Andrea López Azcona PIEZA DEL MES ABRIL 2012 EL MADRID DE EUGENIO LUCAS EN LA COLECCIÓN CERRALBO Días 14, 21 y 28 de abril a las 12:30 h. por Andrea López Azcona Ventura Rodríguez, 17 28008 Madrid 1 El Madrid de Eugenio Lucas en la Colección Cerralbo Texto: Andrea López Azcona Coordinación: Cecilia Casas Desantes Maquetación: Gráficas Pedraza © Museo Cerralbo, 2012 2 Andrea López Azcona EL MADRID DE EUGENIO LUCAS EN L A COLECCIÓN CERRALBO Eugenio lucas velázquez y el romanticismo español El Romanticismo en España adolece de un cierto carácter ecléctico, debido a la rigidez del sistema docente imperante. De este modo, el costumbrismo, como género más destacado, se tiñe de tintes academicistas, al tiempo que la visión de lo popular adquiere un tono pintoresco y amable, como evidencia la obra de los pintores de la Escuela Andaluza, entre los que cabe destacar a Manuel Rodríguez de Guzmán y a Valeriano Domínguez Bécquer. Frente a este costumbrismo suave, las escenas de género adquieren en el foco madrileño un carácter más amargo y caricaturesco, con imágenes realizadas con colores tenebrosos y una factura suelta y empastada. Responden especialmente a estas características dos pintores, Leonardo Alenza (1807-1846) y 3 El Madrid de Eugenio Lucas en la Colección Cerralbo Eugenio Lucas Velázquez, y en menor medida José Elbo (18041844) y Francisco Lameyer (1825-1877). Eugenio Lucas Velázquez se erige como uno de los principales representantes del Romanticismo Español, en la medida en que fue capaz de desarrollar una pintura exaltada de pincelada suelta, que, en opinión de la crítica, le hace merecedor del título de principal continuador de la obra goyesca. Nace en Madrid en 1817, ciudad en la que desarrolla mayoritariamente su producción y en la que fallece en 1870. Hitos destacados en su biografía son su ingreso en la Academia de San Fernando, del que no existe, no obstante, constancia documental (1), lo que vendría a explicar su libertad a la hora de adscribirse a las corrientes estéticas imperantes en Europa, así como su alistamiento en 1854 en la Milicia Nacional, cuerpo en el que imperaban ideas no sólo avanzadas, sino abiertamente revolucionarias. Autorretrato, atribuido a Eugenio Lucas Velázquez, 1855-1860, Museo de la Fundación Lázaro Galdiano, Inv. 11554. La producción de Eugenio Lucas Velázquez es bastante extensa y, aunque se le conoce especialmente por sus obras pictóricas, cultivó con igual maestría el dibujo y el grabado, realizó diversas 4 Andrea López Azcona decoraciones murales e incluso algunas miniaturas, lo que evidencia una notable versatilidad técnica. En activo desde comienzos de la década de 1840 y hasta fines de los años 60 del siglo XIX, su obra se muestra repetitiva en cuanto a temas y enfoques, si bien es en torno a 1850 cuando Lucas comienza a desarrollar su estilo más personal y surgen los grandes temas de su pintura. Es también a partir de 1850 cuando adquiere reconocimiento oficial, pues en ese año recibe el encargo de decorar los techos del Teatro Real de Madrid, actualmente perdidos. Su ascenso continúa en 1851, cuando es nombrado pintor de cámara de la reina Isabel II y en 1853, año en el que recibe la Real y Distinguida Orden de Carlos III, mientras que en 1855 dos cuadros suyos son seleccionados para representar a España en la Exposición Universal de París y se le encarga, significativamente, la tasación de las pinturas negras de Goya en la Quinta del Sordo. La obra de eugenio lucas velázquez en museo cerralbo El Museo Cerralbo custodia tres obras de Eugenio Lucas Velázquez, a las que se suman dos lienzos más que aparecen en la catalogación de Juan Cabré, primer director del Museo, como atribuidos al pintor madrileño. Las tres obras que proceden con seguridad de los pinceles de Eugenio Lucas pertenecen, en concreto, a la Colección VillaHuerta, que queda constituida por los bienes que Amelia del Valle y Serrano legó al Estado en 1927, con el objeto de que pasaran a engrosar los fondos del Museo fundado por su padre político, el XVII marqués de Cerralbo. Dichas obras son La hoguera de San Juan, El vendedor de Coplas y Un sermón. Estas dos últimas se hayan firmadas y fechadas en 1855, y parecen pertenecer a un mismo encargo, a juzgar por sus idénticas dimensiones y formato, ya que se trata de dos tableautin. 