Cuadernos Geográficos nº 48 (2011-1)

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ISSN: 0210-5462
CUADERNOS GEOGRÁFICOS
Publicación semestral
Núm. 48 (2011-1)
UNIVERSIDAD DE GRANADA
2 0 11
Cuadernos geOGRÁFICOs
Núm. 48 (2011-1)
SUMARIO / SUMARY
1.
Artículos / Articles
Bosque Maurel, J.: El patrimonio natural e histórico-monumental español.
algunos problemas actuales.......................................................................
The natural and historical heritage and monumental Spanish. Some current
problems
9
Gil Alonso, F., Domingo i Valls, A. y Bayona i Carrasco, J.: Flujos migratorios en el mediterráneo occidental: ¿causas demográficas, sociales
o económicas?...........................................................................................
Migration flows in the western Mediterranean: demographic causes, social
or economic?
47
Zapiain Aizpuru, M.ª T.: Reflexiones identitarias en el territorio contemporáneo. La construcción colectiva de lugar. Caso de estudio de la Vega de
Granada.....................................................................................................
Identity reflections in the contemporary territory. The collective construction of place. Case of study of the Vega de Granada
79
Saladié, Ò.: Cien años de observaciones meteorológicas en la comarca catalana
de Ribera D’Ebre (1911-2011).................................................................
A century of meteorological records in the catalan county of Ribera
D’Ebre (1911-2011)
Sánchez González, D.: Precipitaciones extremas y sus implicaciones en
procesos de remoción en masa en la planificación urbana de Tampico,
México.......................................................................................................
Extreme rainfall and implications for mass wasting processes in urban
planning from Tampico, Mexico
Delgado Peña, J. J., Ruiz Sinoga, J. D., Navarro Jurado, E., Cortes Macías,
R., Remond Noa, R., Salinas Chávez, E., Fernandez Lorenzo, J.
M., Acevedo Rodriguez, P.: La degradación ambiental de los paisajes
en las cuencas tributarias de la ensenada de Sibarimar (Guanabo e Itabo,
Cuba).........................................................................................................
Environmental degradation in river landscapes tax Sibarimar Cove (Guanabo and Itabo, Cuba)
109
135
161
Papadodima, Z.: Las fronteras regionales: La materia de migraciones en la
Geopolítica contemporánea.......................................................................
Regional borders. The migration perspective in contemporary political
Geography
Gualdrón Guerrero, C. A.: Desarrollo humano y crecimiento económico en
Colombia...................................................................................................
Human development and economic growth in Colombia
Sierra López, N., Zizumbo Villarreal, L., Romero Contreras, T. y Monterroso Salvatierra, N.: Ordenamiento territorial, turismo y ambiente
en Valle de Bravo, México........................................................................
Territorial ordering, tourism and enviromental in Valle de Bravo, México
2.
Fabre Platas, D. A.: Vulnerabilidad, reconstrucciones étnicas y estrategias de
sobrevivencia en el trópico húmedo mexicano.........................................
Ethnic vulnerability, reconstructions and strategies of survival in the
Mexican humid tropic
233
253
259
Tesis doctorales / Doctoral thesis
Toro Sánchez, F. J.: Crisis ecológica y geografía: Planteamientos y propuestas
en torno al paradigma ecológico-ambiental..............................................
Ecological crisis and geography: Expositions and proposals around the
ecological-environmental paradigm
Capote Lama, Alberto: Inmigración marroquí en Andalucía: Dinámicas de
la movilidad espacial y condiciones de inserción en distintos contextos
locales. Estudio sociogeográfico en cinco municipios de las provincias
de Granada y Córdoba...............................................................................
Moroccan immigration in Andalusia: Dynamic of space mobility and
conditions of insertion in different local contexts. Sociogeográfico study
in five municipalities of the provinces of Granada and Córdoba
4.
207
Crónica y notas / Chronicle and notes
Naranjo Ramírez, J.: Semblanza del Profesor Antonio López Ontiveros........
Biographical note of Professor Antonio Lopez Ontiveros
3.
189
Reseñas bibliográficas / Bibliographical references
Agriculturas africanas y mercado mundial (FFP); Alianzas público-privadas para una
nueva visión estratégica del desarrollo (JMTAyDCGR); El desplazamiento
277
281
forzoso en Colombia: un camino sin retorno hacia la pobreza (RLPyKJHR);
Nueva historia económica de Colombia (WWGUyMDCC); Desarrollo y
transformación. Opciones para América Latina (MMyJSAE); El club de
la miseria: que falla en los países más pobres (PASMyEABS); El libre
mercado y el hundimiento de la economía mundial (DJMLyEJHP)...........
295
1. Artículos
EL PATRIMONIO NATURAL E HISTÓRICO-MONUMENTAL
ESPAÑOL ALGUNOS PROBLEMAS ACTUALES
Joaquín Bosque Maurel*
Recibido: 28-03-11. Aceptado: 6-07-11. Biblid [0210-5462 (2011-1); 48: 9-45].
PALABRAS CLAVE: patriminio natural, patrimonio histórico, urbanización incontrolada,
degradación ambiental, deterioro urbano, política urbana, política ambiental, burbuja
inmobiliaria.
KEYWORDS: natural and cultural heritage, unbontrolled urbanization, enviromental
degradation, urban decay, urban policy, enviromental policy, housing buble.
MOTS-CLÉS: patrimoine naturel et culturel, urbanisation incontrôlée, digradation environementel, politique urbaine, politique environnemental, bulle inmobilière.
RESUMEN
Se analizan los diversos impactos de la urbanización incontrolada o «salvaje» en el patrimonio natual e histórico español. Asimismo se identifican los principales problemas y amenazas
territoriales derivados del estallido de la «burbuja inmobiliaria».
ABSTRACT
It discuses the various impacts of uncontrolled or «wild» urbanization in the Spanish natural
and historical heritage. Also it identifies the main problems and threats in space wich ocurred
after the outbreak of the «housing bubble».
RESUMÉ
On examin les differents impacts de l’urbanisation incontrôlée ou «sauvage» dans le patrimoine natual et historique espagnole. On identifie les pricipaux problémes et les amenaces
territoriaux résultant de l’eclatement de la «bulle inmobilière».
La memoria de los lugares:
preservar el sentido y los valores inmateriales
de los monumentos y sitios
(Convención de la UNESCO
sobre el Patrimonio Mundial, 1972)
La ocupación y el uso del escenario natural por el Hombre desde hace más de
cuatrocientos mil años es la base de la existencia de su patrimonio a nivel mundial.
* Universidad Complutense de Madrid. Real Sociedad Geográfica.
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10
joaquín bosque maurel
La singularidad y belleza del territorio primario español es bien conocida. Sobre él,
una añeja vida ha permitido a España crear y poseer uno de los conjuntos históricomonumentales más importantes de la Tierra por su origen y variedad. Un doble patrimonio fruto de un largo y complejo pasado en el que la sucesión de distintas etapas
culturales e históricas justifican sus profundas diferencias temporales y espaciales.
Una realidad aún muy viva pese a los cambios y transformaciones muy numerosos y
profundos sufridos a lo largo del tiempo. Sobre todo, en los últimos dos siglos, en los
que el despego por lo antiguo, casi siempre meramente especulativo, y la destrucción
consiguiente, han afectado muy dolorosamente a buena parte del escenario natural,
al aporte histórico de siglos y, en especial, a su principal protagonista, las numerosas
ciudades españolas, en su mayor parte nacidas durante la dominación romana. Un último
y actual escenario que incluye unos entornos rurales más o menos transformados y a
algunos de los más atractivos paisajes naturales y humanos mundiales.
1. PROTECCIÓN AMBIENTAL VERSUS URBANISMO SALVAJE
La originalidad y belleza de la Naturaleza de la Península Ibérica es bien conocida
(M. de Terán, 1951). El uso, a veces hasta la destrucción, básicamente debida al
hombre, del medio natural, se expresa, primero, de forma directa por la implantación
sobre el suelo de todos los elementos físicos creados por el Hombre y, no menos, por
los efectos indirectos que de tal implantación y su funcionamiento se derivan. Y que
son la base de la importante contaminación atmosférica y terrestre que, incluso, está
afectando a los mismos procesos naturales del sistema terrestre aún determinantes y
fundamentales.
En este añejo y decisivo cambio, iniciado sobre todo por la sustitución de la vegetación «climax» por un complejo artificial debido al desarrollo agrícola, al final se
contraponen dos realidades diferentes. Por una parte, una profunda degradación de la
cubierta vegetal, visible en el hecho de que la extraordinaria riqueza florística española, la mayor de Europa, ha sufrido pérdidas irreparables: sólo en la Península, cinco
espe­cies vegetales se han extinguido, otras cincuenta y cinco al menos se encuentran
en peligro de extinción y existen ciento cuarenta y tres en situación muy vulnerable.
Con la casi inevitable consecuencia de que paralelamente se está produciendo un
peligroso proceso de erosión y destrucción de la cubierta edáfica, ya denunciado por
las Naciones Unidas en los años setenta, y que, en 1994, dio lugar a la «Convención
de las Naciones Unidas de la Lucha contra la Desertificación» (CNULD). España al
ratificar la Convención en 1996, se obligó al desarrollo y aplicación de un «Programa
de Acción Nacional contra la Desertificación» (PAND) que se ha convertido en la base
de la lucha contra la erosión y la desertificación, el «problema ambiental de mayor
extensión espacial e incidencia ambiental y económica» de las regiones mediterráneas
y en el que España tiene una posición de privilegio (F. López Bermúdez, 2003).
Mas del 31 por 100 del suelo hispano, unos 15,9 millones de Has., padece un
riesgo muy alto de desertificación y está afectado gravemente por la erosión, otro 21,7
por 100 (10,9 millones Has.) sufre una erosión moderada. Únicamente un total de
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el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
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16.615.298 Has., el 32,84 por 100 del territorio nacional, se encuentra libre, al menos
por ahora, del problema
En la intervención sobre el medio, el principal protagonista, hoy y ayer, ha sido
la ciudad. El gran complejo de ladrillo, vidrio, hierro y hormigón que le da forma
implica, como alojamiento de masas importantes de personas, unos altos niveles de
contaminación atmosférica y grandes cantidades de residuos sólidos y de vertidos
líquidos. Favorece algunas peculiaridades climáticas locales y regionales y provoca
cierta miniaturización territorial a través de las fuentes de calor cada vez más potentes
en que se convierten los conjuntos urbanos. Todo ello afecta al desenvolvimiento vital
de sus habitantes y usuarios (A. López Gómez, 1993)
En general, las características climáticas y biológicas de los espacios urbanos son
sensiblemente diferentes de las existentes en las áreas rurales próximas, aunque sin
perder del todo su analogía con el clima regional en que se encuentran. Cabe hablar,
por tanto, para cada ciudad de un microclima específico y propio derivado de la heterogeneidad de la morfología y la estructura presentes en cada caso y también de la
circulación atmosférica general y de sus peculiaridades propias (Figura 1).
Madrid constituye un excelente ejemplo de microclima urbano, tanto por sus
propias características intrínsecas, como por su entorno ambiental. Las actividades
—tráfico, calefacción, vivienda— de los en torno a los tres millones de habitantes del
municipio, son los principales factores modificadores del clima, aunque tampoco puede
olvidarse el impacto de su corona metropolitana, además de las actividades industriales
existentes, muy localizadas y cada vez menos decisivas. Todo ello, unido a su situación
en un territorio, España, con predominio de emisiones aéreas contaminantes y, sobre
todo con uno de los mayores crecimientos relativos de tales emisiones en Europa, un
50.6 por 100 más que en 1990.
El país, como firmante desde 2002 de los convenios derivados de la cumbre de Río
(1992) y sus sucesivas reuniones, tiene graves dificultades en su obligada reducción,
calculada en la reunión de Bali entre un 25 y un 40 por 100, a fin de llegar al objetivo
de Kioto para el año 2012. Incluso, las emisiones de CO 2 de Madrid, como las de
Andalucía, Baleares, Canarias, Murcia, Navarra y Valencia han aumentado más de un
75 por 100, cuando el objetivo era un 15 por 100 como máximo. En fin, se ha llegado
a afirmar por la Unión Europea que España es «una isla energética « con relación a
«la evolución de las políticas energéticas y ambientales del resto de Europa» Todo ello
dentro de los hechos que a nivel mundial están siendo considerados como un próximo
y muy grave «cambio climático» (R. Méndez, 2005, 2007 y 2008, AA. VV., 2006,
Al Gore, 2007, J. A. Sotelo Navalpotro, 2007) (Figura 2).
La destrucción del espacio por la ocupación de la Tierra por el Hombre y, en
especial, de la extensión del principal protagonista de su uso, la Ciudad y sus medios necesarios de subsistencia, hace necesario un cambio de mentalidad social y
económica que limite en los posible, y en fechas no lejanas, esa destrucción espacial
y ambiental y cree unas salvaguardias imprescindibles que establezcan no sólo unos
límites al deterioro de la Naturaleza sino, sobre todo, fijen unos principios universales
de defensa y protección que, si no se produjesen, podrían poner en peligro a la larga
la vida misma del Planeta.
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joaquín bosque maurel
Figura 1. Isla de calor en Madrid. Noviembre 1985
Fuente: A. López Gómez, 1993.
Y que alcanzó su expresión más universal en los trabajos y conclusiones de la
Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo derivado de un llamamiento
urgente de la Asamblea General de las Naciones Unidas de diciembre de 1983. La Comisión, presidida por la que fue Primera Ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland
y formada por un conjunto de especialistas representantes de veinte países miembros de
la ONU, formuló un riguroso y cuidado informe, «Nuestro Futuro Común», publicado
en 1988 y que constituye el fundamento de los principios que en esa cuestión —la
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el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
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Figura 2. Evolución de emisiones de gases de efecto invernadero
Fuente: Ministerio de Medio Ambiente (2009).
sostenibilidad del medio ambiente en función del desarrollo económico social— rigen
y son difundidos y sostenidos por las Naciones Unidas (COMISIÓN, 1992).
Parece indudable que la sensibilización colectiva ante el problema de la destrucción
del medio ambiente es antigua en España —existen testimonios ya en el siglo XVIII
(M. G. de Jovellanos, 1994)— pero se ha agudizado en los últimos decenios junto
a los éxitos y, no menos, a los problemas de la tradicional política forestal y de sus
derivaciones posteriores. Una prueba de esta sensibilidad la tenemos en la reciente
política de protección del espacio natural, o al menos de sus más significadas reliquias,
derivada de la Constitución de 1978 (Artº 45), origen de la Ley de Conservación de los
Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres de 1989 que tuvo un precedente
directo en la Ley de Espacios Naturales Protegidos de 1975 (J. M.ª Peñarrubia
Iza, 1996).
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joaquín bosque maurel
Una preocupación y hasta una política que se inició algo tardíamente respecto
a los Estados Unidos y el resto de Europa en la segunda década del siglo XX con la
creación en 1918 de los dos primeros Parques Nacionales, los de Covadonga y Picos
de Europa y Ordesa y Monte Perdido, se continuó con ciertas restricciones durante
el desarrollismo franquista —Parques Nacionales del Teide y de la Caldera de Taburiente (1954), Aigües Tortes y Lago San Mauricio (1955), Doñana (1969), Tablas de
Daimiel (1973) y Timanfaya (1974)— y se aceleró a partir de 1978 con la España de
las Autonomías, origen de otros siete Parques nacionales —Garajonay (1981), Islas
de Cabrera (1991), Cabañeros (1995), Sierra Nevada (1998), Islas Atlánticas (2002) y
Monfragüe (2006)—. Una preocupación nacional que alcanzó su momento álgido en
los años noventa, con la plena incorporación de todas las Comunidades Autónomas a
la política proteccionista (J. Bosque Maurel, 1996 y 1997) (Tabla I).
Un conjunto de catorce reservas naturales de carácter nacional bajo la supervisión del Ministerio de Medio Ambiente aunque con su gestión otorgada en 2004
por el Tribunal Constitucional a las Autonomías respectivas en colaboración con el
Gobierno central y que han alcanzado un claro reconocimiento internacional. Todas
ellas están incluidos en la Red Natura 2000 de la Unión Europea, cinco Parques Nacionales —Picos de Europa, Ordesa y Monte Perdido, Doñana, Tablas de Daimiel y
Timanfaya— forman parte de la Reserva de la Biosfera proclamada por la UNESCO,
tres —Ordesa y Monte Perdido, Teide y Caldera de Taburiente y Doñana— tienen
Diploma Europeo, otros tres —Ordesa y Monte Perdido, Doñana y Garajonay— son
Patrimonio de la Humanidad y, finalmente, Doñana y las Tablas de Daimiel están
incluidas en el Convenio RAMSAR que protege los Humedales de Importancia
Mundial. Y se han convertido en un atractivo e importante recurso turístico que, con
todas las limitaciones correspondientes a sus específicas características, han sido
capaces de alcanzar un elevado número de visitantes con un máximo de más once
millones en el 2004 y más de diez millones en los años siguientes pese al impacto
de la crisis del 2007.
Actualmente, conforme a las varias figuras establecidas por las Leyes de 1975 y
1989, además de los 14 Parques Nacionales dependientes del Gobierno central y de las
respectivas Comunidades, existen, en íntima relación con la política medioambiental
propia de las diferentes Autonomías, cerca de 500 Espacios Naturales Protegidos —105
Parques Naturales, 135 Reservas Naturales y 241 otras figuras (3 Reservas biológicas,
30 Monumentos Naturales, 12 Espacios y Sitios Naturales y 30 Parajes Naturales,
entre otras)— que ocupan alrededor de tres millones de hectáreas, el 6 por 100 del
espacio nacional. Una realidad con una cierta confusión en sus denominaciones según
las Comunidades y dispersa por todo el territorio español y que son un indudable e
interesante recurso turístico (Tabla II) (Figura 3).
Algunos de estos espacios protegidos de carácter regional se encuentran también
bajo los auspicios de organizaciones internacionales como el Programa Hombre y
Biosfera (MAB), aprobado en la Conferencia sobre las Bases Científicas de la Conservación y Utilización Racional de la Biosfera (París, 1968) y creadora de las Reservas
de la Biosfera, de las que en España a comienzos del tercer milenio existen veinte y
dos: los cinco Parques Nacionales citados y otros espacios protegidos dependientes de
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el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
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Tabla I. Parques Nacionales españoles (2009)
Comunidad Año creación
1. Picos de Europa
y Covadonga
2. Ordesa
3. Teide
4. Caldera de Taburiente
5. Aigües Tortes
6. Doñana
7. Tablas Daimiel
8. Timanfaya
9. Garajonay
10. Cabrera
11. Cabañeros
12. Sierra Nevada
13. Is. Atlánticas
14. Monfragüe
España
Asturias, León
y Cantabria
Aragón
Canarias
Canarias
Cataluña
Andalucía
Castilla-Mancha
Canarias
Canarias
Baleares
Castilla-Mancha
Andalucía
Galicia
Extremadura
–
1918
1918
1954
1954
1955
1969
1973
1974
1981
1991
1995
1999
2002
2006
–
Superficie
(Has.)
Visitantes
(2009)
64.660
15.608
18.990
4.690
14.119
54.252
5.410
5.170
3.986
10.121
38.996
86.208
8.480
17.852
350. 307
1.818.671
671.500
3.052.830
337.649
329.227
380.156
105.957
1.371.349
625.801
60.662
90.001
617.500
274.716
306.041
10.083.561
Fuente. Ministerio del Medio Ambiente.
las Comunidades, Canal, Tiles, Grazalema, Marismas del Odiel, Montseny, Sierras de
Cazorla y Segura y Urdaiba (Ría de Guernica) (EUROPARC España, 2007).
Y son numerosos entre los espacios protegidos sin la calificación máxima, los
que alcanzan tal nivel de calidad y belleza que no les faltan méritos para llegar a la
categoría superior. Por ejemplo, el pequeño archipiélago centrado en torno a la isla
Graciosa al norte de Lanzarote, el desierto de los Monegros, ya Reserva de la Biosfera
e incluido en la Ley del Agua de Aragón, los humedales litorales de la Albufera y el
Mar Menor, el valle del Sil o los acantilados mediterráneos de la Costa Brava catalana
y la bahía granadina de La Herradura.
Posteriormente, de acuerdo con la legislación europea que asumió y continuó los
planteamientos de la Cumbre de Río de 1992, España se acogió a la política ambiental
de la Unión Europea y a sus seis Programas de Acción de Defensa del Medio Ambiente
que, junto con el Programa TERRA de cooperación territorial, han confluido en un
objetivo global, crear la Red Natura 2000. Su fruto básico, dos propuestas de la UE
que constituyen hoy el fundamento dirigido a preservar o restablecer la protección
del medio ambiente español dentro de la Red europea (Mª A. Martín Lou y Mª J.
Lozano, 2009 y I. Martín Jiménez, 2005).
Primero, la Directiva Aves dirigida a la creación a partir de la realidad conservada
y delimitada de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), de enorme
trascendencia dado el importante papel desempeñado por la Península como zona de
paso y descanso de las grandes migraciones continentales de las aves del Viejo Continente. En segundo lugar, la Unión Europea se comprometió a establecer un listado
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joaquín bosque maurel
Tabla II. Espacios Naturales Protegidos. Nacionales y de las Comunidades Autónomas (2006)
P. NacionalesP. Naturales Reservas
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares
Canarias
Cantabria
Castilla y León
Castilla-Mancha
Cataluña
Com. Valenciana
Extremadura
Galicia
Madrid
Murcia
Navarra
Pais Vasco
Rioja (La)
España
2
1
1*
1
5
1*
1*
2
1
–
1
1*
–
–
1*
–
1*
14
21
3
2
4
18
4
5
2
4
9
1
5
3
6
1
7
1
105
28
2
7
1
26
1
1
1
1
3
1
–
3
1
41
–
–
135
Otros
Total
37
3
10
–
97
–
7
1
–
1
1
5
4
12
57
2
–
241
88
9
20
6
145
5
13
6
5
13
4
10
10
19
99
9
2
494
*Parque Nacional de Covadonga y Picos de Europa, compartido por las Comunidades Autonómicas de
Asturias, Cantabria y Castilla-León. Fuente.- Ministerio de Medio Ambiente 2006.
de 1034 Lugares de Importancia Comunitaria (LICs), áreas de conservación y defensa
del medio ambiente biológico (ZEC).
Estos LICs, junto con las ZEPA, conforman una parte importante de la europea
RED NATURA 2000. Las ZEPA son, en el conjunto de España, un total de 512, que
suman 9.237.745 Has., el 17.95 por 100 del territorio, con comunidades dominantes
—Andalucía (17,6% de la Comunidad), Castilla y León (21,21%), Castilla-La Mancha
(19,64) y Extremadura (26,15%)— y otras, minoritarias, como el País Vasco (5.27%)
y Navarra (7,44%). Los LIC son 1.381, abarcan una superficie de 11.909.636 Has.
y cubren el 22,21 del territorio nacional. Existen regiones especialmente importantes
tanto por el número de Lugares de Importancia Comunitaria y su extensión; por ejemplo, Andalucía (191 LICS, 2.589.563 Has, 28,7% de la región, Castilla-León (120,
1.890.597, 20,1%) y Castilla-La Mancha (72, 1.64.781, 19,7%) (Figura 4).
El valor de todos estos espacios protegidos como defensa y conser­vación de la
naturaleza es indudable, aunque también significan mucho como atracción turística.
Por ello no deja de producirse una cierta presión sobre el medio que hay que ordenar
y regular. La mera denominación de lugar protegido no basta, sino que exige una
defensa activa y una política protectora minuciosa y costosa. Y que, a veces, entra en
contradicción con los intereses de los colectivos humanos allí residentes o interesados
en su uso desde hace, a menudo, muchos siglos. De aquí la necesidad de establecer,
mediante consenso, unas bases legales que consideren y protejan los intereses a veces
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el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
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Figura 3. Espacios naturales protegidos en España
Fuente: Atlas Nacional de España. Instituto Geográfico Nacional
consuetudinarios de los habitantes y usuarios de las áreas reservadas (J. Bosque
Maurel, 1997).
Una política ambiental que, tras una etapa en la que el «desarro­llismo» y el
«productivismo» a ultranza limitó la defensa del medio natural a lugares con­cretos y,
a menudo, aislados del contexto del desarrollo económico, se ha hecho una necesidad perento­ria y generalizada dada la magnitud y el ritmo acelerado de los procesos
de degradación. Primero, fue la acción más o menos puntual de unas intervenciones
primarias ligadas al laboreo minero y a la más extensiva y común derivada de las
seculares actividades campesinas; después, y sobre todo, el enfrentamiento al impacto
destructor por excelencia fue una exigencia ante las primeras acciones industriales y
urbanizadoras de la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX y, más aún, de
las décadas desarrollistas de los años cincuenta y sesenta de dicha centuria. E, incluso,
posteriores aunque menos incisivas por estar más reguladas.
En el tradicional impacto sobre el medio físico, especialmente importante para
el desarrollo de las actividades agrarias y en la búsqueda del agua imprescindible en
muchas regiones de la llamada por Brunhes Iberia seca, ha sido siempre considerable
el peso de la creación y extensión del regadío existente al menos desde la Hispania
romana. Un acción sobre el territorio que adquirió especial trascendencia desde el siglo
XVIII, momento de creación de los primeros grandes embalses y conducciones, como
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joaquín bosque maurel
Tabla III. Lugares de Importancia Comunitaria (LICs)
Comunidad
Superficie
Nº de LICs
Km2
Andalucía
87.268
Aragón
47.719
Asturias
10.604
Baleares
4.992
Canarias
7.447
Cantabria
5.321
Castilla y León
94.223
Castilla- Mancha
79.463
Cataluña
32.114
Y Melilla
Com. Valenciana
23.255
Extremadura
41.634
Galicia
29.574
La Rioja
5.045
Madrid
8.028
Murcia
11.313
Navarra
10.391
País Vasco
7.234
España
505.625
191
157
49
127
174
21
120
72
68
5
94
87
59
6
7
50
42
52
1.381
Superficie LIC
(Has.)
%
2.589.563
1.038.974
304.046
201.900
457.263
137.556
1.890.597
1.564.781
615.430
2.081
685.542
828.169
371.868
167.611
320.043
347.633
251.769
134.812
11.909.636
28,69
21,77
26,68
18,72
36,90
25,68
20,06
19,70
18,86
21,03
26,71
19,87
11,61
33,25
39,89
14,75
24,24
18,63
22,21
Fuente: Ministerio de Medio Ambiente y Mª. Martín Lou y Mª J. Lozano, 2009.
los Canales Imperial de Aragón y de Castilla y que, a lo largo de la segunda mitad del
siglo XX, llegó a alcanzar un máximos momentos de creación transformadora estatal,
al menos de Europa, aunque en complicidad con la producción hidroeléctrica en gran
medida de origen privado. Y con un impacto muy intenso en los respectivos valles
fluviales y su presencia humana, a menudo milenaria, no exento de duras críticas y
algunos debates sobre todo últimamente (P. Arrojo Agudo, 2001).
Los cuatro millones de hectáreas de regadío existentes en el año 2005, menos de
un millón en 1900, han exigido la construcción de una colosal infraestructura de más
de 300 embalses —un centenar dedicados a la producción de electricidad— con una
capacidad de 53.252 hm3, la mayor de Europa y de tecnología muy avanzada reconocida mundialmente. Entre ellos, ocho embalses con volúmenes de agua por encima de
los mil hectómetros cúbicos —La Serena (3.219), Alcántara (3.162), Almendra (2.649
hm3), Buendía (1.639), Mequinenza (1.534), Valdecañas (1.418), Ricobayo (1.184) y
Alarcón (1.112)—. Con un complemento espectacular y de máximo impacto territorial,
el trasvases entre las cuencas del Alto Tajo, con desagüe en el Atlántico portugués, y de
los ríos mediterráneos Júcar y Segura (J. Bosque Maurel, 2008, F. López Bermúdez, 1969, F. J. López Palomeque, 1963, A. Morales Gil, y otros, 2005).
La estrategia resultante y sus frutos, visible en la copiosa legislación protectora
y conservadora que ha tenido su culminación en los años ochenta y noventa (J. Mª
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
19
Figura 4. Red Natura 2000
Fuente: Atlas Nacional de España. Instituto Geográfico Nacional)
Peñarrubia Iza, 1996), ha producido importantes resultados, unas veces para la
totalidad del territorio nacional y, las más, para espacios muy concretos que, sobre
todo, se sitúan en las áreas menos favorables a una actividad económica intensa y, en
ocasiones, son el resultado de la misma necesidad del crecimiento demográfico, de la
creciente aglomeración urbana y de las exigencias de una sociedad ávida de ocio y
deseosa de cambios en profun­didad en su nivel de vida y en sus modos de convivencia.
Todo ello es, sin duda, resultado del mismo «desarrollo» al que los españoles
han ido accediendo desde los años sesenta del Novecientos y del dominante sistema
socioeconómico, liberal y capitalista, aunque moderado por cierto intervencionismo
político-cultural, hoy en discusión, que constituye el fundamento de la estrategia social y política vigente en la España actual. En consecuencia, no siempre la defensa
y conservación del Medio Ambiente alcanza los niveles y la calidad propios de otras
partes del mundo desarrollado.
Empero, sí son mucho más positivos, en cantidad y significado, que en el Tercer
Mundo, por otra parte mucho menos afectado en general por el Impacto Humano sobre
su Medio Ambiente, y por tanto más Natural y menos Humanizado que el del Primer
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
20
joaquín bosque maurel
Mundo. Y, quizás por ello, con menor crecimiento económico, menos desarrollado
socialmente y con más problemas de simple subsisten­cia. Una realidad que permitió un
impacto más tardío y menos violento que en los espacios del Primer Mundo, aunque
con graves y dolorosas excepciones.
En concreto, los casos —recuérdese la Amazonía y el Sudeste asiático— en que
intereses económicos ajenos a ese Tercer Mundo, transnacionales y/o multinacionales, se han convertido en protago­nistas de la destrucción —y, a veces, también de la
defensa— de espacios muy frágiles y también excepcionales para la vida de la Tierra
y de su misma Civilización (A. Oliveira, 1987).
Un hecho que, con independencia de la actual política oficial de defensa de los
Espacios Naturales Reservados, estuvo presente —y lo sigue estando— en el pasado
inmediato español —por ejemplo, en casi todas las grandes comarcas mineras nacionales,
Huelva, Cartagena, Asturias, etc.— y que también es —y fue— responsable de una
parte importante del deterioro de nuestro Medio Ambiente (F. Díaz Pineda, 1996).
La superación de su importante impacto físico y humano, aparte las acciones
generales nacidas a partir de 1918, ha generado más recientemente medidas locales y
/ o regionales de recuperación y defensa muy estimables, en muchos casos ligadas a
la consideración de ciertos valores turísticos y, por tanto, de la existencia de un claro
interés económico. Por ejemplo, en las antiguas áreas mineras de Río Tinto (Huelva)
y Alquife (Granada) y también en las comarcas del carbón de Asturias y León y del
hierro de Vizcaya (M. Valenzuela Rubio, 2003). Preocupación que alcanzó su
momento álgido en los años noventa, con la plena incorporación de todas las Comunidades Autónomas a la política proteccionista del gobierno central (J. Bosque
Maurel, 1996 y 1997).
Con las declaraciones formuladas y aceptadas por la Ley de 1988 se ha llegado
a un total de 45.487 km2, el 9 por 100 del territorio nacional, y a los 500 Espacios
Natrales Protegidos con un total de 244 figuras admitidas legalmente y distribuidas por
todo el territorio nacional aunque muy desigualmente distribuidas, 16.053,2 km 2 en
Andalucía, el 18,4 por 100 del total regional, frente a sólo 241,2 en La Rioja (4,8%).
Atendiendo a las relaciones regionales, reservas frente a superficies, en Canarias sus
145 Espacios protegidos significan el 42,9 por 100 del territorio frente a Extremadura
con 4 figuras, el 1,1 del conjunto regional.
En fin, España tiene una de las mejores redes de espacios naturales protegidos
de Europa. Y, en gran parte, resultado de los cambios políticos y económicos introducidos después de 1978. Una realidad que se extiende a muchos de los cascos
urbanos repletos de un patrimonio artístico y monumental de valor incalculable.
Unos y otros de estos tesoros nacionales constituyen, actualmente y en el futuro, uno
de los baluartes de satisfacción y, también, de responsabilidad de los españoles. Su
futuro depende, en principio, de la Administración pero fundamentalmente de que la
sociedad, toda la sociedad, los haga suyos y los decida conservar. Un futuro que, en
el último decenio, con motivo del tremendo crecimiento sin orden ni consideración
ética alguna de la construcción masiva y generalizada de viviendas, ha estado en
peligro y aún puede estarlo si los planteamientos económicos que lo motivaron no
se modifican.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
21
Se trataba de un desarrollo urbanístico sin medida que se pretendía justificar por la
atención a la imprescindible expansión socioeconómica de los municipios, a la mejora
del turismo exterior e interior y a las necesidades de numerario sin duda crecientes de
los ayuntamientos a los que se ha concedido atribuciones decisivas en la ordenación
ambiental y urbanística. En los últimos decenios, los ejemplos de estos desarrollos
urbanos no han escaseado habiendo dado lugar a la creación de una auténtica muralla
en una gran parte del litoral mediterráneo, a la destrucción de algunas de las huertas
y vegas más atractivas y ricas del regadío español y a la irrupción en los espacios
protegidos legalmente. Un proceso excesivamente facilitado por una torpe política
financiera, especialmente practicada por las Cajas de Ahorro, de créditos a largo plazo, de bajos intereses y. a veces, muy escasa seguridad en su recuperación. La crisis
bancaria nacida en los Estados Unidos en 2007 no hizo más que acentuar, ampliar y
complicar toda esa problemática (Figura 5).
Un Informe publicado en 2007 enumeraba una decena de acciones de «urbanismo
salvaje» que conciernen a determinados territorios naturales y que revelan la importancia
de la posible desaparición de ciertas partes de esos espacios o de áreas inmediatas a
sus actuales límites, sometidos a menudo a una inmediata y desmedida presión. Esos
casos son una muestra de la actitud que no sólo los constructores, sino los municipios
que los integran y, también, las mismas Comunidades parecen tener respecto al medio
ambiente natural protegido o no: Parque Natural Barranco del río Dulce (Guadalajara),
Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares (Madrid), Parque Natural de las
Dunas de Liencres (Cantabria), Parque Natural de Fuentes Carriona y Fuentes Cobre
(Palencia), Parque Natural de Cala d’Hort de Ibiza, Parque Natural de la Península
de Llevant de Mallorca, Parques Naturales de El Hondo y de las Lagunas de la Mata
y Torrevieja (Alicante), Parque Natural de Majona situado en las lindes del Parque
Nacional de Garajonay (Gomera), Parque Natural de Cabo de Gata (Almería), Parque
Natural de Cazorla, Segura y las Villas (Jaén) y Parque Nacional de Doñana (Huelva).
Y al que cabe añadir las acciones aun más generalizadas y destructoras del territorio
natural no reservado y protegido.
Quizás, es el litoral español el más afectado por el urbanismo «salvaje» y la
«burbuja» inmobiliaria, una realidad que la Ley de Costas de 1988 no ha conseguido
limitar e impedir. En el año 2010 un informe del Director del Centro Andaluz del Medio
Ambiente y catedrático de la Universidad de Granada, Miguel A. Losada, señalaba que
«más del 50 por 100 de las playas y el 70 por 100 de las dunas de las costas españolas
están degradadas o profundamente alteradas; el 60 por 100 de los humedales que había
en 1950 han desaparecido; más del 60 por 100 del entorno inmediato de las playas
de las costas mediterránea, atlántica sur y de los archipiélagos están urbanizados». Y
concluye, con los ritmos de ocupación mantenidos en los últimos sesenta años, incluidos los tres periodos de recesión económica habidos, hacia el año 2030 la totalidad
del litoral nacional estará tocada por la actividad humana.
Una posible realidad en la que las todopoderosas industrias de la construcción
y el turismo han marcado las pautas de su uso y explotación. Y, así, los casi 10.000
kilómetros del litoral del Reino de España —calas, acantilados y rasas, ramblas y deltas, estuario, rías y marismas, flechas, cordones y lagunas litorales, playas de arenas
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
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joaquín bosque maurel
Figura 5. Benidorm. Un detalle de la muralla de cemento litoral mediterránea
y guijarros, dunas…—, un espléndido conjunto vario de ecosistemas esenciales para
la biodiversidad biológica y un extraordinario patrimonio paisajístico único, finito,
altamente frágil y sensible, se encuentra en trance de ser transformado e, incluso, de
desaparecer.
En este patrimonio, la superficie potencial a construir en una franja de cero a tres
kilómetros sin las Islas Canarias, suma un total de 748.529 Has., de las cuales en el año
2008 se habían ocupado más del 27,5 por 100, unas 112,00 Has. en la costa mediterránea,
y un 19,8 (67.550 Has.) en el Cantábrico y el Atlántico sur, con la particularidad de
que en 2007 en el Mediterráneo podían quedar aun no declaradas urbanizables menos
de 2.000 Has., con un ritmo global de construcción de más de 14 Has diarias, apenas
6/7 en 1999. Esto significa que en el sexenio 2002-2008 se construyó la cuarta parte
de lo edificado en los 2.000 años anteriores y que en España se construyó durante
la «burbuja» tanto como en Alemania, Francia e Italia unidas. «Lo que fue bello a
comienzos del siglo XX ahora es cemento, lineal, simple, monocromático, sin valor
ambiental alguno» (M. A. Losada, 2010).
Un ejemplo muy representativo del deterioro que, en algunos casos, pueden estar
sufriendo algunas de las reservas naturales protegidas puede ser el del Parque Nacional
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
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de las Tablas de Daimiel, uno de los humedales de mayor importancia mundial y en
más inmediato peligro según el Convenio RAMSAR. En medio de una Mancha considerada una región seca se encuentra este humedal de una superficie de 1.928 Has.
y una zona de protección de otras 5.410. Situado entre los municipios de Daimiel y
Villarrubia de los Ojos es el resultado de la confluencia de los ríos Cigüela y Guadiana
y la salida natural del gran acuífero situado bajo la llanura manchega que rebosaba por
los llamados Ojos del Guadiana. Actualmente, las Tablas de Daimiel están gravemente
amenazadas: los Ojos están secos, el mismo río sufre estiajes más pronunciados que
en el pasado, las turberas parecen estar en combustión, son excepcionales los aportes
del Cigüela y el gran acuífero subyacente actúa a modo de sumidero y está sometido
a un intenso y, a menudo, no legalizado uso de sus aguas por los terratenientes que
han drenado los humedales tradicionales y amenazan las Tablas. La reclasificación del
Parque en 1980 y las obras emprendidas posteriormente parece que pueden recuperar
su plenitud anterior (C. Ferreras, 1996 y R. Romero Calcerrada, 1998).
Otro caso no menos paradigmático de destrucción del medio ambiente, en este caso
no protegido totalmente es el iniciado en los años sesenta del siglo pasado de la cuenca
y el delta de los ríos Tinto y Odiel con la creación del Polo de Desarrollo de Huelva.
Con independencia de los añejos efectos derivados de una minería secular comenzada
por los cartagineses y romanos en los siglos III y II antes de J.C. y llegada a su final a
lo largo de finales del XIX y primeros decenios del XX —las minas, primero de cobre
y finalmente de piritas de hierro, de Río Tinto se cerraron en 1970—, el desarrollo
con escaso respeto al medio ambiente de la minería y la industria petroquímica ha
conducido a la conversión del delta, con efectos inmediatos en todo el litoral onubense
y en el mismo puerto de Huelva, en un enorme vertedero de residuos minerales y, en
especial, de desechos químicos, que ha culminado muy recientemente en la aparatosa
y maloliente descarga de la llamada «balsa de Gozan» y de los efectos negativos de
una de las mayores industrias químicas internacionales asentadas en la comarca. El río
Odiel a su paso por Gibraleón presenta valores medios de acidez en torno al pH = 3,
equivalente a 14.000 toneladas anuales de ácidos, 2.000 de cobre y 4.500 de hierro.
Por su parte, el Tinto a la altura de Niebla presenta un nivel de pH = 2,5 —16 Tms.
de ácidos equivalentes— 1.300 de cobre y 8.500 de hierro. Es decir, un litro de agua
del río Tinto pesa alrededor de 1.3 kilogramos mientras que uno de agua destilada se
limita a un kilo (J. Bosque Maurel, 1975).
Y no faltan otros muchos casos. Uno de los proyectos más colosales y negativos existentes en el litoral mediterráneo es el de la «Marina de Cope», similar al ya
ejecutado de la «Marina d‘Or» en Oropesa del Mar (Castellón) y que ha machacado
el Parque Natural del Prat de Cabanes. El proyecto afecta a 2.156 Has. enclavadas a
lo largo de seis kilómetros de la costa murciana de Lorca y Águilas, de las que unas
700 son Terrenos de Interés Comunitario integrantes del Parque Regional Cabo Cope
y Punta de Calnegre. Se pretenden edificar 9.000 viviendas para 60.000 personas, 22
hoteles con 20.000 plazas hoteleras, 5 campos de golf, un campo de críquet, un club
hípico, un estadio de fútbol, un centro cívico, un velódromo y diez zonas de tenis,
un puerto deportivo con 2.000 puntos de amarre e, incluso, una desalinizadora. Todo
ello, incumpliendo la Ley de Costas e invadiendo terrenos de la Red Natura 2000.
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joaquín bosque maurel
Por otra parte, la construcción de un hotel mastodóntico de más de cuatrocientas
plazas —detenido judicialmente en 2009 pero no destruido— sobre el acantilado de la
playa almeriense del Algarrobico en las cercanías de Carboneras ha ocupado parte del
extremo septentrional del Parque Natural de Sierra de Gata que alberga aún un entorno
privilegiado donde es posible el diálogo libre del hombre y la costa. El mismo Parque
Natural del Cabo de Gata se ve amenazado en su mediodía por el crecimiento brutal
del núcleo urbano de San José, una salida al mar del municipio de Níjar, que está
acosando a la playa de los Genoveses, y por las propuestas urbanizadoras próximas de
las Salinas del Cabo de Gata y la Fabriquilla. Y no son el único peligro para el medio
ambiente de una provincia en la que el turismo no ha alcanzado el nivel del resto de
la Costa del Sol, sobre todo la malagueña, convertida ya casi en su totalidad en una
muralla de cemento y ladrillo prácticamente infranqueable (J. Castillo García
y F. Ortega Alba, 1996 y J. Ml. Suárez Japón, 2000).
En Galicia, los espacios declarados Lugares de Interés Comunitario (LICs) a fin de
integrarlos en la Red Natura 2000 europea, se enfrentan a su degradación por la ubicación
de urbanizaciones, campos de golf o plantas de acuicultura en sus entornos e, incluso,
dentro de sus límites. En El Ferrol hay un proyecto, sin oposición tajante oficial, para
crear una zona lúdica y un campo de golf en Covas dentro del suelo protegido de la
Red Natura 2000. La mercantil Natura Golf S. L. pretende instalar otro campo de golf
en el Monte de San Xurxo, LIC «Costa Ártabra», calificado en el PGOM del mismo
El Ferrol como «rústico de espacio natural» y también parte de la misma Red Natura.
En las Navas del Marqués (Ávila), a 40 km de la capital provincial y en el límite
con la Comunidad de Madrid, se pretende construir una urbanización de 1.600 viviendas denominada «Ciudad del Golf», ocupando más de 210 Has. calificadas ZEPA
y LIC por la Unión Europea y que ya ha destruido más de dos millares de pinos a
pesar de haberse detenido el proyecto por vía judicial. Similares proyectos y siempre
sobre espacios protegidos, están planteados en Santa María del Cubillo y Villanueva
de Gómez también en la provincia de Ávila (C. Delgado Viñas, 2008).
2. EVOLUCIÓN URBANA Y PATRIMONIO HUMANO Y CULTURAL
El territorio físico ocupado por España es su primero y fundamental Patrimonio
Natural. Sobre él, los diferentes grupos humanos que sucesivamente lo han usado han
creado un segundo Patrimonio, en esencia Cultural. Es el fruto de un largo pasado
iniciado en el Paleolítico —Cueva y pinturas rupestres de Altamira— y continuado en
el Neolítico, con la arquitectura megalítica de Antequera y la cerámica campaniforme
andaluzas. Tartessos y las colonizaciones fenicia y griega, ya en el tercer milenio antes
de Cristo, fundaron algunas de las primeras ciudades europeas conocidas, Tartesos y
Gades / Cádiz. Y condujeron a cuatrocientos años de dominio y colonización romana,
a ocho siglos de presencia musulmana, permitieron tres de ocupación y expansión por
América, y se convirtieron en cinco de monarquía tradicional nacional católica con
alternativas mediterráneas, centroeuropeas ya germánicas ya francesas y hoy europeístas.
El resultado es uno de las más espléndidos Patrimonios Culturales de la Humanidad.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
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Todo ello en un hacer y deshacer continuo y permanente. Y que tuvo un momento culminante con la, aún de actualidad, red romana creada por Roma (Figura
6). La contemplación incluso sumaria de urbes como Mérida o Tarragona, Toledo o
Santiago de Compostela, Sevilla o Granada, Barcelona o Madrid, entre otras muchas,
es bien significativa. Y prueba del hacer / deshacer que ha dado lugar a ese Patrimonio
espléndido pero también cambiante y diverso por su pasado y su desarrollo reciente.
Cualquiera de sus emblemáticas Catedrales son buena prueba de ello. La Seo de
Zaragoza se alza sobre un templo pagano, y sucesivamente pasó del románico a un
gótico dominante y, con un aporte mudéjar disperso por la antigua urbe romana, se fue
matizando por la presencia coyuntural y local del barroco y el neoclásico. En Granada,
su reconquista, aparte el conjunto palaciego de la Alhambra, una obra fundamental del
arte islámico, se manifestó con la construcción, cerca de la mezquita mayor musulmana,
de una iglesia mausoleo de los Reyes Católicos y de un gran templo con una primera
traza gótica transformada en una de las maravillas del renacimiento español retocada
y embellecida por importantes obras singulares y varias del barroco.
Toda una riqueza que participó, en el conjunto de la Península, en la formación
de una primera etapa urbana preindustrial, esencialmente romana en su origen y
muy afectada por el Islam, a la que la revolución industrial comenzó a transformar,
renovándola y también destruyéndola. La doble apertura en el corazón histórico y
artístico de Granada y Madrid de sus dos Gran Vías con una fuerte afección a sus
exclusivos Patrimonios provocó las primeras y más sensibles llamadas al orden y al
respeto a la obra de tantas centurias, y, en concreto, permitió el primer intento de
una Comisión de Monumentos y la iniciación de un Catálogo Oficial del Patrimonio
histórico-monumental español. Una llamada que reunió a numerosos intelectuales de
su época —Ángel Ganivet, Miguel de Unamuno y Azorín, por ejemplo— y que no ha
dejado de estar presente desde entonces en la evolución y, en especial, en el respeto
al patrimonio y el urbanismo hispánico (AA. VV., 1968) (Figura 7).
El caso de los años de 1936 a 1952 es muy representativo. Entonces se inició la
última y extraordinaria etapa del gran desarrollo ciudadano español y de unos largos
años de urbanismo salvaje versus protección ambiental y monumental.
Una cruenta Guerra Civil y sus años posteriores de intensa represión política
fueron causa de una mortalidad extraordinaria, no inferior a las 400.000 personas
—unos 300.000 durante los años bélicos y más de 100.000 en la post guerra inmediata—, y de una importante emigración forzada interior y exterior calculada en,
al menos, en otras 300.000 sólo fuera de las fronteras nacionales (AA. VV., 1979
y S. Juliá, 1999). A ello se añadió la destrucción total o parcial de un porcentaje
considerable del parque inmobiliario español, que se vio afectado en cerca del 10
por 100 del total: 192 núcleos de población vieron destruido hasta un 60 por 100
de su caserío. Una destrucción acompañada por un muy importante deterioro del
sistema de transportes y comunicaciones y el abandono de partes considerables del
campo y de sus cultivos.
Las circunstancias del Patrimonio se vieron afectadas en algunos casos gravemente. No ocurrió en sus más fundamentales y emblemáticos ejemplos. El traslado
de una parte importante de la Pinacoteca del Prado fuera de España, a Suiza en
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
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joaquín bosque maurel
Figura 6. Red urbana de origen romano en España
Fuente: J. Vicens Vives, Atlas de Historia de España.
concreto, bajo la protección de la Sociedad de Naciones, o el del Guernica y su
conjunto de bocetos de Pablo Picasso, que había sido expuesto en el pabellón español de la Exposición Mundial de Paris de 1937, al Museo de Arte Moderno de
Nueva York, son pruebas fehacientes de esas medidas de protección. No ocurrió
igual con algunos conjuntos monumentales así como con ciertos barrios de algunas
de las más antiguas ciudades españolas, por ejemplo Oviedo, Toledo y Madrid, muy
perjudicadas por los combates intraurbanos de la contienda, y de numerosos pueblos
totalmente destruidos por los combates, Belchite, Brunete, Gandesa, Guernica, Mora
de Ebro, Porcuna, Pozoblanco, Vall de Uxó, entre otros muchos. Monumentos y
barrios luego recuperados y, en especial, remodelados al menos en parte por los
entonces creados Instituto Nacional de la Vivienda y Servicio de Regiones Devastadas (1939) (MOPU, 1987).
La recuperación demográfica y monumental tras los efectos destructores de la
contienda se centró sobre todo en las ciudades. Estas recibieron una gran parte del
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
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Figura 7. Gran Vía de Madrid. Tramo desde Alcalá a la plaza de San Marcial
y enlace hasta plaza de España
Fuente: J. Bosque Maurel, 2001-2002.
tremendo éxodo rural que desencadenó la lucha pero que tenía claros antecedentes. Y
que, más tarde, en los años sesenta y primeros setenta, compartió con la emigración
a Europa occidental y central. Todo un considerable movimiento de población que
benefició sobre todo a las grandes aglomeraciones superiores a cien mil habitantes y
perjudicó notoriamente a los núcleos rurales.
En el Censo de 1960, 403 ciudades —núcleos con más diez mil almas— albergaban
ya 14,5 millones de personas que representaban el 51,8 por 100 de toda la población. Y
el proceso continuó acelerándose: según el Censo de 2001, con un total de 40.847.371
almas, existían 650 ciudades con 31.195.960 almas, el 76,37 por 100 de la población,
de las cuales 119 contaban con más de 50.000 personas, con 20.682.769 habitantes,
el 50,63 por 100, y seis tenían más de 500.000, con 7.005.000 y el 17,14 por 100. De
estas últimas, cuatro superaban el medio millón, Málaga, Sevilla, Valencia y Zaragoza, con 4.562.393 almas y el 6,25 por 100 del total y dos eran millonarias, Madrid
(2.938.723) y Barcelona (1.503.884), con el 10,87 por 100 (4.442.690).
Así, en los umbrales del tercer milenio, España es una sociedad especialmente
urbana. Una realidad establecida en la revisión padronal del 1 de enero de 2010 y
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joaquín bosque maurel
Tabla IV. Evolución de la población urbana (1900-2010)
Años
Población total
Población urbana
% Población total
1900
1920
1030
1940
1950
1960
1970
1981
1991
1996
2001
2005
2008
2010
18.607.630
21.338.341
23.677.095
25.877.971
28.117.873
30.582.936
33.956.376
37.683.363
38.872.268
39.669.394
40.847.371
44.108.530
46.157.822
47.021.031
5.995.445
8.158.640
10.149.459
12.438.138
14.642.802
17.363.790
22.575.966
27.448.538
29.141.360
29.904.493
31.195.960
34.007.675
36.287.335
37.097.363
32,20
38,00
42,90
48,00
52,10
56,80
66,50
72,83
74,96
75,38
76,37
77,09
78,61
78,89
Fuente: Censos y Padrones del Instituto Nacional de Estadística.
favorecida por la aportación de la inmigración exterior, con unos seis millones de foráneos, en torno al diez por 100 de la población censada, 47. 021.031 habitantes y una
densidad de 93,02 por km2 (Figura 8). Un Padrón con 751 ciudades, con 37.097.363, el
78,88 por 100 de la población total, de las cuales 606 contaban hasta 50.000 personas,
con un total de 12.456.558 habitantes, el 26,50 por 100. De las restantes 103 urbes,
83 tenían entre 50.000 y 100.000 habitantes, con 6.915.160 (14,7%), cincuenta y seis
oscilaban entre 100.000 y 500.000, 11,1 millones y el 23,5 por 100, y 6 superaban el
medio millón, con 7.649.479 y el 16.6 por 100, de las cuales cuatro se mantenían entre
medio millón y un millón —Málaga, Sevilla, Valencia y Zaragoza— con 2.758.093
almas y el 5,8 por 100 del total y dos eran millonarias —Madrid (3.273.049.) y Barcelona (1.619.337)— con el 10,2 por 100 del total (4.812.386).
Una tasa de urbanización similar a la media europea (78,89), elevada en el conjunto de la Unión Europea, aunque inferior a los índices de algunos de sus estados,
el Benelux y el Reino Unido (90,0) y Alemania (88,0), parecido a Francia (76,0) y
superior a Italia (67,0) y Grecia (60,0). Y, por otra parte, con importantes diferencias
interiores (Tabla V).
Los valores máximos tienen lugar en Comunidades como las antiguas provincias de Madrid y Murcia, hoy las comunidades de extensión media con una mayor
concentración urbana (94,32 y 95,48%). Sin embargo, con importantes diferencias
internas —en el caso del municipio de Murcia conviene recordar que es uno de los
más extensos de España y con algunos núcleos urbanos en él incluidos— y su distinta
situación estructural —en contraurbanización el municipio capitalino, en crecimiento
el murciano— que pueden justificar tanto sus respectivas densidades como su evolución última, que ha concedido a Murcia su actual primacía. A ellos cabe añadir otras
regiones de menor superficie pero con una alta densidad derivada de su concentración
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
29
el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
Tabla V. Diferencias regionales de la tasa de urbanización (2001 y 2008)
2001
Autonomías
Población
total
Pobl.
Urbana
2008
Por
ciento
Andalucía
7 357.558 5.654.515 76,85
Aragón
1.204.215
815.751 67,74
Asturias
1.062.998
909. 993 85,60
Baleares
841.669
564.688 61,09
Canarias
1.694.477 1.450.512 85,60
Cantabria
533.131
354.265 66,20
Castilla -León
2.456.474 1.349.773 54,94
Castilla-Mnch
1.760.516
876.051 49,53
Cataluña
6.343.110 5.055.634 79,70
C.Valenciana
4.162.776 3.322.374 79,81
Extremadura
1.058.503
467.490 44,16
Galicia
2.695.880 1.782.007 66,10
La Rioja
276.702
166.975 60,34
Madrid
5.423.384 5,115.759 94,32
Murcia
1.197.646 1.106.898 92,42
Navarra
555.892
287.004 51,63
País Vasco
2.082.587 1.687.355 80,78
Plazas Auton.
España
40.847.371 31.195.960 76,37
Población
total
Pobl.
Urbana
8.202.220 6.530.460
1.326.918
906.234
1.080.138
932.353
1.072.844
898.331
2.075.968 1.845.277
582.138
392.912
2.557.330. 1.434.987
2.043.100 1.088.981
7.364.078 5.993.189
5.029.601 4.154.402
1.097.744
536.374
2.784.169 1.892.517
317.501
200.901
6.271.638 5.914.763
1.420.109 1.351.598
620.377
331.341
2.157.112 1.733.930
317.501
317.930
46.157.822 36.287.335
Por
ciento
79,61
68,29
86,31
83,73
88,89
67,61
56,11
53,30
81,38
82,59
48,86
67,97
63,27
94,30
94,77
53,40
80,38
100,00
78,61
Fuente: INE. Censo de Población de 2001 y Padrón de 2008.
industrial, Asturias (86,55) y el País Vasco (80,13), o de su elevada significación agrícola y turística, Canarias (89,48).
Los valores mínimos se producen en las regiones interiores de la Meseta, como
Extremadura (48,86), Castilla-La Mancha (53,30) y Castilla-León (56,11). Cifras intermedias, próximas al promedio español, corresponden a Cataluña (81,38) y a la C.
Valenciana (82,59), dos de las economías hispanas de mayor desarrollo económico
y social, y a una región de muy viejo abolengo urbano y una compleja y emergente
economía como es Andalucía (79,61).
Es evidente el significado no rural y de ubicación litoral de las comunidades más
urbanizadas en contraste con el dominio agrario, interior meseteño y montañoso, excepto
Madrid, de las menos urbanizadas. Una situación intermedia en su oposición rural /
no rural corresponde a Aragón (68,29) y Navarra (53,40), con importantes desarrollos
industriales, y, también, a Galicia (67,97), en pleno despertar socioeconómico.
Dentro del largo proceso histórico de la ciudad hispana, hay que destacar, en
primer término y en sus postreras etapas, una fase de urbanización primaria producida
por la consolidación a partir de la Guerra Civil del espacio urbano bien definido de la
mayor parte de las ciudades, sobre todo de las de más de 50.000 habitantes en el que
desempeñó un papel importante los numerosos suburbios de sus periferias, a menudo
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
30
joaquín bosque maurel
de autoconstrucción, como el Pozo del Tío Raimundo en Madrid o el Can Tunis y el
Camp de la Bota en Barcelona (F. Candel, 1965 y M. Siguán, 1959 )
En paralelo, tuvo lugar la absorción física y administrativa, sobre todo en las
grandes ciudades como Madrid y Barcelona, de algunos de los municipios inmediatos
a la ciudad central y el incremento de su espacio inmediato. Entre 1950 y 1960, los
municipios de Madrid y Barcelona pasaron, respectivamente, de 1.618.400 almas a
2.259.900 y de 1.280.000 a 1.557.000 mientras sus nacientes cinturones suburbiales
respectivos lo hicieron de 46.000 a 88.000 y de 442.000 a 712.000. En el caso de
Barcelona, con un incremento relativo algo inferior al madrileño y que parece debido
a un proceso de desarrollo periférico más temprano.
Seguidamente, en una segunda fase, aún viva, se produjo por la ampliación del
caserío inicial a costa del espacio rural circundante, su urbanización en mancha de
aceite y el acelerado crecimiento, pocas veces meditado y ordenado, de los viejos
núcleos rurales de la periferia incluso los más distantes y la creación de un cinturón
exterior suburbano, anticipo de la aparición de un conjunto de urbes satélites, antes
núcleos rurales sobre todo, pero también de nueva construcción facilitado en muchos
casos por el éxodo de numerosos habitantes de la ciudad tradicional originaria. Se
inició así el abandono y la degradación más o menos intensiva de los cascos históricos,
en ocasiones destruidos y / o remodelados arquitectónicamente, una actitud extendida
a todo el territorio nacional, y que alcanzó singular importancia en algunas urbes. Y,
como contrapartida, la aparición y desarrollo de las áreas metropolitanas y la constitución de un sistema urbano propio (Figura 8).
Por ejemplo, en Madrid, donde junto al abandono demográfico del llamado Madrid de los Austrias y su conversión parcial en un área de servicios administrativos y
turísticos, se continuó la operación remodeladora iniciada con la Gran Vía mediante
la destrucción y reconversión del sector entre Callao y la plaza de España con centro
en la plaza de Santo Domingo, así como de forma más puntual en el Ensanche y en
la mayor parte de los barrios extramuros, como Cuatro Caminos y Embajadores. En
Barcelona, el inicial abandono del llamado Barrio Chino y el Raval contrasta con la
apertura de la Vía Layetana y de la calle Fernando dentro del antiguo recinto amurallado, y su extensión al Eixample con numerosas remodelaciones puntuales de, a
veces, edificios de indudable solera y valor arquitectónico y social
En otros ámbitos regionales, por ejemplo, en la ciudad de Granada se continuó la
anterior remodelación propia del XIX, origen del cubrimiento del río Darro y su conversión en el eje urbano central de Reyes Católicos y la apertura a través de la «medina»
musulmana de la Gran Vía de Colón, con el abandono demográfico de la antigua Judería
y la destrucción de una de sus partes, la «Manigua», mediante la apertura de la calle
Ganivet, y la remodelación a veces brutal de barriadas relativamente modernas como la
de Fígares de los años veinte y treinta, y la más puntual del caserío de los barrios extramuros renacentistas y barrocos de la Duquesa, la Magdalena, San Antón y las Angustias.
En una segunda fase (1970-1985), ya de plena suburbanización y metropolización,
los núcleos urbanos centrales comenzaron a estabilizarse y / o decrecer en población,
mientras que los cinturones suburbanos crecían aceleradamente y, en algunos casos,
«a saltos» incorporando físicamente —no siempre administrativamente— los municiCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
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Figura 8. Sistema urbano español
Fuente: A. Precedo Ledo, 1988.
pios del entorno. En el caso de Madrid, entre 1970 y 1981, la ciudad central pasó de
3.120.900 habitantes a 3.159.800 y su corona metropolitana de 88.000 a 1.051.000. Tuvo
una evolución similar, aunque no igual, por más temprana, la principal área ciudadana
catalana, en la que el municipio de Barcelona se estabilizó —1.741.979 en 1970 y
sólo 1.752.627 en 1981—, y su corona metropolitana saltó de 1.423.000 a 1.935.000.
Unas circunstancias que se han mantenido y acrecentado en las décadas últimas
del Novecientos y primeras del III Milenio, con la plena estabilización demográfica
de las ciudades centrales e iniciándose, sobre todo, en las ciudades de más de medio
millón de almas —Sevilla y Zaragoza, por ejemplo— y mucho menos entre las de
tamaño inferior, una no todavía bien definida tercera fase de contraurbanización /
desurbanización o estabilización / retroceso del casco histórico central. En 1996, en la
CAM el municipio de Madrid, su almendra central, había disminuido respecto a 1981 a
2.866.850 habitantes en oposición a su corona exterior que había saltado a 1.331.953.
Por su parte, el núcleo central de Barcelona había retrocedido entre las mismas fechas
a 1.508.805 mientras que su área metropolitana crecía hasta 2.396.874. Y el proceso
se ha mantenido a lo largo de los primeros dos mil pese a la inmigración exterior; el
municipio madrileño en 2008 se había estabilizado, 3.213.271 habs., frente al salto
de su periferia, 2.924.785; por su parte, Barcelona, con 1.615.908, se oponía a los
3.212.047 del área metropolitana reconocida (A. Precedo Ledo, 1988, A. García
Ballesteros, 2002 y S. Martínez Rigol, 2010
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
32
joaquín bosque maurel
El actual proceso urbanizador hispano, aun conservando sus peculiaridades históricas más castizas y las características actuales derivadas de ellas, se está adaptando
a la creciente homogeneización ligada a la formación de la aldea global propia de la
globalización, dominada por los condicionamientos propios de un nuevo hábitat nacido
en los países anglosajones y desarrollado sobre todo en los Estados Unidos.
Y en el que un factor inicial y esencial fue —y es— el crecimiento violento y
arrollador del motor de explosión y de sus consecuencias —el automóvil y el transporte
privado e individualizado—, aparte otros medios de transporte y comunicación también
dominantes ligados a la electricidad y a otros combustibles alternativos, esencialmente
colectivos y públicos, tranvías, autobuses de línea, trolebuses, subway / metropolitano.
Origen, por su facilidad en las relaciones humanas en unos espacios abiertos y sin
límites definidos, de un modelo «nuevo» de ciudad aparecido a comienzos del siglo XX
en los Estados Unidos y extendido después, pero enseguida, al conjunto de Occidente,
incluida España, aunque algo más tarde, ya en el último tercio de la anterior centuria.
Y que ha convertido a la ciudad, sobre todo europea, en un gigantesco aparcamiento,
del que España es un excelente paradigma (J. Bosque Maurel, 2008).
En esta «nueva» ciudad, con numerosas y fundamentales reliquias de la urbe tradicional, resalta una novedosa estructura urbana con dos nodos sobresalientes. Primero,
el constituido por unos barrios centrales creados en el espacio norteamericano (CBS) y
renovados y / o rehabilitados en Europa occidental —City, Cité—, con una edificación
en altura —los típicos rascacielos neoyorquinos presentes en todas las grandes ciudades
mundiales— y monopolizadores de las principales actividades terciarias.
En su periferia se inscriben una serie de cinturones residenciales, los ensanches
ordenados burgueses y algunas urbanizaciones anárquicas y marginales desarrollados
en el siglo XIX, y, más recientes —segunda mitad del siglo XX—, los suburn de las
creaciones urbanas exteriores de muy diferentes calidades entre un dominante caserío
unifamiliar ajardinado que alterna con complejos de bloques masivos en altura y otro
segregado de autoconstrucción. Intercalados, y con proyección hasta la ciudad central,
nacen grandes centros comerciales y de ocio y algunos polígonos industriales.
Constituyen, en principio, las áreas metropolitanas que aureolan ya a la mayor parte
de las grandes ciudades hispanas. Todo un complejo dependiente de una imprescindible
red de comunicaciones densa y compleja que ha favorecido los considerables espacios
conquistados y en expansión del actual urbanismo. Su resultado último, por el momento,
la creación de una red urbana nacional autónoma aunque ligada, sobre todo, a la europea y no ausente de la surgida, aunque en formación, por el fenómeno globalizador.
No obstante, sobre todo desde comienzos de los años setenta y, más aún, con el
desarrollo de la democracia, surgió un proceso de cambio y competencia entre destrucción / renovación y protección / rehabilitación, ya iniciado con anterioridad en la
Unión Europea. Comenzó así una etapa de reconstitución y repoblación —a veces de
estricta «gentrificación»— de los centros históricos urbanos como parte del nacimiento
del «nuevo» modelo de ciudad (L. López Trigal y otros 2003, A. A. Artigues
y otros, 2006, S. Martínez Rigol, 2010 y M. J. Prados, 2009).
Aunque la remodelación arquitectónica continúa un poco por todas partes, a partir
del reconocimiento y revivificación en 1970 y, sobre todo, en 1985 de las Comisiones
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
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Figura 9. Área metropolitana y primera corona urbana de Madrid
Fuente: A. García Ballesteros, Atlas de la Comunidad de Madrid, 2002.
del Patrimonio Histórico-Artístico nacidas a finales del siglo XIX, se inició una política que, recordando las nacidas en Italia y Francia, desarrolló una serie de acciones
oficiales patrocinadas también y muy decisivamente por la UNESCO —Carta de Venecia de 1964 y Convención de 1972 del Patrimonio Mundial, Natural y Cultural— y
recogida en los artículos de la Constitución de 1978 de rehabilitación y gentrificación
de los centros históricos, desarrollados por los Reales Decretos de 1982, 1983 y 1985.
Una acción protectora y de rehabilitación que se llevó a cabo, primeramente, en
pequeñas ciudades antiguas, Aguilar de Campóo (Palencia), Cudillero (Asturias), Plasencia
(Cáceres), Mirambel (Teruel), Puerto Real (Cádiz), Ronda (Málaga), Santo Domingo de
la Calzada (Rioja), extendiéndose enseguida a los centros históricos de diversas ciudades
medias, Cáceres, Cuenca, Huesca, Salamanca, Santiago de Compostela, Vitoria, y a las
mayores de medio millón, la Barceloneta y el Rabal (Barcelona), Malasaña y Lavapiés
(Madrid), las Siete Calles (Bilbao), San Pablo y Magdalena (Zaragoza) (AA. VV. 1981,
J. Bosque Maurel, 1988 y 1996, A. J. Campesino Fernández, 1994, M.
Ferrer, 2003, M. A. Troitiño, 1992 y S. Martínez Rigol, 2010) (Figura 10).
Nació y / o renació así el centro histórico, coincidiendo con la suburbanización,
confirmándose la formación de las áreas metropolitanas y no faltando, con menor
intensidad, las acciones de contraurbanización, todo ello ligado a una generalizada
terciarización y globalización (J. Bosque Maurel, 2008).
Sin duda, la gran expansión ciudadana española ha sido sumamente importante
y decisiva, pero también brusca, descontrolada, más tardía que en el resto de la UE y
plenamente dominada por una generalizada especulación, a menudo salvaje y corrupta, que ha sumido bajo el asfalto, y sin posible recuperación, algunas de las mejores
tierras agrícolas y muchos de los espacios culturales y hasta naturales de mayor valor
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
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joaquín bosque maurel
Figura 10. Barcelona. Áreas de rehabilitación objeto de actuación
Fuente: C. Carreras y Verdaguer, 1993.
cultural, ecológico y paisa­jístico de España. Y que alcanzó su máximo apogeo gracias
al favor de una disposición de 1999 que, prácticamente, convertía en «suelo edificable»
la totalidad del espacio rural.
El proceso adquirió un peso tan considerable que la construcción se convirtió a
comienzos del tercer milenio en el protagonista principal —18 por 100 del PIB—,
junto con el consumo privado, de un momento de máximo crecimiento económico
nacional, con un incremento del tres por ciento del PIB entre los años 2002 y 2007.
Tratando por todos los medios de burlar las diversas disposiciones legales que ordenan
y limitan el urbanismo imperante —Ley de Costas de 1988, Ley de Conservación de
los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres de 1989 y Ley sobre Régimen
del Suelo de 1998, así como los obligados Planes de Ordenación Urbana que deben
regir el desarrollo de los municipios españoles— se llegó a una auténtica «burbuja
inmobiliaria», pronto deshinchada por sus mismas características y la crisis financiera
desencadenada en los Estados Unidos en el 2007, su tremenda presión mundial y su
temprana afección a España, pese a la anterior y más efectiva regulación de la banca
nacional, no tanto de las Cajas de Ahorro.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
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Según cálculos del Ministerio de Fomento, entre 1990 y 2007 se habían concedido por los ayuntamientos casi siete millones de licencias, un 40 por 100 más del
parque de viviendas censadas en 1991, y la ocupación futura de 1.379.695 de metros
cuadrados de superficie. Entre 1998 y 2006, se construyeron 5,5 millones de nuevas
viviendas, de las cuales 675.000 en 2004 y 768.000 en 2005, mayoritariamente por
estrictas razones especulativas y, en todo caso, con relación a un no bien meditado
pero posible desarrollo turístico. Con una consecuencia, en 2008 existían cerca de dos
millones de apartamentos deshabitados y con no muy fácil colocación y, como contrapartida, la superficie agrícola había disminuido un 4 por 100, y las áreas forestales
más de un uno por 100.
Un hecho que, en general, no falta en parte alguna del territorio nacional, aunque
ofrece sus rasgos más violentos en los dos sistemas urbanos millonarios —Madrid y
Barcelona— y en las áreas de máxima implantación turística, el litoral mediterráneo
y los archipiélagos periféricos. El mayor incremento de suelo construido ha tenido
lugar, a partir de 1999 y hasta 2008, en la Comunidad Autónoma de Murcia (62%),
seguida por la Comunidad Valenciana (52,1%) y la de Madrid (47,7%), con sus valores
máximos en las costas alicantina, murciana y malagueña, convertidas en algunos casos
en típicas conurbaciones y causa del aumento en el conjunto de España de más del
40 por 100 del suelo edificado y un promedio de dieciocho viviendas construidas por
cada 1.000 habitantes, frente a las cinco del resto de la Europa comunitaria.
Todo un record de un urbanismo «salvaje» y «depredador» que está afectando
tanto al litoral en general y especialmente al mediterráneo, como a los espacios
naturales protegidos, sobre todo costeros pero también muchos lugares interiores y
montañosos. Y en el que no sólo están complicados algunos Ayuntamientos como, a
veces, las mismas Comunidades Autónomas, por ejemplo, las Murciana, Valenciana
y Castellano-leonesa. Y que en la costa mediterránea, cementada en gran parte, ha
transformado y destruido muchos de los paisajes naturales y culturales más atractivos
y bellos del viejo Mare Nostrum.
Un auténtico paradigma, entre otros, lo constituye la Comunidad madrileña.
Unos cincuenta municipios de los setenta que conforman el espacio autonómico se
plantearon a comienzos del tercer milenio el desarrollo de nuevos barrios y/o urbanizaciones (PAU) con un total de 499.238 viviendas. De todas ellas, según reconoce
la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid, más de un 80 por 100, unas
400.000, o bien no se han empezado a construir o no siquiera se ha urbanizado el
suelo. Y, además, de las 102.643 iniciadas sólo se han terminado 84.879 aunque no
todas ellas se han podido vender, aparte los millares de madrileños que llevan catorce
años a la espera de unas viviendas sin terminar o no comenzadas por las que han
pagado anticipos entre 40.000 y 70.000 euros, lo que puede llevar a una grave y
presunta estafa inmobiliaria. Una muestra de ello puede encontrarse en el complejo
de Valdebebas, con sólo dos PAU finalizados y otros tres en los que hay 12.500
viviendas previstas y de las que no se han puesto ni la primera piedra. Asimismo,
en el Nuevo Tres Cantos, sólo se están construyendo 720 de las 6.900 proyectados,
mientras Arroyomolinos es un «pueblo fantasma» acabado pero con todo en venta
y muy pocos vecinos.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
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joaquín bosque maurel
Es evidente que la «burbuja inmobiliaria», denunciada tantas veces en los últimos
años y que ha contribuido de manera manifiesta —y muy determinante en el caso
español— a la crisis financiera y económica mundial nacida casi inesperadamente en
el año 2007, ha afectado, aunque en menor proporción, a la ciudad en general que a
los espacios agrarios y naturales.
Quizás la razón principal haya sido las medidas de protección de los centros
urbanos ligadas a una política muy generalizada de rehabilitación y gentrificación de
los cascos históricos y que, aparte la numerosa legislación nacional, ha contado con
el firme apoyo de las Naciones Unidas a partir de la Carta Internacional para la Conservación y Restauración de los Monumentos y los Lugares (Venecia, 1964), punto de
partida de la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Natural y Cultural
promulgada en su reunión de Paris por la UNESCO en 1972 y de su fruto inmediato
la Lista del Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad, en la que España ha sido
incluida, desde 1984 hasta 2010, con un total de 43 lugares, ocupando, tras Italia, el
segundo lugar por su número en la citada Lista (Figura 11).
Toda una ordenación mundial que se ha ido ampliando y mejorando sucesivamente
con las reuniones promocionadas por la UNESCO a través de su filial ICOMOS: y
de los documentos aprobados y puestos en práctica: Recomendación sobre la conservación de los bienes culturales que la ejecución de obras públicas o privadas pueda
poner en peligro (1968), Recomendación relativa a la salvaguardia de los conjuntos
históricos y su función en la vida contemporánea (1976), «Carta Internacional de
Jardines Históricos» (Florencia, 1982), Carta Internacional para la Conservación de
Ciudades Históricas y Áreas Urbanas Históricas (Washington, 1987), Declaración
sobre Medología, definiciones y aspectos operativos de los Intinerarios culturales
(Ibiza, 1999), Declaración acerca del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
(2003), Declaración sobre la Conservación de las Construcciones de los Lugares y
los Conjuntos patrimoniales (Xian, China, 2005), Declaración sobre la Preservación
de la Herencia Cultural en el siglo XX (Moscú, 2006),
En ese total, las ciudades antiguas o algunos de sus barros más significados tienen
una posición privilegiada ya que son doce los bienes incluidos: Alcalá de Henares,
Aranjuez, Ávila, Cáceres, Córdoba, Cuenca, La Laguna, Salamanca, Santiago de Compostela, Segovia, Toledo y el binomio Úbeda y Baeza. Atención aparte tienen A Coruña,
Barcelona, Granada, Lugo, Sevilla y Tarragona, cuya participación está limitadas a
determinados monumentos históricos y / o edificios singulares, la Torre de Hércules
en A Coruña, la Sagrada Familia, el Parque Güell y el Palau de la Música diseñados
por Gaudí en Barcelona, los barrios de Santacruz en Sevilla y el Albaicín de Granada,
la muralla romana de Lugo y el conjunto arqueológico de Tarragona..
A este gran riqueza monumental y urbana, cabe añadir desde la Convención de
la UNESCO celebrada en el año 2003, la proclamación de un Patrimonio Cultural
Inmaterial que en España incluye, hasta su última reunión en Nairobi en 1910, a los
siguientes bienes: Asie Nagusia (Semana Grande de Bilbao), Filandón de León, Camino
de Santiago, Procesión de la Virgen de la Salud de Algemesí, Leyenda de los Amantes
de Teruel, Fallas de Valencia, Tradición de la Virgen del Pilar de Zaragoza, Leyenda
del Lagarto de la Malena de Jaén, Carnaval de Cádiz, Bienal de Flamenco de Sevilla,
la Patún de Berga (2008), Misterio de Elche (2008), Tribunales de Regantes del MeCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
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Figura 11. Patrimonio de la Humanidad Material en España.
diterráneo español (Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia y Tribunal
de las Aguas de la Huerta de Valencia (2009), Silbo Gomero (2009), Cante flamenco,
los Castells y los Cantos de la Sibila de Mallorca (2010).
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
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joaquín bosque maurel
A la importancia en el ámbito mundial que, en este aspecto, le concede a España
la UNESCO, hay que añadir la protección específica y particular que el Estado español
ha concedido a su considerable riqueza monumental y artística desde la creación a
finales del Ochocientos de una Comisión de Monumentos confirmada y ampliada por
las sucesivas Leyes del Patrimonio de 1933 y 1985.
Según un Atlas de 1994, que recoge este Patrimonio histórico-cultural, existen
11.522 bienes, 9.495 declarados y 2.027 con expediente incoado, distribuidos entre 7.355
monumentos, 65 jardines históricos, 638 conjuntos, 76 sitios, 445 zonas arqueológicas
y 2.943 castillos. Y que se resumen en una serie de centros o conjuntos históricos, es
decir unidades urbanas o conjuntos similares compuestos por diferentes bienes, que
en un total de 383 se distribuyen por todo el territorio nacional. Sin olvidar, los entre
1.000 y 1.200 lugares con los requisitos necesarios, según la legislación vigente, para
su posible conversión en conjuntos históricos (J. López Jaén, 1990) (Tabla VI).
Una extraordinaria riqueza cultural de obligada defensa y conservación por el
Estado, las Comunidades Autónomas y los Municipios aunque, en muchos casos,
en peligro por una especulación urbana dominante y más o menos corrupta que ya
ha dado sus primeros nefastos frutos. Por ejemplo, considerando exclusivamente el
Patrimonio Mundial, en el recinto amurallado de Ávila, en el entorno de la Sagrada
Familia de Barcelona, en el Albaicín de Granada y en los restos urbanos de la antigua
ciudad visigoda de Toledo, entre otros diversos casos. Una concreta realidad que está
provocando la posible inclusión por la UNESCO en la lista «en peligro» del Patrimonio
Cultural de la Humanidad y, en definitiva, su retirada de la Lista mundial, de algunos
de los cuarenta y tres bienes incluidos en esa Lista.
Algunos ejemplos validan estas intervenciones —auténticos abusos siempre—
que han tenido primero una presencia limitada a núcleos urbanos históricos y que,
recientemente, están ya afectando a algunos complejos histórico-monumentales y, no
menos, a los mismos espacios naturales protegidos.
En 2006, el Ayuntamiento de Toledo aprobó el último Plan de Ordenación de la
Ciudad de Toledo (POM, 2005) que regulaba la expansión de una de las ciudades más
bellas y atractivas de España por su riqueza monumental y por sus extraordinarios paisajes
urbanos origen de su inclusión en 1986 en la Lista de Bienes declarados Patrimonio
Cultural Mundial conforme a la Convención de la UNESCO sobre la protección del
también llamado Patrimonio de la Humanidad. Conocido y estudiado el citado Plan,
el Comité Español del Comité Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) presentó a la opinión pública un informe en que subrayaba la existencia de una serie de
propuestas urbanísticas que afectaban gravemente a las cualidades monumentales y
paisajísticas que habían determinado la inclusión de Toledo en el Patrimonio Cultural
Mundial y que podían dar lugar a su retirada de la citada Lista.
En concreto, el POM 2005 permitía, en primer lugar, la urbanización, y por tanto
su destrucción, de dos de los espacios históricos que constituían las Vegas Alta, antigua Huerta del Rey musulmana, y Baja, anterior emplazamiento del Circo romano, ya
desaparecido, y de la ciudad y capital del Reino visigodo (Siglos VI y VII), único resto
arqueológico de este momento existente en la Península. Asimismo, las declaraciones
de suelo urbanizable afectaban también a la zona de respeto y protección del paisaje
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
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el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
Tabla VI. Centros históricos-artísticos y Lugares Patrimonio de la Humanidad.
Por Comunidades Autónomas (2009)
Autonomías
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares
Canarias
Cantabria
Cataluña
Castilla-Leo
Castilla-M
C. Valenc.
Extremadura
Galicia
Madrid
Murcia
Navarra
País Vasco
Rioja (La).
Ceuta-Mel.
España
Centros
H-A.
Lugares
P. H.
P. H.
Ciudades
P. H.
inmaterial
Esp. Naturales
(LICs)
73
20
16
11
13
27
28
59
18
17
17
38
10
9
5
9
4
2
383
6**
3
1
1
3
1
5
6*
2
3*
3
4*
3
1**
1*
1
1
–
47
2
–
–
1
1
–
–
3
2
–
1
1
1
–
–
–
–
–
11
4
2
–
1
1
–
2
1
–
3
–
1
–
1
–
1
–
1
18
191
157
49
127
174
21
68
120
72
94
87
59
7
50
42
52
6
5
1.381
*Incluye el Camino de Santiago, pluricomunitario, Aragón, Navarra, Rioja, Castilla-León, Galicia. ** Arte
rupestre mediterráneo, Valencia, Murcia y Andalucía.
Fuente: Ministerio de Cultura e ICOMOS.
y de la silueta urbana tradicional que, como las Vegas, eran objeto de la declaración
de la UNESCO.
A pesar del Informe negativo de ICOMOS, el POM 2005, se inició comenzando
por la destrucción parcial, previa a la urbanización, del circo romano y de una parte
del yacimiento arqueológico visigodo. Con ello, los valores artísticos y paisajísticos de
una ciudad que ha sido la admiración y la inspiración de viajeros, artistas y escritores
de todos los tiempos han sido afectados gravemente (Informes de ICOMOS y la RSG,
2006). Solo la intervención de la Comunidad de Castilla-La Mancha parece, en principio, haber detenido, al menos, la edificaciones previstas de la Vega Baja y permitido
iniciar las excavaciones de la porción superviviente de la antigua ciudad visigoda.
En 2008, la empresa Gestural S.A., en colaboración con el Ayuntamiento de Soria,
pretendía desarrollar un polígono industrial (Soria II), en un área situada en los parajes
conocidos como El Cabezo, La Colorada y los Pajarejos, al nordeste de la ciudad de
Soria, en la margen izquierda del Duero. En íntima relación con esta misma comarca,
está proyectada la llamada «Ciudad del Medio Ambiente» constituida por un complejo
de 800 chalets y un parque empresarial a edificar en el espacio protegido del Soto
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joaquín bosque maurel
de Garray perteneciente a la Red Natura 2000. Comprende un total de 552 Has., un
tercio de las cuales se van a urbanizar y edificar para acoger a unas 4.000 personas.
Esa zona, de 117 Hectáreas, está emplazada entre varios Bienes de Interés Cultural, en contacto directo con las delimitaciones de algunos de ellos —Numancia y el
Cerco Romano de Garray, margen izquierda del río Duero—, o muy próximos a otros
BIC —Iglesia y Claustro de San Juan de Duero, Casco Antiguo de la Ciudad, Muralla
medieval, Iglesia Concatedral de San Pedro, Claustro de la Iglesia de San Pedro— y a
diferentes elementos arquitectónicos —Puente sobre el río Duero, Antigua Parroquial
de San Millán, Nevero…— catalogados por la Revisión y Adaptación del Plan General
de Ordenación de Soria 2006 (PGOU).
Esta circunstancia referida a la localización hace que la pretendida actuación
urbanística suponga un riesgo para la integridad y conservación de los bienes culturales que rodean y se relacionan con el espacio que se pretende convertir en polígono
industrial. Por otro lado, el lugar elegido es una extensión de suelo rústico común, en
la que se combinan manchas de encinas, eriales y perdidos, afloramientos de calizas,
irregulares parcelas cerealistas, ribazos con vegetación arbustiva y monte bajo, pinos de
repoblación, un paisaje, en fin, acorde con la imagen que tradicionalmente han transmitido los alrededores de la ciudad de Soria, paisaje tal que ha servido de intermediario
necesario y adecuado para expresar sentimientos y emociones de los más celebrados y
conocidos poetas españoles en versos mil veces leídos, recitados y comentados en las
aulas, p. e., «Campos de Castilla» de Antonio Machado. El peligro potencial, pero muy
real, existe y puede ser obviado. En la provincia de Soria y en el entorno de su capital
no faltan precisamente espacios disponibles sin esas circunstancias (ICOMOS, 2008).
La Plataforma Ciudadana Escurialense (PCE), organización que agrupa a unos
centenares de residentes en San Lorenzo del Escorial, se ha dirigido a la dirección de
la UNESCO a fin de que inste la anulación de un nuevo Plan General de Ordenación
Urbana de esa histórica localidad madrileña, donde se albergan el monasterio construido por Felipe II y un entorno declarados Patrimonio de la Humanidad en 1984.
El municipio prevé entre otras medidas recalificar hasta 3.170.000 m 2 de superficie
antes no urbanizable, construir 850 viviendas en un poblado nuevo con un polígono
comercial, aparte de varios bloques de viviendas y chalets de lujo en pleno casco
histórico (Figura 12).
Todo este nuevo conjunto urbano se ubicará en el interior de una cerca histórica
de 55 kilómetros construida en 1563 y que configura el entorno artístico y paisajístico
del Real Sitio de El Escorial, hoy Patrimonio de la Humanidad, que la PCE ve en
peligro. Incluye vestigios arquitectónicos renacentistas, como el Palacio Monasterio
de 1503, más puentes, ermitas, molinos y canteras de la época, así como humedales
y pastizales de anidamiento de águilas imperiales, buitres reales y cigüeñas negras.
Todo un ámbito que la UNESCO considera «parte inseparable» del conjunto monacal,
como entorno natural e histórico de una misma unidad paisajística que se extiende
entre La Herrería, el monte Abantos, ya muy dañado por incendios quizás provocados,
y el lugar asiento del mismo Monasterio. La Plataforma insiste en la necesidad de
proteger «el paisaje y el patrimonio de un espacio único como el de San Lorenzo de
El Escorial» (R. Fraguas, 2009).
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el patrimonio natural e histórico-monumental español. algunos problemas…
41
Figura 12. Desarrollo urbanístico de San Lorenzo de El Escorial
Fuente: Diario El País, 2009.
El problema, al parecer detenido por la crisis de 2007, es evidentemente nacional
y exige una atención y un cuidado que se enfrente con la codicia y el desenfreno de
los especuladores.
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Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 9-45
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL:
¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS, SOCIALES O ECONÓMICAS?
Fernando Gil Alonso**, Andreu Domingo i Valls***
y Jordi Bayona i Carrasco****
Recibido: 08-10-10. Aceptado: 18-03-11. Biblid [0210-5462 (2011-1); 48: 47-77].
PALABRAS CLAVE: Mediterráneo, migraciones, estructura de población, educación,
mercado laboral.
KEYWORDS: Mediterranean, migrations, population structure, education, labour market.
MOTS-CLÉS: Méditerranée, migrations, structure de la population, éducation, marché
du travail.
