Modifica la ley N°19.300, sobre Bases Generales del Medio

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Modifica la ley N°19.300, sobre Bases Generales del Medio Ambiente, en relación
al sistema de evaluación de impacto ambiental
Boletín N° 5157-12
CONSIDERANDO:
1.
El artículo 19 NO 8 de la Constitución Política de la República ha consagrado el
derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación en los términos siguientes:
"La Constitución asegura a todas las personas: N® 8. El derecho a vivir en un medio
ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar para que este derecho no
sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza. / La ley podrá establecer
restricciones al ejercicio de determinados derechos o libertades para proteger el medio
ambiente".
2.
Los mandatos que la Constitución Política dirige al Estado, son el antecedente
inmediato de la Ley N® 19.3000 sobre Bases Generales del Medio Ambiente, que nace
en el año 1994 bajo el gobierno del ex Presidente Patricio Aylwin, y que permitió llenar
un vacío importante en el ordenamiento jurídico nacional, al establecer los lineamientos
generales para el sistema normativo ambiental chileno.
En efecto, su primer artículo comienza señalando que "el derecho a ,vivir en can
medio ambiente libre de contaminación, la protección del medio ambiente, la
preservación de la naturaleza y la conservación del patrimonio ambiental se regularan
por las disposiciones de esta ley, sin perjuicio de lo que otras normas legales
establezcan sobre la materia”.Asimismo, la Ley NO 19.300 sobre Bases Generales del
Medio Ambiente ofrece un marco regulador para asegurar las garantías constitucionales
relacionadas con el medio ambiente, estableciendo, entre otros contenidos,
instrumentos de gestión ambiental, normas de calidad ambiental, normas de
preservación de la naturaleza y conservación del patrimonio ambiental, normas de
emisión, y planes de manejo, prevención y descontaminación. Además, norma la
responsabilidad por dado ambiental, y regula cuales son los proyectos o actividades
susceptibles de causar impacto ambiental, por lo que requieren someterse al sistema de
evaluación de impacto ambiental, entre otros.
4.
Quizá, el Sistema de Evaluación de Impacto ambiental, constituye, o constituyó,
a lo menos en los inicios de la aplicación de esta ley, una de sus grandes novedades.
Este funciona coro un importante instrumento de gestión al cual deben someterse los
proyectos de inversión y/o actividades productivas, con el fin de determinar los efectos
reales que tendrán sobre el medio ambiente, intentando de este modo evitar más daño
ecológico y establecer los responsables cuando se produzca un perjuicio al ecosistema.
5.
Tal como aparece consagrado en la Ley N° 19.300, el Sistema de Evaluación de
Impacto ambiental es un conjunto de procedimientos que tiene por objeto identificar y
evaluar los impactos ambientales que generará un determinado proyecto o actividad
antes que se ejecute, permitiendo diseñar medidas que reduzcan los efectos negativos
y fortalezcan los positivos. El artículo 8 de la ley señala expresamente que "los
proyectos o actividades señalados en el artículo 10 solo podrán ejecutarse o
modificarse previa evaluación de su impacto ambiental, de acuerdo a lo establecido en
la presente ley".
6.
No obstarte, en su mismo articulado, la ley establece una excepción a la regia
general que obliga a evaluar el impacto ambiental que un proyecto o actividad puede
producir, previo a su ejecución. En efecto, si el responsable de cualquier proyecto o
actividad presenta, junto al Estudio de Impacto Ambiental, una póliza de seguro que
cubra el riesgo por daño al medio ambiente, puede obtener una autorización provisoria
para iniciar dicho proyecto o actividad, previo a la resolución que lo califique
ambientalmente (artículo 15 inciso 2 de la ley).
7. Tanto el contrato de seguro por daño ambiental, coro la "Autorización Provisoria"
referida en el número anterior, están íntegramente tratados en el Reglamento del
Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, dictado por Decreto Supremo NO 30 de
1997, del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, modificado por el Decreto
Supremo NO 95 de 2001, del mismo ministerio, que además fijó el texto refundido,
coordinado y sistematizado del mismo. En efecto, el título VIII del mencionado
reglamento, se refiere a ambas materias.
8. Siendo así las cosas, se dejó en manos de la potestad reglamentaria la completa
regulación de la autorización provisoria, sin que la ley fijara, a lo menos, los
lineamientos generales para tan importante excepción a la regla general de evaluación
previa de los proyectos consagrada en esta normativa, permitiendo de alguna manera
que la autoridad, a través del articulado del reglamento, desvirtúe o eventualmente
pueda desvirtuar el verdadero espíritu de la ley, estableciendo criterios, circunstancias o
condiciones que no se condicen con la idea del legislador.
9.