5 El Madrid de Eugenio Lucas en la Colección Cerralbo En cuanto a la autoría de las obras pertenecientes a la Colección Cerralbo, se ha de subrayar que estas obras fueron atribuidas a Eugenio Lucas Velázquez por el especialista José Manuel Arnaiz (2). En el presente trabajo, se defenderá que Eugenio Lucas Velázquez es el autor de Escena en una plaza de toros, si bien consideramos que De charla en el palco es una obra de peor factura que bien podría haber sido realizada por un seguidor del pintor. Eugenio lucas velázquez, un cronista del madrid decimónico Las obras El vendedor de coplas, La hoguera de San Juan, Un sermón y Majas en el balcón que custodia el Museo Cerralbo constituyen un conjunto muy representativo del imaginario de Eugenio Lucas Velázquez, que gracias a sus escenas de corte costumbrista se convirtió en uno de los principales cronistas del Madrid de su tiempo. Fruto de su especial visión de la sociedad de la época es la obra El vendedor de coplas, en la que un guitarrista ciego centra la composición. Eran los vendedores de coplas personajes ambulantes, generalmente ciegos, que recorrían los pueblos difundiendo relatos en verso a partir de la interpretación oral directa y de la venta de pliegos con el texto impreso, y de cuya abundante presencia en Madrid da testimonio Mesoneros Romanos (3). La figura del ciego, así como el conjunto de la composición, se inspira directamente en un grabado de Francisco Lameyer y Berenguer, titulado Comparsa de músicos (4). Se observa, así, que la figura del ciego de Eugenio Lucas nace de la fusión de los dos personajes centrales de la obra de Lameyer, la mujer que toca la guitarra y el hombre tocado con chistera. Lucas toma prestada 6 Andrea López Azcona igualmente la idea del gentío, que se agolpa en una calle estrecha que se prolonga hacia el plano de fondo, aunque introduce dos elementos que confieren a este cuadro una importante personalidad. Comparsa de músicos, Francisco Lameyer y Berenguer, 1850, Museo Nacional del Romanticismo, Inv. CE 3436. En primer término, Eugenio Lucas trata de ofrecer una ubicación precisa de la calle, al pintar una fuente al fondo. A tenor de las fuentes que existían en la época, cabe identificarla con la de la Plazuela de Lavapiés, que aparecía coronada por una imagen del pastor Endimión, que actualmente custodia el Museo de Historia de Madrid. Se observan sus importantes similitudes en cuanto a la disposición de brazos, piernas, manto y cabeza, y la figura del perro apoyada en la pierna, que bien podría corresponderse con el engrosamiento que se distingue en la fuente pintada por Lucas. Habla de su forma de reproducir la realidad 7 El Madrid de Eugenio Lucas en la Colección Cerralbo El vendedor de coplas (detalle), Eugenio Lucas Velázquez, 1855, Museo Cerralbo, Inv. VH 0441. Más allá de estas características comunes, la Plazuela de Lavapiés presentaba en la época una apariencia similar a la descrita en el cuadro, consistiendo en un simple ensanchamiento de las tres calles que confluían en ella. La estatua de Endimión fue trasladada a la Plazuela de Lavapiés en 1850. La imagen más antigua de la que se dispone, una fotografía de Alfonso Begué de 1864 (5), muestra que la estructura de la fuente estaba constituida por un bloque cuadrangular y difiere, por tanto, de la pintada por Lucas. Sí que se observan, por contra, semejanzas con la estructura de la fuente que aparece en la Plaza de Lavapiés en la maqueta de Madrid elaborada en 1830 por León de Gil de Palacio (6). Aspecto que lleva a suponer que la estampa representada por Lucas correspondería a una fase intermedia, en la que la estatua se acoplaría junto a una