RESUMEN
Este artículo pretende contribuir al debate sobre las posibles causas de los flujos migratorios entre regiones del mundo, tomando los países del Mediterráneo Occidental como caso
de estudio. Con las teorías de las «migraciones de reemplazo» y el «dividendo demográfico» como punto de partida, se analiza en primer lugar las diferencias en las estructuras de
población en tres países europeos del sur (Francia, España e Italia) y en tres norteafricanos
(Marruecos, Argelia y Túnez), demostrándose que las diferencias de estructuras de población
no parecen ser los causantes principales de los flujos migratorios. Por el contrario, el análisis
de posibles causas sociales y económicas demuestra que los factores clave que explican las
migraciones entre ambas orillas son la promoción educativa y laboral de las generaciones
jóvenes de los países receptores, combinado con altos niveles de desempleo y subempleo en
los países emisores.
*. Una versión previa de este artículo fue presentada con el título «Mediterranean Europe and the
Maghreb: Are migration flows determined by differences in population structure?» en la XXVI International
Population Conference 2009 en Marrakech (sesión 93: Europe and the Maghreb: demographic ties). Este
trabajo ha sido elaborado en el marco de los siguientes proyectos de investigación: «Comportamientos
sociodemográficos diferenciales e integración social de la población inmigrada y de sus descendientes en
España» (CSO2008-04778/SOCI), dirigido por el Dr. Andreu Domingo; «La dinámica demográfica en
España a través de los censos del siglo XX. Análisis histórico y territorial» (CSO2008-06217), dirigido por
el Dr. Fernando Gil; y «La sostenibilidad social según las formas urbanas: movilidad residencial, espacios
de vida y uso del tiempo» (SEJ2007-67948), dirigido por la Dra. Anna Alabart, todos ellos financiados
por el Ministerio español de Ciencia e Innovación.
**. Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona, mediante un contrato Ramón
y Cajal financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Email: fgil@ub.edu.
***. Investigador del Centre d’Estudis Demogràfics y subdirector de la misma institución. Email:
adomingo@ced.uab.es.
****. Investigador del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona, mediante un
contrato Juan de la Cierva financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Email: jordibayona@
ub.edu.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
48
Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
ABSTRACT
Taking the Western Mediterranean region as an example, the present paper aims to contribute
to the debate on the causes of migratory flows between world regions. To this end, population
structures in three Southern European Mediterranean countries (France, Spain and Italy) and in
three North African ones (Morocco, Algeria and Tunisia) are firstly compared, taking «replacement migration» and «demographic dividend» theories as the exercise’s starting point. Results
show that population structure differences do not seem to be the main cause of immigration
flows. Therefore, other social and economic factors like education and labour participation
differences are then analysed, concluding that the key factors explaining immigration between
both Mediterranean shores would be, in a context of economic growth, younger generations’
upgrading in the receiving countries, combined with high unemployment and underemployment
in the sending countries.
RESUMÉ
Cet article veut contribuer au débat sur les possibles causes des flux migratoires entre les
grandes régions du monde, avec les pays de la Méditerranée Occidentale comme cas d’étude. On
prend les théories des « migrations de remplacement » et la « fenêtre d’opportunité » comme
points de départ du travail et on analyse, d’abord, les différences dans les structures par âge et
sexe de trois pays de l’Europe méridionale (France, Espagne et Italie) et trois pays nord-africaines (Maroc, Algérie et Tunisie). Les résultats démontrent que ces flux migratoires ne sont
pas le résultat des différences de structure démographique. Au contraire, l’analyse subséquent
des possibles causes économiques et sociales des migrations montre que c’est la promotion
éducative et dans le marché du travail des jeunes générations dans les pays récepteurs de migrants, en combinaison avec les hautes niveaux de chômage et sous-emploi existants dans les
pays émetteurs, les facteurs clés qui expliqueraient l’importance des migrations entre les deux
rivières de la Méditerranée.
1. Introducción: el debate en torno al papel
de las estructuras demográficas
La región mediterránea, con 479 millones de habitantes en 2005, se toma a menudo como ejemplo de los potenciales conflictos que se podrían causar debido a las
diferentes estructuras de población existentes entre países ricos y pobres, conflictos
«previstos» a partir básicamente de las proyecciones demográficas (Courbage, 2009).
De esta forma el Mediterráneo se ha convertido en el paradigma de la existencia de
una supuesta fractura demográfica, utilizada al argumentar el conocido como «choque
de civilizaciones». En efecto, Samuel P. Huntington (1996) explicaba conflictos
pasados, presentes y futuros de la región mediterránea a partir de los diferenciales de
crecimiento de su población, sea el caso de España y el Magreb, de Palestina e Israel,
o de Serbia y Kosovo.
Lejos de esta interpretación extrema, existen dos conocidas aproximaciones teóricas
desde la demografía que se sustentan en las diferencias estructurales de la población,
donde se enfatiza las consecuencias de la evolución demográfica sobre el futuro proCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
49
greso sociodemográfico de los diferentes países. En primer lugar, nos referimos a las
conocidas como «migraciones de reemplazo», concepto nacido en el famoso informe
de la División de Población de las Naciones Unidas (2001) Replacement migration: is
it a solution to declining and ageing populations?, donde se relacionan los flujos migratorios futuros con las diferencias en las estructuras de la población (Lesthaeghe,
2000). Por otro lado, existe la aproximación conocida por «dividendo demográfico»
o «ventana de oportunidades» (Bloom et al., 2002), refiriéndose a una hipotética
situación demográfica beneficiosa que puede actualmente encontrarse en países en plena
transición demográfica, donde el número de dependientes (menores y ancianos) disminuye drásticamente mientras la población en edad activa alcanza sus cuotas máximas.
Ambas aproximaciones continúan teniendo una gran influencia dentro y fuera de la
demografía, en particular al analizar la relación entre los países europeos y el Magreb.
Sin embargo, estas aproximaciones han sido puestas en duda por varios autores. Por
una parte, la teoría sobre las migraciones de reemplazo ha sido severamente criticada,
por ejemplo por Coleman (2001), quién muestra con un humor ácido que ni toda
la población mundial sería suficiente para cubrir el déficit estructural de Corea del
Sur. Otros autores apuntan la existencia de intensos flujos migratorios entre países
con niveles de fecundidad similares y parecidas estructuras de edades, como serían
las migraciones que se producen en el Golfo de Guinea o en Suráfrica. También se
argumenta como las actuales migraciones de países del Este de Europa en dirección
a la UE se están produciendo a pesar de que los países de origen presentan menores
niveles de fecundidad que los países receptores (Weiner y Teitelbaum, 2001).
Sin embargo, las teorías neoclásicas aplicadas al estudio de las migraciones siguen
teniendo sus valedores dentro y fuera de la demografía, reemplazando el antiguo rol
de las diferencias salariales como causa principal de la migración por las divergencias
existentes en las estructuras de población.
De la misma manera, y como algunos autores han apuntado, la perspectiva optimista
basada en la hipótesis de la «ventana de oportunidades» para los países en desarrollo
se olvida en considerar si las economías productivas de los países implicados tienen o
no la capacidad de absorber la fuerza de trabajo joven generada en los años próximos,
como es el caso de los países del Magreb (Asaad y Roudi-Fahmi, 2007; Reher,
2009). Tanto en el caso de las «migraciones de reemplazo» como en el del «dividendo
demográfico», es esencial tener en cuenta la evolución de los niveles educativos para
cada sexo y por cohorte de edad al centrar la atención en el papel de las estructuras
demográficas en la relación entre países, como es el caso que aquí nos ocupa. De aquí
el ejercicio que proponemos en este artículo: la cuantificación de estas diferencias,
considerando su incidencia en los flujos migratorios entre los países de la ribera sur y
norte del Mediterráneo, Marruecos, Argelia y Túnez por un lado, y Francia, España e
Italia por el otro. Para ello se cuantificarán en primer lugar dichas migraciones, tanto
a nivel de flujos como de stocks (apartado 2), para a continuación analizar si estos
flujos han sido determinados por las diferencias de estructura demográfica en ambas
riberas del Mediterráneo (apartado 3). Una explicación alternativa y, a nuestro juicio,
más acertada de los factores causales se estudia en el apartado 4, centrado en las diferencias en educación y participación laboral por nacionalidad y sexo como factores
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
50
Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
que intervienen en los flujos migratorios entre países mediterráneos. Finalmente, el
apartado 5 presenta las conclusiones.
2. La población magrebí en los países mediterráneos:
flujos y stocks
Para delimitar los países que van a ser el objeto de estudio de esta comunicación,
previamente hemos analizado los stocks y los flujos de población procedentes de los
países del Magreb que residen en los países europeos situados en la ribera norte del
Mediterráneo. Las cifras, como resaltan Fargues (2005 y 2009), Domingo y Esteve
(2009) o Salt y Almeida (2006) para todos los países de la Unión, varían ampliamente en función de los criterios analizados: a) según el tipo de fuentes utilizado, b)
si proceden de los países de partida o de los de acogida, c) según el criterio empleado —nacionalidad o país de nacimiento—, o d) si se contabilizan sólo los migrantes
o también sus descendientes («segundas generaciones» y sucesivas). En todo caso,
parece claro que sólo tres países de acogida tienen poblaciones magrebíes realmente
significativas. Son, por orden de importancia, Francia, España e Italia, siendo puramente testimonial el número de los residentes en Grecia, Chipre, Malta y Eslovenia.
Y de los países de la Unión del Magreb Árabe, son Marruecos, Argelia y Túnez los
que capitalizan la mayor parte de las salidas, siendo el papel de Libia y Mauritania
prácticamente insignificante. Esta comunicación se va a centrar, por lo tanto, en el
análisis de las migraciones procedentes de Marruecos, Argelia y Túnez que se han
establecido en Francia, España e Italia.
La tabla 1 muestra el volumen de los stocks de dichas nacionalidades presentes en
estos tres países europeos según las últimas cifras disponibles publicadas por Eurostat.
Hay cerca de un millón y medio de nacionales marroquíes —a comparar con los más
de 2,6 millones en el conjunto de la UE, según las estadísticas marroquíes (Fargues,
2005: 373)—, unos 550.000 argelinos y un cuarto de millón de tunecinos viviendo en
España, Francia e Italia. Los primeros están repartidos entre los tres países, mientras
que los argelinos se concentran en Francia y los tunecinos en Francia e Italia.
Si analizamos las cifras según los países de recepción, se observa que en España
a 1 de enero de 2008 viven más de 700.000 ciudadanos de esos países norteafricanos,
que representan casi el 1,6% de la población española y más del 13% del total de
extranjeros residentes. De ellos, más del 90% son marroquíes, que representan por sí
solos el 1,44% de la población española y casi el 12,5% de todos los extranjeros, siendo
la segunda nacionalidad más presente en España, sólo por detrás de los rumanos. A
mucha distancia encontramos poco más de 50.000 argelinos (menos del 1% de todos
los extranjeros residentes en España) y finalmente unos 2.000 tunecinos, cifra prácticamente testimonial debido a que las relaciones históricas de España con Túnez han sido
de menor intensidad que las establecidas con Argelia y, sobre todo, con Marruecos.
Por lo tanto, hablar de inmigración magrebí en España es sinónimo de hablar de
población marroquí. El impacto demográfico es incluso mayor, pues hay un porcentaje
de población procedente de Marruecos que no dispone de dicha nacionalidad, porque
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
51
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
Tabla 1. Población absoluta y relativa de argelinos, marroquíes y tunecinos en España,
Francia e Italia, según nacionalidad y país de nacimiento
Números absolutos
España
Francia
Italia
Nacionalidad
País
Nacionalidad
País
Nacionalidad
País
nacimiento
nacimiento
nacimiento
Argelia
51.552
54.110
Marruecos
649.818
664.948
Túnez
1.732
2.324
Extranjeros 5.262.095 5.894.401
Total
45.283.259
477.495 1.345.560
461.465
837.840
146.514
364.348
3.674.000 6.836.942
62.868.202
22.672
–
365.908
–
93.601
–
3432.651
–
59.619.290
Números relativos (%) por nacionalidad de los individuos
España
Argelia
Marruecos
Túnez
Extranjeros
Francia
Italia
% total
pobl.
%
extranjeros
% total
pobl.
%
extranjeros
% total
pobl.
%
extranjeros
0,11
1,44
0,00
11,62
0,98
12,35
0,03
100,0
0,76
0,73
0,23
5,84
13,00
12,56
3,99
100,00
0,04
0,61
0,16
5,76
0,66
10,66
2,73
100,00
Números relativos (%) por país de nacimiento de los individuos
España
Argelia
Marruecos
Túnez
Extranjeros
Francia
Italia
% total
pobl.
% nacidos
extranjeros
% total
pobl.
% nacidos
extranjeros
% total
pobl.
% nacidos
extranjeros
0,12
1,47
0,01
13,02
0,92
11,28
0,04
100,00
2,14
1,33
0,58
10,88
19,68
12,25
5,33
100,00
–
–
–
–
–
–
–
–
Fuente: Datos más recientes publicados de Eurostat (2008) para España e Italia, y 2005 para Francia.
nunca la tuvo (y aquí hay que incluir a los españoles nacidos en el Protectorado de
Marruecos en tiempos coloniales) o porque ha adquirido otras nacionalidades, preferentemente la española. Así, se puede ver en la tabla 1 que la población nacida en
Marruecos es unos 15.000 individuos mayor que la que tiene nacionalidad marroquí.
Por el contrario, hay una parte de marroquíes, concentrados en la base de la pirámide
de edades, que no se pueden considerar propiamente inmigrantes, pues son descendientes de inmigrantes marroquíes que ya han nacido en España, aunque conservan la
nacionalidad de sus padres.
Los marroquíes también son la principal comunidad nacional entre los casi medio
millón de magrebíes presentes en Italia, ocupando el tercer lugar tras rumanos y albaneses, y representando, con unos 366.000 nacionales, casi el 11% de todos los extranCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
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Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
jeros residentes en el país transalpino. Pero, a diferencia de España, son seguidos por
los tunecinos, con casi 100.000 individuos, dejando a mucha distancia a los argelinos,
menos de 25.000. Por el contrario, es la comunidad argelina la más presente en Francia
de las tres analizadas. Del más de un millón de residentes magrebíes residentes en
este país, cerca de 480.000 tienen nacionalidad argelina, representando por sí solo el
13% de todos los extranjeros, siendo el segundo contingente extranjeros más numeroso
tras los portugueses. Siguen a corta distancia los ciudadanos de Marruecos, con más
de 460.000 y el 12,5% de todos los extranjeros, y los tunecinos se sitúan en tercer
lugar entre los magrebíes, aunque con casi una población de 150.000 personas, sitúa
a Francia como el primer país de destino de dicha nacionalidad, por encima de Italia.
Sin embargo, las cifras de las comunidades magrebíes residentes en Francia están
subestimadas si se adopta el criterio de nacionalidad, pues se trata de flujos migratorios
con más de medio siglo de existencia —a lo que hay que sumar el papel de Francia
como potencia colonizadora de esos tres territorios, salvo el norte de Marruecos—, por
lo que una parte de los inmigrantes magrebíes cuentan actualmente con la nacionalidad
francesa. Por eso es interesante analizar las cifras según el país de nacimiento. En ese
caso, el número de argelinos se multiplica por tres —bien es cierto que en esta cifra
se incluyen parte de los «pied noirs» de ascendencia europea—, los tunecinos más que
doblan su número y los marroquíes también aumentan de manera muy significativa.
En total, el volumen de nacidos en los países magrebíes residentes en Francia supera
los 2,5 millones, cifra que se incrementaría de manera más importante si incluyéramos
los descendientes.
Si abandonamos ahora los stocks y estudiamos los flujos migratorios recientes con
origen y destino en los tres países europeos analizados, las carencias de las fuentes
disponibles se multiplican, especialmente en Francia e Italia, y sobre todo en lo referido a los flujos de salida, mientras que la fiabilidad de las cifras se reduce debido a
las dificultades intrínsecas que tienen los aparatos estadísticos nacionales para medir
dichos flujos, una parte de los cuáles son protagonizados además por migrantes en
situación irregular. En todo caso, la tabla 2 recoge las inmigraciones, emigraciones y
el saldo neto total en estos tres países comunitarios que tienen como protagonistas a
los nacionales de los países magrebíes mencionados, o que tienen como país de origen
o destino de la migración a Marruecos, Argelia y Túnez. Reiteramos que debido a
las carencias que presentan las fuentes, esta tabla sólo se puede interpretar como una
aproximación a la realidad de los flujos, y en todo caso las cifras presentes reflejan
más el grado de cobertura de las fuentes que la magnitud real de las migraciones.
Teniendo en cuenta esta idea, vemos que España es el país que tiene las fuentes
más completas, pues proporciona datos, a partir de la Estadística de Variaciones Residenciales (EVR), tanto de los flujos de entrada como de los de salida, y tanto por
nacionalidad como por país de residencia anterior o posterior. En todo caso, parece
creíble suponer que es el país, de los tres, con mayor volumen reciente de entradas y
posiblemente de salidas, especialmente en lo que concierne a la población de nacionalidad marroquí, o con origen y destino en Marruecos. En concreto, suponen casi el
10% de todas las entradas de extranjeros en 2007 y el 7,5% de todas las entradas con
destino a un país extranjero. Al mismo tiempo, suponen el 16% de todas las salidas
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
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flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
Tabla 2. Inmigrantes, emigrantes y migración neta en España, Francia e Italia con
nacionalidad, residencia previa o futura, en Argelia, Marruecos y Túnez
Inmigrantes
España
Nacionalidad
Argelia
Marruecos
Túnez
Extranjeros
Total
Francia
País
Nacionalidad
origen
8.007
6.338
84.978
71.916
314
265
920.534
958.266
958.266
Italia
País
Nacionalidad
origen
28.454
24.054
10.345
182.390
182.390
–
–
–
–
–
–
–
–
País
origen
1.202
21.603
4.879
304.960
304.960
Emigrantes
España
Nacionalidad
Argelia
Marruecos
Túnez
Extranjeros
Total
Francia
País
Nacionalidad
origen
3.266
326
31.568
3.138
156
21
198.974
227.065
227.065
Italia
País
Nacionalidad
origen
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
País
origen
128
671
380
53.931
53.931
Saldo migratorio
España
Nacionalidad
Argelia
Marruecos
Túnez
Extranjeros
Total
Francia
Origen/
Nacionalidad
destino
4.741
6.012
53.410
68.778
158
244
721.560
731.201
731.201
–
–
–
–
Italia
Origen/
Nacionalidad
destino
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Origen/
destino
1.074
20.932
4.499
251.029
251.029
Fuente: Datos de Eurostat - 2007 para España e Italia (total emigrantes), 2006 para Francia (inmigrantes
por país de nacionalidad), 2005 para Italia (país de residencia previa o futura).
de extranjeros, aunque los que dicen emigrar a Marruecos sólo suponen el 1,4% de
todas las salidas. Ello puede ser debido a que, dado el papel de España como puerta de
entrada en la UE, emigran a terceros países, probablemente comunitarios (y en mayor
medida, a Francia e Italia) o porque retornan a su país de origen pero dicho destino
no queda recogido por el aparato estadístico español (a diferencia de la nacionalidad,
que se obtiene al darse la baja por caducidad en el municipio español de residencia).
En comparación, las cifras correspondientes a argelinos y tunecinos empadronados
en España son mucho menores y no llegan en ningún caso al 1%. En todo caso, las
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
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Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
tres nacionalidades presentan mayores entradas en España que salidas de este país,
por lo que los saldos migratorios netos son ampliamente positivos (desde el punto de
vista del país de recepción). En concreto, el crecimiento migratorio positivo de entre
60.000 y 75.000 ciudadanos magrebíes en España en el año 2007, representan entre
el 7% y el 9% de los alrededor de 730.000 nuevos habitantes que España ganó dicho
año por saldo migratorio. Estas cifras confirman la información proporcionada por
Fargues (2009: 270-271) de que la emigración de los países árabes, y en concreto de
Marruecos, está en pleno auge en la actualidad, así como que probablemente continuará
y se acentuará en los próximos años debido a la confluencia de una serie de factores
internos (de «expulsión») y externos (de «atracción»).
Más difícil es observar dicho fenómeno en Francia e Italia, pues para el primer país
solamente disponemos de datos de inmigración por nacionalidad —donde la argelina
supera a la marroquí y, por más distancia, a la tunecina, con una distribución porcentual
no demasiado diferente a la dibujada por los stocks de esas nacionalidades—, pero no
de emigración y, por lo tanto, tampoco de flujos, mientras que de Italia disponemos de
cifras tanto de entradas como de salidas pero sólo por país de origen / destino, no por
nacionalidad. Estas cifras parciales reafirman, en primer lugar, los datos de stocks en
el sentido de que los flujos con origen o destino Marruecos son los más importantes,
seguidos por los de Túnez, situando a los de Argelia en un anecdótico, por su escaso
volumen, tercer lugar. En segundo lugar, estas cifras reafirman el menor volumen de
los flujos migratorios de población magrebí en Italia en comparación con España, e
incluso con Francia si sólo tenemos en cuenta la inmigración.
3. Nacimientos, crecimiento y estructura de la población
en ambas riberas mediterráneas
3.1. La evolución de la fecundidad y las estructuras demográficas
La población de los países seleccionados, desde 1960 hasta la actualidad, ha experimentado un crecimiento absoluto similar en ambas orillas mediterráneas. En la ribera
norte los tres países considerados suman 40 millones de nuevos habitantes a los 126
de 1960, llegando a los 166 millones de personas actuales. En el sur, el crecimiento
es de 48,5 millones, aunque en este caso se partía de tan sólo 26,5 millones, y se alcanza en la actualidad los 75 millones de habitantes. La diferencia de 99 millones de
residentes a favor del norte de 1960 se reduce a los 91 millones de 2007, después de
que los tres primeros países hayan aumentado un 31,7% su población inicial, mientras
que los segundos lo hagan en un 182%, multiplicando los países del sur por seis el
ritmo de crecimiento en relación a sus vecinos septentrionales.
Aunque el crecimiento en los seis casos es constante, el descenso de la fecundidad
repercute seriamente en las estructuras por edad, con una tendencia general hacia el
envejecimiento, mucho más notable en el norte. Por ejemplo, estos últimos en 2005
presentaban la menor proporción de menores de 14 años desde 1960, grupo que en
España e Italia apenas representaba el 14,2% y 14,5% de la población, por un 18,4%
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
55
Figura 1. Evolución de la población de los seis países seleccionados, 1960-2007
Fuente: Datos de Eurostat para España e Italia, INSEE, para Francia, y World Population Prospects: The
2008 Population Database, para Argelia, Marruecos y Túnez.
en Francia, donde la bajada de la fecundidad no se había producido con la misma
intensidad. Si se considera el grupo de los jóvenes, que son los que entran al mercado
laboral, el máximo peso de éstos se había producido ya unos años atrás, en 1990 en
España (cuando sumaban el 24,9% de la población) e Italia (el 23,8%), y en 1975 en
Francia (el 24,1%). Al contrario, los mayores de 65 años alcanzan cada vez un mayor
protagonismo, y representan en 2010 el 17% de la población francesa y española, y
un 20,4% de la italiana. En los países del sur el panorama es distante. El mayor peso
de los menores se alcanzó con unos valores que doblaban los de los países europeos,
en 1965 en Túnez (46,3%), en 1970 en Argelia (48,4%) y Marruecos (47,6%). Desde
entonces, el descenso es muy significativo. En cambio, en 2005 los jóvenes eran los que
mostraban un peso mayor en la estructura, alrededor de un 30% de la población en los
tres países, máximos con tendencia decreciente según las proyecciones de población.
Contrastando con el norte, el grupo de mayores de 65 años se mantiene aún en unas
cifras reducidas, entre el 4,5% argelino y el 6,7% tunecino, con un constante pero muy
lento crecimiento. Esta situación, caracterizada por un peso reducido de los mayores
y un decrecimiento de los menores, por lo tanto con la mayor representación de la
población activa, es lo que muchos autores se refieren como «ventana demográfica»,
a la que volveremos más adelante.
Los cambios acaecidos en la estructura demográfica de los países del norte mediterráneo, especialmente a la llegada de generaciones vacías al mercado laboral (con
la consecuente escasez de mano de obra), son expuestos por varios autores como una
de las variables que intervienen en su creciente atracción migratoria. De hecho, el
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
56
Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
descenso en el tamaño de las generaciones puede ser observado a partir de la evolución
del número de nacimientos (figura 3), que son reflejo del descenso del índice sintético
de fecundidad (figura 4). España e Italia experimentan notables caídas del número de
nacimientos, en cambio Francia muestra una evolución con menores sobresaltos en los
últimos 45 años. De esta forma, en este último país los nacimientos de 1960 y 2007 son
idénticos (819.819 y 819.605), con máximos en 1964 y 1971 (877.804 y 881.284), y
mínimos en 1976 y 1993 (720.395 y 711.610), en una evolución con pocas oscilaciones
donde destaca la caída de nacimientos del primer quinquenio de los 70, coincidiendo
con la crisis económica, y la lenta recuperación ascendente de los noventa hasta la
actualidad. En comparación, España e Italia muestran cambios más profundos, con
pautas temporales similares. En Italia, después del máximo de 1964, con 1.035.210
nacimientos, se inicia un largo periodo de intenso decrecimiento, lento hasta 1974 y
agudizado con posterioridad, con un mínimo en 1998 de 515.439 nacimientos, aunque
a partir de entonces se empieza una lenta recuperación hasta alcanzar los 575.810 de
2008. En el caso de España, el número de nacimientos hasta 1974 es estable, con
688.398 nacimientos, cuando se inicia una caída prolongada hasta el mínimo de 1996
(362.626), con una mayor recuperación desde entonces, hasta los 518.967 de 2008.
El índice sintético de fecundidad (ISF) conoce una fuerte caída en los tres países,
de forma similar pero con diferente intensidad (figura 4). Los niveles de la década de
los sesenta eran parecidos en Francia e Italia (2,31 y 2,35 hijos por mujer), siendo
algo superiores en España, con 2,92. A mitades de la década de los setenta se conoce un descenso general que implica que el ISF se sitúe por debajo de los 2 hijos,
situación que en España se reproduce con cierto retraso cinco años más tarde. Los
mínimos alcanzados difieren ligeramente, ya que en Francia se produce a inicios de los
noventa con un ISF de 1,71, y cinco años más tarde en Italia y España (1,22 y 1,18),
con valores que significaban mínimos mundiales. A partir de entonces se inicia una
leve recuperación que continua hasta hoy en día (a la espera de posibles efectos de la
crisis), con ISFs de 1,89 en Francia, 1,43 en España y 1,38 en Italia. El descenso del
ISF se asocia con una fecundidad en edades mayores, con valores máximos en España
e Italia entre las mujeres de 30-34 años, y con valores superiores entre las mujeres de
35-39 que entre las de 20-24. En Francia, en cambio, la tasa del grupo 25-29 sigue
siendo, por poco, la más elevada (figura 5).
En los países de la ribera sur la caída del ISF ha sido más espectacular. Se partían
de valores extremadamente elevados y pre-transicionales a inicios de los años setenta,
por encima de los siete hijos por mujer (figura 4). El descenso se inicia a finales de los
sesenta en Túnez y Marruecos, un poco más tarde en Argelia, con una rápida transición
hasta los valores actuales de 2,38 en Argelia y Marruecos, y 1,86 en Túnez, tasa incluso
menor que la que presenta Francia en la actualidad. Por edades las tasas de fecundidad
de ambas orillas son cada vez más similares, aunque en el sur el peso de la fecundidad
en el grupo de edad 20-24 es aún elevado. Las diferencias actuales en la fecundidad
de los seis países son actualmente reducidas, y según las proyecciones éstas tenderán
a igualarse aún más. El contraste entre ambas orillas está marcado por el final de la
transición demográfica en los países del sur (Reher, 2004), y lo que se conoce como
Segunda Transición Demográfica en los países del norte (Van de Kaa, 1994).
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
57
Figura 2. Pirámides de edad de los países mediterráneos, 1960-2010
Francia
1960
Italia
España
Argelia
Marruecos
Túnez
Francia
2010
Italia
España
Argelia
Marruecos
Túnez
Fuente: World Population Prospects: The 2008 Population Database.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
58
Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
Figuras 3 y 4. Evolución de los nacimientos en España, Francia e Italia, 1960-2008,
y del índice sintético de fecundidad (ISF, número medio de hijos por mujer), 1960-2050.
Nacimientos
ISF
Fuente: Nacidos vivos, con datos de Eurostat, INSEE y el INE; World Population Prospects: The 2008
Population Database.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
59
Figura 5. Tasas de fecundidad por edades, 2005-2010
Fuente: World Population Prospects: The 2008 Population Database.
3.2. Tamaño generacional y efectivo de migrantes
Las cifras de nacimientos son el elemento básico para conocer los efectivos de
población que llegaran al mercado laboral, en un contexto de baja mortalidad como
el actual. Sobre este sustrato poblacional se irán añadiendo los efectivos de población
extranjera llegados por migración internacional. Como se verá en la comparación entre los tres países de la ribera norte, son los efectos de momento, correspondientes a
los ciclos económicos, y no los de generación los que explican la llegada de nuevos
contingentes de inmigrantes, que se añadirán a generaciones más o menos vacías en
función de un pasado determinado por la fecundidad (figura 6).
Para España, en enero de 2008 figuran en las edades activas 4,268 millones de
extranjeros, un 13,4% de la población. En el grupo 30-34 es donde se observa un
mayor número de efectivos españoles, es decir, son aquellos nacidos entre 1974 y
1978, justo antes del descenso de la fecundidad, grupo de edad al que se suman 766
mil extranjeros, que significan un total del 18,5% de la población de este grupo de
edad (4,136 millones de personas). El grupo 25-29, con 2,937 millones de españoles,
ejemplifica el descenso de la natalidad española, grupo al que se añaden 776 mil extranjeros, un 20,9% de los 3,714 millones de personas en estas edades. En Italia, por
su parte, encontramos 2,702 millones de extranjeros, un 6,9% de la población activa,
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
60
Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
Figura 6. Población residente en España, Francia e Italia según la edad y la nacionalidad
España
Italia
Francia
Fuente: Para España, datos del INE a 1 de enero de 2008; para Italia datos del ISTAT a 1 de enero de 2008,
y para Francia datos del INSEE, del Censo de 1999.
según los datos de la Popolazione Straniera Residente, fuente que recoge los extranjeros
legales (a diferencia del Padrón continuo español, que incorpora a todos los presentes)
y que, por lo tanto, en comparación con los datos españoles, puede presentar un cierto
subregistro. El grupo con más efectivos es el de las generaciones nacidas entre 1964
y 1968, al que se suman 351 mil extranjeros, para alcanzar los 4,915 millones de personas. Las cohortes nacidas más tarde muestran un descenso importante en el número
de italianos, producto de la caída de la natalidad, descenso que tan sólo se compensa
parcialmente con el incremento de extranjeros. Es en el grupo de edad 25-29 donde el
peso de los extranjeros es mayor, del 12,8%, cuando a los 3,204 millones de italianos
se suman 411 mil extranjeros, con un total de 3,615 millones de personas. La fuerte
caída de la natalidad italiana produce generaciones cada vez más reducidas, que no
se ven compensadas con el aporte de extranjeros.
La comparación entre los datos españoles e italianos nos muestra como el máximo
número de población de un grupo de edad se corresponde con los respectivos baby
booms, los cuales se diferencian en casi diez años, por el retraso español en el descenso
de la fecundidad. En cambio, aunque este descenso se produjo antes en Italia y con
mayor intensidad, el número de extranjeros es menor. De una forma similar, encontramos como en España los efectivos más importantes de extranjeros coinciden con las
edades con mayores efectivos de españoles. Los extranjeros, con independencia del
país de destino, muestran un perfil demográfico muy similar en cuanto a las edades,
con máximos entre los 25 y 34 años, como producto de su recién incorporación en
dos países, España e Italia, que se caracterizan por un intenso crecimiento de los flujos
migratorios internacionales en los años recientes, con independencia de sus estructuras
por edad de la población inicial.
En el caso francés, la situación española se vuelve a reproducir. La generación
más llena, la de los 35-39 años en 1999, es la que presenta al mismo tiempo un mayor
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
61
número de extranjeros, con 4,024 millones de franceses y 315 mil extranjeros, en un
país donde las fluctuaciones entre generaciones son poco importantes.
4. Diferencias en educación y participación laboral
como factores que intervienen en los flujos migratorios
entre regiones mediterráneas
4.1. El papel del nivel educativo y de la participación
en un mercado laboral segmentado.
Más allá de las disparidades existentes en el nivel de desarrollo entre ambas riberas
del Mediterráneo, y de las diferencias en sus estructuras demográficas, los autores han
demostrado, en trabajos precedentes (Domingo y Gil Alonso, 2007; Gil Alonso
y Domingo, 2008), que es la promoción educativa, laboral y por ende, social, de la
población —especialmente de la femenina y joven— de los países de la orilla norte,
lo que ha provocado un incremento de la atracción de migrantes procedentes de países
menos desarrollados, entre ellos los procedentes del Magreb. La diferente intensidad
entre los tres países del crecimiento migratorio, está relacionada principalmente con
la intensidad en las mejoras de los niveles educativos y las expectativas de jóvenes y
mujeres en cada uno de los tres países.
En el contexto de un mercado laboral fuertemente segmentado, los inmigrados, por
lo general, han ocupado los empleos más bajos en la escala laboral, más duros, peor
pagados o menos prestigiosos, que los trabajadores autóctonos ya no quieren hacer, así
como aquellos puestos de trabajo ligados a tareas reproductivas (servicio doméstico,
cuidado de niños, ancianos y discapacitados) que antes efectuaban las mujeres nativas,
especialmente en países con servicios sociales menos desarrollados y con una división
tradicional de los roles de género más férrea, como España e Italia (King y Zontini,
2000; Parella, 2003). Dado que las mujeres autóctonas tienen ahora, especialmente
en las generaciones más jóvenes, un nivel de instrucción muy superior al de las cohortes
anteriores e incluso más elevado que sus coetáneos masculinos, se están incorporando
con fuerza al mercado de trabajo. Esto genera a su vez una demanda laboral para realizar los trabajos reproductivos que está siendo cubierta, principalmente, por mujeres
inmigrantes. Por lo tanto, los dos procesos fundamentales en la construcción de este
mecanismo de promoción (de la población autóctona) y de segregación (de los recién
llegados de nacionalidad extranjera) han sido: 1) la mejora del nivel educativo de las
mujeres de los países receptores, especialmente de las españolas e italianas, pues las
francesas ya partían de un nivel de instrucción más elevado; y 2) la existencia de un
mercado de trabajo segregado (Piore, 1979), en el que los trabajadores autóctonos e
inmigrados han ocupado nichos laborales diferenciados —las mejores posiciones para
los primeros y las peores para los segundos— con la excepción de determinados sectores
donde han concurridos ambos colectivos de trabajadores. Veamos estos dos puntos con
más detenimiento para comprender como son los factores educativos y laborales, y no
los puramente demográficos, los que alimentan los flujos migratorios entre ambas orillas.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
62
Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
4.2. Las diferencias en la educación como factores de expulsión
y atracción para los flujos transmediterráneos
Los autores defienden (Domingo y Gil Alonso, 2007) que la llegada de inmigración extranjera ha sido «complementaria» de la promoción educativa y laboral de la
población autóctona. Esta complementariedad no significa que el proceso sea igualmente
positivo para ambas poblaciones, sino que ambos procesos se han retroalimentado de
tal manera que la magnitud y la importancia de uno no se explica sin la del otro. Se
ha formado así un efecto de aspiración alimentado por la mejora progresiva del nivel
educativo de la población del país de recepción, y en particular de las mujeres. La figura
7 permite observar esta mejora educativa de la población femenina de España, Francia
e Italia al comparar, utilizando datos de la European Union Labour Force Survey de
Eurostat, los niveles educativos —bajo, medio y alto— de las cohortes que en el primer
trimestre de 2009 tenían entre 25 y 29 años y entre 55 y 64 años. También se incluyen,
en el círculo interior, los datos correspondientes a los hombres de las mismas cohortes, para tener así un punto de contraste con el que ponderar el importante incremento
experimentado por el nivel educativo de las mujeres. Los principales resultados son:
– La población femenina, que partía con peores niveles educativos que los hombres en las cohortes más antiguas, han superado a éstos en las generaciones
más jóvenes, y ello en los tres países. No sólo presentan mayores porcentajes
de población con educación universitaria, sino menores proporciones con bajo
nivel educativo.
– Francia es el país donde tanto los hombres como las mujeres jóvenes poseen
mejor nivel educativo; también es donde se encuentran las cohortes maduras
más instruidas.
– España tiene las cohortes maduras con peor nivel de instrucción, especialmente entre las mujeres, donde 3 de cada 4 tienen un nivel educativo bajo. Sin
embargo, las cohortes jóvenes muestran porcentajes elevados de educación
universitaria, solo algo inferiores a los franceses, lo que demuestra que este
país ha experimentado un gran avance en el nivel educativo de sus jóvenes
generaciones, especialmente entre las mujeres.
– Italia, al contrario que España, es el que muestra un menor avance en la mejora de
su capital humano, con menores diferencias educativas entre las cohortes mayores
y las jóvenes, si bien las que tienen un nivel educativo bajo son un porcentaje
inferior al existente en España, donde ha aumentado más el nivel universitario.
Por lo tanto, en los tres países de la ribera norte el nivel educativo de la población
ha progresado mucho, sobre todo entre las féminas, con mayores progresos en España,
un mejor nivel de partida y global en Francia y un menor avance, aunque también
importante, en Italia. Como veremos después, esto está relacionado con una mayor
entrada de las mujeres en el mercado de trabajo.
Por el contrario, en los países del Magreb, aunque también se ha producido una
significativa mejora del nivel educativo entre las cohortes jóvenes, predomina la poCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
63
Figuras 7. Cambios en el nivel de instrucción (cohortes entre 25-29 y 55-64 años) en España,
Francia e Italia, 2009
Fuente: Eurostat EU-LFS data (1st quarter 2009).
blación con bajo nivel educativo, con elevados niveles de analfabetismo heredados del
pasado, especialmente entre las mujeres y los sectores más desfavorecidos (Fergany,
2009: 131). Esta es una característica común con el conjunto de los países árabes,
donde, a pesar de los progresos realizados en materia educativa, no se han alcanzado
los niveles educativos y de acceso al conocimiento de otras regiones del mundo en
desarrollo, como Asia Oriental o América Latina (Al-Sayyid, 2009: 26). Estos son
los principales indicadores educativos recogidos por el Demographic Yearbook de la
División de Población de las Naciones Unidas respecto a los tres países analizados:
– Argelia presenta una importante reducción de los niveles de analfabetismo,
especialmente entre las mujeres, donde la tasa de alfabetización entre las
mayores de 10 años ha pasado del 43% en 1987 al 80% en 1998, superando
incluso la de los hombres (72%). Estas mejoras se han dado sobre todo entre
las cohortes más jóvenes, con un 93% entre las mujeres de 20-24 años (a
comparar con el 37% entre las mujeres de 65-69 años). De todas formas, sólo
el 14% de los hombres habían completado educación secundaria, y sólo el 5%
educación universitaria en 1998. Entre las mujeres las cifras son incluso más
reducidas: 12% y 4%.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
64
Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
– Marruecos presenta cifras más negativas, especialmente entre las mujeres, pues
solo el 33% de la población femenina mayor de 10 años estaba alfabetizada en
1994 (51% en las áreas urbanas por sólo 11% en las rurales), a comparar con
el 59% entre los hombres. En 2004 la situación era algo mejor, con un 45%
de mujeres alfabetizadas y un 69% de hombres, existiendo además muchas
diferencias según las cohortes: alrededor de la mitad de las mujeres y tres de
cada cuatro hombres de 25-29 años saben leer y escribir, por un 31% de los
hombres y sólo un 5% entre las mujeres de 65-69 años.
– Túnez, con datos de 2004, presenta niveles de alfabetización femenina (69%
entre la población mayor de 10 años) inferiores a los masculinos (77%) y
algo menores a los argelinos. Sin embargo, también aquí se aprecia una progresiva mejora de la educación, pues el 90% de las mujeres entre 20-24 años
están alfabetizada, a comparar con el 15% entre las de 60-64 años. Aunque
un tercio de los hombres y un 21% de las mujeres han completado educación
secundaria —por lo tanto, más que en Argelia—, el porcentaje de los que han
completado la formación universitaria es incluso menor: 6% en hombres y 3%
en mujeres. No obstante, también aquí se observan diferencias por cohortes:
entre los hombres de 25-29 años hay un 34% con educación secundaria y un
10% con universitaria, siendo los porcentajes 22% y 5% para las mujeres de
la misma cohorte, a comparar con unos porcentajes masculinos de 4% y 1%,
y femeninos de 1% y 0,1% entre el grupo de 65-69 años de edad.
Por lo tanto, pese a los progresos realizados en las últimas décadas, todavía los
resultados educativos son insatisfactorios, especialmente entre las mujeres, con pervivencia de un sector de población todavía sin alfabetizar y con porcentajes bajos,
incluso entre las cohortes jóvenes, de quienes han conseguido acabar la enseñanza
secundaria y universitaria. De los tres países analizados, parece ser Marruecos el que
presenta mayores déficits educativos, siendo la situación algo mejor en Argelia y Túnez.
Los déficits educativos de la población que vive en Argelia, Marruecos y Túnez
tienen su reflejo en el de los inmigrantes de dichas nacionalidades que residen en los
tres países europeos analizados. La tabla 3 muestra que la mayoría —entre un 55%
y un 78%, dependiendo de países y nacionalidades— tienen un nivel educativo bajo,
aunque también es verdad que hay una sobrerrepresentación de los que tienen formación
universitaria, si los comparamos con los porcentajes existentes en los países de origen.
Quizá porque son los que están más predispuestos, si no encuentran oportunidades
laborales en sus países de origen, a emigrar a otros países donde tal vez su nivel de
capacitación sea más valorada por el mercado de trabajo (Fergany, 2009). En efecto,
sistemas educativos con planes de estudio anticuados, poco flexibles y pobremente
adaptados a las necesidades de los mercados laborales locales (Yousef y Dyer,
2009), combinados con economías incapaces de generar puestos de trabajo suficientes
(Vinuesa, 1991), en un momento que coincide, además, con la llegada a edad laboral
de la «plétora demográfica juvenil»1 causada por una profunda transición demográfica
marcada por unas elevadas tasas de fecundidad hasta finales de la década de 1980, son
los causantes de altas tasas de paro así como de subempleo o empleo informal entre
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
65
Tabla 3. Nivel de instrucción (%) de argelinos, marroquíes y tunecinos residentes en España,
Francia e Italia
España
Bajo
Medio
Alto
Francia
Bajo
Medio
Alto
Italia
Bajo
Medio
Alto
Argelinos
Marroquíes
Tunecinos
68%
14%
18%
78%
10%
12%
47%
28%
26%
57%
15%
28%
55%
17%
28%
55%
16%
29%
60%
12%
28%
77%
5%
18%
77%
5%
19%
Nota: bajo nivel de instrucción (ISCED 0-2); nivel medio (ISCED 3-4); nivel alto (ISCED 5-6).
Fuente: Informe MED.2008, con datos del CARIM Mediterranean Migration Report 2006-2007.
los jóvenes de esos países, incluso entre los que tienen estudios universitarios —con
especial incidencia del desempleo entre las mujeres (Fergany, 2009).
En la tabla 3 también se aprecian ciertas diferencias entre los tres países y las
tres nacionalidades analizadas. Francia muestra los extranjeros magrebíes con mejor
nivel educativo, tal vez porque una parte de ellos llevan muchos años residiendo en
ese país, o porque llegaron en edad escolar o ya nacieron en el país, integrándose en
el sistema educativo francés. Con menos diferencias, también los magrebíes parecen
tener mejor nivel educativo en Italia que en España, con una excepción: los tunecinos.
Esto puede deberse a que los ciudadanos de dicha nacionalidad presentes en España
son un número muy pequeño y probablemente respondan en parte a un perfil diferente (estudiantes, cuadros medios o superiores) que los típicos inmigrantes laborales
procedentes de los otros dos países. En general son los marroquíes, especialmente los
residentes en España (que son la gran mayoría de los magrebíes residentes en dicho
país) los que muestran un nivel educativo más bajo, reflejando la situación existente
en el país de origen. El nivel educativo de argelinos y tunecinos es en promedio algo
1. Esta «plétora demográfica juvenil», en la que cohortes de jóvenes en edad laboral representan una
amplia proporción de la población total, puede dar lugar a una «ventana de oportunidad demográfica» en
la que la población en edad activa representa una amplia y creciente mayoría de la población, ofreciendo
la posibilidad de alcanzar mayores niveles de crecimiento per cápita, impulsados por la reducción de los
ratios de dependencia económica, el incremento de la participación laboral y tasas de ahorro e inversión
interna crecientes (Williamson y Yousef, 2002). Para ello se precisa de un entorno político e institucional
adecuado, si no lo que ocurre es un incremento de los niveles de desempleo juvenil y total.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
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Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
Tabla 4. Nivel de instrucción (%) en España, Francia e Italia, por sexo y nacionalidad, 2008.
Nacionales
Extranjeros
No UE-27
Argelia
Marruecos
Túnez
Homb.Muj. Tot. Homb.Muj. Tot. Homb.Muj. Tot. Homb.Muj. Tot. Homb.Muj. Tot. Homb.Muj. Tot.
España
Bajo
Medio
Alto
Francia
Bajo
Medio
Alto
Italia
Bajo
Medio
Alto
50,6 48,2 49,4 45,6 44,0 44,8 53,1 49,9 51,5 67,5 45,1 56,6 76,4 78,4 77,2
21,5 21,8 21,7 35,3 36,7 36,0 32,4 34,2 33,3 32,5 25,1 28,6 18,1 17,7 17,9
27,9 30,0 28,9 19,1 19,3 19,2 14,5 15,9 15,2 0,0 29,8 14,8 5,5 3,9 4,8
–
–
–
–
–
–
–
–
–
31,8 31,8 31,8 51,5 56,0 53,8 50,9 59,0 55,0 58,7 74,2 65,2 56,5 73,7 65,1 47,8 59,5 53,4
44,5 40,7 42,6 29,6 22,4 26,0 29,7 21,6 25,5 29,0 15,8 23,5 26,9 16,4 21,6 32,7 11,2 22,5
23,6 27,5 25,6 18,9 21,6 20,3 19,5 19,4 19,4 12,2 10,0 11,3 16,7 9,9 13,2 19,5 29,3 24,1
48,6 46,6 47,6 55,7 46,6 51,0 62,2 54,7 58,6 61,1 60,8 61,0 72,2 75,9 73,7 73,6 70,8 72,8
39,8 39,3 39,6 36,9 40,0 38,5 31,1 33,1 32,1 33,5 11,9 28,5 22,0 20,3 21,3 20,2 22,8 21,0
11,6 14,0 12,8 7,5 13,4 10,5 6,7 12,1 9,3 5,4 27,3 10,5 5,8 3,8 5,0 6,2 6,5 6,3
Nota: Se ha simplificado el nivel de instrucción en tres variables: Bajo —menor a secundaria (ISCED 0-2);
Medio —Secundaria (ISCED 3-4); Alto —Tercer grado. (ISCED 5-6).
Fuente: European Union Labour Force Survey (EU-LFS), 2008.
más elevado, aunque los niveles más bajos se encuentran entre los argelinos residentes
en España y los tunecinos en Italia.
La tabla 4 muestra la información que se ha podido extraer de la European Union
Labour Force Survey (EU-LFS) correspondiente a los datos anuales de 2008, y permite
observar las disparidades existentes por sexo además de comparar las características
de las tres nacionalidades analizadas con las de la población autóctona, el conjunto
de los extranjeros y el de los que no son ciudadanos de la UE (no hay datos para los
tunecinos residentes en España debido al escaso número de los incluidos en la muestra).
Respecto a las diferencias entre hombres y mujeres, los hombres siempre tienen
un mejor nivel académico que las mujeres entre los marroquíes y entre los argelinos
residentes en Francia, pero aparentemente no entre los argelinos residentes en España
e Italia, donde hay un elevado porcentaje de mujeres (más de una cuarta parte) con
nivel universitario. Se trata de poblaciones pequeñas y probablemente su perfil migratorio —con sobrerrepresentación de estudiantes y profesionales— no coincide con
el de la mayoría de las migrantes magrebíes. Sin embargo, merece remarcarse este
hecho. El porqué de su emigración se podría explicar, como se ha comentado antes,
por los elevados niveles de desempleo existentes en los países de origen, que afectan
especialmente a las mujeres con mayor nivel educativo. En efecto, aunque las tasas
de desempleo globales han disminuido en la mayoría de los países árabes en el primer quinquenio del siglo XXI, las tasas de paro femenino han aumentado en muchos
de ellos, siendo las mujeres con más formación las que padecen mayores niveles de
desempleo (Nabli et al. 2009).
La comunidad tunecina es la que muestra menos diferencias entre hombres y
mujeres, aunque en Francia hay un mayor porcentaje de mujeres con nivel educativo
alto que hombres, pero también están sobrerrepresentadas entre las de nivel educativo
bajo, por lo que quizás nos encontramos de nuevo ante la existencia de un perfil de
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
67
inmigrantes estudiantes y profesionales de manera paralela a la mayoritaria presencia
de un stock de inmigrantes con un perfil más «tradicional» con bajo nivel educativo.
La comparación de los ciudadanos magrebíes residentes en los tres países con los
autóctonos, el conjunto de extranjeros y los no comunitarios también ofrece resultados
interesantes. En general, el conjunto de extranjeros, y especialmente los que no son
ciudadanos de la UE, tienen en promedio un nivel educativo más bajo que los nacionales de Francia, Italia y España. Este último país es la única excepción parcial, pues
las españolas tienen una mayor proporción de población con educación primaria que
el conjunto de las extranjeras, aunque esto se debe al mayor peso en las primeras de
las generaciones de más edad. El punto que queríamos remarcar aquí, sin embargo, es
el menor nivel educativo que los ciudadanos de los tres países magrebíes analizados
muestran respecto al conjunto de los extranjeros y de los extracomunitarios, y tanto
para los hombres como, sobre todo, para las mujeres, con las excepciones parciales
—y poco numerosas— ya comentadas de las argelinas en España e Italia y las tunecinas en Francia.
En resumen, la información disponible confirma que, mientras las mujeres autóctonas han mejorado mucho su nivel educativo, las magrebíes también lo han hecho
ciertamente, pero en una magnitud mucho menor. Predominan las mujeres con bajo
nivel educativo tanto en los países de origen como entre las comunidades más numerosas residentes en España, Francia e Italia. Existen excepciones puntuales pero que
no rompen la regla del predominio del bajo nivel educativo entre las migrantes. Los
hombres magrebíes están en una situación relativamente mejor que las mujeres, pero
también tienen peores niveles educativos que los autóctonos o que los extranjeros
procedentes de otros puntos geográficos. En conjunto, el porcentaje de migrantes
de ambos sexos altamente cualificados con respecto a los flujos migratorios totales
procedentes del Magreb no es muy elevado, y es menor que entre los inmigrantes de
otras regiones del mundo (Johansson, 2009: 346), por lo que parten en situación
de desventaja a la hora de progresar en el mercado de trabajo de los países de acogida.
En efecto, es cierto que los inmigrantes procedentes del Este de Europa o de Latinoamérica, que tienen en promedio un mejor nivel educativo que los norteafricanos,
están empleados mayoritariamente en puestos de trabajo poco o nada cualificados,
por lo que padecen el fenómeno conocido como «sobrecualificación». Sin embargo,
el bajo nivel educativo de los emigrantes magrebíes les confina especialmente en este
tipo de puestos y les impide progresar hacia otras posiciones más elevadas de la escala
laboral, como veremos en el siguiente apartado.
4.3. La participación laboral de los extranjeros en Francia, Italia y España:
¿Cuál es el rol de los inmigrantes magrebíes en los mercados laborales
sur europeos?
Los países árabes de la cuenca mediterránea registran unos de los niveles de paro
más elevados del mundo (Awad, 2009, citando a El Ehwany, 2007). Y aunque las
tasas de desempleo existentes en Argelia, Marruecos y Túnez han mostrado una tenCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
68
Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
Tabla 5. Tasas de desempleo (%) según el sexo, Argelia, Marruecos y Túnez. 2000 y 2005.
Mujeres
Hombres
Países
2000
2005
2000
2005
Argelia
Marruecos
Túnez
31,4
26,7
15,9
21,3
24,8
17,2
26,6
19,8
15,1
19,8
16,3
12,9
Nota: Los datos marroquíes son solo para áreas urbanas.
Fuente: Nabli, Silva-Jáuregui, Johansson de Silva (2009).
dencia descendente en la presente década, siguen siendo muy elevadas, especialmente
entre las mujeres (tabla 5).
No sólo eso, sino que la población con mejor nivel educativo padece mayores
tasas de paro. A modo de ejemplo, las mujeres argelinas con educación superior tenían
un 28% de paro en 2006, por solo un 3% las mujeres sin formación y un 10% las
que tenían educación primaria (Nabli et al., 2009: 171). Esto, junto a los elevados
niveles de subempleo existentes, los bajos salarios, la falta de oportunidades educativas
y laborales, la situación política son factores todos ellos que empujan a los jóvenes a
la emigración, vista como una vía de escape (Fergany, 2009). Sin embargo, como
se verá a continuación, la situación laboral que les espera en España, Francia o Italia
no es excesivamente mejor.
La Tabla 6, realizada, como las del resto de este capítulo, con datos de la EU-LFS
correspondientes al año 2008 (media anual) permite analizar las características de la
integración de los ciudadanos de los tres países magrebíes analizados en los mercados
laborales de España, Francia e Italia. En primer lugar destacan los desiguales niveles de
actividad que muestran los hombres y mujeres magrebíes. Mientras los primeros tienen
tasas de participación similares, o incluso superiores, a los trabajadores nacionales y a
los extranjeros de otras nacionalidades (con la excepción de los marroquíes residentes
en España, que muestran tasas excepcionalmente bajas), las mujeres se caracterizan por
tener unas tasas de actividad muy bajas, mucho menores que las mujeres autóctonas
y, por supuesto, que las mujeres extranjeras, que son, en Italia y España, quienes más
participan en el mercado de trabajo.
Son las marroquíes en España y Francia, y las tunecinas en este último país,
las que tienen las tasas de actividad más elevadas, pero con valores en torno a un
40%, mientras que es en Italia donde la integración de las mujeres magrebíes en el
mercado de trabajo es menos significativa. En consecuencia, las tasas de empleo de
las magrebíes también son muy bajas, y apenas igualan o superan el 30% en el caso
de las argelinas en España y las tunecinas en Francia. Las tasas de ocupación de los
hombres magrebíes son más elevadas que las de sus compatriotas femeninas pero, sin
embargo, y a diferencia de lo que ocurría con los niveles de actividad, sus tasas de
empleo también son sensiblemente inferiores que las de los activos nacionales y que
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
69
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
Tabla 6. Tasas de actividad, empleo y desempleo en España, Francia e Italia según
nacionalidad y sexo, 2008
España
Nacionales
Hombres
Mujeres
Total
Extranjeros
Hombres
Mujeres
Total
No UE-27
Hombres
Mujeres
Total
Argelia
Hombres
Mujeres
Total
Marruecos
Hombres
Mujeres
Total
Túnez
Hombres
Mujeres
Total
Francia
Italia
T.
T.
T.
T.
T.
T.
T.
T.
T.
Empleo desmp. Activid. Empleo desmp. Activid. Empleo desmp. Activid.
73,5
54,3
64,0
8,9
12,2
10,3
80,7
61,8
71,4
70,5
61,7
66,1
6,6
8,1
7,3
75,5
67,1
71,3
69,5
46,8
58,1
5,6
8,3
6,7
73,6
51,0
62,3
72,3
57,0
64,5
17,0
18,0
17,5
87,1
69,5
78,2
66,2
46,9
56,4
13,3
14,4
13,7
76,4
54,8
65,4
81,9
52,8
67,1
6,0
11,9
8,5
87,1
59,9
73,3
71,0
58,3
64,5
18,5
18,7
18,6
87,1
71,7
79,2
59,8
39,3
49,3
18,6
21,0
19,6
73,4
49,7
61,3
81,5
49,8
66,2
6,4
12,7
8,8
87,2
57,1
72,6
57,7
30,1
45,5
21,8
0,0
26,5
73,9
30,1
61,8
59,5
26,9
45,8
21,4
25,0
22,3
75,7
35,9
59,0
79,2
0,0
60,9
11,5
100,0
16,8
89,5
19,1
73,2
66,0
26,1
49,9
25,1
34,2
27,2
88,2
39,7
68,5
51,3
29,4
40,3
20,9
25,8
22,7
64,9
39,6
52,2
79,3
27,8
59,1
7,8
21,7
10,7
86,0
35,5
66,2
–
–
–
–
–
–
–
–
–
60,1
31,9
467
18,1
26,3
21,0
73,3
43,3
59,1
76,3
24,4
60,5
13,1
19,7
14,0
87,8
30,4
70,3
Fuente: European Union Labour Force Survey (EU-LFS), con datos de 2008.
las de los extranjeros, incluidos los extracomunitarios. Aquí la excepción la constituye Italia, pues las tasas de empleo de empleo de marroquíes, argelinos y tunecinos
superan a las de los propios italianos, aunque no a las del conjunto de extranjeros.
Peor es la situación en Francia y en España, países donde sólo entre la mitad y dos
tercios de los magrebíes tienen un empleo. Ello se traduce, evidentemente, en tasas
de desempleo muy elevadas —mayores que las de los nacionales y el conjunto de
extranjeros—, sobre todo teniendo en cuenta que los datos, que son un promedio de
las cuatro oleadas de la LFS en 2008, todavía no reflejan el impacto de la actual crisis
económica global en toda su intensidad.
Las tasas de paro más elevadas corresponden a las mujeres (en comparación con
los hombres), el colectivo marroquí (respecto a las otras nacionalidades) y España
(en comparación con los otros países de destino). No es extraño pues, que sean
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
70
Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
las marroquíes residentes en España las que tienen una tasa más elevada: el 34% 2.
También las tasas de desempleo son muy elevadas en Francia, superiores siempre
al 21% y sólo las de Italia son relativamente menores, especialmente entre los
hombres (7,8% en los marroquíes, 11,5% en los argelinos) aunque siempre mucho
mayores que las de los propios italianos y que la del conjunto de los extranjeros y
los extracomunitarios.
En resumen, el colectivo magrebí en España, Francia e Italia se caracteriza,
en comparación con los otros extranjeros, por una baja integración femenina en el
mercado de trabajo, unas tasas de empleo menores y unas tasas de desempleo mucho
mayores, de nuevo con las mujeres en posición más negativa. El colectivo marroquí
parece estar en una situación algo peor que los otros dos, y España —justamente el
país con mayor peso relativo de los marroquíes— presenta el nivel de desempleo más
elevado, mientras que Italia se encuentra en el otro lado, con mayores tasas de empleo
(masculinas, pero no femeninas) y menores de desempleo.
Esta mala posición relativa de los magrebíes en los tres países analizados respecto
al grado de integración en el mercado de trabajo se intensifica cuando se analiza en qué
sectores de actividad encuentran empleo. La tabla 7 muestra los resultados de dicho
análisis, para lo que se ha procedido a analizar conjuntamente las tres nacionalidades.
En efecto, al incluir la muestra únicamente a los que tienen empleo, y desagregar estos
por sector de actividad y sexo, se obtenían submuestras muy pequeñas con resultados
poco creíbles o simplemente no proporcionados por Eurostat por estar por debajo del
umbral de confidencialidad. Para evitar esto (aunque, como se observa en la tabla, todavía hay celdas sin datos), se han agregado los resultados correspondientes a las tres
nacionalidades sin que, en nuestra opinión, ello suponga una pérdida de información
irreparable, pues, como se ha visto en las tablas anteriores, las características laborales
de marroquíes, argelinos y tunecinos tienen mucho en común y son muy diferentes de
las de los otros colectivos analizados comparativamente.
En general, los trabajadores magrebíes de ambos sexos están infrarrepresentados
en los sectores laborales con mayores salarios, en los servicios públicos (educación,
salud) y en el sector público —esto último es relativamente lógico, pues muchos puestos
están reservados a trabajadores nacionales—, mientras que están sobrerrepresentados
en los sectores con puestos de trabajo más duros, más precarios, menos prestigiosos
y peor pagados.
Así, en el caso de los hombres, destaca su presencia en la construcción, el sector
industrial y en aquellos servicios poco intensivos en capital pero intensivos en mano
de obra como hoteles, restaurantes y comercios. Hay peculiaridades en cada uno de los
tres países ligadas a las características de las respectivas economías, como el importante
peso de la construcción en España o de la industria en Italia. Son características que
los trabajadores magrebíes comparten, en general, con la mayoría de los colectivos
2. La tasa correspondiente a las argelinas en Italia, 100% de paro, corresponde a una muestra de
muy pocos individuos y no es, por lo tanto, representativa, como tampoco lo es la de las argelinas en
España, con un increíble 0%.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
71
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
Tabla 7. Población ocupada según sector de actividad (%), en España, Francia e Italia,
por sexo y nacionalidad, 2008
País
España
Francia
Italia
Sector de Actividad
Agricultura y pesca
Contrucción
Admin. Pública, educación y salud
Industria, transporte y minería
Sector financiero e inmobiliario
Hoteles, restaurantes y comercios
Serv. personales y hogares privados
Agricultura y pesca
Contrucción
Admin. Pública, educación y salud
Industria, transporte y minería
Sector financiero e inmobiliario
Hoteles, restaurantes y comercios
Serv. personales y hogares privados
Agricultura y pesca
Contrucción
Admin. Pública, educación y salud
Industria, transporte y minería
Sector financiero e inmobiliario
Hoteles, restaurantes y comercios
Serv. personales y hogares privados
Nacionales
Extranjeros
No UE-27
Magrebíes
Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres
4,9
16,6
13,8
29,3
12,1
19,5
3,8
3,8
11,3
18,9
30,1
13,5
16,3
4,1
4,2
12,2
14,5
32,6
13,4
19,3
3,8
2,6
1,9
29,5
13,6
16,2
26,7
9,6
1,8
1,3
41,9
13,0
13,7
16,9
8,9
2,9
1,2
32,1
18,5
15,9
21,6
7,8
8,8
35,1
2,2
22,0
6,5
20,1
5,3
2,9
31,6
4,1
18,8
15,7
21,5
3,5
4,6
27,0
1,1
36,8
6,7
17,1
6,7
2,9
0,9
6,6
8,2
13,1
32,6
35,6
0,9
1,5
20,7
9,3
20,3
21,7
22,5
1,4
0,5
9,9
14,0
10,1
19,7
44,3
8,8
35,7
1,2
21,1
5,2
22,6
5,3
2,8
25,8
3,8
20,0
13,4
26,5
5,2
4,6
22,8
0,8
37,6
7,3
19,2
7,7
2,6
0,6
4,9
6,2
13,1
32,5
40,0
1,8
0,0
21,0
9,7
20,2
28,6
14,9
1,0
0,6
8,7
13,7
9,5
18,9
47,7
19,7
35,5
0,7
20,3
1,4
21,0
1,3
5,1
28,7
0,0
23,3
12,6
28,4
1,9
5,8
24,7
0,0
42,3
5,0
19,1
3,1
0,0
0,0
3,7
14,4
15,6
30,3
36,1
0,0
0,0
18,9
2,1
38,5
27,2
8,7
0,0
0,0
4,2
23,3
14,8
22,6
35,1
Nota: Los sectores de actividad han sido reconstruidos por los autores basándose en la NACE clasificación
rev. 1.1.
Fuente: European Union Labour Force Survey (EU-LFS), con datos de 2008.
extranjeros, especialmente extra-comunitarios, aunque ciertas diferencias entre ellos,
como el excesivo peso de los trabajadores de origen magrebí en el sector agrícola en
España —hecho que fue resaltado hace ya más de una década por Cohen (1995: 293), o
en la construcción y la industria en Francia e Italia, podrían ser quizás indicios de una
peor posición relativa de estas nacionalidades respecto al conjunto de los extranjeros.
Lo mismo se puede decir de las mujeres, aunque en este caso se aprecia una
diferencia entre España e Italia, por un lado, y Francia por el otro. Así, el servicio
doméstico es el sector predominante en los dos primeros países, con más de un tercio
de las mujeres magrebíes trabajando en dicho sector. Siguen, a distancia, el sector
hotelero y comercial, la industria y el sector financiero-inmobiliario. Este último destaca, por el contrario, en Francia, seguido por los hoteles, restaurantes y comercios, y
la administración, educación y salud. Por el contrario, el peso del servicio doméstico
es relativamente pequeño. Estas diferencias significativas cabe atribuirlas a la mayor
antigüedad de la presencia magrebí en Francia, lo que habría propiciado una mayor
integración de estas mujeres —recordemos, del pequeño porcentaje de ellas que son
activas— en el mercado de trabajo francés y en determinados sectores, como la administración pública, la educación y la salud, que en España e Italia están básicamente
reservados para las mujeres autóctonas.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
72
Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
Tabla 8. Distribución por estatus ocupacional de la población ocupada en España,
Francia e Italia según el sexo y la nacionalidad, 2008
País
España
Francia
Italia
Ocupación
Nacionales
Extranjeros
No UE-27
Magrebíes
Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Direc. de emp. y de la Adm. Púb.
Téc. y profesionales cientif. e intelec.
Téc. y profesionales de apoyo
Empleados de tipo administrativo
Trab. cualif. en el sector primario
Serv. personales, restaur. y comercio
Obreros de instalc. y maq., montadores
Artesanos y trab. cualif. industria, constr.
Trabajadores no cualificados
Direc. de emp. y de la Adm. Púb.
Téc. y profesionales cientif. e intelec.
Téc. y profesionales de apoyo
Empleados de tipo administrativo
Trab. cualif. en el sector primario
Serv. personales, restaur. y comercio
Obreros de instalc. y maq., montadores
Artesanos y trab. cualif. industria, constr.
Trabajadores no cualificados
Direc. de emp. y de la Adm. Púb.
Téc. y profesionales cientif. e intelec.
Téc. y profesionales de apoyo
Empleados de tipo administrativo
Trab. cualif. en el sector primario
Serv. personales, restaur. y comercio
Obreros de instalc. y maq., montadores
Artesanos y trab. cualif. industria, constr.
Trabajadores no cualificados
9,7
10,6
13,4
5,9
3,4
9,6
14,3
23,9
8,6
9,9
13,3
18,3
5,9
4,4
6,5
13,5
19,3
6,1
9,2
9,8
19,6
8,1
2,5
8,3
11,3
22,3
7,1
6,6
18,5
15,0
15,6
1,5
22,8
3,0
2,2
14,7
6,9
12,3
21,1
19,5
1,7
19,9
3,1
2,1
12,6
6,9
12,6
27,0
18,6
1,3
16,1
3,8
5,4
8,2
5,1
4,0
6,0
1,9
2,4
10,6
10,6
36,4
22,7
10,3
10,2
7,0
3,5
2,9
6,8
13,4
36,8
9,0
3,3
1,5
3,0
3,4
2,8
6,4
16,3
41,4
21,9
3,2
4,2
4,5
7,1
0,0
29,3
2,2
1,6
47,9
5,9
8,9
10,4
8,4
1,5
19,4
3,8
2,3
39,3
3,0
2,5
7,2
3,4
0,4
21,5
5,2
8,0
48,9
3,4
1,8
5,2
1,6
2,1
11,2
10,5
36,9
26,8
9,9
9,2
5,8
2,5
2,5
9,7
16,7
31,0
12,8
3,5
0,8
2,5
3,4
2,5
7,2
17,0
38,1
24,9
2,6
2,2
2,4
6,2
0,0
30,9
1,6
1,4
52,7
6,0
8,0
9,0
9,3
1,3
23,3
4,6
2,3
36,3
3,2
1,2
4,5
2,4
0,3
21,4
6,1
7,9
53,1
3,5
0,0
0,0
0,0
4,2
10,8
9,0
34,4
38,2
9,6
6,2
1,5
1,6
4,3
9,9
19,2
34,6
13,1
1,1
0,0
2,5
3,5
2,4
4,9
18,3
40,3
27,0
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
33,6
0,0
0,0
66,4
0,0
8,4
0,0
9,5
0,0
29,7
0,0
0,0
52,4
2,0
0,0
1,8
1,3
0,0
28,0
7,6
17,9
41,4
Nota: Las categorías se basan en la clasificación ISCO 88.
Fuente: European Union Labour Force Survey (EU-LFS), con datos de 2008.
De todas formas, una mayor diversificación sectorial no significa necesariamente
que dichas mujeres ocupen puestos más elevados en la escala laboral3, por lo que tiene
mucho interés analizar la distribución de las ocupaciones en cada colectivo nacional (tabla
8). Los resultados son concluyentes: tanto en Francia como en España o en Italia, los
hombres trabajan mayoritariamente como trabajadores no cualificados o como artesanos,
así como vendedores del comercio en España y trabajadores industriales en Francia e
Italia. Por el contrario, apenas están representados entre los directivos, los profesionales,
los administrativos o los técnicos y científicos, ocupaciones que sí presentan un mayor
peso en el conjunto de los extranjeros y, por supuestos, entre los trabajadores autóctonos.
Entre las mujeres, la segregación es incluso mayor, con una gran concentración de
las magrebíes en sólo dos tipos de ocupaciones: trabajadoras no cualificadas (el primer
3. En efecto, la clasificación NACE indica el sector económico en el se sitúa la empresa que ocupa
al trabajador, pero no el tipo de puesto de trabajo que éste ocupa.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
73
puesto, y con diferencia, en los tres países) y vendedoras en comercios. De nuevo hay
especificidades: el mayor peso de las manufacturas de Italia se refleja en una mayor
presencia de las magrebíes como operarias industriales o artesanas, mientras que la
mayor antigüedad de su presencia en Francia tal vez esté detrás del mayor número de
profesionales y administrativas que se observa en ese país.
En todo caso son excepciones a la regla de que los trabajadores de origen magrebí
suelen ocupar, en su mayoría, puestos bajos en la escala laboral en aquellos sectores
que, como el servicio doméstico, la agricultura intensiva, la construcción o turístico,
tienen abundancia de puestos de trabajos inseguros, precarios y/o temporales, poco
especializados y mal remunerados. Esta desproporcionada presencia de los magrebíes
entre los trabajadores no cualificados debe de estar sin duda relacionado con el bajo
nivel educativo que presenta, en promedio, este colectivo, como se vio en el apartado
anterior, y especialmente las mujeres, muchas de las cuales ni siquiera entran en el
mercado de trabajo o presentan tasas de desempleo muy elevadas. A todo ello se ha
de sumar las pésimas condiciones de trabajo y de seguridad laboral que deben afrontar
muchos trabajadores magrebíes, las malas condiciones de vivienda, o la discriminación
específica que padecen muchos norteafricanos (Awad, 2009). Son todos ellos factores
más difíciles de medir, pero que afectan igualmente a la (falta de) integración laboral
en los países de destino.
Las especificidades del mercado de trabajo español, con un peso excesivo de los
sectores con puestos de trabajo precarios antes mencionados, hace que sean los magrebíes —básicamente marroquíes— residentes en ese país los que se encuentren en
una situación laboral más difícil, con mayor presencia en dichos sectores de actividad
precarios, en los puestos más bajos de la escala ocupacional y con mayores tasas de
desempleo. La situación parece ser algo mejor en Italia, con mayor peso del sector
manufacturero y en Francia, donde la presencia más antigua de dichos colectivos en
el mercado de trabajo francés ha propiciado una mayor presencia, aunque también
minoritaria, en sectores y puestos menos precarios, especialmente entre las mujeres.
5. Conclusiones
Como señala Fernández Cordón (2009), los tiempos de la bomba demográfica
pasaron, siendo el envejecimiento de la población el escenario demográfico determinante
para todos los países situados en ambos orillas del Mediterráneo. El futuro, en términos
de las consecuencias en la estructura de la evolución de la fecundidad y las máximas
diferencias entre los países del Mediterráneo Occidental, ya está determinado, y no
irá más allá de los próximos 15 años. Ese futuro seguirá dependiendo principalmente
de la capacidad del sistema productivo para adaptarse a la intensidad y velocidad que
implica el envejecimiento, tanto respecto al volumen creciente de dependientes como
a la sucesión de generaciones progresivamente menguantes, pero también del sistema
redistributivo de la riqueza en cada una de las sociedades mediterráneas y en las mejoras
en capital humano de las generaciones más recientes, especialmente las femeninas. Las
generaciones vacías de España e Italia están llegando a la edad activa, pero su entrada
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
74
Fernando Gil Alonso, Andreu Domingo i Valls y Jordi Bayona i Carrasco
coincide con la recesión económica con lo cual, en lugar de registrar grandes avalanchas de migrantes acudiendo al reemplazo o a complementar los efectivos no nacidos
debido a la caída de la fecundidad, lo que ya hemos empezado a ver es el descenso
de los flujos migratorios, al dictado del ciclo económico (Domingo et al, 2010).
La comparación entre los diferentes países de la ribera occidental del Mediterráneo,
lo que aporta sobre todo es la necesidad de replantearse las consecuencias de la transición
demográfica, y el marco teórico de la llamada Segunda Transición Demográfica, por
un lado, y a replantearse también el papel de las migraciones en las transformaciones
demográficas en el siglo XXI, por el otro. En este sentido, la formulación clásica de
la llamada teoría de la Segunda Transición Demográfica dio en el clavo cuando situó
las transformaciones en las generaciones femeninas como pieza clave para entender la
evolución de la fecundidad y de la nupcialidad, pero también todos los demás cambios
que afectaron tanto la dinámica demográfica como la estructura de la familia (Van de
Kaa, 1987). Sin embargo, no atinó tanto cuando se propuso explicar las diferencias
regionales, abusando de interpretaciones supuestamente weberianas que discriminarían
a partir de pautas culturales, entre las que la religión ocuparía un lugar central (Lesthaeghe, 1991). Poco entenderemos de esos cambios si desplazamos la atención de
la coyuntura económica en la que se dan, a las raíces culturales en general, o al peso
del catolicismo o el protestantismo en particular. No deberíamos cometer ese mismo
error al intentar comprender y anticipar los cambios sociodemográficos que se están
dando, y los que aún quedan por venir en el Magreb. Si en España e Italia, el retraso
respecto, por ejemplo, a Francia en el descenso de la fecundidad, fue acompañado por
una intensidad tal que llegó a niveles mucho más bajos que los experimentados por
el país galo, ese récord no puede explicarse por el sustrato católico de los primeros
países frente al secular laicismo del tercero. Ni siquiera los cambios en la formación
de la pareja pueden abordarse desde esa óptica. En nuestra opinión, ha sido la mejora
en los niveles de instrucción de las jóvenes generaciones femeninas en Italia y España,
y la voluntad de éstas de insertarse en el mercado de trabajo, por un lado, y el ritmo
de los ciclos económicos, por el otro, los que realmente aparecen como determinantes.
A este respecto, no deberíamos olvidar que parte tanto del «retraso» como de la «intensificación» de los cambios demográficos en España e Italia durante los años setenta
y ochenta, se debieron al efecto estructural de una crisis económica caracterizada por
un impacto brutal sobre la ocupación.
Respecto a la inmigración, el propio Van de Kaa (1991) advertía que este había sido el fenómeno olvidado en la consideración de la supuesta Segunda Transición
Demográfica, y que sin él era imposible entender el conjunto de los cambios acaecidos
en los países desarrollados a partir de finales de los años sesenta. Una vez más, es la
posición de la mujer, y no los déficits relativos en el mercado de trabajo debidos a los
cambios de estructura demográfica, la que nos ayuda a entender fundamentalmente
cómo y por qué ha crecido inusitadamente la inmigración durante el nuevo milenio en
países como España e Italia, y en general en los países europeos mediterráneos que
fueron tradicionalmente emigrantes (Domingo y Gil Alonso, 2007). El paso a
sociedades caracterizadas por lo que la demógrafa Anna Cabré ha llamado «sistemas
complejos de reproducción», entendiendo por tales las sociedades en las que la inCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 47-77
flujos migratorios EN EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL: ¿CAUSAS DEMOGRÁFICAS…
75
migración pasa a ser, no sólo parte fundamental del crecimiento demográfico de las
mismas, sino un factor estructural endógeno de su evolución demográfica, es lo que
hemos experimentado durante los primeros años del siglo XXI.
Los países del Magreb no están lejos de experimentar un cambio similar. De hecho,
como sucedió en España e Italia a partir de mediados de los setenta, la inmigración
internacional es también una realidad en Marruecos, Argelia o Túnez, aunque solo sea
debido al papel fundamental que están jugando como países de paso para la inmigración subsahariana y asiática que pretende llegar a Europa (Khachani, 2006). Como
entonces en España e Italia, la emigración sigue siendo la característica principal de
estos países, sin que los datos disponibles nos hayan permitido evaluar el efecto de
dichas migraciones en la estructura por sexo y edad de las poblaciones de Marruecos,
Argelia o Túnez. Y sin que tampoco se haya abordado el impacto de la emigración sobre
la formación de capital humano en cada uno de los países correspondientes. Por otro
lado, el elevado paro entre las personas de mayor nivel de instrucción, y en particular
entre las mujeres, en el Magreb, es un indicio de la escasa capacidad de estos países
para absorber las mejoras en el nivel de instrucción. Por lo tanto, pone en duda que
la llamada «ventana de oportunidades» —la potencialidad económica de disponer de
una coyuntura demográfica con un elevado porcentaje de población en edad laboral,
producida por el descenso de la fecundidad y el aún escaso envejecimiento— vaya a
aprovecharse a fondo. Paradójicamente, la emigración condenará a parte de esos jóvenes hombres y mujeres magrebíes a ocuparse en trabajos no cualificados (Domingo
y Bayona, 2009). Aunque no se hayan llevado a cabo estudios específicos sobre la
movilidad social de los trabajadores magrebíes en los tres países de la ribera norte,
el descenso en la escala laboral parece ser la primera fase del proceso migratorio
(Cachón, 2009).
En definitiva, la gran lección de lo acontecido en los países septentrionales del
Mediterráneo Occidental respecto a los meridionales no es, como se pretende, el establecimiento de un modelo de evolución demográfica ligada al avance de la modernidad
de cada país en concreto, sino el papel fundamental de la coyuntura económica en la
intensificación de los ritmos del cambio, y como esa peculiar coyuntura, combinada
por los avances en el nivel de instrucción de las nuevas generaciones, especialmente
de las femeninas, van a determinar la idiosincrasia de las transformaciones sociodemográficas en cada país.
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REFLEXIONES IDENTITARIAS EN EL TERRITORIO
CONTEMPORÁNEO. LA CONSTRUCCIÓN COLECTIVA DE
LUGAR. CASO DE ESTUDIO DE LA VEGA DE GRANADA*
María Teresa Zapiain Aizpuru**
Recibido: 16-01-11. Aceptado: 06-07-11. Biblid [0210-5462 (2011-1); 48: 79-108].
PALABRAS CLAVE: Territorio, paisaje, cultura, identidad, Vega de Granada.
KEYWORDS: Territory, landscape, culture, identity, Vega de Granada.
MOTS-CLÉS: Territoire, paysage, culture, identité, Vega de Granada.
RESUMEN
El objetivo del artículo es participar en el debate actual sobre las nociones que nos
conducen al mantenimiento y desarrollo de un territorio con identidad. Para alcanzar dicho
objetivo, y considerando la distinción de significado establecida entre los conceptos de espacio, territorio y paisaje y su relación indisociable con la cultura y la identidad, en su primera
parte, el artículo expone una propuesta teórica de interpretación de los procesos identitarios
vinculados con el territorio como construcción social. En la segunda parte, se presenta algunos de los principales resultados sobre la investigación empírica desarrollada en la «Vega
de Granada». En ésta se explora la influencia de ciertas transformaciones socioeconómicas y
culturales en los procesos de identificación con el lugar. Se concluye enfatizando la importancia
de este tipo de abordajes para el éxito de los planes de ordenación y desarrollo territorial,
proponiendo el estudio no sólo de las dimensiones físicas o sectoriales de un territorio, sino
su significado como lugar.
ABSTRACT
The aim of this article is to take part in the current debate about the different ideas which
lead us to the maintenance and development of a territory with its own identity. To reach that
goal, and considering the different meanings established by the concepts space, territory and
landscape, and their inseparable relationship with the culture and identity, on its first part, the
article shows a theoretical proposal of interpretation about the identity processes linked with
the territory as a social construction. Later, some of the main results about empirical research
performed on the «Vega de Granada» are presented. It has been investigated there the influ-
* Este artículo constituye una adaptación resumida del trabajo de investigación del Máster «Procesos
identitarios en el Paisaje Contemporáneo. Caso de estudio de la Vega de Granada», dirigido por el profesor
Álvaro Sevilla Buitrago (UPM) presentado en la Universidad Politectnica de Madrid en septiembre de
2010.
**. Universidad Politécnica de Madrid. Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Departamento de
Urbanística y Ordenación del Territorio. maitezapiain@hotmail.com
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 79-108
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María Teresa Zapiain Aizpuru
ence about certain socioeconomic and cultural changes on the identification with the territory.
It concludes emphasizing the significance of this kind of approaches for the success of the
distribution and territory development plans, suggesting not just the analysis of the physical or
sectorial dimensions of the territory, but also its meaning as a place.
RESUMÉ
L’objectif de cet article est de participer au débat en cours sur les concepts qui mènent à
la maintenance et le développement d’un territoire à l’identité. Pour atteindre cet objectif, et
compte tenu de la distinction établie dans ce sens entre les concepts d’espace, territoire et du
paysage, et sa relation inséparable avec la culture et l’identité, dans sa première partie, l’article
présente une proposition théorique pour l’interprétation des processus de l’identité liée au territoire
comme une construction sociale. Dans la deuxième partie présente des principales conclusions
des recherches empiriques développées sur la «Vega de Granada». Celle-ci n’explore l’influence
de certaines transformations socio-économiques et culturelles dans le processus d’identification
avec le lieu. Il conclut en soulignant l’importance de ce type d’approche à la réussite des plans
de gestion et d’aménagement du territoire, en proposant l’étude non seulement les dimensions
physiques d’une région ou un secteur, mais son importance en tant que lieu.
1. INTRODUCCIÓN
En el mundo rural, hasta la modernización del campo y sus consecuentes cambios sociales contemporáneos, solía existir una clara correspondencia entre el ámbito
socio-espacial donde se desenvolvía la población y su marco simbólico-cultural que
determinaba un habitus1 de comportamiento (Entrena, 1998), configurándose unos
territorios que, además de estar integrados paisajísticamente, resultaban coherentes,
porque resolvían funcionalmente bien las necesidades de la vida cotidiana, tanto
productivas como de sociabilidad o vivienda (Ojeda & Cano, 2009). Se trataban
de espacios históricos, relacionales e identitarios, fruto de la experiencia y cultura
colectiva, que iban adquiriendo consistencia existencial y significado con el paso del
tiempo. Esta situación provocó la idealizada asociación entre comunidad y lugar, según
la cual, este último se construye a partir de la homogeneidad de la primera, que era
justamente quien le otorgaba la identidad a los sujetos (Massey, 2001).
Sin embargo, en la actualidad, esto no suele ser así. Los territorios agrícolas
de las sociedades desarrolladas occidentales, están sufriendo una serie de complejas
transformaciones, más aún, parecen estar inmersos en un proceso de reestructuración
—productiva, funcional y social (Menor, 2001)—. Estos cambios, que afectan no
sólo a la producción de territorios sino también a los modos de vida, están creando un
mundo cuyas reglas de funcionamiento alteran profundamente nuestro modo de expe-
1. El habitus es uno de los conceptos básicos de la teoría social de Bourdieu, que podemos definir
como «un sistema de disposiciones duraderas, que funcionan como esquemas de clasificación para orientar
las valoraciones, percepciones y acciones de los sujetos» (Rizo, 2006:1).
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 79-108
REFLEXIONES IDENTITARIAS EN EL TERRITORIO CONTEMPORÁNEO. LA CONSTRUCCIÓN…
81
rimentar y organizar el espacio y el lugar, y esto inevitablemente, tiene implicaciones
tanto para el individuo, como para la identidad colectiva y los significados atribuidos a
nuestros paisajes. Es más, aunque las personas siguen viviendo en ámbitos localizables,
espacial y socialmente, la génesis de su habitus está cada vez más condicionada por
influencias culturales que superan su ámbito local propiamente dicho. Se experimenta,
de este modo, una creciente desterritorización de los referentes simbólicos-culturales
y de la identidad individual y colectiva (Entrena, 1998).
La hipótesis de la investigación es que, sin negar que el territorio y la sociedad
estén experimentando importantes cambios, estos no implican la desvinculación del
hombre con el lugar. Los territorios, y sus paisajes, continúan funcionado como soportes privilegiados de la actividad simbólica, materia prima en torno al cual generar
identidades y lugar de expresión de culturas propias. Sin embargo, en el contexto actual, la construcción del «sentido de lugar» o de los significados atribuidos a nuestros
paisajes se dificulta. El problema reside en que la interpretación del lugar como un
único espacio, estático y cerrado, asociado a una única identidad que genera un repertorio de representaciones y sentidos de lugar homogéneos y únicos, ya no es válida
(Massey, 2001). Debemos repensar el concepto de paisaje como lugar de encuentro
de una multiplicidad de miradas y discursos —e incluso de intereses enfrentados—,
como un lugar construido socialmente, donde los distintos grupos sociales generan
significados diferentes para un mismo espacio, un paisaje conceptualizado como progresivo, dinámico y fluido, como un conglomerado de relaciones donde se origina el
surgimiento de una multitud de identidades individuales y colectivas. Pero nada de
esto niega al lugar, ni supone el desvanecimiento de las referencias identitarias en
torno al territorio, muy por lo contrario, la especificidad del paisaje es continuamente
reproducida por las numerosas relaciones que se dan en éste (Rose, 2001).
2. MARCO TEÓRICO DE REFERENCIA
2.1. Territorio, paisaje y cultura
Antes de la acción del hombre, el territorio era sólo un espacio y, antes de su
mirada, el paisaje era sólo territorio. El espacio, por tanto, tiene una relación de
anterioridad con respecto al territorio, materia prima de éste y realidad preexistente a
todo conocimiento y práctica (Giménez, 1999). El territorio aparece como el ámbito
geográfico, marco de vida y espacio contextual de los grupos sociales. Es el resultado
de la práctica del hombre ejercida sobre el espacio y, por tanto, la relación compleja
entre las prácticas sociales y el espacio material. El paisaje surge, en este contexto
teórico, como una realidad a un mismo tiempo objetiva y subjetiva. Objetivamente,
el paisaje es «el resultado final de las dinámicas presentes en el territorio (…), es
una síntesis final, un totalizador histórico» (Delgado, 2007). Subjetivamente es la
«percepción vivencial del territorio» (Giménez, 2001:9), de manera que «si no existe
o no se toma en consideración la percepción humana desaparecen los valores interpretativos, estéticos o culturales que son intrínsecos a la noción de paisaje» (Delgado
& Ojeda, 2007:444).
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María Teresa Zapiain Aizpuru
El paisaje, definido así, es el resultado de la apropiación y valoración —estética,
afectiva y simbólica— de un territorio, por un individuo o grupo.
