Número 8 v Cuarta Época Revista de Ciencias Penales Número 8 v Cuarta Época Doctrina La prueba de referencia y el derecho del acusado a repreguntar a testigos adversos en los Estados Unidos de América Miguel Ángel Méndez Longoria Constitución, Ministerio Público y principio de oportunidad Rubén Vasconcelos Méndez Criminología y Criminalística ITER CRIMINIS La violencia juvenil urbana en Francia. Reflexiones criminológicas Miguel Ángel Cano Paños La personalidad antisocial Wael Hikal Penitenciarismo El personal penitenciario en Brasil y México César Barros Leal Reflexiones y Testimonios Tres razones para no respaldar la pena de muerte Gerardo Laveaga Louk Hulsman Luis Rodríguez Manzanera Literatura y Ciencias Penales. Bicentenario del natalicio de Edgar Allan Poe La carta robada. Cuento Marzo - Abril 2009 / $90.00 Instituto Nacional de Ciencias Penales Iter criminis 8.indd 1 08/05/2009 03:37:49 p.m. REVISTA DE CIENCIAS PENALES Número 8 Cuarta Época INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS PENALES DIRECTORIO H. Junta de Gobierno EDUARDO MEDINA MORA ICAZA Procurador General de la República y Presidente de la H. Junta de Gobierno del INACIPE JUAN MIGUEL ALCÁNTARA SORIA Subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR y Secretario Técnico de la H. Junta de Gobierno del INACIPE FERNANDO GÓMEZ MONT URUETA Secretario de Gobernación AGUSTÍN GUILLERMO CARSTENS CARSTENS Secretario de Hacienda y Crédito Público ALONSO LUJAMBIO IRAZÁBAL Secretario de Educación Pública MIGUEL ÁNGEL MANCERA ESPINOSA Procurador General de Justicia del Distrito Federal JOSÉ NARRO ROBLES Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México JOSÉ LEMA LABADIE Rector de la Universidad Autónoma Metropolitana MOISÉS MORENO HERNÁNDEZ Presidente de la Academia Mexicana de Ciencias Penales SAMUEL ALCOCER FLORES Comisario Público y Delegado de la Secretaría de la Función Pública REVISTA DE CIENCIAS PENALES DIRECTORIO GERARDO LAVEAGA Director General del Instituto Nacional de Ciencias Penales y editor responsable de la Revista Iter Criminis ÁLVARO VIZCAÍNO ZAMORA Secretario General Académico RAFAEL RUIZ MENA Secretario General de Profesionalización y Extensión CITLALI MARROQUÍN Directora de Publicaciones JUAN CARLOS GÓMEZ MARTÍNEZ Coordinador de la Revista Iter Criminis Revista de Ciencias Penales Publicada por el Instituto Nacional de Ciencias Penales Magisterio Nacional núm. 113, col. Tlalpan Delegación Tlalpan C.P. 14000, México, D.F. ISSN 1665-146-4 Número de Reserva al Título en Derecho de Autor: 04-2004-011914355300-102 Certificado de Licitud de Título: 10735 Expediente: 1/432“99”/14582 Certificado de Licitud de Contenido: 9693 Expediente: 1/432“99”/14582 Distribución: Instituto Nacional de Ciencias Penales Editor responsable: Gerardo Laveaga D.R. © 2009 INACIPE Prohibida, por cualquier medio, la reproducción parcial o total de cualquier artículo o información publicados sin previa autorización del Instituto Nacional de Ciencias Penales, titular de todos los derechos. Las opiniones expresadas en cada uno de los artículos son de la responsabilidad exclusiva de los autores y, por tanto, no reflejan la posición del INACIPE sobre los temas abordados en ellos. Impreso en México Print in Mexico www.inacipe.gob.mx e mail: publicaciones@inacipe.gob.mx CONTENIDO DOCTRINA MIGUEL ÁNGEL MÉNDEZ LONGORIA La prueba de referencia y el derecho del acusado a repreguntar a testigos adversos en los Estados Unidos de América................ 11 RUBÉN VASCONCELOS MÉNDEZ Constitución, Ministerio Público y principio de oportunidad ... 55 CRIMINOLOGÍA Y CRIMINALÍSTICA MIGUEL ÁNGEL CANO PAÑOS La violencia juvenil urbana en Francia. Reflexiones criminológicas ......................................................... 81 WAEL HIKAL La personalidad antisocial .......................................................... 123 PENITENCIARISMO CÉSAR BARROS LEAL El personal penitenciario en Brasil y México ............................. 