Género, Edición Nº 41 / Mayo de 2016 ISSN 2500-8749 Equidad y Justicia Boletín informativo Observatorio de Género, Equidad y Justicia Juan Sebastián Duque Posada Director Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas Esteban Muñoz Galeano Coordinador Centro de Investigaciones Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas Equipo investigador: Juan Jacobo Agudelo Galeano Carlos Mario Piedrahita Londoño Cesar Jaramillo Henao En clúster académico con: Facultad de Ciencias Básicas e Ingeniería: Jorge Mauricio Sepúlveda Castaño Decano Corrector de estilo editorial: César Augusto Muñoz Restrepo Diseño: Laura Yohana Vélez Osorio Contacto: Correo electrónico: juan.agudelo@uniremington.edu.co Página web: http://www.uniremington.edu.co/observatoriode-genero-equidad-y-justicia.html Contenido Editorial: ¿Paz para quién; paz para qué? Página 4 Columna de opinión: Motivo de indignación ¿Rosa Elvira Cely fue responsable de su muerte? Página 6 Objeción de conciencia y la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) Página 9 Desigualdades de clase Grave problemática que aqueja a la sociedad colombiana Página 12 Los números sobre el acoso a la mujer en el transporte de la Ciudad de México Página 15 Con estos emojis, Google quiere promover la igualdad de género Página 16 Jineth Bedoya devolvió al Estado monto económico al estado colombiano Página 17 Sospechosos de agredir sexualmente a niños pueden ser excarcelados Página 18 “El sistema legal colombiano ha contribuido a naturalizar la violencia de género” Página 19 Colombia celebra 165 años sin esclavitud, pero más del 60% de afros son pobres Página 20 Colombia: el país donde aún se piensa que una mujer golpeada ‘algo habrá hecho’ Página 21 Diez años del aborto como un derecho Página 22 Guía para profesionales: recursos contra la violencia de género Página 23 Glosario de términos sobre violencia contra la mujer Página 24 Informe sobre Desarrollo Humano 2014 Sostener el Progreso Humano: Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia Página 25 Consejo de Seguridad Pública para las Mujeres Página 26 Objeción de conciencia: Dos debates desde la categoría género Página 26 Cine Debate – Ciclo de dilemas bioéticos Página 27 Programa de Televisión Violencia de Género hacia la mujer de la Personería de Medellín Página 27 “(…) La muerte tiene que parar en este país de masacres y masacradores. Llegó la hora de que pactemos entre todos el fin de la discriminación. En el país de la impunidad, todos somos culpables. Todos debemos reconciliarnos en el país del odio, porque hay para todos en este país de la riqueza. En el trasfondo de tanta barbarie, pervive en nuestra república un cúmulo de inequidades que como una costra dura, impide la comunicación de quienes necesitamos reconciliarnos para derrotar a quienes se lucran de la inviolabilidad institucional que, en medio de la ceguera y sordera generales, planea sobre los colombianos como una placa oscura que nos sume en un mundo de sombras donde bichos y fieras reinan a su antojo. En medio de este caos todos hemos perdido; pierden los poderosos porque se tuvieron que ir con sus hijos a Nueva York, Miami o Madrid desarraigándose, lejos del país de los desarraigos; pierden los poderosos que se quedaron aquí, porque malviven arrinconados en su propia riqueza, en sus fortalezas sitiadas, en sus miedos, porque ya no pueden salir por temor al boleteo, el secuestro y la muerte, en el país de las fortalezas y de las cercas electrificadas, presos de sus guardaespaldas en el país de los guardaespaldas; pierde la clase media, asfixiada por el negro nudo de los impuestos que le impone la guerra y que la aleja del acceso justiciero a la educación, que la condena a vivir sobrecogida en el país del sobrecogimiento; pierden las clases pobres como siempre, más que nunca, por el desempleo y el hambre en el país del desempleo y el hambre” -Pedro Luis Barco, Las Letras de la Paz - 4 Género, equidad y justicia ¿Paz para quién; paz para qué? Juan Jacobo Agudelo Galeano Coordinador del Observatorio de Género, Equidad y Justicia Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de Uniremington juan.agudelo@uniremington.edu.co Los psicólogos estadounidenses Robin Hocker y William Wilmot definen el conflicto como: “Una lucha expresa entre al menos dos partes interdependientes que perciben que sus objetivos son incompatibles, sus compensaciones son reducidas y la otra parte les impide alcanzar sus objetivos”1. Desde esta concepción, el conflicto ha sido visto como un estado anómalo y negativo en las sociedades humanas, más allá de que su presencia se evidencie en situaciones de carácter individual o colectivo. Aun así, como parte intrínseca de la condición humana, el conflicto presenta una condición positiva, ya que al hacer visibles sus secuelas se pueden presentar cambios que modifiquen, no solamente las causas, sino también las consecuencias de este, posibilitando que las sociedades reconozcan y asuman nuevas formas de resolución de sus conflictos y que incluso, al hacerlo, se aprenda a convivir con ellos como elementos propios de estadios donde las diferencias son aceptadas y reconocidas como etapas de procesos positivos de transformación social. En el ámbito colombiano, la definición de conflicto ha sido asociada de forma indisoluble a una condición de lucha sociopolítica, no obstante las diversas dataciones de origen expuestas por especialistas e intelectuales que consideran que nuestra problemática tiene una antigüedad de unos 70 años en el marco de la denominada: “época de la violencia”, durante la cual, conservadores y liberales batallaron por el poder en medio de una situación que fue escalando hasta alcanzar límites inimaginables, en medio, además, de cruentos hechos donde ríos de sangre comenzaron a regar de forma indescriptible los campos de nuestro país. Edición N° 41 / Mayo de 2016 “La violencia fue una escuela política para el partido conservador porque ayudó a saber cuál era el deber, porque le enseñó un poco de disciplina y nosotros estábamos sinceramente orgullosos de lo que el partido hacía para mantener en el poder a la Iglesia, a la patria y a la familia. Por eso se luchó, pero eso se degeneró”2 . En concreto, ha sido una lucha donde ideales, intereses y justificaciones han sido los puntales para que hombres y mujeres, desde la legalidad y la ilegalidad, enarbolando diversas banderas, hayan considerado su lucha válida y legítima. Empero, como en toda situación donde el conflicto es protagonista, se presentan ganadores y perdedores. Y de hecho, en el caso de Colombia, infortunadamente, la población civil en una gran mayoría ha sido la damnificada, especialmente la que ha vivido en las zonas rurales en donde han sucedido masacres, desplazamientos, extorsiones, siembra de minas antipersona, entre otros actos de barbarie por parte de todas las partes intervinientes, quienes en procura de alcanzar sus objetivos y derrotar al denominado enemigo, no han medido las consecuencias de sus acciones. En este sentido, vale anotar que los proclamados ganadores dentro de ese conflicto, casi siempre se han inclinado hacia la permanencia y continuidad de este, ya que ello les permite mantener discursos y prácticas guerreristas, a la par que usufructúan económica y políticamente réditos para mantenerse o seguir manejando el poder en la sombra. En efecto, es desde el lugar de los perdedores y los ganadores que se vuelve reiterativa e imperiosa la pregunta por la búsqueda de la paz; en especial, cuando nuestra Constitución Política en su artículo 22 establece que: “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”3. Precisamente, Carlos Gaviria4 manifestó en su momento, en relación con ese artículo constitucional, que ello era una condición insólita y extraña, ya que ninguna Carta magna en el mundo tenía una disposición en la cual la paz se convierte en un imperativo en el accionar del Estado. Vale entonces decir que la presencia de actores armados al margen de la ley no es la única causa del conflicto –incluso desde algunas orillas, ello es solo un síntoma– que por momentos se ha vislumbrado como perenne, aun con las múltiples políticas, estrategias y acciones de carácter militar; sino que de fondo encontramos también un enorme desequilibrio social que ha generado que amplios sectores de la población colombiana se encuentre en las líneas de la pobreza y la miseria, y que vea cada vez más reducida las posibilidades de acceso a ciertas condiciones que permitan lograr unos márgenes de equidad aceptables unos márgenes de equidad aceptables. En este contexto, el debate actual se ha centrado en la aplicación de la justicia transicional, ya que se discute entre la justicia y la paz; entre quienes demandan un mayor castigo para que no exista impunidad y los que exigen una paz sin condiciones 5 y que perciben la justicia como un obstáculo para el logro de esa paz. A propósito de esta discusión, Ricardo Sánchez Ángel, decano de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, plantea que: “[…] la peor impunidad es continuar la guerra y la violencia y la peor injusticia es la falta de paz. Se debilita la soberanía de la Constitución, se acorrala el orden republicano y se violan sistemáticamente los derechos humanos”5. En otros términos, tras observar ciertos conflictos que en otros países han finalizado con una dejación de las armas, la paz