Trabajo Final: Curso de Neurobiología y Plasticidad Neuronal Alumna: Verónica Andrea Quezada Hernández www.asociacioneducar.com Mail: informacion@asociacioneducar.com Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar Profesora: Verónica Quezada Influencia de la neuroplasticidad en el proceso de alfabetización A lo largo del tiempo el ser humano se ha ido adaptando a los innumerables cambios que se han presentado durante la evolución de las sociedades y los sistemas educativos. Todos estos cambios lo han llevado a desarrollar habilidades y capacidades que le permitan poder desenvolverse en la actualidad. ¿Qué sucedería si el ser humano no se preocupara por adquirir las herramientas que necesita para poder ser un agente activo en la sociedad en la que vive?, simplemente sería considerado como un analfabeto, quedando excluido de la cultura a la cual pertenece, ya que según el Director General de la UNESCO, señor Koichiro Matsuura: “La alfabetización se refiere a algo más que a leer y escribir – se refiere a cómo nos comunicamos en la sociedad. Tiene que ver con las prácticas sociales y las relaciones, con el conocimiento, la lengua y la cultura. La alfabetización –el uso de la comunicación escrita– encuentra su lugar en nuestras vidas de forma paralela a otras formas de comunicarnos. Ciertamente, la alfabetización misma toma varias formas: en el papel, en la pantalla de la computadora, en la televisión, en los afiches y anuncios. Los que están alfabetizados lo dan por sentado –pero los que no, quedan excluidos de mucha de la comunicación del mundo de hoy” (UNESCO, 2003, p. 1) Con esta nueva mirada que se tiene de la alfabetización, dejó de ser un proceso de aprendizaje elemental, cuyo objetivo principal era reconocer desde los sonidos del habla a las grafías sencillas de la escritura, para pasar a ser un proceso complejo donde es considerada como el punto de inicio al aprendizaje permanente de las personas. Considerando este proceso de cambios en donde la alfabetización se deja de ver como un proceso fácil y mecánico, es donde comienza a tener mayor relevancia las neurociencias y el conocimiento de la estructura y funcionamiento del cerebro, ya que al tener un mayor conocimiento de este, se tendrá a su vez una mayor comprensión de cómo se genera el aprendizaje y los factores que influyen en él. Pero, ¿cómo funciona el cerebro?, ¿posee una organización que ya se encuentra determinada o se puede modificar?, ¿qué factores influyen en la capacidad de adaptación constante a los cambios que se ve enfrentado el ser humano?, eso es lo que veremos a continuación. El encéfalo, formado por el cerebro, cerebelo y bulbo raquídeo, es una red de más de 100.000 millones de células nerviosas delimitadas, que se interconectan en sistemas que producen nuestras percepciones del mundo externo, centran nuestra atención y controlan nuestro cuerpo y forma de actuar. Anatómicamente, la zona más inferior, está formada por el tronco del encéfalo y el diencéfalo, los cuales se encargan de los procesos más primitivos y básicos: la relación entre las distintas partes del cerebro y la relación de éste con el cuerpo, así como la regulación de las funciones primordiales (respiración, regulación del ritmo cardiaco, circulación sanguínea, entre otras). El cerebelo, situado en la parte media del encéfalo, se encarga del control del equilibrio y de la coordinación del movimiento. En la parte superior, en el cerebro, se recibe la información de los órganos de los sentidos y es el lugar donde residen las funciones ejecutivas como el pensamiento, la inteligencia y las emociones. El encéfalo está formado por dos tipos de células diferentes: las células nerviosas o neuronas y las células gliales, también denominadas neuroglía. Las neuronas llevan a cabo las principales funciones del sistema nervioso y las células gliales se encargan de mantener y proteger a las neuronas. La información se transmite entre las distintas partes del encéfalo y entre éste y la médula espinal a lo largo de una red de neuronas interconectadas. La transmisión de la información entre la neurona presináptica (transmite el impulso nervioso) y postsináptica (recibe el impulso nervioso) recibe el nombre de neurotransmisión o sinapsis y es, en realidad, un proceso electroquímico en el que el encéfalo recibe, analiza y transmite toda la información necesaria para llevar a cabo sus funciones. De hecho, todo lo que aprendemos, nuestros recuerdos, anhelos, valores, conocimientos y capacidades están esculpidos en una inmensa telaraña formada por la asombrosa cantidad de 100.000 millones de células cerebrales, denominadas neuronas. Cada una de estas neuronas tiene la capacidad de conectarse con hasta otras 10.000 de sus compañeras, construyendo así un total de 1.000 billones de posibles conexiones neurales. (Sherrington, 1897) La sinapsis de dos neuronas que se descargan reiteradamente en forma conjunta sufre cambios bioquímicos (denominados potenciación a largo plazo), de tal forma que cuando una membrana se activa o desactiva, la otra también lo hace. Este fénomeno de suma importancia, fue denominada por el psicólogo Donald