Esta apropiación-valoración es un proceso por el cual se vincula al individuo
con el espacio. Según el modelo dual de E. Pol (Vidal, Pol, & Peró, 2004), la
apropiación es una relación dialéctica e indisociable entre la componente «identificación simbólica» y la «acción-transformación». El primer caso, trata de la forma
interiorizada del territorio. Es el «espacio de sedimentación simbólico-cultural, objeto
de inversiones estético-afectivas o soporte de identidades» (Giménez, 1999:4). Es
concebida a partir de los procesos cognitivos que nos habilitan para ello —la cultura,
las experiencias cotidianas y las relaciones sociales— y se manifiesta a través de las
«representaciones sociales»2. Es decir, el paisaje es la «convergencia de percepciones
subjetivas» (Delgado & Ojeda, 2007:444), es el conjunto de significados de un
territorio, socialmente elaborados y compartidos, en torno a los cuales se originan
ciertos aspectos de la identidad y define una manera de interpretar la realidad, determinando las relaciones entre sujetos (Rizo, 2006). No se trata de reproducciones de
la realidad, sino alusiones o metáforas que pretenden transmitir la esencia del paisaje
(Berque, 1997). Pero el paisaje no es sólo un producto mental. Es esa valoración
estética, afectiva y simbólica, la que orienta la «acción». Pero no una acción con fines
funcionales o como adaptación del espacio a las exigencias de los individuos, sino
como la manifestación de los sentimientos de los sujetos y de sus identidades, tanto
individuales y colectivas (Vidal, Pol & Otros, 2004).
En resumen, el paisaje se define como la triple relación simbólica, cognitiva y
práctica, que los territorios mantienen con los sujetos sociales. Comprendiendo esto,
podemos afirmar que existen tantos paisajes como cosmovisiones haya. Es decir, lo que
un individuo particular aprehende como paisaje, no es el paisaje sino un paisaje, «su
paisaje». Existen, pues, distintas percepciones de un mismo paisaje, en «función de los
sujetos que perciben, de sus vinculaciones con el medio percibido y de los contextos
desde los que se efectúen los mismos» (Ojeda, 2003). Sin embargo, no es menos cierto,
que puesto que los sujetos siempre pertenecen a un contexto sociocultural concreto, la
construcción del significado de un paisaje no podrá ser independiente a este contexto,
vislumbrándose «paisajes colectivos», con interpretaciones socialmente compartidas.
Observamos como la cultura toma un papel fundamental en este proceso, por lo
que creo necesario esbozar una definición. Adoptamos la concepción «simbólica» o la
cultura como «pautas de significados» —signos, símbolos, actitudes, normas y valores—. Esto es, «la organización social de significados, interiorizados por los sujetos en
forma de representaciones compartidas y objetivados en formas simbólicas, todo ello
en contextos histórica y socialmente determinados». (Geertz, cit. Giménez, 1996).
2. Se debe su formulación a Moscovici (1961) y son un conjunto de valores, imágenes, pensamientos
y formas de comportamiento que definen subjetivamente la identidad de un grupo (Rizo, 2006).
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REFLEXIONES IDENTITARIAS EN EL TERRITORIO CONTEMPORÁNEO. LA CONSTRUCCIÓN…
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Figura 1. Esquema relación territorio-cultura-paisaje
Fuente: Elaboración propia.
Ahora bien, del mismo modo que el paisaje, la cultura manifiesta una dualidad material
y simbólica (Bourdieu, cit. Giménez, 2005). Por un lado, existe una dimensión
que podríamos llamar «objetiva», son los instrumentos o prácticas observables, donde
el paisaje constituye su «espacio de inscripción». Es decir, el paisaje es el lugar donde
se localizan ciertas prácticas culturales. Y por otro lado, una dimensión que podríamos
llamar «subjetiva», que correspondería a las interpretaciones socioculturales. Donde
el paisaje se manifiesta como objeto de representación cultural y es precisamente la
cultura la que suscita una valoración positiva o negativa de un determinado paisaje.
En conclusión, el enfoque de análisis propuesto en este artículo es el de el paisaje como representación, donde lo que tendremos que analizar no será el territorio
en sí, sino los discursos sobre el territorio y el paisaje, entendiendo que el discurso
debe ser tomado en el más amplio sentido del término: oral, escrito, icónico, etc.
y es precisamente el análisis de los discursos sobre el paisaje lo que nos acerca o
conduce a profundizar sobre la subjetividad del mismo (Tuan, 1991). Podemos
afirmar que el discurso puede ser entendido como el verdadero autor de los paisajes,
ya que éste nos conduce a establecer una serie de juicios valorativos que permiten
guiar a la acción. En esa «lectura» del paisaje nos acercamos a las propias narraciones de sus usuarios, es decir, en su valor identitario, centrándonos en responder
a la pregunta que guía la investigación ¿por qué y cómo el paisaje es un soporte
privilegiado de la identidad?
2.2. Identidad y simbolismo
El concepto de identidad se refiere a la idea que tenemos de nosotros mismos
en relación con los demás. Es «un proceso subjetivo por el que los sujetos definen su
diferencia de otros sujetos mediante la autoasignación de un repertorio de atributos
culturales frecuentemente valorizados y relativamente estables en el tiempo. Esa autoidentificación requiere ser reconocida por los demás sujetos con quienes interactúa.»
(Giménez, 2009:12). Para avanzar en la reflexión, es necesario hacer la distinción
entre dos niveles de identidades: la identidad individual, que concierne a cada persona o lo que define el YO; y la identidad de grupo, que se explica por las relaciones
interpersonales o el NOSOTROS.
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María Teresa Zapiain Aizpuru
2.2.1. Identidades individuales
Según la teoría de Tajfel (cit. Pintxen, 1997) se sostiene que los sujetos poseen
una identidad personal o conjunto de características específicas: rasgos psicológicos,
capacidades, cualidades corporales, intereses intelectuales, gustos y preferencias. Pero
además poseen una identidad social, donde se refleja su pertenencia a determinados
grupos con los cuales se identifican. Es decir, es aquella parte del auto-concepto derivado del «conocimiento de pertenencia a uno o varios grupos sociales, la valoración
de esa pertenencia y su significado emocional. Desde esta construcción de la identidad
social, el individuo se afiliará a los grupos que afirmen sus aspectos positivos de su
identidad y abandonará los que la pongan en conflicto». (Aguirre, cit. Rizo, 2006:4).
Por último, el sujeto pertenece a un contexto cultural concreto, con una serie de
convicciones, valores, reglas y costumbres que caracterizan a la identidad. Es decir, la
cultura que compartimos con los demás nos puede llegar a definir como sujetos, y, es
precisamente, ese componente cultural de la identidad el que enlaza con nuestra idea
de paisaje, ya que actúa como mecanismo de valoración e interpretación del territorio.
2.2.2. Identidades de grupo
La identidad de grupo es el conjunto de construcciones identitarias a través de
la cual el grupo se reconoce como nosotros y son capaces de diferenciarse de otros.
Melucci (cit. Giménez, 2009) construye el concepto de identidad colectiva a partir
de la «teoría de la acción». Ésta se concibe como el conjunto de prácticas sociales
que involucran a cierto número de individuos que exhiben características similares,
y que posee la capacidad de conferir sentido a lo que se está haciendo (Candau,
1998). Los sujetos se perciben como miembros de un grupo y producen diversas
representaciones en cuanto a su origen, historia y naturaleza. La identidad de grupo
implica definiciones orientadas a la acción, pero también son elementos incorporados
al conjunto de prácticas culturales (Giménez, 2009).
2.2.3. Características de la identidad
Rechazando las formas tradicionales y esencialistas de abordar el tema, las identidades se entienden como una construcción dinámica, «no es una esencia con la que
uno nace y […] va a morir. En lugar de una esencia es un proceso de identificación
que puede continuar o perderse» (Sánchez, cit. Rizo, 2006: 5). En este sentido,
Castells (1998:28) entiende las identidades como «el proceso de construcción del
sentido atendiendo a un atributo cultural o conjunto de atributos relacionados culturalmente». Pero este «conjunto de atributos culturales» no son estables ni objetivables,
sino que son producidos en el marco de las relaciones sociales (Candau, 1998:24).
En segundo lugar, debemos considerar la premisa del «sujeto fragmentado y múltiple»
(Wilde, 2009:3). Es decir, para un sujeto puede haber una pluralidad de identidades.
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REFLEXIONES IDENTITARIAS EN EL TERRITORIO CONTEMPORÁNEO. LA CONSTRUCCIÓN…
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No obstante, tal pluralidad puede ser fuente de tensión y contradicción (Castells,
2008). Y por último, la identidad no sólo es construida, sino que puede ser motivada
por intereses (Wilde, 2002). Al respecto, Castells (1998:54) sostiene que lo esencial
«es saber cómo, desde qué, por quién y para qué» se construyen esas identidades.
2.3. Identidad y territorio.
La idea de que los sujetos están siempre ubicados y relacionados con unos determinados entornos, es obvia. Lo que no resulta tan evidente, es el papel que juegan éstos
en la formación de su identidad (Valera & Pol, 1994). Vincular las teorías de la
identidad con el territorio y su paisaje requiere hablar, tal y como hicimos al diferenciar
la identidad grupal de la individual, no sólo del vínculo de los grupos sociales con
su entorno, sino también del lazo emocional que se genera entre los individuos y su
espacio (Lindón, 2006), aunque ambos aspectos se encuentran en estrecha relación.
Partimos de que la identidad social se define a partir del sentimiento de pertenencia
a uno o varios grupos, además de por compartir una serie de características con los
miembros de ese grupo (Aguirre, cit. Rizo, 2004). Paralelamente, planteo la hipótesis de que, una identidad vinculada a un territorio o a su paisaje deberá manifestarse
también en términos de pertenencia, pero implicará sobre todo compartir un conjunto
de interpretaciones y valoraciones, tanto de ese territorio o paisaje como del grupo
en si, diferenciándose de las personas ajenas a éste (Giménez, 1999). El paisaje se
comporta aquí como un elemento simbólico del grupo, superando el simple papel de
«contenedor», pero además determina un modo de actuar y de interpretar la realidad.
De este modo, podemos concluir de manera simplista, con las características de un
paisaje identitario (Sgard, 1999):
– El paisaje identitario contiene una serie de signos —componentes emblemáticos— a través de los cuales «comunican su identidad». Tales signos no son
estables, sino que «en cada época, cada sociedad y cada grupo, se acercan al
paisaje de forma diferente y con distintas intenciones» (Ojeda, 2003).
– El paisaje adquiere dos funciones, por un lado juega un papel fundamental en
la definición de un grupo social que se reconoce dentro de un paisaje; y por
otra parte, una función externa y más legible, que es la imagen que el grupo
viene a dar al mundo exterior (Giménez, 1999).
– Los lugares son denominados por la comunidad. Esta toponimia no es forzosamente conforme a la apelación oficial, sino que existe la tendencia de
conformar sistemas propios como modo de apropiación (Tuan, 1991).
– El grupo, que se reconoce en un paisaje, manifiesta su apego a través de la
voluntad de protección ante un caso de amenaza real, potencial o imaginaria.
El segundo componente del que hablábamos, la asociada a la identidad individual,
es la «identidad de lugar» (Proshansky, 1978). Consideramos que, el individuo que
se apropia del paisaje, adquiere unas determinadas cogniciones, afectos, sentimientos
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María Teresa Zapiain Aizpuru
y actitudes, que pueden resultar parte fundamental de su propia definición como sujeto (Proshansky, 1978). Es decir, los escenarios físicos, en los que el individuo
desarrolla su vida cotidiana, juegan un papel importante en la configuración de su
identidad individual. Proshansky (1983:159) describe la «identidad del lugar» como
«una subestructura de la identidad personal que consiste en las cogniciones sobre el
mundo físico en el cual vive el individuo. Estas cogniciones representan recuerdos,
ideas, sentimientos, actitudes, valores, preferencias, significados […]».
2.4. La construcción del paisaje y de las identidades
El territorio, su paisaje y la identidad son productos construidos socialmente 3.
Es decir, son estructuras que han sido significadas, construidas y modificadas en el
transcurso del tiempo por los diferentes actores sociales (Oslender, 2002), todo ello
en contextos socioculturales y políticos concretos. Así, autores como Raffestin (1980)
enfatizan las connotaciones políticas, y por tanto de poder, del concepto de territorio,
y Castells (1998) nos habla de la construcción social de la identidad en un contexto
marcado por las relaciones de poder.
Los territorios y sus identidades asociadas se desarrollan en un proceso de (re)
negociación entre las formas de representación dominantes y los sujetos sociales, donde
ambos intentarán influenciar o controlar, con ciertas acciones, la estructura física y
simbólica de un determinado territorio (Gil, 2001) —intentaran apropiarse de él—. Por
formas de representación dominantes4 no sólo me refiero al sentido limitado del poder
político-administrativo, sino también de todas aquellas representaciones normalizadas por
instituciones organizadas —tanto políticas, económicas, como sociales o culturales—.
Propongo como hipótesis y de manera muy simplificada, la distinción entre dos
formas de construcción del territorio y de las identidades.
– Dinámica natural de producción: el individuo o los grupos sociales autónomos tienen la capacidad para producir, reproducir y transformar identidades y
paisajes, más allá de la acción institucional. Surgen espacios diferenciados e
identidades particulares.
– Dinámica forzada de producción: nos remiten a las formas de dominación
social y política, donde se reduce el control de los sujetos (Sevilla, 2008:5)
y su capacidad de producir territorios. Su resultado son «espacios abstractos»
3. La perspectiva constructivista de estos términos es mayoritaria en el mundo académico. Por
ejemplificarlo con algunas referencias tenemos: en territorio Haesbert, 2007; Raffestin, 1980; Di Meo,
2000, etc. En cuanto al paisaje, Nogué, 2007; Luginbühl, 2001. En cuanto a las identidades, Castells,
1998; Magniaghi, 2000; Rizo, 2006.
4. Castells (1998), comenta como el poder ya no se concentra en las instituciones (el estado), las
organizaciones (empresas capitalistas) o los controladores simbólicos (empresas mediáticas, iglesias),
sino que reside en los nuevos códigos de información en torno a los cuales las sociedades organizan sus
instituciones y la gente construye sus vidas.
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REFLEXIONES IDENTITARIAS EN EL TERRITORIO CONTEMPORÁNEO. LA CONSTRUCCIÓN…
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Figura 2. Producción de paisajes e identidades
Fuente: Elaboración propia.
(Oslender, 2002), donde se tiende a la simplificación de la vida social y a
la eliminación de las peculiaridades existentes, tanto físicas como simbólicas.
Al respecto, Castells (1998:30) propone una distinción entre tres formas de identidad:
– La «identidad legitimadora», introducida por las instituciones dominantes de la
sociedad, para exten­der y racionalizar su dominación frente a los actores sociales.
– La «identidad de resistencia», generada por actores que se encuentran en
posiciones devalua­das por la lógica de la dominación, por lo que construyen
trincheras de resistencia basándose en principios diferentes a los que impregnan
las instituciones.
– La «identidad de proyecto», cuando los actores sociales, basándose en los materiales culturales de los que dispone, construye una nueva identidad y redefine
su posición en la sociedad.
3. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA
La presente investigación estudia las implicaciones de las transformaciones territoriales en la vida cotidiana de las personas, centrándose en su dimensión social y
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 79-108
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María Teresa Zapiain Aizpuru
cultural y por medio del estudio de la identidad colectiva y de los significados atribuidos
a su paisaje-territorio. Por ello, ésta se ubica dentro de la metodología subjetivista,
en tanto que abordamos nuestro objeto de estudio a partir de la propia experiencia de
los sujetos protagonistas.
Por otra parte, la investigación se inscribe dentro de las técnicas cualitativas, las
cuales nos permiten realizar una aproximación fundamental de intimidad entre el investigador y los investigados, generando empatía hacia los motivos, intenciones, valores,
creencias, representaciones, hábitos, actitudes y opiniones de los actores, expresados
en el lenguaje común y en las acciones cotidianas, en la interacción constante con
el medio en el que el sujeto realiza su vida, es decir, en su experiencia (Padlog,
2009). Para ello nos serviremos de datos como las palabras, textos, discursos, gráficos
e imágenes para así comprender la vida social por medio de significados y desde una
perspectiva holística, pues se trata de entender el conjunto de cualidades interrelacionadas que caracterizan a un determinado fenómeno (Mejía, 2004).
Para la realización del estudio nos hemos apoyado en la exploración y el aprovechamiento de la información documental existente (bibliográfica especifica, censos,
informes sectoriales, etc.) para así crear un marco de referencia donde se desarrollan las
transformaciones sociodemográficas y culturales a valorar posteriormente. De manera
concatenada, y con el objetivo de analizar el grado en el que los sujetos han interiorizado estos cambios, nos servimos de otras técnicas de carácter cualitativo 5, a saber: la
observación directa en el campo de estudio para obtener la descripción del mundo de
vida comunitario (sus habitantes, sus actividades productivas, practicas de socialización
y de sociabilidad, vínculos con el paisaje, etc.) y las entrevistas en profundidad6, tanto a
testigos privilegiados, como a vecinos, por medio de encuentros individuales y grupales.
Esta metodología ha sido planteada en diversos estudios tanto nacionales como
internacionales, como es el caso de GEISA (Grupo para el Estudio de las Identidades
Sociales en Andalucía), Bosque & Fernández (1991) en la ciudad de Granada, Entrena
(2006) en la provincia de Granada, Rizo (2004) en Barcelona, Pérez & Moral (2005)
5. En los estudios cualitativos no interesa tanto la cantidad de informantes, sino que el énfasis radica
en la profundidad de la información. Este tipo de técnicas son aplicadas por profesionales con capacidad
interpretativa para poder aplicar e descodificar el tipo de información que estas generan. Así el papel de
investigador tiene un rol activo, facilitando que el informante estructure, clasifique y organice el tipo de
información que brinda. Por último, estas requieren de un análisis del discurso, que es interpretado para
obtener la información requerida.
6. 15 entrevistas, realizadas entre Mayo-Junio de 2010. Expertos (instituciones públicas, colectivos
sociales y profesionales cualificados: (E1) Alonso, J., Vega Educa. (E2) Cabrera, D. Laboratorio de
Urbanismo y Ordenación del Territorio, Ugr. (E3) Cáceres, F., Coordinador de Salvemos la Vega. (E4)
Castillo, J. Director del Observatorio de Patrimonio Histórico Español, OPHE. (E5) García, B. Plataforma
EsCaPaTe Dílar-Gójar. (E6) Hernández, M. Consorcio Vega-Sierra Elvira. (E7) Matarán, A. Seminario de
Medio Ambiente y Calidad. Ugr. (E8) Pérez, C. Gr. Arquitectos. Ciudadanos (divididas por grupos de
edad, profesión y localización geográfica): (E9) Mujer, agricultora, 35-45 años, Churriana. (E10) Hombre,
empresario, 55-65 años, Cúllar Vega. (E11) Mujer, contable, 25-35 años, Ogíjares. (E12) Hombre, mecánico,
45-55 años, la Zubia. (E13) Hombre, banquero, 55-65 años, Granada. (E14) Mujer, estudiante, 18-25 años,
Maracena. (E15) Hombre, jubilado, 65-75 años, Otura.
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REFLEXIONES IDENTITARIAS EN EL TERRITORIO CONTEMPORÁNEO. LA CONSTRUCCIÓN…
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en el Bajo Guadalquivir, NEWRUR (2001-2004) en casos europeos, Low (2003) para
casos estadounidenses y Avellada (2009) en Lima, entre otros. Todos ellos profundizan
en la complejidad de ciertos procesos particulares y específicos de grupos más o menos
delimitados y capaces de ser aprehendidos intensamente, en los que las acciones y las
relaciones adquieren significado. Sin embargo, esta investigación no pretende generalizar
en las conclusiones, en tanto que entendemos que la realidad es cambiante, y nuestro
universo de datos constituye una representación posible de la misma.
4. EL CASO DE LA VEGA DE GRANADA
La Vega de Granada es una comarca de características agrícolas, perteneciente a
la aglomeración urbana de Granada y compuesta por 24 municipios 7. Se trata de un
clásico paradigma de la transformación de un área rural en la que se ha generado una
extensa urbanización periurbana (Entrena, 1998). A pesar de las importantes modificaciones sufridas, este territorio continúa presentando señas de identidad propias,
no sólo caracterizada por la singularidad de sus rasgos físicos, sino, sobre todo, por
un modelo espacial especifico definido por la larga interacción del ecosistema natural
y del medio social, dotando al espacio de una serie de valores culturales y naturales,
reconocidos socialmente y, como consecuencia de ello, susceptibles de protección
(Castillo y Cejudo, 2010)
4.1. Proceso de formación del territorio: de comarca agrícola a aglomeración urbana8
Para comprender el carácter de esta área nos debemos remontar a la época musulmana, etapa histórica más antigua que ha contribuido a configurar su paisaje. De ella
data la forma de cultivar, la expansión del regadío y el sistema parcelario, además de
una importante red de acequias que han perdurado hasta nuestros días, configurándose
así su esencia patrimonial —la actividad agrícola en su conformación histórica (Ruiz
y Cejudo, 2010:243)— y justificando las actuales reivindicaciones sociales de reconocimiento y protección de una estructura física y social que determina su identidad
o «sentido de lugar».
Es a principios del siglo XX, cuando se iniciará un enorme impulso económico y
demográfico en la Vega de Granada, por la introducción de la industria azucarera. En estos
años se configuran los grandes núcleos rurales de Santa Fe y Pinos Puente, reaparecen
7. Granada, Armilla, Jun, Maracena, Pulianas, Albolote, Atarfe, Pinos Puente, Cajar, Huétor Vega,
Ogíjares, La Zubia, Gójar, Alhendín, Cúllar Vega, Churriana, Las Gabias, Otura, Chauchina, Santa Fe,
Vegas del Genil, Cijuela, Fuente Vaqueros y Lachar.
8. Para ampliar información sobre el proceso de construcción de la Vega granadina consultar: Ocaña
Ocaña (1972 y 1974); Rodríguez y Jiménez Olivencia (1995); Jiménez Olivencia y Martín-Vivaldi (1995);
Martín-Vivaldi y Jiménez Olivencia (1994); Menor Toribio (1997,2000 y 2001) y Castillo Ruiz y Cejudo
García (2010), entre muchos otros.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 79-108
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María Teresa Zapiain Aizpuru
las Comunidades de Regantes —originadas
durante la dominación musulmana— y se
construyen más de una decena de fábricas
azucareras, que junto con los secaderos
—construcciones agrícolas asociadas al
cultivo del tabaco—, se posicionan como
elementos característicos del paisaje. Hasta
19739, el carácter agrícola y tradicional de
la comarca se mantendrá inalterado; es así
que Granada ha presentado una estructura
de población por sectores más atrasada
que la media española, pues hasta 1970 el
sector agrario todavía permanecía ocupando a más del 50% de la población activa
(Carvajal, cit. Menor, 2000:97). Es
en esta fecha, por medio de Plan General
de Ordenación Urbana de la Comarca
de Granada, cuando se inician una serie
de transformaciones dirigidas a la configuración de la morfología de la actual
aglomeración urbana. En un principio, los
mayores crecimientos se localizaron en la
Fuente: Elaboración propia.
capital y en sus municipios más próximos y
es a partir de la década de 1980 cuando se
produce la verdadera consolidación de la periferia, desatancado el descenso poblacional
de la capital a favor de sus municipios más cercanos. Esta dinámica de suburbanización
de la población nos da una idea de los procesos de afección y cambio que experimenta
la Vega como entorno periurbano10 inmediato.
La expansión residencial aludida se ha desarrollado en paralelo a una creciente
desarticulación espacial que ha roto el tradicional equilibrio territorial de la Vega,
propiciado por la utilización del suelo para usos no agrícolas y produciéndose una
fuerte reducción de la superficie cultivada 11. Estos cambios resultan especialmente
Figura 3. Zona de estudio
9. La consideración de 1973 como año de inicio del proceso de transformación se justifica por tres
causas. Primero, la declaración del Polo de desarrollo para la comarca; segundo, el inicio de la denominada
«crisis del petróleo», que rompe con las expectativas económicas y el elevado crecimiento de la década
de los sesenta; y finalmente, por la aprobación del «Plan General de Ordenación Urbana de la Comarca
de Granada de 1973» (Junta de Andalucía, 1999).
10. Los entornos periurbanos son «lugares en transformación que se sitúan alrededor de las ciudades,
espacios sometidos a la presión demográfica y al desarrollo de las construcciones por efecto de la expansión
física de la ciudad. Su importancia ha dependido en cada momento de su funcionalidad» (Méndez, cit.
Menor, 2000:17).
11. La reducción de la superficie cultivada se traduce en la pérdida de 6.000 ha y 7 puntos porcentuales,
pasando de 44,8% a 37,5% (Castillo y Cejudo, 2010).
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REFLEXIONES IDENTITARIAS EN EL TERRITORIO CONTEMPORÁNEO. LA CONSTRUCCIÓN…
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drásticos en áreas cercanas a Granada —espacios periurbanos donde se establece una
fuerte competencia entre usos rurales y usos urbanos—. Pero también se manifiesta
en aquellos territorios distantes, no alterados por la difusión constructiva, pero que se
ven afectados por la diseminación de nuevos patrones socioeconómicos y culturales
(Entrena, 2006). Es así, que la preservación de los cultivos tradicionales de la Vega
está amenazada tanto por la disminución de la rentabilidad de la agricultura como por
el aumento del precio de la tierra para ser urbanizada. Se ha producido un alarmante
descenso de la actividad agraria12, de tal forma que son bastantes los municipios del
cinturón metropolitano granadino donde dicha actividad apenas tiene hoy importancia
económica, reduciéndose al cultivo para el autoconsumo (Entrena, 2006). Esta
pérdida es doble, ya que la importancia de la explotación agrícola no sólo reside en
una simple estrategia de ocupación histórica o en su valor económico, sino que ella
misma lleva aparejado todo un modo de vida inherente que poco a poco también irá
desapareciendo.
Constatamos como la estructura socioeconómica y ocupacional de la población
granadina se ha diversificando, mediante el trasvase de mano de obra preponderantemente agraria hasta la fecha, a otros sectores, esencialmente en la construcción y en
el sector terciario. De este modo, la tasa de actividad económica ha crecido de manera
significativa en los pueblos del cinturón granadino, aunque hay que precisar que esta
tasa es inferior a la del casco urbano, donde se concentra el mayor número de empleos
y la tipología de éstos es más diversa (Entrena, 2006). Sólo los municipios más
alejados siguen conservando su estructura tradicional y un alto nivel de empleo en torno
al sector agrícola13. En estos ámbitos, lejos de suponer el abandono de la actividad
agrícola, se patentiza una adopción paulatina de la agricultura a tiempo parcial y al
gradual impulso de modelos socioeconómicos basados en la pluriactividad familiar,
fenómeno que está, a su vez, relacionado con la progresiva multifuncionalidad que
han ido adquiriendo estos espacios rurales. Este proceso provoca el envejecimiento
paulatino de la población rural14, con las consiguientes pérdidas no sólo de un entorno
físico y productivo de incalculable valor, sino de un capital social originado a partir de
las tradiciones altamente arraigadas al territorio, que poco a poco se irán olvidando.
En este marco de cambios socioeconómicos hay que situar la complejización
de la estructura social. El establecimiento de los habitantes hasta entonces urbanos
en pueblos de carácter rural, produce una forma híbrida de sociedad donde conviven
pautas socioculturales más o menos globalizadas características de la vida urbana,
12. En 2001 sólo el 8,7% de la población pertenecía al sector agrario, haciéndose evidente el incremento
en el sector terciario (IEA, 2010).
13. Dentro de la Vega existen grandes diferencias en cuanto a tasa de importancia del sector agrario.
Empezando por la capital y sus municipios más próximos con un 1,5% de población empleada en el sector
agrario frente al 20% en los municipios más alejados.
14. Entre 1982 y 1999 los agricultores se han reducido a la mitad y un cuarto de ellos han sobrepasado
la edad de jubilación. Ello representa la desaparición de la población dedicada a la agricultura, que si bien
no es fenómeno exclusivo de la Vega, si se presenta de forma más grave que en el resto de la provincia
(Castillo y Cejudo, 2010:261).
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María Teresa Zapiain Aizpuru
y otras de carácter local y autóctono, propias del mundo agrario. Por otro lado, una
de las principales consecuencias que producen estos procesos de cambio social se
traduce, como hemos dicho, en nuevas formas socioeconómicas y funcionales de
los territorios, cuya significación cultural también se modifica. Así, los territorios
rurales pasan de ser considerados como lugares de producción agraria y estilos de
vida tradicionales, a ser percibidos como espacios de ocio o de desarrollo urbano
(Entrena, 1998).
Todo ello han dado lugar a importantes transformaciones del paisaje tradicional
de la Vega que «amenaza con su total sustitución» (Martín & Jiménez, 1994:188).
Un espacio «de gran singularidad por sus características fisiográficas excepcionales,
por su capacidad estructurante del sistema urbano de la aglomeración y, sobre todo,
por el gran valor connotativo para el conjunto de la población granadina» (Junta
de Andalucía, 1999), lo cual no ha impedido el deterioro causado por la progresiva
metropolización del territorio, peligrando «el equilibrio histórico entre las diferentes
ocupaciones del suelo» (Pays.doc., 2007:26), además de cuestionar en profundidad la
identidad de muchos de sus lugares y provocar el cambio de su discurso e imaginario.
4.2. Procesos identitarios: principales resultados
Aunque no es el momento de analizar con detalle todas las respuestas obtenidas,
si nos vamos a permitir comentar los resultados más significativos. Para ello nos hemos
basado en el análisis cualitativo de las entrevistas realizadas, que ponen de manifiesto
lo relativamente mayoritario y compartido de las opiniones referentes a la identificación
con la Vega, remarcando cuál es la relación real de los ciudadanos con ella.
4.2.1. Definición del paisaje de la Vega a partir de la percepción subjetiva
de sus habitantes
El paisaje es un conjunto de interpretaciones y significados de un territorio,
socialmente elaborados y compartidos. Por ello, antes de proceder al estudio de los
procesos identitarios, buscaremos la imagen colectiva del paisaje de la Vega granadina.
a) El paisaje colectivo
La Vega es un todo que está incrustado en nuestra forma de vida. Es parte del
tejido económico, cultural y social de los pueblos. Son los juegos populares, las recetas
de cocina, las leyendas y las cancioncillas,… […]La Vega es algo más que un suelo
agrario […] (EH13. Banquero, 55-65 años, Granada)
Con objeto de identificar los elementos o materiales que constituyen el paisaje
de la Vega y su valoración se examinó los discursos de la población, buscando los
sustantivos más utilizados para describir la Vega de Granada, obteniendo la visión del
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REFLEXIONES IDENTITARIAS EN EL TERRITORIO CONTEMPORÁNEO. LA CONSTRUCCIÓN…
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Fig. 4 y 5. Mapas cognitivos 1 y 2
EH12. Mecánico, 45-55 años, la Zubia.
Fuente: Elaboración propia.
EM11.Contable, 25-35 años, Ogíjares.
ciudadano, una interpretación subjetiva de su territorio. El primer rasgo observado en
las entrevistas analizadas es como el discurso de la población se materializa a través de
ciertos elementos comunes que caracterizan a la Vega, como son: su geografía, el agua,
los caminos, las parcelas, el cultivo, su arquitectura, los asentamientos y la actividad.
Desde el punto de vista subjetivo, los adjetivos utilizados nos ayudan a valorar el
territorio percibido por sus habitantes. La valoración positiva de los entornos rurales,
en oposición con un modo de vida urbano, se basa en cuatro términos: tranquilidad,
libertad, beneficios ambientales y valor productivo. En contraposición, los adjetivos
negativos asociados provienen directamente de las transformaciones territoriales
acontecidas en las últimas décadas. Estos son: abandono (declive agrícola), olvido
(desvinculación afectiva) y destrucción (urbanización).
Dos visiones opuestas conviven en el imaginario de la Vega (fig. 4 y 5). Una,
bucólica y rural, que podemos observar en el primer mapa cognitivo, contrasta con la
sobre-infraestructurada y periurbana percepción del segundo. Ciertos elementos son
comunes: las parcelas agrícolas, el río Genil, las alamedas, los pueblos y las vistas
hacia Sierra Nevada. Sin embargo, la idea de un campo abierto y sin límites es opuesta
a la imagen de una Vega fragmentada por carreteras y donde la circunvalación actúa
como un «muro» que impide la relación de la ciudad con el campo.
b) Los límites del territorio
Los límites subjetivos del territorio constituyen igualmente un tema de interés en
la investigación. Tradicionalmente la pertenencia territorial estaba vinculada al trazado
de «fronteras» (Giménez, 1999). Sin embargo, los «territorios identitarios» carecen
de límites precisos y su extensión no puede ser considerada como un dato a priori
(Cabrera, 2009), sino como un constructo donde la percepción de esos límites por
parte de la población toma un papel fundamental para su propia definición. Pero ¿existe
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 79-108
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María Teresa Zapiain Aizpuru
en la Vega una delimitación aceptada y percibida por sus ciudadanos, a través de la
cual estos se reconocen colectivamente como «nosotros»?
En una primera aproximación, analizando distintos documentos históricos y actuales, constamos que, a pesar de que la «Vega de Granada ha sido desde centenares de
años un territorio diferenciado» (Junta de Andalucía, 1999), no existe concilio sobre su
delimitación. Lo que sí se percibe es una definición de la Vega comúnmente aceptada
como «espacio agrícola (…) la llanura que se extiende a los pies de Granada, regada
por las aguas del Genil y sus afluentes» (Ocaña, 1972:5).
Examinando las respuestas de los entrevistados, observamos como la percepción
de los límites territoriales no siempre viene acompañada por la definición de un espacio geográfico. En algunos casos se define por las relaciones sociales que en él se
desarrollan. En otros, por ciertas características homogéneas como «zona de regadío»,
«la ribera del río», etc. o en relación con la actividad principal de éste, la agraria. Tal
y como se pone de manifiesto en las siguientes observaciones:
La Vega no es un espacio puro y duro, no es un espacio físico solamente, es un
espacio de relación que ha creado un tejido cultural, que nos ha ido forjando a las propias
personas, lugar de nuestras vivencias, de nuestros recuerdos. Es algo muy espiritual y
etéreo.
(EH15. Jubilado, 65-75 años, Otura)
La Vega es agricultura, y sobre todo es la zona de la Vega del Genil […] donde la
agricultura es la principal fuente de riqueza.
(EH09. Empresario, 55-65 años, Cúllar Vega)
Es curioso observar las diferencias de representación de un mismo territorio
(fig. 6 y 7). En el mapa 3, se muestra una visión jerárquica, donde Granada toma el
Fig. 6 y 7. Mapas cognitivos 3 y 4
EH13. Banquero, 55-65 años, Granada.
Fuente: Elaboración propia.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 79-108
EM. Maestra, 45-55 años, Otura.
REFLEXIONES IDENTITARIAS EN EL TERRITORIO CONTEMPORÁNEO. LA CONSTRUCCIÓN…
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protagonismo, delegando a un segundo plano al resto de los municipios. En contraste,
en el mapa 4, invierte el norte y el territorio se desarrolla linealmente siguiendo la
autopista, y los pueblos aparecen como salidas de ésta. La explicación para ambas
representaciones es la misma. Todo parece indicar que los granadinos perciben la Vega
a partir de la perspectiva que se genera desde el lugar de residencia.
4.2.2. El «paisaje» de Vega de Granada como territorio apropiado y seña de identidad
Como adelantamos en el marco teórico, el paisaje es al mismo tiempo una realidad
material y una realidad cultural, una apropiación física y simbólica de un territorio.
Ahora bien, ¿es la Vega realmente un territorio apropiado? y ¿de qué manera se ha
producido esa apropiación?
La primera respuesta a la pregunta antes formulada, proveniente directamente de
las palabras de muchos de nuestros entrevistados, que dice más o menos lo siguiente:
la «Vega de Granada es una seña de identidad de los granadinos desde siempre, junto
con Sierra Nevada y la Alhambra».
Si a los granadinos de todas las épocas se les preguntase, que es lo que tienen como
seña de identidad, estoy seguro que dirían la Vega, porque la Alhambra lleva 600 años
pero la Vega está ahí desde siempre. La Vega, como se suele decir, está en los genes de
los granadinos. Cuando que les preguntan a éstos por sus referentes siempre citan tres:
la Sierra, la Alhambra y la Vega.
(EH15. Jubilado, 65-75 años, Otura)
Las respuestas de entrevistados no dejan lugar a dudas sobre la identificación de los
granadinos con la Vega. La mayor parte de las respuestas confirmaron a la Vega como
seña de identidad, aunque muchos declararon que esa identificación era parcial y que
sólo ciertas personas expresaban un vínculo real con el territorio. Esta diferenciación
es reveladora. Por un lado, manifiesta la percepción de la desvinculación territorial
de los más jóvenes y por otro, una clara distinción entre los locales y los «foráneos».
Ahora bien, cuando la respuesta es sobre la importancia personal de la Vega, el reconocimiento de ésta aumenta, tal y como se expone a continuación.
Creo, que el sitio donde te has criado, donde has nacido, es importante. Estas unido
a él y, claro no quieres que desaparezca. Estas orgulloso de tu tierra porque ves que lo
que han sembrado tus padres tiene su fruto y que tus hijos también se aprovechan de ello.
(EH10. Empresario, 55-65 años, Cúllar Vega)
La relación real de los ciudadanos con la Vega, lejos de ser de base productiva
agraria, se basa en el desarrollo de actividades lúdicas e incluso en un simple contacto
visual con el territorio. Sin embargo resulta significativo el gran valor que se le da a la
Vega como recurso económico, frente a su importancia medio ambiental o paisajística,
a pesar del abandono que está sufriendo la actividad agrícola en los últimos años.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 79-108
96
María Teresa Zapiain Aizpuru
La Vega es un recurso económico del primer orden. Si no hubiese sido tan feraz,
tan productiva, sino hubiese tenido un suelo tan rico, no hubiese pervivido hasta nuestros días. Ha pervivido porque ha sido la despensa y ha generado bien estar a Granada
durante muchos siglos.
(EH15. Jubilado, 65-75 años, Otura)
Frente a esta valoración instrumental del paisaje, existe también una apropiación
simbólica que se materializa tanto en expresiones oficiales como en otras de carácter
popular, que vienen a reforzar nuestra hipótesis sobre la Vega como seña de identidad.
Así, y por lo que respectan a las fiestas, que sin duda ejercen una importancia de primer orden en la percepción del lugar como algo propio (Boira & Souto, 1995),
podemos apreciar como los municipios mantienen el reconocimiento colectivo de ciertas
fiestas vinculadas con el ámbito rural, sobresaliendo las «meriendicas» y San Isidro
Labrador. Sin embargo, la vinculación afectiva o la identificación con determinados
hitos simbólicos, a excepción de las propias iglesias y plazas de cada pueblo, es muy
baja y no es imposible encontrar respuestas significativamente generalizadas.
En cuanto a la transcendencia de la Vega como símbolo, hemos descubierto la
gran importancia de éste en las denominaciones de ciertos municipios, tal y como
señalaba una de nuestras entrevistadas.
Muchos de los pueblos se llaman «de la Vega» como apellido. Churriana de la
Vega, Cúllar Vega, Huétor Vega, Cenes de la Vega, Vegas del Genil…
(E11. Mujer, contable, 25-35 años, Ogíjares)
4.2.3. Influencia del paisaje en la identidad individual
En este apartado analizaremos la relación individuo-paisaje. A este respecto resultan
muy relevadoras las palabras de una estudiante que nos comentaba como influenciaba
en ella el paisaje.
El sitio donde vivimos nos confiere parte de lo que somos. Lo que ves, lo que
respiras, lo que oyes,… todo eso hace que tengas tu propia identidad. Y la vega tiene
un carácter propio, que influye… Ahí tienes a Lorca que hace de la Vega parte de su
identidad, de su arte, de su poesía.
(EM14. Estudiante, 18-25 años, Maracena)
Aquí nos interesa, la apreciación del lugar por parte de los ciudadanos, donde
sus respuestas no dejan lugar a dudas sobre la valoración positiva de la mayoría sobre
su lugar de residencia, lo cual expone el interés por seguir habitando un lugar que
aprecian. La mayoría de los entrevistados afirman sentirse orgullosos de su origen.
El sentimiento que me despierta mi pueblo, supera los beneficios de vivir en la
capital. Quiero estar entre mi gente. Quizás es un sentimiento muy diferente que el que
tiene uno, que viene nuevo al pueblo de la capital.
(EH09. Empresario, 55-65 años, Cúllar Vega)
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Para concluir este apartado conviene señalar la importante discusión sobre los
beneficios tanto físicos como psicológicos y/o espirituales del paisaje para el bienestar
y la salud humana, que aquí solo lo comentaremos muy brevemente. La relación entre
paisaje, bienestar y salud es muy compleja, ya que la capacidad restauradora de un
paisaje se asocia a su capacidad de facilitar la relajación, la desconexión de la vida
cotidiana, el olvido de las preocupaciones y la capacidad de estimular la reflexión
tranquila sobre uno mismo y sus cuestiones personales (Pol, Castrechini &
di Masso, 2009). El paisaje de la Vega es reconocido por sus ciudadanos por esa
capacidad restauradora.
Cuando puedo, salgo a respirar un poco de aire limpio, a despejarme o simplemente a
recrearme en el paisaje.. El contacto con la Vega me genera bienestar.
(EH12. Mecánico, 35-45 años, La Zubia)
Vega es medicina, me presta servicios de salud. Cuando estoy mal y me voy por sus
caminos, vuelvo nuevo. No necesito antidepresivos ni nada por el estilo; un paseo y se
te cura.
(EH01. Jubilado, 65-75 años, Otura)
Pero estas cualidades que se le suponen a un paisaje no siempre son objetivas y
dependen, entre otros, de aspectos y matices de tipo subjetivo, de atribución de causas,
de valores simbólicos variables y cambiantes; en definitiva, de procesos de construcción
social de la realidad (Pol, Castrechini & di Masso, 2009).
4.2.4. Implicación de las transformaciones territoriales
Debemos preguntarnos si las transformaciones territoriales contemporáneas no ponen
en duda el sentido que le habíamos dado a nuestro concepto de «paisaje». Aún más,
es necesario preguntarse cómo y de qué manera estas transformaciones influyen en las
particularidades locales y alteran las relaciones entre identidad, significado y paisaje.
a) Implicación de la difusión15 urbana en los procesos identitarios
El fuerte crecimiento urbano, la profunda interrelación económica y funcional
de los municipios de la Vega y la difusión de pautas socioculturales globalizadas,
se han desarrollado en paralelo a una creciente complejidad de la estructura social.
El establecimiento de los «urbanitas» en pueblos, hasta el momento rurales, no ha
conllevado, hasta el momento, un proceso paralelo de homogenización de formas de
vida y de identidad social. Es decir, tales procesos no han implicado la asimilación de
formas de vida «modernas» por parte de los habitantes «tradicionales», ni la adopción
15. Por difusión urbana quiero aludir no solo a la expansión física de la ciudad, sino también a la
diseminación de sus pautas socioeconómicas y culturales.
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de los antiguos hábitos culturales o identidades locales por los nuevos vecinos, sino
que se producen formas híbridas de sociedad donde conviven pautas socioculturales
globalizadas características de la vida urbana, y otras de carácter local y autóctono,
propias del mundo agrario.
Hay pueblos que mantienen su carácter rural. Como Lachar, Fuente Vaqueros o
Valderrubio, son pueblos que están a 25 km de Granada. Nos son «pueblos dormitorio»,
como los más cercanos. Son «pueblos-pueblos». Los pueblos más alejados tienen más
relación con la Vega, ya que la mayoría sus habitantes son originalmente de ahí. Todos
tienen una relación directa con la tierra.
(EM09. Agricultora, 35-45 años, Churriana)
Observamos dos modos de respuesta identitaria a la metropolización. Una «identidad legitimadora» (Castells, 1998:30), personificada por los actores sociales que
han asimilado una cultura y unos hábitos más o menos normalizados y generados por
los «poderes hegemónicos». Son los habitantes foráneos de las nuevas urbanizaciones,
que tienden a desarrollar modos de vida similares a los de «cualquier lugar», que
podríamos denominar genéricamente «estilo de vida americano». Estos conservan una
identidad vinculada a la ciudad de Granada, en la que antes solían residir y, donde se
desarrollan la mayor parte de sus actividades, tanto laborales como de ocio. Lo cual
significa que muchas personas pasan en la capital la mayor parte del día, mientras que
sus municipios permanecen prácticamente vacíos y limitados a cumplir las funciones
típicas de «ciudad dormitorio». Esto nos conduce, a menudo, a que los servicios de
esos municipios crezcan por debajo de su volumen de población, a la vez que se produce un cierto debilitamiento de su tejido social y formas dispersas de asentamientos,
fomentando la movilidad diaria con los consiguientes atascos de tráfico y los problemas
ambientales que ello ocasiona.
Los segundos actores observados son los pobladores autóctonos, es una «identidad
de resistencia» (Castells, 1998:30) como rechazo a las citadas transformaciones, que
se caracteriza por mantener ciertos rasgos particulares que les confiere una identidad
diferencial a cada localidad. Rasgos generalmente asociados a cualidades rurales y/o
locales. Crean zonas de resistencia, tanto físicas (tipología de viviendas, fisonomía urbana,
estructura agrícola, modos y tipos de cultivos, etc.) como imaginarias (modos de vida
tradicionales, formas de socialización, costumbres y ritos, etc.), y se localizan en los
cascos urbanos o en la residencia agrícola dispersa. Asociados, en parte, a la población
de mayor edad y autóctona. Es decir, mientras que las personas de las nuevas urbanizaciones se mantienen ajenas al lugar y conservan su identidad vinculada a la ciudad de
Granada; las personas residentes-autóctonas en los cascos afianzan su identidad local.
Los labradores han sido personas humildes, con muchos «chascarrillos», son personas
que recuerdan […]. Han vivido de una forma solidaria, han generado redes entre ellos,
compartiendo el trabajo de forma solidaria […] Existía un sentimiento de solidaridad
entre partes.
(EH12. Mecánico, 45-55 años, La Zubia)
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Es un pueblo. Donde nosotros vivimos es una urbanización, pero esto es Ogíjares.
La gente de Ogíjares (el pueblo) es más antigua, está más arraigada a sus tradiciones.
(EM10. Contable, 25-35 años, Ogíjares)
El análisis de las repuestas sobre las diferencias entre los habitantes locales y
los nuevos residentes señalan dos cuestiones interesantes: en primer lugar, existe una
clara percepción por parte de la población de la convivencia de dos tipos de identidad
en un mismo espacio; en segundo lugar, se da una variabilidad de razones a esta diferencia, destacando la forma de ser, el modo de vivir y la relación con el lugar. Esta
creciente relocalización de la población de la ciudad al «pueblo» han sido fomentadas
por una serie de factores tales como «la revalorización del espacio rural como ámbito
adecuado para vivir, la posibilidad de encontrar viviendas baratas, el deterioro físico
y social de los centros urbanos y las mejoras de las infraestructuras de comunicación»
(Entrena, 2006) y así lo manifiestan ciertas observaciones:
Mucha de la gente de Granada que se ha desplazado a los pueblos, lo ha hecho en
búsqueda de viviendas económicas. La parte económica es clave. No era por la búsqueda
de un tipo distinto a la ciudad, ya que mayormente son «ciudades dormitorio». No iban
buscado la Vega, no iban buscando las raíces. Aunque quizás sí la tranquilidad.
(EH13. Banquero, 55-65 años, Granada)
La difusión urbana que afecta a las relaciones socioeconómicas y funcionales de
los territorios rurales, provoca un cambio en el significado de éste, él cual pasa de
ser considerado como lugar de producción agraria y estilos de vida tradicionales, a
ser percibido como espacio de ocio (Entrena, 2006). Esto constituye una especie
de mitificación de lo rural, la cual es construida por los «urbanitas». Una mitificación
que tiene poco que ver con lo que ésta significa para los habitantes del agro, muchos
de los cuales se ven impedidos a adaptarse a los nuevos requerimientos de reestructuración funcional que les vienen impuestos por una serie de procesos y/o decisiones
foráneas. Lo cual conlleva la exigencia de que dichos habitantes tengan que dejar de
ser esencialmente agricultores y pasar a ser responsables de la preservación del medio
ambiente (Entrena, 1998).
Por otro lado, en los propios asentamientos poblacionales, que por su ubicación,
estructura, tipología, materiales, etc. respondían en gran medida a las exigencias
derivadas de la explotación agrícola, se produce una profunda alteración urbanística
y arquitectónica haciéndose en muchos casos irreconocibles su originaria condición
histórica debido a la «desconsideración de dicha condición agraria frente a la uniformización y anodina actividad constructiva de ficticias y catetas aspiraciones urbanas»
(Castillo y Cejudo, 2010:272).
b) Implicaciones del declive agrícola en los procesos identitarios
En la vida moderna, el contacto físico con nuestro entorno natural es cada vez
más indirecto y más limitado a ocasiones especiales. Sin embargo, mediante el trabajo
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agrícola se puede desarrollar una importante vinculación afectiva y simbólica con la
tierra (Conde, 1999). Así una agricultora, no mostró ningún deseo de abandonar su
trabajo a pesar de la dureza de éste.
Te levantas, vives y trabajas en la Vega. Es como un trato personal de tú a tú. Es
un intercambio, tú la labras y ella te da algo a cambio […]es un trabajo bonito, lo que
pasa es que es un trabajo duro físicamente. Pero yo creo que el trabajo de agricultor es
el trabajo más bonito y satisfactorio que hay. Pero también tienes mucha inseguridad.
(EM08. Agricultora, 35-45 años, Churriana)
Ciertos datos de la investigación señalan que se está generando una progresiva
desvinculación con la tierra. Este proceso se evidencia analizando el paulatino abandono de la actividad agrícola, con el consecuente descenso de la superficie cultivada.
Es decir, de manera paralela a los cambios sociales citados se produce también una
crisis del modelo de explotación agrícola, al tener que enfrentarse a las directrices de la
agricultura capitalista, mostrándose incapaz de cumplir ciertos criterios de rentabilidad
por el aumento de los costos de producción y suelo. Esto acarrea el desmoronamiento
de todo el sistema de valores heredados, del complejo sistema de vivencia, que conformaría lo que hemos denominado un modo de vida tradicional. Así lo aprecian la
mayoría de los entrevistados que afirman que la superficie cultivada ha disminuido
en los últimos años y que se ha producido un aumento de eriales. Distintas son las
razones que nos presentan los propios ciudadanos como causantes de este «barbecho
social» (Ruiz y Cejudo, 2010:255). Las principales son cuestiones especulativas y
urbanísticas y en menor medida, la escasa rentabilidad de la actividad agraria debido
a los precios abusivamente bajos de los productos.
Con el «boom» de la construcción, la agricultura se ha ido perdiendo poco a poco,
es más rentable construir viviendas que plantar habas. Prácticamente estamos evocados
a cuatro huertecillos para el autoconsumo y poco más. Los que aguantan lo hacen por
esa nostalgia de agricultor.
(EH10. Empresario, 55-65 años, Cúllar Vega)
Este declive se constata en ciertas actitudes de los agricultores y de su entorno
inmediato. Los hijos de los labradores ya no quieren continuar con la «labor» de sus
padres y optan por abandonar el campo y desarrollar otras actividades económicas
más rentables. Esto provoca un envejecimiento paulatino de la población rural, con
las consecuentes pérdidas, no sólo de un entorno físico y productivo de incalculable
valor, sino de un capital social originado a partir las tradiciones rurales y altamente
arraigadas al territorio, que poco a poco se irán olvidando.
La gente mayor eran quienes tenían ese afán por la agricultura, ese querer luchar
por la tierra,…así que la Vega va encaminada a la desaparición. La gente más joven ya
no la siente, no quieren trabajar en el campo y prácticamente no ves agricultores.
(EH10. Empresario, 55-65 años, Cúllar Vega)
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Además, como hemos dicho, la Vega de Granada es un lugar visto como posible
espacio de desarrollo urbano y construcción de viviendas, antes que como comarca
agrícola. Incluso abunda la idea entre los propios agricultores que es más beneficioso
la parcelación inmobiliaria que la agricultura.
En cuanto un agricultor tiene la oportunidad de vender la tierra, pues… […] Lo
que está pasando es que si 5 marjales valían 300.000 ptas. ahora lo están pagando a 3
millones, porque, aunque, no se ha convertido a suelo urbano se mantiene las expectativas.
(EM09. Agricultora, 35-45 años, Churriana)
c) La destrucción de la Vega como discurso
Los problemas derivados del crecimiento urbanístico, de la multiplicación de infraestructuras y del aumento de construcciones ilegales en el seno de la Vega, son los
problemas que más han subrayado los entrevistados. Así, el peligro de la «destrucción
de la Vega» se valora como algo real más allá de la vinculación afectiva y simbólica
de este problema.
La Vega se encuentra en una situación malísima […] desde el punto de vista de
la pérdida de suelo este año ha sido fatal. Se ha perdido muchísimo suelo que no se
puede recuperar aun sin estar construido. No sólo las construc­ciones sino también las
infraestructuras.
(EM09. Agricultora, 35-45 años, Churriana)
De este modo, se va relatando un proceso de destrucción del paisaje secular de
la Vega de Granada y de aparición de otros totalmente inéditos asociados a la aglomeración urbana.
Este inmenso jardín es casi de las urbanizaciones (…). La ampliación moderna de
la ciudad de Granada está malbaratando y cubriendo de cemento los mejores terrenos
de la vega (…) se está malgastando un solar agrícola formidable y se ha obstruido una
de las panorámicas más impresionantes de Europa.
(Egea, cit. DELGADO Y OJEDA, 2007)
Junto a esta problemática, los encuestados han señalado su preocupación ante el
futuro incierto de la Vega como espacio de producción agrícola, así como la necesidad
de declarar la Vega de Granada como zona protegida.
La única vía para protegerla pasa por reconocer sus valores y por hacer una identificación formal de que es un espacio a proteger. Tiene que declararse formalmente
con alguna figura de protección. Yo creo que la figura de «Zona Patrimonial» es la más
adecuada, porque aun siendo una figura de patrimonio incorpora lo natural, la gestión,
etc.
(E05. José Castillo. Director del OPHE)
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4.2.5. Resistencias identitarias a las transformaciones territoriales
En los últimos años, las movilizaciones sociales en torno a conflictos territoriales han proliferado e intensificado su actividad en la Vega. Este fortalecimiento
de la acción social se debe al aumento de la degradación del paisaje. Así, y para
finalizar, propongo el estudio de aquellas resistencias o movimientos sociales que se
originan como protesta a las transformaciones territoriales anteriormente descritas.
Nos han interesado, particularmente, los movimientos sociales que se articulan para
la defensa o revalorización del territorio, donde no sólo manifiestan sus dimensiones
ecológicas y estéticas sino también las identitarias, y donde el patrimonio aparece
como activo (Torroja, 2009). Más aún, resaltamos aquellos movimientos sociales
que, originándose de «modo reactivo» ante intervenciones externas, han adquirido
una actitud propositiva, son aquellas «identidades de proyecto» conceptualizadas por
Castells (1998:30).
El estudio de los grupos sociales que trabajan activamente en la Vega, alumbró
varios hechos destacables. En primer lugar, básicamente están constituidos por tres
colectivos: el político, el ecologista y el vecinal. Las actuaciones son diversas, desde campañas de concienciación y manifestaciones, hasta alegaciones a proyectos y
recopilación de firmas para promulgar cambios legislativos. Pero es a través de sus
argumentos y reivindicaciones donde el territorio y la identidad toman protagonismo.
La relación histórica, que conformó gran parte de nuestra identidad, se ha ido
quebrando debido a la expansión urbanística […]Al territorio, convertido en mercancía,
se le despoja de todos sus valores productivos, ambientales, paisajísticos, culturales,
históricos y que forjan identidad. Bajo ese enfoque, los municipios pierden su identidad
propia para convertirse en solares en venta […] damos soluciones integrales que servirán
para desarrollarla, para preservar su identidad histórica.
(VV.AA., 2006)
Estos movimientos sociales se centran en tres objetivos principales: la protección
integral de la comarca de la Vega y de todos sus valores; una concienciación medioambiental; y la resistencia local ante intervenciones concretas. Aunque en realidad se
traten de diferentes manifestaciones de un mismo conflicto: los cambios de modos de
vida, tanto rurales como urbanos, por causa de las transformaciones territoriales y de
la presión urbana.
Por último, y de forma más particular, vemos necesario destacar la propuesta de
la «Plataforma Salvemos la Vega» que se asienta sobre una serie de principios básicos: el reconocimiento de los valores culturales, económicos y sociales derivados de
la actividad agraria desarrollada a lo largo de la historia; la necesidad de establecer
una figura de protección como la de «zona patrimonial» que garantice la protección
de la Vega frente la inseguridad que ofrecen otros instrumentos de menor rango, tanto
territoriales como urbanos; y la creación de una figura de gestión supramunicipal que
permita implantar planes y programas que posibiliten la dinamización de la Vega,
especialmente a través de la agricultura (Castillo y Cejudo, 2010:279).
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5. CONCLUSIONES
La lucha por la identidad y el territorio no es un asunto del pasado, sino la
expresión política de la defensa de la variabilidad social, la calidad de vida y la
democracia, como un proceso de construcción social y cultural (Safa, 2000). Para
ello, en el presente artículo hemos tratado de demostrar la necesidad de analizar las
nociones de «territorio» y «paisaje» desde su dimensión identitaria, como conceptos
tremendamente complejos y donde los habitantes plasman sus anhelos, preocupaciones
y amores. En general, esta investigación nos ha permitido confirmar la existencia
de un vínculo real entre los sujetos sociales, la identidad y su paisaje-territorio.
Efectivamente, los entrevistados mostraron una definición relativamente unitaria de
lo que era su paisaje. A través de las distintas conversaciones, pudimos comprobar
el grado de pertenecía de los ciudadanos, que iba de un simple reconocimiento de
su existencia a una lucha activa por el territorio, representada por los movimientos
sociales.
Sin embargo, los procesos de difusión urbana, y la subsiguiente propagación
de la influencia socioeconómica y cultural de la ciudad de Granada, están afectando
drásticamente a la estructura física y social de la Vega, cuyas consecuencias son claras:
a la vez que se produce la pérdida de bastante de los usos, funciones y significados
asociados tradicionalmente a su territorio, se ha originado un verdadero proceso de
desterritorización. Es decir, como consecuencia de la difusión urbana se ocasiona la
ruptura con los sistemas de explotación y asentamientos tradicionales además de poner
en crisis los modelos de vida tradicional y, con ello, una importante proporción de
la población comienzan a renunciar a una serie de prácticas productivas, sociales y
culturales a partir de las cuales tradicionalmente habían configurado la territorización
especifica de su comarca (Entrena, 1998).
En el plano cultural, tiene lugar una reestructuración de la identidad colectiva,
anteriormente de apariencia hegemónica y categoría. Debido a la relocalización de la
población «urbanita» en los pueblos hasta entonces rurales, a la propagación de sus
pautas socioculturales, con frecuencia de carácter global, y a la necesaria adaptación
de las explotaciones tradicionales a leyes de mercado cada vez más exigentes, se
produce una fragmentación cultural. Esto a su vez origina el surgimiento de múltiples identidades individuales y grupales, que conviven en un mismo entorno local,
gestando una forma de sociedad híbrida donde se enfrentan los intereses de ambos.
De esta situación, que se puede calificar de «enfrentamiento» (García Martínez,
1998:16) van a derivar consecuencias importantes en muy diversos planos, desde
el sociológico y demográfico hasta el paisajístico. Es decir, a raíz de los procesos
descritos, los territorios rurales están experimentando un paulatino desvanecimiento
de los rasgos culturales, identitarios y socioeconómicos que los singularizaban, a
la vez que sus habitantes han ido perdiendo parcelas de autonomía en lo relativo a
decidir las normas con las que se organizaban productiva y socialmente. Frente a la
tradicionalmente habitual vinculación de lo rural a un territorio con unas características específicas, y claramente separado de lo urbano, se está extendiendo en nuestro
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territorio el fenómeno del rururbanismo 16, de tal modo que, en el mismo se encuentra
cada vez más perturbado por prácticas, pautas de comportamiento, identidades y
símbolos netamente urbanos.
En particular, estas dinámicas de expansión de la ciudades, han generado en las
áreas periurbanas, hasta hace poco «rurales», una profunda reconversión de usos hacia funciones residenciales, industriales o/y recreativas. Frente a la difusión de pautas
socioeconómicas y culturales urbanas, las readaptaciones de la estructura social y las
reelaboración de identidades, como hemos dicho, no son en absoluto uniformes. Éstas
van desde la reafirmación de la identidad local tradicional o la redefinición de nuevas
identidades generadas como lucha contra los conflictos territoriales, hasta la práctica
disolución de referentes identitarios tradicionales y la adopción de los modos de vida
llamados «modernos» y ajenos al «lugar».
Es más, nos encontramos ante una economía y unos modos de vida calificados
genéricamente como tradicionales, con una gran gama de elementos inherentes a ellos,
que se ven confrontados actualmente a factores de índole muy diversa y la mayoría
de las veces de naturaleza exógena. Es decir, las decisiones sobre un determinado
territorio dependen cada vez menos de la voluntad de los actores endógenos y más de
los intereses socioeconómicos exógenos y con frecuencia de carácter global. Como
consecuencia, dichos actores ven disminuir sus posibilidades de controlar los procesos
socioeconómicos que supeditan la organización y gestión de su territorio. En otras
palabras, «la acción productiva, organizativa, relacional y cultural, que determina la
construcción social del espacio —ya sea rural o urbano— tiene lugar, cada vez más
frecuentemente, en un escenario de alcance global o, por lo menos, está altamente
condicionada por lo que acontece en dicho escenario». De este modo, en muchos
casos, «lo rural ya no constituye un orden social netamente local y autóctono para
decidir la gestión socioeconómica de su territorio, o para conservar o desarrollar en
él una cultura netamente local y autóctona generadora de unos referentes de sentido e
identidad con la forma de vida que le es propia» (García Martínez, 1998:108).
Sin embargo, y a pesar de las múltiples transformaciones y perturbaciones que
experimenta el territorio de la Vega, este continúa siendo un referente esencial para la
población granadina. Ciertos colectivos se reconocen en éste y manifiestan su apego
a través de su voluntad de protección, movilizándose ante los casos de amenaza. Muchos son las asociaciones ya citadas las cuales bajo el lema de «protección de medio
ambiente» defiende un paisaje tan característico y específico.
Para finalizar, como epílogo esperanzador, remarcar como la evolución reciente de
las técnicas de ordenación del territorio ha asumido ya una cultura básica en torno a
la relación entre desarrollo sostenible y planificación urbanística, pero la maduración
16. García Ramón, Tulla Pujol y Valdovinos Perdices (1995:42, cit. BARSKY, 2005)
identifican distintas situaciones (anillos concéntricos) a lo largo de la geografía entre la ciudad y el campo:
el espacio urbano propiamente dicho, el espacio periurbano o áreas urbanas discontinuas, el espacio
semiurbano (con alternancia de usos), el espacio semirural urbanizado, el espacio rural dominado por la
actividad agraria pero con algunas influencias urbanas como por ejemplo las derivadas de la descentralización
industrial y, por último, el espacio rural «marginal».
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futura de las técnicas de planeamiento —lo que podríamos denominar la «segunda
generación de sostenibilidad»— depende de la incorporación de nuevas dimensiones
emergentes y la superación de lecturas reduccionistas, como las que planteamos en
esta investigación. No se trata de una mera apuesta epistemológica o académica; a
través de documentos estratégicos, directivas, programas, etc. la Unión Europea está
incidiendo en la necesidad de ampliar nuestra concepción de la relación entre territorio, sociedad, economía y medio ambiente, repensado las relaciones campo-ciudad,
cultura-naturaleza, paisaje-territorio, etc.
Desgraciadamente la transposición de estas directrices avanzadas a nuestro marco
jurídico y, más aún, a las prácticas de planeamiento es muy limitada. Existe un cortocircuito entre principios y resultados, producido por la ausencia de medios técnicos o
herramientas capaces de materializarlos. Los técnicos de planeamiento generalmente
han obviado este tipo de estudios, basando sus intervenciones en un análisis en la que
el individuo pasaba a ser un dato estadístico más. Esta situación puede ser peligrosa;
de la confrontación entre las representaciones de los que planifican y los planificados
surge el fracaso del planeamiento tradicional, que no sólo no es asumido por estos
últimos, sino que en algunos casos es rechazado y motivo de conflicto (Boira, 1997).
Pero nos podemos enfrentar al territorio desde otro punto de vista, desde la
perspectiva de sus habitantes, alejándonos de imposiciones aisladas de su contexto
sociocultural. Donde el análisis subjetivo y el conocimiento de la «identidad de territorio», nos ayuda a entender las «claves del lugar» (Boira, 1997). Con esto no
quiero decir que únicamente se deba analizar el espacio subjetivo, sino que se trata de
aportar una nueva dimensión a los estudios tradicionales de planeamiento. Debemos
concluir enfatizando la importancia de los procesos participativos en la construcción
territorial. Una intervención participativa que busca «establecer formas de fortalecer
las territorialidades estimulando lazos de identidad y cooperación basados en el interés
común de proteger, valorizar y capitalizar lo que un determinado territorio tiene, sus
especificidades culturales, sus tipicidades». (Albagli cit. Flores, 2007).
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CIEN AÑOS DE OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS
EN LA COMARCA CATALANA DE RIBERA D’EBRE (1911-2011)
Óscar Saladié*
Recibido: 17-03-11. Aceptado: 06-07-11. Biblid [0210-5462 (2011-1); 48: 109-133].
PALABRAS CLAVE: metadata, observatorios meteorológicos, comarca de Ribera d’Ebre.
KEYWORDS: metadata, meteorological observatories, Ribera d’Ebre county.
MOTS-CLÉS: metadata, observatoires météorologiques, contrée de Ribera d’Ebre.
RESUMEN
En este estudio se muestra la historia de las estaciones meteorológicas de la comarca
catalana de Ribera d’Ebre realizada de acuerdo con las recomendaciones de la Organización
Meteorológica Mundial. Gracias a un exhaustivo trabajo de campo y a la búsqueda en archivos
los resultados muestran que a lo largo del último siglo han existido un total de 23 estaciones
pertenecientes a redes oficiales, aunque únicamente 12 de ellas están actualmente operativas.
Para cada una de ellas se ha documentado emplazamiento, observador, instrumentos, exposición, procedimientos y prácticas de observación y condiciones del entorno, así como también
los cambios en los anteriores aspectos. Disponer de una completa metadata es una herramienta
muy útil tanto para descartar estaciones como para detectar datos erróneos y inhomogeneidades
durante el control de calidad y la comprobación de la homogeneidad de los registros y, por
supuesto, para mejorar las correcciones.
ABSTRACT
According to World Meteorological Organization recommendations, a comprehensive metadata
of meteorological records has been developed for the Catalan county of Ribera d’Ebre. After
an exhaustive field and archive work, this study shows that 23 meteorological stations (official
networks) have been operative during the last 100 years but only 12 remain active at the present
moment. For each one of them we have documented location, observer, instruments, exposition,
procedure and observational practices and surrounding conditions as well as changes in any of
mentioned aspects. This available information about metadata can be very useful to reject some
records, detecting erroneous data or inhomogeneities during quality control and homogenization
procedures and obviously to improve corrections.
RESUMÉ
Cette étude montre l’histoire des stations météorologiques de la contrée catalane de Ribera
d’Ebre réalisé conformément aux recommandations de l’Organisation Météorologique Mondiale.
*. Grupo de Investigación de Análisis Territorial y Estudios Turísticos. Departamento de Geografía
de la Universidad Rovira i Virgili. oscar.saladie@urv.cat
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Óscar Saladié
Au moyen d’un travail de champ exhaustif et la recherche dans des fichiers les résultats montrent
que pendant le dernier siècle ont existé un total de 23 stations (réseaux officiels), bien qu’uniquement 12 d’elles soient actuellement opérationnels. Pour chacune d’elles leur emplacement,
observateur, instruments, exposition, procédures et pratiques d’observation, conditions de l’environnement, ainsi que aussi les changements dans les aspects antérieurs ont été documentés.
Disposer d’une metadata complète est très utile pour écarter stations, pour détecter données
erronées et inhomogénéités durant le contrôle de qualité et la vérification de l’homogénéité des
registres et, naturellement, pour améliorer les corrections.
1. INTRODUCCIÓN
La credibilidad de los estudios sobre variabilidad climática está fundamentada
en la utilización de datos meteorológicos de calidad y homogéneos, puesto que en
caso contrario se generaría una fuente de incertidumbre sobre la validez de los resultados obtenidos en los mismos. El problema es que, tal y como ponen de manifiesto
Peterson et al. (1998), la mayoría de los registros meteorológicos se han visto
afectados por un número indeterminado de factores no climáticos que hacen que no
sean representativos de la dinámica natural del clima al generar inhomogeneidades.
De acuerdo con la definición clásica de homogeneidad (Conrad y Pollack,
1962), una serie temporal homogénea es aquella en que sus variaciones son debidas
únicamente a causas climáticas. Hanssen-Bauer y Forland (1994) ahondan en esta
definición y añaden que una serie temporal es homogénea cuando las medidas se han
llevado a cabo con el mismo método, con el mismo instrumento en buen estado, en el
mismo sitio y sin cambios importantes en el entorno más inmediato del observatorio.
Las causas que pueden comprometer la bondad y la calidad de los registros climáticos son diversas y se han documentado en diversos trabajos (Karl y Williams,
1987; Peterson y Easterling; 1994; Groisman et al., 1996; entre otros).
Jones et al. (1986) en su estudio pionero sobre les variaciones de la temperatura en
el hemisferio Norte, identifican cuatro factores que pueden afectar la homogeneidad
de los registros climáticos: cambios de instrumentos, exposición y técnicas de medida
de los registros; cambios en la localización de la estación, tanto en altitud como en
posición; cambios en el tiempo de las observaciones y los métodos para calcular los
promedios diarios y mensuales; y cambio en el entorno de la estación (vegetación y
desarrollo urbano). A estos factores hay que añadir los cambios de observador y, tal
y como hace notar Young (1993), el hecho de trabajar con datos procedentes de
fuentes diversas o la posibilidad de combinar dos o más series para obtener una más
extensa o de mayor continuidad.
Los registros climáticos son extremadamente susceptibles de ser afectados por
todos estos factores, la manifestación de los cuales puede ser en forma de discontinuidad o cambio abrupto (salto) o bien como un cambio gradual (tendencia artificial)
y la comunidad científica internacional experta en el estudio observacional del clima
tiene como una línea de investigación principal la comprobación de la calidad y de la
homogeneidad de los registros, desarrollando diferentes técnicas para llevar a cabo tanto
esta comprobación como la corrección de los registros en el caso que sea necesario.
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CIEN AÑOS DE OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS EN LA COMARCA CATALANA…
111
Independientemente de la metodología utilizada para comprobar la bondad de
los registros, es esencial disponer de la información sobre la historia de los observatorios. Es decir, su metadata: cómo, dónde, cuándo, en qué condiciones y por quién
fueron obtenidos los datos. Una información que ha de servir como herramienta
auxiliar durante el proceso de detección y corrección de las posibles inhomogeneidades de los registros, pero que hasta no hace mucho tiempo su importancia no ha
tenido el reconocimiento adecuado. Se han de destacar los estudios realizados por
Brunetti et al. (2000), Böhm et al. (2001) y Auer et al. (2005), en los cuales
se da información sobre la metadata de los registros. Consciente de su importancia, la
Organización Meteorológica Mundial (OMM) estableció las directrices para priorizar
la tarea de recopilación de la metadata de los observatorios meteorológicos en su
nota técnica número 1186 que lleva por título Guidelines on Climate Metadata and
Homogenization (Aguilar et al., 2003).
En el caso de España, diversos grupos de investigación han dedicado importantes
esfuerzos en documentar las incidencias acaecidas en diferentes observatorios meteorológicos peninsulares, pero o se han limitado a las estaciones de primer orden, el estudio
se ha circunscrito a una determinada variable meteorológica o se han realizado para
estaciones individuales. Entre otros trabajos, cabe citar el de Almarza et al. (1996)
con información sobre los observatorios españoles considerados como «históricos»
pero enfocado únicamente a los registros de precipitación, el artículo de Brunet et
al. (2006) donde se documentan los cambios de localización y de exposición de los
instrumentos de 23 observatorios españoles en un estudio dedicado al análisis de las
variaciones y la tendencia de la temperatura, o los estudios de Barriendos et al.
(2002) con información sobre el observatorio de San Fernando/Cadiz y Barriendos
et al. (1999) y Rodríguez et al. (2001) con información sobre el observatorio de
Barcelona. No obstante, no existe de nuestro conocimiento ningún trabajo donde se
haga una recopilación de la historia de las estaciones meteorológicas de un territorio
determinado tan exhaustiva como la recomendada por la Organización Meteorológica
Mundial en la ya citada nota técnica (Aguilar et al., 2003).
La comarca catalana de Ribera d’Ebre (Figura 1) dispone de datos meteorológicos registrados en observatorios que entraron en funcionamiento a inicios del
siglo XX (Febrer, 1930; Prohom, 2006). Parece razonable pensar que a lo largo
de los últimos 100 años en los distintos observatorios que han estado en funcionamiento en este territorio se hayan producido incidencias que, muy probablemente,
han repercutido tanto en los registros como en la recogida de los mismos. Unas
incidencias (cambios de emplazamiento, de observador, de entorno, etc.) que hasta
el momento no han sido documentadas ni compiladas de manera sistemática. Así
pues, tomando como punto de partida los trabajos citados anteriormente y especialmente las directrices establecidas por la OMM, el objetivo principal de este trabajo
es recuperar y compilar la historia de la recogida de datos meteorológicos en los
diferentes observatorios pertenecientes a redes oficiales que están o han estado en
funcionamiento en la comarca de Ribera d’Ebre. Se trata de documentar los cambios en el tiempo que han afectado las localizaciones, exposiciones y entorno de los
observatorios meteorológicos, recuperando información sobre el emplazamiento de
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 109-133
112
Óscar Saladié
Figura 1. La comarca de Ribera d’Ebre
Fuente: Elaboración propia.
los puntos de observación; documentar tanto los procedimientos y las prácticas de
observación como los posibles cambios en estos procedimientos; y documentar las
circunstancias históricas, políticas o socioeconómicas que hayan podido incidir en el
normal desarrollo de las actividades operativas de los observatorios meteorológicos.
Pero el objetivo de este trabajo no se circunscribe únicamente en su vertiente científica, sino que también tiene como segundo objetivo poner de manifiesto que en la
comarca de Ribera d’Ebre desde hace mucho tiempo ha habido un gran interés por
el clima, cosa que hace de este trabajo un reconocimiento a todas aquellas personas
que a lo largo de los últimos 100 años estuvieron y están a cargo de las estaciones
meteorológicas de una manera voluntaria y desinteresada.
El estudio, una vez contextualizado el tema y planteados los objetivos, se ha
estructurado en dos apartados principales. Un primero dedicado a la metodología utilizada y a las fuentes a partir de la cuales se ha obtenido la información y un segundo
donde se exponen los resultados obtenidos. A estos dos apartados les siguen uno de
dedicado a las conclusiones, otro a los agradecimientos y uno final con la bibliografía.
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CIEN AÑOS DE OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS EN LA COMARCA CATALANA…
113
2. METODOLOGÍA
En el apartado introductorio se ha indicado que la comarca de Ribera d’Ebre dispone
de registros meteorológicos desde inicios del siglo XX, pero ¿en qué poblaciones estaban
o están situados los observatorios? Así pues, la primera tarea que se ha llevado a cabo
es saber cuales de las 17 poblaciones de la comarca han tenido en algún momento un
observatorio meteorológico perteneciente a un organismo oficial o red consolidada, esté
o no actualmente operativo. En el territorio catalán han existido o coexistido diferentes
redes de observatorios meteorológicos, las más importantes de las cuales son la de la
Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y la del Servei Meteorològic de Catalunya
(SMC). Así pues, las fuentes para intentar dar respuesta a la pregunta planteada han
sido la información obtenida a través de la Delegación Territorial en Cataluña de la
Agencia Estatal de Meteorología y la información obtenida a través del Servei Meteorològic de Catalunya, a las que hay que añadir el trabajo realizado por Joaquim Febrer
el año 1930 y que lleva por título Memòries Patxot. Atles pluviomètric de Catalunya.
La Agencia Estatal de Meteorología facilitó el listado de observatorios meteorológicos que forman parte de su red, en la cual también se encuentran aquellos que
hasta 1939 pertenecían al antiguo Servei Meteorològic de Catalunya. Además de la
información referida a la población, también se ofrece información adicional muy
importante como es el código AEMET, el nombre de la estación, la provincia en la
que se encuentra, las coordenadas geográficas, la altitud sobre el nivel del mar y el
periodo de funcionamiento. Por su parte, la localización de las estaciones de la red
del SMC se obtuvo a partir de la información que se facilita en su página web (http://
www.meteo.cat). Finalmente, indicar que una parte de la obra de Febrer (1930) es una
exhaustiva recopilación de los registros mensuales de precipitación de los observatorios meteorológicos de Cataluña, Andorra, el sureste de Francia, la faja más oriental
de Aragón y el norte de la provincia de Castellón. Estaciones todas ellas que habían
entrado en funcionamiento con anterioridad al año 1926, independientemente de si en
el momento de la edición del trabajo estaban o no operativas. También aparece información sobre el número de días de lluvia y, muy importante, el nombre del observador
o de la institución encargada de la estación.
Una segunda pregunta que se plantea es qué información se ha de obtener para cada
uno de los observatorios meteorológicos. La respuesta está en las recomendaciones y
directrices de la OMM (Aguilar et al. 2003) en materia de metadata, escogiendo las
que se adaptan a los objetivos de nuestro trabajo: identificadores de la estación (nombre,
alias, código de la respectiva red de observatorios, fecha de entrada en funcionamiento
y de finalización cuando se da el caso); datos geográficos (latitud, longitud y altitud
sobre el nivel del mar); cambios de emplazamiento; usos del suelo en el entorno de la
estación (zonas urbanas, zonas agrícolas, masas forestales, superficies de agua, relieves destacables, etc.); exposición de los instrumentos (posibles obstáculos debido a la
presencia de edificios o vegetación en las proximidades de la estación); materiales del
suelo de la estación (césped, tierra, pavimento, etc.); tipos de instrumentos y de abrigo
meteorológico; prácticas de observación (cambios de observador, meteoros observados
y tiempos de observación); y procesamiento de los datos (unidades y cálculos).
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Óscar Saladié
Y una tercera cuestión es saber dónde se puede obtener toda la información necesaria. Además de la ya citada obra de Febrer (1930), las fuentes documentales,
orales y visuales a partir de las cuales poder disponer de la metadata se encuentran en
el fondo documental del antiguo Servei Meteorològic de Catalunya, que forma parte
del archivo del Institut Cartogràfic de Catalunya (Barcelona), en el fondo documental
de la Societat Astronòmica de Barcelona, también custodiado en el archivo del Institut
Cartogràfic de Catalunya, en el archivo de la Delegación Territorial en Cataluña de
la Agencia Estatal de Meteorología (Barcelona), en los archivos municipales de las
localidades de la comarca de Ribera d’Ebre donde hay o ha habido un observatorio
meteorológico (ayuntamientos) y mediante las visitas in situ al emplazamiento de las
estaciones que se encuentran en funcionamiento y la realización de una entrevista
con el observador para obtener información sobre la situación actual de la estación
meteorológica, así como también obtener referencias de anteriores observadores y
localizaciones. La búsqueda de la información documental y la realización del trabajo
de campo han permitido recopilar una gran cantidad de información sobre la historia
de los observatorios meteorológicos. Cabe decir que la información sobre los observatorios es desigual en función de diversas variables, como su antigüedad (cuanto más
antigua es la estación la cantidad de incidencias a documentar acostumbra a ser mayor)
o estar o no actualmente en funcionamiento (mayores facilidades en el primer caso).
El análisis de los datos obtenidos sobre la historia (metadata) de los observatorios
meteorológicos de Ribera d’Ebre se ha hecho combinado imágenes y cuadros, junto con
una redacción descriptiva de los cambios de emplazamiento, de observadores, de instrumentes, del entorno y otras incidencias que un determinado observatorio haya podido tener
a lo largo del tiempo. La información para cada uno de las poblaciones que disponen o
han dispuesto de estación meteorológica es la siguiente: descripción del entorno donde
se encuentra la estación; evolución del número de habitantes desde el momento en que la
estación entró en funcionamiento hasta la actualidad; imágenes de los instrumentos en su
localización actual o más antiguas ya se en el mismo emplazamiento o en otros (si existen
o se conservan); ficha histórica con la información sobre las diferentes localizaciones que
se han sucedido a lo largo del tiempo con sus datos básicos; y información complementaria proveniente de correspondencia de los observadores, fichas meteorológicas, etc. A
continuación se muestran los principales resultados de la investigación.
3. RESULTADOS
3.1. Auge de estaciones meteorológicas pertenecientes a diferentes organismos
La preocupación e interés por la meteorología y la climatología por parte de la
población de la comarca de Ribera d’Ebre se hace evidente con la cantidad de estaciones meteorológicas que se encuentran tanto en la actualidad como históricamente.
El año 2011 estaban operativas un total de 12 estaciones repartidas entre 10 pueblos:
Ascó, Benissanet, Flix, Miravet, Móra la Nova, Rasquera, Riba-roja d’Ebre (3), La
Serra d’Almos, Tivissa y Vinebre. De estas 12, 7 pertenecen a la red de la Agencia
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CIEN AÑOS DE OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS EN LA COMARCA CATALANA…
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Estatal de Meteorología: Flix (Fl1-9951), Miravet (Mi1-9974), Rasquera (Ra-9975), dos
de Riba-roja d’Ebre (RE1-9950; RE4-9950c), La Serra d’Almos (LS-9967) y Tivissa
(Ti-9971). Un total de 4 pertenecen a la red del Servei Meteorològic de Catalunya:
Ascó (As3-VA), Benissanet (Be2-VB), Riba-roja d’Ebre (RE3-VC) y Vinebre (Vi2D7). Finalmente indicar que la estación de Móra la Nova (MN), aunque actualmente
no pertenece a ninguna red oficial, su especial idiosincrasia nos ha hecho decidir a
tenerla en cuenta. Pero a estos pueblos se han de sumar los de Ginestar (Gi-9973),
Móra d’Ebre (ME-9969), La Palma d’Ebre (PE-9953) y La Torre de l’Espanyol (TE9954e), que en algún momento y por un periodo más o menos largo de tiempo también
dispusieron de estaciones meteorológicas oficiales (Figura 1).
En la Tabla 1 se muestran las poblaciones de Ribera d’Ebre, ordenadas por la
fecha en que empezaron a registrar datos meteorológicos independientemente de si
actualmente disponen de estación. Únicamente en las poblaciones de Darmós, Garcia
y Llaberia no se ha documentado la existencia de estaciones meteorológicas pertenecientes a alguna red oficial. Por otro lado, en algunos pueblos donde actualmente hay
una estación, durante un periodo de tiempo coexistieron con otras que actualmente no
están operativas. Estos casos se dieron en Ascó (As1-9953 y As2-9954d), Benissanet
(Be1-9972), Flix (Fl2-9951a), Miravet (Mi2-9974a), Riba-roja d’Ebre (RE2-9949e) y
Vinebre (Vi1-antiguo SMC). De estas últimas, tanto la primera de Ascó como la de
Benissanet dejaron de estar operativas el año 2009.
La primera estación oficial que empezó a registrar datos meteorológicos en Ribera
d’Ebre, concretamente datos de precipitación, fue la de la capital comarcal, Móra d’Ebre,
en enero de 1911. Tal y como se puede observar en la Figura 2, que corresponde a la
ficha pluviométrica del año 1911, la estación formaba parte de la Xarxa Pluviomètrica
Catalana (XPC) impulsada por el mecenas de la meteorología Rafael Patxot desde
Figura 2. Detalle de la ficha pluviométrica de Móra d’Ebre del año 1911
Fuente: Archivo de la Delegación Territorial en Cataluña de AEMET.
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Óscar Saladié
Tabla 1. Fecha de inicio del primer observatorio meteorológico en cada población
1
2
3
4
5
6
7
Estación
Móra d’Ebre*
Benissanet
Tivissa
Móra la Nova
Vinebre
Flix
Rasquera
Fecha inicio
Enero 1911
Septiembre 1911
Octubre 1911
Noviembre 1915
Abril 1916
Septiembre 1917
Octubre 1917
8
9
10
11
12
13
14
Estación
Fecha inicio
Ginestar*
Riba-roja d’Ebre
Miravet
La Palma d’Ebre*
Ascó
La Serra d’Almos
La Torre de l’Esp.*
Agosto 1921
Diciembre 1931
Julio 1949
Abril 1952
Enero 1967
Enero 1971
Julio 1971
* Sin estación en la actualidad.
Fuente: elaboración propia.
su Observatori Català de Sant Feliu de Guíxols. Esta red de observatorios entró en
funcionamiento a finales del siglo XIX y aglutinó diferentes observatorios catalanes,
algunos de los cuales formaban parte de una red anterior dirigida por Hermenegildo
Gorria, director de la Granja Experimental de la Diputación de Barcelona. Dos estaciones más vieron la luz también durante el año 1911, la de Benissanet en el mes
de septiembre y la de Tivissa en el mes de octubre. No obstante estas dos estaciones
formaron parte de una nueva red meteorológica creada un año antes por la Societat
Astronòmica de Barcelona (SAB). José Galbis, en aquella época director del Observatorio Central Meteorológico (OCM), tenía el proyecto de crear una red pluviométrica
para el conjunto de España y encargó a la SAB, dirigida por el Dr. Eduard Fontserè,
la tarea de organizarla en Cataluña.
También las estaciones de Móra la Nova, Flix, Vinebre y Rasquera formaron
parte en sus orígenes de la red de estaciones meteorológicas de la SAB, pero debido
principalmente a problemas económicos el año 1921 la SAB traspasó tanto su infraestructura de estaciones como su fondo documental al Servei Meteorològic de Catalunya
(Prohom, 2006), organismo creado ese mismo año por parte de la Mancomunitat de
Catalunya y que estaba bajo la dependencia científica del Institut d’Estudis Catalans
(IEC). Así pues, las anteriores estaciones pasaron a formar parte de la red del SMC
a excepción de la de Móra d’Ebre que dejó de funcionar y la de Rasquera que fue
trasladada a la vecina población de Ginestar. En 1931 entró en funcionamiento la
estación de Riba-roja d’Ebre. El SMC, dirigido por el Dr. Eduard Fontserè, pasó a
depender de la Generalitat de Catalunya entre 1931 y 1939, fecha esta última en que
con la derrota republicana en la Guerra Civil española fue suprimido.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) pasó a ser el organismo competente en
materia de meteorología y las estaciones catalanas entraron en su red. Las estaciones
de la comarca de Ribera d’Ebre en un primer momento pasaron a depender del Centro
Regional del Ebro (Zaragoza) y posteriormente del Centro Meteorológico Territorial
en Cataluña (Barcelona) del Instituto Nacional de Meteorología (INM) que, desde el
año 2008 se transformó en la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Desde 1939
en otros cinco pueblos de la comarca se instaló una estación meteorológica (Ascó, La
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Palma d’Ebre, Miravet, La Serra d’Almos y La Torre de l’Espanyol), a las que hay
que añadir cinco estaciones más en pueblos que ya tenían una (Ascó, Flix, Miravet y
2 en Riba-roja d’Ebre).
