La dinastía carolingia: de Carlos Martell a Carlomagno

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12 de mayo de 2014 — buzos
Escafandra
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La dinastía carolingia: de Carlos Martell a Carlomagno
Ángel trejo RAYGADAS / Periodista - escritor
Carlos Martell (Martillo) es mucho más que el nombre de uno
de los brandis o coñacs más famosos de Francia, pues su vida
política dio ocasión al primer ensayo de renacimiento de la
cultura latina tras el hundimiento del Imperio Romano en el
siglo V. Martell fue un personaje histórico hecho a la medida de la confección de un mito, una leyenda y una gesta
épica en verso que duró casi medio siglo y procreó novelas de caballería. En él renacieron Gilgamesh, Moisés,
Prometeo, Odiseo, Alejandro, Julio César y, quizás sin
proponérselo, anticipó a su nieto Carlomagno, a Orlando
el Furioso y a El Cid campeador, quienes también fueron personajes de carne y hueso para convertirse en seres
mitológicos y literarios. Sin asumirse como rey, gobernó el reino franco e impuso cuatro reyes al actuar como
emperador de facto. El único título que aceptó fue el de
mayordomo, con el cual unificó, organizó y defendió el
reino franco de secesiones internas e invasiones externas,
entre ellas la otomano-musulmana, a la cual derrotó militarmente en Poitiers en 732.
Su ascenso político no fue fácil. En 714, al morir su
padre Pipino I de Heristal, de quien era bastardo, asumió
la mayordomía real pero la reina viuda, Plectonde, lo encarceló para asumir la tutela estatal en nombre de su hijo
Thiand, quien sólo tenía seis años. Este hecho provocó
en 715 insurrecciones en Neustria –noreste de Francia y
norte de Italia–, Sajonia (Alemania) y Austrasia (Países
Bajos), que implicaban el riesgo de desmantelar el reino.
Entonces escapó del cautiverio para reprimir las rebeliones separatistas, encabezar una que estaba de su parte y
reunificar el estado franco. Una vez logrados estos objetivos se reinstaló en la mayordomía e inició su “reinado tras
el trono” moviendo reyes como en un tablero de ajedrez.
Entre los coronados bajo su égida figuraron Clotario IV
(depuesto una y habilitado dos), Chilperico III y Thierry
IV de Aquitania. A su muerte en 741 su hijo Pipino II el
Breve asumió el mando real y fundó el imperio carolingio
en 751.
Otro afamado miembro de la dinastía carolingia fue Carlomagno, hijo de Pipino II. El fundador del Sacro Imperio Romano Germano en el año 800 nació en 742 en Heristal (cerca
de Lieja), un año después de la muerte de su abuelo. Asumió
el reinado de Austrasia en 774 después de que su tío Pipino
III dejó de lado la mayordomía real y depuso al rey Childeri-
co III. Pipino III y su hermano Carlomán habían gobernado
como mayordomos (primeros ministros). Carlomagno fue declarado rey a los 22 años –o 28, según otras versiones- para
extender el imperio a Sajonia, Italia y parte de Eslavia. Dio
gran impulso a la educación, las artes plásticas, la música y
la literatura. La arquitectura románica fue herencia de su “renacimiento latino” y sus hazañas guerreras –llevando como
coestelar al conde Roldán u Orlando– dieron ocasión a los
Cantares de gesta en Francia, Alemania, Gran Bretaña y España, el gran reservorio poético popular de la Edad Media
europea. Carlomagno murió en Aquisgrán en 814.
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