no se alcanza con una firma (incluso, en algunos casos las cifras de delitos se incrementaron); empero, un proceso en el cual la vía política adquiere mayor importancia que la vía armada, posibilita que las sociedades resuelvan sus conflictos de forma propositiva, no desconociéndolos ni negándolos, sino transformándolos mediante vías democráticas que generen un reconocimiento y respeto hacia el otro sin violentarlo ni acallarlo por las diferencias en sus ideas. De igual forma, esa alternativa permite que aquellos que manejan el poder ya no se focalicen sobre el síntoma nombrado, buscando desviar la atención sobre asuntos que han ocasionado las desigualdades existentes y que han buscado permear la estructura socioeconómica imperante, sino que además se vean obligados a reconocer y a aplicar acciones orientadas, no exclusivamente a combatir el factor armado, sino también a establecer políticas y estrategias centradas en un enfoque de los derechos, donde el denominado “Estado social de derecho” realmente brinde las garantías para que estos se vivencien y se disfruten. Y es que sin la paz, o por lo menos sin la apuesta por esta, ninguna sociedad ni Estado alcanzará los fines establecidos, tal como lo manifiesta Norberto Bobbio: “En el ámbito de un orden jurídico pueden perseguirse otros fines, paz con libertad, paz con justicia, paz con bienestar, pero la paz es la condición necesaria para el logro de todos los demás fines, y por lo tanto, se convierte en la razón misma de la existencia del derecho”6. 1 Citados por Sonia París Albert. “Filosofía de los conflictos”. Barcelona: Icaria. 2010. 2 Relato de un campesino durante la época de la violencia. Citado por Alfredo Molano. “Los años del tropel”. Bogotá: Punto de Lectura. 2006. 3 Pedro Alfonso Pabón Parra. “Constitución Política de Colombia esquemática”. Bogotá: Ediciones Doctrina y Ley. 2013. 4 Carlos Gaviria Díaz (1937 – 2015). Abogado, Juez, Magistrado y presidente de la primera Corte Constitucional, senador, y candidato presidencial en el año 2006 por el Polo Democrático Alternativo, obteniendo para dicha elección más de dos millones y medio de votos. 5 Ricardo Sánchez Ángel. “Cinco tesis sobre el derecho a la paz en Colombia”. Universidad Nacional de Colombia. Recuperado de: https://goo.gl/JVAh5I 6 Norberto Bobbio. Citado por Ricardo Sánchez Ángel. “Cinco tesis sobre el derecho a la paz en Colombia”. Universidad Nacional de Colombia. Recuperado de: https://goo.gl/JVAh5I 6 Género, equidad y justicia Motivo de indignación ¿Rosa Elvira Cely fue responsable de su muerte? Por: Carlos Mario Piedrahita Londoño Investigador del Observatorio de Género, Equidad y Justicia Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de Uniremington Carlos.piedrahita@uniremington.edu.co El pasado 14 de mayo de 2016, y los días que siguieron, ocurrió el alboroto –no sin razón– por la contestación que dio la Alcaldía de Bogotá, a través de dos abogadas de la Secretaría de Gobierno, a la demanda administrativa interpuesta por la familia de Rosa Elvira Cely contra el Distrito Capital, la cual se enmarcó en fallas en el servicio, con motivo de la violación, tortura y asesinato por parte de Javier Velasco Valenzuela contra Rosa Elvira Cely. Vale anotar que, tanto la tragedia que ocurrió en el Parque Nacional de Bogotá el 24 de mayo de 2012, como la respuesta del Distrito Capital, son dos muestras contundentes –entre muchas miles– y representativas de la naturalización de la violencia contra las mujeres en nuestro entorno, no obstante las muchas normas expedidas y las campañas de promoción sobre los derechos de la mujer y la visibilización de dicha problemática. Según lo expuesto por las dos abogadas, el acusado debería ser exonerado de responsabilidad administrativa porque los graves hechos que rodearon la muerte de Rosa Elvira Cely, lo fueron por culpa exclusiva de la víctima. Para una mayor ilustración, reproduzco los párrafos escandalosos de defensa de la Alcaldía de Bogotá, en lo que se conoce como excepciones de mérito y que fueron publicados en el portal de internet Las 2 Orillas: Culpa exclusiva de la víctima “Leídas las declaraciones que en el proceso penal se registran de los compañeros de estudio de ROSA ELVIRA CELY, se puede observar que de todos en el establecimiento educativo era de conocimiento la clase de personas que eran JAVIER VELASCO como el otro compañero con los cuales salió la noche del 23 de mayo de 2012 ROSA ELVIRA CELY, todos sabían que tenían comportamientos raros y los tildaban de malosos. No obstante lo anterior, ROSA ELVIRA CELY salió a departir con ellos, se tomaron unos tragos (así se registra en la historia clínica cuando se afirma que ingresa con aliento alcohólico), van a departir a un bar, se traslada en la moto con JAVIER VELASCO Edición N° 41 / Mayo de 2016 al sitio donde ocurrieron los hechos, sitio que todos sabemos es desolado e intransitado en las noches. Puso en riesgo su integridad y vida, hasta el punto que JAVIER VELASCO le Cercenó su existencia; si ROSA ELVIRA CELY no hubiera salido con los dos compañeros de estudio después de terminar sus clases en las horas de la noche, hoy no estuviéramos lamentando su muerte”. Es un texto bastante pobre de razón, estilo y gramática, pero no por ello pobre de contenido –bueno… pobres de contenido positivo o asertivo–. Los mensajes del escrito y su título son claros, no solo ante Rosa Elvira Cely, sino también frente a todas las mujeres que son ella misma. De esos argumentos se desprenden entonces que las mujeres tienen que conocer cómo son los hombres, sobre todo sus compañeros de estudio (“que son raros y son malosos”). Es que las mujeres, a pesar de que saben cómo son los hombres, salen con ellos a tomar trago – la evidencia probatoria y material recolectada en el hospital así lo señala–; además, las mujeres se montan en las motos de los hombres raros y se van con ellos a lugares desolados e intransitados y de noche. Así pues, si no se cuidan, son responsables de lo que les pase. Después, la representación del Distrito destella con su tesis, antítesis y conclusión de la más alta filosofía: “Puso en riesgo su integridad; si no sale, y menos de noche, no le pasa nada; como salió, lamentamos su muerte”. Sin duda alguna, la “mejor” conclusión es que ella –Rosa Elvira Cely– fue la responsable de su violación, tortura y muerte. Así entonces, el Distrito Capital debería ser exonerado –y de pronto hasta indemnizado– como cuando se pide en los procesos penales por violencia sexual contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes que se ordenen preclusiones para favorecer a los responsables, generando impunidad, cancelando toda y cualquier reparación posible y propiciando la repetición de los hechos victimizantes. En este contexto, es apenas lógica la gran indignación que se suscitó con este concepto de la Alcaldía capitalina. Sin embargo, para paliar el hecho, se pronunciaron los patriarcas de las rancias familias que de nuevo gobiernan a Bogotá,quienes desautorizaron las razones aducidas en el libelo contestatorio. La necesidad de “quedar bien”, de aparecer políticamente correctos, llevó a los preclaros administradores de la ciudad capital a echar toda el agua sucia a las encargadas de la contestación jurídica, aunque seguramente seguían sus instrucciones. Lamentablemente, la respuesta se conoció públicamente y debieron intervenir para salvar la honra de la ciudad. Ahora proponen conciliar, llegar a un acuerdo; pero es que el Distrito ya tuvo la oportunidad de hacer ese acuerdo, porque es un requisito el agotar recursos para poder presentar la demanda. Quien pretenda demandar 7 debe acudir a la Procuraduría para que se convoque a quien se espera demandar y así precaver el litigio. Después se anunció la renuncia de una de las abogadas que participó en nombre del Distrito en la contestación. Cabe la sospecha: ¿fue una renuncia voluntaria? Sin duda, una, o las dos, son los chivos expiatorios de un escándalo en el que solo obedecían órdenes superiores. Desde luego que la indignación tiene que mantenerse frente a este hecho, pero también frente a la discriminación y violencia de las que son víctimas las mujeres en Colombia. Los centros de estudio, incluidas las universidades, tampoco están exentos de este fenómeno. La normalización o naturalización de la violencia contra las mujeres es pan de cada día en todos los entornos del país. Es claro que esa indignación moviliza a mujeres y a militantes de los grupos de derechos humanos y reivindicaciones ciudadanas, pero ellos no tienen poder más allá, porque lamentablemente lo han delegado en mandatarios sin responsabilidad política y cuyos intereses son los propios y los de las multinacionales, y no los de la comunidad política a la que representan. Cultura de la desigualdad que se reproduce Rita Laura Segato afirma que el asesinato de las mujeres representa la sanción por el incumplimiento de la norma, según la cual las mujeres deben obedecer ciegamente a los hombres; es un rechazo que debe ser sancionado y los hombres imponen el orden al matar a las mujeres, haciéndoles saber en cabeza de quién está el poder. Es una de las reglas del patriarcado. Se requiere mantener el estatuto y mediante las muertes se notifica a las demás mujeres lo que puede pasarles si no se acogen a él. Las mujeres son instrumentos de realización de los varones que pertenecen a las