El año 1996 la Generalitat de Catalunya creó de nuevo el Servei Meteorològic
de Catalunya y se constituyó una red de estaciones meteorológicas automáticas de
las cuales hay 4 en la comarca de Ribera d’Ebre: Ascó, Benissanet, Riba-roja d’Ebre
y Vinebre. Finalmente, mencionar que el año 2009 desde el Servei Meteorològic de
Catalunya se creó la Xarxa d’Observadors Meteorològics (XOM) de la cual forman
parte algunos de los observadores meteorológicos de estaciones de la red AEMET en
la comarca de Ribera d’Ebre.
La Figura 3 (arriba) muestra la evolución del número de estaciones meteorológicas
operativas a lo largo del periodo 1911-2011 teniendo como variable meteorológica de
referencia la precipitación. El número máximo de estaciones se dio en los años 1974
y 1975 con un total de 16, mientras que actualmente el número se ha reducido hasta
12. Destacar que durante los años 1939 y 1940 sólo se registraron datos de una manera
continuada en la estación de Tivissa. La misma Figura 3 (abajo) muestra otra perspectiva
respecto al número de estaciones disponibles de una manera individualizada con el año
de inicio y de finalización de cada una de las estaciones, así como también se puede
ver la desaparición de algunas de ellas para volver a estar operativas con posterioridad
y la coexistencia de más de una estación en un mismo pueblo, contabilizando un total
de 23 estaciones que como mínimo disponían de registros pluviométricos. Queda clara
también la afectación producida por el conflicto bélico español.
3.2. Un entorno mayoritariamente agrícola, unas estaciones con una amplia variedad
de exposiciones y con cambios de localización
La población de la comarca de Ribera d’Ebre en el año 2010 era de 24082 habitantes y de los 17 pueblos que la conforman únicamente la capital comarcal, Móra
d’Ebre, supera actualmente los 5000 habitantes. La Tabla 2 muestra la evolución del
número de habitantes en las 14 localidades que a lo largo de los últimos 100 años han
dispuesto de estación meteorológica teniendo en cuenta los respectivos años de inicio
y si actualmente están operativas o no. Como se puede observar, de las poblaciones
que actualmente tienen operativa alguna estación meteorológica únicamente en Ascó,
Flix y Móra la Nova se ha producido un aumento de población desde que entró la
estación en funcionamiento. Ahora bien, el aumento en Ascó es de sólo 4 habitantes
y tanto en esta población como en Flix los valores actuales están muy por debajo de
los 2017 y 5217 habitantes que, respectivamente, tenían en 1974.
Todas las localidades se encuentran en un entorno marcadamente agrícola, ya sea
de regadío con predomino de frutales (cerezos y melocotoneros) en aquellas cercanas
al río Ebro o de secano (almendros y olivares). Únicamente en el caso de Rasquera y
Tivissa se puede considerar que hay masas arbóreas relativamente cercanas al núcleo
urbano, situadas en las sierras de Cardó y de Tivissa, respectivamente. Pero si hay
un elemento del medio físico a destacar es esta comarca es la presencia del río Ebro.
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Óscar Saladié
Figura 3. Estaciones meteorológicas operativas entre 1911 y 2011
Fuente: Elaboración propia.
Un total de 8 de las localidades que tienen o han tenido estación meteorológica están tocando a su cauce o están muy cercanas a él tanto en su margen derecho como
izquierdo. A su vez también hay que tener en cuenta la presencia en el mismo río
Ebro de dos embalses: el de Riba-roja d’Ebre situado a unos 5 km al Oeste de la
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Tabla 2. Evolución del número de habitantes
Localidad
Años
Habitantes
Localidad
Años
Habitantes
Ascó
Benissanet
Flix
Ginestar
Miravet
Móra d’Ebre
Móra la N.
1970/2010
1910/2010
1920/2010
1920/1989
1950/2010
1910/1995
1910/2010
1630/1634
1923/1263
3275/4061
1618/922
1234/798
3728/4735
1806/3238
La Palma E.
Rasquera
Riba-roja E.
La Serra
Tivissa
La Torre Esp.
Vinebre
1950/1988
1920/2010
1930/2010
1970/2010
1910/2010
1970/1976
1920/2010
707/479
1455/966
1853/1336
390/279
3485/1391
876/879
1055/459
Fuente: elaboración propia.
población y el de Flix situado en las proximidades del núcleo urbano en dirección
Noroeste. También hay pequeños embalses en las proximidades de La Palma d’Ebre
y La Serra d’Almos.
Por lo que respecta a la posible influencia de la superficie urbanizada en los registros y teniendo en cuenta que sería necesario llevar a cabo un análisis más minucioso,
podemos afirmar que a pesar de que en la mayoría de poblaciones no ha aumentado
el número de habitantes si que ha aumentado en mayor o menor medida la superficie
urbanizada, destacando los casos de Móra d’Ebre y de Móra la Nova.
El entorno de las propias estaciones también puede variar, así de las 12 estaciones
que actualmente están en funcionamiento más las 2 que dejaron de estar operativas en
el año 2009, un total de 9 se encuentran en el entramado urbano de la población ya
sea en el centro o en el perímetro exterior del mismo, 3 estaciones están en un entorno
agrícola rodeadas de cultivos, 1 en un entorno industrial (Fl1) y 1 última (RE3) difícil
de clasificar puesto que se encuentra en el espigón de la compuerta del embalse de
Riba-roja d’Ebre (Figura 4).
Pero además del entorno del emplazamiento también es necesario documentar si la
estación se encuentra a nivel del suelo (patio, explanada, campo, etc.) o bien en algún
lugar elevado (tejado, azotea, balcón, etc.), así como también el material del suelo
donde se encuentran los instrumentos. Por lo que respecta a la primera información 6
de las 14 estaciones que hemos tomado anteriormente como referencia se encuentran
en el suelo y las otras 8 en altura. En el primer caso predominan las que se encuentran
en un campo (3 en total), mientras que en el segundo caso 6 se encuentran en una
azotea. La distribución de las 14 estaciones teniendo en cuenta el material del suelo
da como resultado una importante variedad: en 5 casos el material es tierra (ya sea
compactada o cultivada), en 4 casos el material es baldosa y hay 1 estación situada
sobre cemento, otra sobre fibrocemento, otra más sobre gravilla y una última sobre
tela asfáltica. Finalmente indicar que sólo en 1 estación, la de Tivissa (Figura 5), el
suelo está cubierto de césped.
La localización actual de las estaciones no tiene por que ser la misma que en
el momento de iniciarse la recogida de los datos meteorológicos, especialmente en
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Óscar Saladié
Figura 4. Estación meteorológica del SMC en el embalse de Riba-roja d’Ebre
Fotografía: O. Saladié.
aquellas más antiguas. No se ha documentado ningún cambio de localización en
6 de las 14 estaciones que como mínimo han estado operativas hasta el año 2009
(Be1, Be2, As3, RE3, RE4 y Vi2). No obstante hay que hacer notar que de este
grupo todas, a excepción de la que ha estado operativa en Benissanet desde 1911
hasta 2009 (Be1), son estaciones automáticas. En dos estaciones (As1 y LS) se
ha producido un cambio de localización mientras que en 3 más (Mi1, Ra y RE1)
las relocalizaciones han sido dos. Finalmente tanto en la estación que actualmente
está operativa en Flix (Fl1) como en la de Móra la Nova se han documentado tres
cambios de emplazamiento y la palma se la lleva Tivissa donde entre 1911 y 2011
se han contabilizado un total de seis cambios de localización. No obstante, se ha de
hacer constar que las distancias entre los diferentes emplazamientos en el caso de
relocalizaciones son en su mayoría poco importantes. Así, en el caso de Tivissa, el
cambio más importante por lo que respecta a la distancia entre emplazamientos se
produjo en el año 1972 y fue de 250 metros. La Figura 5 muestra una imagen de la
estación de Tivissa de mediados de los años 60 del siglo pasado en la azotea donde
estuvo entre 1938 y 1972, mientras que la imagen inferior es de la explanada con
césped donde se encuentra actualmente.
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Figura 5. Imagen de la estación de Tivissa a mediados de los años 60 del siglo XX (arriba) y
en su emplazamiento actual (abajo)
Fotografías: Archivo de la Delegación Territorial en Cataluña de AEMET y O. Saladié
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3.3. Variables meteorológicas, instrumentos, unidades y cálculos
Un total de 5 de las 14 estaciones meteorológicas con datos disponibles como
mínimo hasta el año 2009 son automáticas, 5 más son termo-pluviométricas y 4 son
únicamente pluviométricas. Las del primer grupo (automáticas) disponen de unos
sensores e instrumentos que, con una amplia gama de resoluciones temporales, miden
las siguientes variables meteorológicas: temperatura del aire, humedad relativa del
aire, presión atmosférica, velocidad y dirección del viento, radiación solar global y
precipitación. Estas estaciones automáticas son las cuatro del Servei Meteorològic de
Catalunya (As3, Be2, RE3 y Vi2) y una de la Agencia Estatal de Meteorología (RE4).
En la Figura 6 (arriba) se muestra la estación automática del SMC en Vinebre.
Las estaciones convencionales pluviométricas (Be1, RE1, Ra y Mi) disponen de
un pluviómetro modelo Hellmann (Figura 6-centro). Únicamente en el caso de la primera estación de Móra d’Ebre se tiene constancia de un pluviómetro diferente, puesto
que tal y como se indica en la cabecera de la ficha pluviométrica que se muestra en
la Figura 2 el diámetro del pluviómetro es de 20 centímetros, mientras que el diámetro del Hellmann es inferior (Figura 7-arriba). Las estaciones termo-pluviométricas
convencionales (As1, Fl1, MN, LS y Ti) tienen el mismo modelo de pluviómetro así
como un termómetro de máxima y otro de mínima situados en el interior de un abrigo
meteorológico modelo Stevenson (Figura 6-abajo).
En las estaciones convencionales los registros básicos son la precipitación acumulada
diaria y la temperatura máxima y mínima absoluta diaria y en algunos casos se registra la temperatura a las 8 de la mañana. A partir del total acumulado de precipitación
diaria se derivan las cantidades acumuladas cada 10 días, mensuales, estacionales y
anuales. Y en el caso de la temperatura los promedios y oscilaciones diarios, de diez
días, mensuales, estacionales y anuales. El cálculo de la temperatura promedio diaria
se realiza a partir de la semisuma de la temperatura máxima absoluta y la temperatura
mínima absoluta de ese día. Las unidades de medida son milímetros o litros por metro
cuadrado en el caso de la precipitación y grados Celsius en la temperatura.
Algunas de las estaciones han dispuesto o disponen de otros instrumentos, como
termógrafo, barógrafo, pluviógrafo (Figura 5-arriba), psicrómetro, tanque de evaporación,
anemómetro, etc. También se ha dado el caso de estaciones que en origen eran sólo
pluviométricas y que actualmente son termo-pluviométricas o bien estaciones que siendo
actualmente sólo pluviométricas durante algún tiempo también fueron más completas,
tal y como se desprende de la Figura 7 (abajo) referente a una carta datada en el año
1940 del observador de Benissanet donde relaciona los instrumentos con que contaba la
estación con anterioridad a la Guerra Civil española y una vez terminada la contienda.
3.4. Los observadores meteorológicos: linajes familiares
Las estaciones automáticas registran de manera continuada multitud de variables
meteorológicas y necesitan de un mantenimiento periódico para el buen funcionamiento
de los diferentes sensores y calibrarlos en el caso que fuera necesario. En cambio en
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Figura 6. Estación automática del SMC en Vinebre (arriba), estación pluvio de AEMET en
Benissanet (centro) y estación termo-pluvio de AEMET en La Serra d’Almos (abajo)
Fotografías: O. Saladié y Archivo de la Delegación Territorial en Cataluña de AEMET.
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Figura 7. Detalle de la parte posterior de una ficha meteorológica de la estación de Ribaroja d’Ebre (arriba) y relación de instrumentos de la estación de Benissanet (abajo)
Fuente: Archivo de la Delegación Territorial en Cataluña de AEMET.
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las estaciones convencionales consta una persona física o bien una institución/empresa
como observador responsable. En este segundo caso en la comarca de Ribera d’Ebre
actualmente ERCROS es la única empresa que aparece como «observador» de una
estación meteorológica, concretamente situada en Flix (Fl1). Sus encargados son el
personal del laboratorio. En las otras 8 estaciones convencionales que disponen de
datos como mínimo hasta 2009 consta el nombre de una persona como observador, de
los cuales únicamente uno es mujer. Se trata de Pilar Pedrola, de Miravet.
Un aspecto interesante a destacar es la tradición familiar en los observadores meteorológicos. En los cambios de observadores, ya sea por defunción del anterior o por
otra circunstancia, hay una evidente vinculación familiar, ya sea de padres a hijos, entre
hermanos o bien de suegro a yerno. Se han de destacar los casos de Benissanet (Be1)
donde entre 1911 y 2009 ha habido tres generaciones de la familia Cot como encargados
de la estación. La muerte del último de estos, Frederic Cot, ha truncado la continuidad
de la estación convencional de esta población que en 2011 hubiera llegado a los 100
años. En el caso de Tivissa también ha habido tres observadores de la misma familia
entre 1938 y 2011, entre ellos una mujer, Montserrat Brull, a la que sucedió su hermano
menor Adolf y a este su hijo Lluís. Otros ejemplos donde la estación ha estado en manos
de una misma familia son Riba-roja d’Ebre (RE1) desde el año 1933, Miravet (Mi1)
Figura 8. Encabezado de la carta de Antonio Monclús dirigida al secretario de la Sociedad
Astronómica de Barcelona expresando su interés en recibir un pluviómetro
Fuente: Institut Cartogràfic de Catalunya.
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Figura 9. Metadata de las estaciones meteorológicas de Riba-roja d’Ebre y de Tivissa
realizadas por sus observadores en el año 1950
Fuente: Archivo de la Delegación Territorial de AEMET en Cataluña.
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desde 1949 y Rasquera desde 1959. También se han detectado cambios de observadores
dentro de una misma familia en estaciones que actualmente no están operativas: Ginestar
(1944-1989), Móra d’Ebre (1947-1958) y La Palma d’Ebre (1952-1988).
En la actualidad entre los observadores predominan jubilados y agricultores,
mientras que entre los primeros observadores de las estaciones más antiguas destacan
los farmacéuticos y los maestros de escuela (Figuras 8 y 9). Hay que hacer notar que
en la Figura 8 está indicado que Antonio Monclús era «profesor nacional» en Ginestar
y en cambio en 1917 Antonio Monclús aparece como observador encargado de la estación de la vecina población de Rasquera. Desconocemos la causa de dicho cambio,
pero cuatro años más tarde el observador trasladó los instrumentos desde Rasquera
hasta Ginestar, tal y como se indica en una ficha pluviométrica mensual de Rasquera:
«l’observador Sr. Monclús i el pluviòmetre han sigut trasladats a Ginestar».
Los propios observadores en muchos casos nos han facilitado enormemente la tarea de
realizar la historia de las estaciones meteorológicas gracias a que ellos mismos ya realizaron
una metadata, presuponemos que a petición del Servicio Meteorológico Nacional, tal y
como se puede observar en la Figura 9. En el primer caso el observador de la estación de
Riba-roja d’Ebre (RE1) en 1950 indica quién fue el observador con anterioridad y cuándo
entró la estación en funcionamiento. Ya mucho más completa es la relación hecha por el
observador de Tivissa en el mismo año 1950, donde aparecen el nombre de los distintos
observadores, sus profesiones, la variables meteorológicas registradas, los periodos con
lagunas de datos y la persona que auspició la estación en 1911, el Dr. Ramón Jardí natural
de Tivissa e inventor del pluviógrafo de intensidades que lleva su nombre.
3.5. Series climáticas de la comarca de Ribera d’Ebre potencialmente utilizables
en estudios sobre variabilidad climática
Como apartado final de este capítulo dedicado a los resultados se indican cuáles
de las estaciones meteorológicas de la comarca de Ribera d’Ebre son potencialmente
válidas para ser utilizadas en estudios sobre variabilidad climática, teniendo en cuenta
que antes llegar a este fin tanto la calidad como la homogeneidad de los registros tienen
que ser previamente comprobada. Tres son los requisitos impuestos: que la estación
esté actualmente operativa, que tenga un número mínimo de 40 años de registros y
que el número de lagunas en los registros sea poco importante. El resultado son 9
series de precipitación y sólo 3 series de temperatura. Las series de precipitación son:
I) Ascó: 1967-2011
La serie de Ascó estaría compuesta por los registros de la estación convencional
perteneciente a la red AEMET (As1) entre 1967 y 1998 (actualmente no operativa) y
los de la estación automática de la misma población de la red SMC (As3) entre 1999 y
2011. Con esta composición se introduce un evidente punto de ruptura en el año 1998,
al que se ha de añadir otro de potencial en 1990 debido a un cambio de localización
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Óscar Saladié
interno en la propia estación convencional cuando el observador, Jaume Anguera,
trasladó el pluviómetro desde el balcón de su casa hasta el huerto anexo a dicha casa.
La discontinuidad de 1998 es evidente puesto que se produce un importante cambio de
localización (4,5 km), de instrumento y de entorno (de huerto en el interior del núcleo
urbano a campo agrícola situado en las afueras con presencia de cultivos arbóreos).
II) Benissanet: 1911-2011
Como en el caso de Ascó, la serie de Benissanet estaría compuesta por los datos
de la estación convencional (Be1) entre 1911 y 1993 (actualmente no operativa) y los
datos de precipitación de la estación automática de la misma población (Be2) desde
1994 hasta la actualidad. Con esta composición se introduce una discontinuidad en 1993.
Se ha producido un cambio de localización (400 metros de distancia), un cambio de
exposición (de estar en una azotea a una explanada a nivel del suelo), de instrumento
y de entorno (del interior al exterior del núcleo urbano). A su vez indicar la falta de
datos durante el periodo 1937-1940.
III) Flix: 1917-2011
Aunque desde sus orígenes la estación meteorológica de Flix (Fl1) ha estado
siempre en el interior del perímetro de la empresa ERCROS (antiguamente Sociedad
Electroquímica de Flix), a lo largo de los últimos 94 años se han documentando un
total de 3 cambios de localización. No obstante, sólo hemos podido fechar el que se
produjo en 1977. Destacar que se han producido cambios en la exposición, pasando de
estar a nivel del suelo a situarse en la azotea de un edificio. No hay datos disponibles
entre 1937 y 1941.
IV) Miravet: 1949-2011
Desde que en el año 1949 empezaron los registros de precipitación en una estación del Servicio Meteorológico Nacional en Miravet (Mi1) el pluviómetro ha estado
localizado en la casa de los observadores en el núcleo urbano de la población, primero
Joan Pedrola y desde 1993 su hija Pilar. Hasta el año 2005 estuvo en un patio interior,
aunque el pluviómetro estaba sostenido por una barra que lo elevaba por encima de
las paredes. A partir de entonces se situó en la azotea de la casa.
V) Móra la Nova: 1915-2011
La serie de Móra la Nova se ha compuesto con los registros de precipitación de
la estación de la vecina población de Ginestar, actualmente no operativa, razón por la
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cuál es evidente la generación de como mínimo una inhomogeneidad. Así pues, entre
1915 y 1938 los datos se corresponden con la primera estación de Móra la Nova (SAB
y SMC), habiendo documentado un cambio de localización y de observador en el año
1936 (unos 150 metros de distancia). Los datos de la estación de Ginestar van de 1942
a 1982, con un cambio de localización en el año 1944 (distancia de 175 metros). El
cambio importante por lo que respecta a la distancia es el debido a la composición
entre los registros de Móra la Nova y Ginestar: 5 km. Finalmente desde 1983 los datos
vuelven a ser los registrados en una estación de Móra la Nova, curiosamente en el
mismo edificio donde estuvo entre 1936 y 1938 a cargo de Joan Nogués, puesto que
el actual observador, Antonio Veciana, es su yerno. No se dispone de datos entre los
años 1939 y 1941.
VI) Rasquera: 1959-2011
Aunque existen datos de precipitación en una estación que estuvo operativa en
Rasquera entre 1917 y 1921, la serie continua de precipitación es la que empieza en
el año 1959 gracias a un pluviómetro situado en la azotea de una casa localizada en
frente de la iglesia de la población, propiedad de Josep Benaiges. Hacia el año 2001
hubo una remodelación de la azotea. También ha habido un cambio de observador
siendo actualmente Jesús Benaiges, hijo del anterior.
VII) Riba-roja d’Ebre: 1931-2011
Un total de 4 observadores y 2 cambios de localización se han documentado a lo
largo de los 80 años de vida de la estación convencional pluviométrica de Riba-roja
d’Ebre (RE1). Los dos primeros años estuvo a cargo de un maestro de la escuela de
la población, para desde entonces quedar al cuidado de la familia Arbolí-Anguera.
Entre 1933 y 1957 Manuel Arbolí, desde entonces y hasta 1991 su hijo Joan Arbolí
y a este le sustituyó su yerno, Josep Anguera, hermano del observador de Ascó. Los
cambios de localización se produjeron en 1933 y 1980, pasando primero de estar en
una azotea a estar en un huerto y desde 1981 en un tejado. No se dispone de datos
entre 1938 y 1941.
VIII) La Serra d’Almos: 1971-2011
Cuarenta años son los que cumple en 2011 la estación meteorológica de la red
AEMET situada en la población de La Serra d’Almos durante los cuales el observador
ha sido Josep Borrell. Hasta 1991 estuvo localizada en la azotea de la casa propiedad
del observador en el núcleo urbano de la población. Desde entonces se encuentra en una
explanada situada en un campo agrícola a unos 300 metros del primer emplazamiento.
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Óscar Saladié
IX) Tivissa: 1911-2011
El año 2011 es el del centenario de la estación meteorológica de Tivissa durante los
cuales se han producido hasta 6 cambios de localización, tal y como se ha comentado
en el apartado 3.2 y con un total de 6 observadores diferentes. La Figura 9 (abajo)
muestra la relación de los mismos, a la cual faltaría añadir el nombre de Lluís Brull,
hijo del anterior observador. Desde finales del año 1993 la estación se encuentra en
una explanada en el extremo suroccidental del núcleo urbano, hasta entonces siempre
se había situado en azoteas o tejados, ya sea de casas particulares o en la del edificio
del Ayuntamiento donde estuvo a cargo del alguacil municipal entre 1935 y 1937.
Frente a las 9 series de precipitación sólo hay 3 series de temperatura con como
mínimo 40 años de registros y actualmente en funcionamiento, estaciones que también
disponen de datos de precipitación: Flix (1941-2011), La Serra d’Almos (1971-2011)
y Tivissa (1912-2011). En estos tres casos se dispone de un abrigo modelo Stevenson
en el interior del cual se encuentran un termómetro de máximas y un termómetro
de mínimas. En el caso de Flix se encuentra situado en la misma azotea del edificio
donde se encuentra el pluviómetro modelo Hellmann y el suelo es de gravilla. También estuvieron en altura los de La Serra d’Almos y de Tivissa hasta 1991 y 1993,
respectivamente. Actualmente se encuentran a nivel del suelo, sobre tierra en el primer
caso y sobre césped en el segundo.
4. CONCLUSIONES
La comarca catalana de Ribera d’Ebre dispone de una historia sobre quién, dónde
y cómo se ha realizado la observación meteorológica durante los últimos 100 años.
Se trata de la historia de las diferentes estaciones meteorológicas que a lo largo de
los años han existido en esta comarca. También es la historia de los hombres y las
mujeres que de una manera voluntaria y desinteresada se han encargado de recoger
sistemáticamente datos de diferentes variables meteorológicas, especialmente lluvia
y temperatura. Se ha generado pues, tal y como estaba planteado en los objetivos de
este trabajo, la metadada de las estaciones meteorológicas.
El éxito de haber alcanzado los objetivos planteados ha sido posible gracias a la
combinación de una exhaustiva búsqueda en archivos y un minucioso trabajo de campo.
En el archivo del Institut Cartogràfic de Catalunya se ha consultado el fondo del antiguo
Servei Meteorològic de Catalunya (SMC) y el fondo de la Societat Astronòmica de
Barcelona (SAB). También se ha tenido acceso al archivo de la Delegación Territorial
en Cataluña de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). El trabajo de campo ha
consistido en la visita a los ayuntamiento de los pueblos de Ribera d’Ebre que han
tenido o tienen en la actualidad una estación perteneciente a alguna red meteorológica
oficial, así como también en la visita a los observadores encargados de las estaciones en
esta comarca que están actualmente en funcionamiento. Personas que nos han abierto
las puertas de su casa, nos han enseñado el emplazamiento de los instrumentos y nos
han facilitado toda la información solicitada.
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CIEN AÑOS DE OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS EN LA COMARCA CATALANA…
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El resultado es la historia de veintitrés estaciones meteorológicas repartidas entre
catorce de los diecisiete pueblos que conforman la comarca de Ribera d’Ebre: Ascó,
Benissanet, Flix, Ginestar, Miravet, Móra d’Ebre, Móra la Nova, La Palma d’Ebre,
Rasquera, Riba-roja d’Ebre, La Serra d’Almos, Tivissa, La Torre de l’Espanyol y Vinebre. Los primeros datos documentados son del año 1911 y corresponden a registros
de precipitación de un observatorio situado en Móra d’Ebre, mientras que los primeros
datos de temperatura son del año 1912 registrados en el observatorio de Tivissa. De
estas veintitrés estaciones documentadas, actualmente sólo 12 están operativas, de
ellas 7 pertenecen a la red de estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología, 4 a
la del Servei Meteorològic de Catalunya y 1 última de «no oficial» pero que se ha
creído necesario tenerla en cuenta en este trabajo. Las cuatro que pertenecen al SMC
y una de AEMET son automáticas, mientras que el resto son convencionales, ya sean
termo-pluviométricas o únicamente pluviométricas.
Para cada una de las estaciones se han documentado diferentes aspectos, como su
localización y los cambios de emplazamiento que se han producido, los observadores,
el entorno de la estación, el material del suelo, las variables meteorológicas registradas
y los instrumentos. No obstante, a pesar de haber podido recuperar mucha información, han quedado algunas lagunas pendientes de resolver. Los resultados mostrados
son una síntesis de la gran cantidad de información recopilada para cada una de las
estaciones meteorológicas analizadas en este trabajo. Información más detallada sobre
cualquiera de ellas puede ser solicitada por medio de correo electrónico (oscar.saladie@urv.cat). Esta información sobre las estaciones meteorológicas es básica en aras
de realizar estudios sobre la variabilidad climática de un territorio. Disponer de una
buena base de datos con la historia de los observatorios (metadata) es disponer de una
herramienta complementaria a los diferentes tests y pruebas estadísticas que se aplican
a los registros con el objetivo de comprobar su calidad y su homogeneidad. Recoger y
compilar la metadata de los observatorios es una línea prioritaria de la Organización
Meteorológica Mundial (OMM).
Es nuestro deseo que la elaboración de la historia de los observatorios meteorológicos de la comarca de Ribera d’Ebre y la creación de una base de datos con su
metadada sea el punto de partida de futuros trabajos de investigación en este sentido
y que tengan como área de estudio tanto otros territorios de Cataluña como del conjunto de España.
5. AGRADECIMIENTOS
Este estudio ha sido posible gracias a la Agència de Gestió d’Ajuts Universitaris i de Recerca (AGAUR) del Departament d’Universitats, Recerca i Societat de la
Informació de la Generalitat de Catalunya que concedió una ayuda en el marco de
la convocatoria del programa ACOM (2006ACOM 00068), solicitada por el Centre
d’Estudis de la Ribera d’Ebre. Agradecer también a las tres instituciones sin las cuales
no hubiera sido posible realizar este trabajo: Agencia Estatal de Meteorología, Institut
Cartogràfic de Catalunya y Servei Meteorológic de Catalunya. Un agradecimiento
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 109-133
132
Óscar Saladié
muy especial a los actuales observadores de las estaciones meteorológicas de la comarca de Ribera d’Ebre, así como a los familiares de aquellos que lo fueron, por la
información documental y oral que guardan y que nos facilitaron tan generosamente.
Agradecer al Ministerio de de Ciencia e Innovación por la financiación del los proyectos
«Cambios en la frecuencia, intensidad y duración de eventos extremos en la Península
Ibércia» (CAFIDEXPI, CGL2007-65546-C03-02) e «Innovación territorial y modelos
de desarrollo en destinos turísticos litorales. Análisis a diferentes escalas temporales»
(INNOVATUR, CSO2008-01699). Finalmente, nuestro agradecimiento a dos revisores
anónimos por sus comentarios y sugerencias que han permitido mejorar el artículo.
6. BIBLIOGRAFÍA
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PRECIPITACIONES EXTREMAS Y SUS IMPLICACIONES EN
PROCESOS DE REMOCIÓN EN MASA EN LA PLANIFICACIÓN
URBANA DE TAMPICO, MÉXICO
Diego Sánchez González*
Recibido: 13-01-11. Aceptado: 06-07-11. Biblid [0210-5462 (2011-1); 48: 135-159].
PALABRAS CLAVE: Peligros naturales, precipitaciones extremas, procesos de remoción
en masa, gestión de los riesgos, planificación urbana, Tampico, México.
KEYWORDS: Natural hazards, extreme precipitation, mass movement processes, geomorphic hazards, risks administration, urban planning, Tampico, Mexico.
MOTS-CLÉS: Dangers naturels, précipitations extrêmes, processus de glissements de terrain, gestion des risques, planification urbaine, Tampico, Mexique.
RESUMEN
La investigación analiza la peligrosidad y exposición de las precipitaciones extremas y sus
implicaciones en la evaluación y zonificación de los procesos de remoción en masa en la ciudad
de Tampico, localizada en la cuenca baja del río Pánuco, México. La metodología emplea un
Sistema de Información Geográfica para la agregación de los datos hidrometeorológicos y geomorfológicos, posibilitando el análisis de las variaciones espacio-temporales de las precipitaciones
extremas, y sus implicaciones en la evaluación y zonificación de los procesos de remoción en
masa, necesarios para la planificación urbana de Tampico. Los resultados indican que la distribución de las precipitaciones extremas favorece la alta agresividad climática, determinante de
los procesos de erosión del suelo y de los peligros geomorfológicos, como desprendimientos y
flujos de detritos, en el área de estudio. Asimismo, en los próximos años se prevé el aumento
de los procesos de remoción en masa asociados a factores ambientales, por un incremento de
la ocurrencia e intensidad de las precipitaciones extremas, y a factores antrópicos, por el crecimiento de la población y viviendas expuestas a áreas inestables.
ABSTRACT
The study analyzed the frequency and exposure of extreme precipitations and their implications for assessment and zoning of mass movement processes in the Tampico city, located in the
lower river basin Pánuco, Mexico. The methodology employs a Geographic Information System
for the aggregation of hydrometeorological and geomorphological data, making the analysis of
spatio-temporal variations of extreme precipitations, and their implications for assessment and
zoning of mass movement processes, necessary for urban planning in Tampico. The results
indicate that the distribution of extreme precipitations favors the high aggressiveness climatic,
*. Profesor titular de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey,
México. diego.sanchezg@uanl.mx
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
136
Diego Sánchez González
which determines the soil erosion processes and geomorphic hazards such as falls and debris
flows in the study area. Also in the coming years is expected to increase the mass movement
processes related to environmental factors, for the increased occurrence and intensity of extreme
precipitations, and to human factors, for the growth of population and dwellings exposed to
areas unstable.
RESUMÉ
La recherche analyse le danger et l’exposition aux précipitations extrêmes et les conséquences pour l’évaluation et le zonage des processus de glissement de terrain dans la ville de
Tampico, situé dans le bassin inférieur du fleuve Panuco, au Mexique. La méthode emploie un
système d’information géographique pour l’agrégation des données hydrométéorologiques et
géomorphologiques, ce qui rend l’analyse des variations spatio-temporelles des précipitations
extrêmes et leurs conséquences pour l’évaluation et le zonage des processus de glissement de
terrain, nécessaires à la planification urbaine à Tampico. Les résultats indiquent que la distribution
des précipitations extrêmes favorise l’agressivité élevée climatique, ce qui détermine le processus d’érosion des sols et les dangers géomorphologiques tels que les glissements de terrain et
coulées de débris dans la zone d’étude. Egalement dans les années à venir devrait augmenter les
processus de glissement de terrain liés à des facteurs environnementaux, par l’augmentation de
fréquence et l’intensité des précipitations extrêmes, et les facteurs humains, par sur la croissance
de la population et des habitations exposées à des domaines instables.
1. INTRODUCCIÓN
El contexto actual de cambio climático exige ampliar el conocimiento sobre las
variaciones espaciales y temporales de las precipitaciones extremas, asociadas a un
aumento de la frecuencia e intensidad de los ciclones tropicales en el Golfo de México
(IPCC, 2007). Se prevé que las variaciones de frecuencia e intensidad de las precipitaciones intensas en 24 horas favorecerán un incremento de los procesos geomorfológicos
dinámicos, como remociones en masa, que provocarán un aumento de las pérdidas
humanas y materiales (Aristizábal y Yokota, 2006).
Las precipitaciones intensas son eventos hidrometeorológicos extremos de gran
intensidad, baja frecuencia temporal y aparente distribución espacial irregular, que provocan peligros naturales de tipo geomorfológico, como procesos de erosión superficial,
movimientos de masa, inundaciones fluviales, arroyamiento torrencial, y cambios en
los cauces y en las llanuras aluviales, que desencadenan desastres, afectando a poblaciones, viviendas e infraestructuras (Beguería y Lorente, 1999).
Diferentes investigaciones (Méndez et al., 2008) han analizado la variabilidad
climática regional en México, prestando especial atención a la distribución de las precipitaciones por sus repercusiones en el manejo de los recursos naturales y la gestión
del riesgo, así como en el desarrollo económico y social. Igualmente, se han documentado las implicaciones de las precipitaciones intensas en las inundaciones regionales
y urbanas del país (Garnica y Alcántara, 2004). Sin embargo, otros procesos
geomorfológicos asociados a estos fenómenos climáticos, como las remociones en masa,
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
PRECIPITACIONES EXTREMAS Y SUS IMPLICACIONES EN PROCESOS DE REMOCIÓN EN MASA…
137
no han sido suficientemente estudiados por la complejidad de analizar su ocurrencia,
parcialmente aleatoria e incierta (Chivitá, 2008). Al mismo tiempo, en América Latina
la confusión terminológica por el uso frecuente de «deslizamientos» como sinónimo
de «procesos de remoción en masa», imputada a deficientes traducciones anglosajonas,
no ha contribuido a avanzar en el conocimiento de estos procesos geomorfológicos y
a una adecuada gestión del riesgo (Alcántara, 2000).
En México se estima que 34,9 millones de habitantes residen en zonas de riesgo
por inundación (CENAPRED, 2004). Sin embargo, en el país no se tienen estimaciones
de la población en riesgo por los procesos de remoción en masa, sobre todo, asociados
a lluvias intensas.
En el año 2007 en el país se consignaron más de 824 millones de euros para paliar
los desastres provocados por fenómenos naturales en uno de cada cuatro municipios del
país, asignando el 55% del presupuesto total a combatir los efectos de las precipitaciones
extremas. Ese año en los Estados de Chiapas, Oaxaca, Jalisco, Veracruz y Tamaulipas
se destinaron más de 100 millones de euros a paliar los desastres por procesos de
remoción en masa asociados a lluvias extremas (Secretaría de Gobernación, 2008).
Algunos estudios (Mardones y Vidal, 2001) han indicado la importancia
de incrementar el conocimiento sobre la evaluación y zonificación de los riesgos
geomorfológicos, como instrumento para la planificación urbana. La evaluación y
zonificación de los riesgos naturales son objetivos fundamentales de la planificación
urbana y la ordenación del territorio, que permite orientar el uso adecuado del espacio
urbano y regional, compatibilizando la intensidad de su ocupación con la fragilidad
del entorno geográfico.
A continuación, se presenta un estudio de caso, la ciudad de Tampico, ubicada
en la desembocadura de la cuenca baja del río Pánuco en el Golfo de México, que de
manera periódica padece desastres, en forma de inundaciones y remociones en masa,
como desprendimientos y flujos, por efecto de las precipitaciones extremas asociadas
a ciclones tropicales. Entre los años 2007 y 2008 en el municipio se registraron precipitaciones intensas superiores a 150 mm en 24 horas, que desencadenaron procesos
de remoción en masa, ocasionando 3 muertos, 50 viviendas afectadas y cortes de
vías públicas (CNA, 2008). Sin embargo, en las urbes mexicanas, como Tampico, no
se tienen estimaciones de los cuantiosos y costosos efectos, sobre todo, indirectos
e intangibles, que provocan cada año estos fenómenos naturales, como las pérdidas
económicas en el sector público y privado, los problemas de salud y los cortes de
agua potable, entre otros daños (CENAPRED, 2004; Lekuthai y Vongvisessomjai, 2001).
El presente estudio pretende favorecer el conocimiento sobre la peligrosidad
y exposición de las precipitaciones intensas en 24 horas en Tampico, a través de la
evaluación de las variaciones espacio-temporales de estos fenómenos extremos y sus
implicaciones en la zonificación de las áreas urbanas expuestas a los procesos de remoción en masa, como desprendimientos y flujos de detritos. La metodología emplea
un Sistema de Información Geográfica para la agregación cartográfica de los datos
biofísicos y sociodemográficos, y favorecer la evaluación y zonificación de procesos
geomorfológicos dinámicos por precipitaciones extremas en el área de estudio.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
138
Diego Sánchez González
En la investigación se suscitan algunas cuestiones importantes: ¿Se está incrementando la peligrosidad de las precipitaciones extremas en el área metropolitana de
Tampico y la cuenca baja del río Pánuco? ¿Con qué ocurrencia e intensidad se producen
las precipitaciones extremas en el área de estudio? ¿Cuándo se prevé un incremento
de las precipitaciones extremas en la ciudad? ¿Qué sectores urbanos de Tampico están
más expuestos a los procesos de remoción en masa por lluvias intensas? ¿Qué población y viviendas de la ciudad se encuentran en situación de emergencia climática por
remociones en masa asociadas a precipitaciones extremas?
2. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA
En la evaluación y zonificación de los riesgos naturales en áreas urbanas es necesario determinar los patrones espacio-temporales de los fenómenos naturales, a partir
de la peligrosidad, exposición y vulnerabilidad. La peligrosidad se establece a partir
de la frecuencia e intensidad del evento, así como de la fragilidad del sistema natural
(condicionada por sus elementos internos) (Brignardello, 1997). Mientras que,
la exposición se refiere al territorio, la población y la vivienda expuestos a un peligro.
Por su parte, la vulnerabilidad se corresponde con la capacidad de respuesta intrínseca
de una comunidad y territorio expuestos a padecer un daño (Cardona, 2003).
El objetivo general del estudio es analizar la peligrosidad y exposición de las precipitaciones extremas y sus implicaciones en la evaluación y zonificación de los procesos
de remoción en masa en la ciudad de Tampico, México. De igual forma, la investigación
persigue ampliar el conocimiento sobre la influencia de las variaciones temporales de las
precipitaciones sobre la agresividad climática, determinante de los procesos de erosión
del suelo y de los peligros geomorfológicos en el área de estudio. También, se evalúan
los patrones espacio-temporales de las precipitaciones extremas, así como sus periodos
de retorno, y su incidencia en la exposición y zonificación de los procesos de remoción
en masa a escala de sector urbano en la ciudad. Además, el estudio trata de contribuir a
la planificación urbana y la gestión de los riesgos geomorfológicos dinámicos provocados
por lluvias extremas en Tampico y, en general, en las ciudades del Golfo de México.
La metodología emplea un Sistema de Información Geográfica para la agregación
de los datos cartográficos climáticos, hidrometeorológicos y geomorfológicos, así
como de los datos estadísticos del último Conteo de población y vivienda a nivel de
sector urbano y AGEB en el municipio de Tampico (SMN-CNA, 2005; INEGI, 2005).
Asimismo, en el trabajo se emplearon fuentes primarias procedentes de un trabajo de
campo, realizado entre Octubre del año 2005 y Diciembre del año 2008, consistente
en visitas periódicas en el área de estudio.
En los análisis de los datos, especificados en los siguientes apartados, se empleó
un software diferente, como Statistical 8.0, que permitió realizar diferentes análisis
estadísticos para el cálculo del Índice Modificado de Fournier y Ley de Probabilidad
de Gumbel. Por otra parte el programa ArcGIS 9.3, que posibilitó los análisis geoestadísticos, como el método de Inverse Distance Weighted (IDW).
El cálculo de los períodos de retorno de las precipitaciones extremas para el área
de estudio presenta problemas asociados a los datos de partida (Beguería y LoCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
PRECIPITACIONES EXTREMAS Y SUS IMPLICACIONES EN PROCESOS DE REMOCIÓN EN MASA…
139
rente, 1999; Guenni et al.ii, 2008). La deficiencia en los registros pluviométricos
disponibles y la circunstancia de trabajar con valores extremos de la distribución,
repercute negativamente en el establecimiento de una precisa cartografía del riesgo de
precipitaciones extremas para la ciudad. Esta circunstancia incrementa la complejidad
para estimar el grado de susceptibilidad de los procesos de remoción en masa por precipitaciones extremas. Debido al error previsible, se tomaron con prudencia los valores
asociados a los periodos de retorno proyectados, así como se partió de los datos de las
estaciones próximas al área de estudio, emplazadas en la cuenca baja del río Pánuco.
3. LA CIUDAD DE TAMPICO COMO ÁREA DE ESTUDIO
El municipio de Tampico se localiza en el Sureste del Estado de Tamaulipas en la
zona costera del Golfo de México, concretamente en el área metropolitana de Tampico,
México, en las coordenadas 22º 15’ 19” latitud Norte y 97º 52’ 07” longitud Oeste, y
colindando al Norte y al Este con los municipios tamaulipecos de Altamira y Ciudad
Madero, respectivamente, al Oeste con el sistema lagunario Chairel-Tamesí, y al Sur,
a través del río Pánuco, con los municipios de Pánuco y Pueblo Viejo, ambos en el
Estado de Veracruz (Figura 1).
El término municipal, habitado por 303.924 habitantes (INEGI, 2005), representa
el 0,2% de la superficie total del Estado de Tamaulipas, y se extiende sobre 117 km 2,
distribuidos entre los 53,6 km2 del casco urbano, que constituyen el 45,8% del término, los 1,98 km2 de la laguna urbana de El Carpintero, y los 61,4 km2 del Sistema
Lagunario Chairel-Tamesí. Se desprende que casi la mitad del territorio está ocupado
por aguas superficiales, que favorecen el riesgo de inundación.
La geomorfología del área de estudio está determinada por lomeríos y llanuras
aluviales inundables de la Planicie Costera Tamaulipeca del Golfo de México, definida por la cuenca baja del río Pánuco y gestada en el Cenozoico (Figura 1). La suave
topografía dominante no está exenta de terrazas aluviales con pendientes pronunciadas
(> 30%) y alteradas por factores ambientales y antrópicos, que favorecen los procesos
geomorfológicos dinámicos. Algunos estudios (Hudson, 2004) han evidenciado que
la zona de estudio ya sufría desastres por procesos geomorfológicos dinámicos desde
el Holoceno tardío.
El clima dominante es tropical subhúmedo, cálido y extremoso, con temperaturas
medias anuales de 24,8 ºC, alcanzando los 40,3ºC entre los meses de Abril y Mayo, y
está influido por los vientos alisios y los ciclones tropicales. De la misma manera, se
suelen registrar precipitaciones anuales entre 789 a 1,132 mm., aunque el 80% de las
mismas se producen entre los meses de Junio a Octubre, coincidiendo con la época
de huracanes en el Golfo de México. Igualmente, la existencia de ciclones tropicales
recurrentes favorecen las precipitaciones intensas en 24 horas, que generan peligros
de tipo geomorfológico.
Tampico se emplaza en la región hidrográfica de la cuenca baja del río Pánuco,
más concretamente en la desembocadura de los ríos Pánuco y Tamesí (Figura 1). Las
inundaciones de dichas cuencas son repentinas, arrastrando gran volumen de mateCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
140
Diego Sánchez González
Figura 1. Localización geográfica y geomorfología del área metropolitana de Tampico
en la cuenca baja del río Pánuco. Golfo de México. Años 2010.
Fuente: INEGI (2005): Carta Geomorfológica. Escala 1:50.000. Cálculos y elaboración propia.
riales y agua contaminada por descargas urbanas, industriales y, sobre todo, agrícolas
(Adame y Estrada, 2003).
En síntesis, la localización geográfica del municipio en la planicie tamaulipeca
del Golfo de México, sobre una llanura aluvial inundable en la desembocadura de la
cuenca baja del río Pánuco, así como la presencia de vasos lacustres y lagunas urbanas,
favorecen los procesos de remoción en masa e inundaciones, asociados a precipitaciones
intensas por ciclones tropicales recurrentes (Jiménez y Sánchez, 2007).
4. VARIABILIDAD TEMPORAL DE LAS PRECIPITACIONES
Y AGRESIVIDAD CLIMÁTICA
A continuación, se analiza la variabilidad temporal de las precipitaciones y sus
implicaciones en la agresividad climática, que favorece los procesos erosivos de pérdida de suelo y los peligros geomorfológicos en Tampico y su región, la cuenca baja
del río Pánuco.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
PRECIPITACIONES EXTREMAS Y SUS IMPLICACIONES EN PROCESOS DE REMOCIÓN EN MASA…
141
Diversas publicaciones (García, 2003) confirman la compleja variabilidad
espacio-temporal de las precipitaciones en el Golfo de México, asociada a la latitud, proximidad al mar, orografía y rasgos de la circulación atmosférica. Entre los
años 1961 y 1999 en el área de estudio la heterogénea distribución temporal de las
precipitaciones medias mensuales favoreció los peligros naturales (Cuadro 1). En
el periodo analizado en Tampico se produjo un significativo descenso de las precipitaciones medias anuales registradas de 1.132,6 mm hasta situarse en 937,8 mm
a partir del año 1980 (SMN-CNA, 2005), lo que supuso una reducción media del
17,2% anual en las dos últimas décadas. Algunos expertos (Méndez et al., 2008)
asocian el descenso de precipitaciones medias anuales en la región a la influencia
del fenómeno del Niño.
En Tampico la variabilidad temporal de las precipitaciones medias mensuales no es
uniforme a lo largo del año (Cuadro 1), debido a la influencia de los ciclones tropicales
durante el verano y el otoño, estaciones en las que se concentran más del 80% de las
precipitaciones anuales, y la acción de los ciclones extratropicales en el invierno. En
los meses de Junio a Octubre se superan los 132 mm, con máximas de 275 mm en
Septiembre, a la inversa, entre Enero y Abril las precipitaciones no exceden los 27,2
mm., registrándose la mínima en Marzo, con sólo 15,3 mm (Cuadro 1).
Seguidamente, se evalúan las implicaciones de la distribución temporal de las
precipitaciones en la agresividad climática por lluvias, causante del proceso erosivo
de pérdida de suelos y de los peligros geomorfológicos en el área de estudio. Para
ello, se ha determinado el Índice Modificado de Fournier (IMF) (Lobo et al.i.,
2006) a partir de la variabilidad temporal de las precipitaciones registradas en las
estaciones climáticas de la cuenca baja del río Pánuco entre los años 1966 y 1999
(SMN-CNA, 2005) (Cuadro 1). El Índice Modificado de Fournier (IMF) calcula las
precipitaciones con características erosivas en un año y una estación climática dada,
a partir de la sumatoria de las precipitaciones correspondientes a los meses del año
elevadas al cuadrado (pm2) y dividida por la precipitación media anual (P), mediante
la siguiente ecuación:
En el área de estudio el Índice Modificado de Fournier muestra una desigual
distribución de la agresividad climática por precipitaciones, cuyos valores más altos,
por encima de 160 mm., se localizan en estaciones próximas a las sierras, como Tierra
Blanca (272,9 mm.) y Ocampo (261,7 mm.), y en la desembocadura del río Pánuco,
como Tampico (164,6 mm.) (Cuadro 1). A la inversa, en la mayoría de las estaciones
ubicadas en la planicie tamaulipeca se encuentran los valores más bajos y una agresividad climática moderada, como Magiscatzin (115.1) y González (112,7 mm.). De
los resultados, se deduce que en la cuenca baja del río Pánuco existe una alta y muy
alta agresividad climática asociada a la distribución temporal de las precipitaciones a
lo largo del año.
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26,1
16,3
15,9
20,8
27,7
19,5
14,2
15,3
39,5
21,9
34,4
48,1
30,0
33,2
37,9
35,5
34,3
23,7
22,8
67,6
45,8
68,9
112,4
43,1
63,5
91,7
99,6
78,7
64,1
51,2
142,8
79,1
120,5
227,3
155,1
147,2
186,7
254,8
262,4
170,0
198,0
289,0
182,1
188,9
255,7
141,6
145,6
195,9
245,9
336,3
164,2
139,7
314,1
176,4
134,6
177,8
131,2
138,2
153,6
198,4
290,7
127,9
161,4
316,4
140,0
185,9
283,3
143,5
152,6
195,0
226,4
347,8
210,4
275,0
421,4
152,7
27,1
44,5
20,4
24,6
22,7
25,5
26,9
37,0
43,2
83,4
20,2
Nov
38,2
42,5
25,3
18,0
21,8
22,1
25,2
42,5
48,3
33,9
18,4
Dic
125,7
189,7
112,7
115,1
147,2
188,9
261,7
134,6
164,6
272,9
130,6
Alto
Muy Alto
Moderado
Moderado
Alto
Muy Alto
Muy Alto
Alto
Muy Alto
Muy Alto
Alto
Índice
Índice de
Modificado Agresividad
de Fournier Climática
(mm.)
(a) Clasificación de los valores del Índice Modificado de Fournier según Mora et al (1992) y adaptado para el área de estudio.
Fuente: SMN-CNA (2005): Normales climatológicas del Observatorio Sinóptico de Tampico 1961-1999. Cálculos y elaboración propia.
15,9
23,2
12,5
9,1
14,1
14,9
13,3
26,2
18,5
21,5
10,0
80,9
116,5
69,2
65,2
79,7
87,1
91,9
102,4
132,0
185,0
68,2
31,1
31,6
24,2
26,3
19,8
18,0
22,9
33,7
27,2
27,3
18,2
Adjuntas
El Pujal
González
Magiscatzin
Mante
Servilleta
Ocampo
Panuco
Tampico
Tierra Blanca
Xicotencatl
949,2
1.389,0
812,4
839,4
1.039,7
1.255,9
1.549,9
1.016,3
1.132,6
1.941,9
933,0
Oct
Estación Precipitación
Precipitaciones medias mensuales (mm.)
climática media anual
(mm)
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep
Cuadro 1. Distribución de las precipitaciones según Índice de Agresividad Climática, Índice Modificado de Fournier (IMF)
y estación climática. Cuenca Baja del Río Pánuco, Golfo de México. Años 1961-1999. (Datos en mm)
142
Diego Sánchez González
PRECIPITACIONES EXTREMAS Y SUS IMPLICACIONES EN PROCESOS DE REMOCIÓN EN MASA…
143
5. EVALUACIÓN DEL PELIGRO DE PRECIPITACIONES EXTREMAS
EN EL ÁREA DE ESTUDIO
En el apartado se analiza la variabilidad espacio-temporal de las precipitaciones
extremas, evaluando su probabilidad y periodos de retorno, así como su distribución
espacial en el área de estudio.
Diferentes expertos (Peña et al., 1993; Matías-Ramírez et al., 2007) indican
que precipitaciones máximas diarias superiores a 70 mm y acumulaciones de lluvia
superiores a 140 mm en 3 días producen procesos geomorfológicos dinámicos, como
remociones en masa e inundaciones.
La distribución temporal de las precipitaciones máximas diarias y precipitaciones
medias mensuales en Tampico, son similares y más proclives en los meses de verano
y otoño, coincidiendo en la época de huracanes (Cuadro 1 y Figura 2). Asimismo, se
produce una correlación significativa de 0,68 entre las precipitaciones máximas diarias y
precipitaciones medias mensuales. Del mismo modo, en la época de ciclones tropicales
se pueden registrar precipitaciones máximas diarias superiores a las precipitaciones
esperadas para todo un mes, como por ejemplo en Junio (122%) y Julio (119%).
Además, en el mes de Diciembre se produce el valor más significativo, recogiéndose
hasta 5 veces más precipitaciones en un solo día (248,2 mm) que la esperada para
todo el mes (48,3 mm).
En el gráfico (Figura 2) se observa la variabilidad temporal de las precipitaciones
máximas diarias en los meses del año en Tampico, destacando que los valores más
altos se concentran en Diciembre y Junio, con 248,2 y 243 mm en 24 horas respectivamente. En 9 meses del año se registran precipitaciones máximas diarias absolutas
por encima del umbral de peligrosidad geomorfológica, y sólo en Febrero, Marzo y
Abril los valores se sitúan por debajo de 70 mm. El resultado del análisis muestra la
ocurrencia e importancia de las precipitaciones intensas en 24 horas en los peligros
geomorfológicos, sobre todo, en la época de ciclones tropicales en la ciudad, coincidiendo con estudios similares (Jáuregui y Zitácuaro, 1995).
A continuación, se analiza la variabilidad espacial de las precipitaciones máximas
diarias y precipitaciones medias anuales en las estaciones climáticas de la cuenca baja
del río Pánuco. Diferentes expertos (Beguería y Lorente, 1999) han indicado la
complejidad de realizar estudios sobre patrones espaciales de distribución de precipitaciones extremas a partir de los datos de una sola estación próxima al área de estudio.
Mediante el software ArcGis 9.3, se procedió a realizar un análisis geoestadístico, a
través del método de Inverse Distance Weighted (IDW), que permite crear una superficie
interpolada a partir de los datos de precipitaciones, y obtener un modelo espacial de
distribución de las precipitaciones máximas diarias y precipitaciones medias anuales, a
partir de los datos en los años 1961 y 1999 en la cuenca baja del río Pánuco (Figura 3).
El análisis geoestadístico reflejó patrones espaciales similares de distribución
de las precipitaciones medias anuales y precipitaciones máximas diarias (Figura 3),
cuyos valores correlacionan en un 0,54. La gráfica de regresión (Figura 4) indica que
las estaciones que registran altas precipitaciones medias anuales tienden a presentar
altas precipitaciones máximas diarias, principalmente en las estaciones próximas a las
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
144
Diego Sánchez González
Figura 2. Distribución de las precipitaciones máximas diarias absolutas según umbral
de peligrosidad geomorfológica y mes del año. Ciudad de Tampico, México.
Años 1961-1999. (Datos en mm)
(*) Umbral de peligrosidad establecido en 70 mm a partir de diferentes expertos (Peña et al., 1993) y
adaptada al área de estudio.
Fuente: SMN-CNA (2005): Normales climatológicas del Observatorio Sinóptico de Tampico 1961-1999.
Cálculos y elaboración propia.
sierras, como Tierra Blanca (1942 y 371 mm, respectivamente). A la inversa, en las
estaciones ubicadas de la planicie tamaulipeca se localizan los valores más bajos, como
Magiscatzin (839 y 196 mm, en el mismo orden). Tampico presenta valores moderados
(1133 y 248 mm, respectivamente), y se ajusta al modelo. Sin embargo, la estación de
Ocampo no coincide con el modelo, al presentar valores máximos en precipitaciones
asociados a su particular localización geográfica en la serranía tamaulipeca.
La distribución espacial de las precipitaciones máximas diarias favorece una mayor concentración de las mismas en las proximidades a las serranías, disminuyendo
su intensidad conforme se aproxima a la planicie y la costa tamaulipeca (Figuras 3 y
4). Igualmente, la intensidad y concentración de las precipitaciones, sobre todo, por
acumulaciones en periodos de 15 días en la época de ciclones tropicales (Moreno
et al., 2006), favorece el incremento de los procesos erosivos de pérdida de suelo y
remociones en masa, localizados en las serranías y próximos a la desembocadura del
río Pánuco, como Tampico y su área metropolitana.
Seguidamente, se ha estimado la probabilidad de precipitaciones extremas en
24 horas superiores a 70 mm, umbral de peligrosidad geomorfológica (Peña et al.,
1993; Matías-Ramírez et al., 2007), y periodos de retorno en el área de estudio,
siguiendo el método de Gumbel (Gumbel, 1941) (Cuadro 2). La distribución de
Gumbel calcula la probabilidad F(x) de que se produzca un evento extraordinario
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
PRECIPITACIONES EXTREMAS Y SUS IMPLICACIONES EN PROCESOS DE REMOCIÓN EN MASA…
145
Figura 3. Distribución espacial de las precipitaciones medias mensuales y precipitaciones
máximas diarias absolutas registradas en la Cuenca Baja del río Pánuco.
Golfo de México. Años 1961-1999. (Datos en mm)
Cálculos de interpolación según el método Inverse Distance Weighted (IDW).
Fuente: SMN-CNA (2005): Normales climatológicas 1961-1999. Y elaboración propia.
(precipitaciones intensas) a partir de una muestra de datos y en un periodo de retorno
(Tr). Así, 1-F(x) es la probabilidad de que un valor extremo sea superior a x (Expresión 5.1), mientras que Tr = 1/(1-F(x)) es el número de años necesario para que el
valor máximo alcanzado iguale o supere el valor x una sola vez. Tr es el período de
retorno del valor x (Expresión 5.2). Para el desarrollo de las expresiones 5.1. y 5.2 se
han tomado los datos registrados entre los años 1961 y 1999.
5.1.
5.2.
Los resultados indican que en periodos de retorno de 1,2 años se puede producir precipitaciones extremas en 24 horas superiores a los 70 mm, circunstancia que
incrementa los peligros naturales en la ciudad (Cuadro 2). Se observa que a partir de
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
146
Diego Sánchez González
Figura 4. Regresión de las precipitaciones medias anuales y precipitaciones máximas diarias
según estación climatológica. Cuenca Baja del Río Pánuco, México. Años 1961-1999.
(Datos en mm)
Fuente: SMN-CNA (2005): Normales climatológicas 1961-1999. Cálculos y elaboración propia.
periodos de retorno de 2,9 años, vinculados con precipitaciones extremas de 150 mm, se
produce una muy alta peligrosidad de procesos de remoción en masa. Se prevé que para
el año 2050 puedan registrarse precipitaciones máximas diarias superiores a 323 mm.
Diferentes expertos (Rendón y Vargas, 1998) han indicado la importancia
de analizar la evolución de los factores determinantes, como las precipitaciones extremas, en la probabilidad de ocurrencia de un proceso de remoción en masa a escala
regional y local. Algunos estudios (Mora et al., 1992) han establecido parámetros
de intensidades de precipitaciones máximas en 24 horas determinantes de procesos
de remoción en masa con períodos de retorno de 100 años. Los periodos de retorno
calculados para 100 y 500 años muestran valores de 362 y 454 mm., respectivamente,
que se asocian a grandes procesos de remoción en masa e inundaciones, con efectos
más catastróficos para la población, debido a los problemas de zonificación de las
áreas en riesgo, débilmente delimitadas por la administración. Estas áreas sensibles a
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
PRECIPITACIONES EXTREMAS Y SUS IMPLICACIONES EN PROCESOS DE REMOCIÓN EN MASA…
147
Cuadro 2. Cálculo de los periodos de retorno de las precipitaciones extremas en 24 horas y
peligro de procesos de remoción en masa por lluvias. Ciudad de Tampico, México.
Años 1961-1999. (mm)
Periodos
de retorno
Tr (años)
Probabilidad
de Gumbel
F(x)=(1-(1/Tr)) a
1,2
2,9
5,0
10,0
25,0
50,0
75,0
100,0
125,0
150,0
175,0
200,0
225,0
250,0
300,0
400,0
500,0
0,1736
0,6552
0,8000
0,9000
0,9600
0,9800
0,9867
0,9900
0,9920
0,9933
0,9943
0,9950
0,9956
0,9960
0,9967
0,9975
0,9980
Precipitaciones
Peligro de procesos
extremas en 24 horas de remoción en masa
(Xi) (mm) (a)
por lluvias(b)
70
150
187
229
283
323
346
362
375
385
394
402
408
414
425
441
454
Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
Muy Alto
(a) Cálculo de las precipitaciones máximas diarias esperadas y periodos de retorno a partir de la muestra
de datos de precipitaciones máximas diarias registradas entre los años 1961-1999 mediante la Ley de
Probabilidad de Gumbel.
(b) Estimación de la peligrosidad del proceso de remoción en masa por lluvias a partir de Mora et al.
(1992) y adaptado a la zona de estudio.
Fuente: SMN-CNA (2005): Normales climatológicas del Observatorio Sinóptico de Tampico 1961-1999.
Cálculos y elaboración propia.
remociones en masa catastróficas, vinculadas a periodos de retorno muy largos en el
tiempo, favorece la falta de prevención que se refleja en la ausencia de mantenimiento
de las laderas, así como la presencia de asentamientos humanos en zonas de riesgo
(Garnica y Alcántara, 2004).
6. EVALUACIÓN Y ZONIFICACIÓN DE LOS PELIGROS GEOMORFOLÓGICOS
EN TAMPICO
En las ciudades del Golfo de México, como Tampico, las manifestaciones morfodinámicas determinadas por agentes externos, como los procesos de remoción en masa
y las inundaciones, generan la pérdida de vidas humanas y cuantiosos daños materiales,
así como la afectación de vías de comunicación. A continuación, se evalúan y zoniCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
148
Diego Sánchez González
fican los peligros geomorfológicos vinculados a remociones en masa, asociadas a las
variaciones espacio-temporales de las precipitaciones extremas en el área de estudio.
Los procesos de remoción en masa, también conocidos como procesos gravitacionales y procesos de ladera, son movimientos de materiales de laderas por influencia de la gravedad, y provocados por factores internos, como procesos de erosión e
intemperismo, y factores externos, como sismos y precipitaciones intensas (Cruden
y Varnes, 1996).
En el área de estudio se pueden observar remociones en masa de origen aluvial
y gravitacional. Dentro de las remociones aluviales se registran flujos de detritos, que
son grandes volúmenes de agua, generalmente asociados a precipitaciones extremas,
que se desplazan a gran velocidad y en sentido de la pendiente, transportando sedimentos moderadamente gruesos y otros clastos. Asimismo, en relación a las remociones
gravitacionales, en cornisas (acantilados) y laderas de fuerte pendiente se observan
desprendimientos o caídas de rocas diaclasadas, detritos y suelos, que se desprenden,
favorecidos por la acción de las precipitaciones intensas, y caen al vacío en un movimiento rápido de desplome (Brignardello, 1997).
En la ciudad la peligrosidad de los procesos de remoción en masa, referida a
movimientos por flujos y desprendimientos, está determinada por la localización de
distintos elementos en peligro, y se ha evaluado a partir del cálculo de los siguientes
factores: la topografía, a partir de las pendientes; litología, por la presencia de roca
alterada e incoherente; la morfología, a través de la proximidad de laderas con escarpe fuerte; y la vegetación y uso del suelo, a partir del grado de alteración del suelo
y desprotección vegetal (Cuadro 3). Del mismo modo, la ocurrencia de los procesos
de remoción en masa se ha estimado a partir de la probabilidad de precipitaciones
extremas (Cuadro 2), y la zonificación de la ocurrencia en base a la distribución de la
peligrosidad de los procesos de remoción en masa en el municipio.
En la zonificación de las áreas susceptibles de remociones en masa es importante
determinar la relación entre el tipo de movimiento en masa y su litología (Capra et
al., 2003). Igualmente, la zonificación se establece a partir del grado de susceptibilidad
de los procesos, determinado por la dirección del buzamiento de las capas de rocas
deformadas y la geometría de la ladera, y se propone la reubicación de las poblaciones
y viviendas expuestas a los peligros geomorfológicos.
En las regiones de climas tropicales afectados por ciclones, las pendientes se
convierten en un factor determinante en la zonificación de la susceptibilidad a los
procesos de remoción en masa (Mora et al., 1992). Además, la metodología se
completa con la observación de campo y el empleo de los Sistemas de Información
Geográficos para analizar la cartográfica de los factores pasivos (litología, grado de
humedad) y factores activos (lluvias intensas) que determinan las alteraciones del
terreno (Van Zuidam, 1986).
En el trabajo de campo se localizan flujos de detritos, con suelos vertisoles
y fragmentos de rocas en laderas con fuerte pendiente, en los sectores Nacional y
Pescadores, próximos a la laguna del Chairel. De tal manera, se producen desprendimientos localizados en acantilados y fuertes pendientes de ladera (>30%), como rocas
sedimentarias estratificadas y semiconsolidadas, de tipo areniscas-limonitas, altamente
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
PRECIPITACIONES EXTREMAS Y SUS IMPLICACIONES EN PROCESOS DE REMOCIÓN EN MASA…
149
Cuadro 3. Evaluación de la peligrosidad según factores de los procesos de remoción
en masa. Municipio de Tampico, México. Año 2008
Peligrosidad
Factores
Probabilidad de ocurrencia
(años) (a)
Muy Alta
<2,9 años
Alta
Media
Baja
2,9-500 años 501-1000 años >1000 años
Peligros de remoción en masa
Laderas
Laderas
Laderas
Laderas
con escarpe
Morfológicos
con escarpes con escarpes con escarpe débil, terrazas,
muy fuertes
fuertes
mediano
plataformas y
llanuras
Pendientes (%)
Litología
>32%
16-32%
8-15%
<8%
Rocas muy Rocas alteradas
Rocas
Rocas sanas
alteradas e e incoherentes fracturadas y y coherentes
incoherentes
semicoherentes
Muy escasa
Escasa
Vegetación y uso del suelo
cobertura
cobertura
(% de cobertura)
vegetal
vegetal
(<25%)
(25-49%)
Cobertura
vegetal
medianamente
protegida
(50-74%)
Cobertura
vegetal
protegida
(>74%)
(a) Cálculo de las precipitaciones máximas diarias esperadas y periodos de retorno a partir de la muestra
de datos de precipitaciones máximas diarias registradas entre los años 1961-1999 mediante la Ley de Probabilidad de Gumbel.
Cálculos y Elaboración propia.
intemperizadas y fracturadas, con escasa vegetación, en muchos casos modificados por
la acción del hombre y agravada por las lluvias extremas, como en el Sector Obrera,
próximo a la laguna de El Carpintero (Figura 5).
Seguidamente, mediante el uso de un Sistema de Información Geográfica (ArcGIS),
se ha pasado a analizar los resultados de la zonificación de la peligrosidad de los procesos de remoción en masas a escala de sector (Figura 5). Se observa que los niveles
de peligrosidad muy altos están vinculados con un peligro muy alto de procesos de
remoción en masa, una probabilidad de ocurrencia menor de 2,9 años y precipitaciones extremas de 150 mm., laderas con escarpes muy fuertes y pendientes superiores a
32%, rocas muy alteradas y una cobertura vegetal muy escasa (<25%), y localizados
próximos al borde de las lagunas del Chairel y El Carpintero, en los sectores Nacional,
Pescadores y Obrera, afectados por inundaciones periódicas. También, los niveles de
peligrosidad altos se relacionan con un peligro alto de procesos de remoción en masa,
una ocurrencia de 500 años y precipitaciones extremas 454 mm., laderas con escarpes
fuertes y pendientes entre 16 y 32%, rocas alteradas y una cobertura vegetal escasa
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
150
Diego Sánchez González
Figura 5. Zonificación espacio-temporal según peligrosidad y exposición a los procesos
geomorfológicos a nivel de sector urbano. Municipio de Tampico. México. Año 2008
Fuente: Cálculos y Elaboración propia.
(25-49%), y situados próximos al borde de las lagunas del Chairel y El Carpintero,
en los sectores Nuevo Amanecer, Pescadores y Obrera, parcialmente afectados por
problemas de inundación.
A su vez, los niveles de peligrosidad medios se asocian con un peligro medio de
procesos de remoción en masa, una ocurrencia de 1.000 años, laderas con escarpe mediano y pendientes entre 8 y 15%, rocas fracturadas y cobertura vegetal medianamente
protegida (50-74%), y emplazados próximos a las lagunas urbanas, como los sectores
Fraccionamientos Chairel, Pescadores, Del Pueblo, Anáhuac y Obrera, y sectores
obreros de la periferia, como Luis Echevarría e Insurgentes. De la misma manera,
los niveles de peligrosidad bajos se corresponden con un peligro bajo de procesos de
remoción en masa, una ocurrencia superior a los 1000 años, laderas con escarpe débil
y pendientes inferiores a 8%, rocas sanas y coherentes, una cobertura vegetal superior
al 74%, y ubicados en sectores de la periferia norte, como Niños Héroes, Del Bosque,
Esfuerzo Obrero y López Portillo.
Durante décadas en el municipio el problema de la falta de vivienda de las comunidades con bajos recursos y el peligro de inundaciones favoreció la ocupación
progresiva y sin control de las terrazas aluviales. Sin embargo, en las últimas décadas
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
151
PRECIPITACIONES EXTREMAS Y SUS IMPLICACIONES EN PROCESOS DE REMOCIÓN EN MASA…
Cuadro 4. Distribución de la población y vivienda expuesta a peligros por procesos de
remoción en masa según sector urbano. Municipio de Tampico, México. Año 2008
Nivel de
peligrosidad
Superficie expuesta
Población
de los
procesos
de remoción Total
Densidad
en masa
(Km2)
(%)
(hab./km2)
Total(a)
(%)
Muy Alto
Alto
Medio
Bajo
Total
0,24
0,29
2,44
50,59
53,56
0,45
0,54
4,56
94,45
100,00
7.450,0
7.900,0
6.827,5
5.597,7
5.674,5
1.788
2.291
16.659
283.186
303.924
Vivienda
0,59
0,75
5,48
93,18
100,00
Densidad
(vivienda/
(km2)
Total
(%)
2.129,2
2.220,7
1.911,5
1.535,9
1.559,4
511
644
4.664
77.700
83.519
0,61
0,77
5,58
93,03
100,00
(a) Estimación en base al promedio de ocupantes en viviendas particulares habitadas por sector.
Fuente: INEGI (2005): Conteo de Población y Vivienda 2005. Cálculos y elaboración propia.
la presión urbanística sobre estos espacios vulnerables ha incrementado la superficie
expuesta a niveles de peligrosidad muy altos y altos por los procesos de remoción en
masa asociados a precipitaciones extremas, hasta ocupar 0,53 km 2 y representar el 1%
de la superficie total del casco urbano, con 53,6 km2 (Cuadro 4). La distribución espacial
de la exposición a peligros altos afecta, sobre todo, a los sectores urbanos próximos
a las lagunas urbanas, como Pescadores (0,12 km 2), Obrera (0,11 km2) y Nacional
(0,10 km2), que suponen el 62,8% de la superficie total expuesta. En datos relativos,
los sectores urbanos con pendientes >30%, y próximos a las lagunas urbanas, como
Nacional, Obrera y Pescadores, enfrentan una exposición al peligro superior al 8,4%
de su superficie. A la inversa, los sectores con pendientes <8% y ubicados al Norte
del municipio, como Esfuerzo Obrero y Aeropuerto, no presentan superficie expuesta
a peligros de remoción en masa. La existencia de diferentes atlas de riesgo estatales
y municipales elaborados por las administraciones no ha evitado el incremento de las
áreas urbanas y priurbanas expuestas a peligros naturales (Perles y Mérida, 2010).
La falta de colaboración entre las distintas administraciones ha favorecido la ausencia
de planificación urbana y de gestión del riesgo para el conjunto del área metropolitana
(Sánchez y Batres, 2007).
Entre los años 2000 y 2005 en el área de estudio la población expuesta a niveles
de peligrosidad muy altos, altos y medios por remociones en masa se incrementó un
3,19% anual, mientras que el conjunto del municipio registró sólo un crecimiento del
0,57% anual (INEGI, 2005). En el año 2005 en Tampico la población expuesta a niveles
de peligrosidad muy altos y altos por remociones en masa asciende a 4.079 habitantes,
es decir, el 1,34% de los 303.924 habitantes censados (INEGI, 2005) (Cuadro 4). En
el municipio la desigual distribución de la población presenta valores por encima de
los 526 habitantes expuestos al peligro en los sectores próximos a las lagunas urbanas, como Nacional, Obrera y Pescadores, que sumados constituyen el 69,7% de la
población total expuesta de la ciudad (Cuadro 5). A la inversa, en los sectores de la
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
152
Diego Sánchez González
periferia Norte, como López Portillo y Aeropuerto, no se registra población expuesta.
En datos relativos, los sectores urbanos de Nacional (11,6%), Pescadores (10,4%) y
Obrera (10%), presentan las mayores tasas de población expuesta a procesos de remoción en masa. También, la alta densidad de población de Tampico, con valores de
5.674,5 hab./km2, complica la gestión del riesgo, y hace más necesaria la planificación
urbana, sobre todo, en los sectores expuestos con densidades de población por encima
de los 10.000 hab./km2, como Nacional y Obrera.
El número de viviendas expuestas a niveles de peligrosidad muy altos y altos
por procesos de remoción en masa alcanza los 1.155 domicilios (Cuadro 4), es decir,
el 1,38% del total censado, concentrándose, sobre todo, en los sectores de Nacional,
Obrera y Pescadores, todos por encima de 150 viviendas en peligro, y que sumadas
representan el 70,8% del total de viviendas expuestas (Cuadro 5). Precisamente, en
estos sectores obreros, como Pescadores, se detecta la presencia de viviendas construidas con materiales precarios (madera, cartón, lámina) en zonas de fuerte pendiente,
y agravadas por la alta densidad de viviendas, por encima de la media del municipio
(>1.559 viviendas/Km2). La alta marginación social de sus residentes, asociada a
la precariedad de las condiciones socioeconómicas y la falta de vivienda, así como
intereses políticos y económicos, favorecen la ocupación irregular y el cambio de
uso del suelo, incrementando las zonas de riesgo geomorfológico en un contexto de
permisividad pública y descontrol urbanístico.
7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
La ciudad de Tampico, por su localización geográfica en la cuenca baja del río
Pánuco, se encuentra expuesta a los ciclones tropicales del Golfo de México, factor
determinante de las precipitaciones extremas, que ocasionan procesos geomorfológicos
dinámicos, como remociones en masa e inundaciones (Jiménez y Sánchez, 2007).
En la cuenca baja del río Pánuco el patrón de variabilidad temporal de las precipitaciones determina un alto índice de agresividad climática, como el registrado en
Tampico, que favorece los procesos erosivos de pérdida de suelo y las remociones en
masa. Asimismo, en la cuenca la distribución espacial de las precipitaciones extremas
favorece su mayor concentración en las serranías, disminuyendo su intensidad hacia
la costa. Sin embargo, en el municipio se registran valores que se sitúa por encima de
las estaciones climáticas ubicadas próximas a la desembocadura del Pánuco, lo que
contribuye a incrementar los peligros geomorfológicos en la ciudad.
En el área de estudio el complejo patrón de distribución temporal de las precipitaciones intensas no siempre está asociado a la ocurrencia de un ciclón tropical, aunque
su incidencia es mayor en la época de huracanes, que comprende los meses de verano
y otoño, existiendo una correlación moderadamente significativa entre la distribución
de las precipitaciones extremas y las precipitaciones mensuales. En 9 meses del año
existe peligro de precipitaciones intensas en 24 horas superiores a 70 mm, así como
acumulaciones de lluvias extremas en periodos de 15 días, que favorecen los procesos
de las remociones en masa e inundaciones (Moreno et al., 2006).
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PRECIPITACIONES EXTREMAS Y SUS IMPLICACIONES EN PROCESOS DE REMOCIÓN EN MASA…
153
En los próximos años en el área de estudio se prevé que se sucedan menos precipitaciones anuales, asociado al fenómeno del Niño (Magaña et al., 2003). Sin
embargo, se producirá un incremento de la intensidad y concentración de las precipitaciones mensuales y, sobre todo, precipitaciones extremas, que acentuará el alto
índice de agresividad climática existente en la región y, en especial, en Tampico y su
área metropolitana.
Los resultados indican que la ciudad se encuentra en una zona expuesta a peligros
naturales por precipitaciones extremas superiores a 150 mm cada 2,9 años. Se prevé
que a partir del año 2050 se sucedan precipitaciones extremas con valores superiores
a 323 mm en 24 horas, lo que incrementará el riesgo de catástrofe por remociones
en masa en el municipio. Por otra parte, se estima que se registren precipitaciones
extremas de 362 y 454 mm cada 100 y 500 años, respectivamente, determinando la
ocurrencia e intensidad de procesos geomorfológicos de gran magnitud. Es importante
que la Administración delimite las áreas de riesgo a partir de periodos de retorno de
precipitaciones extremas más amplios (500 años), evitando la falta de prevención y
favoreciendo una adecuada gestión del riesgo y planificación urbana. En consecuencia, es prioritario mejorar la deficiente red de estaciones climáticas en la cuenca baja
del río Pánuco y, en general, en el país, para incrementar la calidad de los registros
pluviométricos y posibilitar mejores investigaciones.
En el área de estudio se producen procesos geomorfológicos dinámicos ajenos
a las precipitaciones extremas. Sin embargo, en Tampico la mayoría de los desastres
provocados por remociones en masa, como flujos de detritos y desprendimientos, están
determinados por la combinación de factores ambientales, principalmente, precipitaciones extremas, y factores antrópicos, por la presión de las comunidades sobre los
espacios vulnerables.
La superficie de la ciudad expuesta a los peligros por remociones en masa, asociados
a precipitaciones extremas, representa el 1% del casco urbano del municipio, es decir,
0,53 de los 53,6 km2. Se estima que cada 2,9 años se produce una alta peligrosidad
geomorfológica por lluvias intensas en 24 horas superiores a los 150 mm, vinculado
a laderas con escarpe fuerte, pendientes >16%, rocas alteradas e incoherentes, y una
cobertura vegetal escasa, como en los sectores urbanos inundables próximos a las
lagunas urbanas, sobre todo, Nacional, Obrera y Pescadores. Así, se estima que entre
los años 2000 y 2005 la población expuesta a peligros geomorfológicos se ha incrementado un 3,19%, hasta alcanzar los 4.079 habitantes expuestos, es decir, el 1,34%
del censo, principalmente, en sectores con altas densidades de población (7.450 hab./
Km2) y vivienda (2.129 viviendas/Km2). Los resultados indican que en los próximos
años se producirá un incremento de los peligros geomorfológicos asociado a precipitaciones extremas y, sobre todo, al crecimiento de la población y viviendas en áreas
de riesgo, favorecido por la permisividad pública.
El estudio advierte que determinadas amenazas no contempladas por los gestores
públicos, como las precipitaciones extremas, pendientes y profundos perfiles de meteorización, se incorporan a la intensa urbanización en laderas sin control urbanístico
(Gupta y Ahmad, 1999). Al igual que otras ciudades de América Latina (Enríquez,
2009), en las últimas décadas el proceso de urbanización de Tampico está favoreciendo
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
154
Diego Sánchez González
un incremento de las inundaciones y de los procesos de remoción en masa, asociados a
una misma intensidad de lluvias extremas. La tendencia al incremento de los desastres
por lluvias extremas está determinada por una multiplicidad de factores ambientales y,
sobre todo, antrópicos, como la alteración y pérdida de cobertura vegetal de las laderas
de las terrazas aluviales, así como los efectos del calentamiento global. Es necesario
promover actuaciones a favor del mantenimiento y conservación de la cubierta vegetal
y de la dinámica de la topografía (WP-WLI, 1993).
Se constata que la evaluación de la susceptibilidad y amenaza de los procesos de
remoción en masa por precipitaciones extremas presenta una enorme complejidad e
incertidumbre, ante la falta de información confiable y actualizada para determinar la
probabilidad espacio-temporal de ocurrencia, la magnitud y trayectoria de las masas
potencialmente deslizadas, así como el territorio y las comunidades expuestas a estos
procesos (Chivitá, 2008; Arango, 2000). Al punto que es necesario favorecer
investigaciones sobre evaluación y zonificación de las remociones en masa por lluvias
intensas, a partir de la inclusión de métodos cuantitativos y cualitativos, que permitan
tomar decisiones en condiciones de incertidumbre.
La investigación constituye una primera aproximación a los patrones espacio-temporales de las precipitaciones extremas y su influencia sobre los procesos de remoción
en masa, que permite favorecer la gestión de los riesgos y la planificación urbana de
Tampico y, en general, de las ciudades del Golfo de México. En las últimas décadas
los procesos de degradación ambiental por la acción antrópica están acelerando los
riesgos naturales de tipo geomorfológico (Polanco y Bedaya, 2005), por lo que
es prioritaria una ordenación urbanística sostenible y el combate a la permisividad
pública en los municipios del área metropolitana, como Tampico.
El siglo XXI debe alumbrar una nueva etapa de verdadero compromiso social,
económico, político y científico, para hacer frente a los retos del cambio climático
global en regiones en desarrollo, y dar respuestas sostenibles a las necesidades imperiosas y silenciadas de millones de personas que, pueden convertirse a medio plazo en
refugiados medioambientales. Existe la urgente necesidad de comprender los nuevos
escenarios climáticos, así como los riesgos asociados a eventos extremos, para favorecer una adecuada prevención que contribuya, no sólo a reducir los desastres, sino a
combatir la pobreza que desencadenan estos fenómenos naturales en América Latina.
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Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
Sector Urbano
Superficie
Densidad
Población
Vivienda
Anáhuac
Arboledas
Arenal
Aurora
Del Bosque
Del Pueblo
Enrique Cárdenas
Esfuero Obrero
Fracc. Chairel
Insurgentes
Isleta Pérez
Lauro Aguirre
Lomas de Chairel
López Portillo
Los Pinos
Luis Donaldo Colosio
Luis Echevarría
Mano con Mano
Morelos
Nacional
Niños Héroes
Nuevo Amanecer
0,80
0,89
2,21
0,76
2,68
0,69
1,20
1,34
2,92
1,37
1,60
0,47
1,10
0,94
0,92
0,97
1,36
6,38
1,13
0,86
2,68
0,91
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,04
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,03
0,05
0,00
0,00
0,02
0,00
0,02
0,00
0,01
0,00
0,00
0,06
0,00
0,00
0,10
0,00
0,11
0,04
0,00
0,10
0,00
0,00
0,64
0,10
0,00
0,00
0,05
0,00
0,03
0,00
0,22
0,00
0,00
0,10
0,00
0,08
0,70
0,89
2,10
0,72
2,68
0,59
1,20
1,34
2,25
1,22
1,60
0,47
1,03
0,94
0,87
0,97
1,14
6,38
1,13
0,66
2,68
083
11.728,67
5.493,90
7.135,81
7.932,75
6.096,37
12.864,86
6.737,07
12.069,28
1.984,65
12.116,18
6.016,14
6.791,61
4.750,57
7.240,17
5.490,94
3.982,40
18.760,47
224,29
11.500,71
11.905,54
7.570,07
5.426,15
9.363
0
4.911
0
15.763
0
6.063
0
16.334
0
8.815
0
8.102
0
16.133
0
5.794
59
16.644
505
9.615
0
3.207
0
5.247
95
6.834
0
5.033
109
3.847
0
25.533
112
1.431
0
13.028
0
10.234 1.190
20.256
0
4.934
0
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1,02
3,03
0,00
0,00
1,81
0,00
2,17
0,00
0,44
0,00
0,00
11,63
0,00
0,00
2708
1395
4309
2009
4441
2586
2152
4090
1580
4520
2797
957
1461
1763
1447
979
6836
310
3451
3014
5314
1346
0
0
0
0
0
0
0
0
16
137
0
0
26
0
32
0
30
0
0
350
0
0
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1,01
3,03
0,00
0,00
1,78
0,00
2,21
0,00
0,44
0,00
0,00
11,61
0,00
0,00
Superficie expuesta según peligro
Población Población en Viviendas
Vivienda en
Superficie
Densidad Total
peligro Muy alto
Total
peligro Muy alto
y alto(a)
2005
y alto(a)
Total Muy alto Alto
Medio
Bajo (hab./km2) 2005
2
2
2
2
2
(km )
(km )
(km )
(km )
(km )
Total
(%)
Total
(%)
Cuadro 5. Distribución de la población y vivienda expuesta a peligros por procesos de remoción en masa según sector urbano. Municipio
de Tampico, México. Año 2008. (Km2 y porcentajes)
ANEXO
158
Diego Sánchez González
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
Sector Urbano
Superficie
Densidad
Población
Vivienda
1,10
1,43
0,77
1,35
1,42
2,00
3,23
0,64
1,42
4,03
2,00
53,56
0,09
0,11
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,24
0,02
0,01
0,00
0,00
0,00
0,07
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,29
0,11
0,22
0,06
0,00
0,00
0,24
0,15
0,00
0,09
0,00
0,00
2,44
0,88 10.277,63 11.291
1,09 3.541,07 5.074
0,71 4.770,70 3.693
1,35 10.457,14 14.114
1,42 11.988,42 16.972
1,69 5.062,07 10.113
3,08 2.788,86 9.015
0,64 9.869,72 6.288
1,33 7.105,02 10.087
4,03
0,50
2
2,00
77,15
154
50,60 5.673,99 303.924
(a) Estimación en base al promedio de ocupantes en viviendas particulares habitadas por sector.
Fuente: INEGI (2005): Conteo de Población y Vivienda 2005. Cálculos y elaboración propia.
Obrera
Pescadores
Petrolera
Sol Voluntad Trabajo
Tamaulipas
Tancol
Universidad
Vicente Guerrero
Zona Centro
Aeropuerto
Laguna de El Carpintero
Total Municipio Tampico
1.129
526
0
0
0
354
0
0
0
0
0
4.079
10,00
10,37
0,00
0,00
0,00
3,50
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1,34
3.164
1.466
1.065
3.479
4.981
2.755
2.385
1.521
3.229
1
8
83.519
317
151
0
0
0
96
0
0
0
0
0
1.155
10,02
10,30
0,00
0,00
0,00
3,48
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1,38
Superficie expuesta según peligro
Población Población en Viviendas
Vivienda en
Superficie
Densidad Total
peligro Muy alto
Total
peligro Muy alto
y alto(a)
2005
y alto(a)
Total Muy alto Alto
Medio
Bajo (hab./km2) 2005
(km2)
(km2)
(km2)
(km2)
(km2)
Total
(%)
Total
(%)
Cuadro 5. Distribución de la población y vivienda expuesta a peligros por procesos de remoción en masa según sector urbano. Municipio
de Tampico, México. Año 2008. (Km2 y porcentajes)
PRECIPITACIONES EXTREMAS Y SUS IMPLICACIONES EN PROCESOS DE REMOCIÓN EN MASA…
159
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 135-159
La degradación ambiental de los paisajes en las
cuencas tributarias de la ensenada de Sibarimar
(guanabo e itabo, cuba)
Jose Jesús Delgado Peña*, Jose Damian Ruiz*, Enrique Navarro
Jurado*, Rafael Cortes Macías*, Ricardo Remond Noa**,
Eduardo Salinas Chávez**, Juan Manuel Fernandez Lorenzo**,
Pedro Acevedo Rodriguez**
Recibido: 13-09-10. Aceptado: 18-03-11. Biblid [0210-5462 (2011-1); 48: 161-188].
