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Además se reconoce la existencia de dos grupos de casos: indeterminados (i) (Latapí, 1944 rn, 16) y dimorfos (d) o borderline (b) 17. El lepromatoso es el tipo progresivo, transmisible y espontáneamente incurable del padecimiento, se presenta en sujetos no resistentes y se caracteriza: clínicamente, por su tendencia a la generalización; invade extensamente la piel y las mucosas, en forma de nódulos o de infiltración difusa, lesiona los nervios periféricos y la casi totalidad de los órganos y sistemas; bacteriológicamente, por la presencia de numerosos bacilos de Hansen, tanto en el raspado de la mucosa nasal, lo que está en relación con su transmisibilidad, como en el de las lesiones cutáneas; histopatológicamente, por su es~ Dicieinbre 1958 LEPRA DE LUCIO tructura lepromatosa típica con células de Virchow o espumosas en cuyo interior es posible observar gran cantidad de bacilos y, por último, iumunológicameute, <Cpor su situación especial, tanto en cuanto a la resistencia inmunitaria que está francamente disminuída o aun ausente (mal pronóstico y ausencia de respuesta verdadera, de tres semanas, a la lepromina), como en lo que se refiere a la falta de sensibilización específica a la lepromina (ausencia de respuesta verdadera, tipo tuberculina, 48 hs. 23))). Se afirma, con razón, que la lepra lepromatosa no tiene verdaderos subtipos, «sino tan sólo aspectos clínicos de importancia variable que pueden ser estudiados desde diferentes puntos de vista 21 11. Entre éstos existen dos formas clínicas principales: la lepromatosis nodular (figura 1) y la descrita por primera vez en 1852 por Lucio y Alvarado 29 y denominada por Latapí, lepromatosis difusa pura y primitiva 19; es a esta última que vamos a referirnos en el presente trabajo. Es clásico considerar en leprología, que todos los casos de lepra nodular evolucionan sobre una infiltración difusa más o menos acentuada, sin embargo, la forma clínica objeto de esta comunicación, se caracteriza fundamentalmente por una infiltración difusa generalizada que nunca se transforma en nódulos. Ladislao de la Pascua 40 señaló en 1844, pero sin entrar en detalles, la existencia de casos de esta Fig. 1.-Lepromatosis nodular. Caso medianamente avanzado, con lesiones nodulares típicas. (Colección del Prof. F. Latapí) 6 305 variedad, que con el nombre de manchada o lazarina fue magistralmente descrita por Rafael Lucio e Ignacio Alvarado 29 , en su <<Opúsculo sobre el Mal de San Lázaro o elefanciasis de los griegos>i, publicado en 1852. Durante casi noventa años esta forma clínica permanece en el olvido, hasta que en 1937, Latapí, 44 • 1º· 24 • •16 la identifica plenamente y la designa con el nombre de Iepromatosis difusa pura y primitiva, nombre con el que desde el V Congreso Internacional de la Lepra (La Habana, 1948 16), es conocida universalmente. Lucio y Alvarado 29 inician su Opúsculo diciendo que: <CEsta enfermedad no se presenta en todos los casos con la misma fisionomía, esto es, caracterizada por los mismos síntomas. Estos varían mucho, pero todos se pueden reducir a tres formas, las cuales casi siempre se encuentran aisladas. Estas formas son: la elefanciasis tuberculosa, la anestésica y la manchada. Los síntomas que las constituyen, difieren de tal modo, que para cualquier observador que no hubiere visto un gran número de enfermos, serían consideradas no como formas de una misma enfermedad, sino como enfermedades diversas. Aun a los ojos del vulgo es notable esta diferencia, pues se denomina de diversa manera a los individuos atacados de forma distinta; así es que se llama leoninos a los tuberculosos; antoninos a los anestésicos y lazarinos, a los manchados, dando este nombre también indistintamente a cualquiera de las tres clases de enfermos. La elefanciasis tuberculosa y la anestésica