masculinidades hegemónicas. En este marco, se trata de construcciones culturales que se mantienen vigentes en Colombia y buena parte del mundo, y en las cuales, las relaciones entre hombres y mujeres no se establecen a partir de consideraciones de igualdad, de libertad y de reconocimiento recíproco. Actualmente, hombres y mujeres siguen reproduciendo la cultura de la desigualdad y educando las generaciones para la misma. No obstante, en nuestra sociedad, alguna parte de la población –unas pocas mujeres y menos hombres– promueve la necesidad de establecer unos parámetros de convivencia más respetuosos, no mediados por la violencia ni la instrumentalización de los demás, sobre todo de las demás. La tragedia que configura la muerte de Rosa Elvira Cely es apenas una muestra de la violencia que sufren muchas mujeres en nuestro país, cuya máxima expresión es el asesinato cualificado denominado feminicidio. Es válido complementar 8 Género, equidad y justicia este fenómeno con algunas estadísticas: más de un tercio de las mujeres en el planeta ha sufrido violencia por parte de un hombre; al menos una de tres mujeres, en alguna etapa de su vida, ha sufrido violencia sexual; en 125 países del mundo se da cuenta del continuo y naturalizado acoso sexual; en 119 países es constante la violencia doméstica; en 52 países la violencia en el matrimonio es normal. Igualmente, de todas las mujeres víctimas que se incluyen en las cifras anteriores, menos del 40 % rompen el silencio frente a esos hechos violentos; menos del 10 % ha acudido a poner la denuncia a las autoridades, mientras que a un buen porcentaje de estas últimas la ha repelido, a corto mediano y largo plazo, el sistema de justicia. Precisamente, en Colombia, según consta en un informe publicado en el periódico El Colombiano del 21 de julio de 2015) , entre 2014 y lo que había transcurrido a la fecha en mención, se presentaron 1351 feminicidios, es decir, muertes de mujeres por ser ellas: mujeres. Se señaló también en esa nota periodística, con base en datos de Medicina Legal, que en 2014 se produjeron en el país 1007 feminicidios (el resto, en lo corrido de 2015). Ley Rosa Elvira Cely En Colombia, en 2015 se expidió la Ley 1761, a la cual se le dio el nombre de “Rosa Elvira Cely”. Fue la jurista Isabel Agaton, quien desde la muerte de aquella en 2012, impulsó este proyecto de ley para que pudiera ser realidad después de un gran tiempo de embolate en el Congreso, debido a la falta de voluntad política de los legisladores y el Gobierno Nacional. En concreto, la ley pudo ser formalizada después de que la Corte Suprema de Justicia, en audiencia pública del 9 de marzo de 2015, un día después de la conmemoración del Día Internacional de las Derechos de las Mujeres, reconociera la existencia del delito de feminicidio en el Código penal a través de un agravante incorporado por la Ley 1257 de 2008, pero cuya aplicación no la había realizado la propia Corte, y tampoco, en su totalidad, la Fiscalía General de la Nación y los jueces de la República. Es de recordar que la Ley 1761 establece de manera autónoma el delito de feminicidio y lo sanciona de forma especial, aunque con penas inferiores a las que podrían aplicarse con la Ley 1257. El ánimo del país y sus juristas, solo permitió que en 2015 pudiera reconocerse este delito atroz. Anotemos que tal vez, desde la Ley 599, el Código penal, en una de las circunstancias de mayor punibilidad (como se denomina a la agravación punitiva general), pudo leerse y pedirse el reconocimiento del feminicidio al establecerse que debe aplicarse una mayor pena cuando el delito se comete por razones de discriminación o motivación de sexo. Así entonces, volviendo al ejemplo de la actitud del Distrito en este caso en particular, ella no resulta extraña; por el contrario, es una postura continua y sistemática. Es una muestra de cómo el Estado, por intermedio de sus distintas autoridades y manifestaciones, ha respondido a la solicitud de responsabilidad por la comisión de muchos delitos, y por ello, incluso, hace parte de la política pública. En efecto, existe la Agencia para la defensa jurídica del Estado, la cual establece directrices que deben ser acogidas por los distintos estamentos estatales nacionales, regionales y locales (centralizados o descentralizados). De lo anterior se deduce que los falsos positivos, por ejemplo, fueron y son respondidos diciendo que los soldados y sus mandos estaban cumpliendo con sus obligaciones, aun habiendo quedado al descubierto de lo que realmente se trataba. Así, el Estado se defiende con argumentos como el que estableció la alcaldía de Peñalosa frente a la demanda de la familia de Rosa Elvira Cely. En este sentido, hay que preguntarse: ¿cuántas veces se ha demandado a la Nación por los falsos positivos?, ¿cómo le responden a las familias?; la presidencia de Uribe Vélez que tuvo como política pública real los falsos positivos, ¿cómo respondió las demandas de las madres de Soacha? En los territorios de comunidades negras e indígenas ha pasado otro tanto. Recordemos el caso de Cacarica en el Chocó, en el cual, después de que los jueces colombianos en muchas ocasiones hubieran sancionado a integrantes del Ejército colombiano, a paramilitares y a palmicultores, el Estado alegó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos que no habían sido los militares, ni los paramilitares, y menos los empresarios de la palma, sino que los autores de los delitos fueron las Farc. Cunde entonces el mal ejemplo por parte del Estado frente a la responsabilidad y el adecuado y respetuoso trámite de las controversias. En conclusión, lo ocurrido con la respuesta a la demanda de la familia de Rosa Elvira Cely –que ha convocado este escrito– no es aislado; se trata de una situación que ocurre a diario en Colombia, pero a la que no se le ha prestado la atención debida. También vale esta reflexión para que pensemos frente a qué tipo de dirigentes tenemos en el país. Incluso, hay que meditar sobre qué abogados y abogadas se están formando en las Facultades de Derecho. “Es triste ver que defensa jurídica de Estado en muchos casos revictimiza. Alegatos se convierten en ejercicios de negacionismo y desmemoria.” Edición N° 41 / Mayo de 2016 Objeción de la consciencia y la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) Por: Mary L. Lora Mejía Estudiante de noveno semestre de Derecho Integrante Clínica Jurídica Género y Acceso a la Justicia Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de Uniremington maryluzlora@hotmail.com El Estado colombiano ha reconocido que el aborto practicado ilegalmente a un sin número de mujeres a lo largo y ancho del país, es uno de los principales generadores de morbilidad y mortalidad materna, lo que se ha convertido en un problema de salud pública, afectando especialmente a: adolescentes; a mujeres pobres, marginadas o desplazadas; y a mujeres indígenas, todas ellas particularmente vulnerables , quienes al verse enfrentadas a la difícil decisión de asumir o no la maternidad, recurren a la práctica del aborto ilegal, determinación que las lleva a acudir –sin medir consecuencias– a cualquier persona o a lugares en los que se realizan abortos sin los mínimos cuidados o medidas de seguridad y salubridad necesarias. 9 Género, equidad y justicia Así entonces, ante estas y otras evidencias, y después de una lucha incansable de personas, movimientos y fundaciones, el Estado colombiano decide hacer frente a la situación, tomando la medida de despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en el marco de unos casos específicos, además de evolucionar en los siguientes aspectos: el reconocimiento de los derechos de las mujeres; buscar que cada vez sean más estrechos los abismos de equidad de género; y disminuir la violencia contra la mujer en el país8. Precisamente, la Corte Constitucional mediante la Sentencia C-355 de 20069 despenalizó el aborto en Colombia, teniendo presente varios aspectos fundamentales, como: el derecho a la vida; a la protección especial de la que goza la mujer; a los derechos sexuales y reproductivos en relación con el derecho a la educación y a la intimidad; el derecho a la autodeterminación reproductiva; a la dignidad humana; el fundamental derecho a la salud por su conexidad con la vida; el derecho a planear la propia familia. Igualmente, avaló el principio de la dignidad humana, elemento fundante del ordenamiento jurídico, constitucional y autónomo. También reafirmó aquellos tratados y convenciones que hacen parte del bloque de constitucionalidad, entre ellos: la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer –tratado internacional aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 197910 –; la Convención de Belém Do Pará (Convención Interamericana) para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer11; el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional12; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Político13; la Convención sobre los Derechos del Niño14; y la Convención Americana de Derechos Humanos 15 . Igualmente, la Corte Constitucional estableció el soporte jurídico para la atención del IVE, aclarando que la mujer no incurre en delito de aborto en los siguientes casos: cuando la continuación del embarazo constituya peligro para la vida o la salud de la mujer (certificado por un médico); cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida (certificada por un médico); y cuando el embarazo sea resultado de una conducta, debidamente denunciada, constitutiva de acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, abusivo; o de inseminación artificial o de transferencia de óvulo fecundado no consentidas; incluye también el incesto. Mecanismos para la objeción de conciencia La objeción de conciencia es un mecanismo excepcional mediante el cual una persona (no una institución) se exime del cumplimiento de un deber u obligación, en razón de sus convicciones, convicciones religiosas, éticas, filosóficas o políticas16. En Colombia, este precepto se ampara en el artículo 18 de la Carta magna, el cual reza: “Se garantiza la libertad de conciencia. Nadie será molestado por razón de sus convicciones o creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su conciencia.” Ahora bien, la objeción de conciencia no se limita únicamente a dicho artículo; de hecho, es un aspecto que también hace parte de la constitucionalidad internacional. En este sentido, es de resaltar la Ley 16 de 1972, por medio de la cual se aprueba la Convención Americana sobre Derechos Humanos (“Pacto de San José de Costa Rica”), que en sus artículos 13, 16 y 17 nos habla de la libertad de pensamientos y expresión; de la libertad de asociación y de la protección a la familia, respectivamente. Igualmente, incluye el principio fundamental de la dignidad humana reconocido en nuestra Constitución17. Por otra parte, frente a la objeción de conciencia, la Corte Constitucional establece que esta no es un derecho absoluto y que su ejercicio tiene como límite la propia Constitución en cuanto que consagra otros derechos fundamentales. Consecuentemente, el mecanismo de la objeción de conciencia y su relación con la interrupción voluntaria del embarazo nace del conflicto que pueda presentarse entre el derecho a la libertad de conciencia y el derecho a la interrupción del embarazo dentro de las causales de excepción. En esta circunstancia, es una objeción de conciencia que únicamente puede alegar el personal médico y de enfermería que esté directamente involucrado en la realización del procedimiento y de manera individual, tal como lo estipula la Sentencia T-209 de 2008, que además establece que en caso de presentarse la objeción de conciencia, la paciente tendrá que ser remitida a otro profesional que realice el procedimiento, garantizando de esa manera el ejercicio del derecho al IVE 18. tal como se define en la sentencia C-355 de 2006. En esta misma línea, la Superintendencia Nacional de Salud mediante la Circular Externa 3 de 201319, impartió instrucciones sobre la interrupción voluntaria del embarazo. Entre sus disposiciones se destaca, por ejemplo: “Los Prestadores de Servicios de Salud, las Entidades Administradoras de Planes de Beneficios, públicos o privados, de carácter laico o confesional y las Entidades Territoriales, están en la obligación de prestar el servicio de interrupción voluntaria del embarazo a mujeres incursas en cualquiera de las causales establecidas en la Sentencia C-355 de 2006, en cumplimiento de los principios de igualdad, universalidad, calidad, seguridad y eficiencia”; y aclara: “…tienen prohibido generar obstáculos o exigir requisitos adicionales a los señalados en la Sentencia C-355 de 2006 para prestar servicios de interrupción voluntaria del embarazo”. En este contexto, retomo a continuación unas precisiones adicionales frente a la objeción de conciencia y la interrupción voluntaria del embarazo (IVE): Edición N° 41 / Mayo de 2016 14Tratado multilateral general que reconoce derechos civiles y políticos y establece mecanismos para su protección y garantía, adoptado por la Asamblea general de las Naciones Unidas mediante la Resolución 2200 A (XXI) del 16 de diciembre de 1966. http://www.ohchr.org/ SP/ProfessionalInterest/Pages/CCPR.aspx. Adoptada por la Asamblea general de las Naciones Unidas en su Resolución 44/25 del 20 de noviembre de 1989. 16“Pacto de San José de Costa Rica”, suscrito en la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos en San José de Costa Rica, el 22 de noviembre de 1969. http://www.acnur.org/t3/fileadmin/scripts/doc.php?file=t3/fileadmin/ Documentos/BDL/2001/0001 17http://A.org.co/inicio/mujer-2/servicios-mujer/servicios-ive-mujer/ 18Foro Objeción de Conciencia - Dos debates desde el género. Unaula. 2016. 18http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2008/T-209-08. htm 19https://normativa.colpensiones.gov.co/colpens/docs/circular_ supersalud_0003_2013.htm 20Dalén Annika, Guzmán y Molano. (2013). La regulación de la interrupción voluntaria del embarazo en Colombia. Centro de Estudios de Derecho Justicia y Sociedad. Documento – p. 22. (Dalén Annika, Guzmán y Molano. 2013, p.22) En conclusión, no obstante la existencia de esta reglamentación, se siguen presentando tropiezos para aquellas mujeres que buscan ejercer el derecho del IVE. Es así como muchas instituciones se niegan a la realización del procedimiento, con las excusas de: “no contar con personal capacitado”, “no ser institución de complejidad requerida”, además de exigir requisitos adicionales a los previstos en la normatividad colombiana. Por ende, estos obstáculos redundan en que todavía se sigan realizando abortos por fuera de la legalidad, arriesgando la salud y la vida de las pacientes. 7https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/ VS/PP/SM-Protocolo-IVE-ajustado-.pdf 8https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/ VS/PP/SM-Protocolo-IVE-ajustado-.pdf 9http://207.58.191.15:8180/xmlui/handle/123456789/55 10http://www.un.org/womenwatch/daw/cedaw/text/sconvention.htm 11Primera convención continental específica que tiene como objetivo la lucha contra la manifestación extrema de la discriminación estructural y social que viven las mujeres, adoptada el 9 de junio de 1994 durante el Vigésimo cuarto periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos. 12http://www.inamu.go.cr/belemdopara 13Aprobado en Roma (Italia) el 17 de julio de 1998 por la Conferencia diplomática de plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de una Corte Penal Internacional, en lo referente a: delitos reproductivos y sexuales y la autodeterminación reproductiva. 12 Género, equidad y justicia Desigualdades de clase Grave problemática que aqueja a la sociedad colombiana Por: María Claudia Cortés Ruiz Estudiante del noveno semestre de Derecho Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de Uniremington mariaccorr@hotmail.com La desigualdad social no es inevitable, ni es consecuencia de leyes inexorables de la economía. Es cuestión de políticas y estrategias”. Joseph E. Stiglitz La concepción de desigualdad social hace referencia a una situación socioeconómica en la que un grupo o minoría recibe un trato diferente por parte de otro individuo o colectivo con mayor poder social21. Las causas pueden estar enmarcadas en aspectos culturales, religiosos, étnicos, de género, entre otros. Esta desigualdad puede manifestarse mediante el aislamiento, la marginación y la discriminación, abarcando todas las áreas de la vida social del individuo: educación, trabajo, justicia, e incluso, incidiendo en la elección de la ideología política predominante en dicha sociedad en el marco de las luchas por el poder. Cabe retomar al filósofo francés Jean Jacques Rousseau, quien en su obra Sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, sostiene que: “La desigualdad social y política no es natural; que esta no deriva de una voluntad divina y que tampoco es una consecuencia de la desigualdad natural entre los hombres, por el contrario, su origen es el resultado de la propiedad privada y de los abusos de aquellos que se apropian para sí mismos de la riqueza del mundo y de los beneficios privados que derivan de esa rebatiña”. En el contexto actual, la desigualdad social es un problema mundial que comenzó con la propiedad privada y la industrialización, evidenciándose una diferencia importante en los niveles de ingresos y, por ende, en la capacidad adquisitiva de las personas dependiendo de su renta. No es gratuito que hoy, al hacer referencia a las naciones del mundo, se establezca una discriminación entre países pobres y países ricos; a lo que suma una subclasificación: desarrollados, subdesarrollados, economías emergentes, semiemergentes, entre otras categorías. Se advierte entonces, que la distribución de la riqueza es aún más desigual que la de ingresos. De hecho, es inocultable que “la riqueza neta mundial está concentrada en los Estados Unidos, en Europa, Japón y Australia. Precisamente, los Estados Unidos, con un 6 % de la población mundial aprovisiona un tercio de todo el ingreso del planeta (vía consumo), mientras que la India, que alberga un 15 % de la población global, tan solo recibe el 1 % del ingreso del mundo”22. Edición N° 41 / Mayo de 2016 Ejemplos evidentes Sociedades como la inglesa, presentan un nivel de planeación muy alto, ya que desde la niñez, a sus ciudadanos se les estructura cómo va ser su vida; ya saben, más o menos, los tipos de familias a las cuales van a pertenecer; los empleos que van a desempeñar, etc. Es un ámbito donde van seleccionando los niños de acuerdo con su clase social y su capacidad intelectual para que reciban determinado tipo de educación. Así entonces, los niños con menores recursos asisten a escuelas donde el nivel