Número especial – Septiembre de 2008 research eu Comisión Europea © BRGMim@gé/Séverine Bès de Berc Geociencias ¡Tierra! ISSN 1830-8007 Revista del Espacio Europeo de la Investigación research*eu, la revista del Espacio Europeo de la investigación, que pretende ampliar el debate democrático entre la ciencia y la sociedad, está escrita por periodistas profesionales independientes. Presenta y analiza proyectos, resultados e iniciativas cuyos actores, hombres y mujeres, contribuyen a reforzar y a federar la excelencia científica y tecnológica de Europa. research*eu se publica en inglés, francés, alemán y español, a razón de diez números al año, por la Unidad de Comunicación de la DG de Investigación de la Comisión Europea. research*eu editorial El planeta antrópico Redactor jefe Michel Claessens ¡Bienvenidos a la Tierra! Este número especial, publicado con ocasión del Año Internacional del Planeta Tierra 2008, está enteramente dedicado al tercer planeta más cercano al Sol, nuestro “hogar dulce hogar”. Ahora bien, como podrán comprobar, en esta edición no nos referimos en absoluto al desarrollo de la vida sobre la Tierra, un fenómeno que cambió radicalmente la faz de nuestro planeta y la historia de nuestra especie. Se trata de una decisión editorial que algunos cuestionarán, puesto que no se puede disociar nuestro planeta del fenómeno de la vida. De hecho, la Tierra está viva y va evolucionando constantemente. El científico James Lovelock describe además nuestro planeta como un ser dotado de vida: ésta es la teoría de Gaia. A semejanza de los organismos biológicos, Gaia regula la concentración de sus principales “metabolitos” como, en este caso, la de los gases de la atmósfera. Pero la vida tampoco se puede disociar de la Tierra. De haber sido ésta ligeramente diferente, no estaríamos aquí ahora. Sin su núcleo líquido y, por lo tanto, sin el campo magnético que genera y que nos protege de los rayos cósmicos, la vida no habría podido subsistir, ni siquiera existir. Sin las características tan especiales de nuestro planeta (su forma esférica, su distancia del Sol, su composición, etc.), no habría terremotos, ¡pero tampoco vida! He aquí una versión muy común del famoso “principio antrópico” invocado por los cosmólogos, que establece que el Universo posee características físicas muy particulares, como si hubieran sido elegidas para regir el nacimiento de la vida. ¡El universo se habría creado para observarse a sí mismo! Para lo que se puede utilizar, entre otras cosas, esta revista… Michel Claessens Redactor jefe Coordinación general Jean-Pierre Geets, Charlotte Lemaitre Coordinación de redacción Didier Buysse, Jean-Pierre Geets Periodistas Didier Buysse, Delphine d’Hoop, Marie-Françoise Lefèvre, Christine Rugemer, Julie Van Rossom. Con la amable contribución de Patrice Christmann. Traducciones Andrea Broom (inglés), Martin Clissold (inglés), Silvia Ebert (alemán), Consuelo Manzano (español) Diseño Gérald Alary (jefe de proyecto), François Xavier Pihen (paginación), Marie Goethals (coordinación y seguimiento de la producción), Daniel Wautier (corrección de pruebas de francés), Richard Jones (corrección de pruebas de inglés), Sebastian Petrich (corrección de pruebas de alemán), D.A Morell (corrección de pruebas de español) Ilustraciones Christine Rugemer Las opiniones presentadas en este editorial, así como en los artículos de este número, no comprometen de forma alguna a la Comisión Europea Formulario de suscripción a la versión impresa de research*eu La revista research*eu es gratuita. Para abonarse, cambiar la dirección de envío, modificar las modalidades de su abono o rescindirlo, la forma más rápida y segura es hacerlo en la página web: http://ec.europa.eu/research/research-eu/ Asimismo, podrá pedir antiguas ediciones, también gratuitas. También puede rellenar este formulario con letra de imprenta y enviarlo a la dirección siguiente: research*eu ML DG1201 Apartado de correos 2201 L-1022 Luxemburgo Nombre: Revisores de las versiones lingüísticas Julia Acevedo (español), Gerard Bradley (inglés), Régine Prunzel (alemán) ......................................................................................................................................................... Organización: ....................................................................................................................................... Versión(es) lingüística(s) que desea recibir: □ francesa □ inglesa □ alemana □ española Versión en línea Charlotte Lemaitre Dominique Carlier En portada Extracción de muestras de gas en el cráter sur del volcán de La Soufrière (Guadalupe). © BRGM im@gé/Séverine Bès de Berc Impresión Bietlot, Gilly (Bélgica) Producción general PubliResearch La tirada de este número ha sido de 322.000 ejemplares. Todas las ediciones de research*eu se pueden consultar en línea en la página Web de la DG de Investigación: http://ec.europa.eu/research/research-eu Si desea recibir varios ejemplares de una versión lingüística determinada, puede enviar su formulario con su dirección completa y una breve justificación. • por correo electrónico: research-eu@ec.europa.eu • por fax (+32-2-295 82 20). Editor responsable: Michel Claessens Tel.: +32 2 295 9971 Fax: +32 2 295 8220 Correo electrónico: research-eu@ec.europa.eu Si desea obtener uno o varios ejemplares de números anteriores, envíe un mensaje por correo electrónico o por fax. Ni la Comisión Europea ni ninguna persona que la represente son responsables del uso que pueda hacerse de la información que contiene esta publicación o de los errores eventuales que puedan subsistir a pesar del esmero en la preparación de estos textos. © Communautés européennes, 2007 Reproducción autorizada, si se menciona la fuente. Dirección: ..................................................................................................................................................... ........................................................................................................................................................................................... Código postal: ........................... Ciudad: ........................................................................ País: ......................................................................................................................................................................... SUMARIO 4 Star Trek ENTREVISTA 5 La Tierra, ahora y para siempre El geólogo Ted Nield es miembro del Comité del Año Internacional del Planeta Tierra. A continuación, les ofrecemos un viaje por el Pérmico, los dinosaurios, el supercontinente Pangea y nuestro futuro… 33 SEÍSMOS 16 Temblores, deslizamientos y flujos La Tierra está viva… y se mueve a su antojo. El proyecto europeo LESSLOSS se interesa por estos “caprichos” de nuestro planeta, a menudo peligrosos. 19 El hombre de la tierra TELEDETECCIÓN INVESTIGACIÓN 34 De lejos se ve mejor Con el proyecto mundial GEOSS, los satélites se convierten en auténtica herramienta de diagnóstico y de seguimiento, cuidando de un planeta que lo necesita de verdad. 7 ¿Para qué sirven los geólogos? Patrice Christmann, secretario general de EuroGeoSurveys, explica la importancia de la gestión de los recursos geológicos y la necesidad de anticipar los riesgos geológicos. 9 Viaje interior ALMACENAMIENTO GEOLÓGICO PATRIMONIO 20 Geología y paisajes Los paisajes reflejan la historia de la Tierra. Las huellas de este pasado y del presente modelan una especial “visión” del futuro. MEGALÓPOLIS NÚCLEO TERRESTRE 10 El núcleo interno, vestigio de un nacimiento El núcleo terrestre, a más de 3.000 km de profundidad y su parte interna a 5.000 km, sigue siendo misterioso, incluso para los geólogos. CAMPO MAGNÉTICO 12 Un escudo generador El campo magnético terrestre, muralla contra las erupciones solares, es una manifestación de los movimientos del núcleo. Su reproducción en laboratorio suscita grandes esperanzas… TECTÓNICA DE PLACAS 13 La cinta transportadora Una serie de nuevos medios para estudiar la tectónica de placas revolucionan las ciencias de la Tierra y arrojan luz sobre el fenómeno del vulcanismo. Los desafíos del siglo REPORTAJE 22 La fragilidad del gigantismo Intensa urbanización descontrolada, afluencia de las poblaciones pobres a las megalópolis: ¿se puede adoptar un enfoque “sostenible” en estas ciudades que no dejan de crecer? HIDROGEOLOGÍA CONTAMINACIÓN 43 ¿Doctor Jekyll o Mister Hyde? El metano de los fondos marinos y de los permafrost constituye una fuente importante de combustible, pero explotarlo podría tener consecuencias insospechadas. RECURSOS 27 Los suelos bajo perfusión Los tesoros tan descuidados que tenemos bajo nuestros pies, desde hace décadas, podrían estar a punto de desaparecer. Les presentamos un resumen del estado de los suelos europeos. 30 Gases con efecto sobre la tierra Las tierras, explotadas en exceso por el hombre, no sólo son víctimas de las variaciones climáticas, también son responsables de las mismas. 40 La revolución geotérmica La central eléctrica piloto de Soultz-SousForêts (Francia) inaugura una nueva forma de geotermia: el Enhanced Geothermal System o EGS. METANO 24 El agua invisible de la vida El agua subterránea, recurso invisible pero esencial, se ha estado explotando durante mucho tiempo sin dársele la importancia que se merece. CLIMA 37 El CO2 criando malvas ¿Qué se puede hacer con nuestro excedente de CO2? Se está pensando muy seriamente en la posibilidad de almacenarlo en el subsuelo. ¿Pero seguro que se quedaría allí? 44 El hombre mineral Europa se preocupa por garantizar su suministro energético, no prestando la suficiente atención a otro recurso indispensable para su desarrollo: los minerales. BREVES 46 Últimas noticias sobre la Tierra LA CIENCIA EN IMÁGENES 48 El ácaro de ámbar research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 3 Star Trek Cuando haya llegado al punto final de la frase que está leyendo, habrá recorrido alrededor de 1.350 km. Más o menos cinco segundos de lectura, durante los cuales la Tierra gira alrededor del Sol, que a su vez describe un movimiento circular en la Vía Láctea, que también gira sobre sí misma. Sin considerar el movimiento de expansión del Universo, esto representa un desplazamiento de unos 270 km por segundo. Nuestro planeta es como una nave galáctica en la que viajamos alegremente a toda velocidad (y casi sin protección), en un cosmos esencialmente sombrío y helado, teniendo como compañero de viaje a una inmensa estrella que nos bombardea con rayos mortales, y a un sinfín de astros más pequeños con los que no sería inverosímil la hipótesis de una colisión fatal. ¿Nuestra existencia es precaria? Sí. Esta fragilidad, esta alucinante improbabilidad, esta posible unicidad en el Universo, hace que veamos la aparición de la vida sobre la Tierra como una especie de milagro, o fruto del azar. Afortunados “elegidos” o gente con suerte, nos aprovechamos de esta oportunidad con total despreocupación. Escapamos de milagro, por lo tanto somos indestructibles. © ESA Pero he aquí que todo cambia: nuestra nave espacial se avería. La fina película de protección atmosférica se degrada. Los fallos aparecen por todos lados: en el sistema de calefacción, de circulación del agua, de ventilación, de climatización. Los invernaderos se secan. El vivero se vacía. Se hace un nuevo balance de los alimentos y las reservas de agua potable. En la nave Enterprise NCC-1701, sería el momento en el que el capitán Kirk pediría al ingeniero jefe Montgomery Scott que subiera a la pasarela. ¿No ha llegado la hora de llamar a nuestros propios “Scotty”, nuestros geólogos, sismólogos, oceanógrafos y a otros especialistas de las ciencias de la Tierra? Nube de polvo procedente del Sahara, que avanza a lo largo de las costas del Atlántico (Mauritania, Senegal y Guinea Bissau). Imagen transmitida por el satélite Envisat. 4 research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 ENTREVISTA Huellas de dinosaurio que datan de 155 millones de años, encontradas en el Jura (Suiza). En la historia de la Tierra ha habido cinco extinciones masivas de especies vivas. La última, la extinción del jurásico, es la más emblemática. Ted Nield “Nada de lo que podamos hacer a nuestro planeta puede dañarlo realmente. Pero sin duda podemos perjudicarnos a nosotros mismos”, escribe Ted Nield(1). Según este geólogo británico, miembro activo del Comité del Año Internacional del Planeta Tierra 2008, este evento tiene que darnos la perspectiva necesaria para comprender y “tratar” mejor la Tierra. Dentro del marco del Año Internacional del Planeta Tierra se ha dado una amplia cobertura mediática a numerosos temas. ¿Cree que alguno de ellos es especialmente relevante? Cuando se habla de la Tierra, creo que no hay que caer en la tentación de dar más prioridad a una cuestión determinada. En cierta forma, desde hace siglos la ciencia ha estado funcionando de esta forma limitadora, y ahora tiene que cambiar. El hecho de que al principio nuestro comité científico (formado por especialistas de las geociencias) no pensara en incluir el tema del “ser vivo” (que fue añadido in extremis) demuestra el largo camino que queda por recorrer, aunque tengamos las © CNRS Photothèque/Jean-Michel Mazin © Richard H.Smith photuris@mac.com La Tierra, ahora y para siempre mejores intenciones, para comprender que el “Sistema Tierra” supone un enfoque multidisciplinar. Este Año está enfocado a destacar todos los conocimientos disponibles hoy en día sobre cómo funciona el planeta. La Tierra no está dividida en diferentes departamentos independientes que se encarguen del control de la biosfera, de la administración de las placas tectónicas, de la fabricación de la meteorología… ` El climatólogo Paul Crutzen piensa que el actual impacto del hombre va a forjar el destino del planeta, llevándole al inicio de una nueva era en su historia, que ha denominado “el Antropoceno”. Pero algunos afirman que ya se dieron cambios hace muchísimo tiempo, en los que el hombre no tuvo ninguna responsabilidad, como la elevación del nivel de los mares de más de 100 metros entre el año 13.000 y el 8.000 a. C. Para un geólogo, el clima de la Tierra es una combinación fascinante y desconcertante de dos categorías de cambios (a veces singulares, y otras cíclicos), propios de todos los procesos terrestres. En la escala de los tiempos geológicos, el planeta ha pasado por revoluciones masivas, por ejemplo, la provocada hace tres mil millones de años por la aparición de la fotosíntesis: al introducir por primera vez oxígeno en la atmósfera desencadenó un cambio radical e irreversible de la química de la Tierra, sin duda también de sus profundidades, lo que podría haberse dado de forma paralela al enfriamiento de su superficie. La posición de los continentes, que derivan sobre el globo – a veces dispersos (como ahora), otras unificados y, en este caso, dispuestos cerca de los polos o sobre los trópicos – también afecta profundamente el sistema climático terrestre a escalas que se pueden cifrar en centenares de millones de años. Los efectos de los ciclos orbitales de la Tierra alrededor del Sol, junto con el efecto de la inclinación de nuestro eje de rotación con respecto al plano elíptico, interfieren igualmente y crean research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 5 ENTREVISTA a su vez cambios en la trama de su evolución: el clima no es, no ha sido y no será nunca constante. Hagamos lo que hagamos, la Tierra ya ha pasado por otras fases graves. Nuestras emisiones de gases de efecto invernadero no van a hacer que hiervan los océanos enviando a la atmósfera hasta el último gramo de carbono que tiene el planeta, como ocurrió en Venus. Si por nuestras estúpidas prácticas no sostenibles creamos una nueva era geológica que se transforme en experiencia incontrolada, la situación será complicada, eso es cierto. Tenemos que pensar de forma racional. El “Antropoceno” podría ser el periodo en el que la humanidad tenga que probar que merece la etiqueta de Sapiens. La ciencia-ficción y el cine (con Michael Crichton y Spielberg, entre otros) han contribuido a popularizar los dinosaurios del periodo jurásico, y a dar a conocer el pasado de la Tierra. Pero ¿qué cataclismos provocaron tal desaparición? Las dos hipótesis avanzadas hasta ahora han sido una actividad volcánica sin precedentes o el impacto de un meteorito en el Golfo de Méjico. Este tema fascinante ilustra dos tipos de enfoques científicos. Cuando Luis y Walter Álvarez y sus colegas identificaron la capa rica en iridio que señalaba el final del periodo del Cretáceo hace 67 millones de años, consiguieron la prueba de que se había producido un cambio mundial tras el impacto de un objeto de una dimensión de varios kilómetros contra la Tierra. Pero se ha tenido que admitir que el planeta ha sufrido impactos muchas veces durante su larga historia y que algunas catástrofes determinadas, aunque muy poco frecuentes, tienen que ser integradas en la corriente del pensamiento de una geología científica que apunte por un enfoque evolutivo. Es una enseñanza interesante, puesto que los físicos suelen preferir las explicaciones “simples”, al contrario de los geólogos que saben que en la historia de la Tierra no hay ninguna explicación sencilla, única e inmediata. Existen enormes probabilidades de que se dieran a la vez numerosas causas geológicas, climatológicas, astronómicas, fruto del azar, que al coincidir supusieron un ataque en toda regla contra la fortaleza de los seres vivos. Aunque se 6 dio efectivamente un impacto hace 67 millones de años, hubo distintas causas. El final del periodo cretácico fue una época terrible para cualquier forma de vida sobre la Tierra. La primera causa fue una erupción volcánica masiva que creó los depósitos de lava del Decán, como demostró Vincent Courtillot, del Instituto de Física del Globo. El impacto podría ser el golpe de gracia que eliminó al Tyrannosaurus rex. Y por último, si bien se relacionó rápidamente el cráter de Chicxulub en el Golfo de México con el final del Cretáceo, unas investigaciones recientes han demostrado que no pudo ser el golpe de gracia. Aunque se trate del mayor cráter de impacto nunca visto en la Tierra, se produjo 300.000 años antes para que fuera el culpable y no suprimió la existencia de especies microfósiles. Además, en la historia de los seres vivos no se ha podido establecer ninguna relación entre impactos y extinciones en masa. Parece ser que el periodo del Pérmico, hace 250 millones de años, fue uno de los más dramáticos, y que durante este periodo se produjo la extinción del 90 % de las especies. ¿Cómo se produjo esta catástrofe, cuyos primeros indicios se dieron 3 mil millones de años antes? ¿Qué nuevas condiciones hicieron posible el “regreso” de los seres vivos? La extinción del final del Pérmico fue quizás la mayor de las cinco grandes extinciones masivas y se produjo en un periodo terrible para los seres vivos. Los continentes terrestres se fusionaron, formando al más reciente de los supercontinentes, denominado Pangea por Alfred Wegener. Al ser un único continente, tenía un litoral mucho menos extenso y muchos menos mares poco profundos en los que abundase la vida marina. Los fondos oceánicos solían tener poco oxígeno. Las tierras interiores, lejos de las fuentes de humedad, eran irremediablemente áridas. La escasez de vida vegetal hizo que el nivel de oxígeno fuera bajo, se produjo una lenta erosión, liberándose el CO2 a la atmósfera, que a su vez se calentó. A lo largo del tiempo, sucedieron diferentes eventos (primero erupciones) y Pangea empezó a romperse. Al separarse las Américas de Eurasia y de África, la erosión afectó primero al centro de este supercontinente, limpiando el CO2 de la atmósfera. La vida volvió a lo largo de research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 las costas, al tener allí más oxígeno. Tras el largo y nefasto periodo del Pérmico-Triásico, el ser vivo pudo respirar, en el sentido literal del término, y por fin pudo dar un suspiro de alivio… En lo que se refiere al conocimiento, ¿qué se puede aprender de la existencia de estos antiguos supercontinentes? Creo que la primera enseñanza de este ciclo de los supercontinentes es un sentimiento de humildad ante la naturaleza y la profundidad del tiempo. Nuestra especie empezó a evolucionar hace seis millones de años, pensándolo bien, es un resultado satisfactorio puesto que la duración estándar de una especie sería más bien de un millón de años. Pero cuando la humanidad aprendió a erguirse para andar, los continentes se encontraban a decenas o centenares de kilómetros de su lugar actual. El proceso empezó en la época de los dinosaurios, y estamos en la mitad del proceso de creación del próximo supercontinente, para dentro de 250 millones de años quizás… Entonces seremos fósiles y no habremos dejado ninguna otra huella. Pero la Tierra seguirá estando ahí, viva, respirando, formando sus placas en las fallas medianas de los océanos, placas que se solaparán y chocarán en sus riberas creando montañas que después se erosionarán, como viene ocurriendo desde hace cuatro mil millones de años y seguirá pasando durante cuatro mil millones de años más, a no ser que antes explote el Sol y destruya a la propia Tierra. Nada de lo que podamos hacer a nuestro planeta puede dañarlo realmente. Pero podemos perjudicarnos a nosotros mismos. Mi libro acaba lanzando un llamamiento para que se luche contra la ignorancia y se movilicen todos los conocimientos que poseemos para hacerle frente. Lo que espero de un evento como el Año de la Tierra, es que podamos añadir un poco de racionalismo científico a la forma en la que tratamos a la insustituible Madre Tierra. Ella no nos toma en cuenta. Somos nosotros los que tenemos que cuidarla, no podemos luchar contra ella. Sin su ayuda, estaremos fosilizados mucho antes de lo que pensamos. Declaraciones recogidas por Didier Buysse (1) Ted Nield, Supercontinent, Ten Billion Years in the Life of our Planet, Granta Books, Londres, 2007 INVESTIGACIÓN © Maciej Klonowski ¿Para qué sirven los geólogos? El auge de la sociedad de la información y la comodidad de la vida moderna hacen que muchos de nosotros olvidemos que el futuro de la humanidad, que contará con 9 mil millones de personas en el año 2050, sigue dependiendo del buen funcionamiento de los ecosistemas, así como de la disponibilidad y la calidad de los recursos naturales. Asimismo, la humanidad tiene que protegerse de los impactos de un amplio abanico de riesgos naturales. Muchos de estos recursos y de estos riesgos están relacionados con la geología. Se trata de los recursos geológicos y de los riesgos geológicos relacionados con la naturaleza, la estructura, la dinámica y la historia del mundo bajo nuestros pies. L os recursos geológicos abarcan la energía, las aguas subterráneas, los recursos minerales, los suelos, el espacio subterráneo y el patrimonio geológico. El espacio subterráneo es un recurso cada vez más valioso para la construcción de infraestructuras (aparcamientos, túneles), pero también para almacenar allí los desechos más peligrosos (desechos tóxicos, radiactivos, CO2) por largos periodos de tiempo. El patrimonio geológico comprende los paisajes, los emplazamientos naturales de interés geológico y las construcciones realizadas a partir de materiales de origen geológico. Son precisamente estos materiales los que dan su aspecto característico a nuestros monumentos. Como acaba de recordarnos el seísmo de Sichuan en China, la Tierra es un planeta vivo cuya corteza esta hecha de placas que se mueven en un baile continuo, bajo el efecto de las células de convección que remueven el manto. Los riesgos geológicos a veces son espectacu- lares cuando se materializan, pero la mayoría de las veces apenas se manifiestan. Todos ponen en peligro el patrimonio humano, algunos amenazan también la salud, e incluso las vidas humanas. Las erupciones volcánicas, los corrimientos de tierras y los seísmos son muy perceptibles, mientras que las emisiones de radón (origen de numerosos cánceres), la alternancia de los movimientos de expansión y contracción de los suelos ricos en arcilla, el desplome natural de las cavidades subterráneas, el exceso o el déficit de oligoelementos en las aguas subterráneas y los suelos apenas se perciben, siendo incluso invisibles sin los medios técnicos específicos para su observación. Todo ocurre bajo nuestros pies La información geográfica geológica, el conocimiento y el saber pericial sobre geología, tienen aplicaciones en numerosos campos. Son indispensables para localizar, caracterizar y gestionar los recursos geológicos, para reducir los impactos de los riesgos geológicos, para comprender el futuro y la migración de los contaminantes en los suelos y las aguas subterráneas. Sus usuarios privados y públicos son muy diversos, ya que constituyen elementos determinantes para la toma de decisiones y la formulación de políticas, particularmente dentro del contexto ético del desarrollo sostenible. Mientras que los sensores a bordo de los satélites permiten una observación rápida y armonizada de la atmósfera y de la superficie de la Tierra, la geología sigue siendo casi inaccesible para la observación directa, con excepción de algunos afloramientos sobre el terreno y de las muestras de las perforaciones. El geólogo, en función del objeto de estudio (conocimiento geológico general, búsqueda de agua, estudios de un emplazamiento de almacenamiento de CO2, vigilancia de un corrimiento de tierras, modelización de los movimientos de los contaminantes en una capa freática…), utiliza diversas técnicas entre una amplia research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 7 INVESTIGACIÓN gama de técnicas de observación disponibles, la mayoría indirectas. Esta diversidad de herramientas y de