Itxina: un laberinto natural

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Itxina: un laberinto natural
Parece mentira, pero a pocos kilómetros de Bilbao o Vitoria existe
un lugar al que no se puede acceder en vehículo, en el que no hay
agua potable y en el que el visitante se encuentra a merced de las
dificultades naturales. Perderse o caer por una de sus simas es un
riesgo real, que se acrecienta en los días de niebla o nieve.
texto Alejandro Cantero,
Ingeniero de Montes, IKT
fotografías IKT
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Un poco de geografía
Orozko es, con más de 10.000 ha, el
segundo municipio más extenso de
Bizkaia, pero es el primero en cuanto a
extensión de pino radiata (unas 4.300 ha)
y de haya (1.250 ha). La mayor parte de
sus hayedos se ubican en diversos montes públicos situados en la cara norte del
Gorbeia. Uno de estos hayedos constituye una singularidad geográfica dentro del
País Vasco: se trata del extenso hayedo
de Itxina, situado en el Monte de Utilidad
Pública nº10 “Iturriotz”, propiedad del
Ayuntamiento de Orozko.
La planicie kárstica de Itxina es una sucesión de lapiaces, dolinas y simas situada
en el corazón de Gorbeia, a una altitud
media rondando los 1.000 metros y rodeada de acantilados de roca caliza. Reúne
la particularidad de estar doblemente
protegida, ya que se encuentra en el
Parque Natural de Gorbeia desde 1994 y,
además,
fue
declarada
Biotopo
Protegido en 1995, abarcando una superficie de 571 ha.
Este verano se ha publicado el libro "El
último pastor de Itxina", en el que se describen las vivencias de José Maria
Olabarria Iturbe, quien lleva cerca de
treinta años siendo el único pastor de
esta zona. Los numerosos pastores,
leñadores y comerciantes de nieve que
han trabajado en Itxina a lo largo de los
últimos siglos han ido desapareciendo,
dejando paso a un hayedo cada vez más
denso, desarrollándose entre las grietas
rocosas. En una entrevista que la EiTB le
realizó a este pastor, le preguntaron si no
le daba pena que se perdiera su milenario oficio y se sinceró afirmando que no,
que prefería que nadie se dedicara a este
trabajo tan duro. Aunque se trata de una
zona preciosa para visitar de vez en cuando, sólo él sabe lo sacrificado que es vivir
y trabajar en esta montaña.
La escasez de hayas gruesas en Itxina
permite deducir la intensa explotación
ganadera y forestal del bosque durante
siglos. Ahora la situación está cambiando, ya que la abundante regeneración
natural del haya, generalmente en forma
de brotes de cepa, ha dado lugar a un
hayedo en pleno crecimiento. Este bosque es uno de los más difíciles del País
Vasco para llevar a cabo un inventario
forestal, por lo que constituye un buen
ejemplo de la potencialidad de la teledetección, mediante el LiDAR, en la estimación de los recursos forestales.
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1 El conocido Ojo de Atxular.
2 Típica senda en Itxina, discurriendo por el hayedo y el lapiaz.
3 Txabola en Lexardi.
4 Panorámica desde Lekanda hacia el sur, hacia Arraba y Gorbeiagane.
5 Típica imagen del hayedo de cepa de Itxina, en general denso y con bajos
diámetros alcanzando considerables alturas en el fondo de las dolinas.
6 Hayedo de las laderas rocosas de Kargaleku.
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El itinerario propuesto
Pagomakurre (cota 868) es un tradicional
punto de partida para las ascensiones al
Gorbea desde los valles de Orozko o de
Arratia. Si el Órgano Gestor del Parque lo
permite, se puede alcanzar en vehículo
esta área de refugios, por medio de una
buena pista de acceso que cruza antes el
área recreativa de Larreder.
Desde Pagomakurre parte un sendero
que, en dirección oeste, va ascendiendo
entre pinos y abetos, pasando por numerosas áreas húmedas. Tras llegar al límite municipal de Orozko, las coníferas del
monte de Areatza dejan paso a las hayas,
el sendero se empina y aparece la roca
caliza. Un pastizal con espinos aparece
coronado por la pared norte de Itxina,
que sólo puede ser franqueada por
medio del paso natural conocido como el
Ojo de Atxular o de Atxulo (1.050 m).
El Ojo de Atxular constituye el salto a
otro paisaje totalmente nuevo e inquietante. Dejamos atrás la sucesión de
montañas y nos adentramos en un
roquedo cubierto por hayas y lleno de
grietas y simas. Los caminos aparecen y
desaparecen entre la hojarasca y, si no
se conoce el terreno, lo mejor es dejarse
llevar por la brújula o el GPS. No es adecuado confiar en el móvil, pues no suele
haber cobertura en el interior del karst.
Muy cerca, hacia el noroeste, se encuentra la mítica cueva de Supelegor, donde
la diosa Mari tenía una de sus moradas.
Nos dirigiremos hacia el sur, buscando la
cima de Lekanda (cota 1.302). Tras recorrer una estrecha senda bajo las hayas, el
paisaje se abre en las campas de
Lexardi, donde el último pastor de Itxina
conserva su txabola y sus ovejas.
Para muchos excursionistas, Itxina constituye el corazón del Gorbeia, no sólo en
sentido geográfico, sino también como
lugar mágico, solitario y misterioso, en el
que unen valores naturales, históricos y
mitológicos. En invierno impresiona el
silencio de la nieve y en verano la fauna
se refugia entre las hayas, vigilando
nuestro paso.
Bajo la cumbre de Lekanda se extienden
las praderas de Arraba, ya en el municipio de Zeanuri. Estas praderas, situadas
en un precioso balcón sobre el valle de
Arratia, vierten sus aguas hacia un
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pequeño arroyo que se sumerge bajo las
calizas de Itxina. La mayor parte de los
recursos hídricos sumergidos bajo el
karst de Itxina emerge hacia el oeste del
macizo, por la surgencia de Aldabide.
Abandonamos Itxina hacia Arraba por la
zona de Kargaleku (1.111 m), donde tradicionalmente se cargaba la leña y la
nieve exportadas a zonas bajas de
Bizkaia, destinada básicamente a la
generación y conservación de alimentos.
La producción de hielo o nieve prensada
era una de las principales actividades
económicas en esta montaña. Aún se
pueden visitar las profundas neveras de
Neberantz y de Neberabarri, ubicadas
aprovechando depresiones naturales del
karst.
Ya en Arraba (cota 1.070), puede optarse
por volver hacia Pagomakurre por una
buena pista forestal, completando un
recorrido circular que habrá llevado entre
4 y 5 horas en total, dependiendo de las
paradas. Si hay ganas de caminar más,
las alternativas son variadas: descender
hacia Ubidea o el puerto de Barazar por
el este, ascender a Gorbeiagane (1.482
m) hacia el sur o bajar al valle de Orozko,
cruzando diversas majadas ganaderas,
hacia el oeste.
La montaña del Gorbeia lleva milenios
adaptándose a las necesidades humanas, proporcionando diversas materias
primas a los pueblos circundantes. El
contexto actual es de descenso en el
nivel de aprovechamiento de esos recursos naturales y de aumento en las medidas de conservación de la Naturaleza, lo
que está favoreciendo la expansión de
diversos hábitats y de las especies de
fauna y flora asociadas. Un cese total de
la explotación de esos recursos no parece aconsejable, pues supondría el abandono por parte de los propietarios de los
terrenos. Desconocemos el punto óptimo de equilibrio entre producción y conservación, pero Itxina constituye un
avance de los resultados esperables.
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