220-4025 Asunto: Competencia de la Superintendencia de Sociedades para autorizar reformas de estatutos. Otorgamiento de Escrituras. Me refiero a su comunicación radicada en esta entidad con el número 490.917-0, por medio de la cual plantea unas inquietudes, las cuales se absolverán, agrupando algunas de ellas por cuestiones temáticas y de orden práctico: "1. Cómo operaban ante la Superintendencia de Sociedades las reformas estatutarias de las sociedades, específicamente en lo que tiene que ver con aumento de capital, antes de la ley 222 del 20 de diciembre de 1995 y luego de la expedición de esta ley?". "2. Es necesario que frente a reformas al capital social y suscripción de acciones por terceros, la Superintendencia de Sociedades se pronuncie, cuando expresamente la ley 222 de 1995 establece lo contrario?". Sobre el particular, me permito manifestarle que antes de la expedición de la Ley 222 de 1995, la Superintendencia de Sociedades con base en el Decreto 2155 de 1992, respecto de las sociedades sometidas a su vigilancia, autorizaba las reformas estatutarias consistentes en fusión, escisión, transformación, conversión de acciones, disolución anticipada y disminución de capital social, cuando ella conllevara un efectivo reembolso de aportes (numeral 26, artículo 6 del citado decreto). Entrada en vigencia la mencionada Ley, es preciso distinguir entre dos estadios, cuales son: cuando una sociedad se encuentra sometida a VIGILANCIA y cuando lo está a CONTROL. En el primero, le corresponde a esta Superintendencia, autorizar única y exclusivamente las reformas estatutarias, consistentes en la fusión y escisión de sociedades (artículo 84, numeral 7); en el segundo, debe autorizar la solemnización de toda reforma estatutaria, incluyendo, como es obvio, la relacionada con el aumento del capital autorizado ( artículo 85, num. 2). Ahora bien, respecto a las reformas, debe tenerse en cuenta que existe una excepción, consistente en que esta entidad, conforme al numeral 7 del artículo 86 ibídem., autoriza toda disminución del capital en cualquier sociedad, siempre y cuando, dicha disminución conlleve un efectivo reembolso de aportes. La suscripción de acciones debe ser autorizada por la Superintendencia, entratándose de acciones con dividendo preferencial y/o acciones privilegiadas, en el caso de sociedades sujetas a vigilancia y en todos los demás casos, cuando la compañía se encuentre sujeta a control. Lo anterior no obsta para que la entidad en cumplimiento de la función que le corresponde de velar porque las sociedades en su formación y funcionamiento se ajusten a los estatutos y a la ley, verifique la legalidad de todos sus actos y ordene los correctivos que sean necesarios. "3. Frente a reformas estatutarias debidamente elevadas a escritura pública, pero cuya acta de Asamblea General de accionistas que sirve de soporte a la escritura, se establece cosa distinta al instrumento público. Es oponible?. Qué efectos puede tener frente a los accionistas que votaron en forma mayoritaria y decidieron cosa distinta a la consignada en el documento público?" "4 En caso de una escritura pública con las características enunciadas en el numeral anterior, qué procedimiento debe seguirse y qué efectos tienen las decisiones que se tomaron con fundamento en el tenor literal real de la decisión adoptadas por la Asamblea general de accionistas y que por efectos de una mala o errada transcripción en el documento público, no ha sido validada por los accionistas minoritarios, quienes no están de acuerdo con la decisión de la mayoría?". Al respecto, es pertinente tener en cuenta que frente a la hipótesis planteada en su escrito y partiendo de la base de que la decisión adoptada por la asamblea general de accionistas se ajusta en un todo a las normas legales y estatutarias establecidas para tal efecto, debe el representante legal de la compañía, en el evento en que el instrumento notarial no se encuentre aún inscrito en el registro mercantil, proceder a solicitar la corrección del mismo; en caso contrario, es necesario elevar una escritura aclaratoria donde se subsanen los errores cometidos. No obstante lo anterior, es preciso tener en cuenta que conforme lo dispuesto