de expectativas desciende considerablemente; allí, pareciera que directa o indirectamente, se les “convenciera” de que están destinados a ocupar los puestos de menor rango de la sociedad; por el contrario, los niños de categoría alta acarician futuros mucho más ambiciosos. Vale anotar que ambas categorías de escuelas, no solamente sirven para formar individuos de cara a futuros trabajos, sino que también inculcan en ellos la concepción de que no todos deben tener las mismas aspiraciones. Es decir, el objetivo es atenuar las ambiciones de quienes se forman en ellas, adaptándolas a las oportunidades existentes en el mercado. Dicho sistema tiene también implicaciones políticas, ya que anima a los futuros “subprivilegiados” a conformarse con el estatus más bajo. Por lo tanto, cuanto mejor logre lo anterior el sistema educativo, más difícil resultará a los grupos radicales conseguir que los menos favorecidos se revelen contra su condición. Sin embargo, a decir verdad, no todas las sociedades industriales poseen estos mismos sistemas educativos enfocados en la jerarquía de remuneración. Así, por ejemplo, en EE.UU. no aplican técnicas selectivas de las personas, ya que estas violan la igualdad de oportunidades, primando la ética del esfuerzo. Las escuelas no estimulan la aceptación temprana al fracaso. Aun así, habiendo las mismas oportunidades y mejor visión de futuro, independientemente de la capacidad del individuo; al tener este mayores aspiraciones cuando en realidad no posee aptitudes para alcanzarlas es cuando surge el problema; surge la sensación del fracaso que se agudizará especialmente en aquellas personas que han tenido animadas sus ambiciones, al contrario de aquellos que mentalmente han sido condicionados para permanecer en la clase baja. En este sentido, cuando se educa indiscriminadamente a todos los niños, sea cual fuere su nivel intelectual, resulta más difícil preparar a los futuros subalternos. En general, se puede afirmar que la desigualdad de oportunidades en todos los niveles es más amplia para los sectores menos favorecidos. Existen otros entes socializadores distintos al sistema educativo. Es innegable la influencia de la familia y el entorno comunitario. Los padres de la clase trabajadora no inculcan grandes esperanzas a sus hijos; ellos tienden a desalentar el 13 ascenso de muchos jóvenes que están capacitados para ejercer y conseguir un empleo superior. También la religión juega un papel importante en este fenómeno, ya que muchas personas buscan en ella un alivio a sus problemas personales y no a sus dificultades materiales y económicas, basándose en la idea de la trascendencia a una vida mejor para los menos favorecidos, cuyos sufrimientos les representará una recompensa posterior. Igualmente, las creencias en las circunstancias de la “suerte” desencadenan otra brecha de desigualdades; en muchas ocasiones, los menos favorecidos recurren al juego y a las apuestas en general para salir de la rutina y descargar las tensiones que se asocian con la esfera económica. Así, la interpretación de la sociedad a partir de rachas de suerte y veleidades misteriosas del destino es frecuente entre los grupos y estratos cuyos miembros tienen muy poca capacidad de control sobre su entorno. Deficiente distribución de riquezas En Latinoamérica la desigualdad social ha aumentado en los últimos años a niveles alarmantes. Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)23 señala que esta problemática en Colombia es de las mayores del mundo; igualmente, según el Dane, la desigualdad, medida por el coeficiente de Gini (0 es total igualdad y 1 total desigualdad), en nuestro país es del 0.55 %, luego de estimarse la riqueza de la población más acaudalada con base en los datos de pagos de impuestos. Por otro lado, Colombia aparece como el país con la mayor participación (en comparación con los demás países de América Latina): el 1 % más rico en el ingreso total a lo largo de toda la serie, lo que supone una amplia brecha en la distribución, puesto que el segmento de los que más reciben llega a capturar el 20.5 % del ingreso total del país. En otros términos, en Colombia, la desigualdad de clases puede establecerse principalmente por la deficiente distribución de riquezas (unos pocos salen ganando); se destaca además la concentración de la tierra que es del 0.91 % y la concentración accionaria que alcanza el 0.95 %, situación que sigue propagando las políticas existentes que en nada ayudan a mejor la realidad social actual de nuestro país. La cuestión es que, en Colombia, desde hace varias décadas, un mismo grupo social “una élite” dirige el país; élite a la cual es difícil su ingreso, por lo cual muchas de las políticas sociales la favorecen y no a la población en general. En este contexto, las desigualdades en Colombia se hacen aún más notables en la brecha existente entre la población rural y la población urbana; es indiscutible que las comunidades rurales difícilmente pueden acceder a las mismas oportunidades que las urbanas, como en los pueblos, y a su vez se les dificulta su acceso a las escuelas, a las universidades, a las oportunidades laborales, a los sistemas de salud, al desarrollo industrial, entre otras alternativas. En realidad, en el tema de la desigualdad 14 Género, equidad y justicia social, la inequidad siempre será una cadena que no termina y se evidencia en todos los aspectos de la vida. De igual manera, también inciden en la desigualdad social en Colombia, los roles que comienzan a cumplir los individuos, desde niños, dentro de la sociedad; las oportunidades son desiguales según la clase social a la que pertenezcan; la educación en escuelas privadas y públicas es bastante diferente; de hecho, habría que ver la calidad de las unas y de las otras, además de los enfoques que estas van planteando frente a la política, creándose un campo de visión muy cerrada en temas de motivación e ideales. También juegan un papel importante ciertos patrones diferenciales de desigualdad, que acrecientan y promueven otras problemáticas sociales, tales como: la corrupción y la violencia, problemáticas que en nada contribuyen a mejorar tal situación y que, por el contrario, favorece los intereses de ciertos grupos sociales. En síntesis, la desigualdad social genera índices de desarrollo bajos para una población; empero, la política predominante en este sistema es que precisamente no mejore dicha situación, pues un pueblo pobre y analfabeta es una comunidad manipulable. Además, por lo general estos factores se concatenan; es decir, cuando hay desigualdad social se generan índices altos de pobreza y, por ende, niveles de desarrollo intelectuales bajos (analfabetismo), estas circunstancias, inevitablemente establecen una estratificación social que influye de forma estratégica en cómo estas personas ven la política, la organización del Estado y la afectación de sus intereses particulares. Aun cuando, para que pueda promoverse la desigualdad social son determinantes las leyes económicas, políticas y asociaciones estratégicas en un país -y en Colombia no son las mejores-, hay una tendencia de los jóvenes en las clases sociales bajas (comunas y zonas vulnerables) a seguir con un ritmo de vida similar al que siempre han vivido, es decir, en condiciones precarias. Ello puede deberse a la falta de educación que padecen, a la falta de oportunidades, pero paradójicamente, también incide la comodidad en la que muchos de estos se sienten para seguir con sus mismas vivencias y en el mismo contexto. Por su parte, en los sectores de clase alta hay una tendencia a seguir el ritmo de vida de su alrededor; además estos estratos son más beneficiados por las oportunidades, la educación de calidad y el peso de las influencias, entre otros aspectos. En general, esta es una realidad básica en la sociedad colombiana. En resumidas cuentas, para brindar una solución coherente al tema de la desigualdad social, no solo debe haber un compromiso por parte de los dirigentes de la sociedad para contrarrestar esta problemática y aumentar los índices de equidad social, sino que también debe haberlo por parte de la población en general, ya que existe un grado de consentimiento y conformismo, situación que no ayuda a que se genere un cambio social notorio. Aun así, hay muchas cosas que podemos hacer; no es únicamente el Estado; hay estrategias que también dependen de nosotros, de cómo actuemos, de lo que queremos y de lo que ambicionamos. https://www.inspiraction.org/ justicia-economica/desigualdadsocial 22 Moreno, Marco Antonio. Los orígenes de la desigualdad. El Blog Salmón. 