PALABRAS CLAVE: Desarrollo sostenible, degradación ambiental, unidades de paisaje,
estado geoecológico, potencial y eficiencia.
KEYWORDS: Sustainable development, environmental degradation, landscape units,
geoecological state, potential and efficiency.
MOTS-CLÉS: Développement durable, dégradation de l’environnement, unités de paysage,
état géoécologique, potentiel et efficience.
RESUMEN
Las cuencas de los ríos Guanabo e Itabo se localizan en el límite nororiental de la provincia de La Habana en Cuba. Mientras que los usos urbanos y turísticos son muy importantes
en la costa, la agricultura y la ganadería son predominantes en el interior. Solamente quedan
unas pocas áreas naturales. Debido al conflicto de usos y a las cambiantes características ecológicas es vital el análisis de la degradación medioambiental de los paisajes para establecer un
desarrollo sostenible del territorio. Para alcanzar este objetivo hemos clasificado el territorio en
unidades según las principales características que conforman los diferentes paisajes. Después
de eso, hemos realizado un diagnóstico integrado teniendo en consideración aspectos como los
principales usos de las unidades del paisaje, su potencial y eficiencia, los peligros ambientales,
los procesos degradantes y el estado geoecológico.
ABSTRACT
The basins of the Guanabo and Itabo rivers are located in the northeaster limit of the La
Habana province in Cuba. Meanwhile the urban and touristic uses of the territory are very significant in the coastline, the agriculture and the livestock are predominant in the hinterland. Just
a few of natural areas remain in this area. Due to the conflict of uses and changing ecological
features, the analysis of the environmental degradation of the landscapes is vital in order to
establish a sustainable development of the territory. To reach this aim, we have classified the
*. Departamento de Geografía. Universidad de Málaga. España. jdelgado@uma.es, sinoga@uma.es,
enavarro@uma.es, rcortes@uma.es
**. Facultad de Geografía. Universidad de La Habana. Cuba. iskra.herranz@infomed.sld.cu, esalinas@
geo.uh.cu, Juanma@geo.uh.cu, pacevedo@geo.uh.cu.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
162
J. J. Delgado, J. D. Ruiz, E. Navarro et al.
territory in units attending to the main ecological features that form the different landscapes.
After that, we have carried out an integrated diagnosis taking into consideration aspects such
as the main uses of the landscape units, its potential and efficiency, environmental dangers,
degrading processes and geoecological state.
RESUMÉ
Les bassins hydrographiques des fleuves Itabo et Guanabo sont situés sur la limite nord de
la province de La Havane, à Cuba. Alors que l’usages urbains et touristiques sont très importants sur la côte, de l’agriculture et l’élevage sont prédominant dans l’intérieur. Ils ne restent
plus quelques zones naturelles résiduelles. En raison des conflits d’usages et de l’évolution des
caractéristiques écologiques c’est très important faire d’analyse essentielle de la dégradation de
l’environnement du paysage, pour établir un développement durable des terres. Pour ce faire,
il faut divisé le territoire en unités suivant les caractéristiques qui ont les différents paysages.
Après cela, on fera un diagnostic intégré en train de considérer des aspects tels que les principaux/dominant utilisations des unités de paysage, le potentiel et l’efficience, les risques et la
dégradation sur l’environnement, et aussi l’état géoécologique.
1. INTRODUCCIÓN
El presente estudio se encuadra dentro de una serie de proyectos de cooperación
en el marco de la AACI, la AECI y la AECID, entre investigadores de las universidades
de Málaga y La Habana, durante los años 2004 a 2010. A través de los mismos se ha
realizado una evaluación y diagnóstico de los recursos ambientales y socioeconómicos
de un área de especial interés como es la cuenca de Guanabo, localizada al este de la
capital cubana, entre ésta y el polo turístico de Varadero.
Profundizar en el diagnóstico de los recursos ambientales de un país, región o
cuenca, así como en el análisis del grado de degradación de los mismos, es en la actualidad una labor de vital importancia, dada la relevancia que tienen para el desarrollo
socio-económico dentro del marco de la sostenibilidad, por lo que existen numerosos
autores quienes, desde diferentes perspectivas, ahondan en este ámbito (BARRAGÁN,
2003; DURÁN,O. y otros, 2006; BERTRAND y BERTRAND, 2006; MATA y TARROJA, 2006; OBSERVATORIO DE LA SOSTENIBILIDAD, 2009).
El motivo de la elección de la cuenca de Guanabo como área de análisis, reside
en que la unidad cuenca hidrográfica superficial (CHS), es uno de los marcos de acción
más aceptados para el estudio integral de los recursos de una región, la cual como
unidad de planificación y gestión, tiene gran importancia, pues reúne condiciones de
unidad geográfica natural muy específica y con características muy particulares en
cuanto al funcionamiento de sus componentes, siendo de fácil división interna tanto
en intervalos altitudinales como en subcuencas de diferente orden, dependiendo de los
objetivos de la investigación a realizar (Fernández, M., 2005).
Las cuencas hidrográficas de Itabo y Guanabo se disponen en sentido latitudinal
(23000’ a los 230 10’), desde la divisoria de aguas central de la Isla, al sur, conformada
por las Lomas de San Francisco Javier, Tapaste y las Escaleras de Jaruco. Atraviesan
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
163
Figura 1. Esquema de localización de las cuencas hidrográficas Guanabo e Itabo
Fuente: Elaboración propia.
en parte el vaciado del gran anticlinal Habana-Matanzas, que discurre longitudinalmente y paralelo a la costa, y que corta ambas corrientes fluviales, formando abras
para desembocar en la ensenada de Sibarimar. Ambas cuencas están consideradas como
cuencas pequeñas (inferiores a 200 km2), según la clasificación de González, I. (1999).
La cuenca del río Guanabo, ubicada en el límite nororiental de la provincia Ciudad
de La Habana, limita por el Este con la cuenca del río Jaruco, al Oeste con las cuencas
de los ríos Itabo y Tarará, al Sur, tal como ya hemos indicado, con el escarpe de las
Lomas de San Francisco Javier, Tapaste y de las Escaleras de Jaruco, y por el Norte
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
164
J. J. Delgado, J. D. Ruiz, E. Navarro et al.
con la ensenada de Sibarimar, donde forma un pequeño estero rodeado de manglar.
Presenta una extensión superficial de 119,2 km 2.
Su principal tributario, el río Guanabo, nace a dos kilómetros al sur de la presa
La Coca, (23° 04’ latitud norte y los 82° 07’ longitud oeste), a 150 m. de altitud sobre
el nivel del mar. Discurre por las lomas de La Habana-Matanzas en dirección S-N,
con una longitud de 22,1 Km, presentando 5 afluentes. Desemboca en la ensenada de
Sibarimar, (23° 10’ latitud norte y los 82° 07’ longitud oeste). (Comisión Nacional
de Nombres Geográficos, 2000).
La cuenca del río Itabo, también denominado Jústiz o Boca Ciega, se encuentra
en la vertiente Norte, ubicada al Oeste y Norte de la cuenca del río Guanabo. Limita
por el Oeste con la cuenca del río Tarará, al Este y Sur con la cuenca del río Guanabo
y al Norte con la ensenada de Sibarimar en la cual desemboca.
La cuenca Itabo tiene una extensión superficial de 35,6 km 2 y su principal tributario nace en los 23° 08’ latitud norte y los 82° 11’ longitud oeste, a 75 m de altitud
sobre el nivel del mar, y desemboca en la playa conocida como Boca Ciega a los
23° 10’ de latitud Norte y los 82° 10’ de longitud Oeste. Discurre en dirección SONE, con una longitud máxima superficial de 17 Km (Comisión Nacional de Nombres
Geográficos, 2000).
Para el análisis de la degradación y el diagnóstico integral de los paisajes de las
cuencas hidrográficas Guanabo e Itabo y el sector litoral terrestre adyacente (ensenada
de Sibarimar), se realizó el estudio de los siguientes indicadores: el uso de la tierra, el
potencial de utilización de los paisajes y la eficiencia del uso, los peligros ambientales,
los procesos degradantes y el estado geoecológico.
2. Análisis del uso de la tierra en las cuencas Guanabo
e Itabo en el periodo 1985-2005
Las cuencas de Guanabo e Itabo han experimentado un cambio de uso significativo
en el período comprendido entre 1985 y el 2005 en cuanto a la superficie ocupada
por los tipos de uso.
Observando la superficie ocupada por los tipos de uso, obtenidos a partir del
procesamiento digital de la imagen Landsat 7 TM del año 1985, podemos constatar
el predominio de las superficies dedicada a los pastizales (114,24 Km 2). Debido al
uso ganadero de las tierras en ese momento, alrededor del 68,39% estaban dedicadas
a esta actividad. Le sigue en superficie las áreas ocupadas por arenas, áreas urbanas,
carreteras y canteras (5,07 km2, que representa el 3,03%) seguido por los matorrales
secundarios de Marabú (Dychrostachys cinera) y Aroma (Acacia farnesiana) (14,74
km2, que representa un 8,83%). Los bosques semideciduos degradados ocupan un área
no muy distante del uso anterior (14,74 km2, siendo un 8,83%) y los cultivos ocupan
un área menor (23,48 km2, que representa 14,06%), sin dejar de mencionar el mangle
de la zona costera que se encuentra en menor medida (0,30 km 2 para un 0,17%).
A partir de los años 90 con el comienzo del llamado periodo especial de la economía cubana, caracterizado por una fuerte desaceleración económica y, en consecuencia,
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
165
La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
por la reducción de muchas actividades productivas, resultado de la pérdida de los
mercados con el campo socialista de Europa Oriental y el aumento de las presiones
económicas y políticas del gobierno de los Estados Unidos de Norte América, la mayor
parte de la masa ganadera de ambas cuencas disminuyó considerablemente, quedando
desatendidas la mayor parte de las áreas de pastos y agrícolas. Por otra parte, las áreas
de los matorrales de Marabú (Dychrostachys cinera) y Aroma (Acacia farnesiana)
fueron expandiéndose en su condición de planta invasora y se alojaron principalmente
en las zonas que se encontraban más desatendidas.
Analizando el uso de la tierra para el año 2001 de ambas cuencas, en donde los
pastos siguen siendo la mayor superficie ocupada con un área de 108, 65 km 2, representando un 65%, seguido por los matorrales secundarios de Marabú (Dychrostachys
cinera) y Aroma (Acacia farnesiana) con un área de 27,43 km2, lo que representa un
16%.
En la figura 2 se muestran de forma gráfica los cambios ocurridos entre 1985
y 2001. En ambas cuencas ha existido un aumento del área fundamentalmente en la
cobertura 6 correspondiente a los matorrales de Marabú y Aroma, de 6,97 km 2, representando un 4%, a 27,43 km2, que representa un 16%, pero también, aunque en menor
medida en los bosques (3), de 14,74 km 2 a 17,15 km2. Por el contrario, observamos
una disminución de las áreas de arenas, áreas urbanas, canteras y carreteras (2), de
5,07 km2 a 1,43 km2, al igual que en los cultivos (4) de 23,48 km2 a 8,71 km2 y en
los pastos (6), de 114,24 km2 a 108, 65 km2 en el 2001.
Se puede apreciar en ambas cuencas, para el año 2005, un incremento importante
de las áreas de cultivo 36,64 km2 (24%), y de los bosques 44,76 km2 (30%), un de-
Figura 2. Distribución de los Usos de la Tierra en el área de estudio para los años 1985 y 2001
60
50
Porciento del ‡rea
40
30
20
10
0
1
2
3
4
Cobertura Vegetal
1985
5
6
7
2001
Fuente: Elaboración propia.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
166
J. J. Delgado, J. D. Ruiz, E. Navarro et al.
Figura 3. Mapa de los Usos de la Tierra para el año 2005. Cuencas de Itabo y Guanabo
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
167
La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
Tabla 1. Uso de la Tierra en las Cuencas Guanabo e Itabo para el periodo 1985-2005
Cobertura
Cuerpos de Agua
Arenas, Áreas Urbanas, Carreteras
y Canteras
Bosques semideciduos degradados
Cultivos
Matorrales secundarios
de Marabú y Aroma
Pastos Naturales y Cultivados
Total
Área en %
1985
Área en %
2001
Área en %
2005
1,52
2,19
3,06
3,03
8,83
14,06
0,86
10,27
5,22
0,78
29,71
24,32
4,18
68,39
100,00
16,42
65,05
100,00
18,02
24,10
100,00
Fuente: elaboración propia
crecimiento notable de los pastos 36,64 km2 (24%) y la estabilización de las áreas de
los matorrales secundarios con 27,15 km2 (18%), los cuerpos de agua (4,61 km2 para
el 3%) y las arenas, áreas urbanas, carreteras y canteras (1,18 km 2 y 0,78%).
La tabla 1 muestra un resumen de los cambio ocurridos en el uso de la tierra entre
los años 1985, 2001 y 2005, para el conjunto de las cuencas Itabo y Guanabo, donde
destaca la expansión de los matorrales, la reducción de los pastos y una tendencia de
recuperación de algunas actividades productivas hacia los últimos años.
3.análisis de los potenciales de utilización y eficiencia
del uso en las cuencas Guanabo e Itabo
Previamente, habría que señalar que para este apartado hemos estructurado el territorio analizado en cuatro unidades atendiendo fundamentalmente a las características
orográficas, geomorfológicas, litológicas, edafológicas, biogeográficas y de influencia
antrópica. Estas unidades se subdividen, a su vez, en unidades de inferior orden y que
hemos denominado subunidades de paisaje. Las unidades que conforman, por tanto,
las cuencas de Guanabo e Itabo son las siguientes:
I. Llanura litoral aterrazada marino cárstica, sobre litología carbonatada, de carso
desnudo y semidesnudo, suelos rojos poco desarrollados con restos de matorrales
y bosque semideciduos muy degradado, parcialmente urbanizada. Se subdivide
en 12 subunidades.
II. Llanura fluvio denudativa aterrazada, sobre rocas del complejo efusivo sedimentario carbonatado terrígeno y serpentinita, suelos pardos (carbonatados y no
carbonatados), con pastos, matorrales de marabú y pinares; y restos de bosques
semideciduos y cuabales muy degradado). Se subdivide en 10 subunidades de
paisaje.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
168
J. J. Delgado, J. D. Ruiz, E. Navarro et al.
III. Colinas altas denudativas residuales diseccionadas sobre el complejo de roca
efusivo sedimentario terrígeno carbonatado y serpentinita, suelos pardos con
restos de bosques semideciduos, cuabales y cultivos menores. Se subdivide en
6 subunidades de paisaje.
VI. Alturas baja cárstico-denudativas sobre calizas, suelos rojos ferralíticos y pardos
con carbonato, con bosques semideciduos degradados y pastos. Se subdivide en
3 subunidades.
Las investigaciones del potencial del paisaje se fundamentan en tres aspectos
esenciales (SALINAS, E. 1996):
– La unidad orgánica del potencial del paisaje con el desarrollo socioeconómico
de la sociedad, lo que implica la armonía entre la ecología y la economía.
– El establecimiento del beneficio social sobre cualquier otro.
– La prioridad a la conservación del potencial reproductivo del paisaje para el
futuro. El llamado capital natural.
El potencial o aptitud como categoría científica corresponde a los recursos naturales
potenciales de la economía. Ellos pasan a la categoría de recursos naturales realmente
utilizados, como un proceso histórico controlado por la capacidad tecnológica y el
desarrollo socioeconómico de la sociedad. La principal ventaja de la concepción del
potencial del paisaje es el hecho de no estar alterada por aproximaciones sectoriales
para la utilización del paisaje, además de que supera la concepción del paisaje como
un espacio ilimitadamente explotable. El potencial del paisaje depende tanto de las
relaciones sinérgicas (las relaciones entre sus componentes), como de las relaciones
con los paisajes vecinos. Esto significa, que el potencial está condicionado no solo por
las características locales, sino que incluye además la influencia regional. El potencial
también cambia con el tiempo debido a los niveles de desarrollo de la sociedad y,
también, al cambio de sus necesidades en relación al paisaje.
El potencial se concibe entonces como un recurso del paisaje, limitado por las
condiciones de estabilidad y homeostasis, e implica que sobre la base del estudio de
las propiedades de los paisajes, las grandes unidades puedan tener una designación
funcional claramente reflejada (industrial, agrícola, forestal, etc.), o una designación
polifuncional con varias funciones entre las cuales una puede ser la predominante y
las restantes puedan presentar un carácter secundario.
Las tablas 2, 3, 4 y 5 muestran un resumen de los potenciales principal y secundario, de los usos y de la eficiencia de esa utilización para las unidades de paisaje
establecidas anteriormente.
La eficiencia (relación uso / potencial), fue caracterizada de la siguiente forma:
– Paisajes subutilizados, en los cuales el uso puede ser incrementado, pues es
inferior al potencial.
– Paisajes optimizados, aquellos que son utilizados de acuerdo a su potencial.
– Paisajes sobre explotados, donde el uso es mayor que el potencial.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
169
Tabla 2. potencial, uso y eficiencia de utilización de la llanura litoral (i)
Unidades
I.1 Estero.
I.2 Cauces
Area
(km2)
-
-
Potencial Potencial
Uso
principal Secundario
Ecológico Turístico
Ecológico Forestal
I.3 Laguna Litoral
0.66
Ecológico Turístico
I.4 Cañada
-
Ecológico Forestal
I.5 Playas y dunas
0.42
Turístico Ecológico
I.6 Primera terraza
5.86
Turístico Ecológico
I.7 Segunda terraza
1.55
Turístico Forestal
I.8 Tercera terraza
0.76
Ecológico Forestal
I.9 Pendiente
2.80
Forestal Ganadero
septentrional
I.10 Pendiente
1.29
Ecológico Forestal
meridional
I.11 Pendiente ligera
0.51
Ecológico Forestal
I.12 Cimas
0.68
Ecológico Turístico
Natural
Natural
Manglar
Turismo
Natural
Pastos
Turismo
urbano
matorrales
Pastos
cultivos
urbano
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Eficiencia
de utilización
Sobre explotado
Sobre explotado
Sobre explotado
subutilizado
optimizado
Sobre explotado
Sobre explotado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
Sobre explotado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
Fuente: Elaboración propia.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
170
J. J. Delgado, J. D. Ruiz, E. Navarro et al.
Tabla 3. Potencial, uso y eficiencia de utilización de la llanura fluvio-denudativa aterrazada (ii)
Unidades
Area
(km2)
Potencial Potencial
Uso
principal Secundario
II.1 Cauce
-
Ecológico Forestal
II.2 Cañadas
-
Ecológico Forestal
II.3 Primera Terraza
1.96
Ganadero Agrícola
Salinizada
II.4 Primera Terraza
10.39
Agrícola Ganadero
II.5 Segunda Terraza
32
Ganadero Agrícola
II.6 Colinas Bajas
1.63
Forestal Agrícola
II.7 Pendientes
2.55
Ganadero Forestal
Ligeras
II.8 Pendiente Fuerte
3.96
Ecológico Forestal
II.9 Cimas Suaves
0.50
Forestal Ganadero
II.10 Cimas Ligeras
0.49
Ecológico Forestal
Fuente: Elaboración propia.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
Natural
Natural
Bosques
cultivos
manglar
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Pastos
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
cultivos
manglar
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Eficiencia
de utilización
Sobre explotado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
optimizado
subutilizado
subutilizado
optimizado
optimizado
subutilizado
subutilizado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
optimizado
subutilizado
optimizado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
171
La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
En la tabla 2 puede observarse que predominan las condiciones de sobre explotación de los paisajes. La utilización de muchas unidades de forma incorrecta y hasta
irracional trae como consecuencia que se sobrepasen las capacidades de asimilación
y se creen problemas ambientales significativos, donde se incluyen las playas y dunas
de uso turístico. Son también importantes las formas de subutilización, asociadas
fundamentalmente a las áreas abandonadas de matorrales improductivos. Los casos
optimizados se encuentran principalmente en áreas en condiciones de protección y de
carácter forestal.
En la tabla 3 se observa que en la subunidad más extendida (II.5, segunda terraza),
con 32 km2 de área, predomina como potencial principal el ganadero y como secundario el agrícola. Dentro del aspecto de la eficiencia de utilización cabe destacar que es
esta subunidad con mayor área la que presenta la mayor cantidad de sectores de uso
optimizados. En la unidad se presentan gran variedad de usos. De forma general, en
Tabla 4. Potencial, uso y eficiencia de utilización de las colinas altas denudativas (iii)
Unidades
Area
(km2)
Potencial Potencial
Uso
principal Secundario
III.1 Cañadas
-
Ecológico Forestal
III.2 Superficie
26.79
Agrícola Ganadero
III.3 Pendiente
2.17
Ecológico Forestal
Fuerte
III.4 Cimas Ligeras
0.63
Forestal Ganadero
III.5 Pendiente
0.68
Ecológico Turístico
Fuerte (S)
III.6 Cima
0.11
Ecológico Turístico
de las Colinas (S)
-
Bosques
Cultivos
Matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
Cultivos
Matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
Cultivos
Matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
Cultivos
Matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
Cultivos
Matorrales
Pastos y
cultivos
Eficiencia
de utilización
Sobre explotado
optimizado
optimizado
subutilizado
optimizado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
Fuente: Elaboración propia.
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Tabla 5. Potencial, uso y eficiencia de utilización de las alturas bajas cársico-denudativas (iv)
Unidades
Area
(km2)
Potencial Potencial
Uso
principal Secundario
IV.1 Cañadas
-
Ecológico Forestal
IV.2 Pendiente
5.95
Ecológico Turístico
Escarpada
IV.3 Cimas Suaves
1.59
Forestal Ganadero
-
Bosques
cultivos
matorrales
Pastos y
cultivos
Bosques
matorrales
Pastos y
cultivos
Eficiencia
de utilización
Sobre explotado
optimizado
Sobre explotado
subutilizado
Sobre explotado
Optimizado
Subutilizado
Sobre explotado
Fuente: Elaboración propia.
esta unidad se puede apreciar que en cuanto a la eficiencia de utilización de la tierra,
se manifiestan alternativamente las condiciones de sobre explotación, optimización y
subutilización, dentro de las diferentes subunidades. Las condiciones de subutilización se
asocian a la expansión de los matorrales por abandono de las áreas de uso agropecuario.
En la tabla 4 se destaca que la subunidad de mayor área (III.2, con 26.79 km 2),
presenta como principal potencial el agrícola y como secundario el ganadero. Los potenciales forestal y ecológico prevalecen en las unidades de pendientes significativas,
y el turístico en las colinas. En todas las subunidades de paisaje existen los mismos
tipos de uso: bosques, cultivos, matorrales, pastos y cultivos. Es importante señalar
que en esta unidad predominan los sectores con una eficiencia de usos optimizados
y sobre explotados.
En la unidad IV (tabla 5), la subunidad que mayor área presenta (IV.2, pendiente
escarpada) con 5.95 km2, es la que más usos presenta: bosques, cultivos, matorrales,
pastos y cultivos. Impera en la unidad el potencial ecológico y en el potencial secundario no prevalece ninguno. Están presentes 3 de los potenciales existentes en la región:
forestal, turístico y ganadero. Es también la subunidad IV.2 donde preponderan los
sectores de uso sobre explotado. En esta unidad, en cuanto a la eficiencia de utilización
de la tierra en el territorio prevalecen los sectores de uso sobre explotado y optimizados.
El análisis de la eficiencia de la utilización del uso de la tierra en las unidades de
paisaje, para el procesamiento metodológico de la degradación y diagnóstico ambiental
de las cuencas, dado la dispersión de los múltiples usos en cada unidad, se acotó a los
usos prevalecientes en las mismas, atendiendo a su extensión e importancia, con lo
que se llegó a una generalización de la utilización dominante para cada subunidad de
paisaje. En algunos casos fue necesario establecer más de un uso predominante para
las unidades de paisaje, dadas las características del mismo.
La valoración de la eficiencia de utilización del territorio en función del análisis de la relación uso/potencial de los paisajes, en las condiciones actuales de estas
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Figura 4. Mapa de eficiencia de utilización de los paisajes. Cuencas Itabo y Guanabo
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cuencas, permitió concluir que, aunque los usos deberían estar predominantemente en
condiciones de optimización, fundamentalmente asociada a la explotación ganadera en
las llanuras fluviales de los valles, la situación de abandono y de desaprovechamiento
de estos valles conducen a una situación actual de subutilización generalizada.
La subutilización de los paisajes está fundamentalmente motivada por la expansión del marabú y otras especies invasoras en detrimento de las áreas dedicadas a la
ganadería, lo que representa una notable pérdida de la eficiencia productiva de esta
importante actividad económica en la región.
Las condiciones de eficiencia de carácter sobre explotados se asocian a la existencia
de cultivos en áreas de condiciones de relieve inadecuadas y a la degradación ocasionada en áreas vulnerables como los ríos, cañadas y manglares de las cuencas fluviales.
Al establecer la eficiencia de utilización dominante por unidades de paisajes, se
puede discernir que en la unidad I (litoral), contrastan los paisajes en estado sobre
explotados (I.1, I.2, I.3, I.4, I.5, I.6, I.7, I.10) localizados en el borde costero, urbanizado y turístico, mientras que los paisajes altos de la loma prelitoral se encuentran
subutilizados (I.7, I.8, I.9, I.11 y I.12) por su uso ganadero en abandono.
En la unidad II, por su lado, se manifiesta un predominio de los paisajes sobre
explotados asociados a las redes hidrográficas (II.1, II.2), intensamente alteradas y con
fuertes signos de degradación. Los paisajes de colinas y alturas (II.6,II.7,II.8, II.9 y
II.10) están igualmente sometidas a formas de explotación inadecuadas y degradantes fundamentalmente relacionadas con la ganadería y la agricultura, en pendientes
deforestadas, mientras que la unidad II.3, salinizada, con uso ganadero y los paisajes
subutilizados (II.4, II.5) asociados a las terrazas fluviales fundamentalmente ganaderas y agrícolas, están en la actualidad bajo un régimen de explotación extensivo, de
muy baja productividad y aprovechamiento, e invadidas por el marabú, cubriendo la
mayor parte de los valles. Solamente se pueden considerar como optimizadas algunas
pendientes y colinas aisladas forestadas.
En la unidad III, igualmente se establece un claro contraste entre los valles subutilizados (III.2), con las mismas condiciones de las terrazas de la unidad II y que ocupa
la más extensa área de la localidad, y el resto de la zona (III.1, III.3, III.4, y III.5),
cuyas subunidades están sobre explotadas, por similares razones a la unidad anterior
y donde de manera análoga, algunas pendientes y colinas forestadas y la unidad III.6,
sobre serpentinitas bajo conservación, presentan un uso optimizado.
Las alturas cársicas (unidad IV), presentan condiciones dominantes sobre explotadas
en los paisajes IV.1 y IV.2, dado el incipiente deterioro de la cobertura vegetal en estos
paisajes sensibles, mientras que las cimas forestadas (IV.3), se encuentran optimizadas.
4.análisis de los peligros potenciales de los paisajes
en las cuencas Guanabo e Itabo
4.1. Peligro de inundación pluvial
El régimen de precipitaciones de Cuba posibilita la aparición de inundaciones,
sobre todo durante el período lluvioso (mayo a octubre), aunque también se han proCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
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Figura 5. Mapa de peligro potencial de inundación pluvial
ducido algunas importantes en la época menos lluviosa (noviembre a abril) debido a
la influencia de frentes fríos. (Figura 5). Las categorías definidas fueron tres:
• Bajo peligro de inundación: (II.6) Colinas bajas residuales; (II.7) Pendientes
denudativas ligeramente inclinada (5-10º); (II.8) Pendientes denudativas fuertemente inclinada (10-20º); (II.9) Cimas denudativas suavemente inclinadas (3-5º);
(II.10) Cimas denudativas ligeramente inclinadas (15-30º); (III.3) Pendiente
de las colinas denudativas fuertemente inclinadas (10-20º); (III.4) Cimas de
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las colinas denudativas ligeramente inclinadas (5-10º); (III.5) Pendiente de las
colinas denudativas fuertemente inclinadas (10-20º); (III.6) Cima de las colinas
denudativas ligeramente inclinadas (5-10º); (IV.2) Pendiente cársico denudativa
escarpada (>45º); (IV.3) Cimas de las alturas cársico denudativas suavemente
inclinadas (1-3º).
• Moderado peligro de inundación: (II.5) Segunda terraza fluvial denudativa
suavemente inclinada (1-3º); (III.2) Superficie erosivo denudativa ligeramente
inclinada (5-10º).
• Alto peligro de inundación: (II.1) Cauce; (II.2) Cañadas; (II.3) Primera terraza
fluvial baja salinizada; (II.4) Primera terraza fluvial baja no salinizada; (III.1)
Cañadas en forma de V; (IV.1) Cañadas en forma de V.
4.2. Peligro de inundación por rompimiento de presas
Se puede apreciar con exactitud en la Figura 6 que no es más que un modelo de
simulación para determinar el área que puede ser inundada por rompimiento de presas con un determinado nivel de agua, utilizándose para ello la operación del vecino
más cercano, determinando la localización y altitud de la presa, así como definiendo
el nivel del cuerpo de agua y asignando para el área de estudio dos valores básicos:
• Con peligro: (II.1) Cauce; (II.2) Cañadas; (II.3) Primera terraza fluvial baja
salinizada; (II.4) Primera terraza fluvial baja no salinizada; (II.5) Segunda terraza fluvial denudativa suavemente inclinada (1-3º); (III.1) Cañadas en forma
de V; (III.2) Superficie erosivo denudativa ligeramente inclinada (5-10º); (IV.1)
Cañadas en forma de V.
• Sin peligro: (II.6) Colinas bajas residuales; (II.7) Pendientes denudativas ligeramente inclinada (5-10º); (II.8) Pendientes denudativas fuertemente inclinadas
(10-20º); (II.9) Cimas denudativas suavemente inclinadas (3-5º); (III.3) Pendiente
de las colinas denudativas fuertemente inclinadas (15-30º); (III.4) Cimas de
las colinas denudativas ligeramente inclinadas (5-10º); (III.5) Pendiente de las
colinas denudativas fuertemente inclinadas (10-20º); (III.6) Cima de las colinas
denudativas ligeramente inclinadas (5-10º); (IV.2) Pendiente cársico denudativa
escarpada (>45º); (IV.3) Cimas de las alturas cársico denudativas suavemente
inclinadas (1-3º).
4.3. Peligro de erosión potencial
La Figura 7 es el resultado de la suma algebraica de los mapas de disección
vertical, áreas planas y de inflexión máxima, litológico, ángulo de inclinación de las
pendientes, formas de las pendientes, sedimentación, flujo de acumulación, poder de
arrastre de las corrientes e índice de saturación del suelo.
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La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
177
Figura 6. Mapa de peligro potencial de inundación por rompimiento de presas
Como resultado de este análisis se determinaron tres categorías de erosión potencial, determinándose para el área la clasificación de:
• Baja Erosión: (II.3) Primera terraza fluvial baja salinizada; (II.4) Primera
terraza fluvial baja no salinizada; (II.5) Segunda terraza fluvial denudativa
suavemente inclinada (1-3º); (III.2.) Superficie erosivo denudativa ligeramente
inclinada (5-10º); (III.4) Cima de las colinas denudativas ligeramente inclinadas (5-10º); (III.6), Cimas de las colinas denudativas ligeramente inclinadas
(5-10º); (IV.3) Cimas de las alturas cársico denudativas suavemente inclinadas
(1-3º).
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Figura 7. Mapa de peligro potencial de erosión
• Alta Erosión: (II.1) Cauce; (II.2) Cañadas planas; (II.6) Colinas bajas residuales;
(II.7) Pendientes denudativas ligeramente inclinada (5-10º); (II.8) Pendientes
denudativas fuertemente inclinadas (10-20º); (II.9) Cimas denudativas suavemente inclinadas (3-5º); (III.1) Cañadas en forma de V; (III.3) Pendiente de
las colinas denudativas fuertemente inclinadas (15-30º); (III.5) Pendiente de
las colinas denudativas fuertemente inclinadas sobre serpentinita (10-20º);
(II.5); (IV.2) Pendiente cársico denudativa escarpada (>45º); (IV.3) Cimas de
las alturas cársico denudativas suavemente inclinadas (1-3º).
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La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
179
4.4. Peligro de los incendios en pastizales y áreas forestales
En el área de estudio ocurren de forma frecuente numerosos incendios que destruyen amplias zonas de pastizales y masas forestales. Estos fuegos son característicos
del período seco, principalmente en los meses de marzo y abril, producto de la sequía
prolongada, quedando expuesta la totalidad de las tres unidades de paisaje a este tipo
de peligro en un grado moderado.
La causa de estos incendios se asocia principalmente a la acción del ser humano
que, de forma consiente o accidental, induce el fuego en áreas de pastos o forestales,
pudiendo también ocurrir estos siniestros de forma natural en días cálidos y de fuerte
insolación.
Así, durante el final del periodo seco se incendian de manera sistemática los
terrenos más secos, como las terrazas marinas altas y las colinas denudativas litorales
con pastos o matorrales, las pendientes medias y fuertes del interior de la cuenca con
pastizales, principalmente sobre serpentinitas y las áreas forestales preferentemente
sobre esta roca.
Estos incendios provocan un fuerte impacto sobre el medio, no sólo por la contaminación atmosférica que crean, si no, y mucho más importante, por el efecto destructivo que produce sobre la ecología existente, el costo de las pérdidas económicas
y los peligros que puede acarrear para las personas, inmuebles y animales presentes
en la zona. El tratamiento de esta problemática requerirá de una estrategia adecuada
para la minimización y control de la misma, mediante un plan de acción y la toma de
medidas que garanticen los menores efectos posibles.
5. Análisis de los procesos degradantes en las cuencas
guanabo e itabo
En el análisis de los procesos de degradación ambiental fueron distinguidos entre
los de tipo natural y los de influencia antrópica (HERNÁNDEZ, D., GARCÍA, A. y
SALINAS, E. 2009, 2010). El análisis de la degradación efectuado por las unidades
de paisaje establecidas, demostró que en la zona litoral (unidad I), se presentan fuertes
procesos de tipo natural, entre los que sobresalen las inundaciones y penetraciones
del mar, fenómenos de manifestación frecuente en el área, en correspondencia a la
existencia de eventos hidrometeorológicos tales como huracanes, frentes fríos, bajas
subtropicales, tormentas de verano, etc. (CORNEJO, 2006), y que afectan principalmente a las unidades bajas: I.1, I.2, I.3, I.4, I.5 y I.6, provocando fuertes perjuicios a
la población y la economía.
La localización costera de estos paisajes induce una permanente salinización
ambiental, principalmente de las unidades acuáticas y la consecuente producción de
corrosión en las unidades limítrofes. La acumulación de sedimentos, provocada por
los arrastres de los ríos desde las cuencas deforestadas, causa el asolvamiento de los
cuerpos de agua, la contaminación y la interrupción de los flujos hídricos (REYES y
otros., 2007). Es importante la erosión en los ríos y playas, siendo en estas últimas
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
180
J. J. Delgado, J. D. Ruiz, E. Navarro et al.
la degradación de gran magnitud. Se ha calculado por los especialistas del proyecto
Sibarimar, que en los últimos 30 años se han perdido 15 m. de playa (SOSA y RIVAS,
2001; SOSA, RIVAS y GUERRA, 2004; SOSA, GUERRA y RIVAS, 2010).
En las subunidades altas (I.7, I.8, I.9, I.10, I.11 y I.12), se manifiestan procesos
perjudiciales asociados a la carsificación, la pedregosidad y la erosión, acelerados por
el manejo inadecuado de estos territorios y el actual abandono de los mismos, que
inducen condiciones de intensificación de los mismos, como son los incendios de
pastizales, los desbroces y los movimientos de tierra.
En cuanto a los procesos de origen antrópico, resalta la contaminación del agua
y la eutrofización en las unidades acuáticas y urbanizadas (I.1, I.2, I.3, I.4, I.5, I.6,
I.7), que conllevan a la degradación de las aguas de forma intensa y la aún ligera, pero
creciente contaminación marina, que pone en peligro la futura utilización de las playas.
Otro proceso extendido es la invasión de especies, que afecta a las unidades I.3,
I.4, I.5, I.6, I.7, I.8, I.9, I.10, I.11 y I.12, proceso ampliamente extendido, con diversos
arbustos y árboles invasores como el aroma, el marabú, la leucaena y el algarrobo
músico. En estas áreas y otras de pastoreo en los valles, pendientes y colinas bajas,
aprovechando el abandono de las áreas pecuarias en los últimos años, se manifiesta la
expansión de los matorrales secundarios de Marabú (Dychrostachys cinera) y Aroma
(Acacia farnesiana) de muy difícil control. La existencia de estos matorrales secundarios, si bien de una parte se considera que protegen el suelo, al mantener una cobertura
vegetal espesa y estable, aportar abundante materia orgánica y además nitrificar el suelo,
al tratarse de leguminosas, por otra parte representa una pérdida de la productividad
económica y en consecuencia una ineficiente gestión de los recursos del geosistema,
a lo que se añade que las áreas infestadas se convierten en focos activos de diseminación de la plaga. La deforestación y la actividad humana depredadora conducen a
una progresiva pérdida de la biodiversidad de esta área, con la eliminación de especies
valiosas y la destrucción de los hábitat naturales.
Es característico de esta área, como ya se ha dicho, la existencia frecuente de
incendios, que destruyen amplias zonas de pastizales y forestales. Estos fuegos son
característicos del período seco, principalmente en los meses de marzo y abril, producto de la sequía prolongada (ACEVEDO y otros, en NAVARRO, 2008), con las
consecuencias ya tratadas.
El hundimiento de terrenos corresponde a las áreas rellenadas de lagunas y pantanos
correspondientes a la unidad I.6, donde la subsidencia del terreno afecta las construcciones e instalaciones del lugar. Se destacan los vertimientos al medio de desechos
sólidos (casi todas las unidades) y de aguas fecales (I.1, I.2, I.3 y I.6), aspectos de
amplia presencia que afectan al entorno y crean una problemática ambiental delicada
y compleja. Son frecuentes también las áreas rellenadas (I.1 y I.3), que implican un
cambio total del medio, en ocasiones realizadas de forma inadecuada. El dragado de
materiales se localiza en la zona del estero del río Guanabo (I.1), cuyo canal de uso
marítimo para pequeñas embarcaciones requiere de este tratamiento, pero que además
de alterar el sistema natural, los productos del mismo son frecuentemente depositados
de forma incorrecta, provocando nuevos conflictos ambientales.
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La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
181
En las playas (I.5), se agrupan una serie de procesos degradantes que afectan las
mismas de forma creciente, como la compactación de las arenas, las construcciones,
la extracción de arena, favoreciendo un uso inadecuado de las playas y dunas; y los
vertimientos, la erosión, la contaminación y la extracción de especies, que ponen en
peligro la calidad ambiental de las mismas.
En las partes altas (I.7, I.8, I.9, I.10, I.11, I.12), se detectan los micro vertederos
de desechos sólidos, los desbroces y los movimientos de tierra, como procesos degradantes de naturaleza antrópica. En las unidades urbanizadas o parcialmente urbanas
(1.6, I.7 y I.8), por donde pasan viales importantes, se producen ruidos, que afectan
el equilibrio ambiental.
En la unidad II, el más difundido entre los procesos de degradación natural es la
erosión, laminar en los valles y laminar y concentrada en las pendientes y colinas, como
reflejo de la deforestación del territorio y el uso inadecuado de los geocomplejos. Las
inundaciones frecuentes en las partes bajas de los valles (II.1, II.2, II.3 y II.4), también
se corresponden con fenómenos hidrometeorológicos severos y afectan principalmente
las actividades agropecuarias y a los asentamientos a la orilla de los cursos de agua.
La subunidad II.3, la superficie salinizada, presenta un cúmulo grande de fenómenos
degradantes naturales: salinización, empantanamiento, inundaciones e hidromorfismo,
por su carácter bajo y la influencia del sector marino a través del cauce del río Itabo, lo que la sitúa en una condición particularmente delicada, situación análoga a la
subunidad II.4, sin la salinización.
Las subunidades altas de las colinas (II.6, II.7, II.8, II.9 y II.10), se ven afectadas por procesos como la erosión, la pedregosidad y la acidificación de los suelos
de litología serpentinítica, que limitan sus potencialidades agropecuarias y denotan la
vulnerabilidad de las mismas ante estos procesos.
En los procesos de naturaleza antrópica de la unidad II, se destacan por ser
generales, la invasión de especies y la pérdida de biodiversidad, como resultado de la
actividad humana depredadora en estos territorios. Los paisajes acuáticos (II.1, II.2),
manifiestan la contaminación de las aguas y la deforestación, proceso este último
también generalizado en el resto de las subunidades de la localidad, donde además
intervienen los incendios de pastizales y forestales ya explicados.
La compactación se desarrolla en los suelos de las subunidades: II.3, II.4 y II.5,
producto del empleo de la maquinaria en las actividades agropecuarias en suelos propensos a la compactación. Los procesos degradantes de origen antrópico que afectan
a las subunidades II.1 y II.2, son la extracción de agua para la agricultura y el uso
doméstico, el vertido de aguas residuales y fecales en las zonas pobladas, y la extracción de especies de flora y fauna.
Los problemas de las subunidades de paisaje planas (II.3, II.4 y II.5), se relacionan con su uso agropecuario, donde se manifiesta el uso de fertilizantes y pesticidas
y la creación de microvertederos, además de la existencia de ruidos y movimientos de
tierra en las últimas dos subunidades. Los paisajes II.9 y II.10 presentan movimientos
de tierra, desbroces, que parcialmente afectan su estabilidad geoecológica, mientras
las subunidades II.6, II.7 y II.8, además de los anteriores se ven perjudicados por
microvertederos y ruidos.
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J. J. Delgado, J. D. Ruiz, E. Navarro et al.
En la unidad III el proceso degradante natural más generalizado es la erosión,
presente en todas las unidades, con diferente manifestación. Las inundaciones están
presentes en los cañadas (III.1), y las superficies bajas aledañas (III.2). La pedregosidad se manifiesta en las pendientes de las colinas y la acidificación en las de origen
serpentiníticas.
Los procesos de origen antrópico aparecen generalizados en todos los geosistemas
de la localidad: invasión de especies, pérdida de biodiversidad, deforestación e incendios
de pastizales y forestales. De forma particular, las cañadas (III.1) presentan además
contaminación leve de las aguas, extracción de agua y especies y los vertidos de contaminantes; y las superficies ligeramente inclinadas (III.2) presentan compactación, en
relación al uso agropecuario, uso de fertilizantes y pesticidas, ruidos y microvertederos
ilegales. Las unidades altas colinosas presentan problemas de desbroces y movimientos
de tierra, con ruido en las distintas unidades de pendientes (III.3, III.5).
La degradación en la unidad IV se asocia con los procesos naturales de carsificación
y pedregosidad, en todas las subunidades. En las cañadas (IV.1) se reportan inundaciones y erosión fluvial y en las zonas de pendiente (IV.2), erosión fuerte y desplomes.
En los procesos de origen antrópico son generalizadas la pérdida de biodiversidad, la
invasión de especies, los incendios forestales y la deforestación. Mientras en las cañadas
(IV.1) existe contaminación de las aguas, extracción de agua para usos agropecuarios y
doméstico. En la pendiente (IV.2), además de la extracción de especies, existen microvertereros y desbroces, y en la cimas (IV.3), la tala forestal y la extracción de especies.
6. ANÁLISIS DEL ESTADO GEOECOLÓGICO DE LOS PAISAJES
DE LAS CUENCAS DE GUANABO E ITABO
A partir de los resultados anteriores y tras el reconocimiento de campo de las
unidades, se formuló la evaluación de su estado ambiental o geoecológico según las
unidades de segundo orden o subunidades establecidas.
Por estado ambiental o geoecológico se considera la situación geoecológica del
paisaje dado, determinado por el tipo y grado del impacto antropogénico, y la capacidad de reacción y absorción de los geosistemas. Se distinguen las siguientes clases de
estado geoecológico o ambiental de los geosistemas (adaptado de MATEO, J. 1997):
Estable (no alterado): se conserva la estructura original. No existen problemas
ambientales significativos que deterioren el paisaje. El nivel de los procesos geoecológicos tiene un carácter natural. La influencia antropogénica es muy pequeña. Estos
paisajes constituyen los núcleos de la estabilidad geoecológica, siendo principalmente
paisajes primarios o naturales, con limitado uso e impacto antropogénico.
Medianamente estable (Sostenible): reflejan pocos cambios en la estructura. Inciden algunos problemas de intensidad leve a moderada, que no alteran el potencial
natural y la integridad del geosistema. Son áreas que están asimiladas y utilizadas por
el hombre, de tal forma, que el uso de la tierra, está en equilibrio con el potencial,
siendo sostenible. Estas áreas necesitan de una manutención y un cuidado de bajo
costo para asegurar que continúe dicho estado.
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La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
183
Inestable (Insostenible): geosistemas que se caracterizan por fuertes cambios en
la estructura espacial y funcional, de tal manera que no puede cumplir las funciones
geoecológicas, aunque aún conserva la integridad. Existe clara incidencia de algunos
problemas ambientales, resultado de la sobre explotación de los recursos, dando lugar
a un descenso significativo de la productividad, y favoreciendo la desaparición de los
mismos en un corto plazo temporal.
Crítico: Pérdida parcial de la estructura espacial y funcional, con eliminación
paulatina de las funciones geoecológicas. Se manifiesta en un significativo número
de problemas ambientales de fuerte intensidad. Son áreas donde el uso de la tierra y
el impacto humano han excedido la capacidad de carga y soporte de los geosistemas.
Ello conduce a una drástica reducción del potencial de recursos naturales. Los paisajes
que están en este estado, necesitan de la aplicación de medidas de mitigación urgente
e inmediata para recuperar el potencial natural.
El estado ambiental también fue analizado para los usos dominantes de cada
paisaje. En caso de existir más de uno se realizó la valoración de los mismos, ya
que la presencia de diferentes usos en una misma unidad, determina que los paisajes respondan de manera diferente ante cada uno y por ende manifiesten un estado
geoecológico diferente.
En la unidad I el estado de los paisajes se diferencia claramente entre los considerados inestables relacionados con el borde litoral y las partes urbanizadas (I.2, I.3,
I.4, I.5, I.6., I.7 y I.10), donde el medio se encuentra profundamente perturbado, con
intensos procesos degradantes y deterioro de sus relaciones funcionales, que llegan a
ser críticos en el estero de Guanabo (I.1), y los medianamente estables congregados
hacia las partes altas de la llanura (I.7, I.8, I.9, I.11 y I.12).
El estado geoecológico predominante en la unidad II, es el inestable. Aquí se
ubican las unidades de cauces y cañadas (II.1 y II.2), la primera terraza fluvial (II.4),
las colinas deforestadas de uso pecuario, invadidas de marabú (II.6), y las pendientes
y cimas de serpentinitas degradadas (II.7 y II.9). Se manifiesta medianamente estable
la segunda terraza fluvial (II.5), con menos problemas degradantes, y la cimas de las
colinas forestadas (II.9). Son declarados paisajes críticos la superficie salinizada (II.3),
con fuertes procesos degradantes y sobre explotación en su utilización, por lo que manifiesta situación de alto estrés geoecológico; y las pendientes y cimas de serpentinitas
deforestadas (II.8 y II.10). Como estables se reconocen los paisajes forestados y bajo
conservación (II.7, II.8 y II.10).
En la unidad III, las cimas y pendientes fuertes de serpentinitas bajo régimen de
conservación (III.5 y III.6) se declaran estables; la superficie ligera (III.2) se encuentra
medianamente estable, dados un menor grado de situaciones y procesos degradantes,
al igual que las subunidades III.3 (pendientes fuertes), III.4 (cimas) y III.5 (pendiente
fuerte sobre serpentinita), forestadas. Por su parte, las cañadas son inestables por el
número de alteraciones y problemas de degradación que se manifiestan en ellas; Y la
subunidad III.5 (pendiente fuerte sobre serpentinita) deforestada, en estado crítico. La
inestabilidad prevalece en las subunidades IV.1 y IV.2, (cañadas y pendientes), dado
su condición de sobre explotación y sensibilidad geoecológica. Las cimas (IV.3) se
encuentran en estado medianamente estable, por su nivel de conservación natural.
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J. J. Delgado, J. D. Ruiz, E. Navarro et al.
7. DIAGNÓSTICO INTEGRADO DE LOS PAISAJES DE LAS CUENCAS
DE GUANABO E ITABO
Para obtener un diagnóstico ambiental integrado de los paisajes de las cuencas de
Guanabo e Itabo, se siguió un procedimiento de evaluación a través de la confección
de una matriz de evaluación para el diagnóstico integrado de las 31 subunidades de
paisaje establecidas, en que se fue valorando los diferentes aspectos tratados hasta
ahora: el uso actual dominante, la relación uso/potencial (eficiencia de utilización) y el
estado ambiental (los peligros ambientales o sensibilidad, los procesos de degradación
y el estado geoecológico). En la tabla 6 presentamos dicha matriz para el caso concreto de la unidad IV. Siguiendo estos criterios se confeccionó el mapa de Diagnóstico
Geoecológico Integrado de los paisajes.
El diagnóstico Integrado de las unidades del paisaje de las cuencas tributarias y del
sector costero de la ensenada de Sibarimar, señaló una diferenciación clara que varía
de norte a sur, atendiendo al grado de intervención humana del territorio, según los
potenciales de utilización y la acumulación de los problemas ambientales hacia la costa.
Así, se observa que los paisajes estables, optimizados, forestales y conservados se
localizan dispersos asociados al área protegida de la Coca y en las colinas forestadas
(II.7, II.8, II.9, II.10, III.5 y III.6). Los paisajes medianamente estables, optimizados,
forestales se asocian a las cimas de las alturas cársicas (IV.3) y las pendientes fuertes
y cimas de las colinas denudativas forestadas (III.3 y III.4). Por otro lado, los paisajes
medianamente estables, sobre explotados con pastos, cultivos y matorrales invasivos
están presentes en las subunidades II.9 y III.5, cimas suaves y pendientes fuertes sobre
serpentinita, respectivamente.
Paisajes como los medianamente estables, subutilizados con presencia de pastos,
cultivos, bosques y matorrales invasivos aparecen en subunidades presentes en la unidad
I; segunda terraza marina (I.7), pendiente septentrional (I.9), pendiente ligera (I.11),
cimas (I.12) y en otras como la segunda terraza fluvial (II.5) y la superficie ligera (III.2).
Dentro de los medianamente estables, subutilizados, se encuentran con diferente
uso del suelo, los paisajes medianamente estables, subutilizados, urbanos y pastos los
que se encuentran solamente en la tercera terraza marina (I.8). Los paisajes inestables,
subutilizados, por la existencia de pastos y matorrales invasivos tienen su localización
en la primera terraza no salinizada (II.4).
Se puede observar además que los inestables, sobre explotados, con participación de pastos, cultivos, bosques y matorrales invasivos son los paisajes de mayor
predominio en el territorio. Entre ellos aparecen la pendiente meridional, las colinas
bajas, las pendientes ligeras, las cimas suaves, la pendiente fuerte de las colinas, la
cima ligera de las colinas y la pendiente escarpada (I.10, II.6, II.7, II.9, III.3, III.4 y
IV.2 respectivamente).
Aparecen también en el territorio los inestables, sobre explotados, urbano-turísticos,
paisajes que tienen su aparición en las playas y dunas (Turismo) y en la primera y
segunda terrazas marinas (Urbano), subunidades I.5, I.6 y I.7 respectivamente.
Los paisajes inestables, sobre explotados, drenaje natural tienen gran influencia
en el territorio, pues se encuentran en varias subunidades: el cauce inferior del río
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
185
Figura 8. Mapa del diagnóstico ambiental integral de los paisajes. Cuencas Guanabo e Itabo
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
Incendios forestales
Invasión de especies
Medianamente estable,
Medianam.
Deforestación
Optimizado, Forestal,
estable
Pérdida de biodiversidad
Medianamente sensible
Extracción de Especies
IV.3.
Medianam. Forestal Optimizado Pedregosidad
Cimas
sensible
Carsificación
Diagnóstico
Incendios forestales
Invasión de especies
Deforestación
Inestable, Sobre explotado
Pérdida de biodiversidad
Pastos extensivos y
Microvertederos ilegales Inestable
matorrales invasivos,
Movimientos de tierra
Sensible
Desbroces
Extracción de especies
Estado
IV.2
Sensible
Pastos
Sobre
Erosión fuerte
Pendiente
extensivos explotado Pedregosidad
Escarpada
y matorrales
Desplomes
invasivos
Carsificación
Interacción
Invasión de espedies
Contamin. de las aguas
Pérdida de biodiversidad
Inestable, Sobre explotado
Deforestación
Inestable
Drenaje natural,
Incencios forestales
Sensible
Extracción de agua
Extraccion de especies
Naturales
Procesos degradantes
IV. 1
Sensible
Drenaje
Sobre
Inundaciones
Cañadas
natural
explotado Erosión fluvial
en forma
Carsificación
de V
Pedregosidad
Eficiencia
Uso
Unidades Sensibilidad
de uso
dominante
dominante
Tabla 6. Diagnóstico ambiental integrado de las alturas bajas cársico-denudativas (unidad IV)
186
J. J. Delgado, J. D. Ruiz, E. Navarro et al.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
La degradación ambiental de los paisajes en las cuencas tributarias…
187
(I.2), la laguna litoral (I.3), las cañadas en forma de U (I.4), el cauce encajado (II.1),
las cañadas en forma plana (II.2), las cañadas en forma de V (III.1) y las cañadas en
forma de V (IV.1).
Por su parte, los paisajes críticos, sobre explotados, con presencia de pastos,
cultivos y matorrales invasivos se ubican en las subunidades primera terraza salinizada
(II.3), pendientes fuertes sobre serpentinitas (II.8), cimas ligeras (II.10) y las pendientes
fuertes sobre serpentinitas (III.5).
La última clasificación realizada sobre el diagnóstico integral para los paisajes
del territorio fue la correspondiente a críticos, sobre explotados, drenaje natural, en
la que solamente esta presente una subunidad, el estero fluvio-marino (I.1).
En definitiva, en los paisajes correspondientes a la ensenada de Sibarimar y sus
cuencas tributarias se manifiesta una intensa degradación ambiental, fundamentalmente
relacionadas con la inadecuada utilización de los recursos, la sobre explotación de los
sistemas y el abandono de las áreas alteradas por la actividad agropecuaria en los últimos
años, lo que conduce en la actualidad a la subutilización de los paisajes y sus recursos,
fundamentalmente en lo referente a la actividad agropecuaria de carácter extensivo o
en situación de abandono, con la existencia de procesos de degradación intensos, ampliamente extendidos con fuerte dinámica principalmente en la zona costera y en las
pendientes y colinas denudativas deforestadas, originando en ellos estados ambientales
inestable. En general, para las cuencas de Guanabo e Itabo la situación ambiental
existente muestra un predominio de las áreas medianamente estables subutilizadas,
con situaciones muy complejas de carácter inestables y sobre explotadas, en la zona
costera, y críticas, sobre explotados, para la red hídrica y las colinas serpentiníticas.
Estos serían los puntos prioritarios a la hora de establecer un plan de actuaciones de
mejora de la calidad ambiental de las cuencas de Guanabo e Itabo.
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Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 161-188
Las Fronteras Regionales: La materia de migraciones
en la Geopolítica contemporánea
Zampeta Papadodima*
Recibido: 07-01-11. Aceptado: 06-07-11. Biblid [0210-5462 (2011-1); 48: 189-205].
PALABRAS CLAVE: Geopolítica, Integración Regional, Migración Internacional.
KEYWORDS: Geopolitics, Regional Integration, International Migration.
MOTS-CLÉS: Géopolitique, intégration régionale, les migrations internationales.
RESUMEN
El siguiente artículo es un estudio comparativo sobre la migración actual en las fronteras
externas de países embarcados en procesos de integración regional. Tiene como propósito reflexionar sobre las actuales reconfiguraciones fronterizas en torno a estos procesos y al interior
de los mismos. Para ello focalizaremos en los mecanismos y políticas de integración que revelan
las transformaciones de las fronteras tradicionales a través de la comparación entre las políticas
de migración extrarregional de tres procesos regionales paradigmáticos (U.E.: Unión Europea,
TLCAN: Tratado de Libre Comercio de América del Norte y MERCOSUR: Mercado Común del
Sur de América), explorando estas nuevas fronteras regionales desde la óptica de las políticas
relativas a la movilidad humana y los contextos nacionales en que se realizan.
ABSTRACT
The following article is a comparative study of contemporary migration at the external
borders of countries within regional integration processes. Its purpose is to reflect on the current
border reconfigurations due to these processes. Therefore this paper examines the integration
policies and mechanisms that reveal the transformation of the traditional boundarie,s through
the comparison of extra-regional migration policies among three paradigmatic regional processes
(EU: European Union, NAFTA Free Trade Agreement of North America and MERCOSUR: Common Market of South America), exploring these new frontiers from the perspective of regional
policies on human mobility and the nacional contexts in which they take place.
RESUMÉ
Le présent article est une étude comparative des migrations contemporaines aux frontières extérieures des pays dans les processus d’intégration régionale. Son but est de réfléchir
sur les reconfigurations frontière actuelle à cause de ces processus. Donc cet accent document
sur les politiques d’intégration et de mécanismes qui révèlent la transformation des frontières
*. Investigadora Cátedra Jean Monnet-Universidad de Atenas. Coordinadora Académica Espacio de
Estudios Migratorios -EEM Argentina. bpapadodima@gmail.com, mem@espaciodeestudiosmigratorios.org
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
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Zampeta Papadodima
traditionnelles, à travers la comparaison des politiques d’immigration extra-régionale de trois
paradigmatique des processus régionaux (UE: Union européenne, Accord du libre-échange
d’Amérique du Nord et le MERCOSUR: Marché commun du Amérique du Sud), l’exploration
de ces nouvelles frontières du point de vue des politiques régionales sur la mobilité humaine et
les contextes nacional dans lequel ils prennent place.
1. INTRODUCCIÓN
La complejidad de la investigación migratoria se atribuye principalmente a los
aspectos interconectados que sería necesario abarcar desde varias disciplinas interpretativas. Por tanto difícilmente se puede adoptar una perspectiva única. Al mismo
tiempo el análisis interdisciplinario, aunque fundamental, puede resultar ineficiente
por la amplia multiplicidad de las variables que se pueden considerar. Sin embargo,
el análisis regional es un campo de mayor potencialidad, dado que la perspectiva espacial de las dinámicas socioeconómicas se evidencian con mayor densidad en estos
procesos de integración, principalmente en los últimos treinta años. La migración, ya
sea considerada como movilidad del capital humano o como circulación dentro de los
límites de una región, permite la implementación de políticas migratorias que ponen
en tela de juicio nociones como supranacionalidad y soberanía.
No obstante, estas regiones, por razones históricas y por sus diferentes niveles
de cohesión e institucionalidad, contienen en su núcleo de países fuertes asimetrías
tanto en el nivel de desarrollo económico de cada país miembro como también en sus
perspectivas políticas nacionales y regionales. Una de las inevitables consecuencias
de la integración económica es el incremento de dicha polarización, que impide la
convergencia y la reciprocidad (Giordano P. y otros, 2004). Los términos relativos
a los aspectos económicos, así como las políticas sociales de dichos procesos de integración regional, reflejan estas asimetrías; los países con mayor desarrollo y capacidad
de financiación, se encargan del diseño de las políticas de cohesión regionales y por
ende de la formulación de políticas orientadas a la incidencia hacia la migración interna
e internacional. Como veremos, en aquellos procesos donde estas asimetrías sociohistóricas son más evidentes, la migración se regula por las necesidades del capital
humano en los países desarrollados de la región (al mismo tiempo principales países de
destino migratorio). Igualmente los países periféricos situados en las fronteras externas
de la región, presentan mayor dificultad en la administración migratoria en cuanto a
la contención de los flujos. Las políticas restrictivas hacia la migración junto con la
limitada capacidad de crear espacios compartidos regionales de dialogo, resultan en
una ineficiente administración de sus fronteras, incentivando el conflicto y los flujos
irregulares (Pérez Garcia. N., 2009).
Por tanto el siguiente artículo analiza los cambios en las políticas migratorias regionales que se producen a causa de las actuales transformaciones políticas y económicas
en las fronteras nacionales dentro de un conjunto de países embarcados en procesos de
integración regional, con el objetivo de revelar el impacto de dichas políticas sobre los
flujos migratorios contemporáneos. Considerando que los tres principales procesos a
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
Las Fronteras Regionales: La materia de migraciones en la Geopolítica…
191
nivel mundial (U. E.: Unión Europea, TLCAN: Tratado de Libre Comercio de América
del Norte y MERCOSUR: Mercado Común de Sur de América), promueven políticas
migratorias compartidas dentro de su respectiva región, el análisis de su enfoque y
objetivos mostrarán importantes diferenciaciones en cuanto a la administración de los
flujos y consecuentemente respecto de las dinámicas fronterizas. Empezando por el
abordaje de estos procesos, indicando sus semejanzas, diferencias y alcances regionales,
contrastaremos las características de los actuales flujos migratorios que se desplazan
hacia dichas zonas. A modo de conclusión evaluaremos el impacto de las políticas
regionales en las transformaciones sociales que se llevan a cabo en las fronteras externas de las regiones analizadas.
2. LA FRONTERAS REGIONALES
La noción de la frontera tiene una connotación territorial, una dominación espacial
sobre el contexto conceptual a lo que se aplica.
Schmukler R. (2005, T.d.A.)
En sus distintos usos y acepciones, el término frontera1 es utilizado para expresar la separación entre grupos sociopolíticos, asociándose por tanto a un contacto
impreciso entre los mismos. Las distintas definiciones de frontera que coexisten,
expresan su dimensión cultural y social, aparte de su dimensión política como límites del Estado. Sin embargo hace referencia a límites, inicialmente geopolíticos,
que engloban diferencias producidas en el propio o en distinto lugar. Estas diversas
dimensiones invitaron a la ampliación de la definición de la frontera en la geografía
y principalmente la geopolítica: «La geografía emergente de la globalización está
caracterizada por la conformación simultánea de un espacio único y múltiples territorios, con manifestaciones geográficas en el espacio físico y en el espacio virtual»
(Boisier S. 2003, pág. 28).
Desde su configuración administrativa, la función de la frontera ha sido determinada
claramente como contenedora del territorio estatal destinado a proteger e incluir una
identidad nacional homogénea, y organizar o controlar las periferias, contribuyendo
directa e indirectamente a su funcionamiento. Su extensión, el espacio ocupado, y la
ubicación, son factores que determinan la potencia estatal. El dominio del espacio responde en mayor medida al control de los medios de circulación, que pueden ser tanto
el comercio, la guerra o los flujos migratorios. De ahí la importancia del acceso y del
control que se ejerce en sus límites. Las prácticas territoriales constituyen un rasgo
1. «La frontera es un objeto geográfico que separa dos sistemas territoriales contiguos. Este objeto
no se resume en un límite, porque hay incidencias sobre la organización del espacio (efectos-frontera)
e integra una dimensión política (es decir, lo que compete a la estructuración de una sociedad), una
dimensión simbólica, (es reconocida como un conjunto de actores y sirve de indicador en el espacio), y
una dimensión material (que está inscrita en el paisaje)» (Reitel B. y Zander P., 2006).
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
192
Zampeta Papadodima
sobresaliente del Estado en la gestión de su propio espacio de soberanía del territorio
estatal. Esta triple identidad (Nación, Estado y Territorio), configura la construcción
nacional moderna (Valcárcel Ortega J. 2000).
Las cuatro dimensiones básicas sobre el concepto contemporáneo de frontera se
centran, primero, en las mismas como instrumentos de política estatal, dado que los
gobiernos procuran influenciar la localización y función de las mismas. En segundo
lugar en las políticas y prácticas geopolíticas que tienden al control territorial sobre los
espacios fronterizos. Tercero, en las fronteras como constructoras de identidad y por
último, en la frontera como término del discurso, cuyo significado cambia en función
del tiempo y lugar (Linares R, 2006). Estas cuatro dimensiones fronterizas marcan
a su vez los procesos históricos de la frontera en cuanto a su organización e identidad (Escolar D. 2000). Los puntos fronterizos, ya sean pueblos o ciudades, son
aglomeraciones urbanas situadas en los límites de los Estados, cuyos tejidos sociales
presentan fuertes asimetrías y relaciones antinómicas.
La cooperación no equivale a armonía, porque no exige total identidad de intereses,
sino es probable solo en situaciones de intereses conflictivos y complementarios. Así
definida, no necesariamente es buena desde un punto de vista moral
Keohane y Axelrod en Salomón M., 2002, pág. 13.
Analizando las regiones contemporáneas, nos encontramos con espacios variados
que no en todos los casos agrupan características análogas. Por tanto encontraremos
regiones donde prima la proximidad física, los vínculos históricos, la organización en
torno a un centro con cierta autonomía, o nada de lo anterior. Las regiones de hoy,
más que una ampliación del espacio nacional, se orientan hacia la colaboración de
Estados soberanos con el objetivo de una integración funcional en una economía global (Fare T., 2004). A través de distintas etapas de integración económica (tratados
preferenciales de comercio, área de libre comercio, unión aduanera, mercado común y
unión económica), esta estrategia puede establecer en ciertos casos metas y objetivos
comunes para el desarrollo y las políticas compartidas. Las alianzas y en cierto modo
sumisiones de los estados en los recientes procesos de integración regional, muestran
las pautas de las políticas compartidas entre los estados-miembros y tratan de asegurar
los medios para los objetivos comunes (Sánchez O. A., 2004). En el marco de estos
acuerdos regionales, deben distinguirse las asimetrías basadas en factores estructurales,
de las políticas explícitas o las intervenciones regulatorias de los países (Bouzas R.,
2003). La actual crisis financiera evidenció dichos desequilibrios hasta en los procesos
considerados más avanzados, revelando distintas velocidades de desarrollo y poder
decisorio que pudieron quedar latentes en un primer momento.
No obstante, los tres procesos regionales que analizamos hacen referencia a
países con características históricas destacables en cuanto a sus relaciones bilaterales
y que comparten «espacios de separación y contacto» entre los mismos. Parte de las
tradicionales fronteras nacionales definirán los limites externos de las regiónes en
integración, que generalmente corresponden a los países periféricos dentro de estos
procesos (Mármora L. 2002).
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
Las Fronteras Regionales: La materia de migraciones en la Geopolítica…
193
A continuación, analizaremos los roles de las fronteras periféricas, fronteras
externas desde su función como entradas regionales, en las que se regulan los flujos
migratorios. A pesar de que los tres modelos son poco comparables en cuanto a su
distribución y dinámica de la actividad económica, asentamientos humanos y aspectos
sociales, es en las políticas migratorias (especialmente en los grupos considerados más
desarrollados) donde se aprecian ciertas similitudes relevantes en cuanto a la filosofía
y administración de los flujos extrarregionales.
Es por eso que en los grupos regionales con fuertes asimetrías entre sus miembros,
las fronteras nacionales de sus países periféricos se reconfiguran con mayor densidad
en torno a la seguridad y soberanía, primordialmente a través del combate de la movilidad extrarregional. Los cambios asociados a las nuevas funciones de las fronteras
internacionales, hacen asumir que son ahora más permeables a los movimientos y flujos
transfronterizos, aunque los límites internacionales continúan siendo bien demarcados
(Mc Heyman J. 1994). Desbordaría con mucho las posibilidades de este trabajo
tanto un profundo análisis como una reflexión acerca de sus implicaciones aunque
es ahí donde se encuentran los fundamentos de la administración del trabajador en
desplazamiento. El análisis comparado entre los tres procesos se concentrará en los
fundamentos migratorios y las particularidades evidenciables en los respectivos documentos y políticas regionales, que alteran las dinámicas tradicionales de los espacios
fronterizos. Este artículo intenta contribuir al entendimiento de estas reconfiguraciones
fronterizas, que a través de un creciente control migratorio terminan convirtiéndose en
espacios de permanente conflicto, aislamiento y marginalización.
2.1. La Unión Europea
En materia de cooperación, el viejo continente es el faro de los procesos de
integración, con una alta competencia en la coordinación de acciones integradas en
todos los niveles (Novich S. 2008). Con orígenes comunes a los otros procesos regionales, comenzó como unión aduanera para llegar a un modelo de Unión-Comunidad
Económica, adoptando políticas estructurales y de cohesión para reducir las asimetrías
de sus miembros2. Sin embargo, el núcleo del poder decisorio europeo se mantiene
al mismo tiempo en los países económicamente desarrollados, que son paralelamente
los principales puntos de atracción migratoria. Los principales puntos de entrada a
la región europea están situados en las fronteras (periféricas) marítimas del Mediterráneo donde se concentran las llegadas de personas indocumentadas procedentes de
los países de Asia y África. España, Italia, Grecia Portugal y Malta desde el 2006
reflejan en sus limites nacionales la visión europea que necesita limitar el acceso de
2. La crisis actual que empezó el 2008, destapó una serie de desigualdades entre los países miembros
que hasta el momento pasaban desapercibidas, pero que en realidad se ocultaban tras el discurso de equilibrio
y cooperación del modelo europeo. A partir de entonces este modelo demuestra serias limitaciones al no
combatir estructuralmente las fuertes asimetrías entre las distintas áreas geográficas y subregiones que
contiene.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
194
Zampeta Papadodima
los flujos de trabajadores hacia los países europeos occidentales (Francia, Alemania,
Reino Unido y Holanda).
Europa ha puesto el tema del control de la inmigración entre sus altas prioridades
políticas, y en los últimos años, por la creciente recesión mundial, se ha incorporado en
las agendas de seguridad y desarrollo marítimo con un costoso despliegue económico,
comercial, diplomático e incluso militar, para la vigilancia de los límites europeos y
el combate de la migración indocumentada3. En los últimos años se han reforzado las
instituciones europeas en cuanto a normativas, convenios y estructuras de decisión
supranacionales destinadas a apoyar a los países denominados soft underbelly de la
Unión Europea (Triandafyllidou A. 2009). Según la autora, los factores que
condicionan las políticas y prácticas de control migratorio en la región son la morfología
geográfica de estos países, su posición estratégica en los caminos de migración mediterránea, la falta de experiencia migratoria previa y sus amplias economías de sistema
informal que han proporcionado oportunidades de empleo irregular a los inmigrantes.
La Unión Europea había prestado menos atención a la administración de las
fronteras marítimas hasta el 2006, cuando se produce un incremento dramático e inesperado de la llegada de migrantes irregulares desde África subsahariana y Asia a las
costas europeas de Sur. Las principales estrategias, en su mayor parte financiadas por
el conjunto de la región europea, se destinan a la promoción de la cooperación con
los países extrarregionales, fomentando políticas de ayuda al desarrollo, intercambio
y capacitación de las agencias correspondientes y a las prácticas de repatriación y
control exo-regional (produciéndose así una externalización de facto de las fronteras
regionales en cuanto a su administración y control).
La geografía política del espacio marítimo regional cuenta con particularidades
morfológicas e históricas reseñables. No obstante, el contacto histórico entre los países
mediterráneos con los países del Magreb y de Asia Occidental a través de las rutas marítimas comerciales, como también la evolución paralela de las naciones del Sur Europeo 4,
actualmente se reconfiguran por la creciente militarización de los puntos de entrada
(vallas, agentes de control fronterizo, centros de internamiento, redes de tráfico y de
crimen organizado etc.). Como resultado las sociedades fronterizas locales se encuentran
en un estado de alarma continua, afectadas principalmente por discursos nacionalistas
alimentados por la llegada de indocumentados y la permanente presencia militar.
Sin mayor profundización, en este punto retomamos las tres dimensiones en nivel
regional, nacional y local-fronterizo, en que se materializan las políticas migratorias y
las transformaciones sociales y de ordenamiento territorial que se otorga a los espacios
fronterizos. Por otro lado se pueden observar las asimetrías mencionadas en el ámbito
regional donde el poder decisorio de los países de destino migratorio se concentra en las
fronteras regionales, extendiendo así su política migratoria de regulación de la migración
no deseada a los limites de los Estados Miembros periféricos (Godenau y otros, 2008).
3.
Asylum
4.
1970, y
Tampere Conclusions (1999), Hague Programme (2004), European Pact on Immigration and
(2008), Stockholm Programme (2009), Treaty on the Functioning of the European Union (TFEU).
España, Italia, Grecia Portugal y Malta fueron países de emigración masiva desde 1950 hasta
los que partían con un menor nivel de desarrollo durante la conformación de la Unión Europea.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
Fuente: Agencia Europea FRONTEX, http://www.frontex.europa.eu/situation_at_the_external_border/art18.html, acceso 25 de mayo de 2010.
Fig. 1. Situación en las fronteras
Las Fronteras Regionales: La materia de migraciones en la Geopolítica…
195
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
196
Zampeta Papadodima
2.2. La Alianza del Norte de América (TLCAN-ASPAN)
El esquema que contrastamos a continuación es el norteamericano; en este caso
los tres países participantes (EE.UU., Canadá y México), mantienen históricamente
profundas y evidentes asimetrías en cuanto a desarrollo económico y social. Este
bloque se sitúa en un primer nivel de integración, únicamente con acuerdos explícitos
de liberalización del comercio de bienes, servicios, tecnología y capital. Con la firma
del TLCAN y la creación del ASPAN (2005), se materializa el proceso de integración
aunque su enfoque sigue hasta hoy meramente orientado al ámbito económico 5.
El bloque norteamericano no establece como objetivo en sus agendas regionales
la libre circulación de personas entre los países miembros, desarrollando así políticas
restrictivas de la movilidad extrarregional que se aplican también en las fronteras
internas de la región (Drachie D. 2007). La implementación de varias categorías de
visas temporarias con propósitos principalmente laborales, que permiten o facilitan la
movilidad entre los países del bloque (conocido también como NAFTA), tiene como
fin un mejor control de la circulación de recursos calificados, sin implicar nunca mayor
integración social entre los tres miembros (Santibáñez Romellon J., 2009). El
desequilibrio de poder en la toma de decisiones dentro del bloque complica aún más
este ejercicio por su rigidez en confrontar los grandes problemas y desigualdades económicas y sociales preexistentes. Políticas cuyo fin es la seguridad y soberanía regional
del Norte de América frente al terrorismo internacional, no logran apuntar a un abordaje
integral de unas brechas que provocan y consolidan la migración masiva de centro y
latinoamericanos hacia el polo de atracción estadounidense (Villafuerte D., 2004).
Igual que en el caso europeo, se adopta la implementación de políticas de control
militar, con mayor densidad desde la década de los noventa. No obstante, mientras la
Unión Europea habla de soberanía para asegurar con políticas migratorias restrictivas
el bienestar nacional-regional en periodos de crisis económicas y de alto desempleo 6,
en la Alianza de Norte la seguridad nacional y la amenaza del terrorismo internacional
vincula perversamente la migración con el crimen organizado 7.
5. El Tratado de Libre Comercio en 1994 y la creación de ASPAN para la seguridad del America
del Norte 2005, que firmaron 3 países (EE.UU., Canadá y México), estableció una base de relaciones
económicas entre ellos y aseguro la cooperación en el diseño de políticas conjuntas; se ve por tanto como
un proceso particular en la corriente de integración regional.
6. Pérez García N. (2009, pág. 95): «Los países desarrollados buscan mecanismos de contención
en sus fronteras, especialmente para los migrantes menos calificados que por años han subvencionado
su sistema económico y demográfico, mientras hay fronteras abiertas para la migración calificada, sobre
todo la que facilite el desarrollo del libre comercio. Es clara la estrategia de desarrollo de los países más
avanzados, que implica mantener en el subdesarrollo al resto de los países, absorbiendo su capital humano
que es atraído por mejores condiciones laborales y de desarrollo personal. Estos temas son los que deben
también plantearse en las agendas de seguridad (vista como seguridad humana), donde un tema transversal
forzosamente tiene que ser el desarrollo y una verdadera cooperación, donde se asuman compromisos con
agendas de trabajo concretas y evaluables».
7. Dausa M. (2008), analiza el código de las fronteras donde la U.E., incorpora en su discurso
el terrorismo y la migración ilegal (Acuerdo Prum), pero sin dejar sus principios humanitarios que le
diferencia del discurso rígido norteamericano.
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Las Fronteras Regionales: La materia de migraciones en la Geopolítica…
197
Fig. 2. Geografía de la frontera Guatemala-México
Fuente: Nájera Aguirre J. N. (2010).
La frontera regional del sur mexicano es el escenario donde se encuentran, entre
otras, esas políticas comunes de administración migratoria regional. Los 4 estados de
Yucatán (Chiapas, Campeche, Tabasco y Quintana Roo), son la subregión fronteriza de
Norteamérica ligada histórica y culturalmente a sus países vecinos, donde se comparte
la misma noción de movilidad regional por distintas causas estructurales, políticas y
sociales (guerras civiles etc.), así como también por factores medioambientales. Las
políticas migratorias de la región norteamericana configuran el espacio fronterizo del
Sur mexicano con dinámicas equivalentes: modificación de los flujos de temporales a
permanentes a causa de los controles, reconfiguración de los asentamientos provocados por la permanencia de los migrantes, nuevos nichos de trabajo y ampliación del
sector económico informal, variación de las rutas hacia caminos menos accesibles,
fortalecimiento de las redes de tráfico y aumento del negocio ilícito migratorio y de
la violencia social.
2.3. El MERCOSUR
El Mercado Común del Sur de América, con una finalidad inicial similar a los
casos anteriores, desde su formación como unión aduanera presenta particularidades
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
198
Zampeta Papadodima
en el proceso de integración previa a la plena unión económica 8. Pasando por acuerdos
conjuntos y cláusulas de tipo sociocultural y necesariamente económicas, en su etapa
actual está implementando políticas de integración tanto para los mercados como
también para ciudadanos y trabajadores. Este tercer caso presenta en su cohesión una
mayor profundización pues ahonda en una caracterización identitaria región histórica.
Las asimetrías generadas por la integración no alteran el objetivo de una integración
social junto a la económica, promoviendo igual que en Europa la libre movilidad entre
los Estados Miembros, Asociados y Observadores. Una mirada histórica compartida es
lo que une y separa al Sur Americano a través de sus «fronteras pacíficas».
Con Grimson A. (2000, 2001, 2003, 2004) exploramos los estudios históricos
y antropológicos de los casos fronterizos de MERCOSUR, evidenciándose tanto las
diferencias entre las distintas fronteras como también sus semejanzas. Contemporáneamente, el Cono Sur vive anuncios de disolución de fronteras para el MERCOSUR,
que en una primera fase sólo se verificaban para el gran comercio internacional. En
muchas de las fronteras sudamericanas el abandono de las hipótesis de conflicto bélico
fue seguida de una desmilitarización que al mismo tiempo evolucionaban en nuevos
controles al movimiento de mercaderías, personas y símbolos. El control fronterizo
parece enfocado por tanto al comercio internacional, dejando el lugar fértil para la
asunción de políticas fronterizas migratorias integrales.
El caso de MERCOSUR se consideraría aún en una primera etapa en cuanto a la
institucionalización profunda de esta integración, pero con avances que ninguno de los
otros dos grupos ha alcanzado. De esta forma y en el tema migratorio específicamente, cuenta con una base sólida de legislación y aunque no haya logrado una eficiente
institucionalidad, la visión con la cual abarca los flujos migratorios tiene significativas
diferencias respeto a las políticas comunes de los bloques anteriores. En el momento
actual, la tendencia es a superar su inicial énfasis en lo económico-comercial para
pasar en una etapa de mayor integración política y social, ampliando tanto el número
de miembros regionales como los objetivos subyacentes de dicho proceso.
La movilidad intra y extrarregional como pauta histórica también está presente en
las políticas migratorias regionales, y lleva aparejada la ratificación de la mayoría de
los convenios internacionales para la protección de los derechos de los migrantes y sus
derechos económicos, sociales, laborales y culturales, con el reto de alcanzar la libre
circulación no solo entre sus miembros si no también en toda la región latinoamericana9.
8. Con el Tratado de Asunción en 1991, Argentina, Brazil, Uruguay y Paraguay deciden la integración
de los cuatro Estados Partes a través de la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos, el
establecimiento de un Arancel Externo Común (AEC), la adopción de una política comercial común, la
coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales y la armonización de legislaciones en las áreas
pertinentes. Desde el 2006 se tramita la incorporación de dos nuevos miembros, Bolivia y Venezuela mientras
el proceso cuenta con tres países asociados (Colombia, Ecuador y Chile) y México como Estado Observador.
9. La Unión de Naciones Suramericanas integra los doce países independientes de Sudamérica:
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela,
UNASUR reúne los países de la CAN y del MERCOSUR, y dos países de la CARICOM, representando
un modelo de integración regional que comprende el conjunto de la región territorial de Sudamérica.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
Las Fronteras Regionales: La materia de migraciones en la Geopolítica…
199
Fig. 3. El MERCOSUR
FUENTE: Instituto Lycee Marcelin Berthelot. http://www.vaumonier.lycee-berthelot.org/spip.php?article266.
acceso mayo 2011
En cuanto a los otros dos procesos, MERCOSUR comparte sus fronteras externas con
países asociados por tanto las políticas no exigen reforzar el control migratorio fronterizo.
La reconfiguración de las fronteras nacionales sigue un camino de constante apertura regional en el que se superponen los espacios nacionales. En este caso aunque
se produzcan cambios en el espacio fronterizo por dicha apertura, sin embargo no se
registran fronteras de conflicto como en el caso europeo y norteamericano. Aunque
el enfoque político en su aplicación arrastra con cierta discriminación y a veces hasta
marginalización de los migrantes, al estar acompañado por la noción de región latiCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
200
Zampeta Papadodima
noamericana permite transformar las sociedades fronterizas en espacios comunitarios,
abriendo posibilidades de desarrollo dentro del proceso de integración. En este contexto
aparece un nuevo concepto sobre la frontera que la percibe como espacio natural de
integración, o según Quijano J. C. (2003), de región compartida.
3. PATRONES Y POLÍTICAS MIGRATORIAS REGIONALES
En los tres procesos analizados podemos observar ciertas similitudes y diferencias
en cuanto al enfoque sobre las migraciones en sus políticas fronterizas. Comparando
con el caso del MERCOSUR (integrado por países tradicionalmente expulsores), este
aporta más que una mirada humanista a la integración de los ciudadanos comunitarios
y de Extra MERCOSUR, con propuestas políticas a nivel internacional sobre la reconceptualización de los efectos e implicaciones de la movilidad, la perdida de recursos
calificados, la inserción de los trabajadores, así como también la maximización del
impacto de las remesas e inversiones indirectas 10. Al otro lado, Europa y Norteamérica, regiones principalmente integradas sobre principios de mercado más que sobre
continuidades históricas, se caracterizan por la profundidad de las asimetrías que definen su alianza. Ahí también se refleja el poder en la toma de decisiones que suelen
asumir aquellos países que al mismo tiempo buscan limitar los flujos migratorios fuera
de sus fronteras nacionales (Artola J. 2009). La perspectiva migratoria de estas
políticas regionales conlleva una administración fronteriza agresiva que apunta a la
criminalización de la migración, la legitimación de los controles y el estatus bélico
en las fronteras, mediante:
i) Operativas en terreno con sofisticado equipamiento y alta tecnología para el control
y expulsión de los migrantes indocumentados.
ii) Legislación cada vez más severa que permite parcialmente la migración calificada
y estacional, prohibiendo el derecho de residencia o la entrada permanente de
mano de obra, abriendo las puertas a la migración indocumentada.
iii) Acuerdos bi y multilaterales de cooperación al desarrollo con los países de
origen y de transito (tapones) que se adoptan solo parcialmente (Cuttitta P.,
2008b).
Por un lado los núcleos de los bloques buscan, a través de sus fronteras periféricas
(principalmente en el Mediterráneo y al Sur de México), externalizar sus fronteras en
territorios no regionales, para evitar primero la llegada y el subsiguiente desplazamiento
hacia su territorio, y también para minimizar los costes de detención y expulsión. También proveen compensaciones económicas para estos países. Y por último, administran
el fenómeno fuera de territorios de su legislación, evitando las obligaciones derivadas
10. Informes de Migración de la Corte Iberoamericana, Conferencia Sudamericana de Migraciones,
CEPAL etc.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
Las Fronteras Regionales: La materia de migraciones en la Geopolítica…
201
de los Convenios Internacionales (Helmut D., 2008). Por otro lado, los Estados
extrarregionales, contraparte de estos acuerdos, son históricamente países de expulsión
y al mismo tiempo de tránsito con un sistema económico desarrollado alrededor de
las remesas y de la explotación del negocio migratorio.
Las políticas regionales son actualmente definidas mediante principios que por un
lado hacen cuestionar su eficacia, y por otro impulsan un redimensionamiento al nivel
espacial y social de los lugares fronterizos. «Problemas» como la migración, definidos
parcial o equívocamente, y sus cuestionables «soluciones» represivas, implantan aun
más desconcierto socio-espacial del que pretenden instaurar. Linares R. (2006),
afirma que estas políticas migratorias y los mensajes que las acompañan, espolean
fuertemente el imaginario colectivo de «invasión» que legitima la criminalización de
la figura del migrante, clave para justificar mayores medidas de control de las fronteras
y de recortes de sus derechos fundamentales. Nubarrones reglamentarios y legislativos,
algunos apuntados y anunciados, que incrementan la fragilidad de las personas y la
violencia estatal contra los inmigrantes indocumentados mediante abusos y extorsión.
Los Estados considerados débiles11 por un lado aceptan la intervención externa
en sus asuntos, e incluso la persiguen para asegurar los fondos necesarios, aunque en
muchos casos estos no se destinen completamente al combate de la migración indocumentada. Además, se incrementan de forma importante los riesgos y la vulnerabilidad
de estos grupos debido al crecimiento del mercado migratorio por la diversificación
de las rutas y su creciente complejidad (Triandafyllidou A., y otros, 2008) que
resultan favorecidas por descomunales ganancias de este mercado ilícito, que alentarán
ulteriores cambios socio-estructurales en nivel local fronterizo.
La externalización que se produce mediante la transmisión a terceros países de
la responsabilidad del control y la gestión de los migrantes, como el caso de las Políticas Europeas de Vecindad (PEV), incorpora la gestión de las migraciones dentro
de las agendas económicas y comerciales con la UE. De igual forma los acuerdos de
readmisión y de cooperación policial con los países de origen y tránsito, para que
éstos acepten las expulsiones, les convierten en un instrumento clave de las políticas
regionales. Como contrapartida, se establecen cuotas de migración legal (laboral) para
los nacionales de los países que han aceptado el acuerdo (Fernández Bessa C.,
2008). Estos países de tránsito u origen de los viajes clandestinos, se localizan generalmente fuera del bloque regional y concentran las actividades ilícitas del «negocio»
migratorio (localización de los contingentes, falsificación de documentos, tráfico…).
Los patrones migratorios reconstruidos por estas modernas geopolíticas, desarticulan la tradicional migración temporal (golondrina), favoreciendo la permanencia a
causa de la dificultad de trasladarse por los controles migratorios. A causa de estos se
ven afectadas otros tipos de dinámicas como es la reunificación familiar en el lugar
de destino, los beneficios de la movilidad circular y los posibles avances sobre la
integración y convivencia de los hijos de los migrantes en el país receptor.