153 REFLEXIONES Y TESTIMONIOS GERARDO LAVEAGA Tres razones para no respaldar la pena de muerte....................... 7 177 LUIS RODRÍGUEZ MANZANERA Louk Hulsman ............................................................................ 183 LITERATURA Y CIENCIAS PENALES BICENTENARIO DEL NATALICIO DE EDGAR ALLAN POE La carta robada. Cuento ............................................................. 195 Doctrina LA PRUEBA DE REFERENCIA Y EL DERECHO DEL ACUSADO A REPREGUNTAR A TESTIGOS ADVERSOS EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA Miguel Ángel Méndez Longoria El autor, titular de la cátedra Adelbert H. Sweet en la Escuela de Derecho de la Universidad de Stanford, California, reflexiona sobre los innumerables problemas y circunstancias que han rodeado a la llamada “regla de la prueba de referencia”, y adelanta cómo la misma podría ser introducida en el sistema judicial mexicano. I. INTRODUCCIÓN n enero de 2008, mis colegas Lucy Tacher y José Antonio Caballero, me informaron sobre la reforma procesal penal en México. Entre los países que siguen la tradición jurídica romano-canónica, México se ha mantenido cercano al modelo inquisitorio. El movimiento dirigido hacia la adopción del sistema acusatorio comenzó en algunos estados mexicanos, y se extendió rápidamente al gobierno federal. Durante los primeros meses del 2008, el Congreso mexicano aprobó una reforma constitucional que incorporó algunos elementos del modelo acusatorio al procedimiento penal mexicano. En vista de la aprobación por el Congreso federal, así como por la mayoría de las legislaturas de los estados, el 18 de junio de 2008 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión en que se reforman varios artículos de la Cons- E 11 12 LA PRUEBA DE REFERENCIA Y EL DERECHO... titución.1 Entre ellos se encuentra el artículo 20 que declara que: el “proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad, contradicción, concentración, continuidad e inmediación”.2 La licenciada Tacher es la Directora General del “Programa de Apoyo para el Estado de Derecho en México” (PRODERECHO), y la misión de este programa es: “contribuir al fortalecimiento y la consolidación de las instituciones sobre las que se sustenta el estado de derecho en México, con particular referencia al respeto de los derechos fundamentales de los ciudadanos y sus mecanismos de protección, construyendo un sistema de justicia de corte acusatorio”.3 El profesor Caballero es el Director de la División de Estudios Jurídicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), división que “busca liderar un nuevo tipo de investigación y de docencia en Derecho, que responda a la necesidad de afianzar un sistema de reglas jurídicas creíbles y eficaces en México.”4 La licenciada Tacher y el profesor Caballero se pusieron en contacto conmigo, porque en la Facultad de Derecho de la Universidad de Stanford me especializo en Derecho Probatorio, Derecho Penal y abogacía. Me suministraron una copia de la reforma legislativa aprobada por uno de los estados. Uno de los aspectos que despertó mi curiosidad, fue la ausencia de una regla sobre prueba de referencia (hearsay rule), prueba que en unos países latinoamericanos se conoce como testimonio referencial o de oídas. Debido a que en los Estados Unidos la regla de la prueba de referencia es inseparable del derecho concedido a la parte para repreguntar a los testigos de su contraparte, pensé que sería útil ofrecer a mis colegas mexicanos un bosquejo general sobre el importante papel que la regla de la prueba de referencia juega en el Derecho Probatorio estadounidense. A pesar de que el artículo 20 enmendado exige que las pruebas sean ventiladas en audiencia pública sujeta a repreguntas, la norma reformada no prohíbe expresamente el uso de la prueba de referencia.5 Dicha omisión, sin embargo, no impide a las legislaturas estataVer http://natlaw.com/interam/mx/any/pr/prmxany00064.htm. Ibidem. Véase también Apéndice II. 3 Ver http://www.proderecho.com/pagina.php?id_pagina=68. 