan características peculiares locales, como era de esperar, pero, se deduce la importancia de las influencias que tiene la industria alimentaria, por un lado y la de los medios de difusión por otro, de manera que las formas en el comer se parecen bastante en los países de tipo de vida occidental Los hábitos de los adolescentes se caracterizan por: A) Una aumentada tendencia a saltarse comidas, especialmente el desayuno y con menos frecuencia la comida de mediodía B) Realizar comidas fuera de casa c) Consumir snacks, especialmente dulces d) Comer en restaurantes de comidas rápidas e) Practicar gran variedad de dietas. diet (10 a 19 años) Algunos adolescentes practican dietas vegetarianas o regímenes restrictivos extremos tales como las macrobióticas Zen. Otros siguen dietas “mágicas” y cambian con frecuencia sus hábitos dietéticos. Estos patrones conductuales se explican en parte por la nueva independencia que disfrutan, la dificultad en aceptar los valores existentes, la insatisfacción con la propia imagen, la búsqueda de la propia identificación, el deseo de aceptación por los amigos y compañeros y la necesidad de conformarse al estilo de vida de sus compañeros y amigos. Problemas nutricionales La conducta alimenticia inadecuada de los adolescentes puede conducir a problemas nutricionales en relación con: A) Energía: una baja ingesta energética dificulta la creación de dietas que contengan adecuadas concentraciones de nutrientes, especialmente hierro b) Proteína: las necesidades proteicas, como las de energía, se correlacionan más con el patrón de crecimiento que con la edad cronológica. c) y Calcio: las necesidades de calcio aumentan durante la pubertad adolescencia debido al acelerado crecimiento muscular y óseo,` d) Hierro: las necesidades de hierro, en ambos sexos, aumenta para mantener el rápido aumento de la masa muscular y la de hemoglobina, en las muchachas hay que añadir las necesidades derivadas de las pérdidas menstruales. e) Zinc: es un mineral esencial para el crecimiento y la maduración sexual Manifestaciones clínico-patológicas más frecuentes Caries dental Aunque la caries comienza en los primeros tiempos de la infancia, en los adolescentes puede llegar a ser un importante problema Obesidad Es el mayor y más frecuente problema nutricional Enfermedades crónicas de potencial base nutricional Los adolescentes pueden padecer enfermedad inflamatoria intestinal, diabetes mellitus, artritis reumatoide juvenil y varios tipos de anemias (10 a 19 años) Otras Las más sobresalientes son anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, hipercolesterolemia, hipertensión Necesidades de nutrientes De calcio y vitamina D Una dieta rica en calcio favorece las necesidades para el desarrollo de un competente sistema óseo. Es también importante para prevenir la osteoporosis en la vida adulta. Los adolescentes sustituyen con frecuencia la leche por bebidas no-alcohólicas, como las sodas, que pueden afectar la proporción calcio/fósforo, especialmente si la ingesta de magnesio es baja. La principal fuente de calcio lo constituyen los alimentos lácteos, también lo son: brócoli, col rizada, almendras, nueces del Brasil, tofu preparado con precipitado de calcio. Son adecuados algunos alimentos fortificados con calcio, tales como leche de soja, zumo de naranja y cereales. De hierro El hierro es otro mineral importante para el crecimiento del adolescente y para el desarrollo de una potente masa musccular, así como para la producción de hematíes. Son recomendables alimentos ricos en hierro-heme tales como carne roja magra, pollo y huevos. Fuentes de hierro no-heme son: frutos secos, fruta desecada, tofu, soja y vegetales marinos. Algunos alimentos pueden fortificarse con hierro (cereales, pan, arroz y pasta). Los alimentos ricos en vitamina C mejoran la absorción de hierro no-heme De vitamina B-12 La vitamina B-12 se encuentra principalmente en productos animales. Tempeh y miso contienen esta vitamina, aunque en forma inactiva. Alimentación recomendada La Pirámide de los Alimentos es una buena guía para promocionar una nutrición saludable en los adolescentes. El principal énfasis de esta guía se establece sobre cinco grupos de alimentos, teniendo en cuenta que todos ellos son necesarios para mantener una buena salud. Los alimentos ricos en grasas, aceites o dulces deben