taza a la estructura originaria, para en un segundo momento instalar una estructura prismática, más acorde con el urbanismo de la segunda mitad del siglo XIX. 8 Andrea López Azcona Modelo de Madrid de 1830 (detalle), León de Gil de Palacio, 1830, Museo de Historia de Madrid, Inv. 00003.334. Fuente vecinal en la Plaza de Lavapiés, Alfonso Begué, 1864, Museo de Historia de Madrid, Inv. 00021.986-48. Corrobora esta teoría, a su vez, el ambiente de arrabal, con una calle de tierra apisonada, en un momento en el que ya se había difundido el empedrado en los barrios más pudientes, y que aparece poblada por vecinos pertenecientes a las clases más bajas de la ciudad. Constituyen éstos un segundo elemento de análisis. En particular, centra nuestro interés la figura de una maja tocada con mantilla, símbolo del casticismo madrileño, que convive con personajes procedentes de otras regiones de España. En este sentido, se observa que a partir de 1845, y como producto de la industrialización, la Villa del Manzanares comienza a recibir constantes flujos de población, como ejemplifica el censo de 1888 que recoge a 198.945 nacidos en Madrid, frente a 272.307 foráneos. Las regiones que protagonizan este aporte son principalmente Galicia, Asturias y las provincias que rodean a la de Madrid. Aunque en la obra de Lucas no aparecen gentes del noroeste, sí que observamos a un personaje cubierto con una capa parda y tocado con un curioso sombrero de embudo, indumentaria asociada a las gentes de Castilla y, en particular, a los tipos segovianos. Por su parte, el personaje que cubre su cabeza con pañuelo de largas puntas y que calza medias azuladas con alpargatas, parece situarnos 9 El Madrid de Eugenio Lucas en la Colección Cerralbo ante un hombre de Aragón o, en su caso de territorios colindantes, como Cuenca o Guadalajara. Eugenio Lucas Velázquez refleja también en su pintura las diversiones del pueblo de Madrid, con escenas taurinas y de festividades, como la romería de San Isidro. A esta categoría de diversiones populares, pertenece la obra titulada La hoguera de San Juan, que ha de ser objeto, no obstante, de un cambio de titulación, pues a tenor de este trabajo se ha revelado que la escena representada es la Noche de Reyes. La hoguera de San Juan, Eugenio Lucas Velázquez, hacia 1850, Museo Cerralbo, Inv. VH 0495. En efecto, no se cuentan entre las celebraciones tradicionales de Madrid la construcción de hogueras con motivo de la Noche de San Juan, como es costumbre en territorios de Cataluña y Levante. Mesoneros Romanos nos habla en cambio de la celebración de una verbena en el Prado de San Jerónimo, donde era costumbre la venta de dulces (7). Se aprecia, además, en la obra de Lucas que algunos personajes visten ropas de abrigo, lo que obliga a situar la escena en los meses invernales. Otro de los cronistas del Madrid decimonónico, Pascual Madoz, nos permite situar la escena de Lucas en la Noche de Reyes, 10 Andrea López Azcona como evidencia el personaje central, que subido a una escalera y con una espuerta o capazo en su brazo espera avistar a los reyes en una de las puertas de la ciudad, mientras que los personajes que le rodean le iluminan con sus hachones (8). El pintor desarrolla en este lienzo una de sus composiciones tradicionales, al disponer circularmente a un conjunto de figuras en torno a un foco de luz, que las hace emerger de las tinieblas, quedando el resto de los personajes y el fondo urbano desdibujados en el espacio de penumbra, como se observa en algunos de sus cuadros de disciplinantes o en La defensa de Zaragoza. La convivencia de personajes populares, con otros de atuendo burgués, caso de las dos damas de edad situadas en el lateral izquierdo, revela que la víspera de reyes era una celebración en la que participaban el conjunto de los madrileños, como también se refleja en la obra La Noche de reyes en la Puerta del Sol de José Castelaro (9). Noche de Reyes en la Puerta del Sol, José Castelaro, 1839, Museo de