4 Ver http://www.cide.mx/div_estudios_juridicos.htm. 5 Artículo 20 A I–VI en http://natlaw.com/interam/mx/any/pr/prmxany000 64.htm. Ver también Apéndice II. 1 2 MIGUEL ÁNGEL MÉNDEZ LONGORIA 13 les o al Congreso federal aprobar legislación que prohíba el uso de la prueba de referencia en sus respectivos tribunales. El segundo artículo transitorio les concede al Congreso federal y las legislaturas de los estados un plazo, sin exceder de ocho años, para aprobar la legislación secundaria necesaria para poner en vigor el sistema procesal penal acusatorio.6 II. EL FEDERALISMO ESTADOUNIDENSE Y LAS REGLAS PROCESALES En los Estados Unidos, la Constitución federal le ha concedido a cada estado la potestad de dictar sus propias reglas en materia de procedimiento penal y pruebas. Aun cuando las cortes federales tienen sus propias reglas procesales en materia de pruebas y de procedimiento penal, ninguna disposición de la Constitución federal obliga a los estados a adoptar reglas idénticas o similares a aquéllas. No obstante la flexibilidad permitida a los estados, los sistemas procesales no son muy diferentes entre sí. Al menos en materia de procedimiento penal y de pruebas hay cierta uniformidad. La causa de ello puede remontarse a los orígenes del Derecho Penal estadounidense. Aún en la actualidad, muchas reglas procedimentales “modernas” no son sino consecuencia de principios establecidos hace siglos por los jueces ingleses del Derecho Común (Common Law). Las etapas más importantes —arraignment y trial— fueron ampliamente utilizadas por los jueces ingleses. El propósito primordial del acto de lectura de cargos (arraignment), es informar al acusado de los cargos formulados en su contra. En el caso de que el acusado se declare no culpable, el juicio (trial) le concede la oportunidad para ser oído antes de ser declarado culpable. Los creadores de la Constitución federal utilizaron estos principios básicos para definir los derechos del acusado en procesos penales. Desde mediados de los años sesenta, la Corte Suprema de los Estados Unidos comenzó a aplicar a los procedimientos penales estatales algunas de las garantías que la Carta de Derechos Fundamentales (Bill of Rights) le concede al acusado. Una de las garantías más importantes 6 Véase http://natlaw.com/interam/mx/any/pr/prmxany00064.htm. 14 LA PRUEBA DE REFERENCIA Y EL DERECHO... es el derecho a ser representado por un abogado,7 el derecho a un juicio por jurado en casos que no sean de menor cuantía (non-petty cases),8 a confrontar (repreguntar) los testigos promovidos por el estado,9 a promover pruebas refutando los cargos,10 a declararse no culpable11 y a ser absuelto a menos que sea hallado culpable más allá de una duda razonable (beyond a reasonable doubt).12 La similitud en las reglas probatorias estatales y federales puede también atribuirse al Derecho Común inglés. Los códigos de pruebas de hoy en día se remontan a conceptos originalmente introducidos por los jueces del Derecho Común, que fueron posteriormente desarrollados por los jueces estadounidenses. Uno de los enfoques de este artículo, la regla sobre la prueba de referencia (hearsay rule), fue originalmente formulada y aplicada por los jueces ingleses. En los Estados Unidos, el evento más importante en el desarrollo del Derecho Probatorio tuvo lugar cuando algunos estados y el gobierno federal codificaron las reglas aplicables en sus respectivas cortes. La codificación es un fenómeno relativamente reciente. La legislatura de California, por ejemplo, no sancionó el Código de Pruebas (Evidence Code) sino hasta 1965, y el Congreso no sancionó las Reglas Federales de Evidencia sino hasta 1975 (Federal Rules of Evidence). Hoy en día, la mayoría de los estados han utilizado las Reglas Federales de Evidencia como modelo para su propia legislación,13 lo que contribuye a explicar la similitud entre los distintos códigos de pruebas vigentes en los Estados Unidos. III. CONTRADICCIÓN Y REPREGUNTAS El derecho que tienen los acusados en materia penal a repreguntar los testigos promovidos por el estado, se remonta a la Carta de Derechos 7 Gideon vs. Wainwright, 372 U.S. 335 (1963) (derecho a abogado en el juicio); Douglas vs. California, 372 U.S. 353 (1963) (derecho a abogado en el recurso). 