6.- Higiene postural: Sentarse con la espalda derecha y el abdomen ligeramente contraído, es un hábito de gran importancia, porque no sólo previene dolores, sino que ayuda a foralecer la musculatura abdominal y elimina el vientre abultado. 7.- Consumir fibra: La fibra puede ser un arma de doble filo, ya que ayuda a regularizar el tránsito intestinal evitando el estreñimiento, pero si se ingiere en grandes cantidades y no estamos acostumbrados a hacerlo, puede provocar flatulencia en exceso, distensión abdominal y hasta diarrea. Por eso, es importante que se comience a incluir fibra en cantidad moderada. 1ª JORNADA DEL ESTÓMAGO SANO EN ARAGÓN ENFERMEDAD POR REFLUJO GASTROESOFÁGICO ¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD POR REFLUJO GASTROPESOFÁGICO (ERGE) ? La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es una enfermedad que se produce cuando se tienen síntomas resultados del reflujo del contenido del estómago al esófago. El elemento más característico del jugo gástrico es el ácido clorhídrico o una mezcla del jugo gástrico con alimentos, por lo que se suele presentar “acidez”. 8.- Realiza actividad física: Realizar actividad física de manera regular contribuye a regularizar el tránsito intestinal y mantener el aparato digestivo en óptimas condiciones. Caminar de forma regular, 30-60 minutos mínimo tres veces a la semana es un buen comienzo. 9.- Evita el exceso de azúcar: Tratar de no consumir comidas abundantes y ricas en azucares simples o grasas, es otro consejo sencillo que además favorece el desarrollo de un abdomen plano ya que facilita la digestión y beneficia tu salud. En las hernias de hiato parte del estómago asciende a través del diafragma al tórax y puede favorecer el reflujo. No siempre que se tiene hernia existe ERGE y al contrario hay ERGE sin presencia de hernia. En cualquier caso, una hernia de hiato es una entidad benigna. ¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS Y LAS COMPLICACIONES DE LA ERGE? 10.- Realiza reglas básicas de higiene. Lávate las manos siempre antes de comer. Tras la comida el cepillado de los dientes mejorara la salud dental y ayuda a evitar la propagación de bacterias. “Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta “ (Aristóteles) Los síntomas más habituales son la pirosis, la regurgitación alimenticia y el dolor torácico. La pirosis es el síntoma más típico. Es consecuencia del paso (reflujo) de jugo gástrico hacia el esófago, siendo referido por los pacientes como una sensación de ardor, quemazón o incluso de fuego que se inicia en el epigastrio o en la “boca del estómago” y asciende por el centro del tórax, pudiendo alcanzar la garganta (faringe) y percibirse como un líquido ácido en boca. La pirosis puede presentarse en cualquier momento del día, pero es más frecuente tras la ingesta y al estar acostado, especialmente cuando la ingesta ha sido reciente, o al agacharse. La regurgitación es un síntoma menos frecuente, que se percibe como la sensación de que el alimento asciende del estómago al esófago. Es habitual que se perciba al agacharse o al acostarse tras una ingesta reciente, con la sensación de que la comida viene a la boca. En casos más graves el alimento, en forma de partículas, es detectado en la boca o faringe. Hay que distinguir la regurgitación del vómito. La regurgitación se produce de una forma espontánea y, al contrario que el vómito, no se precede de náuseas ni de arcadas. El dolor centrotorácico de aparición aguda o brusca es otro síntoma que pueden presentar los pacientes con ERGE. Es un dolor similar al de la cardiopatía isquémica (angina de pecho), con la gran diferencia de que no compromete la vida del enfermo. Cuando es por RGE se relaciona con la ingesta y no con el esfuerzo, y mejora con fármacos alcalinos o antisecretores. En ocasiones puede ser muy difícil distinguir el dolor torácico provocado por la ERGE del dolor torácico de la angina o infarto de miocardio. La ERGE es una enfermedad crónica , con un curso benigno, si bien también puede acompañarse de complicaciones como la esofagitis erosiva, la estenosis esofágica y el esófago de Barrett entre otras. Las complicaciones tienden a presentarse en pacientes con una enfermedad más grave desde el inicio, con síntomas frecuentes e intensos, y de mayor duración en el tiempo, aunque en ocasiones están presentes desde el momento del diagnóstico. La complicación más frecuente es la esofagitis erosiva, que es una inflamación de la mucosa esofágica por la acción irritativa crónica del RGE. Los pacientes con esofagitis erosiva, además de los síntomas propios del RGE (pirosis y regurgitaciones) pueden tener dolor