utilizarse, tan solo ocasionalmente. Los muchachos adolescentes que son activos físicamente, necesitan unas 2800 calorías diarias y deben consumir el mayor rango de porciones, presente en la Pirámide de los Alimentos. Las muchachas activas necesitan unas 2200 calorías al día y deben consumir el rango medio de porciones. Grasas, aceites y dulces No más del 30% de la dieta debe proceder de las grasas. Para una dieta de 2200 calorías, ello equivale a 73 g de grasa cada día y, para una de 2800, de 93 gramos diarios. Es también importante el tipo de grasa. Las saturadas, que se encuentran en carne, lácteos, aceite de coco y de palma, aumentan las tasas séricas de colesterol más que las insaturadas del aceite de oliva o de cacahuete, o que las poliinsaturadas del girasol, maíz, soja y algodón. La ingesta de grasas saturadas no debe ser superior al 10% de las carlorías diarias. (10 a 19 años) Recomendaciones: a) carne magra y lácteos descremados o pobres en grasa, b) aceites vegetales insaturados y margarinas que tengan un aceite vegetal como principal componente, c) limitar los alimentos que contienen grandes cantidades de grasas saturadas, d) limitar los alimentos ricos en azúcares y evitar añadir cantidades extra a los alimentos Leche, yogur, queso Los productos lácteos proporcionan proteína, vitaminas y minerales y son excelentes fuentes de calcio. Un adolescente debe consumir 2-3 porciones de lácteos cada día. Recomendaciones :a) leche descremada y yogur descremado, b) evitar quesos grasos y helados Carne, pollo, pescado, legumbres, huevos y frutos secos Los alimentos de este grupo proporcionan proteína, vitaminas y minerales, incluyendo las vitaminas del grupo B, hierro y zinc. Un adolescente debe consumir 2-3 porciones de alimentos de este grupo cada día, consumiendo el equivalente de 150-210 gramos de carne magra Recomendaciones: a) una porción de este grupo puede incluir 60-90 gramos de carne magra, pollo o pescado, las elecciones con la menor cantidad de grasa posible incluyen carne magra, pollo sin piel, pescado y legumbres, c) preparar las carnes con poca grasa: a la brasa, a la parrilla, cocidas, mejor que fritas, d) los frutos secos son ricos en grasa y la yema de huevo lo es en colesterol (deben comerse con moderación). Verduras Las verduras aportan vitaminas, incluyendo las vitaminas A y C, y los folatos, minerales, tales como hierro y magnesio, y fibra. Además, son pobres en grasa. Un adolescente debe ingerir 2-4 porciones cada día. Recomendaciones: comer una variedad de verduras, incluyendo verduras de hojas verdes, verduras de color amarillo, verduras ricas en almidón (patatas, maíz, guisantes), legumbres y otras verduras (lechuga, tomates, cebollas y judías verdes), b) añadir poco aceite a las verduras, y evitar la adición de mantequilla, mayonesa Frutas Las frutas y sus zumos al 100% contienen vitaminas A y C, y potasio. Son pobres en grasa y en sodio. Recomendaciones: a) frutas frescas y 100% de sus zumos y evitar la fruta enlatada edulcorada, b) comer la fruta entera, c) comer cítricos, melones y bayas, que son ricos en vitamina C Pan, cereales, arroz y pasta Los alimentos de este grupo proporcionan carbohidratos complejos (almidones) y vitaminas, minerales y fibra. Los adolescentes necesitan 6-11 porciones de alimentos de este grupo, cada día. Recomendaciones: panes y cereales integrales ya que aportan fibra, etc. (10 a 19 años) Alimentación en grupos especiales Los más conocidos son Adolescentes con dietas para control del peso Es frecuente que los adolescentes, sobre todo las mujeres, realicen con mucha frecuencia ciertos tipos de dietas que sin poderlas considerar como auténticamente restrictivas, sin embargo, intentan con ellas mantener el peso habitual. Comen menos cantidades que en épocas anteriores, se saltan comidas, disminuyen la ingesta de sus habituales snacks e intentan aumentar en exceso la actividad física. El mayor riesgo que este comportamiento alimenticio lleva consigo es la posibilidad de que se establezca de forma permanente una inadecuada forma de comer que conduzca bien a una anorexia patológica persistente o bien al otro extremo, a la obesidad. Los desórdenes alimenticios subclínicos son muy variados y mucho más frecuentes de lo que hasta ahora se admitía. Atletas adolescentes Desórdenes de la alimentación son más prevalentes