8 Duncan vs. Louisiana, 391 U.S. 145 (1968). 9 Pointer vs. Texas, 380 U.S. 400 (1965). 10 Chambers vs. Mississippi, 410 U.S. 284 (1973). 11 Malloy vs. Hogan, 378 U.S. 1 (1964). 12 In re Winship, 397 U.S. 358 (1970). 13 “Para enero de 2007, cuarenta y dos estados y Puerto Rico habían adoptado las Reglas Federales de Evidencia de diversas maneras.” Weinstein, J., Mansfield, J., MIGUEL ÁNGEL MÉNDEZ LONGORIA 15 Fundamentales. La Sexta Enmienda establece que: “en todas las acusaciones penales, el acusado tendrá derecho a contradecir los testigos presentados en su contra.”14 Inicialmente, sin embargo, este derecho se aplicaba solamente en los juicios penales federales, debido a que la intención del legislador era procurar apoyo popular en favor de la Constitución, a través de la adopción de una serie de enmiendas (the Bill of Rights) dirigidas a limitar el poder federal. A pesar de que la mayoría de las constituciones de los estados o los códigos de procedimiento penal consagran un derecho a contradecir parecido, hasta 1965 los estados tenían la potestad de prescindir de dicha garantía. Esa potestad, sin embargo, terminó ese año, cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos decidió en el caso de Pointer vs. Texas,15 que el derecho a contradecir previsto en la Sexta Enmienda se aplica tanto a procedimientos estatales como federales.16 La cláusula del debido proceso prevista en la Decimocuarta Enmienda establece que ningún estado puede “privar a persona alguna de su vida, libertad, o propiedad, sin un debido proceso legal.”17 Como de acuerdo con la opinión de la Corte, el derecho de contradecir a los testigos es indispensable para un juicio justo, la Corte se basó en la cláusula de debido proceso para establecer que los acusados en juicios penales estatales también tienen derecho a contradecir los testigos promovidos por el estado.18 En los Estados Unidos, entender la importancia de la cláusula de contradicción (Confrontation Clause) en juicios penales obliga a considerar el rol de los miembros del jurado. Su función es reconstruir un evento histórico con base en las pruebas promovidas por las partes. Los miembros del jurado son llamados a intervenir en el juicio, porque las partes están en desacuerdo sobre los hechos. El propósito del juicio es otorgar a cada parte la oportunidad de persuadir a los miembros del jurado a aceptar su versión de lo ocurrido. La reconstrucción de los hechos por el jurado es lo que determinará, en definitiva, si el acusado es hallado responsable o si es exonerado. Abrams, N. y Berger, M., Evidence: 2007 Rules, Statute and Case Supplement at iii (Foundation Press 2007). 14 Sexta Enmienda de la Constitución Federal. 15 380 U.S. 400 (1965). 16 Ibidem, en 403. 17 Decimocuarta Enmienda de la Constitución Federal. 18 Pointer vs. Texas, 380 U.S. 400, 403 (1965). 