escalas de observación (de lo “macro” a lo “nano”) utilizadas en el transcurso de un mismo estudio, así como la capacidad de razonar en cuatro dimensiones (las tres dimensiones del espacio y la del tiempo) son propias de la observación geológica de la Tierra. El tiempo es una dimensión esencial puesto que los fenómenos geológicos son dinámicos. Para encontrar un yacimiento de minerales o de hidrocarburos con frecuencia hay que reconstituir el paisaje, el clima y las condiciones geológicas (posición de las placas, sedimentación, magmatismo, tectónica, etc.) tal y como eran hace cientos de millones de años, cuando se formaron los yacimientos, y luego se intenta comprender su evolución ulterior. servicios geológicos europeos han contribuido en más de 150 proyectos del 5ºPrograma Marco y del 6PM de la Unión Europea, y se están iniciando nuevos programas dentro del 7PM(1). La integración de la geología en las políticas y las legislaciones europeas sigue siendo por ahora muy parcial, pero va ganando terreno, teniendo en cuenta la creciente importancia de las cuestiones relacionadas con el acceso y la gestión de los recursos naturales, la reducción de los impactos de los riesgos naturales y el desarrollo de los sistemas de información geográfica paneuropeos. Tanto la Comisión Europea como los Estados miembros tienen que hacer aún muchos esfuerzos para integrar el conocimiento geológico en la construcción europea y superar el obstáculo de la fragmentación de este conocimiento en los ámbitos nacionales y regionales. Para ello, Europa tendría que definir líneas directrices más claras a nivel comunitario, para ir más allá del enfoque actual basado en proyectos y desarrollar con los Estados miembros una verdadera capacidad geológica europea al servicio de la competitividad y del desarrollo sostenible. Patrice Christmann Secretario General de EuroGeoSurveys (1) Podrá descargar una base de datos de estos proyectos, en inglés, en el siguiente enlace: www.eurogeosurveys.org/assets/files/research/ EGS_Research_database_20.06.07.xls Hacia una infraestructura geológica europea EuroGeoSurveys es la Asociación de los Servicios Geológicos Europeos, que cuenta con 33 miembros nacionales y más de 10.000 personas. Uno de sus objetivos es promover la contribución de las geociencias a las actividades y programas de acción de la Unión Europea y velar por el desarrollo de una infraestructura geológica europea. Sus miembros son organismos públicos, que intentan conciliar, por un lado, la observación del subsuelo y la investigación aplicada, y por otro, las necesidades de la sociedad. Su tarea consiste en proporcionar información geográfica y conocimientos imparciales solicitados por sus usuarios, a escala nacional o regional. La investigación es un componente importante de su actividad, que responde a necesidades como: el desarrollo y la mejora de las técnicas de observación, prospección y modelización; el desarrollo del conocimiento geológico en cuatro dimensiones y el de los procesos geológicos; el desarrollo de la interoperabilidad de las informaciones geológicas entre países y entre las diferentes disciplinas de observación de la Tierra; la comprensión de la migración y del futuro de los contaminantes en las aguas subterráneas; el almacenamiento del CO2 en las formaciones geológicas y el aprovechamiento de la geotermia. Esta investigación tiene una dimensión europea cada vez más importante. Hasta la fecha, los 8 Qué hay en la “caja de herramientas” de los geólogos… research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 Diversos sensores instalados en los satélites de observación de la Tierra. Diversas tecnologías de geofísica aerotransportada. Tecnologías de geofísica de tierra, tales como la exploración sísmica, que permiten desarrollar auténticos modelos en tres dimensiones del subsuelo y de sus recursos, particularmente en hidrocarburos. Observaciones sobre el terreno y las perforaciones. Geoquímica isotópica que, por ejemplo, permite obtener información precisa sobre la edad de las rocas y las condiciones de su génesis. Estudio de fósiles de todos los tamaños, que permite datar los sedimentos, y el estudio de los sedimentos que permite la reconstitución de sus condiciones de depósito, de la paleogeografía de la cuenca sedimentaria y de su entorno. Estudio de las inclusiones fluidas en algunos minerales proporciona información sobre las condiciones de génesis de las rocas y de los yacimientos minerales. Modelos matemáticos que, a partir de un número limitado de observaciones, permiten describir un proceso y prever algunas situaciones (corrimientos de tierras, variaciones de las reservas de una capa de agua, geometría y reservas de un yacimiento). Tecnologías de análisis y de formación de imágenes (microscopio óptico, de barrido electrónico, microsonda, radiocristalografía…). www.eurogeosurveys.org © CNRS Photothèque/Frank Lavigne © CNRS Phototheque/J-F. Ritz © BRGM im@gé/François Michel © ESA/DLR/FU Berlin (G. Neukum) Viaje interior En su ciclo de seis novelas y once series de relatos cortos publicados entre 1914 y 1944, Edgard Rice Burroughs se sumerge en el universo fascinante de Pellucidar, el mundo interior de la Tierra. En su cuarta novela, llega incluso a incluir a Tarzán, su héroe más popular, en este verdadero “mundo al revés”: de hecho, en ella nuestro planeta resulta ser una esfera hueca y los habitantes de Pellucidar pueblan su faz interna cóncava, un continente único forzosamente sin horizontes e iluminado por un Sol central. La evolución de las comunidades humanas y no humanas del interior se detiene en una era que según parece recopila diferentes capítulos de nuestra prehistoria, al ser allí contemporáneos los hombres y los pterodáctilos. Los habitantes de Pellucidar nunca han entrado en contacto con los habitantes de la faz convexa, hasta que el prospector David Innes, al buscar nuevos minerales a gran profundidad, los descubre a bordo de su “topo de hierro” inventado por su amigo e inventor Abner Perry. Un artefacto perfecto para descender, pero que no puede dar la vuelta atrás, para disfrute del lector. ¿Todo esto es absurdo? En 1721, el francés Henri Gautier, médico e ingeniero de obras públicas, emitió la hipótesis de que la Tierra era completamente hueca, absolutamente convencido de su afirmación. Su capa externa, que no superaba los 5 kilómetros, era el resultado de un equilibrio dinámico entre la fuerza de gravitación y la fuerza centrífuga debida a nuestra rotación. Partiendo de constataciones simples, como la presencia de moluscos en las capas más profundas del suelo, dedujo la existencia de un mundo interior con sus propios mares y continentes, y explicó de forma sencilla los levantamientos y los hundimientos de la corteza terrestre: nuestros montículos externos se correspondían con huecos en el mundo interno, e inversamente. research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 9 El núcleo interno, vestigio de un nacimiento El núcleo terrestre, reminiscencia de la formación de nuestro planeta, sin duda es un “Santo Grial” de las geociencias. Sigue sin conocerse a ciencia cierta la composición de sus partes líquidas y sólidas, así como los fenómenos complejos que experimenta. Al ser inaccesible, a más de 3.000 km de profundidad, despierta la imaginación de los investigadores. La única certidumbre que existe es que el centro del núcleo se está cristalizando, lo que hace presagiar la probable desaparición de nuestro campo magnético protector a muy largo plazo. Y a en 1864, Julio Verne en su novela “Viaje al centro de la Tierra” proyectaba llegar allí partiendo del interior de un volcán islandés. Sin alejarse mucho de la ciencia ficción, David Stevenson, geólogo del prestigioso California Technology Institute (Estados Unidos), propuso en el año 2003 provocar una gigantesca explosión para crear una falla en la cual se vertiera hierro fundido, junto con un emisor de ondas de radio, que llegaría al centro de la Tierra gracias a la gravedad. Este núcleo, misterioso e impenetrable, sigue avivando el interés de los científicos que, a 5.000 km de su objetivo, 10 rivalizan en ingeniosidad para descubrir la composición de su parte interna. Bajo el manto de Gaia Remontémonos en el tiempo hasta el nacimiento de nuestro maravilloso planeta azul… La Tierra, formada hace 4.500 millones de años con el resto del sistema solar, fue el resultado de una agregación de cuerpos celestes en fusión. Teniendo en cuenta la proximidad del Sol, las temperaturas superficiales (entre 800 y 1.300 °C) hicieron posible que esta materia líquida se fuera amalgamando mientras experimentaba un movimiento de rotación que dio research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 núcleo líquido © Julien Aubert, CNRS-IPGP NÚCLEO TERRESTRE núcleo interno manto “Vista transversal” del interior de la Tierra. El núcleo es la capa más profunda de nuestro planeta. Está constituido principalmente por hierro en estado líquido (núcleo externo) y es sólido en su centro (núcleo interno). Su formación por diferenciación es uno de los eventos significativos de la historia de la Tierra primitiva. lugar a la característica forma esférica del planeta. En el transcurso de una fase de diferenciación, las partículas pesadas, como el hierro o el níquel (1), se sumergieron a más profundidad en la roca en estado de fusión para constituir el núcleo, rodeado de un manto compuesto por elementos más ligeros, los silicatos. La corteza continental y la oceánica se formaron más tarde, tras el enfriamiento de la superficie del planeta. En virtud de los conocimientos de los que se dispone actualmente, se sabe que el espesor de estas últimas está comprendido entre 35 y 70 km. Más abajo, cubriendo 2.885 km, está el manto, cuyos constituyentes varían según la profundidad. Por lo tanto, hay que descender a aproximadamente 3.000 km para llegar al núcleo líquido y a más de 5.000 km y alcanzar al núcleo interno sólido. Teniendo en cuenta estas distancias gigantescas, ¿cómo han podido distinguir los geólogos estas diferentes capas y establecer hipótesis razonables sobre su composición? “Existen varios métodos para analizar los abismos terrestres”, explica Véronique Dehant, antigua responsable del Special Bureau for the Core y jefa de sección del Observatorio Real de Bélgica. “Por ejemplo, nos podemos referir a las estructuras de asteroides metálicos que proporcionan muchísimos datos cuando sus condiciones de formación son semejantes a las de la Tierra”. Y añade: “Pero entre todas las técnicas disponibles para sondear el núcleo, la sismología es sin duda alguna la más eficaz”. Marte, una cobaya para la Tierra P ara el año 2013, la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene previsto el lanzamiento de la misión ExoMars cuyo principal objetivo es determinar si en el planeta existió vida biológica en el pasado. La plataforma de aterrizaje estará equipada con una multitud de instrumentos de observación entre los cuales está el experimento de radiociencia LaRa, cuyos datos permitirán dar respuesta a la incógnita de si el núcleo de Marte es sólido o líquido. Al conocerse casi centímetro por centímetro la trayectoria de la Tierra en el tiempo, los científicos medirán con el instrumento LaRa, por efecto Doppler, la posición relativa de Marte con respecto a nuestro planeta para conocer así la localización de la plataforma con la misma precisión. Estos datos destacarán el fenómeno de nutación, es decir, las oscilaciones secundarias del eje de rotación de un planeta. Estas oscilaciones dependen directamente de la rotación diferencial del núcleo con respecto al manto y, por lo tanto, de forma general, del estado físico líquido o sólido del núcleo. Además, la superficie de Marte está formada por una sola placa. Por la ausencia de movimiento tectónico, algunas rocas superficiales datan de más de 4 mil millones de años. Por lo tanto, la historia magnética del planeta se ha conservado y se presta a un acceso directo. Los científicos a cargo de la misión esperan que los datos recopilados mejoren sensiblemente los conocimientos sobre el pasado de Marte y que arrojen luz sobre su habitabilidad. Los terremotos dan el soplo Los seísmos telúricos se originan al combinarse dos fenómenos: la comprensión y el corte. La velocidad de propagación de estas ondas, denominadas respectivamente P (primarias) y S (secundarias) depende en gran medida de la composición de los suelos atravesados. En un terremoto, una serie de ondas parte del epicentro para reflejarse en las interfaces internas de la Tierra, o incluso refractarse o difractarse. “Primero llega la onda P y luego la onda S. De hecho, la velocidad de propagación es tanto mayor cuanto más baja sea la densidad del medio, pero depende también de parámetros reológicos propios de estos dos tipos de onda. Por lo tanto, si se conocen las velocidades de propagación, se puede identificar la estructura de las diferentes capas de la materia” (2). Gracias a esta técnica sísmica se pudo revelar la estructura compleja del núcleo en 1906. En esa fecha, los científicos, al cotejar todas las mediciones sísmicas que tenían, se dieron cuenta de que a cada seísmo correspondía una zona “de sombra” en la que no emergía del suelo ninguna onda transversal (S). Esta observación sugería que el estado de la materia en el centro de la Tierra impedía la propagación de las ondas de este tipo. Entonces se prefirió la hipótesis de un núcleo líquido. No obstante, podía darse el caso de que algunas ondas P atravesasen el planeta de un extremo a otro con variaciones notables de velocidad a proximidad del centro del planeta. Un único modelo pudo dar respuesta a esta doble constatación: el núcleo estaba constituido por una capa externa que se había quedado líquida bajo el efecto del calor (4000-5000 °C) y por una capa interna que, bajo el efecto de una presión superior a esta profundidad, se había solidificado en el transcurso del tiempo. Se trataba del núcleo interno. Un núcleo interno que se cristaliza Contrariamente a lo que pensaron los geólogos, el hierro y el níquel no son los únicos componentes del núcleo puesto que, según el conjunto de datos recopilados hasta la fecha, la densidad estimada sugiere la presencia de elementos más ligeros, como el azufre y/o el oxígeno (1). A falta de estas sustancias de densidad inferior y en condiciones de temperatura y de presión como las que existen en el centro del planeta, un núcleo único de hierro y níquel sería completamente sólido. Ahora bien, el campo magnético terrestre se origina por medio de movimientos de convección internos de la parte líquida del núcleo. Sin esta parte líquida, este campo que nos protege del viento solar y que hace que nuestro planeta sea habitable desaparecería casi con total seguridad. La presencia de estos elementos ligeros retrasa la solidificación del núcleo. “Para comprender la evolución de la Tierra hay que conocer la naturaleza exacta de esta aleación. Actualmente, el núcleo interno se cristaliza por la precipitación de hierro y níquel. Este © ESA/DLR/FU Berlin (G. Neukum) NÚCLEO TERRESTRE Residuo de agua congelada en el cráter Vastitas Borealis, en el planeta Marte. fenómeno empobrece la capa líquida y creemos que este cambio continuo de composición del núcleo líquido provocará en un momento dado un cambio en el diagrama de fase de la mezcla. Más allá de una determinada relación entre elementos pesados y ligeros, ya no habrá precipitación sino más bien un paso físico directo del estado líquido al estado sólido”. Pero ¿qué utilidad tiene el seguir estudiando el núcleo del planeta? Sin duda, que dicho núcleo condiciona la vida. “En Marte el agua desapareció hace unos 3.500 millones de años. Las sondas han probado que se escapó una gran parte de la atmósfera, y que seguramente al principio este planeta vecino era habitable. Sin la atmósfera, la presión era tan baja que hizo que el agua pasase directamente del estado sólido al estado gaseoso, eliminando la fase líquida necesaria para la vida. Por casualidad o coincidencia, el campo magnético de Marte también desapareció casi al mismo tiempo. Por lo tanto, se podría apostar que el núcleo es un actor esencial de la evolución de un planeta. De ser así, ¿no es mejor seguir investigando con perseverancia para poder predecir la habitabilidad de nuestro planeta en el futuro?”. Marie-Françoise Lefèvre (1) (2) Los pesos atómicos de estos elementos son demasiado cercanos para que se pueda elegir uno de ellos. Todas las citas son de Véronique Dehant. ExoMars www.esa.int research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 11 CAMPO MAGNÉTICO Un escudo generador Sin él, no existiría la vida en el planeta. El campo magnético terrestre, primera muralla contra los ataques solares, es el resultado positivo de las corrientes turbulentas del núcleo. Los investigadores se afanan por comprenderlo mejor, con la esperanza de que pueda convertirse en un nuevo generador eléctrico. A cada segundo, las erupciones solares bombardean la Tierra con intensos flujos de partículas. Por suerte para nosotros, la magnetosfera nos protege de estas radiaciones ionizantes, desviando su trayectoria por medio de repulsión electromagnética. Los satélites, situados en lo alto de la atmósfera, no tienen esta suerte y en las últimas grandes tormentas magnéticas de 2003, algunos de ellos “se quedaron por el camino”. Para proteger la electrónica de a bordo de tales ataques, los meteorólogos intentan predecir dichas tormentas magnéticas analizando las variaciones de la luz solar. Los plazos de intervención son razonables: los rayos luminosos tardan ocho minutos en llegar a la Tierra, pero estas partículas nocivas tardan uno o dos días en recorrer esa distancia. Para mejorar estos modelos de previsión, de eficacia limitada, sin duda tendríamos que conocer mejor nuestro propio campo magnético. exceptuando su núcleo interno, con algunas diferencias locales de temperatura y presión. No hace falta más para que se generen corrientes turbulentas en su seno. Estos fluidos que se desplazan, constituidos en su mayoría por metales (hierro y níquel) en estado de fusión, son otras tantas cargas eléctricas en movimiento. A eso hay que añadir que el sistema planetario está inmerso en una multitud de campos magnéticos solares y galácticos, lo que proporciona todos los ingredientes de una dinamo autosostenida. En efecto, los campos magnéticos exteriores hacen que fluctúe la corriente eléctrica producida por los remolinos nucleares. Este desplazamiento de electrones genera un campo magnético interno que sustituye al campo inicial, por lo que el fenómeno se autosostiene. Este intenso campo magnético, producido por el núcleo, es el que origina la magnetosfera que nos protege. La geodinamo En realidad, nuestro planeta se puede comparar con una dinamo. Ello se debe a la naturaleza líquida del núcleo terrestre, Como para desorientarse… “¡N o hay que ser un explorador para saber que una brújula indica el Norte!”. Esta idea tan común en realidad no tiene fundamento puesto que la brújula tan sólo indica muy raramente el Septentrión. Se debe sobre todo a la diferencia actual de 8° entre el eje polar y el eje magnético. Sin embargo, el campo magnético varía con frecuencia, tanto en el espacio como en el tiempo. Una brújula en Chicago apunta de lleno al Norte, mientras que en Nueva York se orienta a los 15° Oeste. Y si se analiza la orientación que tiene a lo largo de un millón de años, es probable que esta misma brújula se oriente a veces hacia el Sur, puesto que los polos magnéticos se invierten cada 250.000 años aproximadamente, con fuertes variaciones temporales. Los geofísicos piensan que la próxima inversión será “dentro de poco”, ya que el fenómeno se produjo por última vez hace 780.000 años. Último detalle para perderse aún más: históricamente, en general, en las brújulas se denominó el “polo Norte” al lado que apuntaba hacia nuestro Norte geográfico, al menos de forma aproximativa. Más tarde, medidas más precisas llevaron a distinguir, además del Norte geográfico, un Norte “magnético” terrestre. La convención quedó así, lo mismo se aplicó a los imanes. Ahora bien, en magnetismo, los polos opuestos se atraen. Si nuestro Norte magnético terrestre atrae al lado Norte de los imanes, es porque en realidad es un polo Sur magnético. Luego, ¿dónde está el fallo?… 12 © Julien Aubert, CNRS-IPGP La convección en el núcleo es lo que origina la generación del campo magnético de la Tierra por efecto dinamo. Los movimientos del fluido conductor (estructuras turbulentas en color azul) estiran las líneas del campo magnético, dándoles energía. La persistencia de la dinamo terrestre durante los últimos 3.500 millones de años genera limitaciones en la trama de la evolución térmica del planeta. research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 Una fuente de energía con mucho potencial Desde hace unos veinte años, los científicos intentan apoyar la teoría con hechos. Las interacciones electromagnéticas son bien conocidas, pero el carácter “autosostenido” sigue siendo hipotético. Para Philippe Cardin, del Laboratorio de Geofísica Interna del Observatorio de Grenoble (Francia): “Si se consigue controlar el fenómeno de forma experimental, las aplicaciones serán muy prometedoras. Ya estamos en condiciones de engendrar un campo magnético imponiendo una fuerte rotación a una esfera metálica que contenga sodio líquido, sometida a la vez a un campo magnético exterior. Si se recrean las condiciones de funcionamiento autosostenido, se generará electricidad a través de las interacciones electromagnéticas. Entonces, podríamos poner a punto un generador eléctrico revolucionario copiando a nuestro planeta”. M. F. L. TECTÓNICA DE PLACAS La cinta transportadora La tectónica de placas, imaginada desde principios del siglo XX, pero “demostrada” finalmente entre los años sesenta y setenta, es la piedra angular de la geología contemporánea. La corteza terrestre, sobre la que vivimos, reposa, a varios kilómetros de profundidad, sobre una “cinta transportadora” de magma en la que se desplazan trozos de la litosfera, desde hace 4.000 millones de años. Estas placas se mueven y entran en colisión, a veces se fusionan para formar un supercontinente único. Pangea, el último de ellos, desapareció hace 130 millones de años, cuando se abrió el océano Atlántico. La Tierra, tal y como es hoy en día, es el resultado del desplazamiento y de la colisión de los fragmentos de este supercontinente. ¿P or qué siempre lo que se conoce menos es lo que está más cerca? ¿Cómo se puede comprender lo que está bajo nuestros pies? ¿De qué está hecha la litosfera, que tan sólo tiene unas decenas de kilómetros de espesor, y a qué fuerzas telúricas está sometida esta capa que forma la base de los continentes y tapiza los fondos oceánicos, donde tan sólo mide algunos kilómetros? Desde Copérnico, Galileo, Kepler y Huygens, la ciencia primero ha descubierto lo que estaba lejos: la posición de nuestro planeta en el sistema solar y, más allá, la que ocupaba este último en la inmensidad galáctica del Universo. La época de los aventureros Y, no obstante, desde el siglo XVIII, la geología fue objeto de gran curiosidad y de numerosas observaciones. Desde esa época, fueron muchos los científicos apasionados y emprendedores que se aventuraron a los lugares más extremos, recorriendo cumbres, valles, mesetas y llanuras de los cinco continentes. Examinaron las estructuras del suelo y del subsuelo, recopilando y clasificando fósiles, minerales, rocas y sedimentos de todo tipo. La existencia de los volcanes que arrojan lava y de otros puntos calientes de la Tierra es la prueba de que su centro contiene una masa líquida en estado de fusión: el magma. La idea que perduró durante mucho tiempo fue que, bajo el efecto del calor, la corteza terrestre sufría presiones verticales. Así se explicaba el levantamiento de las montañas, y sus contrapartidas, formadas por las depresiones oceánicas o terrestres. Pero esta teoría demasiado escueta (y poco fundamentada) no bastaba para explicar las insólitas observaciones de los geólogos. Entre otras cosas, constataron que en diversos lugares continentales muy distantes unos de otros, separados por océanos, se podían encontrar sorprendentes singularidades y similitudes de algunos “geótopos” muy comparables. Tenían en común configuraciones rocosas, flora (helechos) o fauna (lemúridos), como se encuentran, por ejemplo, en África o en Brasil, en Madagascar o en Indonesia. La anatomía afroamericana Los mapas geográficos se fueron haciendo cada vez más precisos, revelando la forma de los continentes a pequeña escala. Algunos investigadores al examinarlos se preguntaban cómo se podía dar la articulación (casi anatómica) entre el cabo sudamericano de Arrecife y el “hueco” del Golfo de Guinea en África: las costas de estos dos continentes se acoplaban casi a la perfección. Alfred Wegener formalizó esta constatación de la “intercontinentalidad” de las formaciones geológicas y de la deriva de los continentes, sin poder apoyarla en una explicación científica. En 1915, este meteorólogo – que se hizo geólogo por curiosidad y fue un gran aventurero (perdió la vida en una exploración científica en Groenlandia dieciséis años más tarde) publicó un libro visionario, Die Entstehung der Kontinente und Ozeane (literalmente: “El origen de los continentes y de los océanos”). Wegener proponía en él la tesis de la denominada “deriva de los continentes”. Según él, la corteza terrestre, al yacer a un centenar de kilómetros de profundidad sobre un magma viscoso (en movimiento bajo el efecto del calor interno), está sometida a desplazamientos no verticales sino laterales. Describía el estado actual de la coincidencia geográfica visual de América, separada de Europa y África por el Océano Atlántico, como resultado del desmembramiento, iniciado hace 250 millones de años, de un antiguo supercontinente único que él denominó Pangea. La explicación fue acogida por la gran mayoría de los geólogos con un silencio sobrecogedor. Esta deriva de los continentes representaba un enfoque revolucionario, que iba en contra de todos los principios que prevalecían en las ciencias de la Tierra. Pero la idea innovadora se había lanzado y despertó el interés de los científicos más curiosos. No obstante, hubo que esperar a los años sesenta y setenta para encontrar pruebas research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 13 TECTÓNICA DE PLACAS científicas de la tectónica de placas, que supusieron la consagración del genio visionario de Wegener. La revelación tectónica La mayoría de las confirmaciones llegaron cerca de medio siglo más tarde. Un paso decisivo fue franqueado en los años cincuenta, cuando las mediciones batimétricas registradas por los investigadores del laboratorio Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia en el Verna, buque de investigación oceanográfica, establecieron la existencia de la primera dorsal submarina: la denominada dorsal medio-atlántica que recorre desde el Océano Ártico, en el norte de Islandia, hasta el sur del Atlántico. Se comprendió entonces que por este inmenso corte subía magma en estado de fusión, sometido a movimientos de convección originados en el manto, escapándose y empujando permanentemente sus dos bordes. 14 © CNRS Phototheque/Jean-François Ritz Riesgo sísmico en Irán. La falla activa de Mosha, que atraviesa el macizo de Alborz (a cuyos pies se encuentra la ciudad de Teherán, con sus 12 millones de habitantes) está provocada por el desprendimiento, en extensión, de la parte de la placa euroasiática que rodea la cuenca del Mar Caspio al hundirse bajo el Caúcaso. La imagen, tomada en 2006 dentro del marco de la investigación franco-iraní que analizó este movimiento considerado como reciente (1 millón de años), muestra bien las “fisuras” que se deben a la extensión. Este fenómeno tectónico regional está asociado a la compresión global entre la placa arábica y la placa euroasiática. Hacia finales de los años sesenta se disponía de cada vez más instrumentos de investigación, proporcionados principalmente por la batimetría, el paleomagnetismo y la sismografía. Sirvieron de base para una formulación global de la tectónica de placas, emitida por el francés Xavier Le Pichon y el estadounidense Jason Morgan, que publicaron por separado sendos artículos sobre este tema en el mismo año 1968. Dentro del marco de una operación pionera de exploración abisal denominada Famous, Xavier Le Pichon fue el primer científico que, a bordo de un submarino, “bajó a ver” la dorsal del Atlántico Norte a la altura de las Azores. Esta campaña oceanográfica confirmó el impresionante escape magmático a lo largo de todo este gran corte vertical de la litosfera. El modelo de la tectónica ha supuesto una auténtica revolución en las Ciencias de la Tierra, puesto que ha permitido comprender cómo funciona el rompecabezas de la corteza research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 terrestre, dividida en una decena de grandes placas (compuestas por trozos de corteza continental u oceánica) que derivan en torno al globo, sobre la capa superior viscosa del manto, denominada astenosfera. Como el diámetro de la Tierra sigue siendo constante, la creación incesante de nueva corteza a nivel de las dorsales medio-oceánicas tiene que acompañarse de un volumen correspondiente de destrucción de la corteza. Esta destrucción se observa cuando la placa oceánica, más fina (pero cuya densidad es más elevada que en el caso de la corteza continental) entra en colisión con esta última. En algunos lugares de la Tierra estas dorsales son visibles en la superficie: en Islandia, en la fosa tectónica de África, en la zona de Afars y de Issas (Djibouti). Esta colisión se traduce generalmente en la subducción (cuando la placa oceánica se sumerge bajo la placa continental). En este lugar se acumulan los frotamientos y las tensiones entre las placas, responsables de los © Sylvie Leroy/CNRS-UPMC TECTÓNICA DE PLACAS La deriva de los continentes hace que en Oriente Próximo se alejen imperceptiblemente Arabia y África, separadas por un brazo de mar reciente, el Golfo de Adén. Varios proyectos científicos estudian la estructura de este joven océano. Este mapa muestra el detalle del relieve de la Dorsal de Sheba, situada entre la costa de Omán y la punta de Somalia. En verde, en lo alto, está la costa de Omán. Abajo se encuentra la Isla Socotra. La dorsal, de color rojo anaranjado, está orientada Este-Oeste. En azul, a la derecha, los fondos del Océano Índico. seísmos, y allí se forman la mayoría de los volcanes, materializando la fusión de la placa oceánica y la subida de la parte magmática más ligera. En qué consiste un terremoto Así, en el transcurso de algunas décadas, se ha pasado de la teoría a la práctica y la tectónica se ha convertido en una ciencia útil para comprender lo que constituye una de las catástrofes naturales más dramáticas: los terremotos. Las tensiones ejercidas por la subducción generan grandes cantidades de energía que, cuando llega la ruptura, se liberan provocando un movimiento sísmico. La mayoría de las grandes regiones en las que la Tierra tiembla están surcadas de grandes fallas, a veces de cientos o miles de kilómetros de longitud, de dorsales espectaculares y de cadenas montañosas, que son otras tantas manifestaciones geológicas de las zonas de actividad tectónica. Las zonas de subducción y las fallas activas, como la famosa falla de San Andrés (California) o la falla del norte de Anatolia (Turquía) constituyen zonas de fragilidad a lo largo de las cuales se producen los seísmos más violentos, cuando se libera de repente la energía acumulada por el frotamiento de las dos placas. Al liberarse la energía se generan a la vez dos tipos de ondas que se expanden por los suelos adyacentes: las que se propagan más rápidamente (pueden llegar a 6 kilómetros por segundo en la superficie, siendo las que primero detectan los sismógrafos) son las denominadas “de compresión”, puesto que conllevan una serie de movimientos de dilatación-compresión de los suelos de forma paralela y en el plano de su eje; en segundo lugar, las ondas transversales provocan un fenómeno de pliegue de los suelos que se expande como el movimiento de las olas. Estas ondas son las que conllevan efectos más devastadores. La revisión del vulcanismo La tectónica de placas ha aportado un nuevo enfoque a la explicación del fenómeno del vulcanismo, ya sea submarino o continental. En efecto, la mayoría de los volcanes están alineados a lo largo de grandes fallas tectónicas por las cuales remonta el magma, resultado de la fusión parcial de la capa inferior de la litosfera bajo la acción del calor del núcleo terrestre. Sube hacia la superficie allí donde se da la subducción o la divergencia de dos placas. Las erupciones volcánicas se producen cuando esta materia fundida, acumulada en unas cámaras magmáticas, experimenta estadios de presión excesiva y es expulsada por las chimeneas que llevan a los cráteres. Pero, más allá de este principio ampliamente aceptado, algunos volcanes pueden ser “puntos calientes” o lugares que no están relacionados con ninguna frontera entre las placas tectónicas: un punto de magma más caliente, que sube desde el manto, puede romper la litosfera. Si el lugar de calor en profundidad se mantiene fijo, mientras toda la placa litosférica se mueve, los puntos calientes van formando “rosarios”, como en el archipiélago de las islas Hawai. Cada volcán es único y se puede clasificar de acuerdo a distintas categorías. Los especialistas utilizan, entre otras, una clasificación según tenga erupciones efusivas, en las que la lava se vierte de forma bastante fluida, o explosivas, capaces de proyectar grandes cantidades de gas y cenizas calientes, provocando nubarrones ardientes y enormes bocanadas volcánicas. El aporte de la geodesia espacial Desde hace varias décadas se viene desarrollando una cartografía minuciosa de todos los seísmos que se producen en la superficie de nuestro planeta. En ella se pretende modelizar los desplazamientos horizontales de las placas tectónicas que componen la corteza terrestre. Al registro de datos a través de la observación geológica en el suelo, cabe añadir la gran revolución que han supuesto los avanzados instrumentos de la geodesia espacial incorporados a varios satélites, como Envisat y Cryosat. Permiten medir con cada vez más precisión las deformaciones relacionadas con los movimientos telúricos más recientes o los que “se están gestando” en las zonas con alta actividad sísmica. En palabras de Xavier Le Pichon: “La tectónica que fabrica las cadenas montañosas lo hace por una acumulación de rupturas sucesivas que la sismología nos permite estudiar. Por lo tanto, el estudio de los seísmos equivale a estudiar la tectónica instantánea". Eso no significa que los conocimientos actuales permitan predecir, hoy en día, dónde y cuándo se producirá el más mínimo temblor de tierra. No obstante, unidos a los conocimientos cada vez más exactos de los fenómenos pasados, permiten evaluar y cartografiar con más detalle el riesgo sísmico, que refleja la probabilidad de un seísmo de intensidad determinada y el valor humano, económico y medioambiental de la región potencialmente afectada. Una serie de modelizaciones elaboradas permiten simular el impacto de un seísmo y determinar las zonas que se verán más afectadas. Eso pretende el proyecto Risk-UE (2001-2004), que abarcó las ciudades de Barcelona, Bucarest, Bitola, Catania, Niza, Sofía y Tesalónica. La Comisión Europea (Dirección General de Medio Ambiente) trabaja actualmente en una estrategia de reducción de los riesgos de desastres antrópicos o naturales que, en un momento dado, podría dar pie al desarrollo de la cartografía multirriesgo de las regiones de Europa más vulnerables, no solamente a los seísmos y a las erupciones volcánicas, sino también a los numerosos riesgos relacionados con la geología. Didier Buysse research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 15 SEÍSMOS Temblores, deslizam La geología no se contenta con explicar el carácter vivo del planeta. También pretende prever y prevenir los “caprichos de la Tierra”. El multidisciplinario proyecto europeo LESSLOSS, que reúne a unos cincuenta socios, estudia especialmente los seísmos y los corrimientos de tierras. Río de barro en Boulc-en-Diois, Drôme (Francia) 16 research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 © BRGM im@gé/Michel Saint-Martin L as noticias vuelan, y nunca se han propagado tan rápidamente como en nuestro mundo de “tiempo real” y de la comunicación inmediata. En el transcurso de un año, prácticamente cada semana se pueden ver imágenes y comentarios que ilustran alguna catástrofe natural (terremotos, corrimientos de tierras, inundaciones, incendios forestales) en algún continente. Esta mediatización tiene un efecto positivo: la opinión pública es más consciente de los riesgos naturales y de sus consecuencias, y espera que los responsables políticos adopten medidas de seguridad. Todo ello porque los fenómenos naturales, aunque por naturaleza sean casi siempre fatales e imprevisibles, pueden anticiparse y, hasta cierto punto, prevenirse. ¿Encontraremos algún día un medio fiable de dar la alerta ante un terremoto determinado? Por el estado actual de nuestros conocimientos, la respuesta es sin duda negativa. Desde hace décadas, los científicos estudian en vano todas las pistas para descubrir anomalías de la naturaleza que pudieran constituir motivo de alerta. Se han SEÍSMOS ientos y flujos seguido varias de ellas, como las observaciones sistemáticas de los cambios de los niveles de agua y de los índices de radón en las muestras de aguas subterráneas, o como la elevación apenas perceptible de algunos terrenos, de las variaciones de la velocidad de las ondas en las superficies de los suelos, de la perturbación del medio electromagnético, e incluso del comportamiento de algunas especies animales. Precursores huidizos © BRGM im@gé/Pierre Mouroux © BRGM im@gé/Pierre Mouroux En los años setenta, China llevó a cabo intensas campañas de observación de este tipo y logró lo que hoy en día es un hecho considerado como único en la historia: predecir, con 24 horas de antelación, un seísmo de más de 7 grados en la escala de Richter, que efectivamente se produjo el 4 de febrero de 1975 en la región de Haicheng. Pero a este “caso modelo de empirismo”, basado en una combinación precipitada de signos considerados como precursores que permitieron esta predicción exitosa, no le siguieron otros. No se esclarecieron numerosos detalles, como el número de personas que había permitido salvar y los daños evitados. No se pudo extraer ninguna enseñanza seria, por ejemplo, para el terremoto del año siguiente, el seísmo de Tang Chang (probablemente el más devastador de todos los tiempos, con un balance estimado de 600.000 muertos) o más recientemente, para la catástrofe que se dio en 2008 en Sichuan. A finales de los años ochenta, tres investigadores griegos, Varotsos, Alexopoulos y Nomikos, propusieron un método de predicción que bautizaron con sus iniciales (VAN), basándose en un sistema de registro de señales electrosísmicas (SES). Parece ser que en 1988 y 1993, la descodificación de tales señales permitió anunciar sacudidas de alcance medio que se produjeron en su país. En realidad, la reproducibilidad y la fiabilidad de sus medidas y de sus conclusiones nunca han sido reconocidas en el plano científico. Asimismo, suscitaron una controversia político-científica: teniendo en cuenta las grandes incógnitas sobre los terremotos, ¿qué alcance puede tener la “experimentación” de una predicción? Ante la envergadura de las acciones de salvaguarda (como la evacuación de las poblaciones consideradas como amenazadas y los paros que eso conlleva) hay que descartar como posible “herramienta” el esperar a que se produzca un cataclismo de forma inminente, por la propia naturaleza aleatoria de dicho fenómeno. un proyecto integrado de investigación, llamado LESSLOSS, dedicado a la mitigación (es decir, a la disminución de los efectos) de los riesgos sísmicos y de los corrimientos de tierras. Este proyecto, que se enriquece con los conocimientos de sus 46 socios (un tercio de ellos empresas), es un “gran encuentro” con especialistas de la investigación sobre la mitigación. Michaele Calvi, coordinador del proyecto y, entre otras cosas, director del European School of Advanced Studies in Reduction of Seismic Risk de la Universidad de Pavía (Italia), opina que: “El enfoque multidisciplinario es esencial. Los seísmos tienen que ser combatidos con un esfuerzo común de científicos, ingenieros, sociólogos, expertos en telecomunicaciones, sismólogos, matemáticos, urbanistas, etc. Sólo de esa forma se podrá cuantificar y reducir el riesgo”. André Plumier, de la Universidad de Lieja (Bélgica), quien coordinaba el grupo “Reducción de la vulnerabilidad de los materiales de construcción”, añade: “En tal consorcio, este tipo de proyecto tiene la ventaja de que sus socios pueden abrirse a la totalidad de la problemática sísmica en vez de quedarse encerrados en la torre de marfil de su tema favorito. Asimismo, estos encuentros, con sus asambleas generales, favorecen la creación de una auténtica comunidad de investigadores de este campo”. Enfoque de mitigación Frente al riesgo natural hay que apostar más por políticas de “protección”, de preparación de las poblaciones para atenuar y minimizar las consecuencias de las catástrofes inherentes a los “caprichos de la Tierra”. En 2004, la Unión Europea financió la creación de Seísmo de Gölcük, en Turquía (17 de agosto de 1999). El edificio inclinado tomó esta posición debido a un fenómeno de licuefacción del suelo de los cimientos. El otro, construido según una tipología de columnas y vigas en hormigón armado, fue destruido por un fenómeno de torsión. Efecto de emplazamiento A todos los niveles, los corrimientos de tierras tienen en común con los seísmos el que ambos son consecuencia del movimiento de la corteza terrestre en su parte superficial. A este respecto, es importantísimo hacer un diagnóstico sobre “el efecto de emplazamiento”: saber cómo reaccionan los suelos a los movimientos sísmicos caso por caso, en una situación geográfica determinada. Por ejemplo, se sabe que las formaciones geológicas sólidas (compuestas por rocas) transmiten los movimientos sísmicos sin modificarlos, mientras que los terrenos sedimentarios arcillosos o arenosos, menos rígidos, pueden provocar la amplificación de las sacudidas sísmicas. Pero los corrimientos de tierras también pueden producirse independientemente de los terremotos, provocando daños comparables. Sin embargo, pueden ser vigilados por separado con señales geomorfológicas research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 17 Río de lava en Piton de la Fournaise (isla de la Reunión), en la década de los ochenta. © CNRS Photothèque/Frank Lavigne © CNRS Photothèque/Emmanuel Perrin © BRGM im@gé/François Michel SEÍSMOS Concepción y ensamblado de un sensor sísmico. más previsibles, como los pequeños movimientos de terreno, la circulación del agua subterránea en las microfisuras, etc. Estas alteraciones están relacionadas con restricciones asociadas al peso de las masas rocosas y sedimentarias, así como con la erosión producida por el agua, restricciones que son mucho menos complejas que los mecanismos profundos de la tectónica de placas. Para estudiarlas, es esencial la herramienta del posicionamiento por GPS. Otra innovación reciente para analizar los ligeros desplazamientos de los suelos se basa en el LIDAR (Light Detection and Ranging), un aparato que utiliza el láser luminoso para recopilar datos topográficos y batimétricos con una extraordinaria precisión. La herramienta digital Hay que contar también con los conocimientos cada vez más avanzados de la tectónica de placas, en particular en los límites de las mismas, basados en comparaciones con datos multidisciplinarios adquiridos tanto por los análisis posteriores de las sacudidas recientes y de Tras el tsunami del 26 de diciembre de 2004 (Indonesia), la iniciativa “Tsunarisque” pretende comprender por qué se produjo este desastre y lograr un mejor sistema de prevención. sus efectos, como por la arqueosismología o la paleosismología. Estos datos permiten discernir mejor geográfica y físicamente algunas zonas de alto riesgo y definir valores potenciales de la intensidad macrosísmica. Así se dispone de sistemas de información geográfica (GIS, por sus siglas en inglés) que representan una cartografía sísmica de la Tierra cada vez más detallada. Estos sistemas están alimentados con un amplio abanico de datos geológicos cada vez más completos sobre la naturaleza y los comportamientos de los suelos superficiales, así como de las infraestructuras humanas: viviendas, industrias, infraestructuras viales. Uno de los ejes de investigación importante de LESSLOSS se centró en métodos avanzados de modelización digital en dos o tres dimensiones que permiten evaluar el movimiento sísmico. Así, una simulación llevada a cabo en la cuenca de Grenoble, en los Alpes franceses, reveló que las ondas sísmicas que parten de los bordes de la falla tectónica provocan un movimiento amplificado, que dura más tiempo, a nivel de la cuenca. Italia en primera línea I talia, con más de 100.000 muertes relacionadas con terremotos en el siglo pasado, es el país europeo que más riesgo sísmico corre. Ha tenido que desarrollar un amplio sistema de control de sus tres volcanes activos (el Etna, el Vesubio y el Estrómboli) que siguen representando un riesgo permanente para el gran número de habitantes que vive a sus pies. En algunas zonas, la ordenación del territorio y la urbanización se enfrentan a otra amenaza: los corrimientos de tierras. Eso sucedió hace diez años en la catástrofe de Sarno, en la que murieron 150 personas. Desde entonces, un amplio proyecto de censo denominado IFFI (inventario de los fenómenos de corrimientos de tierras en Italia) demostró que cerca del 6% del territorio nacional puede calificarse de inestable y representa un riesgo real. “Además del número de víctimas, los cataclismos terrestres tienen graves repercusiones financieras y económicas para las comunidades que se hacen vulnerables a todos los niveles del complejo sistema social”, explica Michel Calvi. “Por ello, la mitigación de los efectos y la respuesta a las situaciones de crisis tienen que realizarse desde un punto de vista holístico e integrado. El desafío que asumió LESSLOSS es haber solicitado conocimientos a todos los actores, tanto urbanistas, informáticos, economistas, sociólogos, como geólogos e ingenieros”. 18 research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 Avances parasísmicos La investigación sobre los materiales clásicos (hormigón armado, acero) ha traído avances de seguridad considerables en materia de construcción parasísmica en el transcurso de las últimas décadas. En terremotos recientes en países como Japón (que sufrió el fuerte seísmo de Kobe en 1995) o los Estados Unidos (en California), la resistencia de la gran mayoría de los edificios y de las infraestructuras viales da fe de estos avances. Uno de los ejes de investigación de LESSLOSS, particularmente desarrollado por el ENEA en Italia, dio prioridad al desarrollo de nuevos sistemas de disipación de la energía, que constituyen en realidad el único medio de reducción de los efectos de un terremoto. Se utilizan aislantes sísmicos horizontales de baja dureza para las construcciones clásicas. Otros estudios relativos a edificios más complejos pretenden crear amortiguadores sobre cojinetes de caucho, deslizantes acoplados a elementos de histéresis o incluso sistemas pendulares de fricción. Se está desarrollando una innovación importante para unos amortiguadores de inducción eléctrica que convierten la energía mecánica en corrientes eléctricas disipadas por medio del calor. Dicho sistema podría reforzar la estabilidad de las grandes infraestructuras (puentes, viaductos, etc.). Otras técnicas, basadas en la utilización de fibras de polímero reforzadas, se aplican en grandes instalaciones existentes. Además, la investigación parasísmica no sólo estudia “el continente”, también tiene que proteger “el contenido” de los edificios, particularmente en el caso de las empresas que trabajan con equipos peligrosos. D. B. www.lessloss.org © BRGM im@gé/François Michel © LAMS © IFP © BRGM-im@gé/Nicolas Baghdadi El hombre de la tierra “Somos una parte de la tierra y ella forma parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas. El ciervo, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos. Las escarpadas montañas, los prados húmedos, el calor del poni y el hombre…, todos pertenecen a la misma familia. (…) Sabemos que el hombre blanco no entiende nuestras costumbres. Le es indiferente una parcela de tierra u otra, porque es un extranjero que llega por la noche y toma lo que necesita de la tierra. No la ve como a una hermana, sino como a una enemiga. Cuando ya la ha conquistado, sigue adelante. Abandona la tumba de sus antepasados sin importarle. Le quita la tierra a sus hijos sin importarle. La tumba de sus antepasados y el patrimonio de sus hijos caen en el olvido. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano, el cielo, como a objetos que se compran, se saquean y se venden como ovejas o perlas brillantes. Hambriento, el hombre blanco acabará tragándose la tierra, no dejando tras de sí más que un desierto. (…) Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros: que la tierra es su madre. Todo lo que le ocurre a la tierra también les ocurre a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos. Al menos sabemos eso: que la tierra no pertenece al hombre, que es el hombre el que pertenece a la tierra. Lo sabemos muy bien. Todo está unido entre sí, como la sangre que une a una misma familia. Todo está relacionado. Todo lo que le ocurre a la tierra también le ocurre a los hijos de la tierra. El hombre no creó la trama de la vida, es sólo una fibra de la misma. Lo que haga con ese tejido, se lo hace a sí mismo”. Extracto del discurso del jefe Seattle (hacia 1786 - 1866), de la tribu de los Duwamish, al gobernador Isaac M. Stevens (existe cierta controversia sobre los términos exactos del discurso). research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 19 PATRIMONIO Geología y paisajes Los paisajes tienen una historia. Reflejan la historia de la Tierra y de los hombres. A continuación, hacemos un breve repaso de las huellas de este pasado y de un presente que está forjando una cierta “visión” del futuro. L os paisajes se han ido forjando por la naturaleza y la estructura del subsuelo, la interacción profunda entre el manto y la litosfera, y los vaivenes de las placas tectónicas. Las grandes cadenas montañosas reflejan las zonas de colisión entre dos placas continentales, o entre una placa oceánica y una placa continental. La huella del clima se puede observar en muchos lugares, ya sea el vulcanismo reciente en la Calzada de los Gigantes de Antrim (Irlanda del Norte), las entalladuras de hielo en una base cristalina antigua de los fiordos noruegos, o los colores suntuosos de los terrenos pérmicos en las gargantas del Cians en Francia… La fascinante y conocida historia de estos paisajes atrae cada vez más a un público aficionado al medio ambiente y a la naturaleza. La Red de Geoparques Europeos federa 32 de estos lugares, de gran interés cultural y patrimonial. La geología local determina también la naturaleza de los materiales de construcción disponibles, que contribuyen a dar su sello particular a las ciudades y a sus monumentos, así como a la arquitectura rural. Uno de los desa- fíos de las políticas modernas de conservación de edificios estriba en encontrar los lugares de extracción de las rocas ornamentales utilizadas en la arquitectura. “Hay que ser un gran especialista para poder identificar los materiales empleados, hace tantos siglos, para un determinado monumento o catedral, y encontrar su lugar de origen. Asimismo, se espera que algunos de estos lugares se puedan explotar, para extraer de allí los elementos necesarios para el mantenimiento o la restauración del patrimonio. Además de su valor cultural, no hay que olvidar que esta riqueza representa también una baza económica por el turismo que genera”, explica Patrice Christmann, secretario general de EuroGeoSurveys (1). Hacia las profundidades Pero, desde hace siglos, también el hombre modela los paisajes. Las terrazas de cultivo (restanques, por su nombre en francés), bordeadas de muros hechos de piedras secas tan típicos del paisaje provenzal, son ejemplo de ello. Tenían un objetivo utilitario: proteger los suelos (preciado recurso) de la erosión. Los Paisaje geológico de la región de Atar, en Adrar (Mauritania). 20 research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 subsuelos, cuya exploración aportó otras cicatrices al paisaje, también suscitaron interés desde el principio. Al inicio de la era industrial se cavaron galerías, a veces muy profundas, para encontrar minerales ocultos en la corteza terrestre. Una vez agotadas o si su explotación ya no era rentable, la mayoría de ellas terminaban cerrando sus pozos. La enorme demanda de materiales de construcción de nuestras sociedades modernas (2), junto con el extraordinario desarrollo de los dispositivos mecánicos, han cambiado radicalmente el entorno natural creando espectaculares canteras a cielo abierto o amplias zonas de explotación de yacimientos aluviales de grava. Por suerte, las legislaciones (particularmente las europeas) obligan a las sociedades explotadoras a rehabilitar los sitios al final de la explotación. Más de un bañista ignora que está nadando en un lago que en su día fue una cantera de grava, y más de un aficionado de la observación de los murciélagos o de las orquídeas no se da cuenta de que el biotopo que está viendo fue una cantera. De esta forma, una antigua explotación puede adquirir un valor ecológico superior al de origen y formar nuevos biotopos, como las zonas húmedas creadas en los lugares de extracción de arena y grava. La conquista de las montañas Actualmente la industria minera, para hacer frente a la creciente demanda de minerales y metales, explota masivamente los yacimientos situados en las zonas montañosas recónditas, que antes estaban fuera de su alcance debido a su relieve y a la falta de vías de comunicación. A diferencia de las planicies cargadas de sedimentos, las cadenas montañosas y su geología particular ofrecen fuentes de minerales (oro, cobre, plata, cinc, wolframio, etc.) que se constituyeron al levantarse estas montañas sobre antiguas zonas de subducción de las placas oceánicas. Impresiona y preocupa la amplitud de los estragos causados y algunos paisajes mineros parecen imágenes de la Luna, que hablan por sí solas. No obstante, tienen que ser temporales, ya que las sociedades mineras responsables de estos trabajos se jactan de hacer gala de una buena gobernanza (la Corporate Social Responsability). De no ser así, estos trabajos gigantescos pueden conllevar la modificación de los ecosistemas locales y la pérdida de la biodiversidad. Los problemas planteados pueden ser de todo tipo: perturbaciones cualitativas y cuantitativas de los sistemas hídricos, concentraciones de lodos tóxicos cargados de metales pesados, eliminación de la cubierta vegetal, reducción de la diversidad de las especies, cambio de topografía, etc. Según Patrice Christmann: “Las políticas públicas, por un lado, tienen que crear las condiciones de explotación racional de los recursos geológicos (energía, minerales, aguas subterráneas, etc.) y, por otro, establecer un marco jurídico (combinado con un sistema de garantías financieras para prevenir los impactos medioambientales y sociales de explotaciones mal concebidas) que imponga obligaciones a las empresas explotadoras que no quieran comprometerse a realizar acciones voluntarias”. Además, para la población, algunos cambios radicales pueden afectar a las sociedades integradas en estos entornos, en particular en los países en desarrollo. Las repercusiones sociales y económicas (cuando son equitativas) benefician a las comunidades locales (creación de empleo, desarrollo de competencias locales en una amplia gama de oficios, nuevas infraestructuras y creación de servicios, compra de las tierras, integración territorial, etc.). No obstante, no siempre está garantizado que compensen el tributo ecológico y social a pagar, teniendo en cuenta los cambios introducidos por el desarrollo rápido de las actividades mineras o petrolíferas en el seno de poblaciones que antes vivían en equilibrio con su entorno. “Sin embargo, oponer la ‘buena’ naturaleza a la ‘mala’ industria no hace que avance el debate, en un mundo ávido de suministros. La pregunta pertinente sería cómo utilizar los recursos existentes de forma más eficaz y qué políticas se pueden desarrollar a nivel mundial (la Unión Europea de forma aislada tan sólo tiene un peso relativo) en el respeto a la calidad de la vida”, precisa el secretario general de EuroGeoSurveys. restación, utilización excesiva del mercurio (nocivo para la salud) en la explotación del oro, trabajo infantil, prostitución, sida, etc. A iniciativa del Banco Mundial y del Ministerio para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID, por sus siglas en inglés), se va a promover una movilización internacional para paliar esta situación (3). “Esperemos que la política para garantizar la seguridad de los abastecimientos de recursos no energéticos de la Unión Europea, en curso de elaboración, dote a la Comisión de medios de acción y haga posible una revisión de la política europea de ayuda al desarrollo, en la que las palabras ‘geología’ y ‘recursos minerales’ están ausentes por el momento. Y eso a pesar de que la UE importa masivamente recursos de los países en desarrollo, cuyas instituciones y recursos humanos son demasiado débiles para garantizar una explotación racional de sus recursos, que sea compatible con los principios del desarrollo sostenible”, concluye Patrice Christmann. Christine Rugemer (1) Las nuevas “fiebres del oro” (2) Otro aspecto preocupante es el desarrollo de la minería artesanal, muy extendida en algunos países en desarrollo (de África, América Central y América del Sur, AsiaPacífico), ricos en minerales preciosos. Esta actividad de supervivencia está experimentando un gran auge (más de treinta millones de personas en todo el mundo se dedican a ello), y la practican comunidades pobres, a menudo itinerantes. Las consecuencias pueden ser nefastas, en diferentes ámbitos: desfo- (3) The Association of the European Geological Surveys – www.eurogeosurveys.org En la Unión Europea se extraen entre 2,5 y 3 mil millones de toneladas al año, o sea la masa de aproximadamente 1 kilómetro cúbico de roca. En particular, a través del CASM (Communities, Artisanal and Small Scale Mining). Red de Geoparques Europeos www.europeangeoparks.org CASM www.artisanalmining.org research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 21 © BRGM-im@gé/Nicolas Baghdadi PATRIMONIO MEGALÓPOLIS Tokio, 35 millones de habitantes con su extrarradio. Está entre las diez mayores megalópolis, pero no por mucho tiempo… © Shutterstock La fragilidad del gigantis En 2007 se produjo un récord inesperado: según la ONU, la población urbana (3.200 millones de ciudadanos) superó por primera vez a la población rural (3.100 millones de habitantes). El margen es estrecho, pero irá aumentando puesto que va a continuar el movimiento hacia la ciudad, que se ha cuadruplicado en los últimos cincuenta años. Un movimiento con fuerza centrípeta que plantea numerosas cuestiones relacionadas con la sostenibilidad. L a denominación “megalópolis” se atribuye a las ciudades de 10 (incluso 8) millones de ciudadanos. La capital de Japón (33 millones, 35 con su extrarradio), más poblada que la totalidad del Canadá como país, está considerada como la mayor del mundo, pero no se quedan muy atrás Nueva York (24 millones), Yakarta (18), la Ciudad de Méjico (22)… Esta tendencia al gigantismo, el avance demográfico, así como la globalización que cambia los polos económicos, van trazando una nueva geografía urbana. Por ejemplo: la “hipermegalópolis” Chongqing, en el centro de China, que engloba a cuatro municipios próximos. Chongqing, situada a las riberas del río Yangtsé, junto a la Presa de las Tres Gargantas, cuenta con 33 millones de habitantes y recibe anualmente a 500.000 más. Las zonas de “megamiseria” La afluencia de nuevos habitantes tiene connotaciones más dramáticas en las ciudades de los países en desarrollo y de los países de economías emergentes. ¿Cómo van a poder gestionar Dakar o Lagos a los recién llegados cuando se sabe que su población llegará a los 9-10 millones de aquí al año 2015? ¿Cómo va a evolucionar el mayor barrio de chabolas de África, Kibera, en Nairobi (Kenia), que cuenta con un millón de habitantes (más de la mitad sin acceso al agua) hacinados en el 5 % del territorio de la ciudad? En Asia, África, América Latina, se van desarrollando ciudades gigantes de forma anárquica y peligrosa, tanto en terrenos acci- 22 research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 dentados no estabilizados, como en espacios cercanos a las costas, o incluso en zonas áridas o semiáridas. Esto plantea allí graves problemas de suministro de agua, de estabilidad y de contaminación de los suelos debido a la falta de evacuación adecuada de los desechos, que además se suelen emplear para formar terraplenes. Una serie de catástrofes naturales (ciclones, inundaciones, subida del nivel del mar, seísmos, corrimientos de tierras, etc.) han puesto de relieve que para poder evaluar y minimizar estos peligros hay que utilizar enfoques geológicos (como la cartografía multirriesgo) adaptados a estos frágiles espacios habitados. Modelos exportables De este modo, un consorcio francés, dirigido por la empresa G2C Environnement, el Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Francia (INRA) y la consultoría M.E.E.D (1), está llevando a cabo un cálculo muy preciso de la presión que ejercen las expansiones urbanas sobre los ecosistemas. El lugar de estudio elegido es la zona portuaria de Marsella-Fos (Francia). Se están elaborando algunas herramientas de modelización de los impactos de las extensiones del puerto y de los vertederos de la ciudad en los recursos cercanos. “Fos-surmer ilustra lo que suele suceder en los países en desarrollo, con enormes programas de infraestructuras y de gestión de desechos”, destaca Alain L. Dangeard, economista y presidente del consejo de administración de M.E.E.D. “El proyecto incluye igualmente la creación de herramientas de ayuda para la © Shutterstock mo toma de decisiones a fin de identificar y preservar los recursos ecológicos y la constitución de una red de especialistas en modelos urbanos que puedan actuar en cualquier continente. La prioridad dada al medio ambiente tiene que concebirse como una inversión y una forma de actuar contra la pobreza, teniendo en cuenta la interfaz campo-ciudad”. Conocer el subsuelo No hay que olvidar que una ciudad depende muchísimo de su subsuelo y de las zonas circundantes para cubrir numerosas necesidades: abastecimiento de agua (a menudo subterránea), materiales de construcción (la mayoría de origen geológico), capacidad de espacio en el subsuelo (cimientos, canalizaciones, aparcamientos, túneles, depósitos de almacenamiento). Para identificar los riesgos relacionados con las interacciones con estas zonas “de abajo” es necesario integrar la dimensión geológica, indispensable para una planificación y ordenación territorial sostenible. Los proyectos de investigación europeos en el área de riesgos naturales como ARMONIA y LESSLOSS (Sexto Programa Marco), o los trabajos de la red ESPON (financiada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional), han desarrollado herramientas innovadoras para la integración de los riesgos naturales en la planificación y la ordenación urbana. El hecho de que el transporte de materiales de construcción representa aproximadamente la mitad de las toneladas/kilómetro transportadas por carretera en Europa, demuestra lo importante que es acercar los centros de producción de estos materiales a sus lugares de consumo, para reducir las emisiones de CO2. Este enfoque, que implica una buena integración del conocimiento de los recursos y la preservación de su acceso, constituye un elemento importante de una política de ordenación territorial esencial para la ciudad sostenible. ¿Una oportunidad o una trampa? Para Anna Tibaijuka, directora de ONUHABITAT (2), el desarrollo de las ciudades es inevitable. Por lo tanto, según ella: “Se tendría que pensar en una urbanización sostenible siguiendo los principios del desarrollo sostenible. La ciudad puede representar una oportunidad para la humanidad o una trampa horrible”. Para que la ciudad opte por esa vertiente de “oportunidad positiva”, las administraciones urbanas tendrían que ser muy eficaces y resolutivas para gestionar una serie de problemas cruciales: los desechos, el tráfico, la energía, la canalización del agua, los materiales de construcción, los problemas socioeconómicos (el desempleo, la violencia, la salud, las drogas, el envejecimiento de la población, etc.). Los observadores optimistas opinan que las ciudades siempre han sido vectores de crecimiento y desarrollo (material y cultural), lugares cuyos habitantes pueden salir de la pobreza, que ofrecen escolarización y acceso a la atención médica, y favorecen las interacciones y los intercambios. Opinan que se podrían desarrollar los transportes públicos (utilizando carburantes no contaminantes), señalando que el consumo de energía disminuye en un 30 % cuando se agrupan las viviendas, y que se podría explotar la energía solar de forma muy eficaz en las megalópolis privilegiadas geográficamente. Los sociólogos más positivos observan que los habitantes de los barrios de chabolas hacen gala de ingenio e imaginación para salir adelante, creando subculturas que les permiten conseguir una calidad de vida (relativa). Algunos demógrafos presentan previsiones tranquilizadoras de estancamiento del crecimiento anual de la población total de aquí al año 2010 (3). C. R. (1) (2) (3) Siglas en francés de: materias primas, agua, medio ambiente, (desechos) y desarrollo. ONU-HABITAT, que pertenece a la ONU, y cuya sede está en Nairobi (Kenia), es la institución responsable de la coordinación de las actividades relacionadas con los asentamientos humanos. Teniendo entonces un índice de fecundidad por mujer de 3,82 en África, 2,59 en Asia, 1,68 en América Latina, 1,06 en América del Norte y 0,24 en Europa. ARMONIA (Applied Multi Risk Mapping of Natural Hazards for Impact Assessment) www.armoniaproject.net LESSLOSS www.lessloss.org ESPON (European Spatial Planning Observation Network) www.espon.eu ONUHABITAT www.unhabitat.org/ MEGALÓPOLIS Un subsuelo “muy vivo” M ontreal posee el mayor complejo peatonal subterráneo del mundo (unos treinta kilómetros, perfectamente señalizados), además de dos líneas de metro. Las universidades, los museos, los edificios públicos están unidos a esta red (denominada familiarmente “Reso”) que está llena de comercios (el 35 % de las tiendas de la ciudad), de restaurantes y empresas de servicios. ¿Sería ésta una solución para el futuro? Eduardo de Mulder, director ejecutivo de la Secretaría del Año Internacional del Planeta Tierra, especialista en geociencias y desarrollo urbano, opina: “Es lógico que los centros urbanos se extiendan en su parte subterránea, sobre todo en los que se da una falta de espacio”. Técnicamente, se puede hacer todo en el subsuelo. “Las construcciones subterráneas son más sostenibles a nivel medioambiental, consumen menos energía de calentamiento o de aire acondicionado. Requieren menos mantenimiento y renovación en el diseño, pierden menos valor financiero y son más seguras en caso de terremoto. No obstante, estas construcciones a veces se enfrentan a problemas de aguas subterráneas, por lo que hay que tomar precauciones especiales en sus cimientos”. Aunque las ciudades modernas se desarrollan verticalmente, la multitud de rascacielos llega a un límite. La planificación de las plantas, bajo las torres, no se justifica únicamente por razones de estabilidad. “Existe un potencial de desarrollo subterráneo, que va a plasmarse en las próximas décadas. Creo que al menos el 25 % de los ciudadanos de las megalópolis trabajarán, se desplazarán y se relajarán en el subsuelo… En China, unos 30 millones de personas viven en sótanos. El ser humano es capaz de adaptarse a todas las condiciones”. research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 23 HIDROGEOLOGÍA El agua invisible de la vida Desde que la necesidad de gestionar mejor las reservas mundiales de agua se ha convertido en un objetivo fundamental para los gobiernos del planeta, han salido a la luz las amenazas que se ciernen sobre el agua subterránea. No obstante, sigue habiendo incoherencias… D esde la Antigüedad clásica, los zahoríes buscan agua con tan sólo un palo. A ciegas, opinarán la mayoría de los científicos, puesto que la distribución del agua subterránea está condicionada por las peculiaridades de la geología local. Los conocimientos geológicos necesarios para su explotación se desarrollaron sobre todo en el siglo XIX, pero tan sólo hace unos veinte años que disponemos, en algunos países, de imágenes de los suelos en tres dimensiones que permiten localizarla y administrarla. El agua tan sólo forma ríos y lagos en los suelos cársticos mientras que, en general, suele tomar la forma de una multitud de gotitas que se infiltran en medios subterráneos porosos. Algunos suelos actúan como inmensas esponjas que filtran una parte del agua de lluvia y la almacenan en una “zona de saturación”, lugar en el que todos los intersticios están llenos de agua. Orígenes del agua subterránea Este agua forma las capas freáticas y queda retenida por un periodo que varía entre unos días y varios miles de años. Forma parte del ciclo hidrológico, variando su velocidad de circulación según el acuífero (la formación geológica por la que transita) puesto que, exceptuando las capas fósiles de las regiones desérticas, cuyas reservas son limitadas debido a la escasez de las precipitaciones, el agua subterránea circula y se renueva, lenta o rápidamente, según el tipo de suelo en el que esté encerrada y el grado de inclinación, de la capa impermeable en la que subyace el acuífero. Si bien cada acuífero es único debido a sus especificidades geológicas, se pueden clasificar según la forma en la que su agua se encuentre retenida o circule. En un “acuífero poroso”, compuesto por materiales blandos como la arena o la grava, el agua circula entre los granos de la roca. En un “acuífero fisurado”, se mete a través de las fisuras que recorren capas geológicas como las de granito o de pizzara. Los “acuíferos cársticos”, constituidos de carbonato cálcico o caliza, comportan fisuras, cavidades y, a veces, poros. Se dice que una capa freática es “libre” cuando fluctúa de arriba a abajo libremente, en general, en un acuífero de poca profundidad. Por el contrario, si está recubierta por una capa de suelo impermeable, la capa es “cautiva”. Se encuentra entonces a mayor profundidad y el agua, bajo presión, en ocasiones sale a la superficie a través de un pozo artesiano. Las “capas aluviales” constituyen un Principales tipos de capas freáticas: 1. Capas aluviales: arena y grava, espesor 10-50 m, 100-150 l/m3 de roca, relación con la corriente de agua. 2. Capas cautivas: arena, arenisca, caliza, cubierta por una capa impermeable, alimentación localizada. 3. Capas libres: carbonato cálcico, caliza, arenisca, 30-100 l/m3 de roca, no tienen cobertura impermeable. 4. Medio fisurado: granito, pizarra, 5-30 l/m3 de roca, alimentación por toda la superficie. 3 1 4 2 Fuente: Les eaux souterraines, connaissance et gestion, de Jean-Jacques Collin, dibujo de J.F. Rieux, BRGM Editions y Hermann Editeurs des Sciences et des Arts 24 research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 HIDROGEOLOGÍA tipo especial de capas libres, y se forman en las grandes extensiones de arena y de grava que bordean los ríos. Unos conocimientos esenciales La mayoría de los medios acuáticos dependen en gran medida de la regulación natural que ejercen las aguas subterráneas. Por ejemplo, muchos ríos se secarían en verano si no estuvieran alimentados por las capas aluviales que los bordean o, por el contrario, se desbordarían sistemáticamente en invierno si el suelo no absorbiera el exceso provocado por las precipitaciones. El agua subterránea proporciona casi un tercio del volumen de todas las corrientes de agua del planeta, es decir, aproximadamente 12.000 km³ al año. Por lo tanto, este recurso vital contribuye en gran medida a regular el flujo de las aguas de superficie, por lo que hay que estudiar su mecánica para comprender y prever las inundaciones. Estos conocimientos también son determinantes en el área de la construcción, tanto para evitar las subidas de las capas freáticas en las construcciones como para garantizar la estabilidad del suelo en el que se erigen, puesto que los acuíferos forman parte integrante de la geología propia de una región. Por ejemplo, en Méjico, la bajada del nivel de las aguas debida a la sobreexplotación de las capas freáticas ya ha provocado hundimientos de terreno y destruido numerosas infraestructuras. En Riad, en Arabia Saudí, la incorporación de agua potable procedente de las plantas de desalinización provoca la subida de las capas freáticas, cuya agua causa daños en los sóta- nos y perturba la red de distribución de agua corriente. Las industrias a menudo emplean el agua subterránea, que suele ser de fácil acceso, excelente calidad y con buen caudal, esencialmente como líquido de enfriamiento. Pero sobre todo es vital para el riego: alrededor del 40 % de la agricultura mundial depende, al menos en parte, de este tipo de agua. No obstante, las aguas del subsuelo tienen un valor inestimable porque constituyen una extraordinaria reserva de agua potable. Con excepción de la enorme cantidad de agua dulce inexplotable que contienen los glaciares y los casquetes polares, cerca del 97 % de las reservas accesibles del planeta se esconden bajo tierra. En Europa, alrededor del 50 % del agua potable proviene de las capas freáticas. Recurso vital amenazado “Por lo general, las aguas subterráneas son de mejor calidad que las aguas de superficie, puesto que han sido filtradas previamente en la ‘zona no saturada’ que está por encima del depósito”, precisa Maciej Kłonowski, hidrogeólogo de EuroGeoSurveys. Si las condiciones geológicas lo permiten, pueden ser bombeadas localmente. Son dos ventajas que hacen que su explotación sea poco costosa. No obstante, con frecuencia quienes explotan estas aguas y sus consumidores ignoran el papel vital que desempeñan estas aguas. Las consecuencias las pagan los países del área mediterránea principalmente. En España, de 100 acuíferos, más de la mitad están sobreexplotados. En la cuenca del río Segura, el Principales tipos de porosidad Arena y grava Rocas ígneas Caliza ratio existente entre la cantidad de agua extraída de las capas freáticas y la cantidad de agua renovada por las precipitaciones pasó de menos del 20 % en los años ochenta al 130 % en 1995. “Cuando se bombea el agua de una capa freática, hay que hacerlo de forma sostenible”, destaca Maciej Kłonowski. “La sobreexplotación de un acuífero puede conllevar la modificación de la composición química del agua, por ejemplo, con un aumento nefasto de la concentración de hierro o de manganeso. Otra posible consecuencia es la elevación de salmuera proveniente de los acuíferos profundos subyacentes o, en las regiones costeras, la infiltración del agua del mar en la capa freática. Todos estos factores hacen que el agua subterránea no sea apta para el consumo y, teniendo en cuenta que no se puede tratar una capa freática o que puede ser un proceso extremadamente caro, se termina abandonando el acuífero durante años e incluso para siempre”. En las regiones áridas o semiáridas, en las que el agua subterránea es más necesaria, el recurso está muy mal gestionado. “En España se utiliza una gran cantidad de agua para el cultivo de productos agrícolas precoces, como las fresas, con métodos de riego mal adaptados: el agua simplemente se rocía sobre los campos, malgastándose debido a la evaporación. Esto demuestra hasta qué punto hay que ajustar las actividades de superficie a la cantidad de agua disponible para preservar las capas freáticas de forma sostenible”, recuerda Wilhem Struckmeier, secretario general de la Asociación Internacional de Hidrogeólogos (IAH, por sus siglas en inglés). “Este desconocimiento, incluso olvido del papel fundamental de las aguas subterráneas no sólo se da en los países del Sur. En el Norte tampoco se aprecia lo suficiente este recurso, pero las consecuencias de su mala gestión son menos evidentes, puesto que abunda el agua en la superficie”. Un conocimiento fragmentado Intergranular Fisura Intersticio por disolución ¿Dónde se puede encontrar agua subterránea? El agua se desliza por los intersticios de los granos de arena, las fisuras de las rocas y los intersticios por disolución. Fuente: Environnement Canada. Página web sobre el agua dulce: www.ec.gc.ca/water/. Reproducido con la autorización del ministro de Obras Públicas y Servicios Gubernamentales, 2008. El desarrollo de las industrias y la intensificación de la agricultura aceleraron la explotación del agua subterránea a partir de los años cincuenta. “Por desgracia, la financiación de la investigación en hidrogeología se destinó principalmente a lograr los conocimientos necesarios para el desarrollo de la ingeniería civil. Los esfuerzos se concentraron en facilitar la research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 25 HIDROGEOLOGÍA Flujo del agua subterránea Río alimentado por la emisión de agua subterránea Alimentación por las precipitaciones Zona de aeración (humedad del suelo) Zona de saturación (agua subterránea) Fosa de alimentación Corriente subterránea Acuífero Mar Vertido de agua subterránea en el mar Invasión de agua salada Fuente: Environnement Canada. Página web sobre el agua dulce: www.ec.gc.ca/water/. Reproducido con la autorización del ministro de Obras Públicas y Servicios Gubernamentales, 2008. extracción, y no en estudiar el papel del acuífero en el ciclo del agua ni en saber cómo funcionaba globalmente la capa freática. Aunque en Europa podamos explotar las capas freáticas, aún disponemos de pocos conocimientos hidrológicos para hacerlo de forma sostenible”, lamenta Wilhem Struckmeier. El lanzamiento de la ambiciosa Directiva Marco Europea del Agua, en el año 2000, supuso un cambio radical en la política de la Unión Europea en la materia. Se iniciaron numerosas investigaciones con vistas a mejorar la gestión de este recurso vital. El proyecto AQUATERRA es buen ejemplo de ello. Pretende comprender mejor las múltiples interacciones que rigen el sistema río/sedimentos/agua/suelo de las cuencas fluviales (1). “Estudiamos el movimiento de la contaminación a través de estos diferentes compartimentos, un campo aún poco conocido. No se sabe cómo el suelo puede almacenar durante años, incluso miles de años, contaminantes como los HAP (2), por ejemplo. También quedan por despejar numerosos interrogantes sobre los procedimientos microbiológicos que intervienen en la degradación de algunos contaminantes en los suelos y en el agua”, explica Johannes Barth, hidrogeólogo de la Universidad de Tübingen (Alemania) y coordinador científico de AQUATERRA. La baza principal de este proyecto es que reúne a un amplio abanico de científicos y de protagonistas conocedores del tema: geólogos, investigadores de socioeconomía, ingenieros medioambientales, 26 químicos, administradores, responsables políticos, etc. Se reúnen con vistas a sentar las bases científicas necesarias para la elaboración de modelos digitales que apoyen la gestión de las cuencas fluviales. Las teorías investigadas en los laboratorios serán probadas en las cuencas del Ebro, del Danubio, del Meuse, del Elba y las fuentes de Brévilles. Se han elegido estos sistemas hidráulicos tan diferentes a propósito, a fin de facilitar la extrapolación de los resultados de AQUATERRA a otras cuencas. El proyecto ya ha hecho posible que se comprenda mejor la importancia de las llanuras aluviales que bordean los ríos: “No sólo permiten prevenir las inundaciones, sino que su dinámica de pH y la particularidad de su condición de oxidorreducción hacen que desempeñen un papel determinante en el ciclo de reabsorción de los contaminantes”, explica Johannes Barth. superficie también podría llevarnos a cuestionar nuestros modos de consumo y de producción, en particular los agrícolas. Todas estas realidades hacen que tan sólo un enfoque pluridisciplinario consiga encontrar las respuestas adecuadas para gestionar el agua subterránea de forma sostenible. En 2004, los gobiernos europeos, en una directiva sobre las aguas subterráneas, destacaron la importancia de las aguas aún escondidas en toda la Tierra. Pero estas buenas intenciones apenas se han traducido en hechos. “Tan sólo una convocatoria de proyectos concernía directamente a las aguas subterráneas en el Séptimo Programa Marco”, lamenta Johannes Barth. “¡Qué aberración tratar cuestiones medioambientales de tal envergadura ofreciendo tan pocos medios a la investigación científica relacionada con el agua!". Wilhem Struckmeier opina lo mismo: “Hacen falta más fundamentos científicos sólidos para poder establecer un sistema de protección eficaz de las aguas subterráneas. No existe ninguna definición clara de lo que tiene que considerarse como ‘una masa de agua subterránea’, término utilizado en la Directiva europea sobre aguas subterráneas. Además, las modalidades de recogida de datos sobre la calidad de estas aguas son demasiado heterogéneas y poco pertinentes en numerosos países europeos. Las ayudas financieras de la Unión en este campo se centran mucho en la reabsorción de los contaminantes o en la sobreexplotación de las capas freáticas, en detrimento de los proyectos que pretenden mejorar su gestión. Yo creo que Europa se centra demasiado en las consecuencias de los problemas y no lo suficiente en su origen”. Julie Van Rossom (1) (2) Una cuenca fluvial es una porción de territorio delimitada por la línea de las cumbres, cuyas aguas alimentan un desagüe común como un río, un lago o incluso el mar. Hidrocarburos policíclicos aromáticos, un tipo de contaminante orgánico persistente (COP). Del dicho al hecho La explosión de la demografía mundial, las consecuencias inciertas del calentamiento climático, la desigualdad en el acceso al agua de los pueblos, etc., podrían llevar a una “crisis del agua”, por lo que tendría que haber una gestión global sostenible de las aguas subterráneas. No obstante, siguen existiendo enormes incertidumbres científicas al respecto. Estos depósitos de agua dulce, aunque estén ocultos bajo tierra, están unidos a los suelos y al resto del ciclo del agua. Su vulnerabilidad frente a las actividades humanas de research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 AQUATERRA 46 socios – 15 países (AT-BE-CH-CZ-DE-DKES-FR-IT-NL-PL-RO-RS-SK-UK). www.attemptoprojects.de/aquaterra/5.0.html Asociación Internacional de Hidrogeólogos (International Association of Hydrogeology o IAH) Más de 3.500 miembros de unos 135 países. www.iah.org CONTAMINACIÓN © LAMS Los suelos bajo perfusión Los Dicyrtoma viven en el suelo. Poseen un aparato saltador, denominado “furca”, situado bajo su vientre, que les permite saltar en caso de peligro y catapultarse en el aire. Se alimentan de materias orgánicas y participan activamente en el equilibrio biológico de los suelos. Agricultura intensiva, vertederos subterráneos, complejos industriales abandonados: nuestra tierra madre está siendo maltratada. Europa, a través de algunos proyectos de tratamiento biológico de la contaminación de los suelos, está impulsando algunas soluciones eficaces. ¿Pero bastarán dichas soluciones para dar un soplo de vida a los suelos agónicos? E l 20 de agosto de 2006, el “Probo Koala” atracó en el puerto de Abiyán. En su cala transportaba 581 toneladas de residuos tóxicos, mezcla de sulfuro de hidrógeno, sosa cáustica, fenoles y petróleo. Durante la noche, estos detritos fueron cargados a bordo de camiones y se esparcieron por la ciudad, en vertederos. Como consecuencia de esta inmensa contaminación del suelo hubo 10 muertos y 7.000 personas hospitalizadas. Un mes antes, el armador había intentado que una empresa autorizada del puerto de Ámsterdam tratase su molesto contenido, pero había desistido por el coste prohibitivo de la operación. Evidentemente, se trata de un caso extremo, pero la contaminación afecta a todos los suelos del planeta, con consecuencias alarmantes. La organización Pesticide Action Network Europe (1) midió en marzo de 2008 los índices de pesticidas de 40 vinos originarios de Europa, Sudáfrica, Australia y Chile: todas las botellas contenían rastros de pesticidas, superando algunas… ¡5.800 veces la dosis autorizada para el agua del grifo! La agricultura en el punto de mira A menudo se culpa a los agricultores de la contaminación de los suelos. Los abonos orgánicos y otros insecticidas se utilizan a veces sin ton ni son, en cantidades excesivas, y los poderes públicos saben que es casi imposible prohibir su utilización sin condenar las cosechas. Pero según Lydia Bourguignon, ingeniera agrícola del Laboratorio de Análisis Micro- biológico de los Suelos (Francia), el problema es más profundo: “Tras varias décadas de agricultura intensiva, hemos llegado a un callejón sin salida. Los suelos están agotados y tienen que ser alimentados por perfusión para soportar los cultivos”. La causa del empobrecimiento de los suelos resulta insospechada: el excesivo peso de la maquinaria agrícola. Al compactar la tierra impiden que el oxígeno penetre en ellas, privando así de sus nutrientes esenciales a los microorganismos, vectores de crecimiento de los cultivos. “No son los únicos daños”, precisa la científica. “La compactación del suelo provoca la escorrentía de las aguas de lluvia, erosionando el terreno. Además, el flujo arrastra una buena parte de los pesticidas y los fertilizantes hacia los ríos próximos. No obstante, existen técnicas de cultivo alternativas, como la agricultura de conservación (2), cuya eficacia ha sido probada en Brasil y Argentina. Son menos costosas y, sobre todo, mucho menos nocivas para el medio ambiente”. Lydia Bourguignon también insiste en la elección de los cultivos: “Ya es hora de recordar que cada suelo tiene una vocación. Mientras sigamos queriendo plantar zanahorias en una tierra propicia para los cereales, tendremos que utilizar sustancias químicas para paliar las carencias del suelo”. research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 27 Los industriales son los primeros contaminadores Según las cifras de la Agencia Europea para el Medio Ambiente, las actividades industriales suponen el 62 % de las fuentes de contaminación de nuestros suelos, representando el sector petrolero el 14 %. Entre las sustancias nocivas más frecuentes se encuentran los metales pesados (37 %), los aceites minerales (33 %), las sustancias aromáticas y los fenoles. No obstante, las empresas europeas tienen la obligación de preocuparse por la contaminación que producen. Para descontaminar su suelo o tratar sus desechos recurren a expertos, como la BRGM, la Oficina de Investigaciones Geológicas y Mineras de Francia. Dominique Darmendrail, hidrogeoquímica y asesora científica en el BRGM, nos habla de los avances logrados en la materia: “Desde hace más de veinte años estamos poniendo a punto procedimientos de descontaminación basados en tratamientos biológicos de la contaminación o en la estabilización de los compuestos químicos culpables. A modo de ejemplo, nos contactó una empresa de fundición que deseaba extraer el fenol de las arenas utilizadas en la fabricación de moldes. Tras algunos meses de investigación, nuestros laboratorios aislaron un grupo de bacterias que podían degradar el fenol. Estos microorganismos, cultivados in situ, fueron diseminados en las arenas contaminadas, que tras este tratamiento fueron reutilizadas convirtiéndose en relleno de carretera. En el caso de los metales pesados se emplean también técnicas de estabilización química. “Así se hace con el cromato, utilizado con frecuencia en las empresas metalúrgicas”, precisa Dominique Darmendrail. “Se inyecta hidrosulfito sódico en el suelo, lo que provoca una reducción del cromo VI en cromo III. La primera forma del compuesto es tóxica y soluble, 28 A por lo tanto, susceptible de emigrar hacia las aguas subterráneas, mientras que el cromo III es poco soluble y no es tóxico”. Curar y prevenir La Comisión Europea desea reforzar estos principios de respuesta a través de convocatorias de propuestas para el tratamiento biológico de los suelos contaminados. Estas convocatorias, aunque sigan siendo demasiado escasas según los expertos, ya están dando algunos frutos, entre ellos dos éxitos: los proyectos STRESOIL y BIOMINE. Los científicos del proyecto STRESOIL – in situ STimulation and REmediation of contaminated fractured SOILs - estudiaron los productos derivados del petróleo que se incrustan en las fisuras de numerosos terrenos. “No fue nada fácil”, narra Frank Haeseler, jefe de proyecto en el Instituto Francés del Petróleo y responsable de la sección “tratamiento biológico” de STRESOIL. “Todo el equipo se daba cita con regularidad en la antigua base aérea de Kluczewo (Polonia), donde los terrenos estaban fuertemente contaminados con queroseno. Como en todo el norte de Europa, su suelo estaba compuesto por arcilla glaciar caracterizada por fracturas verticales provocadas en su formación por los movimientos de los glaciares. Nos encontramos con estructuras arcillosas impermeables al queroseno que se filtraba por las fracturas hasta llegar a las capas de arena, a partir de las cuales contaminaban las capas freáticas situadas, en nuestro caso, entre 5 y 6 metros más abajo”. Se probaron dos procedimientos, basándose cada uno en la creación, en el subsuelo, de discos de arena horizontales destinados a interconectar las fracturas verticales naturales. La primera técnica consistió en inyectar vapor de agua a 100 °C para drenar y eliminar research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 B © IFP Investigaciones realizadas por el Instituto Francés del Petróleo, miembro del proyecto Stresoil. A Realización de fracturas hidráulicas para la técnica piloto de tratamiento por inyección de vapor. B Tratamiento por inyección de vapor en un ensayo geológico mediante fracturación hidráulica. C Excavación geológica para el tratamiento experimental mediante inyección de vapor. D Instalación piloto para el tratamiento por bioventilación en una zona de arcilla en la que se han realizado fracturas hidráulicas. E Equipo de tratamiento del aire extraído del ensayo de tratamiento por bioventilación (filtración por carbón activado). © IFP CONTAMINACIÓN C el queroseno, que pasa a la fase de vapor y puede ser recuperado en un pozo del que es bombeado. La segunda, más suave pero también más lenta, consistió en estimular los microorganismos presentes en el suelo para favorecer la biodegradación del contaminante. Las fracturas creadas “airearon” el terreno, lo que aumentó el rendimiento de la descontaminación. Frank Haeseler manifiesta complacido: “Nuestro proyecto finalizó hace tres meses, con resultados muy satisfactorios. Cada uno de los métodos produjo un rendimiento de descontaminación del 72 %. La inyección de vapor permitió descontaminar los suelos en tres meses mientras que se tardaron doce en la técnica de bioestimulación pero, al fin y al cabo, ambos procedimientos tuvieron un coste equivalente”. El proyecto BIOMINE – BIOtechnology for Metal bearing materials IN Europe – tiene como objetivo principal la preservación de los recursos optimizando la eficacia ecológica de los métodos de recuperación de los metales. “Europa es un gran productor de metales por extracción minera”, comenta Dominique Morin, investigador en el BRGM y coordinador del proyecto. “La pirometalurgia es la técnica generalmente utilizada para separar los metales del resto de la roca. Las altas temperaturas que necesita hacen que se consuma mucha energía y las soluciones residuales en fase gaseosa que produce implican emisiones nocivas”. Como solución de sustitución o de acompañamiento, BIOMINE propone la biohidrometalurgia, es decir, recurrir a los microorganismos como catalizadores para degradar y disolver los minerales. Las estructuras de este tipo, de pequeño tamaño y más flexibles, son más baratas y menos dañinas. “Actualmente, no se puede utilizar únicamente la biohidrometalurgia, pero esta técni- E © IFP D © IFP © IFP CONTAMINACIÓN ¿Basta con confiar en la obra de la naturaleza? L ca tan prometedora presenta ya ventajas financieras. Al contrario de la pirometalurgia, los minerales siguen estando en solución acuosa, lo que evita la contaminación del aire. Además, el procedimiento permite extraer el máximo de metales pesados contenidos en la roca”. Ahora bien, todos los desechos de las actividades mineras se depositan en balsas que se entierran, conteniendo cada balsa hasta 100 mil millones de toneladas de materia. Es difícil garantizar la seguridad de estos emplazamientos al 100 %. Podría darse un problema de estanqueidad de una balsa o incluso una contaminación exterior secundaria que provoque nuevas reacciones químicas con los metales aún presentes. Dominique Morin concluye: “Al disminuir la cantidad de metales residuales se reducen los riesgos de contaminación. Con una investigación científica voluntarista, muchos procedimientos industriales podrían combinar mejores rendimientos económicos con beneficios medioambientales utilizando procesos biológicos”. ¿Existe un consenso europeo en la materia? Los esfuerzos de los investigadores por elaborar métodos biológicos innovadores y eficaces tan sólo tienen sentido si todos los emplazamientos contaminados europeos están registrados y si la voluntad de descontaminarlos se traduce en hechos. En ese sentido, la opinión de Luca Montanarella, responsable del European Soil Data Center (Italia), es incisiva: “Actualmente, la Unión Europea no se ha implicado casi nada en la gestión de los suelos. No obstante, el punto muerto en el que nos encontramos no es sinónimo de falta de voluntad de la Comisión o del Parlamento Europeo, sino de falta de consenso entre los países miembros”. En efecto, en el año 2000 se constituyó un grupo de trabajo para establecer una estrategia en materia de gestión de los suelos contaminados. Tomando como base sus conclusiones, el Parlamento adoptó en noviembre de 2007 una directiva marco que requería, entre otras cosas, que cada Estado miembro realizara un inventario de los lugares contaminados en un plazo razonable. Luca Montanarella precisa: “Nuestra propuesta no era vinculante, nos limitábamos a la elaboración de un registro y delegábamos a los Estados miembros la cuestión de la descontaminación”. A pesar de ello, cinco Estados miembros de peso se opusieron a esta directiva: Francia, Alemania, los Países Bajos, Austria y el Reino Unido, curiosamente los más avanzados en materia de gestión de los suelos. Luca Montanarella explica esta paradoja: “No desean contribuir a un nuevo sistema para inscribir datos que ya tienen. Por el contrario, los 22 Estados miembros restantes, que tan sólo disponen de información muy limitada de sus suelos, acogen la iniciativa favorablemente. Esperemos que se pueda encontrar una solución rápida. Por ejemplo, la directiva se adoptaría tan sólo con que Francia cambiara de opinión, pero preferimos llegar a un consenso general negociando más los puntos de litigio”. Marie-Françoise Lefèvre (1) (2) Estudio sobre el vino PAN-EUROPA Véase el artículo “Vuelta a la tierra”, research*eu n° 57 BIOMINE 37 socios – 14 países (BE-DE-ES-FI-FR-GRNL-NO-PL-RO-SE-UK-YU-ZA) biomine.brgm.fr STRESOIL 5 socios – 4 países (DK-FR-GR-PL) stresoil.com a atenuación natural es un método poco utilizado para los suelos europeos. Consiste en dejar actuar a los microorganismos presentes de forma natural en el terreno, vigilando su evolución durante la duración del tratamiento. Antes de aplicarla, se garantiza su rendimiento en laboratorio y se calcula, con una modelización, el plazo de descontaminación. El procedimiento, muy eficaz en algunos casos, particularmente para la gestión de los lugares de almacenamiento de petróleo, es diferente según sea la contaminación orgánica o metálica. En el primer caso, las bacterias in situ adecuadas degradan el contaminante para reducir progresivamente la masa del mismo. En el caso de los metales pesados, los microorganismos inducen una modificación química hacia una forma del compuesto menos móvil y tóxica. Por lo tanto, no reduce la contaminación, sino que bloquea los efectos nocivos de la misma. La atenuación natural apenas produce desechos, exige poca estructura de superficie, y sus costes de rehabilitación son menores que los de la excavación o la diseminación de bacterias exóticas. No obstante, los plazos de descontaminación son largos. Más allá de una cierta duración de la reabsorción (el Reino Unido la ha fijado en 30 años), se descarta la atenuación natural puesto que es difícil garantizar la perennidad de las condiciones favorables para la degradación, o de evitar cualquier contaminación secundaria. Y finalmente, para que sea creíble, la atenuación natural tiene que llevarse a cabo siguiendo un protocolo (pruebas, modelo predictivo y vigilancia), de no ser así cualquiera podría decir que utiliza este método dejando el terreno al abandono. research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 29 CLIMA © BRGM im@gé/François Michel Gases con efecto sobre la tierra Erosión eólica en el Erg Eklewa, en Mauritania. Los suelos, sometidos a la erosión o a la desecación, son víctimas de las variaciones climáticas. Los cambios de las temperaturas y de los niveles de humedad perturban su naturaleza y su funcionamiento. Pero las tierras también ejercen su influencia sobre los mecanismos atmosféricos actuales. Al explotarlas en exceso, los hombres están activando bombas climáticas de efecto retardado indeterminado. “¿C uántos responsables políticos caminan sobre la tierra que conforma la estructura del suelo?”, interpela Luca Montanarella, del Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea. “El asfalto nos separa de los desafíos geológicos. Pero no hay que olvidar que el suelo alberga nuestras raíces y contiene nuestros víveres”, continúa. El científico, apasionado por la agricultura, explica que a veces se dejan de lado algunas problemáticas cruciales para la supervivencia de la humanidad, por fenómenos más espectaculares de la actualidad, como el cambio climático. Los suelos, auténticos libros abiertos sobre el clima, revelan a los paleoclimatólogos sus 30 ritmos y sus comportamientos milenarios. Las composiciones isotópicas de los hielos de las muestras extraídas en Groenlandia y en la Antártica revelan cómo ha ido evolucionando la concentración atmosférica en dióxido de carbono (y por lo tanto, la temperatura) en las transiciones entre los períodos glaciales e interglaciales. Estos últimos, más calientes, experimentaron niveles de CO2 de 300 ppmv (parte por millón por volumen). Ahora bien, actualmente la concentración supera en un 28 % estos picos registrados en periodos de más de 800.000 años. Las consecuencias más conocidas del aumento de las temperaturas son la subida del nivel de los mares y la erosión de las orillas, por la mayor frecuencia e intensidad de las tormentas. research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 Impactos geológicos Pero la subida de las temperaturas provoca también cambios geológicos en el interior de las tierras. Aunque se hable menos de ellos en los medios de comunicación, son muy importantes. Más de la mitad de las superficies cultivables del mundo (es decir, aproximadamente 1,964 billones de hectáreas) ya sufren degradaciones, leves o graves, que tienen diversas causas, a menudo asociadas. La erosión hídrica, que se debe al desgaste y a la escorrentía, arrastra las partículas de los suelos. El mismo fenómeno se produce bajo el efecto del viento: la erosión eólica afecta sobre todo a las zonas predesérticas. Los suelos también se pueden degradar cuando se altera su composición química (acidificación, salinización, vertidos de desechos industriales, utilización de abonos) y sus propiedades físicas, particularmente con el fenómeno de compactación. Liberación de CO2 Estos cambios geológicos se están acelerando por el efecto multiplicador de la explotación agrícola: el cultivo de las tierras reseca y va limitando la vida biológica, las hojas y las ramas, lo que modifica la penetración del agua. “Cuando un bosque se convierte en una explotación agrícola o los pastos en tierras arables, se amplifica el fenómeno de liberación del carbono” (1). Por un lado, desaparece CLIMA ©Shutterstock El efecto invernadero L os GEI son gases no artificiales - vapor de agua (H2O), dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), protóxido de nitrógeno (N2O), ozono (O3) –, o gases fluorados industriales, como los clorofluorocarburos (CFC). Más de la mitad del efecto invernadero proviene del vapor de agua, pero parece ser que las emisiones de origen antrópico de CO2 son responsables del 55 % de su aumento. Pero otros GEI tienen un impacto diferente. Para compararlos, se utiliza el equivalente de CO2, también denominado PCG (Potencial de Calentamiento Global), que equivale a 1 para el CO2. La intensificación de las actividades humanas afecta igualmente a otros GEI distintos del CO2, con un gran potencial de calentamiento. El metano tiene un PCG 23 veces mayor que el del CO2. Las emisiones de metano, fruto de la fermentación de materia orgánica en medio anaeróbico, según parece provienen esencialmente del deshielo del permafrost, por lo que se limita a algunas regiones. En cuanto al protóxido de nitrógeno, producido por la oxidación de los compuestos nitrogenados utilizados o producidos por la agricultura y la cría de ganado, su PCG es aún mayor: 310. la vegetación que ya no puede desempeñar su papel fotosintético de transformación del CO2. Por otro, se gasta parte de las valiosas materias orgánicas almacenadas en los suelos durante cientos de miles de años. Este preciado recurso, que contribuye a la fertilidad de los suelos, es una de las claves del calentamiento climático. La expansión y la intensificación agrícola ocasionan cambios en la cobertura vegetal (desforestación y profunda modificación de la vegetación) que aumentan la temperatura del aire en la superficie de las regiones desérticas, puesto que los suelos retienen menos humedad. La energía “latente”, que sirve para su evaporación, disminuye mientras aumenta en paralelo la denominada “sensible”, que calienta el aire. Como resultado, se desecan las tierras. El ecosistema ya no proporciona a la población los servicios necesarios para su supervivencia, debilitándose durante mucho tiempo. Una región fértil se convierte en zona estéril o poco adecuada para la vida, cuyas precipitaciones anuales no llegan generalmente a los 200 mm. La desertificación acecha. A qué se debe la desertificación La degradación a menudo se debe a la sedentarización de las poblaciones nómadas: las tierras áridas sirven mejor para pastos que para cultivos. Con los mercados globalizados, la sobreexplotación inapropiada de los recursos también es uno de los factores desencadenantes. La sobreproducción va bajando los precios de venta y, por lo tanto, el nivel de ingresos de los productores de los países pobres. En las zonas áridas, las condiciones de precariedad hacen que las poblaciones dependan más de los servicios prestados por los ecosistemas: se generaliza el uso de abonos nitrogenados, iniciando el círculo vicioso de la sobreexplotación, y con él, el del calentamiento: los abonos se transforman parcialmente en N2O, un potente gas de efecto invernadero (GEI). Asimismo, la evolución del clima desempeña un papel en la desertificación, que no deja de ser complejo. Primero, la subida del CO2 atmosférico activa el crecimiento de algunas especies de plantas, mientras que el calentamiento reduce las precipitaciones en estas regiones, afectadas entonces por sequías cada vez más severas y frecuentes, que llevan a la desecación y a la degradación cualitativa de los suelos. Repercusiones mundiales En total, la desertificación afecta a 3.600 millones de hectáreas, es decir, el 70% de las tierras áridas del mundo, amenazando aproximadamente a mil millones de personas. Cada año, va ganando 10 millones de hectáreas de tierras cultivables. En Europa, el fenómeno, que afecta ya a los países del sur, avanza hacia el norte, El bosque, factor de equilibrio y tesoro de materias orgánicas, cada vez más amenazado por la intensificación agrícola. con diversas manifestaciones (como inundaciones río abajo de tierras que pierden su cobertura vegetal, o nubes de polvo), cuyos efectos se sienten a veces a miles de kilómetros de su lugar de formación. A nivel humano, la desertificación genera movimientos de población, fuente de fricciones étnicas. En 1977, la comunidad internacional se sensibilizó ante este problema, con la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desertificación en Nairobi (Kenia), tras una serie de sequías que afectaron al Sahel (19731974). Pero desde entonces, la lucha se ha estancado. “Los trabajos están frenados por la falta de una definición clara. En la Convención de Naciones Unidas (UNCCD (2)), la desertificación se debe a las acciones antrópicas. Ello implica integrar la estrecha relación que existe entre desertificación y pobreza puesto que, aunque el fenómeno afecte a Italia y a Burkina Faso, no se puede tratar de la misma forma en ambos países”. Por ello este campo sigue situándose en un terreno más político que científico. “Hace falta una base científica sólida, criterios y normas claras. Una iniciativa comparable a la del IPCC (el Panel Intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático) llegaría como agua de mayo”. Equilibrios inestables Sobre todo teniendo en cuenta que se desencadena un círculo vicioso: las enormes reservas de carbón orgánico (estimadas en 1.500 gigatoneladas, es decir, el doble de lo contenido en la atmósfera) corren el riesgo de liberarse de las tierras si se unen al oxígeno del aire para formar CO2. Este elixir de la vida, sobre todo vegetal, fija los nutrientes al suelo y garantiza la disponibilidad de los mismos para las plantas, las bacterias, los gusanos y los insectos. Contribuye así al mantenimiento de la estructura geológica, a la infiltración de las aguas y acelera la descomposición de los contaminantes. Las modificaciones en las variaciones de las precipitaciones y los aumentos de temperatura, junto con los cambios radicales de la research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 31 © INRA/Thierry Dore CLIMA GLOSIS E l proyecto GLOSIS, lanzado en febrero de 2008 en Boston (Estados Unidos), marca una etapa importante en la colaboración internacional que pretende reunir los datos geológicos. El proyecto, también denominado Global Soil Map, con la ambición de convertirse en el mayor archivo digital en este campo, federa a sus socios (especialmente estadounidenses, europeos, australianos y la FAO) para reunir los datos de cobertura mundial en un sistema con escalas múltiples. Dicho proyecto tiene por objetivo hacer de vínculo esencial entre los sistemas locales (con escalas comprendidas entre 1:5.000 y 1:250.000) y las bases de datos globales a 1:5.000.000, como SOTER – por Soil and TERrain database. EUSIS – European Soil Information System, la contribución europea, está ya recopilando estos datos y permite realizar productos derivados, como mapas de los riesgos relacionados con la erosión, estimaciones del carbono orgánico, etc. La acción SOIL, sistema de datos e información sobre los suelos, está creando un centro europeo de datos sobre los suelos (ESDAC – European Soil Data Center), con datos y procedimientos compatibles con los principios INSPIRE de infraestructura de información espacial. GLOSIS, entre otras cosas tendría que permitir la evaluación de las superficies disponibles para la agricultura. Erosión del suelo en un campo tras 100 mm de precipitaciones, en Seine et Marne (Francia). gestión de las tierras (mecanización, especialización de la producción, simplificación de la gestión) son factores que aceleran la liberación del carbono almacenado, intensificando los mecanismos de mineralización y la actividad microbiana que descompone la materia orgánica. “El cambio climático, al afectar a la temperatura y la humedad, contribuye a lanzar el círculo vicioso: cuanto más aumenta la temperatura en la atmósfera debido a los GEI, más GEI liberan los suelos”. Este procedimiento constituye un desafío importante, sobre todo en las zonas turbosas, desde el norte de Europa hasta las regiones de los círculos polares. La investigación en esta área Además de los esfuerzos por limitar el calentamiento climático, un proyecto de investigación denominado ECOSSE (3) estudia los flujos de los GEI entre los suelos y la atmósfera en Escocia y en el País de Gales, territorios con gran densidad de carbono. En 32 su informe de marzo de 2007, el proyecto demostró que la explotación de los suelos es responsable de aproximadamente el 15 % de las emisiones totales de estas regiones. Los cambios de explotación en estos últimos 25 años son tan responsables como las evoluciones climáticas. De ahí que un segundo proyecto de ECOSSE pretenda experimentar prácticas agrícolas que reduzcan el trabajo del suelo necesario para las siembras. Asimismo, en el ámbito comunitario, el debate se organiza en torno a las técnicas que habría que preconizar, condicionando a veces el acceso a los subsidios. Pero aunque se puedan contemplar alternativas agrícolas más ecológicas en términos de GEI en nuestras regiones, no sucede lo mismo en otras partes del mundo aún en vías de desarrollo, en las que los imperativos de subsistencia son más importantes. Para poder medir la envergadura de los peligros relacionados con los cambios geológicos, los proyectos actuales recopilan los datos, particularmente con las nuevas tecnologías de research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 satélite o de electroconductividad (véase GLOSIS en el cuadro). “Estas investigaciones pocas veces están directamente relacionadas con el suelo: apuntan a otros objetivos específicos, como el estudio de las aguas subterráneas. Pero al reunir fuentes dispersas se puede ir subsanando la insuficiencia de conocimientos”. Los cambios geológicos son fenómenos lentos. Los datos de estudio, a menudo muy caros, se basan en un enfoque a largo plazo, abarcando varias décadas, incluso varios siglos. Ahora bien, la duración de los proyectos de investigación no concuerda con esta escala temporal. “Pero los dirigentes empiezan a concienciarse de que la evaluación de las superficies disponibles para la agricultura, que cada vez serán más escasas, desempeñará un papel central para la subsistencia y la lucha contra la pobreza”. Delphine d’Hoop (1) (2) (3) Todas las citas son de Luca Montanarella. www.unccd.int Estimating Carbon in Organic Soils – Sequestration and Emissions, www.scotland.gov.uk/Publications/2007/03/16170508/0 ©Qwentes/JVR © SSTL through ESA © BRGM im@gé/Frédéric Simiens Los desafíos del siglo Washington, 14 de julio de 2008 (Agencia France-Presse). Parece ser que el calentamiento climático aumenta la incidencia de cálculos renales. En los próximos años, habrá más estadounidenses que padezcan cálculos renales debido a las sequías más intensas que se deben al calentamiento climático, según investigadores de la Universidad de Tejas (…). Comunicado tras comunicado, va aumentando la efervescencia en los medios de comunicación (¿será por el aumento de la temperatura?), que ya incluyen el tema climático como parte fundamental de la comunicación social, económica y política. Por supuesto, a veces las noticias “se calientan” más que el propio planeta. El efecto invernadero, ya sea en paralelo a nuestras acciones o fruto de las mismas, sin duda es la punta del iceberg. La cuestión mucho más global de nuestra seguridad física, energética y alimentaria emerge con tal fuerza que podría obligar a la sociedad a reflexionar buscando la colaboración y no sólo la competencia. Para ello, es fundamental el papel de la investigación en todas las disciplinas que tratan las geociencias. La conquista espacial, herramienta de curiosidad científica pero también de prestigio y dominación, contribuye “noblemente” haciendo posible el seguimiento por satélite delas crisis alimentarias. La geotermia profunda deja entrever una energía limpia y disponible en todas partes. Las técnicas desarrolladas para la explotación de los hidrocarburos podrían permitirnos enterrar una parte del “problema CO2”. Los suelos contienen también recursos minerales aún mal censados pero indispensables para nuestro desarrollo, independientemente del rumbo que se tome. Y con los hidratos de metano podríamos ver cómo sale del hielo un fuego con el que sería peligroso jugar. Tantos y tantos conocimientos y técnicas que tan sólo sepueden adquirir a través de grandes colaboraciones internacionales que hoy en día nos son indispensables. research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 33 TELEDETECCIÓN De lejos se ve mejor 34 Amplia explotación agrícola regada de forma intensiva con agua subterránea, cerca de Trípoli (Libia). Los pozos se encuentran en el centro de los círculos visibles en la imagen captada por el satélite Kompsat. Unos años más tarde surgió un plan decenal, que preveía la creación de una red mundial de sistemas de observación de la Tierra, el GEOSS (1), a partir de 2004 (véase el cuadro). Una red mundial La Tierra, la atmósfera y los océanos son interdependientes y forman parte de un sistema planetario único. Para descubrir sus dinámicas naturales y concebir herramientas multitemáticas de ayuda a la toma de decisiones y a la gestión de los recursos, harán falta datos exhaustivos e interoperables. Dichos datos consistirán en información geográfica y espacial e in situ – obtenida por especialistas research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 Vista de las explotaciones de cereales en la provincia de Free State (Sudáfrica), que abastecen al 70 % del mercado nacional sudafricano. Imagen del satélite Proba, sensor Chris. Entramado de pólderes utilizados para la agricultura en las riberas del Escalda (Países Bajos). Imagen del satélite Proba, sensor Chris. © SSTL through ESA L a conquista del cielo ha ido confeccionando el álbum de las imágenes de la Tierra. Desde mediados del siglo XIX, los clichés tomados desde globos han ido revelando tierras y mares, después el espacio se ha convertido en nuestra nueva claraboya. Una vez pasada la guerra fría, las agencias espaciales pasaron a estudiar temáticas relacionadas con la seguridad medioambiental. En 1972, se puso en órbita Landsat1, el primer satélite de teledetección. Luego los sensores ópticos, los radares y los infrarrojos fueron los vigías del planeta. Estos datos registrados a centenares de kilómetros de altitud alimentaron bastante rápidamente herramientas de análisis de los fenómenos terrestres, oceánicos y atmosféricos. Sin embargo, con el tiempo y la falta de fondos de las agencias espaciales, estas infraestructuras técnicas se fueron deteriorando. Pero la situación cambió y los gobiernos comprendieron la importancia de observar la Tierra. En 2002, en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo, la comunidad internacional se concienció sobre la necesidad urgente de coordinar la información relacionada con el estado del planeta. © KARI through ESA 2005 La aventura espacial ha dado un gran impulso a la observación de la Tierra y, por lo tanto, al conocimiento de nuestro propio planeta. Este conocimiento, antes diseminado por los continentes, a partir de ahora estará reunido en un programa mundial, que proporcionará herramientas multisectoriales, orientadas hacia el desarrollo sostenible. Entre otras cosas, los datos proporcionados por los satélites pueden ayudar a anticipar las crisis alimentarias que, según la FAO (Food and Agriculture Organisation), afectan a más de 40 países, con 850 millones de personas que padecen hambre en el mundo. TELEDETECCIÓN o a través de sistemas de sondeo sobre el terreno, o a bordo de aviones, barcos, etc. Todos estos datos sólo serán útiles si se integran en sistemas relacionados entre sí, basándose en un estándar abierto. Este trabajo de recopilación y de interoperabilidad ya ha empezado en Europa, en la Agencia Espacial Europea (ESA). Desde 1998, el programa GMES – Global Monitoring for Environment and Security – racionaliza las actividades europeas de observación integrando en una red única datos terrestres (que provienen de las redes de sondas, de estudios sobre la ocupación de los suelos, la biodiversidad o socioeconómicos) y espaciales. Estos últimos provienen de los satélites existentes, pero también se benefician de la preparación de la nueva generación de dispositivos. Para 2012 está previsto que GMES preste varios servicios. Aportes y salidas La iniciativa GMES es la principal contribución europea en la creación del GEOSS y pone a la Comisión en el puesto de mayor contribuidor. Otros programas europeos participan también en GEOSS, como las investigaciones en las tecnologías de la información y la comunicación, que realizan aplicaciones transversales, particularmente a nivel de las redes de sensores. El Sensor Web Enablement integra la información de los geosensores en servicios de información interactivos en Internet o en globos virtuales (2). Aunque no todas las 72 naciones y 46 organizaciones internacionales miembros de GEOSS posean satélites, los datos se comparten y son accesibles a todos, particularmente a los países en vías de desarrollo con quienes se establecen a veces colaboraciones específicas. © SSTL through ESA AEGOS De hecho, África es el “epicentro” de un gran proyecto unido al GEOSS: la iniciativa AEGOS (3) – African-European Georessources Observation System. Como expone Marc Urvois, quien coordina esta acción de apoyo del Séptimo Programa Marco de la UE desde el BRGM, la Oficina de Investigaciones Geológicas y Mineras de Francia: “AEGOS va a permitir la explotación sostenible de parte de los recursos geológicos de África que, además de los recursos mineros, comprenden las aguas subterráneas, los materiales de cons- La PAC bajo control l programa MARS (Monitoring Agriculture Remote Sensing) es la herramienta de control de las declaraciones dentro de la PAC (Política Agrícola Común). A partir de los datos brutos, los investigadores pueden identificar el tipo de cultivo y su nivel de maduración. MARS, iniciado en 1988, duró diez años. A lo largo de las investigaciones se desarrollaron versiones orientadas hacia la recopilación de datos de los satélites (MARS-SAT) o la vigilancia (MARS-PAC), que pusieron de manifiesto el interés económico del enfoque. Asimismo, permitieron elaborar herramientas en los campos de la desforestación, la degradación de los suelos, la desertificación, la sequía o incluso las hambrunas. E www.marsop.info/ trucción y la energía (los yacimientos de calor a una profundidad explotable)”. En concreto, esto se traduce en dos acciones: “Primero vamos a poner en pie una infraestructura panafricana que reúna los mapas que tienen los países del continente, pero también los europeos por la historia colonial. Después, estos datos alimentarán los servicios cartográficos nacionales y transfronterizos, principalmente destinados a los responsables políticos, para estructurar las políticas de desarrollo sostenible, y a la comunidad geocientífica, para aportar elementos de comprensión de los procesos”, cuenta Marc Urvois. Los beneficios de compartir datos de diversas fuentes Estos datos diseminados por 45 países de África y una veintena de Europa serán reunidos sin que estén centralizados en un sistema único. “La comunidad científica dispone de un buen conocimiento en geología y metalogénesis a escala del continente. Cerca de 5.000 mapas describen sus suelos y subsuelos, así como 40.000 yacimientos e índices caracterizados”, continúa Marc Urvois, “Por lo tanto, el desafío consiste en hacer que esta información sea visible para facilitar los intercambios y generar productos y servicios derivados. Por lo tanto, 24 socios van a promover una arquitectura distribuida, utilizando las normas research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 35 TELEDETECCIÓN internacionales en materia de cartografía en Internet y de interoperabilidad”. AEGOS tan sólo es un ejemplo entre el centenar de programas regionales y sectoriales que alimentarán GEOSS. Sus bases de datos, de diferentes lugares de observación, constituyen las fuentes que el proyecto va a poner en común utilizando herramientas que tengan objetivos particulares y más generales, como el cumplimiento de las obligaciones de los tratados sobre medio ambiente, por ejemplo, el protocolo de Kioto. De hecho, el desarrollo sostenible está claramente presente en esta iniciativa mundial que durará diez años (20052014), un enfoque muy amplio que se divide en nueve sectores de actuación (4): catástrofes naturales, salud, energía, clima, agua, meteorología, ecosistemas, agricultura y biodiversidad. Para la subsistencia La agricultura no se queda en absoluto atrás en estos campos. Michael Rast, responsable de las aplicaciones GEOSS de este sector, destaca: “La gestión optimizada de la producción agrícola es un aspecto esencial de la estabilidad, puesto que existen amenazas a corto y largo plazo, entre otras, las que se deben a las catástrofes naturales, cada vez más numerosas. Estas últimas causan daños considerables, sobre todo en las explotaciones de los países en vías de desarrollo”. La agricultura, sector estratégico, está desde siempre bajo la mirada atenta de los satélites de teledetección. “Desde los años setenta, los Estados Unidos han estado vigilando las cosechas de trigo y maíz de la Unión Soviética gracias a los datos recopilados por Landsat1”, relata Michael Rast. Desde entonces, las evoluciones científicas han aumentado la precisión de los espectrómetros de a bordo que detallan la imagen de la Tierra y la analizan refiriéndose a una biblioteca de firmas espectrales. De hecho, cada planta emite una longitud de onda propia, que cambia según su estado de crecimiento, de salud, pero también según las condiciones y las limitaciones medioambientales. Michael Rast continúa: “Por eso los satélites han aportado mucho a la agricultura: desde el auge de la agricultura de precisión hasta la ayuda en las rotaciones de los cultivos o la distribución de las tierras, pasando por la mejora de las previsiones meteorológicas. Además, 36 los datos de los satélites permiten prever, con bastante precisión, el rendimiento de una futura cosecha, o identificar las causas de las insuficiencias alimentarias y cuantificar las pérdidas”, explica. “Al localizar y cuantificar los diferentes cultivos, la detección por satélite también permite evaluar la ratio de cada país para la producción de biocarburantes. Las instituciones europeas se sirven igualmente de ella para controlar lo declarado en la PAC, la Política Agrícola Común” (véase el cuadro). Ya una realidad El GEOSS, cuya finalización está prevista para el año 2015, ya ha aportado algunos frutos. Tras haber explorado la Tierra, con la resolución de 260 m por 300 m del detector MERIS (MEdium Resolution Imaging Specrometer Instrument), embarcado a bordo del satélite ENVISAT, la ESA ha puesto a punto un nuevo servicio de mapas compatible con la clasificación de las Naciones Unidas (UN Land Cover Classification System), denominado GlobCOVER. La primera versión del sistema, presentada en febrero de 2008, no será distribuida debido a varios obstáculos, pero la entrada en servicio de la segunda versión de GlobCOVER se hizo en el mes de julio de 2008. Esta etapa cartográfica representa un paso gigantesco hacia una mejor gestión de la producción, la prevención de las insuficiencias y la elaboración de un sistema de alerta de las hambrunas. Éstas son las tres prioridades fijadas por 25 organizaciones nacionales e internacionales que representan a las partes interesadas del sector agrícola, que definen los ejes de mejora de la gestión de la agricultura y realizan estos perfeccionamientos en colaboración con los demás actores de GEOSS. Riesgos y equilibrio Se van intensificando los riesgos en el abastecimiento de los alimentos. La Tierra cada vez sufre más por el cambio climático, las necesidades energéticas y la creciente demografía. La situación podría cambiar con algunas inversiones estratégicas en los próximos diez años que logren cambiar la gestión de los recursos agrícolas y reducir la malnutrición. Dentro de esta perspectiva, se creará un sistema de gestión global de la agricultura (Global Agriculture Monitoring System). research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 Michael Rast aprueba este concepto: “El sistema ofrecerá una mejor evaluación y representación cuantitativa de la situación, que necesitamos. Podemos conseguirlo uniendo los sistemas de información, como lo hace GEOSS, aprendiendo a gestionar mejor los impactos de la actividad agrícola sobre el medio ambiente”. No hay que olvidar que la agricultura funciona esencialmente basándose en la relación de interdependencia que el hombre tiene con el lugar en el que vive, en un frágil equilibrio. Para maximizar la productividad y garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo habría que preservar los ecosistemas y todos sus elementos constituyentes. Delphine d’Hoop (1) (2) (3) (4) Global Earth Observation System of Systems. Véanse los proyectos europeos SANY www.sany-ip.eu y OSIRIS www.osiris-fp6.eu www.brgm.fr/brgm/aegos Social Beneficiary Area – SBA La carrera del GEOSS nte la falta de información sobre algunos aspectos del planeta, la comunidad internacional se lanzó a la carrera por la adquisición de conocimientos geológicos, que se fue intensificando conforme iban aumentando los desafíos relacionados con el agua, los riesgos naturales, la energía, los recursos minerales y el cambio climático. En unos años, la iniciativa GEOSS empezó a aportar respuestas. En 2002, la Cumbre de Johannesburgo dio los primeros pasos hacia un sistema de información uniforme. Las etapas se siguieron rápidamente: en 2003, la cumbre del G-8 de Evian (Francia) dio prioridad al proyecto y un mes más tarde, la primera Cumbre de Observación de la Tierra, en Washington, abrió por fin el camino: 33 países formaron un grupo ad hoc: el GEO – Group on Earth Observations para la preparación de un plan de acción decenal. Está dirigido por la presidencia de la Comisión Europea, los Estados Unidos, China y Sudáfrica. A www.earthobservations.org ALMACENAMIENTO GEOLÓGICO El CO2 criando malvas Interesan enormemente a los científicos, puesto que sus propiedades geológicas ya se estudiaron con detenimiento con vistas a su explotación. Son datos recopilados a largo plazo que permitirían evaluar muy bien el comportamiento del CO2 una vez inyectado en el yacimiento. En el caso de los depósitos de petróleo, esta solución también supondría ventajas económicas. De hecho, la inyección de CO2 permite recuperar una parte del oro negro prisionero en un yacimiento del que no se puede extraer de forma convencional. Este principio de “recuperación asistida de petróleo” ya ha sido utilizado por la industria en numerosas ocasiones. Actualmente se está estudiando, dentro del marco de la CAC, en el campo petrolero de Weyburn, en Canadá, donde Encana, la sociedad explotadora, recupera e inyecta el CO2 de una fábrica de combustibles sintéticos estadounidense. “Una vez inyectado en el yacimiento, el CO2 se mezcla con el petróleo, lo que hace que el oro negro sea menos viscoso, facilitando así su desplazamiento hacia el pozo de extracción”, explica Isabelle Czernichowski-Lauriol. “Tras haber remontado a la superficie, se le extrae el CO2 para volverlo a inyectar”. No obstante, con excepción de estas perspectivas de rentabilización, el interés de estos depósitos de hidrocarburos sigue siendo Con el almacenamiento geológico de CO2, todas las esperanzas de combatir el calentamiento climático están puestas en el subsuelo. Esta técnica permitiría reabsorber una buena parte de nuestras emisiones… si se consiguen despejar a tiempo las dudas que todo ello suscita. dos para el almacenamiento”, explica Isabelle Czernichowski-Lauriol, ingeniera geóloga en la Oficina de Investigaciones Geológicas y Mineras de Francia (BRGM, por sus siglas en francés) responsable de CO2GEONET, la red de excelencia europea sobre el almacenamiento de CO2. “Estos estudios han hecho posible localizar por todo el planeta una serie de depósitos potenciales a más de 800 metros de profundidad. Estos emplazamientos se caracterizan por la presencia de capas geológicas porosas y permeables en las que el CO2 puede inyectarse con facilidad, así como por la existencia de una roca “tapadera” impermeable, compuesta por arcilla o sales, que impide que suba a la superficie. Lo ideal es que esta roca sello tenga muy pocas fracturas u otras asperezas que posibiliten la liberación del CO2”. Los antiguos yacimientos de petróleo y de gas tienen precisamente estas características. Modelo de captura y almacenamiento del CO2 Captura Almacenamiento “de tránsito” rco Transporte Metano Petróleo o gas Almacenamiento Yacimientos de carbón no explotados El suelo: sumidero natural de CO2 “Se han realizado numerosos avances en estos últimos diez años en materia de caracterización y de selección de los lugares adapta- Ba Acuíferos profundos Yacimiento de petróleo o de gas al final de su explotación research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 © BLCom E l último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU es categórico: hay que conseguir limitar a 2 °C el calentamiento del planeta, cueste lo que cueste. Para ello, la humanidad deberá reducir a la mitad sus emisiones de CO2 con respecto a las de 1990, de aquí al año 2050. Por lo tanto, deberemos consumir menos y mejor la energía de los hidrocarburos, desarrollar las energías “limpias”, pero también minimizar nuestras emisiones a la atmósfera. La captura y el almacenamiento del CO2 (CAC) se presenta en principio como una solución idónea. Concierne a las industrias y a las centrales energéticas, responsables de la mitad de las emisiones. Actualmente, los científicos intentan reducir los costes aún demasiado elevados de la captura del CO2. En cuanto al almacenamiento, cuyo coste es relativamente limitado, la investigación se centra en garantizar su eficacia y su seguridad. El almacenamiento oceánico de forma artificial es demasiado arriesgado para los biotopos marinos y se ha descartado como solución: la acidificación causada por el CO2 absorbido de forma natural constituye ya de por sí una gran amenaza para el medio ambiente. Queda el almacenamiento geológico, que pretende volver a enterrar lo que fue extraído de las entrañas de la tierra en forma de carbón o de hidrocarburos. 37 ALMACENAMIENTO GEOLÓGICO limitado. “Fueron perforados muchas veces en el transcurso de su explotación, lo que podría hacer que el depósito ya no fuera tan estanco”, señala la jefa del proyecto. “Se están desarrollando cimientos especiales para garantizar que los pozos se sellen perfectamente. Además, su capacidad de almacenamiento es relativamente pequeña y su distribución geográfica en el mundo es heterogénea. Por sí solos no pueden contener todas las emisiones de CO2 antrópicas”. Este problema de capacidad reducida se plantea también en el caso de los yacimientos inexplotables de carbón, otro tipo de depósito contemplado por los investigadores. El carbón, situado a demasiada profundidad para ser extraído, suele contener metano. Si allí se inyecta CO2, el carbón lo absorbe prioritariamente y libera el gas natural, que puede ser recuperado luego en la superficie. “No obstante, se ha estudiado muy poco el almacenamiento de CO2 en el carbón con ‘recuperación asistida de metano’. Plantea aún problemas técnicos por la poca permeabilidad del carbón y habrá que seguir investigando durante años para poder establecer la viabilidad del mismo”, matiza Isabelle Czernichowski-Lauriol. Los acuíferos profundos, una solución prometedora Queda la principal opción: los acuíferos salinos profundos, con amplias capas geológicas porosas y permeables situadas a más de 800 metros de profundidad. El agua que contienen es mucho más salada que el agua del mar, por lo que no es en absoluto apta para el consumo. A veces, estos acuíferos encierran yacimientos de hidrocarburos o incluso depósitos naturales de CO2. Su potencial es inmenso: mientras que los antiguos yacimientos de hidrocarburos podrían contener un tercio de las emisiones antrópicas generadas en un siglo, los expertos estiman que la capacidad de los acuíferos salinos es diez veces mayor. Además, están bien distribuidos por todo el planeta, así que se podrían explotar casi en todo el mundo. El almacenamiento geológico en este tipo de formación geológica ya empezó en 1996 en el emplazamiento de Sleipner (Noruega), donde la empresa Statoil reinyecta el CO2 que proviene del tratamiento del gas natural dentro de la formación de Utsira, un acuífero arenisco enterrado a 800 metros bajo tierra en el mar del Norte. Sleipner, primera instalación piloto de almacenamiento geológico de CO2 del mundo, está siendo un gran éxito, al menos hasta la fecha. “No se ha registrado ninguna fuga en los más de diez años que llevamos inyectando CO2”, manifiesta satisfecho Andrew Chadwick, geofísico del British Geological Survey – BGS (Reino Unido) y responsable de las tecnologías de seguimiento en CO2REMOVE. Este proyecto europeo pretende establecer protocolos de vigilancia del almacenamiento de CO2 basándose en varios emplazamientos piloto. Para tal efecto, los investigadores estudian el emplazamiento de Sleipner, pero también el de In Salah, en Argelia, en el que se está inyectando CO2 en un acuífero profundo en la costa, o incluso el de Snohvit, otra iniciativa de almacenamiento geológico mar adentro implantada en Noruega. Andrew Chadwick prosigue: “Los resultados de los seis estudios sísmicos en tres dimensio- Diferentes opciones de almacenamiento geológico del CO2 Producción Inyección de CO2 de petróleo Inyección de CO2 Almacenamiento de CO2 en un campo de gas agotado Almacenamiento de CO2 en un acuífero salino Inyección de CO2 Producción de metano Almacenamiento Almacenamiento de CO2 de CO2 en un campo en yacimientos de de petróleo con carbón con recuperación recuperación asistida asistida de metano Capa freática Terrenos de cubierta más recientes Acuífero salino Terrenos de cubierta más recientes Yacimiento de carbón Acuíferos (carbonatos, arenisca) Yacimiento de petróleo Formaciones estancas (arcilla, sal) Yacimiento de gas agotado Base cristalina 38 research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 © BRGM-im@gé Almacenamiento del CO2 ALMACENAMIENTO GEOLÓGICO Solidificar el CO2 a carbonatación mineral de superficie, mucho menos avanzada desde el punto de vista de la investigación científica que el almacenamiento geológico, es otra opción para el almacenamiento del CO2. La razón es que el CO2 atmosférico, en su estado natural, reacciona con las rocas silicatadas para formar minerales carbonatados. Algunos investigadores proponen que se haga reaccionar directamente el CO2 con olivina o serpentina, dos rocas silicatadas muy extendidas. Otros piensan en matar dos pájaros de un tiro, carbonatando desechos industriales, como las salmueras alcalinas o las escorias de las acerías. “La carbonatación técnicamente se puede realizar, pero tendría un efecto limitado con respecto a las emisiones de CO2 antrópicas. No obstante, podría convertirse en un posible nicho de mercado interesante, a escala de una fábrica, por ejemplo”, señala Isabelle Czernichowski-Lauriol. L nes efectuados en Sleipner son determinantes para comprender los movimientos del flujo de CO2, que se está comportando exactamente como habíamos previsto. Remonta hacia lo alto del depósito pero queda bloqueado por la roca sello antes de desplazarse horizontalmente de un lado a otro del pozo de inyección”. Un proceso más seguro a largo plazo En los depósitos, varios mecanismos se accionan para retener el CO2. Dichos mecanismos, con el tiempo y a diferentes niveles pueden combinarse o sucederse según el tipo de depósito concernido. “El CO2 inyectado se somete a presión previamente para que pase a tener la forma de un gas supercrítico, lo que facilita su difusión y reduce su volumen”, explica Andrew Chadwick. Para garantizar estas condiciones de presión, los depósitos de almacenamiento tienen que estar a 800 metros de profundidad como mínimo. “El CO2, con la forma supercrítica, es menos denso que el agua salada del acuífero, por lo que emigra hacia la parte alta del depósito: un fenómeno calificado como ‘captura estructural’. A lo largo del tiempo, se prevé que el CO2 se vaya disolviendo progresivamente en el agua y emigre hacia el fondo puesto que el agua cargada en CO2 es más pesada. Se calcula que en el espacio de 7.000 años, todo el CO2 experimentará esta ‘captura por disolución’ en Sleipner. En una escala de tiempo mucho mayor, el CO2 podría reaccionar igualmente con los minerales que lo rodean para formar carbonatos. En Sleipner, donde la formación Utsira contiene mucho cuarzo y reacciona poco al contacto con el CO2, probablemente esta ‘captura mineral’ tendrá un alcance limitado”. En resumidas cuentas, si las proyecciones de los expertos son exactas, cuanto más tiempo esté almacenado el CO2, menores son los riesgos de fuga. De hecho, el CO2 una vez disuelto es difícil que se pueda escapar del depósito y si adquiere una forma sólida, es casi imposible, aunque tal captura mineral siga siendo poco frecuente, salvo características geológicas particulares, como en el caso de los acuíferos basálticos. Más vigilancia Antes de contemplar la posibilidad del desarrollo comercial del almacenamiento geológico hay que comprobar estas teorías con sumo cuidado. Se trata de un enorme desafío, puesto que el concepto abarca una escala de tiempo enorme y se lleva a cabo en un entorno básicamente invisible. “Es una tarea difícil”, comenta Ton Wildenborg, geólogo de la Nederlandse organisatie voor toegepast natuurwetenschappelijk onderzoek – TNO (Países Bajos) y coordinador de CO2REMOVE. “Generalmente, utilizamos instrumentos de conformación de imágenes acústicas, lo que nos permite obtener una visión bastante precisa del comportamiento del CO2 dentro del depósito y de las capas geológicas limítrofes. Estos análisis se efectúan a intervalos de tiempo de alrededor de dos años con vistas a seguir de cerca la evolución del proceso. No obstante, las características geológicas de cada depósito son extremadamente diferentes. La estrategia de vigilancia tiene que ser específica para el tipo de formación concernida, su profundidad, y las características de las rocas que la rodean”. “CO2REMOVE tiene precisamente ese desafío planteado. A partir de los emplazamientos piloto existentes, intentamos poner a punto las bases tecnológicas necesarias para la vigilancia y definir las modalidades de su implantación. Ahora por fin hemos logrado establecer un plan operativo de vigilancia para el complejo de In Salah, lo que no fue nada fácil, teniendo en cuenta que esta fábrica de producción de gas se encuentra en medio del desierto y que, como todos los demás emplazamientos piloto, tenemos que elaborar el programa de las mediciones en ese lugar teniendo en cuenta el de los demás equipos de investigación”. CO2GEONET sigue el mismo objetivo. La única diferencia es que este proyecto se centra en las técnicas de vigilancia que permiten detectar las fugas. “Como actualmente todos los emplazamientos piloto son estancos, estudiamos más bien depósitos naturales y zonas en las que emana el CO2 de forma natural en superficie”, explica Nik Riley, geólogo del BGS y coordinador de la red CO2GEONET. “Esto nos da una idea de cómo se podría comportar el CO2 a largo plazo y así podemos probar la eficacia de los instrumentos de detección de fugas. Recientemente, hemos probado en las instalaciones de Latera (Italia) una técnica de detección por helicóptero de las anomalías de la vegetación que puedan deberse a una fuga de CO2”. La CAC, un concepto novedoso hace tan sólo quince años, se está desarrollando a una velocidad fulgurante. Europa, en esta carrera contrarreloj impuesta por la amenaza climática, está en cabeza del pelotón: ya empezó a investigar en esta área a principios de los años noventa, época en la cual nadie apostaba por la CAC. Ahora la Unión Europea tiene como objetivo en el almacenamiento geológico del CO2 la creación, de aquí al año 2015, de una docena de emplazamientos piloto. Todo ello con vistas a desplegar la técnica a escala comercial a partir del año 2020, siempre y cuando los resultados de las investigaciones permitan demostrar su inocuidad. Julie Van Rossom CO2GEONET 13 socios – 7 países (DE-DK-FR-IT-NL-NO-UK) www.co2geonet.com CO2REMOVE 27 socios – 12 países (AR-DE-DK-FR-IN-IT-NLNO-PL-SE-UK-ZA) www.co2remove.eu research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 39 REPORTAJE La revolución geotérmica La energía geotérmica, limpia, renovable, constante y bien extendida por el planeta, se explota ya en numerosas centrales térmicas y eléctricas. Actualmente, la investigación elabora nuevas técnicas que harán posible que la geotermia se extienda a más zonas geográficas. Visitamos la central piloto de Soultz-sous-Forêts, en Alsacia (Francia). A primera vista, Soultz-sous-Forêts no tiene nada de excepcional. Es un pequeño pueblo típico alsaciano, situado al lado de la frontera franco-alemana, cuyo ambiente bucólico apenas deja entrever la agitación que reina en una colina adyacente al pueblo. Desde hace dos décadas, allí se lleva a cabo un ambicioso proyecto de investigación, que tiene por objetivo la creación de la primera estación eléctrica de geotermia Enhanced Geothermal System o EGS (o Sistema Geotérmico Estimulado), un concepto revolucionario imaginado en los años setenta en los Estados Unidos, que permite extraer el calor terrestre donde antes no se podía. Ingenieros, geólogos, geofísicos, sismólogos, conductores, maquinistas de grúa, electromecánicos… Aunque el núcleo duro del “proyecto de Soultz” tan sólo esté formado por 40 15 miembros permanentes, profesionales de diversos horizontes se relevan constantemente en el emplazamiento. Una intensa actividad que aumentó a partir de enero de 2008, fecha en la que empezó la instalación de los equipos de superficie necesarios para transformar el calor de la tierra en energía eléctrica. En el mes de mayo de ese año se celebró el fruto de 20 años de investigación desenfrenada. Por fin, esta central geotérmica diferente, resultado de una colaboración europea financiada con fondos públicos y privados, produjo sus primeros kilovatios. Una gran primicia a nivel mundial. Explotar un medio poco conocido No es nada nuevo el concepto de la geotermia en sí mismo: la extracción del calor subterráneo que proviene esencialmente de la desintegración de los elementos radioactivos de research*eu NÚMERO NUMÉRO ESPECIAL SPÉCIAL I AOÛT I SEPTIEMBRE 2008 DE 2008 las rocas de la corteza terrestre. Su desarrollo se aceleró con la crisis del petróleo de los años setenta. Numerosas centrales geotérmicas de todo el mundo generan ya electricidad o alimentan redes de calefacción, pero un elemento fundamental las distingue de la central de Soultz: el agua subterránea. De hecho, las técnicas existentes (1) se limitan a bombear agua caliente de un acuífero para inyectarla en una red de calefacción o accionar turbinas que generan electricidad. La originalidad del concepto estudiado en Soultz radica precisamente en que prescinde de los recursos hidrogeológicos locales. De hecho, el agua se inyecta desde la superficie en fracturas naturales presentes en rocas cristalinas situadas a suficiente profundidad para extraer una cantidad de calor útil. En el caso de la fosa del Rin, zona geológica en la que se REPORTAJE Bombeo del agua a 200º Reinyección de agua enfriada Producción de electricidad Intercambiador de calor -1.000 m © GEIE Exploitation Minière de la Chaleur Esquema del principio de la geotermia en Soultz -2.000 m Perforación de producción -3.000 m Perforación de reinyección -4.000 m -5.000 m Circulación del agua en las fracturas de la roca caliente ©Qwentes/JVR Los tres pozos geotermales de la central. GPK2 (a la derecha) está provisto de una bomba de árbol largo LSP (Line Shaft Pump) cuyo motor está en la superficie y la bomba 350 metros más abajo. Para determinar cuál será el sistema más resistente a las condiciones extremas de las perforaciones, se probará en el GPK4 una bomba electrosumergible de tipo ESP (Electric Submersible Pump), cuyo motor y cuya bomba se encuentran en el pozo. Granito caliente fracturado construyó la central piloto de Soultz, la roca estudiada desde hace veinte años por los investigadores es el granito. Albert Genter, del BRGM (siglas en francés de la Oficina de Investigaciones Geológicas y Mineras de Francia) es geólogo estructuralista. Ocupa el puesto de coordinador científico de la central de Soultz tan sólo desde septiembre de 2007, pero conoce el emplazamiento desde hace mucho tiempo: su tesis de doctorado trató del granito de Soultz. “Las experiencias sobre el terreno empezaron en 1987, cuando la perforación del pozo GPK1 nos permitió obtener las primeras muestras y así determinar las características de las fisuras de la roca, utilizando diversas técnicas de conformación de imágenes por ondas acústicas”, explica apuntando a un viejo pozo situado delante de las oficinas de la Agrupación Europea de Interés Económico (AEIE) “Exploitation minière de la chaleur”, el organismo a cargo del proyecto. “Así obtuvimos una imagen más precisa del subsuelo. Los antiguos datos recogidos a lo largo de las campañas de extracción del petróleo nos proporcionaban poca información sobre las rocas cristalinas subyacentes a las capas sedimentarias puesto que, al ser poco explotables, apenas llamaban la atención de los geólogos. Por el contrario, estos datos nos informaron del gradiente geotérmico atípico de la región: aquí la temperatura aumenta mucho más en función de la profundidad que en otros sitios”. “Los investigadores estadounidenses que imaginaron el concepto EGS lo llamaron primero Hot Dry Rock Geothermy (literalmente: “geotermia de las rocas calientes secas”). Pero los experimentos que se realizaron en Soultz demostraron que en realidad el granito de ese lugar no es seco. Allí existe agua natural, en pequeña cantidad, pero suficiente para poder ser explotada en la central geotérmica. De ahí que este acuífero salino haya servido de depósito para bombear el agua destinada a ser reinyectada en el sistema de fracturas”. Pero si la central utiliza un acuífero, ¿el proyecto deja de ser original? “En absoluto”, asegura Albert Genter. “Simplemente hemos sido oportunistas. Se bombea el agua in situ, pero se inyecta de inmediato en un sistema de fisuras que antes estaba prácticamente seco”. Abrir la roca Las investigaciones exploratorias permitieron descubrir la existencia de una red de fracturas bastante desarrollada para poder servir de sistema de circulación geotérmica, pero el agua no podía inyectarse directamente, al estar obstruidas las fracturas del granito por depósitos naturales, calcita y otros depósitos silíceos, arcillosos y ferrosos. Antes de iniciar las pruebas de circulación para probar las cualidades del sistema, hubo que actuar sobre el medio para hacerlo explotable. “Para ampliar las fracturas y mejorar la conexión de la red natural con las perforaciones, utilizamos dos técnicas. El método clásico fue la estimulación hidráulica, que consiste en inyectar miles de metros cúbicos de agua con una fuerza suficiente como para volver a abrir las fracturas de la roca. El inconveniente que tenía esta técnica era que provocaba ligeros movimientos sísmicos. Aunque la mayoría de ellos eran de muy baja intensidad, algunos fueron de una magnitud lo bastante grande como para poderse sentir (alrededor de 2 en la escala de Richter) (2)”. La estimulación hidráulica era una operación muy delicada. En 2006, en Basilea, donde un grupo de research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 41 REPORTAJE 1 investigadores trabajaba en un proyecto similar, desencadenó un terremoto de 3,4 grados de magnitud. “Desde el punto de vista científico, estos fenómenos microsísmicos tan débiles eran positivos, puesto que demostraban la eficacia de la estimulación. Pero surgieron problemas concretos: existían muchas viviendas en las inmediaciones de la central y, evidentemente, había que tomarlas en cuenta. Asimismo, la estimulación hidráulica no estaba dando los resultados esperados, puesto que la conectividad de los pozos seguía siendo muy escasa. Por lo tanto, decidimos estimularlos químicamente. Se diluyeron ácidos suaves en el agua y se inyectaron en el subsuelo, para disolver los depósitos hidrotermales que quedaban”. Y fue todo un éxito. En 2006, las pruebas de circulación demostraron que tanto las estimulaciones químicas como las hidráulicas habían permitido mejorar de forma satisfactoria los rendimientos hidráulicos del sistema. Por lo tanto, el proyecto de Soultz pasó a la etapa siguiente con la construcción de la central eléctrica. Entre la superficie y la profundidad A cerca de 1 km de las oficinas de la AEIE, en una pequeña colina, se encuentra el cuartel general de Soultz, el lugar donde está instalada la central eléctrica propiamente dicha. Un laberinto inextricable de tuberías rodeado por grandes estructuras: dos chimeneas rojas, los separadores y una enorme plataforma verde, el refrigerador. “Los separadores sirven para disociar el agua líquida y el vapor. Al haber estado el pozo varios meses en reposo, el agua geotérmica bombeada contiene aún numerosas partículas de roca así que no puede ser reinyectada tal cual en la perforación de inyección. Estas impurezas podrían taponar los filtros y estropear el material de la central”. “El refrigerador se utiliza para licuar el isobutano, el fluido transportador de calor que recupera el calor de las aguas geotermales dentro de los intercambiadores de calor y que activa la turbina de la central. Teniendo en cuenta que ninguna fuente de agua bastante fría está accesible in situ, optamos por un sistema de enfriamiento por aire con nueve ventiladores”. Al final del refrigerador, la turbina, elemento clave de la central, está aislada preciosamente 42 3 2 Principio de estimulación hidráulica. Esta operación se puede realizar por inyección de agua bajo presión o por desincrustación. El agua hace que las rocas se deslicen ligeramente a lo largo de las fracturas (dibujo 2). Al aflojar la presión, ya no están imbricadas, dejando el espacio necesario para que circule el agua (dibujo 3). © GEIE Exploitation Minière de la Chaleur. dentro de una caja específica. Unida al generador, dicha turbina produce la electricidad y la envía a la red nacional. El intercambiador de calor se encuentra justo al lado, formando un entramado de cilindros y de tubos, por los que circulan las aguas geotermales y el isobutano. En el centro de estos equipos de superficie, se eleva el corazón de la estación, la triple estructura geotérmica, tres pozos que llegan a los 5.000 metros bajo tierra. Allí se encuentran las estructuras más antiguas, que centraron el interés de los investigadores antes de que se les acoplara el material de superficie de la central. GPK3 es el pozo de inyección, a través del cual se inyecta el agua en el subsuelo. Esta última es recuperada después por los pozos de producción GPK2 y GPK4, que transportan el agua geotérmica hasta las instalaciones superficiales. En la superficie, los brocales de los pozos están a seis metros de distancia, pero en profundidad, la distancia de separación aumenta a aproximadamente 650 metros. “Esto posibilita que el agua circule en las fracturas el tiempo suficiente para calentarse. Al principio, pensábamos en una profundidad que permitiera lograr los 200 °C, el punto de ebullición de los fluidos transportadores de calor utilizados entonces. Pero con la pérdida de calor al salir, el agua recuperada no superaba los 170°C-180°C. Por suerte, hoy en día existen fluidos orgánicos como el isobutano, calificados como binarios, cuyo punto de ebullición es más bajo. Al perforar los tres pozos descubrimos que el gradiante geotérmico no era constante. Cuanto más se cavaba, menos considerable era el aumento de temperatura. Ahora sabemos que la profundidad óptima se sitúa entre los 3.000 y 3.500 metros”. Los desafíos para el futuro Además de los tres pozos explotados para recuperar el calor subterráneo, se han realizado otras dos perforaciones en Soultz: GPK1, a 3.600 m, para las investigaciones exploratorias, y el muy importante ESP1, a 2.200 m, destinado a supervisar el buen funcionamiento de la central. Está provisto de un gran número de sensores térmicos e hidráulicos. “Al principio, tenía que ser mucho más profundo. Pero durante su creación se fue desviando horizontalmente y tuvimos que parar las obras. research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 Una decepción desde el punto de vista geotérmico, pero una gran suerte desde el punto de vista geológico. Esta perforación permite extraer muestras enteras de granito y obtener una idea más precisa de la estructura y la naturaleza de la roca, ya que las muestras recogidas en los demás pozos nos llegan en pedazos, a partir de los cuales tan sólo podemos deducir la composición de origen de la roca”. ESP1 no es la única herramienta de vigilancia de Soultz. En efecto, desde principios de los años noventa se creó una red de pozos de observación sísmica en torno al emplazamiento. Al igual que en el caso de ESP1, estos pozos de 1.500 metros son antiguos pozos de petróleo, recuperados para las investigaciones. “Los datos de estas estaciones sísmicas se completan con los recibidos por la Red Nacional de Vigilancia Sísmica (RéNaSS, por sus siglas en francés) situada en Estrasburgo”. El proyecto de Soultz, con la creación de una red de fracturas eficaz, el montaje de la central acabado y la producción de los primeros kilovatios de electricidad en junio de 2008, ya ha logrado su principal objetivo. Los desafíos para el futuro no son menos ambiciosos. “Aunque ya hayamos efectuado numerosas pruebas de inyección y de producción, estas últimas nunca se han prolongado más allá de algunos meses”, explica Marion Schindler, geofísica del BGR (Bundesanstalt für Geowissenschaften und Rohstoffe, Alemania), encargada de la recogida y centralización de los datos hidráulicos y térmicos del emplazamiento. “Para los próximos años, tenemos previsto recopilar numerosos datos sísmicos, de temperatura, de presión o de calidad de las aguas geotérmicas. Todo ello con vistas a determinar el comportamiento de las fracturas a largo plazo”, declara entusiasmada. “Se trata de información esencial para las centrales de este mismo tipo que se están construyendo en todo el mundo, pero también para las que se construyan en el futuro”. J. V. R. (1) (2) Nos referimos aquí a los sistemas geotérmicos de baja y alta energía. Las citas no atribuidas son de Albert Genter. www.soultz.net METANO ¿Doctor Jekyll o Mister Hyde? El metano (CH4), principal componente del gas natural, tiene su cara y su cruz. Por un lado, ofrece un poder energético 30 % superior al del petróleo, desprende menos CO2 en la combustión y sus reservas son el doble de grandes. Por otro, es un potente gas de efecto invernadero del que cada molécula absorbe 23 veces más radiación solar que una molécula de CO2, en un periodo de 100 años. L a cuestión de la explotación del metano fue relanzada por el descubrimiento de los hidratos de metano en los años noventa y, por lo tanto, de nuevos yacimientos potenciales. Este compuesto orgánico toma la forma de una jaula de hielo, en la que el CH4 se queda encerrado. Su formación, a alta presión y baja temperatura, se produce esencialmente por la descomposición de materias orgánicas. Dos tipos de medios reúnen estos requisitos: los taludes continentales de los fondos marinos, a unos cientos de metros de profundidad, y las zonas de permafrost (suelos siempre congelados), en las que la menor presión está compensada por una temperatura mucho más baja. Una variación brusca de estas condiciones provoca una liberación masiva de metano: hasta 164 cm³ de CH4 gaseoso por 1 cm³ de hielo derretido. Encontrar las reservas Para utilizar a gran escala este maná providencial, se tendría que disponer de una cartografía completa de los yacimientos, algo que aún dista mucho de ser una realidad. En su proyecto HYDRAMED, Daniel Praeg, oceanógrafo del Istituto Nazionale di Oceanografia e di Geofisica Sperimentale – OGS – (Italia) ha hecho un primer balance de la situación en el Mediterráneo. “El objetivo del proyecto era poner a punto una modelización teórica de las zonas de estabilidad de los hidratos de metano para conseguir identificar lugares potencialmente interesantes. Desde el año 2006, este enfoque ha hecho posible que el OGS descubra un yacimiento de hidratos de metano en el delta del Nilo (Nile Fan). Otro lugar interesante es el Arco de Calabria, porque se han descubierto volcanes de lodo (frecuentes fuentes de gas) dentro del marco de una colaboración entre los proyectos HERMES e HYDRAMED. No obstante, la tarea que queda por delante es inmensa. Ya va siendo hora de establecer un programa completo de investigación y exploración de los hidratos de metano en Europa”. Jérôme Chappellaz, glaciólogo del Laboratorio de Glaciología y Geofísica del Medio Ambiente (Francia) y participante en el proyecto EPICA (1), se interesa por la influencia que el metano ejerce sobre nuestro clima. EPICA llevó a cabo la perforación del hielo, a fin de obtener muestras, a una profundidad de 3.270 metros en la Antártica, lo que equivale a remontarse hasta 300.000 años en el tiempo. Conforme explica: “El análisis de la composición de las burbujas de aire permite conocer precisamente los índices de C02 y de CH4 en la atmósfera en el transcurso del tiempo y los resultados no dejan lugar a dudas: la concentración en metano nunca ha sido tan elevada como ahora. Además, existe una correlación muy reproducible entre la variación del índice de CH4 y la evolución del balance de radiación de la Tierra”. ¿Eso quiere decir que es mejor no explotar los depósitos de hidratos de metano? ¿Existe el riesgo de una desgasificación masiva si tocamos los yacimientos de hidratos de metano? “No forzosamente”, res- ponde Jérôme Chappellaz. “Ningún dato de los 800.000 años examinados revela que se haya producido ninguna desgasificación masiva que llegara a la atmósfera. Ahora bien, las condiciones de presión y temperatura han variado mucho. Además, los océanos encierran bacterias que, a falta de luz, se alimentan de metano. Parece ser que esta barrera natural desempeña un papel crucial en la autorregulación del CH4”. En total, los fondos marinos y las zonas de permafrost contendrían aproximadamente 5.000 gigatoneladas de hidratos de metano, es decir, tanto como las reservas de petróleo, gas natural y carbón juntas. Pero como están dispersas en los sedimentos, tan sólo pueden ser extraídas por perforación convencional, y aún se tienen que desarrollar las técnicas de explotación y transporte. Paralelamente, se deben aclarar y cuantificar los riesgos que ello supone para el planeta. Marie-Françoise Lefèvre (1) Véase también la página 46, “800.000 años bajo el hielo…” EPICA 12 socios – 10 países (BE-CH-DE-DK-FRNL-IT-NO-SE-UK) www.esf.org HERMES 50 socios – 15 países (BE-DE-ES-FR-GRIE-IT-MA-NL-NO-PT-RO-SE-TR-UK) www.eu-hermes.net research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 43 © CNRS Photothèque/Laurence Medard Análisis del monóxido de carbono (CO) para determinar las relaciones isotópicas entre éste y el metano (CO/CH4) contenido en botellas de aire provenientes de la neviza en la Antártica. © BRGM im@gé/Valérie Laperche RECURSOS El hombre mineral Dentro de las rocas, los minerales son los pilares de la tecnología y la economía. Para garantizar cierta independencia, Europa tiene que ampliar sus actividades de extracción, particularmente de minerales metálicos. Una prospección que requiere tecnologías punteras tanto como investigación. Fuente de civilización El hombre, desde siempre, ha explotado las propiedades de las rocas y los minerales. La edad de piedra, hace 2,5 millones de años, estuvo marcada por la creación de herramientas de sílex para la caza, después se utilizó la piedra para las casas y las prácticas religiosas. Siguió la edad del cobre, hacia el 2500 a. C., en la que nació una artesanía secundaria y la explotación de los metales a partir de su forma nativa, por martilleo de las pepitas en frío o en caliente. Con la edad del bronce apareció la metalurgia, técnica de extracción de los metales que emplea hornos a alta temperatura, para fundir cobre a 1.084°C y obtener bronce, aleación a 90/10 de cobre y estaño. Y finalmente, la edad del hierro apareció hacia el año 1100 a. C. con la reducción de los óxidos de hierro a temperaturas superiores al punto de fusión del 44 hierro. A igual peso, el acero ofrece armas y herramientas mucho más resistentes que el bronce. Las aleaciones de hierro y los objetos de acero han desempeñado un papel determinante en el desarrollo de las civilizaciones y las tecnologías humanas, y aún seguirá desempeñándolo durante mucho tiempo. Minerales por todas partes Hoy en día, los productos de la industria de los minerales se encuentran en todos los sectores de nuestras sociedades. Los microprocesadores de nuestros ordenadores están hechos de silicio, galio, germanio. No puede haber prospección de petróleo o túneles sin la bentonita, una arcilla que posibilita la perforación. El papel debe su blancura al talco y al caolín. Los dentífricos tienen caliza pulverizada. Los edificios están hechos de arena, grava y cemento. research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 Además de las fuentes de energía como los elementos radiactivos, existen tres categorías principales de minerales. Primero los metalíferos como la calcopirita (cobre), la hematita (hierro), la pentlandita (níquel) y la esfalerita (zinc). Algunos existen en estado puro, como el oro y la plata. Después vienen los minerales industriales, como el talco, el silicio, la sal, los fosfatos, el grafito, la potasa, por citar tan sólo los más corrientes. Y finalmente, en el campo de la construcción, se encuentran la caliza (cemento, piedra de talla), la arena y la grava (terraplenado, hormigón), la arcilla (ladrillos), así como el granito, el mármol, la pizarra y el esquisto (piedra de talla). Todas las obras de ingeniería civil dependen de estos componentes agregados: alrededor de 3 mil millones de toneladas de arena, grava y de piedras trituradas satisfacen las necesidades de la construcción en Europa. RECURSOS Explotación artesana de oro a lo largo del río Mekong, en Houay-Gno, en la región de Luang-Prabang (Laos). Numerosas industrias de productos finales (automóvil, aeronáutica, vidrio, cerámica, plástico, papel, los cosméticos…) dependen del sector de los minerales, que afecta a millones de empleos en Europa. Pero el crecimiento de la economía mundial y la llegada de nuevos países con una gran demanda intensifican la competencia para acceder a los recursos. China, entre otros, ha multiplicado sus importaciones de minerales y metales por un factor de 2 a 10 en esta última década, todo ello llevando a cabo políticas comerciales de restricción de las exportaciones con cuotas e imuestos. Resultado: en estos últimos cuatro años, el precio de todos los minerales se ha disparado, en particular el del níquel, el cobre, el zinc y el mineral de hierro. Por ejemplo, un gramo de oro valía de media menos de nueve dólares en 2001, mientras que llegaba a valer unos 32 dólares en los primeros meses de 2008, lo que significa que su valor casi se ha cuadruplicado en siete años. En cuanto al zinc, su precio ha aumentado en más del 300 % entre 2004 y 2007. Dependencia europea Esta demanda creciente pone en peligro el abastecimiento de la Unión, que consume aproximadamente el 25-30 % de la producción mundial de metales, mientras que apenas extrae el 3 %. La desaparición de las actividades mineras en numerosos países comunitarios fragiliza también las exportaciones europeas de tecnologías, equipos y servicios que se derivan de ellas, así como los conocimientos acumulados y su sector de investigación. Huelga decir que las políticas industriales y de investigación son determinantes para encontrar y mantener un equilibrio entre el consumo y la producción de los recursos minerales. Como en los demás sectores, la industria mineral necesita la investigación y el desarrollo para seguir siendo competitiva, particularmente en materia de teledetección de recursos, metalogenia, geofísica, geoquímica, SIG (Sistemas de Información Geográfica) y de técnicas de modelización. “No hay que dormirse en los laureles, si bajáramos de nivel las consecuencias serían muy serias. Bruselas se está concienciando de ello y tiene previsto relanzar la investigación geológica, del tratamiento de los minerales, la metalurgia y la extracción”, señala Pär Weihed, de la Su peso en minerales ¿U sted duda de la importancia de los recursos minerales en su vida? Pues bien, tome aproximadamente 730 toneladas de piedra, arena y grava, 30 toneladas de cemento, 15 toneladas de mineral de hierro, algo menos de sal, 9 toneladas de rocas fosfatadas, así como 9 toneladas de arcilla, 2,7 toneladas de bauxita (mineral de aluminio), 600 kilos de cobre, 420 kilos de plomo, 300 kilos de zinc y 50 kilos de oro. Añada unas 30 toneladas de minerales y metales diversos, y obtendrá el consumo estimado en minerales de un solo estadounidense a lo largo de toda su vida, es decir, 840 toneladas en total. www.mii.org Universidad Tecnológica de Luleå (Suecia), responsable de la sección de exploración de la Plataforma Tecnológica europea de Recursos Minerales Sostenibles (1). Destaca que: “Aunque los recursos estén distribuidos de forma desigual, el nivel actual de extracción de la Unión Europea es demasiado bajo. El potencial geológico existe en varias regiones que no explotan lo suficiente sus tierras por razones legislativas o ecológicas. Ahora bien, dependemos del 80 al 100 % de las importaciones de cobalto y de los elementos del grupo del platino, níquel e hierro mientras que existen yacimientos europeos que contienen estos metales”. La extracción, poco rentable en los años ochenta y noventa, se tendría que replantear teniendo en cuenta la fulgurante subida de los precios. Pär Weihed prosigue: “Creo que nuestra cuota de mercado en la producción global podría pasar del 3 al 5-6 %, lo que corresponde más con nuestro peso demográfico. La exploración moderna y la investigación geológica aumentarán la producción doméstica de todos los metales ferrosos y de base, así como de los metales preciosos”. Nuevas tecnologías de exploración En todo caso, ésta es la dirección mostrada por la Agenda Estratégica de la Plataforma Tecnológica, que tiene como prioridad las nuevas tecnologías de exploración que hagan posible la representación de los recursos en cuatro dimensiones. PROMINE, un proyecto multidisciplinario europeo, va a optimizar los datos de evaluación de los minerales para aumentar las capacidades de inversión de la industria. La nueva generación de información geológica estará almacenada en bases de datos de SIG en tres dimensiones. Los mapas geológicos actuales en dos dimensiones se harán redundantes en un futuro cercano. La representación geológica en 3D empezará por las regiones en las que exista ya suficiente información subterránea, como las provincias mineras históricas. Seguidamente, PROMINE tendría que modelizar en cuatro dimensiones esas regiones, integrando datos como su historia geológica que incluyan los sistemas hidrotermales, las zonas metalíferas, las deformaciones tectónicas, la hidrogeología, la geoquímica, el magnetismo, la gravedad, los seísmos, el electromagnetismo, la conductividad eléctrica natural y la radiactividad natural. Esta modelización representará la evolución geológica de estas provincias hasta unos 5.000 metros de profundidad, en una duración de varios centenares de millones de años. Servirá de guía para descubrir nuevos yacimientos, profundos y escondidos. El proyecto de 30 millones de euros estará financiado en un 50% por el Séptimo Programa Marco de investigación. Este tipo de representación geográfica existe ya con el nombre de CEM (Common Earth Models) en Australia o en Canadá, países que siempre han apoyado la investigación geológica. En Europa, la cobertura integral en cuatro dimensiones tan sólo se terminará dentro de cuatro a cinco años por razones logísticas. Delphine d’Hoop (1) European Technology Platform for Sustainable Mineral Ressources (ETP-SMR), www.etpsmr.org PROMINE www.promine.com research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 45 BREVES © Photothèque CNRS/Yves Frenot Y hablando del planeta… www.esf.org 800.000 años bajo el hielo… Recientemente, una muestra de hielo sacada en la Antártica a 3.270 metros de profundidad dentro del marco del proyecto EPICA (European Ice Coring in Antartica) ha permitido observar las variaciones del dióxido de carbono (CO2) y del metano (CH4) en el transcurso de los últimos 800.000 años. Es la primera vez que se ha examinado una muestra de hielo tan antigua. Se han obtenido numerosos datos que demuestran que, en todo el periodo cubierto por la muestra, nunca han sido tan altas las concentraciones en la atmósfera de ambos potentes gases de efecto invernadero (GEI) como hoy en día. La muestra también ha revelado un nuevo ciclo de variación del CO2 en varios miles de años. Asimismo, se ha descubierto que existe una fuerte correlación entre el aumento del metano atmosférico y la intensificación de los monzones del Sudeste Asiático. Más sorprendente aún, parece ser …y 6.000 años bajo la arena Según las conclusiones de un nuevo estudio publicado por un equipo de investigadores dirigido por el geólogo Stefan Kropelin de la Universidad de Colonia (Alemania), el Sahara tardó en formarse 2.000 años y no algunos siglos, como afirmaba la última teoría sobre su formación. Difícilmente se puede imaginar que hace 6.000 años abundaban las verdes sabanas, los ríos y los © Erik Sick Almacenamiento y archivo de las muestras de hielo extraídas en el marco del proyecto EPICA. 46 que la fluctuación rápida de este gas delimita cada periodo glaciar lo que, según los expertos, estaría relacionado con las variaciones de la circulación termohalina, un fenómeno que la climatología no ha podido explicar bien. Todos estos datos tan valiosos serán de gran ayuda para los investigadores en su trabajo de identificación de los impactos del calentamiento climático. Stephan Kropelin en misión en el Sahara sudanés. lagos en lo que ahora es un gigantesco horno. Hace 4.800 años, como consecuencia de la disminución de los monzones, la cubierta vegetal empezó a desparecer dando paso progresivamente a las amplias extensiones de arena de dos milenios más tarde. research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 Estos resultados se han obtenido analizando numerosos indicadores propios del paleoambiente (pólenes, esporas, microorganismos…) de las muestras de sedimentos extraídas en el lago Yoa, al norte del Chad. Este es uno de los pocos puntos de agua que tiene la región, alimentado por un acuífero subterráneo, y constituye un lugar privilegiado para el estudio del período húmedo del Sahara, puesto que sus capas sedimentarias no han desaparecido por la erosión. Con las conclusiones del estudio se rectificarán los modelos climáticos de previsión, herramientas esenciales para anticipar los efectos del calentamiento planetario. acabada la descontaminación, se recuperan las sustancias absorbentes y se regeneran para volverlas a utilizar. La técnica ya se ha utilizado con éxito en Rusia y en Ucrania, donde ha logrado limpiar suelos contaminados con residuos petroquímicos y pesticidas. Esta nueva arma contra la contaminación, fruto de una colaboración pública y privada, va a ser muy útil para combatir la contaminación existente en los casi 1,5 millones de “puntos negros” que existen en Europa. www.cleansoilproject.info Geotermia extrema www.uni-koeln.de Descontaminación a bajo coste Regenerar in situ los suelos contaminados de forma limpia y a bajo coste es el objetivo de un nuevo método recientemente desarrollado por el proyecto europeo CLEANSOIL. En la actualidad, a menudo el tratamiento de la contaminación implica el desplazamiento de la tierra contaminada, ya sea para limpiarla o depositarla en otro lugar. Un sistema muy caro y que no se puede aplicar en todos sitios: por ejemplo, es imposible excavar los terrenos en los que existen construcciones. El nuevo procedimiento puesto a punto por CLEANSOIL consiste en una red de tuberías dispuesta horizontalmente en el suelo. Los contaminantes, transportados por las aguas de superficie que se infiltran en la tierra, son después captados por bolsas con sustancias absorbentes previamente insertadas en las tuberías. Una vez ¿Se puede aumentar drásticamente el rendimiento energético de la geotermia explotando zonas geológicas totalmente inexploradas? IDDP (Iceland Deep Drilling Project), un proyecto de investigación islandés, quizás tenga la respuesta para esta pregunta. Este proyecto, lanzado en 2004, pretende determinar la factibilidad de la explotación de sistemas geotérmicos con un potencial energético muy alto. Los científicos de IDDP tienen previsto hacer un pozo de 5 km de profundidad en la zona volcánica de Krafla, en el norte de Islandia, con la idea de llegar a un depósito hidrotermal cuyas temperaturas se elevan a unos 400 ºC, y en el que hay fluidos en estado supercrítico. El principal objetivo es llegar a estos fluidos y analizar su composición exacta. Las perforaciones preliminares se iniciaron a mediados de junio de 2008 y a partir de ahí se empezó a cavar un primer pozo de 3 km. “Cuando hayamos logrado determinar la naturaleza exacta del BREVES fluido geotermal, conseguiremos poner a punto las herramientas y las técnicas adecuadas para explotar su calor”, declara, entusiasta, Gudmundur Ómar Friðleifsson, geólogo jefe del proyecto. Es la primera vez que se contempla trabajar en condiciones tan extremas de temperatura, al no superar las fuentes geotérmicas actuales los 250 °C. www.iddp.is ¿El calcio es un aliado contra el CO2? Un equipo de investigadores de la Universidad de Newscastle (Reino Unido) estudia un nuevo procedimiento que permitiría explotar el papel natural de “sumidero de carbono” que asumen los suelos. El proceso se basa en la fijación del CO2 atmosférico de las plantas: en determinadas condiciones, estas últimas liberan una parte del CO2 que absorben en el suelo, en forma de ácido. En la mayoría de los casos, este CO2 vuelve a la atmósfera o pasa a las aguas subterráneas. Pero en los suelos ricos en calcio, el ácido reacciona con este último para formar carbonatos de calcio, un compuesto estable (es la caliza que Ejemplo de pradera rica en calcio, en la que se podría explotar un mecanismo de fijación natural para reducir las emisiones de CO2. modelos digitales con vistas a definir la velocidad de absorción y la cantidad de CO2 captado según el tipo de suelo. Los resultados saldrán a principios de 2009. www.epsrc.ac.uk Manto nuclear ¿Las entrañas de la Tierra encierran reactores nucleares? Algunos indicios de la factibilidad de tal reacción en el estado natural fueron registrados en los años setenta en la mina de uranio de Oklo, en Gabón, en la que se había dado un extraño fenómeno: una parte del mineral era pobre en 235U, lo que parecía indicar que se había producido una fisión nuclear de forma espontánea. El físico Marvin Herndon fue el primero en apoyar la posibilidad de la existencia de tal “georeactor”, pero lo situaba a nivel del núcleo, lo que hacía que su teoría fuera poco verosímil. Recientemente, Rob de Meijer de la University of the Western Cape (Sudáfrica) y Wim van Westrenen de la Free University of Amsterdam (Países Bajos) han vuelto a formular esta hipótesis, localizando el reactor en el manto terrestre, justo en la frontera con el núcleo. Los dos investigadores apoyan su hipótesis en un estudio que revela una diferencia de concentración en 142Nd, un isótopo del neodimio, dentro de las rocas terrestres y de condritos, un tipo de meteorito. A partir de estos resultados, los investigadores dedujeron que probablemente se encontraba una fuerte concentración de uranio, torio y potasio en la interfaz entre el núcleo y el manto. No obstante, la teoría seguirá siendo pura especulación a la espera de la puesta a punto de detectores gigantes de neutrinos, los únicos capaces de detectar las regiones geológicas en las que se producen importantes reacciones radiactivas. Influencia magnética El campo magnético terrestre quizás sea invisible, pero ejerce una influencia muy importante en nuestras vidas. Tras haber analizado la actividad del campo geomagnético de 1948 a 1997, Oleg Shumilov, del Institute of North Industrial Ecology Problems (Rusia), ha registrado tres picos estacionales anuales que comportan extrañas correspondencias con la fluctuación del número de suicidios de la ciudad rusa de Kirovsk. Además, el investigador, utilizando 6.000 ecografías efectuadas entre 1995 y 2003, comparó las variaciones de ritmo cardíaco de los fetos con la actividad geomagnética terrestre. En el 15 % de los casos, algunas perturbaciones del ritmo cardíaco de los fetos coinciden con periodos de gran actividad geomagnética. Estos resultados, presentados en abril de 2008 con ocasión de la reunión anual de la Unión Europea de Geociencias, se añaden a una larga lista de investigaciones científicas que han puesto de relieve un vínculo entre magnetismo y salud física o mental. Según los © Phototèque CNRS /Robert Patrick Producción geotérmica de electricidad en Krafla (Islandia). © EPSRC © Iceland Geosurvey/ISOR todos conocemos) durante un largo periodo de tiempo. Los investigadores estiman que sería posible impulsar este mecanismo de fijación enriqueciendo masivamente los suelos con calcio. Según sus cálculos, el método, cuya validez está siendo actualmente comprobada en laboratorio, podría contribuir a la reducción del 5-10% de las emisiones del Reino Unido. Si resulta ser eficaz, se desarrollarán Representación tridimensional del campo magnético terrestre, según el modelo Tsganenko 87. El campo magnético está representado en forma de “conchas” en las que las bases de las líneas de fuerza en la superficie de la Tierra tienen la misma latitud magnética. expertos, el geomagnetismo podría intervenir en la regulación de nuestro reloj biológico. Algunas variaciones del campo magnético, particularmente fenómenos extremos como las tormentas magnéticas, podrían ejercer su influencia de manera notable en una parte de la población… www.kolaklub.com/am/inst/ ksclink.htm research*eu NÚMERO ESPECIAL I SEPTIEMBRE DE 2008 47 Este ácaro, cuyos órganos internos están completamente intactos, data de hace 12-15 millones de años. Al pie de los Andes, cerca de Iquitos (Perú), un grupo de investigadores descubrió insectos, algas y otros microorganismos fosilizados en trozos de ámbar, verdaderas joyas incrustadas en las riberas del Amazonas. Los científicos del laboratorio francés Paléobiodiversité et Paléoenvironnements (CNRS) intentarán secuenciar los posibles fragmentos de ADN con vistas a su estudio filogenético. Este descubrimiento demuestra que la región ya albergó hace mucho tiempo una biodiversidad abundante. © CNRS Phototheque/Dario De Francheschi El ácaro de ámbar KI-AH-08-S01-ES-C LA CIENCIA EN IMÁGENES