2008. Recuperado de: http://www.elblogsalmon.com/ curiosidades/los-origenes-de-ladesigualdad 23 h t t p : / / w w w. e l t i e m p o . c o m / economia/sectores/desigualdad-encolombia-es-mayor-de-lo-que-sepiensa-dice-cepal/16546686 21 Edición N° 41 / Mayo de 2016 15 Los números sobre el acoso a la mujer en el transporte de la Ciudad de México Por: Priscila Navarrete Diario El País de España Abril 26, 2016 México es uno de los países más peligrosos para ser mujer. La capital mexicana es el quinto Estado que reporta más feminicidios: más de 100 al año. Sin embargo, la violencia también se manifiesta en la vida diaria de las capitalinas que deben tomar el transporte público. Las siguientes cifras sobre el acoso a las mujeres en el transporte de la Ciudad de México hacen evidente el problema. El transporte público de la capital es el segundo más peligroso del mundo para mujeres, después de Bogotá y antes de la ciudad de Lima, que se ubica tercera en este deshonroso ranking. El 65% de las mujeres aseguran haber sufrido acoso en el transporte público. El 94% de los ataques en el transporte público que se reportan son a mujeres. El 40% de las mujeres han cambiado su vestimenta para evitar ataques en el transporte público. El 58%, correspondiente a 102 de las 192 estaciones del Metro dividen sus vagones para hombres y mujeres en horas pico Los ataques más frecuentes que reportan las usuarias corresponden al 93% a miradas lascivas, 69% acercamientos indeseados, 50% a tocamientos y el 39,7% a toma de fotos y videos. Sin embargo, las denuncias no son muy comunes debido al proceso que implican; por lo cual, sólo el 20% de las mujeres que sufren algún tipo de acoso realiza la denuncia respectiva. 16 Género, equidad y justicia Con estos emojis, Google quiere promover la igualdad de género Los emojis bien podrían ser la representación en miniaturas del mundo moderno. Hay uno para casi todo: desde una carita picarona, pasando por solecitos felices, íconos deportivos, corazones enteros y rotos, e incluso objetos tan peculiares como una máscara japonesa o una estatua de la isla de pascua. Pero resulta curioso que en un mundo donde despunta la igualdad de género, donde las mujeres nunca antes habían tenido tanta participación en la sociedad, el ámbito femenino no brilla mucho en ese universo de figuritas. Y es que los pocos emojis “femeninos” que hay, representan esa cara tradicional y delicada de la feminidad: unas uñas pintadas, una bailarina, una chica cortándose el pelo. ¿Por qué no puede haber un emoji de una mujer doctora? ¿Por qué la cara de un deportista no puede ser la de una chica? ¿Por qué las niñas y adolescentes, que cada vez toman gustos más diversos, solo ven en sus celulares unos labios pintados o un vestidito? Esas preguntas se hicieron algunos diseñadores de Google. Y no se quedaron allí, sino que lanzaron una propuesta que radicaron al Unicode Consortium (el organismo que regula y actualiza el catálogo de emociones puestas en caritas), con el objetivo de “incrementar la representación de las mujeres en los emojis”, tal y como se lee en su proyecto. “No importa a dónde mires, las mujeres están ganando visibilidad y reconocimiento como nunca antes. ¿No es tiempo de que los emojis también reflejen esa realidad en la que las mujeres juegan un rol clave en cada tramo de la vida y en cada profesión?”, se preguntaron los desarrolladores de la compañía. Edición N° 41 / Mayo de 2016 Jineth Bedoya devolvió al Estado monto económico al estado colombiano Portal Kienyke.com Mayo 11, 2016 La periodista Jineth Bedoya fue reconocida como víctima del conflicto tras el secuestro y abuso del que fue víctima en mayo de 2000 en la cárcel La Modelo durante el desarrollo de un trabajo periodístico. “El daño que este conflicto me causó a mí y a mi familia no valen los 24 millones 640 mil pesos que me dieron. Mi reparación es la verdad, es lo único que pido. Ustedes (el Estado) me han revictimizado con sus mentiras, sus omisiones y su inoperancia”, dijo la comunicadora. Según informó la Fundación para la Liberad de Prensa, Flip, es una decisión autónoma de Bedoya que se motiva en la enorme contradicción que existe desde las autoridades en el tratamiento de su caso. Por otra parte, existe un reconocimiento público sobre su lucha por la justicia, aunque el Estado no considera tenga responsabilidad alguna. La Fiscalía cree y mantiene a juicio público que se han investigado plenamente los hechos, esto al haber pasado 16 años de impunidad con serias fallas en la investigación. El Estado afirma que sus agentes no participaron de los hechos, cuando existen pruebas que señalan la responsabilidad de agentes Estatales en el secuestro, tortura y violencia sexual contra la periodista. La veracidad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición son derechos interdependientes que han de estar muy bien estructurados cuando quieren ser reconocidos y garantizados por las autoridades. 18 Género, equidad y justicia Sospechosos de agredir sexualmente a niños pueden ser excarcelados Revista Semana Mayo 12,2016 A partir de ahora quienes estén siendo procesados judicialmente por actos de violencia sexual contra menores de edad podrán recuperar su libertad por el vencimiento de términos legales para ser juzgados. Incluso, hasta ahora, la Corte Suprema de Justicia defendió esa misma tesis, pues entendía que el otorgamiento de la libertad solicitada por esas circunstancias era una de esas concesiones benéficas que el Código de Infancia había empezado a prohibir. Así lo determinó la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, que levantó la prohibición existente desde hace varios años para que salieran de la cárcel quienes estuvieran en la mira de la justicia como sospechosos de haber atentado contra la integridad sexual de los niños. Sin embargo, la tendencia empezó a cambiar cuando ese mismo tribunal entendió que no se trataba de ningún beneficio, sino de un derecho indelegable. Se trataba de un principio universal consagrado en tratados internacionales que obliga al poder judicial de cualquier Estado a garantizar que los procesados sean juzgados dentro de los plazos razonables, sin importar la conducta que se les impute. Durante el gobierno de Álvaro Uribe el Congreso impartió directrices para evitar que personas investigadas penalmente por la comisión de delitos relacionados con terrorismo o incluso la violencia sexual pudieran tener acceso a beneficios que les permitieran, entre otros, recuperar su libertad rápidamente. Por eso, se introdujo una norma al Código de Infancia y Adolescencia que prohibía el otorgamiento de beneficios o subrogados penales a cualquiera que estuviese involucrado en actos de tipo sexual contra menores. A partir de entonces, los jueces de control de garantías empezaron a negar la libertad, por vencimiento de términos, en casos en los que presuntos violadores o probables agresores de niños eran juzgados por fuera de los plazos que la ley otorga para adelantar esas actuaciones. La Corte cree que mantener semejante prohibición puede dar lugar incluso a que personas inocentes que han sido acusadas injustamente de esas conductas permanezcan indefinidamente en prisión, pues la Fiscalía no tendría la presión de tener que avanzar rápidamente para evitar la libertad por vencimiento de términos. Edición N° 41 / Mayo de 2016 19 Revista Arcadia Mayo 16, 2016 “El sistema legal colombiano ha contribuido a naturalizar la violencia de género” Revista Arcadia Mayo 16, 2016 En vista del concepto de la Secretaría de Gobierno sobre el asesinato de Rosa Elvira Cely, que generó indignación en redes sociales, La revista Arcadia habló sobre la violencia y la discriminación de género con Isabel Agatón Santander, escritora, jurista y promotora del Proyecto de Ley Rosa Elvira Cely contra el Feminicidio en Colombia. He aquí extractos de la entrevista: ¿Se puede situar la declaración de que Cely provocó a sus agresores dentro de un contexto de machismo generalizado tanto en la población como en el sistema legal colombiano? Sí, absolutamente generalizado. El derecho ha contribuido a la naturalización de la violencia de género y de perpetuar estereotipos y prejuicios. Por ejemplo, el Código Penal de 1936 dictaba que un padre, hermano o esposo que encontrara a su hija, hermana o esposa cometiendo adulterio y por eso la matara podía alegar la defensa del honor que como atenuante significativo de la pena. Eso trasmite un mensaje de legitimación de la violencia y al feminicidio al responsabilizar a la mujer por atentar en contra de la moral o las buenas costumbres. Cuando se forman servidores o servidoras sin darles una cátedra de género y de derechos humanos ellos reproducen esa legitimación de la subordinación de las mujeres. Entonces vemos sentencias judiciales en las que no se le cree a la mujer cuando denuncia la violencia sexual porque su palabra no se considera confiable y es la única testigo. Un ejemplo reciente es el de Fredy Valencia, que asesinó y enterró a más de una docena de mujeres en Monserrate, y recibió una condena reducida que consideraba su marginalidad y pobreza. Fue más importante para el juez su condición que la de las mujeres que asesinó, a pesar de que estaban en una situación de extrema vulnerabilidad. Ese desconocimiento de un feminicida serial nos habla de esa profunda naturalización de la violencia. ¿Se puede situar la declaración de que Cely provocó a sus agresores dentro de un contexto de machismo generalizado tanto en la población como en el sistema legal colombiano? Sí, absolutamente generalizado. El derecho ha contribuido a la naturalización de la violencia de género y de perpetuar estereotipos y prejuicios. Por ejemplo, el Código Penal de 1936 dictaba que un padre, hermano o esposo que encontrara a su hija, hermana o esposa cometiendo adulterio y por eso la matara podía alegar la defensa del honor que como atenuante significativo de la pena. Eso trasmite un mensaje de legitimación de la violencia y al feminicidio al responsabilizar a la mujer por atentar en contra de la moral o las buenas costumbres. Cuando se forman servidores o servidoras sin darles una cátedra de género y de derechos humanos ellos reproducen esa legitimación de la subordinación de las mujeres. Entonces vemos sentencias judiciales en las que no se le cree a la mujer cuando denuncia la violencia sexual porque su palabra no se considera confiable y es la única testigo. Un ejemplo reciente es el de Fredy Valencia, que asesinó y enterró a más de una docena de mujeres en Monserrate, y recibió una condena reducida que consideraba su marginalidad y pobreza. Fue más importante para el juez su condición que la de las mujeres que asesinó, a pesar de que estaban en una situación de extrema vulnerabilidad. Ese desconocimiento de un feminicida serial nos habla de esa profunda naturalización de la violencia. 