11. Termino empleado por varios autores de gestión y administración pública (Stanislawski, Van
Vliet C. y otros).
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
202
Zampeta Papadodima
En nivel fronterizo la transformación más importante que cabe notar es la
modificación de las rutas de transito y entrada como respuesta a la posibilidad de
intercepción y expulsión que generan los controles. A través de terrenos minados,
desiertos y montañas, ríos y mares, en medios precarios y sin las necesarias provisiones, se dibujan las nuevas rutas migratorias. Las sociedades fronterizas viven una
profunda reestructuración por la continua presencia de migraciones que muchas veces
las transforma de espacios transitorios de paso en lugares de destino migratorio, sin
tener la mayoría de las veces la capacidad de absorberlas a través de procesos de
integración. Muros, Vallas, Centros de Detención (en México EE.UU. y los países
Europeos) y asentamientos improvisados, junto con el fortalecimiento de nuevas
dinámicas laborales y estigmas sociales, llevan a las actuales fronteras externas
también a la marginalidad del desarrollo nacional. Los nuevos límites regionales
constituyen los márgenes del mercado mundial, en los que el conflicto, el narcotráfico,
la movilidad, la migración indocumentada y el espacio tradicional transfronterizo,
se convierten en escenarios de muertes, abusos, corrupción y desarrollo privilegiado
destinado a sectores particulares.
El aumento de los fenómenos delictivos y la migración indocumentada genera a la
vez mayor control y militarización en las fronteras como respuesta desde las políticas
regionales; Triandafyllidou A. (2009), nos recuerda el mito clásico de Sísifo
y su eterna tortura, una metáfora del ciclo vicioso de las políticas migratorias. Un
esfuerzo sin cesar, que está condenado a no llegar a cumplirse nunca, si no a volver
a empezar cada vez, por una vez más.
4. Propuestas Conceptuales y Conclusiones
Explorando los caminos de la migración, la ruta nos lleva a la frontera: límite
administrativo, político, punto de encuentro y de separación cultural y nacional; desde
luego, un espacio denso. Esquemas o imágenes individuales o colectivas del espacio,
concebidas como una representación del mismo. Se vinculan con las vivencias y experiencias individuales y compartidas de distinto origen, y también con los valores y
las percepciones sociales. La concepción no solo fronteriza si no también regional,
destaca los lazos sociales que hacen de la región un espacio integrado en un marco
nacional a partir del encuentro y al mismo tiempo la separación.
Las regiones contemporáneas se establecen como espacios de integración económica, compartiendo políticas regionales y (para los propósitos de este trabajo) migratorias, que tienden a administrar el fenómeno reconfigurando los espacios fronterizos,
convirtiéndolos en terrenos conflictivos y marginados. Las sociedades fronterizas han
estado desde su conformación, en el «limite» del cuerpo nacional. Sin embargo hoy
en día, en época de mayor integración, paradójicamente aumentan las restricciones de
acceso a los territorios regionales. Aun así, surgen fuertes críticas sobre la función,
el cumplimiento de las metas, y los avances de los modelos de integración regional.
En los tres procesos principales que analizamos, observamos que el hecho de ser
regiones que concentran el interés migratorio afecta a la orientación de las políticas
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
Las Fronteras Regionales: La materia de migraciones en la Geopolítica…
203
de control, lo que nos permite compararlas a nivel agregado. En estos casos los puntos
fronterizos se encuentran más desarticulados, modificando continuamente las dinámicas
socio espaciales (asentamientos, actividad económica, relaciones socio-históricas). La
profunda reestructuración que causan las políticas migratorias regionales en los espacios fronterizos les convierten en espacios tanto estratégicos, como también trágicos.
Las cifras oficiales no resultan suficientes para describir la calidad del fenómeno.
Las rutas se transforman, se hacen más largas, complejas y peligrosas; el negocio
migratorio florece, mezclándose entre trata y tráfico, derechos y políticas, decisión y
desesperación, generando nuevos patrones y prácticas migratorias. Las nuevas políticas
regionales de mayor control que se encuentran en los nuevos espacios de integración,
dinamizan las contradicciones y la ineficacia de la administración migratoria, diseñando
políticas ajenas a estos necesarios ejes, arriesgándose hacia una mayor desarticulación,
y desarraigando la perspectiva de su particular espacio.
Las conclusiones teóricas nos abren y requieren un espacio para fomentar estudios
de políticas fronterizas, teniendo en cuenta las serias limitaciones y los ejes complementarios de los fenómenos que se abordan. La ocupación del espacio, las actividades socioeconómicas, el transfondo histórico y las problemáticas poblacionales que
directamente se vinculan con la gestión migratoria, son aspectos que los programas
regionales escasamente mencionan y tratan. Las políticas de gestión de las regiones
receptoras de la migración, se realizan sin mayor profundización de la perspectiva
espacio-temporal fronteriza y sin incorporar una serie de conceptos y ejes complementarios y poco considerados hasta el momento. Si bien no hay modelo que pueda
o deba prevalecer ya que estas mismas particularidades impiden la existencia de un
único paradigma válido para la generalidad, la perspectiva latinoamericana parece hoy
en día contener aquellos supuestos que asegurarían una gestión más integral, fluida, y
acorde con el derecho y las buenas prácticas internacionales.
La dinámica local es un conjunto de conflictos, encuentros, separaciones prácticas
y omisiones que dibuja sus propias particularidades. La etnicidad y cultura escondidas
en las sombras del margen, en la diferencia, reproducen impresionantes procesos de
contacto e identidad. Cuando se completa el cruce, se crea el puente entre locales,
vecinos y también visitantes. La región socialmente construida se fortalece a partir del
deterioro, los contactos, la amistad, las disputas y conflictos, y la redefinición de uno
«mismo» (Linares R. 2006). La línea de límite en sí misma no cambia de posición,
solamente altera su funcionalidad.
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Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 189-205
DESARROLLO HUMANO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
EN COLOMBIA
Carlos Andrés Gualdrón Guerrero*
Recibido: 07-01-11. Aceptado: 06-07-11. Biblid [0210-5462 (2011-1); 48: 207-231].
PALABRAS CLAVE: Desarrollo humano, crecimiento económico, círculo vicioso, círculo
virtuoso, sesgos pro-crecimiento y sesgos pro-desarrollo.
KEYWORDS: human develop, economic development, vicious circles, virtuous circles,
biases pro-growth and biases I pro-develop.
MOTS-CLÉS: Biais du développement humain, croissance économique, un cercle vertueux,
cercle vicieux, pro-croissance biais et pro-développement.
RESUMEN
En el presente artículo se hace un análisis de la relación desarrollo humano y crecimiento
económico en Colombia. Para ello, adaptamos a escala regional los métodos de estudio propuestos durante los últimos años por Ranis, Stewart y Ramírez en los que consideran la existencia
de cuatro situaciones distintas en la relación entre ambas variables: círculos viciosos, círculos
virtuosos, sesgos pro-crecimiento y sesgos pro-desarrollo. Previamente se estudia la relación en
el ámbito mundial, con el objetivo de tener una visión más amplia de la misma que nos permita
contextualizar el caso colombiano.
ABSTRACT
In the present article an analysis of the relation is done between human development and
economic growth in Colombia. For it, we adapt to regional scale the methods of study proposed
during the last years by Ranis, Stewart and Ramirez in those who consider the existence of
four different situations in the relation between both variables: vicious circles, virtuous circles,
biases pro-growth and biases I pro-develop. Before the relation is studied in the world area,
with the aim to have a more wide vision of the same one and that allows us to observe the
context of Colombian case.
RESUMÉ
Dans l’article présent une analyse de la relation est faite entre un déroulement humain
et une croissance économique en Colombie. Pour cela, nous adaptons à une échelle régionale
les méthodes d’étude proposées pendant dernières années par Ranis, Stewart et Ramirez dans
ceux qui considèrent l’existence de quatre situations distinctes dans la relation entre les deux
variables : des cercles vicieux, des cercles vertueux, des biais une pro-croissance et des biais je
*. Profesor
cagg1@hotmail.com
Universidad de Pamplona Colombia, Departamento de Economía cagg1@hotmail.com
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
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Carlos Andrés Gualdrón Guerrero
pro-développe. Au préalable on étudie la relation dans l’enceinte mondiale, avec le but d’avoir
une plus ample vision de la la même et qui nous permet d’observer le contexte de cas colombien.
1. INTRODUCCIÓN
Como punto de partida, consideramos que el desarrollo se concreta en el nivel de
cobertura de las necesidades sociales básicas y en las potencialidades o capacidades
de la población para llegar a ser dueños de su destino, y el crecimiento lo definimos
como un proceso complejo de evolución a largo plazo que se manifiesta en el aumento
de las variables características de la economía, y partiendo de tales definiciones no
queda garantizada la absoluta estabilidad en la relación entre ambos conceptos, aunque
sí una considerable conexión.
La anterior afirmación, emanada de la interpretación que de estos conceptos han
realizado las diferentes escuelas del pensamiento económico y algunos autores y organismos internacionales a través de la historia, es corroborada por las aplicaciones
realizadas en el presente trabajo para el Mundo, Colombia y sus Regiones. Se comparte la opinión de Todaro (Todaro, 1988), que argumenta que el desarrollo abarca
más que el puro aspecto material, por lo tanto hay que percibirlo como un proceso
multidimensional que lleva consigo la reorganización y reorientación de los sistemas
económicos y sociales, que no se limita a elevar los niveles de renta y producción sino
que da lugar, además, a transformaciones importantes de las estructuras institucionales,
sociales y administrativas.
Como viene siendo habitual durante los últimos años, incorporamos al concepto de
desarrollo no sólo las transformaciones socioestructurales y el crecimiento económico,
o la satisfacción de las necesidades básicas sino también, de manera muy especial,
la construcción de las capacidades de los pueblos (enfoque que maneja el PNUD y
otros autores como Sen, a través del concepto de desarrollo humano) y la participación ciudadana. De ahí que consideremos que, pese a las imperfecciones que pueda
tener el indicador sintético de Índice de Desarrollo Humano del PNUD (IDH) 1, éste
es utilizable, al incorporar tanto consideraciones de capacidades como de satisfacción
de necesidades en su formulación.
Con respecto a la conexión entre estos dos aspectos, en las últimas décadas se ha
debatido la relación existente entre crecimiento económico y desarrollo, de tal manera
que aún siendo frecuente la afirmación de que puede existir crecimiento sin desarrollo
parece también generalizada la idea en la que se considera necesario el crecimiento
económico para lograr el desarrollo. Pero específicamente el objeto de este estudio es
definir y explicar la relación entre crecimiento económico y desarrollo humano en el
mundo y las distintas regiones de Colombia.
1. El IDH es el índice utilizado por el PNUD como medida del desarrollo humano por ser el índice
más disponible y que reúne en mayor medida las variables de interés de este trabajo. Sin embargo, el
desarrollo humano contiene más aspectos como la igualdad de géneros, entre otros.
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DESARROLLO HUMANO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO EN COLOMBIA
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El crecimiento económico genera desarrollo humano a medida que la base de recursos
se amplíe y exista una buena distribución de los mismos, que permita mejorar interrumpidamente el bienestar de la sociedad, o a medida que estos recursos provenientes del
ingreso nacional se asignen a actividades que contribuyan al desarrollo; y el desarrollo
humano genera más crecimiento a medida que una población más sana y educada contribuye a mejorar el desempeño económico (Ranis, Stewart y Ramírez, 2002).
Al respecto, diversos estudios empíricos en los últimos años han puesto en tela
de juicio la supuesta relación automática entre crecimiento económico y desarrollo
humano, y han corroborado la necesidad de dar prioridad al desarrollo humano para
alcanzar un círculo virtuoso. Así se constata en Ranis, Stewart y Ramírez, 2002 y
PNUD, 1996. Precisamente el objetivo principal de este trabajo es incorporar más
evidencia empírica sobre la cuestión, y trataremos de ver si esas mismas conclusiones
siguen vigentes en Colombia y su ámbito regional para el periodo 1990-2005.
Para el programa de investigación se han formulado las siguientes preguntas:
¿cuál es la relación crecimiento y desarrollo humano?, ¿existe relación entre el nivel
de la actividad económica de un país y el nivel de desarrollo humano? La respuestas
a estas preguntas se complementarán confrontando la variable que mide el nivel de la
actividad económica y su respectivo crecimiento (PIB/habitante) con la que mide el
desarrollo humano (IDH) en el mundo, Colombia y sus diferentes regiones.
2. La medición del desarrollo humano (IDH)
Habíamos descrito que el PNUD utiliza el (IDH) para medir el desarrollo de un
país. Su cálculo lo podemos ver en las notas técnicas del informe sobre el desarrollo
humano del 2002 página 263, como describimos a continuación.
El IDH es una medida sinóptica del desarrollo humano. Mide los adelantos medios
de un país en tres aspectos básicos del desarrollo humano:
• Una vida larga y saludable, medida por la esperanza de vida al nacer.
• Conocimientos, medidos por la tasa de alfabetización de adultos (con una ponderación de dos tercios) y la combinación de matriculación primaria, secundaria
y terciaria (con una ponderación de un tercio).
• Un nivel de vida decoroso, medido por el PIB per cápita (PPA, dólares EE.UU.)
Antes de calcular el propio IDH, es necesario crear un índice para calcular uno
de sus tres componentes —esperanza de vida, educación y PIB—. Se escogen valores
mínimos y máximos (valores de referencia) respecto de cada uno de los tres indicadores.
El rendimiento en cada componente se expresa como un valor entre 0 y 1, aplicando
la siguiente fórmula general: Índice del componente = (valor efectivo-valor mínimo) /
(valor máximo-valor mínimo). Seguidamente, se calcula el IDH como simple promedio
de los índices de los componentes.
Una vez que se han calculado los índices de cada componente, la determinación
del IDH es directa. Es un simple promedio de los índices de los tres componentes. IDH
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= 1/3 (Índice de esperanza de vida) + 1/3 (índice de educación) + 1/3 (índice de PIB).
Recientemente el PNUD ha producido un indicador de pobreza humana (IPH), de
nuevo con variantes. De modo similar el IPH es un promedio de tres o cuatro medidas
de la miseria: vulnerabilidad o la muerte a una edad relativamente joven, privación del
conocimiento y falta de estándares decentes de vida.
De forma interesante el PNUD ha desarrollado dos diferenciales (IPH-2) para los
países desarrollados y otro para los países en desarrollo (IPH-1). Diferentes estándares
para lo que constituye la miseria son usados en los dos casos: así para los países en
desarrollo, el primer índice se basa en la parte de la población que vive más allá de
los cuarenta, mientras que para los países industrializados la edad se cambia a 60; para
los países en desarrollo los estándares de vida son bienes básicos por la falta de acceso
a los servicios de salud y el agua potable, mientras que en los países industrializados
la medida que se utiliza son los ingresos. Además para los países industrializados
existe una cuarta media de exclusión social que se indica con el nivel de desempleo
que también se incluye.
Según el Informe de Desarrollo Humano del PNUD 2010, el IDH maneja nuevas
metodologías y datos «El Ingreso Nacional Bruto per cápita reemplaza al Producto Interno
Bruto per cápita, con el objetivo de incluir los ingresos de las remesas y la asistencia
oficial para el desarrollo, entre otros. Se eliminó el «valor máximo» del ingreso que servía
a los fines de ponderación del índice, para otorgar un IDH a los países que habían sobrepasado el anterior límite de 40.000 dólares EE. UU. y así reflejar mejor los verdaderos
niveles de ingreso. En educación, se reemplazó la matriculación bruta por los años de
escolaridad esperados entre los niños en edad de asistir a la escuela, mientras que las tasas
de alfabetismo de adultos se sustituyeron por los años promedio de escolaridad entre la
población adulta, todo con el fin de proveer una panorámica más completa de los niveles
de educación. La esperanza de vida sigue siendo el principal indicador de la salud» 2.
3. RELACIÓN CRECIMIENTO Y DESARROLLO HUMANO
3.1. Antecedentes
El PIB es uno de los índices que sirven para elaborar el IDH, lo que apunta a una
correlación muy estrecha entre el PIB/H y el IDH 3, pero la evidencia empírica muestra
2. Para este informe, el IDH del año 2010 no debe compararse con los IDH de las ediciones
anteriores, debido a que se usaron diferentes indicadores y cálculos. Este nuevo IDH traza los cambios
en las clasificaciones nacionales durante intervalos de cinco años, y no de año en año. Además el nuevo
IDH opta una medida geométrica en vez de aritmética.
3. La renta per. cápita es utilizada para el cálculo del índice del PIB, a quien se le aplica un ajuste
logarítmico, porque así se detecta la utilidad marginal del dinero o la utilidad marginal decreciente de la
renta, por lo tanto la evolución del nivel de la actividad económica es diferente a la del índice del PIB
en las áreas analizadas. Igualmente esa transformación del PIB per cápita reduce de forma importante el
efecto de aumentos del PIB per cápita sobre el IDH para PIB per cápita altos.
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que existen países donde esa correlación está sesgada y presenta un desequilibrio entre
los valores esperados de las variables.
Así, Ranis, Stewart y Ramírez (2000) utilizaron regresiones comparadas
que abarcaron entre 35 y 76 países en desarrollo, según los datos disponibles sobre
educación y salud para el periodo 1960-1992, y encontraron:
a) El crecimiento del PIB per cápita resultó ser significativo y bastante sólido
en todas las ecuaciones, y el mayor crecimiento del mismo se tradujo en un
mejor comportamiento del desarrollo humano.
b) La proporción de recursos nacionales destinados a gasto social casi siempre
resultó ser significativamente positiva.
c) El comportamiento del hogar derivado de los ingresos de las mujeres, sus
conocimientos y el control que ejercían dentro del hogar, aumentó la tasa de
matricula femenina en la enseñanza primaria.
d) Contrariamente a lo previsto, la distribución más equitativa del ingreso no
pareció influir en el IDH.
Considerando como variable dependiente el PIB per cápita en el periodo 19701992 el trabajo de Ranis, Stewart y Ramírez dio los siguientes resultados para los
países en vía de desarrollo:
a) Las medidas del grado inicial de desarrollo humano eran invariablemente significativas para explicar el crecimiento del PIB, aunque con coeficientes bajos.
b) Con una sola excepción, la variación de la esperanza de vida (1962-1982) era
también positiva y significativa
c) La distribución más equitativa del ingreso iba unida a un mayor crecimiento
económico.
Para clasificar empíricamente el comportamiento de los países, Ranis, Stewart y
Ramírez compararon los resultados de cada uno con el promedio de todos los países en
desarrollo, denominando las posiciones extremas como sesgo prodesarrollo económico
(mayor incremento del IDH que la media y menor variación del PIB/H que la media)
y como sesgo procrecimiento económico (mayor variación en PIB/H que la media ante
un rendimiento del IDH menor que la media).
La conclusión más interesante es que ninguno de los países que comenzó con
un sesgo procrecimiento económico pudo pasar de allí a un ciclo virtuoso, esto es de
mayores crecimientos del PIB/habitante y del IDH que la media del conjunto de países
analizados, y todos ellos volvieron a caer en el círculo vicioso (esto es de menores
crecimientos de ambas variables que la media del conjunto de países analizados). En
cambio, algunos países que comenzaron con un sesgo pro desarrollo humano, efectivamente lograron avanzar hasta situarse en el grupo de círculo virtuoso.
Otro de los resultados de estos autores, es que existen conexiones en Latinoamérica
más débiles que a nivel mundial cuando van del crecimiento económico al desarrollo
humano y mas fuertes cuando van del desarrollo humano al crecimiento económico.
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Distintas investigaciones han ampliado y corroborado los resultados generales
obtenidos en el trabajo de Ranis, Stewart y Ramírez, destacando los efectos positivos
sobre el crecimiento económico que tienen la mejora del nivel educativo y de la salud
en los países en vía de desarrollo. Así, entre otros:
a) La ampliación de la educación primaria aumenta la productividad de los
trabajadores urbanos y rurales. Además, la educación contribuye de manera
importante a la capacidad técnica y al cambio tecnológico en la industria 4.
b) Se ha demostrado que el mejoramiento de la salud y de la nutrición influye
directamente en la productividad de la mano de obra, especialmente en las
personas más pobres. Incluso en algunos casos, la evidencia indica que la
salud y la nutrición influyen aun más en la productividad que la educación
formal5.
c) La enseñanza secundaria, incluso la técnico-profesional, facilita la adquisición
de destrezas y de capacidad de gestión.
d) La enseñanza terciaria contribuye al desarrollo de la ciencia básica, a la selección adecuada de las importaciones de tecnología, a su adaptación al medio
nacional y al desarrollo de tecnologías autóctonas.
e) La enseñanza secundaria y terciaria son elementos fundamentales para el
desarrollo de instituciones claves, las cuales son esenciales para el desarrollo
económico.
f) Varios estudios empíricos han mostrado que la educación tiene efectos positivos
en el crecimiento a nivel macroeconómico, los que varían según el grado de
introducción y el modelo de crecimiento macroeconómico elegido 6.
g) La educación afecta la naturaleza y el crecimiento de las exportaciones que,
a su vez, influyen en la tasa global de crecimiento 7.
h) La educación también puede influir en el incremento del ingreso per cápita
a través de sus efectos en el denominador. Muchos estudios han demostrado
que la escolaridad femenina está inversamente relacionada con la fecundidad
(Ainsworth, Beegle y Nyamete, 1995).
i) También se ha demostrado que ampliar la enseñanza primaria conduce a una
distribución más equitativa del ingreso (Psacharopoulos y otros 1992, p.48)
y estudios recientes indican que la distribución más equitativa de bienes e
ingresos contribuye al crecimiento económico 8.
4. Véase Shultz (1975), Welch (1970), Rosenzweing (1995), Foster y Rosenzweing (1994).
5. Véase las encuestas de Behrman, 1993 y 1996.
6. Las nuevas teorías sobre el crecimiento aspiran a hacer endógeno el proceso técnico con la
incorporación de algunos de estos mismos efectos, haciendo hincapié a la vez en la educación en el
aprendizaje con la práctica y en investigación y desarrollo. Por ejemplo, Barro (1991) y Barro y
Lee (1993 a y b).
7. Entre otros, Michaely (1977), Kruger (1978), Ram (1985), Rama (1998) y Edwards (1993).
8. Véase Asesina y Rodrik (1994), Asesina y Perotti (1994), Persson y Trabellini
(1994) y Birdsall, Ross y Sabor (1995).
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El informe sobre Desarrollo Humano del PNUD de 1996 se analiza el carácter y
el grado de fortaleza de los vínculos entre el crecimiento económico y el desarrollo
humano. Hay dos conclusiones importantes en este informe. En los 15 años anteriores a
este informe, el crecimiento venía fracasando en 100 países, donde vivía casi un tercio
de la población del mundo. La otra conclusión es que los vínculos entre el crecimiento
económico y el desarrollo humano estaban fracasando para los habitantes de muchos
países, cuyo desarrollo era desequilibrado, ya sean porque tenían buen crecimiento
económico pero escaso desarrollo humano o porque tenían buen desarrollo humano
pero un escaso o ningún crecimiento económico.
En términos generales este informe concluye que a medida que el mundo se adelante en el siglo XXl, en general se necesitará más crecimiento económico. Pero debe
prestarse más atención a la estructura y a la calidad de este crecimiento para velar que
esté orientado al apoyo del desarrollo humano.
También en este documento se ha puesto claramente de manifiesto que no existe
un vínculo automático entre crecimiento y desarrollo humano. Incluso cuando tal vinculo se establece, puede ir erosionándose gradualmente, a menos que se le refuerce en
forma constante por medio de una gestión pública hábil e inteligente.
Finalmente, Pritchett (2001), plantea una posición crítica a esta relación, mostrando que existe una relación negativa entre el crecimiento de los años de educación,
el crecimiento del capital educativo y las medidas construidas de manera convencional
de la contabilidad del crecimiento económico.
3.2. Crecimiento y Desarrollo Humano: la evidencia empírica
En este punto se responderá a la pregunta ¿existe relación entre el nivel de la actividad económica (medido a través del PIB per cápita), y el nivel de desarrollo humano
(medido por el IDH) en los países del mundo? Precisamente lo que nos interesa es
analizar las diferencias entre el ranking del índice del PIB/habitante y el de IDH, pues
habrá casos en que IDH> Índice del PIB/H y casos opuestos. Para el cumplimiento de
este objetivo se han seleccionado 3 años al azar y no un periodo completo como se
hace para el caso colombiano por las mismas implicaciones del ejercicio inicial. Por
otro lado, la mejora en el PIB/habitante puede tener su origen no tanto en un aumento
del PIB sino en un menor aumento o en una reducción de la población.
3.2.1. Actividad económica y Desarrollo Humano en el Mundo
Hemos procedido a contrastar la hipótesis de que el nivel de actividad económica
de un territorio medido por el PIB/habitante explica el índice de desarrollo humano
alcanzado. Se seleccionaron 165 países de los 175 existentes, los diez países no
seleccionados no se tienen en cuenta por falta de datos correspondientes al PIB per
cápita y al IDH, para los años 1990, 1995 y 2001, que como hemos mencionado se
seleccionaron al azar.
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Para lograr el objetivo de investigación planteado y probar la relación propuesta
en la hipótesis, se ha recurrido y seleccionado entre varios los siguientes métodos
estadísticos: análisis de tablas de contingencia, análisis de regresión y de correlación.
a. El análisis con tablas de consistencia
Para analizar la relación entre el nivel de la actividad económica y el desarrollo
humano a través de tablas de contingencia se ha realizado la agrupación de los datos en
tres categorías para cada variable, según los parámetros que se muestran en la siguiente
tabla, y que fueron tomados del informe del Banco Mundial para el caso del PIB per
cápita, y del informe de la PNUD para el caso del desarrollo humano, en el año 2001.
Cuadro 1. Categorización del nivel del PIB/H e IDH de los países
Categorías
Nivel de ingresos y desarrollo
Bajo
Medio
Alto
PIB per cápita
IDH
735 $us. o menos
736 $us. a 9.075 $us.
9.076 $us. o mas
0,000 a 0,499
0,500 a 0,799
0,800 a 1,000
Fuente: Elaboración propia a partir de los informes anuales del Banco mundial y el PNUD.
Lo que se pretende a través del análisis de tablas de contingencia y la prueba de
Ji-cuadro es determinar si ambas variables (nivel de la actividad económica y desarrollo
humano) están relacionadas dentro de cada categoría, o dicho de otro modo si el nivel
de desarrollo humano de un país está en función del nivel de ingresos.
Los resultados de la prueba ji-cuadro, considerando un nivel de significancia de
0,01 (1%), indican que la relación entre ambas variables estudiadas (nivel de la actividad
económica y desarrollo humano) es estadísticamente significativa. Para determinar la
fortaleza de dicha relación se ha utilizado el Coeficiente de Contingencia; este indicador es también estadísticamente significativo e indica que el grado de asociación es
relativamente fuerte, ya que está por encima de 0,5.
La relación entre ambas variables puede verse de manera gráfica a través de los diagramas de cajas que se muestran a en la grafica 1. En consecuencia, a partir de este análisis
se puede concluir que la variable nivel de la actividad económica (medido a través del PIB
per cápita) está relacionado con la variable desarrollo humano (medido a través del IDH).
El diagrama de caja muestra la relación entre el IDH y el PIB/H en los diferentes
niveles (bajo, medio y alto) de actividad económica y desarrollo humano de los países
y años analizados, como lo podemos ver en el siguiente gráfico. El área roja representa
la dispersión y concentración de los datos con respecto a la media, y el punto negro
los casos atípicos.
Los resultados expresados en el diagrama de cajas muestran que existe una mayor concentración de los datos en el nivel alto de actividad económica y desarrollo
humano, en los años 1990, 1995 y en el nivel bajo en 2001. La dispersión es mayor
en los niveles medios de estos aspectos.
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Gráfico 1. Relación entre crecimiento y desarrollo humano, diagrama de cajas



Fuente: Elaboración propia teniendo en cuenta los datos de los informes anuales del Banco mundial y el PNUD.
Sin embargo, es necesario resaltar que aunque de manera general se demuestra
que un nivel alto de actividad económica implica un alto nivel de desarrollo humano,
existen países para los cuales no se cumple esta relación, como lo podemos observar
en algunos puntos del diagrama de cajas.
b. Análisis de regresión y correlación
Los análisis de regresión y correlación también han permitido corroborar la hipótesis planteada en este trabajo. Así los coeficientes de correlación son estadísticamente
significativos y asumen valores positivos; además estos valores son altos (considerando
como umbral un valor de 0,7). Esto significa que un país con un alto nivel de actividad
económica tiene un alto nivel de desarrollo humano y viceversa.
Si lo planteamos en términos de relación de dependencia, asumiendo como variable dependiente el desarrollo humano, los coeficientes de los modelos de regresión
estimada para cada año analizado, también muestran una relación fuerte y positiva.
Los coeficientes son estadísticamente significativos (p<0,01) según la prueba t, lo cual
implica que la variable independiente nivel de la actividad económica tiene una influencia significativa sobre la variable dependiente (Desarrollo Humano). De acuerdo con
el coeficiente R2, aproximadamente un 55% de la variación de la variable desarrollo
humano en el mundo (para el año 2001) se explica por las variaciones del nivel de la
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actividad económica (similar a 1990). Estos resultados confirman la relación estipulada
en la hipótesis planteada.
En conclusión, los métodos estadísticos seleccionados y utilizados corroboran las
relaciones propuestas en la hipótesis del trabajo, lo cual refleja el sesgo de utilizar
el PIB/h y del IDH, pues el segundo incluye un componente que está contablemente relacionado con el primero. De ahí que mientras mayor sea el nivel de actividad
económica de un país mayor será su nivel de desarrollo humano. No obstante, pese
a esa alta correlación, se detectaron algunos casos atípicos de países con un nivel de
actividad económica media, pero con un nivel de desarrollo humano bajo, o países
con un nivel de actividad económica alto y con un nivel de desarrollo humano medio,
lo que refleja la distancia entre el nivel de ingresos y la esperanza de vida o el nivel
de instrucción que podrían alcanzarse en esos países (pues otros sí que los alcanzan)
y que tiene causas profundas que impiden ese acercamiento.
3.2.2 IDH y PIB/H en los departamentos de Colombia
El gráfico 2A resume la evolución del desarrollo humano de los departamentos.
El eje horizontal representa el nivel del IDH en 1990 y el vertical la variación en el
periodo. Los dos ejes se cortan en el valor del IDH para el país en 1990 y la media de la
variación de este periodo. En el cuadrante superior izquierdo (l) están los departamentos
que en 1990 tenían un IDH inferior al Nacional, pero al tener en cuenta su evolución,
han conseguido una variación superior al promedio nacional, estos departamentos son
diez: Antioquia, Valle, Tolima, Magdalena, Sucre, Caquetá, Nariño, Cauca, Cesar y
Chocó (entre estos departamentos aportaban el 38,12% de la producción del país en
el año 2001 y suman el 31,5% de la superficie, con una población del 41,62% del
total nacional en 2005). ¿Por qué estos departamentos alcanzan este buen desempeño?
En el caso de Antioquia su buen resultado se da por un notable aumento en la
esperanza de vida y en el logro educativo, incluso este departamento alcanza un nivel
en 2005 por encima de la media nacional. Igual sucede con Valle en lo referente a un
notable aumento de su esperanza de vida que también lo ubica en un nivel de desarrollo
humano por encima de la media nacional para el 2005.
Para Tolima y Magdalena, las causantes de su buen desempeño en desarrollo
humano durante el periodo son los buenos resultados en el índice de logro educativo.
En cambio para el departamento del Cauca las razones son el buen resultado en el
ingreso y en el departamento de Nariño estos dos indicadores el del ingreso y el de
logro educativo.
Se resalta el buen resultado de los departamentos de Cesar y Chocó (aunque
este último siga muy rezagado con respecto a las otras regiones), que obtienen un
rendimiento por encima del promedio nacional en los tres índices del IDH. Para los
departamentos de Sucre y Caquetá su buen resultado se da entre los años 2001 y 2005
en estos aspectos.
En el cuadrante inferior derecho (lV) están los departamentos con menor rendimiento en el periodo: Cundinamarca, Guajira, Huila, Atlántico, Bogotá y Santander,
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Gráfico 2. Cambios en el IDH por departamentos 1990 y 2005
I
IV
Antioquía
Caqueta
Valle
Nariño
Tolima
Cauca
Magdalena
César
Sucre
Choco
I
Antioquía
Valle
Cundinama
Huila
Guajira
Santander
Altántico
Bogotá
IV
Cundinama
Huila
Guajira
Altántico
Fuente: Datos suministrados por las estadísticas anuales de de planeación nacional.
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departamentos que en 1990 tuvieron puntuaciones superiores al promedio nacional,
pero al tener en cuenta su variación se encuentran por debajo de la media nacional
(estos departamentos aportaban el 40,68% de la producción del país en el año 2001 y
suman el 8,79% de la superficie, con una población del 32,65% del total nacional en
2005). ¿Por qué estos departamentos alcanzan este mal resultado?
En el caso de Guajira, Huila y Santander su mal resultado en desarrollo humano
durante el periodo se debe al bajo rendimiento en esperanza de vida. Para Cundinamarca
aparte de su bajo resultado en esperanza de vida se le suma el mal rendimiento en logro
educativo. Aunque Bogotá siga siendo la región con mayor nivel en desarrollo humano, su rendimiento durante el periodo al igual que Atlántico ha estado por debajo del
promedio nacional en los tres índices del IDH. De los anteriores departamentos Huila
es el que después de su mal rendimiento pasa a tener un nivel por debajo de la media
nacional en 2005, acompañando a Norte de Santander a quien según planeación nacional
se le relaciona su mala situación a los problemas de intercambio fronterizo y violencia.
En el cuadrante (lll), se ubican aquellos departamentos que en 1990 se ubican
por debajo de la media nacional y que no han tenido una variación significativa en
desarrollo humano durante el periodo, ellos suman el 17,03% de la producción del
país en 2001 y una población del 22,1% en 2005).
Los cambios en el nivel de desarrollo humano lo podemos ver en el gráfico 2B.
El eje horizontal representa el IDH en 1990 y el vertical el mismo índice en 2005.
Los dos ejes se cortan en el valor del IDH para el país en cada año. Puede apreciarse
al mismo tiempo la posición relativa de cada departamento. En el cuadrante superior
derecho (ll) están los departamentos que tanto en 1990 como en 2005 tuvieron un IDH
superior al promedio nacional, que son sólo dos, Bogotá y Santander, este último tiene
un nivel de IDH en 2005 igual a países como Belarús, Bosnia y Herzegovina (entre
estos dos departamentos aportaban el 27,65% de la producción del país en el año 2001
y suman el 2,83% de la superficie, con una población del 20,14% del total nacional
en 2005) en los dos casos, la distancia con el promedio nacional era mayor en 1990.
En el cuadrante superior izquierdo (l) están los departamentos que en 1990 tenían un IDH inferior al promedio, pero que en 2005 logran estar por encima del IDH
nacional. Son Antioquia y Valle (departamentos con igual IDH en 2005 que malasia y
Rusia) quienes mejoran su posición relativa, especialmente Valle, que en 2005 ocupa el
segundo puesto en el ordenamiento nacional (entre estos dos departamentos aportaban
el 26,72% de la producción del país en el año 2001 y suman el 7,45% de la superficie,
con una población del 22,35% del total nacional en 2005).
En el cuadrante inferior izquierdo (lll) se encuentra la mayor parte de los departamentos. Se trata de aquéllos que tanto en 1990 como en 2005, tuvieron puntajes
inferiores al promedio. Entre ellos, algunos mejoran su posición relativa y en 2005
están más cerca al promedio que en 1990, como Chocó, Nariño, Cauca, Sucre, Magdalena, Caquetá, Cesar y Córdoba, mientras otros empeoran su posición y en 2005
están más lejos del promedio, como Quindío, Boyacá, Caldas, Meta. Departamentos
como Risaralda se mantienen a igual distancia del promedio en los dos años (estos
departamentos aportaban el 20,12% de la producción del país en el año 2001 y suman
el 41,09% de la superficie, con una población del 40,82% del total nacional en 2005).
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Gráfico 3. Mapa e IDH de los Departamentos de Colombia
Fuente: Datos DANEFuente: wikipedia.
Finalmente, en el cuadrante inferior derecho (lV) están los que empeoran claramente
su posición relativa: Cundinamarca, Guajira, Huila y Atlántico, departamentos que en 1990
tuvieron puntajes superiores al promedio pero en 2005 se encuentran por debajo (estos
departamentos aportaban el 13,03% de la producción del país en el año 2001 y suman
el 5,96% de la superficie, con una población del 13,53% del total nacional en 2005).
Los dos polos opuestos en desarrollo humano continúan siendo los mismos durante
el periodo 1990-2005, Chocó con menor desarrollo humano y Bogotá con mayor desarrollo humano. Pero ¿Por qué existe tanta diferencia entre estos dos departamentos?:
Las causas seguramente son el olvido del gobierno nacional en el departamento de
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Chocó, incluso allí se sitúa uno de los mayores focos de pobreza del país, igualmente
este departamento cuenta con el menor número de instituciones de educación y salud.
En cambio la capital de Colombia cuenta con las mejores instituciones de educación
y establecimientos sanitarios.
En el siguiente gráfico y tabla, podemos observar la ubicación de los Departamentos de Colombia y su respectivo IDH para el año 2005, permitiéndonos conocer
la coherencia espacial de los resultados.
Para el análisis de los componentes del IDH a nivel de departamentos he tenido
en cuenta la disponibilidad de los datos suministrados por planeación nacional hasta el
año 2005. El objetivo es estudiar la evolución de estos componentes en las diferentes
regiones de Colombia como podemos ver a continuación:
Esperanza de vida (I.E.V)
El gráfico 4A resume la evolución del índice de esperanza de vida de los departamentos. El eje horizontal representa el índice de esperanza de vida en 1990 y el
vertical la variación en el periodo. Los dos ejes se cortan en el valor del índice para
el país en 1990 y la media de la variación de este periodo. En el cuadrante superior
izquierdo (l) están los departamentos que en 1990 tenían un I.E.V inferior al Nacional, pero al tener en cuenta su evolución, han conseguido una variación superior al
promedio nacional, estos departamentos son siete: Antioquia, valle, Cesar, Risaralda,
Caldas, Chocó y Cauca (entre estos departamentos aportaban el 34,27% de la producción del país en el año 2001 y suman el 17,06% de la superficie, con una población
del 33,63% del total nacional en 2001).
En el cuadrante inferior derecho (lV) están los departamentos con menor rendimiento en el periodo: Cundinamarca, Guajira, Huila, atlántico, Bogotá, Santander,
Boyacá, N. Santander, Nariño, Sucre, Bolívar y Magdalena departamentos que en 1990
tuvieron puntajes superiores al promedio nacional, pero al tener en cuenta su variación se encuentran por debajo de la media nacional (estos departamentos aportaban el
53,10% de la producción del país en el año 2001 y suman el 20,55% de la superficie,
con una población del 52,56% del total nacional en 2001).
El resto de departamentos se ubican en el cuadrante (lll), y son aquellos departamentos que en 1990 se ubican por debajo de la media nacional y no han tenido una
variación significativa en I.E.V, por lo tanto siguen en malas condiciones. Tolima, Meta,
Quindío, Caquetá (estos departamentos aportaban el 6,27% de la producción del país
en el año 2001 y suman el 17,53% de la superficie, con una población del 7,05% del
total nacional en 2001).
Solo Córdoba (ll) tiene excelente nivel a comienzo de la anterior década y un
buen desarrollo de este índice durante el periodo, este departamento aportaba el 2,19%
de la producción del país en el año 2001 y suman el 2,19% de la superficie, con una
población del 3,13% del total nacional en 2001).
Con respecto a este índice del IDH, las distancias se acortan debido a que existen mayores mejoras de los departamentos más atrasados. No obstante las diferencias
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
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DESARROLLO HUMANO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO EN COLOMBIA
Gráfico 4. Cambios en la esperanza de vida por departamentos 1990-2005
I
Antioquía
Choco
Valle
Cauca
Risaralda
Caldas
Cesar
IV
Cundinama
Huila
Santander
Boyaca
N. Sandander
Nariño
Sucre
Bolivar
Magdalena
Cundina
Guajira
Bogota
Atlantico
IV
Cundinama
N. Santander
Boyaca
Santander
Hulia
Nariño
Fuente: Datos suministrados por las estadísticas anuales de de planeación nacional.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
222
Carlos Andrés Gualdrón Guerrero
siguen siendo grandes entre departamentos como Chocó, Meta y Caquetá, con menor
esperanza de vida y algunos departamentos del norte de Colombia como Atlántico,
Sucre y Bolívar con mayor esperanza de vida.
En la grafica 4B se puede observar en el cuadrante lV aquellos departamentos que
se ubican en un nivel por debajo de la media nacional después de tener un bajo resultado
durante el periodo, Cundinamarca, Huila, Santander, Boyacá, N. Santander, Nariño
El logro educativo (I.L.E)
El gráfico 5A resume la evolución del índice de logro educativo de los departamentos. El eje horizontal representa el I.L.E. en 1990 y el vertical la variación en
el periodo. Los dos ejes se cortan en el valor del índice para el país en 1990 y la
media de la variación de este periodo. En el cuadrante superior izquierdo (l) están
los departamentos que en 1990 tenían un I.L.E. inferior al Nacional, pero al tener en
cuenta su evolución, han conseguido una variación superior al promedio nacional, estos
departamentos son diez: Córdoba, Nariño, Cesar, Tolima, Chocó, Magdalena, Boyacá,
Meta, Antioquia y Cundinamarca (entre estos departamentos aportaban el 35,45% de
la producción del país en el año 2001 y suman el 32,09% de la superficie, con una
población del 38,99% del total nacional en 2001.
En el cuadrante inferior derecho (lV) están los departamentos con menor rendimiento en el periodo: Atlántico, Valle, Risaralda y Bogotá, departamentos que en
1990 tuvieron puntajes superiores al promedio nacional, pero al tener en cuenta su
variación se encuentran por debajo de la media nacional (estos departamentos aportaban
el 39,49% de la producción del país en el año 2001 suman el 2,27% de la superficie,
con una población del 32,35% del total nacional en 2001).
El resto de departamentos se ubican en el cuadrante (lll), y son aquellos departamentos que en 1990 se ubican por debajo de la media nacional y que no han tenido
una variación significativa en I.L.E, por lo tanto siguen en malas condiciones: Cauca,
Caquetá, Guajira, Huila, N. Santander, Santander y Caldas (estos departamentos aportaban el 13,35% de la producción del país en el año 2001 y suman el 18,52% de la
superficie, con una población del 14,48% del total nacional en 2001).
Los buenos resultados en uno de los componentes del logro educativo (la tasa de
analfabetismo) se dan en regiones que ya tenían niveles bajos de analfabetismo al inicio
del periodo. Igualmente la tasa combinada de matrícula, también ha tenido un impacto
negativo en los diferentes departamentos después de la crisis económica entre 1997 y 1999.
En la grafica 5B se puede observar en el cuadrante lV aquellos departamentos
que se ubican en un nivel por debajo de la media nacional después de tener un bajo
desempeño durante el periodo, Quindío y Risaralda.
Crecimiento Económico (Indicé de Ingreso I.I).
El gráfico 6A resume la evolución del índice de ingreso de los departamentos. El
eje horizontal representa el I.I. en 1990 y el vertical la variación en el periodo. Los
dos ejes se cortan en el valor del índice para el país en 1990 y la media de la variación
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
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DESARROLLO HUMANO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO EN COLOMBIA
Gráfico 5. Cambios en logro educativo por departamentos 1990-2005
I
IV
Córdoba
Tolima
Nariño
Boyaca
Choco
Meta
Cesar
Antioquía
Magdalena
Cundinama
Hulia
Atlántico
Cundinamarca
Valle
Risaraida
Risaralda
Bogotá
I
IV
Antioquía
Risaralda
MetaQuindio
Cundina
Fuente: Datos suministrados por las estadísticas anuales de de planeación nacional.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
224
Carlos Andrés Gualdrón Guerrero
de este periodo. En el cuadrante superior izquierdo (l) están los departamentos que
en 1990 tenían un I.I. inferior al Nacional, pero al tener en cuenta su evolución, han
conseguido una variación superior al promedio nacional, estos departamentos son seis:
Córdoba, Nariño, Cauca, Cesar, Guajira, Huila: (entre estos departamentos aportaban el
10,51% de la producción del país en el año 2001 y suman el 13,21% de la superficie,
con una población del 15,56% del total nacional en 2001).
En el cuadrante inferior derecho (lV) están los departamentos con menor rendimiento en el periodo: Atlántico, Cundinamarca, Valle, Antioquia, Risaralda y Bogotá,
departamentos que en 1990 tuvieron puntajes superiores al promedio nacional, pero
al tener en cuenta su variación se encuentran por debajo de la media nacional (estos
departamentos aportaban el 59,92% de la producción del país en el año 2001 y suman
el 10,31% de la superficie, con una población del 50,12% del total nacional en 2001).
En el cuadrante (lll) están los departamentos que en 1990 se ubican por debajo
de la media nacional y que no han tenido una variación significativa en I.I., por lo
tanto siguen en malas condiciones: Sucre, Magdalena, Chocó, N. Santander, Caquetá, Quindío, Caldas, Boyacá, Bolívar (estos departamentos aportaban el 14,74% de
la producción del país en el año 2001 y suman el 21,57% de la superficie, con una
población del 21,95% del total nacional en 2001).
Finalmente en el cuadrante superior derecho (ll) están los departamentos que en
1990 estaban por encima del promedio nacional y que al tener en cuenta su evolución
también han conseguido un I.I. superior al promedio nacional, estos departamentos
son: Santander, Guajira y Meta (entre estos departamentos aportaban el 9,19% de
la producción del país en el año 2001 y suman el 12,01% de la superficie, con una
población del 6,81% del total nacional en 2001) suman el 3,8% de la superficie del
país, con una población del 5,26% del total nacional en 2001.
Los departamentos que mejor rendimiento han tenido en este índice en el periodo son
Huila y Tolima que aportaban el 4,56% de la producción del país en el año 2001 y suman
el 3,8% de la superficie del país, con una población del 5,26% del total nacional en 2001.
Según el Departamento Nacional de Planeación de Colombia (2005), «el crecimiento del producto en los primeros años de la pasada década no se dio por igual en
todos los departamentos del país. Por lo menos, la distancia entre el departamento con
mayor y menor PIB per cápita se incrementó en forma importante, llegando casi a los
US$ (PPA) 3.000 en 1996. A partir de entonces la diferencia se reduce, pero aún en
2001 era mayor que la existente en 1993».
En la grafica 6B se puede observar en el cuadrante lV el departamento que se
ubican en un nivel por debajo de la media nacional después de tener un bajo rendimiento durante el periodo en este índice, Risaralda.
4. CICLO VIRTUOSO, CICLO VICIOSO Y DESARROLLO ASIMÉTRICO
EN LOS DEPARTAMENTOS DE COLOMBIA
La debilidad en los eslabones de la cadena (crecimiento-desarrollo humano) característica de un buen número de departamentos de Colombia, tienen como efecto su
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
225
DESARROLLO HUMANO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO EN COLOMBIA
Gráfico 6. Cambios Índice de ingreso por departamentos 1990-2005
I
IV
Córdoba
Nariño
Cauca
César
Guajira
Hulia
Atlá
Cundina
Valle
Antioquía
Risaralda
Bogotá
I
IV
Huita
Tolima
Risaralda
Fuente: Datos suministrados por las estadísticas anuales de de planeación nacional.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
226
Carlos Andrés Gualdrón Guerrero
inclusión en una categoría de desarrollo asimétrico con sesgo procrecimiento y con
tendencia a un ciclo vicioso.
Se había comentado que una población más sana y educada contribuye a mejorar
la producción y el empleo económico; el resultado de lo anterior es la inclusión en una
categoría de desarrollo asimétrico con sesgo prodesarrollo y con tendencia a un ciclo
virtuoso, no obstante existen casos de regiones de Colombia donde no se corrobora lo
anterior (un ejemplo es el departamento del Huila en el periodo 1994-2000). Sin embargo como se mencionó, lo más probable es que estos casos de desarrollo asimétrico no
persistan. Con el tiempo, la parte débil actuará como freno sobre la otra y se producirá
un ciclo vicioso; o bien, si a lo largo del tiempo se fortalecen las vinculaciones, quizá
mediante una modificación de las políticas, habrá un ciclo virtuoso.
En este epígrafe se seleccionaron 24 Departamentos de Colombia, para los que
disponíamos de toda la información de IDH-PIB/H, para el periodo 1990-2005, posteriormente se calculó las variaciones respectivas entre años para estos dos indicadores,
calculando las medias de variación para cada uno de los departamentos en este periodo,
definiendo finalmente la media total para todos los departamentos del país en estos
dos aspectos. El anterior ejercicio tiene como objetivo elaborar un plano cartesiano
con la ubicación de la media en variación del IDH y PIB/H de cada departamento,
con respecto a la media total del país.
Esta ubicación clasifica el desarrollo de los departamentos en cuatro categorías 9:
la de ciclo virtuoso (un buen desarrollo humano refuerza el crecimiento, que a su vez
promueve el desarrollo humano), la de ciclo vicioso (un comportamiento deficiente en
materia de desarrollo humano tiende a traducirse en resultados mediocres en cuanto a
crecimiento económico, lo que a su vez reduce los logros en desarrollo humano, y así
sucesivamente) y dos categorías de desarrollo asimétrico, una con sesgo pro desarrollo
humano (esto es, con fuerte desarrollo humano y escaso crecimiento económico) y
otra con sesgo pro crecimiento económico (es decir, con escaso desarrollo humano y
marcado crecimiento económico). El resultado del anterior ejercicio lo podemos ver
en la grafica 7.
Como se puede observar en esta grafica no necesariamente un buen rendimiento
en crecimiento económico está relacionado con un buen rendimiento en desarrollo
humano, tal es el caso de Santander y algunos otros departamentos. Por lo tanto esta
hipótesis no queda corroborada gráficamente para ciertas regiones. De ahí el interés de
los análisis de ámbito local y regional para detectar las causas de estas desviaciones
respecto a la correlación de círculo virtuoso observada en otras regiones.
Para comprobar de mejor manera la evidencia empírica y teórica de Ranis, que
concluye que ningún país que comienza en un sesgo pro crecimiento económico pudo
pasar de allí a un ciclo virtuoso sino que todos ellos volvieron a caer en el círculo
vicioso, sería más conveniente disponer de datos para un periodo mayor al utilizado
en este trabajo, de esta manera lograríamos hacer comparaciones entre décadas, pero a
9. Metodología propuesta por Ranis, Stewart y Ramírez en la relación crecimiento económico y
desarrollo humano.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
DESARROLLO HUMANO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO EN COLOMBIA
227
Gráfico 7. Clasificación comportamiento de los departamentos 1990-2005
Fuente: Datos suministrados por las estadísticas anuales de planeación nacional.
nivel de departamentos en Colombia, solo existen datos a partir de 1990. Por lo tanto
aparte del ya necesario análisis, esbozaremos la ubicación de cada departamento en
este periodo con el objetivo de hacer recomendaciones. La ubicación con respecto a
las categorías y ciclos en el periodo la podemos ver en la siguiente gráfica.
En conclusión podemos observar, que departamentos como Córdoba, Huila,
Guajira, Meta y Santander, tienen la posibilidad de caer en un ciclo vicioso al estar
ubicados en una categoría de desarrollo asimétrico con sesgo poscrecimiento, como
lo han hecho nueve de los departamentos del país. Por tal razón se recomienda a las
administraciones de estos departamentos priorizar políticas de desarrollo humano, para
en un próximo igual periodo, terminar en un ciclo virtuoso.
Al hacer el análisis año a año, estar en un sesgo procrecimiento para algunos
departamentos no implica terminar en un ciclo vicioso, o por el contrario estar en un
sesgo prodesarrollo no implica terminar en un ciclo virtuoso, incluso en algunos pocos
casos se pasa con continuidad de una categoría a otra a través de los años, es posible
que esta ultima situación se dé por qué obedece a que se trata de un número menor
de regiones, de un periodo de análisis muy corto, o porque la semejanza entre ellos
es mayor, lo que significa que incluso variaciones leves pueden conducir a cambios
de categoría.
Para la elaboración del cuadro 2, he colocado un asterisco (*) a aquellas situaciones o periodos en las que se logra un buen desempeño en desarrollo humano y
crecimiento económico, aunque su porcentaje de variación no esté por encima de la
media nacional en el periodo de registro.
Un ejemplo de lo anterior es cuando existe un incremento medio nacional del 4%
en (IDH Y PIB/H), pero al compararlo con una región que cuenta con un aumento del
3,88% en ambos aspectos, no necesariamente este departamento registra un mal desempeño y por tanto un ciclo vicioso, existe en el, un ciclo virtuoso de buen desempeño
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
Fuente: Datos suministrados por las estadísticas anuales de planeación nacional.
Cuadro 2. Regiones de Colombia que inician el periodo con un sesgo prodesarrollo y terminan en un ciclo virtuoso
228
Carlos Andrés Gualdrón Guerrero
DESARROLLO HUMANO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO EN COLOMBIA
229
Cuadro 2. Regiones de Colombia que inician el periodo con un sesgo prodesarrollo y
terminan en un ciclo virtuoso (Cont.)
Fuente: Datos suministrados por las estadísticas anuales de planeación nacional.
aunque no supere la media, o por el contrario si la variación media nacional es de
-4% en estos aspectos, tener un registro de -2% en desarrollo humano y crecimiento
económico, no significa que exista un ciclo virtuoso en esta región. En los anteriores
cuadros podemos apreciar estas situaciones.
Como podemos ver en el cuadro 2, la gran mayoría de las regiones durante el periodo de análisis cumplen las hipótesis planteadas en este trabajo. Entre todos los casos
presentados resalto el de Caquetá, que tras obtener un periodo de sesgo prodesarrollo
(1990-1993), termina en un ciclo virtuoso en el año 1993 y seguidamente hasta 1998.
Otra de las situaciones es la de Antioquia, que tras estar en un sesgo procrecimiento
en el periodo 1996-1997, termina en un ciclo vicioso en el periodo 1997-1998.
En un pequeño número de regiones no se corrobora las hipótesis planteadas, es
el caso de Meta, que tras estar en un sesgo procrecimiento en el periodo 1991-1993,
termina en un ciclo virtuoso (esto quiere decir que en esta región y periodo existió
un mayor gasto social y una mejor distribución de la riqueza). En el otro extremo se
encuentra una región como la de Cauca, que en el periodo 1993-1996 se encontraba en
situación de sesgo prodesarrollo y termina en un ciclo vicioso, es posible que esto se
dé al no tener una buena articulación entre su recurso humano capacitado y saludable
con el sistema productivo.
Una crisis económica puede explicar los cambios bruscos entre categorías, un ejemplo
de ello es la presentada en Colombia en el año 1999, donde la gran mayoría de regiones,
sin importar la categoría o ciclo virtuoso en el que se encontraban antes de la misma,
terminan en un ciclo vicioso durante la crisis. Sin embargo la gran mayoría de regiones
después de esta gran crisis pasan a un ciclo virtuoso o sesgo prodesarrollo, demostrando
de alguna manera la buena capacidad de recuperación, pero este repunte es insuficiente
para rescatar el gran terreno perdido. Los departamentos que no se han recuperado de
la misma forma son Chocó, Magdalena, Nariño, Quindío, Risaralda y Tolima.
5. CONCLUSIONES
Puede que una evaluación año a año no sea la más conveniente para este tipo de
análisis, no obstante se puede ver que en gran parte de las regiones y durante el periodo
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
230
Carlos Andrés Gualdrón Guerrero
de estudio, sí se cumple con las afirmaciones planteadas al inicio del epígrafe anterior.
Pero al presentarse situaciones en las que no ocurre (así sean mínimas), no podemos
afirmar que necesariamente todas las conclusiones a las que han llegado Ranis Stewart
y Ramírez tengan validez universal, siendo imprescindible seguir profundizando en
este tipo de investigaciones
Para especificar la anterior conclusión, tenemos que en gran parte de las regiones
de Colombia y durante el periodo de estudio se cumple que las regiones que inician
en un sesgo prodesarrollo humano terminan en un ciclo virtuoso, y que las regiones
que inician en sesgo procrecimiento no terminan en un ciclo virtuoso, por el contrario
suelen pasar a un ciclo vicioso. En el trabajo se destacó el caso de Caquetá, que tras
obtener un periodo de sesgo prodesarrollo (1990-1993) termina en un ciclo virtuoso
en el periodo (1993-1998), y Antioquia que tras estar en un sesgo procrecimiento en
el periodo (1996-1997), termina en un ciclo vicioso en el periodo (1997-1998).
No obstante existen algunas situaciones en las que no se corrobora esta hipótesis.
Es el caso del departamento de Meta, que tras estar en un sesgo procrecimiento en el
periodo (1991-1993), termina en un ciclo virtuoso, posiblemente por un buen desempeño en la distribución de su riqueza y a su mayor gasto social. También se resalta
el caso del departamento del Cauca, que en el periodo (1993-1996) se encontraba en
situación de sesgo prodesarrollo y termina en un ciclo vicioso. Situación que puede
ser explicada por la mala articulación entre su recurso humano y el sistema productivo.
También hemos podido concluir que departamentos como Córdoba, Huila, Guajira
y Santander tienen la posibilidad de caer en un ciclo vicioso en los próximos años
debido a que se ubican en una categoría de desarrollo asimétrico con sesgo procrecimiento al tener en cuenta su rendimiento durante el periodo de análisis. Por lo tanto se
recomienda a los gobiernos de estas regiones priorizar políticas de desarrollo humano,
para que puedan así lograr un ciclo virtuoso, ya que la distribución de la riqueza en
estos departamentos no es la más adecuada.
Entre las limitaciones del modelo, podemos sospechar que los cambios bruscos
de categoría obedecen en su mayoría a los cortos periodos de análisis, y a la crisis
económica de los noventa que afectó negativamente el desarrollo humano da casi todas
las regiones de Colombia.
Al responder a la pregunta ¿Cuál es la relación crecimiento económico y desarrollo
humano?, se apoya la idea de muchos autores de promover el crecimiento económico a
través del desarrollo humano (esté genera más crecimiento a medida que una población
más sana y educada contribuye a mejorar el desempeño económico), este crecimiento
genera más desarrollo humano a medida que la base de recursos se amplíe y exista una
buena distribución de los mismos, que permita mejorar interrumpidamente el bienestar
de la sociedad, o a medida que estos recursos provenientes del ingreso nacional se
asignen a actividades que contribuyan al desarrollo, considerando que tal conclusión
es acorde con las áreas de estudio analizadas en la presente investigación.
En general, y como cabía esperar, corroboramos a través de algunos métodos
estadísticos que mientras mayor sea el nivel de actividad económica de un país mayor
será su nivel de desarrollo humano. Sin embargo se detectaron algunos casos atípicos
de países con un nivel de actividad económica medio, pero con un nivel de desarrollo
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
DESARROLLO HUMANO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO EN COLOMBIA
231
humano bajo, o países con un nivel de actividad económica alto y con un nivel de
desarrollo humano medio.
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Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 207-231
ORDENAMIENTO TERRITORIAL, TURISMO Y AMBIENTE
EN VALLE DE BRAVO, MÉXICO
Nancy Sierra López*, Lilia Zizumbo Villarreal**,
Tonatiuh Romero Contreras*** y Neptalí Monterroso Salvatierra****
Recibido: 09-11-10. Aceptado: 18-03-11. Biblid [0210-5462 (2011-1); 48: 233-250].
PALABRAS CLAVE: Valle de Bravo, turismo, ordenamiento territorial, desarrollo, ambiente.
KEYWORDS: Valle de Bravo, tourism, land use, development, environment.
MOTS-CLÉS: Valle de Bravo, le tourisme, l’utilisation des terres, le développement,
l’environnement.
RESUMEN
Detrás de ese paisaje idílico de agua, bosques y arquitectura, que la mercadotecnia ofrece
y que la tradición evoca, se desarrollaron fuertes conflictos de intereses, necesidades sociales
insatisfechas, así como la depredación ambiental constante. En Valle de Bravo pueden observarse paisajes con diferentes visiones y lógicas socioeconómicas, como resultado de un conjunto
de políticas de carácter territorial formuladas por el Estado y por la iniciativa privada, con el
objetivo de fomentar la actividad turística como eje del desarrollo capitalista. El paisaje creado
en algunas zonas ofrece una imagen de prosperidad y confort, mientras que en otras es posible
observar la segregación socioterritorial que esta actividad ha generado y que excluye a la mayoría
de sus habitantes de los beneficios que el turismo puede traer.
ABSTRACT
Behind this idyllic landscape of water, forests and architecture, which offers marketing and
evokes tradition, there were sharp conflicts of interests, social needs unmet, and the constant
environmental depredation. In Valle de Bravo can be seen visions and landscapes with different socio-economic logic, as a result of a series of territorial policies formulated by the State
and private initiative, aiming to promote tourism at the heart of capitalist development. The
landscape created in some areas provides an image of prosperity and comfort, while others may
look at the socio-spatial segregation that this activity has generated and that excludes most of
the inhabitants of the benefits that tourism can bring.
*. Facultad de Química. Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex). nansysie@yahoo.
com.mx
**. Facultad de Turismo. Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex). lzv@yahoo.com.mx
***. Centro Interamericano de Recursos del Agua (CIRA), Universidad Autónoma del Estado de México
(UAEMex). lautona@aol.com
****. Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública, Universidad Autónoma del Estado de
México (UAEMex).
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 233-250
234
Nancy Sierra, Lilia Zizumbo, Tonatiuh Romero y Neptalí Monterroso
RESUMÉ
Derrière ce paysage idyllique de l’eau, des forêts et de l’architecture, qui offre de marketing
et de la tradition évoque, il ya eu de durs conflits d’intérêt, besoins sociaux non satisfaits, ainsi
que la dégradation environnementale en cours. En Valle de Bravo peut être eu des visions et
des paysages avec une logique socio-économiques différents, à la suite d’une série de politiques
territoriales formulées par l’Etat et l’initiative privée, visant à promouvoir le tourisme au cœur
du développement capitaliste. Le paysage dans certaines régions a créé une image de prospérité
et de confort, tandis que dans d’autres, il est possible d’observer la ségrégation socio-spatiale
que cette activité a généré et qui exclut la majorité des habitants des avantages que le tourisme
peut apporter.
1. INTRODUCCIÓN
El proceso de desarrollo en México, ha sido objeto del pensamiento científico
desde hace ya mucho tiempo y establece una serie de relaciones que trascienden lo
económico, lo social y lo político; esto nos obliga a reconocer previamente la enorme
variedad de la naturaleza de este fenómeno y la diversidad de sus interpretaciones, pues
mientras algunos sostienen que el desarrollo es concebido como un puro fenómeno
de crecimiento económico, otros lo consideran además, como un proceso de cambios
estructurales y funcionales que modifican la totalidad de la sociedad, reflejándose
especialmente en su sistema de clases.
El proceso de expansión económica generado por la Revolución Industrial, implementa de un modelo de desarrollo capitalista, en el cual «la naturaleza es cosificada,
desnaturalizada de su complejidad ecológica y convertida en materia prima de un proceso
económico» (LEFF, E., 2005:1). Dentro de este proceso, el capital también «procura
romper las fronteras, extendiendo los medios de transporte y de comunicación a los
puntos más inaccesibles del planeta, intentado expandir los mercados por el mundo y
aprovechándose de la fuerza de trabajo necesitada». (ALCAÑIZ, M. 2008: 291). O sea,
«en un primer momento los capitales se mueven hacia donde hay oportunidades de una
acumulación ampliada del capital a partir de que se ubiquen posibilidades de captar
ganancias extraordinarias. En este sentido es preciso aprovechar las desigualdades, o
sea, los nuevos sectores de acumulación económica que surjan al calor de los cambios
históricos.» (CORDERO, A., 2004:22).
El Estado Moderno Mexicano desde su creación ha mantenido una importante
relación con la expansión del capitalismo, es por ello que hacia finales de 1920 se
propone guiar de forma planificada el desarrollo de las regiones nacionales, a través
de objetivos previamente establecidos por los modelos de desarrollo que se dan tanto
en el nivel nacional como internacional. Es así como surgen diversos mecanismos para
alcanzar el desarrollo, algunos de los cuales llevan implícitos decisiones estratégicas
de carácter territorial y alteran el curso histórico de una sociedad, determinando su
estructura y sus características futuras (PALERM, A., 1993). Desde esta perspectiva, las
políticas de planeación y ordenamiento territorial son incorporadas como instrumentos
para alcanzar el desarrollo capitalista, pues contienen un creciente poder predictivo que
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 233-250
ORDENAMIENTO TERRITORIAL, TURISMO Y AMBIENTE EN VALLE DE BRAVO, MÉXICO
235
les permite controlar y modificar deliberada y conscientemente, tanto al ambiente como
a las instituciones y los procesos sociales, estimulando la aparición y localización de
actividades humanas en el paisaje.
En México, en un primer momento, bajo la influencia del modelo de desarrollo
capitalista keynesiano, se sostiene que la principal causa del atraso y la pobreza económica del país consiste en el predominio casi absoluto de las actividades primarias y en
la debilidad o ausencia de las actividades secundarias, por ello, se planteó la necesidad
nacional de la industrialización. Sin embargo, bajo esta lógica, los incentivos que el
Estado otorgó promovieron no sólo el establecimiento de la actividad industrial, sino
también el de la actividad turística. (GARCÍA, A., 1979). El sector turístico es impulsado entonces por el Estado Mexicano bajo el argumento de que dicha actividad
permitiría el desarrollo de los lugares donde se insertara, colocado al turismo como
«una panacea capaz de resolver los problemas económicos, sociales y ambientales,
entre otros.» (TARLOMBANI, M., 2005:1). Así, el fomento de dicha actividad pasa a
formar parte del rol de estrategias y acciones gubernamentales, incorporándose a las
políticas de planeación y ordenamiento territorial, las cuales «al ofrecer ciertos beneficios indicarán o convencerán a la iniciativa privada de que oriente sus inversiones
hacia ciertos sectores o sitios» (Cfr. GARCÍA, A., 1979: 12); permitiéndole ocupar
espacios que cuenten con una serie de ventajas: disponibilidad de recursos naturales,
mano de obra barata, infraestructura, servicios, entre otros.
Las acciones derivadas de estos argumentos han generado la acumulación del capital
para algunos, condición que perpetuara la desigual distribución de la riqueza en otros,
razón por la cual se discute el crecimiento de esta actividad, percibiéndola desde esta
óptica, no sólo como portadora de ventajas, pues diversos estudios demuestran que
el desarrollo turístico guiado por el sistema capitalista de ganancia, causa una serie
de daños en las regiones receptoras que se manifiestan en graves consecuencias tanto
socioculturales como ambientales.
Bajo estas consideraciones el presente artículo tiene como objetivo analizar
las políticas de planeación y ordenamiento territorial, que permiten el surgimiento,
consolidación y diversificación de la actividad turística en el municipio de Valle de
Bravo, México; con la finalidad de explicar los cambios ambientales que tienen lugar
en el municipio.
Para ello se hizo necesaria la construcción teórica que retoma el análisis de la
relación que existe entre la Teoría del Desarrollo y los modelos de Planeación Territorial y su influencia en el surgimiento de la actividad turística. En cuanto al proceso
metodológico, éste se llevo a cabo a través del análisis diacrónico de documentos
oficiales, fotografías, mapas y croquis encontrados en el archivo histórico nacional,
estatal y municipal; asimismo se analizaron los Planes de Desarrollo Municipal y Urbano en el nivel Nacional, Estatal y Municipal y los programas especiales derivados
de los mismos. Se aplicaron también entrevistas a informantes clave y se procedió a la
observación directa y a la comparación entre la información cartográfica y las actuales
condiciones del territorio, de esta forma, «el trabajo de campo resulto imprescindible
en la zona de estudio, no sólo en el reconocimiento ambiental, sino fundamentalmente
en la interacción con la población» (ROMERO, T., 2000:37).
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2. ELECTRIFICACIÓN Y TURISMO: AGENTES DE CAMBIO
Geográficamente, el municipio de Valle de Bravo se ubica en un escalón geológico
entre la alta montaña y las tierras bajas de los estados de Michoacán y Guerrero. Su
localización política se ubica al poniente del Estado de México a 74 km del Distrito
Federal, el territorio se encuentra enclavado en el sistema montañoso del Nevado de
Toluca (ver mapa 1), sus rasgos orográficos evidencian una morfología montañosa,
que da origen a tres formas características del relieve: las zonas accidentadas constituyen el 20% del municipio, las zonas semiplanas o lomeríos constituyen el 80% y
las zonas planas que constituyen el otro 20%. Aunado a esto los recursos forestales
e hidrológicos con los que cuenta dan origen una amplia diversidad de paisajes, los
cuales constituyen uno de los principales atractivos del municipio, que han permitido
el surgimiento, desarrollo y consolidación del turismo.
El proceso que da origen al surgimiento de la actividad turística en Valle de
Bravo, tiene su antecedente en la construcción de la presa del mismo nombre, la cual
ha sido eje central para el desarrollo del turismo. Dicho cuerpo de agua formó parte
del Sistema Hidroeléctrico «Miguel Alemán», construido en 1942, bajo el enfoque de
Planificación Regional a través de Cuencas Hidrográficas. Al hacer estas inversiones
Mapa 1. Localización geográfica
Fuente: Plan de Desarrollo Municipal 1997-2000.
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ORDENAMIENTO TERRITORIAL, TURISMO Y AMBIENTE EN VALLE DE BRAVO, MÉXICO
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y bajo la influencia del modelo de desarrollo keynesiano, el Estado sostuvo que la
principal causa del atraso y la pobreza económica del país consistía en el predominio
casi absoluto de las actividades primarias y en la debilidad o ausencia de las actividades secundarias, por ello se planteo la necesidad nacional de la industrialización.
De esta forma, la electricidad producida a través de este tipo de proyectos «sirvió
de infraestructura a las zonas industriales de otras áreas del país» (VIQUEIRA, C.,
2001:21), dejando de lado la electrificación de las regiones productoras de este servicio
e incluso en la actualidad una proporción importante de esta región carece todavía de
energía eléctrica.
Los cambios ambientales que devienen de la Planeación por Cuencas, en Valle
de Bravo, generaron por una parte la reubicación y el surgimiento de poblaciones
en territorios alejados al lugar de origen y en condiciones poco favorables para la
agricultura, que era la actividad económica predominante en el municipio y era
practicada en el territorio que hoy ocupa la presa y que antaño se conocía como «El
Plan» (ver foto 1 y 2). De esta forma, al ser despojados de sus bienes de producción,
una porción de la población nativa, se trató de incorporar a las nuevas actividades
económicas que les había impuesto la política de planeación territorial nacional;
mientras que algunos otros habitantes no tuvieron opción mejor que emigrar y vender
sus casas y tierras. Los cambios en el aspecto natural también se hicieron evidentes,
pues con la creación de la presa, deviene una serie de prohibiciones en las actividades
silvoagrícolas practicadas dentro de la cuenca y en los lugares donde «antaño había
algunos cerros con escasa vegetación o poblados de pinos, casuarina y encinos; los
ingenieros encargados de las obras de la CFE se dieron a la tarea, como parte de
su proyecto de trabajo, de reforestar una significativa cantidad de superficie cerril,
creándose un vivero para la producción de plantas como jacarandas, eucaliptos,
pinos y otros. El principal objetivo era atraer las lluvias para el almacenamiento de
agua en los vasos de la presa» (ARCHIVO MUNICIPAL DE VALLE DE BRAVO,
1940:1). (Ver foto 3).
Foto 1. «EL PLAN», antes de la construcción de la hidroeléctrica
Fuente: Fotografía facilitada por el Prof. Arturo García Nelo del Archivo Histórico del Municipio de Valle
de Bravo.
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Foto 2. Inundación de la zona conocida como «El Plan»
Fuente: Castillo y Piña, José. «El Valle de Bravo Histórico y Legendario»
Así, la infraestructura creada para la producción de electricidad, también conformó
un paisaje atractivo, caracterizado por un cuerpo de agua rodeado de zonas boscosas,
lo que en una etapa posterior permitió la realización de actividades acuáticas que
hasta ese momento eran casi imposibles de practicar en el Estado de México. Este
tipo de política territorial de desarrollo facilitó la llegada de capitalistas fraccionadores
ajenos al lugar, «motivados también por los incentivos que el Estado otorgó durante
ese periodo no sólo al establecimiento de la actividad industrial, sino también al de la
actividad turística» (GARCÍA, A., 1979: 18), creándose así nuevos destinos turísticos
regionales, tal es el caso de Valle de Bravo.
La actividad turística que se desarrolla en este lugar, se encuentra dirigida hacia
el turismo residencial, «actividad económica en la que el capital privado invierte fácil
y oportunamente en la construcción de fraccionamientos de casas de descanso para su
posterior venta» (TALAVERA, F., 1982:72). El turismo residencial es una modalidad
particular del turismo que se caracteriza por el desplazamiento voluntario y periódico
de personas, de su residencia habitual hacia una residencia secundaria por motivos de
recreación y descanso, el turista residencial busca emplazamientos naturales, atractivos
y cercanos a su residencia y es frecuente, que tiendan a situarse en áreas rurales de
cierta calidad paisajística o en áreas donde puedan practicarse determinadas actividaCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 233-250
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Foto 3. Reforestación de la zona conocida como «EL PLAN»
Fuente: Castillo y Piña, José. «El Valle de Bravo Histórico y Legendario»
des deportivas al aire libre, para salir de todo lo estandarizado o comercializado por
el turismo tradicional.
En Valle de Bravo, las primeras manifestaciones de esta actividad, se dan con
el arquitecto José Karles Pierrot, quien desde entonces visualizaba a este municipio
como un centro turístico e inicia un proyecto de inversión en 1940, el cual consistió
inicialmente en la construcción de casas para norteamericanos y franceses, apoyado
de un grupo de inversionistas, en su mayoría mexicanos. En la década de los años
cincuenta, algunos franceses encabezados por el señor Monten llegan a Valle de Bravo,
establecen sus casas de descanso en Las Delicias, en donde se ubican residencias estilo
campestre chalet acordes al paisaje del lugar. Posteriormente, un conjunto de familias
provenientes de la Ciudad de México que gustaban del veleo, decidieron establecer una
segunda residencia, de tal forma que construyen sus cabañas en el fraccionamiento Las
Balsas. Por otra parte, en la zona de La Peña un grupo de holandeses construyen sus
residencias de veraneo, cerca de la presa, iniciando el club acuático del mismo nombre.
Así surgen las primeras casas de veraneo y de fin de semana en las zonas aledañas
al antiguo fundo legal de Valle de Bravo y quedan asentadas también las bases para la
construcción del primer fraccionamiento residencial en el municipio, cuya denominación original fue Bosques del Valle, ahora conocido como Ávandaro. Dicho proyecto
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es impulsado por la empresa mexicana inmobiliaria Propulsora del Valle de Bravo S.A.
y fue autorizado el 14 de agosto de 1957, bajo la modalidad de residencial campestre,
con la finalidad de proporcionar una opción de descanso y recreación para las altas
esferas sociales del Estado de México y para visitantes con alto poder adquisitivo.
Los terrenos que adquiere la empresa fueron los que rodeaban al municipio y que se
encuentran ubicados en la localidad de Ávandaro, una de las pocas zonas planas que
dejó libre la inundación. El 90% de éstas, estaban formadas por bosque de pino encino, y al estar prohibida su tala y en impulso su reforestación por leyes forestales, los
habitantes originales de este territorio no pudieron continuar su aprovechamiento ni
dedicarlo a las actividades primarias, razón por la cual los vallesanos, dueños de esos
espacios, decidieron, o mejor dicho, fueron obligados por las políticas de protección
al embalse a venderlos.
De esta forma se conjugan políticas de desarrollo e intereses capitalistas inmobiliarios, para adquirir grandes extensiones de tierra a bajos precios. Ejemplo de ello fue
«la empresa Propulsora del Valle de Bravo S.A., quien se hizo propietaria del 80% de
La Peña, y todo el derredor del lago —excepto el sector correspondiente al fundo del
pueblo— y proyectaba también un campo de aviación y un funicular que atravesara
la presa desde La Peña hasta el Cerro de Cualtenco y aunque estos últimos proyectos
no llegaron a su concreción, por sus intenciones, realizaciones y logros, se puede determinar la enorme magnitud del proyecto trazado» (GOOBELS, C., 1954:62). Como
parte de la estrategia de inversión y venta de estos territorios, se lanza una campaña
publicitaria por parte del Estado y de la Propulsora del Valle de Bravo S.A., la cual
consistía en la realización de una serie de eventos culturales y deportivos, en la región,
con el fin de promover y valorizar el territorio. (Ver cuadro 1).
Este tipo de eventos, promovió a Avándaro y a la presa de Valle de Bravo a nivel
nacional e internacional, como principales atractivos, generando un desarrollo inmobiliario intensivo y otro expansivo en el municipio. Surgiendo también, parte del turismo
convencional, pues algunas personas, la mayoría de ellas ajenas al municipio, se dieron
cuenta de que había turistas que visitaban Valle de Bravo y que no tenía la posibilidad
Cuadro 1. Campañas publicitarias que promovieron a Valle de Bravo como destino turístico
Fecha
1950
1953
1968
1971
1972
Evento
Lugar
Comienzan las regatas y las carreras automovilísticas
El nadador mexicano Damián Piza, atraviesa la presa
«Valle de Bravo»
Competencias de la prueba ecuestre
de los Juegos Olímpicos de 1968
‘Festival de Rock y Ruedas»
Competencia de Vela y Canotaje
de los Juegos Centroamericanos.
Avándaro
Presa
«Valle de Bravo»
Fuente: Elaboración propia.
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Avándaro
Avándaro
Presa
Valle de Bravo
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de comprar o construir una casa para su estancia definitiva, de vacaciones o de fin de
semana, por lo que se requería de lugares donde pudieran pasar la noche, donde comer
y donde divertirse, y que no fueran exclusivos. Razón por la cual pequeños inversores
compraron casas abandonadas, huertos y terrenos dentro de la cabecera, para establecer
negocios modestos como hoteles, posadas familiares, restaurantes, cafeterías, bares y
discotecas, entre otros.
Las políticas siguieron este curso de protección y facilitación al turismo, así, el
6 de agosto de 1971, la Legislatura local promulgó La Ley de Protección y Conservación de Valle de Bravo, declarando a la Cabecera Municipal como Ciudad Típica; el
objetivo era preservar el estilo arquitectónico, la reglamentación de la nomenclatura
y de los anuncios ubicados en las calles de esta localidad, con la finalidad última de
conservar las características que hacían del municipio un espacio destinado al turismo.
3. DESARROLLO TURÍSTICO Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL:
ESTRATEGIAS NEOLIBERALES EN VALLE DE BRAVO
La concentración capitalista generada por la industrialización del país y por el
establecimiento de diversos polos de desarrollo turístico, hizo que estos territorios y
paisajes adquirieran un nuevo uso, y con ello se incrementará su costo y su valor en
Valle de Bravo, la población nativa y aquella que inmigró hacia el municipio atraída
por las fuentes de trabajo que prometía generar la actividad turística, se vio en la
necesidad de ubicarse en las zonas periféricas, en donde la carencia de servicios y la
dificultad para acceder a ellos es evidente, debido por una parte a las características
morfológicas en las que se ubica el municipio y por otra a la despreocupación por parte
de las instituciones encargadas de su dotación. En la actualidad, aunque la zona centro
cuenta con una amplia gama de servicios, el encarecimiento de los mismos ha generado
que gran parte de la población local, se vea segregada hacia zonas no urbanizables, ya
sea por sus características físicas (alta densidad forestal y fuertes pendientes) o por su
consideración como Áreas Naturales Protegidas (Monte Alto, Cerro Colorado, Cerro
de Cualtenco); asimismo la población ha ocupado zonas que aún siendo aptas para
el desarrollo urbano no están normadas o bien se han asentado en las comunidades
aledañas a la Cabecera Municipal. (ver foto 4).
Paralelamente la antigua organización territorial y administrativa, dirigida por la
Comisión Federal de Electricidad (CFE) que hasta ese momento se mantenía con miras
hacia la planificación regional, es reemplazada por el ordenamiento territorial, enmarcado
en un nuevo modelo de desarrollo: el neoliberal, en el cual, el Estado crea políticas
para dar paso al libre juego de las fuerzas del mercado y a la inversión privada; siendo
ésta última la encargada de fraccionar el paisaje en diversas unidades territoriales, ya
que desde ese entonces se estimaba que los proyectos turísticos de mayor rentabilidad
se encontraran vinculados con la utilización de los recursos naturales.
Estas acciones siguen los contextos del capitalismo mundial, es decir, los gobiernos
de los países subdesarrollados han adoptado una serie de nuevas políticas en materia
territorial, que operan con mecanismos oficiales y legislativos, a fin de favorecer o
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Foto 4 y 5. Dicotomía social en Valle de Bravo, México
Fuente: Trabajo de campo (2010).
interferir en el desarrollo de ciertas actividades económicas, permitiendo la libre entrada
a los capitales. Estas consideraciones han llevado a una serie de reformas políticas,
incluso en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, y a la creación de nuevas
instituciones y leyes referentes al uso y ocupación del espacio. La primera de ellas
de gran magnitud, se da en 1974, fecha en que se discute el proyecto de Ley General
de Asentamientos Humanos en México, la cual resulta aprobada y promulgada el 25
de junio de 1976.
La Ley General de Asentamientos Humanos, establece que la ordenación y
regulación de los asentamientos se llevará a cabo mediante el Plan Nacional de Desarrollo Urbano, los planes estatales y municipales correspondientes y los planes de
ordenación de las zonas conurbadas. Así, el estado federal, las entidades federativas
y los municipios tienen atribuciones para dictar las disposiciones que correspondan
sobre usos de la tierra, para elaborar y ejecutar los planes, realizar obras y servicios
públicos y regular el mercado de terrenos. Respecto de la regulación de la propiedad
en los centros de población, la ley establece pautas en cuanto a la tierra y sus posibilidades de expropiación.
Asimismo, tienen lugar una serie de reformas y adiciones a los artículos 27, 73 y
115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. De ellos, destaca la
del artículo 73, en la cual el Estado Mexicano queda facultado para dictar las medidas
necesarias en lo referente a ordenar los asentamientos humanos y establecer adecuadas
provisiones, usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques, a efecto de ejecutar
obras públicas y de planear y regular la fundación, conservación, mejoramiento y
crecimiento de los centros de población:
Hay que tener en cuenta también, que las instituciones políticas en sus diversos
niveles, entran a mediar en los procesos de uso y ocupación del espacio. Recientemente
esta mediación se expresa bajo la forma de planes de ordenamiento territorial…y son los
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sectores con más fuerza económica y social los que vienen a ratificar por medio de estos
planes sus intereses espaciales. En tanto que, los sectores más débiles frecuentemente
no ven representados sus intereses en el marco de dichos planes.
(CORDERO, A., 2004: 98).
Bajo estas consideraciones diversos autores coinciden (Cfr. PALERM, A., 2003;
TROITIÑO, M., 2008; MERLÍN, P., 1988; MASSIRIS, A., 2003; GÓMEZ, D., 2001), al
señalar que el ordenamiento territorial, aunque es un término moderno, funciona como
un instrumento de la planeación que designa los trabajos orientados a modelar el espacio
heredado, para introducir en él nuevas estructuras técnicas, jurídicas y administrativas,
con la finalidad de sistematizar su utilización en función de objetivos fijados previamente. Asimismo reiteran que el ordenamiento territorial al igual que la planeación, se
construye obligadamente sobre juicios de valor que condicionan la toma de decisiones,
siendo entonces una acción concertada e impulsada por los poderes públicos, que implica acciones orientadas al logro de un determinado orden territorial, y es considero
como «la voluntad de referenciar una estrategia o política, en base a instrumentos de
ordenación o planes, a un determinado ámbito geográfico» (TROITIÑO, 2008:34).
Esto permite deducir, que el ordenamiento territorial tiene como una de sus
preocupaciones centrales la localización y organización espacial de las actividades
humanas en un territorio, de acuerdo con criterios y prioridades que definen el estilo
de desarrollo que se pretende alcanzar; el cual se plasma en las actividades, los usos
del suelo, los asentamientos poblacionales y en los canales de relación que dan funcionalidad al sistema, configurando así el modelo territorial. De esta forma, el sistema
de planeación resultante no es solo el producto de lo previsto por las consideraciones
teóricas que dan sustento al ordenamiento territorial, es más bien la suma de decisiones que de una u otra forma disuaden o estimulan la aparición y localización de las
actividades humanas en un territorio.
De esta forma en Valle de Bravo, el estado federal, las entidades federativas y los
municipios, influidos por el sector capitalista, dictan las disposiciones sobre uso de
suelo, construcción de obras, dotación de servicios públicos, regulación de mercado de
terrenos; acciones que favorecen, permiten y estimulan el desarrollo y localización del
sector turístico, sobre todo el de carácter residencial, en enclaves con una amplia variedad de paisajes, recursos naturales y servicios públicos, quienes lo practican son fundamentalmente personas con alto poder adquisitivo: se trata básicamente de empresarios,
funcionarios públicos de nivel medio o alto y artistas (SECRETARÍA DE ECOLOGÍA:
2003). Así, la lotificación y construcción en los espacios ubicados en las zonas aledañas
a la presa, iniciada y promovida por particulares, ha derivado en su privatización, ya que
no existen calles de acceso y la playa está totalmente ocupada por residentes particulares.
Dentro de las zonas residenciales construidas alrededor del cuerpo de agua, destacan los
fraccionamientos de las Delicias, el barrio de San Antonio, Ávandaro, el Club de Golf
Ávandaro, La Peña, El Escondrijo, San Gaspar, La Rinconada, entre otros.
Se identifica entonces, que el Estado ha impulsado el desarrollo de la actividad
turística en Valle de Bravo, a través de la creación de un conjunto de instrumentos de
carácter territorial, entre los que destacan los Planes de Desarrollo Urbano y los Planes
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Nancy Sierra, Lilia Zizumbo, Tonatiuh Romero y Neptalí Monterroso
de Desarrollo Municipal, Estatal y Nacional, así como los programas o planes especiales
que de ellos se derivan y que permiten la entrada y la apropiación del espacio por parte
del capital, otorgándole además los insumos necesarios para su expansión, dejando
de lado las necesidades del resto de la población. Cabe señalar también, que de los
instrumentos antes mencionados, los planes de Desarrollo Urbano, han sido fundamentales en la coordinación de las acciones de inversión pública y privada y debido a que
se encuentran estructurados a través de una planeación en cascada se ven obligados
a adoptar las estrategias y los objetivos planteados desde el nivel nacional y estatal.
Ejemplo de ello es el primer Plan de Desarrollo Urbano de Valle de Bravo (1980),
en el cual se señala que si bien el desarrollo principal que se ha dado en el municipio,
es el del aspecto turístico; resulta que este desarrollo se ha dado a partir de iniciativas
aisladas del sector privado y desde luego con un enfoque exclusivamente comercial. Así
pues no hay un verdadero desarrollo turístico que resulte en beneficio de la población
de Valle de Bravo. (GOBIERNO DEL ESTADO DE MÉXICO, 1980).