Historia de Madrid, Inv. 00004.014. Por su parte, el tema de las majas en el balcón aparece de forma recurrente en la obra de Eugenio Lucas. Tiene su origen en la obra de Goya fechada entre 1810 y 1812, que será frecuentemente 11 El Madrid de Eugenio Lucas en la Colección Cerralbo reinterpretada por los pintores románticos, como Leonardo Alenza o José María Romero. Las distintas versiones del tema realizadas por Lucas abarcan desde las copias directas, pasando por aquellas otras que mantienen el tono clasicista de las majas de Goya, para concluir con versiones en las que introduce una visión más personal, al adquirir las figuras tintes casi expresionistas y un evidente tono caricaturesco. Se adscriben a esta última línea la Escena en una plaza de toros custodiada en el Museo Cerralbo, que puede atribuirse a Eugenio Lucas Velázquez, aunque con reserva debido a las imitaciones de la obra de su padre que realizó Eugenio Lucas Villaamil. Se observa así el empleo de una pincelada abocetada y cargada de pasta, en la que los colores vivos y los blancos hacen emerger a las figuras principales del fondo oscuro. Asimismo, coloca a una figura delante de la barandilla, detalle común con otras de sus obras como Las presidentas del Museo Nacional del Prado o a La maja de oro y plata, y que, en este caso, no es otro que el niño tocado con un curioso sombrero blanco que encontramos en la Noche de Reyes. Escena en una plaza de toros (detalle), atribuido a Eugenio Lucas Velazquez, 1850, Museo Cerralbo, Inv. 04584. La hoguera de San Juan (detalle), Eugenio Lucas Velázquez, hacia 1850, Museo Cerralbo, Inv. VH 0495. 12 Andrea López Azcona En la obra de Goya, el tema de las majas en el balcón ha de entenderse desde la óptica de la crítica social. La crítica al mundo de la prostitución revierte en sátira en esta obra de Eugenio Lucas, pues a las dos jóvenes que se asoman al balcón mostrando sus encantos, les acompaña una tercera que enseña sus pechos a la clientela, al tiempo que una vieja, que hace las veces de alcahueta, permanece agazapada en un segundo plano. Es este un tema frecuente en la obra de Lucas, como ejemplifica Majas y frailes en una bodega, reflejo, a su vez, de un profundo sentir anticlerical. Este anticlericalismo se hace patente en la última obra analizada, Un sermón, en la que desde un púlpito y portando un crucifijo, un sacerdote predica con vehemencia a una masa de fieles. Un sermón, Eugenio Lucas Velázquez, 1855, Museo Cerralbo, Inv. VH 0442. Pertenece esta tabla a una serie de pinturas sobre el tema, que oscilan desde la crudeza de El Sermón ¡Estáis condenados! y la visión orientalizante de Sermón a los moros, hasta el tono jocoso de Sermón a las máscaras, que aquí también está presente al introducirse un cortinaje teatral. Esta escena se inscribe, asimismo, en el marco de sus numerosas representaciones de interiores de iglesias, en las que el influjo de Jenaro Pérez Villamil, gran paisajista y amigo personal del pintor, es indudable. Ahora bien, si Pérez Villaamil se recrea en 13 El Madrid de Eugenio Lucas en la Colección Cerralbo las arquitecturas góticas de las iglesias, Eugenio Lucas pone el acento una vez más en los tipos humanos, concediendo el protagonismo a tres figuras: el predicador del púlpito, el sacerdote situado de espaldas y la figura que se apoya en el confesionario, todos ellos personajes bien conocidos. Así, el sacerdote en actitud de bendecir también está presente en Sermón en el campo, mientras que la figura de ropajes oscuros del primer plano aparece también en La escena de Inquisición del Museo del Romanticismo, testimoniando una vez más la inclinación de Lucas a repetir tipos y composiciones en sus obras. Escena de la Inquisición, Eugenio Lucas Velázquez, hacia 1850, Museo Nacional del Romanticismo, Inv. Ce 0050. Se ha de reivindicar, en definitiva, el valor de la obra de Eugenio Lucas Velázquez no sólo por su indudable mérito artístico, sino también por constituir un ejercicio documental, que, en