entres atletas, masculinos y femeninos, que en la población general. De riesgo particular son los atletas de alta competición y los que practican deportes en donde el aspecto externo es importante y en los que un bajo peso corporal favorece los resultados, como gimnasia, patinaje artístico, montar a caballo, carreras y ballet. Vegetarianismo Se conocen varios tipos. Los adolescentes que no consumen productos animales son vulnerables a deficiencias de varios nutrientes, particularmente vitaminas D y B-12, riboflavina, proteína, calcio, hierro, zinc y quizás otros elementos traza. Para satisfacer las necesidades de calcio, los adolescentes veganos tienen que consumir alimentos fortificados con calcio y vitamina D, tales como leche de vaca, de soja y cereales listos para comer y tomar el sol 5-15 minutos cada día. En los adolescentes veganos es recomendable la ingesta de cereales y leche de soja fortificada con hierro y, si lo aceptan, análogos de carne. Embarazo de las adolescentes El embarazo es una causa adicional de estrés nutricional en la adolescente. Puesto que el estirón de la pubertad no se completa hasta unos pocos años después de la menarquia, las demandas fetales de nutrientes pueden crear problemas al crecimiento materno. Ello es especialmente cierto en muchachas que maduran precozmente y en aquellas cuyo estado nutricional previo al embarazo es insatisfactorio. El feto suele estar protegido de las anomalías de la dieta materna, excepto en situaciones de extrema malnutrición, pero las adolescentes embarazadas se saltan comidas, ingieren snacks de poca calidad, están preocupadas con la ganancia de peso, etc. Por tanto, las deficiencias de calcio, de vitaminas A y C, de folatos, de hierro y de zinc, muy frecuentemente detectadas en las dietas de estas adolescentes, puede tener efectos perjudiciales sobre el feto. Es necesario el aporte de suplementos vitamínicos y de minerales para aquellas que consumen dietas inadecuadas. De forma rutinaria debe recomendarse la suplementación de folato y de hierro. (10 a 19 años) Recientemente se discute la presencia de la “triada de la atleta femenina” al referirse a tres problemas que se observan en esta población: nutricional (desorden alimenticio), endocrino (amenorrea) y músculo-esquelético (osteoposis prematura). Entre el 15% y el 60% de las mujeres atletas se estima que tienen desórdenes de la alimentación. Entre las acciones a desarrollar en esta etapa de vida tenemos: - - Promover la importancia del consumo de una alimentación balanceada y variada de la misma olla familiar, teniendo en cuenta la edad, sexo y actividad física que realiza la y el adolescente. Incentivar el consumo de 3 tazas de leche diaria en cualquier forma de preparación. Promover la importancia del desayuno consistente para cubrir sus necesidades de energía durante las actividades intelectuales y físicas que realiza. Incentivar el consumo diario de frutas y verduras. Promover la importancia de los refrigerios saludables que incluyan diariamente frutas, jugos, refrescos de frutas naturales o agua sola. Promover el consumo de alimentos ricos en hierro como carnes rojas, vísceras, vegetales de hojas verdes. En esta etapa es importante identificar a la madre adolescente como de alto riesgo nutricional y de salud en la gestación y lactancia. Motivar para que la hora de comer sea un espacio agradable de relajamiento, de comunicación y aprendizaje sobre normas de alimentación. Capacitar en aspectos relacionados con la autoestima y patrones estéticos de alimentación y nutrición. Fortalecer las habilidades para la toma de decisiones adecuadas en relación a la alimentación y nutrición saludable. Tomar en consideración especial a las y los adolescentes que trabajan y los que empiezan a tener una presión excesiva con los horarios de estudio en la secundaria o la universidad, que condiciona el no dar prioridad a una alimentación sana y el usar el recurso fácil de las “comidas rápidas”. Promover el ejercicio y el deporte en las y los adolescentes. Los escenarios de intervención preferentes serán la vivienda y familia, las instituciones educativas y la estrategia FUENTE: Documento Técnico “Modelo de abordaje de Promoción de la Salud. Acciones a desarrollar en el eje temático de Alimentación y Nutrición saludable. Dirección General de Promoción de la Salud 2006.