20 Género, equidad y justicia Colombia celebra 165 años sin esclavitud, pero más del 60% de afros son pobres Periódico El Espectador Mayo 20, 2016 Datos preocupantes se siguen registrando en nuestro país alrededor de la situación de los afros, quienes a pesar de ser liberados de la esclavitud hace 165 años, siguen vivenciando en el día a día, la discriminación que redunda en carencia de oportunidades que les permita salir del ostracismo y hacer parte de una sociedad que cambia y que en el papel busca la inclusión, pero en la práctica carece de ello. Y es algunas cifras hablan por sí solas, dando cuenta de lo preocupante de la situación de la población afrodescendiente en Colombia: La tasa de pobreza alcanza el 24.4% de la población afrodescendiente y la tasa de miseria se sitúa en el 7.2%. El 43% de la población rural afrodescendiente es analfabeta y el 20% a nivel urbano sufre de igual condición de analfabetismo. Edición N° 41 / Mayo de 2016 21 Colombia: el país donde aún se piensa que una mujer golpeada ‘algo habrá hecho’ Portal Fucsia.co El 37% de los colombianos considera que las mujeres que se visten de manera provocativa se exponen a que las violen; el 24% que las mujeres que se relacionan con hombres violentos no deben quejarse de que las golpeen y el 19% piensa que una buena esposa tiene que obedecer a su esposo aunque no esté de acuerdo. Estos son solo algunas de las conclusiones a las que ha llegado el Estudio de Tolerancia Social e Institucional, realizado por la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, tras preguntar a un total de 407 personas (284 mujeres y 123 hombres) en diez ciudades del territorio. Lo inquietante, además, es que entre los consultados estuvieron varios funcionarios. Estas fueron sus respuestas: * El 11% opinó que si una mujer no opone resistencia frente a un abuso sexual, no se puede considerar que fue una violación. * El 6% coincidió en afirmar que una mujer debe aguantar la violencia del marido para mantener unida a su familia. * El 64% de los funcionarios aseguró que si se deposita un caso de violencia de pareja en sus manos para su resolución, buscará que las partes concilien; una actitud que se opone tajante a la ley que prohíbe la conciliación en casos de violencia intrafamiliar. * Y solo el 81% de estos, con competencias en materia de violencia, son conocedores de que en el país hay leyes que protegen a las mujeres víctimas de violencia. Martha Ordóñez, consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, aseguró que todavía “se requiere un esfuerzo por parte del Estado y por todo el conjunto de la sociedad colombiana para realizar las transformaciones culturales que permitan erradicar los imaginarios, prácticas y creencias que ayudan a perpetuar y fomentar la discriminación y las violencias contras las mujeres”. A tenor de los datos recabados, los esfuerzos del Estado por implementar políticas que protejan a las mujeres contra la violencia de género y que garanticen el respeto de sus derechos ante las instancias institucionales parecen insuficientes. 22 Género, equidad y justicia Diez años del aborto como un derecho Por: Pilar Cuartas Rodríguez Diario El Espectador Liliana, madre de un niño de ocho años, quedó embarazada por segunda vez, pero una fuerte depresión la llevó a querer interrumpir su embarazo. Después de varios tropiezos, logró que su EPS le practicara el aborto porque una clínica privada certificó que estaba en riesgo su salud mental. Sin embargo, funcionarios de esa entidad amenazaron con denunciarla ante el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para que le quitara la custodia de su hijo. Mientras tanto, Johana (de 14 años) y Mariana luchaban contra el drama de una violación sexual. La primera tuvo que permanecer 13 días hospitalizada mientras una junta médica del hospital determinaba si aceptaba su solicitud aborto, a pesar de haber presentado el único requisito que necesitaba: una denuncia penal. La segunda, que fue agredida sexualmente cuando viajaba en un bus desde Buenaventura hasta Cali (Valle), tuvo que soportar un aborto en la misma sala donde una mujer estaba pariendo. Luego, las palabras de una enfermera que le dejó el feto sobre la mesa de noche: “Ahí verá qué hace con eso”. Estos son algunos de los casos, registrados por Women’s Links Worldwide y Profamilia, que ejemplifican las trabas que les imponen a las mujeres que desean abortar de manera segura en Colombia. Y por las que, según expertos, muchas de ellas terminan induciendo ellas mismas los abortos o acudiendo a sitios clandestinos. Según el Ministerio de Salud, unos 24.641 abortos legales se practicaron el año pasado en las instituciones de salud del país, en algunas de las tres causales despenalizadas por la Corte Constitucional hace diez años (riesgo para la vida o salud -física o mental- de la mujer, malformaciones en el feto y violación o incesto). Sin embargo, esa cifra es mínima (6,1%) frente a la de abortos clandestinos: 398.000 (según Profamilia). Un dato que se ha reducido tan solo 0,5% desde 2010, cuando el Instituto Guttmacher estimó que eran 400.078. También es cierto que aunque varios de estos abortos se ajustan a alguna de las tres causales legales, hay otros que son ilegales. Este cálculo es incierto. Edición N° 41 / Mayo de 2016 23 Guía para profesionales: recursos contra la violencia de género -Instituto Asturiano para la mujer - La ONU, en la IV Conferencia Mundial de 1995, ya reafirmó que la violencia contra las mujeres es un obstáculo para lograr los objetivos de igualdad, desarrollo y paz violando y menoscabando el disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Se define como una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres. Existe ya incluso una definición técnica del síndrome de mujer maltratada que consiste en “las agresiones sufridas por la mujer como consecuencia de los condicionantes socioculturales que actúan sobre el género masculino y femenino, situándola en una posición de subordinación al hombre y que se puede manifestar en diferentes ámbitos: maltrato en el seno de las relaciones de pareja, en la vida social, agresiones sexuales o acoso en el medio laboral. La violencia contra las mujeres continúa siendo una epidemia global que mata, lastima y perjudica física, psicológica, sexual y económicamente a millones de mujeres de todas las edades. Para decirlo alto y claro: es una violación de los derechos humanos negarle a las mujeres la igualdad, la seguridad, la dignidad y las libertades fundamentales. Los poderes públicos no pueden ser ajenos a la violencia de género, ya que constituye uno de los ataques más flagrantes a derechos fundamentales como la vida, la libertad, la igualdad, la seguridad y la no discriminación (…). Desde el año 2007, el Gobierno del Principado de Asturias puso en marcha, el Protocolo interdepartamental para mejorar la atención de las mujeres víctimas de violencia de género, como procedimiento de coordinación para asegurar esos derechos, documento que ha sido revisado y mejorado con la participación de los distintos recursos de atención. Como apoyo a este Protocolo, se edita también la “Guía para profesionales. Recursos contra la violencia de género” que recoge los servicios, recursos, prestaciones y entidades que de forma específica, y especializada, forman parte de la red de atención integral a las mujeres. 