16 LA PRUEBA DE REFERENCIA Y EL DERECHO... Tres características de los juicios por jurado estadounidenses son particularmente relevantes, para entender el papel que juega el jurado. En primer lugar, la forma como el juicio se desenvuelve depende de la iniciativa de las partes. Son las partes quienes deciden a qué testigos llamar a declarar, el orden de su intervención, las preguntas que se les formularán y qué clase de pruebas no testimoniales serán promovidas.19 El segundo aspecto se relaciona con la naturaleza acusatoria de los juicios por jurado. Debido a que la forma como de desarrollan los juicios depende de la iniciativa de las partes, puede esperarse que cada parte promoverá la información más útil para reconstruir su versión de los hechos.20 Finalmente, las reglas probatorias juegan un papel importante en determinar qué le está permitido y qué le está vedado a las partes. Las reglas imponen limitaciones o prohibiciones al tipo de información que las partes pueden tratar de presentar al jurado. Las reglas, por ejemplo, prohíben pruebas impertinentes (irrelevant evidence), excluyen ciertas pruebas pertinentes con el fin de avanzar otros principios (e.g. proteger información privilegiada), prohíben pruebas que el legislador considera indebidamente perjudiciales (e.g., prueba de conducta —character evidence—) y también imponen límites a lo que las partes pueden hacer para reforzar la credibilidad de sus testigos y para atacar la credibilidad de los testigos de la parte contraria. Las reglas, además, restringen el uso de pruebas que el legislador considera como poco confiables (unreliable evidence). La prueba de referencia (hearsay) es el ejemplo clásico. Aun cuando las reglas pretenden excluir pruebas poco confiables, no pueden garantizar que todas las pruebas presentadas al jurado serán confiables. Los testigos a veces mienten, y en ocasiones pueden estar equivocados. Lo que las reglas pueden y deben hacer, es dar a las partes la oportunidad de presentar a los miembros del jurado las razones por las cuales éstos deben rechazar las pruebas promovidas por el contrario. En el caso de la prueba de testigos, a las partes se les da una poderosa arma: el derecho a repreguntar a los testigos promovidos por 19 Méndez, Miguel A., Evidence: The California Code and the Federal Rules. A Problem Approach §§ 1.01-1.02 (Thomson-West 4th ed. 2008). 20 Ibidem. MIGUEL ÁNGEL MÉNDEZ LONGORIA 17 la parte contraria bajo juramento, y en presencia de los miembros del jurado.21 Un juicio por jurado estadounidense, en consecuencia, se funda en la premisa de que es más probable que los miembros del jurado puedan reconstruir los hechos cuando se da a las partes la oportunidad de demostrar el poco o ningún valor que aquéllos deben darle a las pruebas presentadas por la contraparte. Debido a que la repregunta de los testigos es esencial para poner en evidencia las fallas del testimonio ofrecido durante el interrogatorio, la fiabilidad del veredicto del jurado se ve afectada negativamente, cuando a la parte se le niega la oportunidad de repreguntar al testigo de la parte contraria bajo juramento y en la presencia de los miembros del jurado. Este objetivo, sin embargo, no puede lograrse si la prueba de referencia es abiertamente admisible bajo las reglas probatorias. Es precisamente por esta razón, que la Corte Suprema de los Estados Unidos considera el contra-interrogatorio por la defensa de los testigos del estado, como inseparable del derecho constitucional del acusado a contradecir (confront) dichos testigos. IV. REPREGUNTAS Y LA PRUEBA DE REFERENCIA Imaginemos, por un instante, que un acusado está siendo sometido a juicio penal por conducir en forma irresponsable (reckless driving), bajo el alegato de que produjo daños a la víctima —otro conductor— cuando al no respetar la luz roja del semáforo colisionó contra su automóvil. La víctima declara que cuando ella se aproximaba a la intersección, el semáforo que apuntaba hacia su dirección estaba verde, y que luego de un instante sintió que el automóvil del acusado le chocó por el lado del conductor. Durante la fase de presentación de pruebas (case-in-chief), el estado llama como testigo a un conductor que declara que él y su esposa estaban estacionados en la intersección, y que al momento del accidente su esposa le dijo que el semáforo que apuntaba hacia el acusado estaba en rojo. De acuerdo con las reglas procedimentales estadounidenses, el testimonio de la víctima, por sí solo, podría considerarse como prueba suficiente para decidir (prima facie case), y permitir que el estado 21 Código de Pruebas de California comentado por West § 711. 