ocasiones, va más allá de la crónica para adquirir un tono más combativo. Si bien los gustos artísticos del marqués de Cerralbo se orientan preferentemente hacia la pintura de los siglos XVI al 14 Andrea López Azcona XVIII, don Enrique y su familia no permanecen ajenos a la calidad de la obra de pintores como Eugenio Lucas Velázquez que, aún en vida del pintor, fue profusamente adquirida por los principales coleccionistas de su tiempo, tales como el marqués de Salamanca. La presencia de estos cuadros, junto a El Aquelarre de Leonardo Alenza, en la colección del Museo Cerralbo (que incluía también de este mismo autor la Sátira del amor romántico y la Sátira del suicidio romántico, donadas por el Marqués al antiguo Museo Romántico, entonces una empresa en proyecto) demuestran, no obstante, que don Enrique supo admirar a los románticos vinculados a la capital, conforme a su tradicional apego por la pintura madrileña. 15 El Madrid de Eugenio Lucas en la Colección Cerralbo NOTAS (1) En Eugenio Lucas (1817-1870) (1984), p.16. (2) En Eugenio Lucas, su vida y su obra (1981). (3) “...los ciegos pregonan sus curiosos romances...”, en Manual de Madrid: Descripción de la Corte y Villa (1833), p.61. (4) Consulta de los fondos del Museo Nacional del Romanticismo. (5) Consulta de los fondos del Museo de Historia de Madrid. (6) Consulta de los fondos del Museo de Historia de Madrid. (7) En Obras jocosas y satíricas del curioso parlante, p. 247. (8) “Invocando la frase de à esperar à los reyes se ve en la noche de la víspera de esta festividad una multitud de personas con hachones de viento, cencerros y otros objetos propios para hacer ruido, recorrer las calles con gritería y algazara, llevando como héroe paciente de la fiesta algun incauto cargado con una escalera y espuerta, à quien hacer creer que los reyes magos, que llegan aquella noche á adorar al Niño Dios, viene repartiendo monedas de oro y plata en abundancia. Llegados a un estremo de la pobl., y hecha la pantomima de subirse en la escalera para ver si se les descubre con el auxilio de los hachones encendidos, sale de entre la turba una voz que asegura que vienen los reyes por la puerta opuesta de la pobl., y à ella se encaminan despues, y luego à otra y à otras... (sic.)”, en Madrid: audiencia, provincia, intendencia, vicaría, partido y villa (1848), pp.564 y 565. (9) Consulta en CERES (Red Digital de Colecciones de Museos de España) http://ceres.mcu.es/pages/SimpleSearch?index=true 16 Andrea López Azcona GLOSARIO Alcahueta Celestina, persona que concierta, encubre o facilita una relación amorosa, generalmente ilícita, o que directamente canaliza el encuentro carnal remunerado. Costumbrismo Corriente pictórica y literaria que centra su interés en los tipos populares y en las fiestas tradicionales. El costumbrismo pictórico español cobra auge en el siglo XIX, como producto construcción mítica de España que desarrollan los viajeros románticos que visitan el país. Espuerta Cesta con dos asas realizada tradicionalmente con fibras de esparto o palma, especialmente usado en el ámbito cotidiano o artesanal para transportar escombros, tierra u otras cosas semejantes. Hachón Elemento de iluminación con forma de brasero alto, fijo sobre un pie derecho, concebido para ser usado en exteriores o grandes espacios, y por tanto idóneo para festividades o demostraciones de regocijo público. Maja Los majos proceden de ciertos barrios de Madrid, como Lavapiés, Maravillas o El Rastro. La maja, figura popular y descarada, presenta un componente nacionalista al ser reivindicada como reacción frente a lo foráneo. Viste como prendas más características falda o basquiña y mantilla. Goya inmortalizó la figura de la maja, si bien hay que considerar la moda de la mujer aristocrática de fines del siglo XVIII que adopta la indumentaria de las clases bajas. 