relacionado con el paso del alimento a través del esófago (odinofagia) y hemorragia digestiva aguda o crónica, originándose en este caso anemia por pérdida de hierro. La esofagitis erosiva puede complicarse, al cicatrizar las lesiones, con el desarrollo de un estrechamiento de la luz del esófago (estenosis esofágica) pudiendo originar dificultad o, incluso detención, del tránsito de los alimentos (disfagia). El esófago de Barrett es una complicación poco frecuente de la ERGE. En esta enfermedad la mucosa esofágica, agredida de forma constante por el RGE se transforma en una mucosa similar a la mucosa del estómago o del intestino, con mayor capacidad defensiva, por un proceso denominado metaplasia. Su manejo es diferente y en ocasiones puede predisponer al desarrollo de tumores esofágicos, por lo que su médico le recomendará vigilancia mediante gastroscopias con intervalos diferentes según el grado de lesión. Otras manifestaciones que también se puede ver en la ERGE es la presencia de síntomas respiratorios como la tos o laringitis. 10 Consejos saludables para el estómago. 1.- Mastica bien los alimentos: Masticar la comida lo suficiente por bocado ayuda a que se pueda digerir de manera más eficiente. A la vez tenemos que comer con la la boca cerrada para evitar la entrada de aire, que favorece la presencia de gas intestinal. 2.- Elije alimentos no elaborados para mejorar la digestión: Los aditivos y excipientes que se añaden pueden provocar una digestión lenta. ¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA ERGE? Para el diagnóstico de la ERGE es suficiente con el interrogatorio al enfermo y de forma inicial NO se precisa ninguna prueba invasiva como la gastroscopia . Esta exploración se práctica con frecuencia en pacientes con ERGE pero no es necesaria para el diagnóstico. Si que hay que hacerla en presencia de los denominados síntomas de alarma como dificultad para tragar, anemia sin otra causa que la explique y/o pérdida de peso. ¿ES FRECUENTE LA ERGE? ¿ES GRAVE? Estudios epidemiológicos muestran que el 15% de la población española y el 10-20% de la población de Estados Unidos y de Europa Occidental padecen ERGE y que la mayoría de estos pacientes, 7090% NO tienen esofagitis erosiva ni complicaciones . La ERGE deteriora o puede deteriorar la calidad de vida de los pacientes, pero no es una enfermedad grave o preocupante. En la gran mayoría de los casos la enfermedad es leve o moderada, sin complicaciones preocupantes, controlable con hábitos de vida saludables y/o con tratamiento farmacológico, siendo imprescindible el tratamiento quirúrgico en una minoría de pacientes. La ERGE no es una enfermedad progresiva y la mayoría de los pacientes sin esofagitis, en el momento del diagnóstico, no presentarán nunca esta complicación. La mayoría de los pacientes con ERGE y esofagitis, tratados correctamente, mejorarán con el paso del tiempo y sólo una minoría tendrá complicaciones como estenosis péptica o esófago de Barrett. ¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO DE LA ERGE? La ERGE no es una enfermedad homogénea y el tratamiento deberá individualizarse dependiendo de la presencia de esofagitis u otras complicaciones. De forma inicial se aconsejan: - Medidas generales que incluyen hábitos de vida saludables. Los pacientes deben evitar el sobrepeso, las comidas muy copiosas, alimentos concretos que originen pirosis, el tabaco y las bebidas alcohólicas, las bebidas carbonatadas, zumos cítricos y acostarse en las 2-3 horas siguientes a las comidas. Los pacientes con síntomas nocturnos se pueden beneficiar de dormir con la cabecera de la cama elevada. -Tratamiento farmacológico: Dentro del arsenal terapéutico los fármacos más efectivo son los antisecretores como los inhibidores de la bomba de protones o IBP. Los IBP que se pueden utilizar son omeprazol, lansoprazol, pantoprazol, rabeprazol y esomeprazol. La dosis se la indicará su médico, y en ocasiones se debe doblar la dosis. Para el alivio puntual de la pirosis se pueden tomar alcalinos de forma asociada. -El Tratamiento quirúrgico está indicado solo en algunos ( cada vez menos) casos en los que fracasa el tratamiento farmacológico. Las formas complicadas las debe manejar el especialista en gastroenterología o Ap. Digestivo. (Información a partir de las recomendaciones al paciente de la Asociación Española de Gastroenterología..) 3.- Bebe suficiente agua: El agua ayuda a eliminar las toxinas del tracto digestivo y a prevenir el estreñimiento. 4.- Abstención de hábitos tóxicos, como fumar y beber alcohol. 5.- Contra la hinchazón abdominal y flatulencias: Es importante no consumir chicles o refrescos con gas.