Ejemplo claro de lo anterior es el artículo 113 del reglamento, que establece los
criterios que se deben considerar para los efectos de evaluar la pertinencia de autorizar
provisoriamente el inicio del proyecto o actividad. En su letra f), señala: 'Ya
circunstancia que las obras respecto de las cuales se solicita autorización provisoria
presenten, por sí mismas, alguna de las características señaladas en e! artículo 11 de la
ley, dore ameritaron que el proyecto o actividad, del canal formara parte, debiera
presentarse bajo la forma de can Estudio de Impacto Ambiental". Si consideramos que,
las obras respecto de las cuales se solicita autorización provisoria, son en sí mismas
susceptibles de causar un daño ambiental, no debiera siquiera admitirse la posibilidad
de otorgar dicha autorización, mientras la autoridad competente no se pronuncie
respecto a la calificación ambiental. Por tanto, a la luz de la argumentación dada, no
parece razonable que la autoridad, que no siempre torra las decisiones mas acertadas
en esta materia, tenga la opción de otorgar la autorización provisoria, si concurre dicha
circunstancia.
10.
En el último tiempo la ciudadanía se ha visto impactada con los grandes
desastres ecológicos que han afectado a nuestro ecosistema, provocando crisis
ambientales de gran envergadura. El proyecto minero „Pascua Lama", aprobado por la
CONAMA en el año 2001, que afecta a los glaciares de la Tercera Región, proyecto
respecto del cual además se aprobó una ampliación en el año 2004; los derrames de
residuos industriales de la empresa CELCO, causante de la muerte de miles de peces
en el tío Mataquito (Junio de 20073; y el derrame de petróleo en la bahía de San
Vicente atribuible a ENAP (Junio de 2007), son solo algunos ejemplos que podrían
evitarse de existir monitoreo e inspección de la autoridad ambiental, por una parte, y
una legislación menos permisiva, por la otra.
11.
Si bien es innegable que desde la década pasada se han logrado importantes
avances en el establecimiento a nivel racional de una política ambiental, que intenta
conciliar la protección medioambiental con las posibilidades de desarrollo económico,
bajo el concepto y principio del "desarrollo sustentable", no es menos cierto que no se
deben escatimar esfuerzos en la lucha por perfeccionar dicha institucionalidad.
12.
Así, existe un meridiano consenso en que la autoridad medioambiental debiese
ser técnica y autónoma, con el fin de conciliar efectivamente aquellos dos objetivos tan
valiosos para la sociedad, La Corporación Nacional del Medio Ambiente (CONAMA),
considerado hoy un órgano político, pasivo y sin ingerencia real, requiere de una
urgente transformación, en un organismo que emita juicios fundados en el trabajo de
expertos, donde sus fallos resulten de su propia deliberación y cuya aplicación
descanse en su más amplia independencia.
13.
Por otra parte, también se hace necesario ir revisando periódicamente nuestra
legislación, a objeto de detectar sus falencias y adecuarla a los estándares
internacionales en materia medioambiental.
14.
En los últimos 15 años, múltiples ejemplos de protección del medio ambiente en
contextos de crecimiento económico permiten comprobar que el crecimiento económico
y el desarrollo sustentable son compatibles en nuestro país. También se debe
reconocer que los avances no sólo se han realizado desde el Estado, sino que, al
margen de los lamentables episodios que nos toca vivir de vez en cuando, el sector
productivo ha ido de a poco incorporando gestiones ambientales en sus procesos, ya
que hoy, la apertura chilena a través de los Tratados de Libre Comercio obliga a
situarse en la primera línea de la competencia internacional.
15. Siendo así las cosas, Chile requiere de urna política para el sector más exigente
y más moderna, capaz de compatibilizar, por cierto, el quehacer productivo con las
necesidades que demandan el adecuado y efectivo resguardo del medio ambiente, de
manera tal de evitar abusos en relación a proyectos que afectan el patrimonio de todos
los chilenos.
POR TANTO, en mérito de lo expuesto, venirnos en proponer a esta Honorable
Cámara el siguiente:
PROYECTO DE LEY
Artículo Único.- Intercálese entre el inciso segundo y el inciso tercero del artículo 1 5
de la Ley N° 19.300, sobre rases Generales del Medio Ambiente, el siguiente inciso,
que pasa a ser el tercero:
"Con todo, la autorización provisoria para inicias el proyecto o actividad, a que se
refiere el inciso precedente, no podrá, en ningún caso, otorgarse respecto de aquellas
obras que presenten, por sí mismas, alguna de las características señaladas en el
artículo 11 de la presente ley, y que era consecuencia ameritan que el proyecto o
actividad del cual forman parte, deba presentarse bajo la forma de un Estudio de
Impacto Ambiental"
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