A pesar de estas consideraciones los objetivos del Plan de Desarrollo Urbano Nacional, indicaban que para alcanzar el desarrollo Valle de Bravo, este municipio debía
tener un enfoque orientado hacia el turismo, definiendo al entorno inmediato de la
presa, como la zona de máximo potencial para dicha actividad, por lo que las acciones
y obras implicadas en el programa de dotación de infraestructura para centros turísticos
se consideró como de máxima prioridad. Dentro de las obras y acciones que fueron
realizadas durante este periodo y que sirvieron para consolidar la actividad turística,
destacan: la construcción de un helipuerto, un embarcadero y una marina, por su parte
los espacios definidos para el desarrollo turístico residencial fueron dotados de redes
de agua potable, drenaje, electricidad, vigilancia. Aunque durante la década de 1980,
también destaca el fomento del turismo social con la construcción del centro recreativo
ISSSEMYM; y del turismo convencional el cual fue apoyado con la construcción de
hoteles, posadas, zonas de campamento, equipamiento recreativo y cultural; no existe
comparación con el apoyo proporcionado para el fomento, desarrollo y consolidación
del turismo residencial.
El auge que tiene el turismo en Valle de Bravo, también se encuentra relacionado
con el impulso en lo referente a las vías de comunicación, pues éstas se han estructurado
en función de las necesidades del turismo, quedando la mayoría de las localidades y
barrios del municipio, solamente comunicadas por brechas de terracería, inaccesibles
a los medios mecánicos de transporte, lo que dificulta la integración de los poblados
y acentúa su aislamiento. A pesar de esto, la administración de 1980, planteó el proyecto de vías de comunicación primarias como la construcción de la nueva carretera a
Toluca, capital del Estado de México; la cual no beneficiaría el desarrollo general del
municipio, más bien permitiría el desarrollo turístico en la zona sureste, que hasta ese
momento había tenido un uso agrícola, ya que «de acuerdo con la política de apoyo
casi exclusivo al aspecto turístico, todas esas vías se ubicarán para reforzar los flujos
de este tipo» (GOBIERNO DEL ESTADO DE MÉXICO, 1980:23). En la actualidad
el municipio se encuentra comunicado con la capital del Estado de México y con el
Distrito Federal mediante tres vías de comunicación: la carretera Saucos-Toluca Vía
Nevado, la carretera Toluca-Vía Amanalco y la nueva autopista Toluca-Vía Villa Victoria.
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Ahora bien, en el Plan de Desarrollo Municipal correspondiente al periodo de
1985-1987, se promueve el Programa Horizonte XXI, en el cual Valle de Bravo es
considerado como Centro Estratégico de Crecimiento Turístico, razón por la cual se
sigue fortaleciendo dicha actividad, no sólo con la dotación de infraestructura, sino
además se gestiona la creación de un CONALEP para cursar los estudios técnicos en
turismo y actividades afines, lo cual es «un proyecto encaminado a rehacer la ciencia
y la tecnología a imagen del capital» (O’CONNOR, J., 2000: 17). El Programa Horizonte XXI «pretendía inducir un mayor equilibrio demográfico, lo cual suponía, un
mejoramiento sustancial del volumen y la calidad de servicios públicos de todo tipo.
A la fecha, varios de estos servicios son insuficientes para la población urbana y muy
precarios para la población rural.» (GOBIERNO MUNICIPAL, 1991:45). Asimismo,
dicho documento señala que sus objetivos, programas y metas se encuentran sujetas
a condicionantes de orden político y administrativo, internas y externas, además de
que los presupuestos devienen del nivel estatal y federal, decidiendo en que sector se
hará la inversión.
La actuación del municipio se limita entonces, a promover y organizar a la población beneficiada y a formular informes y reportes a las autoridades superiores de
acuerdo a la normatividad impuesta para cada programa. De esta forma, aunque la
población tiene escasos beneficios de dicha actividad, estos planes, rectores del desarrollo municipal, continúan proponiendo como eje principal la promoción del turismo,
que se fortalece con el apoyo recibido por parte de los sectores estatal y federal, para
la realización de eventos nacionales e internacionales que promuevan esta actividad.
4. DIVERSIFICACIÓN DEL TURISMO: ¿UNA ALTERNATIVA
PARA EL DESARROLLO SUSTENTABLE?
«Luego de los esquemas de sustitución de importaciones e industrialización de
los años 60 y 70, inspirados en las teorías de la dependencia, los países latinoamericanos vuelven a orientarse hacia una economía basada en el uso intensivo de recursos
naturales para la exportación, ahora revestidas del discurso del desarrollo sustentable»
(Cfr. LEFF, E., 2005:1), el cual es abordado desde diferentes perspectivas, «como
política económica, como política social y como política de desarrollo de las comunidades» (ZIZUMBO, L., 2008:34); a través de estas políticas se busca la supuesta
sustentabilidad para conservar, preservar y mantener en buenas condiciones los recursos
naturales y culturales, los cuales han sido expoliados por el sistema capitalista a través
del devenir histórico.
Es entonces cuando la actividad turística promovida por diversos agentes del mercado, retoma este discurso, encontrándolo adecuado para apropiarse de espacios que
cuenten con una amplia diversidad de recursos naturales y humanos que le permitan
una nueva expansión, la cual continúa siendo apoyada por el aparato del Estado. De
esta forma, los administradores públicos vienen haciendo uso del término sustentable
apenas en el discurso, porque en la práctica continúan apoyando y financiando emprendimientos turísticos —en general de agentes económicos venidos de fuera de las
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Nancy Sierra, Lilia Zizumbo, Tonatiuh Romero y Neptalí Monterroso
regiones de destino— especialmente en lo concerniente a la implantación de equipamientos y de instalaciones turísticas. Justificándose bajo el argumento de que dichas
infraestructuras son necesarias para expandir la actividad turística, además de que su
implantación acoge la promesa de que traerá beneficios para todos.
Se plantea entonces que la modernización de la actividad turística debe adoptar
un sentido ecológico, pero dado a través de la entrada de capital extranjero y nacional,
con apertura hacia la diversificación del turismo ambiental: ecoturismo, turismo de
aventura, turismo sustentable, pero sin incluir en sus planes, la incorporación de los
habitantes del lugar en la práctica de un turismo con carácter social, que se manifieste
en la distribución equitativa de los beneficios derivados de esta actividad.
Bajo este contexto el objetivo central del Plan de Desarrollo Urbano Municipal
(2006), se encuentra referido al impulso del turismo sostenible, como eje de desarrollo
económico; las estrategias que se han de seguir para que este tipo de turismo pueda
expandirse estriban en otorgar facilidades a diversas empresas nacionales e internacionales para establecerse en las zonas de montaña y ofrecer distintos tipos de actividades turísticas: caminatas, ciclismo de montaña, moto cross, golf, tenis, cabalgatas,
campismo, escalada, rapel, tirolesa, ala delta, parapente, entre otros. (Ver foto 6 y 7).
Por su parte el lago continua teniendo un papel importante en el desarrollo de esta
actividad, ya que la gama de deportes que se practican en él también se ha diversificado: ski, kayak, tabla vela, velerismo, canotaje y pesca deportiva. Cabe señalar que
la mayoría de estas actividades por los insumos que requieren y por los precios en
los que se cotizan, sólo son practicadas por los turistas residenciales o por la clase
alta proveniente del Estado de México y del D.F, encontrándose fuera del alcance de
los habitantes de clase media y baja de Valle de Bravo e incluso de los turistas que
acuden a visitar el lugar y que no cuentan con suscripciones exclusivas.
Asimismo, el documento anterior plantea la estrategia de que a las zonas dedicadas al turismo residencial y al ecoturismo, se les ha asigne un uso de suelo con una
densidad de construcción muy baja dentro de las áreas boscosas que no constituyan
zonas de protección, de esta manera se asigna el cuidado de estos bosques al sector
privado, permitiendo su uso sólo para establecimientos de carácter habitacional campestre. Estas consideraciones han permitido la especulación de bastas áreas boscosas
ubicadas en zonas aledañas a la cabecera municipal, que en el plano comercial son
denominadas ranchos, algunos de los cuales son dedicados actualmente a la agricultura, pero presentan amplias posibilidades de uso habitacional y turístico-deportivo,
al contar con todos los servicios: zonas de bosque, zonas planas, manantiales, ríos,
electricidad, vías de comunicación. Otro de los mecanismos que ha utilizado el Estado para impulsar el turismo sustentable es declarar a partir de la década de 1990,
a ciertos espacios como Áreas Naturales Protegidas (ANP), lo cual ha propiciado el
despojo de las comunidades de sus recursos naturales, dejando que la responsabilidad
de éstos quede en manos externas y sujetas a instancias particulares que no cuentan
con las intenciones ni con los recursos para su protección y manejo, sin lograr hasta
ahora que la degradación ambiental disminuya.
Valle de Bravo y algunos municipios aledaños, han sido objeto de una serie de
declaratorias que los hacen poseedores de ANP en sus diversas categorías, pero que
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Foto 6 y 7. Diversificaciòn turìstica
Fuente: Trabajo de campo (2010).
al mismo tiempo les restan el poder de control sobre las mismas, quedando a disposiciones de instituciones estatales, federales o privadas (Ver cuadro 2). Estos decretos
dan muestra de la diversidad de recursos naturales y culturales con que cuenta la subcuenca, pero sobre todo del valor económico que representa para los diversos agentes
del mercado, los cuales al protegerlos por distintos mecanismos, se perfilan ya para
imponer las políticas, estrategias y criterios que les permitan el control y ordenamiento
de acuerdo con intereses particulares. En este sentido el Plan Nacional de Desarrollo
(2006) señala que en Valle de Bravo los espacios constituidos como ANP, serán destinados a la práctica del ecoturismo.
Al respecto, algunos autores destacan el valor del ecoturismo en la conservación
ambiental, sin embargo, en el caso de Valle de Bravo, esta actividad sigue generando una
segregación de la población local al no tener acceso a la práctica de las actividades que
este tipo de turismo ofrece. Sin embargo, las instancias encargadas de generar y promover
el desarrollo en este municipio siguen apostando a la actividad turística, por ello en agosto
de 2004, Valle de Bravo fue declarado ‘Pueblo Mágico’ con el objetivo de contribuir a
rescatar y proteger su imagen urbana, así como fortalecer sus atractivos turísticos.
Finalmente, cabe señalar que la distribución espacial, que las políticas de planeación
y ordenamiento territorial, han dado a la actividad turística en Valle de Bravo traen
como consecuencia una marcada concentración tanto poblacional como económica
en la cabecera municipal, por lo cual se visualizan nuevos espacios para el desarrollo
de la misma, dentro del municipio se propone a la localidad de Colorines, mientras
que la zona que colinda con Valle de Bravo, perteneciente al municipio de Donato
Guerra, también es considerada como una zona estratégica para una nueva expansión
de la actividad turística.
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Cuadro 2. Áreas naturales protegidas ubicadas en el municipio de Valle de Bravo
Área Natural Protegida (ANP)
Municipios integrantes
Fecha de declaración
Reserva ecológica estatal «Monte Alto»
Valle de Bravo
18 de agosto de 1991
Valle de Bravo
14 de agosto de 1992
«Cimas y montañas Ixtapan del Oro»
Valle de Bravo
Ixtapan del Oro
Donato Guerra
5 de agosto de 1993
Cimas y montañas
«Cerro el Idolo-Cerro Piedra Herrada»
Amanalco
Valle de Bravo
Temascaltepec
5 de agosto de 1993
Santuario de la mariposa monarca
Valle de Bravo
Cimas y montañas
«Pinal del Marquezado»
Valle de Bravo
5 de agosto de 1993
Cimas y montañas «Cerro Gordo»
Valle de Bravo
5 de agosto de 1993
Parque estatal
«Santuario del Agua
Presa Corral de Piedra»
Valle de Bravo
23 de junio de 2003
Parque estatal
«Santuario del agua de Valle de Bravo»
Valle de Bravo
12 de Noviembre de 2003
Área federal de protección de recursos
naturales «zona productora forestal
los terrenos constitutivos de las cuencas
de los ríos Valle de Bravo, Malacatepec,
Tilostoc y Temascaltepec»
Prácticamente todo
el municipio
de Valle de Bravo
28 de junio de 2005
Reserva ecológica estatal
«Cerro Cualtenco-El Cerrillo»
Fuente: Elaboración propia.
5. CONCLUSIONES
Dado su creciente poder predictivo y su capacidad de controlar y modificar deliberada y conscientemente tanto el medio ambiente como las instituciones y los procesos
sociales, las políticas de planeación y ordenamiento territorial son un instrumento
que el Estado Moderno Mexicano adopta con la finalidad de estimular la aparición,
instrumentación y localización de determinadas actividades económicas, de acuerdo
con decisiones y juicios de valor que definen el estilo de desarrollo que se pretende
alcanzar y los beneficiarios del mismo.
En este sentido, las políticas de planeación y ordenamiento territorial en Valle de
Bravo, han contribuido al surgimiento, consolidación y diversificación de la actividad
turística. Sin embargo, el desarrollo que ha tenido lugar en el municipio se ha dado de
manera desequilibrada, creando en la cabecera municipal, zonas que ofrecen una imagen
de prosperidad y confort y que son ocupadas por grupos ajenos a la localidad, mientras
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ORDENAMIENTO TERRITORIAL, TURISMO Y AMBIENTE EN VALLE DE BRAVO, MÉXICO
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que en las zonas aledañas es posible observar una segregación socioterritorial derivada
de la actividad turística, pues es en estos lugares donde la gente de clase media o baja
ha tenido que ubicarse. Estas políticas han permitido también la sobreexplotación y
contaminación de los recursos con los que cuenta el municipio, por parte de diversos
grupos de inversionistas, pues aún en épocas actuales los proyectos turísticos de mayor rentabilidad se encuentran vinculados con la utilización de los recursos naturales.
Es por ello que si alguna conclusión puede apuntarse es que las políticas de carácter
territorial son instrumentos que permiten la generación de desarrollo en sus diferentes
connotaciones, sin embargo, son los sectores con más fuerza económica y social los
que resultan beneficiados del mismo, es por ello que el ordenamiento territorial necesita
una profunda revisión que permita que los sectores más débiles vean representados sus
intereses y que sean promotores y beneficiarios de su propio desarrollo.
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2. Crónica y notas
SEMBLANZA DEL PROFesor ANTONIO LÓPEZ ONTIVEROS*
Cuando el día 15 de Octubre de 2007, en un acto celebrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba, el Prof. Antonio López Ontiveros cerraba
por jubilación su etapa como profesor universitario para iniciar la andadura de tres años
como profesor emérito, a la vista de la lucidez intelectual del discurso pronunciado en
dicho acto, de la vitalidad demostrada en este mismo ejercicio y, como era en él habitual, del derroche de ilusiones derramadas en torno a la que había sido su mayor pasión
intelectual (la Geografía), nada podía hacer imaginar que, a la vuelta de algo más de
tres años, el día 5 de Mayo de 2011, pudiésemos estar hablando de su fallecimiento.
Pero éstos son, tristemente, los hechos incontestables; y porque incontestable
también es que el Prof. López Ontiveros ha sido una pieza fundamental —a veces
decisiva— en el engranaje de la Geografía española durante el último medio siglo,
parece que es de justicia que, desde la AGE (en la que ocupó prácticamente todas las
responsabilidades posibles), se le recuerde y se deje constancia de su significación
docente, investigadora y, por ende, también humana y social.
Para ello, valiéndonos de las palabras pronunciadas ya en la presentación de aquel
acto de despedida por jubilación, nos aprestamos a recordar en estas líneas lo que son
detalles de una carrera profesional que, en conjunto, es suficientemente conocida por
todos, pues no en vano ha sido, hasta el mismo día de hoy, una de las carreras más
sólidas y prestigiosas de la Geografía española.
Nace Antonio López Ontiveros en la cordobesa villa de Luque (20.03.1937), desde
donde se proyectaron sus primeros estudios de bachillerato en Córdoba y la posterior
licenciatura en Derecho por la Universidad de Granada, culminada en el año 1960.
Su primer destino profesional, como Técnico de Administración Civil del Estado,
le llevó en 1963 a Murcia, donde una primaria —aunque ya muy consolidada— inclinación hacia la filosofía y el mundo del pensamiento le llevará a tomar contacto con
la Facultad de Filosofía y Letras, sin imaginar entonces que su encuentro en las aulas
con el Prof. Vicente Roselló í Verger acabará encauzando su actividad intelectual por
otros derroteros, los de la Geografía, en los cuales el propio Prof. Rosselló se convertirá
en su mentor y en su auténtico —y como tal siempre reconocido— maestro.
La licenciatura en Geografía e Historia, culminada en 1970, le condujo a un doctorado casi inmediato (en 1972) y, a partir de ahí, su identificación con la actividad
universitaria resultó ya irrefrenable. Así quedó plasmado en su trabajo como profesor
ayudante (1968-70) y como profesor encargado de curso (1970-71), experiencias que le
llevarán a la decisión firme de cambiar su trabajo en la administración pública por una
dedicación plena y completa a la enseñanza universitaria y a la investigación geográfica.
*. Con la publicación de esta semblanza que amablemente nos ha cedido el profesor José Naranjo, el
Consejo de Redacción de Cuadernos Geográficos en nombre de los Departamentos editores, quiere rendir
homenaje in memoriam al profesor Antonio López Ontiveros, figura señera de la Geografía española y
andaluza, con el que muchos de los profesores granadinos, mantuvieron una intensa y entrañable relación
científica y humana. Sit tibi terra levis.
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J. NARANJO RAMÍREZ
Escalas de esta carrera fueron la de Profesor Adjunto de Universidad en las
Universidades de Murcia y Autónoma de Madrid (1971 y 1975), Profesor Agregado
de Universidad (en la Autónoma, también, entre 1975 y 1979), para, en esa misma
condición de Profesor Agregado, llegar a la Universidad de Córdoba en el curso 197980, donde conseguirá —en 1981— la Cátedra de Geografía Humana que ha ostentado
hasta su jubilación el 30 de septiembre de 2007.
Y estos puestos y responsabilidades académicas fueron compatibles con una paralela y simultánea actividad de gestión, una de las facetas que, junto con la docencia
y la investigación, debieran definir a todo verdadero y auténtico universitario; en este
sentido el Prof. López Ontiveros ha formado parte de los más diversos órganos colegiados y de representación (Claustro, Consejo de Gobierno, Junta de Centro, Comisiones
de Reclamaciones e Investigación…), ha desempeñado las funciones de Director de
Departamento durante seis mandatos, fue Decano de la Facultad de Filosofía y Letras
entre 1987 y 1993; durante tres años fue Coordinador del Aula de Religión y Humanismo, actuando como uno de los pilares fundamentales que permitió su creación y su
supervivencia, para, finalmente, desde el año 2002 hasta la actualidad, desempeñar de
forma especialmente brillante el cargo de Director-ejecutivo de la Cátedra Intergeneracional «Francisco Santisteban» de la Universidad de Córdoba. Y a una escala nacional,
especialmente digno de mención fue su participación decisiva en la Fundación de la
Asociación de Geógrafos Españoles (AGE), de la cual fue vocal, Tesorero, Presidente,
Presidente del Grupo de Rural y, finalmente, reconocido como Socio Honorario.
Pero esta visión de conjunto de la labor y el trabajo de un universitario, parece
como si quedara incompleta si no se alude a su obra publicada en forma de artículos o
libros. En este sentido, un sencillo y escueto relato de su bibliografía podría convertir
esta semblanza en un relato prácticamente enciclopédico; y es por ello que optamos
por un recorrido a través de su aportación científica en el que el eje y centro de nuestra
atención no sean tanto las obras concretas (libros o artículos) —a las que indudablemente deberemos referirnos— como las líneas de investigación en que han destacado
sus aportaciones y, muy especialmente, aquéllas en que su intuición geográfica ha
funcionado a modo de brújula que marca la dirección correcta hacia la apertura de
una temática novedosa o una línea de trabajo nueva y diferente, línea que la mayor
parte de las veces será seguida después por otros muchos geógrafos.
En este sentido, en Geografía Rural, aún cuando esta rama de la Geografía es
posiblemente la que tiene una más sólida tradición en la Geografía española —y por
consecuencia lógica una más preclara representación de investigadores—, si de Geografía Rural y Agraria de Andalucía y, más concretamente de la provincia de Córdoba
hablamos, la realidad actual no sería inteligible sin las aportaciones de A. López
Ontiveros. Tras un conjunto de diversos artículos con esta temática agraria, referidos
tanto a Andalucía como a la región murciana, su ya clásico «Emigración, propiedad y
paisaje agrario en la Campiña de Córdoba» 1, al margen de sus propias aportaciones,
actuará como catalizador de la investigación geográfica, en el sentido de que abrió
1. Barcelona, Ed. Ariel, 1974, 607 págs.
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SEMBLANZA DEL PROF. ANTONIO LÓPEZ ONTIVEROS
un amplio abanico de temáticas entre las que creo que, con toda justicia, se pueden
destacar, todas con este punto de partida, las siguientes.
Los estudios de las estructuras agrarias, en los que el análisis de las mismas se
considera como factor básico de conformación del paisaje agrario: propiedad, modos de
explotación de la tierra, cultivos y aprovechamientos, extensivisimo/intensivismo agrario,
secano/regadío, etc., son algunos de los ítems que tendrían cabida en este apartado.
Estudios sobre hábitat rural en relación con la explotación agraria; en este sentido,
López Ontiveros es el iniciador y punto de partida de una serie de trabajos sobre la
casa rural andaluza cuya brillantez y espectacularidad supuso que el tema, después de
irrumpir en la Geografía, pasase a interesar a los más diversos sectores ocupados en el
análisis paisajístico y territorial, incluyendo a la administración pública, donde llegará
a adquirir tintes casi estelares a través de la actuación en este campo de la Dirección
General de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Junta de Andalucía.
Y de aquella primera aportación de contenido netamente rural, todavía se generó
otra línea de trabajo —iniciada con aportaciones propias y seguida por diversos miembros de su escuela, a menudo bajo su dirección—, la que tuvo por objeto la Geografía
de la Población: estudios demográficos de Córdoba capital, de los principales pueblos
y comarcas cordobesas y análisis del proceso migratorio son algunos de los hitos
significativos de dicha temática.
Igualmente, con base en la caracterización agraria pasada y presente de Andalucía,
el tema del latifundismo andaluz, de la Reforma Agraria, del desarrollo/subdesarrollo
andaluz, ocuparon buena cantidad de los trabajos de López Ontiveros y marcaron
trayectorias y tendencias claras dentro de la investigación geográfica andaluza.
Y aunque con origen y gestación posterior, en este mismo contexto, líneas de
trabajo e investigación abiertas por él han sido el estudio, desde la Geografía, de los
Espacios Naturales Protegidos, de los usos recreativos constatados en su seno y, muy
especialmente la consideración y el análisis científico, por vez primera, de la actividad
cinegética.
Un segundo gran ámbito de conocimiento abierto en la provincia de Córdoba,
también desde época muy temprana, por A. López Ontiveros fue el de la Geografía
Urbana; en este aspecto su «Evolución Urbana de Córdoba y de los pueblos campiñeses»2 ha servido y sigue sirviendo, después de más de treinta años, como una referencia obligada en cualquier consideración de la caracterización urbana de nuestras
ciudades y pueblos.
En este capítulo, además de los trabajos que permitieron sistematizar y organizar
el crecimiento urbano interno de la capital provincial (casco histórico, creación de un
nuevo centro urbano, conformación del ensanche, barriadas periféricas…), especialmente
atractivo e influyente fue, en este aspecto, la caracterización de la agrociudad andaluza, si bien pertenece también a este mismo ámbito de la Geografía urbana —aunque
compartido también con el de la Geografía económica— el estudio de la industria en
Córdoba (y del significado y trascendencia de SECEM, en especial), aspectos éstos
2. Córdoba, Excma. Diputación Provincial, 1973, 235 págs. Reeditada en 1981.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 253-258
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J. NARANJO RAMÍREZ
fundamentales para nuestra Geografía y que fueron fruto de las iniciativas e intuiciones
de nuestro autor.
Un tercer gran conjunto de temas en los que las aportaciones de López Ontiveros
han resultado de decisiva influencia, lo constituyen aquéllos que podrían integrarse
dentro de la epistemología geográfica; cuestiones como la historia de la Geografía
y las fuentes para su estudio, encontraron desarrollo adecuado en diversos frentes:
las Actas de Congresos Nacionales de Riegos; la visión geográfica de los paisajes
andaluces según la literatura viajera de los siglos XVIII y XIX; el Naturalismo y la
Institución Libre de Enseñanza; el estudio de la significación geográfica de autores
concretos como Ramírez de las Casas-Deza, Madoz, Constancio Bernardo de Quirós,
Pascual Carrión, Díaz del Moral, Blas Infante y, muy especialmente y con énfasis
de especial resonancia, el estudio en minuciosa profundidad de la obra del geógrafo
y geólogo Juan Carandel Pericay, quizá el proyecto más sólido y ambicioso en esta
línea epistemológica, generador de muchas y muy diversas publicaciones cuya síntesis
globalizadora podría encontrarse en la obra «Vida y obra del geólogo y geógrafo Juan
Carandell Pericay (1893-1937)»3.
Y llegado un determinado momento, en cuanto las circunstancias fueron favorables, la curiosidad intelectual y la actividad creativa de A. López Ontiveros saltarán
al otro lado del Atlántico, entrando de lleno en la Geografía latinoamericana a través
de un proyecto, denominado «Inventario de Recursos y Servicios para la Gestión y
Planificación regional de la Región Andina Argentina (Regiones NOA y CUYO)», uno
de cuyos subproyectos4 estuvo dirigido por nuestro protagonista. Relevantes fueron
también en este aspecto los resultados obtenidos, con cuatro monografías y un informe
inédito, y con la participación global de más de una cuarenta de investigadores latinoamericanos. Y como prolegómeno teórico, preparador y propiciador de este contacto e
intercambio con la Geografía latinoamericana, imprescindible es reseñar la dirección
en la organización del VII Coloquio de Geografía Rural (1994), el más representativo
evento que con carácter geográfico se ha vivido en la ciudad de Córdoba y en la que
era entonces su jovencísima universidad. Los resultados científicos y las gratas experiencias vividas permanecen indelebles, después de transcurridos casi quince años,
cuantos estuvieron presentes.
Y para finalizar este recorrido por las aportaciones del Prof. López Ontiveros
(podríamos seguir, pero renunciamos conscientemente a ello), no puede olvidarse aquí
y ahora la dirección, coordinación e intervención directa como autor en el magno proyecto de la Geografía de Andalucía, publicada hace relativamente poco tiempo 5, con
la participación de una treintena de especialistas, obra ésta que, casi de inmediato, ha
pasado ya a ser un libro de consulta obligada no sólo en los ámbitos universitarios, sino
3. Obra culminada en colaboración con J. García y J. Naranjo, publicada en Córdoba, por la Excma.
Diputación Provincial, en 2007.
4. Subproyecto III. Estructuras Productivas I (Agricultura, ganadería, forestación, artesanía y complejos
agroindustriales).
5. Barcelona, Ariel, 2003, 894 págs.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 253-258
SEMBLANZA DEL PROF. ANTONIO LÓPEZ ONTIVEROS
257
igualmente en lo que se refiere a los foros de decisión relacionados con la gestión del
paisaje, con la ordenación del territorio y con la práctica profesional de la Geografía.
La difícil síntesis de todo lo que acabamos de decir podría encontrarse en algunos
datos que, por sí solos, resultan explicativos de la significación de la obra del Prof.
López Ontiveros, tales como haber obtenido el reconocimiento del máximo posible de
tramos o componentes tanto docentes como de investigación, aunque quizá también
sea bien significativo el haber dirigido con éxito un total de diez tesis doctorales 6, dato
que hay que ponderar en el contexto de una Universidad, la de Córdoba, que no tiene
especialidad de Geografía, detalle que suele ignorarse cuando de juzgar o calificar la
trayectoria de un profesor universitario se trata, considerando al mismo nivel el mérito
del número de tesis dirigidas en disciplinas que cuentan con titulación o especialidad
con aquellas otras que, en condiciones menos propicias y favorables, no disponen de
dicho escenario académico.
Y, para terminar, procede quizá completar esta visión científica y académica de la
figura del prof. López Ontiveros con algunos rasgos de su personalidad, dibujando su
semblanza más humana, tarea para la que nos avalan varias décadas de convivencia,
integrando en ellas desde la actividadd laboral y académica diaria, a la excursión y
trabajo de campo y, como no, el haber compartido tantos y tantos momentos de sano
ocio y relaciones humanas «en carne viva», de los que tan decididamente partidario
era y con los que tanto disfrutaba. Añádanse a todo ello, también como aval de las
apreciaciones personales que anunciamos, cinco estancias compartidas en América
Latina, de aproximadamente un mes cada una de ellas, y la experiencia —también
extraordinaria— de haber recorrido con él una buena parte del solar andaluz —en lo
que se refiere al litoral, fue recorrido en su totalidad desde Ayamonte hasta el límite
con la provincia de Murcia— como preparación de esa obra de la que la que antes
hablábamos, de la Geografía de Andalucía.
Y de esas experiencias, aunque con decidida brevedad, debemos decir que nos
sorprendieron y admiraron siempre algunos rasgos de su personalidad, tales como: la
atracción visceral, la pasión manifiesta por el trabajo directo de campo. Es verdaderamente espectacular en este sentido ver cómo A. López Ontiveros cambiaba de ánimos,
se transformaba, casi se transfiguraba, en cuanto las cortas perspectivas de los pasillos
y despachos universitarios se ampliaban con los más profundos y amplios horizontes
de nuestros más diversos paisajes. Muy llamativa es, igualmente, su inquietud científica
insaciable y su curiosidad sin límites; el «ansia de paisaje» de que hablaran algunos de
los naturalistas de principio de siglo —precisamente por él estudiados— es una sen-
6. El esfuerzo que supone, la significación y trascendencia que la dirección de una tesis doctoral
tiene (al modo y manera como las concibe el Prof. López Ontiveros, esto no ofrece ninguna duda), sitúa
este tipo de trabajos en una de las cimas del quehacer científico, razón por la cual me permito apuntar los
nombres de los que —siempre agradecidos por su magisterio— fuimos sus doctorandos: R. Mata Olmo,
P. Domínguez Bascón, C. Martín López, J. Naranjo Ramírez, A. Mulero Mendigorri, G. Florido Trujillo,
R. Osuna Luque, E. Martínez Garrido, C.R. Flores Wizniewsky y M. Torres Márquez. En el momento
de su fallecimiento, codirigía, además, la tesis doctoral de D.ª Luisa Ramírez López titulada «La imagen
geográfica de la ciudad andaluza en la obra de viaje de A. Ponz, J.-Ch. Davillier y D. Doré».
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J. NARANJO RAMÍREZ
sación experimentada con frecuencia por nuestro personaje y comprobada por cuantos
le hemos acompañado en las tareas del trabajo de campo; y de forma continuada se
hace palpablemente manifiesta en el hecho reiterado de que, cuando, tras una jornada
larga e intensa, todos empezábamos a dar síntomas de agotamiento, él seguía demandando información, intentando nuevas explicaciones, abordando otras interpretaciones
de aquello que estamos viendo. Y, por último, otra faceta de su talante científico por
la que sentimos, no ya admiración, sino incluso sana envidia, es el saber mantener
siempre en el más elevado nivel su capacidad de asombro y admiración ante el paisaje, encontrando en todo momento y en todo lugar atractivos geográficos y motivos
de interés científico en lo que, con una mirada somera o simplemente neutralmente
desapasionada, a otros pudiera parecernos trivial, común u ordinario.
Cuando en este contexto científico, coinciden también en la misma persona un
carácter generalmente afable, cercano y especialmente sensible y generoso a la hora,
tanto del trato académico con los que hemos sido sus discípulos, como en la relación
cordial que suele mantener con todos sus colaboradores y amigos, el resultado es una
personalidad realmente excepcional que, por ello mismo, no es de extrañar que haya
recibido distinciones y premios muy significativos.
Entre las distinciones mencionemos su condición de Académico Numerario en la
Real Academia de Córdoba, la de Académico correspondiente en la Real Academia de
la Historia, así como su nombramiento como miembro honorario de la Sociedad de
Hispanófilos de Estados Unidos «Delta, Sigma, Pi». Y entre los premios, algunos de
ellos dignos de mención son: el Premio «Diego Saavedra Fajardo» (1972), el VI Premio Andalucía de Investigación Científica de Humanidades y Ciencias juridicosociales
«Ibn Al-Jatib» otorgado por la Junta de Andalucía (1997). Y con un carácter eminentemente sentimental y emotivo, me consta que tuvieron para él especial significación
la concesión de la Medalla de Oro de su villa natal, Luque, y la mención como Hijo
Predilecto de las Subbéticas.
Estos mismos sentimientos de reconocimiento y gratitud a su persona, aunque
de forma mucho más humilde, fueron los que inspiraron al autor de esta nota para
adoptar la decisión de dedicarle uno de sus últimos libros publicados. La dedicatoria
que en él se contiene expresa, de forma condensada, todo lo que aquí acabo de decir:
«A Antonio López Ontiveros, que siendo Maestro quiso y supo ser además Amigo».
Descanse en paz.
J. Naranjo Ramírez
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Vulnerabilidad, reconstrucciones étnicas y estrategias
de sobrevivencia en el trópico húmedo mexicano
Danú A. Fabre Platas*
1. ¿Donde esta el Valle?
El Valle de Uxpanapa toma su denominación del río del mismo nombre y pertenece al territorio del sureste mexicano. Su historia se encuentra ligada a la del Istmo
de Tehuantepec, corriendo la suerte de este último en diferentes épocas de la historia
nacional y comprendía hasta la década de los años 80 una área de 1.609 km 2, situado
en el istmo a casi igual distancia entre los dos océanos. Su situación histórica se liga
principalmente a la serie de planes y proyectos por parte del poder federal que en
diferentes épocas se elaboraron: convertirlo en vía permanente que uniera el Océano
Pacífico con el Golfo de México en su parte más angosta.
A partir de la consumación de la guerra de Independencia intentos renovados de
colonización se llevaron a cabo en esta región. En 1823, como consecuencia de la
desmovilización de parte del ejército liberador, se hizo un llamado general para colonizar las tierras vírgenes del Istmo, concediendo tierras a los veteranos de la guerra
de liberación, que fracasó por ser pocos jefes de familia los que acudieron al llamado.
Dos años después, un informe sobre el Valle, cuya fuente no tengo clara y por
ello me disculpo, señala la existencia de grandes y variados recursos susceptibles de
aprovechamiento como garantía de un futuro proceso de colonización y de planicies
interiores completamente cubiertas de bosques; asimismo, hace notar que dichos
territorios se encontraban infectados de fiebres epidémicas, como lo están todas las
regiones tropicales semipobladas, pero que con acciones previas de desmonte y tala
de bosques estarían en condiciones de ofrecer posibilidades para el establecimiento
de colonias e integrar el área a los intereses del naciente país.
A raíz de las consideraciones anteriores surgieron planes de colonización acordes con las características tanto del Istmo en general como del Valle de Uxpanapa en
particular:
En 1829, sólo cuatro años después de la valorización realizada, se aprobó el establecimiento de colonias con inmigrantes extranjeros, ubicándose colonos franceses
en los márgenes de los ríos Coatzacoalcos y Uxpanapa. Pero este intento no duró; tres
años más tarde, después de una serie de accidentes, epidemias y suicidios, los colonos
abandonaron la empresa establecida.
Durante la dictadura del General Antonio López de Santa Ana, sin proyecto definido pero consecuente con las variaciones políticas el favorecimiento de la burguesía
*. Dr. en Sociología, miembro del SNI, Profesor e investigador del Instituto de Investigaciones y
Estudios Económicos y Sociales, Universidad Veracruzana, México. Correo electrónico: dfabre@uv.mx,
fabre50@hotmail.com y danufabre@gmail.com
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nacional, otorgó concesión de aprovechamiento de una granja «… de tres millas de
ancho de mar a mar… a un obscuro aventurero…» para instalar la vía interoceánica,
pretexto para saquear el erario público pero sin ningún resultado práctico.
La aplicación de las Leyes de Reforma a finales del Siglo XIX y principios del
XX determinó y consolidó la extensión limitada del control de hacienda, sobre la casi
totalidad de la tierra agrícola, en el territorio nacional. Este control no se extendió
con éxito a las tierras tropicales, pues se enfrentó a consideraciones que limitaron su
expansión como fue la incomunicación y, especialmente, la baja densidad de población
que puso fin al desarrollo de la empresa capitalista.
Sir Witman Pearson, posteriormente magnate del petróleo en México, recibió
concesiones para la construcción del Ferrocarril Transístmico. Conjuntamente con
José Ives LImantour, la Casa Sanborn’s y Willian R. Hearst, controlaban miles de
hectáreas con fines de colonización. En la práctica sólo se especuló con la tierra a la
espera de incrementar su valor a costa de la realización del proyecto ferrocarrilero de
Sir W. Pearson.
Posterior al período del Porfiriato se generan hasta los años 40 una serie de políticas nacionales de desarrollo que no se vincularían con el Valle de manera directa.
El Presidente Manuel Ávila Camacho, acorde con su línea procapitalista, redujo la
distribución de la tierra y restituyó el empeño de la colectivización, asociado en aquel
período a la movilización campesina por el impulso a la pequeña propiedad privada y
en particular a la agricultura comercial moderna. El resultado obvio es que se satisfizo
la creciente demanda doméstica y se mantuvo la exploración agrícola por treinta años.
Es también en esta década que se empezó a reconocer al sureste del país 1 no sólo
como espacio de comunicación entre el Golfo de México y el Océano Pacífico sino
además como un área potencialmente productiva y en ese momento subutilizada que,
a mediano o largo plazo, pudiera disminuir la congestión del altiplano central. Consecuentemente con ello y con una serie de aspectos coyunturales que posteriormente se
mencionarán, para 1974 se creó la Comisión del Papaloapan (cuyo modelo de acción
es el Tennesse Valley Autority en los E. U.) y, un año después, la Comisión del Grijalvo, ambos organismos federales semiautónomos cuyas actividades se encaminaban,
teóricamente, a controlar las constantes inundaciones, producir energía hidroeléctrica,
crear caminos, crear centros urbanos, aplicar programas de saneamiento e introducir
dentro de la economía nacional la riqueza potencial de toda la región. Este sistema
de control de inundaciones y de actividades alternas y complementarias partió de la
construcción de dos grandes presas en Cerro de Oro y Temascal, Oaxaca, que formarían
una sola de más de 700 km2.
Aún cuando la presa de Cerro de Oro se consideró más relevante dentro del
complejo sistema, se optó en los años 50’s por la construcción de la segunda, por
1. El sureste mexicano abarca entre 8 y 10 millones de hectáreas que incluyen sábanas y selva tropical
de Veracruz, Tabasco, parte de Campeche, de Oaxaca, Chiapas y que corresponde a la Cuenca del Golfo
de México. Región que ofrece evidencia de haber sido asiento de la cultura Olmeca y posteriormente de
la cultura Maya desde el Siglo IX antes de nuestra era.
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representar un costo menor postergándose más de cuarenta años la conclusión del
proyecto debido a las prioridades en la inversión nacional hacia otras regiones y a la
resistencia de los habitantes en Oaxaca, afectados directos.
Los años sesentas presencial el afán del gobierno federal a través de la acción del
Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización para conformar ejidos en el área,
intentado con ello frenar la producción de enervantes, aunque los beneficiados en la
mayoría de los casos nunca pudieron tomar posesión de sus parcelas.
Con todo esto, la colonización espontánea sucedida por siglos en el Valle de
Uxpanapa no fue suficiente para conformar la población permanente; es por ello que
a finales de esta década se localizaron solo 200 familias en el área agrupadas en 40
colonias que conformaban pequeñas comunidades con dos o tres docenas de familias,
a pesar que el departamento de Asuntos Agrarios y Colonización había dividido la
región el cien ejidos.
Uxpanapa, formando parte de una de las selvas más grandes de México, representó
gran potencial para ampliar la frontera agrícola, aumentar los volúmenes de producción en áreas de temporal, detener parte de la migración rural de la zona 2, promover
el desarrollo regional empleando los recursos del trópico e introduciendo cultivos
perennes y pastos, finalmente, preservar su potencialidad e impedir la destrucción de
su ecosistema.
A principios de los 70 la gran crisis agrícola se manifestó claramente al no
existir relación entre los volúmenes de producción de alimentos básicos, al ritmo de
crecimiento de la población y la demanda total3, dando por resultado un incremento
constante de importaciones de granos básicos y alimentos, ocasionando migraciones
masivas hacia los polos de desarrollo urbano cuya potencialidad como generador de
empleos se encontraba cubierta.
2. Política de valoración de recursos y creación
de infraestructura productiva
Durante casi 400 años las políticas del gobierno se mantuvieron al margen de la
explotación sistematizada e integral de los trópicos del sureste, aún cuando diversos
gobiernos federales y estatales reconocieron su potencialidad productiva. Entre los factores que se esgrimieron como razones de peso destacan, poder cubrir las necesidades
nacionales satisfactoriamente con la explotación intensiva de otras áreas y a costos
reducidos, que la densidad de población era muy baja para aplicar sistemas complejos
2. El fenómeno migratorio no se remite al Istmo únicamente; Margarita Nolasco (1986) señalaba
que en todos los estados del país se encontraban cuando menos 20 lenguas indígenas además del español,
destacando 8 estados (uno de ellos Veracruz) con más de 8 mil habitantes de la misma lengua.
3. Ewell y Poleman (1980: 35) muestran cómo los recursos para la producción se encontraban
pobremente distribuidos en la década de los 70: más del 85% de los ejidatarios estaban imposibilitado
para mantener a sus familias porque contaban apenas con pequeñas parcelar y tecnología tradicional de
subsistencia (y más del 90% de los campesinos de este país se encontraban dentro de este sector tradicional).
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(en cuanto a requerir un número importante de trabajadores campesinos) y, quizá lo
más importante, que el alterar tanto el sistema agroeconómico como social de una
región virgen representa un difícil desafío con grandes riesgos ecológicos y sociales
e inversiones considerables.
Es debido a las presiones sociales, políticas y económicas ejercidas por la fuerte
crisis agrícola, manifiesta al iniciarse la década de los 70 que se revaloriza la explotación del trópico del sureste, aprobándose la construcción de la Presa Cerro de Oro
y con ello la continuidad del Plan de Papaloapan.
Es necesario aclarar que, además de lo señalado, existieron otros factores coyunturales que favorecieron la puesta en marcha del proyecto (1950) y su reinicio (1972).
Entre ellos destacan: las presiones ejercidas por la oligarquía de Tuxtepec, Oaxaca y
Cosamaloapan, Veracruz, hacia el Gobierno Federal que al construir estas obras protegería sus pertenencias de posibles inundaciones; el interés político del Presidente
Miguel Alemán (1946-1952), oriundo de la Cuenca del Papaloapan; la necesidad de
votos requerida por el Lic. Echeverría Álvarez en su candidatura a la Presidencia de
la República, y la oportunidad de romper con lo insalubre y aislado de la región a fin
de facilitar futuros programas de investigación y producción y/o creación de infraestructura productiva y de servicios.
La construcción se inicia en 1947, la interrumpen el 1976 y se reanuda un año
después, programado terminarla a principios de 1980, objetivo logrado siete años
después por razones de orden social que posteriormente señalo.
3. Nuevos espacios habitables y nuevas formas
de colonización
Tras la «aceptación» del reacomodo con la firma del convenio presentado al
Presidente Luis Echeverría Álvarez en 1974, algunos dirigentes de la Comisión del
Papaloapan, con «representantes» de una fracción de la población afectada, se abocan
a la tarea de buscar terrenos apropiados para su reacomodo. Visitaron primero una
antigua área de reacomodo en Cihualtepec, Oaxaca, zona potencialmente ganadera y
por tanto contraria a sus intereses agrícolas; después, sin asesoría de la Comisión del
Papaloapan, conocieron Santa María Chimalapa habitada por población zoque desde
tiempos de la conquista y con una topografía sumamente inclinada; terrenos cercanos
a Playa Vicente, Ver., bajo un régimen de pequeña propiedad difícilmente comparables.
La búsqueda terminó al hacer las primeras exploraciones en el Valle de Uxpanapa y encontrar las siguientes condiciones: un clima similar al de Usila Y Ojitlán, un
territorio de 260 mil hectáreas, bajo jurisdicción federal, con poblados pequeños que
en suma no rebasaban un total de dos mil habitantes y una carretera en proceso de
construcción de Tuxtepec a Palomares que conectaría a Ojitlán con la puerta del Valle.
De esta manera el Valle de Uxpanapa era por mucho la mejor opción para quienes, aún bajo propuesta, buscaban un nuevo espacio para vivir. Como se observa, el
proyecto sumamente ambicioso y complejo representaba una fuerte inversión; pero con
todo y eso fue aceptado iniciando así una gran movilización no siempre voluntaria.
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Al respecto se presentan fragmentos de la historia oral del señor Juan Pereda López
(Presidente de la Unión de Ejidos Valle de Uxpanapa) quien aún mitificando su relato
se muestra como parte de este proceso; posterior a estos fragmentos hago algunos
comentarios al respecto.
[…] Llegamos aquí hace tiempo. En 1972 empezaron las visitas al Valle (de Uxpanapa
en Veracruz) y fue hasta 1978 que me vine a radicar aquí al poblado 6 (La Laguna)…
aquí porque en la zona en la que vivíamos se creó un programa de gobierno federal para
construir una presa… se negoció entre nosotros y los del gobierno, buscamos terrenos
y nos gustó aquí el Valle porque era zona virgen…El Valle nos lo dieron porque una
Comisión que fue a México, de nosotros, lo solicitó; ya antes un ingeniero nos había
comentado de aquí y nosotros pedimos a la SARH (a su Secretario Leandro Mendoza
Hernández) y aceptaron rápido la petición, por eso en el mes de junio de 1972 nos autorizaron venir por tierra… fuimos un grupo de 48 ejidatarios que tría yo. Regresamos
en septiembre a otra inspección de la zona, después, el 20 de noviembre para hacer una
asamblea en Hermanos Cedillo (poblado 2-A) en compañía del Sr. Leandro Mendoza y,
de ahí, radicando en este poblado…
[…] Mi participación en el reacomodo empezó en 1970 y 1971 (cuando) era Secretario
del Comisariado Ejidal en La Laguna, mi pueblo en Oaxaca… en 1972 me nombraron
comisariado ejidal… a mi me llegaban las indicaciones para mover a mi gente y asistir
a reuniones a Miguel Alemán (Oaxaca) y México para el papeleo y pago de casa que
teníamos… yo como comisariado manejé al grupo. Eso fue hasta fines del 74’s. aquí
se nombró otra autoridad porque era otro Estado, era otro sistema… se dividió a mi
grupo en tres (dos de ellos) se denominaron Ejido Almaza y la mía que es Celestino
Garza y la gente que se quedó (el tercer grupo) se fue a los Naranjos, Veracruz, a otro
reacomodo que está allá…
Fabre y Álvarez, 1988: 4.
Deteniéndose en el diálogo del señor Juan Pereda pueden incluirse algunos puntos importantes a considerar en este ensayo y que nos dan pauta a pensar el territorio
como vulnerable:
1. El relato esconde los conflictos étnicos y por territorialidades existentes en la
región chinanteca de Usila y Ojitlán, y en la mayor parte de los municipios
oaxaqueños, que en los años 70 eran de trato común en los diarios y en líneas
posteriores abordaré.
2. Evita comentar sobre el cumplimiento de los puntos que contenía el convenio
firmado el 1974 (ver Poleman y Ewell, 1980: 153-154).
3. Permite ver cómo algunos líderes «nuevos» veían en este conflicto una oportunidad de ascenso político-económico y son cooptados por el poder federal
para conseguir sus objetivos.
4. Y cómo, ya en el Valle de Uxpanapa, se presenta una separación geográfica,
política y social y familiar de la población reacomodada al dividir en varios
ejidos a grupos que originalmente compartían una misma mancha urbana.
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3. Acciones de respuesta a las políticas verticales
establecidas
Hasta el momento los comentarios vertidos se han limitado casi a mostrar las
condiciones político-económicas que provocan la puesta en marcha del Plan Papaloapan
dejando intencionalmente las opiniones de los sujetos directamente involucrados, que
no pocas veces tradujeron en acciones a desfavor del proyecto. Esta evasión no pretende de ninguna manera minimizarlas, por el contrario, intenta acentuar su relevancia
en relación directa con este trabajo. Por ello es que se hace mención de diferentes
testimonios que reflejan la posición de los grupos chinantecos ante esta problemática.
[…] A diferencia de los mazatecos hace veinticinco años, los chinantecos del área de
Ojitlán eran conscientes del impacto que la construcción de la Presa Cerro de Oro tendría en sus vidas… Ixcatlán (Temazcal) sobrevivió al proyecto con una base económica
reconocida y como una comunidad hermana por siglos. La historia de los proyectos de
reacomodo era bien conocida… los grupos que habían sido beneficiados por el proceso
gozaban de poder económico y político y eran aliados de sus iguales en Tuxtepec y
Oaxaca. Los chinantecos no tenían ningún interés en ser forzados a una nueva situación
sobre la cual no tendrían ningún control. Su experiencia con el gobierno consistía en una
serie de promesas no cumplidas y de proyectos que habían beneficiado a una minoría…
Ewell y Poleman, 1980: 117.
Los tres grupos (los indios que tenían que sufrir la misma suerte que los mazatecos,
la élite comercial cuyo ingreso y posición dependía del statu quo, y la élite poseedora de
tierra que temía que sus intereses fueran sacrificados en beneficio de otra región) formaron
una coalición poderosa. El Presidente Echeverría visitó Tlacotalpan y Tuxtepec en 1972.
Cuando anunció que la presa finalmente se construiría se enfrento con una oposición muy
amplia y organizada que no es usual en México (reportada en la prensa de la Ciudad de
México). La Confederación Nacional Campesina (CNC) organizó un comité antipresa
(siendo apoyado por) la Asociación Ganadera, la Asociación de Pequeños Propietarios,
la Asociación de Productores de Caña del ingenio local, la Cámara de Comercio y el
Club de Leones…
Lucero, 1974.
La situación política y emocional de la etnia chinanteca que durante siglos había
permanecido allí, sufrió un fuerte temblor que amenazaba con desquebrajar su aparente
«armonía» milenaria. Paralelo al intenso rumor de reiniciarse el Plan Papaloapan, se
intensificaban las pugnas políticas entre el partido oficial (PRI) y la CNC en contra
del partido minoritario (PARM); como resultado de ello, este último gana el proceso
electoral pero pierde la presidencia. De manera simultánea se consolida un comité
local con una posición más radical apoyado por la Central Campesina Independiente
(CCI) que al enfrentarse a la CNC provoca la polarización del conflicto. Froylán Ramos
Juárez oriundo del ejido El Aguacate, municipio de San Lucas Ojitlán y habitante del
ejido del mismo nombre en el Valle de Uxpanapa deja entrever en su relato la confusa
y difícil situación vivida.
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[…] Como por 1970 se empezó a rumorar lo de la Presa Cerro de Oro. Siempre se protestó.
Una vez vino el Presidente Echeverría a Tuxtepec, ahí protestamos. También fuimos en
Comisión a Oaxaca. En 1972 se hizo una reunión con el Comité Regional Campesino (de
la CNC) Nicolás González Castro y la Maestra Guadalupe Moreno, fueron a México, de
allá trajeron un Decreto oficial para la construcción de la presa. Los líderes traicionaron
la causa del campesinado y del municipio; acordaron a nuestras espaldas diciendo que
estábamos de acuerdo… La protesta por la presa se desvió a un asunto político: la lucha por
el municipio. El PRI en Oaxaca escogió a una persona que no tenía ninguna relación con
la gente de Ojitlán; los que no estuvieron de acuerdo se afiliaron a otro partido (PARM) y
ganaron (las elecciones), los perdedores sacaron por la fuerza de la Presidencia Municipal
al que había ganado, luego se hizo un enredo, los del municipio fuimos a ver al Gobernador
para lo de la presa. El líder estatal de la Liga de Comunidades Agrarias (Luis Jiménez
Sosa) presionó para que se aceptara el reacomodo diciendo que después no se lograría
ninguna indemnización. Decían que la construcción de la Presa Cerro de Oro contribuía
al desarrollo de la Cuenca Baja del Papaloapan y evitaría las inundaciones que causaban
tanto destrozo y pérdida de vidas humanas; al último una comisión fue a México a decir
que la gente aceptaba. Salió el Decreto (de 1972) en el que nos prometían muchas cosas…
Fabre y Álvarez, 1988.
El objetivo de las protestas en contra de quienes obligaban a los chinantecos a
abandonar sus tierras no se alteró en esencia y jamás dejó de hacerse sentir; lo que si
evolucionó notoriamente es la multitud de formas de lucha que, en un complejo proceso
de ensayo y error, se vieron depuradas y fortalecidas; ejemplo de ello es la reseña sobre
la siguiente nota periodística que deja entrever, con notoria parcialidad, lo señalado:
El próximo 21 de marzo se inaugurará la Presa Cerro de Oro después de 17 años
de trabajos,… dejando como herencia la destrucción de los indios chinantecos y la desaparición de 33 ejidos construidos durante el régimen del General Lázaro Cárdenas…
dispersos ahora en varios municipios de Veracruz. Toca a la Unión General Obrera
Campesina Popular (UGOCEP) luchar para que las autoridades no sólo analicen sino
que actúen para evitar la desaparición de los chinantecos… 4.
expuso Margarito Monte Parra, dirigente de la organización en la Cuenca del Papaloapan.
Afirmó también que la UGOCEP tiene como meta frenar esta destrucción étnica
y crear un movimiento indígena poderoso con la participación de 47 núcleos de campesinos chinantecos, mazatecos y de la zona mixe. Hasta el momento su participación
se ha dejado de sentir en más de 30 tomas de tierra; un plantón de 72 días, de más
de 3 mil hombres y mujeres en la Glorieta de Ciudad Alemán. (La Jornada 12/II/89).
4. Hasta 1988 más de mil familias de los predios de Arroyo Tambor, Nanche, Santa Flora y Arroyo
Caracol no habían sido reacomodados y carecían de los servicios más elementales en tanto que la Secretaria
de la Reforma Agraria (SRA) no había concluido los expedientes de 17 centros de población en la Cuenca
del Papaloapan, señaló Perfecto Conde Mendoza, presidente de Ojitlán, Oax. (Universal, 17/II/89).
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Esta nota periodística reforzada con algunos documentos sobre el área 5 permite
ver entre líneas:
1. La combatividad histórica y la cultura política de algunos pueblos oaxaqueños.
2. Las continuas represiones por parte del gobierno central hacia estos pueblos
que, «no reconociéndolo» como su enemigo principal, intensifican sus jornadas
y espacios de lucha en contra del gobierno estatal.
3.Que esta lucha, pudiendo confundirse con una lucha de clases es, básicamente, una lucha étnica que aprovecha la coyuntura establecida por movimientos
populares (UGOCEP y COCEI principalmente) para reclamar el respeto a su
tierra y su cultura.
Estas condiciones históricas de lucha permanente pueden posteriormente, al ser
confrontadas con otros indicadores teóricos y estadísticos, mostrar hasta qué punto la
inestabilidad política, económica y social de los pueblos reacomodados incide en la
necesidad de «negociar» formas renovadas de ser-estar-en-este-mundo.
4. Rutas de migración y asentamiento en la década
de los 70 y 80
El Valle de Uxpanapa se encontraba poblado a fines de la década de los años 80
por un número reducido de migrantes mestizos originarios en su mayoría del centro
y sur del Estado de Veracruz que llegaron en la década de los 60, encontrando en el
comercio y la ganadería sus formas de subsistencia y control; a lo ancho del Valle se
encuentra a partir de 1974, asentamiento chinantecos provenientes de Oaxaca que, por
la creación de la Presa Cerro de Oro, se vieron reacomodados; cohabitado con ellos
en algunos poblados (N.º 5, N.º 6 y N.º 10) y dispersos en ejidos del noroeste (Dos
Amantes, Nueva Victoria, El Arenal, Benito Juárez 1.º., Emiliano Zapata, …) migrantes totonacos que por problemas de minifundio se vieron obligados a abandonar el
municipio del Espinal, en la Sierra del Totonacapan, a principios de los 70.
Por razones similares los otomíes cercanos a Huayacocotla y Pisaflores y los
Nahuas de Zongolica llegaron al Valle iniciada apenas la década de los 80; junto con
estos últimos grupos étnicos, en cuanto a tiempo y espacio de poblamiento se refiere,
llega a la parte norte y noroeste, población zoque del municipio de Chapultenango
en el Estado de Chiapas, obligada a salir de sus tierras por la erupción del Volcán
Chichonal en 1983.
Las últimas migraciones, todas ellas de población mestiza, se dan a partir de 1985
y se concentran al Norte en los nuevos centros de población ejidal de Niños Héroes,
5. Reportes y estudios de militantes o simpatizantes de la COCEI y UGOCEP; el texto de C.
Monsivais «Entrada Libre» sobre la génesis y desarrollo de la COCEI en el municipio de Juchitán, Oax.,
(considerando como el tercero más importante del Estado); y algunas notas hemerográficas.
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El Sabino, Hidalgo Amajac; al Sur en La Joya, Enrique R. Cano y al Este en Cándido
Aguilar, Valerio Trujado, Buena Vista y parte del poblado No. 15. Existe además una
población no mayor de 12 familias nahuas que por conflictos políticos con grupos de
poder abandonaron la Sierra Zongolica, en Veracruz y poblaron en 1988 tierras que
limitan al Este con el ejido Valerio Trujado.
Ante esta breve descripción resulta obvia la gran variedad de lenguas, patrones
de conducta y herencia histórico-cultural que habitan en el Valle de Uxpanapa; las
relaciones llamadas interétnicas se presentan como situación cotidiana y se viven
paralelamente procesos acelerados de refuerzo y cambio social frente a la compleja
amalgama de caracteres específicos de estas etnias (migrante «voluntario» en algunos
casos y pacífica o violentamente reacomodados en otros).
Ahora bien, en apartados anteriores se analizaron algunos indicadores sobre el por
qué, cuándo y cómo del reacomodo obligado a la población chinanteca de Oaxaca; corresponde ahora, antes de presentar los criterios de asentamiento observables en el Valle
de Uxpanapa, hacer comentarios similares sobre los grupos migrantes post-reacomodo.
Esta tarea no es fácil si se considera el número de grupos étnicos y de diferentes
formas, tiempos y lugares de llegada. Por ello es que se estableció una tipología basada
en un parámetro específico que permite clasificar los distintos doblamientos esto es,
el motivo por el cual abandonaron sus ligares de origen. Así, el análisis se reduce a
tres indicadores: i. El reacomodo obligado a la población a la población de Oaxaca,
ii. Tierras para la población totonaca, otomí y nahua de Veracruz y iii. La catástrofe
natural sufrida por la etnia zoque de Chiapas. Resta entonces considerar a continuación
los dos indicadores últimos.
El problema de minifundio que provocó la llegada al Valle de Totonacos, otomíes
y nahuas se asocia, entre otras cosas, con la inequitativa distribución territorial, el
número considerable de hijos al interior del núcleo familiar, la baja en el índice de
mortalidad, la reglamentación sobre el ejido establece la SRA que no contemplaba la
absorción del crecimiento natural de esta población y la falta de apoyos institucionales importantes en la economía campesina de subsistencia transfiriéndose a caciques
locales o regionales que, a favor de la agricultura de explotación intensiva, compiten
y destrozan a los sectores marginados al provocar pérdidas de empleos, declinación
de las artesanías, imposibilidad de incorporarse a trabajos que requieren mano de obra
especializada. La población campesina reciente en un primer momento estas presiones
pero, para la tercera generación, le resulta insostenible permanecer en un lugar donde
no hay tierras que labrar.
El último indicador a considerar es el proceso de migración por «causas naturales». En 1982 el Instituto Nacional Indigenista se propone evitar la desaparición
de la cultura zoque, bajo el supuesto que, tras la erupción del Volcán, Chichonal en
Chiapas, la población proveniente de las colonias de San Pedro Yaspac y El Guayabal,
municipio de Chapultenango, carecía de posibilidades para sobrevivir. Los afectados
sumaban más de 15 mil zoques. El ejército aplicó el plan de emergencia DN-III logrando reunir más de 12 mil damnificados en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, trasladando
a unas 500 familias (3 mil personas aproximadamente) cerca de la presa de Malpaso
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implantando gentes de la montaña en selvas del trópico húmedo. Parte de los damnificados (aproximadamente 1,200 zoques) llegaron al Valle de Uxpanapa entre 1985 y
1987; poblando su parte norte y noroeste.
De acuerdo con Arrieta Fernández, la situación de los damnificados zoques no
tiene su origen en el desastre natural, sino en un ancestral sistema de dominación que
no pudo dar respuestas a sus demandas. Esta hipótesis, si bien refleja una posición
de desconcierto, se sostiene en tanto que la población que se ubicaba en laderas y
lomas, zoque en su totalidad, permaneció ahí hasta que se rescató el ganado de la
zona encontrándose desprotegida durante la erupción del volcán; además, en tanto que
los poblados fueron destruidos, los espacios ganaderos (lomeríos y llanos) se verían
abonados a largo plazo. El volcán no intento ser selectivo en sus destrozos pero sí
afecto más a pobres que a ricos:
– El volcán no expulsó a zoque de sus tierras sino las políticas de rescate diseñadas
para su «beneficio» arrojándolos a un trópico húmedo, de manera «voluntaria».
– Dichas políticas se basaban en una concepción estúpidamente simplista al no
creer capaz a la población afectada a reanudar por sí misma un proceso de
subsistencia y desarrollo «… El desastre puso en evidencia contradicciones
internas, lucha de intereses que rebasaban el posible control colectivo y buscaban vías para presentar demandas y solución a una crisis de la cual no eran
responsables…» (Arrieta, 1986: 30).
Para conceder una mayor claridad de apreciación del valle es necesario separar
en dos grandes áreas su descripción a fin de hacer notar que las condiciones de asentamiento observados difieren mucho entre la población mestiza, chinanteca y totonaca
que llegó en los 70’s y se vio «beneficiada» por la acciones político-económicas del
gobierno federal a través de la Comisión del Papaloapan 6, y la población otomí, nahua
y zoque, posterior a este auge económico. Para ello se denominará como «área de
reacomodo» a la primera y «áreas zoque», por ser este grupo mayoritario, al resto
de la región.
El área de «reacomodo» estaba dividida en la década de los años 80 en 13 poblados compactos, todos ellos numerados. El Proyecto original basado en fotografías
aéreas contemplaba un número mayor de manchas urbanas pero (por problemas de
inundaciones debido al exceso de precipitación pluvial, áreas rocosas que dificultaban
su establecimiento e incrementaban los costos y falta de ríos cercanos) se reprogramaban en 1977 ocho pequeños poblados del noroeste y se establecieron en mejor lugar
sólo cuatro.
6. «… Las 3 mil familias por las cuales eran responsable directa la Comisión del Papaloapan
requerían sólo de 60 mil de las 260 mil Hs. de la zona. Una vez instaladas, el área restante estará abierta
a colonias de campesinos del Estado de Veracruz a un costo por unidad más bajo… la infraestructura en
Uxpanapa estaba considerada como una inversión a largo plazo y su costo sería recuperado del proyecto
mismo…» (Poleman y Ewell, 1980: 156).
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Los poblados distribuidos en una red de calles que convergen en la avenida central
intentando dar forma a una «cuadriculación» de la mancha urbana, no siempre notoria
por el relieve existente, contaban con un centro cívico que comprende: salón ejidal,
escuela primaria, centro de salud (con excepción de los poblados 121, 13, 14 y 15),
una oficina de correos y una agencia municipal.
Es necesario hacer notar que la construcción de infraestructura para habitar el
Valle de Uxpanapa, aún con las modificaciones que sobre la mancha se realizaron, se
mantuvo siempre bajo presiones de tiempo, situación que empeoró al agudizarse la
crisis agrícola nacional impidiendo que se realizaran programas experimentales para
diagnosticar y diseñar las adecuaciones necesarias.
Por su parte, los ejidos que corresponden al área «zoque» tuvieron experiencias
distintas; en todos se presentó un proceso de aprendizaje, obligado sí, pero bajo un
ritmo y condiciones que podrían controlar hasta cierto punto. Al principio, la falta de
conocimientos sobre el uso potencial de los recursos naturales; el aislamiento geográfico
y cultural en tanto «invasores» del territorio y con ello la imposibilidad de emplearse
como jornaleros en el área (debían caminar de 2 a 3 días hacia el norte para trabajar
las tierras de agostadero del Cerro Nanchital); los excesos de humedad, la falta de alimentos, las enfermedades propias del área y las plagas de mosquitos, provocaron altos
índices de insalubridad, desnutrición y muerte principalmente en la población infantil.
A las adversas condiciones naturales y económicas descritas se agregaron divisiones
internas que se acentuaron al momento de distribuir los espacios agrícolas, ordenar las
prioridades productivas a través de un trabajo colectivo, ubicarlas y distribuir los lotes
para la mancha urbana y la plaza cívica, la iglesia, el aula escolar (ambas fueron las
primeras actividades colectivas que mostraron el comienzo de una nueva comunidad)
y otros espacios comunes.
En los años 80, los poblados de esta área tenían una forma similar a la típica
población del trópico húmedo y contaban con una estructura organizativa sólida y con
una capacidad de respuesta y participación hacia programas gubernamentales o trabajos
de faena para beneficio colectivo; buscan los espacios o los canales más apropiados
para sus demandas rotando las comisiones entre las distintas autoridades del pueblo.
Son muchas las características de las etnias de esta área, principalmente los grupos
zoques, que demuestran en ello una impresionante capacidad de diseñar estrategias de
supervivencia útiles ante condiciones difíciles. Como los acontecimientos adversos no
acabaron con las etnias, estas presentaron una nueva vitalidad en medios ecológicos
y sociales aún ahora contrarios.
5. La tierra prometida o el inicio de un conflicto
A continuación se señala la descripción somera de las formas tradicionales de
explotación agrícola y forestal que aplicaba la población que «migró» o fue reubicada
en el Valle de Uxpanapa; una breve comparación entre éstas y los métodos introducidos
al lugar, vía la Comisión del Papaloapan y algunos comentarios resultantes de esta
comparación sobre dicho proceso, permeados de cierto matiz teórico.
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Danú A. Fabre Platas
Formas de producción establecidas en el Valle
Con respecto a las formas tradicionales de explotación agrícola
Tanto la población chinanteca en Oaxaca como los colonos zoques, nahuas, totonacos, otomíes y mestizos, que cohabitan en el Valle, practicaban el sistema tradicional
de roza y quema, aunque con variantes notorias que al final se señalan.
Esta rústica forma de producción encontraba como unidad básica de organización
a la familia; sus miembros producían generalmente una combinación de cultivos comerciales y de subsistencia a través del uso productivo de la parcela y el solar familiar,
trabajaban como jornaleros, elaboraban un número mínimo de artesanías de madera,
intentando con ello satisfacer necesidades de subsistencia y acumular un eventual
sobrante. Regularmente laboraban en una pequeña parcela individual no mayor de 4
hectáreas en promedio. Contaban con un comisariado ejidal y sus auxiliares (secretario,
tesorero, vocales y suplentes); este fungía como árbitro de los asuntos internos que
afectaban al poblado como un todo y como representante (enlace) ante las autoridades
gubernamentales de nivel superior, dependencias crediticias, etc., organizándose para
ello en «grupos solidarios» de 3 a 15 miembros cada uno.
La forma de trabajo a través del sistema de roza y quema operaba de manera singular. Cada familia seleccionaba una parte del bosque, tiraba los árboles, los quemaba,
para después desmontar y sembrar directamente utilizando para ello una vara larga
llamada espeque o coa. La selección de la parcela así como las variantes en forma de
producción respondían a un cúmulo de experiencias sobre las condiciones naturales,
limitadas por una estructura social y económica propias de cada región y grupo étnico
y registradas en la memoria de sus habitante: el Corpus del conocimiento7. Habiéndose
destruido el bosque y expuesto al sol y agua se reaceleraba la descomposición de la
materia orgánica; al plantar cosechas apropiadas se controlaba el escurrimiento y la
erosión. Durante el primer año los problemas de maleza, enfermedades y plagas específicas de algunos cultivos, no presentaron dificultades serias pero en los años posteriores
se acentuaron, reclamando al campesino un número excesivo de días-hombre/ha. para
mantener la parcela, obligando a éste y su familia a limpiar un nuevo espacio agrícola,
regresando al primero años después, cuando el monte lo había cubierto y presentaba
nuevamente condiciones para ser preparado y sembrado.
Regularmente la mayor parte de las primeras comunidades establecidas en el Valle
se localizaban en las cercanías de los ríos. Los recientes depósitos aluviales ceca de
la orilla proporcionaban a sus espacios agrícolas nutrientes suficientes para ser culti-
7. Por corpus del campesinado se comprende la información registrada en la memoria o conjunto
de memorias que, en momento de crisis principalmente, es revisada y sacada a la luz, utilizada. Cabe
avanzar que… «de las diferentes estrategias de supervivencia se deriva la mayor diversidad genérica de la
lectura del corpus. Tal como se ha insistido, es precisamente la Praxis, en su modalidad de intérprete del
sobrevivir en sociedad, la común a todos genera la condición campesina. Se muestra entonces fascinante
la entremezcladura de impulsos-científico-técnico en las consultas…» (Baraona, 1987; pág. 182).
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Vulnerabilidad, reconstrucciones étnicas y estrategias de sobrevivencia…
271
vados continuamente. El período de barbecho aumentaba gradualmente en relación a
la distancia que guardaba con el río.
A diferencia de los chinantecos en Oaxaca, los primeros colonos mestizos del
Valle, después de haber desmontado las parcelas, plantaban leguminosas y pastos en
los meses de mato y junio cosechando en octubre y noviembre; posterior al recorte
distribuían la basura que, al entrar en descomposición, servía como fertilizante natural
evitando erosiones en la tierra. El maíz era sembrado en diciembre durante el período
de tonamíl debido al alto nivel de precipitación pluvial registrado en la región en el
período primavera-verano que incrementaba los riesgos de plagas y enfermedades
pudiendo mermar la cantidad y calidad de la producción.
En el período de temporal el arroz se traducía en el principal cultivo para la venta,
sembrándose en el primer año después del desmonte de bosque alto, dando por resultados rendimientos que oscilan entre los 600 y 1800 kg./Ha., con un requerimiento de
65-75 días-hombre/Ha. dependiendo del tipo de suelo y las condiciones del desmonte.
En relación al cultivo del chile, el frijol, ajonjolí y otros, y de acuerdo a un criterio estrictamente económico los rendimientos tanto promedio como marginales eran
extremadamente bajos y los espacios de mercado inseguros.
Técnicas modernas en un espacio rural tradicional
Esta forma de explotación intensiva introducida en el Valle por parte de la Comisión del Papaloapan a la población chinanteca (gran parte de los colonos totonacos
y mestizos que llegaron antes o durante el período de reacomodo también se vieron
«beneficiados») prometió la concesión a cada familia de 20 hectáreas de tierra en la
nueva distribución ejidal sin poder ser divididas en parcelas individuales; además, los
lineamientos que marcaba la Secretaría de la Reforma Agraria obligaban a los ejidatarios a manejar su recursos en cooperativas como una Unidad Productiva. Esta Unidad
estaría representada por la Unión de Ejidatarios del Valle de Uxpanapa quien sería,
por el número de ejido, ejidatarios y presupuesto, una de las más poderosas del país.
De acuerdo con el plan original basado en fotografías aéreas, 85 mil de las 260mil
hectáreas de la zona deberían ser desmontadas para la agricultura trabajándose en los
dos primeros años un poco menos de 10 mil hectáreas y rebasando con ello la capacidad administrativa de sus directivos. Para 1978 se programaron entre 28 y 30 mil
hectáreas desmontadas con maquinaria, cubriéndose dos años después sólo una tercera
parte de las metas propuestas8.
8. El proceso de desmonte requirió de maquinaria especializada de gran peso, condicionante que
incrementó de sobre manera los costos (12 mil pesos/ha. con maquinaria y 1700 a 2300 pesos/ha. en
desmonte manual, ambos en 1976) y elevó los riesgos potenciales de erosión.
Al respecto, en las regiones del trópico húmedo algunos factores como la erosión hídrica y eolítica, la
salivación, contaminación e inundaciones contribuyeron fuertemente al deterioro del suelo; frecuentemente
la erosión acelerada, que naciera de la escorrentería superficial intensa, provocaba pérdidas edáficas
ocasionadas por causas naturales (transformación de infraestructura, etc.), no podía ser compensada por
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Danú A. Fabre Platas
Al inicio del programa de reacomodo poblacional y explotación agrícola el objetivo central de sus directivos era cubrir la totalidad del área desmontada con cultivos
anuales (aproximadamente 10 mil hectáreas) pero la desproporción entre el número de
hectáreas desmontadas y el lento poblamiento chinanteco en el Valle presentó un serio
problema, al cual se le sumaron después condiciones climatológicas desfavorables.
Resultados claros de ello es que durante los cuatro primeros años existieran entre 30
y 80% de las tierras desmontadas sin ser sembradas.
Como señalé, los primeros colonos que poblaron el Valle eran fundamentalmente
cultivadores de maíz que, dada la exagerada precipitación pluvial presentada en el ciclo
primavera-verano (de 2300 a 2800 mm), optaron por sembrar en l ciclo otoño-invierno
seleccionando parcelas con alta capacidad de retención de agua y sembrando en diciembre
antes que terminaran las lluvias. La Comisión del Papaloapan, presionada por el gobierno
federal y su política de triplicar la producción nacional extendiendo la tecnología moderna hacia las áreas tropicales del sureste, intentó trabajar a una escala mayor con los
costos elevados que ello implicaba, no seleccionando las parcelas ni sembrado a tiempo,
sufriendo por consecuencia obvia los estragos de las sequías y obteniendo como rendimiento promedio entre 200 y 800 Kg. /Ha., equivalente al 50% de la producción que
regularmente se obtiene con tecnología tradicional. Los bajos rendimientos se debieron
también a la escasa mano de obra disponible para este tipo de producción, que laboraba
intensamente en el Valle durante ciclos cortos y migraba en períodos intermitentes a sus
lugares de origen para hacer productivas «sus» tierras o bien someterse como jornalero,
y al desconocimiento casi total del trabajo colectivo, del manejo de maquinaria especializada e insumos agrícolas y de su aplicación a gran escala en selva tropical semivirgen.
El arroz fue otro programa con alta tecnología en el trópico lluvioso que se inició
en 1975. Los resultados fueron desastrosos principalmente por los daños causados por
enfermedades (el hongo de la pirícola) y la llegada tardía de insumos importantes.
Un años después se intentó operar nuevamente el programa pero los altos costos de
agroquímicos e insumos, las continuas descomposturas de la maquinaria recolectora
adecuada para los terrenos amplios y limpios, y de personal capacitado para su manejo;
la imposibilidad de recoger la cosecha a tiempo para evitar el resiembre; y, por último,
la dificultad de trasladar la producción a los centros de recepción y a las arroceras
más cercanas para su procesamiento dieron como resultado en 1978 el abandono de
la empresa y el endeudamiento de quienes participaron.
Con excepción de una pequeña área de chile, los rendimientos promedio de todos
los cultivos anuales producidos con el sistema mecanizado eran bajos, no justificando
los lentos procesos de formación del suelo (pedogénicos) provocando un empobrecimiento paulatino del
ecosistema. Quien se interese por consultar bibliografía especializada al respecto se le sugiere acudir al
INIREB, ahora Instituto Nacional de Ecología.
9. En 1978 el número de cabezas de ganado mayor en la zona era superior a las 3 mil y pertenecía
a particulares en su mayoría; el total es incierto. Al respecto, en enero de 1988 informó el Sr. Antonio
Marcial Cruz, miembro de la Unidad Ganadera del Valle de Uxpanapa, que… «la ganadería dio un paso
agigantado; de registrarse sólo 3 mil cabezas en años anteriores ahora se tienen 25 mil…».
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Vulnerabilidad, reconstrucciones étnicas y estrategias de sobrevivencia…
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los altos costos sociales, ecológicos y económicos provocados. Las pérdidas económicas, que absorbiera la Comisión o que fueran cargadas contra los ejidatarios como
deudas, nunca se dieron a conocer oficialmente.
En la ganadería el proyecto original contempló la explotación extensiva y la utilización de terrenos con pendientes mayores al 10% que serían desmontadas manualmente
pero, los resultados de los programas agrícolas no impresionaron favorablemente a los
técnicos del FIRA (agencia especializada del Banco de México que financiaba inversiones en los sectores productivos), reduciéndose el programa a un solo ejido (Hermanos
Almanza) que forma parte del poblado N.º 610. Los datos obtenidos sobre la cantidad
y calidad de producción hulera son contradictoriamente confusos:
Debido a la falta de apoyo por parte de la Federación, la producción hulera del
Valle… amenaza con ser inferior a los años anteriores, lo que provocará una enorme
salida de divisas pues el país tendrá que importar el producto para satisfacer se demanda».
Andrés Juan Roque, dirigente estatal de los productores.
Dictamen 26-XI-88.
[…] La comercialización del hule del Valle de Uxpanapa, que representa el 10% de la
producción nacional tiene serios problemas ante la falta de caminos en buenas condiciones… siendo los poblados No. 11,12 y13 en los cuales se encuentra el mayor número de
cultivos de la planta y en los que se acentúan el problema de las vías de comunicación,
constantemente lesionadas». Informó Humberto Peña Reyes, líder nacional de Productores
de Huleros de México y Diputado Federal por el Distrito de Acayucan, Ver.
6-XI-88.
Como entidad que posee más de 200mil hectáreas para el cultivo del hule, Veracruz
puede ser altamente beneficiado por el préstamo a México por parte del Banco Mundial
(un mil millones de pesos)… El Valle de Uxpanapa tiene 200 mil hectáreas… con la
posibilidad de incorporar 5 mil hectáreas anuales al cultivo…» informó: Humberto Peña
Reyes…
El Sol Veracruzano 17-III-88.
En el mes de septiembre de 1988 se público una nota en el periódico «La Jornada»
que anunciaba la pronta terminación del beneficio hulero del Valle, ubicado entre los
Poblados No. 10 y 11, condición que reducirá potencialmente los costos de traslado del
producto y aumentará las ganancias de los productores. Se desconoce la fecha precisa
de la nota y si la obra esta concluida.
La información contenida en el apartado muestra fácilmente la cruenta transformación sufrida en el vulnerable ecosistema del Valle y la tensa situación vivida por
sus pobladores (indicador que posteriormente se retomará) nacida de la intromisión de
10. En 1978 el número de cabezas de ganado mayor en la zona era superior a las 3 mil y pertenecía
a particulares en su mayoría; el total es incierto. Al respecto, en enero de 1988 informó el Sr. Antonio
Marcial Cruz, miembro de la Unidad Ganadera del Valle de Uxpanapa, que… «la ganadería dio un paso
agigantado; de registrarse sólo 3 mil cabezas en años anteriores ahora se tienen 25 mil…»
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Danú A. Fabre Platas
un modo de producción tecnificado que, como estructura extraña al complejo proceso,
lo altera.
Tal vez quepa aventurar otros comentarios, a nivel de escape reflexivo, para ser
considerados en el momento de rearticulación de la Totalidad estudiada y así cerrar
este documento historiográfico: ésta necesidad latente, al acentuarse en la relación
cotidiana con grupos distintos entre sí, pudo provocar un momento determinado una
relación de oposición; misma que permitió, primero, reconocer a ellos como opuestos
y, segundo, reconocerse así mismos en ellos. El yo no puede fijarse a sí mismo, no
puede convertirse o reconocerse ante sí como algo compacto y pleno, para ello necesita
establecer la realidad del otro, que sea lo externo de él. Se piensa que es solo en este
mundo de la oposición y la identidad que se puede entender como propio, no como
una substancia, sino como una relación establecida a partir de una oposición y, por
analogía, como factor de identidad (étnica, marginal, etc.) constituida al interior de la
oposición. La vulnerabilidad manifiesta en estos procesos de poblamiento en el Valle
refleja reconstrucciones identitarias renovadas y acciones que bien pueden pensarse
como estrategias de sobrevivencia necesarias para ser y estar allí.
Bibliografía consultada
Aguilar Camín, H. (1989). «Las hegemonías terrenales». Revista Nexos núm. 141, México.
Arizpe, L. (1986). «Migración indígena». En revista México Indígena núm. 13.
Arrieta Fernández, P. (1986). «Reubicación ecológica y crisis social». En revista México
Indígena núm. 13.
García Canclini, N. (1987). «Gramsci y las culturas populares en América Latina». En revista
Dialéctica núm. 18, BUAP.
Esteva, G. (1981). La batalla en el México rural. Siglo XXI, México.
Fabre Platas, D. A. (1989). «No pedimos la presa», en México Indígena, N.º 27, año V, 2.ª época.
Fabre Platas, D. A. y H. Álvarez (1988). Diagnóstico regional chinanteco, Zoque, y Totonaco
del CCI del Valle de Uxpanapa. INI (Mecanografiado).
Nolasco, M. (1986). «La migración y los indios en los censos de 1980». En revista México
Indígena núm. 13, México.
Poleman Y E. (1980). Uxpanapa: reacomodo y desarrollo agrícola en el trópico mexicano.
INIREB, Xalapa, Ver.
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3. Tesis doctorales
Toro Sánchez, Francisco Javier
CRISIS ECOLÓGICA Y GEOGRAFÍA:
PLANTEAMIENTOS Y PROPUESTAS EN TORNO AL PARADIGMA
ECOLÓGICO-AMBIENTAL
Departamento de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física
Director de la Tesis: Rafael Hernández del Águila
Fecha de lectura: 27-05-2011
Esta tesis doctoral continúa una línea de investigación teórica en torno al medio
ambiente y su problemática iniciada por el profesor R. Hernández del Águila hace
más de treinta años y vinculada al Área de Geografía Física del Dpto. de Análisis
Geográfico Regional y Geografía Física de la Universidad de Granada. En un momento
inicial, su investigación se materializó en dos trabajos: una Memoria de Licenciatura
dirigida a profundizar en el pensamiento y los estudios geográficos desde un enfoque
ecológico y una Tesis Doctoral que llevaba por título «El sistema hombre-medio y la
crisis ecológica: aportaciones para un nuevo paradigma científico» (1984). Tal y como
indica su título, se planteaban dos hechos que aún hoy siguen despertando multitud
de interrogantes en el seno de la comunidad científica: por un lado, el problema de la
crisis ecológica como un estado de desequilibrio entre ser humano y medio ambiente;
por otro lado, la necesidad de introducir nuevos enfoques y valores en la ciencia y el
conocimiento para afrontar el cambio ecológico.
Sorprende que muchas de las ideas y reflexiones que tuvieron cabida en este
trabajo no hayan perdido un ápice de actualidad. Cabe especular que si nada ha cambiado en todo este tiempo es porque existen una serie de síntomas que perduran y
a los que el autor dedicó una atención prioritaria: es decir, los factores culturales y
epistemológicos que dan origen y alimentan el conflicto sociedad-naturaleza contemporáneo hasta hacerlo un problema extensivo al conjunto de la humanidad. De hecho,
la preocupación ambiental, pese a estar cada vez más extendida, no ha bastado para
una mejor comprensión de lo que supone el medio ambiente y de los diversos valores
y funciones que proporcionan al bienestar humano.
Junto a este diagnóstico, cabe añadir que las interacciones entre sociedad y naturaleza
y sus conflictos descansan sobre una base geográfica o espacial cuya importancia va
más allá de ser un simple soporte o contenedor de tales conflictos. El medio construido,
es decir, el medio que ha sido transformado y adaptado a los requerimientos humanos,
encierra una serie de interrogantes a los que una Geografía ocupada y preocupada por
los problemas ambientales debe ofrecer respuestas.
Entendemos que la Geografía jugaría una baza fundamental a la hora de dilucidar
y comprender las causas que subyacen en la crisis ecológica contemporánea, prestando
especial atención a aquellos modos de construir y entender el espacio que agravan los
procesos de degradación ambiental y social. Procesos que en las dos últimas décadas se
han complejizado en relación con los múltiples y variados efectos que la globalización
ha tenido sobre el medio geográfico. Así, están apareciendo nuevas realidades geográficas
propias de la globalización y la era posmoderna («no-lugares», ciudad-difusa, paisajes
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 277-280
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FRANCISCO JAVIER TORO SÁNCHEZ
tematizados, ciberespacios, etc.). Estas «nuevas geografías» no son irrelevantes en la
crisis ecológica, pues añaden matices y dimensiones en las relaciones ser humanoentorno, que complican, aún más si cabe, su estudio y diagnóstico.
No debemos olvidar que, junto a estos cambios de tipo geográfico, se han producido
simultáneamente (o quizá por ello) otros de tipo cultural que merecen ser revisados
y evaluados. La crisis ecológica tiene unas raíces culturales que hacen del conflicto
sociedad-naturaleza un problema estructural, pero también contemporáneo, lo que
significa que éste aún es vigente, es plenamente actual. Convendría saber si muchos
de los dogmas heredados de la modernidad han caído en crisis o siguen ejerciendo su
influencia mediante nuevas fórmulas y discursos.
El estudio de la crisis ecológica abre interesantes cuestiones e interrogantes en
la Geografía actual. La cuestión teórico-conceptual entre Geografía y problemática
ambiental no sólo tiene un interés académico, sino que puede resultar relevante para
una mejor definición y, por qué no, consolidación definitiva del paradigma ecológicoambiental. Se habla, en círculos académicos, de una nueva Geografía, que se adjetiva
como «Social» o «Humana». Si la Geografía parece incardinarse definitivamente en
el ámbito de las disciplinas sociales y humanísticas quizá será necesario reflexionar
sobre de qué forma puede incluirse el estudio de la problemática ambiental dentro de
esta nueva posición y si trasciende el interés netamente científico.
Objetivos
Conforme a este contexto de partida, y haciendo uso de un amplio soporte bibliográfico y documental, esta investigación se articula sobre dos grandes objetivos
o intenciones:
– Uno de carácter descriptivo y analítico dirigido a realizar una caracterización de la crisis ecológica contemporánea desde la perspectiva geográfica.
Se entiende la crisis ecológica como una síntesis de tres problemáticas que
afectan a distintas esferas del medio geográfico: la esfera físico-ambiental;
la esfera territorial; y la esfera cultural. En el primer caso, se ha realizado
un diagnóstico global sobre el problema físico-ambiental estructurado según
distintos problemas de agotamiento de recursos naturales y de degradación
ambiental. En el segundo caso, se vincula la crisis ecológica con la realidad
geográfica de la globalización, deteniéndonos en cómo ciertos cambios y
procesos que tienen lugar sobre el territorio (globalización económica y
financiera, crecimiento urbano, nuevas tecnologías de la información y de
la comunicación, desterritorialización de los paisajes y lugares, entre otros)
profundizan en los conflictos y problemas de tipo socioambiental. En el tercer
caso, se argumenta críticamente sobre algunos de los dogmas que soportan el
problema cultural de la crisis ecológica (el dualismo ser humano-naturaleza,
la racionalidad científico-técnica, el mito del desarrollo, la lógica económica,
la cultura consumista en la era posmoderna).