se encuentran descritas más o menos imperfectamente en los autores europeos, pero ningún autor que nosotros conozcamos, ha descrito hasta ahora la elefanciasis con manchas>>. En los años que siguen y en diversas publicaciones o en tesis varios autores (Benítez 3 , Poncet 41. Frías y Soto· cit. por González Urueña 13 , Muycello 33 , Reyes 42 , Salgado 49, Garay 7 , etc.) reproducen casi íntegramente y sin añadir dato nuevo alguno, la descripción original de Lucio y Alvarado, que Latapí 25 considera con jus- 306 OBDULIA RODRÍG U EZ ' Fig. 2. -Lepromatosis difusa pura y primitiva. Caso medianamente avanzado; nótese el aspecto infiltrado de la cara y la alopecia cas"i total de cejas y pestañas. (Colección del Prof. F. Latapí) ticia, cmna obra maestra dentro de la literatura médica del siglo XIXn. Es, en general, poco aparente en sus manifestaciones y aún puede pasar inadvertida. Se caracteriza fundamentalmente ya lo hemos dicho, por una infiltración difusa generalizada que nunca se transforma en nódulos (figura 2) y por un tipo especial de ((reacción leprosa>>, cuidadosamente descrito por Lucio 29 y para cuya lesión cutánea elemental, expresión clínica de .una angeitis necrosante múltiple, Latapí 44 • 1º· 24 • 46 propuso en 1939, los nombres de fenómeno de Lucio o de eritema necrosante (fig. 3), los que desde el Congreso de La Habana (1948), forman Fig. 3.-Fenómeno de Lucio. Distribución y aspecto típico -de las lesiones en distintos estadíos de evolución. (Colección del Prof. F. Latapí) Vol. lí parte de la terminología leprológica in tradicional 16 , 17, 3s . Esta forma clínica se inicia, según Lucio y Alvara do 29 , por anhidrosis , adormecimiento y hormigueo de manos y pies, a los qye acompaña alopecia lenta pero total de cejas y pestañas, hasta quedar la piel ((enteramente lisa y de color rosado, posteriormente se observa alopecia del vello de los brazos, del tronco y muy rara vez del de la cabeza: en esta última sólo · la hemos notado en el punto que ocupa la raya en las mujeres>>. Dos o tres años después y sin que en este tiempo se advierta alguna otra manifestación, aparecen las lesiones características de esta variedad, o sea, las ((manchas», ((al principio de color rojo escarlata muy vivo, que después de poco tiempo se oscurece o se hace ceñiciento 29n, Siempre dolorosas, aparecen por brotes, al principio son más numerosas en los miembros inferiores, más tarde se presentan en los superiores y en períodos más avanzados en la cara y en el tronco; sus características individuales son bien definidas y su evolución peculiar. Varían en número y tamaño, éste es, por término medio , de 0,5 a 1 cm.; su forma es ((irregular, algo triangular>> (Latapí 19), poligonal, angulosa y su aspecto abigarrado (figuras 4 y 5). La evolución de cada uno de estos elementos es aguda y dura aproximadamente quince días. Son al principio corno se dijo más arriba , eritematosos, dolorosos y relativamente infiltrados, tres o cuatro días después se oscurecen y su aspecto es francamente purpúrico; posteriormente sufren una necrosis central que se asemeja a una ampolla pequeña. Por último se forma una escara de color rojo oscuro ((y tan delgada -dice Lucio 29- que parece constituída solamente por la epidermis»; se desprende pocos días después y deja una cicatriz superficial de color blanquecino, a la que rodea una delgada zona hiperpigmentada, bastante característica (figura 6). A veces y muy particularmente en las lesiones localizadas en miembros infería- Diciembre 1958 LEPRA DE LUCIO 307 res, se observa la formación de una ampolla habitualmente fláccida y de color oscuro; esta ampolla al abrirse da lugar a una ulceración de tamaño y forma semejante a la que tenía antes de romperse, más o menos profunda, con bordes cortados a pico y rodeada por una zona infiltrada. Lucio y Alvarado 29 describieron también en estos enfermos: ronquera, nariz en silla de montar y en relación con los brotes agudos, síntomas generales: quebrantamiento, insomnio, escalofrío y ele- Fig. 4.