Boletín Oficial de Canarias núm. 141, lunes 29 de octubre de 2001 químicas, por cuanto entrañan la mezcla de agua dulce-agua salada y contaminación de los caudales extraídos por cierta cantidad de sales (especialmente de cloruro sódico) aportadas por el agua marina. 16311 Contaminación agraria. Se produce al infiltrarse hacia el subsuelo, con las aguas de lluvia y de riego, compuestos originados por la disolución de los productos fitosanitarios y de abono utilizados en la agricultura. En algunos casos, esa contaminación puede tener efectos químicos a largo plazo: si en el subsuelo hay poros relativamente aislados de la circulación general del acuífero (cual sucede, por ejemplo cuando se desarrolla en terrenos de tipo arcilloso), el desplazamiento del agua salada por la dulce (una vez que se ha producido la intrusión y se inicia el proceso de recuperación del acuífero) resulta poco efectivo y la contaminación se torna permanente o cuasi-permanente. No parece que éste sea el caso en la isla: por lo que se ha podido comprobar, tan fácilmente como los pozos del acuífero Costero sufren los efectos de la intrusión marina, así de rápidamente se recuperan de ella una vez suspendidas las extracciones y estabilizados los niveles freáticos. Se manifiesta especialmente por la presencia en las aguas de los acuíferos de compuestos nitrogenados, y en particular de nitratos. Cuando aparecen nitritos ha de pensarse en la condición reductora de las aguas, esto es, de la existencia de una contaminación orgánica muy intensa o próxima, y cuyas aportaciones no han podido, por tanto, oxidarse totalmente. Por su propia naturaleza, la contaminación agraria es de condición difusa, es decir, se extiende a lo largo y ancho de las áreas en las que se practica una agricultura de carácter intensivo, con prácticas profusas de abonado y riego. En el gráfico puede contemplarse un ejemplo que muestra la elasticidad de reacción de la calidad del agua frente a los movimientos del nivel dinámico del pozo Morriña [los datos proceden de los estudios hidrogeológicos que realizó el Servicio Geológico de Obras Públicas sobre el acuífero de los barrancos de Las Angustias y Tenisca (Tazacorte)], movimientos que obedecen precisamente a las incidencias que suponen los bombeos en este pozo y en otros de sus proximidades. En la isla, este tipo de contaminación no lleva aparejadas consecuencias graves. Habida cuenta de que la agricultura intensiva y de regadío se practica sólo en una corona próxima al litoral, su contaminación afecta, en todo caso, a las aguas del acuífero Costero, para el que los problemas de intrusión marina suelen representar un problema de mucha mayor importancia. Bien es verdad que, hasta el presente, se carece de un diagnóstico preciso en relación con sus efectos. En las fechas de redacción de estas páginas el Gobierno de Canarias tiene en fase de realización un estudio a propósito del fenómeno y referido a todo el Archipiélago. Aún no está finalizado, pero por lo que se puede saber, en La Palma sólo existen signos de este tipo de contaminación en la zona costera del Valle de Aridane. En algunos casos han llegado a me-