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 277-280
CRISIS ECOLÓGICA Y GEOGRAFÍA: PLANTEAMIENTOS Y PROPUESTAS EN TORNO AL PARADIGMA… 279
– Otro de carácter más propositivo, con el que se pretende valorar la posición
de la Geografía en el nuevo paradigma ecológico-ambiental. En primer lugar,
se sitúa la importancia que tienen las cuestiones ambientales en la Geografía,
tanto a lo largo de su tradición, como en época más reciente. Este recorrido
ha llevado a detectar una serie de dificultades e inconvenientes con los que
la Geografía actual se enfrenta para adquirir cierto protagonismo en el estudio del medio ambiente y su problemática. Tras la descripción y análisis de
la crisis ecológica (objetivo anterior) se reflexiona sobre cómo el paradigma
ecológico-ambiental y la sostenibilidad plantean nuevos retos y objetivos en el
ámbito del conocimiento, de la ética y de la relación entre sistemas humanos
y sistemas naturales, y en qué medida ayudarían a una mejor comprensión y
uso de la naturaleza. Conforme a estos planteamientos, se reflexiona sobre
la pertinencia de la Geografía como una ciencia de la sostenibilidad desde
tres niveles o enfoques: un nivel de tipo epistemológico-conceptual; un nivel
disciplinario-transdisciplinario y un nivel crítico-posnormal.
La principal contribución de esta tesis está en ofrecer argumentos relevantes, en
torno a cuestiones teóricas, conceptuales y filosóficas, que permitan evaluar la Geografía
como ciencia para la sostenibilidad, y como «perspectiva» que ha de adquirir carta
de naturaleza en la definición y consolidación del paradigma ecológico-ambiental. Se
trata, en definitiva, de responder a una demanda generalizada a las diferentes disciplinas
científicas para adaptarse a los retos de la sostenibilidad.
Conclusiones
– El espacio constituye una variable que influye, en relación con la dimensión
temporal, en los modos en los que las sociedades perciben la naturaleza e interactúan con ella. Los lugares, los paisajes y los territorios son «medios construidos
y percibidos» por el ser humano, variantes geográficas del concepto de medio
ambiente e introducen aspectos claves en los conflictos de tipo socioambiental que
deben ser tenidos en cuenta en toda aproximación teórica a la crisis ecológica.
– El estudio del medio ambiente desde la perspectiva geográfica no ha de suponer
la vuelta al «determinismo ambiental», sino la presentación acertada de las influencias mutuas entre medio físico y prácticas humanas. El uso de un enfoque
diacrónico y corológico puede ayudar a comprender que los modos en los que
los grupos humanos han hecho uso de su propio entorno como suministro de
recursos y como soporte de sus actividades han sido increíblemente diversos. Estas
relaciones muestran que no existe un único modelo de concebir el desarrollo del
ser humano en términos de sostenibilidad, pero que existen, en cambio, modelos
de desarrollo y de crecimiento que son incompatibles en esos mismos términos.
– La Geografía se define en los últimos años como una «ciencia social», pero
eso no ha de significar el desplazamiento de la Geografía Física de sus fundamentos teórico-conceptuales. Si la Geografía pretende ofrecer algo distinCuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 277-280
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FRANCISCO JAVIER TORO SÁNCHEZ
tivo en torno a las nuevas propuestas científicas y culturales que emergen
del paradigma ecológico-ambiental (transdisciplinariedad, «tercera cultura»,
«ciencia posnormal»), debe propiciar e incrementar aún más la interacción
entre estas dos subdisciplinas y entre todas sus posibles especializaciones. El
medio humano, como el conjunto de artefactos, estructuras y actividades que
son genéticamente atribuibles a «lo humano», no es algo aislado del medio en
su sentido físico-ambiental. La convergencia entre Geografía Humana y Geografía Física es determinante en toda propuesta geográfica para el paradigma
ecológico-ambiental.
– Una Geografía comprometida y preocupada por los problemas ambientales debe
mostrar una actitud de rechazo a aquellas propuestas e intervenciones que: a)
aíslan, tanto en su concepción teórica, como en su plasmación empírica, lo
humano de su dependencia y relación con el medio físico-ambiental; b) excluyen a otras culturas geográficas provistas de singulares formas de entender,
clasificar y valorar la naturaleza; c) ponen en peligro la diversidad de valores
ecológicos y culturales dentro de discursos que uniformizan y reducen la complejidad de lo humano; d) banalizan la función que ejerce el territorio como
un complejo socioecológico que contextualiza y que ha de resultar relevante
en toda propuesta de sostenibilidad.
Es evidente que el estudio teórico sobre la crisis ecológica y su interés desde
el punto geográfico es infinitamente más complejo y amplio de lo que en esta ocasión hemos tratado de exponer y caracterizar. Las conclusiones obtenidas son, en
consecuencia, provisionales y, en todo caso, limitadas al alcance bibliográfico de la
investigación. Ello debe servir de aliciente para profundizar en este tema en futuros
trabajos e investigaciones.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 277-280
Capote Lama, Alberto
Inmigración marroquí en Andalucía:
dinámicas de la movilidad espacial y condiciones
de inserción en distintos contextos locales.
Estudio sociogeográfico en cinco municipios
de las provincias de Granada y Córdoba
Departamento de Geografía Humana. Universidad de Granada.
Director: Arón Cohen
Fecha de lectura: 5 de julio de 2011
Introducción
La presente tesis doctoral se encuadra en un proyecto financiado por la Consejería
de Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía titulado «Marroquíes en Andalucía: de
los espacios sociales de la inmigración a los de la movilidad», dirigido por el Profesor
Arón Cohen. Asimismo ha tenido el apoyo del Instituto de Estadística de Andalucía.
El objetivo de la investigación ha sido estudiar las condiciones de inserción de la población marroquí en distintos contextos andaluces, haciendo un especial hincapié en
su movilidad geográfica y los determinantes socioeconómicos de ésta.
Nuestro planteamiento ha sido profundizar en algunas problemáticas de alcance
general ligadas a la inmigración marroquí de los últimos años (y de las migraciones
internacionales en general) a partir de un análisis circunscrito a una muestra de municipios andaluces que presentan características diferentes entre sí. Según los datos más
recientes del Padrón de habitantes (1 de enero de 2010), los marroquíes constituyen
el segundo colectivo extranjero más numeroso en la comunidad andaluza y el primero
en lo que se refiere a las procedencias extra-comunitarias. Se trata, además, de una
de las nacionalidades más extendidas por el territorio, aunque este reparto es bastante
desigual. Por lo general, su distribución está condicionada por el dispar dinamismo
económico entre el litoral y el interior de la comunidad. Así, nos encontramos con
núcleos de instalación en los que su presencia es muy significativa (los casos más
representativos corresponden a algunos municipios almerienses), frente a otros en los
que es mucho más modesta (por ejemplo, en la provincia de Córdoba). A estos últimos
los marroquíes han llegado, por lo común, a partir de una migración interna en España
y han sido casos con menos frecuencia estudiados.
Dos premisas de partida
Nuestro estudio ha partido de dos premisas:
Primera. Si pretendemos comprender la dinámica migratoria en toda su complejidad, nuestro análisis debe integrar en su campo de observación tanto los lugares de
nacimiento en el país de origen como los de residencia en Andalucía, sin olvidar las
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282
Alberto Capote Lama
distintas etapas, si es el caso, por otros lugares, tanto en Marruecos, como en España
o incluso en un tercer país.
Segunda. El afinar en la escala de observación hasta el nivel local nos permite
profundizar en nuestras vías de análisis. Como hemos dicho antes, la inmigración
marroquí está bastante extendida por la geografía andaluza y concierne a contextos
locales muy diferentes entre sí. Nuestro propósito ha sido dar cuenta, a través de
micro-análisis comparativos realizados en el conjunto de municipios seleccionado, de
las divergencias y puntos comunes en las modalidades de instalación de la población
marroquí en Andalucía.
Presentación del terreno de estudio
El estudio ha centrado su atención en cinco municipios: dos de la provincia de
Córdoba (Lucena y Aguilar de la Frontera) y tres en Granada (la capital, Albuñol y
Zafarraya). Nuestro objetivo ha sido cubrir un abanico diverso de los contextos de la
inmigración en Andalucía a escala local. En su selección se han combinado intereses
de distinta naturaleza: importancia cuantitativa, absoluta y/o relativa, de la población
marroquí, su antigüedad, sus ocupaciones y las características socio-económicas de estos
lugares de asentamiento. Por otra parte, la elección también se ha basado parcialmente
en criterios personales. En este sentido, se ha optado por los dos municipios cordobeses
próximos del lugar de origen de quien les habla y que, a la vez, son exponentes de los
destinos secundarios o «exploratorios» de inmigrantes antes aludidos.
La capital granadina aglutina el grueso de las personas encuestadas de los cinco
municipios: exactamente el 59,6%. A este respecto hay que tener presente que la inmigración marroquí en Granada ocupa una posición bastante particular en el contexto
andaluz: por la mayor diversidad de perfiles de los inmigrados, las características de
sus proyectos migratorios, el papel relevante de los jóvenes emigrados con motivo de
sus estudios, el mayor equilibrio entre sexos… Los otros cuatro municipios (Lucena,
Aguilar de la Frontera, Zafarraya y Albuñol) ofrecen un contrapunto más próximo del
modelo «general» de la inmigración marroquí en la Comunidad Autónoma Andaluza:
más vinculado al ámbito laboral y muy particularmente a la actividad agrícola.
Objetivos y preguntas
Hemos desagregado en seis los objetivos de la investigación:
Objetivo nº 1: presentar un esbozo de los perfiles sociodemográficos de la población inmigrada marroquí en Andalucía.
No podemos perder de vista que en la sociedad marroquí han tenido lugar cambios
sociales que han podido tener su reflejo en los perfiles de los inmigrados más recientes: la tasa de analfabetismo se ha reducido, la edad media del primer matrimonio se
ha retrasado…
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 281-291
Inmigración marroquí en Andalucía: dinámicas de la movilidad espacial y…
283
Objetivo nº 2: determinar los orígenes geográficos precisos de los inmigrantes
que residen en cada municipio objeto de estudio.
La principal cuestión aquí ha sido tratar de revelar la posible existencia y el alcance
de redes de paisanaje y familiares que vinculan unas zonas concretas de procedencia
en Marruecos con los lugares de asentamiento en Andalucía. En este sentido, ha sido
especialmente llamativo el caso de Albuñol por su vinculación con determinadas zonas
de la provincia de Larache.
Objetivo nº 3: trazar los itinerarios migratorios desde los espacios sociales de procedencia hasta los de residencia actual en Andalucía, incluyendo todas las etapas intermedias.
– Iniciamos el recorrido en los lugares de nacimiento en Marruecos y las prácticas
de movilidad que han tenido lugar antes de la emigración exterior. Aquí, nos
interrogamos por las relaciones entre estas migraciones internas y la decisión
de emigrar al extranjero.
– Posteriormente continuamos con la reconstrucción del trayecto una vez se ha
cruzado la frontera hasta arribar al municipio actual de residencia. ¿Se ha llegado directamente a España o ha habido una etapa intermedia en, al menos, un
tercer país? Dicho de otro modo, ¿en qué medida las redes sociales traspasan
las fronteras?
– Diversos estudios realizados en España han constatado que la movilidad geográfica interna de la población extranjera es más elevada que la de la población nativa. En este punto, nuestro objetivo ha sido analizar las prácticas de
movilidad en España de los marroquíes que han participado en el estudio.
Objetivo nº 4: estudiar la inserción económica de la población inmigrada marroquí
en los distintos contextos analizados.
Partimos de tres premisas. La primera, que en la emigración marroquí a España
subyacen esencialmente los motivos laborales y económicos. La segunda, que el incremento de la población inmigrada «no podría explicarse sin el crecimiento económico y
del empleo en España (de extranjeros y españoles) con los que guarda estrecha relación,
a la vez, como consecuencia y como uno de los factores importantes» (Cohen, 2008).
Según Cachón Rodríguez (2009), este crecimiento económico derivó en un desajuste
entre la fuerza de trabajo autóctona, que ha elevado su «nivel de aceptabilidad», y el
reclamo de mano de obra para ocupaciones que los españoles no han estado dispuestos a aceptar. En fin, la tercera premisa la extraemos de la Teoría de los Segmentos
de Trabajo, según la cual la principal atracción de los migrantes hacia los lugares de
destino es la demanda en éstos de trabajadores en ciertas ramas de actividad menos
atractivas para la población autóctona.
Objetivo nº 5: estudiar la dinámica de las condiciones socio-económicas de inserción de la población inmigrante marroquí en los distintos medios locales de instalación.
Las variables seleccionadas han sido: la situación administrativa, la laboral, la familiar
y las características de sus redes sociales en España.
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Alberto Capote Lama
– La presencia de inmigrantes puede variar según los meses del año, particularmente en aquellos lugares donde la fuente principal de empleo es la agricultura.
Con el fin de corroborar esta hipótesis se ha hecho una medición sucesiva (en
tres momentos repartidos en dos años) del nivel de correspondencia entre los
datos del padrón (marco de referencia para la muestra analizada) y la presencia
constatada de inmigrados marroquíes en los cinco municipios.
– Hemos realizado una reconstrucción del itinerario ocupacional y administrativo
de los inmigrados a lo largo del tiempo. Partimos de su última ocupación en
Marruecos antes de emigrar hasta llegar a la correspondiente en los contextos
locales de análisis. En éstos, hicimos un seguimiento de la situación laboral y
administrativa durante el lapso de observación del estudio.
– Por último, incorporamos otra variable, de carácter más subjetivo que las
anteriores: la red de apoyo de los inmigrantes marroquíes en España. Nuestro
propósito era estudiarla en dos momentos: por una parte, explorar la ayuda que
se ha recibido en una primera fase migratoria en España; y por otra, indagar
en la red potencial de apoyo, entendida ésta como el tipo de vínculos con los
que, potencialmente, los inmigrantes piensan que pueden contar ante unas
situaciones hipotéticas.
Objetivo nº 6: analizar qué tipos de relaciones se dan entre los inmigrados y
sus entornos familiares y territoriales en Marruecos desde diferentes ángulos, principalmente el ritmo de las visitas anuales, el envío de remesas y la frecuencia de las
comunicaciones a distancia.
Dos variables cruciales
Al hilo de la exposición de estos objetivos, dos variables han sido cruciales en
nuestro estudio: el tiempo y el espacio.
El tiempo. Captar las dinámicas de los procesos migratorios en toda su complejidad
(sus determinantes, mecanismos y estrategias), requiere incorporar en nuestro análisis
la dimensión temporal bajo un doble prisma. Por una parte, de modo retrospectivo,
reconstruyendo íntegramente el itinerario migratorio. Este enfoque, que nos lleva
hasta las áreas de procedencia, contribuye a «un mejor conocimiento de los procesos
económicos, sociales y culturales que pueden estar actuando en Marruecos como catalizadores de la emigración» (Cohen, 2004), y evita, de este modo, focalizar el estudio
en un solo polo del movimiento, los lugares de destino. Por otra parte, la dimensión
temporal desde un enfoque longitudinal que abarca el lapso de observación establecido
en la investigación, el cual ha cubierto aproximadamente dos años.
El espacio. Todo ello, sin perder de vista los posibles contrastes que se puedan
dar entre núcleos de inmigración.
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Inmigración marroquí en Andalucía: dinámicas de la movilidad espacial y…
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Metodología de la investigación
La metodología de la investigación ha sido la diseñada con carácter general en el
proyecto «Marroquíes en Andalucía: de los espacios sociales de la inmigración a los
de la movilidad», en el cual se han combinado métodos cuantitativos y cualitativos.
A) Por una parte, la realización de una encuesta en panel aplicada a unas muestras de marroquíes registrados en los cinco municipios de las provincias de Córdoba y
Granada que comprende nuestro estudio. Hemos distribuido los tres pasos en periodos
distintos entre los años 2007 y 2008. El calendario de la encuesta fue el común al
conjunto territorial del proyecto al que está ligada esta tesis:
– Fase I. Ha sido la de más larga duración porque en ella se han realizado las
labores de búsqueda de las unidades muestrales seleccionadas. Cubrió desde
finales de febrero del 2007 hasta finales de mayo del mismo año.
– Fase II. Esta segunda vuelta se inició el 1 de febrero del 2008 y concluyó el
14 de abril.
– Fase III. Aproximadamente seis meses después comenzó la última oleada, que
se desarrolló durante el último trimestre de 2008.
B) La recogida de información fue completada con una serie de entrevistas semiestructuradas, realizadas a partir de una selección tanto de inmigrantes encuestados
como de allegados de éstos, quienes, por lo común, eran familiares de aquéllos.
Principales conclusiones y aportaciones
La primera conclusión que tenemos que poner de relieve es que los resultados
de los distintos aspectos abordados difieren, en mayor o menor grado, en función
del lugar de residencia en Andalucía. Los contrastes han sido apreciables incluso
entre municipios que comparten rasgos económicos comunes (por ejemplo, entre
Albuñol y Zafarraya), aunque los más marcados se establecen en relación con la capital granadina. Expresado en otras palabras, las condiciones de implantación de los
inmigrados en la sociedad andaluza no son ajenas a las características de los medios
locales de residencia.
En lo que concierne a los perfiles sociodemográficos de los inmigrados
Los cinco municipios comparten algunos rasgos comunes: se trata en su mayoría
de una población joven, que emigró durante los primeros años de la pasada década
estando aún solteros, sobre todo los hombres (aunque la mayoría contrajo matrimonio después de emigrar). La encuesta ha puesto de manifiesto la alta frecuencia de
migraciones de hermanos en distintos momentos próximos. Este último punto nos ha
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 281-291
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Alberto Capote Lama
parecido uno de los más interesantes porque hasta cierto punto altera los esquemas
más «clásicos» de emigración en los que las decisiones se adoptaban en un marco
familiar jerarquizado. El motivo principal por el que estos jóvenes tomaron la opción
de salir de Marruecos fue de tipo económico y laboral: 50,2% de los encuestados así
los afirmaron, la segunda respuesta más repetida fue por motivos de estudios (26%) y
la tercera la reagrupación familiar (20,2%).
Cabe subrayar que en la capital granadina, que tiene mucha influencia en nuestros
resultados, destaca como primer motivo de inmigración la realización de estudios. Ahora
bien, incluso en gran parte de estos últimos casos, como revela a veces el análisis de
las migraciones internas en Marruecos, subyace también un malestar o insatisfacción
social como base de muchos proyectos migratorios.
Un indicador muy ilustrativo del grado de heterogeneidad de la emigración marroquí de las últimas décadas es el nivel de estudios. El nivel de formación de buena
parte de los encuestados es relativamente alto, en comparación con los generales de la
población marroquí. Todos los niveles aparecen representados, destacando la proporción
de los que disponen de estudios de grado medio. Es aquí donde identificamos uno de
los contrastes más significativos de Granada en comparación con el resto de los municipios: en términos relativos, los inmigrados a la capital granadina son claramente
los más instruidos, siendo la gran mayoría de procedencia urbana.
Variaciones de los orígenes geográficos según el municipio de residencia en Andalucía
Las procedencias geográficas varían notablemente entre los cinco municipios
estudiados. En los dos cordobeses predominan provincias marroquíes de más reciente
incorporación a los flujos migratorios —es el caso de El Keláa y Beni Mellal en Lucena, y de Settat en Aguilar de la Frontera— junto a la componente urbana atlántica
(en particular Casablanca). El Marruecos interior también sobresale en Zafarraya:
principalmente, de nuevo, la provincia de Beni Mellal. En Albuñol la hegemonía de
las procedencias se localiza de forma muy clara en Larache (dos de cada tres encuestados proceden de esta provincia). Por último, la capital granadina presenta un
cuadro completamente distinto: las provincias interiores citadas están escasamente
representadas, al contrario de lo que sucede con toda la franja norte y el cinturón
atlántico de Marruecos.
Los resultados revelan el peso que han ido ganando los orígenes urbanos, presentes en los cinco casos, pero muy notablemente, como hemos dicho, en Granada.
La tendencia se reafirma si consideramos como criterio para evaluar las procedencias
la última residencia en Marruecos (es el sentido principal que han tomado los flujos
migratorios internos captados en el país de origen).
Estas concentraciones (con más o menos intensidad) de personas que comparten
un mismo origen en un determinado destino, no son sólo resultado de las relaciones
que los inmigrados mantienen con sus entornos de procedencia, sino también de los
contactos que se establecen con otros connacionales a los que se conoció después de
emigrar.
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Inmigración marroquí en Andalucía: dinámicas de la movilidad espacial y…
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Itinerarios migratorios: de Marruecos a Andalucía
El papel decisivo de las migraciones internas en Marruecos
El 41,3% (88 de 213) de los encuestados afirmó haber cambiado de municipio de
residencia en Marruecos, al menos una vez, antes de emprender el proyecto migratorio
en el extranjero. Se trató en su mayor parte de una migración inter-provincial (78 de
88). Las direcciones que toman estas migraciones internas son muy diversas, viéndose
implicadas un gran número de provincias, tanto en lo que respecta a los destinos como
a los orígenes. Pero una provincia sobresale del conjunto como destino privilegiado:
Tánger-Arcila.
Es importante tener presente que en el cuestionario se recogieron todos los cambios de residencia que implicaban estancias de dos meses de duración como mínimo.
En el mapa que vemos en pantalla hemos ilustrado el itinerario de cuatro jóvenes
entrevistados que emigraron a España en fechas relativamente recientes (finales de
la década de los noventa y primer lustro de la siguiente). Si bien presentan perfiles
sociales diferentes y proceden de provincias distintas (Alhucemas, Nador y dos de El
Keláa), comparten un rasgo común: el hecho de que la posibilidad de emigrar a un
país distinto surgió por vez primera en los municipios marroquíes a los que se habían
desplazado (Tánger, Tetuán y dos en Casablanca). Para unos a raíz de unas experiencias
laborales decepcionantes tras finalizar los estudios universitarios; para otros, procedentes
del medio rural interior, por las escasas expectativas que ofrece el entorno familiar.
Así, el incorporar en nuestro campo de observación tanto los lugares de nacimiento como los de última residencia nos ha permitido captar con mayor profundidad
los mecanismos que operan en la decisión de emigrar al extranjero de estos jóvenes.
Para la mayor parte de los encuestados España constituía la opción inicial (o una
de ellas) en el momento en que se plantearon la posibilidad de emigrar al extranjero
(así lo reconocieron tres de cada cuatro encuestados). Así, no es de extrañar que para
una notable mayoría el primer destino fuese español: sólo un 10% cuenta con una
etapa previa en un tercer país. En estos casos la primera fase transcurrió casi siempre
en Europa, encabezando la lista Francia, país al que sigue Italia. Si también consideramos aquellos itinerarios en los que se dio una estancia (de al menos dos meses) en
un país tercero después de haber pasado un primer periodo en España, el porcentaje
de trayectorias internacionales sube ligeramente hasta un 12%.
Las migraciones internas en España
En la figura 1 podemos observar algunos casos representativos seleccionados en
los cinco municipios.
Los matices divergentes son también apreciables en la dinámica que subyace en
los itinerarios geográficos hasta llegar a los municipios estudiados. Los campos migratorios han sido más móviles entre los encuestados en Lucena, Aguilar de la Frontera
y Zafarraya. Los tres casos comparten el paso por zonas clásicamente receptoras de
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Alberto Capote Lama
Figura 1. Ejemplos de itinerarios migratorios de los inmigrados marroquíes en Aguilar
de la Frontera, Lucena, Albuñol, Zafarraya y Granada
Nota: los años corresponden a la fecha en la que se produjo el cambio de residencia entre los dos municipios unidos por la flecha.
Fuente: encuesta DINAMO. Elaboración propia.
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Inmigración marroquí en Andalucía: dinámicas de la movilidad espacial y…
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inmigración marroquí (y en las cuales, por lo común, trabajaron en condiciones de
irregularidad): la más representativa de ellas es la provincia de Almería, a la que
podríamos añadir Murcia. Las trayectorias de estos inmigrados se han regido, muy
a menudo, por los circuitos del trabajo temporal en la agricultura, tanto a través del
litoral mediterráneo, como transitando por algunos enclaves interiores (provincias de
Cuenca, Ciudad Real o Jaén). En el caso específico de Aguilar de la Frontera, tenemos
que hacer mención a los itinerarios resultantes de las relaciones establecidas entre
comerciantes ambulantes.
Las trayectorias directas, es decir, aquellas que unen un determinado municipio
de nacimiento en Marruecos con otro de residencia en Andalucía sin ninguna etapa
intermedia, constituyen la nota característica entre los marroquíes de Albuñol y de
Granada. En lo que respecta al municipio de la Costa oriental granadina, se explica por
la cadena migratoria que lo vincula con algunas zonas de la provincia de Larache. No
obstante, algunos de estos jóvenes larachíes reemigraron a otros puntos de la geografía
española en el curso de la investigación. En la capital granadina incide específicamente
la presencia de marroquíes que arribaron con un visado de estudiante y, a través de
éstos, de algunos de sus familiares u otras personas de su entorno.
Es de destacar la disposición a la movilidad que se desprende de los testimonios
de la mayor parte de nuestros informantes, generalmente motivada por la búsqueda
de empleo y de mejores oportunidades de promoción. Es el caso de los encuestados
en Albuñol que se desplazaron para cambiar de sector de ocupación, o de los que lo
hicieron desde Granada tras finalizar los estudios universitarios o dejándolos inacabados.
Entre la estabilidad y la discontinuidad
En los cinco municipios estudiados podemos distinguir, en proporciones desiguales,
entre inmigrados bastante asentados y otros cuya situación es menos estable. Por lo
común, los mejor instalados llevan más años residiendo en España.
La primera observación a poner de relieve es el alto grado de continuidad de los
encuestados en los cinco municipios estudiados: como mínimo tres de cada cuatro
integrantes de la muestra inicial seguían residiendo en cada uno de ellos en la tercera
fase del estudio. En Lucena, Aguilar de la Frontera y Zafarraya estos porcentajes superaron el 85%. En la tercera vuelta se recuperaron además algunos efectivos que se
encontraban ausentes en la segunda, de ahí el interés de haber programado la encuesta
en periodos distintos del año (sobre todo en Zafarraya).
La evolución de la situación administrativa
El 23% (49 de 213) de los encuestados emigraron de manera clandestina. Un
20,7% lo hicieron con un visado de turista de validez limitada a un intervalo corto
de tiempo y, por tanto, a menudo antesala de irregularidad. Como era esperable, dado
el peso en nuestra muestra de la capital granadina, la segunda vía más frecuente fue
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 281-291
290
Alberto Capote Lama
el permiso por estudios (22,1%). Los casos de reagrupación familiar representan un
17,8% y los contratos en origen sólo un 6,6%. El resto se compone de personas que
emigraron con anterioridad al año 1991.
En los primeros meses de 2007, cuando aplicamos el primer cuestionario, sólo
una muy pequeña minoría de los encuestados se encontraba en situación irregular (8%,
17 de 213). Una gran mayoría disponía en ese momento de un permiso de residencia
y trabajo (61%), porcentaje que aumentó aún más en el curso de la investigación.
Los testimonios obtenidos a través de las entrevistas semi-estructuradas nos
han permitido captar con más precisión la dinámica que ha seguido la trayectoria
administrativa de los inmigrados, particularmente en aquellos casos de personas que
emigraron clandestinamente. Se pone de relieve la importancia de las redes familiares
en los procesos de gestión de las bolsas de contingentes: un inmigrado gestiona con
su empleador en España un contrato para hacer venir a un familiar. Lo que llama la
atención de estas relaciones, tal y como las describen los entrevistados, es que éstos
perciben la suscripción de un contrato por parte de los empleadores como un gesto
de amparo o como si de un favor se tratase. La relación de intercambio entre el empresario y el contratado no es captada en términos de reciprocidad. La «confianza del
jefe» hay que mantenerla además en el tiempo porque los permisos de residencia y
trabajo tienen una fecha de caducidad.
Inserción laboral en los distintos contextos locales
En los contextos locales de inserción laboral hayamos tanto elementos comunes
como divergentes. Como hemos dicho, la mayoría de los encuestados llegaron a España
en el primer lustro de la pasada década o muy a finales de los noventa. Es decir, en
una coyuntura de dinamismo económico y del empleo en España.
– En Lucena coincidiendo con la expansión de su sector industrial, particularmente
la industria del mueble, la cual tuvo además repercusión en otras localidades
de la zona, como Aguilar de la Frontera. Los dos municipios cordobeses, destinos secundarios de las migraciones internas en España, han emergido como
espacios donde grupos de inmigrados (relativamente modestos en número)
encontraron un margen de «estabilidad» laboral. En Aguilar de la Frontera
el reclamo fue el hecho de poder compaginar el comercio ambulante con las
campañas olivareras. En lo que se refiere a Lucena, la industria del mueble
permitió un cambio de sector ocupacional y salir de condiciones residenciales
caracterizadas por una frecuente movilidad.
– En Zafarraya y Albuñol la necesidad de mano de obra temporal agrícola estaba
ya muy presente en la década de los noventa. Como hemos dicho al principio de estas conclusiones, el contraste entre estos dos municipios es también
sugerente. Así, mientras que la implantación familiar se ha instaurado de
manera significativa en Albuñol, ésta sigue siendo muy limitada en Zafarraya.
El calendario agrícola de este municipio en meses distintos de otras zonas de
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 281-291
Inmigración marroquí en Andalucía: dinámicas de la movilidad espacial y…
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agricultura intensiva hace que se caracterice por la afluencia de trabajadores
que limitan sus estancias en él al tiempo que dura la campaña.
– Por último, en lo que respecta a Granada, su configuración es, una vez más,
muy distinta. Los perfiles laborales son mucho más variados. Se reparten principalmente entre el sector comercial, la restauración y, en menor medida, el
servicio doméstico, este último específicamente para las mujeres. Es obligado
hacer referencia al cambio en proyectos migratorios de jóvenes emigrados
con un visado de estudios: el paso a un permiso de residencia y trabajo, tanto
entre parte de los que consiguieron finalizar los estudios como de los que los
dejaron inacabados. La observación se hace extensiva a los dos sexos. Las
trayectorias laborales de los varones en España se iniciaron con frecuencia
mientras realizaban sus estudios, generalmente trabajando sin contrato en negocios regentados por connacionales. La evolución posterior dibuja itinerarios
muy distintos: aspiraciones frustradas, unas por no poder finalizar los estudios,
otras por emplearse después de acabarlos en puestos de baja cualificación; pero
tampoco han faltado testimonios de jóvenes que sí han logrado ocupar puestos
más acordes con su formación.
Una circulación migratoria no demasiado intensa… pese a la proximidad geográfica
En contra de lo que cabía esperar en un principio, la mayor parte de los encuestados hacen una sola visita al año a Marruecos, lo que se explica, entre otros motivos,
por el coste económico de las estancias e igualmente porque su espacio de vida ahora
transcurre esencialmente en sus actuales municipios de residencia: la asistencia de
los hijos al colegio, los imperativos laborales… son distintos aspectos que marcan
esta pauta. En los emigrados de más largo recorrido temporal, se percibe un cierto
alejamiento de la sociedad de origen. Este último dato puede ser interpretado como
un signo más de arraigo en sus actuales municipios de residencia en Andalucía. Aun
así, Marruecos continúa representando «las raíces» y, principalmente el reencuentro
con los familiares, a quienes los trabajadores siguen enviando remesas, incluso los
inmigrados que salieron de Marruecos hace bastantes años. Los encuestados valoran,
no obstante, la proximidad geográfica que conlleva vivir en Andalucía si se da la
necesidad de realizar visitas imprevistas que reclamen con urgencia su presencia en
Marruecos (por ejemplo, con motivo de la enfermedad de un familiar).
En definitiva, en el estudio de los itinerarios migratorios tienen cabida varias
cuestiones: los elementos que operan en el origen como desencadenante de la decisión
de emigrar, el papel de las redes sociales en la elección de los destinos, los determinantes de las migraciones internas tanto en Marruecos como en España, las trayectorias laborales, la evolución que ha seguido el estatuto administrativo… Dicho de otro
modo, las migraciones son un proceso dinámico cuyo estudio requiere incorporar la
variable temporal para tratar de captar los mecanismos intermedios que operan en ellas
y examinar cómo éstos se articulan en el espacio.
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4. Reseñas bibliográficas
AGRICULTURAS AFRICANAS Y MERCADO MUNDIAL*
La obra objeto de esta recensión ha sido elaborada por Marc Dufumier, profesor de
Agricultura Comparada y Desarrollo Agrícola en el Institut des Sciences et Industries
du Vivant et de l’Environnement (AgroParis Tech) y miembro del Consejo de Administración del Institut de recherces et d’applications des méthodes de développement
(IRAM). La versión original en francés ha sido traducida y publicada en español por
el Grupo de Estudios sobre Agriculturas Africanas (GEsAA) integrado en el Grupo de
Economía Internacional (GEI) de la Universidad Politécnica de Valencia con el apoyo
económico de la red RIOS (Red de Investigación y Observatorio de la Solidaridad).
Su interés es señalado en el prólogo por el ingeniero agrónomo Pascual Moreno Torregrosa al constatar el desconocimiento del continente africano por los españoles y,
especialmente, el mundo rural de los 54 países con clima y condiciones ecológicas tan
diferentes: regiones áridas, semiáridas, mediterráneas, sabanas y tropicales húmedas.
La obra de Dufumier permite conocer la complejidad de las agriculturas africanas y
los factores que impiden el desarrollo de las agriculturas de este continente.
En la introducción, Dufumier señala que, en las últimas décadas, el Africa subsahariana sigue condenada al estancamiento económico e, incluso, a la recesión, teniendo
el mayor número de personas pobres y subalimentadas (46%) como consecuencia del
mayor crecimiento demográfico que supera al de producción alimentaria. El déficit
productivo se acompaña de otro en comercio exterior de productos alimenticios destinados a la exportación (café, cacao, cacahuete, aceite de palma), lo que conduce a una
dependencia de las ayudas alimentarias procedentes de las grandes potencias cerealistas
pese a que la población agraria subsahariana representa todavía más de dos tercios de
la activa total, lo que no impide problemas de hambre en Ruanda, Burundi, Liberia,
Sierra Leona, Chad, Sudán, Congo, etc., frecuentemente acompañados de paludismo,
guerras civiles, emigraciones, etc.
Para Marc Dufumier, la débil competitividad de las agriculturas africanas se debe
a condiciones desfavorables de tipo natural (pobreza de suelos, escasas e irregulares
lluvias, plagas) y económicas (competencia de cereales importados y escasa mecanización). Un buen ejemplo son los límites sur del Sahara en los que la media anual
de precipitaciones es de unos 400 mm, cifra que obliga a una ganadería nómada y
trashumante. En zonas más húmedas continuaron potenciándose, tras la independencia
de diversos países, los cultivos destinados a la exportación bajo el control estatal o
de multinacionales.
Dufumier constata que «como consecuencia de los numerosos gravámenes impuestos por las potencias coloniales y las burguesías administrativas y comerciales de los
jóvenes Estados independientes, los campesinos del Africa subsahariana, muchas veces,
apenas han conseguido beneficios para asegurar, por un lado los productos de primera
*. DUFUMIER, Marc (2010): Agriculturas africanas y mercado mundial, Valencia, Universidad
Politécnica, 85 págs.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 295-296
296
Francisco Feo Parrondo
necesidad para sus familias, y por otro, el ahorro necesario para invertir en nuevos
equipamientos agrícolas y poder aumentar así la productividad de su trabajo en sus
unidades de producción. Es la razón de que la inmensa mayoría de campesinos, actualmente, sólo dispongan de instrumentos manuales: azadas, machetes, palos excavadores,
cuchillos, hoces, mazos, etc. El problema es que con estas herramientas, actualmente,
los agricultores no pueden pretender ser competitivos en el mercado mundial de productos agroalimentarios y no consiguen hacer frente a las importaciones de cereales
procedentes de la Unión Europea, de los Estados Unidos, de Canadá, de Argentina o de
Brasil» (págs. 31). Como ejemplo de la difícil competencia de los productos agrarios
africanos, Dufumier señala que «en el mercado de Dakar, los arroces de Casamance se
codean con los de Tailandia, con los europeos y norteamericanos. Para poder vender
su arroz a los mismos precios que sus competidores, los campesinos senegaleses están
obligados a aceptar una remuneración de su trabajo 200 veces inferior a la de los obreros
agrícolas del <Norte>» (págs. 33-34). Compartimos con Dufumier que «lo dramático
es que estas diferencias de productividad existen también con el cacahuete, el mijo,
el sorgo, el algodón, etc.» (págs. 34). Como solución, Marc Dufumier propone revisar
radicalmente la política agrícola de la Unión Europea y de Estados Unidos de ayudas
a su producción y exportación de alimentos y que los países africanos pudieran poner
derechos de aduanas a los productos alimenticios de países desarrollados.
Al no poder aumentar el rendimiento por hectárea, los agricultores africanos se
han visto obligados a aumentar la superficie cultivada para poder alimentar a una población que crece constantemente. Esto ha convertido la tierra en un recurso cada vez
más codiciado y disputado en Sudán, Nigeria, Costa de Marfil y otros países que han
visto aumentar los conflictos internos. Las reformas agrarias de Sudáfrica, Namibia y
Zimbabwe han reducido mínimamente estos problemas y es necesario y urgente redistribuir la propiedad de la tierra entre los campesinos minifundistas y obreros agrícolas
sin tierras para crear explotaciones familiares de tamaño medio que, a su vez, elijan
los aprovechamientos de las mismas.
Para Dufumier es imprescindible eliminar los problemas del hambre con una mayor
productividad de alimentos y remuneración de los trabajos agrícolas que, a su vez, frenen
el éxodo rural hacia unas ciudades incapaces de generar suficientes puestos de trabajo.
Entre las soluciones posibles figura ampliar la superficie regada que, según la FAO, es el
7% de las tierras arables frente al 40% de Asia. Asimismo, se mencionan como posibles
mejoras la mecanización de tareas, mejor reparto de la propiedad, diversificar cultivos,
mejorar la transformación agroindustrial y comercialización, etc. Ante la competencia
de alimentos procedentes de países más desarrollados, Dufumier considera necesario
que sean los gobiernos africanos los que atiendan las necesidades de sus campesinos y
consumidores, alimentando satisfactoriamente al mayor número posible de ciudadanos.
En conclusión, Marc Dufumier sintetiza los problemas del medio rural africano
en las últimas décadas y actualmente y ofrece, para resolverlos, posibles soluciones
que básicamente compartimos aún siendo conscientes de su difícil aplicación.
Francisco Feo Parrondo
Universidad Autónoma de Madrid
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 295-296
ALIANZAS PÚBLICO-PRIVADAS PARA UNA NUEVA VISIÓN
ESTRATÉGICA DEL DESARROLLO*
América Latina se ha caracterizado por ser una región donde predomina la heterogeneidad y donde el comportamiento económico no ha sido la excepción, ya que de la
misma forma en que algunos países han ocupado importantes peldaños de crecimiento
económico, muchos otros han sido rezagados a los últimos lugares. Políticas como la
Industrialización por Sustitución de Importaciones, el impulso de las exportaciones,
la integración al mercado internacional y la ejecución de estrategias de libre mercado,
han sido tan solo algunas de las más aplicadas en la región; sin embargo, el reciente
colapso que vivió el sistema de libre mercado en el año 2008, causante de la crisis y
posterior recesión de la economía mundial, ha volcado la atención hacia la necesidad
de plantear estrategias donde se puedan captar la participación activa y eficiente del
Estado como agente impulsador de la economía a través de una política industrial
certera que genere procesos equitativos de crecimiento, donde lo público y lo privado
se entrelacen en procedimientos que permitan resultados sostenibles.
Alianzas Público-Privadas para una nueva visión estratégica del desarrollo es
un libro de gran relevancia que asume un enfoque de largo plazo y una visión estratégica como ejes necesarios e importantes para el desarrollo de América Latina y el
Caribe. La investigación se sustenta en el análisis de 10 de países exitosos fuera de
la región: Australia, España, Finlandia, Irlanda, Malasia, Nueva Zelanda, República
Checa, República Corea, Singapur, Suecia y a su vez en las consecuencias positivas
que las estrategias de mediano y largo plazo para la transformación productiva y el
escalamiento exportador han tenido en su desarrollo.
El libro está estructurado en dos grandes partes: Parte I Estrategias y alianzas
público-privadas, «primeros principios» de procesos institucionales eficaces, conformada
por 5 capítulos que evidencian la forma en que se han planteado métodos y procesos
llevados a cabo en algunos de los países exitosos, donde las estrategias público-privadas
han generado importantes resultados, evidenciando la aplicación de los principios
necesarios para desarrollar políticas públicas de las alianzas público-privadas. Parte
II ¿Son relevantes para América Latina los «primeros principios» inducidos de los
casos exitosos?, conformada por tres capítulos, los cuales resaltan la realidad de ciertos países de la región que han intentado ejecutar esta estrategia, evidenciando logros
muchas veces inconclusos, por lo que se propone una nueva dirección, donde las especificaciones territoriales sean un determinante en la formulación de dichas estrategias.
Dentro de los aspectos más importantes de la Parte I, el Capítulo I El rezago de
América Latina se inicia haciendo una breve descripción de las características de su
desempeño económico, los limitantes y condicionamientos del bajo crecimiento que
*. DEVLIN, Robert y MOGUILLANSKY Graciela (2010) Alianzas Público-Privadas para una nueva
visión estratégica del desarrollo, Secretaría General Iberoamericana, CEPAL, Naciones Unidas, Santiago
de Chile, págs. 303.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 296-299
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Juliana Margarita Torres Araque y Diana Carolina Galvis Rodríguez
enfrenta actualmente, producto de una serie de hechos históricos económicos, políticos
y culturales propios de la región que han rezagado la economía, permitiendo de esta
forma, identificar que muchas de las fortalezas y debilidades existentes son el resultado
de políticas que pese a que han sido ideadas para solucionar problemas coyunturales,
arrojaron efectos que han influenciado a lo largo de toda la historia.
Consecutivamente se plantea en el Capítulo II Estrategias de desarrollo a mediano
y largo plazo basadas en políticas industriales proactivas como principio imprescindible,
analizando primeramente las razones y la importancia de la elaboración de estrategias
sostenibles en el tiempo que contribuyan al desarrollo, a través del manejo adecuado de
políticas industriales, donde las exportaciones, la inversión en investigación, desarrollo
del conocimiento y continuidad de las políticas en el tiempo, representen un aspecto
trascendental, dentro de la ejecución de las estrategias de desarrollo, tal como sucedió
en los diez países tomados como referencia.
En el capítulo III Segundo principio: la alianza público-privada es clave para la
formulación e implementación de estrategias nacionales eficaces, analiza la importancia
de la eficiencia en los actos que el Estado y las empresas privadas deben mantener
para promover el alcance de los intereses de la economía en su totalidad, conservando
en todo momento el respeto por los campos de acción del sector público y privado.
Posteriormente en el capítulo IV se centra en Los primeros principios que sustentan
el liderazgo del sector público, analizando la necesidad de que el sector público tenga
una adecuada organización en los planes y proyectos que estructuran las estrategias de
alianzas públicos-privadas de desarrollo al mediano y largo plazo para liderar y llevar
a cabo exitosamente los procesos de formulación y ejecución de políticas públicas.
A lo largo del capítulo V Primeros principios sobre la gestión de programas e
incentivos se resalta la importancia de definir los objetivos de los programas públicos,
riesgos, posibilidades, duración y los métodos de evaluación para asegurar su ejecución,
y así orientar los pilares para la formación de una adecuada alianza público-privada,
centrándose en la gestión de la capacidad innovadora y competitividad, inversión extranjera y el fortalecimiento de la industria nacional mediante convenios del Estado
con la empresa privada basados en beneficios fiscales, financieros, a cambio de oportunidades para mejorar el capital social de la región, brindadas por la empresa privada.
La segunda parte del libro centra su atención en América Latina, desarrollando
en el capítulo VI las Estrategias a mediano y largo plazo sustentadas en alianzas
público-privadas en el que se evalúan las propuestas, las estrategias y los programas
aplicados a través del tiempo en la región latinoamericana; examinando desde una
perspectiva crítica las alianzas público-privadas que sustentan las estrategias establecidas en la actualidad. Colombia, Chile, Brasil, Argentina y México, son algunos de
los ejemplos que los autores citan como ejemplos de alianzas público-privadas que si
bien han intentado proyectar lo establecido en las políticas públicas, se han encontrado
con límites internos que han evitado su correcta ejecución.
En el capítulo VII Implementación de una visión estratégica, se evidencia que
durante la planeación y ejecución de las estrategias de desarrollo es necesario un
liderazgo político y técnico comprometido, un incondicional acompañamiento institucional, buenos incentivos monetarios, coordinación de las políticas públicas y sus
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 296-299
ALIANZAS PÚBLICO-PRIVADAS PARA UNA NUEVA VISIÓN ESTRATÉGICA DEL DESARROLLO
299
instrumentos de ejecución, ya que la carencia de éstos genera limites como ineficiencia
e ineficacia, tal como sucede en muchos países latinoamericanos, donde estos aspectos
solo se cumplen parcialmente, por lo que no se ha evidenciado un verdadero proceso
de alianzas público-privadas.
En el capítulo VIII Los tres principales pilares resultantes de nuestros primeros
principios se resaltan algunos problemas presentados en los países Latinoamericanos
y el desaprovechamiento de las oportunidades internas para obtener procesos de crecimiento y desarrollo. Se ofrece una nueva orientación, fundamentada en un Estado
que planee y ejecute estrategias de desarrollo proyectadas al mediano y largo plazo;
en la importancia que tienen las alianzas publico-privadas para la organización equilibrada de dichas estrategias de desarrollo; y en la inclusión de la potencialización de
los recursos internos en los planes y programas de desarrollo liderados por el Estado.
En su totalidad, el libro, pretende más que identificar todo un proceso de historia
económica en América Latina, reconocer cuales han sido los puntos débiles en cada uno
de los procesos económicos establecidos en los países de la región y fundamentándose
en los 11 primeros principios (tal como los denominan los autores) identificar posibles
nuevos caminos a seguir en el momento de planear, organizar y ejecutar programas y
políticas que contribuyan a cambios económicos y sociales positivos.
Juliana Margarita Torres Araque
Diana Carolina Galvis Rodríguez
Universidad de Pamplona, Colombia
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 296-299
EL DESPLAZAMIENTO FORZOSO EN COLOMBIA:
UN CAMINO SIN RETORNO HACIA LA POBREZA*
El desplazamiento es un fenómeno migratorio cuya génesis radica en multiplicidad de causas inherentes a situaciones de violencia, ya sean políticas, económicas,
sociales o culturales. Los alicientes al conflicto vienen dados dentro de un marco de
permisividad estatal, políticas públicas mal direccionadas, necesidades básicas insatisfechas, inicua distribución de la tierra, inestables procesos de reparación de víctimas
y discriminación que imposibilitan el reconocimiento explícito del verdadero efecto
que esto tiene sobre la población. La victimización de la población civil es la principal
estrategia de los actores del conflicto interno: masacres, asesinatos selectivos, genocidios, el reclutamiento forzoso y las amenazas directas son solo unas de las prácticas
más comunes de los grupos irregulares como táctica para atemorizar, apropiarse de
recursos públicos, usurpar tierras fértiles e invadir terrenos con localización estratégica
(fronteras o lugares con inasistencia institucional).
El desplazamiento forzoso en Colombia: un camino sin retorno hacia la pobreza
es un libro que describe los conflictos internos recurrentes en Colombia, que afectan
de manera directa la población civil a corto, mediano y largo plazo. Se analizan las
causas del desplazamiento forzoso, siendo los ataques de grupos irregulares armados, el principal causal de movilización. La autora hace una caracterización inicial
del desplazado, la injerencia que el conflicto tiene en él y la identificación de las
causas primarias del proceso migratorio; seguido a esto se profundiza en el impacto
económico que sobre el núcleo familiar pueda tener dicho desplazamiento, en otras
palabras, la incapacidad de los hogares para mantener su estructura económica,
teniendo en cuenta que los lugares de recepción son básicamente urbanos, ciudades
capitales y el sector económico en el cual se van a desempeñar no es el mismo, se
ven obligados a aprender nuevas formas de vida, así como, nuevas formas de subsistencia. En este mismo orden de ideas, la autora hace mención al retorno como
una posibilidad latente de solución, pero solo acompañado de políticas eficientes que
garanticen la viabilidad en el reintegro a sus labores tradicionales, con condiciones
básicas de seguridad.
El libro está estructurado en ocho capítulos y cada uno de estos integra una serie
de datos inherentes a los procesos de migración forzosa y estudios econométricos
que buscan analizar el panorama psicológico-sociológico-demográfico-económico de
la población vulnerada. Los tres primeros capítulos hacen una revisión exhaustiva
de las causas del desplazamiento forzoso, identificación de población vulnerable
dando una mirada inicial al fenómeno, su expansión geográfica, y las causas primarias del mismo tales como confrontaciones entre grupos armados, narcotráfico,
amenazas, la violencia indiscriminada, los homicidios, las órdenes de desalojo, las
*. Ibañez Londoño, A. M.ª (2009) El desplazamiento forzoso en Colombia: un camino sin retorno
hacia la pobreza, Bogotá, D. C., Colombia. Editorial Kimpres Ltda. Primera edición, págs. 277.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 301-303
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Rocío Leal Páez y Kelly Jhazmín Herreño Ruedas
masacres. Con relación a lo anterior, la coautora Stefanie Engel hace un aporte
significativo a la temática cuando aborda el fenómeno migratorio desde los años
noventa, percibiendo un aumento deliberado de los ataques de los grupos armados
contra la población civil.
Otro de los aspectos tratados es la percepción exterior acerca del manejo de los
migrantes y se identifica a Colombia como uno de los países afectados significativamente por conflictos internos trayendo consigo desplazamiento y a posteriori pobreza
absoluta, que si bien se puede soslayar mediante asistencia oportuna por parte del
Estado, la habilidad de recuperación de los migrantes forzados se ve infringida cuando
no hay garantías a su integridad ni seguridad social.
Una de las principales secuelas que se puede identificar es precisamente esa
pérdida de bienestar económico de las familias desplazadas, temática que se aborda
imprescindiblemente en los capítulos IV, V y VI: «El impacto del desplazamiento
sobre el bienestar económico de sus víctimas» «¿Puede la población desplazada
recuperar su capacidad productiva con el paso del tiempo?» «Impacto de los programas de generación de ingresos sobre las condiciones económicas de la población
desplazada». Al salir la población de sus lugares de origen, dejan a un lado, no solo
su arraigo cultural y sus tradiciones, también abandonan las tierras y el patrimonio
físico, su único medio de manutención. Esta incapacidad de los hogares para enfrentar futuros choques se profundiza, al igual que los factores determinantes de la
pobreza estructural, la imposibilidad de generar ingresos y la llegada a una nueva
y desconocida ciudad.
Analizar el impacto de este abandono de viviendas y la repercusión que tiene en
el aumento de la pobreza extrema y la indigencia es sin lugar a dudas el motor para
emprender procesos productivos que impulsen el desarrollo de políticas adecuadas y la
puesta en marcha de programas para la generación de ingresos, entendidos estos como
microcréditos o programas de capacitación laboral que tiene como finalidad expandir la
capacidad productiva de los hogares. La autora concluye estos capítulos cuestionando
precisamente si esos programas se aplican a todos los hogares desplazados ya que se
cuenta con cierta población tales como los mayores de edad o los discapacitados que
no derivan beneficio alguno de participar en dichos programas.
El capítulo VII analiza una posible solución mediática y futura a los problemas
de desplazamiento: El retorno. Dicho proceso de retorno de la población desplazada a su lugar de origen es, dentro de múltiples opciones, las más acertada una vez
cesa la violencia. Aún así, para que esto se dé, es indispensable que se otorguen
plenas garantías de bienestar y seguridad a la población, dilucidando que esto no
es garantía de un rápido proceso de recuperación. Aquí confluye no solo el retorno
como tal sino las condiciones psico-sociales de una población permeada por esa
situación de violencia interna (inseguridad, trauma vivido por la victimización y la
pérdida de activos).
La riqueza de este libro radica principalmente en una realidad, un trabajo de investigación previo, cualitativo y cuantitativo, que busca interiorizar en las realidades
de los desplazados: la mirada inicial del fenómeno, las causas, las consecuencias y
las posibles soluciones. La caracterización de la problemática conlleva a un punto de
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 301-303
EL DESPLAZAMIENTO FORZOSO EN COLOMBIA: UN CAMINO SIN RETORNO HACIA LA POBREZA
303
partida que propicia la vinculación exitosa de esta población originalmente vulnerada
dentro de ese proceso de reivindicación. Además, analizar cada una de las etapas
del proceso de movilización, se transforma en herramientas de gran utilidad para la
comunidad en el momento de informarse e investigar referente al fenómeno de desplazamiento forzoso en Colombia.
Rocío Leal Páez
Kelly Jhazmín Herreño Ruedas.
Universidad de Pamplona, Colombia
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 301-303
NUEVA HISTORIA ECONÓMICA DE COLOMBIA*
La economía colombiana a través de su relativa corta vida ha estado acompañada de todo un proceso histórico. Logrados los gritos de independencia se produce
la aplicación de las filosofías liberales, que de cierta manera la catapultan hacia una
situación de desconcierto y frustración, sumiéndola en el atraso frente a la región. El
libro está elaborado con un carácter didáctico que combina los métodos de la historia
cualitativa, el análisis de las Instituciones, la economía política y la historia comparada;
está escrito de manera cronológica y temática.
En la primera parte, La economía precolombina, se hace una retrospectiva de la
economía precolombina; un continente con civilizaciones importantes en todo su territorio, con un cierto desarrollo que se vio frustrado ante la aparición de unos extraños
seres que cambiaron su destino para siempre. La aparición de los españoles en América
se da dentro de una mezcla de profecía, chamanismo y maldición; encontraron una
población indígena, que para 1492 se ha calculado entre cincuenta y sesenta millones,
la cual hacia 1650 se había reducido a unos seis millones. Debe recordarse que para el
momento del descubrimiento España y Portugal sumaban una población aproximada
de solo diez millones. A su llegada, los españoles encontraron que los aborígenes se
alimentaban de maíz, calabaza, frijoles y aguacate, recursos de caza y pesca, dieta
suficientemente nutritiva para asegurar la reproducción de las poblaciones indígenas.
En el siglo XV la economía de las comunidades prehispánicas en Colombia era una
estructura sólida basada en la agricultura y la producción de mantas, explotación de
minas de esmeralda y oro, carbón vegetal y mineral, sal y cobre. El trueque fue la
principal forma de intercambio entre los muiscas y los pueblos vecinos. Los principales
bienes intercambiados fueron las mantas, el oro y el algodón
En la segunda parte, La conquista y la estructura económica de la nueva granada,
los autores plantean la estructura basada en una economía extractiva, monopolio del
comercio exterior, altos impuestos y sometimiento de la mano de obra. La economía
del período correspondiente a la conquista española estuvo influenciada por la catástrofe
demográfica, que redujo de manera radical la población en los 150 años siguientes al
descubrimiento, cuando quedó reducida al 10%. Sólo después de 1.650 comenzó la
recuperación poblacional, a expensas principalmente del proceso de mestizaje. Fue tal
la magnitud del genocidio, que sólo hasta 1918 se recuperaría el número de la población encontrada por los españoles 400 años atrás. El poblamiento se fue orientando
principalmente hacia las tierras situadas por encima de los mil metros sobre el nivel
del mar, evitando los mosquitos y las enfermedades que ellos trasmitían. Mientras
España decaía económica y militarmente en el siglo XVII, América y el Nuevo Reino de Granada prosperaban sobre la base de una agricultura criolla de haciendas en
expansión y una minería del oro que se reanimaba por la oferta creciente de esclavos
*. Kalmanovitz, S. (edt.) (2010) Nueva historia económica en Colombia, Taurus Historia, Bogotá,
págs. 360.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 305-307
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Walter William Gutierrez Urquijo y Maureen Dayanna Cely cárdenas
y de mineros independientes. Antes de las reformas borbónicas del siglo XVIII los
impuestos constituían 3% del PIB, cifra que se triplicó hacia comienzos del siglo XIX,
carga muy pesada sólo por debajo de la de Nueva España.
En una tercera fase y parte, La independencia y la economía en el siglo XIX, se
describe como la independencia significó un largo retroceso económico, sin embargo
libero en gran parte las imposiciones del absolutismo hispánico, las guerras frenaron el
desarrollo económico. El siglo XIX fue esquivo para el desarrollo económico del país.
El fuerte impacto que provocó la Independencia hizo empobrecer más a una colonia
que no había sido particularmente rica, con efectos que se sintieron por lo menos hasta
1850. La Constitución de 1863 surge como un pacto de regiones, tal como se expresa
en su texto: «Éstas (las regiones) se unen y confederan a perpetuidad, consultando su
seguridad exterior y recíproco auxilio, y forman una Nación libre, soberana e independiente, bajo el nombre de Estados Unidos de Colombia». La debilitación del gobierno
central, por otra parte, se debió a que todo el poder quedó depositado en los Estados
Soberanos, manejados muchas veces por antiguos caudillos militares de las Guerras de
Independencia. Las políticas liberales de apertura, simplificación tributaria, federalismo
fiscal y fomento de la banca privada, tuvieron efectos positivos sobre el crecimiento,
que se reactivó a partir de 1850 y se extendió por 35 años.
Y finalmente en la cuarta parte, La evolución económica de 1886 a 1905 y las
condiciones políticas del crecimiento moderno, se inicia con la reflexión acerca de
cómo el largo auge económico propiciado por los liberales desde la segunda mitad
del siglo XIX fue cortado hacia 1895 por la reacción conservadora, que contribuyó a
una caída sustancial del crecimiento. A los cambios profundos en la Constitución y en
las reglas que ordenaban la economía, elaboradas sin consenso con la oposición, les
siguieron tres guerras civiles. La última de ellas fue la más larga y cruenta de las que
había vivido el país hasta entonces y tuvo altos costos económicos. La crisis económica
y el desmembramiento del país, que perdió Panamá, sin embargo, condujeron a una
nueva alianza política que creó reglas de armonía entre las élites, las cuales fueron
suficientes para encauzar un rápido crecimiento económico durante el siglo XX. El
gobierno liberal introdujo la banca libre en Colombia, que estaba compuesta por organizaciones que contaban con reservas en moneda metálica sobre cuya base emitían
billetes de manera ordenada y responsable, porque estaba en juego su reputación y el
futuro del negocio. Para 1885, el gobierno le otorgó al Banco Nacional el monopolio
de la emisión de billetes. A pesar de sus compromisos de emisión moderada, que no
se cumplieron, el Banco convirtió la emisión de billetes en una fuente importante de
la financiación del déficit del Estado. La Guerra de los Mil Días había aniquilado
40% de la población masculina, 90.000 hombres, y había paralizado al país por casi
cuatro años. En muchas regiones había destruido la riqueza agrícola e infraestructuras.
Colombia iniciaba el siglo XX arruinado, con hiperinflación y con la cruenta guerra
civil que dejó el país sin su más rica provincia, Panamá, la cual se separó en 1903.Las
nuevas instituciones políticas y económicas encauzaron el crecimiento económico de
Colombia durante el siglo XX. Las políticas monetarias y fiscales, durante la mayor
parte del nuevo siglo, estuvieron marcadas por la prudencia, creando equilibrios macro
económicas suficientes para sostener ese crecimiento.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 305-307
NUEVA HISTORIA ECONÓMICA DE COLOMBIA
307
De esta manera el texto trata en sus diez y siete capítulos, distribuidos en cuatro
partes, desde la economía precolombina, pasando por la conquista, la independencia
y todo el proceso evolutivo del siglo XIX, hasta llegar al crecimiento económico del
siglo XX, internándonos en la problemática de la crisis del 2008. Sin duda alguna
la Nueva historia económica de Colombia reúne las condiciones de una obra bien
elaborada que permite entender de manera rápida y fluida los acontecimientos de los
posibles giros que pueda dar la economía del país.
Walter William Gutierrez Urquijo
Maureen Dayanna Cely cárdenas
Universidad de Pamplona, Colombia
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 305-307
DESARROLLO Y TRANSFORMACIÓN.
OPCIONES PARA AMÉRICA LATINA*
La crisis económica global que se desató en 2008 y que aún está presente es sin
duda alguna una de las más profundas que ha podido evidenciar el mundo capitalista.
Los resultados han sido devastadores y poco esperanzadores para el futuro inmediato
de la economía mundial, trayendo consigo problemas de desempleo y el aumento de
las condiciones de pobreza para los países menos fuertes en términos económicos,
además de la crisis financiera. Así mismo, «se entrelazan con la crisis ecológica y
con el fin de un paradigma energético y de un modo de consumo basado en el uso y
abuso de los combustibles fósiles».
Como era de esperarse los resultados a la crisis están lejos de consolidarse y
servir en la misma medida para todas las naciones que se vieron afectadas en sus
economías, tal es el caso de los países más desarrollados y que conforman el grupo
del G-20 que no «han logrado mo­dificar sustancialmente el marco de incertidumbre en
que se desenvuelve la eco­nomía mundial» y más cuando se conoce que las estrategias
económicas que estos países adoptan están orientadas a la defensa de políticas neoliberales y de liberalización financiera; es decir, estas medidas le restan importancia a
este gigante, la actual crisis.
Los aportes de cada uno de los autores que intervienen en esta obra tratan temas de gran relevancia en lo que respecta al proceso de crisis por el que atraviesa
América Latina, por lo que el propósito fundamental es discutir las opciones para el
desarrollo con que cuenta la región. Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente
se ha podido observar la transformación social y política en gran parte de la región,
ya que se ha visto en doce países el cambio de modelos políticos tradicionales por
movimientos político-sociales, y partidos que se denominan progresistas, de izquierda
o democráticos, que dejan las propuestas del Consenso de Washington.
Esta obra está dividida en veinticuatro capítulos. Los tres primeros capítulos hacen referencia a los temas fundamentales de la agenda para el desarrollo de América
Latina, teniendo en cuenta como opción de desarrollo la implementación del desarrollo
endógeno y su relación directa con la cultura, también el proceso que se ha evidenciado
al pasar del uso de políticas con base en el Consenso de Washington a la construcción
de un desarrollo por medio de alternativas para la democracia que ha sido realizado
por gobiernos que «se reconocen como progresistas, populares de izquierda»; al tiempo
que se hace una revisión crítica al socialismo del siglo XXI, su auge y aporte en el
desarrollo de la región en los últimos años, teniendo en cuenta que estos cambios al
modelo socialista implican aspectos filosóficos, políticos y sociales.
Los capítulos IV, V y VI tratan del proceso de transformación económica de
América Latina y los obstáculos que se han dado en dicho proceso, y también las im-
*. VIDAL, Gregorio; GUILLÉN, Arturo y DÉNIZ, José (coord.) (2010) Desarrollo y Transformación.
Opciones para América Latina. Madrid: Fondo de Cultura Económica de España, 492 págs.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 309-311
310
Manuela Montañéz y Jenny Susana Ardila Elejalde
plicaciones que ha tenido la «tradición hegemónica del imperialismo norteamericano
en el devenir latinoamericano». De igual manera, se menciona la importancia de la
innovación social en la región de acuerdo a las condiciones propias de cada territorio
y al aprovechamiento de sus ventajas comparativas que pueden generar procesos de
desarrollo mediante el protagonismo dinámico de la comunidad.
Los temas a tratar en los capítulos VII, VIII y IX corresponden a analizar las políticas y estrategias que se han implementado en América Latina con miras al desarrollo
y los resultados que se han obtenido, haciendo un paralelo con el desempeño que ha
tenido Asia del Este y su orientación radical diferente a las políticas neoliberales que
la han consolidado como una de las regiones con más altos niveles de desarrollo. Otro
aspecto de gran importancia es la relación que se debería presentar entre el Estado y el
mercado, no sólo por considerar intereses capitalistas sino por la búsqueda de bienestar
y equidad en la distribución del ingreso per cápita y además por el dinamismo que esta
relación positiva puede traer tanto en crecimiento como en desarrollo para la Región.
En los tres siguientes capítulos, X, XI y XII, se abordan las estructuras económicas primadas de la región y los resultados favorables o en contra que se han dado
desde la apertura económica, además de señalar el alto grado de dependencia que tiene
América Latina gracias a las ideas progresistas del Consenso de Washington, las crisis
del MERCOSUR y las propuestas de desarrollo que giran en torno de la integración
de las economías para su consolidación.
En los capítulos XIII, XIV y XV se explora el panorama económico de América
Latina en los últimos años al seguir políticas económicas ineficientes que han causado
deterioro en las condiciones de vida de la población, y muestra las transformaciones
que han dejado las migraciones como un fenómeno de alto impacto social en la región.
No obstante, no todo es malo ya que también se plantean las estrategias que la región
ha querido considerado oportunas para la reconstrucción de su desarrollo.
Los capítulos XVI, XVII y XVIII se examinan algunas experiencias nacionales
en los países que están ensayando caminos distintos a la ortodoxia neoliberal como
Ecuador, o la situación económica actual de Argentina y su notable recuperación
en términos macroeconómicos e indicadores sociales. En esta triada de capítulos se
analiza también el contexto de Uruguay, haciendo referencia a cómo históricamente
se ha diferenciado del resto de los países latinoamericanos por su estabilidad política y social, aunque en la segunda mitad del siglo pasado abordó largos procesos
de estancamiento económico y con ello inestabilidad en el ámbito social, político y
cultural hasta la actualidad; igualmente se matiza «la continua referencia a la integración de la región sobre bases nuevas, como un elemento necesario para avanzar
en el desarrollo». Del mismo modo se sostiene que es básico fortalecer los sistemas
regionales de comercio a partir de los espacios regionales diferenciados: MERCOSUR,
el ALBA y el UNASUR.
Y finalmente, en los seis últimos capítulos, XIX a XXIV, se evalúa el comportamiento económico de México, características y problemas de su modelo de crecimiento basado en políticas de corte neoliberal mantenido a partir de las propuestas
del Consenso de Washington, y fundamentado desde de la apertura comercial y financiera. Algunos autores realizan esta evaluación y reconocen que la desregulación y
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 309-311
DESARROLLO Y TRANSFORMACIÓN. OPCIONES PARA AMÉRICA LATINA
311
liberalización financiera han provocado serias transformaciones que han dado lugar a
diversos escenarios de crisis.
Los problemas sociales y económicos de América Latina podrían reducirse si
cada país o la región en conjunto se contextualiza y primordialmente se aparta de las
estrategias de crecimiento regidas por el Consenso de Washington, ya que a pesar de
que varios países adoptaron las medidas recomendadas, sus economías no consiguieron
emprender un desarrollo vigoroso y hasta llegaron a sufrir crisis profundas. Se requieren
tácticas globales de competencias y asociación de crecimiento basadas en políticas de
desarrollo que puedan sustentar y responder a los efectos de la actual crisis.
El reconocimiento que sin duda merece esta publicación incurre en el esfuerzo
investigativo de los autores por demostrar los cambios que se están llevando a cabo
en los países latinoamericanos a causa de las crisis evidenciadas en los últimos años
y por supuesto por la crisis actual de la globalización; sin embargo, es imprescindible
profundizar en los procesos de transformación económica y política, y avanzar en esquemas de integración que consideren la relación sur-sur, y por tanto apostar con firmeza.
Manuela Montañéz
Jenny Susana Ardila Elejalde
Universidad de Pamplona-Colombia
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 309-311
EL CLUB DE LA MISERIA: QUE FALLA EN LOS PAÍSES
MáS POBRES*
Indagar acerca de las cuestiones del desarrollo no solo supone un análisis por sí
solo complejo, sino que además centrar la atención en los países en vías de desarrollo
y en mayor medida en aquellos catalogados como Desarrollos Fallidos, es una tarea
altamente exigente que si bien se encuentra en la lista de los temas tratados por el
G-8 y de organismos internacionales como el Banco Mundial y el FMI, aún dichas
cuestiones se alejan de ser comprendidas en su totalidad y mucho menos solucionables.
El propósito del autor con este interesante libro es encontrar cuáles son los problemas fundamentales que aquejan a aquellos países pertenecientes al club de la miseria
(los 58 países más pobres del mundo o los mil millones de personas más pobres del
mundo) y que infortunadamente les ha dificultado mejorar la calidad de vida de sus
habitantes; para ello, se sustenta sobre un gran número de artículos especializados
publicados en revistas profesionales, además de una amplia base de datos utilizados
para análisis estadísticos.
El libro se encuentra estructurado en cinco partes, escrito de tal manera que permite la fácil comprensión de las ideas del autor que de manera impactante desvela el
trasfondo del desarrollo mundial en el contexto de una acelerada globalización cada
vez más exigente y hostil.
La primera parte, Definición del problema, está constituida por un ítem: I)
Rezagados y fracasados: el club de la miseria, donde se definen las problemáticas,
dificultades y características de los países más pobres del mundo desde la perspectiva
del crecimiento económico.
En la segunda parte, Las trampas, el autor propone y explica cuatro dificultades que
afectan a los países pertenecientes al club de la miseria y que les limita el proceso de
desarrollo y crecimiento al punto de estancar su economía: a) La trampa del conflicto,
que explica desde el punto de vista estadístico, la situación de los países que sufren
una guerra civil o un golpe de estado, analizando todas sus posibles causas: sociales,
políticas, geográficas y económicas; b) La trampa de los recursos naturales, argumenta
que los países con abundantes recursos naturales pueden terminar siendo más pobres,
pues lo que pierden en términos de crecimiento, no se compensa con esos ingresos
excepcionales que les proporcionan las rentas obtenidas por la explotación de dichos
recursos; c) Sin salida al mar y con malos vecinos, expone como la combinación de
recursos escasos, falta de salida al mar y vecinos sin oportunidad de crecimiento o sin
la capacidad de aprovecharlas prácticamente condena a un país a una vía muerta; d)
El mal gobierno en un país pequeño, en el cual se lleva a cabo un análisis estadístico
para evaluar la calidad de gobernabilidad y de sus políticas en pro del ciudadano y
para eso recurre al índice de evaluación política e institucional de los países.
*. COLLIER, Paul (2010) El club de la miseria: que falla en los países más pobres del mundo.
Bogotá: Random House Mondadori S.A, 331 págs.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 313-315
314
PAOLA
ANDREA
SÁNCHEZMendoza
GAMBOA y Eder Alexander Botello Sánchez
Paola
Andrea
Sánchez
La tercera parte, Un paréntesis: ¿la globalización al rescate?, está constituida
por un ítem, los que pierden el tren: la marginación del club de la miseria en la economía mundial, señala que la globalización impacta a los países en vía de desarrollo
por medio de tres procesos: el comercio de mercancías, los flujos de capitales y la
migración de personas, donde el comercio mundial es un arma de doble filo altamente
riesgosa para estos países, que si bien con fuertes medidas y acuerdos comerciales
correctamente especificados podrían salir de su situación, también podrían hundirlos
más en la trampa de los recursos naturales bajo las fuertes presiones de nuevos actores
en el mercado internacional.
La cuarta parte, Los Instrumentos, está constituida por cuatro ítems: a) ¿La Ayuda
Al Rescate?, en el cual se señala que la ayuda económica aunque necesaria, no es suficiente, siendo muy poco probable que ésta por si sola sirva para afrontar los problemas
del club de la miseria, y se ha vuelto tan sumamente politizada que su diseño suele ser
bastante disfuncional; por tal motivo el autor cuestiona la actual forma de suministrar
las transferencias financieras, para hacerlas más efectivas y aumentar su margen de
absorción; b) La Intervención Militar: constituye un factor de vital importancia para
la recuperación de los desarrollos fallidos, ya que cumple con tres funciones indispensables: la restauración del orden; el mantenimiento de la paz durante las posguerras; y
la prevención de golpes de Estado donde esta deberá ser barata, firme y sostenida; c)
Leyes y Normativas: propone el cambio en la legislación occidental, y la modificación
de normas internacionales, cuya promulgación ayudaría a encauzar los comportamientos
en el club de la miseria y para eso es necesario un estatuto normativo o reglamento
apropiado para sus sociedades con un nivel de desarrollo como el suyo; d) La política
comercial como remedio contra la marginación: revela la actual incoherencia entre las
políticas internacionales de ayuda y las comerciales, el autor defiende fehacientemente
que el club de la miseria debe tener un mercado de «comercio conveniente» donde sus
productos de exportación posean precios más elevados en forma de donativo; y no solo
eso, estos deben romper sus barreras proteccionistas que no permiten la diversificación
y la libre competencia en pro de la productividad para lograr acuerdos de integración
regional. Por tanto, se debe reconsiderar el papel que desempeña el club de la mísera
en la OMC, estableciendo dadivas unilaterales.
La quinta parte, La lucha de los mil millones más pobres, está constituida por
un ítem: Un plan de acción, que especifica detalladamente como en cada una de las
trampas, se puede maniobrar con los instrumentos ya planteados. En el caso de la
«trampa del conflicto» presenta dos ámbitos de intervención: la posguerra y la labor
preventiva; en la «trampa de los recursos naturales», es una equivocación ofrecerles
ayudas financieras, siendo las leyes y normativas la principal herramienta de corrección;
en la «trampa sin salida al mar y los malos vecinos», el autor reconoce que no existe
un instrumento lo bastante poderoso como para socavar dicha trampa y que para poder
lidiar con ésta es necesaria la ayuda financiera, donde sus vecinos deben reconocer y
aprovechar las oportunidades; en la «trampa del mal gobierno» son protagonistas las
normas y estatutos nacionales e internacionales dispuestos por el autor, que de manera
fáctica trabarán las prácticas comunes de corrupción, amonestando los malos gobiernos
que den función contraria a los instrumentos otorgados.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 313-315
EL CLUB DE LA MISERIA: QUE FALLA EN LOS PAÍSES MáS POBRES
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Poco a poco el crecimiento y el desarrollo económico del modelo imperante ha
disminuido la miseria de la mayor parte del mundo, ya sea de una manera modesta o de
formas deslumbrantes en otros casos; esto solo ha reflejado una parte de la tarea fácil
y ahora debe dirigir luces hacia los países más pobres del mundo que no han logrado
encauzar sus economías, y cuyo telón de fondo ha sido el éxito del desarrollo global.
Este inusual e intrigante libro abre la imaginación (factor indispensable) para el
correcto cambio de mentalidad que reduzca los objetivos y amplié los instrumentos
en pro del bienestar mundial.
Paola Andrea Sánchez G
Mendoza
AMBOA
Eder Alexander Botello Sánchez
Universidad de Pamplona-Colombia
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 313-315
EL LIBRE MERCADO Y EL HUNDIMIENTO
DE LA ECONOMÍA MUNDIAL*
La teoría económica moderna con su fe en el libre mercado y la globalización,
como eje central de un conjunto de políticas económicas «discrecionales» encargadas
de atenuar las fluctuaciones cíclicas de la economía, concibe el mercado como un
ente eficiente y autoregulador de las mismas. Evidentemente la realidad económica ha
demostrado que los mercados son la base de cualquier economía próspera, pero que
no funcionan bien por si solos, ya que las economías necesitan de un equilibrio entre
el papel de los mercados y el papel del gobierno con importantes contribuciones por
parte de las instituciones privadas y no gubernamentales.
Una prueba fehaciente de lo anteriormente mencionado es la Gran Recesión del
2008, la cual deja al descubierto defectos fundamentales del sistema capitalista. Quien
más que un economista tan experimentado como Stiglitz para esclarecer «cómo entró
el mundo en caída libre» y «qué políticas y/o acontecimientos desencadenaron el
gran desplome del 2008». Con una intención distinta, bajo una crítica a la economía
moderna, el autor argumenta que las políticas cruciales como la desregulación fueron
una consecuencia de fuerzas políticas, económicas, e ideológicas que iban más allá
de cualquier individuo en particular.
Para demostrar su premisa, el autor ha estructurado su trabajo en diez capítulos
que permiten al lector la fácil apropiación de las ideas que este intenta explicar a lo
largo del texto. En el Capítulo I. La gestación de una crisis, analiza las causas de la
recesión económica del 2008 iniciada en Estados Unidos como consecuencia de una
burbuja inmobiliaria en una economía desregulada no gestora del riesgo, basada en
el apogeo de la titulización y la interconexión de la economía estadunidense con el
resto del mundo.
En el Capítulo II. La Caída Libre y Sus Repercusiones, se explica cómo los problemas del sistema financiero repercuten de manera rápida en diversos sectores de la
economía, especialmente la forma en que las dificultades del crédito trajeron como
consecuencia contracciones del gasto de los consumidores, destrucción de empleo y
disminución del valor de los activos.
El Capítulo III. Una Respuesta Fallida, describe como el gobierno se ocupó de
estimular la economía; estímulo que, desde la perspectiva de Stiglitz, no fueron los
más acertados ya que no contaban con principios básicos encargados de mejorar el
uso eficaz de los recursos, la confianza y seguridad institucional.
En el Capítulo IV. El Fraude De Las Hipotecas, el autor muestra como el gobierno
no consiguió salvar a los propietarios de las viviendas del excesivo endeudamiento, y de
los extravagantes instrumentos empleados por los bancos para «sacarles todo el dinero
posible», maquillando sus altos niveles de riesgo con elevados niveles de rentabilidad.
*. STIGLITZ, Joseph (2010) Caída Libre: El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial.
Bogotá: Taurus S.A, 424 págs.
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 317-318
318
Dennys Jazmín Manzano López y Edwin José Hernández Prada
El Capitulo V. El Gran Atraco Estadunidense, pormenoriza como dos administraciones hicieron frente a la crisis financiera, lo que debieron haber hecho y las posibles
consecuencias, destacando las cinco fallas del sistema financiero: a) disparidad entre las
rentabilidades sociales y privadas; b) las instituciones financieras se hicieron demasiado
grandes para quebrar y muy caras para salvar; c) el paso de la banca a la titulización;
d) los bancos comerciales adoptaron la pauta de alto riesgo-alta rentabilidad; y e) los
banqueros olvidaron que debían ser ciudadanos responsables.
En el Capítulo VI. La Avaricia Rompe El Saco, se critica el postulado de que los
avances científicos permiten conocer mejor el riesgo, y que estos dan como resultado
nuevos productos financieros cada vez más arriesgados, olvidando que se debía diseñar
una estructura regulada encargada de evitar la influencia excesiva de los mercados
financieros.
El Capítulo VII. Un Nuevo Orden Capitalista, plantea una de las posibles respuestas
al interrogante de porque la crisis del 2008 ha desviado al gobierno de su tarea central
de solucionar los problemas estructurales que afronta la economía. Una vez más el
autor ratifica la importancia del papel del gobierno dentro de la reestructuración del
sistema económico.
En el Capítulo VIII. De La Recuperación Mundial A La Prosperidad Mundial, se
enfatiza en como la crisis puede abrir nuevas oportunidades para gestionar una prosperidad mundial basada en la integración global necesaria para actuar juntos y trabajar
en colaboración; asimismo, Stiglitz recalca la importancia de crear un nuevo sistema
mundial de reservas y de nuevos planes para gobernar el sistema económico mundial.
El Capitulo IX. Reformar Las Ciencias Económicas, establece un cambio no solo
de la economía sino de las ciencias económicas en general, independientemente de que
se haya cambiado o no el orden económico mundial «la ciencia económica ha pasado de
ser una disciplina científica a ser el principal hincha del capitalismo de libre mercado».
En el Capitulo X. Hacia una nueva sociedad, se expone el hecho de que se deben
aprovechar las crisis para reflexionar y pensar en qué tipo de sociedad queremos vivir, en la que deben eliminarse no solo los errores del modelo económico dominante,
sino las fisuras morales que agobian a la sociedad, entre las que destacan los créditos
abusivos, las pirámides, los trucos con las tarjetas de crédito, entre otras.
Finalmente, es de vital importancia reconocer el conjunto de fundamentos teóricos y prácticos empleados por el autor para cumplir a cabalidad su objeto de estudio,
imprimiéndole al libro un sello bastante particular por medio del reconocimiento o
importancia del concepto de equidad y bienestar social a la hora de predecir y evaluar
las crisis.
Dennys Jazmín Manzano López
Edwin José Hernández Prada
Universidad de Pamplona-Colombia
Cuadernos Geográficos, 48 (2011-1), 317-318
ÚLTIMOS NÚMEROS
• N.º 43 (2008-2). Monográfico sobre La convención europea del
paisaje.
• N.º 44 (2009-1). Ordinario.
• N.º 45 (2009-2). Monográfico sobre Vulnerabilidad Sociodemográfica y Ambiental. Viejos y nuevos riesgos.
• N.º 46 (2010-1). Ordinario.
• N.º 47 (2010-2). Monográfico sobre Ordenación del Territorio.
Mayo 2011.
• N.º 48 (2011-1). Ordinario. Julio 2011.
• N.º 49 (2011-2). Ordinario. Enero 2012.
• N.º 50 (2012-1). Monográfico sobre Andalucía. Julio 2012.
NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN EN CUADERNOS GEOGRÁFICOS
1. Los artículos serán originales, referidos a una investigación propia en las áreas de conocimiento geográfico. Se remitirán, escritos en español, inglés o francés, a la secretaría de la revista Cuadernos Geográficos,
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Se remitirán dos copias del texto, una en papel y otra en formato Word a la dirección de correo
electrónico antes indicada. Junto al texto, se remitirá también una página que contenga el TÍTULO DEL
TRABAJO en ESPAÑOL y en INGLÉS, nombre del autor/es, y un currículum vitae del autor/es de entre
cinco y diez líneas. Asimismo, la dirección oficial o particular del autor principal, teléfono, DNI y e-mail.
2. El FORMATO de la página será:
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– Margen izquierdo y derecho: 3 cms.
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– Número máximo de páginas A4, incluidos cuadros, tablas, mapas gráficos y bibliografía: 25
En la primera página del texto, además del título del trabajo en español e inglés, nombre del autor/
es e institución en que presta/n sus servicios y e-mail, se consignará un RESUMEN del estudio realizado,
con una extensión máxima de 12 líneas, en ESPAÑOL, INGLÉS Y FRANCÉS. Tras cada Resumen se
consignarán las PALABRAS CLAVE en los tres idiomas citados.
3. Especificaciones para la COMPOSICIÓN DEL TEXTO:
a) El texto se deberá componer seguido, con sólo un retorno tras el punto y aparte y un único
t a b u l a d o r
para
sangrar
el
inicio
del
párrafo
siguiente.
b) Las siglas se escribirán sin puntos intermedios.
c) Cuando el autor quiera destacar alguna palabra y/o frase del texto, empleará letra cursiva. En
cambio, cuando reproduzca palabras o frases destacadas por otro autor, las compondrá entrecomilladas y en letra normal.
d) Los títulos de los diferentes apartados o capítulos y los subtítulos se compondrán en letra
mayúscula: Los primeros (apartados) irán además en negrita. Asimismo, se los ordenará correlativamente utilizando numeración arábiga.
4. Las REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS INTERCALADAS en el texto se compondrán citando
entre paréntesis los apellidos en mayúscula y la inicial del nombre del autor o primer autor (en caso de
varios tras la inicial del primero se pondrá «y otros») A lo anterior seguirá el año de edición y las página/s.
La BIBLIOGRAFÍA irá al final del trabajo, NUMERADA COMO UN APARTADO MAS DEL
MISMO, ordenada alfabéticamente por autores y de acuerdo al siguiente orden y aspecto: apellidos del autor/
es en mayúsculas e inicial del nombre (en mayúscula sólo la primera letra de cada nombre propio); año
de publicación (entre paréntesis y distinguiendo a, b, c…, en caso de que el autor tenga más de una obra
citada en el mismo año); título del libro (en letra cursiva); del artículo (en letra normal y entrecomillado);
título de la revista (en letra cursiva), número, editorial y páginas de ésta.
5. Las NOTAS se numerarán correlativamente mediante llamadas en el texto (en caso de coincidir
con signo ortográfico, la llamada aparecerá antes que éste).
6. Las TABLAS, MAPAS Y / O GRÁFICOS se ajustarán a la caja de la Revista; se numerarán correlativamente (numeración arábiga) y de forma independiente; llevarán un breve título (centrado, en mayúscula). Al
pie se indicará/n Ia/s fuente/s. Las cabeceras de los cuadros se compondrán en letra cursiva, el resto en normal.
Los mapas y/o gráficos se presentarán totalmente aptos para su reproducción y en soporte informático, indicando el programa utilizado. Si es necesario irán en disco aparte del texto pero indicando en éste
el lugar en que deben incluirse. Llevarán un breve título e indicarán la fuente utilizada para su elaboración
y la escala numérica y/o gráfica. Estarán adaptados a la caja de la revista.
7. Los trabajos se remitirán a la Secretaría de Redacción de la Revista. Se acusará recibo de los originales
en el plazo de quince días. El Consejo de Redacción, tras recibir los preceptivos informes externos y anónimos,
resolverá sobre su publicación en un plazo máximo de seis meses contados desde la recepción en secretaría.
8. Todos los originales recibidos serán sometidos a evaluación externa, confidencial de especialistas
en la materia, mediante el método de pares ciegos elegidos al azar.
9. Los autores tendrán derecho al envío de un ejemplar del volumen en que aparecieron sus trabajos.
10. A efectos de publicación, no será tenida en cuenta la correspondencia convencional o electrónica
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11. El Consejo de Redacción de la Revista rechazará todo trabajo que no se atenga estas Normas.
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1. The articles must be of original work, referring to one’s own investigation of geographic content
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of the journal Cuadernos Geográficos, Departament of Geography, University of Granada, La Cartuja Campus,
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– Left and right margins: 3 cms
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– Font size: 12
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In the first page of text, in addition to the title of the article in English and Spanish, include: name
of the author/s, institution providing support and e-mail, an ABSTRACT IN SPANISH, ENGLISH AND
FRENCH with a maximum of 12 lines each one. After each abstract, enter KEYWORDS in the respective
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(sections) also in bold. These must be ordered sequentially with Arabic numerals.
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and the initial of the author’s name (in the case of multiple authors, add after the first, «and others»). This
will be followed by years of editing and page / s.
The BIBLIOGRAPHY should go at the end of the paper, NUMBERED AS A REFERENCE
SECTION, sorted alphabetically by authors in accordance with their order and to look as follows: surname
of the author / s and capitalized initial of the name / s own / s; year of publication (distinguishing between
parenthesis and a, b, c. …, in case there is more than one work; title of the book (in italics) or article (in
normal lettering between quotes); title of magazine in italics, number, and editorial pages.
5. FOOTNOTES must be numbered sequentially as they appear in the text. If the signs call coincided
with signs spelling go ahead of the latter.
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11. The Editorial Board will reject any work that does not comply with these standards.
forzoso en Colombia: un camino sin retorno hacia la pobreza (RLPyKJHR);
Nueva historia económica de Colombia (WWGUyMDCC); Desarrollo y
transformación. Opciones para América Latina (MMyJSAE); El club de
la miseria: que falla en los países más pobres (PASMyEABS); El libre
mercado y el hundimiento de la economía mundial (DJMLyEJHP)...........
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