CARLOMAGNO, PADRE DE EUROPA Informe mensual de estrategia febrero de 2014 Alejandro Vidal Responsable de Estrategia de Mercados AW ARD BEST ASSET & WEALTH MANAGEMENT SPAIN 2013 OBAL BA N GL EV E R IEW NC NG & FINA KI S 1 Informe mensual de estrategia. Febrero de 2014. Carlomagno, padre de Europa Proponemos este mes un tema que muestra como contra mayores son los territorios y más unificados están, son capaces de generar más prosperidad económica, social y cultural. Así ocurrió con el Imperio Romano y el Carolingio, que contrastaron con los oscuros días de la etapa de división feudal. Carlos el Grande nació en Herstal, en la Bélgica actual, en el año 747. Su historia es la de un joven analfabeto, aunque hijo de reyes, que gracias a su tesón y fuerte carácter consiguió reunificar buena parte del antiguo imperio romano occidental, fragmentado por las invasiones bárbaras (de sus antepasados, por cierto) en el siglo V, 300 años antes de su nacimiento. En el contexto de la época, nos encontramos con una Europa occidental sumida en la más oscura de las noches culturales: el dominio musulmán del mediterráneo, desde sus bases en la península ibérica, Sicilia, Baleares y el norte de África, había interrumpido las principales rutas de comunicación, tanto comercial como cultural. Las pésimas condiciones de las antiguas calzadas romanas ya no permitían un tránsito terrestre medianamente fluido, por lo que Europa se había fragmentado en pequeños dominios con idiomas cada vez más divergentes debido a su aislamiento. Tras el fallecimiento de su padre, el Rey Pipino de los Francos (768), el reino se divide entre Carlos (que hereda buena parte de la actual Francia y los Países Bajos) y su hermano Carlomán, que hereda Informe mensual de estrategia. Febrero de 2014. las regiones que actualmente constituyen la región alpina de Francia, el interior y las provincias alemanas centrales, al norte de Baviera y al sur del Rin. La primera unión que tuvo que afrontar fue, por lo tanto, reunir de nuevo los territorios de su padre bajo un único mando. Tuvo varios momentos de tensión con su hermano, que casi los llevó a un enfrentamiento militar. Sin embargo, el fallecimiento de Carlomán en el año 771 reunificó los antiguos dominios de Pipino bajo el cetro de Carlomagno. Ferviente seguidor de la fe católica, siempre estuvo del lado del Papa en los distintos conflictos de los Estados Vaticanos con sus vecinos, lo que le llevó a conquistar Lombardía y anexionarla a su imperio. También conquistó Sajonia, Baviera y buena parte de los países eslavos, en la Europa oriental. En la frontera sur de su reino, limítrofe con los Reinos musulmanes de la península ibérica, constituyó la Marca Hispánica, dominios no integrados en el imperio pero con caudillos impuestos por Carlomagno. Comprendía Navarra, el norte de Aragón y buena parte de la Cataluña actual. Llegó a asediar Zaragoza, pero finalmente desistió de su propósito. Fue la parte de la reconquista cristiana no liderada por los Reyes Castellanos, y embrión del futuro Reino de Aragón. El impacto de Carlomagno en la Europa actual fue fundamental. Es considerado el primer Rey de Francia y de Alemania (Carlos I en los dos casos), fue coronado Emperador del Imperio Romano por el Papa (su dinastía reinaría en Alemania como Sacro Imperio Romano, título que llegará hasta Carlos V de España) y su división administrativa en Condados y Marcas será la que definirá el feudalismo en Europa. En lo económico, sentó las bases de la contabilidad de los Estados mediante el Capitullare de Villis (802), un compendio de normas para imputar gastos e ingresos, con duras sanciones para los regentes locales que las incumplieran y envío periódico de “hombres de negro” para supervisar su correcta aplicación y el uso adecuado de los dineros. También impuso la Libra Carolingia como divisa común, una divisa de plata (metal producido en Alemania y Bohemia) que sustituía al oro, por la escasez de este metal ante el corte de las rutas comerciales en el Mediterráneo. Determinó tasas y controles de precios específicos para determinados bienes y reguló las actividades de los prestamistas de la época para evitar prácticas de usura, entre las de muchos otros gremios profesionales. La actividad económica y el comercio en Europa resurgieron, permitiendo acometer inversiones importantes en las infraestructuras del imperio. En lo social, Carlomagno siempre se sintió avergonzado por su incapacidad para leer y escribir. Durante su madurez, se centró en sus estudios y fomentó que los monasterios de sus dominios reprodujeran sus obras y escritos, y posteriormente las intercambiaran entre si. Este flujo de ideas entre eruditos de distintos lugares de sus vastos dominios produjo un florecimiento cultural y científico en la época, conocido como Renacimiento Carolingio. Instituyó becas y mecenazgos, siempre con vocación paneuropea. Carlomagno fallecerá en Aquisgranum (actual Aachen, en Alemania) en el 814. Si bien su hijo Luis fue capaz de mantener relativamente unidos los dominios del Imperio, éste terminó disgregándose de nuevo y cayendo bajo el control de los nobles locales, iniciando el periodo feudal. El impulso del interés local sobre la globalidad llevó, de nuevo, a la disgregación política y económica en Europa, que se sumiría cuatro siglos más en la bruma y los conflictos regionales. Pero de nuevo quedó demostrado que la unión siempre es superior a la suma de las partes (¿conocería Carlomagno la palabra sinergia?), mientras que el conflicto y la partición conllevan el empobrecimiento mutuo, tanto en lo económico como en lo social. Por eso es de justicia reconocer a Carlomagno como uno de los Padres de Europa.