18 LA PRUEBA DE REFERENCIA Y EL DERECHO... requiera al jurado a analizar de una vez si el acusado cometió o no el delito. El testimonio del conductor aumenta significativamente la posibilidad que tiene el estado de persuadir al jurado de que emita un veredicto culpable. Pero si el acusado contradice el testimonio de la víctima (“yo tenía la luz verde”) e impide al conductor que rinda declaración, el resultado queda puesto en dudas. De hecho, si bajo tales circunstancias los miembros del jurado no pueden decidir si creerle a la víctima o al acusado, tendrían que absolver a éste ultimo debido a que el estado tiene la carga de probar cada elemento del delito más allá de una duda razonable.22 En consecuencia, es crucial para el acusado impedir que la declaración del conductor se presente ante el jurado. Con respecto a la objeción de testimonio referencial, ¿podría permitirse al conductor servir como testigo y declarar que su esposa le dijo que la luz del semáforo que correspondía al acusado estaba en rojo? En Estados Unidos, la respuesta es “no” si el objetivo del estado, al promover el testimonio del conductor, es demostrar en qué color estaba la luz del semáforo que correspondía al acusado. De acuerdo con las Reglas Federales de Evidencia, el testimonio del conductor del vehículo es prueba de referencia (hearsay), porque consiste en una “declaración independiente de la que hace el declarante al testificar en el juicio o vista” (lo que la esposa dijo al testigo antes del juicio acerca del color de la luz del semáforo) “que se ofrece en evidencia para probar la verdad de lo aseverado” (que la luz del semáforo correspondiente al acusado estaba en rojo al momento del accidente).23 ¿Por qué la regla sobre la prueba de referencia desfavorece la admisibilidad del testimonio de la esposa? Una razón es que si se admite la prueba de referencia obtenida a través de una persona distinta al declarante, ello le impide a la contraparte repreguntar a éste último. Quienes ejercen el derecho de repregunta, generalmente tienen en mente algunos de los siguientes objetivos: 1) persuadir al testigo para que se retracte de su testimonio y, en su lugar, confirme la teoría de la parte contraria con respecto al caso; o 2) en su defecto, desacreditar el dicho del testigo mediante la impugnación de su credibilidad. Un ejemplo de lo anterior, sería que al ser repreguntada la esposa admitiera que en realidad el color de la luz del semáforo que correspondía al acusado era verde. Pero ello no ocurre con frecuencia. Lo 22 23 In re Winship, 397 U.S. 358, 364 (1970). Regla Federal de Evidencia 801(c). MIGUEL ÁNGEL MÉNDEZ LONGORIA 19 más probable es que admita que, a pesar de haber creído que la luz estaba en rojo, ella no estaba absolutamente segura porque los rayos del sol la estaban encandilando en ese momento. Independientemente de cuál sea el objetivo perseguido por quien ejerce el derecho de repregunta, lo que resulta evidente es que la contraparte no puede lograr ninguno, a menos que la declaración de la esposa del conductor sea obtenida bajo juramento y en presencia del jurado. Lo que interesa a la contraparte es la habilidad de la esposa para recordar, exactamente, el color que tenía la luz del semáforo, así como también su intención de decir la verdad sobre lo que vio. Las habilidades del conductor a este respecto son mucho menos importantes, debido a que él no vio la luz. Dicho de otra manera, aunque el conductor haya oído correctamente lo dicho por su esposa con respecto al color de la luz del semáforo, y además recuerde lo afirmado por aquélla y así lo comunique al jurado, poco importaría en realidad si la esposa haya mentido o se haya equivocado sobre el color que tenía