-Fenómeno de Lucio. Aspecto a mayor vaciones térmicas; trastornos gastrointes- aumento de variás lesiones en distintos estadíos tinales que se manifiestan por enteritis li- de evolución. (Colección del Prof. F . Latapí) gadas o no al brote, con «diarrea que tarde o temprano viene a ser causa de la muerte», hepato y esplenomegalia. Alteraciones cardiovasculares: aumento de la frecuencia del pulso, acortamiento del silencio menor, ruidos secos o ásperos y en raras ocasiones, soplo verdadero, arritmias, etc. «Las venas en la forma manchada -afirman Lucio y Alvaradoprincipalmente las de· los miembros inferiores, se alteran, algunas veces 'se hacen varicosas y sobre todo salientes, pareciendo más blandas por el endúrecimiento que hay en el tejido celular de las piernas». Fig. 5.-Fenómeno de Lucio. Aspecto de una En el aparato respiratorio observaron lesión aislada de forma caprichosa y aspecto abigarrado. (Colección del Prof. F. Latapí) disnea que según ellos «depende del engrosamiento y ulceración de la mucosa de la laringe más que de lesiones pulmonares» . Anotaron también la ausencia total de nódulos y de trastornos oculares y llamaron la atención sobre el brillo exagerado de los ojos, que Olivera López 37 compara a los rnjos de niño»; con respecto al pronóstico hacen ver que <<dura por término medio de seis a ocho años rara vez más ... n. Esta variedad de lepromatosis fue durante muchos años ignorada y en ocasiones negada por los leprólogos no sólo extranjeros, sino mexiCanos. No fue sino hasta 1937 en que Latapí 44, 10, 24, 46, 35 Fig. 6.-Fenómeno de Lucio. Aspecto típico de las lesiones cicatr.izales. (Colección del Prof. identificó los primeros casos difusos y los F. Latapí) presentó en las Sesiones Clínicas de la Sociedad Mexicana de Dermatología, que Aunque José de Jesús González 11 • 12 se fue conociendo más detalles acerca de advirtió la infiltración difusa, hizo refeellos. 310 OBDULIA RODRÍGUEZ Castelló y Piñero 39 , Rodríguez y Wade 4 i), para referirse a distintos aspectos clínicos de la enfermedad, absolutamente diferentes de la lepra de Lucio, a la que quizá sólo se parecen como afirman Latapí y Chévez ((por la presencia de bulas y ulceraciones originadas por otros mecanismos patogénicos 26 n. Finalmente, es justo consignar lo que Latapí z¡ ha dejado bien establecido, que esta forma de lepromatosis ((no constituye por supuesto un tipo de lepra, pero sí una forma clínica perfectamente individualizada dentro del gran grupo lepromatoso; debe distinguirse de casos aparentemente solo difusos que más tarde resultan nodulares, pues en el típico caso de Lucio jamás aparecerán nódulos. En el capítulo de formas clínicas, esta LEPROMATOSIS DIFUSA PURA y PRIMITIVA, como la hemos llamado debe distinguirse de todo lo que Medina ha denominado lepromatosis de elementos circunscritos (manchas, nódulos, lesiones foliculares); desde el punto de vista evolutivo debe diferenciarse de las lepromatosis difusas secundarias, consecutivas a casos I, muy frecuentes en Méxicon. Hemos tratado de sintetizar en el presente trabajo los conceptos fundamentales de la descripción magistral que Lucio y Alvarado hicieran en 1852, los datos que desde 1937 han ido completando dicha descripción, gracias a los estudios realizados por Latapí y los que con él forman la escuela leprológica mexicana, así como las observaciones realizadas en otros países sobre esta variedad de lepromatosis. BIBLIOGRAFÍA l. ARNOLD, H. L. Arch. dermat. syph. 61: 663, 1950. 2. 3. 4. 5. 6. 7. BARBA RUBIO, J. ComZLnicación personal. R. Tesis. l\iéxico, 1866. CHEVEZ, A. Sociedad Mexicana de Dermatología. Agosto 1948. 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