Hebb: aprendizaje hebbiano, que es la base del aprendizaje y la memorización. Esto quiere decir que cada una de las conexiones que se realizan en el cerebro depende de las diversas experiencias a las que se vea enfrentado el ser humano, como por ejemplo la interacción entre la persona y su entorno físico y social, incluyendo la información captada por los sentidos, la manipulación de objetos, el contacto corporal y visual con otros, la observación de la conducta de otros, etc. La frecuencia con la que se active un circuito neuronal permitirá que esta red de neuronas se pueda mantener en el tiempo y se pueda ir modificando de acuerdo a las nuevas experiencias a las que se vea expuesto o de lo contrario si el cerebro se ve enfrentado a experiencias que caen en desuso provocará que esos circuitos neuronales desaparezcan (redes hebbianas). Todos estos circuitos o redes neuronales pueden desaparecer, reforzarse o modificarse, gracias a la plasticidad neuronal, definida por Ramón y Cajal (2002) como el potencial que posee el cerebro para cambiar de forma permanente, adquiriendo y eliminando datos de manera continua desde la concepción hasta la muerte. Por lo tanto los aprendizajes que se puedan desarrollar a través de la información adquirida a lo largo de la vida, van a promover un cambio de conducta en los individuos, que podrán perdurar en el tiempo dependiendo de la capacidad que tengan para retener y utilizar esa información, ya sea en su memoria a corto o largo plazo, dependiendo a su vez del grado de atención, motivación (intrínsica y extrínsica) y estimulación sensoperceptiva que tengan para incorporar los nuevos aprendizajes. Como se menciono en un principio el proceso de alfabetización del ser humano se puede desarrollar durante toda la vida y esto se debe en gran parte a la plasticidad neuronal que posee el cerebro para adaptarse a los cambios constantes a los que se ve enfrentado. Sin embargo este proceso no se da de la misma forma para todas las personas, debido a que cada individuo se enfrenta a distintos contextos familiares, socioculturales, económicos, educativos, etc., lo que claramente produce una diferencia en las experiencias que vivenciará y en la información que procesará a través de su cerebro para desarrollar aprendizajes que perduren en el tiempo. Bajo esta premisa y considerando lo importante que son los primeros años de vida y el sistema educativo, es fundamental que los niños/as se desenvuelvan en ambientes que los estimulen positivamente, que cuenten con una familia que se preocupe de satisfacer sus necesidades básicas y los apoye en las distintas etapas del proceso educativo, ya que según el Ministerio de Educación (2002)“La familia, considerada en su diversidad, constituye el núcleo central básico en el cual la niña y el niño encuentran sus significados más personales, debiendo el sistema educacional apoyar la labor formativa insustituible que ésta realiza. En la familia se establecen los primeros y más importantes vínculos y, a través de ella, la niña y el niño incorporan las pautas y hábitos de su grupo social y cultural, desarrollando los primeros aprendizajes y realizando sus primeras contribuciones como integrantes activos a la sociedad”. Por otra parte los docentes en su rol de formadores, deben tener conocimiento de los procesos internos que se encuentran involucrados en el aprendizaje (memoria, atención, motivación de un niño/a) y un conocimiento básico de la estructura y funcionamiento del sistema nervioso, para que desde su rol puedan estimular a sus alumnos/as, de tal forma de fortalecer y ampliar sus redes neuronales y lograr aprendizajes que sean realmente significativos y aplicables en su vida cotidiana. Ahora que el aprendizaje adquirido perdure en el tiempo va a depender del uso que el individuo le dé. Por último es importante volver a mencionar que el proceso de alfabetización se realiza durante toda la vida y esto se debe a que las sociedades van cambiando de forma vertiginosa, lo que puede convertir a las personas en analfabetos funcionales fácilmente si no fortalecen aquellas redes neuronales necesarias para desarrollarse como un agente activo en la sociedad. La sabiduría no es producto de la escolarización, sino de un intento a lo largo de la vida de adquirirlo.-Albert Einstein. Bibliografía Adams, R., Victor, M. y Ropper, A. (1998). Principios de neurología. México: McGraw Hill Interamericana. Apoyo de la familia en el proceso de enseñanza aprendizaje. (s.f) Recuperado el 16 de marzo de 2016, de http://www.oei.es/inicialbbva/db/contenido/documentos/apoyo_familia.pdf BLAKEMORE, S.J. (2007). Cómo Aprende El Cerebro: Las Claves Para La Educación. 1º ed. Barcelona: Ariel. Merino M. &Morales F. (2002). Cuadernillos para la reflexión pedagógica. Participación de la familia. Santiago. s/e. Infante, M. & Letelier, M. 2013. Alfabetización y Educación. Lecciones desde la práctica innovadora en América Latina y el Caribe. s/c. Acción Digital. PÉREZ Y PÉREZ, D. (1974). Cerebro Y Conducta. Biblioteca Salvat de Grandes Temas 30. Barcelona: Salvat. Apuntes curso Plasticidad Neuronal (Asociación Educar, Buenos Aires)