la luz del semáforo. La regla de la prueba de referencia obliga a las partes a concentrarse en la prueba de lo que el testigo vio y escuchó, y no acerca de lo que oyó a otros decir que vieron y escucharon.24 Algunos expertos relacionan la regla sobre la prueba de referencia, con un objetivo que va más allá de las admisiones que pueden ser obtenidas a través de repreguntas. En su opinión, el uso de la regla sobre la prueba de referencia viola las condiciones ideales bajo las cuales debería ser recibido el testimonio: los testigos deben declarar bajo juramento en presencia del funcionario instructor (e.g., jurado) y deben quedar sujetos a ser repreguntados.25 El juramento pone de relieve ante los testigos la importancia de declarar honestamente.26 El hecho de que los testigos hayan declarado ante el funcionario encargado de instruir la causa (bien sea el juez o el jurado), le permite a éste tomar en cuenta el comportamiento de aquéllos para evaluar su cre- 24 Uno, por supuesto, puede obtener información a través de otros sentidos además de la vista y el oído. Uno también puede percibir a través del tacto, olfato y gusto. El Código de Pruebas de California, por ejemplo, reconoce que los cinco sentidos están involucrados en la adquisición de conocimiento. Código de Pruebas de California comentado por West § 170 (West 1995). 25 Nota del Comité Consultivo, Article VIII. Hearsay, Introductory Note: the hearsay problem, y otras fuentes allí citadas. (West 2002-2003 ed.). 26 Ibidem. 20 LA PRUEBA DE REFERENCIA Y EL DERECHO dibilidad.27 Adicionalmente, someter a los testigos a una rueda de repreguntas inquisitiva ayuda a la contraparte a descubrir omisiones voluntarias o involuntarias en cuanto a la percepción, recolección y narración (incluyendo la falta de sinceridad).28 Algunas veces la prueba de referencia ha sido descrita como “intrínsecamente poco confiable.” Lo que ello quiere decir, es que la prueba de referencia no debe ser tomada en cuenta para arribar a decisiones fácticas en ausencia de repreguntas como las descritas anteriormente. La regla de la prueba de referencia, sin embargo, no se basa en el supuesto de que la declaración (en nuestro caso, lo que la esposa dijo al conductor) sea tomada en cuenta, siempre y cuando se conceda a la contraparte el derecho de llamar y repreguntar al autor de la prueba de referencia (la esposa). Al contrario, la regla simplemente hace que la declaración sea inadmisible. Si el estado quiere determinar el color de la luz del semáforo observado por la esposa del conductor al momento del accidente entonces, en ausencia de una excepción a la regla de prueba de referencia, el estado deberá promover a la esposa como testigo sobre el particular, y no lo que aquélla dijo a su esposo o a otra persona. Esta postura tiene serias implicaciones. Desde el punto de vista procesal, al acusado debe dársele siempre la oportunidad de repreguntar a quienes lo acusan bajo juramento y en presencia de un jurado. Ello, sin embargo, no siempre es posible. Por ejemplo, en el supuesto de que el querellante haya fallecido, a menos que el testimonio de este último identificando al acusado como homicida sea admitido en juicio, el acusado podría quedar en libertad. Los intérpretes de las reglas probatorias, bien sean legisladores o jueces, se han enfrentado con éste y otros problemas, y han arribado a diversas soluciones plasmadas en las distintas excepciones a la regla sobre la prueba de referencia. Al llevar a cabo esta labor, tanto los legisladores estatales como los jueces, en cuyas cortes se procesan la mayoría de los juicios penales, estaban en libertad de considerar el problema de las excepciones, sin tomar en cuenta las limitaciones constitucionales existentes a nivel federal. Esta lenidad terminó con la decisión tomada por la Corte Suprema de los Estados Unidos en el caso Pointer. Desde ese momento, la Cor27 28 Idem. Idem.