en el artículo 118 del Estatuto Mercantil, "Frente a la sociedad y a los terceros no se admitirá prueba de ninguna especie contra el tenor de las escrituras otorgadas con sujeción a los artículos 110 y 113, ni para justificar la existencia de pactos no expresados en ella". A su turno, el artículo 166 ibídem, establece que las reformas se probarán de igual manera que su constitución y advierte que entre los socios podrán probarse con la sola copia del acuerdo o del acta en que conste la reforma o su adopción. Así, teniendo en cuenta que la escritura pública una vez inscrita en el registro mercantil, es oponible frente a los socios y los terceros, ha de estarse al contenido de las cláusulas que en ellas consten, hasta tanto sean modificadas con el lleno de las formalidades legales y estatutarias pertinentes. De otra parte, respecto a los socios minoritarios, baste decir que tomada válidamente una decisión por el máximo órgano social, surte todos sus efectos frente a los asociados bajo el entendido de que las decisiones se adopten con el número de votos previstos en los estatutos o en la ley, obligan a todos los socios, aún a los ausentes o disidentes, siempre que tengan carácter general y se adecuen a los estatutos y a la ley (artículo 188 ejusdem). "5. Es válido que por decisión de las minorías, se afecten intereses de terceros relacionados con la suscripción de acciones que han sido pagadas efectivamente por ellos y que por tecnicismos e interpretaciones acomodadas de las normas están suspendiendo en el tiempo sus derechos y no se ha siquiera considerado la legalización de la suscripción de acciones o la devolución de los dineros efectivamente pagados?". "6. Qué acción legal tienen los accionistas que han suscrito acciones y cuyos derechos no han sido reconocidos bien frente a la sociedad, frente a los representantes legales, frente a los órganos de administración y frente a los órganos estatales de vigilancia y control, que le han dado validez a la interpretación errada de los accionistas minoritarios?". Dado que son un tanto ambiguas las preguntas, es indispensable realizar las siguientes precisiones: El contrato de suscripción de acciones es un contrato eminentemente consensual que se entiende válidamente celebrado entre una sociedad y el suscriptor, una vez que la persona destinataria de la oferta, acepta oportunamente obligarse en los términos del reglamento de colocación; para que se perfeccione el contrato basta que el aceptante de la oferta pague las acciones que suscriba en la forma y términos indicados en el reglamento. El artículo 384 del Código del Comercio consagra que "La suscripción de acciones es un contrato por el cual una persona se obliga a pagar un aporte a la sociedad de acuerdo con el reglamento respectivo y a someterse a sus estatutos. A su vez, la compañía se obliga a reconocerle la calidad de accionista y a entregarle el titulo correspondiente". Tenemos entonces que surtidas debidamente todas las instancias para realizar la suscripción de acciones y aceptada la oferta por los destinatarios oportunamente, el contrato se perfecciona con la plenitud de los efectos que el negocio jurídico produce, conllevando en consecuencia a que la administración de la compañía proceda a emitir los respectivos títulos y reconocer la calidad de accionistas a quienes suscribieron y por ende inscribir las operaciones realizadas. Por consiguiente, en criterio de esta entidad, si una suscripción de acciones se realizó en un todo ajustada a la normatividad legal y estatutaria debidamente consagrada, no es dable desconocerla, so pretexto de convalidar decisiones de las minorías, quedando entonces abierta la posibilidad para quienes se sientan afectados de recurrir a las instancias judiciales pertinentes para dirimir las controversias presentadas. Frente a los órganos estatales de vigilancia y control, bien puede procederse a intentar los recursos que otorga la ley con el fin de que si a ello hubiere lugar, se revisen las actuaciones. En los anteriores términos se ha dado contestación a su consulta, no sin antes manifestarle que los efectos del presente pronunciamiento son los descritos en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo