#YoSoy132, más allá del tercer debate Israel Tonatiuh Lay Arellano1 En la colaboración del número anterior, se señaló el origen del movimiento #YoSoy132, que de ser un grupo organizado para defender su postura y exigir a Televisa un cobertura informativa más objetiva, se convirtió en un movimiento aglutinador de diferentes causas en el contexto electoral actual. En este tema, un logro importante fue la aceptación por parte de Televisa y TV Azteca de transmitir el segundo debate de los candidatos presidenciales, organizados por el IFE, ya que el primero sólo había sido transmitido por Televisa, el 6 de mayo, ya que Ricardo Salinas Pliego había preferido el partido de cuartos de final entre los equipos de Morelia y Tigres, señalando en su cuenta de twitter “Si quieren ver debate, véanlo por Televisa, si no, vean el futbol por Azteca yo les paso los raitings al día siguiente”. Para la televisora del Ajusco este sería un rotundo error, ya que además de que su equipo perdería el encuentro contra los universitarios de Nuevo León, el raiting del juego fue menor. El día 23 de mayo, el movimiento llevó a cabo una marcha en la Ciudad de México, la cual se replicó en ciudades como Guadalajara, Monterrey, Puebla, Querétaro, Campeche, Celaya, Hidalgo, Hermosillo, Tijuana, San Luis Potosí, Morelos, Oaxaca, Xalapa, Mérida y Chihuahua, entre otras. Un día antes, Emilio Azcárraga Jean ya había señalado a través de su cuenta de twitter, “en Televisa valoramos a los jóvenes y escuchamos sus opiniones. Siempre estaremos abiertos a ellas”. Cinco días después, el 28 de mayo, en otro mensaje Azcárraga señaló “Porque #Televisateescucha transmitiremos el segundo debate presidencial por Canal 2. Primera emisión de un debate por este canal”. Al día siguiente Salinas Pliego anunciaba que el debate también sería transmitido por TV Azteca, a través del canal 13. 1 Profesor-Docente Titular A, Instituto de Gestión del Conocimiento y Aprendizaje en Ambientes Virtuales, Sistema de Universidad Virtual, Universidad de Guadalajara. El segundo debate se llevó a cabo el 10 de junio en la ciudad de Guadalajara, bajo la moderación del periodista Javier Solórzano. Los resultados no fueron muy diferentes del primero, en el sentido del ensimismamiento de los candidatos y el golpeteo a los contrarios. Por ello el movimiento #YoSoy132 exigió al IFE la organización de un tercer debate, sin embargo éste se excusó bajo el argumento de que sólo estaba comprometido a la realización de dos, cuestión avalada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por lo que el movimiento decidió llevarlo a cabo con sus propios medios. Así, el 19 de junio se llevó a cabo este tercer debate en la sede de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, sin presencia del IFE ni del candidato del PRI, y se transmitió a través de Youtube. Enrique Peña se disculpó en una carta enviada a Arturo Cuevas Bautista y Luis Bustamante Zardain, donde expresa lo siguiente: “Les agradezco mucho la invitación que amablemente me formulan para asistir al debate que organizan el día de hoy a las 8 pm los jóvenes integrantes de #YoSoy132. Reconozco el valor de su movimiento. Los escucho con atención y con interés. Su participación en política ha sido positiva para México y para nuestra democracia. El movimiento #YoSoy132 ha asumido formalmente una posición política en contra de mi proyecto y de mi persona. Respeto plenamente su opinión. En una democracia es absolutamente válido manifestarse abiertamente en contra de cualquier persona o proyecto. Sin embargo, considero que esta postura no garantiza el espacio de neutralidad que se requiere para convocar a un debate en condiciones de equidad. Por esta razón he decidido declinar su atenta invitación. Les deseo que su movimiento siga contribuyendo a fortalecer la democracia y las libertades de nuestro país.” Por otro lado, de acuerdo con los organizadores, con suficiente tiempo se estuvo tratando de negociar la transmisión del debate a través de canales de televisión tanto abiertos como privados, sin llegar a ningún resultado, por lo que se optó por buscar la transmisión en internet a través de la plataforma de google. El mismo día del evento, incluso unas horas antes, señalan