24 Género, equidad y justicia Glosario de términos sobre violencia contra la mujer -Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres Abraham González - En el diseño de políticas públicas, resulta prioritario contar con un marco conceptual y referencial que sirva para comprender y abordar el fenómeno de la violencia de género. Para conocer la violencia que viven las mujeres y las niñas, no bastan las explicaciones que remiten a su origen cultural; existen causas sociales, económicas, políticas y estructurales que son factores detonantes. Este Glosario de términos sobre violencia contra la mujer ofrece herramientas conceptuales para conocer aspectos directos de la violencia contra las mujeres y los elementos que la circundan, como la pobreza, la segregación social y espacial, la marginación, el género, el poder o la dominación masculina y el feminicidio. También, los y las lectoras encontrarán aquí referencias al marco normativo internacional y nacional que consagra los derechos de las mujeres, conceptos que sirven para guiar políticas públicas, mecanismos creados para la atención a mujeres víctimas de violencia, circunstancias que se relacionan con la participación ciudadana y que permiten guiar una transformación social, además de la definición de factores que ponen a las mujeres en situación de vulnerabilidad. No es suficiente tener legislaciones que garanticen el pleno derecho de las mujeres a la igualdad en todos los ámbitos. Las políticas públicas para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres deben impulsar, de manera paralela, estrategias que actúen sobre la cultura de la violencia, que incidan en un visible cambio cultural. En este sentido, la construcción de conceptos se convierte en un campo estratégico para despojar de superficialidad y prejuicio a las palabras que definen a la violencia, restituyéndoles su poder transformar. Edición N° 41 / Mayo de 2016 25 Informe sobre Desarrollo Humano 2014 Sostener el Progreso Humano: Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia -Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) - El Informe sobre Desarrollo Humano 2014 - Sostener el Progreso Humano: Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia - escruta dos conceptos que están interconectados a la vez y son inmensamente importantes para asegurar el progreso del desarrollo humano. Desde la publicación del primer Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) global del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en 1990, la mayoría de los países ha registrado un desarrollo humano significativo. El informe de este año muestra que las tendencias globales en general son positivas y que el progreso continúa. Sin embargo, se están perdiendo vidas y se están socavando medios de subsistencia y desarrollo por motivo de catástrofes y crisis naturales o inducidas por los seres humanos. Sin embargo, estas fatalidades no son inevitables. Mientras que toda sociedad es vulnerable al riesgo, algunas sufren mucho menos daños y se recuperan más rápidamente que otras cuando la adversidad golpea. Este Informe se pregunta por qué esto es así y por primera vez en un IDH global, considera la vulnerabilidad y la resiliencia a través de una lente de desarrollo humano. Gran parte de la investigación existente sobre la vulnerabilidad ha considerado la exposición de las personas a riesgos particulares, y con frecuencia asociada a un sector específico. Este Informe adopta un enfoque diferente y más integral. Considera los factores que contribuyen a los riesgos para el desarrollo humano y luego analiza las formas en que la resiliencia a un amplio grupo de riesgos en evolución podría fortalecerse. Este enfoque es particularmente importante en nuestro mundo interconectado. Si bien la globalización ha aportado beneficios a muchos, también ha dado lugar a nuevas preocupaciones, manifiestas a veces como reacciones locales a los efectos indirectos de acontecimientos lejanos. Preparar a los ciudadanos para un futuro menos vulnerable implica el fortalecimiento de la resiliencia intrínseca de las comunidades y los países. Este Informe sienta las bases para hacerlo. 26 Género, equidad y justicia Consejo de Seguridad Pública para mujeres El pasado 13 de mayo, los integrantes del Observatorio de Género, Equidad y Justicia de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de UNIREMINGTON asistieron a la segunda sesión del Consejo de Seguridad Pública de las Mujeres. En el encuentro en mención se presentó un balance de los delitos de género en la ciudad, resaltando de nuevo los obstáculos que se mantienen para el acceso de las mujeres a la justicia. De igual forma se reorganizaron comisiones de trabajo y se puso a discusión el reglamento de funcionamiento. Es de resaltar que el Consejo propende por buscar estrategias de articulación, coordinación y garantía de derechos de las mujeres. Participan de este representantes de entidades públicas como la Secretaría de las Mujeres, la Secretaría de Gobierno, Secretaría de Seguridad, la Defensoría del Pueblo, la Policía Nacional, la Fiscalía General de la Nación; también representantes de los grupos organizados de mujeres y de la sociedad civil y algunas universidades comprometidas con los asuntos de las mujeres, como la Corporación Universitaria Remington con sus unidades estratégicas Observatorio de Género, Equidad y Justicia y Programa de atención integral a las mujeres para el acceso a la justicia –PAIMAJU -. Objeción de conciencia: Dos debates desde la categoría género Con el propósito de otorgar nuevos elementos de discusión a los temas de género y derechos humanos, los integrantes del Observatorio de Género, Equidad y Justicia de forma conjunta con los estudiantes de la asignatura Introducción la Énfasis de I semestre del programa de Derecho asistieron al evento Objeción de conciencia: Dos debates desde la categoría Género llevado a cabo el día 12 de mayo en las instalaciones de la UNAULA. Expertos en el tema debatieron acerca de tópicos como la objeción de conciencia frente al servicio militar obligatorio y la objeción de conciencia institucional frente a la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Temas de suma relevancia para los estudiantes de derecho, los cuales permiten reconocer la relación del derecho con la sociedad de la cual se produce e interactúa. Edición N° 41 / Mayo de 2016 27 Cine Debate – Ciclo de dilemas bioéticos El 17 de mayo diversas instancias de la Uniremington, entre las cuales se encuentran las Facultades de Salud y de Ciencias Empresariales, Fomento Artístico y Cultural de Bienestar Universitario y el Observatorio de Género, Equidad y Justicia, dieron continuidad al Cine Debate con el Ciclo de dilemas bioéticos a partir de la película “La Verdad Oculta”. Al evento en mención asistieron alrededor de 70 integrantes de la comunidad educativa de la institución, entre docentes y estudiantes. En esa medida, Cine-Debate propende no solo por ser un proyecto de índole recreativo que activa emociones en el receptor, sino que permite a través de una lectura pedagógica e investigativa generar nuevas formas de relacionamiento entre los actores de la comunidad educativa y de aprehensión del conocimiento. Programa de Televisión Violencia de Género hacia la mujer de la Personería de Medellín Los días 24 y 25 de mayo se presentó por los canales locales de televisión, Telemedellín y Teleantioquia respectivamente, el Programa de Televisión Violencia de Género hacia la mujer desarrollado por la Personería de Medellín. Del mismo fue partícipe el coordinador del Observatorio de Género, Equidad y Justicia, Juan Jacobo Agudelo Galeano quién de forma conjunta con otros profesionales, funcionarios y ciudadanas hicieron un recorrido a nivel histórico, jurídico, psicológico e institucional de una problemática contemporánea y que cada vez se hace más visible. “No creo en el eterno femenino, una esencia de mujer, algo místico. La mujer no nace, se hace”. -Simone de Beauvoir - Edición N° 41 / Mayo de 2016 29 Referencias Portada Imagen tomada de: http://goo.gl/1mIOYm Ver noticia completa en: http://goo.gl/nphKtV Editorial Imagen tomada de: http://goo.gl/Hjt1dK Diez años del aborto como un derecho Imagen tomada de: http://goo.gl/mFVbkz Ver noticia completa en: http://goo.gl/cYWbUC Columna de Opinión Imagen tomada de: http://goo.gl/5j5Ghu Guía para profesionales: recursos contra la violencia de género Imagen y texto tomado de: http://goo.gl/6ghRFr Objeción de conciencia y la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) Imagenes tomadas de: http://goo.gl/gHu4C5 y www.pixabay.com Glosario de términos sobre violencia contra la mujer Imagen y texto tomado de: http://goo.gl/hXCmKQ Desigualdades de clase Grave problemática que aqueja a la sociedad colombiana Imagen tomada de: https://goo.gl/yStfZz y www.pixabay.com Los números sobre el acoso a la mujer en el transporte de la Ciudad de México Imagen tomada de: http://goo.gl/rU7Dpf Ver nota completa en: http://goo.gl/8EZu1g Con estos emojis, Google quiere promover la igualdad de género Imagen tomada de: https://goo.gl/10oU6W Ver nota completa en: http://goo.gl/tKrGw1 Jineth Bedoya devolvió al Estado monto económico al estado colombiano Imagen tomada de: https://goo.gl/5hvP3F Ver noticia completa en: http://goo.gl/qjrUCv Sospechosos de agredir sexualmente a niños pueden ser excarcelados Imagen tomada de: http://goo.gl/L3mEd8 Ver noticia completa en: http://goo.gl/ZiN5zN “El sistema legal colombiano ha contribuido a naturalizar la violencia de género” Imagen tomada de: http://goo.gl/sCCPCr Ver noticia completa en: http://goo.gl/Nm7V5t Colombia celebra 165 años sin esclavitud, pero más del 60% de afros son pobres Imagen tomada de: http://goo.gl/TzBFEM Ver noticia completa en: http://goo.gl/W9cmgw Colombia: el país donde aún se piensa que una mujer golpeada ‘algo habrá hecho’ Imagen tomada de: http://goo.gl/9ODZOw Informe sobre Desarrollo Humano 2014 Sostener el Progreso Humano: Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia Imagen y texto tomado de: http://goo.gl/MIiFlk Consejo de Seguridad Pública para las Mujeres Foto de archivo particular Objeción de conciencia: Dos debates desde la categoría género Foto de archivo particular Cine Debate – Ciclo de dilemas bioéticos Foto de archivo particular Programa de Televisión Violencia de Género hacia la mujer de la Personería de Medellín Imagen tomada de: https://goo.gl/Eu7g6E Para ver el programa completo: https://goo.gl/Eu7g6E 30 Género, equidad y justicia Género, Equidad y Justicia Boletín informativo http://www.uniremington.edu.co/facultades-uniremington/facultad-de-ciencias-juridicas-y-politicas/noticias/437-observatoriogenero-equidad-y-justicia.html