17 El Madrid de Eugenio Lucas en la Colección Cerralbo Milicia Nacional La milicia nacional es una organización de ciudadanos armados, que tiene su protagonismo en el marco de las grandes revoluciones liberales del siglo XIX. Nace durante la Guerra de Independencia y se extingue definitivamente durante el gobierno de Cánovas del castillo en 1876. Pintor de cámara Nombramiento que recibía un artista que trabajaba al servicio de las cortes reales, de príncipes y eclesiásticos de Europa. El cargo iba asociado, por lo común, a un estatus privilegiado y a un sueldo fijo. Tableautin Tabla de pequeño tamaño que cobra auge en el siglo XIX para la decoración de las residencias de la nueva clientela burguesa. Eugenio Lucas fue un gran difusor de este formato. 18 Andrea López Azcona BIBLIOGRAFÍA ARNAIZ TEJEDOR, J.M., Eugenio Lucas. Su vida y obra, M. Montanal, Madrid, 1981, pp. CRESPO, M., “Los Lucas en la pintura española del siglo XIX”, en Eugenio Lucas y su hijo. Colección del Museo Nacional de Bellas Artes de la Habana, Diputación Provincial de Alicante, Alicante, 2003, pp. 11-31. MADOZ IBÁÑEZ, P., Madrid: audiencia, provincia, intendencia, vicaría, partido y villa, Madrid, 1848, pp.564 y 565. MESONEROS ROMANOS, R., “Un día en Madrid”, en Manual de Madrid: descripción de la Corte y de la Villa, Imprenta de D. M. de Burgos, Madrid, 1833, Volumen I, p. 61. MESONEROS ROMANOS, R., “Un año en Madrid. De Santiago a San Juan (1851-1858)”, en Obras jocosas y satíricas del curioso parlante. Tipos y caracteres. III, Madrid, 1881, p. 246-247. PARDO CANALIS, E., “El mundo ignorado de Eugenio Lucas”, en [Catálogo de exposición] Eugenio Lucas (1817-1870), Obra Social de la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, Zaragoza, 1984, pp. 13- 19. PASTOR CEREZO, M. J., “La vida cotidiana madrileña en los dibujos de Jenaro Pérez Villaamil”, en [Catálogo de exposición] Dibujos de Jenaro Pérez Villaamil: el Cuaderno de Madrid , Museo Municipal de Madrid, Madrid, 1998, pp. 63-79. 19 El Madrid de Eugenio Lucas en la Colección Cerralbo CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS PORTADA. El vendedor de coplas. Eugenio Lucas Velázquez. Inv. VH 0441. Archivo Digital Museo Cerralbo. CONTRAPORTADA. Escena en una plaza de toros. Atribuido a Eugenio Lucas Velazquez. Museo Cerralbo. Inv. 04584. Archivo Digital Museo Cerralbo. Fotografía Ángel Martínez Levas. Pág. 4: Autorretrato. Atribuido a Eugenio Lucas Velázquez. Museo de la Fundación Lázaro Galdiano. Inv. 11554. Museo de la Fundación Lázaro Galdiano. Pág. 7: Comparsa de músicos. Francisco Lameyer y Berenguer. Museo Nacional del Romanticismo. Inv. CE 3436. Museo Nacional del Romanticismo. Fotografía Pablo Linés Viñuales. Pág. 8: El vendedor de coplas (detalle). Eugenio Lucas Velázquez. Museo Cerralbo. Inv. VH 0441. Archivo Digital Museo Cerralbo. Pág. 9: Modelo de Madrid de 1830 (detalle). León de Gil de Palacio. Museo de Historia de Madrid. Inv. 00003.334. Museo de Historia de Madrid. Pág. 9: Fuente vecinal en la Plaza de Lavapiés. Alfonso Begué. Museo de Historia de Madrid. Inv. 00021.986-48. Museo de Historia de Madrid. Pág. 10: La hoguera de San Juan. Eugenio Lucas Velázquez. Museo Cerralbo. Inv. VH 0495. Archivo Digital Museo Cerralbo. Pág. 11: La Noche de Reyes en la Puerta del Sol. José Castelaro. Museo de Historia de Madrid. Inv. 00004.014. http://www.urbanity.es/foro/ edificios-en-general-mad/12779-documentacion-grafica-edificiosde-madrid-73.html Pág. 12: Escena en una plaza de toros (detalle). Atribuido a Eugenio Lucas Velázquez. Museo Cerralbo. Inv. 04584. Archivo Digital Museo Cerralbo. Fotografía Ángel Martínez Levas. Pág. 12: La hoguera de San Juan (detalle). Eugenio Lucas Velázquez. Museo Cerralbo. Inv. VH 0495. Archivo Digital Museo Cerralbo. Pág. 13: Un sermón. Eugenio Lucas Velázquez. Museo Cerralbo. Inv. VH 0442. Archivo Digital Museo Cerralbo. Pág. 14: Escena de la Inquisición. Eugenio Lucas Velázquez. Museo Nacional del Romanticismo. Inv. CE 0050. Fotografía Pablo Linés Viñuales. http://ceres.mcu.es/pages/Visor?AMuseo=MNR&Ninv=CE0050& accion=4&img=/fondos_pre/MRMFCE0050_SEQ_004_P.JPG@ 20