que comenzaron a llegar las unidades móviles de Milenio Televisión, del Canal del Congreso y de Televisa, sin embargo con google se había pactado un acuerdo de exclusividad, por lo que no podrían permitirles de última hora bajar la señal directa del set. Dentro de la sede, de acuerdo a la crónica de diversos diarios, una vez iniciada la transmisión comenzó una serie de nerviosismos, debido a que el ancho de banda de la Comisión no podría sostener la carga de demanda, que osciló entre los 96 mil a 112 mil conexiones. Pero aun con los tropiezos y fallas momentáneas, el objetivo se cumplió. Los tres candidatos asistentes reconocieron la labor de los jóvenes organizadores y su contribución a la democracia. Los medios de comunicación, tanto electrónicos como impresos, resaltaron el evento como El primer debate impulsado por jóvenes en la historia de las elecciones del país, las fallas técnicas de la transmisión, el impedimento al Canal del Congreso y a otras televisoras de la transmisión, a una Josefina Vázquez Mota dura y agresiva, que por primera vez mencionó a posibles miembros de su gabinete, a un Andrés Manuel amoroso con afán de reconciliación, y a un Gabriel Quadri que defendía, sin éxito, su independencia de Elba Esther Gordillo. Por su parte, los políticos se dividieron en dos posturas, los que creyeron que la inasistencia de Enrique Peña tendría un costo (Carlos Navarrete del PRD y Carlos Alberto Pérez Cuevas del PAN) y quienes no (Manlio Fabio Beltrones). Por otro lado, algunos críticos, en su afán de descalificación o en su sed de contar con movimientos de un índole más reaccionario han ligado a #YoSoy132 a su candidato adversario, o han exigido de los jóvenes un papel que no les corresponde ni un objetivo que se hayan planteado, incluso se ha argumentado que este movimiento llegó muy tarde al proceso electoral, sin embargo no son ellos quienes tienen que conscientizar al resto de los ciudadanos o inclinar la balanza a favor de candidato alguno, independientemente de la afinidad ideológica. El resultado del “tercer debate”, más allá de intentar profundizar en la perspectiva que los candidatos participantes tienen acerca de las diferentes cuestiones de interés nacional, fue un triunfo para los jóvenes y no sólo para los organizadores, sino para toda una generación ante el etiquetamiento como un segmento desinteresado y apolítico. Sin duda las acciones que ha emprendido el movimiento en poco menos de dos meses (desde su surgimiento a mediados del mes de mayo pasado), así como las consecuencias que ha desatado en este contexto tiene un impacto político de gran importancia, porque apela a despertar la consciencia de los ciudadanos, y sobre todo de los jóvenes, acerca de los diferentes proyectos políticos y por ende de nación. Sin embargo debemos recordar también que su objetivo inicial fue exigir una cobertura objetiva a Televisa, y desprendido de ello una democratización de los medios electrónicos. Las marchas de protesta y de información, así como el debate del 19 de junio, han sido elementos adicionales. Independientemente del resultado electoral, que supongo ya estará decidido cuando Usted este leyendo este texto, el movimiento tiene un gran objetivo por delante y habrá contribuido en buena medida en el análisis teórico-académico y en la democracia. A la democracia porque ha logrado despertar la consciencia de muchos jóvenes, de esa generación que quienes van más adelante han catalogada como perdida, porque logró contener y hacer participar a los poderes fácticos, cosa que en el contexto del debate electoral ni el IFE había podido hacer; y a lo teórico-académico porque está contribuyendo a repensar en los conceptos de movimiento social y de redes sociales virtuales, y porque esta manifestación de ideas, su circulación y posterior deliberación contribuyen a pensar en una primavera mexicana, esto último en la visión de una revolución de ideas que por consiguiente trae una serie de exigencias de derechos fundamentales, más cercana a la idea de la Primavera de Praga de 1968 que a la famosa mediáticamente Primavera Árabe que inició en 2010. Estos tres casos tienen un contexto diferente, pero el objetivo común de un cambio en la idiosincrasia dominante.